Alice Vaniville
"El miedo que hay en mi vida no es mas del que tú tienes en este momento, piensa bien antes de actuar pues este puede ser tu destino"
Prólogo
Me llamo Alice Vaniville, fuí una de las víctimas de 0609 y lo que os voy a contar a continuación, es mi historia:
– Cada vez que me duermo, que me hecho una siesta o que pego una cabezada no puedo evitar ver o pensar en aquel día... me da pánico el hecho de mantener ese recuerdo fresco aun en mi cabeza, me devora por dentro ¡No lo comprendes escoria humana! ¡No puedes entender mi sufrimiento! – Dijo la chica mientras se derrumbaba poco a poco – ¿Acaso es que ni siquiera tú me puedes ayudar por favor? Te lo suplico, imploro. Se que no tengo el dinero necesario para pagarte pero si, simplemente pudieras hacer vista gorda y tratarme me harías feliz con una hora a la semana ¿Entiendes? –
– Mira Alice... no se como decírtelo pero, no puedo. Tengo una familia, una esposa y dos hijos fantásticos y la verdad, no puedo sostenerlas con las pocas visitas que recibo, – Le explicó el psicólogo – no podría atenderte de cualquier manera y te pido perdón. Sé tu precaria situación pero... no Alice, te pido que abandones el edificio por favor –
Tras el suceso me fui a casa, a mirar cuanto dinero tenía. El suicidio de mis padres me dejo marca puesto que sabiamente que iban a por mí. Encendí el motor de mi Renault del 97 y me puse en marcha, el día era algo lluvioso y las nubes parecían que no se iban a disipar. Al llegar salude a mi perro Veto el cual estaba ladrando no sabía porque exactamente pero imagine que sería por algún gato u otro perro del lugar. Busqué las llaves de mi casa y observe que me las había dejado en el coche junto a mi teléfono móvil el cual empezó a sonar nada más abrir la puerta del auto. Era una llamada anónima por lo que colgué.
Salí del coche y el perro aun seguía ladrando. Fui directa a la puerta y me volvieron a llamar, descolgué y al responder ví que no hablaba nadie, volví a colgar y al entrar en casa el fijo sonó repetidas veces y tenia mensajes en el buzón de voz, uno de ellos era 0609 y me extraño que fuera de esa manera, imagine que era algo así como un nuevo código pin de mi móvil pero en realidad nunca sabría que ese mensaje me llevaría a la perdición...
Lo ignore por completo como hago con casi todo y me empecé a quitar la ropa para bañarme, prepare la bañera y me metí poco a poco. El agua estaba muy caliente por lo que la regule añadiéndole agua fría. Estaba perfecta y al meterme me sentí aliviada, cerré los ojos por un lapso de tiempo pero tocaron el timbre, pase de el pero volvieron a tocarlo repetidamente por lo que pensé que sería algo importante, me puse la bata y baje a abrir la puerta pero al abrirla observe que no había nadie pero lo que sí note es que la temperatura había bajado, cerré la puerta y la casa seguía igual de fría. Las ventanas estaban abiertas de par en par por lo que las cerré y les puse seguro; subí a bañarme, cerré la puerta y me puse Fur Elise a ver si me relajaba un poco, pero al momento la puerta se cerró sola, y me dí cuenta de que había alguien tras ella. Era una persona extraña pero que me resultaba familiar, tenía un cuchillo por lo que me asuste.
– Hola Alice, ¿Qué tal? – Me preguntó ese extraño – ¿Como ha ido tu vida desde aquel día? –
– Bien, ¿Y tú? – Le respondí sobresaltada – Pero, a que te refieres con eso de "desde aquel día" –
Al decirle eso intente coger mi teléfono para avisar a las autoridades, pero la persona fue un paso mio por delante y lo metió en el vaso de agua. Se había estropeado.
– Que pasa te has olvidado – Dijo riendo malevolamente – ya sabes, desde que tus padres se fueron... que descansen en el fuego eterno –
– Entonces... no fue un suicidio, – Pensé – ¡Tu los mataste! ¡Por tu culpa perdí a mis dos pilares! –
– Bingo Alice, has pensado – Respondio descaradamente – ahora solo quedas tú... –
– ¿Como que yo...? Ah, ya entiendo – Dije asimilando lo que pasaba – pero por favor, si vas a hacer lo que creo que harás, no seas muy brusco en el camino –
Rápidamente esa persona saco un bote de cloroformo, lo puso en un trapo y me lo paso.
– Venga te dejo a tí... – Me dijo el sujeto – rápido que total, ya sabes lo que va a pasar... hazme caso, no querrás ver como me enfado... –
En ese momento comencé a llorar sin motivo alguno, sabía que me iba a pasar, que probablemente no saldría de ahí pero lo que mas me derrumbo fue que, asesinaron a mis padres...
– Por favor, déjeme libre – Le supliqué al sujeto mientras lloraba – déjeme... en paz –
– Tu bien sabes que lo tienes que hacer, así es tu destino pero te puedo adelantar algo que tengo seguro... no se si sobrevivirás – Le dijo el extraño con hipocresía – Así que, ¡Coje el puto trapo y pontelo en la boca, tan difícil es! –
Me puse el cloroformo, y como bien sabía, me desmaye de inmediato. En el camino sentí baches y badenes, golpes en la cabeza y al despertar, ví que tenía contusiones en la cabeza pero seguía sin distinguir el lugar.
