Antes de empezar el tema y para los que no me conozcan mucho, me voy a presentar. Me hago llamar MerúM, soy fan de Probopass y veterano de la saga desde Rojo y Azul. Mi odio indiscutible hacia las personas que odian algunas especies Pokémon me hace comúnmente responderles con lo que la gran mayoría de ellos desconocen: los orígenes de las especies. Así es, investigo sobre los Pokémon que más me llaman la atención y busco meterme en la piel de su diseñador. ¿Porqué cada detalle de cada Pokémon? Todos los Pokémon existentes tienen algún motivo para existir, y es lo que yo quiero transmitir. Ahora vamos al tema que me traigo entre manos. ¡Empecemos!
Desde los orígenes de la saga, existen Pokémon que por algún casual se basan en objetos existentes creados por el ser humano. No es de extrañar que la gente se sienta confusa cuando en Pokémon les dicen que una espada fantasmal es lo mismo que un perro de compañía. Todo hay que decirlo, yo tampoco sabría como reaccionar si de golpe y porrazo viese Magnemite o Voltorb rondando por los alrededores de mi casa. En base de ello, ¿cuánta gente odia los Pokémon objeto por esta misma razón?
¿Hay alguna respuesta general que defienda los Pokémon objeto? ¿Qué se traían entre manos cuando a un diseñador de la franquicia dibujó dos engranajes que giran entre sí? Todo tiene una respuesta más allá de lo absurdamente absurdo que sonaría el escuchar una conversación entre dos profesionales discutiendo la personalidad de un llavero Pokémon. De hecho, dicha respuesta se cita en la propia saga, al menos como un guiño que de primeras parece que carece de importancia. Este tema entra en un debate relacionado con el origen de los Pokémon objeto, esos Pokémon que, literalmente, son
objeto de burla.
Supongo que en estas fechas, todo el mundo ya habrá jugado a Pokémon Blanco y Negro. Y con ello, todos habrán llegado a la Cueva Electrorroca y hablado con la Profesora Encina en alguna ocasión. Como tal vez recordaréis, Encina nos comenta sus investigaciones sobre un Pokémon Engranaje que vive en aquella zona. Dicho Pokémon es, sin lugar a dudas, Klink. La conversación, bastante más alejada de lo cómico de lo que se puede pensar en un principio, nos habla sobre el origen de este curioso Pokémon. Cito pues los diálogos que nos interesan de esta escena.
"¡Hola! Como siempre, este lugar rebosa de la electricidad que tanto gusta a los Pokémon. Las rocas reaccionan entre sí eléctricamente, y por eso algunas están flotando. Aunque hay que saber que no todas se pueden desplazar. Mi padre me ha mandado investigar un Pokémon con aspecto de engranaje llamado Klink. Claro, con la excusa de que estudio el origen de los Pokémon, me manda todo lo que le apetece. Pero bueno, ¡tampoco puedo decir que no me lo pase bien con estas cosas!"
[...]"¡Hola! ¿Has encontrado algo? Yo estoy terminando de compilar un montón de datos. Esta cueva data de tiempos remotos. Pero no tenemos datos que demuestren que los Klink existieran hace más de cien años. ¡Ya lo tengo! Los Klink aparecieron de golpe hace un siglo. ¡Tiene que ser eso! ¿De dónde vienen los Pokémon y adonde van? Estoy plenamente convencida de que si logramos averiguarlo, podríamos estrechar aún más nuestros lazos." No nos engañemos, todos los que leímos aquel diálogo nos tomamos a broma a la profesora Pokémon, y no es para menos. Pero su conversación nos da una pequeña pista de lo que realmente nos quiere transmitir: el origen de los Pokémon.
"¡Ya lo tengo! Los Klink aparecieron de golpe hace un siglo. ¡Tiene que ser eso!". ¿Puede una fracción de un párrafo darnos el origen oficial de los Pokémon objeto que existen y existirán? Claro que puede. De hecho, es lo que pretendía Game Freak en ese diálogo. Pero el origen de Klink, el origen de los Pokémon objeto, solo puede ser visible para los que conocen un poco sobre la mitología japonesa.
Entramos en lección cultural de hoy. En el folklore japonés, algunos objetos se llaman "Tsukumogami". Los Tsukumogami son objetos inanimados que han venido a la vida al cumplir 100 años. No, no es casualidad, los Tsukumogami vienen a la vida cuando cumplen 100 años, algo parecido a lo que nos comenta la profesora de Klink. ¿Significa eso que si de pronto nos encontrásemos con un par de sandalias dentro de una Pokéball estaríamos ante un fracaso de generación en cuanto diseños? No tiene porqué. Pokémon tiene cientas de referencias a la cultura de sus raíces, y no siempre la muestran de una forma tan obvia. Klink, al igual que la mayoría de los demás Pokémon objeto, son artilugios que dentro de las antiquísimas épocas de mitos y leyendas no se daban. Difícilmente veríamos dibujado en un pergamino algo como un engranaje, un llavero o incluso una Pokéball. Entre otras cosas, veríamos como Tsukumogami un paraguas de un ojo y un pie decrépito, por ejemplo.
Tranquilos, un Karakasa no es un Pokémon... por ahora. ¿Todos los Pokémon objeto se basan en la misma ley? ¿Todos ellos son Tsukumogami? Tal vez así sea. Tal vez detrás de todos estos Pokémon, detrás del diseño de una muñeca, de un candelabro o incluso de una bolsa de basura se encuentra una parte de la cultura japonesa que une aquellos Pokémon que en nuestra vida diaria vemos como simples objetos... o comestibles. ¿Cómo habrá durado un porcehelado 100 años para originar un Vanillite? Bueno, hay cosas que tampoco tienen mucha explicación, aunque el número de Pokédex que registra a Voltorb tampoco parece una coincidencia...
Pokémon #100: Voltorb. Bastante curioso. Por último, me quedo con una parte de la conversación con nuestra profesora: ¿De dónde vienen los Pokémon y adonde van? Estoy plenamente convencido de que si logramos averiguarlo, podríamos estrechar aún más nuestros lazos.
Y con esto y un bizcocho... ¡muchas gracias por leerme!