Historiadores burgueses llevan décadas clamando a los cuatro vientos que cuando se desclasificasen los archivos secretos sobre Stalin íbamos a poder ver la verdad de sus crímenes contra la humanidad. Hace décadas de la publicación de Robert Conquest sobre el gran terror “estalinista”, es una pena que este haya muerto y que no podamos ver qué cara se le ponía al ver que la obra a la que ha dedicado su vida ha quedado relegada al basurero de la historia. Que sus mentiras, tergiversaciones y conclusiones sobre la etapa de la URSS con Stalin a la cabeza no son más que un burdo intento de un mamporrero del capitalismo por denigrar a un hombre que lo hizo todo por conseguir un mundo mejor.
Hasta el propio Harris admite (intentando dejar claro que no tiene ninguna simpatía por Stalin) que las conclusiones de Conquest sobre que lo que movía a Stalin era el intento de instaurar un poder personal y dictatorial en la URSS es algo que los archivos demuestran que es falso. En cambio, lo que movió a Stalin y al PCUS durante todos esos años fue la construcción y defensa del socialismo, no instaurar ningún poder personal. Fue una época de grandes dificultades, y a pesar de los errores, la historia se ha encargado de demostrar que sin ningún lugar a dudas el camarada Stalin estuvo a la altura.
Es muy fácil para un académico pequeño-burgués criticar las purgas como algo brutal, pero hay que fijarse en el contexto en el que se hicieron, en primer lugar el socialismo triunfante se enfrentaba tanto al enemigo interno como al externo.
Interno: antiguos zaristas, anarquistas , fraccionalistas de todo tipo y arribistas, todos ellos cometían intentos de derribar el régimen socialista, mediante sabotajes, espionaje e incluso atentados como el que le costó la vida al camarada Kirov o el que cometieron los reaccionarios anarquistas contra Lenin.
Externo: En la guerra civil ya intervinieron varias potencias extranjeras para ayudar al ejército blanco, posteriormente había planes por parte de las potencias capitalistas para realizar una invasión contra la URSS, a partir de 1936 la amenaza era inminente.
En esta coyuntura, ¿quién no se prepararía para la lucha venidera? ¿Quién sería tan estúpido de no preparar al estado a todos los niveles para poder sobreponerse a tales amenazas? Solo un necio esperaría que las cosas se solucionaran solas esperando a sobrevivir. Stalin actuó correctamente, las purgas fueron un mal necesario. De hecho, derivado de esas dificultades que se agravaron con la II Guerra Mundial y la pérdida de cuadros del Partido pudo verse que el proceso de purgas debía haber sido más profundo de lo que fue. Aquí los académicos de la ignominia como Conquest y Cía se echarán las manos a la cabeza, pero la revolución es algo violento y no puede sobrevivir a la reacción contrarrevolucionaria solo con “buenos” gestos. Nuestra moral es la proletaria, la lucha de clases, la moral cristiana del bien y el mal se la dejamos a los curas.
Intentan criminalizar a Stalin, echarle la culpa de todo lo que se hizo en defensa del socialismo para a través de criminalizarlo a él, criminalizar al comunismo, y no podemos permitirlo. La obra del PCUS, del camarada Stalin es una de las partes más brillantes de la historia del movimiento revolucionario, es nuestro deber no permitir que se pisotee, pues estaríamos dejando que pisoteen el marxismo-leninismo y la lucha por la emancipación de nuestra clase.
En los tan cacareados procesos de Moscú, los propios observadores internacionales que estuvieron presentes no vieron ninguna irregularidad. Hay mucha imaginación al respecto, es gracioso que acusen de realizar torturas mientras se callan las torturas que se producen en sus propios países, por ejemplo en España, porque si alguien piensa que las confesiones las sacan sin torturar es que no saben de lo que hablan o quizás lo encubran -se cree el ladrón que todos son de su condición-. Debemos combatir la difamación burguesa sobre la justicia popular en la URSS. Ellos, la burguesía, son los verdaderos torturadores y asesinos, que no confundan a la gente.
Por último, sobre la purga, quería plantear al lector una pregunta: si tan arbitrarias eran las purgas ¿por qué se castigó y se purgó a Yagoda, responsable de las primeras purgas, por su ineficacia y su arbitrariedad? La respuesta está clara, porque ni fueron arbitrarias ni respondían al capricho de nadie, eran una necesidad debido a las condiciones materiales en las que vivían.
