Autor Tema: [FanFic]~Memories~  (Leído 7890 veces)

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Mustal

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Re:[FanFic]~Memories~
« Respuesta #20 en: 21 de Diciembre de 2012, 06:18:19 am »
~Capítulo 20~


El antiguo despacho de Melkor se había renovado. Los pasados retratos que decoraban sobre las paredes habían desaparecido, y dejaban en su lugar una lisa pared marrón. La mesa principal donde el administrador se sentaba había sido sustituida por una de mayor tamaño extendida con los lados cortos mirando hacia la puerta principal.

Shiyo se encontraba sentado junto a sus otros compañeros. La moderación estaba al completo: Criss y AdroMaster sentados juntos en frente de él, CPU compartiendo susurros con Kill, y Raistlin y MDragon sin demostrar su presencia, como si fuesen dos estatuas sentadas en sus respectivas sillas doradas, a ambos lados de Maestro Arena, quien estaba sentado en el lado central de cara a la puerta. Su expresión era seria y paciente, pero por dentro debía de estar deseando que aquello terminase.

Una vez que finalizaron todos de susurrar y hablar, todo se silenció, y el actual Administrador comenzó a hablar.

-Dado a la reciente… traición, que nos ha dado nuestra antigua compañera Alliare, debo daros una seria noticia. Mis teorías no fallaban: Ahora que saben donde estamos, el gobierno europeo ha venido a aniquilarnos de una vez. Están rastreándonos, y tenemos una base a solo un par de kilómetros. Pueden mover el campamento perfectamente.

Los Moderadores comenzaron a comentar de nuevo. Criss decidió hablar.

-No lo entiendo. Se supone que cuando se creó la Unión, la ayuda que recibimos para establecer el recinto y evacuar a la gente fue con la ayuda del gobierno, ¿por qué han venido ahora, cuando Alliare les dio la situación? –Preguntó. Todos los sentados en la mesa asintieron.

-Melkor era el único capaz de mantener la PxP a salvo. Él era quien pactó con los líderes mundiales que no intervendría en ellos ni ellos en él. Una vez caído Melkor, tienen todo el derecho a ir aquí. Alliare lo que ha hecho es facilitar las cosas y decir “Sí, podéis venir”.

A Shiyo no le gustaba como describía a Alliare. Realmente, siempre había pensado que los puntos de vista de Alliare y Arena eran bastante paralelos, y distintos a la vez. Alliare consideraba al gobierno compatible con la PxP, y podía ayudar a la PxP al igual que la Unión podía ayudar al gobierno. Arena los consideraba enemigos, un peligro para la Unión. Ambos puntos de vista eran muy separados para su opinión.

-Actualmente, están llegando dentro de muy poco. Las defensas de la PxP no pueden aguantar mucho más y los recursos tampoco. No pueden salir aviones ni entrar, ni disponemos de cazadores capaces de salir y no toparse con uno de los asaltantes. Nos rodean tanto en aire como en tierra, y pronto, vulnerarán la salida principal y la salida del Invernadero. –Continuó Arena.

-Debemos echarles nosotros mismos. –Sugirió CPU.- Si no, pronto se nos acabarán los recursos. ¿Qué ha pasado con los Fallen Leaves?

-Los Fallen Leaves no están disponibles. Uno y cada uno de nuestros miembros ha caído tras la última misión, excepto tres de ellos. –Dijo Criss- ¡Echo de menos a Vicky!

-No te obsesiones, Vicky está en medio del desierto australiano, en busca de una aldea perdida. Al igual que Mystrace y Flyne estarán en alguna parte de Rusia y el otro grupo estén en Londres. Nos han jugado una mala pasada. –Dijo CPU- El equipo que tanto ha servido de ayuda, no es posible sacarlo ahora mismo.

“La mano derecha de Arena cortada, me pregunto qué hará ahora…” –Pensó Shiyo.

-¿…Y si llamamos a The Hunters? –Sugirió Tsuruko.

-The Hunters son utilizados para ocasiones más discretas, como informes por ejemplo, o para la caza y recolección. Ya les hemos enviado para ambos casos. Zaos ha ido junto a su grupo para pasarnos unos informes. En breves los recibiremos, por cierto. Aagie ha salido de caza con un grupo más discreto, a ver si esta noche cenamos bien. –Explicó CPU.

-¡Necesitamos elaborar un plan! –Javi dio un golpe a la mesa con el puño.
Todos los Moderadores comenzaron a hablar unos contra otros. Shiyo logró escuchar algunos planes propios que tenían los miembros de la moderación, sin embargo, ninguno era bueno para su opinión. Al fin, Arena dio un golpe en la mesa con el puño, lo que hizo callarles a todos.

-¡Así no vamos a solucionar nada!

-Arena, solicito permiso. Tengo un plan, y creo que os va a resultar bueno, pero algo imposible.

Arena lo aceptó con un gesto de cabeza, paciente. MerúM sacó de su chaqueta una foto como si nada de un miembro de la PxP. Se trataba de la danesa que había entrado hace unos días a la Unión. Tenía el pelo negro y liso, que le caía por los hombros y unos ojos castaños oscuros. La foto mostraba hasta la cadera, y la joven estaba sonriente. Los rasgos y la expresión facial que mostraba en aquel momento detonaban un increíble atractivo para Shiyo.

-Esta chica es Yanira. –Dijo MerúM señalando la foto.- Está muy bien dotada… en muchos sentidos. –MerúM sonrió y se escucharon algunas risas entre la mesa. –Bueno, prosigo. Yanira ha entrado hace poco en la PxP. El Doctor Poulsen, al ser de su misma nacionalidad danesa, se ha ocupado de ella en las pruebas. Según nos ha comunicado, tiene una de las clases de virus más curiosas de las que nunca ha visto. El virus PxP es bastante variado, pero según dice, ha visto muy pocos casos como el suyo. –MerúM agitaba la foto.- Un poder con carácter muy destructivo, y muy servible para esta ocasión. Tengo un plan, pero la necesito. Maestro Arena, ¿me permite?

-El doctor Poulsen me informó a mí también. Me gusta tu idea, MerúM, y no dudaré en ponerla en practica.

Los Moderadores asintieron. Arena se dirigió a MerúM de nuevo.

-Llámala.
haber si me muero

Mustal

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Re:[FanFic]~Memories~
« Respuesta #21 en: 27 de Diciembre de 2012, 12:43:49 am »
Ña, pues otro puente más. Si puedo, esta tarde publico otro capítulo más.

~Capítulo 21~


Isma contemplaba todo desde los cristales del Invernadero. La base aérea este estaba en obras. Máquinas de construcción corrían de un lado para otro con materiales desconocidos para su visión. Parecían estar construyendo una plataforma, un saliente blanco que surgía del suelo de la base aérea y quedaba por encima a una altura vertiginosa. Debajo de ellos, se hallaba el lago este, que, de un color verde grisáceo, sus aguas descansaban con una fina capa de hielo invernal Dentro del Invernadero, la temperatura era agradable, pero Isma notaba las pequeñas brisas de viento helado que entraban de vez en cuando desde alguna ventana abierta.

-Ismael, ¿porqué miras a eso? –Murmuró Guilmon a su lado.

-Están construyendo algo… -Murmuró Isma sin apartar la vista de las construcciones. Isma se giró y descubrió que Guilmon no debía de haberle entendido. – Abajo hay algún campamento de los del exterior, y la Unión está construyendo una plataforma.

-¿Para qué? –Le miró ingenuo.

-Pues no lo sé, la verdad…

La plataforma era sencillamente cuadrada, de un tono blanco con algún detalle negro y rojo. Los arquitectos habían hecho un buen trabajo como para que eso no se cayese al vacío y se sostuviese de un solo punto. Isma quiso acercarse más para verlo, pero no pudo. La forma esférica del Invernadero solo le dejaba ver una porción del ala este, -y el ala oeste desde el otro lado- E Isma ya tenía la cara helada de tanto apoyarse al cristal de cinco centímetros de grosor.

-¿Qué hacen todos esos campamentos y gente alrededor?

Isma se sobresaltó al darse cuenta de que Tula estaba a su lado. Dio un salto y casi se golpeó con el cristal.

-¿Desde cuando estás aquí? –Preguntó.

-El mismo tiempo que tú, es que respiro muy suavemente…. Jiji. Acabo de llegar a tu lado, pero te recuerdo que hoy me tocaba el turno de Invernadero a mí, por eso ando por aquí.

-Arena nos contó que, debido a lo ocurrido con Alliare, ahora saben que estamos aquí y el pacto con Melkor se ha roto. Dice que nos van a atacar. –Dijo con inseguridad.

-Oh… bueno, nosotros también sabemos defendernos. Dime, ¿estás preocupado?

-Un poco… no piensas como si… ¿no piensas como si la PxP fuese a desaparecer dentro de poco?

-Mmmm… La verdad, no. La PxP siempre ha existido, estemos juntos o distanciados a miles de kilómetros. El virus nos ha juntado, y en cualquier momento podemos volvernos a juntar, ¿no crees? –Tula expresó una sonrisa cansada- Además, la PxP también tiene sus maneras para defenderse, yo también he visto esas plataformas. ¿Crees que son de adorno? Porque te diré que no.

-¿Cómo las has visto, si no estabas…?

-Soy el ojo que todo lo ve y el oído que todo lo escucha, Isma. Nunca me subestimes. –Murmuró con una sonrisa enigmática. Poco después, volvió a estar sonriente- Bueno, tengo que seguir mi turno en el Invernadero. Hay que darles de comer a todos los animales junto al resto de voluntarios…

Tula se dio la vuelta y se fue por el camino, pero como si nada, pareció tropezarse en el camino empedrado. Algunas cosas suyas se le debió de caer, desperdigadas por el suelo.

-¡Ay! La comida… mi cartera… -Fue cogiéndolas poco a poco- Es que soy tan torpe a veces.

Isma se agachó y fue cogiendo las cosas poco a poco. Entre ellas, vio una foto de un chico joven, con el pelo corto y castaño, de unos ojos verdosos, y de mirada sonriente. Bajo la foto, rezaba el nombre de “Baru”. Otras fotos suyas, de tamaño de carné, descansaban en rincones del suelo.

-Oye… ¿Quién es Baru? –Le preguntó discretamente.

-Ah… Es un encanto de chico. Es guapísimo. Es generoso, alegre, y muy inteligente –Dijo Tula- Trabaja en la planta de medicina, y más de una vez me he cruzado con él en los pasillos. Aunque creo que no se fija mucho en mí.

Tula recogió todo y se fue a paso rápido. Isma no pudo pronunciar ninguna palabra más. Mientras observaba la única foto que no había podido dársela, mientras veía el alegre rostro de Baru, se escuchó un altavoz. Era la voz de Arena.

-¡Atención a todos! ¡Se os convoca a cada uno de los miembros de la planta militar, y, a su vez, a varios miembros de los equipos secundarios C, A y N, correr hacia la entrada este, en el sótano tres. Ataque urgente, repito: Miembros de la planta militar y equipos secundarios A, C y N. ¡Ya!

Isma sabía que no había realmente una entrada al este, sino un túnel. Iban a atacar por detrás.

-Arena, Arenita, mira que tienes la cara bonita… -Musitó antes de irse del Invernadero.



Baru, he decidido dedicarte un capítulo, así que o lo lees o te hago Unfollow en Twitter ¬¬

PD Edit: os dejo un plano de la PxP desde arriba. Lo azul es el lago, lo del centro el edificio, la verruga el invernadero, y los salientes las bases aereas.

Hago unos dibujos tan prohs... MerúM, celoso?

« Última modificación: 27 de Diciembre de 2012, 12:57:08 am por Mustal »
haber si me muero

Mustal

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Re:[FanFic]~Memories~
« Respuesta #22 en: 29 de Diciembre de 2012, 04:18:27 am »
Al fin llega el capítulo que tanto deseaba publicar. La idea de lo ocurrido la tenía desde principios del Fic, Yay! >w<

Spoiler: En el capítulo se hace mención de una canción. Recomendable escucharla antes de leer • mostrar
Me pareció el ritmo más adecuado para lo que sucede en el capi.




~Capítulo 22~


El túnel solo contaba con una bombilla por cada diez metros, de manera que Isma no podía andar sin tropezarse con algo. Contando con lo estrecho que era, y la larga y disimulada marcha, en más de una ocasión se cayó encima de Guilmon.

-Isma, levántate ya, no pierdas el tiempo. –Decía alguien detrás de él. Saltando encima de los dos.

Isma se reincorporó y siguió andando con Guilmon. La humedad era tan densa que en ocasiones podía tocarla con los dedos, dado a que el túnel surcaba todo el lago bajo tierra. Hacía un calor extremo, y costaba respirar. La PxP no usaba apenas estos túneles a no ser que estuviesen en casos como aquel.  Al fin, se encontraron en una sala circular, lo suficientemente amplia como para caber todos.

-Bien. –Dijo el capitán de su grupo- Los túneles subterráneos de la PxP están dispersos por todo el subsuelo. Esta es una de las vías principales, los otros grupos están recorriendo otras distintas. En caso de retroceso, el túnel se divide en dos bifurcaciones. Hacia adelante, obviamente, está el exterior. A nuestra derecha, una sala donde encontraremos recursos médicos y alimenticios para dos semanas. Vamos a ir hacia adelante, y echar de una vez a esos tíos. Nadie invade nuestro territorio. –Dijo con amplia seriedad.

Todos, incluido Isma, dieron un grito de guerra con señal de asentimiento. El capitán asintió satisfecho.

Siguieron hacia adelante, hasta que al fin encontraron la luz exterior. Era ya el atardecer, y el sol estaba desapareciendo por el horizonte. Aún así, Isma logró ver con facilidad que se encontraban en un bosque de pinos. No emitían más que el ruido de sus pisadas

-Ahora mismo nos encontramos justo delante del edificio. Los campamentos deben de estar cerca. –Dijo Kagetsu a su lado. Mientras tanto, seguía saliendo gente por el amplio agujero hacia el exterior. – Entraremos de golpe y daremos el ataque.

-Bien, ¡atentos todo el mundo! –Murmuró CPU, quien dirigía todo su ataque- Zaos y Aagie no tardarán en venir desde sus puestos, por lo que cuando escuchéis la señal, daremos el ataque.

-¿Y cuál es la señal? –Saltó Isma.

-Habla más bajo si no quieres que sepan que estamos aquí. Mirad hacia el cielo, y sabréis cuál es a la mínima.

Esperaron durante diez minutos, mirando al cielo como lelos, vagando por el claro, y charlando en voz inaudible. El sol ya había desaparecido, e Isma apenas se veía los pies.

-Guilmon está aburrido, Ismael… -Murmuró su compañero.

-Calma, Guilmon.

-¡Chssst! Callaos. Zaos acaba de llegar, y Aagie está en su puesto. He recibido una llamada de Arena: Preparaos.

De repente, Isma comprendió qué hacía ahí aquella plataforma. Un destello de luz dorada iluminó todo el lago, hasta los límites del bosque, y de la plataforma salió una figura. Solo se visualizaba a ella, mientras que a la gran masa negra del recinto apenas se percataba. La plataforma contaba además con sus propios focos, de manera que parecía un segundo sol, con una chica en el. Todo el campamento enemigo se puso en guardia ante la reacción, todos miraban, pero nadie reaccionaba. Todos; Isma, Guilmon, CPU, sus compañeros, helicópteros, aviones, y miles de personas con el arma cargada, observaban a aquella chica de pelo negro en la plataforma resplandeciente. Solo se escuchaba el sonido incesante de su respiración, ni siquiera oía las hélices de los helicópteros. Isma fue cargando su pistola, preparado para la señal.

-Esperad un momento…  Aún no. –Murmuró CPU, a su vez informando desde el móvil.

Isma observó el como la chica, haciendo caso omiso de todos sus inferiores, daba una vuelta sobre sí misma. Un proyectil azul claro se disparó con un silbido, y desapareció justo delante de uno de los helicópteros.
El helicóptero explotó en llamas.

-Ahora. –Dijo CPU

Isma no comprendió por qué, pero, mientras salía corriendo a enfrentarse a su perdición, escuchó… Música. Desde la base aérea, donde se extendía la plataforma, temblaban unos grandes altavoces. La música se escuchó por toda la batalla. Isma observó como la chica se movía y cantaba a la vez, con delicadeza y elegancia, unos movimientos hipnóticos.

Lala lalalalalala lalalalala love
Lala lalalalalala lalalalala love


Isma disparó a todo quien se ponía en medio. No le gustaba ser asesino, a nadie le gustaba. Sin embargo, sabía que ellos pretendían erradicarlos, y debía luchar por ello. Aunque, Isma se extrañó por ello, pero nadie le atacaba.

-¡Kagetsu! ¿Por qué no nos disparan? ¿Qué les pasa? –Gritó Isma entre los grupos.

Se dio cuenta, que todos disparaban hacia la bailarina. Sin embargo, ningún disparo acertaba. La chica seguía bailando, hipnotizando a todo aquel que la miraba. Isma estaba entre aquellas personas.

-¿Comprendes ya el por qué Yanira ha sido elegida para esta batalla? –Dijo CPU con una sonrisa, mientras disparaba a alguien delante de él. La música seguía sonando mientras el cadáver caía al suelo.-Aagie y Zaos están haciendo bien su trabajo, están arrinconando y llevando los otros campamentos hasta este ala.

Love the way you fill me up with life
Baby we can break the speed of light


Uno de los asaltantes logró librarse de la atracción, e intentó disparar a Isma. El disparo falló por unos centímetros, e Isma escuchó el silbido de la bala a su izquierda. Guilmon corrió y se tiró ante él.  Isma nunca le había visto probar la carne humana, pero, al igual que él, de repente sentía una gran furia en su interior.

*La bailarina seguía cantando como si nada pasase. La plataforma, decorada con numerosos focos, hacía que ella fuese lo primero que alguien vería en aquel lugar. Yanira daba una vuelta, y otra, y otra, y sus proyectiles azulados caían disparados hacia los focos de la batalla, explotando todo con lo que chocaba. Isma pudo ver gente abandonando el fragor de la batalla y corriendo con las llamas en sus cuerpos, gritando de desesperación. ¿Era eso lo que tanto se imaginaba Isma en la batalla? No lo sabía.

Isma disparaba, Guilmon se lanzaba a todo aquel que osaba adentrarse frente a él, más proyectiles azules caían, y todo mientras que Yanira realizaba su elegante coreografía. La gente que se libraba de la confusión y la hipnosis, era disparada por CPU, Isma o Kagetsu, mordida por Guilmon, o explotada en llamas por un proyectil azulado.
 
Nothing to fear when you are near
¡Just gimme more!
Reaching for the sky, I'm aiming high
Close my eyes and then it's almost like you fly
Up in the air, let's take it there
Never let go.


La música seguía sonando, y seguían avanzando. La gente que lograba salir de la curiosa hipnosis era disparada por CPU o Kagetsu. Isma activó su vínculo con Guilmon: Se encontraba menos furioso que antes, pero tenía sed de sangre.
Logró visualizar algún proyectil azulado más. Isma se dio cuenta de que esos proyectiles explosivos eran… corazones azules. Al contacto desaparecían, y después, explotaban. Proyectiles como esos caían entre la multitud, causando una gran explosión entre los grupos.

Isma se dio cuenta, que tras aquellos resplandecientes focos y de luz se encontraban más personas aparte de Yanira. Uno de los pocos aviones de combate intentó activar uno de sus misiles, apuntando hacia la plataforma luminosa. El misil cayó y se dirigió hacia ella. Uno de los miembros que se encontraban detrás de la plataforma, realizó un movimiento rápido. El misil colisionó justo a unos pocos metros de Yanira, y la lluvia de llamas cayó sobre el lago. Sin embargo, la chica estaba ilesa, y seguía bailando y cantando.

Oh oh oh, I feel the energy between you and me, baby it's so right
Oh oh oh, I feel the energy just taking over me, over me.


How I've been waiting for this
Lala lalalalalala lalalalala love
Oh I've been waiting for this
Lala lalalalalala lalalalala love


-Supongo que te has percatado ya. Detrás de la plataforma, en la base aérea, entre las sombras, se encuentran miembros de la PxP, que protegen a Yanira de cualquier ataque. Cualquier bala o misil, será desviado, parado, o explotado. Son hasta cinco los defensores, mientras que Yanira hace de señuelo. –Dijo Kagetsu mientras que su grupo les protegía-  Yanira cuenta con un virus muy destructivo: Lo que informalmente llamamos “El Virus Corazón”. Una clase de virus muy, pero que muy, rara, que te convierte en el centro de todo y a su vez, tu cuerpo desprende energía combustible. Esa energía, al chocarse con algo, explota. Lo que no entiendo es lo de la forma de corazón…

From Paris to LA over the night
All around the world just you and I
Nothing to fear, when you are near
We're on a roll


And we do it again, no stop no end
Out of control
Oh oh oh, I feel the energy between you and me, baby it's so right
Oh oh oh, I feel the energy just taking over me, over me


-…En pocas ocasiones, la PxP se mete en batallas, pero siempre las bordamos. Piensan que estamos indefensos, cuando es mentira.

