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Mensajes - Pokexperto

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Literatura y Fan Fiction / Re: La leyenda de las 3 esencias.
« en: 21 de Agosto de 2009, 04:05:25 am »
Capítulo 11: El regalo de Kumiko

En su habitación, Rai observaba la lluvia caer a través de los cristales de la ventana. Las horas pasaban lentamente y el chico no dejaba de pensar en qué sería aquello que su amiga quería regalarle. Marxdaton, daba vueltas por la habitación persiguiendo si pokéball. Entraba y salía de ella jugando. Rai miró el reloj. Eran las 18:30 pero seguía lloviendo mucho. ¿Cómo se le había ocurrido a Kumiko quedar en el río con la que estaba cayendo?, pensaba.

-¡Marxdaton! Deja de jugar, nos vamos
-¡Eevee! – contestó el pokémon

El joven bajó las escaleras y se dispuso a salir. Se puso un grueso chaquetón y salió fuera con el paraguas. La tarde empezaba a caer y Rai se dirigía con pasos largos y rápidos hacia el río con objeto de llegar lo antes posible antes de que lloviera más aún. Marxdaton lo seguía esquivando charcos.

Al llegar, descubrió en la orilla una gran caseta de campaña que había sido montada. Le pareció escuchar la voz de Nisad dentro de ella así que el chico intentó entrar.

-¿Hola?
-Hola, Rai. Te estábamos esperando – saludó Nisad

En el interior de la tienda estaban Kumiko y Nisad esperando a Rai

- No esperarías que íbamos a hablar a la intemperie mojándonos ¿no? – Dijo un sonriente Nisad.
-Jeje, bueno, contadme para que me queríais – dijo Rai
-Bien. Siéntate.

En el interior de la tienda había un portátil, varias hojas escritas y mantas y
cojines que hacían bastante agradable el reducido espacio. También había bolsas de golosinas y varias pokéball apiñadas en una esquina. Rai pensó que sería bueno ofrecer a Marxdaton entrar en la pokéball para así disponer de más espacio. En el interior de la tienda, se oía la lluvia caer y golpear el techo de la tienda. Algo más lejano, se oía el río correr.

-Mira – comenzó Kumiko – Ayer cuando estuvimos en la Forja…
-Rai sabemos que no quieres volver a entrenar – interrumpió Nisad – pero escucha hasta el final ¿vale? Luego podrás decir todo lo que quieras
-De acuerdo – asintió Rai
-Pues bien – continuó Kumiko – Cuando te vimos con Marxdaton… Vi algo en tu mirada. Algo que no había visto desde que te conocía. Creo que allí pasó algo que hizo que algo cambiara en ti.
-En tu mirada… – completó Nisad – pude volver a reconocer al Entrenador Legendario que hasta entonces había estado durmiendo. Sí, Rai, ya no con Flareon, pero Marxdaton se merece a un buen entrenador. Y tú lo eres.
-Mira – interrumpió Kumiko – He estado tejiendo esto toda la noche – Es una capa. Tiene bordado tu nombre y el de Flareon. Esta capa negra la podrás llevar contigo, así siempre tendrás presente que Flareon, esté donde esté, vivirá esas aventuras contigo, viajará junto a ti. Aunque él ya no esté. Siempre seguiréis juntos. Él querría eso, Rai.
-Si me dices que sí. Mañana mismo podremos partir de aventuras. Yo viajaré contigo – dijo un impaciente Nisad.
-¡Eevee! – Marxdaton salió de la pokéball ilusionado con la idea y se unió a animar también a su entrenador.
-… Supongo que no admitiréis un no por respuesta ¿no? – Dijo Rai sonriendo
-¡Toma! – Gritó Nisad – Bien, mañana mismo empezamos. Si te parece podemos comenzar por Ciudad Canal. Está al sur.
-Perfecto, nos iremos mañana Marxadaton.
-¡¡Eee!! – Marxdaton saltaba de alegría.
-Nisad, quédate a dormir hoy en mi casa. Así podrás informarme de todas aquellas cosas acerca del entrenamiento que me he perdido mientras dormía.
-¡Claro que sí! Ahora mismo vamos para tu casa. Tendrás que hacer el equipaje.
-Y kumiko… Gracias. A partir de ahora estaremos lejos. Esto… Te echaré de menos. Sin ti… posiblemente seguiría lamentándome por algo que ya no tiene remedio.
-No es nada – contestó Kumiko algo conmovida – pero prometed mantenme informada de vuestras aventuras. Y si pasáis por aquí… No os olvidéis de venir a saludarme.
-Eso está hecho – respondió Rai
-Sí, y gracias Kumiko – agregó Nisad

Los tres niños desmontaron la tienda, y salieron hacia sus casas. En la puerta de la floristería, Rai se detuvo.

-Bueno, creo que es el momento de decir Adiós. Mañana saldremos antes del amanecer
-Sí. Adiós chicos, mucha suerte – dijo Kumiko con sus ojos casi anegados en lágrimas
-Oye, y no le eches cuenta a las chicas esas de Pitiminí. No merecen la pena – agregó Rai
-Uf, lo intentaré, estaremos en contacto ¿en?
-Claro, Adiós Kumiko – dijo Nisad
-Hasta pronto, amiga
-Adiós chicos.

Cuando Kumiko se fue. Los dos chicos, aunque algo tristes por la despedida, se fueron corriendo hasta la casa de Rai, allí, algo más animados, comenzaron a prepararlo todo para una nueva y gran aventura que comenzaría con el alba.

Mientras tanto, en la caverna de pueblo Caelestis, Sakura Okino y JoseMa Kaze se habían detenido, con sus linternas, ante un mosaico que había en el interior de la excavación. El dibujo, le recordó a JoseMa algo que aconteció hace 8 años. ¿Qué era todo aquello? Había unas palabras grabadas que parecían ser muy antiguas;

“Tres pokémon forman un triángulo, azul, rosa y amarillo. Cuando las tres esencias se unan, aparecerá la esfera brillante, y las dos bestias, harán acto de presencia”.


Continuará …
Capítulo 12: Una nueva Aventura

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Literatura y Fan Fiction / Re: La leyenda de las 3 esencias.
« en: 21 de Agosto de 2009, 04:05:13 am »
Capítulo 10: Un día lluvioso

Apenas los primeros rayos de sol asomaban entre las nubes por el horizonte. El frescor del aire de la mañana anunciaba a todo Sinnoh que comenzaba un nuevo día.

En el Mt corona, un joven entrenador recogía los utensilios de acampada que le habían servido para dormir aquella noche en la cueva. Era bastante temprano pero, al parecer, ya estaba preparado para continuar su viaje. Iba equipado con una mochila de color amarillo y naranja y una gorra negra. Vestía unos pantalones amarillos cortos, apenas le llegaba por las rodillas, y una camiseta roja con franjas también amarillas. Calzaba zapatos de montaña e iba provisto de un grueso cinturón.

Dentro de la cueva no se adivinaba aún el amanecer pero el joven parecía tener algo que hacer a esa temprana hora. Una vez estuvo todo recogido comenzó a caminar, con pasos cortos pero decididos, a su destino.

El entrenador parecía retroceder sobre sus pasos, al parecer, sólo había entrado a la cueva para pasar la noche pues estaba bastante cerca de la salida.

Cuando divisó la salida de la cueva salió al exterior pudiendo divisar como ya había amanecido un día que parecía estar bastante nublado. Avanzó unos pasos cuando divisó un cartel que había cerca de la cueva. Empezó a leerlo como si estuviera haciendo tiempo mientras esperaba a alguien.

“¡Pistas para entrenadores! Incluso los veteranos se desorientan en las entrañas del monte corona”.

El mensaje produjo en el entrenador una burlona sonrisa.

-Novatos… he visto guarderías más peligrosas que esta ridícula montaña.
-¡¡Eh!!, ¡¡JoseMa!! – gritó una voz que provenía desde detrás del chico.
-Oh, ya estás aquí – dijo un alegre JoseMa al reconocer la voz.

El joven se dispuso a volverse para ver la cara de su amiga cuando… ¡¡¡PLOMM!!!. El muchacho había pisado algo que le hizo resbalar y caer al suelo. Lleno de más vergüenza que de tierra intentó localizar el resbaladizo objeto que le hizo caer.

