

Cuadro Tercero & Último.
Telón rápido.
Día siguiente por la mañana. LORENZA se encuentra en la cocina, con un mortero y un saco lleno de bayas de la Belladona del jardín que ella misma había recogido la noche anterior. En el centro del escenario hay una mesa de madera con tres sillas y un armarito a la derecha. LORENZA: (Susurrando) Al César lo que es del César, vas a pagar todo lo que me has hecho sufrir.
SIRVIENTA: ¡Pero si estaba aquí, LORENZA! (Entra limpiándose las manos en el mandil) He ido a su cama y he visto que no estaba y ahora me encuentro con que está aquí ayudándome (Sonriendo)
LORENZA: (Se sobresalta) Pensaba que estaba durmiendo… (Se levanta e intenta disimular lo que está preparando).
SIRVIENTA: ¡Ay, LORENZA! Cómo se nota que nunca ha sido criada. ¡37 años que llevo con su madre, 37 años levantándome a las 6 de la mañana para hacer los menesteres! Y yo que no me quejo… Que con estos tiempos que corren… Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. (Silencio) Dime niña, ¿y se puede saber qué prepara? (Asoma la cabeza)
LORENZA: Nada que te incumba, María.
SIRVIENTA: ¡Ya me pedirá que le remiende los faldones! Le pienso contestar de la misma forma, malafollá. (LORENZA guarda el mortero en un mueble y se va)
SIRVIENTA: (Mirando a todos lados) A ver que se trae esta entre manos… (Saca lo que LORENZA había escondido) ¿Pero qué es esto? Ay, yo no sé pa’ que se mete en la cocina si no sabe usar ni un cuchillo (Riendo tímidamente) (LORENZA vuelve a entrar)
LORENZA: (Corriendo hacia SIRVIENTA) ¿¡Qué haces!? ¡Dije que no te metieses donde no te llaman! (Le tira el mortero de un manotazo al suelo y se agacha corriendo a coger todo)
SIRVIENTA: (Se asusta) ¡Ay, LORENZA! Que yo no hice nada lo juro por el mismísimo. Yo eso no sé lo que es, no se me ponga así. (Llorando y recorriendo todo el escenario muy nerviosa) No le diré nada a nadie de lo que sea esto, lo prometo.
LORENZA: Ese es el problema. No le puedes decir nada a nadie. ¡Ni a tu señora VENANCIA!
SIRVIENTA: Que no, que no señorita, se lo prometo por lo más grande (Se santigua y besa mirando al cielo) Pero dígame y no me deje con este soponcio más malo en el corazón que me ha entrado.
LORENZA: María… (Acercándose a ella) Esto es veneno.
SIRVIENTA: ¡Y para qué quiere usted eso, mi niña!
LORENZA: Pienso acabar con el demonio de la familia. (La coge de las dos manos)
SIRVIENTA: (Se intenta agarrar a la mesa para no desmayarse) Ay, ay, no me haga esto. Que madre solo hay una.
LORENZA: Mira, María. Vivir con mi madre significa vivir de rodillas. Yo estoy atada a esta casa hasta que ella muera. Esta noche, durante la cena, vendrá MELQUIADES y huiremos de aquí. María, usted podrá venirse con nosotros, lejos de aquí, sin VENANCIAs por ningún lado.
SIRVIENTA: ¡Pero y FERNANDO! (…) ¡Y su hermana! Señorita, esto está muy mal y le va a castigar el Señor. Hágalo por mí, estese quietecica, anda.
LORENZA: Ya no hay vuelta atrás, planifiqué todo con MELQUIADES. FERNANDO resultó ser peor que madre, yo no quería vivir dependiendo de la otra persona por miedo, él me pegaba hasta dejarme sin aliento. MELQUIADES, aunque nos hayamos visto poco, siempre me ha apoyado y ha sido él quién me enseñó a amar. (Sentándose) Estoy segura de que mi hermana sabrá arreglárselas sola.
SIRVIENTA: Mire, haga lo que usted quiera pero a mí no me meta. (Pensando) Dígale a su madre que me encuentro indispuesta porque no pienso acudir a esa cena… Última cena solo ha habido una y es la que está en la Biblia. (Ambas se van)
(Entra VENANCIA unos segundos más tarde)
VENANCIA: (Apoyándose sobre la mesa y balanceando la cabeza hacia los lados) Con que esas tenemos… Cría cuervos y te sacarán los ojos me decían… Con qué razón. Telón rápido.
