Autor Tema: [Fan Fic] ¡Mi viaje por una nueva región!  (Leído 772 veces)

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Ant

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[Fan Fic] ¡Mi viaje por una nueva región!
« en: 06 de Mayo de 2015, 01:32:07 am »
A día 4 de octubre de 20XX

Querido señor o señora:

Bueno, esta es la primera vez que te escribo, y no sé ni siquiera si lo leerás, pero lo intentaré.

Te escribo por una sencilla razón: me gusta. Y también me encantaría que me leyeses, y que disfrutases con lo que viva en mi viaje a lo largo de Uranmos.

Cumplí los  doce años hace dos días, el sábado 2 de octubre, concretamente. Y bueno, me llegó un mensaje en un paquete justo entonces. Estaba envuelto en un papel de colores y tenía varios animalitos dibujados: uno parecía un Sunkern, otro una Oshawott y el último era una especie de Skiddo, o quizá un Ponyta, no estoy muy seguro. Mi madre me sonrió y al grito animado de una presentadora de televisión como lo es ella, empecé a abrir rápidamente el cubo aquel. Para mi sorpresa había una carta firmada por una tal “Profesora” y una caja blanca, que parecía de zapatos, y que abrí en menos de lo que se dice Feraligatr. Dentro había tres esferas rojas, negras y blancas con un botón en todas ellas; las miré un instante, a cada una el suyo, claro, y algo me vino a la mente, una especie de susurro, no, uno no, ¡tres!

“¿Por qué no coges las Balls y miras qué contienen, Marcos?” me dijo mi madre esbozando una sonrisa de emoción, lo que me daba que pensar que tenía algo que ver con todo este trajín, pero no dije nada, ¿para qué? Si no me lo iba a contar aunque quisiera.

“Y, ¿cómo se abren?” me pregunté por lo bajo, y acto seguido respondí yo solo a mi pregunta: el botón. Pulsé el de una bola y se partió en dos de golpe, y del interior salió una luz muy intensa que se me quedó encima del pecho y se transformó en un Pokémon, ¡UN POKÉMON!

¡QUÉ SUSTO ME LLEVÉ! Y claro, al instante entendí que aquella bola debía ser una Poké Ball. Ahora todo tenía sentido. Y te preguntarás, ¿por qué yo, un chico que vive en un mundo habitado por unas criaturas fascinantes y presentes en todo el globo, no sabía lo que era una Poké Ball? Muy sencillo, nunca he visto una. He leído un poco sobre ellas, pero mi aprendizaje sobre los dispositivos de captación Pokémon fue prácticamente nulo; siempre estaba enfermo de pequeño y lo único que sabía es que aquellos seres existen, y que la gente los quiere mucho y se hacen sus amigos, viajan juntos, etc. Básicamente lo que conocía era lo que mi madre me contaba, porque no podía ir prácticamente a la escuela de entrenadores de ciudad Novarte, en Kalos. Porque sí, yo nací en Kalos, un lugar precioso donde los haya, pero por motivos de trabajo mis padres viajan mucho y bueno, acabamos en todos los rincones del mundo, desde Kanto hasta Teselia. En definitiva, que entre los viajes y mi enfermedad desconocía y aún sigo sin conocer la mayoría del mundo que me rodea.

Bueno, que me enrollo más que las persianas. Como te contaba, mi querido lector, tenía un Pokémon encima de mi en ese momento. “Es un Laesor, un Pokémon inicial de la región de Uranmos. Dicen de él que es un fiel compañero y muy veloz además, y bueno, como podrás suponer, es de tipo agua. Te viene explicado todo en la carta de la profesora Haya, cariño.”

La carta decía así:



Muy buenas, Marcos.

Soy la profesora Haya, y vivimos prácticamente al ladito, solo tienes que coger tu barca y remar hasta la isla de al lado.

Bienvenido a Uranmos, por cierto. Esta región está habitada por numerosos Pokémon; algunos ya los conoces pero otros son especies autóctonas nuevas que actualmente los científicos estamos estudiando y que no encontrarás en ninguna otra parte del mundo (al menos que sepamos). Y es que los Pokémon son criaturas misteriosas y enigmáticas, que merecen toda nuestra atención, no solo por el amor que les podemos profesar, sino por el amor que ellos nos pueden dar. ¡Son fantabulosos!

En este mundo hay muchos tipos de personas: algunos combaten con sus Pokémon para ser los mejores entrenadores del mundo, otros lucen sus cualidades en concursos, otros simplemente trabajan codo con codo con ellos,… ¿Qué tipo de persona quieres ser tú?

Sin más dilación, en la caja que te adjunto al mensaje tienes tres dispositivos de encapsulado de criaturas, vamos, las Poké Balls de toda la vida, aunque ya me dijo Marta que no sabes muy bien como son, así que te llevarás una gran sorpresa al verlas.

