El otro día, a la noche y antes de dormir, me puse a buscar un Pinsir hembra con Autoestima para capturarlo con Lujoball (ya que todos mis Pokémon llevan esta ball, uno tiene cierta clase). Esta tarea fue muchísimo más ardua de lo que os imagináis, hasta el punto de rondar las cuatro de la mañana sin ver un solo ejemplar deseado (miento, uno, pero se suicidó a base de Sumisión). Estaba medio dormido, desesperado por esta racha de mala suerte, hasta que, a través de mis ojos entrecerrados, vislumbré un Combee ligeramente más oscuro que soltó estrellitas al salir. Me desperté de golpe y me dispuse a capturar a mi decimosexto shiny en mi Pokémon Y.
¿Conclusión? Me salió antes un shiny que el dichoso Pinsir.
¿Os creéis que la historia acaba aquí? Ingenuos... Se ve que el destino me cogió manía y se cebó conmigo a base de ironías, pues:
A ) El Combee shiny... ¡tenía la habilidad oculta!
B ) A la mañana siguiente, nada más despertar, me puse a seguir buscando. Y adivinad. El primer Pokémon que me encontré fue un Pinsir hembra con autoestima.
Qué curiosas son las cosas de esta vida, ¿no os parece?