Autor Tema: [Fanfic] Pokémon Mundo Misterioso: Guardianes de la Esperanza  (Leído 1179 veces)

0 Usuarios y 1 Visitante están viendo este tema.

IDG

  • Ayudante de Entrenador
  • **
  • Mensajes: 77
  • Karma: +0/-0
  • ~Reaching out to embrace the random~
    • Ver Perfil

  • Total Badges: 18
    Badges: (View All)
    Cinta Ingenio superior Tercer aniversario Nivel 4
[Fanfic] Pokémon Mundo Misterioso: Guardianes de la Esperanza
« en: 04 de Mayo de 2014, 02:20:51 am »
Nota del Autor:¡Hola, usuarios de Pokexperto! Esta es la primera vez que publico un Fanfiction. La saga de Pokémon Mundo Misterioso siempre ha sido mi favorita, por lo que decidí hacer mi primer Fanfic sobre ella. Al contrario que en los juegos (e inspirandome en otros trabajos) he decidido nombrar a los Pokémon por nombres propios.
Además, esta aventura no toma lugar en ninguno de los metaversos de Pokémon Mundo Misterioso, ya que se trata de un mundo totalmente independiente, que se encuentra en una situación crítica (a lo largo de la historia será explicada).
Por último (y ya dejo de echaros el sermón) quiero aclarar que he querido dar a la historia un aire a la saga, es por eso que indico el lugar en el que está ocurriendo la acción, tal y como lo hacen los videojuegos originales.
Gracias por leer y ¡a disfrutar!




Introducción

Bosque Sombrío

Cyan se tapó los oídos con sus patas delanteras. El sonido que las explosiones causaban era terrible, y, aunque se había alejado ya medio kilómetro, podía oírlas como si las tuviera al lado. Agotado, se detuvo y miró a su alrededor, esperando, deseando que no hubiera nadie cerca. Ya tenía suficientes preocupaciones para  que, precisamente en ese momento, un Haunter o un Trevenant saliera de la maleza y lo atacara. Sin embargo, todo parecía muy calmado.

“Las explosiones y el fuego deben de haber ahuyentado a todos los Pokémon salvajes. Eso es bueno… de momento. Pero no debo distraerme… debo seguir corriendo. Hasta el amanecer al menos. No puedo dejar que me encuentren… y soy demasiado mal actor para hacerme pasar por un pokémon salvaje.”

Con este pensamiento, retomó su idea inicial: correr. Continuó atravesando el Bosque Sombrío a la mayor velocidad que sus cortas patas de Cyndaquil le permitían. Pero sabía que, tarde o temprano, tendría que detenerse para descansar. Solo esperaba que ocurriera más tarde que temprano.

Villa Plata

Grunt, entre jadeos, apartó con su cuchilla otro pedazo de madera calcinada de su camino. Casi perdiendo el control, gritó.

-¡Tú, maldito loco! ¿Te parece normal arriesgar así la vida de los demás agentes? ¡Podrías haber acabado con las vidas de muchos de los nuestros!

Le gritaba a un siniestro Bisharp que se alzaba entre las llamas, de espaldas a él. Llevaba puesta una capa negra con capucha, que lo volvía incluso más tétrico. El Bisharp, sin mostrar el más mínimo sentimiento ante los gritos de su compañero, se giró y le habló.

-Encárgate de limpiar la zona de cadáveres. -Dijo, con una profunda y grave voz- Yo me llevaré a los prisioneros. Nuestro líder nos espera.

Grunt casi no podía aguantar la ira. Poniéndose en posición de combate, encaró al Bisharp.

-¿Qué te crees que estás haciendo? ¡No vas a darme órdenes, maldito creído! ¡Harper, te lo advierto: si sigues comportándote así, tus propios soldados serán los que te maten, y me ahorrarán trabajo!

De nuevo, Harper ignoró a su compañero. Continuó caminando, directo a la zona en la que retenían a los prisioneros. El Garchomp, esta vez, respiró hondo y se relajó. Se dejaba llevar demasiado por la ira.

“Es algo nato en mí, supongo. A veces desearía ser un Dragonite. Esos malditos sí que saben controlar sus sentimientos.

Una vez relajado, alzó la vista para poder observar Villa Plata… o lo que quedaba de ella. Harper y él habían sido enviados para matar o capturar a todo residente de la Villa, además de encargarse de arrasarla, aunque no se les habían dado motivos para hacerlo. Pero así eran la mayoría los trabajos que la Corporación de Inteligencia les asignaba. Rápidos, sencillos, y, lo más importante, totalmente exentos de preguntas. Pero, aún así, era reconfortante servir a aquella causa. La causa que aseguraría la victoria contra los traidores, la causa que limpiaría Petraria de la calaña más nauseabunda que aquel mundo había conocido.

Y, sin pensarlo más, comenzó a quemar cadáveres.

Corazón del Bosque Sombrío

Cyan se desplomó. No podía caminar más, y sentía que las fuerzas lo abandonaban poco a poco. Tirando de sus últimas fuerzas, se dejó caer entre unos arbustos, para evitar ser visto si pasaba alguien. Respirando hondo, sacó una manzana de su bolsa de viaje, y le dio un placentero mordisco. Solo entonces, en la tranquilidad del bosque nocturno, comenzó a asimilar la situación.

“Papá… mamá… ¿estaréis bien?”

Recordó la última visión que tuvo de sus padres. Su padre, un regio Emboar, le dio una pequeña bolsa de viaje y lo empujó fuera de casa por la puerta trasera. Su madre, una Thyplosion, lo abrazó fuertemente antes de dejarlo ir, para luego girarse y tratar de defender la Villa junto con su marido. Cyan no miró atrás, sabiendo que lo que vería podría no gustarle. Pero algo, muy hondo dentro de él, le decía que sus padres seguían con vida. A la Corporación de Inteligencia le encantaba coger prisioneros, según lo que había oído.

