Para mí, el día contra la violencia de género me parece un buen modelo de lucha social. Es verdad que "género" abarca ambos, pero género es una construcción cultural no necesariamente encadenado con lo biológico. Y hago hincapié en esto porque las percepciones, los prejuicios y la valoración suele ser desigual. Algunos niños se han criado con el pensamiento de que los hombres no lloran o las niñas pequeñas pintándose para "verse lindas" y "conseguir esposo cuando sea grande". Aunque esas tendencias que se perpetúan familiarmente por lo general son inocentes y no malintencionadas, terminan instalando un concepto de género fuerte y género débil que necesita del otro. Y es un horror.
A medida que vamos creciendo vamos conociendo gente de diferentes ámbitos y nos damos cuenta de que no es todo así, y nos choca porque nos agarra desprevenidos. Hay mujeres solas cuidando una familia sin la figura paterna y hay hombres solos cuidando a sus hijos cuando la madre no está por el motivo que sea.
A lo que voy es que, todas estas manifestaciones, terminan creando una distinción (necesaria, pero no extremizada) de "cosas del hombre" y "cosas de mujeres", que instalan al hombre siempre en un rol dominante desde miles de años atrás: el hombre como conductor del hogar y buscador del sustento mientras la mujer se dedica a lo doméstico, el hombre como tomador de decisiones, etc. Y esto no hace más que aumentar la brecha de prejuicio.
Si extrapolamos esto a la violencia doméstica, la trata de mujeres y la ola de femicidios, no hace falta pensar mucho para darse cuenta de que la violencia afecta a todos los géneros, pero sin embargo el femenino es el más vulnerable: porque la sexualización de la figura femenina a base del consumo masculino provoca la prostitución partiendo del consumo y, llevada a su extremo, la trata de mujeres como objetos de mercadeo. La violencia doméstica tiene su germen también en la brecha de prejuicio, pues el hombre, "entrenado" para poner orden y conducir el hogar y sus relaciones, acude a la violencia para frenar aquello que se le escapa, lo que es inaceptable, pero no por eso menos real. Y en todo este sometimiento, esto de que "el hombre conduce el hogar y lo provee", a veces la mujer no puede denunciar libremente por temor a quedar en la calle o proteger a sus hijos. El femicidio está enraizado con la violencia tanto doméstica como la trata o los abusos. A veces, sí, puede ser al margen de la cuestión genérica (la mataron para robarle) pero casi siempre es algo que está arraigado a la percepción de la mujer que se tiene como objeto sexual o como objeto de dominación, lo que me parece horrible.
Los hombres también tienen presiones sociales y se encuentran estereotipados, por supuesto. Pero esta idea que se instala de niño de "ser fuerte", "no dejarse dominar", los prepara con una mayor fortaleza psicológica y física que a las mujeres, pues estas (siempre hablando desde los prejuicios instaurados) están para "ser protegidas por el fuerte" y es en esta supuesta protección donde se encuentra el halo de indefensión, pues quien debe protegerla a veces es quien la maltrata.
En lo personal, no creo que la mujer sea el género débil, pero si el más afectado socialmente, desde los gritos en la calle hasta los maltratos en todas sus formas. Y entiendo el día como un elemento necesario no sólo para la toma de conciencia de los males que genera la violencia sino también para incitar a tomar un rol activo, solidarizándonos con quienes han sido víctimas y además ejerciendo nuestro poder de denuncia cuando sepamos que algo no anda bien.