Mostrar Mensajes

Esta sección te permite ver todos los posts escritos por este usuario. Ten en cuenta que sólo puedes ver los posts escritos en zonas a las que tienes acceso en este momento.


Mensajes - IDG

Páginas: 1 2 3 [4]
61
Precisamente.

El problema igualmente no tiraba a que una persona tuviera un Pokémon con una Pokéball diferente, eso nunca ha sido un problema para ninguna clase de jugador, si no que un grupo de impresentables buscaron la forma de manipular ciertos aspectos del juego para que al cruzarte con ellos en una partida online corrompiesen tu partida hasta el punto de dejarla injugable, que fue cuando ya se pusieron las pilas en este tema.

Que estén buscando banear a la gente por aspectos como balls o por tener un Pokémon de evento que aún no ha sido desvelado y que directamente ni puedes intercambiar me da a entender que no han visto cual era el verdadero problema.

Has dado en el clavo. Recuerdo haber sido retado por un usuario que no tenía ni nombre ni avatar, y, tras rechazarlo, se desconectó. A mi no me pasó nada, pero me habían avisado de que elementos así, si dejas que combatan contigo, te pueden corromper el juego guardado.

62
Concuerdo contigo (en el momento no había pensado en eso). No afecta en sí al Pokémon, pero sí a la psicología del combate, que es una parte muy importante. 

Sin embargo, los filtros funcionan bien, ya que lo único que no filtran son las balls, pero sí los movimientos que un Pokémon no podría tener con cierta habilidad al provenir de otra región. Creo que es un mito que hay hackers sueltos en combate por puntos, aunque no puedo estar del todo seguro, siempre habrá alguien que rompa los filtros de alguna forma y logre introducir sus Pokémon hackeados al juego online.

63
Sinceramente, creo que van por el camino equivocado. Por un lado, la gente que hackea consigue legendarios con 6IVs al instante, mientras que yo, por poner un ejemplo, he tenido que estar casi dos horas reiniciando para conseguir un Suicune con 4 IVs. Sin embargo, estos legendarios no son ilegales, pues son perfectamente usables en los Combates por Puntos. Pero claro, esos son los Pokémon que molestan y dejan en desventaja a los jugadores justos, y el PGL no tiene forma de saber si son hackeados, pues puedes capturarlo perfectamente legal y editar su IVs luego.

Por otro lado, ya hace un tiempo que si un Pokémon está hackeado (y con esto me refiero a cosas ilegales, como cambiar su habilidad por otra imposible, movimientos que no aprende, etc.) no se puede usar en los combates por puntos o los torneos (lo cual me parece maravilloso), ni tampoco se puede intercambiar. Sin embargo, si es un legendario que tiene una Pokeball de Johto, por ejemplo, sí se puede usar e intercambiar, porque no es algo que el juego banee. Por lo tanto, pongamos por caso que te dan un Pokémon de estos en un intercambio (o por wondertrade) y tu no te das cuenta de que tiene esa ball, y felizmente lo llevas a los combates por puntos. PGL se dará cuenta y te restringirá el juego online a ti, que no tienes culpa de nada (y de forma absurda, porque personalmente no veo que problema hay que un Pokémon tenga una pokeball ilegal cuando eso no influye en sus stats o habilidades).

La solución a esto, por lo tanto, sería directamente impedir usar estos Pokémon online, no poner sanciones si los usas, porque eso puede causar que mucha gente inocente se quede sin poder usar el online.

64
Literatura y Fan Fiction / Re:[Fanfic] Pokémon Mundo Misterioso: Sons of Freedom
« en: 25 de Noviembre de 2015, 05:41:11 am »
Capítulo 1: LA ATALAYA

El corpulento Swampert se arrodilló ante la escultura del árbol blanco, el icono de Xerneas, el Dios de la vida y la fertilidad. Dijo unas palabras en el lenguaje antiguo, mientras sujetaba con fuerza el amuleto que tenía en la mano.

—…y danos fuerza en los momentos de debilidad —terminó la oración en la lengua común, ya que no era capaz de recordar las palabras originales.

Se incorporó, sin dejar de mirar el altar con el único ojo que podía usar. Su ojo derecho mostraba una profunda herida, que lo había dejado inutilizado. Se quedó pensativo unos instantes, y se giró para regresar junto a su compañero.

—¿Has terminado? —preguntó el Ampharos que le esperaba en la entrada del claro.

—No habré terminado hasta que la Corporación pague por todo el mal que ha causado, Lugnos —al ver que la respuesta había dejado a su amigo algo anonadado, le puso un brazo en el hombro—. Tengo la sensación de que todo esto se acabará pronto, y, entonces, podremos volver a nuestras vidas y recuperar el tiempo que nos han arrebatado. Ven, volvamos a casa.

Dejando atrás el claro, avanzaron entre los árboles.

—Ya debe ser casi las diez de la noche, Paldus —dijo espontáneamente Lugnos, haciendo gala, como de costumbre, de una capacidad innata para conocer la hora por la posición de los astros.

—Entonces apresurémonos —respondió el Swampert, cortante—. Piensa que la hora a la que lleguemos será directamente proporcional al enfado de Astrid una vez estemos allí.

Durante un minuto, avanzaron en silencio. Sin embargo, en un punto, Paldus detuvo la marcha y se agachó. Lugnos hizo lo mismo.

—He visto algo. Mira allí —dijo, señalando un punto en la oscuridad. Lugnos no vio nada en un principio, pero, al momento, pudo observar un pequeño resplandor fugaz, que apenas duró una fracción de segundo. Una observación más detallada les permitió adivinar que era algún tipo de luz intermitente, y que se estaba moviendo.

—La Brigada de la Noche utiliza fuegos fatuos para comunicarse entre ellos. Ese agente debe de estar buscando a otros por la zona -comentó Lugnos.

—Pues no se va a encontrar precisamente con otros de los suyos… —murmuró Paldus, avanzando hacia el origen del resplandor.

Lugnos lo detuvo.

—¿Qué diablos haces? Si lo atacas y hay otros por aquí, van a saber que algo le ha pasado e irán a investigar —le dijo, moderando la voz—. Arriesgarás años de esfuerzo…

—Lugnos, no me fastidies -lo cortó Paldus—. Si está usando fuegos fatuos, es precisamente para que lo localicen, y eso sólo puede querer decir que está perdido. Yo al menos no veo a ningún otro fantasma respondiéndole por las inmediaciones ¿tú sí?

Lugnos respiró hondo.

—De acuerdo, haremos como tú dices. Pero, si nos capturan, les diré que te interroguen a ti primero.

Paldus soltó una risa floja mientras avanzaba hacia la luz. Lugnos, con algo menos de sigilo a causa de sus cortas extremidades, lo siguió. Mientras andaba, activó su sistema eléctrico por si le hacía falta cargar un ataque al llegar, si Paldus no acababa con el fantasma de un golpe.

Poco a poco, se fueron acercando a la luz intermitente. Curiosamente, no era regular, ya que distintos períodos de tiempo separaban cada destello. Cuando estuvieron a pocos metros del fantasma, Lugnos detuvo a Paldus.

—Espera un momento -le susurró—. Eso no es ningún agente de la Brigada. Es un Cyndaquil. Y va acompañado de otro Pokémon pequeño, pero no puedo deducir exactamente cuál es.

—¿Cómo? —se sorprendió Paldus—. Eso facilita las cosas bastante. Vemos de qué bando están, y, si son de la Corporación, los mazamos a golpes para llevárnoslos a la base e interrogarlos. ¡Arceus bendiga tu buena vista!

Sin que Lugnos tuviera tiempo de reaccionar, Paldus saltó de la maleza delante de los dos Pokémon.

—¡Ajá! —gritó.


Marvin y Cynder dieron un salto de sorpresa cuando el Swampert se abalanzo hacia el camino ante ellos. Antes de que tuvieran tiempo de pensarlo, un Ampharos apareció en la retaguardia, cortándoles la huida.

—¿De qué bando estáis, pequeñajos? —preguntó Paldus, mientras alzaba su puño.

Cynder decidió tomar la iniciativa diplomática.

—N-no estamos de ningún bando… nosotros sólo escapábamos de Villa Plata, y…

—Y ¿por qué escapabais de villa plata? —inquirió Lugnos detrás de ellos.

Cynder tragó saliva antes de contestar.

—La Corporación de Inteligencia la ha quemado hasta los cimientos.

Paldus y Lugnos se quedaron congelados en el sitio. Paldus bajó el puño, y, empujando a los dos pequeños Pokémon y a Lugnos, comenzó a andar en la dirección contraria.

—Hijos de puta —soltó, mientras se dirigía a Villa Plata.

—¿A dónde vas? ¡Paldus, no seas loco! ¡Te van a matar! -le gritó Lugnos, intentando hacerle entrar en razón.

Paldus, sin dejar de avanzar, giró la cabeza para responderle.

—Voy a echar un vistazo. ¡Envía a un par de compañeros a que me ayuden cuando llegues a la base!

Lugnos suspiró.

—Cuando se le mete una idea entre ceja y ceja no hay nada que hacer - susurró, negando von la cabeza. Entonces, se dio cuenta de que no estaba solo y, ya que su compañero se había ido, le tocaba a él dar todas las explicaciones-. Er… veréis, chicos, dejad que os explique esto. Me llamo Lugnos, y mi compañero y yo somos miembros de la Resistencia de Pellaria.

Cynder lo miró con admiración.

—¡Vaya! O sea que vosotros sois los q-que… q-que… —Cynder puso un par de caras raras, y luego soltó un pequeño ataque de tos, que provocó que de su espalda surgiese un destello de fuego, característico de los Cyndaquil.

Lugnos se echó a reír. Cuando los dos Pokémon lo miraron extrañados, él se explicó.

—Verás, hemos confundido los destellos que produces al toser con un fantasma de la Brigada de la Noche haciendo señales, y por eso nos hemos acercado.

Cynder soltó una risita nerviosa, y Marvin los miró extrañado. Al darse cuenta de la reacción de su nuevo acompañante, Cynder se dirigió a Lugnos.

—Verás, er, Lugnos… mi amigo es amnésico. No recuerda nada de nada, ni siquiera su propio nombre, y… —se lo pensó dos veces, ya que no quería revelar la condición de humano de su nuevo amigo por si lo trataban como a un loco— y estábamos intentando llegar al Claro de la Vida para pasar allí la noche. Nuestro objetivo final es un poblado en las Montañas del Hierro.

Lugnos frunció el ceño. Se quedó pensativo unos momentos, mirando a la nada.

—Y ¿decís que sois refugiados de Villa Plata? —los dos Pokémon asintieron— Pues entonces supongo que no ocurrirá nada si os llevo a la base, donde os podéis quedar hasta mañana por la mañana. Operamos en una base dentro de las montañas, así que podemos enviar a alguien para escoltaros a las Montañas del Hierro.

Cynder miró a su compañero.

—Realmente, no tengo ni idea de qué opinas tú. ¿Quieres acompañarme?

Marvin se lo pensó unos instantes. "No tengo elección. Aquí sólo conozco a Cynder, y, si me quedo aquí, quien sabe lo que pasará… maldita sea. Si tan solo pudiera recordar algo, todo esto sería más sencillo". Detuvo sus pensamientos cuando se dio cuenta de que Lugnos y Cynder lo estaban mirando fijamente, a expectación de una respuesta.

—Eh, pues… sí, por qué no -se encogió de hombros—. De todas formas no tengo ningún sitio al que ir.

Cynder sonrió.

—No te preocupes —dijo, mientras pasaba una de sus patas delanteras por encima de la espalda de Marvin—. Encontraremos una solución para devolver tu memoria a su sitio.

Lugnos se acercó a ellos, dispuesto a consolar a Marvin a su vez.

—Tranquilo, te llevaremos con Elina. Es una Espeon con unos poderes psíquicos impresionantes, y, entre sus muchos poderes, se halla el de leer mentes. Ya ha curado muchas amnesias en el pasado, y podrá desbloquear tus memorias perdidas.

Marvin asintió con la cabeza.

—De acuerdo, iremos a ver a esa Espeon.

—Habrá tiempo para eso cuando hayamos llegado a la base —aclaró Lugnos—. Nos espera una caminata bastante larga…



Después de cinco minutos de caminata, el silencio entre Lugnos, Cynder y Marvin se hizo insoportablemente incómodo. Lugnos, aclarándose la garganta, se dispuso a romperlo.

—Entonces… —inquirió, refiriéndose a Marvin— ¿No recuerdas absolutamente nada?

—Absolutamente nada. No sé ni donde estamos, ni como he llegado a aquel bosque… —respondió, con un tono tristón.

Lugnos, con una media sonrisa, lo animó.

—No te preocupes, Elina podrá curarte de tu amnesia. En todos los años que lleva como Maestra Psíquica, ha curado a docenas de Pokémon con recuerdos bloqueados. La amnesia es más normal de lo que piensas: golpes, ataques de psíquicos, accidentes… es casi tan común como la gripe. De hecho… ¿Os interesaría oír acerca de la vez que mi hermana Pharia perdió la memoria?

Los dos Pokémon más pequeños asintieron enérgicamente, ansiosos por oír alguna historia de lo que parecía un veterano.

Lugnos, orgullosamente, se dispuso a relatar.



Astrid, la majestuosa Ninetales plateada, soltaba maldiciones desde la mesa del consejo, en el Gran Comedor. Afortunadamente, ninguno de los numerosos Pokémon de los equipos de resistencia que cenaban en el lugar podía oírla, gracias al impresionante ruido del que se llenaba la cámara a aquella hora de la noche.

—No es que me considere a mí misma la Pokémon más lista del mundo, Elina, pero mi sentido común me dice que la tardanza de Paldus se debe a alguna absurda cruzada. No me extrañaría nada que se haya liado a golpes con algún vigilante nocturno, intentando sacarle alguna información que sólo le importa a él.

