Ya vienen los reyes magos. Ya vienen los reyes magos caminito de Belén. Olé, olé olanda, y olé, olanda ya se ve.
Tranquilos, no es que me haya pillado la cogorza del siglo vuelto loco ni nada por el estilo. Simplemente he querido poner este villancico a modo de presentación, porque, como regalo de Reyes, y para cerrar algunos pequeños flecos que hayan podido quedar sueltos en ambas partes del último capítulo, os dejo con el epílogo de "El pasado de Dusknoir". Un capítulo que no es imprescindible para continuar con la historia principal, y que, además, es un poco especial. Primero, porque no esta narrado por Duskull, sino por Treecko. Segundo, porque es un poco más largo que lo habitual. Tercero, porque ocurre a la vez que el último capítulo del fic. Y por último, porque ocurre algo que, aunque no me lo habéis preguntado directamente (o si lo habéis hecho, no lo recuerdo), estoy seguro que la mayoría se lo habrá cuestionado alguna vez. Dicha esta parrafada, os dejo con mi regalo de Reyes. Espero que lo disfrutéis 
Epílogo. Caminos separados.
Silencio. Sólo silencio. Los murmullos que solían ser habituales en aquellos momentos del día en los pasillos de los dormitorios hoy brillaban por su ausencia. Todo el mundo sabía que Duskull, el Maestro Chatot, Floatzel y la madre de Ralts habían ido a la guarida de Darkrai en busca de nuestros amigos, y la preocupación, incluso la falta de sueño en algunos de nosotros, eran palpables en el ambiente. De repente, oí como alguien entraba en mi habitación
–Buenos días, Treecko
–¿Qué tienen de buenos? –dije algo malhumorado
–Vaya, tú tampoco has podido dormir bien esta noche, por lo que veo– me replicó Celebi con su entusiasmo habitual– Pero bueno, no pasa nada. Estoy segura de que cuando Duskull y el resto vuelvan sanos y salvos con Ralts y los demás, el buen humor y la alegría inundarán de nuevo este lugar.
–¿Crees que les irá todo bien? Tú misma dijiste que Darkrai es mucho más peligroso de lo que creemos
–Lo sé, pero prefiero pensar que todo irá bien. Llámame rara
–Rara –dijo un recién aparecido Slugma
–Buenos días, Slugma
–En fin –comencé a decir–¿Qué hacemos mientras Duskull y los demás están fuera? Necesito estar ocupado haciendo algo que me ayude a no estar comiéndome la cabeza pensado todo el tiempo si estarán bien o no.
–Creo que en eso os puedo ayudar –dijo el Sr. Crawdaunt desde el otro lado de la puerta– Creo que una exploración es lo más indicado para que os despejéis.
–¡Qué bien!– dijo Slugma– ¿Y dónde iríamos?
–Al Bosque Sombrío. Es una zona bastante tranquila, y, al menos las otras veces que hemos ido, no hemos tenido muchos problemas con los pokémon que moran allí
–¿Y vamos en busca de algo? ¿O es sólo para estar ocupados?
–En principio, sería lo segundo, pero si queréis, podéis aprovechar y tratar de hallar algo de provecho –respondió el Sr. Crawdaunt– ¿Quién sabe? Lo mismo halláis algo que en un futuro nos podría ser útil contra Darkrai
–Quizás... –dije con cierta resignación
–Treecko... Entiendo que tú, particularmente, estés algo más preocupado que los demás, pero intenta cambiar ese ánimo. Sé que no es una gran expedición en comparación con otras en las que habéis estado involucrados, pero al menos, intento hacer algo que os ayude a distraeros y os haga más soportable la espera
–Lo entiendo, Sr. Crawdaunt, pero es que tengo la sensación de que las cosas se van a torcer. A torcer mucho, y siento que quedándome aquí parado o yendo de exploración no consigo nada. Simplemente hacer tiempo mientras Duskull y los demás se enfrentan a algo tan peligroso. Y si, puedo sonar incongruente cuando yo mismo le dije a Duskull que fuese sin nosotros, pero...
–...pero entiendes que Duskull no quería que nos entrometiésemos, y aunque lo comprendes y respetas, una parte de ti si querría estar luchando codo con codo con él –acabo de decir Slugma
–Exacto
–Por eso creo que la exploración es una idea estupenda –continuó Slugma– Sr. Crawdaunt, no se preocupe. Aunque sea sólo para que no nos quedemos aquí dándole vueltas a algo que ya escapa de nuestro control, haremos todo lo posible para que la exploración sea un éxito
–Así se habla, Slugma. Bueno, aquí tenéis lo imprescindible –dijo mientras nos entregaba una Bolsa– Si necesitáis algo más, no dudéis en cogerlo de la despensa. Espero que os vaya todo bien
–Gracias, Sr. Crawdaunt –dije algo más animado, mientras me disponía a mirar la Bolsa– Parece que no necesitaremos mucho más, así que, Equipo Aura, ¡adelante!