Mientras cavilaba sobre esto, dejó que sus entrecerrados ojos se adaptaran a la oscuridad. Al ser un Cyndaquil, sus ojos no estaban del todo desarrollados, y, por lo tanto, eran apenas una franja en su cara. Aún así, podía ver bastante bien, y, si su visión le fallaba, tenía su maravilloso olfato. Sin embargo, esta vez fue su visión la que detectó un extraño bulto azul derribado en el suelo en un claro, a unos metros de su posición. Alzó la cabeza para tratar de identificarlo, y, con un par de vistazos, dedujo que se trataba de un pokémon.

“Vaya, a ese pokémon le ocurre algo… no creo que se quedase dormido ahí. Tiene más aspecto de haberse golpeado y desmayado. O… a lo mejor está muerto.”

Se pensó dos veces la posibilidad de acercarse. No podía descartar la posibilidad de que aquel pokémon fuera hostil. Además, era azul. Y un pokémon azul, por lo general, estaba asociado al elemento Agua. Siendo como era un pokémon de tipo Fuego, Cyan tenía miedo de que lo machacara con una tromba de agua.

Finalmente, reunió valor y se acercó a él. Se inclinó sobre su cuerpo, y, mirándolo atentamente, pudo distinguir su respiración.

“Todavía respira… por lo que aún sigue vivo. Ay, todavía no se si eso es bueno o malo.”

Se detuvo a observar al pequeño pokémon. Por su fisionomía, parecía cuadrúpedo, ya que tenía cuatro cortas patitas saliendo de sus costados. Tenía una aleta grande en la cabeza, y otras tres, de color naranja y más pequeñas, en cada mejilla. Además, poseía lo que parecía ser una aleta caudal en la parte trasera de su cuerpo. Sin lugar a dudas, era un tipo Agua. Aunque Cyan nunca había visto a aquel pokémon… principalmente, porque no había salido de los alrededores de Villa Plata nunca.

Justo en aquel momento, el desconocido pokémon comenzó a moverse. Cyan sintió un escalofrío a través de su columna vertebral. El desconocido se levantó sobre sus cuatro patas, aún tambaleándose. Mientras Cyan lo miraba atónito, hasta que se decidió a ayudarlo. El pokémon, confuso, se quedó observándolo extrañado.

-Hola… -Acertó a decir Cyan- ¿te encuentras bien? Lo digo porque estabas ahí desmayado…

El pokémon lo miraba con ojos como platos.

-Eres un… Cyndaquil… y… ¿acabas de hablar?

Cyan se sorprendió ante la pregunta.

-Pues claro… ¿tengo acaso pinta de pokémon salvaje? -Al no obtener respuesta, añadió- Y tu eres un… maldita sea, he oído hablar de tu especie, pero ahora mismo no recuerdo el nombre.

El pokémon azul se miró el cuerpo.

-Así que… es cierto. Soy un pokémon. Vaya, esto es lo más raro que me ha pasado nunca. -Notando que Cyan lo miraba de forma extraña, decidió explicarse- No estoy seguro de si debería contártelo, pero ¡qué diablos!, tengo que poder confíar en alguien. Verás, aunque pueda parecer un pokémon… soy un humano. No sé cómo, ni por qué, pero, hace un rato, me he encontrado a mí mismo transformado en un pokémon, y, del susto, me desmayé. Por si eso fuera poco… no recuerdo absolutamente nada de mi vida antes de transformarme.

Cyan rió nerviosamente, al mismo tiempo que se rascaba la cabeza con una pata.

“Este pokémon… ¿estará mal de la cabeza? ¿De dónde ha sacado todo eso? Y, por otro lado ¿qué pasa si es real lo que cuenta? No tengo ni la más remota idea, pero de momento… creo que será mejor confiar en él. No me parece el tipo de pokémon que intentaría robarme.”

-Bueno, eso es… horrible, colega. -Dijo al fin, tratando de sonar natural- Vete acostumbrando a que los pokémon hablen, porque, en este mundo, todos lo hacemos. Por cierto, me llamo Cyan.

-Encantado de conocerte, eh, Cyan… ¿sabes lo raro que se me hace decirle eso a un pokémon? -Al ver que Cyan lo miraba con una expresión entre lo ofendido y lo extrañado, rectificó- Er… lo siento. Bueno, como podrás comprender, yo… no recuerdo mi propio nombre.

Cyan, en un arrebato, pegó un salto.

-¡Mudkip! ¡Eso es! ¡Eres un Mudkip! Sabía que había oído hablar de…

La frase del Cyndaquil se vio interrumpida por un chasquido. Cuando los dos pokémon se giraron hasta el lugar del que provenía, vieron a un Pokémon alto y regordete, con varios bultos alrededor de su cuello, y a un pokémon mucho más pequeño, con alas y de color negro, encaramado a una rama.

-Vaya, vaya, vaya… ¿que tenemos aquí, Guts? -Dijo el pokémon alado, mirándolos con desdén- Parece que estos dos renacuajos se han perdido.
 
El otro pokémon, el que al parecer se llamaba Guts, soltó una risa boba. Su voz se asemejaba más a un conjunto de voces que a una sola. Cuando se acercó, pudieron ver que tenía varias cabezas pegadas a su cuello, y una especie de palmera saliendo de entre todas ellas.

-¡Sí, ya lo creo! Sería una pena que alguien les robara ¿verdad?

Antes de que pudieran hacer nada, Guts lanzó dos potentes rayos de energía psíquica, que derribó a los dos pequeños pokémon.

-Vamos a ver que llevas en esa bolsa, rata de fuego -Dijo el más pequeño, a la vez que planeaba hasta Cyan, y le arrebataba la bolsa con su pata izquierda- Veamos…

Entonces, el pequeño claro se llenó de luz. Todos los presentes cerraron los ojos para evitar que la luz los cegara. Un nuevo pokémon había aparecido en el centro del claro cuando volvieron a abrirlos, entre los criminales y los pequeños. Era de color amarillo, casi tan alto como Guts, y con adornos negros alrededor de su cuerpo.

Cyan se arrastró hacia su nuevo compañero, y le susurró al oído.

-Conozco a ese… es un Ampharos. No sé qué está haciendo por aquí, pero tiene cara de pocos amigos…

El Ampharos miró con furia a los dos criminales.

-Sois de lo peor… ¿ahora os dedicáis a robar a niños? ¿Tan bajo habéis caído, asquerosos rufianes?

