Autor Tema: Alas Rotas [OriginalFic]  (Leído 9504 veces)

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Kredan

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Re:Alas Rotas [OriginalFic]
« Respuesta #40 en: 19 de Agosto de 2016, 09:18:04 pm »
Capítulo 69: El Primer Vagón

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Atrapado y solo Celsius empezó a sudar. A pesar de todos los lugares a los que había ido en sus viajes a diferentes ruinas de Hoenn el miedo a lugares como aquel le podía. Desde pequeño era susceptible con las historias de terror de casas abandonadas y demás tópicos del género.
Por otro lado el instinto de investigador que había desarrollado a lo largo de su vida le dotaba de un arma que podía usar en una situación como aquella.

<Lo primero que he de hacer es encontrar el modo de entrar en aquella puerta... Si lo consigo solo he de preocuparme de como parar el tren con los mandos que encuentre...> Pensó mientras apuntaba de un lado a otro su linterna.

De repente un extraño sonido a su espalda lo alteró, un sudor frío recorrió su nuca y llegó hasta el punto más bajo de su espalda. Y es que, por muy profesional que fuera lo único que se le ocurrió en aquel momento fue empezar a andar cada vez más y más rápido hasta el fondo de aquel vehículo ruinoso. Éste se componía por diez vagones, teniendo en cuenta el del conductor. Celsius estaba en el cuarto vagón y terminó en el noveno. Acabó de correr en aquel vagón porque la puerta que llevaba al décimo estaba cerrada.

<Oh dios... como me he podido meter en este follón..> Pensó buscando una forma de abrir la puerta que llevaba al último vagón.

C - ¡Claro! ¡Adelante Raida! - Lanzó su pokeball y el azulado pokémon apareció.

Con Raida a su lado Celsius sentía que las cosas no eran tan tenebrosas, y si había un fantasma, pues lo enfrentaría.

Junto a su pokémon el joven investigador se sentía suficientemente seguro como para empezar a buscar la forma de salir de aquel metro, que sin cesar avanzaba ha algún lugar.
Cuando investigó un poco pudo darse cuenta de un detalle que no había visto antes, la puerta de la que el venía estaba ahora completamente cerrada.

C - ¡¿Cómo?! - Se sorprendió.

De repente un pokémon apareció frente al chico. Se trataba de un Frillish.

Raida se puso en guardia, Celsius se preparó también para la batalla. Y no lo hicieron en vano. Su oponente no dudó en atacar rápidamente con Hidropulso, concentrando una esfera de agua con sus extremidades y lanzándolo contra Raida. Pero el pokémon podía esquivar fácilmente el movimiento. Contraatacó con un Chispazo a la orden de Celsius y dejó fuera de combate a Frillish.
Por alguna razón que aún desconocía la puerta delante suyo se abrió. Celsius no dudó en pasar a través. Por la forma en la que actuó el pokémon y lo sucedido posteriormente no había que ser un genio para entender que las puertas se abrirían peleando contra todo lo que se pusiera por delante.

En el octavo vagón se encontró con otro Frillish, este se diferenciaba por el color de su cuerpo, era sin duda una hembra. Celsius conocía a bastantes pokémon de tipo agua, sus investigaciones estaban tan relacionadas con ellos que alguna vez se pasaba los ratos muertos buscando información sobre todo tipo de especies marinas.
Sabía perfectamente que Raida iba a poder con ellos sin dificultad. Y así fue. Se abrió paso sin problemas hasta el séptimo vagón. Allí un nuevo pokémon lo esperaba.

<Siento que estoy dentro de uno de esos videojuegos donde has de derrotar a todos los enemigos de una mazmorra para enfrentarte al jefe final.> Pensó mientras observaba a su adversario con la linterna de arriba a abajo.

Esta vez el enemigo era un pokémon robusto, redondeado y hecho de piedra. Parecía el guardián de un templo, pero en miniatura. Y aunque Celsius no lo tenía muy visto el pokémon era Golett. Lo primero que intentó fue vencerlo a base de Chispazo como había hecho con los Frillish, pero el pokémon ni se inmutó. Así que su intuición lo guió por el buen camino y cambió de pokémon.

C – Si has aguantado como si nada el Chispazo es que eres tipo tierra por lo menos. - El pokémon hizo un extraño gesto justo antes de ser impactado por el Hidrobomba de Lapras, que llenó el vagón con un centímetro de agua.

El sexto vagón se abrió y Celsius no dudó en entrar. Guardó primero a Lapras y sacó de nuevo a Raida, pues era el único que podía acompañarle dentro del metro.
Y al igual que en los anteriores vagones el investigador disputó una batalla no demasiado complicada y avanzó. Así lo hizo hasta llegar al segundo vagón, justo el que se encontraba antes que el vagón del conductor.

En aquel vagón dos pokémon aparecieron para la batalla. Uno de ellos era una versión evolucionada de Golett, ni más ni menos que un Golurk. El otro era una pequeña piedra de la que salía un siniestro fantasma, un Spiritomb para ser más acertados.

Celsius sabía que esos pokémon eran distintos a los de antes, eran la élite de aquel metro. Así que decidió luchar con ambos pokémon a la vez. Lapras y Raida, luchando juntos mano a mano. Celsius sabía que el movimiento que más usaba con Raida era un problema en una situación como aquella, no podía usar Chispazo si ponía en riesgo a Lapras. Así que su cabeza estaba formulando la estrategia definitiva para vencer. Pero ese tiempo que él empleaba en pensar sus rivales lo empleaban en atacar. Spiritomb usó Viento Aciago, golpeando con una ráfaga de viento oscuro que hizo a Celsius pensar en Noivern. Ambos pokémon recibieron el golpe sin instrucción de su entrenador. El cuerpo de Golurk se volvió completamente negro y se fundió con la oscuridad del entorno. Celsius no sabía que iba a suceder, pero sabía que debía empezar el ataque. Así que dirigió sus ataques a Spiritomb, que parecía dispuesto a llevarse con él a cualquier alma que se le opusiera.

Lapras lanzó Hidrobomba y Raida corrió a un lateral de su rival. Esperó el momento exacto en el que el ataque de agua golpeara a Spiritomb y usó Lanzallamas dejando gravemente malherido al pokémon. Pero no fue suficiente para vencer y el golpe inesperado de Golurk, que aparecía de las sombras imbuido en un aura oscura usando Golpe Fantasma, dejaba fuera de combate a Raida.

C - ¡Raida! - Gritó mientras corría hacia el pokémon que había volado varios metros dentro del vagón.

Lapras parecía enfadado. Celsius se sorprendió por la reacción de su pokémon. Guardó a Raida en su pokéball y le pidió a Lapras que usara Poder Pasado usando los escombros del metro. Lapras brilló con un aura grisácea y movió todos los escombros a su alrededor y los lanzó contra sus enemigos. El cuerpo de Spiritomb brilló de un color morado oscuro muy intenso justo antes de ser debilitado y Golurk aguantó bien el golpe. Pero Celsius no iba a dar tregua y Lapras tampoco. Lanzó de nuevo Poder Pasado, buscaba la mejora de todas sus estadísticas, esta vez le lanzó el haz concentrado que normalmente usaba para atacar. Golurk usó protección creando a su alrededor una cúpula verde que desvió el ataque por completo, impactando así en varios puntos del vagón.
Pero Lapras tuvo suerte y sus estadísticas mejoraron, sus ojos brillaban de color plateado. Celsius lo vio claro, ordenó un Hidrobomba más. Esta vez Golurk no pudo reaccionar a tiempo y el golpe le impactó de lleno, dejándolo fuera de combate.

C - ¡Eso es Lapras! - Gritó sin dejar de iluminar lo que tenía delante.

Pero Lapras parecía tener dificultades para sostenerse. Parecía muy mermado, a pesar de no haber recibido ningún ataque directo. Celsius no daba crédito. Pero ya solo quedaba un desafío más por delante. La puerta de se abrió y de allí salió una chica. Vestía con ropa de color oscuro, la luz de la linterna era insuficiente para ver en detalle lo que llevaba puesto, pero parecía ropa cómoda, como para salir a andar por cualquier lugar sin problemas. Lo sorprendente era que llevara pantalones largos con el calor que empezaba a hacer en aquellos días. Celsius estaba preocupado, la forma de andar y la postura de aquella chica eran extrañas. Su pelo era largo y tapaba su cara. Tenía una constitución normal, no era baja ni alta, medía un poco menos que Celsius. Y cuando levantó la cabeza y el pelo se fue hacia un lado pudo ver su cara. Cualquier persona que la viera podía pensar que era una chica normal, pero sus ojos eran completamente negros. No tenían ningún brillo. Celsius tragó saliva. Su único pokémon era Lapras y parecía cada vez más débil.

C - ¡Oye! ¿Se puede saber que haces? Este metro lleva tiempo abandonado, si no lo paramos ahora mismo en cualquier momento podríamos matarnos. Deja que lo apague por favor.

¿¿?? - No pasará nada. La vía... esta... libre... - Rió a carcajadas, su boca parecía a punto de romperse.

C – No estás bien de la cabeza... Te haré entrar en razón... - Miró a Lapras.

Celsius ordenó a Lapras que lanzara Hidrobomba, pero el pokémon no podía lanzar el movimiento más veces. A pesar de que normalmente lo había lanzado más veces, ahora mismo no podía. Celsius desconocía le porque. Así que decidió correr de cabeza al vagón del conductor, pero justo cuando se acercó a aquella chica un enorme pokémon que parecía un sarcófago apareció desde dentro. Los ojos rojos e iluminados y la boca llena de dientes del pokémon intimidaron a Celsius. Retrocedió rápidamente y le pidió a Lapras que lanzara Poder Pasado. Pero cuando lo iba a lanzar el pokémon cayó debilitado.

C - ¡Lapras! - Metió al pokémon en su pokéball.

¿¿?? - Parece que no tienes nada más que ofrecer. Es el momento de que ba... - Justo antes de acabar la frase un extraño ruido se oyó al fondo del metro.

Fue el sonido de una enorme explosión. Parecía venir del primer vagón. La chica parecía muy sorprendida, el pokémon de detrás tenía ahora una expresión aún más aterradora.


¿¿?? - Ha salido del primer vagón... ¡Interesante! - Su expresión era como la del pokémon.

Algo se había escapado del primer vagón y Celsius ya no tenía forma de seguir peleando. Pronto se iba a encontrar con algo que superaría con creces las expectativas que tenía de lo que podía ser simplemente coger una gorra en un metro abandonado.

Kredan

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Re:Alas Rotas [OriginalFic]
« Respuesta #41 en: 22 de Agosto de 2016, 07:51:06 am »
Capítulo 70: Enmascarado

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Los pasos de aquel ser se hacían cada vez más fuertes. La chica y el pokémon delante de Celsius parecían realmente emocionados por ver lo que estaba al llegar. Él en cambio tenía miedo, la única luz que iluminaba aquel lugar era la de su linterna. La chica se metió dentro del vagón del conductor y accionó una palanca. Algunas luces del metro se encendieron, aunque la mayoría estaban rotas. Al fondo se podía distinguir una figura humana, y algo flotando a su lado. Celsius reaccionó.

