Autor Tema: (Role-play) Aural Blessing [Inscripciones Abiertas]  (Leído 1405 veces)

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MaestroCebolla

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(Role-play) Aural Blessing [Inscripciones Abiertas]
« en: 30 de Diciembre de 2017, 07:33:22 am »
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Aural Blessing
Prólogo.

Pasaron siglos huyendo de nosotros. El destino los hizo salir de las sombras.

¿Cómo reaccionamos ante ellos? Tal cómo ellos esperaban.

Ahora, todos tienen miedo, pero el mismo destino que los hizo salir, seguramente tiene una forma de arreglar las cosas.

Pero lo que yo me pregunto es ¿Cómo empezó todo?


1109 D.C.
Último Hogar; En algún lugar de Europa.

Era un enorme hueco en el suelo, tan grande cómo una montaña. Había sido excavado por las mismísimas garras de algunos de los más ilustres dragones de la antiguedad, y alisado por el efecto natural de la erosión. Contaba con una entrada y salida a la superficie que pondría en peligro la vida de cualquier ser hostil, ríos subterráneos de agua y magma para beber, y algunas estalactitas para los que gustaban de rascarse las escamas de la espalda. Ése lugar había sido marcado como el último santuario de los dragones, y sólo debía usarse en caso de que su destino peligrase. Y en ése momento estaba siendo usado.

Karan Sul, el más viejo de los dragones que aún vivían, esperaba que los más rezagados llegaran. Ya había visto mucho mundo y su paciencia para con los suyos era prácticamente infinita. Pero su vida no lo sería, no luego de los trágicos sucesos de los últimos años, que fueron en gran medida, los causantes de que los dragones abandonaran su independencia y se agruparan en un único sitio. Primero, la muerte de su hermano mayor, Attar Sum, causó un gran revuelo de territorialidad que hizo que muchos de los dragones más jóvenes se mataran entre sí. Luego, la proliferación de varias colonias de hidras, que de la noche a la mañana habían devorado casi todos los huevos. A continuación, los humanos habían descubierto, de súbito, varios nidos importantes, que atacaron vez tras vez hasta que finalmente uno de ellos descubrió una forma casi infalible para matar dragones. Finalmente, cuando todos los dragones se habían reunido en el Último Hogar, una extraña enfermedad comenzó a causar esterilidad en los pocos dragones que quedaban vivos. Con todos éstos sucesos, las posibilidades de perpetuar la especie se veían reducidas a un único, último huevo.



Y ése día, Karan Sul se preparaba para utilizar el último recurso. La Bendición Áurea. Cuatro palabras, pronunciadas por los dos padres del huevo, que fijarían el destino de su cría. Finalmente, en medio de un mar de lágrimas, que no eran de cocodrilo, inició la que para casi todos, sería la última ceremonia.


Alma Gheida, la madre, una dragona albina, joven, superviviente del frenesí causado por la muerte de Attar Sum. Pronunció con su dulce voz dos palabras.  —Esperanza. Gloria. — Dijo entre lágrimas.


Levian Taros, el padre, un dragón de piel pétrea, algo mayor que Alma, y de carácter duro cómo su piel. Pronunció también sus dos palabras, con voz áspera, pero ahogada.  —Venganza. Poder.


El camino de su hijo estaba marcado, pero ninguno de los dos viviría para verlo.


Arco 1:

Crying Dragon


14/3/2019

Base militar privada; Rio Negro; Argentina.


— No entiendo ¿Por qué me piden ésto? ¿Es que me ven cara de policía novato? ¡Soy Teniente Coronel, carajo! Espero que lo tengan bien claro. — Teniente Coronel José Francisco Marconi. Natural de la provincia Argentina de Salta, se mudó de adulto a la provincia de Rio Negro porque no toleraba el calor. Frente a él había dos jóvenes, de veinte y veintiún años, respectivamente. Se habían presentado como José y Selina Castillo, hermanos. Eran hijos de un conocido matrimonio de la localidad de Bariloche, pero estudiaban ciencias en la universidad de Córdoba.


