Autor Tema: [FanFic] Ryo, la Leyenda 1  (Leído 3958 veces)

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miguelx

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[FanFic] Ryo, la Leyenda 1
« en: 18 de Noviembre de 2012, 01:35:12 am »


Hola a todos, antes que nada voy a presentarme, puesto que acabo de registrarme en el foro. Soy Miguelx, amante de las historietas pokémon. Esa es la razón por la que estoy aquí, así que sin más dilación, voy a presentaros mi fic. Si en un principio fue pensado para todos los públicos, ahora lo calificaría como +13, pues conforme avanza la historia vemos algunos términos malsonantes y un poco de sangre...

Historia de la cual llevo escritos 48 capítulos, con el objetivo de llegar a unos 60. Los capítulos escritos hasta ahora están colgados en otro foro, de modo que si os gusta la historia os puedo decir dónde podéis leer el resto.

Ryo es un adolescente nacido en Pueblo Azuliza que se ve obligado a mudarse a Sinnoh por razones de trabajo de su padre. Junto a su colega Dani y Amaia, hermana menor de la famosa entrenadora Sapphire, emprenderán un recorrido por la región con el objetivo de reunir las 8 medallas y presentarse a la Liga Anual. Sí, parece la historia típica del aventurero pokémon, pero... ¿Qué pasaría si el guardián de la luz se pasara al lado oscuro? Será entonces cuando las sombras protejan a los humanos de la letal y primitiva ira de los dioses.


De momento colgaré los primeros diez capítulos. ¡Saludos!



miguelx

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Re:[FanFic] Ryo, la Leyenda 1
« Respuesta #1 en: 18 de Noviembre de 2012, 01:41:58 am »
Aviso que los primeros capítulos son de lo más común que os podáis esperar. Sí, típicos y aburridos, pero una buena historia nunca empieza por lo mejor, o tal vez sí? El juicio es vuestro.


CAPÍTULO 1. NUEVAS PROMESAS



Pueblo Hojaverde

Ryo abrió los ojos cuando los primeros rayos de sol iluminaron la rendija que su persiana a medio bajar dejaba pasar. Escuchó cómo los Starly y Staravia madrugadores piaban, surcando el cielo. Tras un rato de meditación decidió levantarse de la cama. Se lavó la cara, se vistió y se miró al espejo: su pelo castaño estaba más revuelto de lo normal, sus ojos verdes brillaban pese al sueño: estaban llenos de ilusión. Después se preparó la mochila: una gorra, provisiones de comida, prendas de abrigo, su bici plegable, sus gafas de sol, el carnet de identidad y el PokéGear.

El gran día. Al fin, iba a ser lo que siempre había soñado: un entrenador pokémon. Ryo tenía 19 años y nació en Pueblo Azuliza, un pequeño pueblo situado en una isla en la región de Hoenn, pero no había podido iniciar su aventura por razones familiares. Ahora que se había mudado a Sinnoh por cuestiones de trabajo de su padre, no podía dejar pasar la oportunidad.

-Al fin… -se puso sus zapatillas – podré ser… -se colocó la gorra- ¡el mejor entrenador del mundo! – Gritó al aire, levantando la persiana y asomándose a la ventana de su habitación.

Ryo se acababa de mudar a una agradable casita de campo junto a su padre Sebas, que había sido un gran entrenador; su madre Blanca y su hermana Rebecca. También vivía con un pequeño Elekid que encontró cuando era joven, y que desde entonces se había convertido en su gran compañero. Tras desayunar y despedirse de su familia Ryo partió, dejándolos atrás, pero dispuesto a empezar su esperada aventura pokémon. Su madre se había mostrado de lo más emotiva; se dio cuenta de que los iba a echar mucho de menos. Mientras reflexionaba sobre aquello, se dirigió corriendo a casa de su mejor amigo, que también vivía en el pequeño pueblo.

-¡Dani, es la hora! – Gritó aporreando la puerta.

-¡Ryo! – Acababa de abrir un chico con cara de sueño y ojos marrones. Llevaba pelo medio largo y despeinado, lo que le daba cierto aire de despistado. Su amigo de toda la vida, también de Pueblo Azuliza, no tenía padre; éste era un conocido investigador Pokémon y había desaparecido hacía dos años. Dani fue a buscar su mochila, se despidió de su madre y ambos emprendieron el camino hacia Pueblo Arena, donde se encontraba el Laboratorio del conocido Profesor Serbal. Cogieron sus bicis y recorrieron la ruta que los llevaba a Pueblo Arena.

-¿Qué pokémon crees que tendrá? – Preguntó Ryo a Dani, con aire soñador. – Muchos entrenadores vienen a Pueblo Arena para que el profesor les dé su primer Pokémon.



Pueblo Arena

Se trataba de un pueblo pequeño y bonito. Siguiendo los niveles del terreno, se dividía en varias fincas separadas entre sí. La mayoría de ellas contaban con grandes caserones rodeados de cultivos y huertos frutales. Los niños corrían por las calles, y había varios ancianos paseando. El sol brillaba, y una agradable brisa corría por el pueblo. No tardaron en encontrar el enorme laboratorio: de un impecable blanco, en lo alto de una verde colina, imponiéndose sobre el pequeño pueblo. Entraron, y allí estaba el profesor: alto y erguido pese a su avanzada edad. Llevaba un jersey azul liso sobre el que descansaba una rígida gabardina marrón. Hablando con él se encontraba una guapa adolescente: pelo castaño, largo y ondulado; con un bonito flequillo tapándole parte de su rostro. Sus azules ojos se dirigieron hacia los dos amigos que habían entrado por la puerta.

-Hola, chicos, os presento a la que será la compañera de vuestras aventuras… Tratadla bien y cuidadla, ¡que es la hija pequeña del profesor Abedul! – Dijo el profesor, mirándolos de reojo.

Ryo la miró asombrado. ¿Cómo no se había dado cuenta antes?

-Tú… ¡¿tú eres Shappire?! ¿Eres la chica que salvó al mundo junto a Ruby, hace 3 años, destrozando los planes del Team Aqua y el Team Magma? Pensaba que eras más mayor… – Le preguntó, impresionado.

- Soy su hermana… Me llamo Amaia.

Ryo apartó la vista de ella pese a su deseo de hacer más preguntas. Había conocido a la hermana de una mundialmente conocida entrenadora. El profesor carraspeó para llamar su atención; había abierto su maletín, lleno de cuadernos, hojas sueltas y tres pokéball.

- Habéis venido a escoger a vuestro primer pokémon. - Dijo el profesor.- Tengo un pokémon para cada uno de vosotros, y son muy especiales. - Dicho esto, sacó las tres pequeñas pokéball de su maletín - Son Turtwig, el pokémon Hojita; Chimchar, el pokémon Chimpancé y Piplup, el pokémon Pingüino. - Liberó a las tres criaturas de sus cápsulas mecánicas. El que tenía aspecto de tortuga miraba con serenidad a los muchachos. El chimpancé bostezó, y el pequeño ave acuática husmeaba a su alrededor, curioseando el laboratorio.

-Yo escojo a Turtwig. – Dijo Ryo, mirando fijamente al pokémon.

-¡Para mí, Chimchar! – Escogió Dani.

-A mí siempre me gustó Piplup. – Dijo por último la sobrina del profesor.

-Bien, pues… ya tenéis a vuestro primer pokémon. – Dijo el profesor devolviéndolos a sus pokéballs y dándoles una a cada uno. Después se dirigió a Ryo y Dani - Todos los entrenadores que vienen aquí me piden una Pokédex. Los profesores las reservamos para aquellos entrenadores que de verdad creemos que tienen talento. Estoy seguro de que tenéis potencial… siendo hijos de un buen entrenador y de un importante investigador... Pero tendréis que demostrar vuestra capacidad. Os voy a prestar el último modelo de Pokédex. Quiero que recojáis información de todos los pokémon que veáis. Amaia también tiene una. Si cuando recorráis la región no habéis demostrado ser aptos para ayudarme en mi investigación, habréis de devolvérmelas. ¿Entendido? No es cosa fácil, todos los entrenadores se creen capaces y luego se decepcionan a sí mismos... Estoy haciendo estudios sobre pokémon raros, poco comunes... Y no todos son capaces de encontrarlos.

Los tres jóvenes asintieron, decididos. El investigador famoso les guiñó un ojo.

- Cada entrenador puede llevar un total de 6 pokémon en su equipo. Cuando sobrepase ese número podéis enviármelos a mí, servirán para mi investigación y reposarán hasta que los necesitéis de nuevo. El Gimnasio al que suelen ir los entrenadores novatos es al de Ciudad Pirita, os cae cerca de aquí. Y creo que eso es todo…

Los entrenadores se despidieron del profesor y salieron del laboratorio montados en sus bicis, rumbo a la aventura.

Y así, los tres jóvenes partieron de Pueblo Arena para comenzar una nueva vida. No se imaginaban que Sinnoh les deparaba muchas sorpresas. El futuro de la región, y del mundo pokémon, dependía de ellos.

miguelx

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Capítulo 2
« Respuesta #2 en: 18 de Noviembre de 2012, 01:43:03 am »
CAPÍTULO 2. ¡VE, POKÉBALL!



Ruta 202


Las tres nuevas promesas llegaron al límite de Pueblo Arena. Sus bicis levantaron unas leves motas de polvo al derrapar en el camino con varias bifurcaciones.

-El primer Gimnasio es en Ciudad Pirita, ¿no? Pues para ello tenemos que pasar por Ciudad Jubileo, que se encuentra al Norte, por esta ruta. - Dani inspeccionaba su arrugado mapa.

-¡No puedo esperar para tener mi primer combate pokémon! – Dijo Ryo.

-Ryo, ¿qué te parece si peleamos? Tú contra mí. Y así conocemos a nuestros pokémon. - Propuso Dani.

-Eh, chicos. No pensaréis dejarme fuera… - Apuntó Amaia.

-¿Qué os parece tres contra tres? – Los tres jóvenes estaban ansiosos por pelear. Se dispusieron en forma de triángulo, cada uno en un vértice. Sería un combate rápido, tenían poca experiencia y sus pokémon estaban a bajo nivel. Ryo sacó la pokéball del cinturón, pulsó el botón blanco y la lanzó al aire. - ¡Sal, Turtwig!

El pequeño Pokémon verde-amarillo salió en un rayo de luz. Ryo sacó la Pokédex.

 Turtwig, el pokémon Hojita. Un pokémon tranquilo pero difícil de entrenar. En combate cambia radicalmente y se vuelve mucho más feroz. La hojita de su cabeza marca su nivel de salud, así como su caparazón, que debe estar húmedo.

Ryo se agachó frente a su pequeño Pokémon.

-Turtwig, a partir de ahora somos amigos. Vas a tener tu primer combate. Pareces muy fuerte, así que confío en ti.

-¡Chimchar, a combatir! – Dani lanzó su pokéball, de la que salió el llameante Pokémon primate.

 Chimchar, el pokémon Chimpancé. Tipo Fuego. Es muy ágil; puede trepar árboles y escalar montañas escarpadas con gran facilidad. La llama de su cola sólo se apaga cuando duerme. Es muy cariñoso con su entrenador.

-¡Piplup, te elijo a ti!

La pokéball de Amaia se elevó en el aire y de ella salió el pequeño pokémon azul, que empezó a correr alrededor de esta, feliz por haber sido liberado.

 Piplup, el pokémon Pingüino. Tipo Agua. Es muy orgulloso, por lo que odia aceptar comida de la gente. Su grueso plumón le protege del frío, es un gran nadador y puede bucear más de 10 minutos. Le cuesta coger confianza con su entrenador, pero cuando lo hace adopta pronto su temperamento.

Los tres jóvenes se miraron y comenzaron la pelea.

-¡Piplup, Gruñido y Destructor! – Atacó Amaia.

-Turtwig, esquiva y contraataca con Placaje.

-Chimchar, aprovecha ahora y Arañazo a ambos.

Piplup no pudo retroceder, y antes de hacer su Destructor ya había recibido de lleno el Arañazo del Chimchar. Por suerte, con Gruñido había bajado su ataque y no logró debilitarlo. Turtwig pudo esquivar el Arañazo.

-Turtwig, ¡Placaje a Chimchar!

-Chimchar, contraataca con Malicioso y Arañazo.

Los dos pokémon chocaron en el aire, pero el Arañazo de Chimchar lanzó a Turtwig para atrás. Dani ordenó a Chimchar que repitiera su movimiento. Los dos pokémon se lanzaron a la carga otra vez, pero ninguno de ellos cedió.

-Piplup, ¡ataca a ambos! – Piplup, que se había estado recuperando, lanzó una ráfaga de burbujas que acertó a los dos pokémon, mientras colisionaban de nuevo en el aire. Una nube de polvo envolvió a los pokémon. Cuando se disolvió, Chimchar estaba en el suelo, derrotado por el ataque Burbuja de tipo Agua. Sólo quedaban Piplup y Turtwig, este último agotado por los Arañazos de Chimchar. – Ahora, ¡Destructor y cuando lo tengas Burbuja!

Piplup se lanzó hacia el pokémon Planta, que estaba malherido en el suelo. Pero entonces, la hoja de la cabeza de Turtwig empezó a brillar y un rayo de luz verde acertó a Piplup en el aire, haciéndolo caer debilitado.

Absorber, movimiento de tipo planta que permite absorber la energía del oponente.

Ryo felicitó a su pokémon, tras consultar la Pokédex.

-No pienses que la próxima vez ganarás. – Le sonrió Dani.

-Ha sido un buen combate, ¿no? – Les dijo Amaia, también sonriente.

-¡Rumbo a Ciudad Jubileo!

Los entrenadores devolvieron a los pokémon a sus pokéball y continuaron su camino, adentrándose en la ruta 202. Esta consistía en un camino de grava flanqueado por prados y pequeñas arboledas por las que se veían todo tipo de pokémon.

-Así que nunca te has dedicado a los combates... - Preguntó Ryo.
-No, siempre he ayudado a mi padre con su investigación, sobretodo desde que mi hermana empezó a viajar por las distintas regiones. Pero no tenía mucho contacto directo con los pokémon; más bien lo ayudaba con medicina pokémon y cosas así.

Amaia resultó ser una compañera simpática, aunque algo reservada. Tras comer unos bocadillos decidieron separarse para entrenar. Ryo llevaba un rato caminando junto a Turtwig, pero los pokémon que se encontraba no le llamaban la atención. Estaba a punto de dar la vuelta cuando escuchó un gruñido detrás de unos arbustos. Se acercaron poco a poco y de repente se escuchó un gruñido acompañado de un chispazo, que alcanzó al pokémon Planta. Un pokémon salió de los arbustos, mostrando los dientes. Ryo sacó la Pokédex.

 Shinx, el pokémon Flash. Eléctrico. La extensión y contracción de sus músculos genera electricidad. Brilla cuando está en peligro. Ataca dando descargas de electricidad. Es un pokémon fiero y muy competitivo.

Ryo ordenó a Turtwig que atacara con Placaje, pero la lentitud del pokémon Planta no alcanzó a Shinx, a quien sí le dio tiempo de golpear a Turtwig con Placaje. Tras repetir esa técnica un par de veces, se dio cuenta de que debía cambiar a una táctica defensiva si quería tener una oportunidad.

- ¡Turtwig, usa Refugio! - El pokémon Hojita hizo lo que le decía su entrenador, y el nuevo Placaje de Shinx no tuvo tanta fuerza. Shinx placaba una y otra vez, y Turtwig se fortalecía. Al cabo de un rato Shinx parecía bastante cansado, era la oportunidad. Cuando el pokémon eléctrico permanecía quieto, recuperando la respiración, Ryo atacó.

- ¡Ahora usa Placaje y después Absorber! - Turtwig se lanzó al ataque. El pokémon eléctrico no tuvo fuerzas para esquivar el primer ataque, por lo que cayó al suelo. Para el pokémon planta fue pan comido absorberle la poca energía que le quedaba.

- ¡Ve, pokéball! - Ryo lanzó una pokéball hacia Shinx, que se introdujo en ella en un haz de luz roja. La pokéball se movió un par de veces y dejó de brillar. - ¡Sí! - Ryo lanzó el puño al aire, orgulloso por su primera captura.

Los tres entrenadores se reunieron al finalizar la tarde. Amaia, por su parte, había capturado un Starly; y Dani no había hecho capturas pero había entrenado duramente con Chimchar. A lo lejos divisaron Ciudad Jubileo, un conglomerado de luces y altos edificios más allá de las arboledas que conformaban la ruta 202. Era tarde, así que acamparon entre unos arbustos. Cayó la noche, y durmieron bajo un despejado cielo lleno de estrellas, con sus mentes llenas de sueños y aventuras por cumplir.

miguelx

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Capítulo 3
« Respuesta #3 en: 18 de Noviembre de 2012, 01:43:50 am »
CAPÍTULO 3. EL DOJO POKÉMON. ¡APRENDER DE UNA DERROTA!



Ciudad Jubileo


Despertaron con la luz del día y se pusieron en marcha. Poco a poco iban dejando atrás los árboles y las praderas para adentrarse en terreno enlosado, rodeados por altos edificios. Un enorme cartel les anunciaba que se encontraban en Ciudad Jubileo. Barrios repletos de enormes edificios. Tiendas, fábricas, bancos, colegios. La gente se movía de un lado a otro, todos parecían llevar prisa. Un joven en bici casi atropella a Ryo, que miraba la altura de los edificios. Él, que había viajado poco y siempre había vivido en pequeños pueblos alejados de la urbanización, estaba impresionado por la grandeza de todo lo que lo rodeaba. Tras pedir indicaciones pasaron por el Centro Pokémon, donde rehabilitaron la salud de sus pokémon. Paseando por la ciudad llegaron a una enorme plaza con una bonita fuente en el centro, donde la intranquilidad y el estrés presentes en la ciudad se vieron sustituidos por el ocio: multitud de entrenadores se hallaban allí echando combates pokémon sobre los adoquines del suelo.

- ¡Así se hace, Bidoof!

- Bien hecho, Vulpix.

- ¡Es el momento, Rayo Burbuja!

Amaia se acercó a una chica que se encontraba sentada en la fuente. Su pelo era rizado y cobrizo, tenía aspecto agradable. Un pokémon amarillo saltó del agua de la fuente y se situó al lado de la chica. Era un Psyduck.

- Hola, me llamo Amaia, y estos son mis compañeros Ryo y Dani. No somos de aquí y hemos llegado a este lugar de casualidad. ¿Podrías decirnos por qué hay tantos entrenadores aquí?

La joven les contestó de forma entusiasta.

- Hola, soy Lea. ¿No lo sabéis? El edificio ese de allá – les dijo señalando un edificio al fondo de la plaza- es un Dojo Pokémon de batallas, y muchos son los que van allí a entrenar a sus pokémon. Si consigues quedar primero en el torneo que se hace cada martes, podrás combatir contra Troy, jefe del Dojo, y experto en pokémon de tipo Lucha. ¡Y hoy es martes! Yo no soy muy buena como entrenadora, pero voy a participar por primera vez.

Ese Dojo era la oportunidad perfecta para entrenar, así que tras agradecerle la información a la chica se pusieron en marcha. Se trataba de un edificio marrón de morfología cuadrangular, cuya entrada consistía en un arco en el que se podía leer con letras desgastadas: "Dojo Pokémon. ¡Saca la fuerza que llevas dentro!". Ryo y Amaia se adentraron y se inscribieron en el torneo; Dani prefirió inspeccionar la ciudad, pues el requisito de la inscripción era contar con al menos dos pokémon.

La sala de espera cada vez estaba más abarrotada conforme iban llegando entrenadores. Ryo fue de los primeros en ser llamados a combatir. Pasó a través de un pasillo para llegar a un campo de combate interior. En el extremo opuesto una muchacha con cabello cobrizo se acercaba al campo. Ryo la reconoció como la chica a la que habían conocido, Lea. Al entrar, ella saludó con el brazo. Cuando el referí dio el inicio del asalto, ambos lanzaron su pokéball. De la de Lea salió un Snubull. Ryo envió a su recién capturado pokémon Eléctrico.