C - ¡Kredan! ¿Eres tu? - Dijo aunque no le iba a escuchar.

Y no iba desencaminado, a medida que la figura se acercó su ropa se empezaba a distinguir. Era sin duda su amigo Kredan. A su lado flotaba un pokémon del que había oído hablar bastante pero que nunca había visto. Era un Gastly, con cara de preocupación.
Cuando Kredan estaba cerca las luces empezaron a parpadear más deprisa, y en cuestión de segundos su rostro estaba frente al de Celsius.

C - ¡¿Pero que...?! - Se sorprendió al tener frente a sus ojos una máscara dorada.

Kredan no andaba a voluntad, su rostro estaba tapado completamente por una máscara dorada con una expresión extraña. Su cabello era totalmente negro, de un color siniestro, como los brazos del pokémon que tenía la expresión aterradora.

¿¿?? - Vaya, vaya... El pequeño Yamask ha encontrado a alguien a quien poseer.

K – ¡Co-fa-gri-GUS! - Giró su cara en dirección al pokémon sarcófago, que no era otro que la forma evolucionada de Yamask.

C – ¿Que está pasando aquí? - Retrocedió unos metros.

K – Apar... ta, Celsius... - El cuerpo de Kredan se estremeció.

Kredan adoptó una postura más típica de una bestia. Inclinó su cabeza hacia adelante y los pocos músculos de sus brazos se endurecieron. Adelantó su pierna derecha y se lanzó de cabeza a por Cofagrigus. El pokémon lo recibió con los brazos abiertos y paró el impacto de la cabeza con el cuerpo. No sólo había sido ineficaz si no que usando uno de sus brazos agarró a Kredan y lo lanzó a un lado del vagón. La distancia que recorrió no fue excesiva, pero su cuerpo quedó resentido. A duras penas se levantó. Kredan volvió a la carga, esta vez de los mechones de pelo que caían por sus hombros se levantaron dos brazos oscuros, probablemente los de Yamask. La mirada enmascarada de Kredan apuntó a Cofagrigus y los dos brazos chocaron delante de su cara, al separarlos en medio se empezó a formar una esfera de energía oscura, era Bola Sombra y lo lanzó en dirección a Cofagrigus de nuevo. El pokémon ni se esforzó en repeler el ataque y lo recibió sin problema.

¿¿?? - ¿Dime, eso es todo? - La chica y el pokémon sonrieron.

Kredan se había quedado quieto, parecía que Yamask no tenía nada más que hacer contra su forma evolucionada. Pero un nuevo contendiente se lanzó a la batalla, Gastly. Cerró su boca y se hinchó, después escupió su Bomba Lodo, de aspecto lila y pegajoso, Cofagrigus no tuvo en cuenta su movimiento y de la misma forma que lo había afrontado antes dejó que el movimiento impactara. Desde ese momento unos pequeños puntos morados aparecieron sobre el cuerpo del pokémon. Y eso lo enfadó. Cofagrigus usó sus cuatro brazos para lanzar cuatro Bolas Sombra simultáneamente. Los ataques impactaron sobre Gastly que quedó rápidamente fuera de combate. A pesar de haber dejado inconsciente a su rival Cofagrigus no parecía satisfecho y decidió ir a por Gaslty para seguir atacando. Pero algo perturbó sus intenciones. Kredan empezó a hablar solo.

K – Oye... Deja... de... intentar... ¡Ah...! - Se retorció y se echó las manos a la cara.

Kredan sostuvo con ambas manos la mascara de su cara por un lado y empezó a estirar con fuerza. Parecía que la quería arrancar por las malas, parecía luchar por recuperar su conciencia. Al empezar a extraer la máscara una energía oscura brilló entre la máscara y la cara del chico. A pesar de ser oscura brillaba con mucha intensidad, era como si fuera a engullir la luz que había a su alrededor.

A los pocos segundos Kredan seguía con la máscara puesta, pero la llevaba a un lado de la cara. El blanco de sus ojos era ahora negro y su iris era completamente rojo, de un rojo muy vivo.

K – Oye... Lo que me ha costado. Deja que te ayude por favor. - Dijo mirando hacia atrás.

C – ¿Kredan, eres tu? - Dudó.

K – Si, perdona. Pero Yamask se pegó a mi cara y no me dejaba ni respirar. Ahora todo está bien. Sigo estando poseído por él, pero parece que ahora es distinto. Deja que me acabe esto, se lo debo a Gastly.

C - ¿A Gastly? - Miró al pokémon debilitado. Decidió ir a su lado.

¿¿?? - Parece que eres un tipo extraño. Pero tranquilo, acabaremos esto y os dejaré en vuestra última parada.

Cofagrigus estaba débil por culpa del veneno que el movimiento de Gastly le había provocado. Pero era un pokémon muy capaz. De nuevo lanzó cuatro Bola Sombra desde sus brazos, esta vez su objetivo era Kredan. El chico los esquivó mientras corría hacia adelante. Los brazos de Yamask salieron de los mechones de su pelo y volvieron a ejecutar Bola sombra, pero Cofagrigus no iba a recibir de nuevo un movimiento suyo. Usó protección y repelió con facilidad la ofensiva. Agarró con sus brazos los brazos de Yamask y las piernas de Kredan. El chico sonrió abrió su boca y de ella empezó a acumularse energía oscura. Una pequeña esfera se acabó formando. Cofagrigus se sorprendió y soltó uno de los brazos de Yamask. Kredan cerró la boca y la energía simplemente se desvaneció, mientras el pequeño brazo de Yamask siguió al de Kredan. Ambos se movieron totalmente sincronizados y en el del chico unas llamas moradas y azules se formaron.

¿¿?? - ¿Cómo? - Dijo la chica que era la clara voz del pokémon.

Cofagrigus intentó apartarse pero al soltar las piernas de Kredan éste se lanzó adelante y agitó su brazo horizontalmente lanzando el movimiento Infortunio sobre el pokémon fantasma.
Cofagrigus no pudo aguantar tanto daño y terminó fuera de combate. La chica que estaba poseída por él recupero la conciencia y se desplomó en el suelo. Celsius fue a socorrerla.

C - ¿Oye, estás bien? - La agarró del brazo y la reincorporó.

S – Ahh... Si claro... Perdonad todo lo que ha pasado. El Cofagrigus que me encontré tomó control de mi cuerpo y no pude hacer nada excepto quedarme como espectadora. Por cierto, me llamo Silpe. - Se levantó como pudo.

K – Gastly ya he cumplido. - Levantó al pokémon del suelo.

S - ¡Gastly! Oh dios, pensaba que te habrías quedado allí atrás. - La chica abrazó al pokémon.

C – Así que es tu pokémon. ¿Como lo sabías Kredan? - Miró a su amigo.

K – La verdad es que fue Yamask quien empezó a hablar con él, pero como me usaba para comunicarse simplemente lo intuí por las respuestas que le daba mi cuerpo. No entiendo a los pokémon, pero si que me escuchaba a mi mismo hablar. - Se rió.

S – Oye, como puedes mantenerte así. Es más, has usado movimientos pokémon de tipo fantasma hace un momento...

K – Oh, esto... Si, supongo que la habilidad de mi familia sirve de algo aunque sea poco si el que posee es el pokémon y no yo.

S – No entiendo de lo que hablas...

K – Ya te explicaré más tarde... Quizás...

C – He de admitir que por un momento he sentido miedo, cuando has aparecido con aquella máscara pensaba que estarías en mi contra, y no me quedaban más pokémon para pelear... Dos pokémon no dan para tanto en situaciones de batalla tan largas...

S – Siento cortar el rollo y tal... Pero a lo mejor deberíamos parar el metro...

K – ¡Cierto!

Cuando se dirigieron al vagón del conductor Cofagrigus se levantó, a duras penas. Parecía querer decir algo, pero estaba muy malherido. Celsius no pudo evitar ofrecer un antídoto que guardaba en su mochila. Recordó también que Festa les había metido todo tipo de pociones y demás objetos, pudiendo recuperar a Lapras y Raida para seguir combatiendo. Pero la falta de experiencia seguía siendo su peor enemigo. Así que le proporcionó cura al pokémon que habían vencido. Cofagrigus parecía querer decir algo. Silpe se ofreció para que hablara.

S – Por favor, no paréis el metro aún, dejad que llegue al final. - Después de eso Cofagrigus dejó el cuerpo de Silpe.

K – No lo entiendo muy bien, pero por mi vale... - Seguía unido a Yamask.

C – Realmente a veces me pregunto como acabo metido en este tipo de cosas... En fin, estoy dentro.

S – Yo igual, me encantaría saber que quiere Cofagrigus de este lugar.

K – Por cierto, soy Kredan, mi amigo Celsius ha gritado antes mi nombre y yo el suyo así que bueno, los daba un poco por hechos.

S – Un placer. ¿Decidme, que hacéis aquí?

C - ¡Cierto! Veníamos a buscar la gorra del conductor. - Celsius entró al vagón del conductor para buscar la gorra. Pero no estaba allí dentro.

S – Pues parece que no tendréis suerte. ¿Además, no es un poco rarito colarse aquí para eso?

K – ¿Cual es tu motivo? - Preguntó curioso.

S – Yo he aprovechado que la gente estaba montando una buena para colarme y investigar los misterios del lugar. Se suponía que había fantasmas aquí dentro y soy especialista en ellos. Se podría decir que me dedico a investigarlos. - Sonrió y se rascó una de sus manos nerviosa.

C – ¿Y te dedicas profesionalmente? ¿Es decir, trabajas para algún laboratorio?

S – En absoluto. Lo hago por mi cuenta. Desde pequeña he tenido mucha afinidad con los pokémon del tipo Fantasma. Simplemente me dejé llevar y bueno, voy viajando por ahí, mis padres me pasan algo de dinero de tanto en tanto y me gano el pan en algunos sitios...

Celsius le contó su oficio y de paso el de Kredan, la chica se sorprendió, ella tenía un año más que el investigador y se sintió avergonzada de no tener tanto talento.

C – Creo que lo único que te hace falta es la oportunidad de demostrar lo que vales.

K – Oye... La verdad es que es una situación como muy natural... Pero os habéis planteado que estamos dentro de un tren medio destruido en marcha, vete tu a saber a donde, y charlando como si nada...

S – Tu eres el menos indicado para reprochar algo... - Miró sus ojos.

C – Si... eh... Kredan... ¿Como lo harás para ser normal otra vez?

K - ¡Oh! Cierto, la verdad es que esperaba que pedirle a Yamask que me dejara serviría, pero ni lo he probado. ¿Me dejarás si te lo pido pequeño? - Miró hacia atrás.