— En realidad, creo que usted va a necesitarnos a nosotros. — El chico llevaba gafas y una camisa ligera a cuadros, jeans holgados y zapatillas deportivas, en su mano sostenía un maletín y en su espalda llevaba una mochila color verde militar.

— Sabemos que trabaja para una empresa agroquímica y farmacológica, Quintsence SRL. Que esta base está dedicada a la protección de sus propiedades en la provincia, y que usted tiene fondos de investigación propios que no usa. — Dijo Selina, mucho más directa. Ella llevaba un conjunto blanco de camiseta y blusa, algo desgastado por el viaje, y una falda floreada de color azul pastel.


José continuó. — Venimos rastreando una serie de ataques al ganado por la zona, y creemos que una propiedad de Quintsence puede ser la próxima.

— Bien, se ganaron mi atención, pero no desperdicien mi tiempo. — Sentenció el Teniente.


José sacó un mapa de su bolsillo y lo desplegó. — El primer ataque que registramos fué en la granja de pollos de mi primo, unos veinte kilómetros al sureste de aquí. Era una granja pequeña, y sólo hubo una víctima, un pollo del que sólo quedaron los huesos, o sea que lo comieron. La segunda vez fue la granja vecina a la anterior, un día después, ésta vez los pollos fueron dos, y no aparecieron, presumimos que fueron tragados enteros. En ambos casos hallamos un agujero excavado bajo el alambrado, y un líquido amarillo que no sabemos qué puede ser.

Selina continuó dónde su hermano lo dejó. — A partir de ahí los ataques disminuyen en frecuencia, pero aumenta la intensidad. Y parece que también hay un patrón en el movimiento de lo que sea que esté causando ésto. Busca granjas cada vez más grandes con presas mayores en mayor cantidad, pero no se aleja mucho del último punto atacado. El mapa muestra los ataques producidos, en amarillo están los menos recientes, en azul, el último, y con rojo marcamos. — El Teniente Marconi la interrumpió.


— ¿El tambo? ¿Ahí es donde creen que va a ser el próximo ataque?

— Según lo que sabemos, es lo más probable.— Respondió Marcos.

— Bueno, chicos, mírenme. Conozco a sus padres y sé que no son el tipo de personas que criarían a un par de bromistas, y definitivamente no tienen ningún motivo para gastarme una, menos arriesgar su libertad traspasando mi sistema de seguridad sin un buen motivo, así que les daré un voto de confianza. No los delataré con las autoridades, ni con sus padres. A cambio, voy a necesitar lo que sepan de ésa criatura. Pero ántes, déjenme llevarlos a los hangares, voy a presentarles a nuestros dos equipos. El equipo A es el compuesto por nuestros agentes de campo, creamme, son fuerzas de élite. El equipo B es Inteligencia, ciencia y tecnología. Ustedes van a estar colaborando con el B, pero me gusta presentar antes al A.
« Última modificación: 30 de Diciembre de 2017, 08:17:20 am por MaestroCebolla »


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Re:(Role-play) Aural Blessing [Inscripciones Abiertas]
« Respuesta #1 en: 07 de Enero de 2018, 05:37:10 am »

¿Qué es el destino?

Por cómo lo entiendo, el futuro es un conjunto de posibilidades, limitado por una cantidad X de constantes, y maginficado por una cantidad Y de variables.

Así, todos los futuros posibles son igualmente iguales e igualmente diferentes. Por lo que, a las constantes, las llamamos destino, pues siempre ocurren.

Ésta resolución al problema del futuro permite la coexistencia del libre albedrío y el concepto de destino.



