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Literatura y Fan Fiction / Re: La leyenda de las 3 esencias.
« en: 21 de Agosto de 2009, 04:05:25 am »
Capítulo 11: El regalo de Kumiko
En su habitación, Rai observaba la lluvia caer a través de los cristales de la ventana. Las horas pasaban lentamente y el chico no dejaba de pensar en qué sería aquello que su amiga quería regalarle. Marxdaton, daba vueltas por la habitación persiguiendo si pokéball. Entraba y salía de ella jugando. Rai miró el reloj. Eran las 18:30 pero seguía lloviendo mucho. ¿Cómo se le había ocurrido a Kumiko quedar en el río con la que estaba cayendo?, pensaba.
-¡Marxdaton! Deja de jugar, nos vamos
-¡Eevee! – contestó el pokémon
El joven bajó las escaleras y se dispuso a salir. Se puso un grueso chaquetón y salió fuera con el paraguas. La tarde empezaba a caer y Rai se dirigía con pasos largos y rápidos hacia el río con objeto de llegar lo antes posible antes de que lloviera más aún. Marxdaton lo seguía esquivando charcos.
Al llegar, descubrió en la orilla una gran caseta de campaña que había sido montada. Le pareció escuchar la voz de Nisad dentro de ella así que el chico intentó entrar.
-¿Hola?
-Hola, Rai. Te estábamos esperando – saludó Nisad
En el interior de la tienda estaban Kumiko y Nisad esperando a Rai
- No esperarías que íbamos a hablar a la intemperie mojándonos ¿no? – Dijo un sonriente Nisad.
-Jeje, bueno, contadme para que me queríais – dijo Rai
-Bien. Siéntate.
En el interior de la tienda había un portátil, varias hojas escritas y mantas y
cojines que hacían bastante agradable el reducido espacio. También había bolsas de golosinas y varias pokéball apiñadas en una esquina. Rai pensó que sería bueno ofrecer a Marxdaton entrar en la pokéball para así disponer de más espacio. En el interior de la tienda, se oía la lluvia caer y golpear el techo de la tienda. Algo más lejano, se oía el río correr.
-Mira – comenzó Kumiko – Ayer cuando estuvimos en la Forja…
-Rai sabemos que no quieres volver a entrenar – interrumpió Nisad – pero escucha hasta el final ¿vale? Luego podrás decir todo lo que quieras
-De acuerdo – asintió Rai
-Pues bien – continuó Kumiko – Cuando te vimos con Marxdaton… Vi algo en tu mirada. Algo que no había visto desde que te conocía. Creo que allí pasó algo que hizo que algo cambiara en ti.
-En tu mirada… – completó Nisad – pude volver a reconocer al Entrenador Legendario que hasta entonces había estado durmiendo. Sí, Rai, ya no con Flareon, pero Marxdaton se merece a un buen entrenador. Y tú lo eres.
-Mira – interrumpió Kumiko – He estado tejiendo esto toda la noche – Es una capa. Tiene bordado tu nombre y el de Flareon. Esta capa negra la podrás llevar contigo, así siempre tendrás presente que Flareon, esté donde esté, vivirá esas aventuras contigo, viajará junto a ti. Aunque él ya no esté. Siempre seguiréis juntos. Él querría eso, Rai.
-Si me dices que sí. Mañana mismo podremos partir de aventuras. Yo viajaré contigo – dijo un impaciente Nisad.
-¡Eevee! – Marxdaton salió de la pokéball ilusionado con la idea y se unió a animar también a su entrenador.
-… Supongo que no admitiréis un no por respuesta ¿no? – Dijo Rai sonriendo
-¡Toma! – Gritó Nisad – Bien, mañana mismo empezamos. Si te parece podemos comenzar por Ciudad Canal. Está al sur.
-Perfecto, nos iremos mañana Marxadaton.
-¡¡Eee!! – Marxdaton saltaba de alegría.
-Nisad, quédate a dormir hoy en mi casa. Así podrás informarme de todas aquellas cosas acerca del entrenamiento que me he perdido mientras dormía.