El pelo de Kredan era como el cuerpo de Yamask, en color y en textura, justo en su nuca los dos enormes ojos rojos del pokémon subieron y bajaron, parecía afirmar que podía deshacerse de aquella posesión. Kredan entendió de alguna forma la parte que le correspondía y estiró suavemente la mascara del lateral de su cabeza. Una luz blanca resplandeció y el pequeño Yamask se separó de Kredan. La cara del joven volvió a la normalidad.

K – Yamask, se que no querías causar problemas a la estación y querías detener a Cofagrigus, pero estoy seguro de que hay algún motivo por el que quería llevar este cacharro destartalado a donde sea que vamos. ¿No es cierto?

Cofagrigus agachó su cabeza asintiendo. Yamask se acercó a Cofagrigus, le dio algún tipo de regañina y después se dieron la mano. Los pokémon sonrieron y los tres jovenes también. Durante lo que quedaba de trayecto que fueron aproximadamente diez minutos se dedicaron a buscar la gorra del conductor. A pesar de eso no hubo nada de suerte. Pero el metro ya había llegado al lugar que tenía que llegar y se paró a la perfección en la parada. Cofagrigus hizo un gesto y Silpe activó la apertura de las puertas. Los pokémon a los que se había enfrentado Celsius estaban preparados para salir también, todos lo estaban. Cada uno de ellos dio un paso al frente y salieron a aquel lugar al que durante tanto tiempo habían soñado.

Kredan

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Re:Alas Rotas [OriginalFic]
« Respuesta #42 en: 18 de Octubre de 2016, 07:51:42 am »
Capítulo 71: Parada única

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Kredan, Celsius, Silpe y todos los pokémon del metro salieron a través de las atrofiadas puertas del metro. Una luz tremenda cegó a los jóvenes, que no pudieron evitar frotar sus ojos, abriendo y cerrando repetidamente éstos para intentar acostumbrar su percepción a aquel ambiente.

Se encontraban en el fondo de una enorme cuenca, el lugar estaba lleno de vegetación, flores e incluso bayas crecían por todos lados. En la parte superior de aquella enorme depresión se podían ver lo que parecían restos de un pueblo.

K – ¿Dónde se supone que hemos acabado? - Preguntó aun frotando su ojo derecho.

C – Ni idea... Pero parece un pueblo dejado de la mano de dios...

S – Sinceramente no esperaba algo así. Esperaba algo más... tétrico... - Parecía un poco decepcionada.

Los pokémon fantasma del metro empezaron a salir uno tras otro sin detenerse ni un momento. Pasaron el pequeño andén que presidía el hueco y se dirigieron a unas escaleras que subían dando una vuelta alrededor del desfiladero. Los chicos se miraron entre ellos, al no tener ni idea de lo que pasaba decidieron seguir a los pokémon, sin decir nada. Aquel lugar tenía un halo de misterio que hacía mágico incluso el subir unas escaleras. El silencio inundaba el lugar, tan solo se podían oir el viento y los pasos de aquellos que tenían que usar el suelo para desplazarse.

En unos pocos minutos habían alcanzado la cima. Allí encontraron todo un pueblo, desolado.

Los pokémon se empezaron a dividir, cada uno se dirigía a una casa, a lo que quedaba de un pequeño parque, a un árbol. Parecía que sabían bien que era aquel lugar. Parecía que aquel lugar alguna vez fue para ellos algo más que una simple parada turística.
Yamask se quedó atrás, observó como todos los pokémon se disgregaban. Kredan no pudo evitar acercase a él. Se quedó a su lado sin decir nada. Silpe, Gastly y Celsius se acercaron a Kredan.

Ninguno de ellos habló durante aquel período de tiempo. Los pokémon parecían tristes, pero a la vez parecían aliviados. De alguna forma, daba la sensación de que volver a aquel lugar era exactamente lo que llevaban años esperando.

Coffagrigus se acercó, levantó una de sus sombrías manos, Silpe se acercó, le miró fijamente y agachó su cabeza. Lo que vio en su mirada le decía más de lo que las palabras hubiesen podido transmitir. El pokémon habló de nuevo usando a la chica como vía de transmisión.

S – Gracias por traernos aquí. Sin un ser humano el metro no hubiese funcionado... Por alguna razón, ese metro es la única forma de llegar hasta aquí, no se puede llegar volando, no se puede llegar andando por el túnel...

C – Probablemente se deba a su cercanía con el centro de la región... - Comentó Celsius recordando lo que Luso les había contado sobre los Nexos.

S – Como sea, sin alguien que nos llevara nunca hubiésemos podido volver con nuestras familias.

K – ¿A que te refieres?

S – A que aquí es donde nosotros pertenecemos. Nuestros entrenadores vivían aquí, somos los pokémon de personas que trabajaban en el metro batalla, normalmente todos dejaban sus pokéballs en el metro, en una taquilla. Muchos de nosotros nos quedamos encerrados allí, sin poder volver al lado de nuestros entrenadores. Porque un día, sin más, el metro dejó de funcionar. Nadie pensó en las personas de este pueblo, incomunicado del resto de ciudades, donde los dispositivos eléctricos no funcionan como deben, cuya única ruta de acceso es aquel metro...

C – Quieres decir que nunca nadie pensó en porqué la gente de este lado no dijo nada sobre volver a la gran ciudad? Nadie?

S – Nadie. Cuanto antes se cerrara el metro mejor. Nadie hizo preguntas, nadie buscó por respuestas. Aunque estoy seguro que mi dueña intentó volver a por nosotros...

K - ¿Tu dueña?

S – La conductora y más poderosa entrenadora del metro batalla. Hija de la líder de gimnasio de Ciudad Mayólica.

C – ¡¿Tu dueña es la hija de Sanda?!

S – Lo era. La gente que vivía aquí, como puedes ver, ya no está...

Coffagrigus dejó a Silpe. Cuando los tres jóvenes se quisieron dar cuenta, los pokémon que estaban allí empezaron a desaparecer. Golett y Golruk se sentaron juntos al lado de un enorme roble. Ambos lo abrazaron y sus cuerpos duros como la roca empezaron a desvanecerse como si fueran arena. Los Frillish bailaban sobre un pequeño estanque, daba la sensación de que bailaban junto a alguien. Sus rostros eran de felicidad aunque llenos de lágrimas justo antes de girar sobre sí mismos y desaparecer, dejando tan solo dos pequeñas ondas sobre el agua.
Spiritomb se había quedado allí en medio sin poder moverse ni un ápice. Sus ojos tristes no dejaban de gotear. Coffagrigus sostuvo su piedra y lo llevó a la puerta de su hogar.
Silpe les abrió, la casa estaba completamente en ruinas, solo quedaban los restos de lo que algún día fue. Coffagrigus lo dejó sobre el escritorio que había en una de las habitaciones, cerca de un pequeño trozo de papel. Pocos instantes después tan solo la roca donde normalmente habitaba quedó, sosteniendo aquella foto de cuando aún podía estar junto a la persona que más quería.

Los chicos se sentían inmensamente apenados. Casi no podían aguantar las ganas de llorar. Pero no querían que aquel momento se perturbara con sus llantos. Los pokémon fueron desapareciendo uno tras otro. Coffagrigus ayudó a aquellos que no podían avanzar por su cuenta. Yamask simplemente se quedó mirando, sin hacer nada.

Cuando tan solo quedaron ellos dos, Coffagrigus los llevó a su casa. Era la que tenía un mejor aspecto, se conservaba un poco mejor que las demás. El pokémon los guió por todo el lugar, al llegar al dormitorio de su entrenadora, se detuvieron. Coffagrigus sabía que el cuerpo de su entrenadora estaría aún allí. Se había dado cuenta de que, probablemente, fue la última en dejar aquel lugar.

Los chicos se detuvieron, y se quedaron mirando la espalda de Coffagrigus, que parecía agitado. El pokémon se giró, miró a todos. Con sus cuatro manos acarició a Silpe, Celsius, Kredan y Yamask. Los cuatro se mantuvieron tan fuertes como pudieron. El pokémon les sonrió, con aquella dentadura afilada y esos enormes ojos rojos, fue una imagen que se grabó a fuego en los recuerdos de todos, las cálidas manos y la tierna sonrisa de Coffagrigus, justo antes de entrar en aquella habitación y desaparecer.

Todos salieron de aquella casa. Lloraron, lo hicieron hasta sentir que no tenían nada más que retener dentro.

Sin decir una sola palabra cada uno de ellos decidió ir a sentarse en algún lugar. Kredan se fue con Yamask.

Cuando ambos estaban ya mejor el joven le preguntó a Yamask:

K – Dime... ¿No querías quedarte solo, verdad? - Dijo agarrando su máscara.

Yamask asintió, aún le quedaban algunas lágrimas. El pokémon parecía arrepentido de tener un deseo tan egoísta, Kredan lo sabía.

K – Yami... - dijo con la mirada perdida en el objeto áureo.

El pokémon se giró, no entendía que quería decir.

K – Perdona... Estaba pensando, Yami es una buena abreviatura para Yamask... Te importa que te llame así a partir de ahora? - Sacó una Ocaso Ball de uno de sus bolsillos.

El pokémon se emocionó. No tenía ninguna duda. Iría a donde fuese con aquella persona. Su entrenador pokémon, su amigo.
Así fue como Yami y Kredan se volvieron amigos.



Las horas se les habían echado encima. El atardecer ya asomaba por aquel lugar. Tenían hambre y Kredan trabajaba al día siguiente. Así que decidieron volver en el metro en el que de alguna forma habían llegado. Entre todos determinaron que se debía hacer para darle la vuelta a aquella enorme máquina oxidada. El viaje de vuelta fue algo más calmado. Kredan les contó a Silpe y a Celsius lo de Yami.

K – Supongo que Yami no estaba en el metro porque fuera el pokémon de un entrenador de por allí. - Dijo mientras el pequeño jugaba con el Gastly de Silpe.

C – Debe de ser eso... Te has parado a pensar en lo horrible que debió ser todo este tiempo allí?

S – Te refieres a en el pueblo o sin poder llegar a él...

K – Ambos suenan terribles... Supongo que la gente del pueblo enfermaba y no tenían los medios para tratar a todo el mundo...

C – Ni a los niños... - De nuevo las emociones salían a flor de piel.

S – Prefiero no pensar en ello demasiado... Sabemos que ahora todos vuelven a estar con aquellos que perdieron hace tanto tiempo... De alguna forma esa idea calma mi corazón...

C – Si, es cierto.

K – Por alguna razón estoy seguro de que la entrenadora de Coffagrigus hizo lo mismo que él ha hecho hoy con sus compañeros pokémon. Seguro que estuvo allí para acompañar a la gente de su pueblo y esperó a quedarse completamente sola para marcharse... Así al menos es como lo siento...


El metro empezó a detenerse al estar cerca de la estación de Mayólica. Al llegar Celsius llamo a Sanda para que les ayudaran a salir de allí sin ser vistos. La líder del gimnasio fue en su busca y consiguieron salir sin demasiados problemas.

