Capítulo 6: Confusión
Riolu estaba hecho un mar de nervios en lo que el mismo Conkeldurr que encontró en la entrada lo llevaba hacia los bastidores. Ya lo habían debilitado en combate en varias ocasiones y no era una sensación agradable. Más ahora que la derrota era casi segura a no ser que Hitmonchan pudiese con los dos rivales. Entonces apareció Hawlucha, quien prácticamente se estaba bebiendo el queso para nachos de los empleados del departamento de audio del gimnasio, mientras le sacaban de la pata izquierda algunas espinas que seguramente pertenecían al Chesnaught que acababa de ser derrotado. Tras tragar el queso, Hawlucha dirigió su mirada hacia sus nuevos oponentes.
- Díganme ¿Que tal Puerto Gris?
- No está mal, salvo que no hay ni medio árbol a la vista.
Respondió el joven.
- Todo depende de como lo mires, por ejemplo acabo de derrotar a dos pokémon tipo planta. Y en el Parque Carracosta hay un bosque entero.
- Pero aún así...
- Entiendo, seguro bienes de aquel pueblo... Como era? Algo relacionado con colores... ¿Pueblo Boceto?... ¿Pueblo Paleta?...
- Se llama pueblo arcoíris.
- Ay! Perdón, disculpa, no quise ofender.
- No hay problema, en realidad no estoy seguro de si nací ahí en realidad.
- Interesante, bueno ya terminé de descansar.
Los dos Mienfoos que estaban quitando las espinas hacía unos momentos estaban terminando el poco queso que quedaba en la mesa, uno de ellos llamó a que trajeran más queso para que no se quejen los empleados. Un Rotom Horno apareció para cumplir el pedido y le ofreció algo a Riolu y Hitmonchan. Y tanto estos como Hawlucha aceptaron.
- Sabes pequeño? No quiero hacerte daño, pero tampoco quiero que ganen demasiado fácil. Así que sólo seré ligeramente suave contigo.
- Me niego a que haga algo así.
Comentó el joven luchador.
- ¿Queee?
- Si tu fueses suave conmigo y yo aún así perdiese, sería un golpe a mi orgullo. Y si ganase sabiendo que no me han atacado con todo, no podría aceptar la victoria.
Hawlucha suspiró de frustración pero aceptó los términos del pequeño, ella nunca pudo entender por qué otros pokémon tipo lucha eran tan complicados, como si para ellos los combates fuesen más que un deporte, hasta su maestro se podía pasar horas y horas meditando acerca del verdadero significado de cada pequeño encuentro. En fin, había llegado el momento de la verdad. Aunque Hawlucha aún temía herir demasiado al chico, algo que su maestro parecía no entender. Afortunadamente el no sería quien acompañaría a Hawlucha al ring, sino uno de sus hijos, esos Mienfoos de recién. De otra forma el resultado sería demasiado previsible.
Mientras tanto, en las gradas, Toxicroak y Seismitoad se acomodaban y conversaban en voz baja.
- Y cuál es el plan, Toxicroak?
- Ya lo olvidaste?
- Es que mientras lo planeaban yo estaba pensando en los tacos del buffet, son deliciosos.
Al oír esto Toxicroak se llevó la pata a la cara en señal de vergüenza.
- Okey, presta atención, mientras me encargo de sacar al mocoso del lugar, tú presionaras este botón y te encargarás de robar los pases del parque.
- Y el teléfono de la señorita Hawlucha, verdad?
Al decir esto, Seismitoad recibió un bien merecido Puya Nociva en toda la bocaza.
- Ni se te ocurra volver a decir semejante idiotez.
Grunó el Toxicroak. Seismitoad se limitó a asentir con la cabeza mientras se acariciaba la boca con su mano derecha.
En esto el presentador, un Electrivire, daba paso al combate:
- Damas y Caballeros...
En eso apareció Victini quitándole el micrófono.
-... ¡En esta esquina...
Dijo con un exceso de entusiasmo
- ...Los retadores del primer encuentro de gimnasio de la Liga Victoria. Hitmonchan y Riolu!
Todo el público quedó anonadado por el anuncio.