Isma visualizó el cuerpo de uno de los acompañantes de Yanira cayendo inerte al lago. Alguien había detectado la trampa del señuelo, y había debido de entrar en acción. Sin embargo, otros dos cuerpos más caían, y uno más se desplomaba, cayendo desde el suelo de la base. Ya solo quedaba un defensor, quien se esforzaba a duras penas por evitar todas las balas dirigidas a Yanira.

Oh oh oh, I feel the energy between you and me, baby it's so right
Oh oh oh, I feel the energy just taking over me, over me


-…La PxP…

How I've been waiting for this
Lala lalalalalala lalalalala love...


-…Es imparable cuando quiere. –Terminó Kagetsu.

Lala lalalalalala lalalalala love.
Oh, I've been waiting for this
Lala lalalalalala lalalalala love…


La canción paró de repente, pues no fue el cuerpo del defensor el que caía al suelo, sino el de Yanira. La música siguió sonando, pero la cantante y atacante principal había caído inconsciente en el suelo de la plataforma, mientras que un último corazón explotaba a unos metros a la izquierda de Isma. Gente en llamas corría por esa zona, y médicos atendiendo heridos. Por fin, la voz de Arena resonó en todo el estadio, quien se adentró en la plataforma, confiando en el último defensor que le quedaba. Se agachó ante el cuerpo inerte de Yanira, e hizo un gesto hacia sus acompañantes, quienes también se adentraron en la plataforma y se la llevaron. Isma supuso que estaba muerta.

-¡Atención a todo el mundo! Mi nombre es Maestro Arena, Administrador de la Unión PxP.

–Resonó la voz imponente de Arena. La plataforma iluminaba  todo el recinto y su alrededor como si se tratase de una gigantesca hoguera, y Arena en medio. Todo el mundo le observaba. – ¡No podéis hacer nada! Vuestras defensas se han reducido al máximo y ya no tenéis fuerzas para atacar. Vuestros compañeros están muertos: carbonizados, o perforados por una bala. Rendíos si queréis seguir viviendo. Mandaremos órdenes médicas a los heridos en tal caso, y os permitiremos la hospitalidad de la Unión PxP. En cualquier caso, ya no tenéis salida. Si intentáis huir, os perderéis en los intensos bosques de los Alpes, y lo más probable es que muráis de frío. Si no aceptáis, os prometemos una muerte rápida y sin pensamientos. Si aceptáis, os quedaréis aquí, y no podréis salir dadas las circunstancias del virus PxP. No podéis volver. Decidid que hacer: Si vivir, o morir.
 
La gente, indecisa por el discurso, comenzó a dudar. Sin embargo, poco a poco todos tiraban las armas, y se adentraban hacia el lago, hacia la plataforma. Algunos se arrodillaban, otros, no hacían más que mirar hacia Arena. Todos aceptaron. Isma comprendió la gran satisfacción que le suponía al Administrador una gran victoria.


Al ser un capi tan largo, habrá una ausencia algo larga en el fic. Hasta el 1 de enero aproximadamente no publico otro capi.

*Los párrafos con un asterisco significan que están puestos tiempo después de publicar el capítulo.
« Última modificación: 31 de Diciembre de 2012, 10:11:45 pm por Mustal »
haber si me muero

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Re:[FanFic]~Memories~
« Respuesta #23 en: 05 de Enero de 2013, 12:21:35 am »
He editado unos párrafos en el capi anterior ^



~Capítulo 23~


Los policías mascullaban palabras imposibles de interpretar para Yuri. Él seguía sosteniendo el trozo de trapo en la mano, el que había quedado curiosamente frío tras su cristalización, y conservaba un polvo de cristal restante tras lo ocurrido. Yuri se replanteó si volver a usarlo.

-Ni se te ocurra. –Dijo Ángel sin mirarle, con las manos en alto- Si usas tus poderes es posible que la debilidad te venza. Cada vez que empleas el virus, tu cuerpo consume determinada cantidad de energía conforme al esfuerzo que emplees. –Le miró- Si yo apagase toda esta cárcel de un cortocircuito, lo más seguro es que cayese al suelo rezando por mi vida.

Yuri asintió mientras observaba a los cinco policías apuntándoles. Uno de ellos abandonó el arma y cogió un teléfono que reposaba en la pared. El resto continuaba apuntándoles con la posición y mascullando palabras. Raruto se giró hacia él, con las manos en alto como iba.

-¿Ahora qué hacemos?

-Bailar la Macarena, ¿no te jode? –Intervino Paco- ¿Qué quieres que hagamos?

 -No podemos quedarnos aquí parados, todo esto para nada…

El policía del teléfono volvió a su posición habitual. Por fin, les habló.

-I just called a member of the PxP embassy, he will come soon from London.

-Traducid, venga. –Dijo Raruto.

-Dice que ha llamado a un miembro de la embajada londoniense de PxP.

-¿PxP tiene embajada en Londres? –Se preguntó  Yuri.

¡Sí! ¡La tiene!

Un desconocido se adentró por la puerta que se encontraba tras los policías. Todos ellos bajaron la pistola, pero continuaron en guardia en caso de suceder algo. El desconocido vestía de la manera más extravagante que podía imaginarse Yuri: Un hombre de pelo largo y teñido de un tono azulado, portando un sombrero de copa –al que a Yuri le recordó el del sombrerero loco- y vistiendo un uniforme negro de gala de años atrás, con las mangas caídas y sueltas hacia abajo. El desconocido, quien debía de tener cerca de unos treinta años, sonreía relajadamente. Los miró a todos, y comenzó a hablar en inglés.

-Que alguien traduzca. –Dijo Ángel. Daloz se puso a ello, en un intento desesperado.
 
-“Mi nombre, o al menos como me bautizaron al entrar a la Unión Pi Ex Pi…”

-Pe Equis Pe, idiota. –Le corrigió Yuri.

-“…Es Kaito. AllenKaito a veces, pero principalmente… -El galante respiró plácidamente y se encogió de hombros- …Kaito.” –El hombre dio unos pasos alrededor de la sala. Daloz continuó- “-El motivo de la fuga de estos chicos no corresponde a la policía londoniense, si no a los… -Daloz se pausó al oir la palabra- ¿Temas? De la Unión Pi Ex Pi. Gracias a Dios que he sido informado a tiempo… -Dijo con falsa modestia el hombre, y Daloz murmurando su traducción-  …Si llegáis a meter a estos jóvenes en la cárcel de nuevo, os meteríais en los temas de la Unión Pi Ex Pi. –El tal Kaito señaló con la mano a Daloz, Yuri y Raruto.”

-Pe Equis Pe, Daloz, dilo bien. –Le respondió Yuri.

-“Les encontramos dentro de una casa, con dos cadáveres en la habitación y una niña lloriqueando. –Tradujo a uno de los policías- La niña aseguró que alguien entró en su casa y asesinó a sus padres. Estos delincuentes están arrestados por asesinato y… -Daloz pausó- entrar a casas.”

-Allanamiento de morada. –Corrigió Yuri de nuevo.

-“La joven se encuentra a salvo en la Unión Pe equis Pe. Según nos dijo, ellos no mataron a sus padres. Estos chicos no tienen que estar arrestados”

-“¿Y qué nos dice del allanamiento de morada?” –Preguntó el policía- “Además, solo tres de los chicos están arrestados por eso, los otros dos están por otras dos razones.”

-“Es una orden emitida por Maestro Arena, uno de los principales cerebros de la Unión. Según el pacto de Melkor, la Unión podía intervenir con cualquier permiso si era necesario. El asesinato es comprensible, pero si es necesario, no veo inconveniente con tal de ayudar a la pequeña San. Así pues, señores, ¿qué  me dicen ahora? En cuanto a los otros dos… Bah, tengo dinero, puedo pagar la multa perfectamente. –Kaito miró de reojo a Ángel y Paco.”

-“Tendrá que pagar la multa de los demás también”-Se limitó a decir el policía.

Daloz terminó de murmurar la traducción y respiró hondo.

-“No tengo problema”-Kaito sonrió.

Todos bajaron las armas, y el hombre se acercó a ellos. Comenzó a hablar en español para alivio de Daloz. El hombre del uniforme de gala fue con el supuesto jefe de policía a pagar las distintas multas.

Una hora después, se encontraban en un pequeño coche de seis plazas, con Kaito conduciendo y Ángel de copiloto

-Tal y como os he dicho, y vuestro amiguito os ha traducido, me llamo Kaito, aunque mi nombre real sea Allen, se me bautizó como Kaito por el motivo del virus PxP. Dejé mi vida y me cambié de nombre. Por si no lo sabíais,  Ángel, Paco y yo ya nos conocíamos desde hace tiempo, pero no precisamente por la Unión. Es una historia un poquito larga la verdad, y estamos disfrutando amablemente del camino de vuelta a mi casa, aunque os puedo decir, que yo nunca he pisado la Unión, aprendí a colaborar con mi poder. Aprendí que conforme más lo usabas, tu vida se consumía más rápidamente debido a la cantidad de energía que has usado. Es un virus que te da un don extraordinario, sí, pero no deja de ser un virus. –Rió un poco- Conforme lo usas, tus órganos se van destrozando poco a poco. Yo he cumplido la treintena hace poco, y quizá éste sea mi último año de vida. El virus de por sí te mata demasiado joven, qué lástima. Por suerte, lo poco que me queda por vivir lo vivo con mucho gusto.

-¿Y cómo sabías que estábamos ahí justamente? –Preguntó Raruto.
-Directamente: Fue improvisado y pasaba por ahí. Solo sabía que tarde o temprano ibais a escaparos, pero… Jujuju, no me esperaba compañía la verdad. Por suerte, un caballero siempre tiene que actuar en el último momento. No pensaba que un galán como yo iba a tener que recurrir a la situación de interrumpir a un círculo de policías, pero ahí veía un derramamiento de sangre, ¿sabes?

-Este tipo es muy raro… Si hasta huele a menta. –Susurró Raruto.

-Tranquilos, es de confianza. –Respondió Paco.

-Chicos, ya vamos llegando. ¿Veis esas casitas de ahí? –Dijo mirando por la ventanilla.

Las casitas que señalaba eran totalmente rurales. Debían haber salido de Londres hace un buen rato, y se encontraban en una zona de campos verdes y agrestes. Las casitas eran enanas y sucias.

-…Pues mirad, yo vivo en esa. –Dijo señalando a otra.

Yuri casi salta del asiento. Kaito vivía en una enorme mansión justo al otro lado del lago. La mansión contaba con paredes blancas y numerosos jardines. Estaba erguido justo delante el lago, y su arquitectura daba a ver un ambiente de majestuosidad y tranquilidad. Kaito paró frente a la puerta, y bajó del coche. Se sacudió el polvo del uniforme y estiró los brazos. Los otros cinco bajaron a su vez, contemplando todo lo que les rodeaba. Ángel y Paco no estaban tan sorprendidos.

-Soy el barón Kaito, aunque mis súbditos me conocen más como el barón Darren Conwaer. –Dijo extendiendo los brazos y sonriendo. Los bajó y les volvió a mirar. –Vuestras multas solo han sido un pellizco para mí. No tengo ningún problema en acogeros siempre y cuando no molestéis.

Los chicos seguían mirándolo todo. Raruto tenía los ojos como platos.

-Tío, nos ha tocado el gordo. –Dijo.- Señor Kaito…

-Darren. Por favor, en mis dominios, llamadme Lord Darren. –Dijo Kaito mientras que arrancaba una manzana del seto plácidamente.

-Lord Darren… -Continuó- ¿Cómo logró alcanzar ésta fortuna? ¿Le tocó la lotería o algo?

-La lotería es de plebeyos… -Dijo paseando la manzana por la mano- Digamos que no tengo problemas con el dinero nunca… ¿Conoces el cuento del Rey Midas?

La manzana, antes roja, se había tornado a un tono dorado. Kaito la había hecho de oro.



A los sobresaltados por esto: No iba a poner a Kaito como un adolescente con superpoderes, ¿ok?  XD
Su personaje me vino la idea de su antiguo avatar de Kaito, el que está hecho por Lyra, y comencé a idearlo. Parte del personaje también está inspirada en Mephisto Pheles, como bien Pakopez supondrá  :sisisi:

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Re:[FanFic]~Memories~
« Respuesta #24 en: 10 de Enero de 2013, 02:37:03 am »
~Capítulo 24~


La sala de la Moderación estaba abarrotada en aquel momento. Todos los Moderadores celebraban con júbilo su reciente victoria, y charlaban alegremente de la fuerte paliza que habían dado. Todos estaban henchidos de orgullo. MerúM miró hacia Arena, la única persona de la sala que no sonreía.

-¿Señor, qué le ocurre? –Preguntó sonriente. – ¡Hemos logrado echar a esos asaltantes, y hemos marcado nuestro territorio!

Maestro Arena suspiró, y parpadeó lentamente, hasta que volvió a mirar hacia MerúM.

-Sencillamente, porque debemos tomar medidas. Por favor, hazles callar.

MerúM se levantó, y, de un gesto gracioso, sacó un mazo cuyo pico tenía forma de Probopass. Lo golpeó dos veces en la mesa y lo volvió a guardar. Una voz megafónica salió del mazo.

*Gracias por comprar este Probo-Mazo solidario. Antena 3 le agradece su colaboración ante los pobres niños africanos*

Algunos de la sala soltaron una risa leve. Arena miró de reojo a MerúM, y se levantó.

-Bien, lo primero de todo, debo felicitaros a todos por el perfecto ataque que ha salido. Solo ha habido unas cuantas bajas, y… por desgracia, seis muertes. Hemos barrido toda esa basura que nos rodeaba. –Arena sonrió levemente antes de volver a su estado serio. – Sin embargo, dado al error garrafal que cometió Alliare, nuestra posición se ve muy amenazada ahora mismo. Ataques como ese podrían venir de nuevo, y sacamos uno de nuestros mejores ases antes de tiempo.

-Todos vimos como Yanira caía muerta. –Dijo Javi con tono triste- Lástima, estaba tan buena…

-Cuida esa lengua. Eres S-Moderador, no un salido sexual. A la próxima te bajaré el karma. –Dijo con frialdad el Administrador.

Javi calló su error al entender lo que suponía una bajada de karma. Arena prosiguió.

-Bien, todos sabréis el error que cometió Alliare: Pensó que sobre gobierno global como unos aliados y una fuente de recursos, pero no era así y… demás. No me extiendo. Dio nuestra ubicación exacta y, aprovechando la rotura del pacto de paz que realizó Melkor, ellos decidieron atacar.

-Aquel pacto significaba que si ellos atacaban, nosotros atacaríamos también, y viceversa. –Interrumpió Tsuruko- ¿Deberíamos atacar entonces?

-No. Solo debemos realizar actos de defensa, como el que hemos hecho hace poco. Si atacásemos, la ventaja la poseerían ellos, y se podría declarar una guerra. –Le contestó Shiyo.- Nos exterminarían.

-Si me permiten intervenir… -Kill se levantó de su asiento- La Unión no solo cuenta con un par de personas. Normalmente, voluntarios, rehenes, y antiguas fuerzas armadas que nos prestó el gobierno cuando esto era una especie de alianza en paz, se han unido a estas tropas. No todos son infectados por el virus, también contamos con nuestro propio ejército, ¿por qué no luchar?

Aquello había dado que pensar a Arena. La indecisión se había formado en su rostro. Sin embargo, MerúM no lo consideraba una buena idea. Una guerra para la PxP sería un camino hacia la muerte.

-La gente reclutada no puede ser infectada por el virus, pero les retenemos aquí con la treta de que podrían infectar a mucha más gente, por no mencionar que la medicina solo ayuda a los ya infectados, pero a los no-infectados se les pone igualmente con el chantaje de que si no se la toman, corren el riesgo de morir. Los reclutados no tendrían más remedio que quedarse conociendo las consecuencias. –Continuó Kill.

-Si mantenemos la paz y tomamos este reciente ataque como una especie de “malentendido”, a lo mejor podemos seguir durando, y a su vez creciendo para poder ser más independientes. A pesar de todo, el pacto de Melkor hacía que el gobierno diese recursos como comida, protección, y ayuda militar.

-…Pero MerúM, el pacto de Melkor está roto. –Terminó Tsuruko.- Lo han roto atacándonos.

-Señores, tengo una idea. –Se levantó Shiyo- Propongo movernos de sitio. Es evidente que aquí no estamos seguros, y por cada segundo que pasa, corremos el riesgo de que vuelvan a asediarnos. Formas de comparar el trabajo de Yanira no hay apenas en la PxP, y puede morir mucha gente. Personalmente, prefiero crecer por nuestra cuenta a tener una alianza muy dudosa. Abandonemos el edificio de la Unión.

Murmullos y susurros comenzaron a nacer en la sala. Arena seguía pensando con un semblante totalmente serio.

-Abandonar el edificio es una solución muy arriesgada. Nuestra localización es perfecta en cuanto a defensas, y, situándonos en una gran masa de bosques y montañas, no nos falta mucho alimento, por no mencionar el bosque de Pinos Corazón, lo que nos ayudan con la elaboración de la medicina. –Contrarrestó MerúM. – La PxP se ha desarrollado muchísimo desde estos años, empezar de nuevo es… imposible. ¿Dónde propones asentarnos?

-Propongo una de las bases de asentamiento que nos proporcionaron, y de las mejores en cuanto a defensas y situaciones. Entre la cordillera Pirenaica y el Macizo Francés, justo en el extremo que cede junto al mar. Es una de nuestras bases de alimentación, y muy bien situada. Además, hay una reserva de Pinos Corazón a cuarenta kilómetros, desde donde se elaboran las medicinas de los alojados allí. Aislada, defendida, y junto al mar y todo, ¿qué os parece? –Terminó Shiyo.
Arena, al fin, terminó de pensar. Se dirigió a Shiyo, y MerúM pudo ver su gesto de aprobación.

-Como bien han dicho todos, nuestra posición está muy arriesgada, y el pacto de Melkor se ha roto. No tenemos más remedio que trasladarnos. Le agradezco su ayuda, Shiyo. Tienes dos puntos de karma más. –Arena se dirigió a todos- Shiyo, Javi, Raistlin y MDragon. Quiero que informéis a todo PxP a través de los medios de comunicación de que mañana al atardecer cada uno de los aviones despegarán. Asegurad de que solo se lleven lo prioritario: Hay que ahorrar un poquito de espacio. Criss, quiero que envíes un informe a los miembros de Fallen Leaves desaparecidos, informando de los recientes sucesos y actualidad. Intentaremos recogerles en cuanto podamos, pero se encuentran en un territorio delicado para la PxP, CPU se ocupará de su recogida junto a The Hunters. El resto, quiero que vaya preparando los aviones y la organización de la salida. –Arena respiró lentamente, mientras que los seleccionados apuntaban en una libreta sus órdenes- Si es necesario, la guerra será dada.

“…Y nuestro exterminio también”. –Pensó MerúM mientras salía de la sala junto al resto.
« Última modificación: 01 de Febrero de 2013, 12:55:23 am por Acid Citric »
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Re:[FanFic]~Memories~
« Respuesta #25 en: 13 de Enero de 2013, 01:07:00 am »
~Capítulo 25~


Pleno invierno en Moscú: Mystrace no podía aguantar más frío.

-Arena… Hihio puta… -Dijo mientras tiritaba dentro de la cafetería- Maldito Arena que me manda con una manga corta y una chaqueta simple…
 
A pesar de estar dentro de un espacio cerrado, con calefacción, hoguera, y un chocolate caliente que no sabía cómo había aparecido ahí, Mystrace no paraba de tiritar. El frío de Melilla no era más que una brisa veraniega comparado con eso. Un hombre se acercó a él, con una barba frondosa que le crecía hasta el pecho y un abrigo de siete capas aproximadamente, sumando un gorro de lana en la cabeza. Estaba tan gordo que Mystrace no supo si realmente andaba o rodaba.

-Занимает кресло? -¿Está ocupada la silla?

-¿Qué dice, señor?

-Ты позволил мне взять этот стул? -¿Me deja llevarme esa silla?

-No le entiendo, inglés, inglés, plis. –Al ver que el ruso no le entendía, decidió seguir con el ejemplo. A lo mejor era sordo. – INGLISH PLIS, DU YU NOU? ¡INJLIS!

-¿What? –Dijo el ruso con acento inglés

-INJLIS, ALBÓNDIGA RUSA. INJLIS PLIS. –Los gestos de Mystrace parecieron alertarle. El ruso le miró con cara de asco y se fue hacia su mesa enfadado, musitando palabras incomprensibles para él.