-¡¡JoseMa!!, ¿Te has hecho daño? Menudo culazo…
-Vaya… Una maldita cáscara de plátano. No debí tirarla anoche al suelo.
-Vaya, JoseMa… Mira como te has puesto de tierra.
-No es nada, Sakura – respondió JoseMa. Es tierra seca, ahora me la sacudo. Ayúdame a levantarme.

La entrenadora le tendió la mano para ayudarlo a incorporarse, pero entonces, sonó una tormenta y los escasos rayos de sol de la mañana se ocultaron entre las espesas nubes.

-JoseMa, es mejor que corramos hacia el pueblo, Caelestis está aquí al lado y la mañana está cogiendo una pinta bastante fea.
-¿¿Correr??, paso. Estoy cansado. Vete tú. Yo voy andandito.
-Mmm… como quieras, yo me voy a adelantar.

La niña se adelantó corriendo. Al llegar al pueblo, bajó unas escaleras hasta la plaza central donde estaba el lugar que ambos habían acordado investigar. Se paró en la puerta de la excavación. La ancestral caverna que hacía del pueblo un lugar de encuentro para los investigadores de leyendas estaba adornada con dos grandes pinturas de dos pokémon enormes. Observó la de la derecha. Se trataba del grabado de una criatura gigante de tonos rosados. Había un texto grabado;

“ El espacio se expande dimensionalmente. Nuestros espíritus se asemejan a él”

La chica se dirigió hacia la pintura que había en el otro lado de la puerta de la caverna. Representaba a una criatura gigante con forma de pokémon, en este caso de color azul. Un texto que había grabado a sus pies decía;

“El flujo del tiempo no se detiene… Pasado, presente y futuro..”

Sakura notó como gotitas de agua de lluvia le salpicaban en la cara.

-Vaya… Será mejor que JoseMa no tarde. Está empezando a llover. Creo que entraré en la caverna para esperarlo.

Las gotas empezaron a hacerse más espesas y pronto empezó a llover con tal intensidad que la tierra que había en el suelo de la entrada se transformó en barro.

-Espero que JoseMa haya encontrado un lugar… - dijo Sakura, preocupada.

La niña escuchaba como llovía fuera de la cueva, entonces, percibió un sonido que le resultó extraño; ¡Plaff, plaff, plaff, plaff, plaff, ..” . Eran sonidos cortos pero acompasados. Se asomó a la puerta a ver que era aquel ruido que se acercaba y pudo comprobar, entre la espesa lluvia, como un JoseMa cubierto de barro se dirigía hacia la cueva sin aumentar en nada, la velocidad de sus pasos.

-¡¡Corre, JoseMa!! ¡¡Te vas a poner perdido de barro!!

El niño continuaba sin acelerar su ritmo. Cuando entró en la caverna se detuvo.

Costaba distinguir los colores de su ropa. Sus tonos amarillos y rojos se habían mezclado con los de la tierra, ahora convertida en barro por la lluvia, y sólo parecía una gran mancha marrón que chorreaba barro y agua por doquier.

Sakura esbozó una sonrisa. No se atrevía a reírse, el entrenador parecía estar al borde de una crisis de nervios.

-Si me disculpas, voy a cambiarme de ropa. - Dijo seriamente un JoseMa
que se esforzaba en aparentar una calma de la que realmente carecía. – Vuélvete, por favor.

La niña obedeció y JoseMa sacó ropa limpia y seca de su mochila para vestirse por segunda vez en esa lluviosa mañana.

A muchos kilómetros de distancia, un Eevee llamado Marxdaton, despertaba a lametazos a un muchacho llamado Rai Ailtxeff en su habitación.

-¡¡Pff!! Vaya manera de comenzar el día, Marxdaton – dijo un desilusionado Rai. - Esas no son formas de despertar a un tío.
-¡Eeeeee!! – El Eevee saltó contento a los brazos del chico
-Ya, ya, yo también te quiero Marxdaton. Anda, baja de la cama que voy a ducharme.
-¡¡Ee!! – obedeció el pokémon

Rai se metió en la ducha y mientras se duchaba, percibió un ruido que provenía del salón. Al parecer, había jaleo en casa. Eran sólo las 8 y media de la mañana pero era como si todo el pueblo estuviera en el salón. Seguro que es cosa de Kaede, pensó.

El chico se vistió y bajó las escaleras para dirigirse a desayunar, Marxdaton lo seguía. Lo que vio al bajar confirmó sus sospechas.

-¡¡Buenos días, Rai!! – dijo una ilusionada Kaede.
-Hola a todos.

Dentro del salón había varios chicos de la edad de Kaede. La lluvia resbalaba
por los cristales del salón y muchos venían empapados de sus casas.

-Mira, éste es Matsuda – dijo la niña señalando a un muchacho pelirrojo
-Matsu para los amigos – agregó el niño
-Hola, yo soy Colly, Colly kabuto – intervino un chaval que venia totalmente mojado
-Y yo Jack, ¿Qué tal, Rai?
-Bien, Hola a todos. Así que vais a comenzar la aventura hoy mismo ¿no?. Bueno, el día no es que acompañe mucho - Sonrió Rai.
-Da igual, iremos en coche, mi padre nos va a acercar al laboratorio, luego ya veremos – dijo Colly.
-Bueno Rai, ya nos vamos. ¿Nos veremos por el mundo algún día?
-Mmm, no sé. Lo pensaré – contestó el joven
-Venga Rai, me gustaría enfrentarme a ti para derrotarte – agregó Matsuda sonriendo entre dientes.
-Ya veremos ¿vale chicos?. Venga mucha suerte a todos. Este día lo recordaréis el resto de vuestras vidas – dijo mirándolos a los tres - espero que lo disfrutéis a tope.
-Gracias, Rai. Hasta luego. Nos vemos por el mundo pokémon.
-Adiós – contestó.

Los niños abandonaron el salón y se montaron en el coche que arrancó para
llevarlos al laboratorio del profesor Serbal. Rai se quedó en casa junto con Marxdaton y su madre y se pusieron a desayunar.

-Kumiko ha llamado. Quiere que te pases por la floristería en cuanto puedas. Tiene algo que darte. – Dijo mamá.
-¿Algo que darme? – respondió Rai
-No quiso decir lo que era. Además, no tienes nada que hacer durante el día, ve a verla. Te viene bien tener amigos y charlar.
-Vale, ahora iré.
-Perfecto, Rai. Llévate un paraguas, está lloviendo mucho – contestó mamá.
-Bien.

Cuando el chico acabó de desayunar, llamó a Marxdaton y ambos, salieron hacia la floristería del pueblo. Una vez allí, entraron y Marxdaton corrió hacia donde estaba Kumiko.

Dentro de la tienda había multitud de macetas con flores. Flores de todos los tipos y colores. En el fondo había unas vidrieras que dejaban ver el paisaje que formaba el pueblo con sus casas y flores, hoy cubierto de barro y agua de la lluvia. Desde el interior de la floristería se podía oír el agua caer copiosamente. Rai se dirigió al mostrador en el que estaba la chica.

-Hola, me dijeron que querías verme
-Bienvenido, Rai – dijo sonriente Kumiko.

En ese momento, el sonido de las campanillas de la puerta los interrumpió.
Cuatro chicas con paraguas rosas irrumpieron en la floristería. Iban conjuntadas con tonos rosas y lilas y eran altas y delgadas. Miraban a Kumiko con cierta mirada de indiferencia y desprecio. Sin avanzar, dijeron desde la puerta;

-Vaya, Kumiko. ¿Sabes?. Pasábamos por aquí y la verdad, ya sabíamos que esta chavola de floristería no se podía comparar con la nuestra de Pitiminí, en Hoen. Pero no esperábamos que fuera tan hortera. Jajajajaja… - Dijeron las chicas
-Vaya, al parecer algunas con el paso de los años pierdes hasta el gusto… - atacó Kumiko
-No te esfuerces, encanto. Tu sentido de la moda y del glamour no llega ni siquiera a saber decorar una floristería. Nos vemos, querida. – Y salieron
-Uyyyyy. No las aguanto, no las aguanto. Esas cursis de Pitiminí... Las voy a coger y…
-Ya, Kumiko, tranquilízate. No dejes que te afecte – intervino Rai al ver que la chica estaba al borde de la desesperación – Bueno dime. ¿Que querías?
-Uff. Ahora no Rai, estoy nerviosa, nos vemos esta tarde en el río ¿vale? A eso de las 7 – dijo la chica.
-Vale, como quieras… Pero tranquilízate ¿ok?. Que no es para tanto.
-Necesito encajarlo. Nos vemos luego. Y perdona por…
-No es nada. Hasta luego
-Hasta luego Rai

Rai volvió a casa con Marxdaton pensando que sería aquello que Kumiko quería entregarle.



