Autor Tema: [Teatro] La Belladona  (Leído 2085 veces)

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Entropía

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[Teatro] La Belladona
« en: 12 de Abril de 2017, 08:32:43 pm »
El otro día, mirando cosas antiguas del ordenador, me encontré con esta obra inconclusa que comencé a escribir hace poco más de 2 años, cuando iba a 4º de la ESO, como tarea de clase. En verdad se supone que tenía que ocupar una sola cara de libreta, pero después de entregarla se me fue la pinza y decidí que iba a crear una historia por completo.

En un principio la posteaba en un foro de pokémon que ya está muerto, pero nunca la llegué a finalizar porque, a pesar que las 7 primeras entradas (Todas menos el final) las escribí en apenas 2 meses, perdí el interés y nunca me digné a acabarla porque no quería darle un final que no estuviese inspirado al escribir.

Sin más dilatación, aquí la dejo tal y como la posteé en su momento hace un par de años, sin cambiar nada y, de nuevo, sin concluir a no ser que me dé la vena dramática.

PD2: Postearé 1 cuadro por semana. .
________________________________________________


Es la primera vez que hago algo de teatro (bueno, escrito) y no lo he hecho precisamente por placer, sino porque es la tarea que mandó la profesora de Lengua. Por suponer, se supone que ha de estar basado en un drama lorquiano, al menos eso me tocó a mí. No esperen nada del otro mundo si es que alguien lo llega a leer.

Lo dividiré en 3 actos, que a su vez irán divididos en (un número aún no pensado) cuadros al cambiar de escenario y cada post contendrá un cuadro.


Personajes:
LORENZA: 22 años. Irascible e impulsiva, aunque más sumisa que su hermana.
PRECIOSA: 18 años. Presumida y joven dispuesta a cambiar las tradiciones de la época.
VENANCIA: 53 años. Reina absoluta de todo lo que haya bajo su techo.
SIRVIENTA: 64 años. Metijona y chismosa que pondrá atención a todo lo que se diga en la casa.
ROSENDO: 22 años. Amado de PRECIOSA.
FERNANDO: 24 años. Amado de LORENZA.
MELQUIÁDES: 26 años. Comprometido de LORENZA.
VECINA 1 Y 2: 57 y 59 años. Cuentan todo lo que ven y escuchan.
BELLADONA: Señal de la mala suerte que aparecerá en forma de canción o poesía.


« Última modificación: 03 de Agosto de 2017, 01:40:34 am por Entropía »




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Re:[Teatro] La Belladona
« Respuesta #1 en: 12 de Abril de 2017, 08:54:20 pm »

Cuadro Primero

Empieza en un patio andaluz con paredes pulidas y pintadas en blanco e iluminadas por el sol matutino. Decenas de macetas cuelgan de las ventanas que dan a éste. En el centro, LORENZA cuidando a su planta favorita, la Belladona.

PRECIOSA: (Asomándose a la puerta del patio) Últimamente cuidas más a ese montón de hojas que a tu familia.
LORENZA: A la que se lo merezca.
PRECIOSA: Pues más que yo…
LORENZA: ¿Y tú dónde vas así vestida? Que ya sabes lo que se dice, que quien luce entre las ollas…
PRECIOSA: Cómo si me importase relucir entre señoras. (Ríe) A mí quien me importa es ROSENDO.
LORENZA: (Con cierta envidia) ¿Es que viene hoy?
PRECIOSA: Sí.
LORENZA: Pues como FERNANDO.
PRECIOSA: Pues le dices a madre que nos vamos al campo y nos escapamos los cuatro.
LORENZA: ¡Mira tú por donde, díselo tú que es tu idea!
PRECIOSA: Sabes bien que en mí no confía ni así. (Pone la uña del pulgar en la segunda falange del dedo índice)
LORENZA: ¡Pues porque saco beneficio que si no… otro gallo cantaría!
PRECIOSA: ¡Tú pídeme algo, Judas!
LORENZA: Que te pongas algo más juicioso, que si padre viniese y te viera así te lloverían de palos que pa’ qué.
PRECIOSA: Que yo no soy de su quinta, que esto lo llevan las familias adineradas y nosotras no somos precisamente pobres.

(Suena la puerta de la calle)
VECINA 1: (En voz baja) VENANCIA, VENANCIA, ábreme que te cuente.
PRECIOSA: (Poniendo oreja) Otra vez esa mala lengua, ya viene, ya.
LORENZA: (Acercándose a PRECIOSA) Yo la recibiría a escobazos y le limpiaría esa boca que echa na’ más que veneno. A ver con que viene ahora.
VENANCIA: Pasa, pasa para dentro.
VECINA 1: Pues no te vas a creer, ¡qué ha venido una familia de bien! (Caminando pomposamente)… Y lo mejor es que traen a un buen muchacho y no a un gañán como estos. (Con cara de asco)
VENANCIA: ¡Y eso a mí qué me toca! A emparejar te vas con tu hijo el Lagarto.
VECINA 1: No se te cayesen los dientes. Que no es para ti, que tú estás demasiado vieja para ese mocico. Es para la LORENZA, que últimamente la veo mucho por la calle y no tiene buena pinta…
PRECIOSA: (Ríe a carcajadas) Ya mismo te veo con diamantes de aquí pa’llá.
LORENZA: ¡Es que… (Se contiene) sujeta! (Le da la cubeta a su hermana y entra a casa) ¡Tú llama a madre para que no oiga!
PRECIOSA: ¡Madre, venga!

(PRECIOSA y VENANCIA se dirigen hacia el patio)
LORENZA: (A VECINA 1) No venga de celestina, que yo estoy muy bien como estoy y no me voy a comprometer con un hombre por tierras, eso en los tiempos de Matusalén…
VECINA 1: Pero niña, eres una lob… (Es interrumpida)
LORENZA: (Coge la escoba) ¡Qué se vaya si no quiere que se lo rompa en la crisma, hombre ya!
VECINA 1: ¡Bruja, bruja! (Se va)
VENANCIA: ¡Y esos gritos! (cogiendo a LORENZA del codo y zarandeándola)
LORENZA: Pues que se ha puesto a insultar nuestro apellido y no iba a quedarme de brazos cruzados, madre.
VENANCIA: Déjala, déjala, que la envidia le corroe por dentro.
PRECIOSA: ¡Ah,  LORENZA quería preguntarle algo!
VENANCIA: Pues que diga.
LORENZA: ¿Podemos ir al campo por la tarde? Ya acabamos todo.
VENANCIA: Pues yo veo polvo y de aquí no salís hasta que esto esté como los chorros del oro.
PRECIOSA: ¡Y la que limpia qué hace luego!
VENANCIA: Lo que a mí me venga en gana. ¡Como el oro he dicho! Y LORENZA, tú ven aquí que tengo que decirte unas cosas. (Se la lleva al patio de nuevo) Me ha dicho la Lagarta que ha venido un mozo nuevo que tiene para dar y regalar, así, de tu edad…
LORENZA: Y qué me cuenta usted con eso. Yo nunca haría nada como eso por un puñado de monedas.
VENANCIA: Que no son monedas, niña. ¡Qué son hasta tierras!
LORENZA: ¡Cómo si es el palacio ese de los reyes, madre!
VENANCIA: (Pegándole en la cara) ¡Qué estás en mi casa, me tratas como la madre que soy y mientras vivas bajo mi techo (Pone énfasis en el mi), harás lo que yo te diga! Yo misma planificaré todo, hasta vuestro encuentro.
LORENZA: (Llorando) Pero madre…
VENANCIA: ¡Y ya está todo dicho! Punto en boca.


