Spoiler: Off. Nota por el autor. mostrar La sorpresa era que quería publicarlo en Halloween, pero hace nada me enteré de que el 31 de Octubre me voy de viaje, así que publicarlo el 30 o publicarlo el 25... Por un mero detalle en la ambientación del relato... Bueno, ¿y qué más da? Imaginaos que es Halloween y punto.
¡Disfruten del relato!
[Se recomienda emplear la música del link mientras leen]
Hoy es Halloween, día de diversión y júbilo. Las caras de los niños se ven envueltas en identidades distintas a la de ellos mismos, como si intentasen huir de la realidad por un solo día. Fiestas, dulces… aquella noche, claramente, era una noche de alegría.
Pero yo no estaba fuera, como solía hacer todos los años. Bajo la bóveda de cielo estrellado ninguna nube se alzaba sobre aquella casa. Ninguna gota de lluvia destruía aquel ambiente. La noche de brujas se encontraba despejada, libre para despegar sus vuelos bajo la luz tibia de la luna.
En una estrecha habitación, con una simple lámpara de noche encendida, mis lágrimas caían sobre las mejillas. Me prometí no llorar. Me prometí que esta noche sería una noche de diversión. Me prometí tantas cosas, que no puedo contar una y cada una de mis promesas rotas. Me encontraba arrodillada, junto a uno de los bordes de la cama, mirándola a los ojos, en silencio.
“Madre…” –Me atreví a murmurar.
Pude contemplar la escasa sonrisa que se asomaba en su rostro. No había alcanzado la mitad de su vida, y ya me abandonaba. Aquella noche, el destino decidió ser muy travieso, llevándose a una mujer inocente con él. Los médicos ya lo habían dicho. Ya habían dicho que aquella terrible enfermedad pronto te arrancaría de la vida, pero esperaba que estuviésemos juntas por lo menos un mes más. ¿Era mucho pedir?
Habíamos acordado que íbamos a colgar guirnaldas, decorar la casa, hacer galletas, y ver una película de terror. Madre, ¿es que vas a dejar todas esas promesas atrás? ¿Vas a dejarme sola, tirada en el camino, justo hoy? Me prometiste tantas cosas, que ahora me siento decepcionada. Sé que no es tu culpa, pero aun así no puedo evitar resentirme por todo lo que siempre quise hacer contigo y nunca pude. Primero padre y ahora tú. Una vez más, me siento sola en este mundo.
Recuerdo todas aquellas noches en las que yo fingía dormirme, y tú me acariciabas la cabeza con suavidad, lentamente, hasta que finalmente me dormía. Todas aquellas noches en las que, cuando no era más que una niña, me leías cuentos hasta pasada la medianoche. Eras la mejor lectora que pudiese haber conocido, ¿sabías? Es una pena que no me pudieses contar un último cuento ahora mismo. También recuerdo cuando me reñías por aquellas tonterías que hacía yo a aquella edad temprana. Sé que no lo hacías queriendo, madre. Aprendí de aquellos duros golpes en la nuca que me dabas, y con el paso del tiempo, comprendí que sólo lo hacías para que madurase. Es curioso que, ahora mismo, una persona tan madura esté llorando de esta manera por ti, recordando el pasado que tuvimos juntas. Madre… Oh, madre, en realidad creo que no he aprendido nada. Me avergüenzo ahora mismo de estar comportándome como una cría delante de ti, en tu lecho de muerte.
Noto cómo me agarras mi mano derecha. Tus dedos… Están cada vez más fríos. Ya no noto el mismo calor que el de tus abrazos. Aun así, siento que me reconforta. Es algo que siempre he adorado. Abrázame una vez más, mamá. No me dejes sola en este mundo. No me abandones en esta noche de alegría.
Te estrecho tu mano con fuerza, cada vez más tibia. Sé que sólo te quedan unos minutos, y la misma idea de imaginármelo me desespera cada vez más. ¿Qué haré si me abandonas? ¿A quién podré acudir en todos mis problemas? Sólo tú me comprendías en mis problemas, y contigo me sentía escuchada. ¿A qué hombro me acurrucaré ahora a llorar? ¿A qué oído susurraré mis más profundos secretos?
Hay tantas cosas que me habría gustado tener contigo… ¡Hay tantas cosas que me habría gustado que estuvieses allí… en el futuro! Mi boda… Mi primer hijo… E incluso mi funeral. Por no derramar más lágrimas, podría haber sido yo la que abandonase este mundo en lugar de ti.
Tu mano poco a poco se va despegando de la mía. Creo que ya no me escuchas. Creo que ya no me sientes. Pero yo no te voy a soltar aún. Quiero que esta sea una noche de diversión, una noche de diversión juntas. Quiero que veamos películas, hagamos galletas, y decoremos la casa de colores pintorescos. Este no era el final que yo esperaba de la noche de brujas. No quería llorar justo esta misma noche.
Porque hoy es Halloween, una noche de júbilo y diversión. Una noche de alegría.