 Snubull, el pokémon Hada, Tipo Normal. Aunque tiene aspecto fiero, es cariñoso y cobarde. A la hora de combatir, gruñe y saca los colmillos para envalentonarse.

Shinx arañó el suelo encerado con sus garras, preparándose para la batalla. Ryo esperaba haber hecho una buena elección; había entrenado poco con su nuevo compañero.

- Snubull, Mordisco.

- ¡Shinx, Placaje! - La orden de Ryo fue rápida y precisa. Shinx esquivó el ataque con facilidad y placó a Snubull, que cayó de espaldas al suelo. El pequeño perro se incorporó rápidamente y se lanzó hacia Shinx con sus colmillos rodeados de unas azuladas llamas pero el pokémon eléctrico viró para evitar el Colmillo Fuego.

- ¡Cara Susto! - Los ojos de Snubull se dirigieron a Shinx con un siniestro brillo, pero el movimiento no fue lo suficientemente rápido para evitar que Shinx golpeara de nuevo al pokémon con Placaje. La velocidad estaba a su favor, así que Ryo cogió confianza. Snubull comenzó a ladrar a Shinx para intimidarlo, pero Shinx no se hizo derogar. Tras recibir un veloz Mordisco, Snubull cayó al suelo derrotado. Lea sonrió y lanzó una nueva pokéball de la que salió el Psyduck que la acompañaba en la fuente.

 Psyduck, el pokémon Pato. Tipo Agua. Suele tener dolores de cabeza. Este pokémon tiene poderes psíquicos ocultos que hacen que esté desconcertado y aturdido la mayor parte del tiempo. Le encanta nadar.

- Shinx, Mordisco.

- ¡Psyduck, usa Arañazo! - Shinx esquivó el ataque, pero no pudo efectuar el suyo. El felino saltó de nuevo hacia Psyduck pero este se defendió con Pistola Agua, acertando en el pecho de Shinx y haciéndolo caer. Ryo necesitó dos rondas más, pero gracias a la ventaja de tipo pudo acabar con el pokémon Pato.

Amaia, por su parte, también pasó la primera ronda. El siguiente combate de Ryo fue contra un Bidoof y un Budew. No le costó mucho derrotarlos, la defensa de Turtwig y la rapidez de Shinx no dejaban tiempo a los contrincantes. Amaia se clasificó de nuevo, haciendo gala de una buena coordinación con su inicial Piplup.
Ryo y Amaia hubieron de pasar otra ronda más tras la cual sus pokémon acabaron exhaustos, pero les dio bastante tiempo para reposar hasta que fueron llamados de nuevo por el megáfono.

- ¡Semifinales! Amaia, de Villa Raíz, contra Ryo, de Pueblo Azuliza. Esta vez se tratará de un combate doble. - Se escuchó por el altavoz. Los entrenadores que habían sido derrotados observaban en la grada, expectantes.

Los dos amigos enviaron a sus pokémon: Starly y Piplup contra Shinx y Turtwig. Ryo sacó la Pokédex para informarse sobre el pokémon volador.

 Starly, el pokémon Estornino. Tipo Normal/Volador. Es pequeño, pero agita las alas con fuerza. Viaja en bandadas porque solo no se sabe defender. Pía de forma estridente para intimidar a sus adversarios.

- Starly, Ataque Rápido contra Turtwig, Piplup usa Gruñido.

- ¡Turtwig, esquiva! - Al pokémon Planta no le dio tiempo a apartarse, y recibió toda la fuerza del cuerpo de Starly en el costado, haciéndolo tambalearse. Amaia repitió su estrategia, y de nuevo Turtwig fue golpeado.

- Starly, ¡Ataque Ala! y Piplup, ¡Burbuja! - El pokémon Estornino empezó a agitar las alas creando un remolino y Piplup creó una ráfaga de Burbujas; ambos ataques iban directos a Turtwig. Amaia combatía con fiereza y estrategia; no era un adversario cualquiera, como hermana de una entrenadora legendaria que era. Ryo recordó lo que había aprendido viendo los entrenamientos de Marcial, líder de gimnasio de Pueblo Azuliza. "Aprovecha siempre las debilidades de tu contrincante, no le des tiempo a pensar." Su Shinx era tipo eléctrico, y aunque todavía no sabía ningún movimiento de ese tipo podía hacer bastante daño al volador...

- Shinx, ¡salta sobre Starly! - El pequeño felino saltó veloz hacia Starly y se encaramó a su espalda, haciéndole caer sobre el suelo por el peso de más. Gracias a eso Starly perdió el control sobre el Ataque Ala, dando tiempo a Turtwig a defenderse con Refugio. Sin embargo no pudo esquivar el ataque de tipo Agua de Piplup. Turtwig, con las extremidades introducidas en el pequeño caparazón, se defendía como podía de los ataques del pequeño pokémon Pingüino, que insistía una y otra vez. Antes de que Starly pudiera escapar, Ryo dio sus órdenes. - ¡Mordisco! – Shinx clavó sus afilados colmillos en la garganta de Starly, sin llegar a clavarlos del todo. La cercanía del ataque debilitó al pokémon volador instantáneamente. - ¡Ahora usa Placaje contra Piplup, y Turtwig, remátalo con Absorber! - El pequeño pokémon, que se hallaba encaramado a la espalda del pokémon Planta, no se esperaba la rapidez del Placaje de Shinx y una vez en el suelo a Turtwig no le costó reponer energía absorbiendo la de Piplup. Amaia devolvió sus pokémon a sus pokéball.

- Ha sido un buen combate. - Sonrió la chica.

- Buena contrincante, ha estado igualado. - Le devolvió la sonrisa Ryo.

En ese momento el público estalló en gritos cuando entró por la puerta un joven de unos 25 años, vestido con mono de kárate y cinturón negro. Estaba considerablemente musculado, y dos pokémon idénticos lo seguían a unos metros detrás suyo.

- Ryo, de Pueblo Azuliza. Marcial me habló de ti cuando partiste hacia estas tierras. - Se presentó. - Me llamo Troy. Parece que aprendiste bastante de su forma de batallar, pero ¿será suficiente para derrotarme? Usaré dos pokémon de tu nivel. ¡Adelante! – Los dos pokémon idénticos se adelantaron a su entrenador. Turtwig y Shinx se situaron frente a ellos. Los focos del techo brillaron y el público calló, expectante.

 Machop, el pokémon Superpoder. Tipo Lucha. Muy poderoso a pesar de su pequeño tamaño. Su maestría en artes marciales lo convierte en un duro rival. Adora entrenar y ejercitar sus músculos a todas horas.

- ¡Que empiece el combate! – Dio el inicio el réferi.

- ¡Turtwig, Refugio! ¡Shinx, Mordisco a uno de ellos!

Los dos Machop se dirigieron hacia Turtwig y lo golpearon con Patada Baja.

- ¿Cómo...? – Ryo no tuvo tiempo a reaccionar. - ¡Turtwig, usa Placaje!

- ¡Ryo, aumenta su defensa! - Ryo escuchó la voz de Amaia proveniente de las gradas.

Turtwig se levantó a duras penas para atacar, pero en lugar de eso usó Refugio. Las patadas de los dos Machop se dirigieron al pokémon Tortuga, golpeándolo en el costado. Turtwig cayó de lado sobre el suelo. Shinx aprovechó su velocidad para golpear a uno de los Machop por la espalda, pero estos se sincronizaban a la perfección. Nada más golpear al primero, recibió un puñetazo en el vientre por parte del otro Machop.

Ryo se dio cuenta de que llevaba unos segundos sin dar órdenes; se había quedado anonadado viendo cómo sus pokémon perdían.

-   Turtwig, usa Placaje y métete dentro del caparazón para aumentar tu velocidad.
Dio las órdenes a la desesperada, sin mucha seguridad, aunque intentó infundir ánimo a sus pokémon. Turtwig se lanzó a por uno de los Machop mientras Shinx se ocupaba del otro, distrayéndolo con su velocidad. Turtwig se introdujo en su caparazón golpeando a Machop en el pecho con el duro material del que estaba compuesto. Antes de darse cuenta Ryo Turtwig estaba en el suelo, sin fuerzas para combatir; el Machop no se había esperado el golpe pero había respondido: un Patada Baja a las patas de Turtwig y lo había noqueado. Ryo quedó mirando pasmado cómo su último pokémon, jadeando por el esfuerzo, trataba de resistir. Enfrentándose a los dos Machop al mismo tiempo el esfuerzo fue inútil. Un último golpe y quedó debilitado.
Ryo estaba abatido. Se había confiado tanto con sus anteriores combates que no había barajado la posibilidad de la derrota. Notó una mano en su hombro mientras el público aplaudía sin mucha efusividad, tal vez habían esperado algo más del combate.

- Te has defendido bien, chaval, pero te has confiado demasiado. Nunca debes bajar la guardia, y has de estar preparado para cualquier cambio imprevisto en el combate. He visto tus anteriores combates y sé que tienes madera de entrenador. Has pasado tiempo aprendiendo de Marcial, ¿verdad? Has heredado su técnica… Me gustaría darte un obsequio, ven. - El jefe del Dojo lo llevó a una sala dentro del edificio, y le dio una pokéball. - Me gustaría entregarte esto. El pokémon que contiene puede llegar a ser muy fuerte si está en manos de un entrenador hábil. Lo quiero de vuelta después de tus aventuras por Sinnoh, y entonces combatiremos de nuevo. Así veré cuánto has aprendido para entonces. No me defraudes, chaval.

Ryo se reencontró con Amaia a la salida del Dojo. Esta lo intentó animar pero Ryo necesitaba tiempo para pensar. Volvieron al Centro Pokémon, donde los esperaba Dani tomando un café.
-¿Qué tal ha ido? – Preguntó.

Pasaron la noche en el hostal del Centro Pokémon. Ryo no podía dejar de pensar en su reciente derrota. No sólo había sido irresponsable y descuidado, sino que había puesto en peligro la salud de sus pokémon... Los había decepcionado a ellos, pero peor: se había decepcionado a sí mismo. Entre estos negativos pensamientos cerró los ojos hasta que el cansancio le permitió concebir el sueño.

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Capítulo 4
« Respuesta #4 en: 18 de Noviembre de 2012, 01:45:20 am »
CAPÍTULO 4. ROBO EN EL MUSEO ARQUEOLÓGICO. EL EQUIPO GALAXIA.



Ruta 203


Amaia y Dani se despertaron con el dulce aroma del desayuno que les trajo la enfermera Joy, pero se dieron cuenta de que Ryo no estaba en su habitación. Encontraron una nota suya en la cama que rezaba "He ido a la ruta 203, nos vemos luego. Ryo". Tomado un cálido desayuno con leche y cruasáns y tras despedirse de la enfermera Joy, fueron en busca de la ruta 203. Se dirigieron al este de Ciudad Jubileo por el carril bici, dejando atrás las grandes manzanas de edificios y adentrándose poco a poco en la naturalez. De nuevo se encontraban entre árboles y arbustos, y la atmósfera era más agradable. Aire puro, nubes claras que de vez en cuando se dejaban atravesar por los rayos de sol y pokémon salvajes madrugadores que iban en busca de comida o a inspeccionar la zona. Con ayuda de Starly no tardaron en encontrar a Ryo, que se encontraba entrenando a sus pokémon en un pequeño claro rodeado de árboles.

- Turtwig, Refugio, intenta defenderte del Placaje de Shinx. - Turtwig aumento su defensa y aguantó la embestida de Shinx, que saltó unos metros atrás y se preparo para un nuevo ataque.

- Y ahora... Usa Confusión contra Shinx. – Dani y Amaia no alcanzaron a ver el pokémon a quien Ryo se había dirigido. Sólo alcanzaron a visualizar cómo el felino eléctrico, que saltaba de un lado a otro para esquivar el supuesto ataque, quedaba levitando en el aire, indefenso.

-¡Bien hecho, amigo! – Ryo felicitó a su nuevo compañero, y este subió a su hombro. Se trataba de un pokémon de extraño aspecto. Era de una tez blanquecina, y su cabeza y ojos estaba cubiertos por un pelaje verde, impidiéndoles ver su mirada. En la cima de su pequeña cabeza sobresalía una especie de cuerno rojo, brillante.

- ¿Quién es ese pokémon? - Susurró Dani a Amaia sacando la Pokédex mientras observaban de lejos el entrenamiento.

 Ralts, el pokémon Sensible. Tipo Psíquico. Ralts recibe las sensaciones de la gente y de los pokémon por los colmillos que tiene encima y detrás de la cabeza. No es común que este Pokémon aparezca en público pero cuando lo hace, se acerca si ve buena disposición en la gente. Cuando nota cierta hostilidad, se esconde.

- ¡Hola, chicos! - Saludó Ryo de lejos. Amaia y Dani se acercaron.

- ¿Has estado entrenando toda la mañana?

- Bueno, más o menos. Os presento a Ralts, mi nueva adquisición. Está conmigo temporalmente, debo devolvérselo al jefe del Dojo cuando esté más entrenado - El pequeño pokémon del hombro de Ryo parecía vergonzoso, pero los miró con curiosidad y les dedicó una sonrisa.

Dani conocía demasiado bien a su amigo como para saber que, sintiéndose humillado por su derrota del día anterior, debía haberse pegado desde la madrugada entrenando, para demostrar a sus pokémon y a sí mismo que no iba a rendirse fácilmente. Lo cierto es que Ryo no había podido dormir tranquilo, y esa mañana había entrenado duramente para fortalecer su equipo e idear nuevas estrategias. No quería volver a perder de forma tan patética como la del día anterior.



Túnel Pirita

Al fin encontraron la enorme entrada al Túnel Pirita. Una vez dentro, la oscuridad en la que se sumieron fue absoluta, de modo que iluminaron su camino con ayuda de Chimchar para evitar perderse. Habían decidido ponerse rumbo a Ciudad Pirita cuanto antes, querían enfrentarse al primer líder de gimnasio. El túnel no era muy grande, pero sí algo tenebroso. Recorrieron sin incidentes hacia la mitad cuando un potente rugido los sorprendió. El túnel tembló y la pared que se encontraba frente a ellos comenzó a desmoronarse, viéndose atravesada por un enorme cuerpo rocoso: se trataba de un Onix, algo pequeño para su tamaño, pues debía ser joven, pero indudablemente imponente. Dani tomó la iniciativa. Gracias a sus duros entrenamientos con Chimchar y a la inexperiencia del pokémon salvaje, pudo capturarlo al cabo de un rato.
Tras derrotar a unos cuantos Zubats y Geodudes, finalmente visualizaron la salida de la cueva que los llevaría a Ciudad Pirita.



Ciudad Pirita

Les costó media hora recorrer el sendero que separaba el túnel de la ciudad. Se trataba de una pequeña ciudad en la montaña, rodeada por todas partes de rocas y excavaciones. Se encontraba rodeada por largas cordilleras en toda su extensión, lo que le daba la impresión de una ciudad protegida del resto de la región, apartada de todo lo demás. Estaba en obras, por lo que no se podía decir que fuera especialmente bonita. Pasaron por el Centro Pokémon y, tras investigar un poco, decidieron ir a ver el gimnasio. Estaban caminando cuanto oyeron una terrible explosión en el centro de la ciudad, seguida de una enorme columna de humo gris que se levantaba entre los edificios. Se dirigieron hacia allí y se encontraron con un tumulto de gente de todas las edades que llegaba de todas las direcciones, para ver qué había pasado. La muchedumbre se agolpaba frente a un elegante y bien diseñado edificio alargado en cuya entrada se podía leer: "Museo Minero". El techo del edificio se encontraba desmoronado, era de allí de donde provenía el humo. La gente cuchicheaba y observaba fuera del perímetro que los policías habían dispuesto. Patrullas de ellos rastreaban los alrededores del edificio con sus pokémon.

- ¿Qué ha pasado? - Preguntaron a un hombre joven que se encontraba apartado de la multitud: llevaba casco de minero y un chaleco bastante desgastado.

- Han intentado robar el museo, todavía no sabemos quién. – Se quedó dubitativo, y de repente sacó una pokéball de su cinturón. - Pero no voy a esperar a averiguarlo. - Dicho esto, apretó el botón blanco de su pokéball y liberó un Onix de tamaño gigantesco comparado con el de Dani. Tras medir unas palabras con la policía, se adentró en el Museo.

- ¡Ese hombre está loco! - Dijo Amaia. - ¿Cómo va a entrar él sólo?

- Muchacha. - Un anciano de mirada dura se había acercado a donde estaban los amigos. - ese chaval no es un tipo cualquiera. Es el mismísimo líder del gimnasio de Ciudad Pirita. Si alguien puede enfrentarse a quien quiera que haya entrado en el Museo, es él.

-¡El líder! - Susurró Amaia.

- No me voy a quedar de brazos cruzados, quiero saber qué pasa. - Dijo Ryo. Sus dos amigos lo siguieron y lograron entrar sin que nadie los viera. Nada más adentrarse en el brillante edificio quedaron impresionados por su interior: una alfombra roja cubría la totalidad del suelo, y había varias réplicas de antiguos e intimidantes pokémon expuestas. Siguieron un largo pasillo que los llevó a una sala con la puerta a medio cerrar. Pasaron a través de ella y se encontraron con que estaba llena de gente: entre más réplicas de pokémon antiguos el líder del gimnasio se enfrentaba a un grupo de seis personas con uniforme blanco y negro en cuyo pecho se podía apreciar una enorme G amarilla.

- ¿Más intrusos? - Dijo una voz femenina. Una mujer con pelo rojizo y uniforme distinto al del resto dio un paso adelante, proclamándose como la portavoz del grupo. - Soy Venus, comandante del Equipo Galaxia. No sé quién seréis vosotros, pero en cualquier caso habéis llegado tarde. Ya tenemos lo que queríamos. - Dijo señalando una brillante esfera que sujetaba en su mano derecha. Era majuestuosamente bella, irradiaba autenticidad. Su brillo blanco cautivó la mirada de los muchachos - Pronto tendréis noticias nuestras, espero que no nos causéis problemas. - Dicho esto, uno de los reclutas ordenó a su pokémon que destruyera una máquina que se encontraba en el cuarto contiguo. Varias cuerdas cayeron del techo y los reclutas del Equipo Galaxia escaparon. El líder ordenó a Onix que lo impidiera, pero este sólo consiguió agarrar a uno de los soldados con la boca. El resto escapó sin que los entrenadores pudieran impedirlo.

- Estamos en problemas. - Dijo el líder. - La máquina que han roto está en fase de experimentación, y es la que mantiene congelados a los fósiles de este museo. Sin ella los pokémon prehistóricos que se mantenían fosilizados van a despertar. Os aconsejo que liberéis a vuestros pokémon. Luego hablaremos tú y yo – Dijo con una fría mirada al miembro del Equipo Galaxia al que había maniatado a una columna. El líder y los tres jóvenes se dispusieron espalda contra espalda, mirando a todas partes. Fuera del edificio se escucharon levemente las sirenas de los coches policía, seguramente en persecución del móvil volador del Equipo Galaxia a punto de escapar.

Un aterrizador chillido se escuchó cerca, y un gran pokémon alado de color gris irrumpió en la sala, rompiendo parte de la pared. Su enorme cabeza, coronada por dos cuernos, hizo un movimiento hacia ellos y rugió ferozmente. Parecía nervioso y confuso. Su cola se movía de un lado a otro, destrozando aquello que tocaba. Rugió de nuevo y extendió las alas, alcanzando una envergadura de varios metros de longitud.