Sanda les invitó a cenar a su casa, incluyendo a Silpe, la cual no pudo rechazar la insistente invitación de la líder de gimnasio.
Una vez allí se disponían a hablar de lo sucedido.

Kredan

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Re:Alas Rotas [OriginalFic]
« Respuesta #43 en: 17 de Febrero de 2017, 07:38:28 am »
Capítulo 72: Mi pequeño

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Capítulo 72: Mi pequeño


K - ¡Se acabó! Tengo dinero suficiente para pasar una buena temporada.

C - ¿Nos vamos ya? Al final vamos a llegar tarde a la cena… - Celsius se había arreglado un poco para la ocasión.

La noche caía y Kredan por fin había terminado de trabajar. Los chicos habían quedado con Silpe en frente del piso donde vivía Sanda.
Al llegar allí estaba ella, con la misma ropa que el día anterior. Se saludaron y no tardaron en estar sentados en la mesa junto a Sanda y Voria. La líder de gimnasio les había preparado una enorme cantidad de comida. Al menos había comida para doce personas y tan solo eran cinco.

S - Espero que os guste la comida, hemos puesto todo nuestro cariño.

K/S/C - Muchas gracias. - Se pusieron a comer.

Durante la cena los chicos le contaron lo que habían vivido. Kredan les mostró su nuevo compañero, Yami. El pokémon parecía contento de estar allí, se unió a la cena, Raida y Binks lo hicieron también.

S - Entonces no habéis logrado lo que os pedí, no habéis encontrado el gorro del maquinista…

K - Era una mujer la que conducía el tren, y con todo lo que pasó, pensamos que lo más adecuado era que cofagrigus estuviese tranquilo en aquel lugar, no queríamos perturbarlo con nuestra presencia…

C - Perdona por no lograr el objetivo… - Estaban algo tristes.

S - No pasa nada, habéis hecho mucho más de lo que os había pedido. Quería ese gorro porque era el gorro de mi hija. Aquel lugar está demasiado cerca del nexo, incluso se considera parte del nexo. Volar por allí es imposible, las comunicaciones funcionan mal. No hubo forma de saber que sucedía. Cuando nos quisimos dar cuenta ya no tenía la oportunidad de ver a mi hija, solo quería tener un recuerdo.

V - Tienes miles de recuerdos de ella, pero ese gorro es lo que más querías porque sabías que le encantaba su trabajo…

S - Pero ahora que sé que están en paz… ya no me importa… Nadie quiso hacer lo que vosotros habéis hecho hoy, nadie… Por más que lo pidiéramos… Todo fueron excusas, pero vosotros simplemente lo habéis hecho. ¡Sois increibles, y tu tambien muchacha!

Sl - Oh… yo estaba allí porque quería investigar, solo eso… No tiene por qué agradecerme nada…

V - Estamos igualmente agradecidas. - Rieron.

Después de la cena se pasaron un buen rato hablando. La noche se les había echado encima y estaban a punto de despedirse cuando Sanda le preguntó algo a Celsius.

S - ¿Dime Celsius, te gustaría ayudarme una vez más?

C - Claro, sin dudarlo.

S - Sabía que esa sería tu respuesta. Toma, por favor, cuida mucho de ella, se que contigo crecerá fuerte, que descubrirá cosas increíbles. Se llama Servy. - Sanda sacó de una pokeball a un Snivy.

C - ¡Woah! ¿En serio puede venir conmigo? - Se acercó al pequeñín.

S - Claro, disfruta bastante peleando, pero con nosotras no tiene muchas oportunidades, estamos viejas y en mi gimnasio solo se usan pokémon eléctricos.

K - ¡Qué envidia! Tiene pinta de ser un pokémon extraordinario.

Sl - Yo si no son tipo fantasma, siniestro o veneno no suelo capturar nada… - Dijo Silpe mirando con algo de desagrado al pokémon.

S - Servy este será tu nuevo entrenador, es un combatiente genial, tienes ganas de pelear con pokémon de todos lados, ¿verdad?

El pokémon sonrió y dio brincos por toda la sala, parecía que de verdad tenía ganas de fortalecerse. Celsius le alzó la mano, Servy le chocó con la suya. Era un pokémon alegre donde los haya.

Después de aquello se fueron. Celsius y Kredan habían hecho nuevos amigos, tanto pokémon como humanos. Se disponían a ir a dormir al hotel, pero antes de aquello llamaron a Noivern para estar con él un buen rato. Silpe fue con ellos y se sorprendió al ver a aquel dragón.

Sl - Increíble. Su cuerpo negro y lila de verdad hacen que me plantee tener uno igual…

K - Es el pokémon de mi hermana. Pero ahora viene conmigo, porque no dejas que Gastly lo salude.

Silpe sacó a Gastly de la pokeball y al salir quedó perplejo. La majestuosidad de las alas y lo mucho que imponía su mirada lo dejó encantado. Gastly se volvió loco y empezó a dar vueltas a su alrededor. Noivern no sabía bien que hacer, pero terminó volando por el cielo nocturno con su nuevo amigo.

K - Tenía la sensación de que se llevarían bien.

Sl - La verdad es que más de lo que yo esperaba…

C - Por cierto Silpe, me gustaría preguntarte algo. - Dijo sacando su fiel dispositivo. - ¿Te gustaría trabajar en un laboratorio de tu región?

Sl - Claro… Espera… ¿Cómo?

C - He hablado con mi departamento, les he contado que te gusta el trabajo de campo y los pokémon fantasma son de tu interés. Probablemente tengas que viajar mucho, pero seguro que lo pasarás bien. Tendrás que ir a presentarte a Ciudad Engobe. Allí hay una universidad y necesitan gente que haga trabajo de campo.

Sl - ¿De verdad puedo hacerlo? - Sus ojos se volvieron cristalinos.

K - Bueno, en realidad solo te esta dando la oportunidad de que demuestres que puedes hacerlo.

Sl - Claro que lo acepto. Muchas gracias chicos.


Después de eso los tres se fueron. Kredan y Celsius tenían unos minutos de camino hasta el alojamiento.

C - ¿Cúal es nuestro siguiente paso?

K - Supongo que podemos ir a Bosque Blanco, dicen que allí va la gente a pelear y que hay un árbol digno de ver. ¿Que opinas?

C - Me está bien, tengo ganas de entrenar la verdad. - Los dos chocaron la mano y después el puño.

Su siguiente paso estaba decidido, aún les quedaba algo de tiempo hasta tener que llegar a su verdadero objetivo.
« Última modificación: 17 de Febrero de 2017, 07:59:19 am por Kredan »

Kredan

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Re:Alas Rotas [OriginalFic]
« Respuesta #44 en: 21 de Febrero de 2017, 05:51:29 am »
Capítulo 73: Bosque Blanco
Spoiler: mostrar

El viaje a Bosque Blanco fue bastante corto, por el camino los chicos habían comentado lo que podrían hacer durante su estancia allí. Kredan quería visitar el Cavernogal Blanco, antiguamente la zona en la que los entrenadores combatían para demostrar quien era el mejor. Se dice que allí iban entrenadores del más alto nivel, incluidos los campeones de la región. Actualmente el área de batalla se había habilitado fuera, porque los continuos combates habían llegado a debilitar la raíz del gran árbol y seguir con tantas batallas al día podría provocar un colapso fatal. Pero ahora se podía pasear por allí, sin armar alboroto para ver cómo era aquella maravilla de la vegetación por dentro.

Por su lado Celsius parecía bastante más empeñado en entrenar duro. Tenía muchas ganas de pelear al lado de su nuevo compañero y muchas más de mejorar con Raida y Lapras. Sentía que estaba cerca de controlar el poder de la megaevolución, que si se esforzaba la podría usar en combates reales. En lo más profundo de su corazón aún sentía miedo por la situación que se le echaba encima de forma inminente. Sabía que dentro de unos cuantos días se encontraría ante una situación que requeriría, no solo la megaevolución, sino que el resto de su equipo mejorara aún más.

Cuando se acercaban a Bosque Blanco podían ver cada vez mejor el enorme árbol que se alzaba cerca de las nubes.

K - ¡Woah! ¡Noivern no te acerques tu solo ahí, espera a que vayamos juntos! - Gritó a su amigo volador.

C - Madre mía, menudo espectáculo, ahora tengo algo más de curiosidad.

K - Es increíble que solo un árbol sea tan grande, ¿no crees? De lejos en el aire parecía una masa de vegetación.

Al llegar al lugar buscaron alojamiento. Noivern parecía tener ganas de volar cerca del árbol, así que mientras Kredan le dio permiso para que fuera a explorar. Después de eso los dos jóvenes fueron a visitar el Cavernogal Blanco. Se adhirieron a un grupo de turistas y un guía muy simpático les explicó todo lo que debían saber.

Las cuevas estaban iluminadas con algún tipo de rocas azules, parecían contener algún tipo de poder eléctrico que las hacía emitir aquel encantador brillo. En aquellas cuevas había algunos pokémon que vivían con tranquilidad. Algunos Roggenrola y Boldore paseaban de un lado a otro, rodando y caminando poco a poco. Pegados a aquellas piedras algunos Ferroseed parecían disfrutar del día. Incluso vieron un Golett, Celsius no tardó en recordar su batalla contra uno en el metro de hacía unos días atrás.

Al llegar al final de la ruta, en la sala más al fondo de todo el Cavernogal se sorteó entre todas las personas que estaban allí una Piedra Trueno. Kredan tuvo la suerte de recibirla, todos allí aplaudieron, él se sintió un poco avergonzado e incrédulo al obtener un premio. No solían tocarle nunca ese tipo de cosas.
Después de todo aquello salieron a la superficie. Los chicos comieron en un restaurante cerca de allí. Después de eso tenían claro donde querían ir.
Kredan llamó a Noivern y fueron a la zona de batalla que había cerca del árbol.

El terreno que se había preparado para las batallas era genial. Estaba rodeado de vegetación, de rocas, de árboles, incluso había un escenario con un pequeño lago. Algunas personas estaban peleando, otros muchos tan solo se sentaban alrededor del lugar, en bancos de madera hechos con troncos partidos en dos.




K - Esto es lo que nos hace falta. - Respiró hondo y acarició la cabeza de Noivern.

C - Parece que hay unas cuantas personas aquí que estarán dispuestas a pelear. - Sacó a Servy de su pokeball.


Unos cuantos curiosos fueron a ver a Noivern, no era un pokémon típico de aquel lugar, como de costumbre llamaba la atención.

K - Tengo ganas de… - Susurró algo que fue imperceptible por Celsius. Pero Noivern se lo quedó mirando.

C - Bueno, vamos a ver si hay alguien que quiera pelear. - Se metió en el campo donde había un lago, estaba solo, aunque no tardó en tener compañía.


Un niño se adelantó a otros contendientes posibles que se habían levantado de sus asientos para pelear. Celsius tenía claro que combatiría junto a Servy tanto como pudiera. Era el pequeño del equipo, tenía que crecer tanto como pudiera en poco tiempo.