El pokémon negro retrocedió, asustado. Mirando fijamente al Ampharos, arrojó la bolsa a sus pies.

-Eh, Guts. Creo que no hay nada interesante en esa bolsa de pacotilla. Podemos dar por finalizada la visita.

Guts, sin pensárselo dos veces, echó a correr, seguido de cerca por el pequeño pájaro. El Ampharos no apartó la vista de ellos hasta que los perdió de vista. Luego, se dirigió hacia Cyan y su compañero. Les entregó la bolsa.

-Habrase visto… atacar a niños indefensos… sin duda esos dos merecían algo más que un escarmiento. -Ayudó a los dos niños a ponerse en pie- De todas formas… ¿qué hacíais en el bosque a estas horas? ¿Acaso sois fugitivos de Villa Plata?

Cyan, después de mirar súbitamente a su colega Mudkip, se decidió a resumirle la historia. Le contó sobre su huida, y sobre cómo había encontrado al Mudkip tendido en el suelo, pero, por si acaso, se saltó lo concerniente a su condición de humano.

-Ya veo… bueno, no es buena idea que os quedéis aquí toda la noche. Seguidme, os pondré a salvo.

Sin pensárselo dos veces, los dos pokémon siguieron al Ampharos, adentrándose en el bosque.



Y esa ha sido la introducción. Espero que os haya gustado, y que leais el Fic regularmente. Sintiéndolo mucho, no puedo asegurar un día de la semana para postear cada capítulo, tan solo puedo decir que subiré al menos un capítulo a la semana.
Como esta es la introducción, quiero pediros un favor, queridos lectores. Si sois tan amables, sentíos libres de postear en el tema de Comentarios de este Fanfic un posible nombre para el Mudkip. Tengo varios pensados, pero quiero saber vuestras ideas, para tener más opciones. Comentad si os ha gustado y, ¡nos vemos en el próximo capítulo!

« Última modificación: 04 de Mayo de 2014, 02:28:55 am por IDG »


¡Échale un vistazo a Pokémon Mundo Misterioso: Sons of Freedom!
http://www.pokexperto.net/foros/index.php?topic=64664.0

"Practice and more practice. Repeat the same thing over and over again. Keep going until you're happy with it. It's the only way."
-Kaworu Nagisa, Evangelion 3.33: You Can (Not) Redo

IDG

  • Ayudante de Entrenador
  • **
  • Mensajes: 77
  • Karma: +0/-0
  • ~Reaching out to embrace the random~
    • Ver Perfil

  • Total Badges: 18
    Badges: (View All)
    Cinta Ingenio superior Tercer aniversario Nivel 4
Re:[Fanfic] Pokémon Mundo Misterioso: Guardianes de la Esperanza
« Respuesta #1 en: 12 de Mayo de 2014, 08:24:15 am »
Capítulo 1: Refugio

Senda Escarpada

En mitad de la noche, una curiosa comitiva atravesaba una senda entre montañas. Un Ampharos con aspecto entusiasta lideraba la marcha, iluminando el camino con su cola. Detrás de él, un Cyndaquil y un Mudkip intercambiaban ideas.

-Bien… ¿qué te parece Muddy? -Interrogó Cyan, intentando, por décima vez, dar un nombre que le gustara al Mudkip. Éste, de nuevo, negó con la cabeza.

En ese momento, el Ampharos (que había afirmado llamarse Lugnos) levantó  la cabeza y se unió a la conversación.

-¿Qué tal Marvin? Es un nombre que no muchos Mudkip usan. Y, como, según ha dicho tu amigo, solo va a ser provisional, no creo que importe demasiado. Quiero decir, que cuando recuperes tu memoria, recuperarás tu anterior nombre.

El Mudkip se lo pensó dos veces, no muy seguro de si le gustaba el nombre.

“Pero tiene razón… solo es provisional. Lo usaré sólo hasta que recupere mi nombre original. Y, por mi propio bien, espero que sea pronto.”

-Sí, me gusta Marvin. -Dijo finalmente- Es bonito.

Lugnos le respondió con una sonrisa de complicidad, y volvió a girar la cabeza para mirar al frente. Nada más hacerlo, se detuvo y les indicó que se quedaran quietos con la mano.

-He visto algo ahí dentro… -Dijo, entrecerrando los ojos.- Creo que sé lo que es, pero será mejor que lo confirme. Tranquilos, chicos, lo más probable es que sea un pokémon salvaje, pero… siempre es buena idea asegurarse de que no nos están espiando.

 Estaba mirando fijamente una pequeña cueva. Tras unas comprobaciones, entró, listo para acribillar a rayos a todo aquel que se le cruzara por el camino. Por precaución, atenuó la luz de su cola, dejándola en el nivel justo para ser capaz de ver lo que tenía delante. Tras unos segundos, salió de nuevo.

-Falsa alarma, chicos. Es una amiga. -Les informó, mucho más relajado.

-¿Una… amiga? -Cyan parecía confundido.

De dentro de la cueva surgió una pokémon de color morado, con una especie de sombrero, y levitando a medio metro del suelo. Tenía toda la pinta de ser una pokémon Fantasma. El pokémon, cuando vio a Marvin y Cyan, sonrió.

-Vaya, Lugnos, que cosas más monas llevas esta noche contigo. -Declaró la pokémon, mostrando una sonrisa de oreja a oreja- ¿Has tenido problemas para volver, querido?
Lugnos negó con la cabeza.

-Todo fue bien, no hay que darle importancia. Logré esquivar a los miembros de la Corporación, pero no pude hacer nada por los prisioneros. Si tuviera a alguien conmigo… -Se lamentó, frustrado. Al ver que la expresión de su amiga se ensombrecía, se decidió a cambiar de tema.- Y, bueno, estos dos son… digamos que son mis protegidos. Los libré de un atraco. Mi intención era llevármelos a la base, porque rondando el bosque no están seguros. Probablemente Nethar mande a más efectivos a rastrear el bosque durante el día de hoy. -Se giró hacia sus “protegidos”- Chicos, os presento a Darla, la Mismagius. Darla, estos dos son Cyan, el Cyndaquil y Marvin, el Mudkip.