- ¡Y en la otra esquina, los defensores de la Medalla Garra, Mienfoo y Hawlucha! Las reglas son simples: el primer equipo que no pueda continuar, deberá ceder la victoria a su rival. ¿Listos?
Tras decir eso, sonó la campana. Riolu creyó que Hitmonchan sería el primero de su equipo en salir al ring, pero este ni se inmutó, así que no le quedó otra alternativa. Debía enfrentar aquello solo.
En ese momento oyó una voz en su cabeza.
- " Aún no estás en condiciones de enfrentar esto. Pero creo que puedes ganar, escucha, tu oponente más peligroso inconscientemente te ha dejado una pista."
Riolu se preguntaba que significaba esa voz, y a que se refería, pero no podía distraerse. Subia al ring mientras Mienfoo lo miraba fríamente.
- Vas a ver Clefairys cuando acabe contigo.
Le dijo su oponente.
- Rompete una pata.
Le respondió Riolu sin dejarse intimidar por el insulto. El Mienfoo comenzó a correr hacia Riolu con una velocidad exagerada, pero esto no fue impedimento para que Riolu alcance a ver que su mano brillaba en un color morado ligero , un ataque que reconoció al instante: Un poder oculto de tipo psíquico, el cual fue esquivado por un centímetro.
-" Retirate antes de que te golpee con eso, tu compañero lo resistirá mejor"
Era esa voz otra vez. Y era cierto lo que decía, así que Riolu intentó pedir el relevo, pero Hitmonchan no reaccionaba, parecía asustado. Así que Riolu se vio obligado a empujarlo al cuadrilátero desde abajo, lo cual dado a la extraña ligereza de su compañero no resultó difícil.
Al ver el cambio, Mienfoo decidió retirarse también. Y nada más entrar Hawlucha al ring, Hitmonchan lanzó un quejido agudo, entonces algo extraño pasó. Hawlucha no alcanzó a parar su ataque estelar, la famosa Patada Salto Alta, y entonces se reveló que su oponente era en realidad un pequeño Zorua.
Tras el impacto, al pequeño se le cayó su objeto de combate: la banda focus. En ese momento se escuchó un grito desde las gradas:
- Paren la pelea!
...
- Tenías que distraerte con esa piñata.
- Perdón Toxicroak, es que tenía dulces.
- Comes más que un Munchlax en un Coma todo lo que pueda. Y siempre los que salimos mal parados por culpa de tu estómago somos yo y el mocoso.
- No le digas mocoso, es el hijo del jefe.
- Espero que no se entere de esto.
- ¡Se va a enterar!
Dijo Banette interrumpiendo.
- Banette, querida amiga, ¡que sorpresa!
- ¿Desde cuando se llevan bien ustedes dos?
- Tu cierra la boca, panzón.
- Lo siento.
- Y bien, par de anfibios retrógrados, no van a ver que le pasó al pobre Zorua? O es que tienen otros robos que fastidiar?
- No, claro, ya íbamos de camino al hospital. ¿Pero que, estás demente? ¡Somos criminales buscados, no podemos aparecer en un hospital así como así!
- Pues más les vale que el enano salga del hospital en una pieza, o me encargaré personalmente de que ustedes sufran su mismo destino.
Dijo esto con un aire tan amenazante que congelaría al propio Moltres. Los anfibios no pudieron más que tragar saliva del miedo.
En el hospital, nuestros héroes, junto con un Audino acompañan al herido hacia la sala de rayos X para ver que tan herido estaba. El pequeño no paraba de aullar de dolor, lo que hacía que todos estuviesen preocupados. Sobre todo Braxien, que era la que había decidido llevarlos a todos. Mientras el doctor Audino hacía los exámenes pertinentes, a los cuatro chicos no les quedaba otra que conversar acerca de lo que había pasado, sobre todo porque Eevee y Axew no lo terminaban de procesar, al fin y al cabo todo había pasado demasiado rápido.
- No entiendo por qué ese Zorua se haría pasar por un pokémon mucho mayor que él.
Comentó Eevee.
- Eso no importa ahora, hay algo mucho más raro.
Dijo Braixen. Todos la miraron como intrigados, por lo que esta comenzó a hablar acerca de lo que ella había notado.
- Verán, como recordarán, mi tío es un Zoroark, por lo que creo que este pequeño podría ser mi... oh, no.
