El espíritu de competición se viene dando desde tiempos políticos, siendo una de las bases de la sociedad helenística en donde se competía por la superioridad en cualquier ámbito, ya sea político, militar o incluso en la música. Si una polis griega hacía un templo, otra polis intentaría hacer un templo mayor. Este pique en el que se buscaban el honor y la gloria, esta competición, es lo que se conoce como el agon, y esta temática ha sido representada constantemente en el arte griego.
El agon, al igual que muchas otras piezas de la cultura griega, tiene sus raíces y su principal representación en las obras de Homero. El hombre homérico buscaba ser el primero y el mejor, siendo este concepto representado en los héroes como Aquiles. Su combate individual contra Hector es un gran ejemplo de una lucha a muerte por la gloria y la areté.
Los héroes son la mayor muestra del agon siendo sus grandes hazañas representadas contantemente en diversas piezas de cerámica (cómo el kylix que representa la escena de Teseo matando al minotauro) . En las cerámicas de la época oscura y la época arcaica es frecuente encontrar figuras humanas luchando contra otros seres, siendo esas figuras la representación que se les daba a los héroes en el arte de la época como por ejemplo las cráteras funerales con escenas que evocan a la gloria de los héroes ancestrales.
El objetivo de la competencia era exhibir la virtud, el areté. El héroe luchaba por si mismo y por el honor y la gloria, eligiendo morir en combate antes que vivir una larga y pacífica vida debido a dos conceptos clave: la inmortalización de su nombre junto con sus grandes hazañas, y el ideal de morir siendo joven y bello rehusando envejecer y volverse débil (como vemos en la cerámica con la representación de Hércules combatiendo a Geras, la vejez).
Así, una muerte hermosa en el combate era la significación máxima del areté del guerrero homérico (tenemos el ejemplo de Cleobis y Bitón, dos figuras masculinas desnudas que representan a dos hermanos que camino a un festival en honor a Hera tiraron del carro que llevaban ya que los bueyes estaban cansados; y como recompensa Hera les otorgó una muerte dulce, siendo su historia un modelo moral, de vida virtuosa y plena y un ejemplo de que una muerte joven es el mayor premio que pueden conceder los dioses. Otro ejemplo que nos da la arqueología es el ánfora que representa a dos grandes héroes de la guerra de Troya, Sarpedon y Memnon, llevados de vuelta a sus casas en Licia y Etiopía después de sus muertes).
A su vez, el cometer actos deshonrosos atentaba contra el agon sintiendo el héroe una vergüenza tan grande a causa de la mancha que hay sobre su nombre y siendo su respuesta para limpiar tal deshonra el suicidio (teniendo como ejemplo las piezas que representan al héroe Ajax cometiendo suicidio a causa de la vergüenza que sintió a causa de matar ovejas debido a la locura que le inculcó Atenea). También hay que añadir que la sociedad homérica era aristocrática; el individuo existía para la sociedad pero concretamente para sus iguales. Los héroes y los grandes hombres que expresan el agon pertenecían a los grupos privilegiados y contaban con riquezas y posesiones además de tratarse como iguales en un estamento cerrado en el que el areté se heredaba.
Conforme fue evolucionando la sociedad griega, esta se transformó en una sociedad colectiva y el espíritu agónico ya no se podía expresar como antaño, notándose sobre todo en las guerras donde las luchas individuales por la areté fueron sustituidas por los ejércitos hoplitas en el que el factor importante era proteger al compañero y no romper jamás la línea. Los hoplitas, con sus lanzas y escudos, eran una fuente de orgullo. Se tenían que pagar su propio equipamiento, por lo que el servicio militar no solo fue una distinción de ciudadanía, sino también un símbolo de riqueza y estatus social, una forma de exponer el areté.
Los juegos funerarios en honor a un héroe caído que se realizaban en tiempos homéricos fueron cobrando cada vez mas importancia, siendo el principal método del individuo luchar por el honor y la gloria siendo su nombre inmortalizado por el poeta que narrará sus grandes gestas deportivas. En estos juegos, no solo los atletas, sino que las polis competían entre sí por el honor monumentalizando sus logros y a los dioses que le permitían hacerse con el triunfo. Los más importantes fueron los Juegos Olímpicos celebrados cada cuatro años en Olimpia, estableciéndose un periodo de paz para asegurar la seguridad de los atletas. Estos juegos fueron uno de los principales aglutinantes del panhelenismo, y contaban con actividades religiosas en honor a Zeus en su santuario.
