Capítulo 2AlertaEn cuando bajamos, vimos a unas grandes criaturas, que luego clasifiqué como 'dinosaurios', eran unos enormes cuadrúpedos con una cola y un cuello muy largos, y nos miraban a nosotros con cara de, entre miedo y asombro, preguntándose de donde habíamos salido, con las misma cara de perplejos estaríamos nosotros, que jamás en la vida vimos un animal más grande que nuestro hocico, y que ahora teníamos a varios gigantes delante nuestra. He de añadir ahora que a nuestra especie no nos chiflan los vegetales, y que nuestra dieta se basaba eb los insectos y demás bichos de Origen, prescindiendo casi de las plantas, y por tanto, aquel gran reptil se trataba de un mangar para celebrar la llegada a nuestro nuevo hogar, no hizo falta decir nada, todos llegamos a esa conclusión, lo que sí, ya empezaron las disputas...
-Bueno, pero yo me pido morder el cuello- Dije (traducio al humano, claro, aunque no una traducción exacta, ya que esta es demasiado complicada) antes de que alguien se pidiera chupar la sangre de esta zona
-No, yo quiero el cuello
-llega para algunos, yo tambien
-A mi no me dejeis fuera
...
-No llega para tantos, el el llegue primero se queda el puesto
Y todos salimos volando al cuello de una de esas enormes criaturas, yo pilé un sitio cerca de l cabeza y me dispuse a chupar. Los que no consiguieron sitio en el cuello, fueron al corazón o a la barriga, que es donde podían chupar más sangre.
El mamenchisaurus se retoció y se puso a chillar, agitando el cuello y esperando que nos soltáramos, pero ni de coña, en poco tiempo se quedó sin riego cerebral y se cayó al suelo.
Cuando lo secamos por dentro, fuí al cuerpo a buscar un buen trozo de carne que quedarme, corté uno de más o menos 15 Kg y me alejé un poco de esa carnicería pública, le inllecté el veneno inflamable (por cierto, a parte del veneno inflamable, también tenemos en la garganta una bolsa que se llena de gas inflamable cuando se necesita) bastante distribuido y le prendí fuego por dentro para no comerlo crudo del todo. Mientras esperaba a que ardiera bien por dentro, obsevé la felicicad de aquella nueva esperiencia para nosotros, mientras le arrancaba trocitos y me los comía, y a la vez tiraba las escamas que encontraba. La verdad es que aquel nuevo savor esa increíble, no podría compararlo con nada.
Cuando terminé aquel cacho de carne (un poco seca) extendí las alas y me fuí a dar un paseo. Observé ese nuevo mundo desde arriba, y la sensación de volar casi sin agitar las alas me pareció increible, comparada con la dificultad para hacerlo en origen.
Ya llevaba un rato con mi paseito cuando noté detras mía una corriente de aire anormal, me giré y me encontre a un pterosaurio. Me quedé mirándolo mientras él me miraba a mí, y me pareció extraño la posición de sus alas, ya que no tenía patas delanteras a parte de estas, primero me pareció extraño (alguien que en su vida se topó con otra raza animal además de la suya e insectos tiene derecho a ver extraño la anatomía de otra criatura), y luego, práctico, ya que toda la fuerza de las extremidades delanteras se volcaba en las alas. Me dispuse a probar esa nueva estructura, y guardé mis patas delanteras por 1ª vez en mi vida, para dejar todo el control a las alas, al principio, con el cambio perdí un poco el control y descendí torpemente, pero luego volví a tomar altura, y me alejé del pterodactilo, sorprendido por mi transformación. Estuve rato dando piruetas en el aire, comprobando que la evolución acertó con aquel dinosaurio y sus alas, y hasta bien entrada la noche no bajé a descansar, cosa que nunca habría ni pensado en Origen.
Tras la comilona de la llegada, mi tripa estaba llena, y no tenía ganas de cena, busqué una zona con la tierra blanda en el bosque donde había aterrizado e hice un hoyo poco profundo donde poder pasar la noche.
