Bueno, es mi primer relato, no sean duros conmigo e.e
Querido diario, me llamo Lili y desde hoy prometo contarte todo cuanto me pase, tanto bueno, como lo malo, e incluso lo íntimo.
15 de Septiembre
Hoy no ha pasado nada fuera de lo común, espero que mañana cambie para bien. Puesto que aún no te he contado nada sobre mí espero que así me puedas conocer bien: Me llamo Lidia, aunque mis amigos me llaman Lili. Soy una chica apasionada de lo simple, puesto que aprendí a convivir con ello desde pequeña. Me gusta asomarme a la ventana cuando llueve, vivo en un pequeño barrio al este de Okaido. Vivo con mi padre, mi madre, mi hermano y aquel perrito que compramos en verano. Mis padres, a cada cual mejor persona, a veces, emm.. como lo diría... me sacan de quicio. Sé que es por mi bien, pero ellos no comprenden que si en esta vida no me equivoco y aprendo, nadie lo va a hacer por mí.
Trabajo en la oficina soy diseñadora gráfica. Mi jefe dice que tengo una imaginación muy buena, y que probablemente llegue lejos en esta vida. No puedo evitar regocijarme de sus elogios, me satisfacen enormemente. Sin embargo, yo con lo que realmente sueño es con conocer al amor que haga mi vida más amena.
6 de Octubre
He ido a un concierto, lo he pasado en grande. No pude evitar dar dos besos a mi padre en la cabeza (costumbre mía), era mi grupo favorito y ha sido como un sueño, o mejor que eso, un sueño hecho realidad. También te quiero contar pequeño diario, que tenía un chico al lado al cual no podía quitarme de encima. Un chico rubio, ojos azules, alto y deportista, el sueño de toda mujer. Aún no puedo creerme que tontease conmigo, pués me valoro más bien poco.
4 de Noviembre
Hoy he ido a tomar café con mis amigas. Cuál fué mi sorpresa cuando vi al chico del concierto allí. Les conté a mis amigas lo pasado en el concierto y ellas me decían a la vez que reian: ¡Anda, menuda mirada te ha echado! Por supuesto, a mí la risa tonta ni Dios me la quitaba. La sonrisa que yo sentía en aquel momento solo podía quitármela una regañina de mi madre o de mi padre, que por mucho que los quiera, he de decir que en ocasiones son amargantes.
Me estuve fijando más a fondo en el chico mientras tomaba café: miraba al café y pensativo, a cada instante el móvil como esperando recibir una llamada, se tocaba el cabello muy a menudo y con su otra mano sostenía el cigarrillo. De repente se levantó en dirección hacia mí y cual fué mi sorpresa que se presentó a mis amigas con toda la sociabilidad del mundo. Aprovechó de paso para darme una nota en papel recortado de periódico: Espero verte aquí. No entendía que quería decirme hasta que ví que en el papel ponía la dirección de un parque, el Parque de los Apóstoles y para el día 14 de Noviembre. Por si fuera poco, me había apuntado su número de teléfono. No sé si es que estoy nerviosa, pero creo que he empezado a marearme.
14 de Noviembre
Creo que llevo más de dos tilas tomadas, aún así no consigo calmarme, esto me supera. Mis nervios están a flor de piel, es que j****, imaginaos un chico así pidiendoos una cita, ¿no os sentiríais ilusionadas y nerviosas? Resulta gracioso, porque a la vez que escribo en mi diario el lápiz me temblequea, y se me resbala por el sudor.
Son las 5:30, quedé con el a las 8, y necesito bien saber que ponerme, pues si encima de que soy indecisa con la ropa para causar buena impresión, le añadimos lo que luego me espera, probablemente más de una explotaría.
Son las 8, mientras llego al parque en coche, voy diciéndome a mí misma que voy guapa, que le impresionaré y que si se ha fijado en mí es porque algo valgo.
Son las 11 de la noche, ya terminó la cita y todo fué genial, el mejor día de mi vida. Apenas comenzamos a hablar sobre en qué trabajamos el chico me miró a los ojos y me besó. Mi silencio era evidente, no sabía como reaccionar, y para hablar y decir una cagada pues me quedé callada, dejé que fuese el quien hablase. Para mi sorpresa me propuso empezar a salir, algo con lo que no sé el por qué, hizo que mi cuerpo empezara a temblar, a la vez que reía locamente como una descosida. Quizás es por la extraña mezcla que tengo en el cuerpo de nervios y de felicidad.
20 de Noviembre
Las cosas van genial, nada nuevo. Todo es perfecto cuando estoy con ese chico, pero como toda norma, las cosas buenas llevan consigo una mala. Mi padre me ha visto con él, me ha dicho que no me vuelva a acercar a ese g*********, que sólo pretende aprovecharse de mí y blablabla... le ignoro, ¿no se ha dado cuenta aún que para formar una familia el hizo lo mismo?
4 de Enero
Me he marchado de mi casa. Estoy viviendo con mi chico, creo que está algo cambiado o al menos es lo que noto, quizás son cosas mías. A veces llega borracho a casa y me obliga a hacer cosas con mi cuerpo que sabe que me revientan. Pero debo hacerlo, no quiero que se le vaya la mano como el otro día y mi otro pómulo acabe destrozado.
4 de Febrero
Tengo un brazo roto, no sé el por qué, pero mi chico se volvió majara. La culpa es mía y nada mas que mía... No sé valorar lo que tengo. Soy muy poca cosa para él, y encima de que estoy con él voy yo y me quejo... Hoy para colmo, en el trabajo, mi jefe me ha dicho que debo denunciarlo, que es un maltratador y no le hago ni caso... Yo sé que la culpa es mía por no valorar lo que tengo.
4 de Marzo
Querido diario (caen gotas de sangre en la página), hoy te escribo para despedirme. Ya no volveré nunca a llorarte ni a reírte, la última paliza fué sin duda la peor. Se puso como descontrolado por no obedecerle y hundió mi cabeza en el radiador. Me cuesta respirar, tener balas en el pecho no es algo con lo que poder convivir más de 2 minutos. A la vez que te escribo, mis rodillas van clavándose en el suelo, mis manos enrrojecidas y resbaladizas no me dejan ni siquiera sujetar este boli con firmeza. Jamás volveré a ver la lluvia desde mi ventana.
Querido diario hoy no te digo hasta mañana.