Telón rápido.
« Última modificación: 03 de Agosto de 2017, 01:40:05 am por Entropía »


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Re:[Teatro] La Belladona
« Respuesta #2 en: 20 de Abril de 2017, 04:25:48 am »

Cuadro Segundo

Telón rápido

Ese mismo día. El sol está en su punto más alto. PRECIOSA y LORENZA intentan escapar por la ventana de su casa para ver a sus queridos. Al otro lado, FERNANDO y ROSENDO les esperan.

PRECIOSA: ¡Venga y sal ya! Que de aquí a nada llega la guardiana.
SIRVIENTA: ¡Ay por Dios que se me matan! (Llevándose las manos a la boca y corriendo hacia la ventana) Bajen de ahí ahora mismo si no quieren que lo cuente.
PRECIOSA: Si te estás callada te doy 200 pesetas.
SIRVIENTA: ¡Y si viene su madre! Le salen rabos y cuernos.
LORENZA: ¡No le des explicaciones! (Saltando desde la ventana)

(Ambas salen corriendo calle arriba hasta llegar al lugar donde esperaban FERNANDO y ROSENDO, de los que se cogen del brazo sin ningún reparo)
ROSENDO: (Bromeando) ¿Y esos ropajes?
LORENZA: Eso mismo dije yo, mira, sacúdete los faldones (Golpea la falda de su hermana)
FERNANDO: ¿Cómo ha ido todo?
PRECIOSA: Pues que a tu futura esposa la quieren enredar con un extranjero. (Recibe un codazo de LORENZA) y se lo está pensando (Ríe)
LORENZA: ¡Pero qué le he dicho que no! ¡Qué antes muero sin heredero!
FERNANDO: ¡Pues que no me entere yo, que yo le espero y le pego una buena zurra!
LORENZA: Que no, que no… Y dejemos ya el tema que hace nada discutí por eso mismo y no quiero que se repita.
ROSENDO: ¿Y para qué te van a querer llevar al altar con ese?
PRECIOSA: Pues por los dineros, que son muy malos.
ROSENDO: Entonces no sé qué hace en este pueblo.
LORENZA: Pues eso digo yo… Pa’ molestar na’ más.   
PRECIOSA: LORENZA, acompáñame que necesito ir al servicio.

(Ambas se van)
ROSENDO: ¿Y tú qué dices de todo esto? ¡Yo ni respondía! ¡Eso la víbora de la madre, qué sólo quiere aparentar!
FERNANDO: ¡Ni voy a hacerlo porque me voy de aquí! ¡Qué ésta se va con el de los bolsillos llenos, qué lo veo venir! Cuando venga le dices que le espere su marido.
ROSENDO: ¡Cómo te va a hacer eso, tú estás loco! (Agarrándolo del hombro para que no se vaya) ¡Qué la VENANCIA podrá decir lo que quiera pero que su hija no es así de mala! Que ella no se va a ir con ese por unas tierras.
FERNANDO: ¡Y a ti como si te hubiesen dado vela por aquí, tú a la tuya! Que si ese quiere llevársela, se la camele como hice yo.
ROSENDO: Qué no lo va a hacer… (Intenta tranquilizarle) si esos a las únicas que camelan son a las pelanduscas.
FERNANDO: (Alejándose) Pues que se vaya a un lupanar si no lo consigue.

(LORENZA y PRECIOSA llegan a escena riendo y parloteando)
LORENZA: (Temiéndose lo peor) ¿Y FERNANDO?
ROSENDO: Ha tenido que irse.
LORENZA: ¡Mentira, mentira! (Tirándose al cuello de ROSENDO) ¡Qué se ha ido por mi culpa!
ROSENDO: ¡Para loca!
PRECIOSA: ¡Tú, suéltale!
LORENZA: ¡FERNANDO! (Calle abajo, gritando y llorando)

(LORENZA desaparece y entra la VECINA 2)
PRECIOSA: Últimamente está na’ más que llorando.
ROSENDO: Pues si llora menos mea, porque es tu hermana que si no la apartaba a mi manera. Cúchala.
VECINA 2: ¿Qué son esas voces, niña?
PRECIOSA: Oiga, métase usted para dentro no le vaya a dar un golpe de calor y mañana tengamos que ir de entierro.
VECINA 2: ¿Otra vez con estos delincuentes? Tendrás a la VENANCIA contenta.
PRECIOSA: ¡Contentísima! Para espiar te vas detrás de la fulana de tu hija. (la VECINA 2 sale indignada)
ROSENDO: (En voz baja) ¡PRECIOSA!
PRECIOSA: ¡Y tú defiéndeme, que al final vamos a gobernar nosotras!
ROSENDO: Entonces dime, ¿qué pasa con tu hermana?
PRECIOSA: Que ha venido la Lagarta a casa esta mañana y le ha contado a mi madre… pues eso, que un muchacho, MELQUIADES o algo así, ha venido al pueblo en busca de una que le resuelva la vida.
ROSENDO: ¿Y qué ha pasado?
PRECIOSA: Pues que ya sabes tú que a mi hermana no le gusta venderse a esa calaña. Que ella es muy suya y se lo ha dicho bien claro a madre y ella… pues claro, le ha atizado… (Se lleva la mano a la cabeza) pero fuerte fuerte.
ROSENDO: ¿Y tú qué tan valiente eres te quedas ahí?
PRECIOSA: ¡Válgame! (Moviendo el brazo de arriba abajo) ¡Qué eso parece una cárcel! Digo algo y recibo más que ella. Pero que ya verás tú como esto lo pasan, que ahora porque están en caliente pero que yo hoy hablo con la histérica de la LORENZA, ya verás, ya. Si esto es una tontería.
ROSENDO: Pues que Dios te oiga (Poniendo la mano sobre la de PRECIOSA)
PRECIOSA: Y yo me voy yendo ya, que como haya llegado a casa y a madre le dé por preguntar…
ROSENDO: Espera PRECIOSA… ¿Y si ese tuviese un hermano? ¿Tú me abandonarías?
PRECIOSA: Pero qué cosas tienes hijo de mi vida (Acariciándole el cuello) ¡Pues claro! (Se va riendo)


Telón rápido.
« Última modificación: 03 de Agosto de 2017, 01:39:55 am por Entropía »


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Re:[Teatro] La Belladona
« Respuesta #3 en: 28 de Abril de 2017, 05:26:11 am »
Dije que publicaría los miércoles but los exámenes.
__________________________________________


Cuadro Tercero

Telón rápido

La madrugada de ese mismo día. Luna llena. En el escenario, LORENZA se encuentra vestida de blanco y un velo negro sobre la cabeza que coge con una mano. Al otro lado, una ventana que da a casa de FERNANDO.