Su contrincante usaba a Mienfoo. La batalla dio comienzo con pocas palabra de ambos lados. Servy era rápido, pero Mienfoo le seguía el ritmo con tranquilidad. Mienfoo fue el primero en lanzar un ataque, atacó usando sus palmas, con Destructor para inflingir daño físico a Servy, pero el pokémon lo esquivó, a la orden de su entrenador, ipso facto Celsius le había indicado usar Látigo Cepa, con el fin de golpear a una distancia media a su rival, pero Mienfoo también esquivó el movimiento de Servy.
<Tengo que aumentar la velocidad de alguna forma> Pensó Celsius.
La batalla continuó entre movimientos poco acertados, y algún Malicioso de Servy que reducía la defensa de su sival.
Celsius se centró en que su pokémon esquivara y mermara a su rival poco a poco, pero relamente esperaba la oportunidad de hacer algo más grande. Cuando Mienfoo se lanzó hacia Servy para golpearlo con Doble Bofetón fue cuando Celsius vió el momento de vencer. Servy esquivó el movimiento y justo después:

C - ¡Servy usa tu Látigo Cepa para girar con el árbol y golpea a Mienfoo con el otro látigo!

Servy ató rápidamente uno de sus látigos a un árbol y saltó girando sobre él extendiendo otro de sus látigos. El rango del movimiento y la velocidad aumentaron drásticamente. Mienfoo no pudo esquivar el golpe y fue vencido a causa de la merma que había sufrido a lo largo de la batalla.

C - ¡Excelente Servy, eres el mejor! - Servy chocó uno de sus látigos con la mano de su entrenador. Celsius se arrepintió al sufrir el latigazo. Pero estaba contento.

Por su lado Kredan había podido pelear unas pocas batallas. Había usado a Noivern, Binks y Yami. La batalla de Celsius se había alargado suficiente como para que a él le diera tiempo a hacer tres.

K - Le he estado echando un ojo a tu pelea, ha sido increíble. Servy responde extrañamente bien a tus ordenes, sois muy afines.

C - La verdad es que es genuíno en batalla. - Servy parecía orgulloso de sí mismo.

Mientras hablaban un chico de aspecto rural se acercó. Había estado observando las batallas de Celsius y Kredan desde que empezaron, no les había quitado el ojo de encima.

¿? - Perdón… - Dijo algo cortado.

K - Eh… Dinos. - Lo miró a los ojos.

¿? - ¿Podría pelear con alguno de vosotros? - Dijo sacando de uno de los bolsillos de su peto una pokéball.

C - Claro, si quieres podemos pelear aquí mismo, soy Celsius, el es Kredan. ¿Como te llamas? - Extendió su mano.

T - Me llamo Terad. Vivo aquí y siempre me ha gustado enfrentarme a gente increíble. - Sonrió.

Kredan no dejaba de mirar a sus ojos, cada vez con más interés.

Kredan

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Re:Alas Rotas [OriginalFic]
« Respuesta #45 en: 23 de Febrero de 2017, 12:49:32 am »
Capítulo 74: Cazador

Spoiler: mostrar

Esta vez el combate iba a ser tres contra tres, Celsius tenía ganas de poner a prueba a todo su equipo y Terad parecía más que satisfecho de ello.
Lapras fue la primera elección del joven investigador, el pokémon salió de la pokeball directo a la zona acuática del campo. La luz del Sol brillaba sobre la piel de Lapras, que sonriente mostraba una mirada desafiante.
Por su lado Terad sacaba a la batalla a un pequeño Joltik.

T - ¡Vamos Joltik, lanza tu Red Viscosa! - Gritó a pleno pulmón.

El pequeño arácnido empezó a lanzar hilos por todo el campo, Lapras terminó cubierto de algunos de ellos. Pero no le preocupaba. Celsius ya había ordenado usar Poder Pasado, los ojos de su pokémon se tornaron grisáceos y lanzó un enorme cañón de energía del mismo color que impactaba directamente contra su rival dejándolo fuera de combate sin ninguna oportunidad de luchar.

C - Una victoria fácil amigo. - Aplaudía a su compañero.

T - Vamos, sal a por ellos Simipour.

Simipour era un pokémon de aspecto desenfadado, pero distaba mucho de sus capacidades.
Se movía rápidamente por el campo, lanzó casi sin pensarlo Maquinación un par de veces a la vez que esquivaba el Poder Pasado y el Rayo Hielo de Lapras.

< Deberías cambiar de pokémon…> Pensó Kredan que miraba el combate de cerca.

Celsius intentó sellar los movimientos de Simipour creando esquirlas de hielo por todo el campo, una estrategia que había funcionado bien anteriormente. Pero Simipour había ganado mucho ataque especial en poco tiempo y no tenía la necesidad de huir del siguiente movimiento.
Cuando Lapras lanzó Poder Pasado Simipour lo recibió de frente y lanzó a toda prisa Hierba Lazo. Agitó sus manos hacia arriba y después rápidamente hacia el centro y un montón de plantas, con un brillo verde claro intenso, agarraban con fuerza a Lapras. Los tallos llenos de hojas y energía iban mermando a Lapras que gritaba al no poder hacer nada contra semejante despliegue de poder.
El efecto de Hierba Lazo cedió, Simipour se acercó a Lapras sonriente, éste estaba con la cabeza agachada, sin moverse ni un ápice. Pero Celsius sabía que no había perdido, y de nuevo pidió a su fiel compañero que lanzara Rayo Hielo. El pokémon reaccionó y con la mayor de sus determinaciones lanzó el movimiento directo a su contrincante, que no esperaba tener que esquivar ningún ataque. Lo recibió y terminó la batalla con otro Hierba Lazo.

C - Bien luchado viejo amigo. - Devolvió a su derrotado amigo y sacó a su nuevo pokémon.

Servy salió al combate, listo para aceptar cualquier desafío. A pesar de su entusiasmo se enfrentaba a un rival de una envergadura considerable. Siendo un tipo agua había vencido al Lapras de Celsius. El entrenador sabía perfectamente que no había hecho excesiva merma en la resistencia de Simipour, pero esperaba grandes resultados de Servy. Aprovechó la estrategia que había desarrollado un combate atrás y hizo que su pokémon se abalanzara sobre el rival mediante su Látigo Cepa.
Pero olvidaba que Terad le había estado observando. Simipour recibió alto y claro la orden de saltar en cuanto Servy se agarró a un árbol y después de eso le lanzó Rayo Hielo dejándolo fuera de combate.

C - Supongo que era demasiado pronto… - Devolvió al pequeño Servy y sacó a su fiel Raida.

Raida entró en el campo de batalla, apenas hubo tiempo de admirar su relampagueante cuerpo. Simipour lanzó Escaldar, Raida saltó para esquivar, lanzó de forma continua un Rayo que impactó en el pokémon rival. Fue suficiente para dejar fuera de combate a Simipour.

T - ¡Vaya, tu pokémon es realmente fuerte! Además lleva algo interesante en el cuello, espero ver lo que puedes hacer con él. - Lanzó una Ultraball.

Cuando el pokémon salió del contenedor metálico dejó sin aliento a todos los que seguían el combate. Kredan quedó asombrado, era tal como sospechó desde el principio, aquel tipo no era alguien corriente.

El aire alrededor de Virizion se sentía diferente, Raida había tomado una posición completamente defensiva, apretaba fuerte su mandíbula. Celsius sabía cuál era aquel pokémon. Conocía bien qué tipo de rival enfrentaba, pero no era la primera vez que luchaba contra un pokémon legendario.

C - ¡Raida, esquiva todo lo que venga hasta que te avise! - Dijo, esperando una brecha.

T - No vas a usarlo… Es una lástima…

Virizion empezó con su primer golpe, concretamente Espada Santa. Una enorme hoja verde apareció sobre la cabeza del pokémon. En un instante estaba delante de Raida, que se movió un segundo antes de que lanzara el golpe, esquivandolo así. El corte dejó una marca en el terreno, volviéndolo más abrupto. A pesar de eso, Raida seguía concentrado, esperando el momento adecuado para golpear con Lanzallamas. Celsius tenía esperanza en vencer con pocos golpes. Pero Virizion no cedió en la persecución de Raida, que poco a poco se movía más y más despacio.

C - ¡Vamos Raida, has de ser más rápido!

Celsius no se había dado cuenta de que las patas de Raida se estaban llenando de la pegajosa seda que Joltik había dejado en el campo al principio de la batalla. Poco a poco se le hacía más complicado seguir el ritmo del pokémon legendario.

Pero Celsius no lo daba por perdido, así que justo cuando Virizion iba a saltar de nuevo a la posición de Raida le dió la orden. En el preciso instante en que dió el salto para acercarse la boca de Raida se llenó de llamas. El calor de su boca se percibía incluso con ésta cerrada. Al tocar el suelo, Virizion se encontró de cara con el Lanzallamas de Raida.

El pokémon salió muy malherido y brincó de vuelta con su entrenador. Terad se sorprendió, no esperaba que hubiera respuesta por parte de Celsius a cómo se sucedían los eventos. Lo aplaudió, pero no tardó en contestar.

C - ¡Lanzallamas! - Gritó.

T - Pantalla Luz. - Dijo calmado.

Virizion levantó la pantalla luz, que se llevó gran parte del daño del lanzallamas. Justo después siguió con Gigadrenado. Unos tentáculos brillantes que se movían en zigzag persiguieron a Raida hasta que lo atraparon y le absorbieron la energía. El pokémon intentó protegerse con Lanzallamas desesperadamente. Lo logró, cayó al suelo casi derrotado y en cuanto alzó la vista la sombra de Virizion ya se proyectaba sobre él, sus ojos rojos lo miraban fijamente, como si lo juzgara, y lo golpeó una vez más con Espada Santa, dejándolo fuera de combate.

Celsius estaba abatido, fue corriendo a buscar a Raida, el pokémon le lamió la cara. <Lo hemos hecho bien> Pensó, esperando que aquel sentimiento llegara a su pokémon.


K - Celsius, has estado increíble. - Le puso la mano sobre el hombro.

T - ¿Increíble? Tiene un pokémon con mucho potencial y lo desperdicia haciendo el pargueras. No se que entiende la gente de vuestra ciudad por increíble, pero sin duda he acabado muy decepcionado…

K - Porque no lo repites dentro de una semana, ¿eh? - Lo miró amenazante.

T - Uy, te pones chulo conmigo, ni siquiera aguantarías media ronda conmigo y mi pokémon amigo. Puedo pelear aquí y ahora si quieres.

K - No tengo interés en ganar a un equipo de pokémon moribundos.

T - Tengo más que ofrecer, me sobraría con un sólo pokémon para darte tu parte.

K - ¿A si? ¿Tan claro lo tienes? Entonces por qué no...  - Celsius lo interrumpió.

C - Dejalo Kredan, me da igual lo que piense. No tienes que rebajarte a su nivel.

K - Pero merece que le… - De nuevo su amigo no le dejó terminar.

C - Si alguien tiene que darle su merecido ese seré yo. - Dijo con mirada desafiante.

