Pokémon Escarlata y Pokémon Púrpura

Sprigatito, el Pokémon Gato Planta, es caprichoso y adora ser el centro de atención. Es capaz de enfadarse si ve que su Entrenador le está prestando atención a otro Pokémon.

Cuando Sprigatito frota sus patas delanteras, despide una dulce fragancia que embriaga a cualquiera a su alrededor. Esta fragancia tiene efectos terapéuticos y hace que los oponentes pierdan las ganas de combatir. La composición de su pelaje se asemeja a la de las plantas, lo que le permite crear energía gracias a la luz del sol. Cuando se asea, humedece su pelaje para promover su habilidad de realizar la fotosíntesis.

Floragato, el Pokémon Gato Planta, es presumido y travieso, y siempre busca atención y compañía. Si su Entrenador no le hace caso, intenta llamar su atención portándose mal, llegando incluso a atarlo con su vid mientras duerme.

Floragato destaca por su inteligencia y destreza. El capullo rosa que lleva al cuello forma parte de una larga vid. Su especialidad es atacar al rival propinando fuertes latigazos con él.

Meowscarada, el Pokémon Mago, es orgulloso y presumido, pero también sensible. Posee un gran vínculo con su Entrenador y, debido a su naturaleza celosa, se enfada cuando otro Pokémon le roba su atención.

La hoja que crecía del cuello de Floragato se ha transformado en un manto de hojas. Meowscarada se sirve de la luz que refleja este manto para camuflar la vid y crear la ilusión óptica de que la flor flota en el aire.

Meowscarada también puede adherir sus bombas florales rellenas de polen a distintos tipos de superficies y elegir cuándo hacerlas estallar. Después de desviar hábilmente la atención del oponente, le lanza sus bombas florales y las hace estallar sin que se dé cuenta.

Fuecoco, el Pokémon Fuegodrilo, tiene un carácter apacible y hace las cosas a su ritmo. Adora comer y se lanzará a por cualquier alimento que encuentre en su camino.

Fuecoco absorbe el calor con las escamas rectangulares que tiene en la tripa y la espalda y lo transforma en energía ígnea. Estas escamas siempre están templadas y pueden llegar a calentarse mucho. La energía ígnea se libera desde dentro de su cuerpo por la muesca de su cabeza en forma de llama. Cuando se emociona, le surgen más llamas de la cabeza.

Crocalor es el Pokémon Fuegodrilo. La mezcla de energía ígnea con el exceso de su propia fuerza vital ha tomado la forma de una bola de fuego de aspecto oval que luce sobre su cabeza. En combate, Crocalor puede lanzar esta bola con uno de sus ataques.

Las cuerdas vocales y la válvula de la saca de fuego de Crocalor están estrechamente relacionadas, y por ello se suele oír su voz, que no es demasiado agradable, cuando expele llamas. Cuando Crocalor lanza llamaradas potentes, su voz se vuelve más destructiva y puede llegar a infligir daño a quien se cruce en su camino.

Skeledirge, el Pokémon Cantante, es curioso y bondadoso por naturaleza. Su canto está lleno de vitalidad y calma el espíritu de quien lo oye. Al oír el canto de Skeledirge, sus enemigos quedan invadidos por una sensación de plenitud y satisfacción y pierden las ganas de combatir.

Skeledirge adquirió sus poderes de tipo Fantasma por influencia del espíritu que moraba en la bola de fuego que le coronaba la cabeza. Este espíritu es independiente y puede cambiar de forma gracias al poder del canto de Skeledirge.

Quaxly, el Pokémon Patito, es serio y está dispuesto a seguir la estela de su Entrenador. Es muy aseado y le molesta especialmente ensuciarse la cabeza.

Su cuerpo siempre está brillante a causa del gel que secreta por las plumas, que repele el agua y la mugre. Para echarse el mechón de la cabeza hacia atrás, utiliza un cremoso ungüento. Si este se seca, se despeina. La fuerza de sus patas le permite nadar incluso contra corriente. En los combates, asesta patadas muy rápidas a sus oponentes.

Quaxwell, el Pokémon Disciplinado, tiene un carácter serio y estoico y compite con los suyos para ver cuál de ellos posee una técnica más grácil con las patas. Trata de poner en práctica los fundamentos de su entrenamiento siempre que puede, y observa los movimientos de humanos y Pokémon de diferentes regiones para incorporarlos a sus rutinas de baile.

Las plumas de la cabeza son capaces de amortiguar los golpes, así que, cuando recibe un ataque, Quaxwell se agacha para que impacte contra ellas. Si se despeina durante el combate, este Pokémon puede llegar a sentirse indispuesto física y mentalmente, por lo que acostumbra a arreglarse el peinado en cuanto encaja un golpe.

Quaquaval, el Pokémon Bailarín, derrocha energía y alegría, y no duda en deleitar con unos bailes exóticos a la mínima ocasión que se le presenta. No obstante, se toma muy en serio sus entrenamientos y busca siempre perfeccionar sus movimientos. En momentos críticos, hace alarde de un nivel de concentración que deja a todos boquiabiertos.

La fuerza de sus extremidades es descomunal. Con solo una patada, Quaquaval puede hacer volcar un camión. Durante el combate, despliega las grandes plumas ornamentales hechas de agua que nacen en los órganos de su cola y lanza un tajo fulminante con el que corta a sus oponentes.