-Por dios, ¿Cuánto les costará aprender español…? –Se preguntó mientras bebía un poco de chocolate caliente.

Mystrace no sabía bien como le habían traído el chocolate. Solo recordaba señalar dando ostias a la carta y haciendo gestos absurdos de beber algo ante el camarero, quien le miraba con una expresión entre risa y pena. Solo contaba con el dinero que le había prestado la Unión PxP, y encima, Flyne estaba ingresado en el hospital con la pierna rota. Mystrace sorbió algo del chocolate caliente.


Recordó en aquel momento, el chocolate caliente que tomaba en el avión. Un flashback le vino a la cabeza.

-Slurp… Um… pásame un churro, Tobi. –Dijo Flyne bebiendo de la taza.- Está delicioso.

-Cogete tu uno, cacho vago… -Murmuraba Tobi con la taza entre las manos- …Joder, estamos dentro del avión y ya noto el frío…

La pequeña habitación contaba  con dos sillas, una mesa, y una ventana. Todas de tamaño pequeño, y pegadas a la pared. Flyne tenía que sujetar el plato de la taza con chocolate cada vez que el avión daba una curva.

-¿Cuánto nos queda para Rusia? –Preguntó Flyne, tocándose el flequillo y removiéndolo.

-Supongo que no mucho… La PxP tiene una pequeña embajada allí que nos proporcionará servicio y alimento.

De repente, el avión dio una pequeña sacudida. Mystrace no dio reparo a eso, pero Flyne estaba gritando como un poseso debido al chocolate caliente caído en su camiseta.

-¡JODER! Como quema, como quema. –Gritaba con dos lagrimones en la cara.
Mystrace se quitó el cinturón y se levantó a ayudarle. Con una servilleta, moviéndola por el vientre de Flyne, mientras que este gritaba cuan esquizofrénico en un manicomio, Mystrace notó una sacudida más.

-Flyne, parate un poco y deja de gritar, creo que pasa algo.

-¡Si tú tuvieses chocolate ardiendo en el cuerpo, ya verías lo jodido que es no gritar. –Le respondió.

El avión dio una sacudida más fuerte, lo que hizo que la taza de Mystrace se cayese de la mesa y él encima de Flyne. El chocolate caliente estuvo a punto de rozarle, y la taza se encontraba rodando por el suelo de la cabina. 

-¿Qué pasa ahí fuera? –Gritó a la cabina de control.

Una última sacudida, más fuerte que las demás, hizo que Mystrace se diese un golpe en la mesa. Esto hizo que se incorporase de nuevo. Flyne, quien había parado de gritar, también se dio cuenta de lo que sucedía. El megáfono, con una excitante voz femenina, respondió sus dudas.

-*DinDonDin~* Atención todos. Estamos entrando  en una zona de turbulencias, abróchense los cinturones y mantengan la calma. Encima de ustedes, se encuentran las mascarillas de oxígeno para estos casos. Gracias por volar en ViajesPxP, disfruten de su vuelo *DinDonDin~*

-Disfrutar del vuelo los cojones.  –Dijo Flyne mientras se ponía la mascarilla.
Una sacudida más, y otra, y otra más. Mystrace miró por la ventana. Contempló el humo que salía por debajo del ala, y algunos trozos anaranjados brillaban en el paraje. El motor se estaba incendiando, y estaban cayendo. Las alarmas comenzaron a sonar con un estresante sonido. La iluminación del avión se turnó a unas luces parpadeantes rojas. Flyne y Tobi se pusieron el cinturón y se agarraron a él entre sacudidas, mientras el avión caía en picado.

Después, Mystrace no recordaba qué había sucedido. Un choque enorme… Todo destrozado… Se había despertado en el mismo avión, o al menos, una escena siniestra de él. Las luces rojas se habían apagado y solo les quedaba la iluminación del fuego del exterior que se había causado dada a la colisión del avión. Mystrace, aún aturdido, vio a su compañero delante de él. Estaba sangrando en alguna parte del cráneo, contaba con diversos arañazos y heridas alrededor de la cara, y la boca también estaba roja. Podía escuchar su escasa respiración, la agonizante respiración de alguien que estaba a punto de morir. Tenía los ojos cerrados.
Mystrace descubrió que él también tenía heridas. Sin embargo, un golpe de suerte le había salvado del mismo sufrimiento que pasaba su compañero. Solo tenía un fuerte arañazo en la cara, que le recorría desde bajo el ojo hasta la barbilla, recorriendo toda la mejilla. Sangraba. Se encontraba dolorido, pero no hizo caso de los otros daños menores. Deseó darle las gracias a su increíble suerte que había salvado su vida miles de veces.

Se desabrochó el cinturón y se levantó. Le dio unos golpecitos en la mejilla a Flyne.

-Flyne… Amigo… ¿Sigues ahí?

Su compañero abrió ligeramente los párpados, y los volvió a cerrar. Solo le respondió unas palabras imposibles de escuchar para él entre  su incesante y lenta respiración. Le consoló saber que al menos, seguía vivo.

Mystrace avanzó con su magullado cuerpo. Sabía que debía de tener moratones por todos los lados. Respirar le dolía bastante, y mover la pierna derecha le costaba.

-Debo tener algún hueso roto… -Dijo mientras avanzaba a la cabina de control. Si encontraba vivos a los pilotos, quizá podía salir bien parado de esta.

Pero solo encontró dos cadáveres entre los escombros. Comprobó que no les quedaba pulso. Dado a que no podía hacer nada por ellos, decidió buscar otra salida.

“Un botiquín… algo…” –Pensó- “Tengo que salvar a Flyne…” 
 
Buscar no le sirvió de mucho. Tuvo suerte de que Maestro Arena hubiese proporcionado a los miembros de Fallen Leaves diversos teléfonos de ayuda en sus inicios del equipo. Mystrace rebuscó en su móvil –suerte que era un ladrillo de llamar y colgar, si llegaba a ser un Galaxy tampoco sobrevivía al aterrizaje- y rebuscó en la agenda.

-Veamos… Aagie… Zaos… Daloz… Paris Hilton… Maestro Arena. -Al ver este último, pulsó el botón de llamada. Solo le respondió la voz del contestador. –Mierda…
Descubrió el extremo frío que hacía en aquel momento. Estaba anocheciendo, y el viento glacial le helaba todo el cuerpo. Era imposible pensar que no se había percatado de eso antes. Descubrió un teléfono más.

-Sí, la embajada de Rusia… -Beeeep. Beeeeep.- Vamos… responde…

-¿Diga?

-Em, hola, ne-necesitamos ayuda de parte de la Unión PxP. Somos miembros del escuadrón Fallen Leaves, mandados en una misión. E-El avión tenía el motor dañado, o algo así. Por favor, vengan rápido, los pilotos no han sobrevivido, y mi compañero corre un grave peligro.

-Muy bien, mandaremos unas unidades de ayuda a ustedes, ¿podría estimar sus nombres y ubicación?

-Mystrace y Flyne, miembros de Fallen Leaves al cargo de Maestro Arena. –Dijo Mystrace- No sé… Estamos en medio de un bosque… y hace mucho frío.
-Eso no nos sirve de ayuda. Está usted en Rusia: Es normal que hayan bosques y haga frío.

-¿Podría buscar la ruta del avión 89 de la Unión más reciente? Lo más seguro es que aparezca nuestra ruta.

Se escuchó otro sonido de teclas.

-Muy bien, las unidades están en camino. Estáis solo a veinte kilómetros de Moscú, por suerte.

-Gra-gracias. –Dijo Mystrace mientras colgaba el teléfono.

Volvió a su asiento, con Flyne. Le miró sonriente.

-Tranquilo, ya llegan a ayudarnos.

Vio que Flyne se esforzaba en dar una sonrisa, recubierta de sangre.

Mystrace volvió a recordar aquella escena una y otra vez. De no ser por la ayuda, Flyne habría muerto en la nieve, y posiblemente él también. Les llevaron al hospital de urgencias y, a los cinco días, ya se había recuperado. Ahora podía vagar por Moscú buscando la respuesta de la Unión.

Le daba la sensación de que la Unión les habían dejado tirados.
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Re:[FanFic]~Memories~
« Respuesta #26 en: 19 de Enero de 2013, 01:01:11 am »
Contiene una marcha de diálogos excesiva, y no muchas descripciones, así que se os hará corto  :ph43r:


~Capítulo 26~


-Mustal, ¿has hecho las maletas ya? –Decía la voz de Girly detrás de la puerta.

-Sí… un momento…

La cremallera de la maleta se negaba y se resistía. Mustal creyó que nunca se cerraría eso.

-Estúpidas maletas que nos han dado… podrían ser más grandes. –Dijo en alto.

-Si nos han dado maletas pequeñas, es para que llevemos lo fundamental, idiota. –Dijo la Dostora tras la puerta.-Saca algo, no seas tonto.

Al borde de la desesperación, logró cerrar la maleta con éxito. La cremallera estaba totalmente tiesa y los bordes a reventar. Parecía una bomba de relojería, dispuesta a explotar en algún momento. Mustal salió de la habitación y la cerró con llave.

-¿Ya lo has dejado todo? Bien, tenemos que bajar a… -Girly estaba consultando un papel- La base aérea oeste. JÓ, ya podrían habernos dado la base este, que era la base a la que iba Baru. Ahora no sé si volveré a verle… -Se le asomó una pequeña lágrima en el ojo.

Mustal decidió cambiar de tema antes de ver llorar a Girly. Podría ser un desastre según le había advertido Warrior.

-Em… ¿Qué avión nos han asignado?

-Oh… -Girly le miró- Pues… el avión quince de la sección oeste.

-Pues vamos rápido. La sección oeste pilla un poco lejos.
 
-No te apresures… si lo más seguro es que todo esté ordenado y vayamos con fluidez…

Bajaron las escaleras y recorrieron las miles de telarañas de pasillos que había en toda la PxP. En todos los lados contemplaron gente con su respectiva maleta, yendo hacia una dirección u otra. Al fin, llegaron a uno de los tres pasillos principales que conectaban con la base oeste. Estaba abarrotado.

-¿…Fluido y ordenado? –Le dije.

-Es tu culpa por tardar tanto con tu maleta. Si no hubieses cogido esa pecera a lo mejor podríamos haber llegado antes. ¿Para qué necesitas esa pecera si no tienes peces?

-¿Quién dice que no los tenga? –Se limitó a decir.

La cola avanzó un metro en lo que habían sido quince minutos. Ya no podía más.

-Girly…

-¿QUÉ? –Dijo enfurecida.

-Esto… tranquilízate… ¿Jugamos al Veo Veo?

-No quiero jugar al Veo Veo. –Dijo retomando su visión a la cola.

-Vamos a llegar en breves. Paciencia… -De repente, advirtió dos personas a lo que eran un par de metros de distancia- ¡Mira! ¡Warrior e Isma! 

-Oh… ¡Warrior, Isma, aquí! –Gritó Girly entre la multitud.

Los dos se giraron. Warrior ya no llevaba su bata de enfermero como Mustal estaba acostumbrado a ver. Isma también se giró. Entre los dos, lograron adelantarles dos metros más en la cola.

-Bendito amiguismo… -Murmuró Mustal.

-Isma, ¿qué has hecho con Guilmon?-Preguntó Girly, extrañada.

-Pues… em… -Solo pudo decir eso antes de que la maleta hablase por él.

-¡Guilmon quiere pan!

-¿Le… has metido en la maleta? –Dijo Girly al borde de la risa.- ¡Pobrecito! Debe de estar asfixiándose…

-No te preocupes, le ha hecho agujeros de respiración. –Dijo Warrior, también riéndose.

-Los Moderadores no me dejaban llevármelo. Callaos, aunque solo sea un momento. Cuando pueda le saco de ahí. Es mi Guilmon. –Pidió Isma.

-Isma, ¿sabes que los animales del Invernadero van en un avión aparte, no? –Girly paró de reírse.

-Ya, pero…

-¡Ey, la entrada! –Warrior se percató de que ya habían llegado a la entrada.
Un Moderador montaba orden en la estrecha puerta.

-¿Nombre? –Le preguntó a Girly.

-Mónica.

-Nombre de la PxP, niña.

-¡Oiga, no me llame niña que le meto un guantazo! –Girly estaba roja de furia- Ah, y Girlycard, Dostora Girlycard.

El Moderador escribió su nombre como “Yirlicart” en el hombro de la chica. Con algo de pudor, por miedo de no tocar el pecho.

-¿Girly se llama Mónica? –Le pregunté a Isma

-Sí, ¿no lo sabías?

El turno le tocó a Warrior, a Mustal, y, seguido de él, a Isma.

-¿Nombre de PxP?

-Isma Pe, Ka, Eme.

-¡Guilmon! –Dijo la maleta.

Por suerte, entre las voces de la muchedumbre y la voz baja y aguda de Guilmon, no se oyó mucho. Isma le dio una patada a su maleta.
El Moderador, pensando si aquella voz era real, se limitó a encoger los hombros y dejarle pasar. Le puso una pegatina con su nombre de usuario en el pecho y le autorizó la entrada.

La base aérea no estaba tan abarrotada. Lo de delante eran un grupo de pistas de aterrizaje gigantescas, que podían ocupar el tamaño de medio campo de fútbol sin muchos problemas.  Aviones idénticos entre sí se hallaban extendidos en línea recta por aquellas pistas. Al final, el enorme hueco por el que debían de salir todos los aviones anunciaba un cielo azul y resplandeciente.

Los miembros de la PxP iban ordenadamente en cada cola. Cada avión lo guardaba un miembro encargado de la cola respectiva, dando a señalar otro control. La cola continuó poco a poco hasta llegar a una división en dos. El hombre iba vestido exactamente igual que todos y cada uno de los guardias: Una gorra de piloto, un uniforme aéreo, y unas gafas de sol que ocultaban buena parte del rostro.

-Vosotros cuatro. Hacia la derecha. –Se limitó a decir señalándonos la cola de su derecha.-Vosotros cuatro, a la cola de la izquierda… -Dijo al siguiente grupo.
La cola continuó a lo largo de una larga línea de aviones negros. Eran muchísimo más grandes que los que atacaron Torres. Estos debían de estar dedicados al transporte masivo de gente.

Poco a poco pasaba n delante de un avión y su respectivo guarda. Sin embargo, las dos primeras veces no les hicieron señas para entrar.

La tercera vez, un guarda sí les hizo señas.

-Vosotros dos, los de las pegatinas que ponen “Guarrior” y “Yirlicart”, ¿sois de la planta de medicina, me equivoco? –Los dos asintieron- El avión para la planta de medicina es éste y el siguiente, vais por orden.

-Oh… -Girly les dio una última mirada a sus amigos.- Adiós chicos, buen viaje. Vamos, Warrior… -Ambos se subieron a la escalerilla, dejando a Isma y a Mustal solos.
Despidieron con la mano a los dos y continuaron el camino. Dos aviones después, un miembro de la PxP también les llamó a ellos.

-Vosotros dos –Les dijo- Quedan unas vacantes, subid.

Mustal subió y le enseñó la pegatina de su pecho para que la apuntase el hombre, quien apuntó su nombre y le abrió la puerta.  Isma hizo lo mismo, y entró a duras penas con la maleta.

-Señor, ¿le ayudo con el equipaje? –Preguntó.

-Oh… no, no hace falta. ¿No había un avión específico para el equipaje como me dijeron?

 -Hay demasiados miembros en la PxP, hemos tenido que emplear todos los aviones. –Dijo el guarda

-Oh… No importa entonces. –Dijo Isma arrastrando la pesada maleta- No-No pesa casi nada, y ya me ayuda Mustal. –El guardia se encogió de hombros y continuó a lo suyo.

Encontraron sitio y subieron las maletas a la balda de arriba.

-Qué raro… creía que esto solo estaba en los trenes. –Dijo Mustal mientras subía su maleta.

-Se nota que no has viajado mucho en avión. Con motivo de ahorrar espacio, las pusieron ahí para dejar la maleta.

-Por cierto. –Dijo Mustal abrochándose el cinturón- Pon a régimen a tu Guilmon, como pesa. ¿Solo le das de comer panes?

-Nooo, también le doy de comer bizcocho de choco…

-Atención a todos. –Interrumpió un chico de piel y pelo morenos en el inicio del avión. –Vamos a despegar en unos minutos. Abróchense los cinturones y manténganse callados, por favor.

La gente calló y e hicieron caso a las indicaciones del chico, quien se había ido detrás de las cortinas. Cinco minutos después, todo el mundo continuaba callado, incluidos Mustal e Isma. Solo unos susurros rompían el silencio de la sala.

-Qué raro que se haya callado todo el mundo. –Le dije.

El chico volvió a aparecer tras las cortinas.

-Gracias por esperar. Ahora, debo anunciarles un comunicado importante. Por favor, escuchen sus palabras.

El joven se apartó y dejó pasar a alguien tras las cortinas. Iba igual de vestida que todos los guardias quienes habían visto la cara. El mismo uniforme y las mismas gafas de sol, con la misma gorra de piloto. Mustal comprendió entonces el por qué todos los pilotos y guardias iban vestidos exactamente con el mismo uniforme.

El desconocido se quitó la gorra y las gafas. Aquel desconocido era Alliare.
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Re:[FanFic]~Memories~
« Respuesta #27 en: 26 de Enero de 2013, 03:32:16 am »
Chicos, cada vez se me hace más difícil escribir entre semana. Espero que comprendáis mis razones si dentro de poco el Fic se pausa o algo, ¿va?
Os traigo nuevo capi, que hoy he podido localizar un hueco en mi agenda.

Spoiler: recomendable de escuchar mientras se lee el capítulo • mostrar


Y esta también.



Ambas dan un ambiente relajado y majestuoso (?)


~Capítulo 27~

La mansión era tan espectacular por dentro como por fuera. El techo era altísimo, casi comparable como el de una iglesia o una catedral. Estaba separado por pequeñas bóvedas de arista y columnas blancas con remaches dorados y negros sujetando tal abominación. El suelo era de baldosas de mármol blanco pulido y reluciente, donde alguien podría verse el rostro perfectamente. Las paredes, también de un pulcro blanco, eran totalmente simples. De vez en cuanto, el grupo podía ver cuadros colgados de ellas. Las plantas destacaban en la decoración.

-Tiene usted una casa… preciosa. –Dijo Raruto formalmente, pero con los ojos como platos- ¿Cómo es posible que alguien como usted tenga tal casa en un pueblucho junto al lago?

-Tuve mis golpes de suerte, sencillamente. –Dijo Kaito.- ¡Roger! Por favor, lleva a nuestros sirvientes a la sala de estar. Tengo que solucionar un pequeño asuntillo.
El mayordomo les condujo a un salón decorado con tonos de mármol blancos y negros, y remaches dorados, a su vez decorado con plantas vivas y verdosas. Igual que la entrada. El ambiente se olía limpio y pulcro. Majestuoso. Los tres se sentaron en el sofá negro, esperando a la llegada de Kaito, y bajo la expectante mirada del mayordomo vestido de frac. Aquel hombre les miraba de reojo, con cierto asco… ¿o miedo? El mayordomo no debía de estar acostumbrado a tratar con presos de la cárcel, y menos con esas “horripilantes pintas”. Ángel y Paco estaban acomodados en el sofá de la otra pared, sonriendo y medio tumbados.

-Qué gusto volver a casa, ¿no, Paco? -Dijo Ángel. Se dirigió al mayordomo-¡Roger! Hasta que vuelva el señor Darren, haz el favor de traernos unas copitas. –Dijo Ángel en inglés.

-Como guste, señor. ¿Desea champán francés?

-No, el champán sabe amargo. –Dijo Ángel.- Unas copitas de Cola no vendrían mal. ¿Vosotros qué tomáis?

-Em… eso, supongo.

-Marchando cinco copas de Coca Cola de calidad… -Dijo en tono cansado el mayordomo.

El mayordomo se marchó del salón, y, justo cuando iba a salir, se topó con Kaito. Kaito se sacudió ligeramente el traje, y le dejó pasar con un gesto cortés y unas palabras en bajo. Kaito entró con pasos lentos, y se acomodó gentilmente en el sillón de cuero negro.

-Bueno… Una vez más, os debo dar la bienvenida a mi humilde casa. –Dijo de manera cortés y natural. – Espero que Roger no os haya molestado.

-En absoluto. –Dijo Yuri cortésmente.

-Bien, tenéis que agradecer eso de haber conocido a Ángel y a Paco, y supongo que Paco y Ángel deben agradeceros vuestra ayuda. –Dijo Darren- Debo deciros, que Paco y Ángel son conocidos por diversos toques de… la ley. Os preguntaréis de donde vienen y porqué estaban en la cárcel hasta que un humilde señor londinense os tuvo que rescatar, ¿verdad?

-Pues no nos importaría. –Dijo Daloz discretamente, mientras observaba la casa.