En cada Poké Ball se puede capturar un Pokémon y solo uno. En cada una de las Balls que te envío tienes por tanto un único monstruito; estos son especiales, pues se entregan a los nuevos entrenadores de esta nuestra región y son: Chanteem, el Pokémon de tipo planta, Kynno, el Pokémon de tipo fuego y por último, Laesor, el Pokémon de tipo agua.

Chanteem se alimenta de buenos sentimientos. La hoja central de su tallo cambia de color según el ánimo a su alrededor. Es una semillita encantadora, sí, señor.

Kynno tiene un parásito pegado a su cola que le susurra todo tipo de jugarretas hacia su entrenador. Las cumplirá si no confía en él. Así que escógelo con cuidado, ¿OK?

Y me queda contarte un poco de Laesor: es un Pokémon de tipo agua muy amoroso, le gusta mucho cuidar a su entrenador y no dudará en protegerlo si así lo requiere la situación. Se caracteriza por su aleta caudal, que le sirve de apoyo en tierra y le hace muy veloz aún con su peso. ¡Es fantabuloso!

Debes elegir uno de los tres para que te acompañe en tu viaje. ¡Ah, qué cabeza la mía! Es cierto, no te he contado nada, pero bueno, como habrás deducido, tanto tu madre como yo queremos que viajes y descubras todo lo que no has podido ver en todos estos años. Y ya de paso, quizá me ayudes en mi investigación. Cuando te pases por mi laboratorio te cuento más al respecto. Ven a visitarme pronto, ¡qué estamos al lado, vecino! Recuerda, vivo en la isla Sofrivo, al lado de la isla Novitio, donde vives ahora. Te lo aclaro, que no sé muy bien como llevas esto de la ubicación ahora que te has venido desde Kalos.

Sin más dilación espero tu visita.

PD. Esto es fantabuloso, estoy muy nerviosa. Eres mi primer entrenador, que contenta.

PPD. Con esta carta te entrego un mapa de la zona, para que utilices en tu viaje, que no sé si tu madre tiene aún o con la mudanza aún no ha salido a comprar.




“¡Qué mapa más bonito! Como Uranmos sea tan verde como en este mapa, va a ser una gozada viajar, mamá. Oye, y una cosa... esta tal Haya tiene un problema con los fantabulosos, ¿no?”

“Sí, desde que eramos pequeñas y vió su primera megaevolución no ha parado de usar esa muletilla, es un caso aparte esta mujer” dijo mi madre mientras reía.

Bueno, aún no he terminado de contarte la historia de mi primer día pero creo que para no atosigarte lo voy a dejar aquí. En mi próxima carta te cuento más.

Solo espero que te haya gustado lo que has leído y que sigas atento a mi viaje, que solo acaba de comenzar.

Un saludo,

Marcos
« Última modificación: 06 de Mayo de 2015, 10:36:07 am por Ant »


Bienvenid@ a la region de Uramnos! -

Créditos a Corofu :)

Ya había mega evoluciones en quinta generación, no sé que os sorprende tanto:


Ant

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Re:[Fan Fic] ¡Mi viaje por una nueva región!
« Respuesta #1 en: 06 de Mayo de 2015, 11:30:29 am »
A día 10 de octubre de 20XX

Querido señor o señora:

Hace unos días que no escribo, primero quería que te llegase la carta anterior, y de paso que digirieses que un extraño de doce primaveras te escriba sin conocerle de nada.

Bueno, a ver... ¿por dónde me quedé en el mensaje anterior? Mmm... OK. Revisando unas notitas que dejé en un cuaderno he descubierto la solución.

Como te estuve contando, la situación se quedó en un Laesor encima de mi, ¡y mira que pesaba el maldito! Cogí las otras dos Poké Balls no sin antes bajar al suelo a mi nuevo conocido. A la vez, cada bola en una mano y... abiertas.

Salieron un cuadrúpedo de mirada inquisidora y llamas moradas y una semilla flotante y ojos luminosos, ¡qué miedito, por Arceus!

Tras los segundos de cortesía, mire a aquellos tres seres con más alegría que miedo y les hice un gesto con la mano. Los tres se quedaron mirando y acto seguido la semilla hizo un gesto semejante con su mano, el ser marino inclinó la cabeza a la vez que cerraba los ojos, y el cuadrúpedo... en fin, aquel Pokémon ni se inmutó. Mantuvimos la mirada como si estuviesemos en un duelo de esos que hacen los niños chicos para sacarse unas risas y tras esto, inclinó la cabeza, pero al contrario que Laesor, sin ni siquiera pestañear. Por un momento me preocupé, se le acabarían por secar los ojos pero al rato se obró el milagro.

"Bueno, hijo, ¿a quién escogerás? A Chanteem de tipo planta (y lo señaló), a Kynno de tipo fuego (seguido de otra señal), o Laesor de tipo agua (con la correspondiente gestualidad)?"