Elina, sentada a su lado, respondió tranquilamente, sin levantar la cabeza del plato.

—Conozco la cabeza de ese tontorrón como si fuera la mía propia. Estará echando unas risas con Lugnos, o tal vez… —se detuvo, levantando las orejas.

—¿Qué pasa, Elina? —preguntó Astrid, extrañada ante el comportamiento de su compañera.

—Un Murkrow va a entrar por una de las puertas de la izquierda —respondió, con rostro inexpresivo—. Va a informarte de algo, creo.

—¿Qué? —Astrid dejó de masticar y miró a la Espeon— ¿qué quieres decir con…?

En ese instante, un Murkrow se precipitó a través del Gran Comedor, volando atropelladamente hacia la mesa del consejo. Su ala izquierda se movía considerablemente mal, delatando que había sufrido una herida.

—¡Señora Astrid! ¡Señora Astrid! —gritó, con la voz afectada. En ese momento, su ala izquierda falló finalmente, precipitándose hacia la mesa.

Elina, con un movimiento de ojos, detuvo al Murkrow en su caída, haciéndolo levitar unos instantes antes de depositarlo suavemente al lado de Astrid.

—Han atacado Villa Plata. La han quemado hasta los cimientos —dijo Elina, preocupada.

—Así es, Maestra -añadió el Murkrow—. Mi equipo volvía de una misión, y fuimos atacados al parar allí a por provisiones… sólo yo he salido airado. Ignoro si los demás han sido capturados o los han matado.

Astrid le puso una pata sobre el ala.

—Bien hecho, aprendiz. Serás recompensado por esta información —le dijo al Murkrow, sin resaltar el hecho de que Elina ya lo había leído en su mente antes de que el mismo Pokémon lo dijera—. Elina, llévalo a la enfermería, por favor. Yo me encargo de esto.

Groud, el Exploud, que estaba atendiendo a la conversación, se levantó de la mesa, consciente de que iba a tener que actuar.

—Groud, si eres tan amable, informa a los agentes de lo que ocurre, por favor, y diles que los equipos de rango Plata como mínimo pueden salir en busca de supervivientes y guiar a los refugiados al Valle Gris, donde se les proporcionará comida y cobijo. Yo misma me adelantaré para ayudarles y vigilar que el camino sea seguro.

El Exploud, tras asentir, comenzó a dar el anuncio con su potentísima voz, que resonaba en las paredes de la cámara y llegaba a cada uno de los Pokémon que estaban comiendo.

Mientras Groud vociferaba, Astrid y Elina se levantaron y se dirigieron a los pasadizos que daban al Valle Gris. Astrid le habló a su mano derecha.

—Elina, quiero que te quedes en el emplazamiento médico y ayudes a curar a los Pokémon que lleguen de Villa Plata. Yo encabezaré la marcha. Evitaremos el camino del bosque, ya que una cantidad de Pokémon demasiado grande atraería la atención hacia esa zona. Usaremos los senderos ocultos.



Tras veinte minutos de caminata e historias entretenidas, junto con algún que otro encuentro con miembros de la Resistencia que partían a ayudar a los refugiados, Lugnos y sus dos acompañantes habían llegado a la montaña conocida como la Espina de Groudon, y estaban avanzando por un camino efectivamente colocado para acortar el camino a través de la montaña. Entonces, Lugnos informó acompañantes:

—Ya casi hemos llegado, chicos. En unos minutos llegaremos a la base —mirando a Marvin, añadió—. Normalmente llevamos a los refugiados al Valle Gris, el lugar que sirve como entrada y salida encubierta para los equipos de resistencia, pero debido a lo excepcional de tu caso, os llevaremos a las dependencias de Elina, para que ella te ayude con tu problema… Tal vez incluso nos puedas proporcionar información vital sobre cómo llegaron esos agentes sin que los pudiéramos detectar.

Unos minutos más tarde, habían terminado de atravesar el camino de la montaña, y se hallaban ante el Valle Gris. Las luces encendidas de los puestos de refugiados iluminaban el lago que decoraba la zona central, dejando al menos atisbar la silueta del lugar.

—Elina debería estar en la enfermería auxiliar, ayudando a los heridos. Acerquémonos y hablemos con ella.

Abriéndose paso entre la hilera de Pokémon que corrían por la zona, bien llevando provisiones o guiando a los refugiados, los tres caminantes llegaron a un edificio rectangular, con una marca roja en la parte superior del marco de la puerta. Al entrar, fueron iluminados por las piedrasluz que decoraban la sala. Las hileras de camas que llenaban la sala estaban en su mayoría vacías, esperando a que los refugiados las llenaran, mientras los especialistas en la curación merodeaban la zona, preparándose para cuidar a los heridos. Nada más entrar, un Azumarill se acercó a ellos con una media sonrisa.

—¡Bienvenido, Lugnos! —saludó—. Veo que traes a algunos refugiados más. Si necesitas que los trate, estoy disponible ahora mismo. Supongo que por poco tiempo, además, porque aún no han llegado todos los refugiados que, espero, hayan sobrevivido.

—No será necesario, Dom, este Mudkip necesita la intervención de Elina —mirando a Cynder, añadió—. Pero no estaría mal que vieras si el Cyndaquil tiene alguna herida. Cynder, ve con Dom. Él se asegurará de cuidarte bien de momento.

Cynder asintió, y, siguiendo las indicaciones de Lugnos, acompañó al Azumarill a través de las hileras de camas que llenaban el lugar. Marvin, por su lado, siguió a Lugnos hacia la cama en la que estaba postrado un Murkrow, con una Espeon a su lado, mezclando unas medicinas sobre una pequeña mesa.

—Me alegro de verte, Lugnos —dijo la Espeon, sin girarse, detectando al Ampharos antes siquiera de que se dirigiera a ella—. Nuestro jefe, según veo, estará ocupado un rato en Villa Plata. Has venido para que ayude a ese Mudkip…

—En efecto. Quiero que le leas la mente. Parece que tiene recuerdos bloqueados, y necesita que los desbloquees.

Elina se giró para mirarlos con sus penetrantes ojos púrpuras. Tras echarle un rápido vistazo a Marvin, colocó sus patas sobre los hombros del Mudkip, mientras Lugnos daba un paso atrás.

—No te muevas, pequeño Mudkip. Te aseguro que no te va a doler si te mantienes quieto y no opones resistencia. Esto no debería llevarnos más de unos minutos… —al centrar su mirada en los ojos de Marvin, añadió—. Y no te preocupes por tu intimidad. Solo desbloquearé tus recuerdos, no los miraré. Ahora quédate quieto…

Marvin miró fijamente los hermosos ojos de la Espeon. En ese instante, sintió como si no pudiera desviar la mirada de ellos. Sintió como si estuviera atrapado en un espiral de pensamiento, y entonces…

—Esto no es normal… —dijo Elina, rompiendo la conexión—. Es como si… como si no tuvieras memoria alguna de tu vida -mirando a Lugnos, aclaró-. Estos no son recuerdos bloqueados, Lugnos. Alguien ha extraído la memoria de este Pokémon a propósito.

Marvin la miró, sorprendido.

—¿Me han borrado la memoria? ¿P-por qué alguien querría hacer algo así?

—No, no creo que la hayan borrado. Ningún psíquico sería suficientemente estúpido para hacer algo así. Si hubieran querido librarse de algo que sabes, te habrían eliminado, o habrían borrado por completo hasta tu consciencia de que puedes andar, convirtiéndote en un vegetal por el resto de tu vida.

Tanto Lugnos como Marvin permanecieron en silencio ante la revelación.

—Tu memoria, Mudkip, ha sido extraída —continuó Elina—. Alguien la ha sacado de tu mente y almacenado en algún tipo de esfera mágica por alguna razón. Lamentablemente, eso ya escapa a mi comprensión, y no puedo ofrecerte más ayuda que esta. Aun así, puedo decir con un ochenta por ciento de posibilidades de estar en lo cierto, que parece un trabajo de un agente de la Corporación de Inteligencia.

Marvin bajó la cabeza, decepcionado.

—¿Es decir… que es imposible recuperar mi memoria?

—Yo no diría imposible… pero es altamente improbable que encuentres el orbe en el que guardan tu memoria. Eso a menos que… —Elina miró de reojo a Lugnos, como queriendo decir algo.

Lugnos, comprendiendo el mensaje, le respondió

—Pero… es muy joven ¿no crees? Y además, necesitaría a… pues, la verdad, ese Cyndaquil… parece que se compenetran mucho.

—¿De que estáis hablando? —interrogó Marvin, confundido ante las especulaciones de los miembros de la Resistencia.

—Hablamos de que Cynder y tú podríais ser miembros de la Resistencia —respondió Elina, lentamente—. Piénsalo, ambos tenéis algún motivo, y, si eventualmente lográramos derrotar a la Corporación, sería relativamente fácil recuperar tu memoria perdida.

Marvin se puso a pensarlo.

"No es una mala idea, realmente. No tengo recuerdo alguno, así que luchar por recuperarlos es lo único que puedo hacer… esto es tan confuso… no sé si esto es realmente lo que debería hacer… pero si Elina dice que mi memoria ya no está en mi cabeza, es obvio que, si no hago algo, no va a volver por su cuenta…"

—E-está bien -respondió, dudoso—. Me uniré a vuestra Resistencia, pero quiero que le deis la oportunidad a Cynder también. Se merece tanto como yo unirse.

—Lugnos, ve a preguntarle al Cyndaquil si la idea le parece bien —comandó Elina—. Quiero hablar en privado con Marvin un momento.

Mientras Lugnos se iba, Marvin comenzó a escuchar a Elina. Sin embargo, su voz no se proyectaba a través de su boca. Su voz estaba sonando única y exclusivamente en su cabeza.

"No he podido evitar notar que eres un humano" confesó la Espeon. "No sé cómo has llegado a convertirte en Pokémon, pero déjame decirte que no es algo que ocurra precisamente todos los días, lo que me lleva a pensar que hay algo más grande detrás de ello. Si han arrancado esos recuerdos de tu mente, es porque tú sabías algo que ellos necesitaban. ¿Soy la única que sabe que eres humano?"

"¿Por qué lo preguntas?" inquirió Marvin, algo molesto. Podrías haberlo leído, como has leído eso…

"Tu condición de humano fue algo que no quise saber, pero parece ser lo que más ocupa tu cabeza. No he podido evitarlo. Por lo demás, prefiero que me digas tú mismo lo que necesito saber."

"Pues la verdad es que Cynder también lo sabe. Se lo conté cuando nos conocimos" confesó Marvin.

Bien. Entonces este será nuestro secreto. Eres un espécimen altamente interesante, Mudkip, y puede que tu presencia aquí tenga algún significado. Te ayudaré en lo que pueda a descubrir la verdad, si me mantienes informada de todo lo que ocurre.

Antes de que Marvin pudiera contestar, Lugnos estaba de vuelta, acompañado de Cynder.

—He dicho que sí -declaró el Cyndaquil, decidido—. Si mis padres están vivos, unirme a la Resistencia es la única forma de recuperarlos. Sin ellos no tengo nada, así como tú no tienes nada sin tus recuerdos, Marvin.

Marvin le sonrió a su compañero. Por algún motivo, estaba seguro de que accedería.

—Os aviso de que no será nada fácil —les dijo Lugnos, severamente—. Tendréis que formar un Equipo de Resistencia, y salir casi a diario para hacer misiones. Al principio, serán cosas fáciles y mundanas -como rescatar Pokémon o encontrar objetos para conseguir dinero y ayudar a la causa-, pero se irán haciendo más difíciles a medida que pase el tiempo.

—Yo estoy dispuesto —dijo Marvin, decidido—. Mis únicos recuerdos serán los que consiga durante nuestras misiones, y eso me ayudará a no distraerme.

—Teniendo en cuenta que soy la líder en funciones de la Resistencia —habló Elina—, y que ninguno de nuestros líderes está aquí… supongo que estoy autorizada a daros permiso a quedaros aquí. Y, ya que es muy tarde para hablar más de esto, os aconsejo ir a la zona de descanso. Quedaos en una de las tiendas de campaña que hemos situado en el exterior. Mañana tendréis una audiencia.



—Esto ha sido demasiado —rugió Astrid, moderando su voz para no despertar a ninguno de los Pokémon que dormían en los niveles inferiores de la base.

Paldus la siguió a través del pasillo, a paso lento y con una mueca de cansancio en la cara.

—Desde luego, lo de esta noche ha sido una brutalidad —dijo, restregando su derecha mano con su ojo bueno—. Arceus sabe cuántos Pokémon han perdido su vida hoy. Y cuántos estarán ahora en los calabozos de la Torre Negra, siendo torturados y…

—Paldus, por favor… —lo interrumpió Astrid, con voz lastimera— Ya tengo bastante. Hemos salvado a todos los Pokémon que hemos podido. Ahora sólo quiero descansar y dejarlo todo para mañana. Así que, si no te importa, quiero tener un poco de intimidad.

Paldus, sin mediar palabra, se dirigió a la puerta de su habitación. A medio camino, sin embargo, se detuvo para preguntar algo.

—¿Crees que no lo noto? —dijo el Swampert.

Astrid lo miró extrañada, sin responder.

—Estás evitando hablar. Llevas casi un mes entero así, Astrid, pero, por mucho que lo evites, sigue estando ahí —girándose para irse definitivamente, añadió—. Eventualmente tendrás que enfrentarte a ello. Tú misma. Buenas noches.

La Ninetales vio como Paldus entraba en su habitación y cerraba la puerta de un portazo. Suspiró. Entonces, decidió entrar en su propia habitación para dormir y olvidarse de todos sus problemas.

