Mi nuevo fic, comentad :D
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Acababa de bajar a tierra para comer algo, cuando ocurrió. Quizá, antes de contaros esta historia, debería contaros un poco de mí.
Yo soy un gran Flygon, que viaja por el mundo pokémon, buscando crecer física y mentalmente, luchando con otros pokémon en busca de fuerza y compartiendo información con los que esto busquen. He de decir que nunca me gustaron los humanos, y lo que se de estos, lo se por innumerables historias que me contaron, pues nunca me acerqué a una colonia de estos. Bien, continuamos.
Sobrevolaba yo un gran bosque, cuando mi tripa me anunció que ya era hora de bajar. Una vez en el suelo, me puse a recolectar unas pocas bayas Aranja cuando ocurrió. Un gran vórtice color azul apareció de la nada. Me quedé hipnotizado viendo como sus diversos tonos azulados giraban de forma fluida, provocando que esta anomalía se hiciera más y más grande, nunca había visto ni oído hablar de nada parecido. Cuando me dí cuenta, aquel agujero empezó a arrastrarme hacia el. Solté las Aranja, que tras botar en el suelo, fueron engullidas por el vórtice, la fuerza de este era cada vez más grande, para evitar que me arrastrara a mi también, me agarré a un árbol, pero este empezó a desanclarse del suelo en poco tiempo, y me dispuse a salir volando. Ese fue mi gran error. Al levantar los pies del suelo,el agujero pudo aspirarme con la facilidad con que absorbió las bayas. En cuanto crucé el portal, cambió la fuerza que me movía, ya no tiraba de mi, si no que me acababa de empujar, y ante mis narices vi como el portal se cerraba, como si su única misión fuera llevarme allí, mientras me di con el trasero sobre una superficie dura. Un poco atontado, me incorporé y observé lo que me rodeaba. Era una superficie no muy grande y elevada, con una puerta cerrada que daba a una parte más baja. Recojí las bayas, tiradas por el suelo, mientras me acercaba a los bordes de esta plataforma, color cemento (¿adivináis de que estaba echo
?). Al asomarme, vi lo que tantas veces me habían descrito, de tantas formas diferentes, y, en un primer momento, no lo reconocí. Era una gran avenida, rodeada de edificios, como en el que yo me encontraba, una gran cantidad de personas recorrían las calles con prisa, y los coches también circulaban, no precisamente despreocupados, mientras unos pocos árboles se alzaban entre las calles y las aceras. El bullicio de aquella calle me tenía impresionado, nunca habías visto un humano, para encontrarme ahora en medio de una de sus ciudades, esos trastos que ocupaban la mayor parte del terreno y pitaban angustiados, moviéndose torponamente por las calles ya saturadas, los grandes edificios donde, según tenía entendido, vivían, las calles pavimentadas con cemento y hormigón... Tras pasada la sorpresa inicial, me fijé que algunas personas llevaban extrañas criaturas atadas, me sorprendió no conocerlas, ya que conocí a muchos pokémon a lo largo de mi vida, entonces, me vino un recuerdo a la cabeza:
Estaba yo a las afuera de un pequeño bosque cuando un palo cayó cerca mía y se acercó un Growlithe, que venía a por el. Yo le pregunté:
-¿Que quieres hacer con ese palo?
-Es para mi dueño, jugamos, 
-¿Tu dueño?
-Si, ese humano que está por ahí detrás,
Desde luego, no me molesté en acercarme
-¿Y eso es muy normal, que lo humanos sean 'dueños' de algunos pokémon?
-Si, hay pokémon como los Growlithe, Houndour, Poochyena o Yorterrie que a menudo forman una alianza con los humanos,
Sin embargo, aquellas criaturas no eran ni Growlithe ni Houndour ni Poochyena ni Yorterrie, eran parecidas y diferentes a la vez, y no tenía ni idea de que podían ser...
Mientras estaba con mis cavilaciones, oí un ruido detrás mía. De la puerta salió un humano, que quedó estupefacto al verme, yo también. Aunque esperé a ver como reaccionaba el. Tenía entendido que muchos humanos trataban con pokémon, de muchas formas diferentes, así que tampoco tendría que impresionarse demasiado...
-¡¡¡¡AAAAAAHHHHHHHHH!!!! ¡¡¡¡UN MONSTRUOOOOOOO!!!!
No era la respuesta que yo me esperaba... ¬¬. De repente, se fue por donde había venido. Lo seguí, pues dejó la puerta abierta. Había unas escaleras oscura, por las que bajé rápido. Llegó un momento en el que terminaron las escaleras para conectar con un pasillo, en el que había bastantes personas alborotadas, en cuanto me vieron, empezaron a chillar y es escaparon hacia todas direcciones (muchas en un pasillo...).Dudé hacia donde ir, pero terminé decidiéndome por el camino por donde había ido el hombre de la azotea.