Continuará …
Capítulo 11: El regalo de Kumiko

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Literatura y Fan Fiction / Re: La leyenda de las 3 esencias.
« en: 21 de Agosto de 2009, 04:04:59 am »
Capítulo 9: Estrellas en el cielo

Nisad comenzó a hablar dirigiéndose a Rai.

-Hubo un tiempo en el que yo admiraba a un entrenador. No sólo por ser mayor que yo. Era el mejor. Ese entrenador amaba a los pokémon, ayudaba a los pokémon. Con sus amigos, hacían todo o posible por salvar a pokémon heridos, perdidos. Era un gran entrenador. Ese entrenador perdió a su pokémon más preciado. Perdió a Flareon y con él, murió durante 8 años. El entrenador legendario estaba dormido, pero sabíamos que al despertar regresaría, quizás no con Flareon, pero serían otros los pokémon, otras las leyendas que escribiera con sus nuevos pokémon. Esta mañana creí ver ese momento…
-Nisad… - interrumpió Rai
-… Creí ver – prosiguió Nisad hablando aún más alto – como mi mejor amigo había vuelto. Me sentí orgulloso. Lloré contigo la muerte de tu pokémon, pero me sentí dichoso porque mi amigo, aquel que se conoce como el Entrenador Legendario, había regresado. No imaginaba que lo que vería movería a risa.
-Nisad… - el tono de Rai parecía volverse algo tímido al hablar.
-Sí – interrumpió Nisad hablando de nuevo más fuerte – Mueves a risa, Rai. Te veo y eres patético.
-Nisad…
-¡NO!, Nisad, No – volvió a interrumpirle – no puedo creer lo que acabo de ver. Dejar abandonado a un pokémon , no entrenar más. ¡¡Qué vergüenza, Rai!!, ¡¡Me das vergüenza!!

Nisad tenía lágrimas en la cara por la furia que sentía hacia su amigo.

-¿Sabes? Cuando hace unas horas me dijeron que habías salido a dar un paseo, pensé en seguirte porque creía que podría servirte de algo, que podría ayudarte. Por eso decidí venir a buscarte. No imaginaba que me encontraría a un Rai tan patético.
-Nisad…
-Sí – dijo Nisad hablando aún más fuerte – Eres penoso Rai, eres penoso.
Las lágrimas le corrían por la cara al joven de 13 años. Sentía furia, decepción. Tristeza al mismo tiempo.

-¡¿Qué te ha pasado, Rai?!, ¡¿Qué te ha pasado?! – decía entre lágrimas.
-Nisad…, esto… Creo que no has venido en vano.

Nisad miró a Rai con los ojos anegados en lágrimas.

-Me has ayudado a ver. A abrir los ojos. Sí. Tienes razón. Ese pokémon necesita mi ayuda y … y yo necesito la suya. Ambos estamos solos. Él necesita a un entrenador y yo necesito un pokémon.
-Necesitarás entonces esto – el niño sacó una pokéball, alargó la mano para entregársela a Rai y los dos amigos se fundieron en un abrazo.
-Adelante, amigo – dijo Nisad secándose las lágrimas con la manga de su chaqueta.

Rai, con la pokéball en la mano, se acercó al pokémon.

-Marxdaton, tal vez no quieras venir pero … yo te puedo cuidar.
-¿Eee? – el pokémon levantó su mirada en cuyos ojos se reflejaban las estrellas.
-Si vienes, te prometo que si algún día nos encontramos con tu entrenador, y ese día decides ir con él, serás libre de hacerlo. Yo sólo quiero ser tu amigo.

El eevee miraba fijamente a los ojos de Rai. Las dos miradas se cruzaron.

-¿Qué me dices? ¿quieres ser mi amigo?
-¡¡Eevv!!

Eevee saltó de los brazos de Kumiko a los de Rai y empezó a acorrucarse.
No sabía porqué, pero había algo en el muchacho que le inspiraba seguridad.

-Ésta será tu pokéball. Puedes entrar y salir de ella cuando lo desees ¿De acuerdo amigo?
-¡Ee!

El bebé cerró los ojos y se durmió en los brazos de Rai. Ambos encontraron
aquello que habían perdido. Rai miró con dulzura a su nuevo amigo. De alguna manera, el eevee llamado Marxdaton que tenía acorrucado en su corazón parecía estar reparando una herida abierta que había estado sangrando durante 8 años.

Rai se dirigió con su nuevo pokémon hacia la balsa mientras, en el cielo estrellado, dos estrellas fugaces caían cumpliendo el sueño de ambos.

Nisad y Kumiko se miraron sonrientes y los dos se dirigieron hacia el mismo lugar donde se encontraban Rai y Marxdaton. Los 3 se volvieron al pueblo río abajo. Esa noche, algo nuevo había nacido.




Continuará …
Capítulo 10: Un día lluvioso

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Literatura y Fan Fiction / Re: La leyenda de las 3 esencias.
« en: 21 de Agosto de 2009, 04:04:50 am »
Capítulo 8: El pequeño Marxdaton

Los numerosos Hoothoot que habitaban los árboles de la Forja Fuego cantaban haciendo del paisaje algo hermoso y agradable. El cielo estaba cubierto de estrellas y una gran luna decoraba el firmamento que se reflejaba en el río donde decenas de magikarps saltaban dando aún más color y belleza a todo ese paisaje de montaña.

Desde detrás del árbol donde se encontraba, Rai pudo observar como el pequeño eevee salía de los arbustos hacia donde momentos antes había estado su entrenador. Llevaba las bayas que el científico le había ordenado buscar. Las depositó en una piedra, y Marxdaton se quedó esperando el regreso de su entrenador.

Rai no podía dar crédito a lo que veía. Ver a ese pokémon abandonado le hacía pensar en sí mismo. Esperando a un compañero que nunca jamás regresaría. Rai observaba todo sin atreverse a salir del árbol.

Marxdaton parecía cansarse. Pronto se sentó en la piedra, cerca de las bayas, y acomodó su cabecita entre las patas delanteras dejando ver unos grandes y hermosos ojos tristes que a Rai le recordaban a los de su Flareon.

Kumiko tardaba y el frío de la noche parecía empezar a hacer acto de presencia en el lugar. Marxdaton empezaba a tiritar debido al frío que sentía. Rai, se acercó con la intención de cubrir al pokémon con su chaquetón. Se fue aproximando sigilosamente y, estando junto a él, pudo comprobar que se trataba de un bebé pokémon. Rai se enfureció. ¿Cómo podía alguien hacerle esto a un pokémon tan pequeño?

Marxdaton, tiritando, empezó a llamar a su entrenador, notando que ya tardaba e invadido por el frío y el miedo que torturaban su pequeño cuerpo.

-Eee.. eee… - lloraba el pokémon.
-Marxdaton, no te asustes, soy tu amigo – dijo Rai.
-¡¡Eee!!, ¡¡Eee!!
El Eevee se incorporó intentando defender las bayas de su entrenador. Intentaba hacer que Rai se alejara. Seguramente lo veía como una amenaza.

-No te asustes, sólo quiero ayudarte pequeño.
-Grrrr - El pokémon empezó a gruñir.

Rai. Viendo que no había mucho que hacer, se alejó un poco para así poder tranquilizar al pequeño pokémon.

Mientras estaba sentado a la orilla del río, seguía observando, desde lejos, al bebé. ¿Cuánto tardaría en darse cuenta de que su entrenador lo había abandonado? Era un bebé, después de todo, confiaba en su criador.

Sin dejar de observar, escuchó como algo parecido a una balsa, atravesaba el río donde él se encontraba. Pero entonces, algo distrajo su atención. La puerta de la Forja Fuego se había abierto y Kumiko salía.

-Muchas gracias por todo, entonces, mañana mismo le espero para que venga a montarme la nueva reja.
-En eso quedamos-. Dijo un robusto señor.
-Adiós.

Kumiko venía hacía donde Rai, pero antes de llegar a él, se detuvo mirando al Eevee.