El principal impulso para criminalizar a Stalin lo dio el traidor de Kruchev en su asalto al poder durante el XX Congreso, un auténtico golpe de estado en el que con su infame informe al culto a la personalidad pretendió cargarle el muerto a Stalin, intentando desprestigiar y destruir su legado.
Desde entonces la burguesía ha continuado su estela de difamación hasta hoy, pero su legado es imborrable, y por muchos ataques que se produzcan el desarrollo de la lucha de clases, el proletariado no permitirá que caiga en el olvido.
Stalin fue un bolchevique desde los inicios, una persona humilde, sacrificada y disciplinada, templada mientras luchaba de joven en huelgas en Georgia o atracando trenes blindados para financiar al Partido. Le mandaron a Siberia varias veces, se escapaba y volvía a lo mismo, sin doblegarse, irreductible. Le acusan de ser un burócrata, me hubiera gustado ver a esos “académicos” de salón realizando el trabajo de acción que realizó Stalin en su juventud.
Fue un brillante organizador del ejército durante la guerra civil que dio el triunfo al socialismo.
Hombre cultivado e intelectual de renombre, como prueban sus obras teóricas que se han convertido en clásicos del marxismo-leninismo. Destacando su lucha contra el revisionismo, la cuestión nacional, la lingüística y la construcción de Partido. Se le acusa de ser un necio por parte de aquellos acomplejados y traidores que solo le tuvieron envidia.
Constructor del Partido, luchador infatigable, azote de los revisionistas y fraccionalistas de todo tipo.
Fue la figura principal en la construcción del socialismo, enfrentándose a tareas hercúleas como la colectivización del campo y la lucha contra el fascismo.
Esta lucha contra el fascismo acabó con la victoria del socialismo y la destrucción del III Reich de los mil años, su papel durante la II guerra mundial fue brillante, admitido por el mismísimo traidor de Zhukov en sus propias memorias.
¿Qué se puede decir de un hombre que hasta sus más férreos enemigos hablan bien de él? Esto decía Winston Churchill, imperialista feroz, sobre él:
“La suerte para Rusia fue que durante los años de la grandes pruebas fue dirigida por ese estratega inflexible que fue José V. Stalin. Fue una personalidad importante, señalada e incuestionable. Stalin estaba dotado de una energía extraordinaria, era un erudito con una voluntad fuerte, inflexible, implacable tanto en el trabajo como en las discusiones y yo mismo, a pesar de toda mí ciencia del Parlamento inglés, no hubiera podido contradecirle en nada. La fuerza activa de su trabajo era tan grande en él que constituía un caso único entre todos los Jefes de Estado de todos los tiempos y de todos los pueblos. Stalin producía impresiones muy fuertes sobre cada uno de nosotros. Su Influencia sobre el pueblo era incuestionable. Cuando entraba en la sala de la Conferencia de Yalta, cada uno de nosotros, como sí nos lo hubieran pedido, se levantaba y, de manera sorprendente, ponía las manos en las costuras de los pantalones permaneciendo inmóvil. Poseía una inteligencia profunda. Era un maestro inigualable para descubrir soluciones a los problemas más arduos, incluso en los casos en que parecía que no había solución posible. Había creado y mandaba un país colosal. Era una persona que habría podido eliminar a sus enemigos con la ayuda de las manos de sus enemigos y logró incluso hacernos combatir contra los imperialistas, a nosotros que también nos consideraba abiertamente como tales. Stalin era tan grande que era incomparable en el mundo. Había salido de la nada y dejó tras de sí una Rusia equipada de armas nucleares […] No, no importa lo que se diga de él, ni la historia ni los pueblos lo olvidarán…”
Se han tirado muchas mentiras sobre el camarada Stalin, debemos reivindicarlo como lo que es, un comunista consecuente, un ejemplo para todos los que luchan por un mundo mejor. Sus enseñanzas siguen vigentes y son grandes aportes para la ciencia del marxismo-leninismo. Como el mismo dijo: “Sobre mi tumba tirarán montañas de basura ; el viento de la historia las borrará inexorablemente”, que razón tenía Stalin, no debemos permitir que ese basura quede impune, es nuestro deber limpiar su nombre.