-¡Claro que sí! Ahora mismo vamos para tu casa. Tendrás que hacer el equipaje.
-Y kumiko… Gracias. A partir de ahora estaremos lejos. Esto… Te echaré de menos. Sin ti… posiblemente seguiría lamentándome por algo que ya no tiene remedio.
-No es nada – contestó Kumiko algo conmovida – pero prometed mantenme informada de vuestras aventuras. Y si pasáis por aquí… No os olvidéis de venir a saludarme.
-Eso está hecho – respondió Rai
-Sí, y gracias Kumiko – agregó Nisad
Los tres niños desmontaron la tienda, y salieron hacia sus casas. En la puerta de la floristería, Rai se detuvo.
-Bueno, creo que es el momento de decir Adiós. Mañana saldremos antes del amanecer
-Sí. Adiós chicos, mucha suerte – dijo Kumiko con sus ojos casi anegados en lágrimas
-Oye, y no le eches cuenta a las chicas esas de Pitiminí. No merecen la pena – agregó Rai
-Uf, lo intentaré, estaremos en contacto ¿en?
-Claro, Adiós Kumiko – dijo Nisad
-Hasta pronto, amiga
-Adiós chicos.
Cuando Kumiko se fue. Los dos chicos, aunque algo tristes por la despedida, se fueron corriendo hasta la casa de Rai, allí, algo más animados, comenzaron a prepararlo todo para una nueva y gran aventura que comenzaría con el alba.
Mientras tanto, en la caverna de pueblo Caelestis, Sakura Okino y JoseMa Kaze se habían detenido, con sus linternas, ante un mosaico que había en el interior de la excavación. El dibujo, le recordó a JoseMa algo que aconteció hace 8 años. ¿Qué era todo aquello? Había unas palabras grabadas que parecían ser muy antiguas;
“Tres pokémon forman un triángulo, azul, rosa y amarillo. Cuando las tres esencias se unan, aparecerá la esfera brillante, y las dos bestias, harán acto de presencia”.
Continuará …
Capítulo 12: Una nueva Aventura
En su habitación, Rai observaba la lluvia caer a través de los cristales de la ventana. Las horas pasaban lentamente y el chico no dejaba de pensar en qué sería aquello que su amiga quería regalarle. Marxdaton, daba vueltas por la habitación persiguiendo si pokéball. Entraba y salía de ella jugando. Rai miró el reloj. Eran las 18:30 pero seguía lloviendo mucho. ¿Cómo se le había ocurrido a Kumiko quedar en el río con la que estaba cayendo?, pensaba.
-¡Marxdaton! Deja de jugar, nos vamos
-¡Eevee! – contestó el pokémon
El joven bajó las escaleras y se dispuso a salir. Se puso un grueso chaquetón y salió fuera con el paraguas. La tarde empezaba a caer y Rai se dirigía con pasos largos y rápidos hacia el río con objeto de llegar lo antes posible antes de que lloviera más aún. Marxdaton lo seguía esquivando charcos.
Al llegar, descubrió en la orilla una gran caseta de campaña que había sido montada. Le pareció escuchar la voz de Nisad dentro de ella así que el chico intentó entrar.
-¿Hola?
-Hola, Rai. Te estábamos esperando – saludó Nisad
En el interior de la tienda estaban Kumiko y Nisad esperando a Rai
- No esperarías que íbamos a hablar a la intemperie mojándonos ¿no? – Dijo un sonriente Nisad.
-Jeje, bueno, contadme para que me queríais – dijo Rai
-Bien. Siéntate.
En el interior de la tienda había un portátil, varias hojas escritas y mantas y
cojines que hacían bastante agradable el reducido espacio. También había bolsas de golosinas y varias pokéball apiñadas en una esquina. Rai pensó que sería bueno ofrecer a Marxdaton entrar en la pokéball para así disponer de más espacio. En el interior de la tienda, se oía la lluvia caer y golpear el techo de la tienda. Algo más lejano, se oía el río correr.