Telón rápido.
Esa mismo día por la noche. Hay una gran mesa cuadrada bien decorada con un mantel de ganchillo blanco por encima, varios cubiertos y servilletas. En escena están LORENZA, PRECIOSA, MELQUIADESy VENANCIA. Entra SIRVIENTA.
SIRVIENTA: Señora, ¿sirvo?
LORENZA: (Con intención) Déjame que te acompañe, María, tengo que acostumbrarme a servirle la comida a mi marido. (Ambas salen de escena. APARTE.)
LORENZA: Sírvele estos platos a PRECIOSA y a mí. Yo le serviré a MELQUIADES y a madre... María, confía en mí y esto acabará pronto.
SIRVIENTA: (En voz baja) Dios te oiga, hija mía, Dios te oiga... (Vuelven a aparecer, cada uno con dos platos)
SIRVIENTA: Señora, ¿podría retirarme? (Tartamudeando) No sé qué me pasa hoy que me encuentro indispuesta... Debe ser la astenia veraniega o algo así porque no me lo explico… Ayer estaba mu...
VENANCIA: (La interrumpe) María, haga el favor de no molestar. (Alzando los brazos) Hoy es una noche muy importante para la familia entera y qué menos que servir como es debido. Mañana será otro día, hoy ya lo acaba.
LORENZA: Madre, déjela ir. Lo último que me gustaría es que hubiese un desmayo en una velada tan especial como la de hoy.
VENANCIA: (Muy seria) He dicho que no y es que no. Tema zanjado.
SIRVIENTA: (Algo nerviosa) Como usted ordene, señora.
PRECIOSA: (Suspirando) ¿Sería demasiado pedir una noche en paz? Mejor empecemos a comer.
VENANCIA: ¡Los modales, PRECIOSA! Hoy tenemos invitado. (…) Y sí, empecemos a comer que el pan ahuyenta a todo lo malo.
(Todos comienzan a comer casi al mismo tiempo, mirándose los unos a los otros)
MELQUIADES: (Limpiándose con la servilleta) Está muy rico todo.
PRECIOSA: Es cierto, María. ¿Qué le echaste?
LORENZA: En verdad la que se inventó la receta fui yo... (Intervino tras ver la cara de preocupación de SIRVIENTA) Quería demostrar mis talentos en la cocina (Ríe tímidamente mientras MELQUIADESle coge de la mano)
VENANCIA: Vaya… Felicidades. Parece que ya te vas convirtiendo en una mujer de provecho (LORENZAsonríe) ... A todo esto y sin intención de ser entrometida, ¿habéis pensado en... ya sabéis, boda? Mi hija es lo más importante que me queda y me encantaría que tuviese un futuro estable, con su marido, sus hijos y mis nietos... (Ríe de forma fingida) La vida cuando estás sola es muy difícil o si no decídmelo a mí. Si el problema es mi bendición, la tenéis.
MELQUIADES: Estoy muy de acuerdo. (Mirando a LORENZA) Estuvimos hablando su hija y yo a solas para no parecer muy descarados y creo que coincidimos en que tomaremos sacramento lo antes posible siempre y cuando todo el mundo esté feliz con la decisión. ¿Verdad que sí?
LORENZA: (Nerviosa) Sí. Una ha de enmendar sus errores pasad...
VENANCIA: (La interrumpe para evitar hablar del tema) Si me disculpáis, veo conveniente levantarme de la mesa para proponer un brindis que llene de regocijo al fin nuestra familia. (Alzando la copa) Por los enamorados, la que queda (Mirando a PRECIOSA) y por un final feliz. (Todos se levantan para brindar y beben)
VENANCIA: Aprovecho ya que estoy de pie y una tiene ya una edad para recoger los platos. María, ¿puede ayudarme?
SIRVIENTA: (Temblando) Por supuesto. (Cogen los platos y salen del escenario. APARTE)
VENANCIA: Dime, María. (Alzando el volumen de su voz de forma progresiva y amenazadora) ¿De verdad me creíais tan vieja como para no enterarme de lo que queríais hacer?
SIRVIENTA: (Se aclara la voz) Perdone señora pero no la entiendo.
