Nintendo normalmente apuesta por romper el mercado con algo absolutamente innovador, más que en reforzar la mejora. Le fue muy bien metiendo lo táctil y dos pantallas en las consolas portátiles. Luego fue reciclando la idea.
Pero, esta revolución, la del 3D, no salió bien. No tiene estrategia de mercado. La gente prefiere unos buenos gráficos a un buen 3D, y está claro que debido a esto, Nintendo tenía que reciclarse o morir.