LORENZA: (A sí misma) No, no puedo. Seguro que está intentando olvidarme, no puedo dejar que me vea de nuevo. ¡Todo por mi culpa! Tuve que haberle tapado esa sucia boca a madre antes de decirlo, que digo antes, en cuanto tuve la ocasión. Jamás juraré amor eterno a ese fardón, que si sólo ha de utilizar el dinero será por algo.
(Se escuchan ruidos extraños y LORENZA se esconde)
FERNANDO: (Saliendo con escopeta en mano) Prometo que dispararé a la mínima.
LORENZA: FERNANDO… Soy yo… No quise hacerte daño ni vine con ese propósito.
FERNANDO: (Sin dejar de apuntarla) Si no quisieras hacérmelo ni te habrías molestado en pisar estos lares. Y ahora vete de aquí si no quieres salir de escopeteada... Y no precisamente corriendo.
LORENZA: (Cayendo de rodillas frente la ventana y poniendo la manos a modo de rezo) ¡No, por favor! Ruego que me perdones. (Cogiendo una mano de su amado)
FERNANDO: ¡Qué no LORENZA! (La aparta) ¡Que bastante deshonrado estoy tras enterarme que mi apellido es tratado como la escoria que tú y toda tu casta lo considera! Seguro que los cuartos de ese le darán la fama al vuestro que la buscona de tu abuela echó a perder.
LORENZA: ¡Pues eso tiene solución! (Forcejea para quitarle el arma y lo consigue)
FERNANDO: (Intentando no hacer demasiado ruido) ¡Cállate y trae eso ahora mismo!
LORENZA: Mataré al que nos ha separado.
FERNANDO: ¡Qué lo traigas!
LORENZA: ¡Párate ahí! No quiero tener que disparar.
FERNANDO: No está cargada siquiera (Le arrebata la escopeta de las manos). Deja de comportarte como una cría.

(LORENZA se aleja cabizbaja)
FERNANDO: ¿Y cuándo se te ponga delante para pedirte matrimonio? ¿y eso qué?
LORENZA: (Girándose) Pues que le diré la verdad, que yo a él no le deseo y le tiraré un plato encima si es necesario para que se entere. (Ríe) ¿Ves? Tú eres el único que eres capaz de hacerme reír incluso en estos momentos. ¡Qué tú bien sabes que todo esto lo haces por orgullo! FERNANDO, que yo no nací ayer.
FERNANDO: ¡Y qué es lo que quieres que haga, si tu madre empieza a soltar veneno nada más verme! Además, tú qué vas a saber de eso.
LORENZA: Qué no lo sé dice… (Mirando al cielo) ¡qué baje Dios y lo vea! Y madre es así, perro ladrador… (Acercándose y por lo bajo) A mí no me tengas pensado utilizarme, qué igual que te digo que has sido y serás mi único hombre, lío el petate y hasta nunca.
FERNANDO: (Cogiéndola de las manos) Pues si te vas, sabrás que yo te seguiré allá donde vayas.(Se besan)


Telón lento.

BELLADONA: Yo que en agua estancada estoy, tú en roja te encontrarás. Que de mala madre, hija más y todo pagarás.

« Última modificación: 03 de Agosto de 2017, 01:39:42 am por Entropía »


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Re:[Teatro] La Belladona
« Respuesta #4 en: 10 de Mayo de 2017, 06:27:40 am »

Cuadro Primero

Telón lento

Un par de semanas más tarde al primer acto. En la sala de la casa de VENANCIA, iluminada por los rayos de la mañana. Una gran mesa en el centro y varias sillas repletas de vestidos y prendas llamativas. En el escenario, las tres señoras de la casa y la SIRVIENTA.

VENANCIA: Vístela como una doncella.
PRECIOSA: (Con recelo) Pero si parece estar envuelta en una mortaja.
SIRVIENTA: Diga usted que no, que va a hacer furor. (Ajustándole la cintura a LORENZA)
PRECIOSA: Por la cara que pone me parece a mí que es lo que menos quisiera hacer.
VENANCIA: No me convence… (A PRECIOSA) Anda niña, tráete los vestidos que quedan. (Abriendo su abanico y haciendo uso de él)
LORENZA: (A SIRVIENTA) Y tú no aprietes más, o no ves que me estás dejando seca.
VENANCIA: ¡Encima que es por tu bien, ya me lo agradecerás, ya!

(PRECIOSA vuelve a entrar con varios ropajes en brazos, las deja en la silla)
VENANCIA: Venga, quítate eso y ponte este otro, que parece que te va a quedar bien.
PRECIOSA: (Ríe) Nada le queda bien.
VENANCIA: Y fue a hablar la más indicada, tú lo que tienes es envidia. Tira que no te vea, ¡qué no te vea, eh! (Amenazándola con el abanico)
SIRVIENTA: Anda, trae que la desvista.
LORENZA: María, que yo sé cambiarme sola, tengo que ir baño y ya vuelvo cambiada.

(Tanto PRECIOSA como LORENZA desaparecen del escenario)
SIRVIENTA: ¿Y cuándo viene el zagal?
VENANCIA: Tú para qué quieres saberlo.
SIRVIENTA: Tendré que salir a hacer la compra… Dígame usted sino que come, se queda esmallao el éste… (Intenta recordar) ¿MELQUIÁDES se llamaba, no?
VENANCIA: ¡Ya estás preguntando de más! Vendrá cuando tenga que venir. (Pausa) Ve a ver cómo va la niña.