Terad se rió, no tenía interés en vencer a alguien a quien ya había vencido. Pero acabó convencido de pelear contra Celsius en cinco días. Si ganaba Kredan pelearía contra él. Si perdía sería premio suficiente para los chicos.

Kredan

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Re:Alas Rotas [OriginalFic]
« Respuesta #46 en: 15 de Mayo de 2017, 01:16:27 am »
Capítulo 75: Vuelve

Spoiler: mostrar

Había pasado un día después de aquella pelea en la zona de batallas de Bosque Blanco. Terad esperaba con ansias la batalla contra Celsius y el joven investigador la esperaba con más ganas aún. Kredan llevó a Celisus de nuevo a la zona de batalla. Era temprano, a penas había gente alrededor, rondaban las ocho de la mañana.

C - Despertarse temprano para entrenar se siente muy de película no crees? - Dijo mientras se preparaba al otro lado del campo.

K - Si bueno, yo antes solía entrenar por las mañanas temprano.

C - ¿Con tu hermana?

K - Con mi hermana, con mi padre, con los amigos de mi pueblo, aunque éramos pocos…

C - Nunca me has contado nada de ti, de cuando eras más pequeño. Yo te conté la historia de Lapras, así que supongo que te toca contarme tu historia, antes de embarcarte en toda esta locura… - Sonrió algo forzado.

K - Te lo contaré si vences a Terad. Si le ganas te contaré como era mi vida antes de los sucesos que me llevaron a viajar a Hoenn.

Celsius había obtenido un mayor aliciente para vencer a su rival, ahora además tenía la motivación de conocer mejor a Kredan, aunque sabía que lo más probable es que se lo fuera a contar de todas formas.

Los chicos hicieron ejercicios con sus respectivos pokémon. Corrieron alrededor del campo de batalla, entrenaron la precisión, los reflejos, la fuerza, la concentración. Todo mediante pequeños ejercicios en los que empleaban los recursos a su alrededor para mejorar.
Una vez terminados los calentamientos técnicos empezaron los combates. Kredan empezó usando a Binks. Celsius sacó a Servy, sabía que era el que necesitaba más entrenamiento.

K - Lo más importante es algo que tu mismo ya sabes, analizar el terreno en el que combates. La última vez usaste muy bien a tu favor el escenario en el que transcurrió la batalla, pero confiaste mucho en las mismas estrategias. Un buen entrenador ha de desarrollar nuevas estrategias en el transcurso de la batalla, y aunque te diga esto, es probablemente tu punto fuerte. Si consigues desarrollar aún más tu potencial en ese aspecto podrás sortear obstáculos de gran envergadura sin mucho problema.

C - ¡Vaya! Gracias. - dijo algo sonrojado.

K - No te confíes solo por eso. Otro punto muy importante es analizar el pokémon del rival. Algunas veces has pecado de no tener demasiada idea de a qué te enfrentas, es lógico que te suceda, pocas personas son capaces de memorizar todos los pokémon que se conocen hasta el día de hoy, sus características más destacables y que tipo de movimientos pueden usar. Pero es importante intentarlo. Ayer cuando enfrentaste a Terad dejaste que Simipour ganara mucho ataque especial y dejaste caer a Lapras en vano. Si hubieses hecho un cambio en ese momento podrías haber acabado con su racha fácilmente.

C - Ya, pero el también pudo cambiar… ¡Claro! Al entrar en la pokeball perdería la subida de poder… Lo entiendo.

K - Dicho esto, empecemos a pelear.

Binks levantó rápidamente Reflejo y Pantalla Luz. El daño que iba a recibir por parte de Servy no sería mucho. Kredan jugó a una batalla de resistencia. Binks mermaba a Servy poco a poco con Poder Pasado y Fuerza Lunar y cuando sus movimientos defensivos dejaban de tener efecto los volvía a usar. Poco a poco Servy se adaptaba a los movimientos de Binks, la batalla duró veinte minutos, Celsius iba cediendo poco a poco al estrés de aquella pelea constante sin apenas resultado. Así pues dejó de lado su estrategia inicial y cambió a Lapras. Kredan no dejó que aprovechara su ventaja de tipos, rápidamente cambió a Yami. Pero Yami se lanzó corriendo a la cabeza de Kredan y empezó a jugar con su pelo.

K - ¡Vamos Yami! Deja eso, luego puedes jugar con mi pelo si quieres, pero ahora vamos a enfocarnos en la batalla. - El pokémon algo deprimido fue al campo de batalla.

Lapras era un pokémon poderoso, lleno de confianza en sus capacidades. Sus ojos siempre eran desafiantes, parecía disfrutar de los retos, había nacido para luchar contra las adversidades.

Yami no esperó a que su rival moviera ficha, se lanzó hacia Lapras, lanzó Fuego Fatuo reaccionando al grito de su entrenador. Lapras no lo pudo esquivar y terminó quemado. No afectaba del todo a Lapras ya que daba uso de su ataque especial para golpear. Sin esperar ni un segundo Celsius ya le había dictado su siguiente movimiento. Lanzó Rayo Hielo directo a Yami, este no pudo esquivarlo. Pero era un pokémon muy osado, resistía cualquier golpe sin apenas tambalearse. Casi sin respirar ya le estaba lanzando Infortunio a Lapras. Su máscara brilló con un intenso color morado, y de sus pequeños brazos llamas del mismo color emergían sin parar. Celsius sabía que no sería bueno recibir aquel ataque, intentó contrarrestarlo con Hidrobomba, pero Yami lanzó su movimiento por ambos flancos, el cuerpo de Lapras ardió en llamas violetas y azules, pero no se había debilitado, seguía en pie. En cambio Yami había recibido de lleno el Hidrobomba de Lapras y había quedado fuera de combate. Kredan lo devolvió a su pokeball.

K - Muy bien. Vamos a ir con todo. - Lanzó un silbido al aire.

Noivern volaba con mucho entusiasmo sobre el campo de batalla, al oír el silbido de su entrenador ejecutó algunas piruetas, elevándose aún más en el cielo y dejándose caer en picado. Justo antes de llegar al suelo abrió sus alas y de un solo golpe frenó levantando una enorme cantidad de viento en todo el campo de batalla.

K - Vamos Noivern, demostremos quienes son los reyes aquí. - Dijo confiado.

C - No te olvides que peleas contra un prodigioso investigador. - Sonrió también con mucha confianza.

Noivern era mucho más rápido que Lapras, en tan sólo unas milésimas de segundo le lanzó Pulso Umbrío a Lapras, que fue incapaz de contrarrestarlo y quedó fuera de combate.

C - Bien hecho. Vamos con el siguiente.

Servy volvió a la batalla, Celsius lo sacó aún cuando sabía que no sería capaz de hacer demasiado. Servy no se había enfrentado a un pokémon tan grande jamás y quedó muy impactado al ver la enorme silueta de Noivern. A pesar de eso no se amedrentó.

K - Noivern vuela alto.

El dragón negro empezó a volar por encima del terreno de batalla. Sin ejecutar ningún movimiento. Celsius sabía que Kredan lo probaba. Y iba a demostrar que podía con el reto.

C - Servy, usa látigo cepa para impulsarte con los árboles.

El pokémon se agarró en los árboles que tenía más cerca, se lanzó de uno a otro y cuando estuvo cerca de Noivern se impulsó verticalmente hacia el cielo. La cola de Servy se iluminó al ir en dirección a Noivern, Kredan se dio cuenta de que era el movimiento Hoja Aguda, Celsius también y le ordenó golpear a Noivern con su nuevo movimiento. Noivern lo esquivó fácilmente. El pequeño Servy empezó a caer desde aquella gran altura, pero no parecía estar en pánico, parecía esperar alguna idea de su entrenador, lo miraba, expectante.

< Que puedo hacer, Malicioso, Hoja Aguda, Látigo Cepa…> Celsius buscaba entre sus posibilidades. Sus ojos se movian rápidos por el campo, buscaba la solución a aquella caída que dañaría gravemente a Servy. Pronto encontró respuesta a sus preguntas.

C - ¡Servy! Espera el último momento y golpea con Látigo Cepa el suelo, impúlsate hacia adelante con ellos.

El pokémon recibió alto y claro el mensaje, del cuello de Servy asomaban los pequeños látigos, esperando el momento exacto para golpear. Y a pocos metros del suelo los alargó y movió su cabeza hacia adelante mientras lanzaba el movimiento hacia el suelo. Golpeó con éxito el suelo y aprovechó la fuerza para girar y amortiguar el impacto.
Kredan no daba crédito, la sincronía entre Celsius y Servy era extraordinária. No podía evitar emocionarse.

K - Noivern, lanza ráfagas de viento, no dejes que suba con tranquilidad la próxima vez.

Noivern empezó a aletear con fuerza en la dirección de Servy, que por su ligereza se veía arrastrado con facilidad por el viento. Pero Celisus no se iba a detener por un poco de viento. Recurrieron a la misma estratégia de antes, y para luchar contra el viento de Noivern añadieron un poco de movimiento. Cuando se había posicionado bajo su rival Servy volvió a lanzarse con sus dos látigos, pero esta vez lo hizo mientras rodaba, usando Hoja aguda en su cola, cortando así el aire y la resistencia que le impedía saltar. Servy logró golpear a Noivern una vez. Después de eso Kredan se puso serio y con Vendaval lo dejó fuera de combate.

C - Muy bien, vamos con Raida.

Raida era el último pokémon de Celsius. Kredan cambió a Noivern por Binks. El pequeño Binks levantó una Pantalla Luz para evitar daños de Raida. El pokémon de Celsius no tenía muchos movimientos con los que vencer a Binks, así que decidió asediarlo con tantos Rayos como fuesen necesarios. De nuevo fue una batalla de resistencia, Binks logró dos o tres golpes certeros sobre Raida, que se movía rápido por el campo de batalla. A pesar de su resisténcia, Binks terminó perdiendo, pero lanzó una última Pantalla Luz para proteger a Noivern.

La batalla final fue entre Noivern y Raida. Ambos pokémon eran veloces, Noivern apenas había recibido daño de Servy y Raida estaba algo malherido por los movimientos de Binks.

C - Este es el tipo de escenario donde quiero estar Kredan. - Dijo gritando.

K - Te veo muy motivado, espero que te mantengas así de firme siempre. - Lo desafió.

Celsius hizo un gesto a Raida, el pokémon lo entendió, Kredan esperaba con ansias lo que iba a llegar.

C - ¡Alcanza la velocidad de la luz, alzate por encima de tus enemigos, ruge con la fuerza de un trueno! ¡Mega Evoluciona! - Una luz blanca salió de la piedra que Celsius llevaba en su gorra y una luz arcoíris salió del collar de Raida. Se mezclaron cambiando la forma de Raida.

Allí estaba, la esperada mega evolución de Raida. Kredan se había emocionado enormemente al verlo. Sentía que por fin iba a poder enfrentarse a un verdadero reto.