-Eh, mira Rai que bonito, parece estar solo y no tener a nadie.
-Sí. Yo mismo vi como un maldito entrenador lo abandonaba aquí. Pero es muy pequeño y le da miedo de casi todo. No me deja ni siquiera acercarme.
-Ya veo…
-No sé qué hacer, tal vez deberíamos irnos pero es tan pequeño…

Kumiko se acercó.

-Hola pequeño, ¿Estás solo?

Esta vez Marxdaton no se movió. Se dedicó a mirar a Kumiko con unos ojitos grandes que parecían brillar como el cristal.

-Rai, este pokémon es muy pequeño y está helado. No podemos dejarlo…
-Un momento, kumiko, creo que oigo que alguien se acerca por el río.
-¡Rai! Ven aquí. Esto es más importante.

Rai asintió.

-Está bien. Dime qué podemos hacer.
-Mira, yo no soy entrenadora – se quejó Kumiko – tienes que llevártelo tú. Aquí no se puede quedar.
-Lo siento, Kumiko. Ya lo hemos hablado. No voy a volver a entrenar. Con Flareon se acabó todo, ¿entiendes? Ningún otro pokémon lo reemplazará.
-Eeeeveee…

De los vidriosos ojos de Marxdaton empezaron a brotar lágrimas. Empezaba a comprender que estaba solo. Lo habían abandonado en el bosque y su vida dependía de dos desconocidos.

-No te preocupes, pequeño – Kumiko cogió al eevee entre sus brazos y lo acorrucó abrigándolo con su chaquetón – mira, no te preocupes. Rai y yo te ayudaremos. Ven con nosotros, buscaremos a tu entrenador.
-Kumiko, yo me voy. Haz tú lo que quieras. Este eevee no va a reemplazar a mi Flareon. Adiós.

Rai se dirigió con pasos largos y decididos hacia la balsa mientras hablaba en voz alta;

-Flareon es único, único. No quiero más pokémon. No quiero más…
-¡¡¡PLAAFF!!

Nisad apareció ante él, desembarcó del pokémon que lo había traído a través del río y le propinó una bofetada a Rai con todas sus fuerzas. Los ojos de Nisad estaban estaban empañados en lágrimas.


Continuará …
Capítulo 9: Estrellas en el cielo

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Literatura y Fan Fiction / Re: La leyenda de las 3 esencias.
« en: 21 de Agosto de 2009, 04:04:36 am »
Capítulo 7: Forja Fuego

Rai se volvió para ver quien se estaba dirigiendo a él. Al volverse, pudo comprobar que una chica de unos 16 años, estaba ante él. Llevaba unos pantalones blancos, conjuntados con una camisa y un pequeño bolso rosa. Su pelo era moreno y rizado y miraba a Rai con unos vidriosos ojos vedes. Kumiko Aya estaba de nuevo ante él.

-Mmm… ¿Me has seguido? ¿Qué haces aquí?
-No. No te he seguido Rai.- contestó Kumiko - Me dirigía a la Forja Fuego para encargar una cancela nueva para la floristería cuando te he oído. Mira. Quizás no lo sepas pero mucha gente en Sinnoh conoce tu historia.
-¿Mi historia?- preguntó Rai extrañado.
-Tu Flareon - prosiguió Kumiko- es conocido por todos como aquel Flareon que marcó en todos los entrenadores un antes y un después en la forma de entrenar. Se dice de él que fue el mejor pokémon de tipo fuego que ha habido y existirá jamás.
-Lo era – sentenció Rai.
-Se le recuerda como el Flareon de la Leyenda, Rai. Y tú … Tú eres el Entrenador Legendario.
-¡Yo no soy ningún Entrenador Legendario! – cortó Rai algo molesto por la afirmación de kumiko - Tal vez lo fui algún día. Hoy, ya no lo soy.
-Rai …
-No Kumiko. Yo ya no quiero entrenar más. No quiero más pokémon si no está mi Flareon conmigo.
-Pero Rai…
-No. Ya te he dicho que no. No empieces tú también como Nisad.
-Está bien- suspiró Kumiko- Me dirijo a la Forja Fuego. Iré en mi balsa, está río arriba. ¿Me acompañas?

Rai dudó.

-¿Prometes explicarme todo lo que sepas?- Preguntó Rai.

Kumiko sonrió.

-Venga sube.

Rai subió a la balsa con Kumiko algo extrañado de que la chica no usara un pokémon con surf como la mayoría de la gente normal.

-Oye, ¿Cómo es que no usas un pokémon para surfear?- preguntó Rai.
-Bueno… Nunca me han gustado los pokémon. No es que no lo soporte. Simplemente no es lo mío.

Rai la miró extrañado ¿Cómo podía existir alguien a quien no le gustaran los pokémon?.

-Sé lo que estás pensando. Que soy rara. Pero mira, no todo el mundo nace para ser entrenador ni cuidar pokémon. A mí lo que me gustan son las flores. Por eso me dedico a ellas.
-Bueno. Supongo que es respetable tu opción ¿Vamos a la Forja? Se nos hará tarde.
-Oh, sí, venga vamos. Habrá que remar.
-¿Remar? - preguntó Rai muy disgustado

Kumiko volvió a sonreír.

-Vamos Rai. No está muy lejos. Vamos.

Los dos jóvenes empezaron a remar río arriba. A medida que se adentraban se iba volviendo todo más oscuro. Hasta el punto de que tan sólo la luna y las estrellas alumbraban el lugar. Era un abrupto paisaje. No parecía estar habitado por mucha gente. Mientras remaban Rai preguntó:

-Entonces ¿sabes que pasó con Kaede, Nisad y Andrés en la cueva?
-Sí, me lo contó Kaede.
-¿Qué ocurrió? – Preguntó Rai - ¿dónde estaban cuando JoseMa y yo nos disponíamos a luchar?
-Se quedaron paralizados. De cada uno de ellos salió un rayo de luz. De kaede un rayo rosa. De Nisad amarillo y azul para Andrés. Los 3 rayos conformaron un triángulo.
-Pero … ¿Cómo es posible que salieran rayos?, quiero decir … Eso es físicamente imposible ¿no?
-Ya … es extraño. No sabemos porqué ocurrió, pero así fue. Del centro del triángulo surgió un túnel como de la nada
-Y Flareon fue absorbido por él. Ya lo recuerdo

El semblante de Rai se tornó serio

-No te preocupes más por ello, Rai. Mira, ya casi hemos llegado a la forja. Espérame aquí. Sólo tardaré un momento.
-Vale.

Kumiko bajó de la balsa y Rai se quedó sólo. Mientras esperaba, observaba todo el paisaje. Era todo muy bonito. Oía el correr del agua del río, el sonido de los pokémon nocturnos que habitaban el lugar, … Realmente era preciosa la región de Sinnoh.

El mundo pokémon. Los pokémon. A Rai le costaba imaginar una nueva vida sin pokémon. Una vida como la de Kumiko. Estaba decidido a ello pero sabía que le supondría vivir sin algo. El precio de esa nueva vida era su propio corazón.

La chica parecía tardar en salir. Una brisa de aire fresco hizo que Rai sintiera algo y de frío y decidiera saltar fuera de la balsa. Se sentó a la orilla del río y continuó escuchando la naturaleza.

Entonces, un ruido captó su atención. Alguien se estaba dirigiendo hacia donde estaba él. Alguien que parecía provenir del oscuro bosque que colindaba con el río. Estaba tan oscuro que sólo pudo ver la silueta de un joven de más o menos su edad. Vestía una bata larga y llevaba el pelo corto. El misterioso personaje se acercaba a él y parecía seguirle un pokémon que, por su silueta, se podría decir que se trataba de un eevee.

-Vamos, Marxdaton. Ya casi hemos llegado – dijo el extraño joven a su pokémon.
-¡¡Eeeee!!

El pokémon parecía estar muy ilusionado de aquel paseo con su entrenador.

-Mira, necesito que me ayudes en algo, Marx. Tengo que recolectar unas bayas de por aquí para un nuevo experimento que estoy trabajando. ¿Qué tal si me ayudas?. Son como estas.

El joven pareció sacar algo de su bolsillo y se lo enseñó al pequeño Marxdaton. El eevee estaba muy ilusionado de poder ayudar a su entrenador. Lo quería mucho. Parecía quererlo mucho. Rápidamente, el pequeño se adentró en el bosque en busca de aquellas bayas.

