Clásica situación en la que el lápiz táctil no está en su agujero por X motivo y tú usas cualquier cosa para sustituirlo. Desde el dedo hasta cosas insospechadas...
Yo, por mi parte, he llegado a usar como lápiz táctil la punta de un envase de espuma de afeitar, además de esquinas de libros, bolígrafos, cepillos de dientes...