En ese instante, Braixen comprendió cuál fue su error y se sintió mal por aquel Zorua, por lo que casi se echa a llorar, pero se contuvo. Y en voz baja, aunque lo suficientemente fuerte como para ser oída, dijo.
- Si hubiese intentado leer la mente de Hitmonchan antes del combate, lo habría notado.
- No es tu culpa.
Dijo Riolu intentando consolarla.
- Si yo no lo hubiese subido al ring...
- Si no lo hubieses subido al ring, ese Mienfoo te habría machacado, no tenías ninguna posibilidad.
- Gracias por animarme, Axew.
Dijo Riolu con cierto sarcasmo.
- Pero es cierto, ¿no viste lo que llevaba? Era un pañuelo elegido, y con ese poder oculto...
- ¡Ya dejen de pensar en el estúpido combate! Tenemos que ver que el chico esté bien.
- ¡Cierto! Voy a buscar una Super Poción con sabor a Zresa.
Y tras decir esto, Riolu se fue en dirección a la farmacia del hospital. Eevee podía ser algo mandona cuando se lo proponía.Aún así, el ir a comprar esa super poción era algo completamente desinteresado, de hecho se gastó sus últimos ahorros en ello. Aunque fue en vano, pues cuando había regresado, Zorua ya estaba mejor.
- No tenía nada demasiado grave, un simple pulso cura y algo de reposo y estará como nuevo.
Dijo el doctor Audino muy relajado. Entonces, llegó un Mienfoo con una banda focus en la mano, este era ligeramente más alto que el del combate.
- ¡Hey! Tu eres el de recién. Oye, perdón si mi hermanito te dijo algo malo. No suele tener respeto hacia sus rivales.
- No hay por que pedir disculpas si tu no fuiste, además, no me ofendió en lo absoluto.
- ¡Gracias! Ehh, esto... creo que pertenece a tu compañero, iba a dárselo al doctor pero ya que estás aquí...
- Entiendo, pero quiero aclarar que no es precisamente mi compañero. En realidad yo pensé que era un Hitmonchan hasta que se rompió la ilusión.
- Si eso es cierto, entonces debo decírselo a Hawlucha, de otra forma podrías ser expulsado de todos los gimnasios del reino.
- Dime que estás exagerando.
- No exagero, la Liga Victoria es la Liga pokémon más importante en siglos, y los tramposos son castigados severamente.
- Entonces mejor no te entretengo.
- Oye, ¿tienes un teléfono?
- No, si he de ser sincero nunca me llamó la atención tener dinero o muchas cosas. Siempre fui feliz con poco.
- ¿En serio? Bueno, supongo que te puedo dejar mi móvil viejo, es muy básico pero sirve.
- ¿En serio? ¡Gracias!
- Una última cosa, te recomiendo que no te acerques al gimnasio en un par de días, Hawlucha cree que le viste la cara de idiota y tiene el temperamento de un Gyarados.
- jeje, bueno, será mejor que entre a ver que tal está el chico.
En lo que Riolu conversaba con Mienfoo, Toxicroak y Seismitoad entraban al hospital, ambos llevaban lentes oscuros y un sombrero de playa, Toxicroak llevaba además una camiseta que decía"Soy invisible, sólo me ven los idiotas" Y Banette, que estaba con ellos, estaba vestida de señorita: un vestido de un tono rosa que no combinaba nada con su piel, y también un gorro de playa, salvo que sin los lentes.
- Uyy, como permití que me rebajaran a esto?
Se quejó la fantasma.
- Ya cállate y disimula. Tenemos que encontrar al mocoso antes de que le pase algo.
Le dijo Toxicroak.
- Cierto, creo que lo mejor será preguntar en recepción.
- ¡No! Definitivamente no, podrían pedir nuestras identificaciones.
Gruñó Toxicroak.
- Entonces cubranme, tengo una idea.
Ordenó Banette.