Y siempre, constantemente, hay fuerzas que son constantes. Poderes políticos, sociales, económicos, son fuerzas conocidas por su capacidad de reducir las infinitas variables a un conjunto limitado. Permiten el cambio, pero reducen su frecuencia, de lo contrario, el fluir del futuro sería caótico e imprevisible. Por éso, la existencia de los mismos es constante. Los gobiernos, y otros poderes similares, están destinados a existir.



Era natural, por tanto, que ellos buscaran tomar el control de dichos poderes...




San fernando del valle; Catamarca; Argentina.


Dos oficiales de la federal tocaban la puerta de una ostentosa casa en medio de un barrio humilde de la capital provincial. Durante los pasados años, la casa había sido testigo silencioso de numerosas desapariciones, igual de numerosas que los jovenes que entraban a hurtadillas en ella por las noches en busca de huir de su destino.


La dueña de aquella casa era una mujer joven, que no aparentaba más de veinticinco. De largos cabellos negros y llevando un suntuoso vestido a juego, la presencia de Sara Petrova, conocida en la zona simplemente como "La Rusa", imponía un enorme respeto, no sólo por su suntuosa apariencia, si no que la cubría un aura que decía "Mejor ni te me acerques". Y es que desde que llegó, sucedieron en aquella zona sucesos inexplicables que muchos vecinos le achacaban a ella. Entre otras cosas la acusaban de brujería, de liderar una sociedad secreta o una mafia, o hasta de ser la encarnación vengativa de una antigua residente de la zona. Por supuesto, ella negaba todas esas acusaciones, pues sabía que la verdad era mucho peor.


— Oficiales, no esperaba su visita. ¡Pasen! — Invitó con fingida sorpresa y amabilidad.


Los oficiales, con nervios, comenzaron a hablar luego de entrar. — Señorita Petrova, iremos al grano. — Dijo un oficial de cabello rubio y lentes oscuros. — La semana pasada, en Capital Federal, tres de sus ex fueron encontrados muertos en pleno día. Creemos que pudo haber estado involucrada.


— Sé lo que les pasó, suelo seguir en contacto con mis ex, creanme que lo lamento mucho. — Dijo. —Pero no creo que hayan venido aquí a dar el pésame ¿O sí? Vinieron a interrogarme.


— Conocemos los rumores sobre sus actividades, pero aunque la hemos investigado a profundidad no hemos podido notar nada realmente sospechoso, aún así, creemos que contrató a alguien para envenenarlos. — Dijo un oficial de piel ligeramente tostada con barba de candado y sombrero vaquero.


— Los tres murieron en el mismo instante, de forma repentina en una reunión de accionistas de Alianza S.A. y, en los tres casos, usted se quedaría con una cuarta parte de su patrimonio y acciones. — Dijo el oficial de lentes.


— ¿Y es un crimen querer aprovecharme de los peces gordos con los que una vez estuve casada? — Pregunta capciosa.


— No, pero mandarlos a matar sí. — Respondió el oficial del mostacho.


— Sólo tenemos una duda y podremos dar por cerrado el caso, ellos no bebieron nada durante la reunión, ni hicieron nada juntos, aún así murieron a la vez, en una sala ocupada por más gente que solo ellos. Las autopsias revelan una neurotoxina que ningún departamento de policía conocía hasta ahora y sospechamos que puede ser la causa de ése extraño efecto. Y la pregunta que voy a hacerle es ¿Por qué no parece sorprendida?


En ése momento, a la señorita Petrova le sonó el teléfono.


— Disculpen, es de trabajo, tengo que atender. — Dijo tras fingir que miraba la pantalla, en realidad, ya sabía quién era. — ¡Flores! ¿Qué tal? ... Interesante ... No, claro que no, dejen que ellos hagan el trabajo ... Por supuesto ... Y una cosa, Flores, esperamos este momento mucho tiempo, no la cagues o me aseguraré de que no llegues a fin de mes. Ya ni hablemos de aguinaldo o vacaciones. ¿Entendido? — Colgando y volviendo a dirigirse a los oficiales dijo — Ernersto Flores, es mi asistente personal, trabaja mejor bajo presión. En fin, quédense y les aclararé todo, pero antes, permítanme ofrecerles una taza de té por las molestias.