A la mañana siguiente, me levanté contenta, la temperatura refrescaba mucho más por la noche que en Origen, por el día también, pero no se notaba tanto... Mi estómago me avisó de que la comida ya se estaba terminando, y me fui al trote, esperando encontrar algo que llevarme a la boca, pues no conocía las especies animales ni vegetales de aquel mundo, y tampoco sus propiedades alimentarias. Estaba buscando insectos bajo las hojas cuando vi pasar una bolita de pelo marrón corriendo a toda leche por el bosque, el olor que emitía hizo que me desinteresara completamente por los bichos, pues el era mucho más suculento, corrí detrás de el, pero cuando estuve a punto de pillarlo, me di cuenta de que me lo pasaba muy bien persiguiéndolo, y aminoré el paso para que aquel ¿roedor? pudiera 'escapar' de mi un rato más de mi. No tardó mucho el bichito en desplomarse por el cansancio, y entonces me di cuenta de que el juego había terminado. Mientras me lo comía, recordaba la facilidad de transformación del día anterior, y tuve la tentación de probar una transformación completa, para parecerme a aquel pequeño mamífero. Cuando me lo terminé, me dispuse a probar, me concentré y pronto noté que mi cuerpo menguaba, mis fuertes patas se convirtieron en unas pequeñas patitas de roedor, y mi piel empezó a extenderse al tipo 'rana peluda'
Las ranas respiran a través de los pulmones y de los vasos sanguíneos de la piel, ya que los pulmones de las ranas son muy pequeños. Así que cuando llega la época de aparearse, los machos de las ranas peludas, desarrollan estas pilosidades que no son otra cosa que filamentos de piel y que mejoran la oxigenación, tan necesaria en la época de apareamientos. (no con la misma función, claro) y mi colo de piel, violeta grisáceo oscuro, paro a ser un marrón claro. en poco tiempo, me encontré siendo un simple ratoncito prehistórico. Me dispuse a comprobar la movilidad, rapidez y fuerza de aquel animal terrestre cuando detrás mía percibí un olor familiar, me di la vuelta y encontré a otro de mi especie, decidido a saltar a por mí. Mi reacción no fue otra que echar a correr, podría haberme destransformado, pero en una situación así, no siempre haces lo mejor y más lógico. Yo corriendo y aquel machote detrás, vacilándome como yo había echo con mi desayuno, la verdad, ahora sentía lo mal que lo había pasado el ratoncito poco antes, mis corazones latían a tal velocidad que se habían desincronizado, y mi respiración era tan fuerte y rápida, que daba la impresión de que se me iban a salir los pulmones por la boca. Al rato de aquella malísima experiencia, corriendo en un cuerpecito lento y cansado para salvar mi vida, noté que el tipo aquél se paraba, y empezó a escojonarse de risa, yo, más tranquila, conseguí recuperar mi forma original, me acerqué a el para ver que le pasaba.
-¡Te lo has creído!, ja ja, te lo has creído...-me dijo, con aire burlón
como ya os he dicho, nuestro lenguaje muestra los pensamiento, y no necesitó decir nada más, ni yo preguntárselo: mi olor delataba que no era un roedor de esos, y el triple latido de corazón también, pero el se aventuró a comprobar si yo lo sabía...
-¿Sabes qué? Te odio, si me llega a das un triple paro cardíaco, la culpa sería toda tuya, has estropeado la amistad que podría llegas a haber entre nosotros - (he de decir que entre nosotros no existe la ironía).
El se seguía partiendo de risa en el suelo, y eso a mí me mosqueaba.
De repente, se enderezo y se puso en posición de alarma, notaba algo (el 6º sentido), pero yo ya no me fiaba de el, es dificil engañar, pues para ello te tienes que engañar a ti mismo..., pero este descarado fijo que era capaz...
-Pasa algo muy malo
-Ya, que me la vas a volver a dar
-No, en serio, ¿no lo notas?
-Mira, no me vaciles más, NO CUELA
-NO, pero...
-Déjame en paz
Y me largué volando de allí, ates de que terminara crelléndome las chifladuras mentales de ese pirado, porque estaba claro que solo quería engañarme.
¿O no?