Vengo a dar la lata otra vez ~~
Le hice un análisis al juego y ya que está este tema lo subo aquí. A ver qué os parece.
Plataforma: Wii
Idioma: Español
Doblaje: Inglés y japonés
Desarrollador: Monolith Soft
Multijugador: No
Online: No
En el último aliento de Wii, la sobremesa de Nintendo recibió unas cuantas joyas que elevaron exponencialmente la calidad de su catálogo. Xenoblade es un RPG de Monolith Soft, a la espera de un port en New Nintendo 3DS y de una secuela espiritual en Wii U.
Historia y desarrollo: 88En un mundo infinito y vacío, dos titanes, Mekonis y Bionis, se enfrentaban en un combate sin fin.
Mucho tiempo después, la vida surgió de ellos. Individuos que prosiguieron con la pelea de los gigantes, esta vez tomándolos como campo de batalla y, a su vez, residencia. El contexto del juego es tal que no hará más que recordarnos dónde estamos y por qué constantemente: el mundo en el que se desarrollará todo serán los titanes en sí. A ello le sumamos la existencia de la Monado, una espada misteriosa que será de vital importancia para la trama.
Sin duda, el inicio del juego tiene muchísima potencia. Nos alejamos de varios tópicos en el género para adentrarnos en un mundo que huele a nuevo por los cuatro costados, y que rápidamente se calificará como un sello identificativo de Xenoblade. Y es que los titanes no solo harán de continente por el que nos desplacemos, sino que las civilizaciones que nos vayamos encontrando (todas ellas con sus elementos culturales identificativos) se han construido de un modo muy coherente con el mundo, enriqueciéndolo a sobremanera. El juego tiene un trasfondo muy bien construido y lo aprovecha a la perfección.
La historia en sí sigue la misma onda que su prólogo. Partiendo de la propia ambientación, iremos avanzando a partir de numerosos acontecimientos que se irán interpolando con el propio contexto del mundo, y que profundizarán, en ocasiones, en el porqué del mismo. En contraposición con el prólogo, este sí que recurrirá en más de una ocasión a elementos más tópicos que probablemente nos recordarán a algún otro videojuego o historia. De todos modos, su uso es más que coherente y justificado, así que su calidad no se ve especialmente reducida.
Los personajes se encuentran a un nivel por debajo de lo ya mencionado anteriormente. Son sólidos y tienen una buena construcción, pero se le echa en falta un mayor carisma: por lo general, son poco memorables y en alguna ocasión se acercan al tópico. Sin embargo, sí que profundizaremos mucho en ellos de forma completamente voluntaria gracias a las conversaciones, un elemento que nos permitirá entablar diálogos con ellos de forma ajena (o al menos, indirecta) a la trama. Con ello vemos que los protagonistas tienen un buen trabajo detrás y evolucionan. Lo que les falta, únicamente, es brillar.
Todas estas características le darían una nota altísima en este apartado si no fuera por un único elemento: el desarrollo. Por lo general, este es bastante satisfactorio en el primer tramo del juego. Las cinemáticas disponen de una buena narración y las interacciones entre personajes son buenas. Los tiempos de recorrido en el mapa, salvo alguna excepción contada, están bien escogidos y funcionarán de un modo acorde con la trama. Pero llegados a la segunda parte del juego, esta pierde puntos de un modo irremediable. Aunque el problema no es el uso de cinemáticas ni de diálogos, sino más bien que esta “segunda parte” no debería ocupar una mitad. Tendremos muchísimas horas de mazmorreo de una forma injustificada que romperán con la narración habitual de la historia y que, en el peor de los casos, conseguirán aburrir al jugador con relativa facilidad. Y el problema no es tanto la cantidad de material que hay ahí metido, sino la obligación de completarlo para avanzar.
Básicamente, nos encontramos ante un juego que tiene una trama y una narración realmente buena, pero que recae en un único punto que es completamente obligatorio y que molestará a más de un jugador.
Gráficos: 100Xenoblade es gráficamente uno de los juegos que más destacan en la sobremesa de Nintendo, tanto a nivel artístico como tecnológico.
En el primer punto, nos encontramos ante un juego con un estilo muy bien definido. Paisajes extensísimos con unas estructuras muy reconocibles y personajes con un aire desenfadado y unos ropajes propios de su -inventada- cultura. Todo ello con una atmósfera muy propia del juego, que tiñe las imágenes de colores apagados y azulados que distan de la vida real.