Hangar A;Base militar privada; Bariloche; Rio Negro; Argentina.



El Teniente Marconi miraba a sus subordinados mientras hacían un forzado saludo militar, en realidad, eran mercenarios, por lo que esas formalidades no les importaban en lo absoluto.



— Estos jóvenes son José y Selina Castillo, van a colaborar con el equipo B en el próximo operativo de búsqueda y captura. Tratenlos bien, soldados. —



— Los trataré cómo a la abuelita de Juarez. — Dijo un chico a penas mayor que José, de cabello rojo teñido y varias docenas de tatuajes en si brazo izquierdo, que siempre que podía llevaba al descubierto. Era Lucas de Valdivia, ex cabo primero retirado con licencia deshonrosa tras disparar al pie accidentalmente a un oficial superior. Si bien su prontuario no parecía prometedor, el joven oriundo de Gran Buenos Aires tenía talento natural para convencer a las personas y, también, un gran talento en el manejo de armas blancas.



— Valdivia, será mejor que vigiles tu lengua, más con mi abuela. — El tipo alto y musculoso, de piel oscura y mirada seria era Pedro Juarez, natural de Río Tercero, Córdoba. Le fascinaban los motores y la caza, y presumía de haber matado en una ocasión a un Puma a mano limpia. Su prontuario y rango militar eran desconocidos, pero era el dueño original de poco menos de la mitad del equipamiento del grupo. También se sabía por fuentes fiables que había recibido varias medallas por ir mas allá del cumplimiento del deber.



— Bueno, señoritas, veo que les gusta discutir. Más tarde podrán hacerlo mientras limpian el Hangar C. — Dijo el Teniente. — En fin, los presento, el chico es Lucas de Valdivia, nuestro especialista en armas blancas, y el  más grandote es Pedro Juarez, experto en operaciones de captura y extracciones. Y nos faltaría Lucía Winford, ella ahora mismo está en la zona donde vamos a realizar la operación. Es nuestra analista de campo, así que junto conmigo es el nexo entre ambos equipos, aunque ella prefiere trabajar con el B, pero se aloja en el hangar A por una cuestión de espacio.



— Un gusto. — Dijo Selina.



— Igualmente. — Añadieron su hermano y los soldados a la vez.



— ¿Qué tal si pasamos a la parte interesante? — Dijo el Teniente antes de dirigir a los jóvenes al Hangar B



Colwyn Bay; Gales; Reino Unido.



@Goldkarp viniste aquí en busca de unos repuestos difíciles de conseguir para un cliente que estaba dispuesto a pagarte el triple de lo que te costase conseguirlos. En concreto, buscabas un repuesto para una IBM de la década de los 80. Tu cliente se presentó como un anticuario que deseaba restaurar una de ésas máquinas a un estado medianamente funcional para venderla a un museo. Seguiste por semanas la pista de las pocas piezas que quedan en el mundo hasta que ubicaste una que te quedaba cerca. Ahora estás en Colwyn Bay, pero como viviste los últimos años en Londres la ciudad no se te hace muy diferente a lo que estás acostumbrada, frío, humedad y muchos barcos, aunque hay bastante menos niebla.



La dependienta de la tienda te trata bien, aunque se pone algo usurera cuando le pides el repuesto, estabas a punto de sacrificar algo del dinero que trajiste para costearte la cena de ese día, sin embargo, un extraño decidió pagar por tí, y ahora te ofrece ir a una cafetería. Rechazas amablemente su oferta, pero te pica la curiosidad...



Objetivos:

Spoiler: mostrar
— Investigar la identidad del sujeto [Cargo parcial al máster]

Recompensa: Nueva ruta de misión. "Extraño Misterioso"

— Regresar a Londres a entregar el repuesto.