La luz de la luna se filtraba por la ventana del cuarto, dibujando reflejos blancos en el pelaje plateado de la Ninetales. Ella, exhausta, depositó los contenidos de su bolsa de viaje sobre su mesa de noche. Luego, se tumbó en la cama. Sabía que no iba a dormir. Sabía que se quedaría dándole vueltas a lo que Paldus le había dicho. Y también sabía que tenía que dejar de pasar las noches en vela pensando en ello.



A la mañana siguiente, Marvin y Cynder se hallaban sentados en un largo banco de madera, mirándose el uno al otro sin saber qué decir. Estaban esperando a que las grandes puertas se abrieran y les permitieran entrar, para que el Consejo decidiera su destino.

Marvin ignoraba el estado mental de Cynder en aquel momento, pero suponía que estaba tan confuso y abrumado como él. Todo había pasado tan deprisa…

"Tal vez si nos permiten formar parte de la Resistencia me sea más sencillo recuperar mis recuerdos. Aunque, la verdad… no tengo ni idea del panorama en este lugar. Ni siquiera sé quiénes son esos de la Corporación de Inteligencia".

Entonces, se le ocurrió algo.

—Cynder -dijo, en voz baja, aunque no hubiera nadie cerca para oírlos. Cuando el Cyndaquil lo miró, le preguntó—. ¿Qué es la Corporación de Inteligencia?

Cynder, confuso, le echó una mirada difícil de definir, a causa de los achinados ojos del Pokémon.

—¿Es una broma? Cuando me dijiste que no te acordabas de nada, creía que te referías a… no sé, varios años, o meses, pero no a absolutamente todo.

—Ya ves —dijo Marvin, con una sonrisa tímida—. No tengo la más remota idea de nada. Ni siquiera sé cómo se llama el país en el que estamos.

Cuando Cynder iba a responder, las puertas se abrieron, y la cabeza de Lugnos asomó por entre ellas.

—Chicos, ya podéis pasar.

Los dos pequeños Pokémon se sobresaltaron por la aparición del Ampharos. Sin embargo, reaccionaron rápido, y, con Marvin a la cabeza, entraron en la Sala de Audiencias. Lugnos cerró la puerta tras ellos.

La habitación tenía numerosas filas de bancos, encarados hacia un pedestal en el fondo de la sala, con varios Pokémon sentados, que miraban fijamente a los dos aspirantes, lo que hizo que ambos se sintieran intimidados y mucho, mucho más pequeños. Afortunadamente, Lugnos se situó a su lado.

—No os sentéis —dijo en voz baja—. En las audiencias, hay que estar de pie.

Marvin, obedeciendo a Lugnos casi por puros reflejos, prestaba atención a los Pokémon que estaban sentados allí. De izquierda a derecha, distinguió a Elina, Paldus, una Ninetales plateada y un Beartic de aspecto malhumorado. Paldus se incorporó sobre el pedestal. Carraspeó.

—Antes de comenzar, quería pedir perdón a los aspirantes por…—titubeó un momento— amenazarlos durante los eventos de la pasada noche. Actué movido por el instinto, y no debí hacerlo.

Marvin sonrió. Paldus podía parecer siniestro por su aspecto, pero en el fondo no le parecía que fuera un mal tipo.

Elina tomó la palabra a continuación.

—Quiero aclarar que el aspirante Marvin, el Mudkip, posee una anomalía mental. Sufre de amnesia. Más que un impedimento, lo considero algo de gran relevancia, ya que mi análisis indica que su memoria ha sido extraída por, intuyo, un miembro de la Corporación de Inteligencia. Por tanto, es más que probable que fuera poseedor de algún tipo de información que pudiera resultarnos útil.

Astrid, pensativa, decidió intervenir.

—¿Quieres decir que un psíquico le ha extraído la memoria?

—Eso mismo —asintió Elina—. Y, por lo bien hecho que está el trabajo, según mi humilde opinión, es más que probable que sea un psíquico de nivel alto. Yo diría que es obra de un Alakazam.

Paldus volvió a carraspear con su áspera voz, dando a entender que la tertulia había terminado.

—Señoritas, no hemos venido a discutir acerca de psíquicos hipotéticos. Nos llega con saber que puede que poseyera información importante. Así que, si no os importa, quiero hacerle unas preguntas.

Astrid le echó una mirada de reojo, pero Elina se sentó de nuevo sin rechistar.

—Bien, bien… debo advertir que, sin ninguna duda, cualquier otro caso de amnesia habría sido descartado como posible candidato —dijo Paldus, autoritario—. Pero, según Elina me ha contado, para recuperar los recuerdos sin daño alguno, es necesaria la mente de la que fueron extraídos los mismos originalmente —dirigió su mirada hacia Cynder—. Tú eres Cynder ¿no? Pues quiero preguntarte algo.

Cynder se puso firme, como si un Pokémon eléctrico le hubiera tocado la espalda.

—¿Tendrías la responsabilidad de explicar a Marvin todo lo que no comprenda? Elina ya me ha contado que no tiene ningún recuerdo, y, aunque me duele tener que delegar esta responsabilidad tan grande en un chaval, ninguno de nosotros podemos permitirnos educar a un Pokémon —preguntó—. Es la única condición que te pongo para unirte a la Resistencia. No te preocupes, si no aceptas, te llevaremos a donde lo necesites, y le asignaremos un compañero a Marvin.

Cynder, con la voz temblorosa, declaró enérgicamente.

—¡P-por supuesto, señor! Le explicaré todo lo que me pregunte, y me aseguraré de que no le falte información.

"Cynder… apenas le conozco y está dispuesto a ayudarme. Eso… eso es algo que haría alguien que no tiene nada. La verdad, yo también quiero ayudarlo a él". Pensó Marvin, consciente por primera vez de la situación de su amigo.

—Buen chico —dijo Paldus, sin poder contener una sonrisa—. Quiero que le des unas buenas lecciones de historia. En cuanto a los tipos elementales, no te preocupes. Os asignaré a alguien para que os acompañe en vuestras primeras exploraciones. Aunque no pueda encargarse personalmente de la educación de Marvin, será el que os entrene a los dos en cuanto a lecciones de campo se refiere. De hecho… —Paldus levantó la vista— le tenemos aquí, entre nosotros.

Marvin, Cynder y Lugnos se giraron. Detrás de ellos, en una de las filas de bancos más cercanas a la puerta, un Marowak daba vueltas a un fémur de aspecto robusto.

"¿Cuándo diantres ha entrado ese aquí?" pensó Marvin, sorprendido.

—¿C-cuánto tiempo lleva ahí? —preguntó Cynder, tan confuso como su amigo.

El Marowak soltó una carcajada, mientras se ponía de pie y se acercaba, para ofrecerles la mano.

—Rawkan Terrafin, encantado —dijo, con una voz potente y autoritaria, estrechando la pata delantera de Marvin—. El más sigiloso de todos los Marowak.

—A Rawkan le encanta tomar por sorpresa a la gente —explicó Paldus, mientras el Marowak daba la mano a Cynder enérgicamente—. Será vuestro mentor hasta que vuestro equipo abandone la etapa de entrenamiento. Normalmente os asignaríamos a un equipo de entrenamiento, pero Elina se niega a dejarme hacerlo. Dice que quiere confiar en vosotros para crear vuestro propio equipo desde cero.

—Tiene su gracia ¿sabéis? —dijo Rawkan, indignado—. Cuando Paldus habló con el Equipo Estratos pidiendo voluntarios para cuidar de dos chavales ¡yo fui el único pazguato que levantó la pata para ofrecerse!

Marvin no pudo evitar reír ante la forma de hablar del Marowak. Paldus llamó al Beartic con la mano.

—Éste es Haku —explicó Paldus a los futuros miembros—. Es el que se encarga de toda la burocracia aquí dentro. Rawkan os explicará mañana lo que tenéis que hacer para encargaros de realizar misiones, pero, por el momento, tenéis que decirle quién va a ser el líder titular del equipo, y, por supuesto, el nombre que tendrá vuestro equipo.

Marvin se quedó clavado en el sitio. Miró a Cynder, como pidiendo ayuda. Al ver que su compañero estaba tan perdido como él, decidió tomar la iniciativa.

—N-no hemos decidido quién será el líder del equipo, pero…

—¡Será Marvin! —lo interrumpió Cynder, sin previo aviso— ¡Yo no tengo madera de líder!

Marvin lo miró con reproche. "¿Ahora me quiere encasquetar el liderazgo del equipo?".

—¿No deberíamos hablarlo? Recuerda que tú eres el que me tiene que enseñar cosas sobre… bueno, sobre absolutamente todo.

—Precisamente por eso —respondió el Cyndaquil—. Piénsalo: si yo me encargo de instruirte, tú te encargas del papeleo y el liderazgo del equipo. No hay que tener mucho conocimiento de historia para hacerlo.

—Cynder tiene razón —intervino Paldus—. Si alguien tiene que ser el líder, yo creo que debería ser Marvin.

"¿Por qué me siento observado por todos de repente?" se preguntó Marvin, sintiéndose más obligado que nunca a aceptar el liderazgo.

—En fin, de acuerdo —respondió finalmente—. Seré el líder.

Haku apuntó eso en un pergamino.

—¿Nombre del equipo? —interrogó Haku, sin levantar la vista del pergamino.

Marvin se quedó pensando un instante.

—No había pensado en…

—¡Oh, oh! —saltó Cynder— ¡Yo había pensado un nombre para el equipo!

Todos miraron al pequeño Cyndaquil.

—¿Y cuál es ese nombre?

—Es… —hizo una pausa en medio de la frase, como si estuviera intentando crear tensión— ¡Equipo Tormenta!

65
Sexta Generación / Re:[Análisis] Arcanine [CC: 2/3]
« en: 25 de Noviembre de 2015, 05:15:56 am »
Raro que nadie haya mencionado una de mis estrategias favoritas de Arcanine, haciendo equipo con Spinda en dobles:


Arcanine @ Leftovers 
Ability: Intimidate 
EVs: 248 HP / 80 Def / 180 SpD 
Brave Nature  (+Atk -Spe)
- Overheat 
- Close Combat 
- Morning Sun 
- Dragon Pulse/Extreme Speed/Hidden Power [Ice]



La estrategia es simple: Skill Swap en el primer turno con Spinda para pasar Contrary a Arcanine (lo que volverá a activar Intimidate al pasar a Spinda, bajando el ataque de los oponentes dos veces). Luego Overheat y Close Combat para ir subiendo su ataque especial y sus defensas respectivamente, además de pegar unas buenas tundas. Aún mejor, si Spinda sobrevive al primer turno, podemos seguir cambiando habilidades, para inutilizar a ciertos Pokémon (como los Pranksters, que intentarán entrar rápido para frenar a Spinda) y, además, subir el ataque de Arcanine (ya que al pasar Intimidate a un enemigo, subirá su ataque en vez de bajar gracias a Contrary). Dragon Pulse/Extreme Speed/Hidden Power Ice para cobertura, y Morning Sun para recuperar salud. Los EVs están repartidos para hacerlo bulky, con más invertidos en defensa especial a causa de los efectos de Intimidate, y naturaleza Brave para tener un poco de potencia de ataque desde un principio. Leftovers para recuperar salud progresivamente, aumentando su capacidad de supervivencia en el campo de batalla.


Spinda @ Choice Scarf 
Ability: Contrary 
EVs: 248 HP / 8 SpD / 252 Spe 
Timid Nature (+Spe -Atk)
- Skill Swap 
- Disable 
- Encore 
- Trick

Y éste es el Spinda que usaremos. El objeto a elegir es Choice Scarf (tan sólo para poder ser más rápido que algunos Pokémon). Además de Skill Swap, lleva Disable, Encore y Trick, movimientos que usaremos si no lo debilitan tras usar la estrategia principal. Disable y Encore para molestar, Trick para anular walls y demás. Los EVs están puestos de manera que resista algún golpe neutral, además de tener velocidad suficiente para hacer algunos outspeeds.

Personalmente esta estrategia me ha servido muchas veces, y si acompañamos a Arcanine de un Amoonguss con Rage Powder o Pokémon similares, ayudaremos a que la etrategia tenga éxito.

66
Literatura y Fan Fiction / [Comentarios] Pokémon Mundo Misterioso: Sons of Freedom
« en: 25 de Noviembre de 2015, 04:27:32 am »
Este tema es específico para los comentarios de Pokémon Mundo Misterioso: Sons of Freedom (http://www.pokexperto.net/foros/index.php?topic=64664.0). Sentíos libres para comentar lo que queráis, ya sean críticas o dudas, que no dudaré en responderlas tan rápido como pueda. ¡Muchas gracias por leerme!

67
Literatura y Fan Fiction / [Fanfic] Pokémon Mundo Misterioso: Sons of Freedom
« en: 25 de Noviembre de 2015, 04:24:40 am »
¡Hola, usuarios de Pokéxperto! Puede que no me recordéis, pero hace tiempo comencé un fanfiction en este foro. Sin embargo, dicho fanfiction se quedó en el capítulo 2, al no ocurrírseme una forma de continuar la historia. Sin embargo, he reescrito el fic, y a día de hoy, casi un año después, la historia está casi completa en teoría. Por lo tanto, me ha parecido una falta de respeto a las personas que comenzaron a leer el fic no publicarlo aquí. Por lo tanto, os dejaré con el prólogo y, en aproximadamente una hora, el primer capítulo. Iré subiendo un capítulo cada semana hasta el quinto, pues es todo lo que tengo escrito de momento. Puede que encontréis diferencias en lo nombres de los peronsajes (ni ya mencionar la historia, que cambia por completo). Disfrutadlo y, por supuesto, siempre podéis dejar un comentario en el tema de comentarios del fic.