C - ¡Raida, usa Rayo! - Gritó rezando para que su compañero le hiciese caso.

El pokémon lo miró fijamente, sonrió y se lanzó sobre Noivern sin pensarlo dos veces, pero esta vez haciendo caso de su entrenador.

K - Veo que por fin os entendéis. Si es así entonces no voy a dejaros respirar ni un poco.

Noivern esquivó con dificultad el movimiento, se posicionó sobre Raida y lanzó Pulso Umbrío. La oscura onda que salió del cuerpo de Noivern impactó sobre Raida. Pero este no se iba a detener. Se siguió moviendo más y más rápido. Celsius tenía claro que su mejor opción era presionar a Noivern desde varios ángulos con Rayo. Raida siguió la orden. Kredan y Noivern eran presionados por segunda vez de mano de aquella pareja entrenador-pokémon. Noivern lanzó Vendaval, aquel vendaval oscuro que arrasaba con todo. Golpeó a Raida pero se impulsó sobre un árbol para acortar distancias con Noivern que fue alcanzado por un Rayo. Su potencia era increíble, pero no iba a ceder. De nuevo lanzó Pulso Umbrío y Raida contraatacó con Rayo de nuevo. Ambos pokémon recibieron el movimiento del rival. Ambos cayeron debilitados.

Raida volvió a su estado normal, a pesar de que había terminado ambos levantaron la mirada, no querían ceder, pero sus entrenadores sabían que ya era suficiente. El resto del día descansaron.

Se pasaron toda la semana entrenando como locos para que Celsius fuese capaz de vencer a Terad.

El día había llegado, hacía calor, los chicos llevaban horas despiertos, habían calentado un poco antes de que llegara su oponente.

Terad llegó al fin. Se demoró un poco, pero no se disculpó por ello, era orgulloso.

C - Quiero pedir algo esta vez. - Dijo sin tan siquiera saludar.

T - Que pasa, no quieres que use a Virizion porque te da miedo perder. ¿Verdad? - Se rió.

C - Lo contrario, quiero un combate uno contra uno y quiero que uses a Virizion.

T - Entonces esta vez supongo que usarás la mega piedra. De acuerdo, vamos a ello sin más precedentes.

Terad se posicionó en uno de los lados del campo. Celsius ya lo esperaba en el otro. Kredan se sentó a mirar cómo transcurría la batalla en uno de los bancos de piedra que rodeaban el lugar. Unos pocos niños y otros entrenadores se acercaron a ver la batalla. La mayoría personas que se habían quedado por allí con tal de ver otra vez a Virizion después de cinco días. Sin duda había generado expectación.

Virizión salió a pelear, por el lado de Celsius Servy era la elección.

T - ¿Intentas reírte de mí? - Gritó indignado.

C - En absoluto, además no deberías tener problemas para enfrentarte a mi recién evolucionado Servine. ¿O es que tienes miedo? - Sonrió.

T - ¿¡ De verdad !? No me tomes el pelo, si no me dura más de un movimiento exijo que uses a tu Manectric.

C - Como quieras, vamos a ir empezando.

Virizion miraba altanero a Servy, pero el pokémon de Celsius no se dejaba intimidar, todo lo contrario, parecía tener muchas ganas de enfrentar a aquel pokémon legendario. Y su entrenador estaba tan excitado como él.

La batalla dio comienzo. Virizion empezó de nuevo con Espada Santa. Servy lanzó uno de sus látigos a uno de los árboles de detrás para poder evitar el golpe, que dejó una marca profunda en el suelo.

C - ¡Servy acércate a él con tu Látigo Cepa y gira!

El pokémon empezó a lanzarse de un lado a otro por el campo Virizion lo seguía con la mirada. No recibía órdenes de su entrenador. Servy se lanzó sin más hacia él y cuando estuvo al lado usó Hoja Aguda. Virizion no sufrió prácticamente daño.

T - ¿Eso es todo lo que tienes? No me hace falta decir nada para que mi pokémon gane esta batalla. - Se sentó en el suelo a ver cómo se desarrollaba el combate.

Virizion se abalanzó sobre Servy usando Hoja Aguda, que aparecía a los lados de su cabeza, como dos grandes cuernos afilados. Al estar tan expuesto después de su ataque no pudo evitar recibirlo. Con un solo golpe y poco eficaz la batalla estaba casi decidida. Servy había quedado contra las cuerdas en un momento. Virizion esperó al siguiente movimiento de su contrincante, lo menospreciaba, se podía ver en su forma de hacer.

C - ¡Vamos con el plan Servy!

El pokémon volvió a usar el entorno a su favor, pero esta vez empezó a elevarse. Virizion simplemente lo seguía con la mirada. Esperaba a tenerlo a tiro de nuevo para acabarlo con su propio ataque. Pero tanto él como su entrenador estaban equivocados si pensaban que seguirían sin hacer cambios. El pequeño pokémon empezó a girar mientras subía cada vez más alto y cuando llegó a estar por encima de la copa de los árboles aumentó su velocidad de giro a la vez que se impulsaba hacia su objetivo, esta vez ejecutando Golpe Aéreo. Las hojas de su cola se alargaron y se volvieron de un color azul celeste muy intenso. Se había vuelto una hoja circular que se abalanzaba a toda velocidad. Virizion se dio cuenta del peligro y su entrenador le dio un grito, pero era demasiado rápido. Cortando ramas a su paso y arremolinando el viento a su alrededor Servy golpeó con fuerza a Virizion que se vio gravemente afectado por el movimiento de aquel pokémon que parecía tan inofensivo.

C - ¡Lo tenemos! ¡No dejes de moverte Servy! - gritó emocionado.

T - Maldito idiota. Virizion Agilidad.

La velocidad de Virizion aumentó drásticamente, seguido de esto el pokémon empezó a arremeter usando Hoja Aguda contra los arboles que quedaban hechos pedazos a su paso. Servy huía tan rápido como era capaz de aquella estrategia desesperada.

C - No podemos parar ahora. Sube alto Servy, ¡Salta al cielo!

El pequeño Servine de Celsius saltó igual que cuando peleó con Noivern, pero esta vez ya estaba girando en el aire.

C - ¡Usa tu cuerpo y tus látigos para aumentar tu velocidad de giro!

Con un látigo por delante y el otro por detrás empezó a aumentar la velocidad de la fuerza centrífuga. Se había convertido en una enorme hélice verde. Virizion aceptó el reto. Terad lo vio y le gritó su siguiente movimiento, Espada Santa. Una hoja enorme apareció en su cabeza, Virizion saltó para acortar la distancia que recorrería Servy y así disminuir el poder de su siguiente movimiento. A pesar de eso sus giros eran cada vez más y más rápidos. Cuando estaba a punto de llegar al punto de impacto retiró ambos látigos y ejecutó de nuevo Golpe Aéreo.

Ambos pokémon salieron despedidos. El resultado estaba por salir a la luz pronto.

Kredan llevaba rato de pie, todo el mundo allí estaba emocionadísimo, unos animaban a Terad otros se decantaron por la valentía de Celsius.
Pero el resultado era claro, Virizion seguía en pie, a pesar de que casi no tenía fuerza para ello y por su lado Servy no podía mover ni un solo músculo.

La gente gritó, hubo aplausos por todos lados, a medida que se había sucedido la pelea se había agrupado aún más gente y todos se habían vuelto locos al ver aquel espectáculo. Un buen grupo de gente empezó a vitorear a ambos entrenadores.

C - Un trato es un trato, si quieres usaré a Raida. Pero creo que no te conviene.

T - Nos sobra energía para vencerte. Adelante, ven con todo lo que tienes. - Se había encendido totalmente.

Celsius no pudo rechazar aquellos sentimientos, además realmente sentía ganas de seguir peleando, tenía ganas de seguir poniendo a prueba su voluntad y la de sus pokémon.

Raida salió al campo de batalla, sus ojos lo decían todo. Virizion estaba muy malherido pero siguió amenazante, incluso sonrió al ver el espíritu de batalla de Raida.

La batalla estaba a punto de empezar, pero alguien decidió detenerla, de la peor forma que se podía.

Un cañón de energía enorme impactó sobre una de las ramas del enorme árbol que daba nombre a aquel pueblo. La rama empezó a caer, algunos entrenadores dieron buen uso de las habilidades de sus pokémon para evitar que la rama cayera en la zona de las casas. Alrededor de treinta pokémon se coordinaron para desplazar aquella enorme rama fuera del área. A pesar de eso se temía por la vida de algunas personas y pokémon.

La gente empezó a preguntar de dónde venía aquel ataque, todos alzaron la mirada al cielo, allí estaba, como una pesadilla que no puedes sacar de tus sueños. Aferrándose a destruir todo lo que había en el camino de Kredan y Celsius. ¡Lugia y su entrenador!

Terad no tenía idea de lo que sucedía pero se había enfadado mucho y Celsius estaba en la misma situación.

¿? - ¡Jajaja! ¡Seguro que así vienes a por mi! - gritó el niño a lo lejos.

Kredan

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Re:Alas Rotas [OriginalFic]
« Respuesta #47 en: 26 de Junio de 2017, 06:23:09 am »

Capítulo 76: Grise




Spoiler: mostrar

Todo el mundo allí apuntaba sus miradas sobre el legendario Lugia. Miradas de odio, de rencor, de miedo, de emoción, todas apuntaban a aquel pokémon y al niño que montado en él se reía a carcajadas.



¿? - ¡ Vamos, SALID A JUGAR CONMIGO ! - Gritó incesante.



El niño de repente dejó de reír, se giró bruscamente, de entre todas las miradas de aquel lugar una logró hacer que aquel entrenador sin escrúpulos se girara. Eran los ojos de Kredan, llenos de odio, ardientes y enloquecidos.



K - ¿No tienes suficiente con lo que hiciste en Hoenn? - Gritó



El joven iba montado a lomos de Noivern, cuyos ojos eran tan o más amenazantes que los de su entrenador.



¿? - ¿Tienes que estar siempre en mi camino? ¡Aparta! - Gritó dando a Lugia la señal para lanzar de nuevo su Aerochorro.



Lugia concentró energía mientras inhalaba el aire de su alrededor, de su boca emanaba una luz celeste que poco después era proyectada directamente a Noivern.

Pero era un movimiento predecible, lo evitaron fácilmente, pero de nuevo provocó un fuerte impacto sobre el gran árbol.

El resto de entrenadores que miraban la escena se vieron obligados a combatir la caída de una rama esta vez mayor que la anterior. Por suerte había suficientes pokémon como para destruir y mover la rama evitando el mayor daño posible. A pesar de eso muchos fueron los que salieron heridos de aquel ataque.



K - ¡Noivern, Pulso Umbrío! - El pokémon no dudó, su cuerpo se enegreció y al batir sus alas lanzó una onda oscura directa al cuerpo de Lugia.



Parecía haber surtido efecto, antes de que se dieran cuenta Lugia estaba cayendo, Noivern se lanzó en picado en su busca. A su vez Celsius y Terad se dirigían a la zona de impacto a lomos de Virizion, Raida los seguía corriendo a su lado.