Recompensa: Tres mil Euros.


Objetivos opcionales:

Spoiler: mostrar
— Investigar a tu cliente.

Recompensa: Nueva ruta de misión. "Pista Falsa", Habilidad "Sombrero Negro" Cierra la posibilidad de hacer el otro objetivo opcional.

— Rastrear al sujeto.
Recompensa: Nueva ruta de misión. "Sin Rastros", Habilidad "Guante Blanco" Cierra la posibilidad de hacer el otro objetivo opcional.)



« Última modificación: 07 de Enero de 2018, 05:39:31 am por MaestroCebolla »
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Re:(Role-play) Aural Blessing [Inscripciones Abiertas]
« Respuesta #2 en: 13 de Enero de 2018, 02:56:46 am »
Ahí estaba, a punto de cumplir uno de los encargos más jugosos que me habían hecho en mi carrera... Aunque algo se hacía raro, no terminaba de entender bien el motivo de esta sensación.

Oh, olvidaba presentarme. Mi nombre es Katherine Goldman. Dirijo mi propia tienda de informática, pero todo a mi alrededor estaba a punto de dar un vuelco sin que lo supiera.

Todo se remonta a hace varias semanas cuando un anticuario se me presentó en busca de un repuesto para una pieza que data de los 80. Obviamente mi tienda nunca tendría un artículo tan desfasado, pero la recompensa era tan cuantiosa que acepté bajo la promesa de poner todo mi empeño en encontrarla.

Y aquí estaba. En un establecimiento perdido en mitad de Cowlyn Bay. No tardé en dirigirme a la dependienta. El trato fue muy ameno, hasta que llegó la hora de pagar.

-Bueno, ¿entonces cuál es el precio a pagar?

-48€ -dijo, tajante.

-¿Cua... cuarenta y ocho? ¿No es muy caro -pregunté, recordando que apenas llevaba 60 y todavía tendría que pagarme la cena-? Alrededor de 35 podría ser más razonable...

-480. Lo tomas o lo dejas. No todos los días encuentras recambios como este, el precio está más que justificado.

La señora no parecía dispuesta a ceder pese a los intentos, así que, resignada, dirigí la mano hacia mi cartera cuando una voz masculina me interrumpió.

-Tranquila, señorita, yo pago.

¿Quién era ese señor? ¿Por qué se había ofrecido a pagar algo que directamente no tenía nada que ver con él? Tantas preguntas sin respuesta, cuando de pronto me devolvió a la realidad.

-Disculpa, al ver tu expresión cuando has escuchado el precio he dado por hecho que para ti era de todo menos conveniente -explicó amablemente, una vez fuera.

-Humm, gracias -contesté-. Cada vez se echa más en falta esta clase de valores, así que es un placer ver que todavía hay quien piensa en el prójimo.

-Sí. Oye, aquí fuera hace mucho frío, ¿no crees que podríamos seguir hablando en un bar, con una buena taza de café en la mano?

-No, gracias, ha sido un placer -dije, antes de irme.

Me alejé un poco y me dispuse a pensar. ¿Realmente me había ayudado este señor de forma completamente altruista? Costaba creerlo, por más vueltas que le diera. Quizás tuviera alguna clase de relación con el anticuario, aunque sería extraño. Con mi mente dando cada vez más vueltas, me dispuse a llamarle para avisarle de que ya tenía la pieza y pronto volvería con ella. Estaba cada vez más interesada en ver quién era el anticuario, así que no tenía intenciones de demorarme mucho.


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Re:(Role-play) Aural Blessing [Inscripciones Abiertas]
« Respuesta #3 en: 15 de Enero de 2018, 07:51:27 am »
Talento, humildad y honestidad. Definitivamente era la clase de persona que necesito, pero va a ser difícil convencerla de que trabaje para mí sin descubrirme. Ésa desconfianza natural hacia lo desconocido es algo que me fascina y me confunde, cómo logran avanzar, cómo equilibran su miedo con su propia curiosidad. Los humanos me resultan difíciles de comprender. Cómo ése sujeto.