-¡Vaya, vaya! ¡Pero si son una monada! ¡Encantada de conoceros, pequeños! -Les mostró la mejor de sus reverencias y se volvió hacia Lugnos de nuevo- Oye, Astrid te va a comer vivo si llevas a estos dos a la base. Es muy estricta con ese tipo de cosas.
-No te preocupes -Le respondió el Ampharos- Me encargaré de que los deje quedarse allí, al menos por esta noche. No creo que quiera que dos pokémon inocentes caigan en manos de la Corporación. Y, hablando de eso, creo que deberíamos continuar nuestro camino hacia la base. Retomemos la marcha.

Confundido, Marvin se acercó a Cyan y le preguntó, con toda la discreción posible:
-Oye, Cyan… ¿tú sabes qué es esa “Corporación” de la que tanto hablan? ¿Es algo malo?

Cyan lo miró como si fuera la primera vez que alguien le preguntaba eso.

-¿Ni siquiera te acuerdas… de eso? -Marvin negó con la cabeza- Deja que adivine ¿tampoco recuerdas en qué país estás? -De nuevo, obtuvo una respuesta negativa- Vaya… oye, será mejor que lo hablemos todo cuando lleguemos a… a donde sea que nos estén llevando. Tú mientras tanto mantén la boca cerrada.

El camino se hizo mucho más ameno acompañado de Darla. Marvin y Cyan no tardaron en descubrir que se trataba de una Mismagius encantadora, con unos modales y un comportamiento impecables.

Cuando Darla estaba terminando su relato acerca de cómo derrotó a tres Rampardos sin usar un sólo movimiento, la extraña comitiva llegó a una zona del camino mucho más estrecha que el resto. Se detuvieron, y Lugnos se aseguró de que no hubiera nadie más alrededor. Después de girar varias veces la cabeza, golpeó una losa natural que sobresalía del lateral del camino. Luego, repitió el proceso con otra, y con otra más, hasta un total de ocho. Entonces, ante los asombrados ojos de los pequeños pokémon, la pared que marcaba el final del sendero comenzó a moverse. Cyan y Marvin retrocedieron asombrados mientras un pedazo de la pared se levantaba, dejando ver una cueva oculta.

Lugnos, sin mirar a sus acompañantes, entró. Al ver que no se movían, Darla los instigó a continuar.

-¡Venga, pequeños! ¿A qué esperáis? ¡Ya casi hemos llegado! -Dijo, mostrando su más sincera sonrisa.

“¿Llegado? ¿Llegado a dónde? ¿A dónde nos están llevando estos dos?”
Se preguntó Marvin. “Bueno… dondequiera que nos estén llevando, ya estamos cerca, así que…”
Marvin, tragando saliva, se adelantó. Cyan, temiendo quedarse solo, lo siguió casi inmediatamente, por delante de Darla, que todavía mostraba su sonrisa habitual. Nada más pusieron un pie dentro de la cueva, la puerta se cerró. Aunque el lugar estaba en completa penumbra, la luz de la cola de Lugnos les ayudó a ver lo que tenían delante. La cueva no era nada especial; de hecho, no era nada distinto a cualquier otra cueva. Pero Lugnos parecía bastante aliviado de estar allí dentro, al igual que Darla.

Después de varios minutos de caminar a lo largo de varias encrucijadas en las que cualquier pokémon que no conociera el lugar se acabaría perdiendo, llegaron a una puerta de hierro, bastante simple, que bloqueaba el paso. Lugnos la golpeó tres veces. Tras esto, se abrió una trampilla en la puerta, dejando ver unos ojos bastante intimidantes, con unas pupilas negras como la noche.

-¿La contraseña? -Preguntó el presunto dueño de los ojos.

Lugnos dijo algo en voz muy baja, algo que los demás no pudieron oír. Los ojos miraron a Darla y los chicos. Después de otras palabras inaudibles por parte de Lugnos, la trampilla se cerró, y la gran puerta de hierro se abrió. Los cuatro pokémon entraron. Lo que Marvin y Cyan vieron allí no era lo que se esperaban. Se trataba de una gran sala, que se asemejaba bastante a una recepción. El interior estaba recubierto de madera, y había varios bancos en los extremos. Una gran lámpara colgante iluminaba la estancia completa. Los dos amigos se quedaron con la boca abierta. Lugnos los miró divertido.

-Bienvenidos a nuestra base. ¿Sorprendidos?

Cyan no podía hablar de lo pasmado que estaba, pero Marvin decidió interrogar a  Lugnos.

-Oye, eh… Lugnos. ¿De verdad vivís aquí? Quiero decir… ¿para qué tanta seguridad?

-Oh, tan solo nos ocultamos de la Corporación de Inteligencia. Por si no te has dado cuenta, somos una sociedad oculta. Nos encargamos de defender nuestra patria de la Corporación.

-Ah… claro, la Corporación. -Concluyó Marvin, recordando lo que Cyan le había dicho acerca de mantener la boca cerrada.

En ese momento, el pokémon que les había abierto la puerta se mostró. Era un Granbull de mediana estatura, un poco más bajo que Lugnos. Entre carcajadas, abrazó al Ampharos.

-¡Vaya, vaya! ¡Pero mira quién ha vuelto! Colegas, no sabéis lo preocupados que tenéis a los de allá. ¡Serán mariconazos! -Soltó de una sonora carcajada, al tiempo que se separaba de su amigo- ¡Pero yo sabía que volveríais sanos y salvos! ¡Venga, id a saludar a esos Rattatas muertos de miedo!

Lugnos le dio unas palmadas en el hombro.

-A eso vamos, Walter. Ah, y espero que no te moleste que me haya traído a un par de amigos.

El Granbull se encogió de hombros.

-Oye, no soy yo el que tiene que estar molesto, sabes que por mí no hay problema. Pero no sé si a Astrid le hará mucha gracia que traigas compañía…

-No te preocupes por Astrid. Sé manejarme con ella. Y estoy seguro de que Palus me apoyará. Venga chicos, ¡seguidme!