-¡Te esperaré aquí, Marxdaton!
-¡Eevee! – contestó el pequeño y feliz pokémon.

Rai veía como el joven se iba acercando cada vez más hacia donde estaba él después de que el eevee se marchara a buscar, así que decidió saltar sigilosamente de la balsa y esconderse detrás de un árbol con un grueso tronco que había cerca de donde se encontraba. Desde allí, continuaba observándolo todo.

Al poder contemplar más de cerca al muchacho, pudo comprobar que iba vestido de forma parecida a la de un científico o un investigador pokémon. Puedo también apreciar un lunar en su mejilla que le hacía algo peculiar. Rai no había visto antes a ese joven, pero seguía observándolo.

El científico se movía rápidamente mientras hablaba en voz alta;

-¡¡Iluso eevee…!!. No sé como es tan tonto como para creerse que lo voy a esperar. Ojalá se pierda en el bosque y desparezca de mi vista de una vez por todas. Ya no me sirve.

A Rai le latía rápidamente el corazón, no podía creer lo que estaba escuchando. Ese entrenador no podía estar pensando lo que decía.

-¡¡Vamos Pidgeot!! – gritó el misterioso joven.

Al instante un destello de luz roja emanó de su pokéball y tomó la forma de un gran pájaro pokémon.

-¡¡Vuela, vuela lejos, Pidgeot. Volvemos al laboratorio!!
-¡¡Geot!!

El científico se montó en el pájaro y ambos despegaron a gran velocidad, surcando los cielos hacia algún otro lugar.

Mientras tanto, en el bosque, el pequeño Marxdaton buscaba bayas para su amigo. Un ilusionado y contento pokémon que se sentía muy feliz de poder contentar a quién más quería en el mundo con su ayuda buscando las bayas. No sabía que su amado entrenador ya lo había abandonado.



Continuará …
Capítulo 8: El pequeño Marxdaton

426
Literatura y Fan Fiction / Re: La leyenda de las 3 esencias.
« en: 21 de Agosto de 2009, 04:04:26 am »
Capítulo 6: Kumiko Aya

Por la ventana de su habitación, Rai pudo ver como el sol se ponía en aquel bonito pueblo de Sinnoh. No sabía porqué, pero necesitaba caminar, caminar durante unas horas para pensar y aclarar las dudas que tenía en su cabeza.

Se vistió, se puso un abrigo y salió de su habitación sin hacer demasiado ruido. Bajo por las escaleras y un delicioso aroma que provenía del salón pareció envolverle. Mamá estaba cocinando sopa para la cena. Rai recordaba a mamá desde el supuesto día anterior, antes de irse a las Islas Espuma. Pero según Nisad haría 8 años que su madre lo contemplaba dormido. Si lo veía, difícilmente podría escapar, y no le apetecía mucho quedarse en casa con toda la confusión que rondaba en su cabeza.

Así, se dirigió con silenciosos pasos hasta la puerta, pero entonces, una voz que le recordaba a la de Kaede le interrumpió.

-¡¡Rai!!, ¡¡Mamá, es Rai!! ¡¡Está despierto!!.

Kaede estaba en el salón y lo había descubierto. Rai se volvió, no con demasiadas ganas, a contemplar el crecido rostro de su hermanita. Kaede ya poco se parecía a la niña de 4 años que estuvo en la cueva. Era mucho más alta. Llevaba el pelo recogido y parecía tener la cara maquillada con una especie de estrellitas brillantes.

-Eh… Hola, Kaede, esto… iba a salir.
-¡¡Hermano!!

Kaede estrechó a su hermano y Rai pudo divisar a su madre que venía a fundirse en el mismo abrazo.

-Eh … esto… Yo también me alegro pero … mmm… iba…
-¡¡Que alegría, Rai!! ¡¡Por fín despierto!!
-Sí … ya… pero… iba a salir ….

No sin esfuerzo, Rai consiguió despegarse de su madre y de su hermana.

-¿Sabes, Rai? – preguntó Kaede – Mañana mismo voy al laboratorio del profesor Serbal para comenzar mi aventura. Es genial que estés aquí. Vendrán unos amigos más que también comienzan la aventura.
-Sí… esto… Es maravilloso, Kaede. ¿A quién elegirás?
-Aún no lo sé. Estaba pensándolo en el sofá y entonces te ví. Por cierto, ¿A Dónde ibas?
-Ah, sí. Me alegro de veros y todo eso pero … me apetecía salir. Estoy muy confundido y … bueno ... aun faltan unas horas para la cena.
-Ok. No te preocupes Rai. Te vendrá bien conocer todo esto. El pueblo es muy bonito. Está cubierto de flores. Tal vez sea más bonito por la mañana pero sal, te gustará – dijo mamá.
-Gracias
-Por cierto, Rai. Temo decirte esto pero … tus pokémon se los quedó Oak en kanto para cuidarlos. Alguien tenia que ocuparse de ellos.
-Amm. No pasa nada. Me apañaré sin ellos
-Pero no te preocupes, tengo entendido que el profesor Oak se va a venir a Sinnoh a pasar una temporada. Si quieres que te traiga a alguno de tus antiguos pokémon…
-No. Prefiero que no. Perdí a Flareon. No quiero otro pokémon que no sea él.
-Rai, eso ya pasó hace mucho tiempo. Eres buen entrenador. Deberías volver a entrenar – dijo Kaede
-No, no quiero. Aun no.
-Bueno, Rai. En cualquier caso debes tener un pokémon, es peligroso que salgas desprotegido – replicó mamá
-Me las apañaré, no te preocupes.
-Cuídate, hermano – se despidió Kaede.
-Hasta luego

Rai salió fuera. Era cierto. Pueblo Aroma flor era muy bonito. Estaba entero cubierto de flores. Caminó por el pueblo observando todo lo que era nuevo para él. Había poca gente por las calles. Sin embargo, a pesar de haber anochecido ya, el ambiente era agradable. La noche estaba estrellada. Al ir caminando por las calles recordó aquella noche antes de ir a la fiesta con Flareon. Aquel recuerdo le entristeció, pero seguía caminando. A diferencia de Isla Canela, allí no había gimnasio pokémon ni mar. Era un clima bastante más seco. Sin embargo, en el silencio de la noche, a Rai le pareció oír en la lejanía el sonido de un riachuelo no muy lejos de donde se encontraba.

Pasó cerca de un gran edificio. Era más grande que el resto de las casas de Aroma flor, pero no era un gimnasio. En la fachada, numerosas macetas con flores decoraban la edificación. Por su aspecto, Rai pensó que era una tienda. Aunque bien distinta a las tiendas convencionales en las que venden artículos pokémon.

Una chica cerraba la puerta no sin dificultad. Rai la observaba.

-¡Maldita cancela! Mañana mismo la haré cambiar, todos los días lo mismo.

La chica parecía tener problemas para cerrar.

-¡Uyyy…! ¡Qué coraje! Me he cogido un pellizco.
-Oye… perdona. ¿Quieres que te ayude?
-No necesito ayuda de nadie. Necesito una cancela nueva. Eso es lo que necesito. Maldita sea…

La chica le propinó una patada a la cancela y al instante quedó cerrada. Rai la miraba algo asombrado. No se atrevía a reírse para no enfadar más a la muchacha.

-Bien. Ya está.

La chica se volvió con aire de triunfo y miró al chico que momentos antes le había ofrecido su ayuda.

-Perdona mi mal carácter, soy Kumiko, Kumiko Aya. Trabajo en esta floristería. Te invitaría a pasar pero ya he cerrado.
-Oh… no importa, de veras.
-No recuerdo haberte visto nunca por aquí. ¿Eres de Aroma flor?
-No, vivo aquí con mi familia desde hace algun tiempo, o eso creo. Realmente soy de Isla Canela, en Kanto.
-Ajam. Es extraño. Nunca antes te había visto. ¿Cómo te llamas?
-Soy Rai
-¡¡Ah!! Así que tu eres el hermano mayor de Kaede. Veo que ya te has recuperado. Me alegro.

Rai la miró asombrado. Esa chica conocía a su hermana, y por lo visto Kaede le había hablado de él.

-Eh…, sí. Gracias. Bueno Kumiko. Ha sido un placer. Si me disculpas…
-Sí, sí. Yo también tengo que irme a hacer unas cosillas. Nos vemos, Rai.
-Hasta luego.