Roger volvió con las cinco copas vacías de champán y una botella de Coca Cola del Mercadona sobre una bandeja de plata fina. 

-¡Roger! Qué bien que andas aquí. Por favor, sírveme un té de moras. Tengo ganas de té de moras. –Le dijo Kaito antes de que pusiese las copas en la mesa. Roger se fue con la bandeja de nuevo a la cocina. –Bien, como os decía… Ángel y Paco estuvieron en la PxP durante un tiempo. Todos los infectados con el virus PxP hemos estado allí, o, al menos, la mayoría. –Al decir esto último, Kaito se llevó la mano al pecho, dando un gesto evidente.

-Nuestro principio, fue como todos los miembros de la Unión: Un avioncito negro que se carga nuestra familia y nos recoge. Si nos resistimos, nos drogan, si no, pues… bueno, a veces también nos drogan. –Dijo Paco.- En todo caso, la Unión lo único que hace es recoger a jóvenes “infectados por un virus mortal” para aislarlos al margen del gobierno y no causar problemas ni manipulaciones en nuestra sociedad.

-¿Manipulaciones? –Preguntó Yuri.

-En frente de vosotros tenéis a un hombre que sabe trasformar lo que quiere en oro, y es multimillonario gracias a eso. –Se limitó a decir Ángel.

-Gracias por los halagos… -Dijo Kaito- …Bien, eso está bien explicado. Por lo general, el objetivo de la Unión es evitar manipulaciones como… Bueno, es algo embarazoso mencionarme a mí como un manipulador. Digamos mejor la palabra alteraciones, que es más cómoda. –Kaito movía las manos relajadamente por cada palabra que pronunciaba- El virus PxP es totalmente real. Como os habrán explicado a algunos, un brote se escapó de las plantas químicas, matando a miles de personas. Un día, se hizo una pequeña vacunita, y… ¡Pluf! ¡Aleluya para la humanidad! ¡Ya no morirán miles de personas ni se contagiarán más! –Dijo con ironía- De verdad, me entra la risa tonta cada vez que pienso en eso. El caso, es que la vacuna solo servía realmente para los no-infectados. Los infectados, usen o no su poder, están condenados a una vida corta.

-Alrededor de los treinta y dos años mueren, según me contaron... –Dijo Raruto.

-En efecto. De hecho, Melkor ha sido asesinado hace un tiempecito. –Al escuchar eso, la tensión les invadió a Yuri, Raruto, y Daloz. Kaito asintió certificándolo- Fue asesinado, pero estaba un poco viejo para llevar la Unión ya. Treinta y dos años ya… Asesínese o no Melkor, habría muerto en cuestión de un par de años. El fundador de la Unión mi edad. –Kaito se pausó- Oh, Eso me lleva a preguntaros una cosa: ¿Sabéis que la PxP ha sido atacada por la sede europea?

-Espera… ¿La Unión atacada y Melkor asesinado? ¿Qué? –Preguntó Daloz, incrédulo a sus palabras.

-Bah, Melkor fue asesinado en su despacho por un misterioso infiltrado, y ahora Arena gobierna la Unión PxP. Se veía venir una alianza dudosa entre la gente normal y nosotros. Solo hacemos más que estorbar ahí plantados. Nos han estado perdonando la vida, pero… ¿Nunca habéis pensado porqué seguimos viviendo? Tarde o temprano, el pacto de paz que hizo Melkor, se habría roto a su muerte. Su asesino solo hizo más que acelerar las cosas. Para vuestro consuelo, y según mis fuentes, la PxP sobrevivió y ganó fácilmente, con solo unas pocas bajas. La desgracia es que Maestro Arena, el actual regente de la Unión PxP, ha decidido dejar el gran edificio y mudarse a una de las bases de la Unión sueltas por Europa.

-¿Cómo sabes quienes son Melkor y Arena? -Preguntó Yuri.

-Estos dos fueron muy amables al contármelo con todo detalle. -Dijo Kaito señalando a Ángel y Paco con el pulgar.

Roger llegó con la bandeja de plata y el té, junto a sus respectivas cinco copas y la botella de Coca Cola Mercadona. Daba la sensación de que armar esa bandeja con tanto sin derramar una gota eran juegos malabares. Yuri deseó aplaudirle. El mayordomo sirvió el té y las copas en la mesa del salón, esperó como una estatua junto a la bandeja y la botella en su mano.

-Deja aquí la bandeja, Roger. Has tardado mucho, ¿no? –Dijo Kaito. Antes de que Roger respondiese, Kaito sonrió y le hizo señas de irse. – Estoy con los invitados. Puedes retirarte, Roger.

El mayordomo dejó la bandeja en la mesa, dio una reverencia, y se fue a paso rápido. Kaito volvió a acomodarse en el sillón.

-Bien, continúo… Vosotros tres: ¿Podéis decirme lo que sucede después del avioncito negro? –Dijo Kaito con curiosidad, mientras cogía la taza de té.

-Pues, sencillamente, estás en el hospital durante varios días, y, cuando sales, te ponen una inyección que te controla el virus. Después tienes que ponerte una dosis semanal, porque si no el virus se te…

-Ahí estás confundido, como suponía. –Interrumpió a Raruto.- La única dosis que te controla el estado corporal y mental por el virus es la primera, tras el “escáner”, y además puedes sobrevivir unos meses, o incluso más de un año, sin ponértela. La PxP usa ese teatro de la dosis que te salva la vida y la dosis semanal para reteneros en la jaulilla. Si os portáis mal, no hay dosis. Si intentáis fugaros, no hay dosis. Es solo una excusa barata para reteneros y evitar fugas. –Dijo- De no ser por Ángel, quien picó en esa broma ideada por Alliare, yo no estaría aquí. Me dijo que me inyectase la dosis, y yo, tras meditarlo un poco, acepté. –Kaito dio un sorbo de té- ¡Ups! ¡Olvidaba que estábamos hablando sobre Ángel y Paco desde el principio! Qué rápido me extiendo por las ramas.
-Kaito, tú siempre te extiendes por las ramas. –Dijo Paco sonriendo.

-Pues veréis, a mí me descubrió la PxP cuando descubrí mi propio poder. Unos amigos me invitaron a un botellón por la noche, y a mí me daba algo de corte ir. Era un poco tímido en aquella época. Bueno, el botellón estaba cerca de una central eléctrica… bebí un poco más de la cuenta… Y terminé echando chispas por así decirlo. Mis amigos no fueron asesinados por los avioncitos negros gracias a las botellas que llevaban, y creyeron que Ángel soltaba electricidad por la borrachera que llevaban. Yo tampoco me controlé mucho, y caí inconsciente tras fundir la luz de media ciudad de México. Tras despertarme, me encontraba en un avioncito negro, y, para mis padres y mis amigos, la fuga eléctrica casual que sucedió me había coincidido de golpe al intentar tocar uno de los cables de alta tensión, perdiendo el conocimiento y la vida. La historia de Paco es un poco más aburrida, así que resumo que, tras haber sido bautizados por Alliare u otro Super-Mega-Diver-Dupi-Moderador y demás pues…

-…Logramos fugarnos. –Terminó Paco.- Costó un poco

Pero al final les encontré vagando por las calles de Londres y alimentándose de los restos de basura de un Fish And Chips. La mirada de esos dos jóvenes me dio tanta pena… -Dijo Kaito.- …Pero yo era un poco egoísta en aquella época, así que pasé de ellos. Hay muchos vagabundos por Londres, unos jóvenes desaliñados de quince años cada uno no son muy distintos a la multitud. Les vi inyectándose la medicina en el brazo, así que para colmo les juzgué como yonkis. Lo que sí me había sorprendido, y fue ahí cuando se me iluminó el rostro, es al ver que el de la camiseta blanca soltaba unas chispas blancas de las manos,  mientras tensaba todo el cuerpo y su amigo le miraba. Miré atentamente unos minutos más al ver como ese chico no tenía ningún mechero ni cable en las manos: Lo hacía solo. Desprendía electricidad solo. Fue ahí cuando me acerqué, y les pregunté que quienes eran realmente. Ellos me explicaron que era una historia muy larga, y que necesitaban comer, así que decidí adoptarles en mi casa.

-Nos dimos una ducha, y le explicamos lo que era la PxP. Kaito estaba muy atento a nuestras palabras. –Dijo Paco desde el sillón. Kaito asintió a sus palabras, y sorbió la taza té, que se había enfriado.

-Mmm… Espero que disfrutéis en mi casa, porque, tras lo que os acabo de decir, espero que compartáis mi opinión de que ir a la PxP es como volver a la cárcel. Os quedaréis en mi casa, claro está. –Dijo Kaito con la taza- En el fondo, la vida es como el té. Si no le das unas poquitas vueltas, te sabe aguado y aburrido, y te deja con menos ganas de seguir degustándolo.
« Última modificación: 26 de Enero de 2013, 03:37:39 am por Acid Citric »
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Mustal

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Re:[FanFic]~Memories~
« Respuesta #28 en: 01 de Febrero de 2013, 02:27:52 am »
~Capítulo 28~

-Sé de sobra vuestra reacción ahora mismo. No os preocupéis, que os lo puedo explicar. –Dijo delante de las cortinillas.

Alliare iba idénticamente vestida a los guardias de vuelo de la base aérea, y pudo haber pasado perfectamente desapercibida. Iba peinada con un moño superior, tapado con la gorra de pilotaje, y las gafas le habían desaparecido.

-Bien, como muchos sabréis, Arena me acusó de colaboración con el gobierno y aprovechó para ascender al rango de Administrador, tumbándome en medio de aquel escenario. No os voy a mentir: En efecto, estuve colaborando con el gobierno, pero sin ellos, estamos perdidos. Ellos nos proporcionan comida, salud, y todo tipo de recursos. Consejo, ayuda, y defensa. ¿Creéis que la PxP se hizo solita? Me temo que no. Fueron ellos los que nos juntaron.

-¡Pero nos intentaron atacar! –Saltó alguien del fondo.

-Sí, lo sé, y me decepciona bastante. Nunca habría pensado en que seríamos un lastre a decir verdad. Estábamos aislados, y en paz, ¿cuál fue el motivo de que nos atacasen? No lo sé. –Alliare suspiró- En fin, continúo la historia y os digo qué vamos a hacer ya de paso. Logré salir de la sala de audiencias y unos miembros de la Unión, varios de vosotros, que estáis en este mismo avión, me sacaron de ahí. Yo no tenía nada pensado, pero ellos sí: Seré vuestra Administradora.

Murmullos entre los asientos nacieron desde el silencio que había logrado crear Alliare. La gente estaba inquieta.

-¿Y quiénes son los que te ayudaron? –Preguntó Isma desde el fondo.

-Pronto los conoceréis, pero me han pedido exclusivamente que no revele su identidad.

-¡Maldita embustera! –Gritó un chico al fondo, levantándose del asiento- ¡No tienes ningún derecho a gobernar la PxP! ¡Lo que has hecho es imperdonable! Dar nuestra ubicación exacta y colaborar con el gobierno… -El miembro escupió en el suelo.

-Ah, sí, olvidaba que aquí siguen habiendo fieles a Maestro Arena… -Dijo sin interés- Debo informarte, que yo no he hecho nada nuevo. El gobierno ya conocía nuestra ubicación, no la exacta, pero sí sabían dónde estábamos y nuestro estado en aquel momento. Fue la muerte de Melkor lo que desencadenó todo esto. Modera tu lenguaje y quédate con las normas, o no tendré más remedio que exiliarte de la PxP.

-¡Me la suda lo que hagas, puta! –Dijo enfurecido el  miembro.

“Estoy harta de todo esto, pero tendré que acostumbrarme…” –Pensé Alliare.

-¡Kio! Llévatelo.

Kyoru apareció de la nada justo al lado de aquel miembro. Era la ventaja de poseer invisibilidad consigo mismo. Kyoru le cogió del brazo con fuerza, y le agarró el otro. El chico se revolvió, gritando y maldiciendo a Alliare una y otra vez, pero Alliare hizo oídos sordos. Forcejeó, pero no sirvió de nada. Kyoru se lo llevó detrás de las cortinas, que conducían a la otra parte del avión.

-Parece ser que el pacto de Melkor se ha roto, y a su vez, la supuesta alianza ya pende de un hilo. –Continuó hablando- Ya no podemos guiarnos por el gobierno: Tendremos que suministrarnos nuestros propios recursos, y sobrevivir en el anonimato y las sombras. Si descubren nuestra ubicación, el incidente de la batalla podría repetirse, y no con tanto éxito. Así pues, dependeremos de una de las bases de refugio más grandes y bien posicionadas de la Unión PxP. Nos vamos al sur de Suecia, cerca de la ciudad de Estocolmo. Espero que disfrutéis del viaje, yo ya debo irme.

Alliare despidió a todos con un gesto de cara y desapareció entre las cortinas. La segunda parte del avión consistía, sencillamente, en otra sección de asientos. Mucho más pequeña. Posiblemente eran alrededor de diez o doce asientos colocados uno y cada uno junto a una ventana y frente sí mismos, y delante, otras cortinas más que daban a la cabina de vuelo. Los asientos gozaban de mayor comodidad, y estaban reservados para altos miembros como moderadores y gente de menor importancia.

-Wolf, Poker, ¿Se le ha resistido a Kyoru el muchacho? –Preguntó con inseguridad- No quiero empezar con mal pie esto de administrar la PxP.

A pesar de lo que aparentaba, Alliare se sentía con una carga muy pesada en sus hombros, parecía que se le fuese a caer en algún momento.

-No, tranquila, el chico ya se ha callado rápido. Está atado en los retretes.

-¿Atado?

-Maniatado mejor dicho. –Corrigió Wolf, desde el asiento- Si preferías que nos diese pelea y se pasase el viaje gritando sandeces contra ti, podrías habérnoslo dicho. Por cierto, el agresor se hace llamar UmbreonCien, ¿te suena haberle bautizado a alguien con ese nombre?

-Son muchos los nombres que invento, y la mayoría son sacados cuando me aburría en el despacho o en una fracción de segundo. No me acuerdo. –Dijo- Bueno, ya decidiré su castigo. Ahora, si no os importa, traedme a mi acompañante.

-¿Al joven ese que pediste exclusivamente llevar? Está con el "Umbreon Cien", ahora mismo. ¿Lo traemos igualmente. –Preguntó Poker.

-Exacto.

Wolf fue a por él. En menos de un minuto, ya se había presentado en la sala, en frente de Alliare.

-¿Me llamabas? –Preguntó el joven de piel morena. Su pelo era corto y marrón oscuro, al igual que sus ojos opacos.

-Oh, Graveyard, esperaba que vinieses. Siento decirte que el motivo de tu llamada no era muy importante si no… el aburrimiento. –Alliare se permitió darle una sonrisa al joven- Por favor, toma asiento. Dime, ¿Cuánto tiempo hace ya que estás en la Unión PxP?

-Meses, señora. –Dijo con timidez.-Desde Mayo si no me equivoco en las fechas.

-No me llames señora, por favor. –Dijo alegre- Bueno, esto es algo que no se suele preguntar en la PxP, pero… ¿te gustaría contarme algo de tu vida antigua? Sólo si quieres, claro. Esto es solo para pasar el tiempo, como hacen los… amigos. –Alliare buscó la palabra adecuada para describirle, aunque no supo si estaba en lo acertado.
Graveyard se mostró en la duda.

-Bueno… Alliare, es una pregunta algo incómoda la verdad. Le propongo esto: Accederé si usted me hace una pregunta, y yo le hago otra. –Dijo menos tímido.
Alliare asintió, divertida.

-Bien, nací en una casa totalmente normal en Venezuela. No tengo ganas de recordar el nombre de mi ciudad, pues todas son iguales. Yo vivía en una casa algo apartada, desde las afueras. Vivía con mi madre y mis hermanas. Mi madre, Beatrice, ya había cumplido los cincuenta años cuando nos demostró un gran secreto. Nunca, en la vida, nos lo había mostrado a mí y a mis hermanas: Era una bruja.

-Una… ¿Bruja? –Preguntó Alliare con curiosidad.

-Exacto, una bruja. Yo tampoco me lo creí al escucharla, pero cuando cogió el bastón de águila de mi abuela… ese bastón dorado… Lo giró varias veces, y pronunció unas palabras. No te lo vas a creer, Alliare, pero de ese bastón surgieron… ¡Mariposas! Bonitas mariposas doradas. Me quedé embobado viendo las mariposas, y cuando volví a girar la vista, mi madre iba vestida con un vestido de gala granate. Poco después de revelarnos aquel secreto, unos días nada más, Beatrice murió.

-Qué curioso… Sin embargo, siento desilusionarte diciéndote que…

-Sí, mi madre no era precisamente una bruja. Portaba el Virus PxP, lo sé. Días anteriores, Beatrice se notaba muy débil, como si algo le fallase. No podía andar demasiado, y tosía mucho. Creo que ya tenía prevista su muerte.

-Exacto, pero al parecer, me resulta muy, muy extraño eso de que alguien con el Virus PxP haya logrado vivir hasta los cincuenta años. La media normal son los treinta o treinta y cinco, hasta que tu cuerpo no lo puede soportar más. Tu madre debía de saber muy bien qué llevaba, y haber usado... no sé... se me ocurre que al haber usado la manipulación del espacio y el tiempo de manera muy controlada como para lograr vivir veinte años más.  En fin, me gustaría que continuases la historia.

-Bien, poco después, mi hermana mayor, Berny, decidió continuar nuestra vida. En realidad se llamaba Bernkastel, pero la llamábamos Berny. Mi otra hermana también quiso continuar nuestra vida, como si la muerte de nuestra madre no les importase. Ellas también eran brujas.

-Ah, lógico, Beatrice debió de haberos pasaros el virus al mostrároslo tan de cerca. El virus se pasa por contacto, como siempre, pero si se emplea las habilidades recibidas por él, es más fácil su trasmisión.

-Bernkastel se hacía llamar la Bruja de los Milagros, y Lambdadelta la Bruja de la Certeza. A mí me decían continuamente que yo no era especial, y que yo no podía poseer ningún poder mágico. Sí es verdad que ellas contrajeron el virus, muy de acuerdo con sus nombres. Lambda podía ver el futuro y saber miles de cosas que uno no sabría. Bernkastel… bueno, era un poco más abstracto y no sabrá explicarlo. Se podría decir que ella podía cambiar la suerte de los demás, como si ella quisiese, podía hacer que en el futuro me atropellase un coche o me cayese por las escaleras, o tornar mi vida mucho mejor tocándome la lotería. –Graveyard respiró hondo- Y a pesar de todo, un día vino el avión negro. No volví a saber de mis hermanas.

-Por suerte, según una vez me contaste, vivías en las afueras. El virus no se habría propagado a penas, así que no tuvimos que hacer como la catástrofe de Melilla, que murió un barrio entero por culpa nuestra. –Dijo Alliare.- En aquel momento, nos fijamos en ti y no en tus hermanas. Si siguen vivas, en un futuro las recogerá otro avión negro. Al fin y al cabo, tú también eres un infectado.

-Bien, ahora me toca a mí lanzar mi pregunta, Alliare. –Dijo Graveyard.

-Adelante, no tengo ningún problema.-Dijo con satisfacción.

-Tenías planeada ya la muerte de Melkor, ¿me equivoco? –Preguntó con astucia.

La pregunta le sorprendió a Alliare. Aquel secreto sólo lo había compartido con Kyoru, Poker y Wolf, sus guardias personales y consejeros. Era imposible que lo supiese Graveyard.

-¿Cómo has llegado a esa conclusión?

-No, no, no, Alliare. –Dijo sonriendo- Te toca a ti responder. –El tono de Graveyard pareció dar eco en la sala, o eran imaginaciones de Alliare- Responde mi pregunta…~ -El eco resonó en la sala, o solo en los oídos de Alliare. Miró a los lados, y miró, tensa, a los ojos de Graveyard. Alliare se vio obligada, por una voluntad misteriosa, a decírselo.

-Sí, lo planeé todo. –Dijo sin pensar.

-Tal y cómo suponía. –Dijo Graveyard, sin dejar de sonreír- Por favor, continúa.

-Verás, tengo que aclarar que yo ya conocía a San de otra ocasión. Yo misma planeé los casos de Londres, Australia y Moscú, con el motivo de que aquellos tres jóvenes me servirían de mucho en una guerra con Arena. Maestro Arena también tenía planeado asesinar a Melkor y dar el golpe de estado, y yo ya lo sabía. Pronto, Arena alzará armas contra mí, y necesito toda la ayuda posible.

-…Así que convertiste a San en un arma y fuiste quien dio el paso. –Dedujo Graveyard.

