Lo mío con Charizard es una larga historia. De pequeño estaba fascinado por el anime de Pokémon, por ese entrenador que tan guay me parecia, Ash, y por esa bestia que llevaba en su equipo, Charizard. Llegué a llorar cuando lo abandonó para que se entrenara. Años después, me enteré de que había videojuegos, y de que iban a sacar remakes de Kanto. Tenía claro que iban a ser los mejores juegos para iniciarme, y me cogí el VerdeHoja (el RojoFuego estaba agotado). Como no, me llamé Ash, al rival Gary, y mi starter Charmander. Con el tiempo me di cuenta de que el anime es mierda, pero había pasado suficiente tiempo con mi Charizard para tenerle cariño. También me di cuenta de lo malo que es en competitivo, así que imaginad mi alegría al ver que le habían sacado megas. Ahora, siempre que pienso en este poke se me despiertan todos estos recuerdos.