Darla, Marvin y Cyan le obedecieron, yendo a pocos pasos detrás de él. Usaron una de las muchas salidas de la sala, pasando por un corredor bastante amplio. Cyan todavía estaba impresionado por el descubrimiento de aquel lugar, pero eso no le impidió dirigirse a Darla.

-Sra. Darla… ¿de qué va todo esto? ¿Para qué nos han traído aquí?

-La verdad… no tengo ni la más remota idea. Lugnos no suele recoger a pokémon todas las noches. Lo más seguro es que se deba al ataque a Villa Plata. Supongo que temía que dos pokémon tan pequeños como vosotros corrieran peligro. A no ser… -Se detuvo, mirando a la nada como si se le acabara de ocurrir una idea- la verdad, tiene sentido…

Sin terminar la frase, continuó avanzando. Cyan y Marvin se miraron, confusos, pero rápidamente retomaron la marcha. Lugnos ya se les había adelantado, y estaba entrando en una cámara grande y bien iluminada. Entraron después de él, y vieron lo que había allí dentro.

Una gran cantidad de pokémon estaba reunida allí. El lugar tenía aspecto de comedor, y todos los presentes se servían comida, o charlaban con sus compañeros de mesa. Cuando entraron ellos, sin embargo, varios de ellos dirigieron sus miradas hacia la entrada, y murmuraron algo. De repente, un pokémon grande, de color azul y con varias aletas en su cuerpo, se les acercó, con una enorme sonrisa en los labios.

-¡Por Arceus! ¡Lugnos y Darla! ¡No sabéis lo asustados que estábamos! Tardabais tanto que… creí que no os volvería a ver. Estaba a punto de salir yo mismo a buscaros, como puedes ver -Aclaró, señalando una bolsa de viaje que colgaba de su hombro -Astrid está preocupada también, aunque no me lo diga… ya sabes cómo es. Nunca deja que sus debilidades salgan a flote.

Marvin se miró a sí mismo, y luego al pokémon. Había una obvia conexión entre ellos, aunque no dijo nada para no meter la pata. De todas formas, sus dudas fueron resueltas casi al instante, cuando el pokémon lo miró.
-¡Vaya, vaya! ¿Quiénes son estos dos, Lugnos? -Preguntó, mirando al dúo- Me has traído un descendiente ¿es eso,  verdad? ¿Tan viejo estoy? -Bromeó.
-No, Palus. Se trata de dos pokémon que encontré perdidos en el bosque. Llegué a tiempo de salvarlos de esos dos saqueadores que siempre nos estorban tanto. Créeme, que uno de ellos sea de tu especie es pura coincidencia.

Cyan le habló a Marvin.

-¡Claro! Él es un Swampert. No estaba seguro, porque hay pokémon que se asemejan a otros sin tener relación…

Palus, poniendo cara de circunstancias, habló de nuevo.

-Si tu intención es que se queden esta noche, tendrás que hablar con Astrid… la pokémon más oportuna que he conocido, por cierto -Añadió, en voz alta, mirando un punto por encima de la cabeza de Lugnos.

Todos giraron sus cabezas para verla. Ante sus ojos, apareció entonces una hermosa Ninetales, con sus nueve colas en alto, atravesando el umbral de la puerta con majestuosidad, y aproximándose haciendo gala de la máxima elegancia y firmeza. Cuando estuvo lo bastante cerca, comenzó a hablar.

-Por lo que parece has vuelto de tu misión de reconocimiento, Lugnos. Y no solo eso, también te has traído a Darla. Me alegro de que ambos estéis bien. No podemos permitirnos perder a dos de nuestros mejores agentes. -Con disimulo, desvió la mirada hacia los pequeños- ¿Estos dos son cadetes? No recuerdo haberlos visto nunca…

Lugnos se adelantó, y le habló.

-Astrid, de eso quería hablarte. Estos dos pokémon… los encontré en el bosque, cuando regresaba. No tienen a nadie… y uno de ellos tiene amnesia. Por favor, déjalos quedarse aquí solo durante una noche.

Astrid entrecerró los ojos.

-Conoces las normas. Y, aunque las conoces, te las has saltado. ¡Las normas prohíben terminantemente la entrada de cualquier pokémon ajeno a los Guardianes!
Palus se pronunció, situándose entre Lugnos y Astrid.

-¡Solo son unos críos! ¡Déjalos quedarse durante un solo día, al menos!

Astrid miró al Swampert desafiante.

-Puede que tengamos el mismo rango, pero las normas son las normas. Tus decisiones no pueden contradecirlas. Ningún pokémon que no pertenezca a la organización puede acceder a este lugar.

Justo después de que la Ninetales dijera esto, la cara de Palus cambió por completo. Sus facciones se relajaron, y esbozó una pequeña sonrisa en su rostro.

-La verdad es que… tienes razón. Ningún pokémon ajeno a los Guardianes puede quedarse en la base. Pero… ¿y si ellos no fueran ajenos a los Guardianes?

Astrid frunció el ceño.

-¿A dónde quieres ir a parar?

-Es sencillo -respondió el Swampert, resuelto- Podemos proponerles unirse a los Guardianes.

Marvin sintió como si su mandíbula cayera al suelo. Él y Cyan cruzaron su mirada,

-Eres un bastardo… usas cualquier excusa para reclutar cadetes ¿eh? -dijo Astrid, con un matiz de complicidad en su voz- No tengo ningún inconveniente en que se unan a nosotros, pero te lo advierto… como resulten ser una carga o no tengan las cualidades necesarias, ¡tú cargarás con la culpa!

Palus agitó su mano, restándole importancia.

-Estarán a la altura. ¿Y bien? ¿Qué decís vosotros dos?

Cyan miró a Marvin, como si realmente quisiera aceptar la propuesta.

-La verdad es que… esto puede servirme para encontrar a mis padres. Y, pensándolo bien, es lo único que puedo hacer si quiero sobrevivir de momento. ¿Qué me dices, Marvin? ¿A ti te parece bien?

Marvin dudó unos instantes.

"No tengo nada que perder… no sé nada sobre este mundo, ni sobre mis poderes… y Cyan tiene razón. Es la única manera de que nos dejen vivir aquí. Bueno, supongo que no será tan duro."