(VENANCIA se queda sola en el escenario. LORENZA y SIRVIENTA vuelven)

SIRVIENTA: ¡Mire como está! ¡Mire usted! (Con los brazos en alto de alegría) Ole, ole y ole... Esto es una mujer y lo demás tonterías.
VENANCIA: Muy guapa... sí señor. (Andando alrededor de su hija y mirándola de arriba abajo) Pero mira, no me gusta cómo queda eso (Señala la parte baja de la falda)
SIRVIENTA: A eso le doy yo ahora mismo un pespunte y queda como nuevo.
VENANCIA: ¿Hay tiempo?
SIRVIENTA: Peor no va a quedar, eso se lo aseguro.
VENANCIA: ¿Y a qué espera, a qué se haga de noche? (A LORENZA) Quítate el traje, anda. (Al verla alejarse) Pero hombre, aquí para que no pierdas más tiempo, trae.
LORENZA: Madre que no, que no me siento cómoda con... (Pausa) Que no me siento cómoda.
VENANCIA: María salga, por favor.

(SIRVIENTA sale y LORENZA se pone de espaldas a VENANCIA para cambiarse)
LORENZA: Qué sepa que lo hago por usted.

Los focos se apagan, dejando el escenario en total penumbra.
______________________________________

Se vuelven a encender.

La misma noche. La misma sala con la misma mesa, sólo que ahora recogida y engalanada con vajilla regia, faldillas cosidas a mano con retoques dorados y fuertemente iluminada. Aparece LORENZA vestida con el traje escogido y es seguida por VENANCIA, igual o más elegante, y PRECIOSA, algo más ordinaria.

VENANCIA: ¡Vete de aquí! (A PRECIOSA)
PRECIOSA: No pensará darle de comer a un desconocido y dejar a su hija con esta hambre.
VENANCIA: Ese hombre hecho y derecho será tu cuñado, más te vale cuidar lo que le dices. (Amenazándola)

(Tocan a la puerta)
PRECIOSA: (A la misma vez que su madre, cogiendo las manos de su hermana) Suerte con este sobón. (Se va rápido)
VENANCIA: (A la misma vez que su hija) Uy, éste va a ser, venga, venga.

(Aparece MELQUIÁDES)

VENANCIA: Bienvenido. Siéntase libre de hacer lo que le parezca, esta es como su casa. (Con intención) Quizá no tan grande como la suya, pero no hay que quejarse con los tiempos que corren.
MELQUIÁDES: Gracias.
VENANCIA: Y ésta es mi hija mayor, LORENZA. Seguro que os acabáis llevando muy bien, quien sabe hasta lo que podría ocurrir.
LORENZA: (Extendiendo su mano) En… Encantada.
MELQUIÁDES: El placer es mío. Permítame decirle que está hermosa.
VENANCIA: (Sonrojada) Oy, pero tutéela.

(Entra SIRVIENTA)
SIRVIENTA: La cena ya está lista, ¿desean tomarla? (MELQUIADES afirma con la cabeza)
VENANCIA: (Yéndose) Sí, podéis ir tomando asiento mientras miro unas cosas.
MELQUIÁDES: (Sentándose) Bueno, ¿qué tal? Perdona si le hago caso a tu madre en tutearte.
LORENZA: ¡No! (Histérica) Usted ni siquiera debería estar aquí. Si lo que quería es comer de gratis, lo ha conseguido, porque otra cosa no.
MELQUIÁDES: (Con malicia) Veamos si eso puede cambiar en lo que queda de noche.

(Vuelve a entrar VENANCIA)
VENANCIA: Me gustaría dejarles solos, pero no me fío… (Intentando tomar asiento)
MELQUIÁDES: ¿De mí? Juro que no ten…
VENANCIA: (Interrumpiéndole) No, no, no se preocupe. Lo digo por LORENZA, que es muy joven… ¡Qué es muy educada y una señora! Pero últimamente está de un rebelde… (Algo nerviosa)
LORENZA: Quizá no estaría así si dejase de emparejarme con estos don Nadie por dinero.
VENANCIA: (Pegándole una guantada) ¡Ve lo que le digo! ¡Y mira qué me duele a mí más, pero si no no escarmienta!
MELQUIÁDES: Déjelo, por favor. No creo que haga nada estando yo aquí, puede irse.
VENANCIA: ¿De verdad? (Levantándose) Llámeme si ocurre algo. (Sale haciéndole un gesto de advertencia a su hija)
LORENZA: Gracias (Mirando hacia abajo)

(MELQUIÁDES le coge de la mano)
Telón rápido

« Última modificación: 03 de Agosto de 2017, 01:39:28 am por Entropía »


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Re:[Teatro] La Belladona
« Respuesta #5 en: 20 de Mayo de 2017, 06:57:38 am »

Cuadro Segundo

Telón rápido

La mañana siguiente a los acontecimientos del anterior acto. Habitación de LORENZA, totalmente a oscuras. Destacamos una cama grande para ser individual, un armario y una mesita de noche. LORENZA se encuentra acostada, aunque no muy cómoda.

(Aparece PRECIOSA y se lanza sobre la cama de su hermana)
PRECIOSA: (Zarandeándola con efusividad) LORENZA, ya me puedes estar contando todo que de lo poco que me pude asomar no oí nada importante. (Silencio) Ahora verás, voy a abrir la ventana de par en par.
(Cumple con la amenaza y todo se ilumina)
PRECIOSA: (Mirando a lo lejos) ¿Tú sabes por qué sigue la luna ahí si es de día?
LORENZA: Cierra eso ahora mismo.
PRECIOSA: No hasta que me lo cuentes (Sentándose en la cama)
LORENZA: (Amenazante) Te cuento 3.
PRECIOSA: ¿Os besasteis?
LORENZA: 1...
PRECIOSA: (Con intención) Dime, dime. ¿Le engatusaste con tu lengua de víbora?
LORENZA: 2...
PRECIOSA: ¿A qué hora se fue? Porque yo lo oí a eso de las u...
LORENZA 3, ya se ha acaba'o. (Se levanta y coge a PRECIOSA del brazo hasta llevarla a la puerta)
PRECIOSA: (Se suelta, enfadada) ¡Que coraje me da que seas así, josú! Es que de verdad, no puedo contigo, no puedo.
LORENZA: Pero si has sido tú la que te has presentado aquí. Yo no sé quién te ha dicho que entres.
PRECIOSA: Porque yo mando en mí.
LORENZA: Sí, será eso.
PRECIOSA: Bueno, ¿me vas a contar o no? ¡que yo tengo mejores cosas que hacer! (Se levanta y empieza a dar vueltas)
LORENZA: ¿Cómo qué?
PRECIOSA: A ti que te lo pienso decir, pues cosas.
LORENZA: Mira, pues con ese vestido así tan verde sólo se me ocurre una. No sé a qué esperas para cerrar esa puerta.

