La historia es de Nerobufren, la ha puesto en el OOT, y, tras pedirle permiso, la pongo aquí porque me parece bastante interesante y puede llevar a un debate interesante:
Resulta que una de las tiendas de nuestro barrio ha organizado un pequeño sorteo durante estas semanas. Por cada 5 euros de gasto que haces en la compra, te dan una papeleta. Han estado durante casi 1 mes dando papeletas a la gente que compraba en la tienda, para después organizar un sorteo y que a una de las persona que tiene papeletas, le toque un pequeño premio. El premio consiste en un lote de vajilla, cubertería y cristalería, junto a un mantel que también se incluye en el pack.
Hay que reconocer que con esta iniciativa, algunas mujeres del barrio se han puesto locas perdidas por poder conseguir ese lote. Sin ir más lejos, mi suegra ha juntado una buena colección de papeletas y se ha puesto a comprar tontuchas (que ni ella misma se va a comer) para tener más posibilidades.
Hay tres vecinas (ya mayores) de mi misma calle que están locas perdidas con el tema (como que si les tocara el lote fuera el sueño de sus vidas). Una de ellas es amiga de mi suegra y cada vez que se han visto, siempre hablando del tema como si fuera algo grande y trascendental para sus vidas.
Mi mujer compra mucho en esta tienda, aunque ella ni se ha molestado en coger papeletas ya que no le interesa el tema. De vez en cuando, mi mujer manda a mi hijo para que vaya a comprar algo y le haga algún recado (si le falta aceite, leche, huevos, etc...). A mi hijo sí le han dado papeletas las veces que ha ido, las ha cogido, pero tampoco nos ha comentado nada, ni nosotros hemos preguntado nada (ya que no nos interesa el tema).
Creo que juntó 3 papeletas (las tres veces que mi mujer le ha mandado a la tienda este último mes).
La semana pasada, según se ve, hicieron el sorteo de las papeletas. Al sorteo asistieron algunas mujeres del barrio en directo. El dueño de la tienda dijo que harían el sorteo y colgarían el número de la papeleta ganadora en el escaparate y dejarían 3 días hasta que apareciera el dueño. Y si no aparecía el dueño, volvían a sortearlo.
Cuando hicieron el primer sorteo, salió un número, pero nadie de los que estaban ahí presentes tenía ese número. El dependiente colgó el número y dijo que esperarían tres días para ver si aparecía. Las tres mujeres que os he dicho, estaban un poco molestas ya que ellas tenían un montón de papeletas y no les había tocado, así que ellas querían que nadie apareciera reclamando el premio, para que así se volviera a hacer el sorteo.
De hecho, las mujeres pasaban por ahí a menudo y se quedaban a pasar la tarde en la puerta de la tienda (donde hay unos bancos) para ver si aparecía el que tuviera la papeleta.
El viernes por la tarde, mi mujer mandó a mi hijo a comprar una botella de aceite a la tienda. Mi hijo vio el cartel con el número premiado y se dio ceunta que era el suyo. Habló con el dependiente y le enseñó la papeleta. Entonces el dueño dijo que como era el número le daría el lote de la cubertería, la cristalería y la vajilla, junto al mantel. Las tres mujeres, que estaban fuera viendo todo, estuvieron hablando con mi hijo y con el dueño.
Las mujeres decían que no les parecía bien que un chico de 12 años se llevara un premio de este tipo, ya que las vajillas, cuberterías y cristalerías no son cosas para los niños. Aunque a mi hijo en principio, el premio, ni fu ni fa, como vio que las mujeres se picaban (se les veía cara de enfado y de mala leche), él se picó y dijo que quería llevarse todo.
Las mujeres se pusieron a decir que eso no podía ser. Le preguntaron que para qué quería una vajilla o una cristalería a su edad, que eso es para gente que de verdad lo necesite y lo vaya a utilizar.
El dueño de la tienda dijo que aunque legalmente el premio es suyo, tiene que comprender que una vajilla no es un juguete y que no ve por ningún lado a un niño de 12 años llevándose una cristalería o una cubertería...el tipo de premio no corresponde para nada con la edad. Por eso, dijo que tenía que ser razonable y entender la postura de las mujeres. Estas mujeres, os informo, son clientas fijas de la tienda (de toda la vida). Aunque mi hijo decía que el lote era suyo, las mujeres decían que no fuera tan caprichoso y entendiera que eso no es un regalo para un chico de corta edad. El dueño le dijo que mejor dejara el lote ahí y le daba unas cuantas cajas de huesitos, fosquitos, donuts, chucherías (que seguro le hacía más ilusión que una cristalería).
Mi hijo se empeñó que él no quería dulces, sino que quería el lote de vajilla, cubertería y cristalería junto al mantel. Las mujeres, según me contó mi hijo, estaban que explotaban. El dueño dijo que se acabaron las tonterías y que le daba algo más apropiado a su edad y le dio una caja de Kínder, otra de huesitos y otras cuantas cosas más del mismo tipo. Le dijo que era un caprichoso y que eso lo estaba haciendo por chinchar a las mujeres, y no tanto por el premio de la vajilla. Por eso le pidio que fuera razonable y que dejara de poner caras por esas tonterías, ya que lo ve excesivo ponerse así por algo que ni le va ni le viene (como es una vajilla).
Me imagino que la cubertería y todo lo demás sería para estas señoras (ya que son clientas de toda la vida, y como esas son capaces de dejar de ir a comprar por el berrinche de no llevarse el lote, por eso el dueño habrá hecho eso, para evitar que se enfaden y dejen de ir a comprar).
Si a mí me molesta esto no es por el premio (vajillas, cristalerías, manteles y cuberterías tenemos todo el mundo en casa), sino por la manera que han tratado a mi hijo y han hecho lo que les ha dado la gana. Creo que el dueño lo ha hecho para que las señoras no se enfaden y no las pierda como clientas (me da esa ligera impresión). A lo mejor me equivoco.
¿Pensáis que a mi hijo le han quitado el premio injustamente? ¿Llevan razón el dependiente y las señoras (esos no son regalos para un niño)? ¿Pensáis que el dueño de la tienda lo hizo para complacer a esas señoras que son clientas de toda la vida? ¿O mi hijo se portó como un caprichoso y pensáis que quería el lote solamente por fastidiar a las señoras (y por eso no quería el nuevo premio que le proponía el dependiente)?