Ni siquiera habló. Tan solo asintió con la cabeza, totalmente seguro de lo que estaba haciendo. Palus sonrió, y se dirigió a Darla.

-Darla, querida, llévalos a su habitación. Estarán cansados, y mañana les espera un día agotador.

Darla se les acercó, pidiéndoles con sus perfectos modales que la siguieran. Cruzaron una de las muchas puertas que salían de la sala, y desaparecieron de la vista de Astrid.
« Última modificación: 14 de Mayo de 2014, 07:15:53 am por IDG »
¡Échale un vistazo a Pokémon Mundo Misterioso: Sons of Freedom!
http://www.pokexperto.net/foros/index.php?topic=64664.0

"Practice and more practice. Repeat the same thing over and over again. Keep going until you're happy with it. It's the only way."
-Kaworu Nagisa, Evangelion 3.33: You Can (Not) Redo

IDG

  • Ayudante de Entrenador
  • **
  • Mensajes: 77
  • Karma: +0/-0
  • ~Reaching out to embrace the random~
    • Ver Perfil

  • Total Badges: 18
    Badges: (View All)
    Cinta Ingenio superior Tercer aniversario Nivel 4
Re:[Fanfic] Pokémon Mundo Misterioso: Guardianes de la Esperanza
« Respuesta #2 en: 18 de Mayo de 2014, 09:17:56 pm »
Capítulo 2: Lecciones

Base de la Corporación de Inteligencia
(Cámara del Líder)

-Líder.

-...

-Líder, señor. Hemos hecho prisioneros a algunos de los habitantes de Villa Plata, y ya están en el fuerte del norte. La mitad de la aldea se encuentra destrozada, tal y como usted ordenó. Los traidores han sido erradicados. Esperemos que eso enseñe a los de su calaña a no traicionar a sú honorable persona.

-Fantástico, Harper. Sabía que podía confiar en tí para esta misión. Sin embargo... ha llegado a mis oídos que has puesto en riesgo la vida de muchos efectivos.

-Los consideré prescindibles, Líder. Siempre podremos conseguir más...

-¡NO TIENES NI IDEA! ¡YO SOY EL QUE DECIDE QUIÉN ES PRESCINDIBLE Y QUIÉN NO! MÁS TE VALE QUE ESTO NO SE VUELVA A REPETIR, O SUFRIRÁS LAS CONSECUENCIAS. Y CRÉEME, NO TE GUSTARÁN. ¿QUEDA CLARO?

-Sí, Líder. No volverá a ocurrir.

-Perfecto entonces. Puedes retirarte, tengo cosas sobre las que pensar. Algo me dice que el momento que llevamos esperando durante 20 años llegará pronto. Y debemos estar preparados.

-Sí, Líder.

Fortaleza de los Guardianes
(Habitación Auxiliar)

-¿Cyan?

La voz de Marvin resonó en la habitación oscura. Los dos pequeños Pokémon habían sido llevados a una habitación auxiliar y depositados en dos camas de paja.

-Hmm... tú tampoco puedes dormir, ¿verdad?- Respondió la voz de su compañero.

-Me temo que no. Tengo demasiadas cosas en la cabeza. He sido arrastrado a un mundo que no conozco, y eso no es algo fácil de sobrellevar. -Marvin se quedó mirando al techo, pensativo. Una idea cruzó por su mente- Oye... no se si esta amnesia va a desaparecer pronto, así que había pensado que tal vez tú... que tal vez podrías explicarme algo sobre este mundo. Ya sabes, aunque sea un sólo un resumen. Porque, la verdad, es que estoy bastante perdido.

La petición tomó a Cyan por sorpresa.

-¿Y-yo? Vaya, tal vez no sea el más indicado, pero... creo que puedo contarte algo de historia de Pellaria. Y, sí, Pellaria es el nombre del lugar en el que vivimos.

Marvin se levantó de su cama, entusiasmado, y se sentó en frente de Cyan, para prestarle atención a su historia. Sus ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad hacía rato, así que no le costó llegar hasta su amigo.

-Vale, veamos... creo que lo mejor será resumirte la situación actual de Pellaria. Vamos allá. -Cyan tomó aliento antes de comenzar a explicar. Luego soltó el aire y empezó su exposición- Pellaria ha estado en guerra hasta hace relativamente poco. El causante de la guerra, un terrible Lucario llamado Siphrus, murió al terminar la guerra, pero su más poderoso agente decidió hacerse con el poder después de él. Ahora mismo, Pellaria se encuentra en la anarquía absoluta. No tenemos líder, aunque ese agente de Siphrus trata de apoderarse de toda la región. Algunos se oponen a él, mientras que otros están de su lado. Es una situación bastante difícil...

Marvin permaneció en silencio, asimilando lo que le acababan de contar. Pero entonces, una nueva pregunta lo asaltó.

-Y esa... "Corporación de Inteligencia", qué es exactamente, y que papel tiene en la historia.

-El agente del que te hablé, Zunnas, era el líder de lo que Siphrus llamaba "Corporación de Intelgiencia", una agencia de sicarios y espías que se encargaban de los trabajos sucios. Al morir Siphrus, su ejército se dispersó, pero la Corporación continuó viva, ya que sus integrantes eran demasiado leales para abandonar. Zunnas encontró una manera de apoderarse de los Pokémon y convertirlos en sirvientes sin emociones. Aún así, los integrantes originales de la Corporación son leales por su propia cuenta, y comandan a los Pokémon controlados... y, básicamente, esa es la historia.

-Esos... "Pokémon controlados" -Interrogó Marvin- ¿qué son exactamente? ¿y cómo los controla Zunnas?

Cyan agachó la cabeza.

-Bueno... no estoy seguro de como los controla. Pero nosotros los llamamos "Pokémon oscuros", en referencia a su falta de sentimientos o mente propia. No debes confundirlos con los "Pokémon siniestros", ellos no tienen nada que ver, tan solo es la palabra que usamos para referirnos a su tipo elemental. Los Pokémon oscuros solo actuan bajo los designios de Zunnas y sus comandantes, y no cuestionan órdenes. Son realmente aterradores.

Marvin asintió, comprendiéndolo todo.