(PRECIOSA la cierra)
PRECIOSA: (Impaciente) Ya puedes estar contando.
LORENZA: ¿El qué?
PRECIOSA: Lo que has soñado... ¡Pues qué va a ser, alma de cántaro!
LORENZA: Ah. (En voz baja) Pues nada... Vino, comió y se fue.
PRECIOSA: Hombre, irse está claro que se fue, pero a mí me importa lo que hicisteis las 4 horas esas de entre medias.
LORENZA: Hablamos.
PRECIOSA: ¡Y te cogió de la mano! ¡Qué lo vi yo! (Se palmea el regazo)
LORENZA: ¡Embustera! ¡no hicimos eso!
PRECIOSA: Ay que no. Por pasar no pasa nada, a ver, está claro que FERNANDO no le llega ni a la suela de los zapatos a éste.
LORENZA: Cucha, ¡ni ROSENDO!
PRECIOSA: (Resopla) Ea. Tiene buena percha, ¿no?
LORENZA: Bueno... (Ríe) Pero no será de trabajar. ¡Qué éste no da palo al agua!
PRECIOSA: Como que es un mantenido...
LORENZA: No, mantenido no, de ciudad.
PRECIOSA: Eso, señoritingo.

(Pausa larga)
PRECIOSA: Mira, déjate de rodeos. Sé que te sientes atraída.
LORENZA: ¡Qué dices!
PRECIOSA: ¡Cómo que qué digo! ¡Pues lo que oyes LORENZA, lo que oyes! ¿Es qué no te escuchas como hablas de él? (Pone sus manos en su corazón y parpadea rápidamente a modo de mofa)
LORENZA: Pero si no puedo quererlo, no voy a hacer algo para que resulte imposible.
PRECIOSA: Para una vez que a madre la tendrías contenta...
LORENZA: Nadie la nombró.
PRECIOSA: ¿Entonces?
LORENZA: Como tú dices: pues cosas.
PRECIOSA: ¡Vengativa! (Enfadada)

(La SIRVIENTA entra)
SIRVIENTA: Uy, ¿se puede?
PRECIOSA: Anda que tú también… ya estás dentro.
LORENZA: (Seca) No.
SIRVIENTA: A mí me ha dicho VENANCIA que pase y yo paso.
LORENZA: Y yo que salgas y sales.
SIRVIENTA: Sí, pero no es usted la que me paga el jornal.
LORENZA: Yo echo toda la cochambre que tú limpias. (…) Y por eso estás aquí (Arrogante)
SIRVIENTA: ¿Ya se te ha pegado las formas de los ricos? Pues menos esté que te despiertes, que tú a más no aspiras.

(Sale)
PRECIOSA: ¡Cómo me repatea! sigue, anda.
LORENZA: Pues eso, no hay más.
PRECIOSA: ¿Piensas dejarme con esta intriga?
LORENZA: Sí.
PRECIOSA: Yo de aquí no me muevo.
LORENZA: ¿Quieres saberlo? ¿Sí? (Afirma con la cabeza) Pues muy bien, creo que estoy...

(Pausa)
PRECIOSA: ¿Enamorada?
LORENZA: Ojalá sólo fuese eso.
PRECIOSA: Te estoy esperando...
LORENZA: Embarazada, preñada o cómo quieras llamarlo. (Agarrando las sábanas)
PRECIOSA: ¿Qué dices? (Se asusta) A ti tu supuesto celibato te afecta (Tiene una risa nerviosa)

(LORENZA rompe a llorar)
PRECIOSA: LORENZA… Pero si sólo ha pasado un día.
LORENZA: ¡Qué día! (Agarrando a PRECIOSA del brazo y zarandeándola) ¡Acaso no te acuerdas de cuando quedamos con ROSENDO y FERNANDO  hace dos meses!
PRECIOSA: (Tapándose la boca) ¡Pero si... si os peleasteis! ¡LORENZA estas bromas son de muy mal gusto!
LORENZA: Esa misma noche me escapé. (Arrodillándose en el suelo)
PRECIOSA: ¿Pe-pero estás segura?
LORENZA: ¡¡PRECIOSA!! (Se tapa la boca corriendo)
PRECIOSA: Ve preparando el traje y los preparativos antes de que se te note.
LORENZA: ¿Qué? (Preocupada)
PRECIOSA: Te tienes que casar con MELQUIÁDES, ahora mismo. Siempre puedes decir que fue sietemesino.
LORENZA: ¡Cómo voy a hacer eso, este hijo es de FERNANDO! (Niega repetidamente con la cabeza y se seca las lágrimas)
PRECIOSA: Cómo si es del ángel Gabriel, ¿te enteras?. No me gustaría tener que enterrarte pronto.
LORENZA: Yo tengo que irme de aquí con  mi hijo.
PRECIOSA: ¡Y te dignarás a dejarme aquí! Bueno, que digo digna, furcia.
LORENZA: ¡Cállate! (Se dirige hacia la puerta corriendo)

(VENANCIA y SIRVIENTA entran y chocan contra LORENZA)
VENANCIA: ¡¡De aquí sólo vas a salir como salió tu difunta abuela!! (Golpeándola)
PRECIOSA: ¡Madre! (Se abalanza sobre ella)
SIRVIENTA: ¡VENANCIA déjela!
VENANCIA: ¡¿Crees que soy estúpida?! La desgracia de la familia (Escupiéndole sin dejar de golpear), así te tenías que haber llamado. ¡Mala, qué eso es lo que eres! ¡Buscona, eres la peste en persona!
PRECIOSA: (Llorando) Cógela María. (Forcejeando con su madre)
SIRVIENTA: ¡Para le he dicho! (Cogiéndole de las manos)
VENANCIA: ¡Hasta que muera! Por eso te tapabas ayer, no eres tú lista ni na’.

(VENANCIA es arrastrada fuera de la habitación)

Telón lento
« Última modificación: 03 de Agosto de 2017, 01:39:14 am por Entropía »


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Re:[Teatro] La Belladona
« Respuesta #6 en: 16 de Junio de 2017, 05:03:56 am »

Cuadro Primero

Telón lento

Unas semanas más tarde al acto anterior. Nos encontramos en pleno verano. El sol brilla e ilumina el patio, nuestro escenario. En el centro, PRECIOSA regando las tan apreciadas plantas de LORENZA: rosas, amapolas, hierbas varias y la belladona.

PRECIOSA:
(Tarareando algo mientras riega todas las macetas)
Las lavanderas, y olé y olé,
ya están aquí,
y en ellas llevan la sal, la sal
que hay en Madrid.
(Entra la SIRVIENTA con un cesto de mimbre lleno de trapos)
SIRVIENTA:
Como buenas lavanderas,
criadas en esta ciudad,
con permiso del alcalde
todas vamos a cantar.
(Ambas al unísono)
Vamos a lavar,
vamos a lavar,
vamos a la piedra
a zapatear.
SIRVIENTA: Anda, más trabajar y menos cantar, que ni somos de capital ni nada (Coge un trapo  y lo sacude)
PRECIOSA: Sí, mejor será.