-San era la pieza más importante de éste juego. Tiene un don único en el mundo, y la necesitaba a ella. Por desgracia, al descubrir que los Fallen Leaves enviados por Arena a Londres estaban en la cárcel arrestados, la misión se complicó. Uno de los arrestados llamó a la PxP en ayuda, y me comunicaron la llamada. Nada más enterarme, corrí a por San, y llamé a la embajada inglesa. Los Fallen Leaves tenían de misión llevar a San, pero siguen siendo marionetas de Arena, así que solo me preocupé por San en aquel momento. Ahora, he logrado debilitar a todo Fallen Leaves, pero me he quedado sin los otros dos chicos de Moscú y Australia tras lo sucedido. No pensaba que iban a fallar los tres grupos, ni que íbamos a tardar tanto. ¿Te sirve esta respuesta, Graveyard?

-Sí. –Dijo sonriendo aún más.



Me supo un poco mal eso de escribir a un usuario llamándole tal cosa a Alliare, pero tenía que tener un mínimo de realismo al menos (aunque ya sé que estoy fallando en algunos puntos poco reales durante todo el Fic :ph43r: ), siempre, cuando hay una división política, hay unos que apoyan un grupo y otros al otro. Sabiendo que la gente se escogió al azar para los aviones, es imposible que no haya alguien que apoyase a Arena en el avión
« Última modificación: 01 de Febrero de 2013, 02:30:24 am por Acid Citric »
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« Respuesta #29 en: 08 de Febrero de 2013, 12:36:35 am »
~Capítulo 29~


Kronos pensaba que el desierto de Australia tendría arena, como todo desierto normal. Se equivocaba en parte. La superficie era totalmente seca, sin rastro de vegetación alguna exceptuando los matojos grises de hierbas secas. En ocasiones, podía ver algo de arena, pero todo era, sencillamente, roca y tierra, a pleno sol de la luz del día.

Habían pasado dos días ya, y las reservas eran escasas. Vicky agitaba la cantimplora con un rostro lúgubre.

-No queda mucho más del borde, Kronos. –Dijo, sedienta.

-Tenemos que encontrar al tío ese ya. ¿Qué hay de reservas de comida?

-Solo nos queda algo de queso rancio y pan. –Le contestó Vicky. –Tenemos que encontrar esa aldea cómo sea...

Kronos sabía que la aldea no debía de estar muy lejos. Windersday se quedaba marcada por el GPS en el centro de Australia aproximadamente, y habían aterrizado en la base más cercana. Hasta ahí, fueron a pie.

-Arena nos dijo que fuésemos a por el chico, pero no encontramos ni la aldea. –Vicky estaba roja, a punto de estallar- Kronos, llama a Arena y dile que renunciamos a la misión.
Kronos probó a hacer lo que decía. Marcó el número de la PxP, y esperó a que lo cogiese Maestro Arena.

“Beeeeeep…”-“Beeeeeeep…”-“Beeeeeep…”*Kronos comenzaba a impacientarse* “Beeeeeep…”-“Beeeeeep…”

El número al que ha llamado está apagado o fuera de cobertura. Por favor, deje su mensaje. *Beeeep*

Kronos deseó cagarse en todo mientras colgaba el móvil. Vicky calló al suelo y gritó una maldición.

-Bueno, lo primero de todo, será tranquilizarse. Aún queda para el anochecer, así que pasaremos horas frente al sol. Hay que encontrar Windersday. –Dijo Kronos- Pero lo primero, será localizar agua.

Y anduvieron durante horas. Kronos no podía aguantar la sed mucho más, creía que iba a caer. Miró hacia su compañera, ella tampoco aguantaría mucho más.

-¿Has probado a cortar un cactus? –Dijo Kronos.-Los cactus almacenan agua en su interior.

-Mira bien a tu alrededor: No hay cactus. –Le respondió Vicky con un sarcasmo hiriente.
Kronos ignoró esas palabras. Se había quedando mirando atentamente a un punto azulado que surgía a su derecha, tras una enorme depresión.

-¿Eso no es un lago?

-¿Qué? –Dijo Vicky, alterada.

-Sí… lo veo muy bien… ¡Es un lago! –Kronos saltó, eufórico. - ¡Un lago, Vicky! ¡Es enorme!, ¿no lo ves?

Vicky entrecerró los ojos, y volvió a abrirlos con una expresión de euforia.

-¡Un lago! ¡Kronos, estamos salvados! –Gritó.

Debido a la humedad, el terreno se había tornado a una especie de zona pantanosa y a la vez muy seca, con arena, barro, y tierra seca a la vez. Los dos corrieron juntos hacia el lago. Kronos decidió ir más pacientemente, pero Vicky parecía obsesa por un rastro de agua cualquiera. Debía de estar a punto de caer de la sed. Se adelantó, y Kronos decidió perseguirla.

Sin embargo, Vicky calló en algo.

-¡GYAHHH! ¡Kronos! –Chilló.

Kronos la encontró sumergida en un enorme charco de barro. El charco debía de ser muy profundo, y la anchura podía llegar a los dos metros y medio sin problema, pero estaba cubierto por una capa de tierra frágil. Vicky se encontraba hundida de cintura para abajo en el charco de barro, y no dejaba de moverse y chillar, buscando una salida. Sus movimientos hacían su descenso más rápido.

-¡KRONOS! –Chilló de nuevo, girándose- ¡Ayúdame! –Poco a poco, se iba hundiendo cada vez más.

-Vicky, esta tierra es muy poco estable, si diese un paso más podría caer yo también. –Le gritó.

-¡Me estoy hundiendo! –Dijo con el fango ya desde el ombligo. – ¡No puedo salir! –El tono de voz de Vicky se tornó a una súplica.

-¡No sé qué hacer! –Le gritó.

-¡Pues haz algo! –Gritó, enfadada.

-Muy bien… -Kronos decidió tranquilizarse- …De momento, deja de moverte. Solo te hundirá más y más.

-¿Y ahora qué? –Le dijo Vicky insegura. El barro ya le llegaba hasta los pechos.

-¡Cálmate! Voy a… voy a intentar sacarte de ahí. –Dijo dando pasos leves hacia el fango- Voy a ver si puedo acercarme.

Vicky le miró, alterada. Kronos podía escuchar su rápida y arrítmica respiración, la respiración de alguien que piensa que va a morir. Se palpaba el nerviosismo. Kronos se acercó un paso más… Y otro más. Ya solo estaba a un metro de Vicky.

Pero algo rompió a sus pies.

¡KRONOS! –Gritó suplicande Vicky- ¡Espera, me acercaré!

La chica se movió hacia él, dando brazadas ligeras.  Kronos intentó salir del fango, pero solo pudo asomar la cabeza y los hombros. Se cogió del brazo de Vicky. Con la otra mano que le quedaba, intentó agarrar un pedazo de tierra del que seguía en pie, pero el terreno arcilloso se dobló, y se quebró, cayendo al fango. El  barro ya les llegaba hasta la barbilla, y Kronos comenzó a respirar más entrecortadamente. Cogió a Vicky, y la abrazó con todas sus fuerzas.

Comenzaban a inclinar sus cabezas a modo de respiración, la tensión se iba acumulando. Kronos volvió a coger un pedazo de tierra para poder aguantar, pero todo el terreno de su alrededor era arenoso, disuelto en pedazos.

Sabía que iban a morir. Iban a morir.

Vicky le miró a los ojos. Tenía el rostro repleto de lágrimas, y respiraba a la vez que sollozaba. Kronos también lloraba. Dio unos movimientos más desesperados, en busca de algo sobre lo que sostenerse. El sol les daba en la frente fuertemente, y no podía ver más allá. Su tumba de barro les estaba enterrando vivos, y pronto se ahogarían.

Pero Kronos tocó algo… algo sólido. Era una… cuerda. Kronos pensó que era una salvación. Se agarró a ella lo más fuerte posible, y con ella, a Vicky.

-¡¡AYUDA!! –Gritó, suplicante.

La cuerda tiró con fuerza, con los dos. Una voz española les respondió a su súplica.

-¡Debe soltarse uno de ustedes dos! –Gritó su salvador- Pesan mucho.

-Vicky, cógete de la cuerda. –Le dijo.

-¡No pienso abandonarte!

-¡Luego cogeré a tu acompañante, pero cógete o te hundirás! –Dijo.

Vicky tuvo que aceptar las normas. Se cogió de la cuerda, y Kronos se soltó. La cuerda volvió a tirar, y, poco a poco, Vicky salía del fango con una capa marrón en todo su cuerpo, por el pelo, y la cara. Apoyó un pie en la quebradiza tierra, pero ésta pareció mantenerse firme. Kronos respiró aliviado, mientras Vicky salía poco a poco, cansada, del enorme charco.

Ahora le tocó el turno a Kronos. La cuerda tiró de nuevo, y él se agarró con todas sus fuerzas. El barro estaba resbaladizo, pero el sol había hecho que se secase lo suficiente, ya que debían ser las dos o la una del mediodía. Al fin, Kronos salió del charco. Se arrodilló, cansado en el suelo, mientras gotitas de barro caían por todos los lados de su cuerpo.

-Habéis pasado un mal trago, ¿eh? –Dijo su supuesto salvador.

Era un adulto, de hasta unos treinta y cinco años. Era muy alto, y corpulento. Los brazos eran fuertes y en su cara lucía una barba corta, marrón castaño. El individuo tenía una piel cobriza, e iba vestido con una camiseta de manga corta.

-Mi nombre es Mark, Mark Pérez en concreto. Veo que habláis español... Pues yo nací en España, pero, por cosas de la vida me encuentro en Australia. ¿Y vosotros?

Kronos sabía que sus extraños nombres de la PxP extrañarían a Mark. Decidió presentarse con un nombre falso.

-Mi nombre… Carlos, Carlos Castella. –Dijo, inventándoselo. Vicky le miró a los ojos, y ella misma supo qué había que hacer.

-Y yo María Victoria de la Fuente.

-¿Qué hacían dos chicos como vosotros en medio del desierto? Habéis caído en una trampa de caza: Los animales pisan este terreno, y caen al lodo sin salida alguna.

-Buscábamos rastro de agua, ya que nos habíamos perdido. Íbamos en busca de una aldea llamada Windersday, ¿la conoce? –Le preguntó Vicky.

-¡Por supuesto que la conozco! Vivo allí.

-¡Genial! –Sonrió Vicky- ¿Podría llevarnos allí? Tenemos asuntos pendientes.

-No importa. Me acompañáis a pie, que está cerca. Por cierto, ¿dónde buscabais el agua? –Preguntó Mark mientras andaban hacia la aldea.

-Oh… -Dijo Kronos, recordando la increíble sed que tenía. Se giró en dirección al lago. - Pues en ese lado de ahí…

Sin embargo, Kronos se paró al descubrir que no había ningún lago delante de ellos.



...

...


...


Y, por incidentes de la vida, he decidido ser generoso con mis lectores: ¡Capítulo Extra!



[Este capítulo no influye en nada en el argumento principal de la historia, de hecho, lo escribí ayer  :ph43r: ]

~Capítulo Extra~

Después de que Kaito les enseñase sus habitaciones, Yuri durmió de golpe aquella noche. A la mañana siguiente, se despertó un poco más tarde de lo normal. Hizo la croqueta entre las sábanas, y dio otras dos vueltas más, medio-adormecido. Al fin, al ver que no podía dormirse de nuevo, miró el reloj de mesa: Las doce de la mañana.

-Bfff… Raruto es capaz de echarme un manguerazo de agua como no me levante… -Se dijo así mismo, mientras que se rascaba su pelirroja cabeza.

Yuri siguió inspeccionando la habitación, aquella lujosa habitación. El colchón era muy suave, y te hundías como si fuese una nube. Las sábanas eran bastante simples, pero a la vez, cómodas y bonitas. La habitación seguía la misma decoración de la casa: Un blanco plano sobre suelo de baldosas blancas y negras, y remaches dorados. Aquella habitación era gigantesca, Yuri nunca había dormido en algo tan grande, ni siquiera cuando fue de vacaciones a un hotel en la playa. La cama era del tamaño de una de matrimonio, y delante de el había una mesa de madera de ébano, como la de los pianos con clase. Al igual que en el recibidor, plantas de tonos verdes vivos reposaban en las esquinas de la habitación y en las paredes, dándole un ambiente menos muerto a la sala. El señor Kaito no tenía mal gusto.

Decidió levantarse, descalzo, y con el pijama que le había proporcionado Kaito –De los cuales estaban recién comprados por su mayordomo aquel día- y decidió ir al comedor. Abrió la puerta negra, y bajó las escaleras. El ambiente estaba tranquilo, y de vez en cuando se cruzaba con algún sirviente por el camino. Vio que Roger salía de la sala del comedor con una bandeja de frutas, por lo que dedujo que Raruto y Daloz estarían desayunando.

Y así era. La mesa blanca era de proporciones similares a todo lo de la casa: Majestuosamente gigantesca. Bandejas de plata y oro corrían entre los platos, y Raruto cogía de cada uno. Daloz mordisqueaba relajadamente un cruasán, mientras que el señor Kaito no debía de estar presente.

-Roger, ¿y el señor Conwaer, y Ángel, y Paco? –Preguntó Yuri.

-El señor Conwaer ha salido a hacer unos pequeños recados junto a sus acompañantes, nada importante. Enseguida volverá. –Dijo mientras cogía una bandeja de cruasanes y la dejaba entre los platos de la mesa.

-¡Hey, Yuri, siéntate! –Daloz percató en su presencia- ¿Quieres un cruasán? Recién hechos están deliciosos, están hechos por un francés y todo.

-¿Qué tiene que ver que estén hechos por un francés? –Preguntó Raruto, pero Daloz no se percató de su pregunta.

Yuri se sentó, y cogió una de las frutas de la bandeja dorada que reposaba en medio. Le pidió a Roger un café, y mordisqueó la fruta vagamente.

-No, paso, luego si eso me tomo uno.

-Por cierto, Yuri, ¿sabes qué día es hoy? –Raruto, sobreactuando, se acercó a Yuri sonriendo y asintiendo.

-Eeeeh… No.

-¡Siete de febrero! –Exclamó Daloz.

Oh, ya sabía a qué se referían. Yuri no se había acordado, entre lo sucedido, la cárcel, los Fallen Leaves, Londres, y la verdad sobre Kaito, se había olvidado al completo de su cumpleaños.

-¡Feliz cumpleaños, tío! –Dijo Daloz, ofreciéndole un cruasán- ¿Creías que no nos íbamos a acordar?

-Pues, la verdad, no. No me he acordado ni yo. –Rió Yuri mientras aceptaba el cruasán.
Era verdad que estaban deliciosos, y crujientes. La masa de hojaldre crujió con delicadeza, y pudo apreciar el sabor a chocolate francés.

-Felicidades, tú. –Le dijo Raruto- Bueno, ¿y cómo vas a celebrarlo? Estás en la casa de un multimillonario londinense,  ¿y no vas a hacer nada en tu cumpleaños?

-Pues, la verdad es que no lo…

-¡¿Es tu cumpleaños?! –Dijo Kaito de golpe, entrando por la puerta.- ¡Felicidades! ¡No tenía ni idea! –Dijo Kaito, con cierta teatralidad descubierta cuando tiró por los aires las bolsas de la compra, con complejo de Sombrerero Loco. –Bueno, vale, actúo muy mal. ¡Yo nunca hago la compra! Jujujuju… -Rió- …Roger, recoge eso mientras sigo hablando de Yuri sobre el infarto que le va a dar en breves.

-¿Infarto? Kaito, ¿a qué te refieres? –Dijo Yuri.

-Ya sabes, Se denomina infarto a la necrosis isquémica de un órgano, generalmente por obstrucción de las arterias que lo… ¿Oh, dices que por qué te va a dar un infarto? –Preguntó Kaito.

-Sí.

-Bueno, nunca está de mal hacer un pequeño detallito. Ya puede venir el invitado…
No se lo pudo creer. Un hombre alto, de pelo rubio y de punta, con los ojos rojos, y vestido con una pesada armadura dorada, grabada con dibujos, y brillante ante la luz del sol que entraba por la ventana. Llevaba los guanteletes… los pendientes… E incluso, una espada idéntica a la mismísima Enuma Elish. Hasta los rasgos faciales coincidían, con su angulosa nariz. Era…

-Gilgamesh. –Yuri estaba paralizado en el asiento, con los trozos de hojaldre y chocolate por la boca.

-Exacto. –Dijo Kaito haciéndole señas mientras que Gilgamesh miraba a todos los lados. –Me ha costado muchísimo encontrarlo, la verdad, ¿es que no te gusta?

-Gil… Gil… ¡Me encanta! –Exclamó eufórico Yuri, mientras que saltaba de la silla y corría hacia él.

Yuri notó el contacto de la armadura dorada en la cara, mientras que intentaba abrazarlo, y él lo abrazaba. ¡Su sueño cumplido en la vida real! Ya podía tirar ese estúpido autógrafo de Isco, comparando con el rey dorado.

-Gi-Gi-Gi-Gi-Gil…

-¿Eso es una risa? –Murmuró Daloz a Raruto.

-¡Autógrafo! ¡Ya! –A Yuri se le salían las lágrimas de alegría por las orejas.
Pero aquel Gilgamesh no respondía mucho, solo se dedicó a asentir felizmente.

-Ok, nice to meet you. –Dijo Gilgamesh.

-¿Qué?

-Jhonny… -Murmuró Kaito, mientras hacía gestos de autógrafos.

-Oh, em… Ye-sí, Okey.

Gil cogió un papel, y firmó con ansias. Pero en la firma no ponía “Gilgamesh” ni nada similar.

-¡My name is Jho… Gilgamesh! –Dijo el rubio- I’m the… I’m from Fate and Zero, and I love cookies and Gates of Babylons! –Se notaba su actuación.

-Este no es Gilgamesh… -Dijo Yuri.

-Pues claro que no, tonto. –Dijo Daloz detrás.

-El pobre Jhonny Deep tenía que meterse en el papel en solo dos horas, no te esperes una actuación perfecta. –Dijo Kaito aplaudiendo, falsamente, al Gilgamesh. Gilgamesh continuaba haciendo reverencias como si fuese un rey del siglo XIII – Me ha costado contratarle al decir que era una fiesta de cumpleaños, pero ha valido la pena con solo ver tu cara.

-¿Jhonny Deep? –Preguntó Yuri. Ahora se sentía tonto delante de sus mejores amigos y Kaito.

-Le dijimos a Kaito que amabas a ese personaje. Era eso, o contratar a todo el equipo del Málaga para que viniese a la mansión, así que, dado a la famosa habilidad de los disfraces de nuestro amigo Jhonny, pues… se vino con nosotros. Todo lo dorado es cortesía del señor Kaito.

-No puedo creerme de por qué hayáis hecho esto. He visto a Gilgamesh en persona o a Jhonny Deep en persona, y me ha concedido un autógrafo. Solo pido una cosa… ¡FOTO! ¡YA!

Yuri puso una pose cani junto a Gilgamesh, quien decidió seguirle el rollo e imitó la pose. Kaito hizo la foto, y volvieron a la misma pose normal de siempre.

-Equis Cú, Equis Cú Gilgamesh es Jhonny Deep… -Dijo Daloz antes de partirse el culo con los cruasanes.

-Roger, lleva a nuestro querido Jhonny Deep a la salida. Dile que su trabajo ha terminado ya, y que puede volver a su casa… -Dijo Kaito- Le pago por horas, y no quiero que se me vaya un cuarto de millón más.

Para Yuri, aquel cumpleaños había sido modesto y rápido, pero, con diferencia, el mejor de su vida.



¡Feliz cumpleaños, Pokeshark! He decidido darte este regalito de mi parte, para que lo disfrutes ^^

Aparte, viene otra cosa...

Spoiler: mostrar


« Última modificación: 08 de Febrero de 2013, 12:48:28 am por Acid Citric »
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Re:[FanFic]~Memories~
« Respuesta #30 en: 13 de Febrero de 2013, 06:38:34 am »
(Nota para Girlycard: Hasta la parte de los asteriscos, puedes leer con libertad de que el capítulo te guste. El resto, te lo resumo por MP si no puedes.]

~Capítulo 30~


El grupo de aviones surcaba los cielos de Europa. Todo iba según lo planeado, Arena no debía de haberse enterado de la situación.

Fue en aquel momento, cuando quince aviones trazaron una ligera curva. No se distinguían en nada más que en un numerito distinto al de los demás. Los demás aviones llevaban el mismo color negro y un número marcado en blanco en la parte trasera. Nadie pudo notar la ligera curva que trazaron a la vez. Pero la curva se hizo más angulosa, y, en cuestión de unos segundos, los aviones ya comenzaban a descender o a ascender. Cada uno de aquellos fue para un lado, dispersándose del grupo. Era un proceso lento, y, a su vez, rápido y efectivo. Unos se ocultaban entre el mar de nubes. Otros, descendían a tierra.

-¿Cómo es posible que Arena no se entere de esto…? –Pensó Alliare mientras contemplaba la ventanilla. Kyoru estaba sentado junto a ella, y enfrente, Poker y Wolf.