"No sé, mamá, es una decisión dificil, y, ¿si escojó mal y todos estamos abocados a una desdicha eterna? Imagínate que me llevo mal con mi primer Pokémon, ¿qué desastre por Arceus! Y, ¿si lo saco a combatir contra otro entrenador y me deja en gayumbos y se marcha? Y, ¿si me ataca? Y, ¿si me ridiculiza? ¡Mira a ese bicho, mamá, no me quita los ojos de encima (y señalé a Kynno)! Y mira ese espíritu de la golosina, mamá, ¡mira a esa semilla chupada, que parece desnutrida y deseando comerme, si esta babeando y todo! ¡¡Y ya sobre el Sealeo en potencia ni te cuento, ese me lleva a las profundidades del mar a comerme con sus amigos los Carvanha!! ¿Pero que clase de profesora es esa, mamá? Quiere asesinarme y así ahorrarse una pasta gansa en seguridad social, que seguro que así le toca pagar menos, la muy..."

Pero, mi querido lector, despotricar contra tres Pokémon y una amiga de tu madre, no parece muy buena idea cuando tu progenitora esta delante y no solo eso, cuando los tres Pokémon a los que pones verde se encuentran enfrente de ti.

Ni que decir tiene que mi primer día como entrenador empezó siendo una lluvía constante de látigos cepa, pistolas de agua, ascuas y capones. Y no, lo último no es ningún ataque de Pokémon, aunque seguro que cuando mi madre era entrenadora no le hacía falta protección alguna...

Y tampoco hace falta mencionar que soy un exagerado ante las situaciones dispares que se me presenten. Empiezo a inventar y a comerme el tarro y acabo apaleado, da igual si el ejecutor es un humano o Clefairy, y mira que para que un Clefairy acabe usando en tu cara doblebofetón tienes que cabrearlo, y mucho.

Al final elegí al que menos respeto me daba de los tres: Laesor. Ya habíamos tenido nuestro contacto previo (más bien aplastamiento) y parecía muy majete, aunque después de llamarle gordo no es que estuviese precisamente amoroso. Es más, tras mojarme, quemarme y azotarme aquellos tres animalillos empezaron a corretear por toda la casa unos detrás de otros, en lo que era, según parecía, una disputa por ver quién me daba el golpe de gracia. Afortunadamente, o eso creo, mi madre pegó un grito cuando se habían parado a negociar, lo que los puso firmes como alfileres. Cogí las Poké Balls corriendo y metí a cada uno en la suya. Respiré aliviado y entonces sí, escogí a mi primer compañero de viaje.

En el trayecto a la isla Sofrivo saqué a Laesor de su Poké Ball y aunque me miraba como si fuera el más imponente de los contrincantes, acabó derritiéndose cuando me disculpé y le dí una golosina que llevaba en la chaqueta; previamente me la había tenido que poner para que mi madre dejase de regañarme por lo poco aseado que iba a ver a su amiguita. Incluso así, mientras cerraba la puerta de casa escuchaba su murmullo en la cocina, con el que se preguntaba a quién habría salido su hijo, que ella en sus tiempos no era así. Sí, en la prehistoria, no te joroba...

Tras llegar a la isla, que estaba que daba pena, mi compi y yo llegamos al laboratorio, aunque más que eso parecía una vieja choza que en breves acabaría aplastando a aquel lo bastante osado como para dar un golpe en sus paredes o pegar una voz más alta que el susurro.

Toqué el timbre, ¡DIN DON! Al menos parecía nuevo. Esperé y esperé... Volví a llamar y por fin me abrió una mujer de pelo rojizo, largo y despeinado (ni un Pyroar iría así), un moño muy fashion en la cabeza y una bata de laboratorio. Llevaba zapatillas de andar por casa y cara de haberse despertado hace medio minuto.

Con más mala leche que otra cosa pero reprimiendo mis ganas de ahogarla por haberme tenido esperando mientras se echaba la siesta la saludé y le dije mi nombre.

"No te esperaba tan pronto, Marcos" fue su respuesta. La madre que la... ¡uih! aprentando los dientes le dije "¿Te pillo en mal momento?"

"No, no, pasa a mi laboratorio. ¿Has estado esperando mucho? Es que estaba ocupada en la toma de datos sobre... lo-s... los Magikarp" Y se rió desesperadamente. Le debía dar mucha vergüenza decir que estaba en la fase REM del sueño, así que con una ligera y oculta sonrisa se me pasaron todos los males y crucé el umbral de aquel edificio.

Bueno, me he vuelto a enrollar de nuevo así que, dentro de unos días te mando una nueva carta, espero que no te importe, a mi me ayuda a desahogarme.

Un saludo,

Marcos, el entrenador
« Última modificación: 06 de Mayo de 2015, 11:37:05 am por Ant »
Bienvenid@ a la region de Uramnos! -

Créditos a Corofu :)

Ya había mega evoluciones en quinta generación, no sé que os sorprende tanto: