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Mensajes - Graveyard

Páginas: 1 ... 58 59 [60]
1181
Fan Art / Re:☆ Taller de Firmas de Vicky, Lowo & Swampy ☆
« en: 13 de Septiembre de 2012, 08:14:59 am »
Hola, hola, hola.

Quisiera hacer un pedido.

¿Podrían hacer una firma con este render?~

Spoiler: mostrar


Las medidas que prefieran.
El fondo en colores azules y morados.
Que la font diga 'Love is everything'.

Me da igual quien lo haga.

1182
Literatura y Fan Fiction / Re:[Relato] Purgatorio dorado.
« en: 13 de Septiembre de 2012, 07:13:40 am »
Menudo Gary Stu que te has montado, muy mal! D:<

(ok, no)

Me gustó mucho n.n

Graveyard, tienes una manera de escribir muy psicológica, veo que te centras más en los sentimientos del personaje y en las cosas abstractas más que en la acción y los diálogos, no? .-.

Sí, sí, sí, envidioso. >.> (?)

Me alegro que les guste~

Pues sí, la idea es que el lector se relacione con el personaje. Así, cuando muera -lol- le dolerá. :'D

1183
Literatura y Fan Fiction / [Relato] Purgatorio dorado.
« en: 12 de Septiembre de 2012, 07:33:23 am »
Miré hacia arriba. Vi una silueta negra, tétrica, tratando de acercarse hacia mí. Vi su cuerpo moverse; eran movimientos frágiles, siempre mirando hacia abajo. Las sábanas de seda jugaban con su presencia, tratando de distraerme. Parecía bailar ante mí. Seguía su camino, tropezando algunas veces. Y yo seguía inmóvil. No parecía tener un propósito.

Yo, por mi parte, estaba sentado en una esquina de mi casa. Estaba jugando con mi mente y mis recuerdos, tratando de buscar algo que valiera la pena. Rasgaba las paredes en busca de cosas interesante. Cuando vi su silueta, no le presté atención. Me pareció una de mis alucinaciones.

Parecía que era mi fin. Sentí su piel fría. Miré detalladamente su horrible rostro. Toqué su hermosa seda. Jugó con mis sentimientos. Bailé.

El último baile que pude hacer. Movimientos torpes y tontos me caracterizaban, mientras aquel ser era elegante y sutil. Vueltas y vueltas. La habitación era nuestro escenario. Mis movimientos mejoraban, siendo cada vez más parecidos a los de esta figura. Me sentí bien. Podía, por un momento en mi vida, creer que hice algo bien.

El baile poco a poco terminaba. El veneno del momento se iba esparciendo en mí ser. Sentí dolor por un momento, pero mis preocupaciones se iban con el tiempo. Mi mente se relajaba, y los pesares que reposaban en mi consciencia se desvanecían uno a uno. Miré su rostro. Ya no era como antes. Era hermoso, era delicado, era perfecto. Ese rostro era yo.

Y en ese momento paré. El triste baile finaliza. Los participantes vuelven a sus lugares. La silueta se lleva algo. ¿Qué habrá sido?

Les cuento esto desde un lugar triste y oscuro. Estatuas arrodilladas por allá, estatuas proclamando su soberbia por aquí. En mi espalda reposa una roca enorme. Mis rodillas sufren, no puedo cargar más. Y sin embargo, lo hago. Mi cuerpo está exhausto. Puedo ver a la silueta. Se ríe de mí.

En mi soledad las palabras rebotan en mi mente. La agonía es mi amiga. Entonces, tras muchos sufrir, alzo la mirada hacia aquella luz en la sala, sonrío, y sigo con mi trabajo.

Me lo merezco.



¿Comentarios, críticas, opiniones?

1184
Literatura y Fan Fiction / Re:[Relato] Fragilidad.
« en: 11 de Septiembre de 2012, 06:09:09 am »
¡Lo lamento, lo lamento, lo lamento!
Olvidé que había posteado esto anteriormente. ¿Podrían cerrar este tema, si no es mucha molestia?

1185
Literatura y Fan Fiction / Re:[Relato] Fragilidad.
« en: 10 de Septiembre de 2012, 04:17:35 pm »
Muchas gracias por tu opinión, ¡veré qué hago! Es cierto que le falta acción...

1186
Literatura y Fan Fiction / [Relato] Fragilidad.
« en: 10 de Septiembre de 2012, 03:15:01 pm »
El salón de mármol estaba lleno. Montones de seres estaban esparcidos, mientras que otros iban llegando. Comían, reían, bebían, disfrutaban. Algunos charlaban entre sí, socializando. Podían llegar a ser muy imprudentes, ofendiéndose entre sí. Todos eran humanos. No, eran algo más. Eran etéreos, y de un color azulado. Todos usaban mantos para cubrirse, y su aspecto era deplorable. Sin embargo, el salón y la ambientación eran muy distintas, puesto que la comida fue servida en bandejas de plata, y los candelabros de cristal iluminaban todo. Las exquisitas comidas fueron preparadas por seres divinos, cuya presencia faltaba.