– Bienvenida al mundo Alice ¿Qué tal ha sido el sueñecito? – Me pregunto indirectamente – Te dormiste a medio camino, supuestamente tendrías sueño –
– Tú, tu eres... – Dije intentado pensar – ¡Ahg no recuerdo muy bien! –
– Yo soy tu hermano, Willy – Me dijo el – te encontré tirada en el bosque, dormida –
– ¡Me tienes que ayudar Willy! – Le ordene – Me persigue 0609, la persona que mato a nuestros padres –
– Pero si yo... soy tu padre Alice –
De repente la cara cambio, y en un brusco sobresalto por parte mía hice que el auto chocara con un árbol. Me desperté, parecía que era un sueño y al ver que pasaba, nos habíamos estrellado. Ví que mi secuestrador estaba insconciente por lo que aproveche para quitarle su teléfono móvil y hacerle una foto, al quitarle el pasamontañas, reconocí bien su cara aunque estaba sangrando. Se rompió la cabeza. Salí corriendo por el bosque en dirección sur que es la dirección donde quedaba West Side, la ciudad donde resido. Corrí con todas mis fuerzas pero de pronto oí su voz.
– Donde estas Alice... – Dijo en tono bajo – ¿Quizas estés aquí? No se... pero dispararé de todas maneras –
Cogió una escopeta que tenía y disparo a un árbol, la bala lo atravesó. Me asuste de tal enfermo, por una vez me querían matar...
Me escondí detrás de un cúmulo de rocas las cuales sabía que no serian penetradas por aquellas balas de escopeta tan grandes. El siguió disparando y recargando la escopeta como un loco y mientras yo tapandome los oídos. Respire y me puse en marcha, pero el disparo a la roca donde yo estaba escondida, no me moví ni un centímetro del lugar; tiro la escopeta al suelo y cogió una pistola.
– ¡Me estoy poniendo mal Alice, no me hagas enfadar dos veces! – Gritó – Sé que estas por aquí, y creo que tu sabes lo que soy capaz de hacer, así que hazme el trabajo fácil y sal de donde estés –
Seguí sin responder y moverme, pero no podía parar de respirar y el vacío de ese bosque me penetraba en los oídos, salí corriendo pero el me disparo en el pie y caí al suelo. Me dolía mucho, nunca me habían disparado y la adrenalina que tenía estaba a mil.
– Tranquilizate Alice... siempre me ha gustado tu nombre, es tan, pero que tan bonito – Dijo riéndose a carcajadas – fuera de coñas, esto te pasa por no acatar mis ordenes. ¿Tan difícil era despertarme? –
El pie seguía sangrando y el cogió mi pie, y lo empezó a lamer poco a poco hasta llegar a la herida. Puso su boca sobre ella y succiono la sangre, bebiendosela como si de un vampiro se tratase aunque no... esa sensación era de un placer y, a la vez una condena pues creía estar en el cielo y supe que el quería algo conmigo, pero por otra parte me daba algo de miedo saber que ese hombre veía algo sexual en mí.
Me llevo en hombros hasta su casa la cual no quedaba muy lejos, y todo sin saber que yo conocía su identidad pero, a la vez me daba algo de morbo y fantasía, puesto que, nunca me había imaginado tener algo con un hombre así de profundo. Al abrir la puerta pude observar que tenía mujer e hijos y se veía muy feliz. Le dí un beso en la boca y me deje llevar aun sabiendo lo que conllevaría, por una vez mordí la manzana prohibida y todo sabiendo lo que iba a hacer a continuación, escapar. Fuimos besándonos hasta la cocina, y el me empezó a desnudar poco a poco. Se veía que codiciaba poseerme entre sus manos y, en ese mismo instante cogí un cuchillo y se lo clavé en la entrepierna a lo que respondió con un dolor tremendo y un desmayo, huí como alma en el viento, huí semidesnuda hasta West Side creyendo que había terminado con 0609. Fui directa hasta la oficina del Sheriff el cual me ofreció café, una manta y comprensión a lo que me pude explicar y terminar de una vez con ese capítulo de mi vida.
– Y, así fue como pase todo eso doctor – Le dije al psicólogo – Así fue, como 0609 o mejor dicho ¡Usted! Termino de joderme la vida, no te bastaba con matar a mis padres sino que ahora me secuestraste he intentaste violar, he estado esperando a que salieras del hospital maldito cabrón, te odiaré toda mi vida –
– Alice, yo no soy 0609 – Me dijo extrañado el psicólogo – yo soy tu doctor –
Tras eso salí indispuesta, sabiendo que todo estaba a punto de terminar, me fumé un cigarrillo, y al acabarlo me levante y quemé todos mis miedos, literalmente pues la noche anterior me ocupe de ponerle gasolina a la consulta de aquel tipo al que tanto odié. Ese día sentí un alivio, pero aun quería mas, quería tener la sensación de venganza...
Soy Alice Vaniville, una chica de West Side, tengo 22 años, he sido víctima de 0609, y ahora busco venganza...
"Y aquí empieza la historia de una inquietante mujer, la cual hará de tus deseos y caprichos la perdición"
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