(Se escucha un ruido)
SIRVIENTA: Parece que tu hermana por fin se ha levantado.
PRECIOSA: Vale. (Seca)
SIRVIENTA: (Con intención) La veo muy mal.
PRECIOSA: María... Perdió a su hijo por madre, no esperes que se levante bailando.
SIRVIENTA: ¿Y qué hace que no hace nada? Si mi madre me hubiese hecho eso...  (Se coloca una mano en la cintura y mueve el trapo de la otra con agresividad) ¡Otro gallo cantaría!
PRECIOSA: Te estabas quietecica.
SIRVIENTA: (Ignorándola) LORENZA es muy buena niña y no se merece estar así. A ver... Que no es su culpa, pero todo el daño ya está hecho y no se va a refugiar en el luto porque no me da la gana. A tu hermana la saco yo, vamos, en procesión si hace falta.
PRECIOSA: Que más quisiera ella que todo el daño se hubiese acabado, María. (Resopla)
SIRVIENTA: (Intrigada) ¿Cómo?
PRECIOSA: Nada. Ya se me va hasta la cabeza.
SIRVIENTA: Y yo me chupo el de’o. ¿No?
PRECIOSA: Ven. (…) ¡Corre hija!

(La SIRVIENTA se acerca a PRECIOSA con un trote torpe)
PRECIOSA: Tú ya sabes que MELQUIADES viene muy seguido ¿no?
SIRVIENTA: Já. (Enfadada) ¡Cómo que soy yo la que limpia todo lo que el muchacho va soltando!
PRECIOSA: Pues mira.
SIRVIENTA: A ver. (Se acerca todavía más)
PRECIOSA: A FERNANDO eso le ha tenido que afectar de alguna manera.
SIRVIENTA: ¿Y eso?
PRECIOSA: ¿¡Cómo qué y eso?! Parece mentira que tengas la edad que tienes. (La agarra del brazo y empieza a susurrarle en la oreja) María, que se está muriendo de los celos que le entran en cuanto que oye su nombre.
SIRVIENTA: (...) Hombre, no es plato de buen gusto que tu compañera esté medio comprometida con otro.
PRECIOSA: ¿Pero que le pegue?
SIRVIENTA: (Tapándose la boca a modo de asombro) ¿Le da? (Gesticulando una zurra)
PRECIOSA: ¿Que si le da...? Lo de madre no fue nada, a mí me da hasta vergüenza.
SIRVIENTA: No exageres. (Se aleja algo defraudada) Un buen golpe nunca está de más, todos tenemos que escarmentar.
PRECIOSA: ¡Otra! ¡Pues no! Si no queda con el chico, madre y si queda, FERNANDO. No sé ni cómo está en pie.
SIRVIENTA: No sé cómo lo consigues que siempre me pones mal cuerpo. (…) (Melosa) Anda… Cuéntame algo de ti y de ROSENDO
PRECIOSA: ¿Y qué me oiga mi hermana? Vete a hacer la comida y déjate de tantos chismorreos, que falta te hace (La empuja fuera del patio)
SIRVIENTA: (Susurrando) Terca…

(Sale. PRECIOSA se queda sola en el patio para irse más tarde)
Telón rápido.
Telón rápido.

Hora del almuerzo. Los 4 personajes que habitan la casa se encuentran en el salón. Unas cuantas sillas y una mesa con varios platos decoran la sala.

VENANCIA: ¿Qué tal os fue el día? (Mirando a sus dos hijas)
PRECIOSA: Bien. María y yo estuvimos regando las plantas y barriendo el patio.
VENANCIA: Y a saber de lo que hablaríais... (Llevando la cuchara de sopa a la boca)

(Pausa)
VENANCIA: Tengo una cosa que me parece que os gustará y os despejará un rato.
SIRVIENTA: (En voz baja) A saber que pretende.

(VENANCIA deja un panfleto en la mesa que es rápidamente recogido por PRECIOSA)
PRECIOSA: (Leyendo con algo de dificultad) Aprenda a coser y (...) Demuéstrele a todos que tan perfectas prendas para su marido e hijos es capaz de confeccionar (...)
SIRVIENTA: (Se lo arranca de las manos) Oy oy oy, que ilusión. (Llevándose una mano a la barbilla) Si tan sólo hubiese habido de esto en mi época.
VENANCIA: ¿Y bien? Creedme que lo vais a necesitar.
PRECIOSA: Pero si yo ya sé. Dígaselo a su otra hija. (La señala)

(Nadie contesta)
VENANCIA: (Levantándose con un cubierto en mano) LORENZA, no sé porque te comportas así, pero soy tu madre y cuando te pregunte, me respondes. El papel de victimismo no te conviene conmigo. (Amenazante)
LORENZA: (Mirando a su plato) No madre, no lo necesito.
VENANCIA: Y es una pena que ya haya decidido yo por ti.
LORENZA: Y es una pena que vayas a malgastar lo poco que tienes para que su hija, yo, no vaya a asistir a eso.
VENANCIA: (Resentida por el comentario del dinero) Me lo agradecerás un futuro.
LORENZA: No creo que mi único futuro sea coser para mi amado hombre.
VENANCIA: (Al oído) Desagradecida, espero que nunca tengas a nadie bajo tu techo.
LORENZA: Ese es el valor que me ha inculcado, sí, el de ser una desagradecida. Espero que sea usted la que tome esas clases para ser la madre perfecta porque parece que no lo consiguió.
SIRVIENTA: (Interrumpe) Recogeré.
VENANCIA: Recogerás cuando yo lo mande ¿o también vas a rebelarte? (Se sienta exhausta) Recoge.

(Todas se levantan y se van por su lado)
Telón rápido
« Última modificación: 03 de Agosto de 2017, 01:38:56 am por Entropía »


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Re:[Teatro] La Belladona
« Respuesta #7 en: 03 de Julio de 2017, 11:24:15 pm »
 Este capítulo lo he tardado un poco más en postear porque lo he tenido que modificar casi por completo. La estructura del que tenía escrito desde hace 2 años no me gustaba en absoluto y lo notaba un poco artificioso. No suelo escribir poesía/canción (Básicamente nunca), así que he intentado hacerla lo más correcta que he podido, pero obviamente no hay un patrón, ni un tipo de estrofa predominante ni una rima ]
« Última modificación: 12 de Septiembre de 2020, 01:08:45 am por Entropía »


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Re:[Teatro] La Belladona
« Respuesta #8 en: 03 de Agosto de 2017, 01:36:57 am »

Cuadro Tercero & Último.