-Por así decirlo, “irás con nosotros a la base del Pirineo”.  –El tono de Poker sonaba a cierta ironía.

-Hay al menos un ayudante de Arena en cada avión. Unos de unos rangos más altos, como Fallen Leaves o The Hunters, y otros que pertenecen a tipos distintos. La guardia de Maelstorm está la mitad en el avión de Arena, curiosamente. Convencimos a Arena de que fuésemos nosotros tres.

-Además, debido a su reunión con el consejo de Moderadores, no pudo interrogarte ni nada por el estilo. Ahora es el Administrador, supongo que se guardó sus planes para ti en sí mismo, pero seguía tan ocupado como debía de estarlo Melkor.
-Bueno, me da igual eso de que me haya entrevistado o no. –Se limitó a decir Alliare- ¿Qué pasa si nos descubren desviándonos?

-Les diremos que tuvimos que bajar a reponer combustible, por un fuerte error de cálculo, o algo. –Dijo Kyoru- El piloto se ha ocupado en avisarlo. Es como lo del padre de Nelson, que se fue a comprar tabaco y nunca volvió.

-Gosh… ¿Crees que se va a tragar eso?

-Tal vez, pero lo que dudo que se tragaría es el motivo del por qué le estemos traicionando. –Dijo Poker. –En fin… De los Moderadores que han salido en el… “sorteo de aviones”, o los que van en nuestra tripulación, se encuentran Shiyo y Raistlin entre algunos.

-Shiyo nos vendrá bien, y Raistlin es perfecto en el manejo de recursos y comida. –Alliare miraba la ventana atentamente.

El viaje discurrió dos horas más. Tal y como dijeron, Arena debió haber ignorado el simple hecho de que varios de sus aviones les faltasen combustible, y otros tuviesen que resolver unos ajustes en tierra. La PxP debía de tener unos ingenieros pésimos. Al fin, lograron quitarse del cinturón que les unía con el resto, y vieron que ya se habían alejado en trayectoria diagonal.  Los aviones, volvieron a dar una curva, mucho más fuerte, y viraron hacia el noroeste.

Graveyard estaba medio-dormido entre dos asientos, con un libro de Agatha Christie abierto posado en el vientre. Kyoru y Poker se habían cambiado de asiento y miraban a la ventana vagamente, contemplando las nubes. Wolf se había sacado sus cascos y escuchaba música con los ojos entrecerrados. Alliare no soportaba estar tan aburrida. Cogió unos papeles muy formales de Administradora que le habían redactado sus consejeros, los miró, los leyó un poco a ojo, y los tiró levemente al asiento de al lado. Cogió otro papel, de apuntes redactados por ella.

-La bruja Biatrís no me va a vencer… ¿Por qué iban a matar a Isabella y al coronel? ¿Qué razones compartirán juntos? –Alliare paseaba un bolígrafo Bic entre el pelo liso- Parentesco no era… ¿Podrían ser celos? –Cogió un bolígrafo verde y comenzó a escribir- La razón podría ser celos. Whydunnit posible…

-Celos no son. –Murmuró Graveyard medio-dormido- ¡La… -Bostezó, y se acomodó en el asiento- …La bruja no es tonta! ¡KIHIHIEHIEHIEHIEHAH! –Tras esa risa tan siniestra, Graveyard consiguió levantarse- ¿Falta mucho para llegar a donde vayamos?

Alliare siguió pensando en teorías para responder al juego que se había inventado su compañero Graveyard, del cual le había mantenido absorta los últimos días.

-¿La base de Suecia? No mucho. Creo que estamos sobrevolando Dinamarca ahora mismo. –Dijo Alliare.- Bueno, y... ¿Cómo pudo el asesino meter la llave en el bolsillo del coronel?

-Misterios de la vida, kihihi... No acepto Howdunnits. -Dijo Graveyard a su petición- En cuanto a lo del vuelo... pues perfecto, supongo.

***
[/b]


Al fin, el avión aterrizó en un modesto aeropuerto, construido alrededor de un campo nevado. Solo unos pocos aviones reposaban allí, y la bienvenida de quince nuevos aviones, era novedosa. Baru bajó del avión con su maleta, al igual que todo el mundo. Un control de personas repasaba quien llegaba y quién no. Baru supuso que Alliare tendría en cuenta eso. Un hombre corpulento, de metro noventa aproximadamente, se le puso en frente. Llevaba en el pecho el sello de la PxP.

-¿Nombre de miembro?

-Baru.

-¿Oficio en el anterior tiempo? –El hombre hacía preguntas cortas y repetitivas.

-Doctor, o enfermero. –Dijo mientras el hombre apuntaba sus palabras.

-Pasa por la puerta. La señora Alliare ha convocado a todos en el salón principal.
Baru entró por la puerta. Hasta en el propio interior hacía frío, tendría que acostumbrarse al clima de Suecia, o al menos hasta que pusiesen calefacción decente.

-¡Barumito! –Dijo Girly, entrando por la puerta.

Baru no sabía cómo reaccionar. Últimamente, echaba de menos a Girly, pero también echaba de menos a Tula. No sabía qué hacer cuando le entraban esos pensamientos.

-¡Amor mío! –Dijo con entusiasmo fingido. Baru abrazó con todas sus fuerzas a Girly.

-Te he echado mucho de menos. –Dijo Girly- ¡Alliare va a ser nuestra nueva administradora! ¿Te lo puedes creer? Yo no me esperaba esa noticia.

-Yo tampoco, la verdad. Suerte que escuché aquella noticia.

-No te visto en el avión de médicos, donde íbamos Warrior y yo. –Dijo con curiosidad.
 
-Es que a mí me han metido en otro distinto. Yo tengo grado menor, ¿no te das cuenta? –Dijo Baru entre una sonrisa.

Girly le cogió del hombro y la camisa, y le besó tiernamente. Le cogió la mano, y le acompañó a la sala.

La sala era un salón no mas grande que dos salas comunes juntas. La gente tenía que esperar de pie, o sentados en el suelo, ya que las sillas no daban para todos. Alliare entró por otra puerta, frente a todos. El salón estaba decorado con maderas oscuras y alfombras granates. Una hoguera lucía al fondo de la sala, y otra al principio, alumbrando gran parte. La otra parte, eran bombillas, como lo normal es.

-Antes de nada, agradezco al señor Mirnova, el gobernante de la Base, por acogernos a todos. La base de Suecia es una de las cuatro repartidas por toda Europa, encargada de cubrir los asuntos del norte de Europa y ayudarnos un poquito en recursos y demás. –El señor Mirnova, un hombre de treinta años aproximados, rubio y de piel rosada (como mucha gente del norte de Europa), asintió sonrientemente- Bien, tengo que daros la información de que, a partir de ahora, nos asentaremos aquí. Solicito la presencia de CPU, Shiyo, Graveyard, y Raistlin aquí, en el… espacio. –Dijo Alliare moviendo la mano alrededor de ella, buscando la palabra adecuada.

CPU se adentró entre la gente. Iba vestido igual que el resto: Con ropa de tonos blancos y negros, y el sello de la PxP con su nombre de miembro en algún lado de la ropa. Shiyo, Graveyard y Raistlin también se adentraron.

-Bien, tengo que deciros, que a partir de ahora seguiréis las ordenes de la Administradora. Arena se encontrará en algún lado de los Pirineos, pensando a qué base se ha podido ir. Podría tardar mucho en venir, y, si viene, podemos “dialogar” con él. –Dijo Alliare.- Toda persona antiguamente fiel a Arena será tolerada siempre y cuando controle un poco su lenguaje y sus modales. No toleraré ningún suceso como lo que pasó con aquel chico, quien Graveyard tuvo que… Bueno, digamos que le cambió un poco. Digamos que no volvió a ser el mismo

-¿Quién es Graveyard? –Preguntó Girly a lo bajo.

-Ni idea, algún chico suelto.

-Continúo yo: La planta de Medicina, se ha logrado restaurar casi al completo. Solo una quinta parte estaba en el bando de Arena, mientras que buena parte de la planta sigue con Alliare y CPU. –Dijo Shiyo- Por desgracia, a pesar de que estemos aquí, muchos Moderadores anteriores han salido a los Pirineos. Hay que aclarar, que solo algunas partes específicas han sido seleccionadas anteriormente para ir con nosotros, pero mucha gente sabrá, que esto estaba totalmente oculto, y a su vez, aleatorio. No podíamos decir “Eh, ¿te vienes? Vamos a fundar una nueva PxP sin que Arena lo sepa.” –Algunas risas resonaron entre la sala.

-Bien, así pues, también tenemos un ligero problema con las habitaciones. Hasta que podamos pensar en algo, todas las habitaciones estarán ocupadas. Antes era solo un cuarto las ocupadas, pero tened en cuenta que los miembros que han venido han rellenado el resto. Según los recuentos, habrán algunos usuarios que duerman en sacos de dormir, o en las camillas de las plantas de medicina. La habitación se os seleccionará esta noche.

-Si alguno pregunta, son las cinco y media. Salimos a la una del mediodía.

-Así pues, de momento no tenemos que deciros más. El Staff actual se reunirá de nuevo, tras comparar los recuentos y las bajas, en esta misma sala esta noche, para asignaros las habitaciones donde dormir, los sitios de interés, vuestra ocupación a partir de ahora… muchas cosas. Tenemos que reunirnos en privado algunos, así que podéis iros retirándoos. –Dijo Alliare al extenso grupo.- Podéis ir explorando la nueva base si queréis, pero no os quejéis, porque sé de sobra que es más pequeña que la Unión PxP. –La gente comenzaba a irse. Alliare se dirigió al señor Mirnova- Señor Mirnova, ¿hay algún sitio donde podamos reunirnos en privado? Ya de paso, agradecería que me presentase a sus ayudantes.

-Por supuesto. Sígame. –Dijo el señor Mirnova.

Mientras, Baru contempló el cómo Girly se reunía con sus amigos de la Unión. Pensó en unirse a ellos, y comentar lo nuevo sucedido, lo divertido, y lo triste. Pero no pudo. Pensó en Girly, quien comentaba alegremente con Isma algo sobre la nueva Unión. Pensó en su sonrisa, y en cómo se lo podría decir.

No sabía qué hacer.



Le he hecho un pequeño guiño al Tablero de Graveyard, para hacerle la pelota y que me responda mis verdes con más sinceridad :3 (???)

KHIEHEHEHEHEHEHEHAHAHAH! (?)
« Última modificación: 13 de Febrero de 2013, 07:12:20 am por Acid Citric »
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Re:[FanFic]~Memories~
« Respuesta #31 en: 17 de Febrero de 2013, 09:36:00 pm »
~Capítulo 31~


El viaje andando duró menos de una hora. Por suerte, el tal Mark llevaba una cantimplora de agua en la mochila que portaba, por lo que Vicky y Kronos bebieron hasta que la cantimplora estuvo vacía.  El paraje era totalmente idéntico a las porciones de tierra que se habían pasado varios días recorriendo su compañera y él, pero al fin Kronos distinguió un punto distinto al resto.

Windersday era una aldea bastante pequeña, con forma circular, y extendida en un diámetro en torno a una pequeña plazoleta. Contaba solo con unas diez casas, varias de ellas, por no decir todas, de madera color marrón. Un pozo descansaba en el centro de la aldea. No vio ninguna persona en la plaza.

Mark se adentró en la plaza, con ellos junto a él, y se dirigió a una de las indiferentes casas marrones. Kronos pensó que, con lo pequeña que debía ser la aldea, no les costaría encontrar al joven.

-Bueno, ésta es mi casa. –Dijo sonriendo el hombre- Os invito a entrar, debéis estar agotadísimos, y más tras lo sucedido.

-Lo cierto es que sí… -Afirmó Vicky- Por cierto… ¿no tendrás baño?

-Es una casa modesta, pero no enana: Sí tengo baño. No os vendría mal un paso por la bañera. –Dijo- Venga, podéis daros un baño antes de comer.

-Muchas gracias. –Dijo Kronos.

Tras haberse duchado Vicky y él, Mark les cedió unas ropas de sobra que tenía. Los colores eran muy pobres, de tonos verdes oscuros y poco vivos. Kronos llevaba una camisa de cuadros y unos pantalones cortos. Vicky iba con una camiseta de Nike y unos pantalones ligeros, los cuales ambos les iba grandes, tanto a ella como a Kronos.

-Me siento choni… -Murmuró la rubia en bajo.

-Vuestras ropas están lavándose, no ibais a pasearos por mi casa cubiertos de barro. –Dijo Mark, habiéndoles escuchado- Siento decirte que no tengo ropa de mujer, y menos de vuestra talla. Bueno, venid a la cocina, os he preparado un aperitivo para recoger fuerzas.

Kronos y Vicky se sentaron en el sofá, raído y descosido por algunos lados. La estancia era pequeña, y la luz que entraba era por la ventana. Las paredes eran de un color marrón oscuro, y el suelo de madera. Todos los muebles parecían viejos y desgastados. Un modesto aperitivo descansaba en la mesita, compuesto por…

-¿…Mortadela? –Dijo Kronos.

-Come y calla. –Dijo Mark con una loncha de chope entre los labios. -¿Queréis queso? Es difícil ir a comprar, ya que el supermercado más cercano está a veinte kilómetros.
-Creo que en Australia no se usa el sistema métrico decimal. –Dijo Vicky con el vaso de agua en la mano.

-Olvidáis que soy de nacimiento español. –Replicó Mark. Seguido a eso, se acomodó en la silla y siguió hablando- Bueno, ¿y qué hacíais por las zonas pantanosas? Esas zonas, como os dije, no suelen ser atravesadas por mucha gente. La mayoría viene por el camino principal.

-Nos perdimos. Nos quedamos sin combustible, y tuvimos que ir andando.

-¿Con éste sol? –Preguntó Mark, sorprendido- Menos mal que os encontré, de no ser por eso, podríais haber caído en la arena. –Mark se rascó la barba.

-Sí, me temo que sí… Verá, andábamos buscando Windersday porque al parecer, nos han informado de recientes sucesos… extraños.

-¿A qué te refieres?

-Dicen que aquí suceden cosas muy raras, pero no sabemos qué exactamente. ¿Sabe usted si ha sucedido algo recientemente? Es una aldea muy pequeña. –Informó Vicky.

-Um… Pues… la verdad, no lo sé. Que yo sepa, no sucede nada extraño. –Mark sonrió

-Tengo que destacar, que nosotros caímos al barro pensando haber visto un lago. –Dijo Kronos- Sin embargo, ahora no está.

-¿Un lago? La única reserva de agua que hay aquí a varios kilómetros a la redonda es el pozo de la plaza, no recuerdo haber visto nunca un lago. Debe haber sido un espejismo por la sed.

-¿Usted cree? Tenemos que decirle, que las fuentes que nos informaron es muy difícil que estén equivocadas. –Preguntó Vicky.

-Pues no recuerdo haber visto nada. –Se limitó a responder- ¿Pero qué fuentes os han informado, quienes sois? –Ahora, Mark tenía curiosidad.

-Somos reporteros. –Respondió de inmediato Kronos. –De un periódico de… Sydney. Nos han mandado aquí para hacer una sección de temas paranormales.

La sala quedó en silencio. Kronos respiró hondo, y continuó hablando.

-Bueno, ¿y qué me dice de sus vecinos? ¿Ningún rumor?

-No, me temo que no… -Mark estaba un poco más serio.

-Señor, tenga en cuenta que hemos hecho éste viaje con el motivo de sacar un dato de esta aldea. No es posible que nuestros datos sean erróneos: Aquí ha debido de suceder algo. –Insistió Vicky.

Mark se levantó de la silla. Estaba irritado ya.

-¡Os he dicho que no sucede nada en la aldea! –Dijo enfurecido. Decidió calmarse. –Ya va siendo hora de irse. Os agradezco la entrevista, y os vuelvo a decir que no ha sucedido nada. Si queréis, podéis daros una vuelta por el pueblo a ver si alguien sabe algo más, pero yo no os puedo ayudar más.

-Em… gracias pues. –Se limitó a decir Vicky antes de levantarse.

Dejó el vaso de agua y se levantó junto a ella. Mark les acompañó, con gestos impacientes, y dándoles empujoncitos. Cuando les abrió la puerta, ellos dos salieron, y acto seguido, les cerró en las narices. Vicky parecía indignada por su reacción.

-¡Señor Mark! ¡Solo era una entrevista! ¡Por favor, ábranos!

-Vicky… -Dijo Kronos contemplando su alrededor.

-¿Qué? –Dijo dándole una última patada a la puerta.

-Vicky, mira.

La joven se giró, y vio algo que no se esperaba: La aldea no estaba. No había ninguna casa más, ni ningún pozo. Estaban en medio del desierto.

-Deberíamos llamar a Arena. –Dijo atónita- Kronos, ¿tienes el móvil?

-No podía llamar, y ahora tampoco puedo: Está dentro de la casa.

Vicky decidió volver a aporrear la puerta, y, harta, se alejó unos metros de ella.

-¿Qué vas a hacer? –Preguntó Kronos.

-Lo que nunca pensé que tendría que recurrir. Te recomendaría que te apartases. –Dijo mirando la puerta.

-¿Vas a usar tu habili…? –Preguntó, pero Kronos se vio interrumpido por el chasquido de una roca golpeando la ventana.

-No seas tonto. No pienso gastar tal energía en esta tontería. Nos metemos por la ventana y punto. –Dijo Vicky abriendo la ventana por dentro.

Se colaron en medio de la casa. La casa no había cambiado nada, pero sin embargo daba la sensación de no haber sido pisada en la vida.  Todos los muebles estaban desgastados o rotos, y el polvo corría por la casa. La madera crujía siniestramente por cada pisada que daban.

-¿Señor Mark…? –Preguntó Kronos a la nada

Al no ver a nadie en la planta baja, subieron por las escaleras. Se metieron por cada una de las habitaciones. Kronos estaba observando el mismo baño por el que se había quitado todo el barro de encima, cuando Vicky le llamó.

-¡Kronos, ven aquí! –Gritó.

Kronos se dirigió a la habitación desde donde le habían llamado, y se limitó a observar la decoración.

Era una habitación decorada con motivos infantiles. La pared estaba pintada de rosa y la cama, de sábanas blancas, estaba decorada con varios peluches. En la mesa descansaba un juego de Barbies tiradas. La habitación, a su vez, estaba decorada con bastantes fotografías en las paredes y en la mesa. Todas enseñaban una misma escena: Una niña rubia, de ojos pardos. Aparentaba unos ocho años, y sonreía en todas las fotos. En algunas de ellas, iba acompañada de un joven de trece años, de su misma altura, y de ojos verdes con piel morena. Una de las fotos estaba caída en el suelo, con el cristal roto.

-¿Qué hacéis en la habitación de mi hermana? –Dijo Mark detrás de ellos.

El hombre había aparecido tras ellos, bloqueando la puerta.

-¿Qué? ¿esa niña es…? –Dijo Vicky señalando una foto.

-Habéis entrado en su antigua habitación: Sí, mi hermana pequeña, y vosotros no sois periodistas, ni ladrones, ni unos idiotas que vagan por el desierto buscando una aldea por placer, ¿Verdad? –Mark estaba enfurecido- Sois miembros de la Unión PxP.

-¿Cómo lo sabes? –Preguntó Kronos, sorprendido.

-No soy estúpido, otra cosa es que me haga el inocente. Si queréis llevarme a la PxP, ya todo me da igual. –Dijo sin miedo.- Windersday no existe.

-¿No existe?

-Vosotros mismos lo acabáis de ver. Windersday no existe. Todo ha sido creado por mí.

-Arena nos mandó aquí con el motivo de recoger a un joven… ¿Quién eres? O mejor dicho… -Preguntó Vicky- ¿Quién eres realmente?

Mark suspiró, y se arrodilló ante la foto caída, recogiendo los pedacitos de cristal. Kronos parpadeó, y, como si no hubiese pasado nada entre parpadeo, se encontró a otra persona. No era Mark, sino el niño de las fotos. Un chico rubio de baja estatura, piel morena, y ojos verdes. Era ciertamente atractivo en la cara, pero aparentaba casi la misma edad que su hermana.

-Mi hermana… murió entre la arena. –Dijo mirando la foto.- Mis padres vinieron aquí de vacaciones, y decidieron visitar Australia, yo iba junto a ellos. En aquel momento, ya sabía lo de mi poder.

-Tú eres el auténtico Mark… -Dijo Vicky.

Mark no hizo ningún caso a Vicky.

