Antes he hablado en alguna ocasión de una de mis series favoritas, House of Cards. No en vano, mi avatar ahora mismo es Francis Underwood, el maquiavélico político que protagoniza la serie y está dispuesto a hacer cualquier cosa por llegar a lo más alto de la cadena trófica en el Capitolio...
Hoy vengo a comentaros la serie homónima, House of Cards, que hizo hace 26 años la BBC. Comienza inmediatamente después de la dimisión de Thatcher, y el Partido Conservador debe elegir a su sucesor. Quien resulta elegido cuenta con el apoyo del protagonista, el refinado y educado en Oxford Francis Urquhart. De orígenes privilegiados, es un realista pragmático que ocupa el cargo de jefe de disciplina en el grupo parlamentario, y el recién elegido Primer Ministro le había prometido a Mr. Urquhart un puesto ministerial importante. El PM no mantiene su promesa y Urquhart estará dispuesto a hacer lo que sea necesario para cobrar su venganza y acabar políticamente con el Primer Ministro, aunque su ambición real es hacer olvidar a Maggie, como llamaban los tories a Margaret Thatcher...
Las similitudes son evidentes, y la serie es de hace 26 años. Solo tiene tres temporadas, a razón de cuatro capítulos de 55 minutos cada una. La acción tiene un ritmo vertiginoso y Urquhart rompe frecuentemente la cuarta pared, dirigiéndose directamente al espectador para contarle sus verdaderas intenciones. Me ha encantado, y se nota bastante la inspiración de la serie americana en esta. La recomiendo encarecidamente a todo aquel que le gusten los thriller.
Se puede ver en Youtube y se puede comprar por no mucho dinero en DVD a través de Amazon. La parte mala es que no está doblada al castellano. Yo me la he visto en inglés, y no hay ningún problema para alguien con un nivel medio o medio-alto. Está doblada al catalán y subtitulada al castellano, para quien desee alguna de estas dos opciones.