–¡SÍIIIIIIIII!– respondieron Celebi y Slugma al unísono
Y nos pusimos en marcha. La verdad es que el Sr. Crawdaunt tenía razón, la zona era bastante tranquila, y no nos costó mucho atravesar las ocho plantas del territorio. Los pokémon que habitaban en la zona, como Mismagius, Mothim y Jumpluff, más que pokémon primarios, parecían ser unos pokémon bromistas en busca de travesuras, que, más que haciéndonos daño, se divertían confundiéndonos y lanzándonos ataques de estado como Paralizador y Somnífero.
–Bueno –dijo Celebi cuando llegamos a la zona de descanso– Parece que la travesía ha sido más fácil de lo que creímos al principio
–Eso dilo por ti, que apenas te han paralizado y/o dormido –replicó Slugma
–Oye, por lo menos, cuando veía que tenías algún problema de estado, trataba de usar Campana Cura para curarte.
–Lo cual te agradezco, de veras.
–La pregunta es... ¿Qué hacemos ahora?
–Por lo que he oído comentar a mi padre, estamos en la Ciénaga Oscura. Más adelante, en el Corazón del Bosque, se yergue una colina, que, aunque forme parte del bosque, parece ser un territorio completamente distinto. Aunque dicen que hay algo que impide llegar al final de la mazmorra. Como si una fuerza misteriosa lo impidiera
–Interesante. Bueno, por seguir adelante no perdemos nada, así que...
–A...Ayuda...–oí que suplicaba una voz
–Treecko, allí –me señalo Celebi– En la base de la colina
Nada más llegar allí, pudimos ver a un pokémon rosa, con el vientre blanco y los ojos verdes, cuyas fuerzas flaqueaban, caer desmayado en el suelo
–Oye, ¿estás bien? –preguntó Slugma
–Man...Manza...
–Parece que quiere una Manzana –dije– Déjame ver si tenemos alguna en la Bolsa... Mira, parece que tu padre te ha metido una Manzana Perfecta...–mientras decía esto, aquel desconocido pareció recobrar la suficiente fuerza como para arrebatármela de las manos y ponerse a jugar con ella
–¿Pero...no se la va a comer? –preguntó Slugma sorprendido
–A lo mejor es un ritual que tiene antes de comérsela –dijo Celebi con una sonrisa, mientras aquel pokémon, por fin, comenzaba a devorar con ansia la Manzana Perfecta.
–¡Deliciosa! ¡Como siempre, en su punto óptimo! ¡Ni muy ácida ni muy empalagosa! –recitó aquel pokémon– ♫ ¡Manzanita, Manzanita! ¡Muy, muy rica! ¡Muy, muy rica!♫
–Parece que hay pokémon que disfrutan más con la comida que tú, Slugma –dije de forma sonriente
–¡Muchísimas gracias! Hacía una barbaridad que no podía degustar una Manzana Perfecta. Y todo por culpa de ese malvado pokémon... –dijo mientras se enfurruñaba
–De nada, para eso somos un equipo de rescate. Yo soy Treecko, y ellos son Slugma y Celebi, y juntos somos parte del equipo Aura, para más señas
–¡Oh, qué recuerdos! Aún rememoro cuando yo empecé a explorar territorios con el Maestro Armaldo... Por cierto, no me he presentado. Me llamo Wigglytuff
Al oír ese nombre, y tras ver como ese pokémon disfrutaba con la Manzana Perfecta, no pude evitar quedarme asombrado
–¡Gran Bluff! No puedo creerlo, está usted bien. El Maestro Chatot me dijo que había desaparecido...
–¡Chatot! –dijo con preocupación– No puede ser, ¿cómo es que lo conocéis? O mejor dicho, ¿cómo es posible que os haya hablado de mí?
–¿Por qué lo pregunta?
–Porque es un pokémon primario. Aquel ser tan malvado me separó de él mientras explorábamos esta zona, poco después de que el planeta acabara de paralizarse, y me encerró en un lugar prácticamente inaccesible. Y me aseguró que se encargaría de que Chatot cayese en sus redes. Y conociendo a Chatot, no me extrañaría que se hubiera dejado embaucar.