 Aerodactyl, el pokémon Fósil. Tipo Roca/Volador. Un prehistórico y feroz Pokémon que ataca con sus colmillos la garganta del enemigo. Se regeneró a partir de material genético contenido en ámbar. Dicen que fue el amo de los cielos en épocas pasadas, y que planeaba profiriendo sus agudos gritos.

El pokémon empezó a lanzar Hiperrayos por todas partes, destruyendo gran parte de la sala. Los tres amigos liberaron a sus pokémon. Ryo ordenó a Turtwig que usara Absorber, Dani Ascuas a Chimchar y Amaia Burbuja. Los ataques rebotaron en su duro cuerpo sin causarle daño alguno.

- Este pokémon es demasiado poderoso para vosotros. – El líder daba órdenes a su Onix para que inmovilizara a Aerodactyl, pero este se alejaba rápidamente del pokémon dando fuertes aletazos - Intentad acorralarlo, Onix y yo haremos el resto.

Dani ordenó a Chimchar múltiples Ascuas para llamar la atención de Aerodactyl y así distraerlo. Piplup atacó con Burbujas por detrás y Turtwig con Absorber. Los ataques de nuevo fueron inútiles contra Aerodactyl, que dio un violento coletazo a Piplup, dejándolo K.O. Después se dirigió con la boca abierta hacia Chimchar, que lanzó un Ascuas que le quemó la lengua, haciéndolo chillar. Furioso, lo golpeó con su cabeza, aplastándolo contra la pared y dejándolo en lamentable estado. Después se dirigió hacia Turtwig, quien empezó a tiritar violentamente cuando el pokémon Fósil se lanzó hacia él. Cuando el cuerpo de Aerodactyl estaba prácticamente encima de Turtwig, este bramó hacia el techo y de su cuerpo salieron multitud de afiladas hojas que acertaron a la cara de Aerodactyl, haciendo que este se golpeara contra la pared y cayera al suelo.

- Hoja Afilada, movimiento físico de tipo Planta que consiste en lanzar una lluvia de afiladas hojas que pueden cortar. - Dijo la Pokédex de Ryo.

-Onix, ¡ahora! Atadura.

La enorme serpiente de roca aprovechó la distracción de Aerodactyl y envolvió su rocoso cuerpo alrededor del pokémon prehistórico, que rugió, incapaz de realizar movimiento alguno. El líder se acercó a los entrenadores.

- Muchas gracias, habéis sido de gran ayuda. Creo que lo mejor será salir afuera y contar lo sucedido, después iremos a tomar un café; así podremos charlar tranquilamente.

Salieron del museo y hablaron con la policía y los científicos del museo. Al parecer el Equipo Galaxia había robado la Esfera Antigua, objeto que llevaba décadas en el museo pero cuya utilidad se desconocía. El jefe del museo parecía verdaderamente enfadado; estaba hablando a gritos con los policías. Una vez se hubo dispersado la gente, se dirigieron al gimnasio.

- Me llamo Roco y os estoy muy agradecido con vuestra ayuda. Estaré encantado de enfrentarme a vosotros. - Les dijo el líder cuando estos le comentaron su objetivo de hacerse con la medalla. - Pero será mejor mañana. Vuestros pokémon necesitan descansar, y debo informar a los demás líderes sobre la extraña banda que ha irrumpido en el museo. No sería la primera vez que una organización de malechores causa estragos en una región.

Hablaron un rato más con Roco y se despidieron al día siguiente. Los tres entrenadores fueron al Centro Pokémon; Piplup y Chimchar tardaron en recuperarse de sus lesiones, sobretodo este último, quien hubo de quedarse a pasar la noche acompañado de Dani. Amaia y Ryo buscaron un hostal para descansar hasta el día siguiente. Ryo estaba impaciente pero poco a poco fue quedando dormido, entre pensamientos sobre el Equipo Galaxia y la batalla de gimnasio que tendría al día siguiente.

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Capítulo 5
« Respuesta #5 en: 18 de Noviembre de 2012, 01:46:21 am »
CAPÍTULO 5. DURO COMO UNA ROCA



Ciudad Pirita


Ryo, Dani y Amaia se despertaron temprano para ir al gimnasio de Ciudad Pirita. Era temprano y no había mucha gente por las calles. La fría brisa mañanera proveniente de las Montañas Rocavelo los azotó en la cara, el ambiente era seco y frío. Por el camino vieron que el Museo Arqueológico estaba en reparación: la zona seguía acordonada y algunos albañiles madrugadores junto a sus pokémon apilaban tejas sobre el tejado derruido. A paso rápido llegaron al gimnasio: una estructura pulida hecha de granito. Poseía forma de cúpula en el techo, y las rocas que formaban sus paredes parecían surgir del mismo suelo. Un edificio innovador, elegante y aún así, parecía haber sido esculpido por la naturaleza de aquellas frías montañas.

-   Ayer escuché a unos turistas decir que el Gimnasio fue construido por Roco y sus pokémon, sin ayuda de nadie – Comentó Dani. Aquello fomentó la buena impresión de Ryo.

Entraron por la amplia apertura que se encontraba flanqueada por columnas de roca, como si de un templo se tratara. El recepcionista les cogió los datos y les dio la hora de sus combates: no había llegado nadie antes que ellos, de modo que no tuvieron que esperar. Ryo tuvo el primer turno, y fue enviado por un pasillo a través del cual accedió al campo. Se trataba de un enorme terreno rectangular de tierra, surcado por riscos y pedruscos que daban poco pie a la velocidad. Una buena estrategia, pensó Ryo: aprovechando la defensa de los pokémon tipo roca y su escasa velocidad, el líder había trabajado un campo que favoreciera esos aspectos. Sus amigos lo observaban desde las gradas que se encontraban a ambos lados del campo de batalla. Subió a una de las plataformas del campo; en la del otro extremo lo esperaba Roco. Seguía con su casco de minero, el mono y las botas, y su cara estaba llena de rasguños, como si esa misma mañana hubiera estado trabajando en la Mina Pirita. Una decena de potentes focos iluminó el estadio.

- Aspirante, espero que hayas descansado porque no te lo pondré fácil. Mi especialidad son los pokémon de tipo Roca. ¿Estás listo? ¡Veamos si eres digno de mi medalla!

- Cada entrenador usará tres pokémon. - Dijo el referí en medio del campo. - Ganará el que debilite a todos los de su oponente. El aspirante puede cambiar de pokémon cuando quiera. ¡Que dé inicio el combate! – Levantó una banderilla verde y los dos entrenadores lanzaron sus pokéball. Roco lanzó la suya con fuerza, liberando una brillante luz que cobró forma...

 Graveler, el pokémon Roca. Tipo Roca/Tierra. De naturaleza libre y descuidada, vive en las laderas de las montañas, donde se mueve rodando cuesta abajo. Rueda sobre todo obstáculo sin frenar o cambiar de dirección. Graveler crece alimentándose a base de piedras. Y, según parece, las prefiere cubiertas de musgo.

Turtwig había aparecido de la cápsula que Ryo había elegido de su cinturón. Su primer combate de Gimnasio, pero ello no lo amilanó: siempre había deseado aquello, y había entrenado duramente. Estaba decidido a hacerse con la medalla. Turtwig bramó a la roca de cuatrobrazos, haciendo gala de su valentía. Los dos pokémon se miraban desde los dos extremos del campo. Una vez examinado su oponente, Ryo inició el combate.

- Empieza con Hoja Afilada. - Sus ojos brillaban con determinación, mientras pensaba en una y otra estrategia para no dejarse sorprender.

- Graveler, Desenrollar directo hacia él. – Roco permanecía tranquilo con los brazos cruzados, pero no apartaba la vista del campo.

Graveler se lanzó rodando velozmente hacia Turtwig, quien lo esquivó y lanzó su Hoja Afilada. Las hojas no causaron daño sobre el pokémon de roca en movimiento, aunque disminuyó un poco su velocidad. Graveler volvió a la carga. Roco parecía aburrido mientras Ryo se devanaba los sesos para encontrar la manera de hacer frenar al pokémon. Turtwig esquivó Desenrrollar de nuevo. Graveler paró para evitar salirse del campo. Ryo se dispuso a dar órdenes pero el Graveler retomó el movimiento antes de lo previsto.

- Turtwig, hacia las rocas del campo.

La tortuga de Planta corrió entre las afiladas apilaciones rocosas del campo, con Graveler rodando a metros por detrás suyo. Este tuvo que aminorar la velocidad para evitar una colisión con ellas. Turtwig aprovechó para lanzar otro Hoja Afilada, que acertó al pokémon de Roca en la espalda. Roco abrió los ojos: no parecía estar acostumbrado a ver eso. De pronto adquirió una actitud más activa y emotiva: parecía disfrutar del combate. Ordenó Movimiento Sísmico al pokémon, que se lanzó dispuesto a agarrar a Turtwig. Lo agarró con uno de sus brazos pero Turtwig le lanzó dos pequeñas raíces que se anclaron a su pecho, succionándole la energía. Roco ordenó que lo liberara y gritó “¡Lanzarrocas!”. Del suelo empezaron a elevarse grandes y afilados pedazos de roca que se dirigieron directos hacia Turtwig. Este lanzó Hoja Afilada, destrozando algunas de ellas.

-   ¡Usa Refugio y acércate a Graveler!

Turtwig se introdujo en su caparazón y recibió el impacto de las últimas rocas. Después se lanzó hacia Graveler. Al grito de “¡Ahora! Hoja Afilada a máxima potencia” de Ryo, Turtwig bramó y lanzó una espesa lluvia de afiladas hojas que impactaron en el estómago de Graveler. La poca distancia a la que efectuó el movimiento de Planta hizo que este, que no se esperaba el movimiento, se estrellara violentamente contra una de las rocas, debilitado.

- No ha estado mal, entrenador – Roco parecía complacido. Con una sonrisa de seguridad lanzó su siguiente pokéball. - ¡Onix, sal! Usa Chirrido y Lanzarrocas. – El líder envió al enorme Onix que Ryo había visto en el museo.

 Onix, el pokémon Serpiente Roca. Cava a gran velocidad en busca de comida. Los túneles que deja son usados por los Diglett. Su cuerpo se va endureciendo con la edad. Cuando viaja bajo tierra causa temblores y estruendo. Se puede mover a 80 km por hora.

El gigantesco Onix abrió la boca y emitió un terrible sonido que bajó la defensa de Turtwig. Al momento, rocas todavía más grandes que las que Graveler había enviado empezaron a levantarse del suelo para dirigirse a Turtwig, que corrió hacia un lado pero no pudo evitar el golpe en el costado por parte de una de ellas. No merecía la pena perder a Turtwig, lo que necesitaba era velocidad: Ryo lo devolvió a su pokéball y liberó a Shinx de la suya. Este apareció en el campo lanzando destellos de electricidad, sacando los colmillos a Onix como forma de intimidación.

- Shinx, Malicioso y Mordisco.
- Onix, bajo tierra.

La serpiente de roca desapareció bajo el campo a una increíble velocidad, evitando los ataques. Shinx se movía en círculos, no sabía de dónde vendría el próximo movimiento.

- ¡Tumba Rocas!

La tierra empezó a temblar y cinco enormes rocas emergieron alrededor de Shinx. Este saltó de la trampa antes de que las rocas se cerraran, encerrándolo en el cubículo.

-Placaje, Onix.

La grandiosa cabeza de Onix salió de la tierra y lanzó un grito al aire, en un intento por golpear al pokémon Eléctrico, que se movía por todo el campo danzando de roca en roca, virando para evitar al pokémon Roca. El líder ordenó un nuevo Lanzarrocas haciendo que nuevamente salieran varios fragmentos del suelo, que fueron directas a Shinx. Esta vez no pudo evitar el ataque, que lo tiró al suelo. El pokémon Eléctrico se levantó a duras penas. Ryo no pretendía sufrir de nuevo una derrota como en el Dojo, de modo que retiró a su pokémon antes de que sufriera más daños.

- Es tu turno... ¡Ralts! - Ryo lanzó su pokéball de la que salió el tímido pokémon. Antes de que pudiera decir nada, Roco ya había ordenado a Onix que se metiera bajo tierra de nuevo. Ryo no estaba dispuesto a mostrar esa debilidad otra vez. - ¡Ralts, usa tus poderes psíquicos para elevarte!

- Onix, ¡usa Lanzarrocas!

- Ralts, ¡Confusión!

De nuevo, Onix salió a la superficie y junto a él varias rocas que se dirigían a Ralts, cuando el cuerno de la cabeza de este empezó a brillar. De repente, Onix se rodeó de un leve brillo violeta y dejó de moverse. Las rocas que levitaban en el aire también estaban inmóviles, hasta que Ralts emitió un chillido hacia Onix. Las rocas que levitaban se volvieron contra la misma serpiente de roca, que se desplomó en medio del campo levantando una densa nube de polvo. Ralts descendió a la superficie.

- Onix no puede continuar – Anunció el referí. Se escucharon vítores y aplausos en las gradas. Ryo se cercioró de que estas se habían ido llenando: la gente del pueblo había asistido al combate y lo contemplaban entusiasmados.

- Me gustan tus estrategias. Pero todavía no has acabado conmigo, entrenador. Te voy a presentar a mi primer pokémon. ¡Yo mismo lo desenterré! – Roco dirigió su mirada al público y después a Ryo, sonriéndole. - ¡Cranidos, confío en tí!

Un brillo cubrió el campo y dejó descubrir un pokémon con aspecto de dinosaurio bípedo y rocoso que miraba a Ryo con una sonrisa picarona. El pokémon parecía seguro de sí mismo. Se fue acercando a la mitad del campo, donde Ralts continuaba levitando.

 Cranidos, el pokémon Cabezazo. Tipo Roca. Vivía en la jungla hace unos 100 millones de años, pero fue recreado a partir de un fósil. Su cráneo es tan duro como el hierro. Lo usa para atacar y entrenar con otros Cranidos.

- Confusión, Ralts.
- Persecución antes de que pueda hacer nada.

Ralts viró evitando el ataque con facilidad. Cranidos se rodeó de un aura violeta un metro sobre el suelo, moviendo las patas sin lograr desplazamiento alguno. Ambos pokémon mantenían contacto visual; en ese momento Ralts llevaba la ventaja. De repente y sin previo aviso, los ojos de Cranidos emitieron un brillo demoníaco que pareció embobar a Ralts. Ambos cayeron al suelo y Ralts sacudió la cabecita mirando a Cranidos con cara asustada. A las órdenes de Roco Cranidos empezó a correr hacia Ralts.

-¡Ralts, tú puedes! ¡Confusión! – Pero no pudo. El ataque fue veloz y eficaz. Cranidos embistió dejándolo incapaz de continuar. - Ha aprovechado Cara Susto para disminuir la velocidad… Hmmm – Ryo miró a Roco, examinándolo. Lo había pillado de improviso, pero Ralts había hecho un buen trabajo. Con una sonrisa envió a Turtwig de nuevo.

- Confío en tí, compañero. Vamos a por esa medalla.
- Cranidos, Derribo.
- Turtwig, usa Refugio tantas veces como puedas. - El ataque alcanzó a Turtwig sin causarle mucho daño gracias a su aumento de defensa.
- Golpe Cabeza
- ¡Turtwig, Hoja Afilada!

Cranidos esquivó el ataque golpeando de nuevo a Turtwig. Los entrenadores dieron de nuevo las mismas órdenes, y otra vez Cranidos esquivó y golpeó a Turtwig. Pero esta vez el aspirante se dio cuenta de algo: cada vez que efectuaba su Golpe Cabeza requería unos segundos de recuperación. Tras unos segundos de meditación ordenó a Turtwig Refugio y Placaje, y Roco Golpe Cabeza de nuevo. Turtwig se escondió tras su caparazón y se impulsó con las patas traseras. Los dos pokémon colisionaron en el aire, cayendo hacia atrás. Cranidos no había sido casi herido por su tipo Roca, pero era el momento que Ryo estaba esperando.

- Turtwig, ahora que está cerca tuyo, ¡Hoja Afilada! – Las brillantes y numerosas hojas pillaron por sorpresa a Cranidos, que cayó al suelo habiendo sido golpeado en las patas. Turtwig envió otra ráfaga de hojarasca para asegurarse la victoria. Esta vez le dio de lleno. Cranidos no podía continuar.

- Cranidos está fuera de combate, el aspirante Ryo es el ganador.

El público vitoreó. Roco felicitó a Ryo y le otorgó la medalla Lignito, además de la Máquina Técnica Trampa Rocas. Después fue el turno de Dani, quien también ganó la medalla, aunque con mayor dificultad al no tener un pokémon ventajoso al tipo Roca. El combate entre el gigantesco Onix de Roco y el joven pero enérgico ejemplar de Dani fue digno de ver. Por último Amaia demostró ser una hábil entrenadora usando la ventaja de tipo por parte de su Piplup.

La primera medalla los animó bastante, y se quedaron dos días más en el hostal de Ciudad Pirita, entrenando y haciendo turismo por los alrededores. Tras ese lapso de tiempo decidieron marchar a por su siguiente medalla, dejando atrás la Ciudad de Roca.

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Capítulo 6
« Respuesta #6 en: 18 de Noviembre de 2012, 01:47:23 am »
CAPÍTULO 6. ¡PEQUEÑO PERO MATÓN!



Pueblo Aromaflor


Partieron al amanecer. Por los prados se veía a algún que otro entrenador combatiendo junto a sus pokémon. Las aguas del río que los acompañaba en su travesía fluían a borbotones mientras ellos aprovechaban para mejorar su técnica y ampliar su equipo. Dani se hizo con un Roselia, y Amaia capturó un bello y joven pony con ardientes y elegantes crines: un Ponyta. El cielo se tornaba de un violeta rosáceo conforme se escondía el sol. Al atardecer divisaron un pequeño conjunto de casitas entre amplios campos llenos de flores, a algunas millas de donde se encontraban.

Cuando llegaron a Pueblo Aromaflor quedaron embriagados por la belleza que los rodeaba. Tan solo había una veintena de casitas de campo, las cuales estaban flanqueadas por flores y árboles con bayas. Arboledas por doquier hacían del pueblo un precioso paraje: naranjos, nogales y demás especies primaverales otorgaban un aspecto colorido y apacible. Todo aquello rodeado por el cielo de tonos violáceos le daba un aspecto verdaderamente bello. Los amigos sacaron a sus pokémon de las pokéball para que disfrutaran de lo que quedaba de tarde.

-   ¡Vaya! ¿Eso es un Turtwig? ¡Me encanta!

Se escuchó una voz carrasposa que tartamudeaba un poco. Una pareja de ancianos se acercaba paseando y tanteando el suelo con sus bastones. El anciano se agachó y acarició la barbilla de Turtwig, que emitió un sonido de agradecimiento. El hombre sacó una semilla verde de su bolsillo y se la dio al pokémon tortuga, que se la comió la mar de agusto.

– Se trata de una Baya Trébol. A los pokémon Planta les encanta. Por cierto, me llamo Rowan y esta es mi esposa Stella.

La pareja de ancianos se presentó y los invitaron a su casa para cenar. Una casita pequeña, humilde y con muebles y jarrones algo pasados de moda. Mientras cenaban un delicioso caldo casero preparado por la anciana vieron por la vieja tele la noticia del robo al Museo Arqueológico de Ciudad Pirita. Había sido un día agotador así que pronto se durmieron en un cuarto que les cedió la anciana. A la mañana siguiente partieron temprano, aprovechando la fresca brisa mañanera. Los ancianos les proporcionaron una bolsa de bayas para el camino y les desearon suerte en su aventura.