Prólogo: UN MUNDO OSCURO

Gront alzó la vista para poder observar Villa Plata… o lo que quedaba de ella. La mitad de la antes tranquila villa estaba totalmente calcinada. De las casas, abandonadas a su suerte durante el sangriento saqueo, surgían sendas columnas de humo, que se elevaban hacia el cielo estrellado, y dificultaban la visión del Garchomp. Gront notó como pasaba sobre los cadáveres chamuscados de pequeños Pokémon, que alguna vez habían vivido pacíficamente en aquel lugar. ¿Realmente era aquello lo que quería? Tal vez su objetivo era noble, pero no creía que fuera necesaria la pérdida de tantas vidas inocentes.

"Pero lo haces para acabar con esos asquerosos traidores. Recuérdalo siempre". Las palabras del Líder resonaban en su cabeza cada vez que se cuestionaba su cometido. Él seguía órdenes, aún sin tener ni idea de cómo estas influirían en la misión Así eran, de hecho, la mayoría los trabajos que la Corporación de Inteligencia les asignaba. Rápidos, sencillos, y, lo más importante, totalmente exentos de preguntas por su parte. Si hacía alguna pregunta a su superior, Vylos, éste sistemáticamente lo despachaba con un "eso es confidencial" o "no es relevante para el cumplimiento de la misión". Pero aun así era reconfortante servir a aquella causa. La causa que aseguraría la victoria contra los traidores, la causa que limpiaría Pellaria de la calaña más nauseabunda que aquel mundo había conocido. Sólo se preguntaba si merecía la pena la muerte de tantos civiles.

Agitando la cabeza para olvidar estos pensamientos, se acercó a un estandarte derribado en el suelo. De él colgaban los restos de una bandera que llevaba el símbolo de Villa Plata. Gront levantó la bandera para limpiar sus cuchillas de sangre, y, cuando lo hizo, pudo ver que bajo ella se escondía una Furret con sus dos bebés Sentret. La pequeña roedora abrió los ojos, aterrorizada, y miró a Gront, que, sin apenas inmutarse, miró hacia ambos lados, y luego susurró:

—Venga, lárgate —al no obtener respuesta, aclaró—. No quiero mancharme de sangre más de lo que ya estoy. Vete rápido o te encontrarán.

Esto pareció ser lo suficientemente estimulante para la Furret, pues salir corriendo con sus dos bebés a la espalda. Grunt los observó alejarse, hasta que el humo le nubló la vista. Se quedó mirando, distraído, en aquella dirección, sin percatarse de que alguien se acercaba por el lado contrario.

—He reunido al equipo, señor. Estamos listos para regresar al Fuerte Flarah a su señal.

Gront se giró, sólo para ver a Kiroh, el líder del Pelotón Incendiario número 3, delante de él. La voz del Heatmor lo sacó de su distracción.

—De acuerdo, capitán —respondió Gront—. Vámonos.

Ambos se giraron y abandonaron la zona, dejando atrás aquel horrible escenario de muerte y desolación.

Cynder se tapó los oídos con sus patas delanteras. El sonido que las explosiones causaban rompía la calma del bosque nocturno, y, aunque se había alejado ya medio kilómetro, podía oírlas como si las tuviera al lado. Agotado, se detuvo y miró a su alrededor, esperando, deseando que no hubiera nadie cerca; ya tenía suficientes preocupaciones para que, precisamente en ese momento, un Trevenant saliera de la maleza y lo atacara. Sin embargo, todo parecía muy calmado.

Las explosiones y el fuego habían ahuyentado a todo Pokémon salvaje de la zona… por el momento. Tenía que seguir corriendo, antes de que apareciera otro Pokémon para capturarlo, o incluso matarlo. Con este pensamiento, trató de retomar su carrera, pero pronto se tropezó con una roca y se derrumbó, haciendo obvio que, en su estado, no podía continuar corriendo.

Se acercó a un pequeño claro en medio del bosque, alejándose del camino, para poder sentarse tranquilamente. Solo entonces, en la tranquilidad de la noche, comenzó a asimilar la situación.

Recordó la última visión que tuvo de sus padres. Su padre, un regio Emboar, le dio una pequeña bolsa de viaje, mientras gritaba los nombres de los lugares que debía atravesar, y lo empujó fuera de casa por la puerta trasera, mientras su madre, una Thyplosion, lo abrazaba fuertemente antes de dejarlo ir, para luego girarse y tratar de defender la Villa junto con su marido. Cynder no miró atrás, sabiendo que lo que vería podría no gustarle no sabiendo ni siquiera si el hecho de ser Pokémon de Fuego los había salvado de la muerte. Su padre le había dicho que fuera a Roca Flama, un poblado en las Montañas del Hierro, en el que vivían amigos y familiares suyos. Las provisiones que portaba, si las repartía bien, le podrían llegar a durar hasta cinco días, pero desconocía que debía hacer luego. Se encontraba sólo y perdido en un mundo oscuro y totalmente nuevo para él.

Miró hacia el cielo, pasando la vista por cada una de las estrellas que era capaz de ver desde su posición. La luna, en medio de la cúpula celeste, bañaba el claro con su luz, permitiendo a Cynder ver más allá de su propio morro. Los ojos del pequeño Pokémon aún no estaban desarrollados del todo, así que necesitaba algo de luz para poder visualizar su camino. Su madre le había enseñado a producir fuego, pero tenía miedo de causar un incendio, y prefería arriesgarse a tantear el camino y no llamar la atención de nadie.

Cuando bajó la cabeza para abrir su bolsa, se dio cuenta de algo. Una figura de color azul se hallaba tirada en el suelo a unos metros de él. A causa de su reducida visión, no se había fijado en ella con el primer vistazo. Se levantó y dio un par de pasos, para asegurarse de que estaba, de hecho, ante un Pokémon dormido. Y no cualquier Pokémon. Las cuatro patas y las aletas en la cabeza y la cola indicaban que se trataba de un Mudkip.

¿Qué diablos hacía allí ese Mudkip? No eran nativos de la zona. Cynder pensó que tal vez ese Pokémon había acabado allí escapando de la Corporación de Inteligencia, como él. No lo consideraba realmente peligroso, así que decidió despertarlo.

Cruzó la distancia que los separaba, dudoso de si tocarlo o no. Finalmente, tocó al Mudkip en la mejilla y zarandeó su cabeza. Al ver que esto no era suficiente, le propinó un pequeño manotazo en la cara. De esta manera, el Mudkip reaccionó, levantando su cabeza del suelo y abriendo los ojos. Al ver a Cynder ante él, se sorprendió, y adoptó una expresión confusa.

Cynder se decidió a dar el primer paso.

—Hola, me llamo Cynder —le habló amistosamente—. ¿Quién eres tú?

—¡Aaaaaah! —Gritó el Mudkip, con los ojos abiertos como platos, al mismo tiempo que se levantaba de un salto.

Cynder retrocedió, elevando los brazos.

—¡Perdona! ¡No sabía que te iba a asustar tanto! ¿Qué te ocurre? —preguntó Cynder, inquisitivo- ¿Y cómo has llegado hasta aquí?

—E-eres un… Cyndaquil. Y estás… ¿hablando? —Replicó el desconocido, con pánico en la voz— ¿Esto es algún tipo de broma?

—Oye, ¿qué pasa? —Interrogó Cynder, arqueando una ceja mientras se cruzaba de brazos— ¿Crees que solo los Mudkip saben hablar?

—¿Mudkip? No, un Mudkip es un Pokémon… yo soy… —El Mudkip se miró de arriba abajo— ¿Soy un Mudkip? ¡Soy un Mudkip!

Cynder se quedó pasmado ante los movimientos del desconocido, que daba vueltas tratando de identificar su propio cuerpo al tiempo que recorría el claro mascullando como un histérico. Se empezó a preguntar si no estaría loco, y, de todas formas, decidió intervenir.

—Oye, relájate. Te habrás llevado un golpe en la cabeza o… algo —trató de reconfortarlo el Cyndaquil—. Mira, tú cuéntame lo que te pasa, y haré lo posible por ayudarte.

—¡No lo entiendes! —gritó el Mudkip— N-no se supone que deba tener este aspecto. Escúchame: yo, por muy raro que te pueda parecer, ¡no soy un Pokémon! ¡Yo soy un humano!

Cynder se quedó mirando al Mudkip. No sabía si sentir pena o preocupación por él. Claro que tampoco sabía si estaba o no diciendo la verdad. De todas formas, la manera en la que hablaba era la de alguien que estaba siendo totalmente honesto. Por el momento, le daría el beneficio de la duda.

—De acuerdo… yo me llamo Cynder ¿cómo te llamas tú? —lo interrogó el Cyndaquil.

—Yo… me llamo -el Mudkip puso cara de concentración—… ¡Maldita sea! ¡No soy capaz de recordar mi propio nombre!

—¿Al menos recuerdas como acabaste aquí? Cualquier información que me puedas dar sería de gran ayuda —lo tranquilizó Cynder, tratando de hacerlo sentir mejor.

—No, yo… tengo un dolor de cabeza terrible… no puedo pensar con claridad…—el desconocido se calló un instante— ¿Me creerías si te digo que no recuerdo absolutamente nada?

—Bueno, te he creído cuando me has dicho que eras un ser humano transformado en Pokémon —le respondió Cynder, encogiéndose de hombros-. Así que no veo motivo para no creerte ahora. Ven, siéntate aquí.

Cynder llevó al Mudkip al lugar en el que había dejado su bolsa de viaje, junto a una roca, y se sentó allí. Rebuscó en la pequeña bolsa y sacó una baya caquic.

—Ten —dijo, poniendo la baya ante los ojos del Mudkip—. Esto aliviará el dolor de cabeza.

—Gracias —respondió gentilmente el pequeño pokémon de agua.

Durante los segundos siguientes, sólo el sonido de los mordiscos del Mudkip comiendo ávidamente la baya.

"Devora esa baya como si no hubiera comido en toda su vida" pensó Cynder. "No creo que pueda permitirme llevarlo conmigo… apenas tengo comida para mí. Si se viene conmigo, con ese apetito, se comerá todas las bayas antes de que el sol se ponga mañana".

Mientras Cynder se debatía, el Mudkip se acababa la baya y escupía las semillas en el suelo.

—A propósito… ¿qué haces aquí, en medio del bosque? —preguntó inocentemente.

Cynder, saliendo de sus cavilaciones, lo miró con sorpresa. "La verdad es que no tengo a nadie más. Confiar en él es lo único que me queda de momento…"

—He escapado de Villa Plata. La Corporación de Inteligencia ha incendiado la aldea, y matado o capturado a todos los habitantes. Es poco probable que haya otros supervivientes. Mis padres me han enviado a las montañas del Norte, donde dicen que hay una aldea de pokémon de fuego.

—Vaya, eso es… crudo —respondió el Mudkip, algo impactado por la respuesta de Cynder.

Se hizo un incómodo silencio, que Cynder decidió romper. Extrañamente, su timidez natural parecía decrecer cuando hablaba con aquel curioso Pokémon.

—Oye, puede que esto resulte brusco, pero la verdad es que no me siento seguro aquí —dijo el Cyndaquil con tono preocupado—. Prefiero seguir avanzando a través del bosque, al menos hasta que lleguemos al claro que hay a kilómetro y medio de aquí, casi al final del bosque. Si avanzamos a buen ritmo, creo que a la una de la madrugada podremos llegar allí. Una vez que lleguemos, podrán ayudarte a recuperar tu memoria.

El Mudkip, curiosamente, sonrió animado.

—Me parece bien. No sé exactamente quienes te persiguen, pero, si han llegado a incendiar una aldea, no pueden ser Pokémon decentes.

Cynder, extrañado por el espontáneo arrebato de energía del Mudkip, pero sin reprochar, recogió la bolsa, y, respirando hondo, retomó la marcha.

—Oye, por cierto —dijo, con timidez. El Mudkip, que ya había empezado a andar, se giró—, ¿Te molestaría que te llamase Marvin? Quiero poder llamarte de alguna forma, y, la verdad, no se me ocurre un nombre mejor.

El Mudkip se lo pensó un momento, alzando la cabeza.

—Sí, por qué no. De todas formas, no recuerdo mi nombre anterior, así que no sé si será más bonito o más feo.

Satisfecho por su ocurrencia, Cynder sonrió y se dispuso a liderar la marcha.

68
Estrategia Smogon / Re:Testeando Core Ofensivo: Gyadreigislash
« en: 08 de Julio de 2014, 05:00:57 am »
Así es como ha quedado finalmente el equipo:




Azelf @ Focus Sash
Ability: Levitate
EVs: 252 Atk / 4 Def / 252 Spe
Jolly Nature (+Spe -SAtk)
Explosion
Stealth Rock
Taunt
Knock Off



Gyarados (M) @ Gyaradosite
Ability: Intimidate -> Mold Breaker
EVs: 74 HP / 252 Atk / 4 SpD / 180 Spe
Adamant Nature (+Atk -SAtk)
Dragon Dance
Waterfall
Earthquake
Ice Fang



Hydreigon (F) @ Life Orb
Ability: Levitate
EVs: 4 HP / 252 SpA / 252 Spe
Modest Nature (+SpA -Atk
Draco Meteor
Flamethrower
Dark Pulse
Roost



Aegislash (M) @ Weakness Policy
Ability: Stance Change
EVs: 252 Atk / 252 Def / 4 Spe
Impish Nature (+Def -SAtk)
King's Shield
Swords Dance
Shadow Sneak
Iron Head



Gliscor (M) @ Toxic Orb
Ability: Poison Heal
EVs: 140 HP / 44 Atk / 252 Def / 72 Spe
Impish Nature (+Def -SAtk)
Toxic
Substitute
Earthquake
Protect



Tyranitar (F) @ Assault Vest
Ability: Sand Stream
EVs: 240 HP / 16 Atk / 252 SpD
Sassy Nature (+SpD -Spe)
Crunch
Rock Slide
Earthquake
Flamethrower

Anotaciones:

-Sé que es débil frente a Conkeldurr, pero Aegislash es capaz de tumbarlo prediciendo bien, y hasta Gliscor puede aguantar un Ice Punch y derrotarlo si no lleva Guts.
-Gyarados evolucionará sólo cuando sea necesario, en un momento clave del combate. De esta forma, cambiará su habilidad en el momento necesario.
-Los 4 EVs en Velocidad de Aegislash son para outspeedear a otros Aegislash y poder golpearos con Shadow Sneak.

