Me sentía y me llamaban inútil casi 2 años seguidos, gran parte de la clase pasaba de mí, me "desaparecían" bolígrafos, me dibujaban pollas en la libreta que tenía que arrancar y tirar a la papelera aguantando mi furia y sentía las lecciones de educación física como un infierno, donde todos me ignoraban en los partidos y al mínimo fallo y si perdíamos me sentía con la vergüenza de no poder mirar a la cara a nadie mientras cuchicheaban lejos de mí. Sé al menos, hasta cierto punto, de lo que hablo.
Amén. Educación física a mí también se me hacía especialmente insoportable. Podía darse el caso de que ganáramos habiendo colaborado y yo era un cero a la izquierda, y podía ser que perdiéramos y yo era el centro de las críticas. Además siempre me hizo sentir especialmente mal por aquellos que esto sí que lo sufrían totalmente en serio, los últimos en ser elegidos para un equipo, "el gordito de la clase..." y cosas así.
Pero más tarde aprendí que los que tienen esos hándicaps al final se vuelven los verdaderos luchadores, y los que tienen aptitudes innatas por así decirlo que se les suben a la cabeza y van de sobrados lo ven todo llano y se acaban comiendo el suelo.
El gordito de la clase luego vinieron las hormonas de la adolescencia y qué cañón se puso el cabrón.
Del choni pseudocani de colegio privado lo último que supe es que se estalló con la moto.