-Un día, el combustible se gastó, y tuvimos que buscar la aldea más cercana a pie. Mis padres nos dejaron en el coche a mí y a ella, y se fueron. Mamá me dejó al cargo de mi hermana, y me dijo que la cuidase –Kronos escuchaba la historia poco a poco, atentamente. Vio cómo Mark soltaba una lágrima.- Las horas pasaron, y no les encontramos. Les llamé con el móvil, pero no respondían, así que decidimos salir del coche, en medio de la carretera desierta. Al fin, encontramos algo. Mis padres yacían ahogándose en las mismas arenas que vosotros caísteis. Solo asomaban la cara, y nos gritaban con fuerza.-Soltó otra lágrima- Mamá llamaba a mi hermana y a mí, y papá hacía esfuerzos en agarrar los pedazos de barro húmedo. Paula, mi hermana, decidió adentrarse a coger a papá… Pero cayó en la arena. No pude acercarme más, ni podía agarrar sus manos. No quería abandonarles, ni irme, me quedé ahí. Llamé a servicios de emergencia, la policía, los bomberos… cualquier cosa que necesitase, pero ninguno llegó, nadie sabía dónde estábamos exactamente. Fue, posiblemente, el hecho que marcó mi vida un antes y un después… No quise abandonarles, y no sabía a donde ir, ni cómo salvarles, podía caer igual que mi hermana a esa muerte tan lenta. Tras lo sucedido, volví hacia el coche, y recogí todo lo que llevábamos. Desde entonces, vivo en el desierto con la personalidad del gran Mark. Ya no me importa mi vida, me da igual todo.

-Pobre, nosotros también perdimos a nuestras familias, pero no de una manera así… -Le dijo Kronos a Vicky. Se dirigió a Mark.- En la PxP podrás venir con nosotros y ayudarnos en todo, podrás tener un nuevo hogar y no sobrevivir del alimento del desierto. -Kronos se extrañaba mucho de que un niño de trece años pudiese vivir en el desierto ingeniándoselas él solo.

-Entonces… ¿accedes a que te llevemos a la Unión? No te faltará alimento ni compañía.

-Sí… Sí, accedo. –Dijo Mark limpiándose el lagrimón.

Kronos ayudó al joven a levantarse, mientras pensaba en lo útil que sería su habilidad para Arena. ¿Ilusionismo masivo? ¿Podía el virus PxP hacer eso? El virus podía hacer demasiadas cosas.



El personaje de Mark lo he inventado para narrar de ahora en adelante algunos sucesos que ocurran que solo pueda narrar él. Aparte, ya que me da pereza inventarme un poder (y, tras treinta capítulos, debería ir pensando cual para mi personaje), le he elegido a este personaje uno de mis poderes preferidos seleccionados, el que llevo en PxP Return :3

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Mustal

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Re:[FanFic]~Memories~
« Respuesta #32 en: 26 de Febrero de 2013, 06:50:18 am »
[Capítulo enviado previamente y autorizado por Girly]

~Capítulo 32~

“Querida Girly.

Ha pasado mucho tiempo desde que no hablamos a solas, ¿verdad? Quiero que nos reunamos juntos esta noche, en el patio central.

Baru.”


Girly leyó y releyó el SMS. Hacía tiempo que no hablaba con Baru íntimamente, como hacían siempre en la consulta. Desde, posiblemente, lo sucedido en el despacho de Melkor. Más tarde fue el golpe de Arena y el traslado. Aquellos días le parecieron eternos. Nada más leer el mensaje, lo primero que hizo Girly fue alegrarse, pero… Algo andaba mal. Siempre le ponía corazones y caritas sonrientes, o le decía lo que le echaba de menos. Aquel mensaje era solo un aviso serio. Algo pintaba mal. Fue en aquel momento cuando Girly se preocupó.

-¿Qué te pasa, Girly? –Preguntó Mustal, a su lado.

Estaban sentados todos en el salón principal, junto a otros miembros de la sede norteña. Girly no sabía hablar ni sueco, noruego, danés, ni alemán, así que solo podían chapurrear con el inglés. La sede sureste, Cuando estaban en los Alpes era más fácil, ya que el idioma común era el español y el italiano, a la vez que el inglés. Todos los miembros norteños les miraban raro, como si esos humanos de pelo negro y piel morena, con sus extravagantes lenguas románicas, fuesen de otro planeta.

-Em… -Dijo Girly mirando el mensaje de nuevo- …Nada, no mucho. Era un mensaje de Baru.

-¿Y qué decía? –Dijo Mustal acercándose, con curiosidad.

-Pues… nada. Quería hablar conmigo. Por la noche. Supongo que como cuando hablábamos en la clínica. –Girly respondía rápidamente.-Ahora… tengo que irme.
Girly se levantó del sofá y se fue a paso rápido, sin escuchar la respuesta de Mustal. No creía que Baru quisiese hablar seriamente con ella. Seguro que todo era un malentendido. Seguro que Baru, nada más verla, correría a ella, y la abrazaría, y la besaría, con todas sus fuerzas.


***


La luna resplandecía con tonos blanquecinos, en un cielo despejado. El suelo era de hierba, pero la escarcha pasaba una fina capa sobre él, a veces con pequeñas briznas de nieve. En medio del patio, una fuente desactivada formaba un charco de hielo, donde Girly podía verse la cara. Se había peinado ligeramente, pero no mucho más. Iba con ropa normal, y no su bata de doctora, pues Alliare le dijo personalmente que empezaría sus servicios dentro de dos días. Esperó sentada en el bordillo de la fuente, esperando a Baru.

Baru llegó unos minutos después, por la puerta de la derecha de Girly. Iba vestido de manera elegante, y normal. Llevaba puesta una chaqueta vaquera y debajo, una camiseta blanca. Los pantalones eran vaqueros también, pero de un tono más claro que la chaqueta. Iba peinado como siempre, no desaliñado. Ambos se saludaron con timidez, con un saludo de cabeza y un “hola…” casi musitado.

-¿Sabes… Sabes por qué te he llamado, no? –Dijo Baru.

-Más o menos.

-Girly, tenemos que hablar. –Baru se sentó con ella en el bordillo, y le cogió las manos.

Girly anticipó lo peor. Baru no estaba alegre. – Verás… Últimamente… me noto distanciado a ti. No quiero que salgas mal de esta, pero tenía que decírtelo. Lo he estado pensando mucho, pero… Creo que no podemos seguir siendo pareja.
Girly le miró a los ojos. Esos ojos verdes, brillantes a la luz del claro lunar. Girly no sabía cómo reaccionar, no quería llorar frente a él. Ella era fuerte.

-Hace tiempo que llevo queriendo decírtelo, pero dudaba bastante, sabía que te quería, y tú a mí, no había motivo para romper esto, pero… he conocido a otra chica… Su nombre es Tu…

Girly le dio una bofetada, mientras que las lágrimas le salían por los ojos. El rostro se le había arrugado a causa de tragarse sus sollozos, y no podía evitar llorar.

-¿Tula? ¿No? ¿SE LLAMA TULA? No te puedo entender, Baru.–Gritó. Girly se levantó de la fuente.- ¡No quiero volver a verte más en la vida! Maldito idiota, creía que me querías. Yo te quería. –Girly sollozó. Alejó la mano de nuevo, para darle otra bofetada a Baru, pero la volvió a bajar. Escupió al suelo.- ¡No merece la pena ni pegarte!

-Girly… No quiero hacerte daño, no quiero que te lo tomes así. –Dijo Baru, levantándose también.

Girly le dio una bofetada del revés, en la otra mejilla. Sin embargo, aquella era distinta. Notaba más fuerza de la calculada. Notaba el cómo había derribado a Baru en el suelo de una bofetada. No quería hacerle tal daño. Fue aquel momento, cuando Girly se dio cuenta, de que el brazo le palpitaba. Podía notar su propia respiración, su propio flujo de las venas. Se miró las manos, y miró a Baru. Estaba en el suelo, tocándose la nariz, la cual estaba sangrando.

-No… está volviendo a pasar… -Se dijo. Se dirigió a Baru- ¡Aléjate de mí! ¡Ya! –Dijo en cierto modo de furia y súplica.

-Girly, me has…

-¡Aléjate! No quiero volver a verte en la vida. Quiero que te vayas de aquí, o si no las cosas irán mucho peores. –Le gritó.

Baru dio un paso atrás, desde el suelo. Girly no podía controlarse más, las pupilas se le contrajeron hasta básicamente desaparecer del ojo, dejando un vacío blanco. El cuerpo se le estiró al completo, y luego se agachó al suelo, mientras que notaba un cambio en su ser. Su cuerpo fue aumentando en la masa muscular, sus brazos, antes finos y delicados, habían desarrollado un fuerte músculo. Sus piernas, su abdomen… todo.

-Baru… -Dijo ella, agazapada.- …Quiero que corras. Huye. No te acerques… -Girly seguía llorando. Su voz, sin embargo, se había hecho más grave, y ya no sonaba humana.- …Baru, quiero que corras a buscar ayuda, por favor. Baru…
Baru echó a correr del recinto, al ver lo que le sucedía Girly. Ella, continuó agazapada junto a la fuente, mientras que luchaba contra sí misma. En aquel momento, Girly se levantó. No era la misma.

Su cuerpo había cambiado mucho. Era más alta que antes, sus piernas, más estiradas y musculosas, y los brazos más fuertes. La ropa estaba desgarrada, y se podía ver parte de la ropa interior y de la piel, tensa por los músculos. En sus manos le habían crecido unas uñas negras, de algo que podía interpretarse como acero, sustituyendo sus anteriores dedos. Cortantes como cuchillas. La pupila había desaparecido, y solo quedaba un vacío blanco en sus ojos. Los colmillos eran ligeramente más grandes.

-¡¡BARUUUUU!! –Gritó la bestia con furia.

Se echó a correr, con una velocidad bestial, en su búsqueda. La puerta estaba cerrada, pero Girlycard la pudo derribar con total facilidad. Los restos de puerta, astillados, caían en el suelo. Girly miró hacia los pasillos.

-Sé que estás ahí… -Dijo con una voz totalmente cambiada.-…Huye mientras puedas.
Girlycard comenzó a correr por los pasillos, derribando cosas sin importancia para ella. Paró en una esquina, y ahí lo vió. La bestia le enfocó con sus ojos, satisfecha. Su respiración era muy fuerte, y se podía notar la espiración mientras hablaba.

-¿Cómo…? –Respira- ¿Cómo te atreves a hacerme semejante daño? ¡Dímelo! –Dijo entre respiración, con aquella voz sobrenatural. Aquella no era Girly. – Sabes que ahora te mataré. Te despedazaré trocito a trocito… -Dijo en bajito.- ¡YO TE QUERÍA!

–Aquella Girlycard estaba furiosa.

-Tú no eres Girlycard. –Dijo Baru, asustado, mientras se agarraba a la pared. Aún estaba a una distancia considerable para poder huir.

-Sí lo soy, cariñito mío. –Dijo aquel ser- Soy  la auténtica Girlycard. La persona que lleva dentro. Sé que querías ser delicado, pero no eran noticias muy divertidas, jijiji… -Su risa era siniestra.


***


Baru echó de nuevo a correr, y Girly, furiosa con él, le siguió desde el otro lado del pasillo, básicamente a oscuras de no ser por la luz lunar. Baru corría por su vida, pero Girly era muy veloz, mucho más de lo normal. Podía igualar a un atleta africano.

Baru subió escaleras, cruzó pasillos, y, al final, atravesó una puerta y la cerró con fuerza. Se encontraba en una biblioteca, básicamente vacía e iluminada por muchísimas velas, pero la oscuridad predominaba aún así. La biblioteca tenía aspecto abandonado y tétrico. Solo una persona, exceptuando a él, le acompañaba: El mismo chico que había aparecido junto a Alliare. Le miró con desinterés, y siguió leyendo un libro. Baru cogió una silla, y la puso bloqueando el pomo de la puerta.

-¡Debes ayudarme, por favor! ¡Me persigue mi ex-novia! –Suplicó al chico del libro.

-Es tu exnovia, ¿no deberías hablar con ella? –Dijo el chico.

Girly había llegado ya a la puerta, y se escucharon sus gritos de furia tras la puerta. Comenzó a empujarla, y Baru pensó que la silla no aguantaría mucho más.

-¡Algo le sucede! ¡Se ha vuelto en una… cosa! –La puerta se doblaba, y comenzaba a astillarse- Ayúdame.

Girlycard destruyó la puerta, convirtiéndola en un enorme boquete de madera y astillas. Los trozos de puerta salieron volando, y la silla calló unos metros hacia delante. Girly entró con fuerza y deprisa, y se detuvo en frente de él. Su respiración se podría escuchar alrededor de toda la biblioteca.

-No le quieres matar. Ni siquiera le quieres herir. –Dijo el chico con su libro, tranquilamente. Cerró la tapa, que despidió una pequeña nube de polvo, y miró a Girlycard.- ¿Verdad? Sé que no le quieres atacar. –Su voz hacía un pequeño eco en la sala, o eran imaginaciones de Baru- No lo quieres herir… Te pararás en el sitio, y te tranquilizarás…~

La reacción no se la esperó Baru. Girly se quedó parada en el sitio, mientras que solo se escuchaba su respiración. El joven seguía mirándola, con una expresión de indiferencia. Luego, volvió a la lectura. Cuando Baru se giró, vio que Girly, o aquel ser que la había sustituido, estaba llorando.

-Yo… Yo no quería… -Dijo llorando. Su cuerpo se desplomó y cayó de rodillas al suelo. Los músculos palpitaban de nuevo, y las uñas retomaban la forma de dedos poco a poco. Girly volvía a su tamaño normal, y miró a Baru. Habían vuelto sus ojos marrones.

–Yo… Yo no quería hacerlo.

Girly se levantó, miró una última vez a Baru, y se marchó corriendo de la biblioteca. Baru lo miró, y luego miró al misterioso bibliotecario.

-¿Qué has hecho?

-Mi nombre es Graveyard, gracias por preguntar. Sencillamente, puedo leer el corazón de las personas y controlar con palabras su voluntad, así que le he dicho que se pare, y se ha parado. Fá-cil. –Graveyard se volvió a su libro y, antes de volver a la lectura, volvió a dirigirse a Baru- No se te ocurra hablar con esa chica hasta pasado un tiempo. Ahora mismo está muy dolorida, y no querrá hablar contigo. Las cosas que hacía no las quiso hacer ella realmente, su estado interior era un agujero sin fondo de ira y destrucción, todo enfocado a ti. Había perdido la conciencia. –Dijo- Todo eso a deducción y a lectura de corazones, siempre me ha gustado leer.  Es muy tarde, y yo tengo que seguir con mis asuntos. Encantado de conocerte supongo, pero te recomendaría irte de esta biblioteca…~-El eco volvió a resonar en la habitación-. Así que gracias por venir.

Baru se vio obligado, por unas ganas recién nacidas en su mente, de abandonar la sala, dejando a aquel misterioso individuo leer en paz su libro.
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Mustal

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Re:[FanFic]~Memories~
« Respuesta #33 en: 05 de Marzo de 2013, 06:04:49 am »
~Capítulo nosecual~

(?)

Aterrizaron en la base de los Pirineos a las siete de la tarde.

Los aviones aterrizaban en la pista, bastante larga, que daba cercana al mar Mediterráneo. El avión de Arena aterrizó entre ellos. Cuando al fin se paró, y se abrieron las compuertas, Arena se desabrochó el cinturón y se dirigió a la puerta. Hacía menos frío que en los Alpes, y el sol comenzaba a ponerse. Arena se puso la chaqueta de cuero encima de la camisa, y bajó por las escaleras.

-Sylcred, convoca al clan Hammer Team para el recuento, y asegúrate de que no haya problemas. –Dijo Arena mientras miraba a la gente salir de los aviones. – Lyra, quiero que llames al clan Maelstorm, y a The Hunters.

-Sí, señor. –Dijeron ambos realizando una leve reverencia.

Lyra se marchó junto a Sylcred, bajando las escaleras. Lyra cogió su teléfono móvil y permaneció cerca de Arena, mientras Sylcred realizaba señas a algunos de los que bajaban.

“Tendré que apañármelas con Hammer Team, en el fondo es un clan bastante bueno…” –Pensó.

-Señor, hay un problema… -Dijo Lyra tapando la ranura de la boca en el teléfono móvil.- Faltan bastantes de nuestros aviones. En ellos permanecían varios miembros de The Hunters, por no decir bastantes. De los miembros de The Hunters, solo continúan con nosotros Zaos y Aagie.

Arena sabía que varios de los aviones se tuvieron que desviar durante un tiempo del trayecto, pero no pensaba que no fuesen a llegar. ¿Era posible que esa porción de aviones hubiese escapado a otro lugar? Arena encajó la noticia con sorpresa, pero no se permitió revelarla en su rostro.

-¿Y de Maelstorm y Hammer Team?

-También unos cuantos, pero no tantos. De Hammer Team nos faltan Coren, Muramasa, y Ordile, y, según Sekiam, el líder de Maelstorm, Arbok, y K-12 se han quedado atrás.

K-12 fuera, vaya racha que llevaba Arena con esto…

-Muy bien, Lyra, llama a Sylcred y pídele que me informe de recuentos con un mínimo detalle. Si esa flota de aviones no ha venido, es difícil que venga. También convoco a los Moderadores del anterior PxP que continúen aquí a una reunión en la sala de moderación que tengan en esta base, y algo más, llama al actual gobernante de esta base para que nos pueda recibir.

-Está bien, señor. –Asintió Lyra- Lo último ya lo hice antes, el señor Bagers le recibirá en unos minutos.

La chica de pelo castaño y gafas negras se apresuró a cumplir las órdenes, cogiendo de nuevo su móvil y yéndose a zancadas rápidas de la pista de aterrizaje. Lyra era una buena secretaria para Arena. Era perfecta en cuanto a defensas competitivas, administraba y ordenaba bien, y era respetada por el resto, pero sin embargo no podía aspirar a su puesto ni suponerle una amenaza, por lo que era la ayudante perfecta. Con ella, le acompañaba todo el clan Hammer Team, del gremio de clanes y defensas de PxP. En sus hobbies se encontraba el Pokémon competitivo –del cual más de una vez había luchado contra Arena- y era una gran artista.

Arenase dirigió al recinto que se extendía delante de la pista, y entró por la puerta. Dentro, la temperatura estaba más agadable, y se respiraba un olor fresco y natural. El señor Baggers era aficionado a las plantas, por lo que el recinto estaba decorado con numerosas macetas. Arena echó una última mirada a la gente saliendo, y entró la puerta. Un joven, de unos dieciséis años aproximados, de un pelo corto y rizado de color castaño, con el rostro alegre y cubierto de pecas, le recibió.

-¡Bonjour! –Dijo un joven a su lado. Debía de ser un sirviente o ayudante del señor Baggers, porque se ofreció a recoger la chaqueta de Arena.- Mi noimbge est Romani. –Dijo con un acento francés entendible- Soy el secgetagio del señor Baggers, quien me informó de que usted vendgía. ¿Es usted el señog Aguena, non? –Preguntó.

-Sí, lo soy, ¿puedes llevarme a él?

-¡Pour supuesto! El señog Baggers aguagda en la sala de la modegaciógn. Pegmítame acompañagle.

El acento de ese chico no le gustaba nada a Arena. Debió haberse ido a otra base, pero no, tuvo que escoger la que estaba plagada de acento francés. Confió que el señor Baggers supiese hablar el español con mejor fluidez, y que al menos no le llamase “Maestgo y Administgadog Aguena”.

Subieron unas cuantas escaleras y cruzaron pasillos. Aquella base tenía una cierta forma de pirámide, con cada nivel menos ancho que el anterior, un patio cuadrangular a su alrededor, y una muralla cuadrangular rodeándoles, con torres de vigilancia similares a la de los castillos. Cada nivel contaba con un balón enorme, donde los miembros podían pasearse y contemplar las vistas si querían. El nivel más alto de todos era la sala de la Moderación, que se elevaba a la altura de cuarenta metros aproximadamente. Nada más entrar a la sala, vio a varios Moderadores con ellos: MerúM… MDragon… Tsuruko… Y varios más, sin contar a los jefes de Maelstorm y Hammer Team, quienes se encontraban de pie alrededor de la mesa redonda, y al igual que Lyra y Sylcred. Los Moderadores de la base también estaban sentados, con el señor Baggers frente a la puerta, quien le miró a los ojos.

El señor Baggers era otro “anciano” en la unión, si a anciano se le pueden decir veintiseis años. Tenía una calva por toda la parte superior de la cabeza, mientras que los lados eran un pelo negro y corto. La barba era corta y un poco irregular. Sus ojeras, moradas como berenjenas, delataban horas y horas sin dormir.

-Gracias, Lyra. –Dijo Arena.

-Buenos días, Arena. –Dijo el señor Baggers.

“Al menos no me llama Aguena…” –Pensó.

-Buenos, días, señor Baggers. –Dijo Arena tomando asiento.

-Dígame, ¿le está gustando la base? Las vistas a la playa… La decoración… soy muy aficionado a que las cosas tomen belleza.