Les llevó todo el día recorrer la ruta 205, tiempo que aprovecharon para fortalecer a sus pokémon. Por la tarde pasaron cerca del Valle Eólico, paraje conocido por sus enormes molinos de viento. No era algo que hubiera producido curiosidad en Ryo jamás pero cuando vio el tamaño de los gigantes molinos no pudo sino contemplaros ensimismado. El viento movía con elegancia las enormes aspas blancas, que eran esquivadas por algunos atrevidos pokémon pájaro. Era un lugar agradable, las brisas de viento movían sus cabellos suavemente y daban a su cara un tono rosáceo y saludable. Era viento templado: perfecto para echarse una siestecilla. Amaia liberó a sus pokémon y se puso a jugar con ellos; Dani y Ryo se tumbaron en el césped disfrutando de la sombra y la agradable brisa. Ryo cerró los ojos. Qué placentera sensación, aquel lugar irradiaba paz y tranquilidad. Qué a gusto se estaba en aquel lugar…

- ¡Te vas a enterar, maldito bicho! ¡Aprenderás a no meterte con el Equipo Galaxia! – Los gritos exaltaron a Ryo, que despertó al momento de su somnolencia. Maldita sea, ¿quién había interrumpido su momento de tranquilidad? Un pokémon cuadrúpedo de pelo anaranjado pasó corriendo velozmente por delante de ellos. Ryo sacó la Pokédex.

 Buizel, el pokémon Nutria marina. Tipo Agua. Para impulsarse por el agua gira sus dos colas como una hélice. El flotador de su cuello le permite flotar con la cabeza fuera del agua y divisar a sus presas, y cuando bucea el flotador se pliega. Un pokémon activo y con gran fuerza de voluntad.

Detrás del pokémon llegó corriendo alguien ya conocido por ellos: vestimenta blanca y negra, una G amarilla en el pecho: la ya conocida Venus, comandante del Equipo Galaxia, acompañada de un robusto y grueso pokémon gato. Sobre ella volaba un pokémon con aspecto de murciélago, aleteando torpemente. Su boca babeaba gotas de saliva.

 Golbat, el pokémon Murciélago. Tipo Veneno/Volador. Golbat derriba a sus víctimas mordiéndoles con los cuatro colmillos que tiene y chupándoles la sangre. Si bebe demasiada vuela torpemente. Sólo entra en acción en la oscuridad. Tiene gran sentido del oído, y con el ultrasonido puede situarse perfectamente en la oscuridad.

 Purugly, el pokémon Gato tigre. Tipo Normal. Si se siente a gusto, no tiene ningún reparo en apropiarse de las moradas de otros Pokémon. Rodea su cuerpo con las colas para parecer más corpulento e intimidar. Si fija la mirada, no se perderá un detalle. Es un pokémon territorial, pero muy fiel a su entrenador.

Venus paró frente a ellos cuando vio que la miraban. Su Purugly y el Golbat siguieron persiguiendo al pokémon Nutria. Venus miró a Dani y Ryo, recién despertados de la siesta, con desprecio.

- Ahora no tengo tiempo para vosotros.

Retomó su carrera y se dirigió de nuevo hacia Buizel, que había quedado arrinconado entre varios árboles por Golbat y Purugly. Ryo se fijó en que Buizel llevaba un papel arrugado entre los dientes.

- ¡Devuélveme el maldito plano! – Gritó Venus a lo lejos - ¡Atacad!

Los dos pokémon se lanzaron hacia Buizel, que esquivó el Arañazo de Purugly pero no el Ataque Ala de Golbat. Ryo decidió intervenir: se levantó de su placentero lecho en el césped y envió a Shinx para ayudar a la nutria salvaje.

- Shinx, Malicioso a Purugly.

El Eléctrico corrió velozmente para situarse en medio de la batalla. A su lado Buizel lanzaba una Pistola de Agua a Golbat, que lo esquivó con un torpe aleteo. Los dos pokémon de Venus acechaban a Buizel intentando acercarse en vano. Buizel saltó y dio un violento golpe con la cola al aire, generando una ráfaga de ondas sonoras que golpearon al pokémon murciélago en el pecho, obligándolo a retirarse unos metros.

- ¡Golbat Supersónico y Purugly Arañazo!

Golbat emitió una serie de ondas que dejaron inmóviles por un tiempo a Buizel y Shinx. Purugly aprovechó para dar un zarpazo en el morro a Buizel y arrebatarle el plano de la boca. Este, furioso, se lanzó hacia el pokémon gato, atacándolo con Persecución. Purugly maulló con furia y ejecutó otro Arañazo. Los dos pokémon estaban enzarzados en una lucha pero Purugly llevaba la ventaja. Buizel lanzó un Pistola Agua a la cara del gato. Craso error, si había algo que Purugly no soportaba era el Agua. De una Cuchillada lanzó a Buizel contra un tronco, causándole un moratón considerable en la espalda. Buizel no se rindió y volvió a la carga; Shinx empezó a gruñir y su cuerpo empezó a emitir pequeños chisporroteos de energía eléctrica. Su cuerpo se rodeó de un aura de color amarillento y se lanzó velozmente hacia Purugly, descargando contra este su electricidad. El pokémon con aspecto gatuno quedó quieto por unos instantes mientras ligeras chispas recorrían su cuerpo. Estaba paralizado.

La pokédex informó: - Chispa, movimiento físico de tipo Eléctrico. El Pokémon que lo utiliza se llena de energía eléctrica y la lanza contra el enemigo. Puede paralizar al oponente.

Venus se acercó a su pokémon y le cogió el plano empapado y arrugado de la boca.

- Ya tengo lo que quiero - Dijo mientras devolvía a Purugly a su pokéball y llamaba con un silbido a Golbat. Dirigió una última mirada asesina a Buizel y después a Ryo y Dani - Maldito Buizel. – Este emitió un Gruñido como respuesta - Y vosotros, volveremos a vernos. No creáis que la próxima vez saldréis impunes, nadie se entromete en los planes del Equipo Galaxia. - Dicho esto, se agarró de una de las patas de Golbat y se alejó volando.

Ryo dio una baya de las que les había dado el anciano a Buizel para que se recuperara. Inmediatamente después de recuperarse Buizel se puso en posición de ataque frente a Shinx, mirando a Ryo fijamente. El entrenador se había sentido atraído por la determinación del pokémon así que dio comienzo a la captura.

- ¡Shinx, Mordisco!

Shinx se tiró hacia Buizel, pero este lo apartó con Pistola de Agua. Después se lanzó al aire y usó Bomba Sónica, creando varias ondas que dañaron los oídos de Shinx. Este apretó las mandíbulas presa del dolor y Buizel golpeó con varios At. Rápidos.

- ¡Salta y usa Placaje cuando lo veas!

Buizel intentó hacer otro At. Rápido pero Shinx estaba en el aire. El Eléctrico aprovechó la altura y posición para caer al suelo, placando al pokémon de Agua. - ¡Ahora Chispa! – Shinx se rodeó de nuevo de electricidad, Buizel se lanzó hacia este con Persecución. El ataque fue contundente: la cabeza de Shinx golpeó el vientre de la nutria y la diferencia de tipo hizo el resto. Ryo apretó el botón de una cápsula vacía y la lanzó al aire, atrapando al pokémon en un rayo de luz roja. La pokéball se movió levemente en el césped, pero Buizel no se resistió.

Las aspas de un molino cercano se movieron, enviando una ráfaga de aire frío a Ryo, que contemplaba la pokéball de la nueva incorporación al equipo.

-   No está mal para empezar – Dijo a la nada. Sonrió.



Algún lugar de Ciudad Vetusta.

Se trataba de un cuarto oscuro, no muy grande. Las paredes estaban repletas de planos, mapas y revistas científicas. La oscura puerta estaba cerrada con varios cerrojos, al lado de esta había varias perchas con algunos chaquetones. El suelo, lleno de papeles arrugados y hojas sueltas, parecía llevar un tiempo sin ser limpiado. En el centro del cuarto había una amplia mesa de caoba alrededor de la cual se encontraban sentadas tres personas. Dos de ellas eran mujeres, y se encontraban en el lado de la mesa opuesto al de la tercera persona, que fumaba en pipa y las miraba desde la oscuridad, sentado en su lujoso sillón de cuero.

- No volverá a pasar – Rompió el silencio una de ellas.
- Ya van dos veces.

El hombre mostró una voz grave y firme. El labio inferior de la mujer que había hablado tembló ligeramente. El hombre lanzó una calada hacia la mujer y después se dirigió a la otra, cuyo flequillo violáceo caía sobre su frente.

- Si esos tres entrenadores vuelven a interponerse elimínalos. Ya tenemos suficientes problemas.

La mujer no se amilanó ante la grave voz.

- Sí, jefe. Seré yo misma quien acabe con ellos.

miguelx

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Capítulo 7
« Respuesta #7 en: 18 de Noviembre de 2012, 01:48:52 am »
* Si pensáis que este capítulo es intrascendental para la historia, os equivocáis. Pero tendréis que esperar para verlo ;)



CAPÍTULO 7. LA MANSIÓN FANTASMA



Bosque Vetusto


Ryo llevaba ya varios días entrenando duramente con sus pokémon en la ruta 205, así como Amaia y Dani; y ese día decidieron tomárselo de descanso. A la luz del sol, se tumbaron en la orilla de un río y sacaron a sus pokémon para jugar. Sin embargo, el cielo no tardó en cubrirse de negras nubes.

- Deberíamos buscar refugio, parece que se avecina una tormenta.

Los entrenadores recogieron a los pokémon y echaron a correr, dejando las cordilleras que los rodeaban atrás. Una densa lluvia había empezado a caer y no tardaron en estar empapados.

- Chicos, ¡mirad! - Dijo Amaia señalando un tupido bosque a medio kilómetro. Echaron a correr hacia allí y se protegieron a la sombra de los enormes árboles. Estos eran tan densos que no dejaban pasar la lluvia. Los entrenadores se adentraron entre los árboles y la tupida vegetación; estaba tan oscuro como si fuera de noche.

- Chimchar - Dani sacó a su pokémon para iluminar un poco.

- Buena idea - Dijo Ryo. - Shinx, ayuda a Chimchar.

Con la luz de los pokémon pudieron apreciar un viejo y desgastado cartel, casi cubierto por la vegetación. Amaia apartó las ramas que lo tapaban y pudieron leer, a duras penas: "Bosque Vetusto".

- Bosque Vetusto... Eso quiere decir que vamos bien, si lo cruzamos llegaremos a Ciudad Vetusta y al segundo gimnasio.

Así que se adentraron entre los árboles. Llevaban horas caminando, y seguían totalmente desorientados. Al final llegaron a la conclusión de que estaban totalmente perdidos. Amaia sacó a Starly para ver si podía ver algo; el pokémon Volador, tras planear por encima de los árboles, volvió a donde estaban y los empezó a guiar en una dirección.

- ¡Bien! Parece que ha encontrado algo.

Lo que vieron cuando Starly paró los dejó de piedra. Se encontraban ante una enorme y vieja mansión que debía llevar decenas de años abandonada. Las paredes estaban agrietadas y los muros carcomidos por el musgo. A falta de encontrar un lugar mejor para pasar la noche, los entrenadores se adentraron en ella, tras empujar la gruesa puerta de vieja madera y provocando un molesto chirrido. Nada más entrar los tres entrenadores, seguidos de Shinx, Chimchar y Starly, la puerta se cerró. Dani se lanzó para abrirla, pero fue imposible.

- Chimchar, Ascuas contra la puerta - Ordenó a su pokémon. Pero Chimchar no se encontraba allí, ni tampoco Shinx. Los entrenadores se dieron la vuelta. Se encontraban en un grande salón de entrada de una lujosa casa, llena de muebles viejos y cubiertos por una densa capa de polvo. Frente a ellos, se extendían unas amplias escaleras que daban a un segundo piso. Escucharon un grito arriba, así que allí fueron. Cuando subieron las escaleras, se encontraron con un corredor que se dividía en tres pasillos. Acordaron dividirse para buscar por cada pasillo, junto a sus pokémon para sentirse más seguros.

Ryo tomó el de la derecha, acompañado por Ralts y Turtwig. Vio un cuarto con la luz encendida al final del pasillo, y fue hasta allí. Se adentró en un cuarto que parecía una habitación de bebé, con una vieja cuna y varios armarios y juguetes. Cuando entró, la luz se apagó y la puerta se cerró. En el centro de la habitación vio a Shinx, pero su mirada no era normal. Sus ojos estaban en blanco, y gruñía. Sin avisar, empezó a lanzar violentas Chispas a Ryo, así que este envió a sus pokémon para defenderse. Ralts usó Confusión contra Shinx, provocando que se desplomara. Una sombra salió del cuerpo de este y se metió en la cuna. De repente, la cuna pareció cobrar vida y se elevó en el aire, lanzándose hacia Ryo, quien la esquivó a duras penas. Se estampó contra la pared y se rompió en mil pedazos, pero acto seguido los trozos empezaron a flotar y la cuna se regeneró, frente a los ojos atónitos del entrenador. Ryo devolvió a Shinx a la pokéball, Turtwig derribó la puerta con un Placaje y salieron corriendo de allí, seguidos por la cuna.

En frente de las escaleras se encontró con Amaia, Piplup y Starly, que escapaban de un gran sillón flotante que también los perseguía. Regresaron al primer piso, pero la puerta principal seguía cerrada y no se podía derruir. Ryo se asomó por la ventana, que estaba cerrada, y se giró justo a tiempo para ver cómo Dani, que había llegado corriendo, caía encima suyo, tirándolo al suelo.

- Chimchar... ¡Chimchar me está atacando! - Gritó Dani, señalando detrás suyo. En efecto, un Chimchar con los ojos en blanco lanzaba Ascuas a diestro y siniestro, situado entre el sillón y la cuna flotantes.

- Ralts, ¡Confusión!

- ¡No lo ataques!

- Tranquilo, Dani, es para liberarlo como hice con Shinx. - Ralts hizo lo que le pedía Ryo, y Chimchar se desplomó como había hecho Shinx, separándose de una extraña sombra oscura. Ralts, sin esperar ninguna orden, hizo de nuevo Confusión contra la sombra, que empezó a tomar forma hasta convertirse en un...

 Haunter, pokémon Gas. Tipo Fantasma/Veneno. Haunter está formado por gas, por eso flota y atraviesa obstáculos. Es muy juguetón y le encanta divertirse asustando a las personas. Puede desaparecer y crear ilusiones, además de controlar a otros pokémon.

Dani y Ryo se miraron y ordenaron a sus pokémon que atacaran a los muebles flotantes, rompiéndolos y descubriendo en su lugar a otros dos pokémon.

 Misdreavus, pokémon Chirrido. Tipo Fantasma. Le gusta hacer travesuras como gritar y aullar por la noche, para asustar a la gente. Es un pokémon nocturno y solitario y, al parecer, usa las esferas rojas para absorber los sentimientos de miedo de los enemigos y son su fuente de energía.

 Gastly, el pokémon Gas. Tipo Fantasma/Veneno. Casi invisible, este gaseoso Pokémon cubre al enemigo y lo adormece sin previo aviso. Las corrientes de viento suelen arrastrar su gaseoso cuerpo, así que prefiere vivir en cuevas o edificios en ruinas. Habla telepáticamente el lenguaje humano.

Claro, por eso Ralts los detectaba y los atacaba con Confusión. Los pokémon Fantasma y Psíquico son enemigos por naturaleza. Los tres pokémon Fantasma rodearon a los muchachos y empezaron a atacarlos. Haunter usó lengüetazo, Gastly Tinieblas y Misdreavus Rayo Confuso.

- Turtwig, Hoja Afilada

- Starly, Ataque Ala

- Ponyta, Ascuas

Los pokémon fantasma esquivaron los ataques fácilmente, pero parecían disfrutar con el combate. Los entrenadores dieron órdenes de nuevo, y el Ascuas de Ponyta acertó de lleno a Gastly, derrotándolo. Misdreavus también acabó cayendo con Ataque Ala de Starly. Sin embargo, no podían con Haunter. Este no tardó en acabar con Starly. Después se cargó a Ponyta con Lengüetazo. Ahora era un combate de uno contra uno: Turtwig contra Haunter. Las Hojas Afiladas de Turtwig atravesaban el cuerpo del fantasma sin causarle daño alguno. Este, con Rayo Confuso, le quitaba la vida poco a poco. Turtwig empezaba a sentirse débil, le fallaban las piernas. Haunter empezó a cargar una bola de energía oscura. ¡Bola Sombra! El ataque impactó contra Turtwig, que estaba tumbado en el suelo, muy herido por el ataque. El Haunter se acercó al pokémon sigilosamente, aparentemente estaba preocupado. Pero en ese momento el cuerpo de Turtwig empezó a brillar, haciéndose más y más grande, hasta que volvió a ponerse de pie, lanzando un grito al aire. Ryo sacó la Pokédex para informarse sobre el pokémon que estaba frente a él.

 Grotle, el pokémon Arboleda. Tipo Planta. Es la forma evolucionada de Turtwig. Vive en los bosques cerca del agua. Por el día, sale a que les dé el sol a las plantas de su espalda. Su caparazón está formado por tierra y minerales. Le gusta tomar el sol para que las plantas de su lomo crezcan y den bayas en primavera. Es de naturaleza tranquila y resistente.

- ¡Guau, Grotle! - Ryo estaba impresionado con la evolución de su primer pokémon. - ¡Hoja Afilada! - La imprevista evolución de Turtwig y la fuerza del ataque acabaron con Haunter. El pokémon se acercó a Ryo.

"Humano" - Ryo miró a todas partes. Una voz sonaba en su cabeza, pero no era de Dani ni de Amaia... - "Soy Haunter" - Ryo dio un salto hacia atrás.

- ¿Puedes hablar?

"Puedo comunicarme telepáticamente, así como leer tus pensamientos." - Esto último intimidó a Ryo. - "Hacía mucho tiempo que nadie se pasaba por la Vieja Mansión, perdonad si os hemos asustado al principio. Divertirnos asustando a humanos y pokémon está en nuestra naturaleza."

Al parecer, los pokémon Fantasma tan sólo habían querido divertirse un poco, y el combate los había entusiasmado. Pasaron la noche con ellos y muchos otros pokémon Fantasma que había por el resto de la mansión. Rodeados por varios Gastly, Haunter y Misdreavus durmieron, hasta que se hizo la mañana.

Los muchachos dejaron atrás la Vieja Mansión acompañados por Haunter, quien se ofreció a ayudarlos a salir del bosque. Gracias a este, que se sabía el bosque de memoria, pudieron encontrar la salida bajo la sombra de los árboles y ver un retazo de luz que los llevaría a Ciudad Vetusta.

miguelx

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Capítulo 8
« Respuesta #8 en: 18 de Noviembre de 2012, 01:49:21 am »
CAPÍTULO 8. GARDENIA, LA DIOSA DEL INVERNADERO



Ciudad Vetusta


Tras haber pasado un día entero caminando bajo la sombra de los espesos árboles del Bosque Vetusto, el primer rayo de sol que vieron los llenó de ánimo y esperanza. Ciudad Vetusta era enorme, repleta de amplias manzanas de edificios pero más tranquila que Ciudad Jubileo. Poseía numerosos parques y jardines que le daban un verdor fresco y saludable. El Centro Pokémon se encontraba cerca de la entrada a la ciudad, en medio de un parque que contaba con columpios para niños y un pequeño lago donde jugaban algunos pokémon de agua. Vieron cómo una entrenadora joven derrotaba al Chimchar de un hombre mayor y continuaron su visita turística por la ciudad.

-   ¿Qué es eso? – Amaia señaló una grandiosa estructura que se disponía ante ellos, en una pequeña zona ajardinada entre cuatro calles que se cruzaban.

Se trataba de una escultura de material macizo y brillante: dos criaturas enormes, imponentes y aparentemente poderosas. Una de ellas era cuadrúpeda, poseía un largo cuello y chillaba al cielo, extendiendo en toda su envergadura una especie de aleta dorsal lateral. La otra era bípeda, juntaba sus brazos y tenía la boca abierta: sus gruesas alas y su potente cola lo hacían parecer aún más impresionante. Debajo de las estatuas había un viejo pero conservado cartel. "Dialga y Palkia. Estas estatuas son una muestra de admiración por parte de Ciudad Vetusta, la ciudad más antigua de la historia de Sinnoh, en honor a estas deidades." Los jóvenes estaban distraídos con la nobleza de las estatuas cuando un hombre con gorra negra se les chocó por detrás.

