¿Por qué no puede un juez tirarse al acusado al que va a juzgar?
Porque los acusados suelen estar bastante más mazados que los jueces (?).
Veo un problema (no uno muy gordo) en la denominación que recibe este tipo de relaciones. Si bien no es lo más natural y puede llevar consecuencias, añadir ese "impropio" le da una connotación muy negativa. Pero tenemos la mala suerte en vivir en la sociedad del conformismo: respetémonos todos sin hablar nuestras diferencias, y en el momento en el que algo vaya mal ahora nos peleamos. Es una dinámica horrible y que solo fomenta el rencor y el odio.
Soy de la opinión de que decir lo malo no es criticar a la gente, sino tener ganas de hacerlo. Si sientes que deberías decirle algo a una persona, díselo. La cosa no es callarlo, sino no pensar en decirlo siquiera. A lo que voy es que en una situación más conflictiva con tus círculos familiares/sociales de lo normal (como tener una relación con alguien que te saca mucha edad), empieza a explotar poco a poco el rencor de las personas. Esto resulta en la persona que tiene la relación (especialmente el menor, que recibe más crítica y es más emocionalmente inestable) teniendo experiencias muy negativas con sus conocidos, dañando a la persona y a la relación.
Y es todo consecuencia de la visión cuadrada y fija que mucha gente tiene hoy en día. Aunque una relación tenga unas condiciones más especiales, solo supondrá dificultades extra, pero no la imposibilidad de la misma. Pues sí, habrá problemas a la hora de tener hijos (cuando el adolescente tenga una edad como para tenerlos, la profesora estará casi menopáusica) y demás, pero esos son problemas suyos, y no del resto de la sociedad.
Ahora entramos en lo peliagudo. ¿Y si la decisión del adolescente es mala? Bueno, teniendo la misma edad que el chaval de la historia, puedo decir que un adolescente es inseguro, influenciable y su criterio sobre muchas cosas baila en el aire. Pero también puedo decir que ya se tiene cierto poder de toma de decisión, y también que los errores son parte natural de la vida, y que equivocarse permite a uno rectificar y aprender para la próxima ocasión. Errar ayuda a madurar; la mejor forma de convencer a un adolescente de que algo es malo es que lo compruebe, y no lo digo solo por mí, que soy un tanto "especialito", sino también por la gente que conozco de mi edad. El divorcio en España (y supongo que allí también) es sencillo, y teniendo en cuenta el poder adquisitivo de un quinceañero, puede que hasta saliera ganando.
A esta edad el "adolescente standart" suele tener las cosas muy bloqueadas dentro de su cabeza. Aunque tenga todo el rollo de rebeldía y libertinaje y abajo el sistema, todo ello se opone a aspectos muy legales, lo que vienen siendo las normas. De hecho, si hicieráis un sondeo en un instituto y otro en la calle, el primero tendría una mayor proporción de gente que ve mal una relación así. A menudo el universo del adolescente es uno, objetivamente inalterable, unas normas morales propias pero intocables. Lo que suele fallar más es que se aplica una lógica muy pragmática y se toma como irrefutable.
Y otra vez me he ido por las ramas. La cuestión es que el adolescente de la historia no es uno totalmente común, de forma que no se le puede tratar de la misma manera. También está el asunto de que uno de sus padres ha tenido que dar el consentimiento a la boda, y eso ya indica una voluntad adulta y madura por ambas partes. Ahora queda el asunto de la clase y los hijos. Lo de la clase no tiene mucho misterio, en futuros cursos se evitará que estén juntos por razones obvias, y si no, será algo parecido a las relaciones padre-hijo en clase (y si te descuidas, esto es menos perjudicial).
Sobre los hijos, bueno, ¿y qué? Es irónico pero ya está. De hecho, yo vivo en una situación parecida; tengo un primo con 42 años, no le saco ni 10 a su hijo (y lo tuvo bastante tarde). Siempre ha sido una anécdota que contar, y ya está. Si los chicos son mayores que él, ya no van a necesitar una figura paterna, de hecho, con los anteriores divorcios de la madre probablemente ya estén acomplejados en ese sentido. O no, quién sabe. Pero desde luego, en esa situación, su nuevo padrastro no va a ser nada para ellos, más que la persona que quiere a su madre. Porque ni los va a mantener, ni los conoce todavía. Eso sí, van a ser de los pocos jóvenes que pueden decir que tienen un bisabuelastro.