"Así que este mundo no es un mundo feliz precisamente. Aunque es probable que yo ya supiera eso. Es incluso probable que estuviera en contra de ese Zunnas. Pero, hasta que recupere mi memoria, no puedo saber nada con seguridad... Ugh, espero que eso ocurra pronto. Todo esto es tan confuso..."

-Gracias, Cyan. Me has aclarado muchas cosas. Al menos ya no desconozco todo lo concerniente a este mundo. -Miró hacia la puerta- Hace tiempo que no oigo sonidos de fuera. Tal vez deberíamos intentar dormir de nuevo.

-No hay de qué. -Correspondió su amigo- Y tienes razón, deberíamos dormir, o intentarlo al menos. Buenas noches. Espero que mañana podamos hacer más progresos.

"Yo también lo espero..." pensó Marvin. Se levantó y regresó a su pequeña cama de paja, preparado para intentar dormir. Se tumbó, y, justo cuando acomodaba su cabeza sobre la pila de paja, Cyan habló de nuevo.

-Marvin. -Dijo- Me alegro de que hayas accedido a unirnos a esto. Quiero tener una oportunidad de acabar con la Corporación, de traer la paz a Pellaria de una vez por todas. Y de encontrar a mis padres...

Después de esto, Marvin solo oyó su respiración. Supuso que se había quedado medio dormido.

"Bueno, ahora es mi turno... vamos allá"

Vació su mente de todo pensamiento, de toda preocupación. Se acomodó sobre la cama y...



"No sentirás nada."

...

"¡No! ¡E-espera, esto no...! ¡Esto no debía ocurrir!"

...

"¡No, vete! ¡A-aléjate! ¡AAAAAAAH!"

*Thump*



Marvin abrió los ojos.

"¿Qué ha sido eso? He oído... esa voz... en mi cabeza. Hace tan solo un momento. Pero no sonaba a ninguna voz que yo conozca. Parecía una voz femenina."

Entonces, se dio cuenta de que la luz de su habitación estaba encendida.

"¿Cuánto tiempo llevo dormido?"

Cyan estaba sentado en su cama, mirando una pequeña bolsa de cuero. Cuando se dio cuenta de que Marvin se incorporaba, lo miró.

-¡Buenos días! O... al menos creo que ya es de día. Hace un momento ha venido Palus y me ha dicho que quiere vernos. Le he pedido unos minutos para que pudieras dormir un pco más. Llevamos un buen rato durmiendo, así que apostaría a que es de día.

Marvin se levantó de su cama, todavía confuso por las voces que había oído. Empujó la puerta con la cabeza, a causa de su falta de manos. Cyan lo siguió. Mientras recorrían el pasillo en la dirección que Cyan indicaba, Marvin se perdió en otra de sus cavilaciones.

"Algo que he notado... es que no se me hace raro andar a cuatro patas. Es como si ya lo hubiera experimentado antes. Es extraño..."

Continuaron avanzando por el pasillo, hasta que llegaron a una puerta de color gris, que tenía una inscripción en la parte superior.

"Cámara de Registro de Equipos"

Los dos amigos se miraron. Cyan se encogió de hombros y llamó a la puerta. Oyeron la voz de Palus, instándolos a entrar. Cuando lo hicieron, se encontraron con una sala pequeña, llena de papeles apilados por doquier. Lo único destacable era una mesa pequeña y rectangular en el centro de la sala, también cubierta de papeles. Semejaba un escritorio, a judgar por la pluma y el tintero que yacían en ella. Palus estaba al lado de la puerta, listo para recibirlos.

-Bienvenidos al Registro de Equipos. Por si no os habéis enterado, ya es por la mañana, y he decidido empezar con los preparativos acerca de vuestra unión a los Guardianes, registrando a vuestro equipo. Al principio, solo os dejaré aceptar misiones poco difíciles... ninguna directamente concerniente a la Corporación.

Cyan lo miró con incredulidad.

-Pero... ¿eso quiere decir que solo haremos misiones fáciles? ¿No podremos enfrentar a la Corporación directamente? -Inquirió, preocupado- Mi intención era tratar de rescatar a mis padres...

Palus negó con la cabeza.

-Oh, no, no puedo permitir que hagáis misiones que involucren a la Corporación, es demasiado peligroso... Pero no te preocupes por tus padres. -Le sonrió al Cyndaquil- Ya tenemos a un equipo trabajando en infiltrarse en el Fuerte Norte para liberar a los prisioneros. Lugnos ha ido a comprobar Villa Plata, pero tenemos la certeza de que han secuestrado a al menos dos de nuestros agentes encubiertos. De cualquier forma, os presento a Octon.

Marvin y Cyan giraron la cabeza hacia la mesa. Allí no había nadie.

-Ehem. -Palus se aclaró la garganta.

Antes de que se dieran cuenta, un Octillery salió de detrás de la mesa. Estaba
mojado, y el agua caía de dos de sus tentáculos, que rápidamente secó con una toalla.

-Octon tiene que pasar algún tiempo a remojo, dado que es un Pokémon acuático. Desde aquí no la podéis ver, pero tiene una tina donde se mete cuando no tiene que ocuparse del papeleo.

Octon masculló algo en voz baja. Cuando acabó de secarse los dos tentáculos, miró a Palus.

-Bien, Palus, aquí me tienes. Déjame adivinar... quieres que inscriba a estos dos en un equipo, ¿cierto?

-¿Tan predecible soy? -Respondió Palus, con una sonrisa.

-De acuerdo, ahora mismo -El Octillery cogió la pluma y la mojó en el tintero- Nombre del equipo, por favor.

Marvin miró a Cyan, esperando que le dijera algo, pero éste se limitó a devolverle la mirada.

-Ehem. -Carraspeó Octon- Nombre del equipo.

Marvin se dirigió a él, un poco nervioso.

-Eh... la verdad es que no habíamos pensado ningún nombre.

La mirada de Octon hizo que quisiera meterse en un agujero y no salir nunca.

-¿Para eso venís aquí? ¿Para eso venís a sacarme mi precioso tiempo de relax? ¡En todos mis años como registrador, nunca he...!

