Autor Tema: [Fic]The Wicked  (Leído 926 veces)

0 Usuarios y 1 Visitante están viendo este tema.

CPU

  • Sabio Pokémon
  • ***
  • Mensajes: 2669
  • Karma: +7/-1
  • Embrace your trains
    • Ver Perfil
    • OOT Forums
    • Email
  • FC - 3DS: 2621-3260-7178

  • Total Badges: 42
    Badges: (View All)
    Nivel 7 Octavo aniversario Séptimo aniversario
[Fic]The Wicked
« en: 25 de Agosto de 2012, 08:49:31 pm »
Se ruega no se postee en este tema, para comentarios existe otro tema: [C]The Wicked




Prólogo
   No me gusta hablar de mí. Es algo que siempre me ha parecido tabú, de mal gusto. Así que voy a contar esto una sola vez, no quiero repetir nada, y será mejor que no hagas preguntas, ¿de acuerdo?

   No tengo nombre. Al menos no para ti. Si quieres llamarme lo más parecido a un nombre que te puedo decir es Dust. Sí, Dust, eso es lo que soy: un poco de polvo que se aferra a las cosas viejas y todo el mundo quiere sacudirse de encima. Es apropiado.

   Pero dejemos de hablar de mí. Si he venido a algo es a contar la historia de mi tierra, para que no se repita. Ni os imagináis la mierda que ocurrió allí. El viejo Dust está hecho para vivir así, pero cada vez me parezco menos a un hombre, así que dudo que sea agradable para cualquier otra persona.

   El sitio en cuestión tampoco tiene nombre. Es un desierto, sin nada que llevarse al bolsillo o nadie que llevarse a la cama. Hace mucho tiempo que los más prudentes buscaron otros lugares donde hospedarse, y movieron sus edificios a otras tierras. Se puede decir que ese lugar era el culo del mundo, pura escoria. Sí, creo que Escoria es un nombre perfecto.
   Bueno, el caso es que Escoria no tenía reglas. Y eso nos lleva a pensar que era un lugar caótico. Pero la jerarquía estaba bien organizada: en el fondo la gente normal, más arriba la gente con dinero para comprar armas y aún más arriba la gente con dinero para comprar gente con armas. Y así iba todo. Puede parecer un buen sitio, pero cuando la gente normal decide dejar de serlo las cosas se complican.

   Con lo tranquilo que se vivía en Escoria.
« Última modificación: 25 de Agosto de 2012, 08:53:50 pm por CPU »




CPU

  • Sabio Pokémon
  • ***
  • Mensajes: 2669
  • Karma: +7/-1
  • Embrace your trains
    • Ver Perfil
    • OOT Forums
    • Email
  • FC - 3DS: 2621-3260-7178

  • Total Badges: 42
    Badges: (View All)
    Nivel 7 Octavo aniversario Séptimo aniversario
Re:[Fic]The Wicked
« Respuesta #1 en: 28 de Agosto de 2012, 05:43:59 pm »
1


   El día a día en Escoria era fácil. La forma más sencilla de sobrevivir era no teniendo dinero: los atracadores no te hacían caso y podías ablandarle el corazón a los menos avispados. Digamos que no te podías quejar.

   Imaginadme a mí, con una cazadora raída, vaqueros largos y greñas de varias semanas, buscando entre chabolas un pedazo de lo que sea. Parece que no, pero es la mejor forma de sobrevivir. Un "Por favor" cala muy hondo en tiempos de necesidad, y Escoria siempre estaba necesitada.

   Bueno, el caso es que, como siempre, estaba paseando por un grupo de casuchas, cuando dos gorilas me aparecieron revólver en mano. Se me relajaron los hombros al ver que no estaban cargadas. Cuando uno vive hombro con hombro  con el peligro, sabe apreciar ciertos detalles.

   -Sabéis que no tengo nada.
   -Acompáñanos -el tono de su voz tuvo más efecto en mí que la palabra en sí. Las pistolas no me asustaban; los mastodontes de detrás sí.

   No soy de esos que menosprecia su vida, así que los seguí. Entre las rendijas de las casas de chapa muchos ojos espiaban le comitiva. Era uno de los pocos que no tenía nada, y los atracadores estaban mosqueados desde hace tiempo. Cualquiera podía pensar que me iban a volar los sesos allí mismo.

   Tras unos minutos andando, entramos en una de las muchas chabolas. Dentro había un viejo harapiento, pero su rostro impecable no dejaba lugar a dudas: era un Don. Uno de esos que tiene la ciudad cogida del cuello. Le dio un paquete a los mulos que me escoltaban y una patada a uno.
   -Iros a lamerle el culo a otro -cuando lo hicieron, fijó su atención en mí-. Bueno. Por fin te tengo. ¿Puedo ofrecerte algo? -la pregunta era una mera formalidad. Estaba condenado a comer allí. Aunque comer en Escoria no era precisamente una condena.

   El viejo, sin esperar, abrió una trampilla colocada en un punto oscuro de la chabola  y se metió en ella. Ni dos minutos más tarde tenía un mendrugo de pan tierno en la mano y una mesa de madera baja. Una maldita mesa, nadie tenía una en Escoria. Al que tenía un trozo de esparto para no dormir en el suelo se le consideraba afortunado.
   -Bueno, no me interesa tu vida, hermano, así que te voy a hablar de la nuestra -abrió la boca para hablar, pero vaciló unos instantes antes de decir-. Bueno, creo que tampoco hace falta hablar de eso. Ya sabes lo que hacemos. Hablamos con la gente, y ésta nos ayuda sin pedir nada a cambio. Ni siquiera hace falta que lleguemos a la violencia. No hace falta ni usar munición...

   Noté el roce frío de una pistola apretando mi rodilla. Estaba cargada.
« Última modificación: 28 de Agosto de 2012, 07:38:29 pm por CPU »