En las ánforas que se daban como premio en los juegos panatenienses y en otras piezas de arte, podemos encontrar representaciones de diversas pruebas. Las carreras se realizaban bajo varias distancias. El stadion era probablemente la carrera original, consistiendo en un sprint rápido de unos 200 metros, mientras que el diaulos y el dolichos cubrieron distancias de 400 y de 1400 a 3800 metros respectivamente. El pankration era el deporte más peligroso: consistía en una combinación de boxeo y wrestling en el que todo estaba permitido (menos morder y golpear los ojos). El Discóbolo señala la postura en la que el atleta se preparaba a tirar el disco, y otras esculturas muestran al atleta prepararse para pruebas como el lanzamiento de jabalina. Además, en algunas ánforas también están representadas las pruebas de salto.
El deporte mas importante, sin duda, fue el de las carreras de cuadrigas, bastante representado, ya sea en las ánforas y otros objetos de cerámica, como en diversas esculturas, encontrándose su raíz en las carreras que se hacían en honor a los héroes cuya representación se puede observar en placas funerarias halladas (cómo la placa funeraria que tenemos que representa unas carreras organizadas por Aquiles en el funeral de Patroclo). Un ejemplo de ello es el Auriga de Delfos esculpido en honor al tirano Polyzalos de Gela en la carrera de cuadrigas de los juegos Píticos. Además, en diversas piezas arqueológicas se mostraba junto a la prueba unas gradas con una gran cantidad de público que discutía o apostaba por su competidor favorito.
Desde niños, se inculcaron los valores agónicos a los niños, enseñándoles a ser lo más competitivos posible, ya sea mediante el sistema de educación espartana dedicado a instruir militarmente (el agogé) o el sistema educativo ateniense destinado a la preparación para el gobierno (la paideia) y que deriva en la kalokagathia: la combinación de la armonía física y del alma fusionando el espíritu agonal con las virtudes cívicas de la moderación y la razón aunando la música con el entrenamiento físico. Sin embargo, a derrota de Atenas en la Guerra del Peloponeso significó la ruptura de la armonía entre la virtud humana y la comunitaria, armonía que volvería en la época helenística con el humanismo como idea agonal.
El gimnasio fue una institución dedicada a la instrucción física y espiritual. Además de ser una instalación de entrenamiento para los competidores en los juegos públicos, era también un lugar de socialización. Era una institución educativa bajo la protección de Heracles, el héroe que mejor representaba la paideia y la nueva areté que mezclaba la fuerza física con la fuerza moral. La arqueología nos ha dejado objetos de uso cotidiano como el aryballos, un ánfora de aceite usada por los atletas que se restregaban el aceite por todo el cuerpo para el empleo de sus actividades. En el psykter atribuido a Oltos se puede observar una escena cotidiana en el gimnasio: los atletas jóvenes entrenan desnudos supervisados por sus entrenadores mientras que una persona toca la flauta para acompañar la música a los ejercicios.
Todo gimnasio contaba con una palestra, lugar donde el hombre y el adolescente se reunían, siendo una virtud y un signo de belleza en la antigua Grecia la relación homoerótica entre el hombre adulto o erastes y el adolescente joven o erómenos, mostrándose esa relación erótica en muchas piezas arqueológicas, algunas veces con significado como en el plato con el niño montando en gallo (referencia de la relación homosexual ya explicada ya que el erastes solía otorgar al erómenos un gallo como regalo).
El propio ideal de belleza fue muy importante, siendo la imagen del hombre joven, bello, fuerte, y totalmente desnudo un icono de belleza, perfección y atracción sexual en la sociedad y siendo un tema recurrente en el arte griego, siendo constantemente representado mediante esculturas de efebos y los kouros, estatuas de hombres desnudos cuyo nombre significa ‘’hombre joven’’ y generalmente del periodo arcaico representando al soldado homérico. El Diadoumenos es una gran muestra del concepto de belleza, representando a un atleta hermoso, desnudo y joven victorioso, ciñendo en su cabeza la cinta de la victoria.
En conclusión: la competición y las relaciones sociales, educativas e incluso sexuales originadas en torno a ello fueron de gran importancia en la antigua Grecia con el agon siendo un instrumento de promoción y legitimación de la nobleza y de cohesión de la comunidad y la educación cívica, y empleándose la arqueología como una herramienta muy importante para poder estudiar y comprender este fenómeno.
