Falkrum, me voy a chivar de tu trolleada a tu madre, nunca se me habria ocurrido un plan tan brillante para trollear (??????????????????).
¿volviste a poner el reloj en la caja de la gameboy para repetir el plan?
No, porque ya sabía donde la ocultaba. Ella no sospechaba que yo sabía lo que sabía, así que no hubo problema. MUAHAHAHAHA. La información es poder.
Me están viniendo a la mente bastantes anécdotas parecidas. Una de ellas (la voy a contar ahora, ¿por qué no?) fue cuando comprendí que si la información es poder, el desconocimiento es debilidad. Niños pequeños, no hagáis esto. Obedeced a los papás siempre.
Estaba yo jugando a mi edición Cristal con 14 o 15 años, absolutamente viciado, odiando la Torre Batalla con cada célula de mi cuerpo e intentando completar la Pokédex, cuando me di cuenta de que había ciertos Pokémon que no aparecían en mi edición y que por tanto no podría completar yo sólo. Tenía un amigo con la edición oro, ¡pero eso no bastaba! Necesitaba la edición Plata.
Entonces me encaminé a hablar con mi hermano. "Oye, ¿no estás cansado de la edición Azul? ¿Por qué no te compras la Plata? Mira, sale Lugia. ¡Lugia! Ese Pokémon mola, ¿eh?"
Y mi hermano, que por aquel entonces también era un Pokefílico, dijo que claro que la quería, pero que no tendríamos permiso parental para comprarlo. Entonces se me encendió una bombillita de malignidad en la cabeza. ¿Por qué había que decirles nada? Mi hermano tenía el dinero de su cumpleaños. Con eso bastaba. Pedírselo a mi madre sería un error, porque la pondríamos sobre aviso. No, no. Había que actuar rápidamente.
Al fin y al cabo, mi madre no tenía ni la más repajolera idea de cuales eran los juegos que teníamos nosotros. Es más, podría verlo directamente y no se enteraría de nada. Y así fue. Compre la edición Plata, me deshice de la caja y el manual, y le di el cartucho a mi hermano. Y primero paz y después gloria.
Pero...
Visto en perspectiva...
¡TIRÉ EL MANUAL Y LA CAJA! ¡SOY ABSOLUTAMENTE IMBÉCIL!