Inmediatamente se fue al baño, se quitó el sombrero y lo demás y lo guardó en una de las casetas, para luego atravesar la puerta de la misma. Ella había notado que el baño de damas lindaba directamente con la recepción. Entonces se le ocurrió lo que estaba a punto de hacer. Primero asomó su cabeza para ver si era el momento oportuno y, efectivamente, ambas recepcionistas estaban lejos de una de las computadoras, una tomaba un café y la otra estaba buscando una historia clínica. Entonces sin que nadie la viera aprovechó el momento y usó espacio raro, eso le daría el tiempo suficiente para averiguar donde estaba Zorua.
- Sabes? Algo me decía que te conocería pronto.
Le dijo Zorua a su prima nada más entrar.
- Entonces si eres hijo de Zoroark?
- Si
Dijo el cachorro sin miedo alguno.
- Y que haces aquí exactamente?
- Estoy entrenando para ser un gran líder como mi papá!
Dijo muy feliz. Luego agregó.
- ¿Y no vas a presentarme a tus amigos, Braixen?
- Antes quiero que me digas por que hiciste algo tan estúpido como esto.
- Fueron esos dos batracios subnormales, creyeron que era una buena idea para entrenar.
En eso aparecieron los susodichos, y Banette, los tres mal disfrazados.
- ¡Enano!
- ¡Chicos! ¡Baney! ¡Que bien! Quiero presentarles a mi prima.
Entonces Seismitoad escupió el café que acababa de robar de la máquina expendedora.
- ¡¿Esa es tu prima?!
Preguntó Banette
- ¡Si! ¡Ella es!
Los demás habían estado sentados viendo esa conversación con miradas no muy agradables. Entonces se comenzó a notar una cierta hostilidad en el ambiente. Toxicroak en particular comenzó a barajar la posibilidad de que se desate un combate ahí mismo.
" No son más que niños, tenemos bastante ventaja por nivel, sin embargo puede que esa chica esté entrenada en ataque especial, y si conoce algún ataque psíquico estoy frito. Por otra parte ellos tienen un tipo normal y un tipo lucha, Banette seguramente campe a sus anchas por eso, pero podría terminar en empate. Y por otro lado mi viejo amigo... no es muy listo que digamos, creo que lo mejor será una retirada táctica."
- ¿Saben que? Tenemos cosas que hacer, mejor les dejamos al chico por unos días.
Con eso, los tres se fueron hacia fuera del hospital.
- ¿En que estabas pensando? ¿Vas a dejar al chico ahí? ¿Con ellos?
Reprochó muy enfadada la fantasma.
- No te preocupes, je, tengo una idea que ni Seismitoad en toda su idiotez puede arruinar.
- Bueno, aproveché para conseguir algo interesante.
Entonces Banette abrió uno de sus cierres y de ahí sacó dos cosas: El muñeco sustituto y el collar del Team White de Eevee.
En tanto que en la sala de descanso, Zorua invitó a los demás a unirse a la conversación que hasta entonces era entre el y su prima.
El primero en hablar fue Riolu.
- Me dieron esto.
Le dijo acercandole su banda focus.
- Gracias.
- Oye ¿se puede saber que hacías en un gimnasio de tipo lucha? Es muy peligroso para alguien de tu tipo, más con tu edad.
- En realidad fue idea de Toxicroak, el dijo que era para conseguir los boletos del Ferry Carracosta, que me ayudaría y que no pasaría nada.
- ¿Y por que le haces caso?
- Papá me dijo que le hiciera caso.
- Ya veo. ¿Y no podrías decirnos donde está tu papá?
- No. Sé que quieren hacerle daño.
- Riolu, yo me encargo de esto.
Interrumpió Braixen.
- Zorua, tu padre está haciendo cosas muy peligrosas, pero yo creo que tu ya sabes eso, ¿verdad?
- Si
Dijo algo apenado.
- Y tu estás preocupado por el, ¿cierto?
- Sí, estaba bastante raro antes de enviarme con esos dos.
- ¿Te digo algo? Si prometes ayudarnos a encontrarlo, te prometo que no le haremos nada malo.
Zorua pensó en ello por un momento, y en eso la enfermera Blissey abrió la puerta y dijo.
- Perdonen chicos, se acabó el horario de visitas.
Y así, Zorua se quedó pensando sobre la propuesta de su prima toda la noche. Por un lado sentía que era lo mejor ayudarla, pero no podía fallarle a su padre. ¿Que decidirá? Descubranlo en el próximo capítulo de Reinos Primigenios.