Todos estaban esperando por algo, o alguien. Miraban con frecuencia un balcón, cuyo marco dorado resaltaba de entre tanto color grisáceo. Los adornos que presentaba eran perturbadores: calaveras reales incrustadas alrededor, diseño grotesco y exagerado. La puerta de caoba estaba pintada, esta vez en negro. El pomo era, en efecto, una calavera de niño.

El suelo, cubierto de niebla verde, comenzó a temblar. El ambiente, antes relajado, se tornó en algo tenso. Las personas comenzaron a temblar, y entre la confusión, todo se puso negro. Miraban, alarmados, hacia el balcón. Una masa negra salía de los bordes de las puertas, y el temblor empezaba a cesar.

Las personas se fijaron en el balcón. Todos estaban angustiados, y en sus ojos se reflejó la apertura de la puerta.

Era la muerte.

Salió con aires de grandeza hacia su balcón, mirando a los presentes. Sonrió, pues el temor de sus ojos le llenaba de placer. Su túnica negra era de seda, mas sin embargo, se movía, aún sin viento. Caía con elegancia, y al tocar el suelo, se disolvía, haciéndose humo. Su hoz era negra, completamente. Era la guadaña que extraía almas del negro olvidado.

Abrió su cadavérica boca, pronunciando unas inaudibles palabras, pues su imponente voz era lo suficientemente fuerte como para aturdir a cualquiera, acompañada de el eco. Poco a poco, una serie de personas allí presentes se tornaron en un color gris, perdiendo su elegante azul. Se alzaron, desapareciendo y volviendo a aparecer en un espejo, como una reflexión, pero sin un cuerpo físico. En el espejo no se reflejaban los presentes, sino una cueva oscura y roja, con estalactitas. Allí, un montón de almas grises amontonadas.

Y, complacida, se retiró.



¿Comentarios, críticas, opiniones?~

1187
Literatura y Fan Fiction / [Relato] Fragilidad
« en: 25 de Agosto de 2012, 04:43:13 am »
El salón de mármol estaba lleno. Montones de seres estaban esparcidos, mientras que otros iban llegando. Comían, reían, bebían, disfrutaban. Algunos charlaban entre sí, socializando. Podían llegar a ser muy imprudentes, ofendiéndose entre sí. Todos eran humanos. No, eran algo más. Eran estéreos, y de un color azulado. Todos usaban mantos para cubrirse, y su aspecto era deplorable. Sin embargo, el salón y la ambientación eran muy distintas, puesto que la comida fue servida en bandejas de plata, y los candelabros de cristal iluminaban todo. Las exquisitas comidas fueron preparadas por seres divinos, cuya presencia faltaba.

Todos estaban esperando por algo, o alguien. Miraban con frecuencia un balcón, cuyo marco dorado resaltaba de entre tanto color grisáceo. Los adornos que presentaba eran perturbadores: calaveras reales incrustadas alrededor, diseño grotesco y exagerado. La puerta de caoba estaba pintada, esta vez en negro. El pomo era, en efecto, una clavera de niño.

El suelo, cubierto de niebla verde, comenzó a temblar. El ambiente, antes relajado, se tornó en algo tenso. Las personas comenzaron a temblar, y entre la confusión, todo se puso negro. Miraban, alarmados, hacia el balcón. Una masa negra salía de los bordes de las puertas, y el temblor empezaba a cesar.

Las personas se fijaron en el balcón. Todos estaban angustiados, y en sus ojos se reflejó la apertura de la puerta.

Era la muerte.

Salió con aires de grandeza hacia su balcón, mirando a los presentes. Sonrió, pues el temor de sus ojos le llenaba de placer. Su túnica negra era de seda, mas sin embargo, se movía, aún sin viento. Caía con elegancia, y al tocar el suelo, se disolvía, haciéndose humo. Su hoz era negra, completamente. Era la guadaña que extraía almas del negro olvidado.

Abrió su cadavérica boca, pronunciando unas inaudibles palabras, pues su imponente voz era lo suficientemente fuerte como para aturdir a cualquiera, acompañada de el eco. Poco a poco, una serie de personas allí presentes se tornaron en un color gris, perdiendo su elegante azul. Se alzaron, desapareciendo y volviendo a aparecer en un espejo, como una reflexión, pero sin un cuerpo físico. En el espejo no se reflejaban los presentes, sino una cueva oscura y roja, con estalactitas. Allí, un montón de almas grises amontonadas.

Y, complacida, la muerte se retiró.