Los paisajes, como ya hemos mencionado un par de veces, son enormes. Xenoblade cuenta con un mundo gigante y está dividido en numerosas zonas muy diferenciadas entre sí. Y, dichos paisajes, no tienen nada de vacíos. Por cada paso que demos veremos multitud de detalles que dotan al mundo de cierto realismo y de mucho atractivo: no será extraño que decidamos alejarnos de la trama simplemente por investigar y observar. Y es que no solo de tecnología vive, sino que los paisajes son muy muy bellos y han estado cuidados hasta el mínimo detalle.
En lo que a personajes se refiere, el juego cuenta también con un amplio repertorio en todo el juego. Tanto a nivel de protagonistas como de enemigos u otros más neutros, la cantidad es enorme, y en muy raras ocasiones veremos la repetición de algún modelado fuera de su zona: hay muchísima variedad. Además, el hecho de trabajar con la existencia de razas hará que cambiar de localidad resulte un cambio drástico de los habitantes comunes (que, a su vez, muchos de ellos tienen un modelado propio a pesar de no ser relevantes en el juego).
Los protagonistas también cuentan con un diseño muy elaborado (y, evidentemente, bastante superior al de los personajes más comunes) que no solo vivirá de la ropa estándar, sino que cambiará con cada equipamento. Armaduras y armas que podremos ver siempre: ya sea en el mapa, en los combates o en las cinemáticas.
En último lugar, destacar que la animación utilizada es más que notable. El juego dispone de múltiples cinemáticas muy satisfactorias elaboradas con el propio motor gráfico del juego. Xenoblade dispone de una buena variedad de planos que ofrece una narración muy eficaz. Ello sumado a unas escenas de acción muy muy logradas que, pese a recurrir a los modelados con los que nos movemos por el mapa, dispone de movimientos muy naturales y dinámicos que sobresalen de los estándares habituales de la consola.
En este punto quiero destacar el uso del primer o primerísimo plano en los personajes, ya que es algo que ha sido duramente criticado en Xenoblade por carecer de texturas y mostrar una buena dosis de polígonos. Pero debemos recordar que el juego utiliza su propio motor gráfico en las secuencias, y que son los mismos personajes que recorren esos gigantescos mapas llenos de detalle. La cuestión no es que se vea mal, sino si Wii hubiera podido hacer los modelados mucho más pulidos pudiendo mantener su abismal mundo. Pero es algo que solo con ver los gráficos de distintos juegos de GameCube y Wii que cuesta de afirmar. El único modo de que Xenoblade puliera estas características sería rebajando, al menos, la cantidad de mapeado (es decir, capando el juego). Por esta razón, no es algo que considere negativo.
Sonido: 99El apartado sonoro ha estado también muy muy trabajado. La música nos acompañará siempre ofreciéndonos una grandísima variedad. Por cada zona nueva en la que entremos, Xenoblade nos mostrará temas tanto para el día como para la noche. Ello sumado a las distintas canciones que nos acompañarán en múltiples secuencias hacen de una banda sonora realmente extensa.
Además, el juego dispone de un doblaje (inglés y japonés) muy bueno. Todos los personajes importantes dispondrán de un actor de doblaje propio que interpretarán realmente bien todas las escenas o cinemáticas del juego.
De hecho, si en este apartado no se lleva un 100 es porque la música de los combates es demasiado repetitiva y se habría agradecido una mayor variedad.
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Jugabilidad: 82En este sentido, Xenoblade dispone de un problema. Y no es que su jugabilidad esté mal hecha, sino más bien su aplicación. Básicamente, lo único que haremos será explorar y combatir; lo cual no tendría por qué ser necesariamente malo siempre que no recurra en exceso a la repetición. Por desgracia, no siempre es el caso.
Los mapas, como ya hemos mencionado antes, son gigantescos. Disponemos de muchísimos lugares distintos, cada uno con su propio aliciente gráfico, de los que muchos de ellos no son obligatorios de visitar. Esto significa que tendrá una fuerte dosis de exploración en el buen sentido: nunca estará de más entretenerse para visitar lugares y simplemente buscar qué hay por ahí. De hecho, cuando hagamos eso seremos recompensados con experiencia, que si bien no será suficiente para completar el juego, sí que es un buen aliciente y nunca está de más.
