Aqui esta la "3ª parte" de la saga de relatos hechos por mi, espero que disfruteis este igual o mas que con los otros. Gracias por pasaros por aqui y leerlo.
Corsarios de Agua Dulce
Era una noche oscura y fría en la Caverna del Océano, todos nosotros estábamos hambrientos ya que no habíamos podido cazar debido a las corrientes de agua fría que hacian que nuestras presas no abandonasen sus madrigueras. Para constatar, éramos un grupo de Carvanhas liderado por un Sharpedo cuyo nombre era "TibuRon" y no era precisamente de los débiles... lideraba una manada de Carvanhas llamada "Corsarios del Océano" era como una organización pirata; crueles, sanguinarios y solo respetaban sus propias leyes. Ese día ingresé en el grupo, ya que decidí que era mejor pulular con compañía y ser tu el cazador y no el cazado. Se lo montaban bien, tenían un lugar de reunión, buenas partidas de caza, un respetable botín... en definitiva, no eran un grupo cualquiera y sabían lo que hacían.
Al día siguiente TibuRon empezó a dar órdenes a su mano derecha, un Carvanha lleno de cicatrices que llevaba velando por su jefe desde hacía muchísimo tiempo, se hacía llamar Kiba, lo primero que hizo después de que TibuRon se fuese a su pequeño fortín de coral fue decirnos las tareas para hoy, la hora a la que teníamos que estar preparados para la caza y la racion que le tocaba a cada uno. Yo al ser nuevo, me tocó limpiar los restos del anterior banquete, que por suerte no eran muchos debido a que ayer no cazamos por la noche.
Cuando salimos, la luz solar casi no llegaba al fondo oceánico, pero aun había resquicios, lo cual hacía el ambiente perfecto para la caza. Lo raro fue que aunque el clima era perfecto, casi no encontramos presas. El jefe se preocupó ya que la última vez que pasó esto tuvo que emigrar de su antiguo refugio al actual, uno dio la voz de alarma, un Pokémon colosal se estaba aproximando. Como su apreciación no era exacta tomamos la formación de ataque esperando que se acercase lo suficiente como para lanzarnos a por ella. La sorpresa fue mayúscula cuando vimos un Wailord a cincuenta metros de nosotros, nos dispersamos e hicimos lo que debíamos. Cuando desangramos lo suficientemente al Wailord, el jefe ejecutó su Triturar para rematarlo. Cuando este yacía panza arriba, el jefe se rió a carcajadas diciendo que era la mejor presa que podríamos esperar cazar. Nos felicitó y dio por terminada la caza de hoy.
Al volver al refugio nos dimos un festín de Wailord, al dia siguiente no nos despertamos hasta que alguien se percató de lo tarde que era. Kiba dio sus órdenes mandadas directamente por TibuRon. Pero hoy algo era diferente... el Carvanha informador no había avistado ningun tipo de presa en el exterior, ni grande ni pequeña, TibuRon decidió adelantar la partida de caza para evitar problemas de tiempo, aun asi no me pude escaquear de limpiar toda la caverna de restos de Wailord. Cuando salimos todo estaba silencioso y tranquilo, enseguida nos dimos cuenta de que algo no andaba bien. Ayer cazamos a un pokémon muy raro por esta region, al principio nos pareció una gran fortuna, pero parece que era el último festín que nos daríamos en mucho tiempo...
Nos fuimos a la cama sin probar bocado, el jefe y Kiba se quedaron charlando sobre lo que haríamos mañana, me dormi escuchando sus voces resonando en la caverna... Por la mañana Kiba dio la voz de que nos preparásemos para salir Ipso Facto a cazar. Aún no sabian la causa de la repentina desaparicion de las presas, pero avisaron de que si esto no marchaba, tendriamos que emigrar al mar del oeste a probar suerte por ahí, aunque al llegar perderíamos gente debido a las bandas que rondaban por ahí y que seguro tendríamos que erradicar. Algunos, entre los que me incluyo, estaban nerviosos, otros veteranos por el contrario andaban parlucheando que así habría mas acción y se lo pasarían mejor, idiotas...
Ya había pasado bastante tiempo desde que abandonamos la Caverna y aún no habíamos avistado ningún tipo de presa. Me preocupé y puse los cinco sentidos en detectar una presa, para mi sorpresa me llegó a la nariz un olor que me resultaba familiar, sangre. Nadie se había percatado, por lo que di la voz de alarma, todos empezaron a olisquear y nuestro rastreador mas veterano nos indicó de donde procedía el olor a sangre, malas noticias... procedía de un lago próximo a nuestra posicion, Kiba pregunto a TibuRon que debíamos hacer, si seguir el rastro de sangre arriesgándonos o por el contrario seguir buscando alguna presa, TibuRon pensó un rato hasta que decidió que era lo mejor que podríamos hacer, optó por ir al lago aun a riesgo de perecer en el intento.
Al llegar a la entrada del lago, a todos se nos erizó la piel debido al agua dulce a la que no estabamos acostumbrados. Tardamos tiempo en aclimatarnos, pero la densidad del agua era distinta en aquella zona, y eso dificultaba nuestra labor, el único que parecía andar bien era TibuRon y se adelantó para echar un vistazo y ver de donde procedía la sangre. No tardó mucho tiempo en regresar y dirigir al grupo hacia la presa de donde emanaba la sangre. Cuando llegamos vimos a un Gyarados con una herida que parecía mortal, debia de ser reciente, puesto que cuando nos acercamos se incorporó y empezó a sacudirse para evitar que le desangrásemos todavía mas. Al final el jefe ejecutó su famoso Triturar sobre su cola haciendo que se herida fuese aun mayor y facilitar la captura, y si eso no era poco, remató la faena con un estupendo cabezazo que hizo colisionar al Gyarados contra la orilla del lago. Todos observamos aquel espectáculo que nos ofreció TibuRon y recordamos por que era nuestro jefe. Solo nos quedaba llevar la presa al refugio, pero el Gyarados aún no había fallecido, nos sorprendimos de su resistencia, y antes de que nos diéramos cuenta este se comió un fruto dorado que había aparecido de la nada...
Cuando se lo comió, un fulgor nos deslumbró a todos durante cierto tiempo. Cuando pudimos volver a ver, observamos que el Gyarados medio muerto al que dábamos caza, se había convertido en un espectacular Gyarados de color rojo, Kiba dio la órden de abandonar aquel sitio sin perder ni un instante. Parecía cosa del destino, pero era nuestra última oportunidad para cazar algo, y ya era de noche para seguir buscando presas, asi que decidimos volver a la Caverna para preparar nuestro viaje hasta el mar del oeste.
Para nuestra sorpresa, el destino al cual criticábamos había querido recompensarnos con una estupenda familia de Wailords y Wailmers dormidos a las puertas de nuestra caverna, en ese momento a todos se nos hizo la boca agua, ya no teníamos que emigrar a otro mar hasta dentro de mucho tiempo, JAJAJA!!
FIN
Ya sabeis, acepto criticas constructivas para poder mejorar mis proximos relatos. Espero que os haya gustado, podeis postear en este mismo tema. Ya sabeis que no soy un pro, asi que no os paseis mucho xD
Saludos y muchas gracias por leerlo