1188
Literatura y Fan Fiction / Re:[Comentarios] Desires
« en: 10 de Agosto de 2012, 08:20:54 am »
Spoiler: mostrar
La segunda silla es la de la envidia. Decorada en rosa pastel, muy coqueto y feliz. Portaba adornos muy infantiles y delicados, colocados de cualquier lugar que se encuentre. Con almohadillas multicolor por todos lados, la silla tenía a sus pies objetos aleatorios, de cualquier lugar de la existencia. Su almohadilla estaba adornada con un saco.


No supiera que Pinkie fuera envidiosa  :ph43r:


Spoiler: mostrar
Sí, ella quiere ser más normal  :ph43r:


Bueno, mañana, o quizás hoy haga el nuevo capítulo, pero no prometo nada.

1189
Literatura y Fan Fiction / Re:[Comentarios] Desires
« en: 10 de Agosto de 2012, 02:55:19 am »
Me alegra que les guste~

Decidí colocar música para añadir un efecto extra. No se acostumbren, será solo en capítulos especiales, ya que elegir la música correcta es un lío (escuchar una, y otra, y otra, y OTRA vez canciones no es precisamente... divertido).

1190
Literatura y Fan Fiction / Re:[FanFic] Desires
« en: 09 de Agosto de 2012, 11:48:46 am »
Debido a que tengo los primeros 3 capítulos hechos, no seré mala persona y los pondré de una vez.


Spoiler: Capítulo 1 • mostrar
Capítulo 1 ~ Decisión

Los demonios estaban horrorizados. Sus horribles rostros parecían sudar, mientras sus mentes atormentadas confabulaban. Nadie se animaba a decir o hacer algo. Y, finalmente, la figura pálida alzó la voz.

—¿Lo harán?— su voz era tosca.

Lucifer, el mayor de todos, titubeó un poco, para luego decir, con su tono soberbio característico que los buscaran. Inmediatamente, aparecieron dos figuras femeninas. Ambas, vestidas con ropas extravagantes: vestidos de la época victoriana. Una de ellas, vestida de azul. La otra, de rojo. Hicieron una reverencia ante Lucifer para luego presentarse.

—Zepar y Furfur, demonios del amor, a sus órdenes.

La cara de Lucifer adquirió cierta satisfacción. No, ahora era una sonrisa maléfica que expresaba su conformidad.

—Busquen a los siete, por favor.— sonaba un poco molesto —Y nada de tonterías. Díganles que los demonios los necesitan.

Ambas figuras desaparecieron en un nube de humo grisácea, con cierto toque rosado.

—Sí que son unas molestias...— la figura pálida habló.

—Y que lo digas Belphegor— dijo Satán.

Lucifer caminó hasta el centro de la sala para hacer un anuncio, aunque todos parecían saber qué diría.

—Los siete pecadores son los únicos que pueden... — paró un momento —deshacerse de él.

Caminó por la sala de un lado a otro, viendo a sus hermanos. Exploraba posibilidades y viendo si podría o no confiar en ellos. Su rostro era diferente a como acostumbraba, no mostraba su orgullo, era una cara de odio.

—¿Podré confiar en sus criados? Claro que sí...

En ese momento, Zepar y Furfur aparecieron con siete humanos. Ninguno de ellos parecía muy alegre de estar ahí. El más alto, de cabello rubio y porte elegante, dio un paso hacia el frente.

—Damon de la soberbia, a sus servicios. ¿Qué desean los siete demonios del pecado?

Lucifer lo miró con desprecio.

—Hay un humano.

—¿Y qué?

—Ha sido bendecido. No una bendición cualquiera, la bendición suya.

Zepar Furfur se reían en lo bajo.

Damon se horrorizó al escuchar esto. Casi retrocede, pero debido a que debía actuar como el hermano mayor, se quedó allí. Hizo una reverencia y siguió hablando —¿P-pero, ¿qué debemos hacer? — esta vez, él también titubeaba.

Los demás hermanos del pecado seguían iguales, aunque por dentro querían saber más, y estaban igual de horrorizados. Sus poses eran poco naturales: un brazo en el pecho y el otro suelto. Pecho en alto y mirada fija.

—Eliminarlo. Erradicarlo. ¡Que no haya ningún vestigio de lo que fue! — vociferaba de la rabia. A veces Damon podía ser muy torpe.

Retrocedió un paso, junto a sus hermanos, y se retiró. Zepar y Furfur seguían riéndose, y se fueron, entre risas, en la nube. Lucifer volvió a su puesto, enfadado. Los demás hermanos observaban la escena algo perplejos porque no habían visto a su hermano alterado. Su piel blanca se había tornado roja, y las escamas de su piel se erizaron. Parecía algo digno de Satán.

Soltó un bufido para tranquilizarse, pero no parecía funcionar. Belphegor, el más sensato de todos, habló.

—Confío en nuestros criados, serán útiles. Sus habilidades serán suficientes.

—Sí, pero me preocupa que...— Beelzebub fue callado por Satán

—Nada, solo es cuestión de esperar. Así que...

Al unísono, todos exclamaron:

—¡Que rueden los dados!