69
Capítulo 2: Lecciones

Base de la Corporación de Inteligencia
(Cámara del Líder)

-Líder.

-...

-Líder, señor. Hemos hecho prisioneros a algunos de los habitantes de Villa Plata, y ya están en el fuerte del norte. La mitad de la aldea se encuentra destrozada, tal y como usted ordenó. Los traidores han sido erradicados. Esperemos que eso enseñe a los de su calaña a no traicionar a sú honorable persona.

-Fantástico, Harper. Sabía que podía confiar en tí para esta misión. Sin embargo... ha llegado a mis oídos que has puesto en riesgo la vida de muchos efectivos.

-Los consideré prescindibles, Líder. Siempre podremos conseguir más...

-¡NO TIENES NI IDEA! ¡YO SOY EL QUE DECIDE QUIÉN ES PRESCINDIBLE Y QUIÉN NO! MÁS TE VALE QUE ESTO NO SE VUELVA A REPETIR, O SUFRIRÁS LAS CONSECUENCIAS. Y CRÉEME, NO TE GUSTARÁN. ¿QUEDA CLARO?

-Sí, Líder. No volverá a ocurrir.

-Perfecto entonces. Puedes retirarte, tengo cosas sobre las que pensar. Algo me dice que el momento que llevamos esperando durante 20 años llegará pronto. Y debemos estar preparados.

-Sí, Líder.

Fortaleza de los Guardianes
(Habitación Auxiliar)

-¿Cyan?

La voz de Marvin resonó en la habitación oscura. Los dos pequeños Pokémon habían sido llevados a una habitación auxiliar y depositados en dos camas de paja.

-Hmm... tú tampoco puedes dormir, ¿verdad?- Respondió la voz de su compañero.

-Me temo que no. Tengo demasiadas cosas en la cabeza. He sido arrastrado a un mundo que no conozco, y eso no es algo fácil de sobrellevar. -Marvin se quedó mirando al techo, pensativo. Una idea cruzó por su mente- Oye... no se si esta amnesia va a desaparecer pronto, así que había pensado que tal vez tú... que tal vez podrías explicarme algo sobre este mundo. Ya sabes, aunque sea un sólo un resumen. Porque, la verdad, es que estoy bastante perdido.

La petición tomó a Cyan por sorpresa.

-¿Y-yo? Vaya, tal vez no sea el más indicado, pero... creo que puedo contarte algo de historia de Pellaria. Y, sí, Pellaria es el nombre del lugar en el que vivimos.

Marvin se levantó de su cama, entusiasmado, y se sentó en frente de Cyan, para prestarle atención a su historia. Sus ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad hacía rato, así que no le costó llegar hasta su amigo.

-Vale, veamos... creo que lo mejor será resumirte la situación actual de Pellaria. Vamos allá. -Cyan tomó aliento antes de comenzar a explicar. Luego soltó el aire y empezó su exposición- Pellaria ha estado en guerra hasta hace relativamente poco. El causante de la guerra, un terrible Lucario llamado Siphrus, murió al terminar la guerra, pero su más poderoso agente decidió hacerse con el poder después de él. Ahora mismo, Pellaria se encuentra en la anarquía absoluta. No tenemos líder, aunque ese agente de Siphrus trata de apoderarse de toda la región. Algunos se oponen a él, mientras que otros están de su lado. Es una situación bastante difícil...

Marvin permaneció en silencio, asimilando lo que le acababan de contar. Pero entonces, una nueva pregunta lo asaltó.

-Y esa... "Corporación de Inteligencia", qué es exactamente, y que papel tiene en la historia.

-El agente del que te hablé, Zunnas, era el líder de lo que Siphrus llamaba "Corporación de Intelgiencia", una agencia de sicarios y espías que se encargaban de los trabajos sucios. Al morir Siphrus, su ejército se dispersó, pero la Corporación continuó viva, ya que sus integrantes eran demasiado leales para abandonar. Zunnas encontró una manera de apoderarse de los Pokémon y convertirlos en sirvientes sin emociones. Aún así, los integrantes originales de la Corporación son leales por su propia cuenta, y comandan a los Pokémon controlados... y, básicamente, esa es la historia.

-Esos... "Pokémon controlados" -Interrogó Marvin- ¿qué son exactamente? ¿y cómo los controla Zunnas?

Cyan agachó la cabeza.

-Bueno... no estoy seguro de como los controla. Pero nosotros los llamamos "Pokémon oscuros", en referencia a su falta de sentimientos o mente propia. No debes confundirlos con los "Pokémon siniestros", ellos no tienen nada que ver, tan solo es la palabra que usamos para referirnos a su tipo elemental. Los Pokémon oscuros solo actuan bajo los designios de Zunnas y sus comandantes, y no cuestionan órdenes. Son realmente aterradores.

Marvin asintió, comprendiéndolo todo.

"Así que este mundo no es un mundo feliz precisamente. Aunque es probable que yo ya supiera eso. Es incluso probable que estuviera en contra de ese Zunnas. Pero, hasta que recupere mi memoria, no puedo saber nada con seguridad... Ugh, espero que eso ocurra pronto. Todo esto es tan confuso..."

-Gracias, Cyan. Me has aclarado muchas cosas. Al menos ya no desconozco todo lo concerniente a este mundo. -Miró hacia la puerta- Hace tiempo que no oigo sonidos de fuera. Tal vez deberíamos intentar dormir de nuevo.

-No hay de qué. -Correspondió su amigo- Y tienes razón, deberíamos dormir, o intentarlo al menos. Buenas noches. Espero que mañana podamos hacer más progresos.

"Yo también lo espero..." pensó Marvin. Se levantó y regresó a su pequeña cama de paja, preparado para intentar dormir. Se tumbó, y, justo cuando acomodaba su cabeza sobre la pila de paja, Cyan habló de nuevo.

-Marvin. -Dijo- Me alegro de que hayas accedido a unirnos a esto. Quiero tener una oportunidad de acabar con la Corporación, de traer la paz a Pellaria de una vez por todas. Y de encontrar a mis padres...

Después de esto, Marvin solo oyó su respiración. Supuso que se había quedado medio dormido.

"Bueno, ahora es mi turno... vamos allá"

Vació su mente de todo pensamiento, de toda preocupación. Se acomodó sobre la cama y...



"No sentirás nada."

...

"¡No! ¡E-espera, esto no...! ¡Esto no debía ocurrir!"

...

"¡No, vete! ¡A-aléjate! ¡AAAAAAAH!"

*Thump*



Marvin abrió los ojos.

"¿Qué ha sido eso? He oído... esa voz... en mi cabeza. Hace tan solo un momento. Pero no sonaba a ninguna voz que yo conozca. Parecía una voz femenina."

Entonces, se dio cuenta de que la luz de su habitación estaba encendida.

"¿Cuánto tiempo llevo dormido?"

Cyan estaba sentado en su cama, mirando una pequeña bolsa de cuero. Cuando se dio cuenta de que Marvin se incorporaba, lo miró.

-¡Buenos días! O... al menos creo que ya es de día. Hace un momento ha venido Palus y me ha dicho que quiere vernos. Le he pedido unos minutos para que pudieras dormir un pco más. Llevamos un buen rato durmiendo, así que apostaría a que es de día.

Marvin se levantó de su cama, todavía confuso por las voces que había oído. Empujó la puerta con la cabeza, a causa de su falta de manos. Cyan lo siguió. Mientras recorrían el pasillo en la dirección que Cyan indicaba, Marvin se perdió en otra de sus cavilaciones.

"Algo que he notado... es que no se me hace raro andar a cuatro patas. Es como si ya lo hubiera experimentado antes. Es extraño..."

Continuaron avanzando por el pasillo, hasta que llegaron a una puerta de color gris, que tenía una inscripción en la parte superior.

"Cámara de Registro de Equipos"

Los dos amigos se miraron. Cyan se encogió de hombros y llamó a la puerta. Oyeron la voz de Palus, instándolos a entrar. Cuando lo hicieron, se encontraron con una sala pequeña, llena de papeles apilados por doquier. Lo único destacable era una mesa pequeña y rectangular en el centro de la sala, también cubierta de papeles. Semejaba un escritorio, a judgar por la pluma y el tintero que yacían en ella. Palus estaba al lado de la puerta, listo para recibirlos.

-Bienvenidos al Registro de Equipos. Por si no os habéis enterado, ya es por la mañana, y he decidido empezar con los preparativos acerca de vuestra unión a los Guardianes, registrando a vuestro equipo. Al principio, solo os dejaré aceptar misiones poco difíciles... ninguna directamente concerniente a la Corporación.

Cyan lo miró con incredulidad.

-Pero... ¿eso quiere decir que solo haremos misiones fáciles? ¿No podremos enfrentar a la Corporación directamente? -Inquirió, preocupado- Mi intención era tratar de rescatar a mis padres...

Palus negó con la cabeza.

-Oh, no, no puedo permitir que hagáis misiones que involucren a la Corporación, es demasiado peligroso... Pero no te preocupes por tus padres. -Le sonrió al Cyndaquil- Ya tenemos a un equipo trabajando en infiltrarse en el Fuerte Norte para liberar a los prisioneros. Lugnos ha ido a comprobar Villa Plata, pero tenemos la certeza de que han secuestrado a al menos dos de nuestros agentes encubiertos. De cualquier forma, os presento a Octon.

Marvin y Cyan giraron la cabeza hacia la mesa. Allí no había nadie.

-Ehem. -Palus se aclaró la garganta.

Antes de que se dieran cuenta, un Octillery salió de detrás de la mesa. Estaba
mojado, y el agua caía de dos de sus tentáculos, que rápidamente secó con una toalla.

-Octon tiene que pasar algún tiempo a remojo, dado que es un Pokémon acuático. Desde aquí no la podéis ver, pero tiene una tina donde se mete cuando no tiene que ocuparse del papeleo.

Octon masculló algo en voz baja. Cuando acabó de secarse los dos tentáculos, miró a Palus.

-Bien, Palus, aquí me tienes. Déjame adivinar... quieres que inscriba a estos dos en un equipo, ¿cierto?

-¿Tan predecible soy? -Respondió Palus, con una sonrisa.

-De acuerdo, ahora mismo -El Octillery cogió la pluma y la mojó en el tintero- Nombre del equipo, por favor.

Marvin miró a Cyan, esperando que le dijera algo, pero éste se limitó a devolverle la mirada.

-Ehem. -Carraspeó Octon- Nombre del equipo.

Marvin se dirigió a él, un poco nervioso.

-Eh... la verdad es que no habíamos pensado ningún nombre.

La mirada de Octon hizo que quisiera meterse en un agujero y no salir nunca.

-¿Para eso venís aquí? ¿Para eso venís a sacarme mi precioso tiempo de relax? ¡En todos mis años como registrador, nunca he...!

-Es culpa mía, Octon. -Lo cortó Palus- No les dije nada sobre el nombre del equipo. Así que, por favor, ten paciencia. Déjales improvisar algo. Pero procurad que sea rápido, chicos.

Cyan y Marvin se acercaron.

-Algo como... ¿Equipo Leyenda? -Propuso el Cyndaquil.

-Ese nombre ya ha sido registrado por otro equipo. -Dijo secamente Octon, sosteniendo varios papeles a la vez con tres de sus tentáculos- Y es un equipo bastante penoso, si queréis mi opinión.

-Vaya... pues... oye, Marvin, ¿qué te parece Equipo Destello?

-Ya está registrado. Vas a necesitar más imaginación que esa, Cyndaquil.

Cyan se llevó una mano a la cabeza, pensativo, pero Marvin se le adelantó.

-¡Equipo... Equipo Tormenta!

Octon revisó sus papeles rápidamente.

-Vaya, pequeño Mudkip, estás de suerte. Todos los miembros de ese equipo murieron calcinados por un Entei furioso hace dos semanas. Entonces ¿os parece bien Equipo  Tormenta?

Cyan inclinó la cabeza.

-La verdad es que me gusta Equipo Tormenta. No es un nombre feo. ¿Cómo se te ha ocurrido?

-Ni idea. -Respondió Marvin- Solo estaba pensando en una palabra que sonara bonita. Y Tormenta es una palabra que impone bastante. Parece... majestuosa.

Cyan asintió con la cabeza.

-Entonces nos quedamos con Equipo Tormenta.

Octon soltó una risita, mientras escribía el nombre en el registro.

-Bien, bien... espero que os vaya mejor que el otro equipo que tuvo ese nombre. -Terminó y levantó la cabeza del papel- Ahora necesito que me digáis quién de los dos va a ser el líder del equipo.

Cyan, sin dar tiempo a Marvin para reaccionar, lo señaló.

-Marvin será el líder.

-¿Q-qué? -Gritó Marvin, sorprendido- ¿Por qué yo? Soy amnésico ¿recuerdas?

Cyan agachó la cabeza.

-Ya, pero... yo no valgo como líder. No tengo capacidades de liderazgo. Y estoy seguro de que haremos un buen equipo si me dejas como segundo al mando.  Además, estoy empezando a confiar en tí como nunca he confiado en nadie fuera de Villa Plata.

