El mismo día en que sucedía el concurso de ciudad Calagua un chico de 18 años llegaba a ciudad Malvalona con una hamburguesa doble de queso en la mano y un saco lleno de ambiciones en la otra. Su altura era similar a la de Celsius, aproximadamente un metro setenta y cinco, tenia el pelo enmarañado, dejando una forma consistente pero esponjosa, de color rojo. Llevaba gafas, y tenía los ojos azules, su cara era redonda y lucía su sonrisa con una dentadura perfecta. Era de constitución robusta, su caja torácica era parte de su orgullo y la vestía con ropas informales, una camiseta ancha de manga corta gris y unos pantalones tejanos que le llegaban por debajo de las rodillas. Siempre llevaba un par de bambas blancas.
El joven miraba de un lado para el otro en todo el alboroto de la ciudad, tenía un destino fijo, una meta y la buscaba impaciente. Su mirada se detuvo al ver el cartel que tanto esperaba encontrar.
“ Gimnasio Malvalona”
Terminó la hamburguesa y lanzó la servilleta con la que la transportaba después de limpiar los restos de su espesa, pero no menos importante, barba.
Llegó rápidamente al electrizante edificio, estaba emocionado y no lo pensó dos veces antes de entrar. Allí encontró un enorme campo, rodeado por enormes tubos de cristal por donde la electricidad pasaba sin que nada le importara. El joven estaba impresionado con el lugar, estaba sin duda justo donde quería estar. De repente una voz sonó por los aparatos de megafonía, se trataba del líder del gimnasio, Jamo:
J – Holaaaaa, no se si me oyes, pero si me oyes espera unos minutos en uno de los bancos que hay por el exterior del estadio.
El joven hizo caso omiso de lo que había escuchado, entendiendo que el líder no podía atender su visita en aquel preciso instante.
A los veinte minutos Jamo, con su larga cabellera, aparecía por una de las puertas laterales del gimnasio.
El joven se levantó y lo saludo con un apretón de manos:
J – Bienvenido! Soy Jamo el líder de gimnasio de ciudad Malvalona!
A – Mi nombre es Ataloc! Vengo a desafiar al líder a una batalla!
J – Totalmente de acuerdo! Acompáñame al ring.
Ambos fueron al estadio de batalla, Jamo se dispuso a presentar su gimnasio:
J – Este es un gimnasio de tipo eléctrico! Más vale que te andes con cuidado, si no saldrás mal parado! Hay algún estilo de pelea que te guste más?
A – Ninguno en concreto, me gustaría pelear bajo las reglas “Reales”.
Jamo entendió perfectamente lo que Ataloc le quería decir, no entendía porque alguien como él lo sabía pero se mantuvo al margen y procedió con lo que debía.
J – Entonces será 3 contra 3, no tienes problema verdad?
A – En absoluto. - Ataloc dejó a un lado su bolsa y sacó de ella tres pokéball.
Jamó fue el primero en sacar a sus pokémon, eran Negatium, Ampharos y Plusle.
J – Tan solo usaré tres pokémon, como sabes tu puedes usar los 6.
A – Adelante! - Gritó sacando de sus pokéball a sus compañeros de batalla.
El equipo de Ataloc se componía de Tyranitar, Skarmory y Steelix.
J – Veo que vienes preparado. - La expresión de Jamo era casi burlesca.
A – Vengo a ganar la batalla, no pensarías que vendría a ciegas no?
La expresión de ambos cambió por completo, la concentración que denotaban sus miradas era impresionante. Ninguno de ellos era capaz de oír la voz de su rival, tan solo podían ver el campo de batalla.
Ampharos inició la batalla, usó Aura Magnética, era la primera vez que Ataloc veía ese movimiento y no entendió bien cual era su función. Así pues se lanzó a atacar. Steelix y Tyranitar lanzaron Terremoto, la distancia entre ambos era tanta que las ondas sísmicas no les llegaban entre sí y Skarmory volaba por el campo sin verse afectado por los movimientos de sus compañeros, creando así un combo ofensivo sin aperturas. Negatium, Plusle y Ampharos estaban rodeados de una energía eléctrica de un brillo tenue, Negatium lanzó Rayo sobre Skarmory y Plusle Hierba Lazo sobre Tyranitar. Skarmory esquivó con dificultad el movimiento y Tyranitar que acababa de lanzar Terremoto fue atrapado por las plantas que habían brotado del escenario y que lo lanzaban contra el suelo, infligiendo bastante daño sobre el pokémon. Pero las ondas sísmicas de ambos Terremotos impactaron de lleno sobre Ampharos y golpearon tambien a Negatium y Plusle.
A – Si! Un golpe superefectivo! - Dijo, aun concentrado en la batalla.
Pero para su sorpresa los pokémon de Jamo habían recibido menos daño del que él esperaba. La situación se volvía en su contra, y el dudar le permitió a Jamo un golpe limpio, pues había aprovechando esos segundos de duda para lanzar de nuevo Aura Magnética con Ampharos y Rayo con Negatium, que está vez acertaba de lleno en Skarmory. Steelix seguía sin recibir daño y Ataloc tuvo que aprovechar su posición para que lanzara otro Terremoto. Pero el daño era cada vez menos.