-Es culpa mía, Octon. -Lo cortó Palus- No les dije nada sobre el nombre del equipo. Así que, por favor, ten paciencia. Déjales improvisar algo. Pero procurad que sea rápido, chicos.

Cyan y Marvin se acercaron.

-Algo como... ¿Equipo Leyenda? -Propuso el Cyndaquil.

-Ese nombre ya ha sido registrado por otro equipo. -Dijo secamente Octon, sosteniendo varios papeles a la vez con tres de sus tentáculos- Y es un equipo bastante penoso, si queréis mi opinión.

-Vaya... pues... oye, Marvin, ¿qué te parece Equipo Destello?

-Ya está registrado. Vas a necesitar más imaginación que esa, Cyndaquil.

Cyan se llevó una mano a la cabeza, pensativo, pero Marvin se le adelantó.

-¡Equipo... Equipo Tormenta!

Octon revisó sus papeles rápidamente.

-Vaya, pequeño Mudkip, estás de suerte. Todos los miembros de ese equipo murieron calcinados por un Entei furioso hace dos semanas. Entonces ¿os parece bien Equipo  Tormenta?

Cyan inclinó la cabeza.

-La verdad es que me gusta Equipo Tormenta. No es un nombre feo. ¿Cómo se te ha ocurrido?

-Ni idea. -Respondió Marvin- Solo estaba pensando en una palabra que sonara bonita. Y Tormenta es una palabra que impone bastante. Parece... majestuosa.

Cyan asintió con la cabeza.

-Entonces nos quedamos con Equipo Tormenta.

Octon soltó una risita, mientras escribía el nombre en el registro.

-Bien, bien... espero que os vaya mejor que el otro equipo que tuvo ese nombre. -Terminó y levantó la cabeza del papel- Ahora necesito que me digáis quién de los dos va a ser el líder del equipo.

Cyan, sin dar tiempo a Marvin para reaccionar, lo señaló.

-Marvin será el líder.

-¿Q-qué? -Gritó Marvin, sorprendido- ¿Por qué yo? Soy amnésico ¿recuerdas?

Cyan agachó la cabeza.

-Ya, pero... yo no valgo como líder. No tengo capacidades de liderazgo. Y estoy seguro de que haremos un buen equipo si me dejas como segundo al mando.  Además, estoy empezando a confiar en tí como nunca he confiado en nadie fuera de Villa Plata.

Marvin sonrió fascinado.

-Gracias, Cyan. Significa mucho para mí. -Se giró para mirar a Octon- En fin, espero no estar cometiendo un error, pero... anótame a mí como líder. Me llamo Marvin.

Octon escupió un poco de tinta en el tintero, y luego usó la pluma para escribir su nombre en el registro.

-Perfecto. Con esto está todo listo. Ya podéis comenzar con vuestras actividades como equipo explorador. Bajo las órdenes de Palus, por supuesto. Y, ahora, si no os importa, dejadme descansar.


Durante las horas siguientes, Palus los paseó por todo el complejo subterráneo, explicándoles los fundamentos básicos de su organización.

-Cada equipo de exploración tiene su propio salón privado. Allí planean maniobras y tácticas, y se encargan de seleccionar las misiones a las que irán. Las misiones están en el tablero que hay en la recepción. Allí hay infinidad de misiones, pero yo os elegiré las primeras para que no corráis peligro. Además, me temo que tendréis que dormir en los dominios de mi equipo, el Equipo Fulgor, porque hemos tenido un percance y hemos perdido una parte de las dependencias del ala suroeste. Cuando la reparemos, tendréis vuestra propia habitación.

Los llevó a través de muchos lugares: el dojo de entrenamiento, la biblioteca, el invernadero... los dos cadetes se fascinaban más a cada paso que daban. Por ende, Cyan tenía una duda que bullía en su cabeza.

-Oye, Palus ¿cómo es posible que parezca que aquí dentro es de día? Quiero decir, no hay luz tan intensa como para hacer eso.

Palus le sonrió.

-Oh, es sencillo. Estas piedras son piedras solares. Si se cargan con luz solar, son capaces de durar emanando esa misma luz durante un año entero, más o menos. Por lo tanto, una vez al año nos quedamos a oscuras para poder recargarlas.

-De acuerdo, gracias por explicarlo. -Respondió Cyan.

Palus los llevó hacia una escalera al final del pasillo que estaban atravesando. Subieron por ellas, y llegaron a la habitación en la que Palus y Astrid habían discutido la noche anterior: el comedor. Estaba bastante vacío, ya que la mayoría de pokémon ya habían partido en sus labores de exploración o rescate.

-Bienvenidos al comedor. Ahora mismo está vacío, pero en la mañana temprano y por la noche está bastante lleno de Pokémon. Os dejaré aquí durante una hora más o menos, tengo un asunto que atender. Para pedir comida, acercaos a la barra y decidle a Thaul que os sirva una ensalada de bayas. Decidle que sois los nuevos cadetes.

Palus los saludó con la mano y se fue por las mismas escaleras por las que habían subido antes.

Los integrates del Equipo Tormenta pidieron al Tangrowth que había en la barra que les sirviera las ensaldas, y en poco tiempo las tuvieron en su mesa, preparadas para ser comidas.

"Sigo dándole vueltas a lo de esa voz en mi cabeza mientras dormía. Es probable que solo fuera un sueño, pero parecía tan real... siento que eso tiene una conexión con la pérdida de mi memoria." Pensaba Marvin. Miró a Cyan. "¿Debería contárselo? En el fondo, es el Pokémon que más confía en mí en este momento... no debo ocultarle nada."

-Cyan -Dijo, finalmente- Tengo que contarte algo. Pero tienes que prometer que no se lo vas a decir a nadie...

« Última modificación: 18 de Mayo de 2014, 10:44:12 pm por IDG »
¡Échale un vistazo a Pokémon Mundo Misterioso: Sons of Freedom!
http://www.pokexperto.net/foros/index.php?topic=64664.0

"Practice and more practice. Repeat the same thing over and over again. Keep going until you're happy with it. It's the only way."
-Kaworu Nagisa, Evangelion 3.33: You Can (Not) Redo