Marvin sonrió fascinado.

-Gracias, Cyan. Significa mucho para mí. -Se giró para mirar a Octon- En fin, espero no estar cometiendo un error, pero... anótame a mí como líder. Me llamo Marvin.

Octon escupió un poco de tinta en el tintero, y luego usó la pluma para escribir su nombre en el registro.

-Perfecto. Con esto está todo listo. Ya podéis comenzar con vuestras actividades como equipo explorador. Bajo las órdenes de Palus, por supuesto. Y, ahora, si no os importa, dejadme descansar.


Durante las horas siguientes, Palus los paseó por todo el complejo subterráneo, explicándoles los fundamentos básicos de su organización.

-Cada equipo de exploración tiene su propio salón privado. Allí planean maniobras y tácticas, y se encargan de seleccionar las misiones a las que irán. Las misiones están en el tablero que hay en la recepción. Allí hay infinidad de misiones, pero yo os elegiré las primeras para que no corráis peligro. Además, me temo que tendréis que dormir en los dominios de mi equipo, el Equipo Fulgor, porque hemos tenido un percance y hemos perdido una parte de las dependencias del ala suroeste. Cuando la reparemos, tendréis vuestra propia habitación.

Los llevó a través de muchos lugares: el dojo de entrenamiento, la biblioteca, el invernadero... los dos cadetes se fascinaban más a cada paso que daban. Por ende, Cyan tenía una duda que bullía en su cabeza.

-Oye, Palus ¿cómo es posible que parezca que aquí dentro es de día? Quiero decir, no hay luz tan intensa como para hacer eso.

Palus le sonrió.

-Oh, es sencillo. Estas piedras son piedras solares. Si se cargan con luz solar, son capaces de durar emanando esa misma luz durante un año entero, más o menos. Por lo tanto, una vez al año nos quedamos a oscuras para poder recargarlas.

-De acuerdo, gracias por explicarlo. -Respondió Cyan.

Palus los llevó hacia una escalera al final del pasillo que estaban atravesando. Subieron por ellas, y llegaron a la habitación en la que Palus y Astrid habían discutido la noche anterior: el comedor. Estaba bastante vacío, ya que la mayoría de pokémon ya habían partido en sus labores de exploración o rescate.

-Bienvenidos al comedor. Ahora mismo está vacío, pero en la mañana temprano y por la noche está bastante lleno de Pokémon. Os dejaré aquí durante una hora más o menos, tengo un asunto que atender. Para pedir comida, acercaos a la barra y decidle a Thaul que os sirva una ensalada de bayas. Decidle que sois los nuevos cadetes.

Palus los saludó con la mano y se fue por las mismas escaleras por las que habían subido antes.

Los integrates del Equipo Tormenta pidieron al Tangrowth que había en la barra que les sirviera las ensaldas, y en poco tiempo las tuvieron en su mesa, preparadas para ser comidas.

"Sigo dándole vueltas a lo de esa voz en mi cabeza mientras dormía. Es probable que solo fuera un sueño, pero parecía tan real... siento que eso tiene una conexión con la pérdida de mi memoria." Pensaba Marvin. Miró a Cyan. "¿Debería contárselo? En el fondo, es el Pokémon que más confía en mí en este momento... no debo ocultarle nada."

-Cyan -Dijo, finalmente- Tengo que contarte algo. Pero tienes que prometer que no se lo vas a decir a nadie...


70
Capítulo 1: Refugio

Senda Escarpada

En mitad de la noche, una curiosa comitiva atravesaba una senda entre montañas. Un Ampharos con aspecto entusiasta lideraba la marcha, iluminando el camino con su cola. Detrás de él, un Cyndaquil y un Mudkip intercambiaban ideas.

-Bien… ¿qué te parece Muddy? -Interrogó Cyan, intentando, por décima vez, dar un nombre que le gustara al Mudkip. Éste, de nuevo, negó con la cabeza.

En ese momento, el Ampharos (que había afirmado llamarse Lugnos) levantó  la cabeza y se unió a la conversación.

-¿Qué tal Marvin? Es un nombre que no muchos Mudkip usan. Y, como, según ha dicho tu amigo, solo va a ser provisional, no creo que importe demasiado. Quiero decir, que cuando recuperes tu memoria, recuperarás tu anterior nombre.

El Mudkip se lo pensó dos veces, no muy seguro de si le gustaba el nombre.

“Pero tiene razón… solo es provisional. Lo usaré sólo hasta que recupere mi nombre original. Y, por mi propio bien, espero que sea pronto.”

-Sí, me gusta Marvin. -Dijo finalmente- Es bonito.

Lugnos le respondió con una sonrisa de complicidad, y volvió a girar la cabeza para mirar al frente. Nada más hacerlo, se detuvo y les indicó que se quedaran quietos con la mano.

-He visto algo ahí dentro… -Dijo, entrecerrando los ojos.- Creo que sé lo que es, pero será mejor que lo confirme. Tranquilos, chicos, lo más probable es que sea un pokémon salvaje, pero… siempre es buena idea asegurarse de que no nos están espiando.

 Estaba mirando fijamente una pequeña cueva. Tras unas comprobaciones, entró, listo para acribillar a rayos a todo aquel que se le cruzara por el camino. Por precaución, atenuó la luz de su cola, dejándola en el nivel justo para ser capaz de ver lo que tenía delante. Tras unos segundos, salió de nuevo.

-Falsa alarma, chicos. Es una amiga. -Les informó, mucho más relajado.

-¿Una… amiga? -Cyan parecía confundido.

De dentro de la cueva surgió una pokémon de color morado, con una especie de sombrero, y levitando a medio metro del suelo. Tenía toda la pinta de ser una pokémon Fantasma. El pokémon, cuando vio a Marvin y Cyan, sonrió.

-Vaya, Lugnos, que cosas más monas llevas esta noche contigo. -Declaró la pokémon, mostrando una sonrisa de oreja a oreja- ¿Has tenido problemas para volver, querido?
Lugnos negó con la cabeza.

-Todo fue bien, no hay que darle importancia. Logré esquivar a los miembros de la Corporación, pero no pude hacer nada por los prisioneros. Si tuviera a alguien conmigo… -Se lamentó, frustrado. Al ver que la expresión de su amiga se ensombrecía, se decidió a cambiar de tema.- Y, bueno, estos dos son… digamos que son mis protegidos. Los libré de un atraco. Mi intención era llevármelos a la base, porque rondando el bosque no están seguros. Probablemente Nethar mande a más efectivos a rastrear el bosque durante el día de hoy. -Se giró hacia sus “protegidos”- Chicos, os presento a Darla, la Mismagius. Darla, estos dos son Cyan, el Cyndaquil y Marvin, el Mudkip.

-¡Vaya, vaya! ¡Pero si son una monada! ¡Encantada de conoceros, pequeños! -Les mostró la mejor de sus reverencias y se volvió hacia Lugnos de nuevo- Oye, Astrid te va a comer vivo si llevas a estos dos a la base. Es muy estricta con ese tipo de cosas.
-No te preocupes -Le respondió el Ampharos- Me encargaré de que los deje quedarse allí, al menos por esta noche. No creo que quiera que dos pokémon inocentes caigan en manos de la Corporación. Y, hablando de eso, creo que deberíamos continuar nuestro camino hacia la base. Retomemos la marcha.

Confundido, Marvin se acercó a Cyan y le preguntó, con toda la discreción posible:
-Oye, Cyan… ¿tú sabes qué es esa “Corporación” de la que tanto hablan? ¿Es algo malo?

Cyan lo miró como si fuera la primera vez que alguien le preguntaba eso.

-¿Ni siquiera te acuerdas… de eso? -Marvin negó con la cabeza- Deja que adivine ¿tampoco recuerdas en qué país estás? -De nuevo, obtuvo una respuesta negativa- Vaya… oye, será mejor que lo hablemos todo cuando lleguemos a… a donde sea que nos estén llevando. Tú mientras tanto mantén la boca cerrada.

El camino se hizo mucho más ameno acompañado de Darla. Marvin y Cyan no tardaron en descubrir que se trataba de una Mismagius encantadora, con unos modales y un comportamiento impecables.

Cuando Darla estaba terminando su relato acerca de cómo derrotó a tres Rampardos sin usar un sólo movimiento, la extraña comitiva llegó a una zona del camino mucho más estrecha que el resto. Se detuvieron, y Lugnos se aseguró de que no hubiera nadie más alrededor. Después de girar varias veces la cabeza, golpeó una losa natural que sobresalía del lateral del camino. Luego, repitió el proceso con otra, y con otra más, hasta un total de ocho. Entonces, ante los asombrados ojos de los pequeños pokémon, la pared que marcaba el final del sendero comenzó a moverse. Cyan y Marvin retrocedieron asombrados mientras un pedazo de la pared se levantaba, dejando ver una cueva oculta.

Lugnos, sin mirar a sus acompañantes, entró. Al ver que no se movían, Darla los instigó a continuar.

-¡Venga, pequeños! ¿A qué esperáis? ¡Ya casi hemos llegado! -Dijo, mostrando su más sincera sonrisa.

“¿Llegado? ¿Llegado a dónde? ¿A dónde nos están llevando estos dos?”
Se preguntó Marvin. “Bueno… dondequiera que nos estén llevando, ya estamos cerca, así que…”
Marvin, tragando saliva, se adelantó. Cyan, temiendo quedarse solo, lo siguió casi inmediatamente, por delante de Darla, que todavía mostraba su sonrisa habitual. Nada más pusieron un pie dentro de la cueva, la puerta se cerró. Aunque el lugar estaba en completa penumbra, la luz de la cola de Lugnos les ayudó a ver lo que tenían delante. La cueva no era nada especial; de hecho, no era nada distinto a cualquier otra cueva. Pero Lugnos parecía bastante aliviado de estar allí dentro, al igual que Darla.

Después de varios minutos de caminar a lo largo de varias encrucijadas en las que cualquier pokémon que no conociera el lugar se acabaría perdiendo, llegaron a una puerta de hierro, bastante simple, que bloqueaba el paso. Lugnos la golpeó tres veces. Tras esto, se abrió una trampilla en la puerta, dejando ver unos ojos bastante intimidantes, con unas pupilas negras como la noche.

-¿La contraseña? -Preguntó el presunto dueño de los ojos.

Lugnos dijo algo en voz muy baja, algo que los demás no pudieron oír. Los ojos miraron a Darla y los chicos. Después de otras palabras inaudibles por parte de Lugnos, la trampilla se cerró, y la gran puerta de hierro se abrió. Los cuatro pokémon entraron. Lo que Marvin y Cyan vieron allí no era lo que se esperaban. Se trataba de una gran sala, que se asemejaba bastante a una recepción. El interior estaba recubierto de madera, y había varios bancos en los extremos. Una gran lámpara colgante iluminaba la estancia completa. Los dos amigos se quedaron con la boca abierta. Lugnos los miró divertido.

-Bienvenidos a nuestra base. ¿Sorprendidos?

Cyan no podía hablar de lo pasmado que estaba, pero Marvin decidió interrogar a  Lugnos.

-Oye, eh… Lugnos. ¿De verdad vivís aquí? Quiero decir… ¿para qué tanta seguridad?

-Oh, tan solo nos ocultamos de la Corporación de Inteligencia. Por si no te has dado cuenta, somos una sociedad oculta. Nos encargamos de defender nuestra patria de la Corporación.

-Ah… claro, la Corporación. -Concluyó Marvin, recordando lo que Cyan le había dicho acerca de mantener la boca cerrada.

En ese momento, el pokémon que les había abierto la puerta se mostró. Era un Granbull de mediana estatura, un poco más bajo que Lugnos. Entre carcajadas, abrazó al Ampharos.

-¡Vaya, vaya! ¡Pero mira quién ha vuelto! Colegas, no sabéis lo preocupados que tenéis a los de allá. ¡Serán mariconazos! -Soltó de una sonora carcajada, al tiempo que se separaba de su amigo- ¡Pero yo sabía que volveríais sanos y salvos! ¡Venga, id a saludar a esos Rattatas muertos de miedo!

Lugnos le dio unas palmadas en el hombro.

-A eso vamos, Walter. Ah, y espero que no te moleste que me haya traído a un par de amigos.

El Granbull se encogió de hombros.

-Oye, no soy yo el que tiene que estar molesto, sabes que por mí no hay problema. Pero no sé si a Astrid le hará mucha gracia que traigas compañía…

-No te preocupes por Astrid. Sé manejarme con ella. Y estoy seguro de que Palus me apoyará. Venga chicos, ¡seguidme!

Darla, Marvin y Cyan le obedecieron, yendo a pocos pasos detrás de él. Usaron una de las muchas salidas de la sala, pasando por un corredor bastante amplio. Cyan todavía estaba impresionado por el descubrimiento de aquel lugar, pero eso no le impidió dirigirse a Darla.

-Sra. Darla… ¿de qué va todo esto? ¿Para qué nos han traído aquí?

-La verdad… no tengo ni la más remota idea. Lugnos no suele recoger a pokémon todas las noches. Lo más seguro es que se deba al ataque a Villa Plata. Supongo que temía que dos pokémon tan pequeños como vosotros corrieran peligro. A no ser… -Se detuvo, mirando a la nada como si se le acabara de ocurrir una idea- la verdad, tiene sentido…

Sin terminar la frase, continuó avanzando. Cyan y Marvin se miraron, confusos, pero rápidamente retomaron la marcha. Lugnos ya se les había adelantado, y estaba entrando en una cámara grande y bien iluminada. Entraron después de él, y vieron lo que había allí dentro.