–Pero eso es imposible...Si fuera un pokémon primario, no podría hablar –dije– Además, no tendría sentido que me hiciese su pupilo... No lo entiendo
–Chatot siempre ha tenido el don de poder hablar cualquier lengua en este mundo, o como decía él, el Don de Babel. Muchas veces, gracias a eso, hemos logrado salir de muchas situaciones peligrosas. No me sorprendería que, aun siendo un pokémon primario, se hiciera pasar por un pokémon normal para conseguir sus objetivos. Bueno, los suyos o los de ese Darkrai
–¿Darkrai? –preguntamos los tres con cierta angustia
–Por lo que veo, lo conocéis bien
–No solo eso, sino que nuestros amigos está yendo a su guarida con Chatot –añadió Celebi
–Pero eso...eso es peligrosísimo. Se están metiendo en la boca del lobo. Tenéis que llevarme para allá ahora mismo, o vuestros amigos podrían acabar muy mal parados
–Yo iré contigo, Wigglytuff. –dijo Slugma– Vosotros, id al frente de Rescate a informar a los demás, por si acaso, Chatot volviera por allí
–De acuerdo –dijo Celebi mientras Slugma y el Gran Bluff emprendían la marcha hacia el Cráter Oscuro
Aunque estuviera de cuerpo presente mientras eso pasaba, mi mente no podía parar de pensar en lo mismo. Aquel pokémon que se encargó de mí tras la desaparición de mis padres, que me crió y educó como el hijo que nunca tuvo, en realidad, era un pokémon primario, que lo único que hacía era obedecer órdenes de Darkrai. No me era muy difícil imaginar el porqué. Aquella voz del Estrato Irisado dijo que mi aura era prácticamente incorruptible, que mi aura era como el oro puro, y que de mí podría depender el futuro del planeta. Saber que el Maestro...no, que Chatot sólo me quería para que Darkrai me manipulase me dolió. Y no solo por eso, sino por haberme sentido traicionado, y por comprobar que, aquella corazonada que tuve al despertarme estaba fundamentada
–¿Treecko? ¿Estás bien? Si necesitas llorar, o chillar, o desfogarte, ya sabes que aquí me tienes
–Vamos a la Arboleda Lóbrega –dije muy seriamente
–P...pero, ¿No deberíamos avisar a los del Frente?
–Sí, pero antes quiero detenerme allí. Tengo que hacer una cosa
–De acuerdo, si quieres te acompaño, y mientras tu haces lo que tengas que hacer, yo voy a avisar a los demás
–Por cierto, Celebi, en cuanto los avises, espérame en la entrada. Nos marcharemos de allí en cuanto haya terminado en la Arboleda. Y, antes de que me preguntes –la interrumpí–, lo hago por seguridad. Si Chatot ha sido capaz de entrar allí y no levantar sospechas, no sabemos quién más puede estar involucrado, y no quiero arriesgarme a que nos pase algo a alguno de los dos
–T...Treecko –dijo Celebi emocionada– Está bien, si es lo que quieres, así lo haré –añadió mientras íbamos hacia al antiguo Manantial Luminoso
–Os estaba esperando –dijo la Voz del Manantial cuando llegamos al Corazón de la Arboleda– Aunque sé que Celebi se tiene que ir, me alegro ver que sigue tan bien como siempre
–Gracias. En fin, me marcho. Parece que Treecko y tú tenéis que hablar de algo a solas.
–Ten cuidado, Celebi
–No te preocupes por mí. Sé defenderme muy bien solita –dijo mientras desaparecía de mi vista
–Me imagino que sabrás a lo que he venido
–Así es. Me sorprendió que no quisieras hacerlo delante de tus amigos
–No creí que fuera a ser necesario... Pero parece que me equivoqué
–No te equivocaste. Simplemente, optaste por hacer lo que creías que era lo correcto en ese momento. Y, ¿quién sabe? A lo mejor, lo que ahora ves como un error luego lo consideras un acierto... ¿Estás seguro de que lo quieres hacer? Ten en cuenta que, una vez que el proceso comience, no podrás echarte atrás
–Lo sé. Pero creo que ha llegado el momento. Creo que, si evoluciono, me será más fácil pasar desapercibido entre el séquito de Darkrai, incluyendo a mi propio Maestro.
–Entiendo. Pues, adelante –dijo mientras una tenue luz aparecía justo encima de mí– Relájate, toma aire y no temas, que no te dolerá. Sólo notarás como tu cuerpo cambia
–De acuerdo– respondí mientras me relajaba y dejaba que aquella luz fuera cambiando poco a poco mi aspecto
–Bueno, pues ya hemos terminado. ¿Qué tal te encuentras, Grovyle?
–Mejor que nunca –dije con mi voz algo más grave– Me siento más ágil
–Me alegra oír eso. Por cierto, sé que habéis estado explorando el Bosque Sombrío. Te alegrará saber que, al final del Corazón del Bosque, en la cima de la colina, hay un Pasaje del Tiempo
–Ese Pasaje...