Sin embargo, no encontramos mucho más en los mapas. Enemigos que vencer, objetos, algún que otro vendedor y misiones que realizar. Lo cual es bastante satisfactorio en un buen número de mapas, pero en otros sí que echamos en falta alguna interacción mayor en ellos que nos aleje de la monotonía. De hecho, Xenoblade se considera como un videojuego que no posee mazmorras, pero es una verdad a medias. Lo que ocurre es que no tiene puzles ni interaccionamos con el entorno, pero sí que estaremos en múltiples mapas que tendrán la misma relevancia que cualquier mazmorra en otro juego, y esto es algo a destacar. En este caso, utiliza un recurso muy fácil a modo de alargar mapas u otorgarles dificultad, que si bien puede agradar a muchos jugadores, a otros puede resultar pesado. Básicamente, nos llena el mapa de enemigos que derrotar, y como si no los vencemos probablemente nos falte nivel y experiencia, nos fuerza a ello (especialmente a partir de la segunda mitad). Lo cual no será necesariamente malo si adoramos su sistema de batalla, pero es algo que debería haber eludido con mayor eficacia para, al menos, no caer en la monotonía ya mencionada. Xenoblade peca de repetitivo.
Y ahora hablaremos del tan polémico sistema de batalla. Nosotros nos moveremos siempre con 3 personajes en el mapa y nos encontraremos aleatoriamente a miles de monstruos con quienes combatir. Algunos no nos atacarán hasta que lo hagamos nosotros, y otros lo harán en cuanto nos vean o nos oigan. Y una vez haya iniciado el combate no hay ningún tipo de transición. Las peleas serán en el propio mapa y, de hecho, cualquier enemigo que esté cerca de nosotros siempre podrá unirse a la batalla. Este punto es bastante cómodo: no habrá tiempos de carga y no tendremos que esperar nada ni nadie.
El combate, como ya hemos dicho, cuenta con 3 personajes, de los cuales solo controlaremos uno. Mientras estemos peleando los protagonistas irán ejecutando ataques normales cuando les toque, de un modo bastante más parecido al tiempo real. No hay turnos en concreto, sino que cada personaje y enemigo tiene una velocidad y ejecutará sus movimientos cuando le toque. Ataques normales aparte, tendremos un menú con artes especiales con las que golpear a los enemigos. Esto y un medidor azul que, una vez lleno, nos permitirá ejecutar un ataque en cadena, en el que nuestros personajes irán golpeando al enemigo sin ninguna interrupción.
A ello le sumamos el desplazamiento por los menús. Podremos escoger movimientos, potenciarlos e incluso trabajar en un árbol de poderes que depende de la amistad de los personajes. En conjunto, no hace más que mostrar muchas más formas de combatir y ofrecer una variedad estratégica bastante alta.
Por otro lado descubriremos la existencia de las gemas. Estas podremos forjarlas al poco tiempo de empezar el juego y las asignaremos a distintas armaduras o armas de nuestros protagonistas: su objetivo no es otro que potenciarlos y profundizar en la estrategia.
Todos estos elementos hacen del sistema de combate algo muy frenético y cómodo que está bastante bien elaborado y permite estrategia. Falla, como ya hemos dicho, en la falta de variedad más allá de la batalla.
En tercer lugar, disponemos del que probablemente es el elemento que más puede alargar la vida del juego: las misiones. Hay una cantidad abismal de ellas, y muchas sirven para desbloquear otras. Por desgracia, a pesar de alargar muchísimo la vida del videojuego, recae otra vez en el mayor fallo de Xenoblade: la monotonía. La gran mayoría de misiones consisten en matar un determinado número de enemigos o recolectar objetos. Y aunque de vez en cuando tendremos acceso otras más interesantes, el aspecto general es el de la repetición.
Por último lugar, nos encontramos con un sistema de amistad al que he hecho referencia más de una vez. Mientras combatamos, podremos realizar distintas acciones que ayudarán a aumentarla (resucitarlos, levantarlos si se caen, animarlos si están deprimidos, etc) las cuales sirven para, en primera instancia, mejorar el rendimiento de las batallas. Pero no se queda aquí. Contra mejor sea la relación entre los personajes, más acceso tendremos a múltiples opciones. Podremos profundizar muchísimo más en el árbol de poderes y desbloquear las conversaciones de las que hablábamos en la historia.
En general, nos encontramos ante una jugabilidad muy bien pulida en todos los sentidos, donde el mayor fallo es la aplicación de la misma y una falta de interacción con los escenarios.
Nota final: 92 En definitiva, nos encontramos ante uno de los títulos más sobresalientes de Wii. Dispone de una trama realmente elaborada y interesante, de unos gráficos muy buenos y de una banda sonora extensísima. La lástima es que podría haber llegado a brillar muchísimo, y que precisamente uno de sus errores se note tanto como lo hace.
De todas formas, vale muchísimo la pena y es un imprescindible de Wii.[/spoiler]