- Perdón. - Dijo rápidamente. Ryo se quedó mirando al hombre mientras se alejaba, su cara le sonaba pero no sabía de qué. Después de admirar las estatuas se encaminaron hacia el gimnasio siguiendo un plano que habían conseguido.

El Gimnasio consistía en una cúpula con forma de pokéball gigante y la fachada estaba cubierta de enredaderas por sus laterales, dándole un aspecto fiero y salvaje. Pidieron hora para sus combates, esta vez Dani sería el primero. Antes del combate de Dani los tres entrenadores practicaron las últimas técnicas con sus pokémon. Mientras Ryo entrenaba con Grotle cerca del gimnasio un hombre de unos cuarenta años con barba grisácea llamó su atención.

- Me llamo Julián. ¿Vas a utilizar ese Grotle contra Gardenia...?

*****

Dani se hizo con la medalla gracias a su recién evolucionado Monferno. Había hecho gala de un espectacular combate y Ryo no pensaba dar menos: tal y como le indicó la recepcionista accedió al campo de batalla, un invernadero que más bien parecía una selva. En medio de este había un claro donde se libraría la batalla, rodeados por una exuberante vegetación.

- Hola, entrenador.- Al otro lado del campo sobre una plataforma, le hablaba una joven entrenadora con manto verde y cortos pantalones marrones. - Me llamo Gardenia, líder del Gimnasio de Ciudad Vetusta. Me especializo en los pokémon más bellos que existen, los de tipo Planta. Espero que sepas darme un combate digno como el de tu compañero - Dani observaba en la grada junto a Amaia. - ¡Que empiece el combate! ¡Cherrim! – Gardenia no había sacado ninguna pokéball. De uno de los árboles que lo rodeaban, un cerezo, se acercó a Gardenia una especie de pokémon rodeado por pétalos rosas. Este se desplazó hacia ellos con gracia, dando pequeños saltos con sus extremidades.

 Cherrim, el pokémon Floración. Tipo Planta. Cuando detecta luz solar fuerte, despliega los pétalos y absorbe todos los rayos posibles. Es entonces cuando se vuelve más dinámico y muestra su alegre espíritu bailando a la luz del sol.

Ryo había pensado en sus posibilidades. Sus pokémon no eran ventajosos contra el tipo Planta, pero excepto Buizel tampoco eran débiles a ese tipo. Tal y como había planeado liberó de la pokéball a Shinx, que salió a batallar entusiasmado.

- Cherrim, usa Día Soleado. – El techo en forma de pokéball se abrió dejando pasar los rayos del sol, que iluminaron el campo con intensidad. El extraño pokémon extendió cinco bellos pétalos rosas, mostrando a un grácil y simpático pokémon en su interior. Ryo se puso sus gafas de sol.

- Shinx, usa Chispa.
- Cherrim, Velo Sagrado y Drenadoras.

Cherrim emitió una onda reluciente que le otorgó inmunidad a los cambios de tipo. El cuerpo eléctrico de Shinx golpeó a la flor de cerezo pero no pudo paralizarla. Cuando Shinx hubo ejecutado el ataque Cherrim envió raíces al suelo* y empezó a recuperar energía.

- ¡Chispa varias veces seguidas!
- Hoja Mágica.

Shinx se rodeó de electricidad y se lanzó de nuevo hacia Cherrim. El cuerpo de este se vio detenido por el disparo de hojas brillantes que Cherrim había enviado: Shinx se hizo varios cortes por el ataque de Planta, que quedaba potenciado por los rayos solares.

- Dejémonos de tonterías. ¡Cherrim, Rayo Solar! - El pequeño pokémon comenzó a condensar los rayos del sol sobre sus pétalos y tras unos segundos emitió un potente rayo de energía que parecía imposible haber salido de ese cuerpo tan minúsculo. Shinx no tuvo tiempo para reaccionar de modo que miró fijamente cómo la explosión de energía solar lo consumía. Shinx desapareció en la humareda provocada por el movimiento, Ryo se mordió los labios lamentando su actuación. Cuando el Rayo Solar se disipó a Shinx lo había envuelto una brillante y cegadora luz. Ya conocía ese brillo característico. Shinx estaba evolucionando en...

 Luxio, pokémon Chispa. Tipo Eléctrico. Para comunicarse entre ellos, transmiten pulsos eléctricos con sus garras. Viven en grupos pequeños. Es muy rápido, y si se entrena desde cachorro es un animal muy sociable. En estado salvaje pueden ser rudos y peligrosos.

- ¡Perfecto, amigo! ¡Carga y Chispa!
- De nuevo ¡Rayo Solar!

Luxio empezó a cargar energía eléctrica a su alrededor, y se lanzó hacia Cherrim. Este empezó a acumular de nuevo la energía del sol pero no con la rapidez suficiente para evitar que Luxio impactara contra el pokémon Planta, que cayó al suelo algo chamuscado. Los movimientos de Luxio eran rápidos: sus músculos parecían acompasarse perfectamente con las órdenes de Ryo. Era una batalla de velocidad eléctrica contra la velocidad potenciada por la energía solar.

- Cherrim, usa Síntesis.

El pequeño pokémon extendió los pétalos en su totalidad con la intención de recuperar energía pero Luxio se dirigió hacia este en cuatro ágiles movimientos. Cherrim saltó esquivando una nueva estocada de Luxio pero esto le impidió efectuar el ataque de recuperación. Aprovechando su cansancio Ryo ordenó a Luxio que efectuara Mordisco. Las fauces del pokémon Eléctrico acabaron con la energía que le quedaba a Cherrim.

- Cherrim no puede continuar - Informó el referí. Ryo sonrió. Su frente estaba sudada; hacía mucho calor. El público gritaba, todos ellos llevaban gorras y refrescos contra el calor.

- Lo has hecho bien, amiga. - Dijo Gardenia con cariño a su pokémon. Después se dirigió a la maraña de árboles que los rodeaban y gritó - ¡Es tu turno, Terrax!

Un bramido se escuchó por los alrededores del invernadero y un enorme pokémon ya conocido por Ryo apareció y se situó frente a Luxio. Un potente y duro caparazón, un frondoso arbusto a la espalda: un Grotle bastante más grande que el ejemplar de Ryo. El entrenador examinó a su contrincante: Luxio ganaba en velocidad, pero iba a ser difícil bajar la defensa del pokémon Planta. Decidió optar por la velocidad.

- ¡Chispa a toda potencia!

- Terrax, Hierba Lazo. - Dijo Gardenia tranquilamente. No parecía preocuparle que Luxio se hubiera llenado de energía eléctrica y se dirigiera veloz a su objetivo. A pocos metros de Grotle, las hierbas del campo empezaron a tomar forma, enganchando con soltura una extremidad posterior de Luxio y provocando que cayera al suelo dañándose a sí mismo por la inercia del movimiento. Terrax aprovechó ese momento para lanzar una salva de hojas que dejaron K.O. a Luxio, a pesar de los intentos de este por levantarse.

Ryo no dudó ni un instante qué pokémon sacar: - ¡Veamos qué Grotle es el mejor! ¡Adelante, amigo!

Los dos Grotles se miraron fijamente, uno frente a otro. Gardenia ordenó al suyo un Hoja Afilada, Ryo optó por una táctica defensiva al gritar “Refugio”. El disparo de hojas chocó contra el caparazón de Grotle, que resistió el ataque y emergió de su escondrijo.

- ¡Ahora ataca tú con Hoja Afilada! - El ataque fue hacia Terrax, que también se defendió con Refugio. - ¡Placaje!

Grotle empezó a correr hacia Terrax, quien aprovechó para usar Hierba Lazo. Las hierbas del suelo empezaban a tomar forma de nudos pero Ryo ya conocía el ataque de modo que ordenó a Grotle que saltara para evitar el movimiento. Cuando estaba casi sobre el Grotle de Gardenia varios hierbajos consiguieron atrapar la enorme pata de Grotle que resbaló y cayó con fuerza sobre Terrax. Los dos Grotles estaban bastante dañados por el peso de la caída.

- ¡Terrax! - Gritó Gardenia, preocupada. Lo que había pasado no lo había esperado ninguno de los dos bandos - Creo que es el momento de acabar con esto. ¡¡DOBLE FILO!!

Era el momento que Ryo había estado esperando. "Si quieres derrotar a Gardenia tu Grotle no tiene ninguna posibilidad. A no ser que... conozca el mismo movimiento que el suyo. Tienes agallas. Le enseñaré a tu Grotle el movimiento Doble Filo". El hombre que se había encontrado cerca del gimnasio, ese tal Julián, había estado entrenando varias horas con Grotle para que aprendiera el movimiento. Y era el momento de usarlo. Grotle dirigió su mirada hacia Ryo, quien asintió.

Los dos pokémon Planta bramaron y empezaron a correr uno contra el otro. Dejaban atrás una hilera de polvo mientras corrían, eran pokémon pesados. La arboleda a la espalda de Terrax empezó a brillar mientras corría, preparando un inesperado Rayo Solar. Grotle lanzó su Hoja Afilada a la cara de Terrax, distrayéndolo e impidiendo que ejectuara el movimiento que habría sido letal para Grotle. Finalmente colisionaron levantando una espesa columna de polvo que cubrió todo el campo, haciendo toser a los entrenadores. Cuando se despejó pudieron observar a los dos Grotles tumbados sobre el suelo, incapaces de continuar.

- ¡Grotle y Terrax están fuera de combate! El aspirante y la líder cuentan con un único pokémon cada uno. - El referí dio la orden de continuar.

- Así que has estado practicando con Julián, ¿eh? Siéntete agradecido, sólo enseña ese movimiento a pokémon con verdadero potencial. Mi Terrax también aprendió con él. Veamos cómo acaba esto, ¡adelante, Roserade!

 Roserade, el pokémon Ramillete. Tipo Planta/Veneno. Atrae a las presas con un dulce aroma y las derrota con los látigos de sus brazos, llenos de espinas venenosas. Un pokémon bello y elegante que danza a la luz del sol. Con sus flores puede crear una magnífica danza de pétalos.

- ¡Buizel!

- ¿Un pokémon de Agua? ¡Eso sí que es una sorpresa! - Dijo Gardenia, escéptica con la elección de Ryo.

- ¡Dejemos la charla para luego! Buizel, ¡Ataque Rápido! - Buizel se convirtió en un rayo veloz que golpeó a Roserade, lanzándola para atrás.

- Roserade, ¡Picotazo Venenoso! - Roserade apuntó con un brazo a Buizel, y de este salieron pequeñas púas venenosas. Buizel esquivó el ataque subiéndose a un árbol. - ¡No ganarás a mis pokémon en su terreno! Repite Picotazo Venenoso hasta que aciertes. - Roserade perseguía a Buizel por los árboles, este saltaba de rama en rama evadiendo los movimientos. En un determinado momento paró y lanzó un Pistola Agua al pokémon Ramillete, que disolvió el ataque con Picotazo venenoso y finalmente una de las diminutas púas violetas se clavó en el pecho de Buizel, envenenándolo. “Maldición”, pensó Ryo. - ¡Ahora Hoja Mágica!

- Buizel, Rapidez. - Este envió una ráfaga de brillantes estrellas que desviaron las hojas enviadas por Roserade. Buizel se escondió en unos arbustos, el veneno le chupaba la energía.

- ¿Queréis jugar al escondite? ¡Roserade, Dulce Aroma! - Las rosas de sus brazos amanaron una estela de un aroma que Buizel captó con el hocico; inevitablemente este se acercó a Roserade con los ojos muy abiertos, embelesado con la fragancia. - ¡Hoja Mágica! – Las hojas semicirculares golpearon a Buizel, que comenzaba a respirar entrecortadamente. El veneno le chupaba la energía.

- Si no acabo rápido con esto estoy perdido... - Ryo tenía una táctica preparada, pero necesitaba que Buizel estuviera cerca de Roserade.

- Roserade, ¡¡Meteorobola!! - Este empezó a absorber energía de los árboles cercanos y generó una bola de luz que lanzó hacia Buizel. El pokémon de Agua viró hacia un lado y esquivó el ataque, pero empezaba a estar demasiado agotado. - ¡Roserade, agárralo con tus lianas y termina con él con un último Meteorobola!

Ese era el momento, Gardenia y Roserade estaban demasiado confiadas.

- Buizel, ¡déjate coger! - Gardenia no entendió la orden del entrenador, pero hizo caso omiso. Roserade enredó a Buizel con sus lianas y lo acercó a su vera. - ¡COLMILLO HIELO! – Buizel mordió las espinosas lianas que rodeaban su cuerpo; cuando apartó las mandíbulas se vio que estas habían adquirido un tono azulado y mortecino. Con las pocas fuerzas que le quedaban, aprovechando que Roserade había sido pillado por sorpresa, Buizel se lanzó hacia el cuello de este. El ataque de tipo Hielo fue fulminante. El pokémon nutria dejó de morder cuando Roserade adquirió un tono pálido y cayó hacia atrás. Buizel miró a Ryo, jadeante por el cansancio, orgulloso por su victoria.

miguelx

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Capítulo 9
« Respuesta #9 en: 18 de Noviembre de 2012, 01:49:56 am »
CAPÍTULO 9. BATALLA A OSCURAS. ¡EL CUARTEL DE LA COMANDANTE CERES!



Ciudad Vetusta


Ryo jugueteó con la Medalla Bosque en sus manos. La batalla contra Gardenia había estado emocionante y reñida, poco le había faltado para perder. Pero había conseguido salir airoso de la situación. Dani y él estaban tomando un helado en una cafetería, debajo de una sombrilla. Amaia, que había ganado la medalla con ayuda de su Staravia, se había ido de compras por la ciudad. Mientras Dani le hablaba, pensó en qué ataques le enseñaría Gardenia a su Grotle. Asombrada por su potencial, se había ofrecido a quedárselo durante su estancia en Ciudad Vetusta para enseñarle poderosos movimientos de tipo Planta. La líder sentía verdadera pasión por los pokémon Planta.

- La comandante quiere decirnos algo. - La conversación de dos hombres trajeados en la mesa de al lado interrumpió sus pensamientos.

- ¿Ha habido algún problema con la operación?

- Sí...

El que hablaba se giró para comprobar que nadie los escuchaba. En ese momento Ryo lo reconoció, ¡era el hombre con el que se habían chocado frente a las estatuas de Palkia y Dialga! Entonces recordó porqué le sonaba su cara. El Equipo Galaxia.

- ... al parecer Mesprit no estaba donde el jefe esperaba. ¿Sabes lo que eso significa? Problemas. Vámonos. - Dejaron unas monedas en la mesa junto a los cafés y se fueron de allí rápidamente.

- ¡Dani, sígueme! - Dijo Ryo levantándose de la mesa y siguiendo a los hombres.

- ¿Pero qué...?

- ¡¡Tú sígueme!!

Los dos hombres atravesaron dos manzanas de edificios y llegaron a un edificio de oficinas, aparentemente cerrado. Una vez en la puerta, llamaron al timbre. La puerta se abrió y pasaron. Ryo y Dani se acercaron, escondiéndose entre unos arbustos. Así estuvieron quince minutos, viendo salir y entrando al edificio a gente trajeada con aspecto corriente. Tras haberle explicado Ryo a Dani sus suposiciones, decidieron actuar. Cuando otros dos hombres salieron del edificio, el Roselia de Dani usó Paralizador sobre ellos. Los entrenadores escondieron a los dos hombres paralizados en los arbustos y se pusieron su ropa. Después se adentraron en el edificio. La primera planta constaba de una recepción y varios sillones de espera. Estaba completamente vacía. Ryo y Dani cogieron el ascensor y subieron al primer piso. Nada más abrirse la puerta del ascensor en el primer piso, se encontraron con una mujer. Intentaron pasar desapercibidos pero ella no los reconoció, así que decidieron dejar de actuar. Ella pulsó un botón en su móvil, y al momento llegaron otra mujer y dos hombres más. Estos últimos ya no iban trajeados, llevaban el uniforme del Equipo Galaxia. Sin esperar, cada uno de ellos sacó un pokémon.

- ¡Ralts, Luxio! - Ryo se enfrentó a dos de ellos mientras Dani lo hacía a los otros dos. Un Dustox y un Glameow salieron a escena.

 Glameow, el pokémon Gastuto. Tipo Normal. Araña cuando está enfadado y ronronea cuando esta cariñoso. Su imprevisibilidad es famosa. Es muy rencoroso. Dependiendo de su humor, mueve gracilmente su cola en forma de muelle. Es increiblemente flexible.

 Dustox, pokémon Polilla Venenosa. Tipo Bicho/Veneno. Cuando se siente en peligro, libera un polvillo fino tóxico que puede resultar muy dañino. Las antenas le sirven de radar para buscar comida. Es un pokémon nocturno que se siente atraído por las luces, donde se reúne con más ejemplares de su especie.

- ¡Glameow, Hipnosis!
- Dustox, Tóxico.

Pero los dos pokémon ya habían caído ante la poderosa Confusión de Ralts y la certera Chispa de Luxio. Detrás de Ryo, Roselia y Monferno ya habían acabado con sus contrincantes. Los dos entrenadores seguidos por sus pokémon dejaron atrás a los cuatro miembros del Equipo Galaxia y recorrieron el piso. Al ver que no había nadie más, subieron a la segunda planta. Allí encontraron dos científicos del Equipo Galaxia que revisaban carpetas llenas de hojas y apuntes. No fue difícil acabar con ellos. Subieron al tercer piso. Al parecer, era el último. Oyeron unos gritos.

- ¿¡Cómo narices han entrado aquí!? ¡Se supone que estáis para vigilar! - Una voz femenina gritaba furiosa.

- Lo sentimos, comandante, no volverá a suceder. - La otra voz pertenecía a un hombre que parecía estar excusándose.

- Esos mocosos ya se entrometieron en la misión de Venus, ¡sois una panda de incompetentes!

- Yo...

Ryo y Dani decidieron que era el momento de entrar en acción.

- ¡Vaya, si estáis aquí! Ahora mismo estábamos hablando de vosotros. - Una mujer de pelo violáceo los miraba fijamente. Llevaba un uniforme parecido al de Venus, debía ser otra comandante. A su lado uno de sus secuaces la miraba aterrado, seguramente por haber permitido que los dos chavales invadieran su lugar de trabajo. - Seré rápida. Me llamo Ceres y no me gusta que nadie se entrometa en mi camino. ¡Kadabra, Skuntank! Tú, vete de aquí y despeja el edificio - Le dijo al recluta-.

 Kadabra, pokémon Psi. Tipo Psíquico. Es muy fuerte espiritualmente. Cuanto mayor sea el peligro, mayor será su poder psíquico. Usa su cuchara de plata para amplificar las ondas alfa de su cerebro y aumentar sus poderes telequinéticos.

 Skuntank, pokémon Mofeta. Tipo Veneno/Siniestro. Ataca emitiendo un fluido apestoso por la cola. Cuanto más tiempo pasa, peor huele. Es poco sociable y tiende a ser gruñón y perverso. Es perezoso y agresivo a la hora de defender su madriguera.

- Skuntank, Pantalla Humo. Niñatos, os dijeron que no os entrometiérais... y ahora es demasiado tarde. - La sala se lleno de un denso humo negro, impidiéndoles verse unos a los otros.

- Ralts, concéntrate con tus poderes psíquicos y busca a los enemigos. Después, Confusión a Kadabra.

Dani envió a Roselia, en un intento de purificar el aire.