El gran Lugia cayó, la gente de los alrededores se apartó, algunos se mantuvieron a la defensiva con sus pokémon listos para el ataque. Noivern, Raida y Virizion se pusieron frente a Lugia, el pequeño niño bajó a tierra firme.



¿? - Muy bien, si esto es lo que queréis, vamos a empeorar las cosas. ¿Pero antes, como decíais que os llamáis? - Sonrió.



C - No te soporto, la última vez… no, nunca he podido pelear contra ti, pero eso es diferente ahora. He entrenado muy duro para llegar hasta aquí. ¡Mi nombre es Celsius, y yo mismo acabaré con tus estupideces irracionales! - Proclamó.



T - No se quien eres o que cojones haces destruyendo este lugar sagrado, pero te juro que te destrozaré a ti y a tu pokémon. Mi nombre es Terad, cazo a aquellos entrenadores que creo que son poderosos.



K - … Kredan… Dime tu nombre, necesito saberlo antes de romperte los huesos…



G - JAJAJAJAJA Tu eres el que está más chalado. Ahora que no sois solo unos desconocidos os lo diré. Soy Grise y seré el rey de este mundo, soy el elegido de Arceus, pronto tendré poder suficiente como para provocar o detener una guerra a mi antojo. No seáis muy duros conmigo, solo tengo 12 años.





Antes de que nadie pudiese añadir nada Virizion ya se había abalanzado contra Lugia, y Noivern había alzado el vuelo de nuevo, Lugia se defendió de Virizion que ya estaba exhausto, el pobre pokémon duró tan solo un golpe. Por su lado Noivern se disponía a lanzar Vendaval, y Raida empezó a correr alrededor de su enemigo llenando de energía eléctrica su cuerpo.



G - ¡Pulso Dragón! - El movimiento impactó sobre el vendabal de Noivern.



Ese pequeño lapso de tiempo fue suficiente para que Raida propinara un Rayo directo a Lugia. Las heridas pasaban factura al pokémon. A pesar de eso, se lanzó a volar, se acercó a Noivern, este le intentó repeler con Pulso Umbrío que impactó de lleno, haciendo caer de nuevo a Lugia, pero mientras caía lanzó de nuevo Pulso Dragón, esta vez impactando directamente sobre Noivern, que salió despedido contra el gran árbol de la ciudad.



< Vamos, aparece pequeño… > Pensó Grise.



Lugia no podía pelear. Así pues decidió retirarlo. Grise levantó las manos indicando que no quería seguir peleando. Kredan fue directo a él, Celsius lo detuvo, forcejeó un rato, pero no podía salir de los brazos de su amigo, que le impedían cometer una locura de la que se pudiese arrepentir.



K - ¡Dejame ir!



C - ¡Es solo un niño!



Terad se acercó a aquel pequeño loco. Lo agarró del brazo y lo arrastró hasta el centro pokémon. Pero antes de poder llegar a él un gran relámpago cayó sobre el árbol. El destino parecía cebarse con aquel milagro de la naturaleza.

El cielo se empezó a enturbiar, más y más relámpagos caían por todos lados.



G - ¡HA VENIDO A BUSCARME! - Giró la cabeza tanto como pudo, con una enorme sonrisa dibujada en su cara.



T - ¿Qué cojones has hecho? - Dijo mientras veía como parecía que el mundo iba a terminar ahí mismo.



Del cielo una enorme criatura descendía, su piel era de un color tan negro que absorbía la luz a su alrededor. De su cola un brillo azulado iluminaba los alrededores, delante de todas aquellas personas, ante un árbol gigantesco ardiendo en llamas, el omnipotente Zekrom se presentaba para sembrar aún más miedo y caos.



C - ¿Qué se supone que hace Zekrom aquí? - Dijo mientras soltaba a Kredan



K - ¿¡Dime cabronazo, QUE SE SUPONE QUE ESTÁS HACIENDO!? - Agarró de la camiseta a Grise y lo zarandeó.



G - Solo he provocado a Zekrom para que viniese en mi busca.



El dragón ónice se paró en medio de todo aquel revuelo. Los truenos sonaban por todo el lugar. Grise se soltó de Terad y corrió delante de Zekrom.



G - Hola querido Zekrom. Estoy seguro de que pronto seremos buenos amigos.



C - ¡Estas loco! ¡Sal de su lado, te matará!



Kredan sacó a Binks y Yami de sus respectivas pokéballs, le pidió a Binks que protegiese el Centro Pokémon con sus movimientos defensivos, a Yami se lo llevó a encontrarse con Zekrom.



El dragón legendario miró con sus rojos ojos a Grise. Lo observó detenidamente, como si lo estuviese juzgando por sus pecados. El niño por su parte tenía los ojos abiertos como platos, lo desafiaba con la mirada, era como si fuese a devorarlo. Lo miraba como un depredador a su presa. Zekrom se sintió amenazado y lanzó un grito, los relámpagos y los truenos empezaron a estallar de forma recurrente. Nadie osaba entrometerse en aquella locura.



Poco a poco Grise se acercaba a Zekrom, cada vez más y más. Sacó una pokeball normal y corriente de uno de sus bolsillos, la alzó y se dispuso a hacer contacto directo con aquella criatura legendaria.



C - Está loco… está completamente loco…



Por alguna razón Zekrom no se movió ni un poco, su cara había cambiado, parecía sereno, y sin rechistar dejó que aquel pequeño entrenador lo alcanzara. No opuso resistencia, su captura duró tan solo tres segundos.



G - ¡LO TENGO! ¡HE CAPTURADO A ZEKROM! Ya no tengo nada que hacer en este sitio patético…



Grise sacó a Zekrom de su pokéball y se subió a su lomo. Nada de aquella situación parecía tener sentido alguno. El pokémon se dispuso a alzar el vuelo y cuando había despegado unos metros por encima del suelo una Bola Sombra impacto en su izquierda desestabilizando por completo su cuerpo. Kredan se había vuelto a dejar poseer por Yami. El muchacho tenía la máscara puesta y mediante el pelo formado por el cuerpo de Yami lanzó otra Bola Sombra.



G - ¿Qué os pasa, no sabéis cuándo parar o que? Estoy harto de que todo el tiempo me hagáis la vida más dura de lo que ya es… ¿Porque no te quedas en el hospital una temporada, señor amenazas?



El cuerpo de Zekrom se encendió, su cola brillaba con intensidad y una gran cantidad de electricidad empezaba a concentrarse en su cuerpo. Se convirtió en una enorme esfera de luz, los relámpagos que caían aleatoriamente ahora se concentraban sobre su cuerpo.



G - Vamos allá, Rayo Fusión.



C - ¡KREDAN! ¡APARTA DE AHÍ MALDITA SEA!



Kredan no se movía ni un poco, probablemente debido al miedo, aquella esfera gigantesca de luz y relámpagos se disponía a lanzarse sobre él. El suelo alrededor de Zekrom se rompía con facilidad. Pero no se podía mover, no tenía nada que pudiese hacer.



< Mierda piensa algo, piensa, piensa, piensa… ¡PIENSA!> Pensaba Celsius mientras contemplaba con horror la escena.



Pero no había tiempo para pensar. Ante todos aquellos ojos el Rayo Fusión se dirigió directamente a Kredan. En un último acto el joven se arrancó a Yami de la cara y lo lanzó tan lejos como pudo.



El movimiento de Zekrom impactó de lleno, un gran estruendo llenó la ya arruinada ciudad, la gente se tapó los ojos, Celsius cayó sobre sus rodillas, no podía creer que después de tanto le iba a pasar aquello, no podía cerrar los ojos, aun cuando la luz del impacto obligaba a la mayoría de personas a cerrarlos.



Tras unos segundos la polvareda levantada con aquel movimiento se detuvo, Zekrom se encontraba delante del punto donde se encontraba Kredan, agarrando el cuerpo de un pokémon casi tan grande como él. El Mamoswine de Terad había impedido que el joven entrenador fuese asesinado.



G - ¿Cómo es posible…?



T - Aprende pronto la tabla de tipos idiota, desaparece de aquí antes de que te destruya a ti y a tus pokémon. - Su mirada era salvaje.



Grise se fue volando a lomos de Zekrom, algunas personas se quejaron, gritaban que se debía hacer justicia. Pero no era el momento de volverse locos, había un incendio que parar. Pokémon y personas trabajaron para detener cuanto antes el incendio que estaba consumiendo el gran árbol. Por suerte el tamaño y el hecho de que no estuviese seco evitaron una catástrofe mayor. Pero en el cuerpo de aquel anciano nogal se había marcado aquel día, que nunca sería olvidado.



Celsius corrió tanto como le dejaban sus piernas, abrazó a Kredan, lloró, pues de verdad creyó haber perdido a su amigo. Kredan se quedó quieto, sin hacer nada un buen rato, había entrado en shock y no fue hasta que su amigo empezó a llorar que no recobró la conciencia de sí mismo. Movió lentamente sus brazos y abrazó con fuerza y miedo a su amigo. Kredan también empezó a llorar. Terad los acompañó a ambos al centro médico más cercano. Se encargó de que sus pokémon llegaran a salvo al centro pokémon. Mucha gente actuó voluntariamente en los cuidados a los heridos, en la reconstrucción de las estructuras que se habían destruído.

Aquello era muy similar a la vez en que los pokémon atacaron Azuliza, esta vez la destrucción había sido menor, no había muerto nadie, pero el culpable fue una sola persona y no un grupo de pokémon violentos.



Pasaron un par de días antes de que Kredan se recuperara completamente del shock.



Tras aquel incidente a Terad se lo conoció como el salvador de Bosque Blanco. Se alzó un pequeño monumento en su honor, era una losa de piedra donde se talló a Mamoswine y a Virizion. Una placa conmemorativa por salvar la vida de personas y proteger la integridad del lugar. Se hizo mención a todos aquellos entrenadores que participaron, en total más de 53.



Kredan y Celsius se fueron de Bosque Blanco al tercer día después del accidente. Se despidieron de Terad, dejaron en el aire la disputa entre Virizion y Raida. Kredan no mencionó nada sobre pelear contra él. Parecía bastante abatido.



T - Esto… Celsius, voy a ir en busca de Zekrom y Grise, me encargaré de que pague por lo que le ha hecho al gran Nogal, pagará por usar el poder de Zekrom para algo tan terrible.



C - Si lo encuentras y tienes cualquier problema, llamanos, estaremos por aquí una temporada.



K - Te agradezco mucho que salvaras mi vida Terad. No se cuantas veces lo he dicho, pero de veras, gracias por lo que has hecho por mi. Algún día espero poder pagar mi deuda.



T - No hace falta que le des demasiadas vueltas. Tú hubieras obrado igual.



Ambos chicos estrecharon sus manos con Terad. Se iban de allí y dejaban con ellos algo más que a un nuevo amigo. Poco a poco se acercaban a su destino, Ciudad Caolín.