Los semi-demonios estaban parados en el purgatorio. Habían almas entrando y saliendo, pero ninguna era relevante. Las almas eran de diferentes colores, muchas veces varios de ellos. Todos sollozaban y parecían sufrir. El lugar era un cueva oscura, rojiza. Era demasiado puntiaguda y las estalactitas colgaban. Vieron una puerta de madera gigante, de la cual salían almas coloridas. Parecía un espectáculo infernal.

—Debemos...— un joven de ojos púrpura empezaba a hablar.

Ronove, un demonio de gran rango, apareció junto a ellos en un estallido de mariposas negras. No se sorprendieron para nadad.

—Por aquí, por favor.

Les señaló el camino correcto, donde las almas en infortunio no podían pasar. Los siete, a paso lento, se encaminaban a destruir al bendecido. Sus cuerpo empezaron a brillar a la vez que pasaban la puerta, y mientras tanto, Ronove los observaba.

Estaban a punto de enfrentarse al humano enviado por Él. El que posee las siete virtudes. El que tiene poder suficiente para enfrentarse a los siete sabios malditos.

Aquel humano incapaz de pecar.



Las tres órdenes de ángeles estaban reunidos en la corte celestial. Vestidos de batas blancas y broches dorados, estaban los ángeles de tercera clase. Eran los menos valiosos, pero cumplían funciones en el mundo humano. Eran los más cercanos a ellos.

Sentado encima de ellos, en nubes, estaba la segunda clase. Conformada por ángeles que manejaban el cosmos y el destino, estaban vestido con nubes doradas y un arpa junto a ellos. Son los reguladores de la luz y el bien. El balance entre lo que es y lo que no.

Y, para finalizar, la primera orden. Los arcángeles y querubines, desnudos como señal de pureza. Sentados a los pies suyos, miraban con misericordia a los demás ángeles. Sentían compasión por ellos, y querían descender con ellos, pero como guardianes de Él están incapacitados para hacerlo. Los querubines, quienes entregan las bendiciones, estaban exhaustos. Entregar las siete virtudes a una sola persona no es fácil.

Encima de los ángeles, estaba Él, con su porte celestial, rodeado de luz. Su voz era potente, y retumbaba en todo el cielo. Y es que no había nadie más en él, solo las almas de los más puros rondando por ahí, viendo lo que ocurría, disfrutando de su premio.

—Tenemos que deshacernos de ellos— empezó a hablar la figura majestuosa — Los pecados son la cosa más despreciable... Son la fuente del mal y la falta de honor. Son los causantes de las desgracias. Son imperfecciones.

Los ángeles sólo necesitaban esto para actuar. Empezaron a revolotear por el cielo en una nube de plumas y color blanco que aumentaba poco a poco. Con el tiempo, desaparecieron dejando la corte de los cielos.

Y entonces, Él, satisfecho, se sentó en su trono a esperar.[/spoiler]


Spoiler: Capítulo 2 • mostrar
Capítulo 2 ~ Elección.


La luz era demasiada como para ser soportada, así que atravesaron el portal con ojos cerrados. Escucharon voces, risas, murmullos, campanas. Era todo muy extraño, pero casi podían sentir las almas rozando sus cuerpos. Ellos parecían ir perdiendo la sensibilidad, y es que ya no poseían cuerpo físico; se había desintegrado. No se sintieron extrañados para nada, era un proceso común. Aún sin poder verse entre ellos, llegaron a su destino.

Esta vez, estaban en un salón blanco. Era circular. No, poligonal. Era perfecto, sin machas. Tenía la capacidad de reflejar a quien lo viera con tan solo acercarse. Carecía de un techo, se veía el negro total, pero una luz se asomaba desde un lado: era el camino hacia la montaña del purgatorio. Ellos, mientras tanto, seguían su camino como si nada, hasta llegar a un salón más grande.

Este salón era rectangular. Pintado con siete diferentes colores, adornado con siete puertas, siete caminos, siete animales. Las puertas estaban decoradas de un color distinto a su camino correspondiente: era su opuesto. Así bien, cada uno se dispuso a entrar en la puerta de cada quien.


La lujuria, amante empedernida. Triste deseo carnal, personificado en la flor de la pasión. Jugosa y deseable, capaz de incitar a quien desee. Una tentación para aquellos pecadores. Adentrarse en el camino de Asmodeus implica un sacrificio, como debe ser. Debes dejar atrás tus conocimientos, tu ideal, tu personalidad. Te convertirás en quien deseas, maldita bestia.

Miguel, representante de la lujuria, entró en sus aposentos. Tiras de seda caen del techo, y una alfombra afelpada recibe con gusto a su dueño. Caminó hasta el fondo hasta encontrarse con la flor de la pasión. La acarició suavemente con sus delicadas manos, y besó sus puntas, su tallo, sus pétalos. Lamió con suavidad su superficie, mientras su cara demostraba el gusto que sentía. Reía para sí, mientras realizaba su ritual.

