Un consejero del gran turco se vanagloriaba, en el palacio del emperador de Alemania, de que las fuerzas de su soberano eran mayores que las de este imperio. Un alemán le dijo:”Nuestro príncipe tiene vasallos tan poderosos que por sí pueden mantener un ejército.” El mensajero, que era varón sesudo, le contestó: “Conozco las fuerzas que puede armar cada uno de nuestros electores, y esto me atrae a las mientes una aventura, algo extraña, pero muy verídica. Hallábame en un lugar seguro, cuando vi pasar a través de un seto las cien cabezas de una hidra. La sangre se me helaba, y no había para menos. Pero todo quedó en susto: el monstruo no pudo sacar el cuerpo adelante .En esto, otro dragón, que no tenía más que una cabeza, pero muchas colas asoma por el seto. ¡No fue menor mi sorpresa, ni tampoco mi espanto! Pasó la cabeza, pasó el cuerpo, pasaron las colas sin tropiezo: esta es la diferencia que entre vuestro emperador y el nuestro."
La Fontaine.
¿Qué es más vil e infecto que las ilusiones de los resentidos y los sueños de los malogrados? ¿Qué es más noble y excelso que la labor hecha?
No existen las decisiones difíciles. La obra hecha es la base de toda la grandeza que es. No importando que se precise del acero y la sangre. Toda criatura con sano instinto sabe acaparar y recurrir a las oportunidades, no a los sueños vanos.
César y sus legiones no exigieron respeto. ¡Lo ganaron por su esfuerzo! Pedir y desear es la única razón de existir de los ineptos, externadas siempre sus ridículas penas y sus patéticos dramas para ganar el lloriqueo de gente a la que nunca van a ver en su vida ni a saludar en la calle.
Lo qué es, es. Lo que no es, no será jamás.
Lo que es, es, lo que no es, no será jamás. Ignora cuanto no te sea útil y usa todo recurso a tu disposición, sin importar pisar a las tarántulas.
¿Quién puede decir que es verdaderamente libre cuando no es capaz de romper las barreras que le atan a la vulgar gazmoñería de unos cuantos crápulas buscando aplausos sin servir realmente?
Las convenciones actuales no fueron ratificadas por nosotros, sino por sujetos que tienen décadas de pudrirse bajo la tierra. Cuando algo no sirve, no sirve y no tiene razón de ser.
Ridículos y vanos pensamientos. Cada sueño es un paso atrás, cada anhelo es un engaño, cada aspiración es un obstáculo. Acepta las cosas como son, no como quieres que sean.
Tres verdaderas plagas acechan al inexperto, tres verdaderas pestes que ni aún las de Egipto pueden siquiera aproximarse: promesas, disculpas y explicaciones. Las unas, engaños, la otra, pérdida de recursos y oportunidades.
Sofismas gratuitos para los ineptos que siguen empecinados en soñar con mágicos castillos en las nubes, que terminan en menos que ruinas. Las ruinas de los castillos en las llanuras valen más que todos los castillos en las nubes.
Ninguna regla se sostiene por sí misma. Requiere de medios humanos y de fuerza para sostenerse. Sin importar que hagan bien o mal las cosas, aquellos que las hacen no deben dejarlas de hacer sin una pelea a cualquier costo.
Dejar de aspirar y comenzar a hacer. No hay proyecto a largo plazo, hay acciones para siempre y todo lugar. No esperar fechas ni plazos ni cumplimientos de promesas sino arrancar lo que haya por arrancar y sembrar lo que se deba sembrar. La vendimia es todos los días.
Si una batalla se prolonga se pierde el filo del acero y la sangre de los combatientes. No es con escaramuzas como se ha conquistado nada. Es sabiendo explotar las debilidades del enemigo: si eres cinco veces superior a él, rodéale. Si eres dos, embóscale. Si eres igual, busca la forma de ganar ventaja sobre él. Si eres inferior, conoce los medios para distanciarte.
Si los opulentos deben desaparecer, es porqué no son los mejores ni los más aptos.
Los que buscan un mágico jardín de rosas en el horizonte pasan hambre, los que buscan su presa no
No hay mañana, no hay futuro. Es ahora y es siempre.