Tres semanas antes; Río negro, Argentina; Cerca del límite con Chile.

Era de noche, yo estaba tratando de pasar desapercibido mientras estudiaba a los humanos. Se me daba bastante bien, sobre todo siendo tan pequeño. Desde que se rompió el sello y salí del cascarón, supe cuál debía ser mi meta en la vida. Recuperar la gloria de mis antepasados. Pero contaba con la memoria de mis padres, por lo que también sabía que me deparaba un mundo hostil. Contaba conmigo mismo, y con los dones que había heredado de mis padres. El de mi madre podría ser una gran herramienta para ganar información, pero venía con una condición, debía intentar comprender a los humanos antes de hacerlo mío.

El sujeto al que estaba estudiando se llamaba Leonidha Greyhold, era oriundo de un país que no existía cuando mis padres dejaron de existir, conocido como Estados Unidos. El territorio del país fue invadido por los ingleses hacía unos cuantos siglos. De los ingleses sí que sé bastante, pero pensar en ellos me trae recuerdos poco gratos.

Leonidha tenía la mala costumbre de intentar suicidarse después de ingerir demasiado alcohol. Un comportamiento autodestructivo tan estúpido que por mí podría valerle la extinción a la especie misma. Pero decidí acercarme a él ésa noche, la noche que por fin se suicidaría.

El don de mi padre era extender la vida un poco más allá del momento de la muerte. Claro que un don así no viene sin un costo. Un fuerte sentimiento de muerte en el cerebro, durante todo el lapso que dure el proceso, y una vez usado no puede deshacerse hasta que no se desvanezca por si sólo, lo cual depende de la fuerza de voluntad del sujeto. Una persona fuerte podría mantenerse viva por alrededor de una o dos horas. Leonidha con suerte duraría cinco minutos, así que no tendría mucho tiempo para intentar convencerlo de que me permita usar el don de mi madre con él. Pero lo hizo.

Ahora podría usarlo. Podría usar éstas proyecciones, éstas extensiones de mí mismo, con la apariencia de Leonidha Greyhold, un hombre de treinta años, alto y con barriga cervecera, pelo negro canoso y una cicatriz de cuchillo en la parte baja de la barbilla. Un tipo que nació sin ningún propósito ni esperanza en la vida, que no había logrado nada, y que una y otra vez había pecado de ingenuo y pagado las consecuencias, ahora sería una herramienta más en mis manos. Nada más que un títere, o como a mamá le gustaba llamarlo, una sombra.

Presente.

Katherine Goldman está en el puerto, con destino a Londres, sostiene una bolsa de comida para llevar, además de su bolso de mano y la maleta que llevaría al barco. El viaje duraría tan solo dos horas, y partiría en otras dos, pero de las pocas cosas que hay en Colwyn Bay, las más interesantes por lo general están en el puerto. Pero en ese momento lo que te llama la atención no es un objeto o un negocio, si no una persona. Desde hace unos minutos, los mismos que pasaste buscando una mesa donde sentarte a comer, vienes sintiendo que te observan. En un momento dado suceden dos cosas, comienza a sonar tu teléfono, con el tono característico que programaste para el anticuario, por otro lado, te pareció ver entre la multitud al hombre que pagó por ti en la tienda. ¿Qué haces?
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Goldkarp

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Re:(Role-play) Aural Blessing [Inscripciones Abiertas]
« Respuesta #4 en: 22 de Enero de 2018, 02:25:18 am »
Había llegado al puerto, quedaban dos horas para que mi barco partiera rumbo a Londres. Todavía me daba tiempo a hacer un par de preparativos, a llevarme algo a casa. Así que con esa intención empecé a deambular por los alrededores, quizás podría conseguir un souvenir, puede que un imán de nevera o chorradas similares, tampoco tenía nada en mente.