Se dirigió a la sala principal, a esperar a sus hermanos. Enfrentarse a la castidad no iba a ser fácil.


La gula, capaz de todo. Venenos, alimentos, cadáveres, cuerpos, seres vivos ¿Qué más da? ¡Deben ser míos! El alimento es fuente de vida, es fuente de placer. Drogas, alcohol, ¡qué delicia! El exceso genera felicidad. Gula, ¡y las existencia ya no están! Destroza, devora, come, tritura. Digiere, devora, aniquila. Todos los sabores son para ti.

Daniel caminó a paso lento. Su figura, plana por defecto, iba torpemente hacia la mesa. Trozos de madera mordidos, venenos bebidos y platos terminados en los pisos por todos lados. En su mesa se encontraba la copa de cristal que personificaba su pecado. La vio con melancolía, para luego beber su contenido. ¿Qué era? Nadie sabe, pero con un solo sorbo se hartó. Caminó de regreso a la puerta principal con el mal gusto en la boca.

Ya junto a Miguel, partió para encontrarse con la abstinencia.



Dos figuras celestiales, probablemente querubines, llegaron a los aposentos de los arcángeles. Fueron con el mensaje de que dos pecados se aproximaban, subiendo por la escalera de Jacob. Ningún ángel se atrevía a tocarlos, sabiendo que eran tóxicos. Su presencia era, de por sí, intolerable. Avisaron a la segunda clase de ángeles que fueran a buscar a la castidad y la abstinencia.

Dos mujeres atractivas de cabello rubio aparecieron en una nube cercana a la escalera de Jacob. Esperaban la llegada de los pecados con ansias, ya que siempre fueron insoportables. Casi podías ver la maldad en sus ojos, pero no sería posible. A un ángel se le tiene prohibido pecar.

Y, suavemente, sus figuras se deslizaron hasta el final de la sala. Sabían que iba a ser algo grandioso.[/spoiler]


Spoiler: Capítulo 3 ~ Capítulo especial • mostrar

Capítulo especial: ambiente musical.

Información:

Este capítulo contiene música que iré colocando conforme cambie de escena. Iré poniendo los links antes de cada escena para darle una ambientación musical. Si la música se acaba antes de terminar la lectura, ponerla de nuevo.
NOTA: La música no es obligatoria.



Capítulo 3 ~ Destrucción



Los pecados acababan de entrar a la sala. La escalera de Jacob fue muy poco problemática, considerando la toxicidad de los pecados. Vieron a las virtudes paradas en el fondo de la sala, viendo con burla sus ropas sucias. Ellas, vestidas de blanco con sus respectivas túnicas, emanaban un característico color dorado. La tensión en el aire era evidente, y casi se podía sentir físicamente. Ambas partes intercambiaron miradas, tanto de odio como emoción. Los pecadores se acomodaron en la sala blanca lo más cerca que pudieron de las virtudes, manteniendo la distancia. Miraron con malicia la sala, y se preparaban para actuar.

—Sinceramente no sé qué hacen aquí— hablaba la abstinencia, quien sonreía a la par que esbozaba sus filosas palabras —Espero que estén preparados para lo que viene, supongo.— era burlona al hablar.

—Misma historia. Supongo que saben de qué somos capaces.— dijo su contrario.

Los pecados dieron unos pocos pasos hacia el frente, muy confiados de sus habilidades. Las virtudes se quedaron inmóviles, esperando el primer movimientos de aquellos dos impuros.

—Supongo que actuarán primero, ¿no?— la castidad, muy seria, no parecía de hablar.

La gula sonrió. Agitó su mano para comenzar todo.



Al mismo tiempo que agitó la mano, una lluvia de cristales anaranjados salió de la nada. Brillaban con la luz que impregnaba el lugar, siendo ligeramente cegadores. Rápidamente, corrió hacia la derecha, mientras que su hermano saltó, tratando de llegar a ellas. Las virtudes, en respuesta, dieron una palmada al unísono, apareciendo atrás de ellos. Y con un chasquido, dos leones etéreos caen a la arena.

—Más suerte la próxima—

Las bestias gaseosas eran muy grandes. Parecían estar hechos de niebla, y partículas emanaban de ellos. No se fundían con el aire, eran una masa aparte. Los detalles de sus articulaciones terminaban en espiral. Los leones se abalanzaron sobre ellos con bastante furia, y su rugido aterrorizó a los pecados.

Rápidamente, la lujuria agitó la mano. Esta vez, un viento con olor fétido, parecido a la carne muerta, color púrpura en forma de espiral salió de su mano. Lucía como un gas que adquiría cierta solidez. Miró con malicia las caras de las virtudes. Agitó la mano mientras la nube salía, esparciendo el color por toda la habitación. Las virtudes quedaron cegadas, y entre la tos, los ojos le ardían.

