Pues me parece no tener sentido de la medida, sinceramente. Cada cosa, en su punto. Si no te gusta un cantante, deseas que no venda, que no triunfe, que nacie vaya a sus conciertos, que no le contraten las discográficas...
Pero... ¿que muera? La ofensa (si es que el canto con un estilo que no agrade y las opiniones de uno que no agraden a otro se considera ofensa) no tiene el mismo valor que la réplica. Si realmente hay quien desea que muera alguien sólo porque le molestan sus opiniones, sólo porque le molesta su música, sin siquiera conocera al sujeto (conocer en persona nada), si contra cosas tan nimias hay quien desearía una respuesta tan desproporcionada, ¿es la justicia un medio para castigar al criminal, o un medio para proteger al criminal de la reacción desproporcionada de su víctima?
Dejadle que cante. Dejadle que tenga sus opiniones. No se presenta a las elecciones, ni nada parecido. Oíd cada uno la música que os gusta y haced oídos sordos a lo que diga que os moleste. Y no os molestéis en desear que muera nadie, que es un deseo muy feo.