Rai continuó caminando. Pensó en salir del pueblo y buscar el riachuelo, no por ninguna razón en especial. Simplemente quería caminar. No le importaba a donde. Mientras caminaba por aquellas floreadas calles, pensaba. Hacía un esfuerzo por recordar. Lo último que parecía recordar con claridad era el Articuno. Flareon dispuesto para atacar, pero… ¿Dónde estaba Andrés?. JoseMa también estaba dispuesto para combatir pero no recordaba que hacía Andrés en ese momento. Nisad y Kaede también deberían estar en la cueva. Era extraño, pero tampoco recordaba con claridad qué estaban haciendo ellos mientras.

Rai seguía caminando, ya estaba saliendo del pueblo. Luces, luces de colores que parecían formar un triángulo pero…¿de dónde venían?.

Mientras recordaba y pensaba, Rai llegó a los pies del río. Se sentó en una roca y siguió pensando mientras veía el agua correr.

-Que difícil es todo esto. ¿De dónde provenía ese triángulo formado por rayos de luz? – se preguntó Rai en voz alta. – Ni siquiera recuerdo con exactitud como murió mi Flareon. Si al menos pudiera recordar…
-Si quieres, yo te puedo ayudar – le interrumpió una femenina voz que ya conocía.


Continuará …
Capítulo 7: Forja Fuego

427
Literatura y Fan Fiction / Re: La leyenda de las 3 esencias.
« en: 21 de Agosto de 2009, 04:04:08 am »
Capítulo 5: Pueblo Aroma flor

Los rayos del Sol entraban por la ventana de la habitación como si de cuchillos dorados se tratara. En la pequeña habitación había una televisión provista de una pequeña y blanca videoconsola. Todo el suelo y las paredes eran de madera y el entorno parecía cálido. En la cama, un joven dormía. Permanecía tapado y sólo se le podía ver una cara que denotaba cansancio. Justo al lado de la cama había una mesa con un ordenador. En él, otro joven de unos 13 años permanecía ensimismado como si buscara alguna información muy valiosa.

Los párpados del entrenador se empezaron a mover. Cuando abrió los ojos pareció extrañado. Ese no era el lugar donde horas antes se había encontrado. La humedad y el frío de la cueva se habían transformado en calor y limpieza de las sabanas que lo cubrían en tal acogedora habitación. De repente, articuló con un hilo de voz:

-Fl..Fla..¿Flareon?
-¡Rai!, ¡Dios que alegría, por fin has despertado!. Creí que nunca más volvería a escucharte hablar – dijo Nisad que había dejado de lado el PC para atender a su amigo
-Es..tás m…mm..muy cambiado. ¿Cóm..mo es posible? Hace nada eras un p pequeñajo y m..mírate ahora.Yo también parezco hab..bb..ber crecido. ¿Qué ha pasad..do?
-Hmm … Entiendo. ¿No recuerdas nada verdad?
-¿Recordar que?¿Donde está mi Flareon? ¿Porqué estamos aquí? Recuerdo una cueva… sí, tu estabas allí, y kaede …
-Rai, escúchame – dijo el niño con un tono bastante serio – Tal vez te parezca que hace nada estuviéramos en la cueva pero… eso pasó hace ya 8 años

Rai no podía dar crédito a lo que escuchaba, en su interior sabía que Nisad podría tener razón pero… no era posible. Si había estado dormido 8 años… Sus pokémon, sus amigos,… cuantas cosas habrían cambiado.

– Mira Rai, ya no soy el niño a quien no dejaban ir de aventuras, ¿recuerdas?Todos hemos crecido. Tu has estado durmiendo pero mientras, han pasado muchas cosas. JoseMa está por ahí entrenando, Andrés ídem de lo mismo. Yo pasaba por casa a verte y de paso buscar información sobre EV´s,…. Pero espera, voy a avisar a todos, se pondrán como locos cuando sepan que por fin has despertado.
-No, Nisad, espera. Quiero que me expliques varias cosas antes. Ésta no es mi casa, ¿donde estamos? – Rai estaba muy confundido, casi temeroso por las innumerables dudas que perturbaban su cabeza.
-Sí, ésta es tu casa. Vivíamos en Isla Canela ¿Recuerdas?. Bueno. Hemos pasado por distintas regiones pero tú… bueno, seguías durmiendo. No recordarás nada de Johto ni de Hoen ¿me equivoco?

Rai parecía estar aún más confuso, las palabras de Nisad sonaban como temerosas. Como si temiera contarle algo. No obstante no parecía estar inventándose nada. Todo lo que decía parecía misterioso pero podría tener sentido. ¿Realmente había pasado tanto tiempo?. Las dudas de Rai iban creciendo a medida que Nisad hablaba.

-Pues, bien – prosiguió Nisad – Te encuentras ahora mismo en Pueblo Aroma Flor, en la región de Sinnoh. Aquí vivimos ahora. Bastante lejos de Isla Canela. A decir verdad, no podríamos llegar en barco hasta allí. Prácticamente no hay conexión entre estas dos regiones.
-Esto no puede ser, Nisad. Estoy muy confundido. Dices que han pasado años pero.., yo lo recuerdo todo como si fuera ayer mismo. ¿Que ha pasado con mis pokémon? ¿Quien cuidó de Flareon todo este tiempo?

Nisad guardó silencio. La pregunta que él temía que hiciera su amigo había llegado. No sabría explicarle a Rai todo lo ocurrido. Era demasiado doloroso para él recordarle que Flareon ya no estaba con ellos. Flareon llevaba 8 años muerto. Justo el tiempo que él llevaba dormido.

-Rai si te parece voy a llamar a los demas para que sepan …
-Nisad, dónde está mi Flareon – El tono de Rai parecía frio y cortante. Ya no tenía aquel tono tembloroso y lleno de dudas que había mantenido desde que despertó.
-¿Rai, no te acuerdas de nada verdad? – Nisad se volvió como si temiera mirar a los ojos de su amigo
-Por favor Nisad, dime si ha pasado algo con mi Flareon

Rai estaba muy serio, parecía temerse lo peor, Nisad no callaba así por cualquier cosa, siempre había sido muy claro en hablar. No sabía porqué él estaba dando tantos rodeos.

-Bien, supongo que tendré que ser yo quien te lo diga – Nisad respiró hondo y se dispuso a hablar sin apartar la vista del suelo de madera – Cuando hace 8 años fuimos de aventuras a las Islas espumas, allí ocurrió algo muy raro Rai. Realmente nadie sabe que fue exactamente lo que pasó. Sólo recordamos luces de colores, Articuno enfurecido y un ataque helado. Poco más. Ya sabes que Flareon era un pokémon muy valiente, se dispuso a luchar y …
-¿Era? ¿Por qué dices era? Querrás decir que és, ¿no Nisad? ¡¡Nisad!!
-Tranquilizate Rai , por favor
-¡¡¡No!!!, ¡¡¡No puede ser!!!. ¡¡¡Flareon!!!, ¡¡¡Flareon!!!, ¡¡¡Quiero ver a mi Flareon!!!
-¡¡Rai escúchame!! – sentenció Nisad – Sé como te sientes. Pero pasó. Ya han pasado 8 años y tienes que seguir adelante.
-¡¡No!! ¡¡No quiero pensarlo!!, ¡¡Mi pokémon!! ¡¡Mi Flareon!! …

Rai se hallaba sentado en la cama, desesperado por encontrar alguna negación en las palabras de Nisad, negación que no llegaba.

-Rai.. mira... Flareon está muerto. Tienes que aceptarlo. Fue terrible, lo sé. Pero sucedió así. La vida sigue. Piensa, eras buen entrenador, tienes que volver a ser el que eras…
-F..F..Flareon…mm..m..muerto…

Rai se desplomo en la cama. Miró hacia la ventana. Un hermoso paisaje con flores adornaba todo. Ciertamente ese lugar aunque nuevo para él era muy bonito. Pero Flareon… Una lágrima recorrió su mejilla. Flareon no vería nunca ese bonito paisaje, no podrían explorarlo juntos. Rai no tenía fuerzas para seguir. Cerró de nuevo los ojos y varías lagrimas empezaron a correr por su rostro.