Los leones, al ver la falta de control de sus dueñas, se desvanecieron. La gula corrió hacia ambas, mientras que en el camino, una ráfaga iluminó la niebla. Una cuchilla etérea color negro surgió de su brazo. Embistió contra ellas, dejando varias marcas sobre su cuerpo. Ahora sus túnicas estaban manchadas de rojo.

Furiosas, ambas dieron una palmada más. Esta vez, aparecieron en el aire. Con tranquilidad, recitaron unas palabras.

—Aprendices de Ephestos, brinden protección a las hijas del señor—

Seis gigantes de metal surgieron en un estallido amarillo, al frente de las chicas. Sus armaduras eran de color bronce, y estaban hechas al más puro estilo medieval. Las capas y capas de metal casi no dejaban ver sus brazos. Estaban forjados.

—No importa cuánto metal humano tengas, no servirá— la gula se reía en sus adentros, pero no se podía permitir eso en estos momentos.

Ellas reaccionaron dando un chasquido, con lo que otro halo de luz amarilla se esparció. Convocaron seis escudos amarillos. Estaban decorados en relieve, y tenían forma oval. Al igual que los cristales, brillaban con la luz.

Los gigantes estaban hechos de metal humano, sí, pero los escudos eran dorados. No era oro, era el escudo del señor.

Las virtudes se situaron entre los gigante. Alzaron sus manos, y sus palmas miraban a sus contrincantes. De ahí, un círculo dorado rodeó sus manos, y empezaron a salir balas de luz amarilla. Adquirían la forma de una gota que se dirigía a los hombres ahí presentes. Cambiaban constantemente de posición tratando de golpear a sus oponentes.

Los pecados corrían entre las balas, evadiendo algunas, recibiendo otras. Al impactar, las balas dejaban un rastro amarillo que desvanecía a los pocos segundos, como humo de una quemadura. Se podía oler la carne quemarse.

Al terminar la ráfaga de balas, la gula decidió agitar su mano otra vez. Esta vez fue una seña distinta, porque dos torres caen del cielo, situadas a los lados de ambos. Las torres eran enormes, decoradas con ornamentos góticos. Muchas ventanas a lo largo de ellas. La gula volvió a hacer la misma seña, con lo que, de las ventanas, miles de cristales salieron disparados como la vez anterior. No, ahora eran muchos más, llegando a ser miles.

Los gigantes cubrieron el cuerpo de las virtudes con sus escudos, desapareciendo. En lugar de su característico resplandor, explotaron, y el caos reinó unos segundos.

—¡Menudo truco!— habló la abstinencia —Pero fue en vano—

La lujuria hizo una expresión burlona. Agitó de nuevo la mano, y el humo salió. Al contrario que la otra vez, el humo se fue compactando, dando a lugar un charco. No un charco normal, uno púrpura y tóxico. Se esparció a lo largo de la sala de la escalera. Un humo salía de él, de seguro estaba caliente. O era ácido...



Los demonios observaban la escena con cierta emoción. A través del tablero, veían cómo sus discípulos embestían las figuras, y sus movimientos cada vez eran más bruscos. La tensión también se sentía, de manera que incluso Belphegor se preocupó. Esta era la primera batalla, de muchas.



El río púrpura asustó a las mujeres, pero no estaba muy cerca de ellas. Lo miraban casi incrédulas, pues pocas cosas podían corroer la sala de la escalera. Sin duda, la lujuria era muy potente.

Con el pie, la lujuria hizo una seña, con lo que el río se movió. Adquirió la forma de una esfera púrpura, que ahora era controlada por la lujuria. Reflejaba la sala y las caras de los presentes. Era un espejo que mostraba todo. La movió por la sala, tranquilamente, hasta situarse encima de ellas. Los demonio adquirieron una expresión de maldad, que parecía la sonrisa de un psicópata a punto de matar.

—¿Se animan a decir algo?— no podían aguantar mucho tiempo la risa —¿O se quedaron mudas de la impresión?

Empezaron a reír como maniáticos. La lujuria seguía sin perder el control de la burbuja, mientras que ambas veían todo con preocupación. Sus miradas se fijaron de repente en las mujeres otra vez.

Ellas no sabían muy bien qué hacer, y sin mucho que decir, descendieron de sus puestos. Era claro que no tenían más opción. Se arrodillaron frente a ellos, como en una ejecución, y cerraron los ojos.

—¿Se nos permite decir algo para terminar?— la castidad veía a la lujuria con ojos tristes y su voz era débil. Su mirada era casi, casi enternecedora. Temblaba de miedo, mientras que su hermana se aferraba a ella.

La lujuria lo pensó unos momentos... Levantó la mirada, viendo a sus ojos, y abrió la boca. Un hilo de voz se asomaba por su garganta, manteniendo la tensión en la sala. Poco a poco, fue pronunciando su mensaje.

—¡¡No!!— su voz era fuerte, poco propio de él. La expresión de las virtudes era de horror, y sus pupilas casi desaparecen.