- ¿Qué queréis del pokémon legendario Mesprit? - Preguntó Ryo en medio de la densa niebla negra. No sabía mucho acerca del pokémon legendario, pero había varias leyendas que decían que se encontraba en un gran lago cerca de Pueblo Villaraíz.

- ¿Qué? ¿Cómo sabéis eso? ¡Kadabra, Confusión!

Los dos pokémon psíquicos estaban echando un duelo en la nube de negro humo, mientras Skuntank atacaba con Golpes Furia a Roselia. Dani, que no veía nada, ordenó a Roselia que usara Paralizador contra Skuntank. Gracias a esto, Roselia empezó a dar vueltas sobre sí misma, liberando suaves fragancias de sus brazos que dispersaron el humo de la habitación. Los entrenadores pudieron ver a Kadabra y Ralts, uno en frente de otro, mirándose fijamente en una pelea de poderes psíquicos.

- ¡Skuntank, Golpes Furia al Ralts! - Skuntank, que ya se había liberado de la parálisis atacó a Ralts, causando que perdiera la concentración y cayera al suelo, atacado por Kadabra.

- ¡¿Cómo eres tan tramposa?! ¡Ralts, resiste!

- Roselia, ¡usa Megaagotar contra Kadabra! - Gracias a Dani Kadabra también perdió la concentración. Ralts aprovechó el momento para atacar de nuevo a Kadabra con sus poderes psíquicos. Kadabra, cuya energía ya había sido absorbida a la mitad por Roselia, cayó al suelo rendido.

- ¡Malditos mocosos! Mira, chaval, nuestros planes no es algo que te importe. - Ceres devolvió a Kadabra a su pokéball. - Pero si lo quieres saber, te diré que hemos ideado una forma para controlar a los mismísimos elfos legendarios. Pronto te enterarás de más, pero de momento... ¡Skuntank, usa Pantalla Humo! - La habitación volvió a quedar llena de humo negro, y para cuando lograron dispersarlo la comandante Ceres había huido junto a su Skuntank.

Cuando salieron de la habitación, el edificio ya estaba vacío, sin personas ni papeles. El Equipo Galaxia había vuelto a huir, y continuarían con sus planes en otro cuartel provisional.



Lago Veraz

Una mujer de pelo rojizo y con uniforme negro y blanco merodeaba entre las hierbas. Un enorme Purugly la acompañaba sigilosamente, al acecho de cualquier movimiento.

- ¿Dónde te escondes... Mesprit?

miguelx

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Capítulo 10
« Respuesta #10 en: 18 de Noviembre de 2012, 01:50:51 am »
CAPÍTULO 10. LA ENFERMEDAD DE RALTS



Ruta ciclista y ruta 207


- Uff, al fin. - Dijo Dani.

- Sí... ya estamos. - Respondió Ryo.

Las ruedas de las bicis pasaron del arcén a la arena y los entrenadores se tumbaron para descansar. Habían tomado la Ruta Ciclista para atajar en su camino a Ciudad Corazón y, además de librar muchas batallas, se habían agotado pedaleando bajo el cielo soleado. El PokéGear de Amaia sonó; era el profesor Serbal para preguntarles cómo iba el tema de la Pokédex y las medallas. Tras una pequeña conversación, Amaia contó al profesor la pelea que habían tenido Dani y Ryo con el Equipo Galaxia en Ciudad Vetusta.

- ¿Vaya, otra vez? Vosotros no os preocupéis, la policía está advertida en todo Sinnoh desde el ataque al Museo de Ciudad Pirita... Cuidaos, y no os metáis en problemas. - Escucharon por el altavoz del aparato electrónico.

- No sé si la policía está alerta, pero esa banda no tiene buenas intenciones. ¿Créeis que serán capaces de dominar a los elfos legendarios? - Preguntó Ryo.

- Son legendarios, nadie puede derrotarlos... - Respondió Dani, confiado. Sin embargo, ninguno de los tres se quitaba de la cabeza el hecho de que el Equipo Galaxia estuviera suelto por Sinnoh.

Guardaron sus bicis plegables en la mochila y continuaron su camino, tras lavarse un poco en el río. Recorrieron la ruta 207 y llegaron a los pies de una enorme cordillera. "Monte Corona" - Rezaba el cartel - "Cuidado. Hay pokémon salvajes". La famosa cordillera Monte Corona era conocida por su enorme tamaño, por algo cruzaba de norte a sur toda la región de Sinnoh. Una entrada los esperaba metros detrás del cartel. Por supuesto, los tres adolescentes se adentraron en la boca de la cueva.



Monte Corona

No había mucha luz, pero se podían apreciar pequeños estanques oscuros entre pasillos de roca. Del techo colgaban numerosas colecciones de antiguas estalactitas. Los entrenadores fueron en busca de pokémon salvajes. Dani se acercó a un estanque cercano, donde no tardó en encontrar lo que buscaba.

 Barboach, pokémon Bigotudo. Tipo Agua/Tierra. Barboach tiene unos bigotes sensibles que le sirven de infalible radar. Este Pokémon se sumerge en lodo y sólo deja los bigotes por fuera de la superficie, al acecho, mientras espera a que llegue su presa. Está cubierto por una capa viscosa que lo hace escurridizo.


Frente a Amaia y Ryo aparecieron dos pokémon salvajes.

 Chingling, pokémon Campana. Tipo Psíquico. Es un pokémon bebé. Emite un zumbido cada vez que salta. Ensordece a sus rivales con sonidos de alta frecuencia. Son muy mimosos y siempre suelen estar felices. Aunque se desconoce como, son capaces de elevarse en al aire y mantenerse durante un tiempo flotando.


 Meditite, pokémon Meditador. Tipo Lucha/Psíquico. Meditite lleva a cabo un entrenamiento mental exhaustivo en lo más profundo de las montañas muchas horas al día y sin parar. Solo come una baya al día. El ayuno fortalece su espíritu y su capacidad de concentración. Cuando canaliza su energía espiritual puede levitar.


Amaia se lanzó a por Chingling así que Ryo envió a Buizel para enfrentar a Meditite. El pokémon se defendió bien pero era joven y no tardó en cansarse. Buizel, más experimentado, acabó con él con un par de Mordiscos. Mientras tanto, Amaia había aprovechado para hacerse con Chingling.

- ¡Necesitaba un pokémon Psíquico! - Dijo sonriendo.

- ¡Y yo uno de tipo Agua! - Llegó detrás Dani con una pokéball en la mano. Dentro estaría Barboach.

El Monte Corona tenía infinitos caminos que tomar pero los jóvenes se limitaron a seguir el camino indicado por los carteles de madera, gracias a los cuales la gente no se perdía. Tras varios combates más, salieron al exterior, a la ruta 208.



Ruta 208

Se encontraban al otro lado de la cordillera Monte Corona, rodeados de pequeñas elevaciones entre las cuales transcurrían los ríos que bajaban desde lo más alto de las montañas. Por eso, la ruta estaba formada por varios puentes que permitían cruzar los ríos sin problemas, y a lo lejos se divisaba una ciudad de tamaño medio que debía ser Ciudad Corazón. Se disponían a recorrer la ruta cuanto antes para llegar al próximo gimnasio cuando vieron la gran cantidad de entrenadores que había por la zona. Algunos entrenaban en el agua de los ríos; otros en la orilla, fortaleciendo la defensa de sus pokémon; otros incluso entrenaban en los puentes que conectaban las zonas de tierra. Un hombre de mediana edad se acercó a Ryo. Parecía sentirse muy a gusto en la zona. Llevaba sombrero, esterilla y mochila a la espalda y botas de montaña.

- Eh, tú. ¿Hace un combate pokémon?

Ryo no podía negarse a tal proposición, así que lanzó su pokéball, de la que salió Grotle. El entrenador señaló a un extraño pokémon que permanecía quieto en el puente. Ryo lo había confundido con una roca.

 Nosepass, pokémon Brújula. Tipo Roca. Su nariz es una brújula. Nosepass prefiere no moverse mucho debido a su pesado cuerpo y a su estructura cuadriculada, pero un golpe de este Pokémon es suficiente para vencer casi a cualquier Pokémon. Puede levitar gracias a los campos magnéticos que se encuentran en la tierra.

Cada uno de los dos pokémon se encontraba en un extremo del puente. Grotle miraba fijamente, pero Nosepass parecía estar congelado.

- Nosepass, ¡Avalancha!

- Grotle, veamos qué tal fue el entrenamiento con Gardenia. - Ryo consultó su Pokédex para ver los actuales movimientos de Grotle. - ¡Energibola!

A Nosepass le empezó a brillar la nariz y cuando levantó un brazo, varias afiladas rocas se desprendieron de la montaña, cayendo en picado hacia Grotle. Este abrió la boca y, mientras los arbustos de su espalda estaban iluminados, empezó a crear una esfera de energía verde que alcanzó el tamaño de un balón. Grotle rugió y la bola salió volando hacia arriba, estrellándose contra las rocas que caían de la montaña y reduciéndolas a fino polvo.

- ¡Nosepass, Golpe Cuerpo!

- Grotle, ¡Hierba Lazo!

El cuerpo de Nosepass se elevó a centímetros del suelo y su cuerpo, todavía rígido, se lanzó hacia Grotle a toda velocidad, con la cabeza por delante. En medio del puente aparecieron gruesos hierbajos que se ataron entre sí, formando nudos. Uno de los pies de Nosepass se enganchó con uno de ellos y cayó violentamente sobre el puente.

- Ahora... ¡Rayo Solar! - Grotle empezó a cargar energía solar en sus arbustos y, sin dar tiempo a Nosepass a recuperarse lanzó un potente rayo que lo dejó sin fuerzas.

- ¡Todavía no hemos terminado! ¡Ve, Pineco!

 Pineco, pokémon Larva. Tipo Bicho. Pineco permanece colgado de la rama de un árbol esperando pacientemente a su presa. Si alguien sacude el árbol en el que está mientras come y le molesta, se tira al suelo y explota sin dar ningún tipo de aviso. Le gusta engrosar su coraza añadiendo cortezas de árbol.

- Bien hecho, Grotle... ¡Tu turno, Buizel! Usa Rapidez.

- Pineco, Protección y Picadura. - Rapidez no causó efecto a Pineco, quien se protegió con una barrera invisible. Después se lanzó a Buizel, que esquivó por poco el ataque de tipo Bicho. - ¡Derribo!

- Buizel, Pistola Agua para pararlo - Buizel lanzó su Pistola Agua a Pineco mientras este se acercaba a toda velocidad, pero el golpe fue contundente y cayó al suelo.

- ¡Pineco, Giro Rápido! - El pokémon empezó a girar como una peonza acercándose a Buizel y lo golpeó tirándolo del puente, río abajo. - ¡Sí, hemos ganado! Pineco, vuelve.

- No tan rápido, montañero... Buizel no se deja ganar tan fácilmente.

- Pero si ha caído al río... ¿a qué esperas para devolverlo a su pokéball?

- ¡Buizel, Ataque Rápido! - Buizel, que se habían encaramado con sus brazos a uno de los bordes del puente, saltó sobre este y atacó a Pineco, que estaba despistado al no esperarse el ataque. - ¡Y ahora Colmillo Hielo!

Pineco no pudo continuar. Buizel sonreía al montañero con superioridad, orgulloso.

- Vaya, reconozco que eso no lo esperaba. - Dijo el montañero estrechando la mano de Ryo, tras haber devuelto a Pineco a su pokéball. - Ha sido un gran combate. Si vais a Ciudad Corazón, está tras atravesar esos dos puentes, no tiene pérdida.

Ryo se despidió del hombre y se reencontró con sus dos amigos. Después retomaron el rumbo a Ciudad Corazón.

*****

- ¡Qué bonita! - Suspiró Amaia.

Ciudad Corazón era una ciudad hermosa, con edificios nuevos y jardines y plazas muy cuidados. El precioso atardecer que se ponía sobre Ciudad Corazón incrementaba su belleza. Tenía un aspecto muy tranquilo y acogedor, perfecto para pasar unas vacaciones. La gente paseaba sin prisas, los niños jugaban con sus pokémon, y los ancianos, sentados en los bancos, les daban migajas de pan a los Taillow y Pidgey que se acercaban dando pequeños saltos.

Como no era tarde, decidieron dar una vuelta por toda la ciudad. Entraron en la Pokochería, donde hicieron deliciosos pokochos para sus pokémon. Cuando Ryo sacó a Ralts para darle un pokocho, este empezó a sufrir pequeñas convulsiones, mientras se ponía sus pequeños brazos en la cabeza. Ryo lo volvió a meter en la pokéball, preocupado, y después lo llevó al Centro Pokémon. La enfermera Joy le recomendó descansar y le recetó una medicina pokémon, pues no sabía qué le pasaba al pequeño. También visitaron la antigua Catedral, y el Auditorio, una gigantesca carpa donde se celebraban los Concursos Pokémon de Sinnoh. A Amaia le entraron unas ganas terribles de participar, así que se inscribió para el concurso de final de la tarde. Ryo y Dani fueron a las gradas, donde cientos de personas esperaban impacientes a que empezara el concurso. Cuando el árbitro ya daba presentación a los dos primeros coordinadores de los dieciséis participantes, de la pokéball de Ryo salió Ralts sin avisar. Estaba temblando violentamente, y seguía tapándose la cabeza con las manos. El pequeño pokémon se tiró al suelo, mientras gemía desesperadamente.

- ¡Dani! - Ryo estaba al borde de los nervios, no sabía qué podía hacer, pues ya le había dado la medicina de la enfermera Joy, pero no parecía haber hecho efecto. - ¡¿Qué hago?!

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CAPÍTULO 11. ¡PODER PSÍQUICO!
« Respuesta #11 en: 24 de Noviembre de 2012, 06:14:15 am »
CAPÍTULO 11. ¡PODER PSÍQUICO!



Ciudad Corazón


Ryo cogió en brazos a su pequeño pokémon, que dejó de temblar levemente pero seguía tiritanto. En el escenario, el árbitro iba presentando a los dieciséis participantes de dos en dos para que hicieran una presentación con sus pokémon y así intentar pasar a la siguiente fase.

- ¡Neil, de Ciudad Férrica, se presenta con su bello Surskit! - El pokémon hizo una breve presentación y volvió a su sitio.

Ryo no se concentraba. ¿Qué le pasaría a Ralts? Los participantes fueron pasando por la pista, y el público aplaudía y vitoreaba.

- ¡Amaia, de Pueblo Villaraíz, participa por primera vez! - Se escuchó por los altavoces la voz del árbitro. Ryo centró la vista en el campo. Amaia se había puesto un hermoso vestido azul que le sentaba de maravilla, y se había hecho un moderno peinado hacia un lado. A su lado estaba su nuevo pokémon, Chingling. Había sido una decisión acertada - pensó Ryo-, pues todo el público suspiró un profundo "Oooohhh" cuando el pokémon bebé creó una bola de electricidad con Onda Voltio y la paseó por todo el campo con Psíquico. Ryo se preguntó si la gente sabría que Amaia era hija del profesor Abedul y hermana de la conocida Sapphire. Supongo que no - pensó-, es una chica discreta. Efectivamente, Amaia no había dado su apellido, prefería pasar desapercibida.

De los dieciséis participantes iniciales ocho se clasificaron para la siguiente fase, entre los cuales estaba Amaia. Después los enfrentaron de dos en dos. Ralts temblaba, y Ryo seguía sin saber qué hacer. Además, si no veía la actuación de Amaia, esta no se lo perdonaría. A su lado, Dani animaba a la chica.

- Ralts... - Suspiró Ryo, preocupado.

Se iba haciendo de noche, y el concurso llegaba a la final. Por increíble que pudiera parecer, Amaia llegó hasta la final, a pesar de ser su primera vez en concurso. En semifinales se había enfrentado a un adorable Wooper, pero el encanto natural de Chingling pudo con él.

- ¡Fase finaaaaal del concursooooo! - Vociferaba la voz del árbitro por los altavoces. - Amaia, de Pueblo Villaraíz, se enfrentará a la espectacular, brillante, mágica, inesperada y guapísima... ¡Fantina! - El público se levantó y empezó a vitorear y silbar a la mujer que acababa de entrar al campo. La coordinadora llevaba un largo vestido morado a juego con su pelo, que llevaba peinado de forma totalmente original. Y con razón que la vitoreaban. Incluso Dani y Ryo la conocían, pues la habían visto por la tele. La líder de Ciudad Corazón, Fantina, era famosa no sólo por sus poderosos pokémon Fantasma, sino también por su espectacular habilidad en los concursos Pokémon de Sinnoh. Amaia se puso nerviosa.

- Vamos, Amaia. - Susurró Ryo, deseándole suerte. Ralts empezó a temblar otra vez. Ryo pensó en llevarlo otra vez al Centro Pokémon, pero no podía perderse la final de Amaia. - Aguanta un poco más, Ralts....

La final no duró mucho. Chingling usó Danza Lluvia, creando unas nubes en medio del campo, y después Viento Hielo para convertir las gotas en copos de nieve que daban un hermoso aspecto en la carpa, pues parecía estar nevando. Después de su actuación, Fantina se acercó a la pista, acompañada de un pokémon que Ryo no conocía.

Drifloon, pokémon Globo. Tipo Fantasma/Volador. Está formado por espíritus de pokémon y personas. A Drifloon se le puede ver más en estaciones húmedas, pues le encantan. Se dice que verlos emigrar es un presagio de buena suerte. Son muy ligeros, lo que ocasionalmente es un problema pues fuertes rafagas de viento pueden arrastrarlos.

- ¡Drifloon, ya sabes qué hacer! - Dijo la líder coordinadora. El pokémon usó Viento Aciago sobre las nubes que había creado Chingling y luego envió un Rayo hacia estas. El choque de partículas de los dos ataques con las nubes creó una especie de aurora multicolor dentro de la carpa, resplandeciendo sobre las asombrosas caras de las personas que habían asistido al concurso. El resultado no podía estar más claro.

- ¡Y de nuevo gana la Diosa de los concursos, nuestra queridísima Fantina! - Dijo el árbitro, mientras la gente aclamaba y el campo se llenaba de confeti y serpentinas. Fantina felicitó a Amaia por su actuación, y se presentó como la líder del Gimnasio Corazón.

- Encantada, Fantina. Me gustaría enfrentarme a tí en combate, y mis dos amigos también. ¿Tendrás hueco para mañana?

- ¿Por qué mañana? ¡Esta misma noche! Por si no lo sabías, yo me dedico a los concursos de día, de forma que sólo mantengo combates en mi gimnasio de noche. Así mis pokémon Fantasma resultan más intimidantes. - Dijo guiñándole un ojo.

- ¡Amaia! Lo has hecho genial. - Dani acababa de llegar.

- ¿Dónde está Ryo? ¿No ha visto el concurso? - Preguntó Amaia, algo decepcionada.

- Sí, lo ha visto, pero se acaba de ir rápidamente porque a Ralts le pasa algo raro, tiembla continuamente y parece que le duele la cabeza. - Dicho esto, se acercaron al Centro Pokémon para ver cómo estaba Ralts. Allí encontraron a Ryo.

- ¿Cómo está Ralts? - Preguntó Amaia.

- No lo sé, cuando he llegado aquí ha dejado de temblar, y la enfermera Joy no ha sabido decirme nada, así que lo he regresado a su pokéball. Por cierto, has estado muy bien en el concurso.

- Me parece genial, porque Fantina nos ha citado para esta misma noche a su Gimnasio. ¿Cenamos y vamos para allá?

*****

El Gimnasio tenía forma hexagonal, y presentaba un aspecto tan elegante como inquietante. No tenía ni una sola ventana y la puerta principal daba un aspecto algo tétrico, pues no se veía ninguna luz en el interior. Los tres entrenadores entraron; lo único que había en la planta baja era un ascensor. Lo tomaron y este los llevó a la parte superior del gimnasio, culminada por un enorme campo de batalla rodeado por una semiesfera de cristal que dejaba pasar la luz de luna y las estrellas, siendo estas la única luz que iluminaría el combate.