El pasillo tenía un giro por donde el se fue, cuando giré, vi como se cerraba una puerta al final. Mientras me acercaba, me fijé en que había una puerta abierta a un lado, me paré para mirar, y vi a una chica con un objeto metálico y redondo con un mango*. En cuanto me vio, me zurró con ello en la cabeza. Caí al suelo atontado, cuando conseguí volver a levantarme, el hombre estaba aquí y le quitó el objeto metálico a la chica, recibí otro porrazo, de esta, me desmallé.
Cuando me desperté, estaba en un lugar muy diferente...
Era una habitación blanca, donde numerosos humanos vestidos de blanco se encontraban tecleando en unas máquinas con luces de colores situadas por toda la pared. No era una habitación muy grande, pero las brillantes luces artificiales hacían ver lo contrario. Yo me encontraba dentro de una urna de cristal, no muy grande, situada en el centro de la habitación. Notaba como tenía cables enganchados en el cuerpo. Me giré para mirarlo, y me di cuenta del dolor de cabeza que tenía encima, infinidad de cables estaban enganchados en la superficie de mi piel y atravesándola. Tenía que escapar de allí. Levanté la cabeza y dí con ella en el techo de la urna, *¡AY!*, era más baja de lo que creía, y a mi chichón no le venían bien estas cosas...
Con el ruido, todos los humanos se giraron y me miraron asombrados 'huu, como mola, el bicho al que encerramos se mueve...', pensé sarcásticamente haciéndoles la burla...
Me decidí por romper el cristal (con la cabeza ¬¬). Me preparé para el impacto y levanté la cabeza lo más fuerte y rápido que pude (¡uf, que gusto incorporarse!). A parte de crecer mi chichón y demostrarme que eso no había sido lo mejor, se me incrustaron unos cristalitos en la herida...
-¡He! ¡Se escapa, conecta la fuente A-12!
De uno de los cables engancho a mi cuerpo salió una corriente eléctrica, que, al no encontrar por donde entrar en mi cuerpo, se escapó por el suelo. Que ingenuos, pensar en electrocutar a un pokémon tierra...
-¡No le hace nada, este animal es inmune a los corrientazos! ¡Rápido, opciones!
¿'Animal'?¿Donde había yo oído eso...? Me sonba, pero en ese momento, no me acordaba de que... Como los hombres no tenían intención de dejarme mi tiempo para pensar, emprendí el vuelo, en dirección a una pequeña puerta en una esquina. Estaba en un pasillo, pintado en el mismo blanco luminoso que la habitación, miré para atras para ver a mis perseguidores cuando *¡PUM!*.
Puf, no sabía cuanto más podría aguantar mi cabeza sin romperse en pedacitos..., el golpe que, por cierto, no se de donde vino, me volvió a desmallar, y ahora me encontraba en otra sala diferente. Esta vez era muy amplia, pero blanca, le estaba empezando a coger manía a ese color... Las paredes estaban forradas con capas de un material blando, como colchones, pero recubriendo toda la habitación. No, toda no, en uno de los cuatro lados se encontraba un gran cristal, pero al acercarme, me fijé en que no se veía lo des otro lado, si no que se reflejaba lo de este..., um, eso era..., un espejo:
Tras conseguir desviar la atención del Rhyhorn, el Luxio se escapó y yo me fui volando. Más tarde volví a donde el Luxio me esperaba para darme las gracias por salvarle, y en agradecimiento, me contó muchas cosas sobre los humanos, pues vivió un tiempo con algunos, entre las cosas que me contó, la que más me sorprendió, fue el espejo:
-Es un cristal que refleja como la superficie del agua, pero con una imagen mucho más perfecta...
Observé el espejo, que me reflejaba a mi y a la habitación. Mi chichón estaba peor de lo que me pareció, rezumaba sangre lentamente que se coagulaba antes de dispersarse mucho, y los cristales brillaban sobre el bulto hinchado y rojizo...
No se por que, en ese momento, me vino a la cabeza 'animal'
De aquella yo aún era muy pequeño, un simple Trampinch, pero ya deseaba ser el más fuerte y el más listo, en mi viaje, paré en una pequeña aldea pokémon, donde un viejo y sabio Whiscash que me contó muchas historias, de las cuales yo no dudaba que fueran mentiras, pero que más tarde si lo hice. De estas historias, la que a mí más me gustaba era la del mundo extraño:
-Sabe, pequeño Trampinch, que este mundo que conoces no es el total del mundo. en un lugar muy lejano, del cual no se conoce su espacio en este gran universo, no habitan pokémon, junto con los humanos conviven vegetales, como los que aquí también hay, y animales, criaturas semejantes pero diferentes a los pokémon, sin poderes ni habilidades especiales...
Hacía ya bastante que no creía en las historias de ese viejo Whiscash, pero lo que estaba viviendo ahora, me hizo pensar que quizá no fueran simples historietas...
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No sé como narices me liaron para sacarme de mi laboratorio de investigación de genes y me pusieron delante de aquel espejo semiplateado,
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*Una sartén