Una gran cantidad de pokémon estaba reunida allí. El lugar tenía aspecto de comedor, y todos los presentes se servían comida, o charlaban con sus compañeros de mesa. Cuando entraron ellos, sin embargo, varios de ellos dirigieron sus miradas hacia la entrada, y murmuraron algo. De repente, un pokémon grande, de color azul y con varias aletas en su cuerpo, se les acercó, con una enorme sonrisa en los labios.

-¡Por Arceus! ¡Lugnos y Darla! ¡No sabéis lo asustados que estábamos! Tardabais tanto que… creí que no os volvería a ver. Estaba a punto de salir yo mismo a buscaros, como puedes ver -Aclaró, señalando una bolsa de viaje que colgaba de su hombro -Astrid está preocupada también, aunque no me lo diga… ya sabes cómo es. Nunca deja que sus debilidades salgan a flote.

Marvin se miró a sí mismo, y luego al pokémon. Había una obvia conexión entre ellos, aunque no dijo nada para no meter la pata. De todas formas, sus dudas fueron resueltas casi al instante, cuando el pokémon lo miró.
-¡Vaya, vaya! ¿Quiénes son estos dos, Lugnos? -Preguntó, mirando al dúo- Me has traído un descendiente ¿es eso,  verdad? ¿Tan viejo estoy? -Bromeó.
-No, Palus. Se trata de dos pokémon que encontré perdidos en el bosque. Llegué a tiempo de salvarlos de esos dos saqueadores que siempre nos estorban tanto. Créeme, que uno de ellos sea de tu especie es pura coincidencia.

Cyan le habló a Marvin.

-¡Claro! Él es un Swampert. No estaba seguro, porque hay pokémon que se asemejan a otros sin tener relación…

Palus, poniendo cara de circunstancias, habló de nuevo.

-Si tu intención es que se queden esta noche, tendrás que hablar con Astrid… la pokémon más oportuna que he conocido, por cierto -Añadió, en voz alta, mirando un punto por encima de la cabeza de Lugnos.

Todos giraron sus cabezas para verla. Ante sus ojos, apareció entonces una hermosa Ninetales, con sus nueve colas en alto, atravesando el umbral de la puerta con majestuosidad, y aproximándose haciendo gala de la máxima elegancia y firmeza. Cuando estuvo lo bastante cerca, comenzó a hablar.

-Por lo que parece has vuelto de tu misión de reconocimiento, Lugnos. Y no solo eso, también te has traído a Darla. Me alegro de que ambos estéis bien. No podemos permitirnos perder a dos de nuestros mejores agentes. -Con disimulo, desvió la mirada hacia los pequeños- ¿Estos dos son cadetes? No recuerdo haberlos visto nunca…

Lugnos se adelantó, y le habló.

-Astrid, de eso quería hablarte. Estos dos pokémon… los encontré en el bosque, cuando regresaba. No tienen a nadie… y uno de ellos tiene amnesia. Por favor, déjalos quedarse aquí solo durante una noche.

Astrid entrecerró los ojos.

-Conoces las normas. Y, aunque las conoces, te las has saltado. ¡Las normas prohíben terminantemente la entrada de cualquier pokémon ajeno a los Guardianes!
Palus se pronunció, situándose entre Lugnos y Astrid.

-¡Solo son unos críos! ¡Déjalos quedarse durante un solo día, al menos!

Astrid miró al Swampert desafiante.

-Puede que tengamos el mismo rango, pero las normas son las normas. Tus decisiones no pueden contradecirlas. Ningún pokémon que no pertenezca a la organización puede acceder a este lugar.

Justo después de que la Ninetales dijera esto, la cara de Palus cambió por completo. Sus facciones se relajaron, y esbozó una pequeña sonrisa en su rostro.

-La verdad es que… tienes razón. Ningún pokémon ajeno a los Guardianes puede quedarse en la base. Pero… ¿y si ellos no fueran ajenos a los Guardianes?

Astrid frunció el ceño.

-¿A dónde quieres ir a parar?

-Es sencillo -respondió el Swampert, resuelto- Podemos proponerles unirse a los Guardianes.

Marvin sintió como si su mandíbula cayera al suelo. Él y Cyan cruzaron su mirada,

-Eres un bastardo… usas cualquier excusa para reclutar cadetes ¿eh? -dijo Astrid, con un matiz de complicidad en su voz- No tengo ningún inconveniente en que se unan a nosotros, pero te lo advierto… como resulten ser una carga o no tengan las cualidades necesarias, ¡tú cargarás con la culpa!

Palus agitó su mano, restándole importancia.

-Estarán a la altura. ¿Y bien? ¿Qué decís vosotros dos?

Cyan miró a Marvin, como si realmente quisiera aceptar la propuesta.

-La verdad es que… esto puede servirme para encontrar a mis padres. Y, pensándolo bien, es lo único que puedo hacer si quiero sobrevivir de momento. ¿Qué me dices, Marvin? ¿A ti te parece bien?

Marvin dudó unos instantes.

"No tengo nada que perder… no sé nada sobre este mundo, ni sobre mis poderes… y Cyan tiene razón. Es la única manera de que nos dejen vivir aquí. Bueno, supongo que no será tan duro."

Ni siquiera habló. Tan solo asintió con la cabeza, totalmente seguro de lo que estaba haciendo. Palus sonrió, y se dirigió a Darla.

-Darla, querida, llévalos a su habitación. Estarán cansados, y mañana les espera un día agotador.

Darla se les acercó, pidiéndoles con sus perfectos modales que la siguieran. Cruzaron una de las muchas puertas que salían de la sala, y desaparecieron de la vista de Astrid.

71
Estrategia Smogon / Re:Testeando Core Ofensivo: Gyadreigislash
« en: 10 de Mayo de 2014, 10:18:55 pm »
Pues Hidreigon me parece que mejor hazlo libre, podrias ser sobrepredecido, mejor hacerlo con mofa y proteger a Aegislash de posibles quemaduras etc. y a Gyarados tambien.
Puedes meter a Espeon tambien, algo contra Manectric, que te daria problemas, Rotom H para el, y Gyarados puede ser mega.

No estoy seguro, pero probaré a usarlo con Mofa + Life Orb o Expert Belt.
Si meto al Rotom H será Specs o Scarfed.
Y no, Gyarados NO puede ser Mega, porque este core se basa en que ningún pokémon tiene las mismas debilidades que el otro. Si Megaevoluciona, será débil a Bicho, Lucha, Planta y Hada, y eso no me viene nada bien.

Es una sugerencia no mas, pero un Gyarados con Dragon Dance y Moxie (Autoestima), si sabes usarlo, puede cargarse a todo un equipo.

La idea de este Gyarados es entrar para bajar el ataque del rival y debilitarlo o forzar un cambio y poder boostearse.

72
Estrategia Smogon / Testeando Core Ofensivo: Gyadreigislash
« en: 10 de Mayo de 2014, 08:12:36 am »
Muy buenas. El caso es que ayer, perdido en mis cavilaciones, me he figurado lo bien que trabajan juntos Gyarados, Hydreigon y Aegislash (de ahí el hombre del core).

Los sets que uso para ellos son los siguientes:


Gyarados @ Lum Berry
Intimidate
EVs: 252 Atk / 252 Spe / 4 SDef
Jolly Nature (+Spe -SAtk)
Dragon Dance
Waterfall
Earthquake
Ice Fang

 

Hydreigon @ Choice Specs
Levitate
252 SAtk / 252 Spe / 4 HP
Timid Nature (+Spe -Atk)
Draco Meteor
Dark Pulse
Flamethrower
Surf


Aegislash @ Leftovers
Stance Change
EVs: 252 Atk / 252 Def / 4 HP
Adamant Nature (+Atk -SAtk)
King Shield
Swords Dance
Shadow Sneak
Iron Head

El problema es que necesito saber que agregar al equipo. Quiero saber qué pokémon encajan bien en él. ¿Alguna sugerencia?

73
Volcarona. Lo capturas al nivel 35 en el Castillo Ancestral, y si lo entrenas, merece la pena. Se carga a todos los pokés de Aza si lo pillas con naturaleza tímida.

74
Sexta Generación Pokémon / Re:Referencias a Rubí & Zafiro ¿Remakes?
« en: 04 de Mayo de 2014, 08:40:05 am »
A mí esto me parece muy exagerado...
"Mira, Brock, esa caca de perro tiene forma de cabeza de Groudon... ¡HOENN CONFIRMED!"

75
Mega Swampert

Tipo: Agua/Tierra
Las aletas en la cabeza de Swampert se vuelven más largas y afiladas, al igual que su aleta caudal. Sus brazos y piernas se ven más reforzados, y su piel adopta un tono más oscuro.

Stats Originales
PS: 100
Atk: 110
Def: 90
SAtk: 85
SDef: 90 
Spe: 40

Stats tras Megaevolucionar
PS: 100
Atk: 160 (+50)
Def 140 (+50)
SAtk: 75 (-10)
SDef: 110 (+20)
Spe: 30 (-10)



Habilidad
Intimidación: Reduce un nivel el ataque del rival.

Nuevos Movimientos
Aqua Jet, Desarme

Posibles sets
Bulky Attacker
Swampert @ Swampertite
Torrent -> Intimidate
Naturaleza: Firme (Adamant; +Atk -SAtk) o Alocada (Impish; +Def -SAtk)
EVS: 252 PS / 16 Atk / 240 Def
-Earthquake
-Waterfall
-Stone Edge / Ice Punch
-Substitute / Rest / Toxic

76
Wow.
Que sepas que llevo siguiendo este Fanfic desde el primer momento, y me encanta, siendo que el Explorers of Sky es  mi juego favorito de Pokémon. ¡Sigue así! ^^
PD: Tu Fic fue lo que me ha hecho decidirme a postear el mío en este foro.

77
Este es el tema en el que podréis dar vuestras opiniones, críticas y demás acerca de mi Fanfiction de Pokémon Mundo Misterioso. ¡Espero que os guste!

78
Nota del Autor:¡Hola, usuarios de Pokexperto! Esta es la primera vez que publico un Fanfiction. La saga de Pokémon Mundo Misterioso siempre ha sido mi favorita, por lo que decidí hacer mi primer Fanfic sobre ella. Al contrario que en los juegos (e inspirandome en otros trabajos) he decidido nombrar a los Pokémon por nombres propios.
Además, esta aventura no toma lugar en ninguno de los metaversos de Pokémon Mundo Misterioso, ya que se trata de un mundo totalmente independiente, que se encuentra en una situación crítica (a lo largo de la historia será explicada).
Por último (y ya dejo de echaros el sermón) quiero aclarar que he querido dar a la historia un aire a la saga, es por eso que indico el lugar en el que está ocurriendo la acción, tal y como lo hacen los videojuegos originales.
Gracias por leer y ¡a disfrutar!




Introducción

Bosque Sombrío

Cyan se tapó los oídos con sus patas delanteras. El sonido que las explosiones causaban era terrible, y, aunque se había alejado ya medio kilómetro, podía oírlas como si las tuviera al lado. Agotado, se detuvo y miró a su alrededor, esperando, deseando que no hubiera nadie cerca. Ya tenía suficientes preocupaciones para  que, precisamente en ese momento, un Haunter o un Trevenant saliera de la maleza y lo atacara. Sin embargo, todo parecía muy calmado.

“Las explosiones y el fuego deben de haber ahuyentado a todos los Pokémon salvajes. Eso es bueno… de momento. Pero no debo distraerme… debo seguir corriendo. Hasta el amanecer al menos. No puedo dejar que me encuentren… y soy demasiado mal actor para hacerme pasar por un pokémon salvaje.”

Con este pensamiento, retomó su idea inicial: correr. Continuó atravesando el Bosque Sombrío a la mayor velocidad que sus cortas patas de Cyndaquil le permitían. Pero sabía que, tarde o temprano, tendría que detenerse para descansar. Solo esperaba que ocurriera más tarde que temprano.

Villa Plata

Grunt, entre jadeos, apartó con su cuchilla otro pedazo de madera calcinada de su camino. Casi perdiendo el control, gritó.

-¡Tú, maldito loco! ¿Te parece normal arriesgar así la vida de los demás agentes? ¡Podrías haber acabado con las vidas de muchos de los nuestros!

Le gritaba a un siniestro Bisharp que se alzaba entre las llamas, de espaldas a él. Llevaba puesta una capa negra con capucha, que lo volvía incluso más tétrico. El Bisharp, sin mostrar el más mínimo sentimiento ante los gritos de su compañero, se giró y le habló.

-Encárgate de limpiar la zona de cadáveres. -Dijo, con una profunda y grave voz- Yo me llevaré a los prisioneros. Nuestro líder nos espera.

Grunt casi no podía aguantar la ira. Poniéndose en posición de combate, encaró al Bisharp.

-¿Qué te crees que estás haciendo? ¡No vas a darme órdenes, maldito creído! ¡Harper, te lo advierto: si sigues comportándote así, tus propios soldados serán los que te maten, y me ahorrarán trabajo!

De nuevo, Harper ignoró a su compañero. Continuó caminando, directo a la zona en la que retenían a los prisioneros. El Garchomp, esta vez, respiró hondo y se relajó. Se dejaba llevar demasiado por la ira.

“Es algo nato en mí, supongo. A veces desearía ser un Dragonite. Esos malditos sí que saben controlar sus sentimientos.

Una vez relajado, alzó la vista para poder observar Villa Plata… o lo que quedaba de ella. Harper y él habían sido enviados para matar o capturar a todo residente de la Villa, además de encargarse de arrasarla, aunque no se les habían dado motivos para hacerlo. Pero así eran la mayoría los trabajos que la Corporación de Inteligencia les asignaba. Rápidos, sencillos, y, lo más importante, totalmente exentos de preguntas. Pero, aún así, era reconfortante servir a aquella causa. La causa que aseguraría la victoria contra los traidores, la causa que limpiaría Petraria de la calaña más nauseabunda que aquel mundo había conocido.