La burbuja púrpura empezaba a hacer sonidos, como cuando hierve. Las burbujas salían de ella, como tratando de escapar de algo que se acercaba. A los pocos segundos de esto, explotó.

Varios misiles morados chocaban contra las paredes, dañando poco a poco la sal de la escalera. Quedaban los impacto grabados como muestra de su poder. Los misiles iban en todas direcciones, y atravesaban el cuerpo de las virtudes, mientras un charco se sangre quedó en el piso. Su cuerpos mutilados quedaron ahí, esperando un alma caritativa que les ayudara.

Y entre tanto alboroto, los hermanos estaban cubiertos de una delgada capa anaranjada que los protegía. Una especie de domo pequeño.



Victoriosos, ambos descendieron otra vez por la escalera. Los cuerpos mutilados yacían en el centro de la habitación, y entre risas, se burlaban de ambas mujeres. Los ojos de ambas se quedaron fijos en el orificio de la escalera, y sus brazos extendidos hacia el mismo, a modo de súplica.

Los pecados descendieron para reunirse con sus hermanos, aunque ya heridos.



La música le pertenece a 07th Expansion. [/spoiler]


1191
Literatura y Fan Fiction / [Comentarios] Desires
« en: 09 de Agosto de 2012, 10:48:32 am »
Por favor, cualquier comentario (críticas, sugerencias, y demás) se posteará aquí.

Link al fic:

[FanFic] Desires

Muchas gracias por su amabilidad.

Se despide,

Graveyard.

1192
Literatura y Fan Fiction / [FanFic] Desires
« en: 09 de Agosto de 2012, 10:45:54 am »
Welcome to my place.
Aquí colocaré los capítulos. Para comentar sobre el Fic, por favor, en el tópico de comentarios.


Spoiler: Introducción • mostrar
Se diferencia del prólogo porque te introduce en lo que es la sala de los pecados y que es más largo.

La habitación era perfecta, circular, blanca, inmaculada. Las ventanas recordaban al sobrecargado estilo gótico, y mostraban el negro profundo e infinito. Algunos detalles sinistros que parecían flores decoraban las paredes entre ventana y ventana, e incluso debajo de ellas. El techo, por su parte, se hundía hacia arriba, formando un cono. Dicho cono era negro, como no podía ser. Era liso y pulido, pero no muy profundo. El piso era de mármol, muy claro y reluciente. En dicha sala hay siete sillas. Cada una de un color distinto. Todas decoradas acorde a los gustos de sus dueños.

La primera silla es la del orgullo. Adorada en colores dorados y amarillos, reflejaba la cara de quien la viera. La silla parecía un trono, con almohadilla dorada tejida con hilo de oro. Estaba muy adornada, con detalles en blanco para realzar la creencia en la pureza y perfección de su portador. En su almohadilla estaba un espejo.

La segunda silla es la de la envidia. Decorada en rosa pastel, muy coqueto y feliz. Portaba adornos muy infantiles y delicados, colocados de cualquier lugar que se encuentre. Con almohadillas multicolor por todos lados, la silla tenía a sus pies objetos aleatorios, de cualquier lugar de la existencia. Su almohadilla estaba adornada con un saco.

La tercera silla es la de la ira. Lucía colores rojizos muy fuertes, además de uno que otro tono naranja. La silla era de hierro, a diferencia del resto que era de madera. Muy filosa, por cierto, la silla era muy baja y contaba con púas. Su almohadilla tenía una llama grabada.

La carta silla es la de la pereza. Adornada con gris pálido y deslucido. La silla no presentaba adornos particulares, solo lo necesario para ser una silla. Era aburrida, y no parece llamar la atención. Es lo último que verías. Tenía una nube grabada en la almohadilla, pero ya estaba muy gastada.

La quinta silla es la de la avaricia. Tenía tonos azules, muy profundos y brillantes. Tenía seda adornándola, y muchas monedas de oro abajo. Lazos y lazos de seda caían de la silla, mientras que arriba, donde reposa la cabeza, había un adorno de oro. En la almohadilla había una moneda grabada.

La sexta silla es la de la gula. Tenía colores anaranjados muy opacos, y ciertos detalles de otros colores. Platos en el piso, llenos de comida sin terminar. Frascos llenos de venenos amargos, muchos sin probar. Moscas volaban alrededor de la silla, dando a entender que apestaba. ¿Almohadilla? Lo que quedaba para ver mostraba un jamón.

La última silla es la de la lujuria. Tenía colores morados muy incitantes, deliciosos y jugosos. Decorada con felpa, tiras de seda y adornos varios, la silla era la más cómoda. Tenía mallas en la parte de atrás, y en su almohadilla veíamos un flor. Morada, cómo no.

Y, en cada silla, estaba un demonio. Cada uno era terrible asqueroso, putrfacto. Las intensiones de cada unos en la sala era distinta, y cada quien miraba a cada cual. Nadie confiaba en nadie.