Ryo fue el primero. Este estaba muy nervioso. Ralts era su única oportunidad en el gimnasio*, pero no sabía si estaba preparado para combatir. Se dio cuenta de que no tenía alternativa. Sacaría a Ralts, y si veía que no podía luchar se retiraría del Gimnasio. No podía permitir que sufriera más daños, ya estaba demasiado débil. Sin mucho convencimiento, lanzó su pokéball al campo. Ralts parecía estar bien, por el momento. Fantina envió a su primer pokémon.

Mismagius, pokémon Mágico. Tipo Fantasma. Dicen que es el alma de una antigüa bruja. Aparece en ocasiones y lugares imprevistos. Atormenta a sus rivales con gritos que parecen conjuros. Los que los escuchan padecen migrañas y alucinaciones. Es solitario y puede detectar el miedo en las personas y pokémon, momento que aprovecha para bromear con ellos. Como su pre-evolución, Misdreavus, guarda todo su poder en las perlas de su cuello.

- Mismagius, Bola Sombra - Fantina era elegante incluso para atacar con sus pokémon. Mismagius, elegante como su entrenadora, generó una bola de energía y la lanzó hacia Ralts.

- Ralts, ¡esquiva! - Pero Ralts no se movió. Había empezado a retorcerse de nuevo y cubrirse la cabeza con los brazos. Bola Sombra fue hacia Ralts pero paró centímetros antes de llegar a él. Ni Ryo ni Fantina entendían nada. Fantina ordenó que hiciera Pulso Umbrío. Mismagius empezó a danzar por la oscura pista, dando vueltas alrededor de Ralts y lanzó el ataque. Pero este no llegó a impactar, se quedó flotando alrededor de Ralts, como Bola Sombra. Ryo sacó la pokéball, no sabía qué le pasaba a Ralts y no quería arriesgarse. Pero Ralts tampoco quería meterse en la pokéball, era inútil. En ese momento, Ralts empezó a gritar y de su cabeza salió una onda de luz que los obligó a taparse los ojos. Cuando la luz se disipó, todos quedaron asombrados. En el centro del campo no estaba Ralts, sino un nuevo pokémon, y Mismagius estaba inconsciente, en el suelo.


__________________
* Hago referencia a Ralts como única oportunidad en el Gimnasio Fantasma en honor a la legendaria rivalidad entre los pokémon Fantasma y Psíquico que se da en el ánime. No paso por alto que los pokémon Psíquico están en desventaja contra los Fantasma, y con este capítulo y el siguiente quiero remarcar la importancia de este Ralts en la historia y su increíble poder, mucho más desarrollado que si de un Ralts normal se tratara.

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CAPÍTULO 12. DUELO A LA LUZ DE LA LUNA
« Respuesta #12 en: 26 de Noviembre de 2012, 10:34:57 am »
CAPÍTULO 12. DUELO A LA LUZ DE LA LUNA



Ciudad Corazón


Kirlia, pokémon Sensorio. Tipo Psíquico. Dicen que al recibir los sentimientos positivos de su entrenador, Kirlia crece con gran belleza. Este Pokémon controla poderes psicoquinéticos gracias al desarrollado cerebro que tiene. Cuando luchan, estos Pokémon confían en sus poderes psíquicos y psícoquinéticos para debilitar a sus adversarios lo antes posible.

- Parece que tu pokémon ha evolucionado. - Dijo Fantina, después de recoger a su derrotado Mismagius. - Los Ralts, como otros pokémon psíquicos, tienen un cerebro altamente desarrollado. Cuando están preparados para evolucionar, su cerebro trabaja más rápidamente de lo que pueden soportar, debido al incremento de sus poderes psíquicos. Por eso en su proceso de evolución, el pokémon sufre hasta que logra controlar esos poderes y evolucionar a su forma más desarrollada. Eso explica que tu Ralts tuviera esos dolores de cabeza. Además, al evolucionar, ha generado una onda de energía psíquica al sentirse liberado, derrotando a Mismagius de un solo golpe.

- Vaya... - Dijo Ryo, impresionado por los conocimientos de la líder. Ralts debía haber sufrido mucho. Pero, su ahora Kirlia, detectó los sentimientos de culpa de su entrenador y eso le dio fuerzas. Ryo percibió las ondas de energía positiva que Kirlia le mandaba, listo para continuar.

- Bueno, esto se pone interesante, ¿no? - Dijo Fantina con una sonrisa. - ¡Gengar, a bailar!

Gengar, pokémon Sombra. Tipo Fantasma/Veneno. En luna llena, a este Pokémon le gusta imitar las sombras de la gente y burlarse de sus miedos. Tiene una personalidad siniestra y tenebrosa. Cuando está cerca transmite un aura helada, pues roba el calor de la gente. Siempre mantiene su espeluznante sonrisa, incluso cuando es derrotado.

Gengar, con su malévola sonrisa, estaba frente a Kirlia, que danzaba cerca de él.

- Gengar, Hipnosis.

- Kirlia, concéntrate e intenta evitarlo. - Los ojos de Gengar empezaron a brillar y este dirigió su mirada hacia Kirlia, pero este mantenía los ojos cerrados, concentrado. - ¡Confusión!

- Gengar, esquiva y usa Garra Umbría. - La mano de Gengar se iluminó y fue a por Kirlia, pero este se teletransportó detrás de Gengar, por lo que no acertó su objetivo. - ¡Puño Sombra! Un puño transparente apareció delante de Gengar y fue directo hacia Kirlia, que no pudo esquivarlo. El golpe dejó a Kirlia afectado, pero cuando Fantina ordenó de nuevo Puño Sombra, Kirlia usó sus últimas fuerzas para usar Confusión. El Puño Sombra dio media vuelta y golpeó a Gengar.

- Ahora Bola Sombra. ¡No dejes que te golpee de nuevo, Gengar! - El ataque se dirigió hacia Kirlia, pero este había sido más rápido. Con teletransporte se iba moviendo por toda la sala, sin quedarse quieto en un sitio. Gengar estaba desorientado, momento que Kirlia aprovechó para usar sus poderes psíquicos y enviar bola Sombra hacia Gengar.

- Gengar no puede continuar. - Dijo el referí. Ryo no lo podía creer, a Fantina sólo le quedaba un pokémon y él no tenía ninguna baja. ¿Sería así de fácil hacerse con la medalla?

- Tu Kirlia tiene poder, eso es verdad. Pero no te confíes. Te presento a mi pokémon más fuerte. - Un pokémon con forma de globo apareció en medio del campo, bajo la luz de la luna.

Drifblim, pokémon Dirigible. Tipo Fantasma/Volador. Al anochecer se reúne en grupos y vuelan a la deriva. Cuando alguien los ve, desaparecen. Es tímido, no le gustan las multitudes. Cuando hay viento se vuelven inseguros, pero a veces transportan personas y pokémon.

- Drifblim, Psíquico. - El pokémon, que flotaba a pocos metros del suelo, se situó frente a Kirlia y su cruz empezó a brillar. Kirlia eludió la estrategia teletransportándose de un lado a otro de la sala. - ¡Esa técnica no te servirá esta vez! - Gritó Fantina. - ¡Viento Aciago! - Drifblim empezó a girar sobre sí mismo, creando una espiral de viento que afectó a toda la sala. La espiral fue tornándose de color morado, impidiendo ver nada. Cuando Drifblim cesó de girar, Kirlia estaba en el suelo del campo, debilitado. No había podido eludir el ataque.

- Lo has hecho bien, amigo. Ahora descansa.- Ryo sacó otra pokéball del cinturón. Buizel salió al campo. Esperaba poder aprovechar el movimiento Persecución de Buizel.

- Drifblim, ya sabes qué hacer. - El pokémon empezó a girar de nuevo sobre sí mismo. La verdad era que los pokémon de Fantina tenían una elegancia sobrenatural, incluso en batallas de gimnasio. A Ryo no le extrañó que la llamaran la Reina de los Concursos. Drifblim creó esta vez un enorme Tornado que se dirigía hacia Buizel. Las ráfagas de viento intentaban arrastrar a Buizel, pero este se alejaba, veloz, del movimiento. Al final acabó cayendo en las garras del tornado. Cuando este cesó Buizel salió despedido, golpeándose contra la cúpula del gimnasio y cayendo varios metros de altura. El ataque había sido letal. Buizel intentó levantarse, fiel a su orgullo, pero se desplomó sin poder evitarlo. ¿Cómo había pasado esto? Hacía un momento Ryo tenía dos pokémon más que Fantina, y en un momento su Drifblim había igualado la batalla. Además, no parecía estar cansado.

- ¡Luxio! - El doble tipo de Drifblim le ofrecía una ventaja, y había que aprovecharla. - Mordisco. - Luxio echó a correr hacia Drifblim, pero este se elevó unos metros, fuera de su alcance. Luxio lo miraba gruñendo, desafiante.

- Drifblim, tu turno. - Al parecer, Fantina tenía tan bien entrenados a sus pokémon que no le hacía falta darles órdenes. Drifblim usó Impresionar, haciendo que Luxio se alejara, intimidado. Después preparó Viento Aciago; las ondas golpearon a Luxio con fuerza descomunal.

- Luxio, ¡Rayo! - Luxio lanzó un rayo de electricidad hacia Drifblim, pero este desapareció, reapareciendo al momento al lado de Luxio. Volvió a repetir el movimiento, pero no había manera. Drifblim aparecía y desaparecía del campo a su voluntad. De nuevo usó Viento Aciago, que golpeó a Luxio. El pokémon eléctrico intentaba mantenerse en el suelo con sus garras mientras desviaba la vista, para que el ataque no le dañara los ojos. Rayo tras rayo, Drifblim los esquivaba volviéndose invisible y desplazándose por el campo. Ryo tuvo una idea, así que le pidió a Luxio que se acercara. Drifblim empezó a girar de nuevo, generando el Viento Aciago que bien podía debilitar completamente a Luxio. Luxio esperó a que el movimiento le afectara para lanzar tres descomunales rayos al ataque. Los rayos se desplazaron por las diminutas partículas que componían el ataque y que rodeaban a Drifblim hasta llegar al mismo. Ahora, Drifblim se encontraba en el medio de un pequeño tornado eléctrico. Su tipo Volador no pudo soportar la electricidad; el pokémon Dirigible dejó de dar vueltas y quedó flotando en el aire.

- Drifblim no puede continuar. La victoria es para Ryo, de Pueblo Azuliza.

- Has ofrecido un combate impresionante, muchacho. Enhorabuena. Te has ganado la Medalla Reliquia.

*****

- Qué sueño... ¿A quién se le ocurre montar un Gimnasio que está abierto solo por la noche? - Dijo Dani mientras buscaban un lugar donde alojarse. Amaia y Dani también se habían hecho con la medalla, aunque no sin esfuerzo. Ver la táctica de batalla de Fantina en el combate contra Ryo los había ayudado a pensar en sus estrategias para derrotarla. Eran casi las cinco de la mañana, y finalmente encontraron un hostal para pasar la noche.

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13. EL CLUB DE FANS POKÉMON
« Respuesta #13 en: 08 de Diciembre de 2012, 08:52:08 am »
13. EL CLUB DE FANS POKÉMON



Ciudad Corazón


Los entrenadores se despertaron a la hora de comer. Después decidieron salir a pasear, pues hacía buen día y ese iba a ser su último día en Ciudad Corazón. Mientras paseaban por las calles decidieron sacar a sus pokémon para que disfrutaran del buen tiempo. Sin embargo, su paseo fue interrumpido cuando un tropel de personas los pararon y acribillaron a preguntas.

- ¿Vosotros sois los tres entrenadores que derrotaron a Fantina anoche?

- ¡Un Prinplup! ¡Parece poderoso! - Dijo un entrenador observando al Prinplup de Amaia.

- ¿Tu Ponyta sabe hacer un Lanzallamas?

- ¡Un Kirlia, qué chulo!

Los tres entrenadores no sabían qué decir; la gente no los dejaba ni hablar, impresionados por sus pokémon.

- A ver, a ver, chicos... dejadlos un rato tranquilos. - Acababa de llegar un señor de edad media vestido con traje y pajarita. - Me presento: Me llamo Brian y soy el presidente del Club de Fans Pokémon. Toda esta gente son socios, y no os preocupéis por su adoración hacia vosotros; les encantan los pokémon y se ha corrido la voz de que vosotros tres ganasteis a Fantina la noche pasada con habilidosas estrategias. Me gustaría ofreceros algo. Cuando pasa por la ciudad algún entrenador que consigue ganar la medalla de Fantina, nos gusta hacerle algún regalo por su valía como entrenador. Me gustaría que os enfrentarais en combate. Sólo usaréis a uno de vuestros pokémon por combate. Cuando acabéis, nosotros decidiremos un ganador y, si ha conseguido impresionarnos con sus estrategias de combate, lo obsequiaremos con un precioso Eevee.

Lo echaron a suertes, como siempre, y el primer combate enfrentó a Dani contra Ryo. El combate improvisado se realizaba en medio de la calle, en frente del local del Club de Fans, y la gente que iba llegando se congregaba a su alrededor, impacientes por ver la habilidad de los tres jóvenes que habían conseguido vencer a la líder Fantasma. Ryo y Dani lanzaron sus pokéball a la vez. Grotle y Onix se miraron, esperando escuchar una orden por parte de sus entrenadores.

- Grotle, Doble Filo

- Onix, bajo tierra y luego Tumba Rocas

Grotle estaba atrapado por cinco grandes rocas que surgieron repentinamente del suelo, y Onix aprovechó para placarlo con Golpe Cuerpo. El enorme peso de la serpiente de roca dañó gravemente a Grotle.

- ¡Rayo Solar, Grotle!

Grotle empezó a cargar energía en sus arbustos, pero Onix lo envolvió con su duro cuerpo de roca, tras recibir la orden de Atadura de Dani. Sin embargo, Grotle consiguió cargar el ataque, desprendiendo un poderoso rayo de energía que golpeó a Onix, liberando a Grotle del enroscado cuerpo que lo oprimía. Pese a la fuerza del ataque de Planta, Onix todavía resistía.

- ¡Onix, Tumba Rocas para atraparlo de nuevo! - Rocas del suelo rodearon a Grotle, impidiéndole escapar.

- ¡Energibola para destruir las rocas! - Sin embargo, Onix se situó frente a Grotle y acabó el combate con un impresionante e inesperado Dragoaliento. La gente aplaudía entusiasmada. El siguiente combate fue entre Dani y Amaia. Lanzaron sus pokéball al campo. Dani envió a Monferno y Amaia a Staravia.

  Monferno, pokémon Juguetón. Tipo Fuego/Lucha. Controla hábilmente la intensidad del fuego de su cola para mantener al enemigo a una distancia ideal. Genera bolas de fuego para intimidar a sus contrincantes.

  Staravia, pokémon Estornino. Tipo Normal/Volador. Vive en bosques y campos. Si dos bandadas se encuentran, pelean por el territorio. Posee alas más fuertes y no se cansa tan rápido como un Starly, suele agarrar a sus presas con sus poderosas garras.

Fue un rápido pero intenso combate. Monferno hizo gala de una variable gama de ataques, pero Staravia esquivaba los ataques de fuego mientras planeaba. Sin embargo, Monferno fue incapaz de escapar de los imprevisibles Golpe Aéreo de Staravia, quedando este como ganador.

Por último, se enfrentaron Amaia y Ryo. Pokéballs al aire: en el campo se encontraron frente a frente un hasta ahora desconocido Prinplup, y Luxio.

  Prinplup, pokémon Pingüino. Tipo Agua. Vive en zonas congeladas. Como es tan orgulloso a menudo se le puede ver solitario sin compañía. Sus alas ahora están diseñadas con filo especial para golpear y cortar, lo que le sirve para arañar a sus presas. Su personalidad es más rebelde que la de Piplup, su pre-evolución.

Amaia y Ryo se miraron, sonrientes. No iban a tener compasión el uno con el otro.

- Prinplup, ¡Picotazo!

- Luxio, ¡esquiva! - Para el pokémon eléctrico no fue difícil evitar al pokémon Pingüino que se lanzó hacia él. - Ahora Chispa. - Luxio se envolvió de electricidad y se lanzó hacia un Prinplup que no llegó a tocar. - ¿Dónde se ha metido?

- ¡Prinplup, Excavar! - De debajo de la tierra salió el pokémon de Agua, que golpeó a Luxio en el vientre. - ¡Ahora Picotazo!

- Luxio, ¡Chispa! - Los dos pokémon se lanzaron el uno al otro: el pico de Prinplup brillaba y Luxio estaba rodeado de electricidad. Colisionaron en el aire formando una nube de humo. Entre la multitud de fans que observaba se escuchó un profundo "Ooooohhhh". Prinplup, lleno de rasguños, se levantó. El ataque eléctrico le había afectado bastante. Luxio, por su parte, también estaba herido por el afilado pico de Prinplup. - ¡Rayo hacia Prinplup!

- Prinplup, ¡protégete con garra Metal! - Luxio rugió y envió un potente Rayo hacia el pokémon Pingüino. Este levantó sus dos aletas, que empezaron a brillar y las puso delante de su cuerpo formando una cruz. Cuando Rayo llegó hasta él, consiguió desviarlo con sus aletas, no sin cierto esfuerzo. Ryo estaba impresionado: Amaia se había entrenado a fondo con su pokémon inicial.

- ¡Prinplup, Venganza!

- Luxio, ahora, ¡Rayo!

El Rayo esta vez sí acertó a Prinplup, que lo resistió a duras penas. Sin embargo, esto no hizo sino reforzar su ataque. Prinplup comenzó a brillar y de él salió un enorme rayo de luz que acertó a Luxio. Luxio estaba tirado en el suelo, pero se pudo levantar con esfuerzo. Estaba dispuesto a lanzar un último Rayo con sus últimas fuerzas cuando Prinplup cayó hacia atrás, derrotado. Después del Rayo de Luxio, había gastado sus últimas fuerzas en ejecutar Venganza, y había quedado sin energía para continuar. Se escucharon los clamores del público que los rodeaba.

- Bueno, bueno. - El presidente del Club de Fans se acercaba aplaudiendo. - Habéis ofrecido unos combates impresionantes. No ha habido un ganador oficial, pues todos habéis ganado uno de los combates. Pocas veces hemos visto peleas tan intensas; tenéis un enorme potencial y vuestros pokémon son fantásticos. - Dicho esto, sacó tres pokéball de una caja. - Os entregamos un Eevee a cada uno. Esperamos que volváis pronto para ver cómo los habéis entrenado. Y nada más, mucha suerte y encantados de haberos visto combatir.

- ¡Gracias! - Dijeron los entrenadores cogiendo las pokéball que les entregaban.



Ruta 209


- ¡Ataque Rápido! - Eevee se convirtió en un rayo de luz que golpeó al pokémon salvaje sin darle tiempo a reaccionar y debilitándolo en el acto.

Su nuevo pokémon había resultado ser tranquilo y dócil, pero en batalla se mostraba muy competitivo. La información que daba la Pokédex de él era bastante curiosa.

  Eevee, pokémon Evolución. Tipo Normal. La configuración genética de Eevee le permite mutar y adaptarse enseguida a cualquier medio en el que viva. La evolución de este Pokémon es posible gracias a las radiaciones emitidas por varias piedras; dependiendo de la influencia exterior adoptará una forma u otra. Fiel y juguetón, es conocido por su personalidad noble y su agilidad en los combates.

