Que me vengan ahora a la mente:
-Beyond: Two Souls.
No es que tuviese demasiadas expectativas, no he jugado Heavy Rain ni Farenheit, y sabía que el juego iba a ser más o menos una peli con QTEs. Aun así, por toda la expectación que levantó y con muchísima gente diciendo que el juego era la hostia, pensé que al menos podría ser decente.
No podía estar más equivocado. Que puñetero sopor de juego, de verdad. Sí, jugablemente es pobre, y eso lo sabía desde el principio, pero me esperaba al menos un argumento bueno, y ni de lejos. Una basura, con todas las letras: no intriga, no engancha, no genera el más mínimo interés.
Encima la estructura me pareció HORRIBLE. Con tanto flashback y flashforward mal implementado acabas sintiéndolo como una sucesión de sketchs escasamente conectados.
Al final el juego consiste prácticamente en mover a una tía que SIEMPRE está gimiendo por la dolencia que sea hacia delante, esperando a que salte la siguiente cinemática en la que compruebas, una vez más, que no puede ser más gafe. Si ya en el reboot de Tomb Raider me pareció que se pasaban un poquito con lo de que la prota se comiese hostias a cada momento, en este ni te cuento.
- Mario Kart 7
Tenía buenas experiencias con anteriores juegos de la saga, como Super Mario Kart o el Double Dash, así que pensé que jugando a este con online acabaría con un vicio bonito. Peeero no. Demasiados ítems, demasiado dependiente de la suerte, y sobre todo, demasiados caparazones azules.
-PaRappa the Rapper
Lo probé hace relativamente poco, y no es que me haya parecido malo, al contrario, además de rebosar originalidad, pero me esperaba más "chicha" después de ver tanta nostalgia hacia él por determinado sector de jugadores.
- The Last of Us.
Aquí es donde me llueven palos. Ojo, no me parece mal juego, pero después de tanto "el mejor juego de la historia", "el ciudadano Kane de los videojuegos" y demás, el juego no estuvo a la altura de mis expectativas. Ni siquiera me parece la mejor obra de Naughty Dog.
En cualquier caso, al igual que Colt, he tenido más sorpresas para bien que para mal.