-Es muy bonita, y parece bien defendida, pero no había venido aquí a eso. –Dijo Arena con cortesía cortante.- Como usted sabrá, la Unión PxP, la base principal, ha tenido que evacuar su base en los Alpes debido a unos asuntos con el gobierno.

-Exacto, al parecer, os atacaron. ¿Qué tal os fue en la batalla? La Unión hacía años que no se introducía en una batalla contra en el gobierno, de hecho, hace años que no se mete en una batalla sencillamente. Y antes de eso estamos haciendo recintos fortificados y de alta defensa… ¿curioso, no?

-Sí, nos vino bien, con pocas bajas y una victoria, estese tranquilo. –Cortó Arena.- El caso es que, durante el viaje, gran parte de nuestra flota ha desaparecido. Hablamos de, aproximadamente, un tercio de los aviones que partieron aún no han aterrizado.

-Oh… qué desgracia. ¿Sabe usted el porqué de tal suceso? –Dijo el señor Baggers.
-Sinceramente, no estoy seguro.-Se limitó a decir Arena- Al parecer, la flota de aviones se fue desintegrando poco a poco, por lo que me informaron como un error de combustible. Varios tuvieron que aterrizar a tierra, por ejemplo. Otros, tuvieron que desviarse.

-Ya, ya… estoy informado. –Dijo el señor Baggers- Pero… ¿No le parece un poco sospechoso eso de que un tercio de la Unión haya tomado otro camino y aún no haya vuelto? Sabiendo la ruta que habéis tomado, podríais haber cogido perfectamente en el aeropuerto de Mónaco o de Marselle.

-Me parece que en Marselle no hay aeropuerto... -Murmuró Lyra, aunque nadie le hizo caso.

Arena no respondió. En su lugar, Baggers siguió hablando.

-Podría tratarse de un indicio de… ¿Rebelión? Tengo entendido de que tomaste unas medidas un poco drásticas en tu gobierno, y cogiste el cargo de administrador por la fuerza.

-No, tenían pensado coronarme, pero al final se tomó otra deci…

-…Entonces renunciaste a las medidas de Alliare en medio de la sala de juntas, dando un ataque, y llenándolo todo de caos. –Interrumpió Baggers- Sí, sí, bonita historia. Es posible que algunos miembros estén en tu contra por eso, ¿no crees?
A Arena no le cayó bien aquel tipo. Él era el administrador principal de la Unión PxP, no un guardia de poca monta que le diga lo que tiene que hacer y lo que no debería hacer. Se levantó, con enfado, de la silla, y le miró a los ojos.

-¡Alliare no debió haber tomado aquella medida, el plan inicial era que yo fuese el Administrador! –El señor Baggers permaneció en su silla, plácido.- En caso de que se tratase de una rebelión, haría falta una gran coordinación para poder presentarse así por así, y, además, no se tendría ningún sitio a donde ir sin que la información llegase a mí.

El señor Baggers se rascó su escasa barba, y le enfocó con sus ojos marrones.

-La idea de Alliare era gobernar entre los seis SModeradores, como si se tratase de un consejo de Sabios…

-¡Alliare pretendía ascender a Administradora! –Interrumpió Arena.

-Podía ascender con facilidad, en efecto. –Dijo el señor Baggers. Antes de que Arena volviese a responderle, le hizo una señal con calma.- Por favor, Arena, tranquilízate. Ahora estamos en el presente, y ni Alliare ni nadie está para replicarte. Dime pues, ¿a dónde han podido ir?

-Podrían haber ido a la Alianza estadounidense o a la torre Sukai. –Dijo Lyra en el umbral de la pared.- La Alianza y la Torre Sukai son versiones de la PxP, solo que en otros continentes. Cada uno se ocupa de sus asuntos y no comparte información con la Unión PxP-Europea, pero de cualquier forma pueden viajar a Europa al igual que nosotros podemos coger nuestros aviones y, por alguna razón, ir a Asia o a Norte América.

-Un vuelo a la torre Sukai supondría un gasto de combustible descomunal, tendrían que gastar mucho tiempo. –Dijo MerúM- Pero sí es posible que hayan podido aterrizar en cualquiera de las bases distribuidas por Europa que tiene la PxP.
-Cierto, pero, en cualquier caso, el regente de cada una de las bases tendría que informar al actual Administrador, que, en este caso, es Arena. –Respondió Lyra.

-Aún así, cabe la posibilidad de que hayan podido refugiarse. Tal vez, el informe no llegue o no se haga, por lo que, en cualquier caso, podrían pasar desapercibidos. –MerúM tamborileaba levemente la mesa.

-Está bien, Lyra, envía un informe a cada una de las bases europeas para consultar la actividad reciente. También, por si acaso, avisa a la Alianza y a la Torre Sukai, es posible que puedan tenerles. –Dijo Arena- Fuera de mi dominio, se pueden convertir en poderosos. De momento, no mucho más. –Dijo Arena, levantándose del asiento. – Gracias por la entrevista, señor Baggers.


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Mustal

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Re:[FanFic]~Memories~
« Respuesta #34 en: 01 de Abril de 2013, 03:31:38 am »
Mis disculpas. Razones explicadas en el tema de comentarios.

El caso es que dispongo de una reserva secreta de capítulos, para tirar de la cuerda si es necesario en ocasiones como esta. Disfruten del capítulo ^^

~Capítulo 34~

Mystrace esperaba impaciente en el pasillo de aquel hospital. Debido a los recortes y a la crisis económica que pasaba Europa en aquel momento, los médicos de aquel hospital habían anulado la calefacción, por lo que el frío de Moscú golpeaba con fuerza en sus partes más interiores. Podía echar vaho dentro de la sala, y escuchaba los megáfonos de atención rusos llamar a médicos de nombres rusos en aquel hospital ruso, por lo que al español, lo dejaban marginado.

Una enfermera, rubia, de ojos azules, cuyos pechos superaban el tamaño de dos sandías pequeñas, se le acercó. Iba poco vestida, y se le asomaba el ombligo dentro del uniforme.

-Are you Mystrace? –Dijo la enfermera mirándole, pero sin embargo Mystrace no le miraba precisamente a los ojos.

-Eh… ¿Qué? Ah, yes, yes, it’s me.

-Follow me. –Dijo con desinterés.

-Por ti, te hago follow hasta en Twitter… Ah, ok, ¿hablas de seguirte? –La enfermera no hizo caso de su idioma.

Entró en la habitación de Flyne. Estaba en estado mejor, y la pierna se había curado con lentitud. Mystrace se alegró de verle vivo.

-¡Flyno! –Dijo alejándose de aquella sexual enfermera.-¡Qué alegría verte!

-Tobi… -Dijo con debilidad- ¿Qué tal andas? ¿Has recibido informes de la PxP?

-No, por desgracia. Arena no responde a mis llamadas básicamente.-Negó Tobi- Solo he recibido un SMS de Arena diciendo que llame cuando tengamos a la cría esa.

-¿Nada más? ¿Pero es que Arena es tonto? –Dijo.

-Quizá solo le interesa la niña, antes de que volvamos. Sabes que es muy ambicioso a veces.

-Bff… Habrá que buscarla entonces. –Dijo Tobi.-Mañana me dan el alta, con las muletitas y todo, mira. –Dijo Flyne sonriendo.- Por cierto… ¿cómo es que tú sobreviviste al accidente del avión sin casi rasguños?

-Como dice L’Archel: Yo no tengo suerte, tengo hax. –Dijo Tobi sonriendo- O espera… ¿Era otra cosa, no?

-Me extraña mucho… Aún así, de no ser por eso, pudimos haber caído en la nieve. ¿Qué ha sido del piloto?

-Murió.-Dijo Tobi.

-Pobre… ¿Era muy conocido en la Unión?

-Pues… no, la verdad es que no tengo ni idea de quien era. –Dijo Flyne- Bueno, venga, cuanto antes mejor: ¿Dónde se suponía que estaba la niña?

-Calló en un ataque de pánico y gritando en medio del zoo de Moscú. Dicen que se volvió loca según el informe inicial… después, no se sabe lo que sucedió, ha desaparecido.

-Por dios, es una niña de seis años, ¿es necesario patearse todo Moscú en su busca?

-Eso parece. –Se limitó a decir Tobi- Más te vale que vayas rapidito con las muletas, porque mañana hay que tenerla con nosotros. Según los informes, se llama Annie, y tiene 6 años. Tiene el pelo rubio y rizado, corto, y ojos verdes. Desapareció poco después de su suceso en el zoo, cayendo mientras gritaba con pánico.

Tobi sacó una foto que, para Flyne, debía de ser la niña más mona del mundo. ¿Dónde podía haberse metido Annie?

* * *


La luz de la luna iluminaba el bosque de pinos, apenas se veía nada. No se sabía cómo había llegado allí, pero estaba sola en medio del claro. Se escuchó un aullido a lo largo del claro astral. Un lobo. Podía escuchar sus súplicas a la luna como si se tratase de un grito nostálgico. Lo comprendía.

Miró entre aquellos oscuros árboles, y luego, miró al cielo: Nevaba ligeramente. La hierba se había congelado y soportaba una fina capa de nieve. La luna se tapaba y se volvía a asomar, traviesa, con la mirada hacia al bosque. Ella también la miró. Aquel destello blanco, solo entre el mar negro. Volvió a mirar a los límites del bosque, ahí estaba su amigo.

Los árboles se movieron, pero ella no se inmutó: Sabía que era una señal de amistad, no quería hacerle daño. Los árboles se zarandeaban como si una bestia pasase cerca de ella, y así era. Había de terminado ya de comer. Seguro que le traería algo para ella, pues tenía hambre, hacían horas que no probaba nada.

Los árboles se zarandearon más, y ahí apareció. Sobre cuatro patas, medía ya un metro y ochenta. Más de lo que podían medir los osos normales. Era blanco como la nieve que le rodeaba el pelaje. Mostró aquella feroz cara, los ojos eran rojos como la sangre, y los colmillos, portaban manchas de su mismo color, lo que era normal tras la comida. Llevaba un lobo entre los colmillos. Estaba muerto, y colgaba de su boca. Le faltaban algunos trozos, los que manaban sangre, manchando la nieve. El animal se acercó más a ella y gruñió. A ella no le importaba, era una señal de cariño. El oso depositó su presa entre el y ella, y soltó otro gruñido. Ella, se cogió el abrigo de pieles, y cogió un trozo de carne cruda. Estaba rica. Miró a los ojos a su amigo, y sonrió. Él también mordió su presa, sobre la pierna, y le arrancó un músculo entero. Lo masticó, y engulló rápidamente.

La bestia se levantó. Levantada, medía muchísimo más que los osos normales: Tres metros y poco. Las medidas eran sobrenaturales, al igual que aquella bestia. Los brazos eran del grosor de un árbol joven, y las piernas igual. Ella, lo cogió con su mano del dedo, y le miró a los ojos. Caminaron juntos, la bestia y la niña, por el bosque, a la luz de la luna.

-Como el cuento de Caperucita Roja. –Dijo Annie dulcemente.
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Re:[FanFic]~Memories~
« Respuesta #35 en: 17 de Abril de 2013, 06:37:32 am »
Ya tenéis capítulo, zorras.

Si leeis, comentad! D: Que si no no sé quien me sigue y tengo que recordarlo por MP (???)

~Capítulo 35~


Mystrace volvió a dormir entre los sillones del hospital. Cuando se despertó, se movió entre las mantas, y miró al reloj-termómetro electrónico que reposaba en el pasillo. Las diez de la mañana. No tenía ningunas ganas de moverse, pero sí tenía unas ganas horribles de tomar chocolate caliente, así que se acopló en la habitación de Flyne, con el nido de mantas incluidas.

Flyne seguía durmiendo, con la escayola colgando de una polea para dejarla reposar. Parecía más una postura de pilatex que una de dormir.

-Flyne. –Dijo Mystrace. No le hizo caso. Mystrace decidió agitar la mano en su frente. –Flyyyyyyne…. ¿Estás despierto?

Mystrace decidió agitar la mano un poco más fuerte, a ver si se despertaba.

-¡FLYNE! –Dijo agitando la mano.

-¡¿Qué?! –dijo furioso, sin abrir los ojos

-Oh, ¿estabas dormido? –Dijo Tobi inocentemente. -¿Quieres que pida chocolate caliente? Tengo ganas.

-Pídelo para ti, si quieres, pero no me despiertes para esas tonterías.

-Está bien, llamaré a la enfermera pechugona esa para que nos traiga un chocolate. –Dijo yéndose.

-Que te vaya bien pues… -Flyne se acomodó en la cama, y decidiendo volver a su sueño.

-Oye… -Dijo mientras que Flyne volvía de su sueño. Este puso una mueca de enfado.-¿Estás seguro que puedes ir a buscar a Annie conmigo? Si puedes reposar, reposa. Según la enfermera pechugona, puedes quedarte en el hospital si lo necesitas.

-Dudo que pueda entonces.-Dijo Flyne cerrando los ojos.- Vete a buscarla, anda, que yo no puedo. Me das un toque al móvil si hace falta algo.

Tobi decidió dejarle en paz, y cogió su abrigo de forro polar de la silla, decidido en encontrar a la joven. Cuando iba a por su chocolate caliente, de repente, en una de las televisiones del hall principal, vio una noticia reciente. Los subtítulos, por suerte, estaban en inglés, así que Tobi pudo leer y pasarlos al español, por suerte.

-Ha sucedido un incidente en los bosques de las afueras de Moscú. Según el equipo de investigación, una gran masa de fuerza ha pasado por una determinada ruta, destruyendo todo lo de su alrededor. –El telediario mostraba una imagen de la cantidad de árboles derribados y trozos de maleza que habían. Parecía un enorme túnel entre el bosque.-Se piensa que ha podido ser causa de la reciente desaparición de “la gran bestia” del zoo de Rusia, encontrada anteriormente en ese mismo bosque, de la cual se ha visto desaparecida los recientes días. Se recomienda tener prudencia en caso de vivir en el bosque o en las afueras. Ahora, pasemos a otra noticia: Un bebé panda ha nacido en China, y se le ha llamado Yīnjīng. La madre está en estado grave después del parto.

A Tobi no le interesaba en absoluto lo del bebé panda, pero la noticia del oso era muy tentadora. Aún así, ir al bosque… Parecía una mala idea. Pero era probable que la niña pudiese estar ahí.

“¿Cómo habrá llegado a allí…?” -Pensó Tobi.

Si tenía que hacerlo sin Flyne, lo haría. Tobi renunció a lo de ir a por chocolate caliente, y se puso el forro polar y el gorro negros. Salió del hospital, y cogió el bus más cercano a las afueras.


***


El límite del bosque estaba delante, y un pequeño boquete entre la maleza se abría a su paso. Por ahí debía de haber pasado el animal. Tobi revisó su mochila una vez más: Un bocadillo de beicon, queso y jamón, numerosos alimentos, una bolsa de M&M’s… Lo suficiente como para sobrevivir varios días comprado a cinco euros en el chino-ruso de al lado del hospital. Entró en el bosque, por la mañana.

El cielo estaba encapotado, y solo chispeaba un par de gotas. No había riesgo alguno de tormenta. Tobi miró a su alrededor, pero solo vio maleza y más maleza. Árboles rotos, muchos. También vio algún animal de bosque cuyo cuello estaba… desgarrado. Tobi se acercó al animal: La sangre se había coagulado en el suelo, y básicamente, convertida en hielo. El cadáver estaba rodeado de moscas, las cuales zumbaban con una incesante vibración en sus oídos. Tobi le echó una foto y la subió a Twitter. Poco tiempo después, ya tenía respuesta.

-"_Michoh_" Dice: HAHAHAH, como mola. Tío, a ver cuando vuelves de Rusia, que me aburro sin darte palizas al KI:U :D #MystraceIsNoob" ... -Mystrace apagó el móvil- Yo no soy noob al KI:U, jum...


***


Ya eran las siete de la tarde, y ya había anochecido. Guay. Tobi no sabía cuanto tiempo había estado vagando por el bosque, pero de alguna manera u otra, ya había anochecido y seguía en aquella enrevesada ruta. Se había sentado, tomándose el almuerzo, en medio de un claro en el bosque. Notó vibrar su bolsillo. Era su móvil, una llamada de Flyne. La cogió.

-¡Tobi! ¿Dónde estás? –Le decía Flyne.

-En medio del bosque.

-¿En medio del bosque? ¿Estás tonto? ¿Para qué has ido allí? Dijiste que ibas a ir a por chocolate.

-Han abierto una churrería en medio del bosque, ¿no te jode? Salí a buscar a Annie.

-¿Y vas al bosque? –Le dijo con tono de ironía.

-Sí. Si prestas atención a las noticias, verás una muy interesante sobre un tierno osito de tres metros que vaga por los bosques, y que antes estaba en el mismo zoo, a la misma hora, en la que la niña le dio el ataque de pánico. Desaparecieron juntos.

Flyne parecía haberse quedado en silencio. Todo el bosque parecía haberse quedado en silencio.

-Bien, yo no puedo ir allí debido a la pierna, así que te pregunto… Si tus teorías son ciertas… ¿cómo se supone que te enfrentarás al oso?

-Pues, la verdad, no lo sé. –Dijo Tobi mordiendo su bocadillo- Ya se me ocurrirá algo.

-Tienes que tener en cuenta la distancia. –Dijo Flyne- Ese bicho podría despedazarte si es como tengo entendido que es.

Crujidos se escucharon tras los árboles.

-¿Y si el oso se ha zampado a la cría, qué haces? –Preguntó Flyne.

-Pues salgo corriendo, es lo primero que se me ocurre. –Respondió Tobi.-Se me va a acabar el saldo, y aquí no hay mucha cobertura. Tengo que colgarte. Adiós, cuídate. –Se precipitó Tobi. Antes de que Flyne respondiese, ya había colgado.- Joder… qué pesado…

Tobi no reparó en la sombra que se acercaba a su espalda, una sombra de tres metros y de anchura colosal.

-Anda… No había percatado en esto… -Dijo Tobi acercándose a un bulto entre la maleza.- Parece… Un lobo, muerto. Es como el animal que había visto antes.
Tobi se giró a por su móvil, guardado en la mochila, con los planes de twittear otro cadáver más, –Bendita coherencia- pero se topó con algo inesperado.

Aquello no podía ser un oso. Parecía un adorable peluche, exceptuando los tres metros de altitud, la anchura de sus brazos y piernas, y el aterrorizante rostro. Los colmillos inferiores sobresalían ligeramente de la boca, al igual que los superiores. Las uñas de sus garras eran escasamente inferiores al propio tamaño de sus dedos, del tamaño de morcillas. Tobi no dudó, que aquel bicho podría despedazarle con la misma facilidad que a una hormiga. El “oso” le miraba, y él, sin saber qué hacer, le devolvió sin querer el contacto visual. Rugió. Aquel grito debió haberlo escuchado hasta Flyne, porque había recorrido kilómetros de distancia. El suelo tembló ante su bramido. Mystrace retrocedió un leve paso, mientras que el oso se posaba a cuatro patas.

“¿Pero qué vitaminas les dan a los animales hoy en día…?” –Se preguntaba Tobi, asustado.

El oso se acercó sin decir nada, a pasos lentos y respiración lenta. Tobi no se movió, devolviendo el contacto visual. Podía notar el aliento a sangre, el olor putrefacto mezclado con el hedor del lobo muerto a su lado le mareaba, pero estaba lo suficientemente tenso ante aquel bicho que le daba igual.

El oso ya solo estaba a un metro de distancia cuando se paró. Rugía entre los dientes. Cuando le olió, y le volvió a mirar, Tobi ya había esperado mucho, y él también. El oso se puso a dos patas de nuevo, y volvió a rugir. A pesar de que se lo había prometido a Flyne, no supo que hacer. El oso se lanzó a él, pero Mystrace había preparado la huida antes de eso. El oso solo le rozó levemente la espalda, mientras que él corría fuera del claro, entre los árboles. Le había herido la espalda, pero solo era un arañazo, y la camiseta se había rasgado. Tobi paró, y miró como el oso apuntaba sus ojos hacia él. Su caza había fallado. Emprendió la carga de nuevo hacia él, rugiendo con furia. Tobi volvió a echar a correr, pero el oso ya se había anticipado a sus pasos y le llegaba a la punta de los talones.

Aquella bestia se abalanzó contra él, y el peso cayó en su cuerpo. Tobi deseó gritar de dolor. El oso rugía de nuevo. Un pedazo de saliva se cayó a la cara de Tobi, embadurnándula de un asqueroso olor. El oso en sí olía fatal, pero eso a Tobi no le importaba. Le había arrinconado junto a un árbol, y le miraba a los ojos, mientras que él se hallaba semi-tumbado en la hierba, mirándole a él también.

Tobi notaba su olor cada vez más. Un olor, que le dejaba adormecido y despierto a la vez. El olor de la muerte.
haber si me muero