¿Un pokémon que podía evolucionar de distinta forma según los estímulos? Habían dejado Ciudad Corazón atrás y llevaban un par de días entrenando por la ruta 209. Se reencontró con Dani y Amaia, que también regresaban de su sesión matutina de entrenamiento. A lo lejos divisaron un pequeño pueblo entre llanos y verdes campos, así que continuaron caminando por el sendero de grava y arena.

miguelx

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CAPÍTULO 14. CARRERA DE OBSTÁCULOS. ¡LUXIO, VELOZ COMO EL RAYO!
« Respuesta #14 en: 08 de Diciembre de 2012, 08:52:58 am »
CAPÍTULO 14. CARRERA DE OBSTÁCULOS. ¡LUXIO, VELOZ COMO EL RAYO!



Pueblo Sosiego


Llegaron al pequeño pueblo al mediodía, justo a la hora de comer. Entre las pequeñas casitas de campo, encontraron un pequeño bar donde probaron una deliciosa tartaleta de carne. La gente era muy pueblerina; usaban un lenguaje muy familiar y vestían con zapatillas de por casa.

- ¡Agh, qué bueno estaba todo! - Dijo Dani tocándose la tripa. - Si es que no hay nada como la comida rural.

- ¡A ti es que todo lo que sea comer y dormir te alegra, zampabollos! - Bromeó Ryo.

- Muchachos. - Se había acercado el hombre que los había atendido. - Si no os importa tenemos que cerrar el local, va a empezar la carrera.

- ¿Ya cerráis, tan pronto?

- Hoy celebramos la Carrera de Obstáculos Pokémon. ¡Todo el pueblo se congrega en el bosque para ver a los concursantes! ¿Sois entrenadores?

- Sí, acabamos de llegar...

- ¡Entonces podéis participar! Se trata de una carrera de velocidad en la que tenéis que cruzar el bosque de al lado del pueblo. El primero que llegue a la meta será recompensado con un premio. ¡Pero no será fácil, el bosque está lleno de pokémon que os dificultarán el camino!

- ¡Qué pasada! ¿Dónde hay que apuntarse?


*****

Todos los entrenadores se encontraban subidos a sus pokémon en la salida. La gente observaba el inicio de la carrera a ambos lados de la primera recta, señalada con unas vallas. Una mujer con una bandera verde se colocó en frente de los ordenadores.

- Todo vale para llegar a la meta, excepto atacar directamente a otro entrenador. Se podrán usar todos los pokémon que se necesiten. ¿Preparados? Cuando dé la salida... tres... dos... uno... ¡¡CERO!!

Luxio y Ryo salieron disparados de la salida. A su lado, Amaia montada en Ponyta sorteaba a los otros participantes. Detrás de ellos estaba Dani montado sobre la cabeza de su pesado Onix. Cuando llegaron a los primeros árboles del bosque cada uno de ellos tomó un camino. Luxio avanzaba sin problemas entre los árboles; su velocidad no tenía límites. De repente, Luxio se vio esquivando rayos violetas que caían de los árboles. Ryo miró hacia arriba y vio uno de los participantes montado en su Vigoroth, que trepaba de rama en rama por las alturas de los árboles, adelantando posiciones. Mientras tanto, el entrenador había sacado a un pequeño pokémon que los atacaba con Psicoonda para retrasarlos.

  Mime Jr., pokémon Mimo. Tipo Psíquico. Desconcierta a sus rivales copiando sus movimientos a la perfección y aprovecha para darse a la fuga. Es algo travieso, y se divierte imitando a las personas y los pokémon.

  Vigoroth, pokémon Mono Feroz. Tipo Normal. No puede estarse quieto porque tiene la sangre en continua ebullición. Se pasa el día corriendo por campos y montañas para calmarse y poder dormir por la noche. Su corazón late a un ritmo diez veces más rápido de lo normal.

Ryo envió a Kirlia, que usó Confusión sobre Mime Jr. y Luxio aprovechó para lanzar un Rayo hacia Vigoroth, haciéndole perder el equilibrio y adelantándolo en la carrera. Al lado de Luxio se oyó cómo retumbaba el suelo: el gigantesco Onix de Dani atravesaba el bosque a toda velocidad, tirando los árboles a su paso. Ryo se propuso adelantarlos cuando un árbol les puso la zancadilla y cayeron al suelo. ¿Un árbol poniendo la zancadilla?

  Sudowoodo, pokémon Imitación. Tipo Roca. Simula ser un árbol en los caminos. Si comienza a llover desaparece, pues odia el agua. A pesar de asemejarse a un árbol no realiza la fotosíntesis, pues su composición es de dura roca.


- ¡Maldita sea! Ve, Buizel, ¡Pistola Agua! - El chorro de agua de Buizel apartó al pokémon y les permitió continuar la carrera. Vigoroth de nuevo estaba por delante, pero un Rayo de Luxio rompió la rama de la que colgaba y este cayó al suelo, debilitado. Pasaron la arboleda y se encontraron delante de un ancho río de aguas rápidas que había que cruzar. Una entrenadora acababa de llegar y, montada en su Azumarill se lanzó al río. - ¡Buizel, intenta llevarme a la otra orilla! - Ryo se tiró al agua tras retirar a Luxio y Kirlia. Azumarill disparó Pistola Agua.

  Azumarill, pokémon Conejo Agua. Tipo Agua. Azumarill tiene unas orejas enormes, indispensables para hacer de sensores. Al aguzar el oído, este Pokémon puede identificar qué tipo de presa tiene cerca. Puede detectarlo hasta en ríos de fuertes y rápidas corrientes. Carismático y siempre dispuesto a ayudar, Azumarill es conocido por capacidad de camuflarse en los ríos de agua dulce.

Buizel contraatacó con su Pistola Agua. Buizel se daba impulso con su cola a modo de hélice, y llegó a la orilla a la vez que Azumarill. La entrenadora metió a Azumarill en su pokéball y montó en un Dodrio. Pronto sacó ventaja a Luxio. Este, sin embargo, no se rindió y siguió moviendo sus patas a toda velocidad. Metros delante se encontraron con Amaia en su Ponyta siendo atacada por el Rhyhorn de un entrenador.

  Rhyhorn, pokémon Clavos. Tipo Tierra/Roca. Rhyhorn corre en línea recta arrasando todo lo que encuentra en su camino con su cabeza sin sentir daño alguno. Es tan bobo que a veces echa a correr sin recordar el porqué. No es muy listo, y es díficil de entrenar debido a su bruto temperamento.

El pokémon embestía a Ponyta una y otra vez. Ryo envió a Grotle para ayudar a Ponyta mientras los adelantaba.

- Usa Hoja Afilada y luego síguenos. ¡Nos vemos luego, Grotle!

Delante de Ryo estaban únicamente Dani junto a su enorme Onix y la entrenadora del Dodrio. El final de la carrera quedaba cerca. Cuando Ryo llegó a la altura de Onix vio que este se había parado; estaba siendo atacado por un pokémon salvaje. Ya sólo quedaba la entrenadora del Dodrio. Luxio sudaba la gota gorda, pero puso todas su fuerzas en acelerar. Dodrio cada vez estaba más cerca, así que Luxio le lanzó un Impactrueno para ganar tiempo. La entrenadora lanzó una pokéball de la que salió un pokémon con forma de mono. Mientras tanto, Dodrio paró de correr y lanzó un Triataque.

  Aipom, pokémon Cola Larga. Tipo Normal. Se vale de la cola para colgarse de las ramas de los árboles y coge impulso para pasar de una a otra. También la usa como mano para agarrar comida y objetos pequeños. Es poco agresivo pero muy ágil. Le encantan los plátanos.

  Dodrio, pokémon Ave Triple. Tipo Normal/Volador. Hay que tener cuidado cuando las tres cabezas de Dodrio miran cada una para un lado, pues están en guardia. Se defiende dando picotazos. Corre con mucha energía porque tiene tres pares de pulmones y tres corazones. Sus cabezas representan la alegría, la tristeza y la ira, y suelen discutir entre ellas.

- ¡Aipom, Ataque Arena! - El pokémon saltó al suelo delante de Luxio y empezó a arañar la tierra levantando una nube de polvo que cegó a Luxio.

- ¡Buizel, corre todo lo que puedas e intenta parar a Dodrio! - Buizel, haciendo uso de Persecución, llegó hasta Dodrio y le lanzó Pistola Agua a sus tres cabezas.

- ¡Aipom, Rapidez a las patas de ese Luxio! - Demasiado tarde. Grotle había regresado corriendo y en su carrerilla se cargó a Aipom con Doble Filo.

- ¡Tenemos que llegar los primeros! ¡Vamos! - Dodrio y Luxio iban a la misma altura. Grotle regresó a su pokéball, Buizel estaba subido a la espalda de Ryo. La meta estaba cerca. Veinte metros. Quince metros. Dodrio empezaba a sacar ventaja, y si Luxio atacaba corría el riesgo de no acertar, perdiendo definitivamente la oportunidad de ganar. Luxio perdía velocidad, sus patas le fallaban y respiraba con dificultad. Buizel se subió a la cabeza de Ryo y disparó un rayo azulado desde su boca que congeló la pista por delante de Luxio. Este resbaló y fue arrastrado a toda velocidad, junto a Ryo y Buizel, por toda la pista de hielo, hasta que cayeron al suelo. Habían llegado los primeros. ¡Habían ganado!

- ¡Y ya tenemos un ganador junto a sus pokémon Luxio y Buizel! Aquí viene otro, una entrenadora junto a un Ponyta, parece que un Chingling y un Staravia la siguen de cerca. ¡Otra entrenadora con su Dodrio es la siguiente!

Los participantes fueron llegando. La entrenadora de Dodrio había tardado más de lo esperado, pues al intentar seguir el camino de hielo dejado por Buizel, las largas patas del pokémon de tres cabezas le habían jugado una mala pasada. Dani llegó bastante después.

- ¿Cómo has tardado tanto? - Preguntó Ryo.

- Esos malditos pokémon salvajes. - Refunfuñó Dani. - ¡Aunque ha sido divertido! - Se corregió a sí mismo con una sonrisa.

- Buizel, ese Rayo Hielo ha estado fantástico.

- ¡Y este joven recién llegado a Pueblo Sosiego es el ganador de una maravillosa Supercañaaaa! - Anunció el alcalde del Pueblo entre los clamores del público y los jadeos de los agotados pokémon.



Ruta 215

- ¡Hierba Lazo para acabar con ese Psyduck!

- ¡RYO, DANI, VENID!

- Maldita sea, vámonos Grotle, Amaia está llamando. ¿QUÉ PASA?

- ¡VEO CIUDAD ROCAVELO! - Los gritos de Amaia se oyeron al Este, resonando en el cielo anaranjado del atardecer. Cuando Dani y Ryo la alcanzaron, se encontraban los tres en lo más alto de una pequeña colina; detrás de esta se veía Ciudad Rocavelo. Tras dos días atravesando valles y laderas, allí los esperaba. Su cuarta medalla.

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CAPÍTULO 15. PERSEGUIDOS POR LA MANADA
« Respuesta #15 en: 08 de Diciembre de 2012, 08:53:42 am »
CAPÍTULO 15. PERSEGUIDOS POR LA MANADA



Bosque cercano a Ciudad Rocavelo


- ¡Gracias, colega! - Dijo Ryo mientras cogía al vuelo la manzana que le había lanzado Dani. Estaban los tres sentados en un tronco caído, rodeados por árboles en medio del bosque que los separaba de Ciudad Rocavelo. Ryo manoseaba sus pokéballs, intentando decidir qué pokémon utilizaría en el combate de Gimnasio. Estaba ensimismado en sus pensamientos cuando las piedrecillas del suelo empezaron a agitarse. De la parte del bosque más cercana a Ciudad Rocavelo empezó a oírse un estruendo que aumentaba de volumen conforme se acercaba a los tres entrenadores.

- ¿Qué es eso? - Amaia se había levantado e intentaba mantener el equilibrio. El suelo temblaba cada vez más y los árboles se agitaban de un lado a otro. El estruendo se acercaba cada vez más y más. De los árboles salían volando manadas de Starly y Staravia, y por todas partes se veían Ponyta, Marill y Kricketune que se alejaban del sonido, corriendo a toda velocidad. Un enorme árbol cayó al lado de los tres amigos.

- ¡Correeeeed! - Gritó Dani. Los tres empezaron a correr en la misma dirección que los pokémon del bosque, pero se quedaban atrás.

- ¡Staravia! - Amaia se montó en su pokémon. - Asciende todo lo que puedas para que veamos qué es lo que provoca ese ruido. Ponyta, tú lleva a Dani. Ryo, ¿tú podrás ir en Luxio? - Ryo sacó a Luxio de la pokéball.

- Sin problemas. - Luxio y Ponyta siguieron a los demás pokémon alejándose del bosque, en dirección norte. Sin embargo, lo que vieron cuando se acabó el bosque los dejó de piedra. Se encontraban en un cabo y habían llegado a su extremo, encontrándose de morros con un acantilado. A cien metros debajo de este, las enormes olas del mar rompían contra sus rocosas paredes. En ese momento llegó Amaia agarrada de la pata de su Staravia, mientras este descendía poco a poco.

- Chicos... - Dijo jadeante - Es una... es una... estampida. - Fue entonces cuando vio el acantilado. - ¿Qué? ¡Estamos atrapados!

La manada de enormes pokémon acababa de llegar al límite del bosque y se dirigía hacia ellos, tras haber provocado la caída de varios árboles en el bosque. Se trataba de una manada de pokémon con coloración verdosa y de nada desdeñable tamaño. Parecían estar recubiertos por una coraza y tenían aspecto agresivo. No eran menos de veinte, y uno de ellos estaba por delante de los demás. Tras haber llegado al límite del cabo, estos se pararon frente a los entrenadores, dejando tras de sí una espesa cortina de humo.

- ¿Qué pokémon es ese?

  Tyranitar, pokémon Coraza. Tipo Roca/Siniestro. Tyranitar tiene una fuerza imponente; es capaz de echar abajo una montaña para hacer su nido. Este Pokémon suele merodear por las zonas de montaña en busca de nuevos rivales contra los que luchar. Es muy competitivo, y su instinto maternal hace que protejan a sus crías con la vida.

- ¡Dani, saca a Onix! Es grande, podrá detenerlos.
- Se lo envié al profesor Serbal, me lo pidió para hacer una investigación sobre sus túneles subterráneos.
- Qué oportuno...

Los tres entrenadores sacaron a sus pokémon; no tenían alternativa. Esa manada estaba furiosa y los tenían acorralados contra el acantilado.

- Eevee, Bola Sombra y Grotle, Hierba Lazo.
- Staravia, Tornado y Prinplup, Rayo Burbuja.
- Barboach, Pistola Agua; Roselia, ayuda con Megaagotar.

Los Tyranitar apartaron los ataques de un manotazo y empezaron a correr hacia ellos. Dos de ellos cayeron gracias a Hierba Lazo, pero los demás seguían avanzando. Los pokémon de los entrenadores siguieron atacando pero los ataques rebotaban en sus corazas. El que parecía el jefe de la manada, a la cabeza, empezó a cargar una bola de luz en su boca. Un devastador Hiperrayo fue disparado hacia ellos, quienes lo esquivaron a duras penas. El resto de Tyranitar no tardaron en cargar sus Hiperrayos. Uno de ellos acertó a Staravia, que cayó debilitado. Los Hiperrayos destruían todo a su paso, y las rocas del borde del acantilado empezaban a desprenderse. Cuando otro Hiperrayo fue lanzado hacia ellos, Prinplup se interpuso entre este y Amaia, cayendo derrotado también. El suelo de debajo de Amaia se desprendió, haciendo que esta cayera acantilado abajo.

- ¡Amaia, NO! - Gritaron los chicos.
- ¡Kirlia, evita que Amaia caiga al vacío! - La joven se mantuvo en suspensión a mitad caída, gracias a los poderes psíquicos de Kirlia.

Grotle, mientras tanto, había debilitado a otro Tyranitar a duras penas con Energibola, pero la manada actuaba por instinto, sin pensar.

- ¡AHÍ ESTÁ ESA MANADA DE TYRANITAR! ¿QUÉ? ¿QUIÉNES SOIS VOSOTROS? - Una joven acababa de salir corriendo del bosque y se encontraba detrás de los Tyranitar. - Dejemos eso para luego. ¡Ahí está el líder de la manada! - Gritó, señalando al Tyranitar que se encontraba por delante de los demás. - Machamp, inmoviliza a ese Tyranitar con Movimiento Sísmico. - Un musculoso pokémon de cuatro brazos salió de detrás de la muchacha y se lanzó hacia Tyranitar, inmovilizándolo contra el suelo. - ¡Ahora, Meditite, usa Paz mental para calmarlo! - Otro pokémon salió a escena y se situó en frente de Tyranitar, que empezó a brillar y cerró los ojos. Cuando los abrió, se dirigió a los demás Tyranitar y, repentinamente calmados, se dieron la vuelta y regresaron al bosque tranquilamente.

Los tres entrenadores estaban asombrados por la actuación de la joven. Llevaba atuendo de deporte, con ropa fina y ajustada y guantes. Iba descalza y llevaba tiritas por todo el cuerpo. Con una mano se secó el sudor de la frente; el parecer había llegado corriendo.

- ¿Quiénes sois vosotros, y qué haciais perseguidos por una manada de Tyranitar?


*****


- ... y esa es la razón por la que acabamos allí. Nosotros no los provocamos, sólo queríamos llegar a Ciudad Rocavelo. - Concluyó Amaia.
- Qué extraño. - Dijo la joven entrenadora tras haber escuchado su historia. - Los Tyranitar viven en las montañas; sin embargo, esta mañana han aparecido en Ciudad Rocavelo arrasando con todo. Tras ver que actuaban por instinto y que estaban enloquecidos, pensé que necesitarían ayuda. La única razón que se me ocurre es que algo los asustó en la montaña donde viven. No suelen comportarse así.
- ¿Cómo sabías que aquél Tyranitar era el cabecilla? - Preguntó Ryo.
- Bueno, era el que primero efectuaba los ataques y ninguno atacaba hasta que hacía una señal... Es lo mínimo que una líder de gimnasio debe saber...
- ¿ERES UNA LÍDER DE GIMNASIO? - Dijeron los tres al unísono.
- Así es, me llamo Brega y me especializo en los pokémon de tipo Lucha.
- Brega, te reto a un combate pokémon aquí mismo. - Dijo Ryo sin dudar.
- ¿Al aire libre? Será un combate interesante... Está bien, pero te advierto que no tendré compasión.


*****


- Se pueden usar tres pokémon, ya conoces las reglas. ¡Ve, Meditite!
- Un Lucha/Psíquico, si mal no recuerdo... Buizel, te toca. - Buizel se colocó en posición ofensiva frente a Meditite, que levitaba a unos metros sobre el suelo con los ojos cerrados. - ¡Pistola Agua!

Buizel lanzó el ataque, pero un segundo antes de llegar los ojos de Meditite brillaron y esquivó el ataque sin esfuerzo. Buizel repitió el movimiento tres veces más, sin acertar ninguna de ellas. Mientras tanto, Meditite seguía levitando sin abrir los ojos.

- Se llama Detección, entrenador. Los ataques de tu pokémon nunca podrán alcanzar a Meditite.
- De eso nada, Buizel ¡Persecución!
- Demasiado tarde, Meditite ha estado subiendo su ataque con Meditación desde que ha empezado el combate. Y ahora... ¡Confusión!

Meditite abrió los ojos y miró fijamente a Buizel, quien se vió flotando en el aire incapaz de moverse. Meditte movió un brazo y Buizel se estampó contra las finas briznas de hierba que componían el suelo del bosque.

- Puño Drenaje.

El puño de Meditite empezó a rodearse de un aura verde y fue directo a Buizel, quien lo esquivó por los pelos.

- ¡Vuelve, Buizel! - Ryo se dio cuenta de que Buizel no tenía oportunidad contra Meditite.

- Parece que esto no ha empezado con muy buen pie - Dijo Amaia preocupada, mientras Ryo buscaba su siguiente pokéball en el cinturón.