O al menos eso habría pensado en esos momentos... Pero cuando tienes la sensación de que te observan todo cambia, me parecía haber visto a lo mismos que había visto de pasada mientras iba a por la comida. ¿Me estaba volviendo paranoica? No creo... ¿No?

Vaya, otra vez me estaba sumergiendo en mis pensamientos... Sin embargo encontrar al hombre que había pagado por mí en la tienda me devolvió a la realidad. Casi al mismo tiempo sonó mi teléfono. Era el anticuario. Probablemente estaría esperando un reporte de mi búsqueda, pero lo otro me escamaba más ahora mismo. Dejé que le saltara el contestador y puse el móvil en silencio, luego le podría comentar con tranquilidad. Ahora tenía curiosidad por ver qué hacía el hombre, así que le seguí con cuidado de que no se percatara de mi presencia. Al fin y al cabo aún quedaba tiempo, aunque debía estar pendiente del reloj también para no perder mi barco.


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Re:(Role-play) Aural Blessing [Inscripciones Abiertas]
« Respuesta #5 en: 25 de Enero de 2018, 11:54:31 pm »
Finalmente la volví a encontrar. Es extraño que me cueste tanto hallar a una persona, culpa de este cuerpo, seguramente. La sombra es una extensión muy limitada, como si fuese un órgano. Es hora de hacerle una oferta y regresar a mi cuerpo, siento peligro cerca y debo estar con mi mente al máximo de su concentración cuando llegue.



Me acerco a la mujer, observándola con cautela, parece sentirse observada. Noto que logra verme, por lo que decido que ya no es prudente ocultarme mucho más, viene hacia mi, así que dejo que se me acerque. Cuando está lo suficientemente cerca, comienzo a hablarle.



— Leonidha Greyhold, es mi nombre. Quiero que lo sepas, aunque, por el momento no necesito saber el tuyo. — Le dije


— ¿Por que...? — Dijo ella, pero la interrumpí.


— ¿Por qué pagar en su lugar? Un simple gesto de generosidad, supongo.


— No, tiene otra intención.


— Es usted una persona perspicaz, más antes de decirle cuales son mis intenciones necesito que responda a unas preguntas. ¿Cree usted que en este mundo pueda haber cosas increíbles? ¿Cree que lo que usted considera imposible puede hacerse posible?


— Son preguntas raras, hechas por un hombre extraño.


— No la apuro para encontrar una respuesta. En fin, si cree, yo puedo ofrecerle una oportunidad única, un boleto de primera fila para ver por usted misma lo imposible. Es su decisión.


— ¿Cual es el truco? — Preguntó algo confundida, como acusándome de algo, pero sin estar segura de qué.


— No hay truco — Dije riendo entre dientes. — Tiene hasta mañana a las doce para responder.


Y me desvanezco. La sombra desaparece justo en frente de ella para un doble efecto, primero, regresar a donde debo estar, y segundo, causar impacto y curiosidad en mi interlocutora.

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— ¿No es un poco apresurado iniciar la misión sin a penas equipo adecuado para la tarea? — Preguntó Selina

— Dijeron que esta criatura atacaría hoy. ¿O no? Bueno, me temo que en ese caso no podemos postponer el operativo para mañana. Ustedes quédense con la agente Riviera para el monitoreo satelital, no toleraría que les pasara nada.

Catalina Riviera era una analista de seguridad. Su trabajo consistía en simular robos a bancos y otros siniestros con un programa especializado, y encontrar todas las brechas de seguridad posibles. Gracias a su trabajo, y el de otras personas como ella, bancos de todo el continente habían pasado por un drástico descenso en la tasa de asaltos, robos, tomas de rehenes, etcétera. Estaba por retirarse con tan solo treinta años cuando Quintsence la contrató como analista de operaciones de campo, con un salario fijo tan cuantioso que ella simplemente no pudo decir que no.

...
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