–Os permitiría viajar en el tiempo sin que Dialga Primario os pudiera detener. Además, allí encontraréis la ayuda que le pedisteis a la Voz del Portal. Sólo sé que su nombre es Kaizen
–No sabes lo contenta que se va a poner Celebi cuando le dé la noticia
–Pues corre, ve para el Frente de Rescate. Una cosa más, Grovyle –dijo mientras me iba a poner en marcha– No trates de cambiar el mundo tú sólo. Si se te presenta la oportunidad, déjate ayudar. Entiendo que ahora desconfíes de todos, pero no cargues sobre tus hombros una responsabilidad de este calibre.
–Entiendo... Te haré caso. Espero que, si nos volvemos a ver, el mundo haya cambiado
–Eso espero yo también...Eso espero –me contestó mientras, ahora sí, volvía corriendo al Frente de Rescate.
No me equivoqué al decir que me sentía más ágil. No sé si porque me sabía el camino casi de memoria, o si en realidad fue sugestión mía, me pareció tardar mucho menos en llegar al Frente, donde Celebi me estaba esperando
–T...Treecko –dijo Celebi en cuanto me vio– Sé que eres tú porque eres el único que no ha entrado directamente al Frente, pero no te he reconocido. ¿Qué...?
–He evolucionado, Celebi. Ya he dejado de ser Treecko para convertirme en Grovyle
–Si te ha cambiado la voz y todo. Me gusta como te llamas ahora...Grovyle. Supongo que es la única buena noticia del día
–¿Por qué lo dices?
–Duskull ha caído en manos de Darkrai. Por lo que les ha contado Slugma, se quiso entregar para que el Frente de Rescate no sufriera más por culpa de Darkrai. Lo peor es que, aunque al poco de entregarse, mientras Darkrai lo hacía uno de los suyos, Wigglytuff se sacrificó, empujando a Darkrai a un portal que Floatzel y Gardevoir se encargaron de romper para que Darkrai no pudiese volver, no llegaron a tiempo para evitar que Duskull se volviera un pokémon primario. Así que, si nos lo encontramos en nuestro camino, tendremos que luchar con él
–Entiendo...En fin, Duskull ha hecho un gesto de nobleza inconmensurable, pero supongo que el destino ha querido que haya sido en vano. Pongámonos en marcha, Celebi. Aquí ya no hay nada que nos ate
–¿Y qué hay de mí? –dijo Slugma, que aparecía con la Srta. Gardevoir, el Sr. Magcargo y Floatzel– Si os vais, ya no me quedará nada. Bueno, sí, está mi padre, pero él me ha dicho que haga lo que crea conveniente. Además, me ha dado estas cartas que nos dejo Duskull antes de irnos
–Slugma, yo...–dijo Celebi
–Ven con nosotros, si quieres. Al fin y al cabo, del equipo Aura, sólo quedamos nosotros dos. Y estoy seguro de que ni Duskull ni Ralts querrían que nos separásemos.
–¿En serio? –dijo Slugma sorprendido, mientras miraba a su padre– Papá, sé que no debería, pero...
–Claro que debes, hijo. –dijo el Sr. Magcargo algo emocionado– Está claro que ha llegado el momento en el que debes salir del nido, y, aunque no te niego que me duele, no estaría bien que te retuviera aquí. No. Tu lugar es estar con Celebi y con Grovyle, para que os apoyéis los unos a los otros. No te preocupes por nosotros, estaremos bien. Y, siempre que sigamos aquí, seréis bienvenidos
–Muchas gracias, Sr. Magcargo
–No me des las gracias, pequeño. Siempre supe que había algo especial dentro de ti, y por lo que veo, no me equivocaba. Pocos pokémon hemos sido capaces de evolucionar tras la paralización del planeta, y para ello, hemos tenido que demostrar una voluntad extraordinaria. Estoy seguro de que no os pasará nada
–Tened mucho cuidado –añadió una desconsolada, aunque tratase de parecer entera, Srta. Gardevoir– En cierto modo, gracias a vosotros, el equipo Aura, y a vuestra actitud, me está siendo más fácil asimilar la perdida de mi familia. Así que, de verdad, espero que os vaya todo bien
–Bueno, supongo que ha llegado el momento de decir adiós –dijo Celebi con tristeza
–Así es. Tened cuidado, chicos
–Lo tendremos –dijimos los tres a la vez, mientras dejábamos atrás el Frente de Rescate, para lanzarnos a la aventura. Para adentrarnos a lo desconocido. Para intentar cambiar el planeta
Bueno, ahora sí que sí, doy por finalizada esta primera etapa de "El pasado de Dusknoir". Aún no tengo nada decidido acerca de la secuela, pero no os preocupéis, que, en el momento que tenga capítulos para publicar, seréis los primeros en enteraros. En fin, dicho esto, os dejo. Hasta pronto 
P.D.: El nombre de Kaizen significa "cambio positivo" en japonés (eso si Google no me ha timado). No sé, aparte de que el nombre en sí me ha gustado, parece el nombre más apropiado para el humano que viene a salvar el mundo pokémon, ¿no creéis?