VENANCIA: ¡Y yo que tenía dos asesinas bajo mi techo! ¿Te pensabas que me iba a morir comiendo esa porquería de plato? ¿Qué os ibais a ir de rositas? ¡Eres una vieja como yo y nadie te va a querer cuando te vayas! Vas a venir mendigando de rodillas y a pedir clemencia por rastrera, mala persona , bruja arrugada y gorda. ¡Sal ahora mismo ahí y confiésale a todos lo que teníais pensado hacer! ¡Venga!(Ambas vuelven a escena. SIRVIENTA va delante llorando)
PRECIOSA: ¿María? ¿Le pasa algo? (Se levanta y se acerca a ella)
SIRVIENTA: (Cae al suelo y se arrodilla) ¡He intentado matar a su madre!
VENANCIA: ¡Y qué más!
SIRVIENTA: ¡Nada más, lo juro por lo que más quiero!
VENANCIA: ¡Y qué más estoy diciendo!
SIRVIENTA: ¡LORENZA me obligó! (Se tumba en el suelo llorando)
VENANCIA: Y tú, rata cobarde (Se acerca a su hija) Ten el valor de matarme ahora, clávame el cuchillo en el cuello y deja que me muera aquí en frente de todos. ¡Quítale la vida a quien te la dio!
LORENZA: ¡Y a quién me la quitó! Todos aquí vivíamos un infierno y...
VENANCIA: (Le pega en la cara) Mira las consecuencias de tus actos y lo que me has hecho hacer (Señala al fondo de la sala)
LORENZA: (Llorando) ¡MELQUIADES! Estás congelado... y apenas puedes respirar. (Se levanta) ¡Qué le ha hecho!
VENANCIA: Lo que me has obligado a hacer. (SIRVIENTA y LORENZA se acercan a MELQUIADES, que convulsiona)
VENANCIA: Ven aquí, PRECIOSA. ¿Sabes? Estas dos malnacidas te querían dejar sola aquí, sin nadie, sin nada e irse ellas. (Las demás intentan hacer que MELQUIADES vuelva en sí) No pensaréis que voy a vivir con dos asesinas, es hora de que todos se enteren de lo malas que sois. (Gritando) ¡Socorro, vivo con el diablo! ¡Ay, que me matan!(Se oye mucho ruido. Llegan varios vecinos)
VENANCIA: ¡Han matado a MELQUIADESy la siguiente era yo! (Acercándose a ellos) ¡Lleváoslas, asesinas!
VECINA 1: ¡Asesinas!
VECINA 2: ¡Fuera, que sufran!
VECINA 1 y 2: ¡Llevadlas fuera de aquí, donde nunca vean el sol! ¡Sí!(Los vecinos se llevan a SIRVIENTA, LORENZA y MELQUIADES, que ha muerto, y dejan solas a VENANCIA y PRECIOSA)
VENANCIA: (Apoyando la cabeza de PRECIOSA en su pecho y fingiendo llorar) Menos mal que te tengo a ti y nunca me vas a faltar. (Le besa cuidadosamente la frente) Ahora vayamos a descansar. Mañana será otro día, fin del espectáculo. Telón lento.
___________________________________________
Lo primero de todo es disculparme si alguien va a leer el final de la obra porque han pasado más de dos años entre este capítulo y (el antiguo) anterior y se nota la oxidación. En este tiempo he olvidado el final que quería darle, el estilo con el que quería acabarlo, qué pasaría después de la obra… En fin, todo.
No es que no me haya gustado, de hecho, acabar esta obra ha sido un logro pues llevaba tiempo queriéndola finalizar pero no he tenido ganas como para ponerme a escribir. Simplemente la veo desconectada, como si hubiese querido terminarla pero no del modo en el que un principio pensé. De todas formas, no me acuerdo así que me importa un
f u c k.
Lo segundo, gracias a quienes lo hayáis leído (En el primer post está el tema de los comentarios por si algún alma caritativa quiere decir algo)* y que me siento bastante feliz de haber acabado esta obra porque sentía que se lo debía después de haberla abandonado y tratado tan mal en todo este tiempo. Al pensar en retomarla durante Semana Santa me dieron ganas de volver a escribir y puede que lo haga, pero esperaré un tiempo e intentaré no querer abarcar tanto en tan poco porque luego pasan cosas como estas.
* Pues no, no está así que lo dejo aquí:
Quejas, dudas y reclamaciones aquí.