-Mira – comenzó Kumiko – Ayer cuando estuvimos en la Forja…
-Rai sabemos que no quieres volver a entrenar – interrumpió Nisad – pero escucha hasta el final ¿vale? Luego podrás decir todo lo que quieras
-De acuerdo – asintió Rai
-Pues bien – continuó Kumiko – Cuando te vimos con Marxdaton… Vi algo en tu mirada. Algo que no había visto desde que te conocía. Creo que allí pasó algo que hizo que algo cambiara en ti.
-En tu mirada… – completó Nisad – pude volver a reconocer al Entrenador Legendario que hasta entonces había estado durmiendo. Sí, Rai, ya no con Flareon, pero Marxdaton se merece a un buen entrenador. Y tú lo eres.
-Mira – interrumpió Kumiko – He estado tejiendo esto toda la noche – Es una capa. Tiene bordado tu nombre y el de Flareon. Esta capa negra la podrás llevar contigo, así siempre tendrás presente que Flareon, esté donde esté, vivirá esas aventuras contigo, viajará junto a ti. Aunque él ya no esté. Siempre seguiréis juntos. Él querría eso, Rai.
-Si me dices que sí. Mañana mismo podremos partir de aventuras. Yo viajaré contigo – dijo un impaciente Nisad.
-¡Eevee! – Marxdaton salió de la pokéball ilusionado con la idea y se unió a animar también a su entrenador.
-… Supongo que no admitiréis un no por respuesta ¿no? – Dijo Rai sonriendo
-¡Toma! – Gritó Nisad – Bien, mañana mismo empezamos. Si te parece podemos comenzar por Ciudad Canal. Está al sur.
-Perfecto, nos iremos mañana Marxadaton.
-¡¡Eee!! – Marxdaton saltaba de alegría.
-Nisad, quédate a dormir hoy en mi casa. Así podrás informarme de todas aquellas cosas acerca del entrenamiento que me he perdido mientras dormía.
-¡Claro que sí! Ahora mismo vamos para tu casa. Tendrás que hacer el equipaje.
-Y kumiko… Gracias. A partir de ahora estaremos lejos. Esto… Te echaré de menos. Sin ti… posiblemente seguiría lamentándome por algo que ya no tiene remedio.
-No es nada – contestó Kumiko algo conmovida – pero prometed mantenme informada de vuestras aventuras. Y si pasáis por aquí… No os olvidéis de venir a saludarme.
-Eso está hecho – respondió Rai
-Sí, y gracias Kumiko – agregó Nisad
Los tres niños desmontaron la tienda, y salieron hacia sus casas. En la puerta de la floristería, Rai se detuvo.
-Bueno, creo que es el momento de decir Adiós. Mañana saldremos antes del amanecer
-Sí. Adiós chicos, mucha suerte – dijo Kumiko con sus ojos casi anegados en lágrimas
-Oye, y no le eches cuenta a las chicas esas de Pitiminí. No merecen la pena – agregó Rai
-Uf, lo intentaré, estaremos en contacto ¿en?
-Claro, Adiós Kumiko – dijo Nisad
-Hasta pronto, amiga
-Adiós chicos.
Cuando Kumiko se fue. Los dos chicos, aunque algo tristes por la despedida, se fueron corriendo hasta la casa de Rai, allí, algo más animados, comenzaron a prepararlo todo para una nueva y gran aventura que comenzaría con el alba.
Mientras tanto, en la caverna de pueblo Caelestis, Sakura Okino y JoseMa Kaze se habían detenido, con sus linternas, ante un mosaico que había en el interior de la excavación. El dibujo, le recordó a JoseMa algo que aconteció hace 8 años. ¿Qué era todo aquello? Había unas palabras grabadas que parecían ser muy antiguas;
“Tres pokémon forman un triángulo, azul, rosa y amarillo. Cuando las tres esencias se unan, aparecerá la esfera brillante, y las dos bestias, harán acto de presencia”.
Continuará …
Capítulo 12: Una nueva Aventura