-Por favor Rai. No te pongas así. Mira, podemos ir juntos. Todos están de aventuras. No saben que has despertado. Únete a mí. Te ayudaré a recordar. Recuperarás tu poder. Mira, he aprendido mucho durante este tiempo. EV`s, entrenamiento avanzado, … Si quieres puedo explicártelo todo para que vuelvas a ser el que eras, Rai.
-No te das cuenta ¿verdad?. Sin mi pokémon no quiero más aventuras. No quiero nada más. Vete sólo. Quiero que me dejes sólo Nisad – Los dos jóvenes no se atrevían ni a mirarse siquiera.
-Rai. No puedes estar llorando la muerte de tu Flareon toda tu vida.
-Por favor, no menciones más esa palabra.

Rai no parecía el mismo. El Rai decidido y entusiasmado de siempre parecía abatido. Desilusionado. La llama de entrenador que siempre había brillado en sus ojos estaba apagada.

-Rai, ven conmigo. Iremos de aventuras. Tienes que conocer toda esta Región, es preciosa…
-¡¡No quiero!! – dijo en un tono cortante – He dicho que para mí se acabaron las aventuras, se acabó el entrenamiento. ¡¡Vete!!. ¡¡Quiero estar Solo!!.

Nisad se levantó, miró por última vez a su amigo abatido y con paso tembloroso pero firme, se dirigió a la puerta y se fue. Nisad comprendía bien el dolor de su amigo. Se había ilusionado mucho por su despertar, pero ahora compartía su tristeza. Entendía a Rai. Necesitaba tiempo para asimilar todo lo que había pasado. Tal vez más adelante podrían volver a hablar. Cuando Nisad cerró la puerta, Rai escuchó el portazo desde su habitación, arriba de la casa. Viéndose sólo. Empezó a llorar, sólo y desconsoladamente, la muerte de su pokémon.



Continuará …
Capítulo 6: Kumiko Aya

428
Literatura y Fan Fiction / Re: La leyenda de las 3 esencias.
« en: 21 de Agosto de 2009, 04:03:32 am »
Capítulo 4: No te mueras, Flareon

JoseMa y Rai no daban crédito a lo que veían. Las luces que brotaban de los 3 pequeños formaban un triángulo de color. Rosa, azul y amarillo. ¿Qué podía significar aquello? Estaban aterrados. Los tres pequeños parecían estar en medio de un trance que les impedía reaccionar ante lo que estaba pasando. Flareon miraba fijamente al pájaro de hielo.

Rai estaba muy nervioso. ¿Qué le estaba pasando a su hermana? ¿Y a sus amigos?. JoseMa tampoco parecía tener respuesta, pero su mirada no era la misma que la de su compañero. Había decidido luchar contra lo que fuera que estuviese pasando. Se podía leer en su mirada. Sin apartar la vista de Articuno sacó una pokémon y, al instante, un destello de luz tomó la forma de un arbok.

-¡Rai!, ¡Sea lo que sea a lo que nos enfrentamos, ahora, más que nunca, debemos estar unidos!

Pero Rai estaba muy confuso.

-¡Rai!, ¡Flareon espera tu orden para combatir!

Articuno lanzó un rayo de hielo que Flareon y Arbok esquivaron. La mirada
de Rai se volvió a centrar en el Articuno. Su mirada era confusa, insegura, pero tenía que luchar. Su pokémon estaba esperando.

-Está bien, aunque este sea el último combate del que salgamos con vida. Lucharemos. ¿Preparado, JoseMa?
-Preparado
-¡Bien!, ¡Flareon, ataque rápido!
-¡Arbok, deslumbrar!

Articuno fue paralizado al instante. Flareon corría hacia él siguiendo las
órdenes de su entrenador sin importarle a qué se enfrentaba. Aunque éste fuera su último combate Rai estaría orgulloso de él una vez más.

Entre Articuno y los dos niños, estaba el triángulo de color, Flareon corría a atravesarlo, pero entonces algo pareció surgir en el centro del triángulo formado por los rayos de luz que brotaban de los 3 más pequeños.

El espacio pareció quebrarse y un oscuro y siniestro túnel surgió desde la nada. Se podía ver monstruosas criaturas dentro del mismo. Gigantescas formas de colores parecían moverse dentro de ese misterioso túnel surgido de la nada. Parecían pokémon pero no se parecían a ninguno de los que los niños habían visto anteriormente.

Entonces, un rugido ensordecedor pareció manar de la gigantesca boca de una de las criaturas y el agujero empezó a succionar todo lo que había cerca. Piedras, hielo y demás partículas eran absorbidas hacia él.

Los tres niños parecían clavados en la tierra. No se movían a pesar de que el fuerte viento que parecía absorberlo todo hacia el agujero podría arrancar incluso árboles. El túnel parecía tener un final, al final de él, un paisaje nevado. Personas muchos mayores que ellos parecían como si combatiera en el otro lado de ese oscuro túnel. Rai y JoseMa luchaban agarrándose a todo lo que veían para no ser absorbidos. Estaban muy asustados.

Un frío seco brotaba del agujero y parecía rodear a Articuno. El pájaro, asustado, emprendió el vuelo hacia el exterior de la cueva.

JoseMa llamó a Arbok.

-¡¡Vamos Arbok!!, ¡¡Regresa, no puedo más!!. ¡¡Agárrate, Rai, no se qué
ocurre pero parece que tu hermana, Nisad y Andrés no corren peligro de ser absorbidos!!. ¡¡Vamos, llama a Flareon!!
-Tengo miedo, JoseMa
-¡¡Yo también, Rai, pero el agujero parece estar cerrándose!!. ¡¡Rápido,
llama a Flareon, pronto estaremos todos a salvo de ser absorbidos por esa cosa!!.
-Sí, hay que ser valientes. - Rai cogió la pokéball y llamó a su pokémon. -
¡¡Flareon!!, ¡¡Vamos, regresa!!.

Pero Flareon estaba dentro del triángulo de color y luchaba por agarrarse a cualquier cosa para salvar su vida. Con sus pequeñas uñitas arañaba las piedras con miedo de ser absorbido por ese misterioso túnel habitado por esas criaturas que tanto miedo le producían al pokémon.

-¡¡Flaaa…!!

El pokémon gritaba a su entrenador, como si suplicase su ayuda.

-¡¡¡¡Nooo!!!, ¡¡¡Vamos amigo, regresa!!! –

Rai apuntaba hacia él pero el viento era muy fuerte y no acertaba a su pequeño pokémon.

-¡¡Flareon, vuelve!!
-¡¡Flaaaa…!! – gritaba el pokémon pidiendo auxilio

Flareon no podía más. Miró con sus grandes y estrellados ojos a su
entrenador. No se forma seria ni dispuesto a luchar. En sus estrellados ojos se notaba la tristeza. Esa mirada la había visto Rai en su pokémon. Era una mirada con la que el pokémon de fuego parecía intentar decirle a su entrenador que lo quería, y que siempre sería así.

Flareon dedicó su ultima mirada de despedida y desapareció a través del túnel.

-¡¡¡¡Flareon!!!!, ¡¡¡¡Flareon!!!!, ¡¡¡No!!!, ¡¡¡¡Flareon!!!!. ¡¡Vuelve Flareon!!

Rai no podía creer lo que veía. Llamaba a su pokémon. Llamaba
insistentemente a su amigo.

-¡¡¡¡Flareon!!!!, ¡¿¿Dónde estás, Flareon??! - la voz de Rai parecía quebrarse - ¡¡Noo!! , ¡¡Flareon!! , ¡¡Regresa!!

El agujero se cerró.

Rai llamaba desesperado a su Flareon. Pero ya, sólo el eco de la cueva
recibía como respuesta. Entonces, las lágrimas empezaron a brotar de los ojos de Rai. Unos ojos que buscaban a los de su pokémon. Tenía que ver los ojos de su pokémon. No. No podía haber ocurrido eso. Flareon no podía estar muerto. Su pequeño. Su pequeño que luchaba rasgando el suelo con las uñitas para sobrevivir. Su pequeño cuya última mirada había dedicado a su entrenador, a su amigo.

Las luces del triángulo se consumieron. El silencio se hizo. Donde antes había estado Flareon, ahora sólo había un Jynx.

Era el silencio. Sólo la voz de Rai se oía en la cueva.

-Flareon… no… ¡¡¡ Ayuda!!!

No le importaba nada. Sólo llamaba a su pokémon.

-Flareon… no .. no te mueras,.. no te m...m…mueras.