Telón rápido.

Día siguiente por la mañana. LORENZA se encuentra en la cocina, con un mortero y un saco lleno de bayas de la Belladona del jardín que ella misma había recogido la noche anterior. En el centro del escenario hay una mesa de madera con tres sillas y un armarito a la derecha.

LORENZA: (Susurrando) Al César lo que es del César, vas a pagar todo lo que me has hecho sufrir.                                                   
SIRVIENTA: ¡Pero si estaba aquí, LORENZA! (Entra limpiándose las manos en el mandil) He ido a su cama y he visto que no estaba y ahora me encuentro con que está aquí ayudándome (Sonriendo)
LORENZA: (Se sobresalta) Pensaba que estaba durmiendo… (Se levanta e intenta disimular lo que está preparando).
SIRVIENTA: ¡Ay, LORENZA! Cómo se nota que nunca ha sido criada. ¡37 años que llevo con su madre, 37 años levantándome a las 6 de la mañana para hacer los menesteres! Y yo que no me quejo… Que con estos tiempos que corren… Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. (Silencio) Dime niña, ¿y se puede saber qué prepara? (Asoma la cabeza)
LORENZA: Nada que te incumba, María.                                                                                                                             
SIRVIENTA: ¡Ya me pedirá que le remiende los faldones! Le pienso contestar de la misma forma, malafollá.

(LORENZA guarda el mortero en un mueble y se va)

SIRVIENTA: (Mirando a todos lados) A ver que se trae esta entre manos… (Saca lo que LORENZA había escondido) ¿Pero qué es esto? Ay, yo no sé pa’ que se mete en la cocina si no sabe usar ni un cuchillo (Riendo tímidamente)                                                                                                           
(LORENZA vuelve a entrar)
LORENZA: (Corriendo hacia SIRVIENTA) ¿¡Qué haces!? ¡Dije que no te metieses donde no te llaman! (Le tira el mortero de un manotazo al suelo y se agacha corriendo a coger todo) 
SIRVIENTA: (Se asusta) ¡Ay, LORENZA! Que yo no hice nada lo juro por el mismísimo. Yo eso no sé lo que es, no se me ponga así. (Llorando y recorriendo todo el escenario muy nerviosa) No le diré nada a nadie de lo que sea esto, lo prometo.                                                                                                                     
LORENZA: Ese es el problema. No le puedes decir nada a nadie. ¡Ni a tu señora VENANCIA!                         
SIRVIENTA: Que no, que no señorita, se lo prometo por lo más grande (Se santigua y besa mirando al cielo) Pero dígame y no me deje con este soponcio más malo en el corazón que me ha entrado.                   
LORENZA: María… (Acercándose a ella) Esto es veneno.                                                                                                                                             
SIRVIENTA: ¡Y para qué quiere usted eso, mi niña!                                                                                                                                                     
LORENZA: Pienso acabar con el demonio de la familia. (La coge de las dos manos)                                                                                                      
SIRVIENTA: (Se intenta agarrar a la mesa para no desmayarse) Ay, ay, no me haga esto. Que madre solo hay una.
LORENZA: Mira, María. Vivir con mi madre significa vivir de rodillas. Yo estoy atada a esta casa hasta que ella muera. Esta noche, durante la cena, vendrá MELQUIADES y huiremos de aquí. María, usted podrá venirse con  nosotros, lejos de aquí, sin VENANCIAs por ningún lado.                                                                 
SIRVIENTA: ¡Pero y FERNANDO! (…) ¡Y su hermana! Señorita, esto está muy mal y le va a castigar el Señor. Hágalo por mí, estese quietecica, anda.                                                                                                         
LORENZA: Ya no hay vuelta atrás, planifiqué todo con MELQUIADES. FERNANDO resultó ser peor que madre, yo no quería vivir dependiendo de la otra persona por miedo, él me pegaba hasta dejarme sin aliento. MELQUIADES, aunque nos hayamos visto poco, siempre me ha apoyado y ha sido él quién me enseñó a amar. (Sentándose) Estoy segura de que mi hermana sabrá arreglárselas sola.
SIRVIENTA: Mire, haga lo que usted quiera pero a mí no me meta. (Pensando) Dígale a su madre que me encuentro indispuesta porque no pienso acudir a esa cena…  Última cena solo ha habido una y es la que está en la Biblia. 


(Ambas se van)

(Entra VENANCIA unos segundos más tarde)
VENANCIA: (Apoyándose sobre la mesa y balanceando la cabeza hacia los lados) Con que esas tenemos… Cría cuervos y te sacarán los ojos me decían… Con qué razón.            

Telón rápido.

Telón rápido.

Esa mismo día por la noche. Hay una  gran mesa cuadrada bien decorada con un mantel de ganchillo blanco por encima, varios cubiertos y servilletas. En escena están LORENZA, PRECIOSA, MELQUIADESy VENANCIA. Entra SIRVIENTA.

SIRVIENTA: Señora, ¿sirvo?
LORENZA: (Con intención) Déjame que te acompañe, María, tengo que acostumbrarme a servirle la comida a mi marido.

(Ambas salen de escena. APARTE.)
LORENZA: Sírvele estos platos a PRECIOSA y a mí. Yo le serviré a MELQUIADES y a madre... María, confía en mí y esto acabará pronto.
SIRVIENTA: (En voz baja) Dios te oiga, hija mía, Dios te oiga...

(Vuelven a aparecer, cada uno con dos platos)
SIRVIENTA: Señora, ¿podría retirarme? (Tartamudeando) No sé qué me pasa hoy que me encuentro indispuesta... Debe ser la astenia veraniega o algo así porque no me lo explico… Ayer estaba mu...
VENANCIA: (La interrumpe) María, haga el favor de no molestar. (Alzando los brazos) Hoy es una noche muy importante para la familia entera y qué menos que servir como es debido. Mañana será otro día, hoy ya lo acaba.
LORENZA: Madre, déjela ir. Lo último que me gustaría es que hubiese un desmayo en una velada tan especial como la de hoy.
VENANCIA: (Muy seria) He dicho que no y es que no. Tema zanjado.
SIRVIENTA: (Algo nerviosa) Como usted ordene, señora.
PRECIOSA: (Suspirando) ¿Sería demasiado pedir una noche en paz? Mejor empecemos a comer.
VENANCIA: ¡Los modales, PRECIOSA! Hoy tenemos invitado. (…) Y sí, empecemos a comer que el pan ahuyenta a todo lo malo.