Jamo empezó a dominar la batalla, hasta el punto en que ordenó a Negatium ocupar el lugar central de la batalla, y esperar a que el rival lanzara de nuevo Terremoto. Tyranitar fue quien dio el paso y fue entonces cuando Negatium usó su movimiento favorito, Copión. Negatium saltó y con su pequeño puño golpeó el suelo, las ondas sísmicas se cruzaron, pero Steelix y Tyranitar recibieron más daño que el equipo de Jamo, por otro lado Ampharos seguía usando Aura Magnética y Plusle fue quien lanzó Rayo para golpear a Skarmory.
En una sola jugada los tres pokémon de Ataloc habían sido derrotados. Pero el cambio de pokémon le dio la oportunidad de echar un vistazo al campo sin tanta tensión. Se fijó en que el aura eléctrica que rodeaba a los pokémon de Jamo era cada vez más y más intensa. Fue en ese momento cuando entendió cual era la función de aquel movimiento. Aumentaba sin duda las resistencias de los pokémon de Jamo. Al menos la física.
Ataloc sacó de su bolsa tres pokéballs más. Las lanzó a la vez y aparecieron ante él sus otros tres compañeros.
Se trataban de Ferrothorn, Blaziken y Feraligator.
J – Muy valiente por tu parte traer contigo un pokémon de tipo agua a un gimnasio de tipo eléctrico!
Ataloc no dijo nada, volvió a concentrar toda su atención en la batalla, cada uno de sus músculos se encontraba en tensión y estaba preparado para vencer.
Blaziken se lanzó usando Patada Ígnea, golpeando certero a Ampharos, pero Negatium y Plusle aprovecharon la ocasión para lanzar Rayo a la vez sobre Feraligator. Pero el pokémon acuático levantaba Protección evitando así el daño al completo. Ferrothorn lanzó Drenadoras sobre Ampharos que no pudo esquivar el movimiento pues aún no se había recuperado del golpe que Blaziken le había propiciado. Por otro lado Blaziken se movía cada vez más y más rápido y en un momento se había acercado a Negatium, el pokémon lanzó Puño Incremento y mandó a volar a Negatium, a pesar de eso el daño no fue tan grande. Plusle usó Maquinación, emanando un aura oscura que se mezclaba con el aura eléctrica que Ampharos les había proporcionado. Pero Blaziken no dejaba respiro alguno y se había abalanzado de nuevo contra Ampharos que trataba de mantenerse en pie para lanzar un movimiento, pero fue derribado con violencia por un Patada Ígnea de Blaziken que lo golpeó en el estómago lanzando a Ampharos por los aires y golpeando una pared.
El combate era ahora dos contra tres, a pesar de eso Jamo no se había rendido, Plusle usó Refuerzo sobre Negatium y este Copión para copiar el movimiento de Blaziken. Negatium saltó en dirección a Ferrothorn con su pequeña pata rodeada en llamas, Feraligator usó Puño Hielo, cerró su brutal garra y un aura blanca y fría como el invierno la rodeó, con ello golpeó a Plusle que acabó fuera de combate. Negatium golpeó a Ferrothorn, pero no fue suficiente para derrotarlo, además se hizo daño con las púas de acero de su cuerpo. Ferrothorn lanzó Latigazo y golpeó con sus brazos a Negatium hasta dejarlo fuera de combate.
La batalla había finalizado. Jamo había perdido y Ataloc se había alzado con la victoria. El joven retiró a sus pokémon y se acercó al líder del gimnasio.
J – Toma, esta es la medalla Polaris “Real”, a diferencia de una medalla normal tiene una corona en la parte de atrás grabada, no creo que sea la primera que ves.
A – Muchas gracias! Así es, tu medalla es la numero dieciséis!
J – Ya tienes dieciséis medallas “Reales”?! No me extraña que te hayas adaptado tan rápido a la situación... En fin, por protocolo no preguntaré nada sobre como has descubierto el tema...
A – Como quieras, no tengo problema. Me lo dijo el padre de un amigo. Por cierto, ahora que te he contado mi secreto, me gustaría saber algo que quizás tu puedas responder.
J – No creo que sea demasiado justo, pero adelante, si puedo, te echaré una mano.
A – Sabes de alguien que me pueda conseguir una mega piedra o algo parecido?
Jamo pensó un rato sobre el tema, no tenía claro que hacer, pero igualmente decidió mandar al joven a hablar con Tir en el laboratorio, quizás le podría proporcionar la información que buscaba.
Ataloc se marchó rápido hacia el laboratorio y Jamos se quedó en su gimnasio.
El abatido líder volvió a su habitación, en uno de los lados del gimnasio, se sentó en su vieja butaca con un refresco en la mano, se estiró para atrás y volvió de nuevo a los asuntos que había dejado a medias en su ordenador justo antes de que le vinieran a retar.
En la pantalla se podía ver un mensaje de una persona interesada en la investigación del potencial de los pokémon.
J – Mmm. Quizás yo también deba dejar la rutina y emprender algo nuevo...