Y cada unos decide qué hacer. Cada quién decide quién muere, vive, o simplemente, peca. Aquellos demonios malditos que desean el mal.



Spoiler: Prólogo • mostrar
—Juega los dados— el demonio no podía ocultar su emoción. El brillo pálido en sus ojos era algo que le caracterizaba —¡Te toca!

El hermano de éste agarró los dados con su enorme mano y mucho desdén. Agitó un poco los dados y los dejó caer sobre el tablero. Marcaron el número siete.

—Muy bien, Asmodeus. Elige— el demonio seguía con poco ánimo.

Una figura sinuosa se acercó a la mesa con paso elegante. El púrpura de sus ojos era demasiado... Insitante —Has tu jugada rápido.

Asmodeus alzó el brazo y, con su dedo puntiagudo, tocó una parte del tablero. Ésta se agrandó y dejó ver una multitud de personas. Ninguna estaba enterada de lo que ocurría. Todos estaban inmóviles. Agarró un humano, lo examinó un poco, y por último, lo sopló. Éste se volvía, poco a poco, color púrpura. Pasaba a ser más traslúcido de lo normal, siendo casi un fantasma. Podías ver humanos en otros colores: amarillo, verde, rosado, azul, rojo. Algunos con más de un color, mientras otros eran transparentes.

Se retiró y volvió a su asiento, satisfecho.

—Buena jugada, supongo...— una voz comenzaba a hablar. Se encontraba en una silla metálica —por qué él?— sonó intrigado.

—Es muy insignificante, será uno bueno— sonó indignado. Blanqueó los ojos —¿Por qué el interés? Cada quién decide quién es y quién no.

Su interlocutor sonó molesto por su osadía.

—¡Quería saber! En fin, tira los dados— colocó su mano en la barbilla, se apoyó en ella e hizo un bufido.

Esta vez, tras tirar los dados, salió uno. Un ser enorme, con porte imperial, caminó hacia el tablero. Sin siquiera ver, tocó un área. Agarró un humano que brillaba. No era como el resto, era sólido. Su cuerpo resplandecía e iluminaba el tablero. Al tocarlo, Lucifer se quemó.

—¡¿Pero qué...?!— estuvo a punto de soltar un improperio, pero se contuvo por orgullo —Un humano bendecido... ¡Además, es una bendición suya!

Los demás, al oír esto, se alarmaron. Tanto así que se levantaron y rodearon el tablero. Sus expresiones reflejaban el horror que sentían.

—¡Bendecido!— soltó uno.

—Esto no es posible...— los murmureos eran varios.

Todos se alejaron poco a poco del tablero para regresar a sus sillas. Su preocupación era aún mayor en esos instantes. No sabían qué hacer. Nervioso, Lucifer habló.

—Debemos actuar...— su voz era débil — No creo que sea...

—Admítelo, lo es — esta figura era, a diferencia del resto, delgada y débil. Su piel era pálida... No llamaba la atención —Sólo hay una cosa que hacer, y todos lo saben— asintieron a duras penas. Los siete hermanos aquí reunidos mostraban el horror —¿Están todos de acuerdo?

Todos asintieron a la vez que exclamaban un fuerte "SI"


Trataré de postear los capítulos con regularidad.


1193
Clanes Pokémon / Re:[TH]The Hunters-Pruebas abiertas
« en: 25 de Junio de 2012, 07:40:07 am »
Hola. Ea, me gustaría hacer la prueba e3e

1194
Fan Art / Re:~//__[SJ]_Siempre_Juntos__\\~
« en: 06 de Junio de 2012, 06:23:32 am »
Citar
@Graveyard:



Código: [Seleccionar]
[img]http://img171.imageshack.us/img171/6380/pedidodlanor.png[/img]

Oh, muchas gracias por la firma~~

1195
Fan Art / Re:~//__[SJ]_Siempre_Juntos__\\~
« en: 05 de Junio de 2012, 07:58:25 am »
Oh, perfecto. Justo llego a la Wii. .--.
Bueno, aquí no puedo hacer Copy-Paste... Así que pregunto: ¿podría buscar una imagen de Dlanor A. Knox? A su preferencia.

1196
Fan Art / Re:~//__[SJ]_Siempre_Juntos__\\~
« en: 05 de Junio de 2012, 07:46:44 am »
Hola~ Si no es mucha molestia, quisiera pedir una firma, a ser posible con este render:
Spoiler: mostrar


Para el fondo quisiera algo un poquito extraño. Un fondo rojo oscuro con detalles en rojo más claro, sobretodo en los bordes. Abajo de ella, el texto "Great eualizer is death", si es posible.

Gracias de antemano.

1197
El Ágora / Re:Presentaciones.
« en: 05 de Junio de 2012, 06:25:49 am »
Hola~ Soy Graveyard. Sencillamente así. Espero llegar a ser parte de su comunidad.

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