(Todos comienzan a comer casi al mismo tiempo, mirándose los unos a los otros)
MELQUIADES: (Limpiándose con la servilleta) Está muy rico todo.
PRECIOSA: Es cierto, María. ¿Qué le echaste?
LORENZA: En verdad la que se inventó la receta fui yo... (Intervino tras ver la cara de preocupación de SIRVIENTA) Quería demostrar mis talentos en la cocina (Ríe tímidamente mientras MELQUIADESle coge de la mano)
VENANCIA: Vaya… Felicidades. Parece que ya te vas convirtiendo en una mujer de provecho (LORENZAsonríe) ... A todo esto y sin intención de ser entrometida, ¿habéis pensado en... ya sabéis, boda? Mi hija es lo más importante que me queda y me encantaría que tuviese un futuro estable, con su marido, sus hijos y mis nietos... (Ríe de forma fingida) La vida cuando estás sola es muy difícil o si no decídmelo a mí. Si el problema es mi bendición, la tenéis.
MELQUIADES: Estoy muy de acuerdo. (Mirando a LORENZA) Estuvimos hablando su hija y yo a solas para no parecer muy descarados y creo que coincidimos en que tomaremos sacramento lo antes posible siempre y cuando todo el mundo esté feliz con la decisión. ¿Verdad que sí?
LORENZA: (Nerviosa) Sí. Una ha de enmendar sus errores pasad...
VENANCIA: (La interrumpe para evitar hablar del tema) Si me disculpáis, veo conveniente levantarme de la mesa para proponer un brindis que llene de regocijo al fin nuestra familia. (Alzando la copa) Por los enamorados, la que queda (Mirando a PRECIOSA) y por un final feliz.
               
(Todos se levantan para brindar y beben)

VENANCIA: Aprovecho ya que estoy de pie y una tiene ya una edad para recoger los platos. María, ¿puede ayudarme?
SIRVIENTA: (Temblando) Por supuesto.
                       
(Cogen los platos y salen del escenario. APARTE)
   
VENANCIA: Dime, María. (Alzando el volumen de su voz de forma progresiva y amenazadora) ¿De verdad me creíais tan vieja como para no enterarme de lo que queríais hacer?
SIRVIENTA: (Se aclara la voz) Perdone señora pero no la entiendo.
VENANCIA: ¡Y yo que tenía dos asesinas bajo mi techo! ¿Te pensabas que me iba a morir comiendo esa porquería de plato? ¿Qué os ibais a ir de rositas? ¡Eres una vieja como yo y nadie te va a querer cuando te vayas! Vas a venir mendigando de rodillas y a pedir clemencia por rastrera, mala persona , bruja arrugada y gorda. ¡Sal ahora mismo ahí y confiésale a todos lo que teníais pensado hacer! ¡Venga!

(Ambas vuelven a escena. SIRVIENTA va delante llorando)
PRECIOSA: ¿María? ¿Le pasa algo? (Se levanta y se acerca a ella)
SIRVIENTA: (Cae al suelo y se arrodilla) ¡He intentado matar a su madre!
VENANCIA: ¡Y qué más!
SIRVIENTA: ¡Nada más, lo juro por lo que más quiero!
VENANCIA: ¡Y qué más estoy diciendo!
SIRVIENTA: ¡LORENZA me obligó! (Se tumba en el suelo llorando)
VENANCIA: Y tú, rata cobarde (Se acerca a su hija) Ten el valor de matarme ahora, clávame el cuchillo en el cuello y deja que me muera aquí en frente de todos. ¡Quítale la vida a quien te la dio!
LORENZA: ¡Y a quién me la quitó! Todos aquí vivíamos un infierno y...
VENANCIA: (Le pega en la cara) Mira las consecuencias de tus actos y lo que me has hecho hacer (Señala al fondo de la sala)
LORENZA: (Llorando) ¡MELQUIADES! Estás congelado... y apenas puedes respirar. (Se levanta) ¡Qué le ha hecho!
VENANCIA: Lo que me has obligado a hacer.

(SIRVIENTA y LORENZA se acercan a MELQUIADES, que convulsiona)

VENANCIA: Ven aquí, PRECIOSA. ¿Sabes? Estas dos malnacidas te querían dejar sola aquí, sin nadie, sin nada e irse ellas. (Las demás intentan hacer que MELQUIADES vuelva en sí) No pensaréis que voy a vivir con dos asesinas, es hora de que todos se enteren de lo malas que sois. (Gritando) ¡Socorro, vivo con el diablo! ¡Ay, que me matan!
(Se oye mucho ruido. Llegan varios vecinos)
VENANCIA: ¡Han matado a MELQUIADESy la siguiente era yo! (Acercándose a ellos) ¡Lleváoslas, asesinas!
VECINA 1: ¡Asesinas!
VECINA 2: ¡Fuera, que sufran!
VECINA 1 y 2: ¡Llevadlas fuera de aquí, donde nunca vean el sol! ¡Sí!

(Los vecinos se llevan a SIRVIENTA, LORENZA y MELQUIADES, que ha muerto, y dejan solas a VENANCIA y PRECIOSA)

VENANCIA: (Apoyando la cabeza de PRECIOSA en su pecho y fingiendo llorar) Menos mal que te tengo a ti y nunca me vas a faltar. (Le besa cuidadosamente la frente) Ahora vayamos a descansar. Mañana será otro día, fin del espectáculo.

Telón lento.
___________________________________________

Lo primero de todo es disculparme si alguien va a leer el final de la obra porque han pasado más de dos años entre este capítulo y (el antiguo) anterior y se nota la oxidación. En este tiempo he olvidado el final que quería darle, el estilo con el que quería acabarlo, qué pasaría después de la obra… En fin, todo.
No es que no me haya gustado, de hecho, acabar esta obra ha sido un logro pues llevaba tiempo queriéndola finalizar pero no he tenido ganas como para ponerme a escribir. Simplemente la veo desconectada, como si hubiese querido terminarla pero no del modo en el que un principio pensé. De todas formas, no me acuerdo así que me importa un f u c k.

Lo segundo, gracias a quienes lo hayáis leído (En el primer post está el tema de los comentarios por si algún alma caritativa quiere decir algo)* y que me siento bastante feliz de haber acabado esta obra porque sentía que se lo debía después de haberla abandonado y tratado tan mal en todo este tiempo. Al pensar en retomarla durante Semana Santa me dieron ganas de volver a escribir y puede que lo haga, pero esperaré un tiempo e intentaré no querer abarcar tanto en tan poco porque luego pasan cosas como estas.

* Pues no, no está así que lo dejo aquí: Quejas, dudas y reclamaciones aquí.
« Última modificación: 03 de Agosto de 2017, 01:53:29 am por Entropía »