A ver, no perdamos el norte con esto. Primero, las agresiones son imperdonables, especialmente si no hay balón de por medio. Para estos casos, si el árbitro no lo ve, debería entrar Competición de oficio, como pasa en Inglaterra, y aquí paz y después gloria. No lo hacen y esto se está convirtiendo en algo frecuente, es algo que me exaspera.
Segundo, nos parece normal que se digan todo lo que se dicen y que se rían del árbitro en su cara. Esto es para hacérnoslo mirar. Deberíamos hacer algo de autocrítica y preguntarnos cuántas veces la hemos tomado con el árbitro cuando sacaba tarjeta amarilla a un futbolista de nuestro equipo por marcarse un piscinazo. O fijarnos en las veces que 4 o 5 jugadores acuden a protestar al árbitro en masa, de forma organizada, cada vez 4 distintos. O los desplantes de ciertos jugadores cuando el árbitro los está advirtiendo verbalmente. Por ejemplo, en este partido de hace 25 años hay 4 expulsados (cosa nada común) y no veo que se acose al árbitro. Los jugadores parecen tenerle mucho respeto en comparación con lo que nos parece normal hoy en día. Si tenéis 5 minutos, merece la pena verlo:
Y seguimos: Cristiano Ronaldo besando el escudo el día que fue presentado con el Real Madrid. Lo mismo con Zlatan, Suárez y Neymar con el Barça. O todos los jugadores que cambian de equipo cada año y siempre llegan a un club que les permite cumplir su sueño de niños. A lo mejor el problema es más grave de lo que parece...
Por cierto, la prensa también tiene lo suyo. Cuando era niño siempre veía que en los programas hablaban de por qué perdió el equipo el partido, la influencia de las sustituciones, los cambios de actitud, etc. Ahora te ponen 150 repeticiones defendiendo que una entrada fue roja clara o que no hay contacto y solo se habla de eso. Tal vez hayamos convertido el fútbol profesional en un circo...