Orkan leyó detenidamente la carta que acababa de recibir.
–Vaya, conque Ciudad Celeste… no dice nada de por qué… –pensó. –Y lo cierto es que esa tal Miku tampoco dice nada de qué quiere. Según lo que dice parece que se haya llamado a más gente, pero hay muy poca información… No sé yo…
Entonces, Orkan oyó un estruendo apenas a dos metros de él. Resultó ser que ese Rhydon y ese Kadabra, que se lanzaban ataques y los desviaban por orden de su entrenadora(una técnica de entrenamiento para la defensa que él conocía), habían llegado a enfadarse, y por tanto el Rhydon le lanzó una pedrada más fuerte de lo normal, que el Kadabra logró desviar… justo hacia el lugar donde estaba apoyada la bici de Orkan.
–¡¿Pero tú que haces?! -le gritó furioso a la entrenadora- ¡Vigila a tus pokémon! ¡Que esa bici era nueva!
La chica metió a los dos pokémon en la pokeball de inmediato.
–Lo siento, el asunto se me fue un poco de las manos…
–¿Y cómo planeas arreglarlo, eh? –dijo Orkan
–Pues… Hagamos una cosa –sonrió divertida–. Te reto a un combate. Si ganas, te compro una bici nueva en Ciudad Celeste.
Orkan primero hizo una mueca de descontento, pero se dio cuenta que era eso o simplemente quedarse sin bici.
–Acepto. De dos pokémon, combate doble.
–No te he dicho que puedas el… neh, vale.
–¡Adelante, Rhydon y Kadabra!
–¡Adelante, Quagsire y Dragonair!
Los pokémon de la chica miraron a los de Orkan desafiantes, mirada que fue devuelta.
–Y que empieze el combate… ¡Ya!
–¡Quagsire, Poder Pasado!
Un montón de rocas salió de la nada y se disparó hacia Kadabra, que logró desviar todas las piedras menos una, que le dio en la cabeza sin hacer demasiados daños.
–¡Rhydon, Poder Oculto al Quagsire!
Una bola de energía misteriosa voló hacia Quagsire, hasta que fue interceptada por un Pulso Dragón de Dragonair desde arriba.
–Este se va a enterar. ¡Rayo Hielo doble!
El Rhydon lanzó un rayo blanco y brillante hacia Dragonair, que se vio secundado por otro de Kadabra.
Esto no asustó a Orkan para nada. Simplemente dio una orden al Dragonair y este hizo brillar su cascabel mientras hacía espirales en el aire con su cuerpo. Danza Dragón. Justo cuando los dos rayos le iban a alcanzar, subió al aire a tal velocidad, que parecía haberse volatilizado simplemente, y los dos rayos chocaron formando un polvo brillante.
Mientras tanto, Quagsire no se tumbó a la bartola, sino que volvió a hacer aparecer piedras y las lanzó a ambos enemigos sin parar.
–Con eso no vas a conseguir nada– dijo la chica. Y eso parecía, ya que tanto el Kadabra como el Rhydon se libraban de la lluvia de rocas como quien se libra de los mosquitos. Ni siquiera parecía que Quagsire se esforzara realmente.
–A ver si tu rana es tán rápida como tu dragón. Kadabra, energibola.
Kadabra formó una esfera verde entre sus dos manos y se la lanzó a Quagsire. En ese momento, Dragonair se puso en medio, como si hubiera salido de la nada, y disparó un Lanzallamas que descompuso la bola en cero coma. Otra bola verde llegó y se descompuso, y más la siguieron, pero Dragonair la descompuso otra vez.
–¿A qué juegas?
Después de unos minutos de ese juego interminable, el cuerpo de Quagsire brilló por un momento, como ya había hecho varias veces antes veces antes durante el combate, y otra roca voló hacia Kadabra. Pero esta vez la roca brillaba y iba como una bala, derribando al Kadabra.
–¿Pero qué…
–¿No sabías que Poder Pasado aumentaba los stats?
A ese último Poder Pasado le siguió un Terremoto, que terminó debilitando al Kadabra.
–¡Vuelve, Kadabra!
–Yo también se jugar a eso, ¿sabes? ¡Rhydon, Danza Espada!
Rhydon empezó a girar sobre sí mismo. Orkan no hizo nada, y Quagsire tampoco. Rhydon siguió danzando, y brilló por unos momentos. Orkan y Quagsire bostezaron, puesto que habían visto la misma historia muchas veces. Rhydon se enfadó por la indiferencia del entrenador y giró aún más rápido. También típico.
–¡Quagsire, Cascada!
–¡Rhydon, Fuerza Bruta!
Ambos pokémon se acercaron, cada vez más rápido, hasta que se tocaron. Hubo una onda expansiva… y el Rhydon cayó pesadamente al suelo.
–¿Has oído hablar de la habilidad Ignorante, guapa?
El Rhydon se levantó.
–¿Y tú de Robustez? –dijo, ignorando el cumplido.
Robustez resultó no ser tan útil, sin embargo, ya que una simple piedra de Poder Pasado completó la tarea.
–¡Y la victoria es para… Orkan!
–Bueno –dijo la chica– si he perdido…
–Me has de comprar la bici –terminó la frase Orkan.
–La tienda más cercana está en Ciudad Celeste, así que supongo que tendré que ir allí.
–Acabo de acordarme de que tengo algo que hacer allí, así que te acompaño.
–¿En serio? Muy bien, será más divertido no ir sola.
–Entonces vayamos… ¿No me has dicho tu nombre, verdad?
–Ruth
-Orkan
-Bueno- dijo Ruth– entonces ya tienes tu bici, y yo tengo que llegar a Azafrán pronto.
–Entonces supongo que nos despedimos.
–Exacto. Espero que nos volvamos a ver, y que tengas suerte en lo que sea que tengas que hacer.
–Gracias. ¡Hasta la vista!
Charlaron un poco más y la chica se fue finalmente. Entonces Orkan fue al lugar en donde la tal Miku decía que tenía que ir, y se dispuso a esperar.
Normalmente no escribiré tanto, esto es sólo para hacerlo más entretenido, darle sentido a que fuera, y porque me dió la vena -:D