Pues a mí me pareció una soberana basura que únicamente sirvió para hacer publicidad descarada de las Mega-evoluciones.
He leído por ahí que esta... cosa es superior al anime oficial, lo cual dudo muchísimo. Cierto es que a día de hoy el anime no es una obra maestra (aunque la animación es tan buena como la de este especial), pero antaño tenía auténtica profundidad y matices. En el anime oficial, tan denostado el pobre, cada Pokémon tiene su personalidad, bien definida, cuando en el especial toda la acción gira alrededor del ultra-molón y siempre-adorado-por-los-fans-porque-es-de-tipo-fuego-y-es-un-dragón Charizard. El combate contra Giovanni me hizo pasar vergüenza ajena, sin más, viendo cómo el papel de héroe se le ofrecía descaradamente a Charizard aunque su victoria careciese de sentido en términos de metagame. También en el oficial vivíamos momentos auténticamente dramáticos sin necesidad de caer en la moralina típica del anime mediocre, como la mítica escena de los Spearow o la de la cueva en plena nevada. Pero, eh, aquí tenemos a Rojo hablando del poder de la amistad, a Giovanni recordando su infancia y sus sueños por enfrentarse a un crío o a Marowak muriendo ante porras eléctricas. Las batallas podrán ser todo lo molonas que queráis, con un Scyther corriendo por las paredes, pero dos cosillas: la primera, que en el anime oficial también ofrece escenas de este calibre. La segunda, que en el oficial existe un FONDO, eso que la gente ignora totalmente para dejarse engatusar por golpes y demás. Comparar el fondo emocional de la batalla entre Infernape y Electivire con los combates de este especial es sacrilegio. Sí, lo sé, reflejan mejor las del juego. Pero es que el juego es juego y el anime es anime. El segundo cuenta una historia con un mayor grado de realismo y coherencia. No tiene sentido que los Pokémon, criaturas que sienten, se comporten como robots a los que ordenas atacar y que esperan un turno a que el adversario los hiera. Lo que sí tiene sentido es que un Infernape se enfrente al mejor Pokémon del entrenador que lo abandonó y ambos acaben dándose puñetazos sin parar de la rivalidad que tienen. Entiendo que mole ver el videojuego plasmado en una serie, pero es que un videojuego es un videojuego y una serie es una serie. Ambos tienen una narrativa totalmente distinta y cuando pretendes imponer la del videojuego en una serie te sale un producto artificial y absurdamente plano, como es este especia.
Comprendo que mole lo de la nostalgia y tal, pero este especial no vale nada.