-¡No puede ser!- exclama Angel derrumbándose-Si ya estábamos en desventaja, en su propio mundo nunca conseguiremos las piedras y los engranajes.
-¿Qué haremos?-no puedo hacer nada más que hundir la cabeza entre mis patitas fofas y verdosas.
-Hijo, déjame decirte que siempre quise estar contigo y vivir pacíficamente, pero decidí luchar junto a Crimgan cuando tú sólo eras un huevo. Ahora que te tengo aquí al lado, sólo pensar en que estamos condenados me...-Mi padre no puede contener sus ganas de llorar. Yo también noto cómo las lágrimas corren por mis mejillas. Todos se entristecen y nos quedamos en silencio en medio de ese mundo infernal, sólo interrumpido por nuesros sollozos.
De repente, un pensamiento cruza mi mente y dejo de llorar.
-No debemos llorar-digo en voz alta y clara-, debemos luchar.
Todos levantan la vista.
-Si estoy destinado a morir, moriré luchando. Y si no lo estoy, no es lógico que estemos aquí llotando si podemos ganar. Papá, siempre he querido estar contigo. Ahora lo que deseo es luchar contigo. Angel, ¿Te acuerdas cuando nos salvastes a Tsutarja y a mi de una batalla contra los Garchomp?. Y Larvitar, seguro que quieres recuperar esas preciadas piedras, esferas y engranajes que encontraste. Si hay una forma de escapar de aquí, encontrar los engranajes y ganar, no es sentándonos a llorar. Debemos levantarnos y luchar y volver a levantarnos si caemos en nuestro camino. Venceremos o moriremos, pero moriremos con honor.
¿Quién está conmigo?-tras pronunciar la última palabra, me comienzan a brillar los ojos y respiro agitado, esperando una respuesta.
Chimchar se levanta.
-Debo volver a ser humano y llegar sano y salvo a casa. ¡Y ningún pokémon de tres al cuarto me lo impedirá!
-Necesitaremos mucha ayuda, pero al final ganaremos.-Tsutarga está decidido.
-Quiero mis piedrs y mis esferas-Tyranitar vuelve a ser tan desenfadado como siempre.
-Sí.
-Estoy de acuerdo.
-Gracias, hijo. Estoy orgulloso de ti.-nos abrazamos. De repente, comienzo a