Y, sin pensarlo más, comenzó a quemar cadáveres.

Corazón del Bosque Sombrío

Cyan se desplomó. No podía caminar más, y sentía que las fuerzas lo abandonaban poco a poco. Tirando de sus últimas fuerzas, se dejó caer entre unos arbustos, para evitar ser visto si pasaba alguien. Respirando hondo, sacó una manzana de su bolsa de viaje, y le dio un placentero mordisco. Solo entonces, en la tranquilidad del bosque nocturno, comenzó a asimilar la situación.

“Papá… mamá… ¿estaréis bien?”

Recordó la última visión que tuvo de sus padres. Su padre, un regio Emboar, le dio una pequeña bolsa de viaje y lo empujó fuera de casa por la puerta trasera. Su madre, una Thyplosion, lo abrazó fuertemente antes de dejarlo ir, para luego girarse y tratar de defender la Villa junto con su marido. Cyan no miró atrás, sabiendo que lo que vería podría no gustarle. Pero algo, muy hondo dentro de él, le decía que sus padres seguían con vida. A la Corporación de Inteligencia le encantaba coger prisioneros, según lo que había oído.

Mientras cavilaba sobre esto, dejó que sus entrecerrados ojos se adaptaran a la oscuridad. Al ser un Cyndaquil, sus ojos no estaban del todo desarrollados, y, por lo tanto, eran apenas una franja en su cara. Aún así, podía ver bastante bien, y, si su visión le fallaba, tenía su maravilloso olfato. Sin embargo, esta vez fue su visión la que detectó un extraño bulto azul derribado en el suelo en un claro, a unos metros de su posición. Alzó la cabeza para tratar de identificarlo, y, con un par de vistazos, dedujo que se trataba de un pokémon.

“Vaya, a ese pokémon le ocurre algo… no creo que se quedase dormido ahí. Tiene más aspecto de haberse golpeado y desmayado. O… a lo mejor está muerto.”

Se pensó dos veces la posibilidad de acercarse. No podía descartar la posibilidad de que aquel pokémon fuera hostil. Además, era azul. Y un pokémon azul, por lo general, estaba asociado al elemento Agua. Siendo como era un pokémon de tipo Fuego, Cyan tenía miedo de que lo machacara con una tromba de agua.

Finalmente, reunió valor y se acercó a él. Se inclinó sobre su cuerpo, y, mirándolo atentamente, pudo distinguir su respiración.

“Todavía respira… por lo que aún sigue vivo. Ay, todavía no se si eso es bueno o malo.”

Se detuvo a observar al pequeño pokémon. Por su fisionomía, parecía cuadrúpedo, ya que tenía cuatro cortas patitas saliendo de sus costados. Tenía una aleta grande en la cabeza, y otras tres, de color naranja y más pequeñas, en cada mejilla. Además, poseía lo que parecía ser una aleta caudal en la parte trasera de su cuerpo. Sin lugar a dudas, era un tipo Agua. Aunque Cyan nunca había visto a aquel pokémon… principalmente, porque no había salido de los alrededores de Villa Plata nunca.

Justo en aquel momento, el desconocido pokémon comenzó a moverse. Cyan sintió un escalofrío a través de su columna vertebral. El desconocido se levantó sobre sus cuatro patas, aún tambaleándose. Mientras Cyan lo miraba atónito, hasta que se decidió a ayudarlo. El pokémon, confuso, se quedó observándolo extrañado.

-Hola… -Acertó a decir Cyan- ¿te encuentras bien? Lo digo porque estabas ahí desmayado…

El pokémon lo miraba con ojos como platos.

-Eres un… Cyndaquil… y… ¿acabas de hablar?

Cyan se sorprendió ante la pregunta.

-Pues claro… ¿tengo acaso pinta de pokémon salvaje? -Al no obtener respuesta, añadió- Y tu eres un… maldita sea, he oído hablar de tu especie, pero ahora mismo no recuerdo el nombre.

El pokémon azul se miró el cuerpo.

-Así que… es cierto. Soy un pokémon. Vaya, esto es lo más raro que me ha pasado nunca. -Notando que Cyan lo miraba de forma extraña, decidió explicarse- No estoy seguro de si debería contártelo, pero ¡qué diablos!, tengo que poder confíar en alguien. Verás, aunque pueda parecer un pokémon… soy un humano. No sé cómo, ni por qué, pero, hace un rato, me he encontrado a mí mismo transformado en un pokémon, y, del susto, me desmayé. Por si eso fuera poco… no recuerdo absolutamente nada de mi vida antes de transformarme.

Cyan rió nerviosamente, al mismo tiempo que se rascaba la cabeza con una pata.

“Este pokémon… ¿estará mal de la cabeza? ¿De dónde ha sacado todo eso? Y, por otro lado ¿qué pasa si es real lo que cuenta? No tengo ni la más remota idea, pero de momento… creo que será mejor confiar en él. No me parece el tipo de pokémon que intentaría robarme.”

-Bueno, eso es… horrible, colega. -Dijo al fin, tratando de sonar natural- Vete acostumbrando a que los pokémon hablen, porque, en este mundo, todos lo hacemos. Por cierto, me llamo Cyan.

-Encantado de conocerte, eh, Cyan… ¿sabes lo raro que se me hace decirle eso a un pokémon? -Al ver que Cyan lo miraba con una expresión entre lo ofendido y lo extrañado, rectificó- Er… lo siento. Bueno, como podrás comprender, yo… no recuerdo mi propio nombre.

Cyan, en un arrebato, pegó un salto.

-¡Mudkip! ¡Eso es! ¡Eres un Mudkip! Sabía que había oído hablar de…

La frase del Cyndaquil se vio interrumpida por un chasquido. Cuando los dos pokémon se giraron hasta el lugar del que provenía, vieron a un Pokémon alto y regordete, con varios bultos alrededor de su cuello, y a un pokémon mucho más pequeño, con alas y de color negro, encaramado a una rama.

-Vaya, vaya, vaya… ¿que tenemos aquí, Guts? -Dijo el pokémon alado, mirándolos con desdén- Parece que estos dos renacuajos se han perdido.
 
El otro pokémon, el que al parecer se llamaba Guts, soltó una risa boba. Su voz se asemejaba más a un conjunto de voces que a una sola. Cuando se acercó, pudieron ver que tenía varias cabezas pegadas a su cuello, y una especie de palmera saliendo de entre todas ellas.

-¡Sí, ya lo creo! Sería una pena que alguien les robara ¿verdad?

Antes de que pudieran hacer nada, Guts lanzó dos potentes rayos de energía psíquica, que derribó a los dos pequeños pokémon.

-Vamos a ver que llevas en esa bolsa, rata de fuego -Dijo el más pequeño, a la vez que planeaba hasta Cyan, y le arrebataba la bolsa con su pata izquierda- Veamos…

Entonces, el pequeño claro se llenó de luz. Todos los presentes cerraron los ojos para evitar que la luz los cegara. Un nuevo pokémon había aparecido en el centro del claro cuando volvieron a abrirlos, entre los criminales y los pequeños. Era de color amarillo, casi tan alto como Guts, y con adornos negros alrededor de su cuerpo.

Cyan se arrastró hacia su nuevo compañero, y le susurró al oído.

-Conozco a ese… es un Ampharos. No sé qué está haciendo por aquí, pero tiene cara de pocos amigos…

El Ampharos miró con furia a los dos criminales.

-Sois de lo peor… ¿ahora os dedicáis a robar a niños? ¿Tan bajo habéis caído, asquerosos rufianes?

El pokémon negro retrocedió, asustado. Mirando fijamente al Ampharos, arrojó la bolsa a sus pies.

-Eh, Guts. Creo que no hay nada interesante en esa bolsa de pacotilla. Podemos dar por finalizada la visita.

Guts, sin pensárselo dos veces, echó a correr, seguido de cerca por el pequeño pájaro. El Ampharos no apartó la vista de ellos hasta que los perdió de vista. Luego, se dirigió hacia Cyan y su compañero. Les entregó la bolsa.

-Habrase visto… atacar a niños indefensos… sin duda esos dos merecían algo más que un escarmiento. -Ayudó a los dos niños a ponerse en pie- De todas formas… ¿qué hacíais en el bosque a estas horas? ¿Acaso sois fugitivos de Villa Plata?

Cyan, después de mirar súbitamente a su colega Mudkip, se decidió a resumirle la historia. Le contó sobre su huida, y sobre cómo había encontrado al Mudkip tendido en el suelo, pero, por si acaso, se saltó lo concerniente a su condición de humano.

-Ya veo… bueno, no es buena idea que os quedéis aquí toda la noche. Seguidme, os pondré a salvo.

Sin pensárselo dos veces, los dos pokémon siguieron al Ampharos, adentrándose en el bosque.



Y esa ha sido la introducción. Espero que os haya gustado, y que leais el Fic regularmente. Sintiéndolo mucho, no puedo asegurar un día de la semana para postear cada capítulo, tan solo puedo decir que subiré al menos un capítulo a la semana.
Como esta es la introducción, quiero pediros un favor, queridos lectores. Si sois tan amables, sentíos libres de postear en el tema de Comentarios de este Fanfic un posible nombre para el Mudkip. Tengo varios pensados, pero quiero saber vuestras ideas, para tener más opciones. Comentad si os ha gustado y, ¡nos vemos en el próximo capítulo!


79
Rate My Team / Re:Ayuda con equipo Pokémon Online
« en: 13 de Septiembre de 2013, 10:31:21 am »
Gracias por la ayuda. Puse 250 porque el mensaje lo escribí a prisa y me equivoqué, no pensaba lo que estaba escribiendo. Probaré algunas de esas estrategias y luego comento que tal me fue.

80
Rate My Team / Ayuda con equipo Pokémon Online
« en: 09 de Septiembre de 2013, 09:41:35 pm »
Bueno, pues quería pedir que alguien me analizara este equipo del PO. Ojo: Yo no soy mucho de usar Vidasfera, Gafas Elegidas o Pañuelo Elegido, los considero objetos potentes pero que a la larga acaban haciendo más mal que bien.
Bien, este es mi equipo:

Metagross@Globo Helio.
250 Def, 250 At, 4 PS
Naturaleza: Agitada
Habilidad: Cuerpo Puro
Movimientos:
-Trampa Rocas
-Terremoto
-Puño Trueno
-Puño Hielo
Comentarios:
Sale el primero. No tiene ningún movimiento por STAB, pero cubre la mayoría de los líderes posibles en otros equipos (Politoed en un Rain Team, por ejemplo). Lo importante es usar Trampa Rocas y luego hacer que se quede en el campo de batalla el máximo tiempo posible. Nunca ha derrotado menos de dos Pokémon rivales antes de caer debilitado.

Swampert@Restos
250 At, 250 Def, 4 PS
Naturaleza: Firme
Habilidad: Humedad
Movimientos:
-Terremoto
-Machada
-Puño Hielo
-Roca Afilada.
Comentarios:
Lo saco poco después del principio del combate, o si preveo que el rival va a usar un ataque autodestructivo. Es débil al tipo Planta, pero lo compenso cambiándolo por Volcarona, doblemente resistente a ese tipo. Igual que Metagross, cubre muchos tipos, y su alta defensa le permite resistir ataques de planta medianamente fuertes.

Electivire@Globo Helio
250 At, 250 Vel, 4 PS
Naturaleza: Alegre
Habilidad: Electromotor
Movimientos:
-Puño Trueno
-Terremoto
-Puño Hielo
-Tajo Cruzado
Comentarios:
Lo saco cuando el rival va a usar un ataque Eléctrico. Así, con Electromotor absorbe el ataque, lo que, sumado a su altos Velocidad y Ataque, le permite golpear primero el siguiente turno la mayoría de las veces.

Hydreigon@Polvo Brillo
250 At Esp, 250 Vel, 4 PS
Naturaleza: Modesta
Habilidad: Levitación
Movimientos:
-Pulso Dragón
-Onda Certera
-Lanzallamas
-Pulso Umbrío
Comentarios:
Mi mejor atacante especial. Además, es tremendamente rápido, por lo que es difícil que ataquen antes que él. Su combinación de movimientos le permite acabar con una amplia variedad de enemigos. En caso de que el rival sobreviva, Polvo Brillo disminuye las probabilidades de que le hagan daño.

Volcarona@Restos
250 At Esp, 250 Velocidad, 4 Defensa.
Naturaleza: Modesta
Habilidad: Cuerpo Llama
Movimientos:
-Danza Llama
-Danza Aleteo
-Zumbido
-Psíquico
Comentarios:
Respalda a Swampert. Si el enemigo trata de usar un ataque tipo planta, cambio rápidamente a Volcarona, que, gracias a su combinación de tipos, resiste el golpe de manera sencilla. Con Danza Aleteo se boostea,y con Cuerpo Llama quema a los rivales físicos.

Milotic@Restos
250 PS 250 Def 4 At Esp
Naturaleza: Osada
Habilidad: Gran Encanto
Movimientos:
-Rayo Hielo
-Hidrobomba
-Rayo Confuso
-Recuperación
Comentarios:
Muy buen Pokémon. Resiste una buena cantidad de golpes, y con Recuperación se regenera. Si recibe ataques físicos, puede enamorar al rival con Gran Encanto. A decir verdad, puede resultar un buen dolor de cabeza para muchos enemigos.


A ver que les parece... empecé el mes pasado, así que no tengo mucha experiencia, y puedo mejorar bastante. Decidme que está bien y que mal e intentaré mejorar.
¡Muchas gracias por adelantado!









Páginas: 1 2 3 [4]