Rai, ya abatido, buscaba con su mirada por toda la sala. Gritando y llorando
a su pokémon. Buscaba su mirada, sus ojos que no eran más que grandes y vidriosos orbes ilusionados, chispeando con la luz de las estrellas que ya nunca más podrían volver a ver.

Rai se desmayó y perdió el conocimiento, dirigió su última mirada a la sala, donde ya jamás volvería a ver a Flareon. El niño comenzó un sueño, un sueño de dolor del que no quería volver a despertar.





Continuará …
Capítulo 5: Pueblo Aroma flor

429
Literatura y Fan Fiction / Re: La leyenda de las 3 esencias.
« en: 21 de Agosto de 2009, 04:03:16 am »
Capítulo 3: Luces de Colores

Los 5 niños estaban extasiados con la visión que tenían delante. Miles de cristales de hielo colgaban de la bóveda del techo. El suelo estaba cubierto de nieve y se podía contemplar el reflejo de los 5 niños por toda la gigantesca sala debido a los cristales que actuaban como espejos. Ya no se oían las olas romper en la base debido a la altura en la que se encontraban dentro del islote. Parecía como si miles de cristales y piedras preciosas adornaran el lugar. Todo era luz y brillo. En el centro de la sala, una magnífica escultura de hielo servía para dar sentido y coherencia a todo lo que adornaba alrededor.

- ¡¡Pero qué bonito!! – exclamó Kaede rompiendo el silencio que la sorpresa había producido en todos los demás.
- Sí, mira Flareon
- ¡Flarr! – exclamó el pokémon en cuyos grandes y alegres ojos se reflejaban los cristales de hielo.
- Ha merecido la pena venir, y mirad, parece una escultura del legendario Articuno.

JoseMa no se atrevía a abrir la boca. De un momento a otro se percatarían de que ellos no deberían estar allí. Prefería prolongar ese tiempo lo máximo posible.

-Sí, es grandiosa.

Flareon empezó a humesquear el lugar.

-Uf, estoy cansado, ¿Nos sentamos y descansamos aquí? En realidad sólo se trataba de una estatua de hielo pero esto es tan bonito que merece la pena quedarse un rato más. – dijo Andrés
-Sí, vamos Kaede. La escalada ha sido agotadora. ¡¡Eh!! … Un … momento. ¿Kaede?, ¿Nisad?, ¡¡¿JoseMa?!! ¡¡¡¿Qué significa esto?!!! - El tono de JoseMa se volvió de nuevo anaranjado. No abría la boca. – ¡¡Y no sólo vienes, que lo podrías haber dicho, encima te traes a mi hermana de 4 años y a un niño de 5!!.

Rai estaba enfadado. Se sentía traicionado. Andrés estaba tan cansado que todo lo demás le parecía indiferente.

-¡¡ JoseMa espero que me expliques…!!
-¡¡ Flaa, Flaa!!

Flareon parecía nervioso. Gritaba sin parar a la estatua. Su mirada había
cambiado. No se trataba de la alegre mirada de Flareon. Transmitía determinación, sabía lo que pasaba.

-No ocurre nada, sólo es cristal. Tranquilízate, Flareon

Pero no surtía efecto. Era la primera vez que el pokémon no se tranquilizaba
con la voz de su entrenador.

-Eh, Rai, espera … - Por primera vez JoseMa habló - ¡¡Vamos!! ,
¡¡tenemos que irnos de aquí!!
-Pero JoseMa …
-¡¡¡No hay tiempo que perder, sacad las cuerdas, hay que bajar!!!

JoseMa estaba nervioso. Pero, excepto él y Flareon, los demás no parecían
entender nada. Nisad, Kaede, Andrés y Rai rodeaban la estatua observando con curiosidad mientras JoseMa les gritaba.

-¡¡¡Tenemos que irnos de aquí!!!, ¡¡¡rápido!!!

Algo interrumpió a JoseMa. La estatua de Articuno empezó a resquebrajarse.
Se iba a desplomar de un momento a otro. Rai se alejo por el miedo. Por primera vez prestó atención al miedo que dominaba a JoseMa.

-¿Qué está pasando?, No entiendo nada.
-¡¡Es Articuno, Rai. Es Articuno!!

Desde el interior de la estatua un brillo empezó a dar tonos celestes al
pájaro antes helado. Entonces, el hielo se desplomó y Articuno abrió los ojos.

-¡¡¡Vamos!!!, ¡¡¡Apartaos!!! – Gritaba a Nisad, Andrés y Kaede que se habían quedado paralizados por el miedo.

Articuno blandió sus grandiosas alas de hielo y se incorporó con un grito
Ensordecedor. Al instante, los miles de cristales que adornaban el lugar empezaron a caer.

Flareon, al ver que Kaede y los demás estaban en peligro, se lanzó a combatir el hielo con un lanzallamas que derritió a un lingote que casi los aplasta. Los 3 niños parecían no darse cuenta de nada. Estaban paralizados, inertes.

De repente, una luz rosa fluorescente apareció donde Kaede tenía el corazón. Nisad estaba iluminada por una luz amarilla y a Andrés, rayos de luz azulada le brotaban desde el pecho.

Flareon se colocó entre su entrenador y Articuno, observándolo todo, preparándose para otro ataque.





Continuará …
Capítulo 4: No te mueras, Flareon

430
Literatura y Fan Fiction / Re: La leyenda de las 3 esencias.
« en: 21 de Agosto de 2009, 04:02:42 am »
Capítulo 2: Aventura Glacial

A los pocos minutos un joven salía del centro pokémon. Iba equipado con una mochila de color amarillo y naranja y una gorra negra. Vestía unos pantalones amarillos cortos, apenas le llegaba por las rodillas, y una camiseta roja con franjas también amarillas. Calzaba zapatos de montaña e iba provisto de un grueso cinturón.

Al mirar al cielo, el niño pudo comprobar que aún no había amanecido pero aún así, se dirigía con pasos cortos pero decididos a su destino. Había dormido en el centro pokémon de Isla Canela junto con los demás entrenadores pero parecía como si fuera el único que tuviera cosas que hacer a tan tempranas horas de la mañana.

Cuando llegó al gimnasio del pueblo se detuvo. Miró a su alrededor y comprobó que había llegado el primero. Satisfecho de haber logrado su propósito e aparecer el primero se giró y caminó hacia el puerto. Justo cuando ya se iba oyó una voz.
-¡¡JoseMa!!

En entrenador no pudo disimular una cara que denotaba disgusto.

- ¡Hey JoseMa! – dijo otra voz - ¿Tú también te vas en busca del legendario pájaro de hielo?, creí que anoche dijiste …
- Ya sé lo que dije – cortó – lo que pasa es que estuve pensando y bueno, conociendo a Rai, sé que aprovechará en la isla para cazar extrañas especies de pokémon.
- ¿Entonces vas con ellos? – Preguntó Nisad
- Eso, ¿vas con ellos?, a nosotros no nos dejan ir – agregó la niña
- Pues claro que no voy con ellos. Yo entreno sólo. Soy el rival de tu hermano, ¿entiendes?. No hace mucho que mi Venusaur perdió contra él y Flareon. He decidido remontar y lo haré solo.
- Entonces iremos contigo. La verdad es que eso de ir sólo con una niña no me agradaba mucho

Kaede miró a Nisad y éste no tuvo más que decir. La severa mirada que la niña de 4 años le había dirigido lo decía todo.

-A ver, Kaede. No se trata de que no quiera ir contigo. Lo que pasa es que Tylson y yo somos pequeños y … bueno … iríamos más seguros con JoseMa.
-De eso nada. He dicho que trabajo solo. Además, no pienso ir cargado con dos niños de parbulario. ¡Ni hablar! – Sentenció el entrenador.
-Mmm, bueno … Creo que a mi hermano le agradaría un poco de información acerca de los nuevos planes de JoseMa ¿No crees Nisad?

La cara del niño cambió. Lo último que quería era que Rai se enterara de lo
que tramaba. Provocar a su hermana no era una buena opción y lo sabía. Al ver que el comentario de Kaede había surtido el efecto deseado Nisad miró a Kaede.

-Esto, JoseMa, ¿Qué te parece si le decimos a Rai …?
-Está bién, podéis venir.

Los dos niños respiraron aliviados y alegres. A decir verdad, no tenían ni
idea de cómo iban a llegar a las Islas Espuma pero seguro que JoseMa tenía algún plan. JoseMa siempre solía tenerlo todo previsto así que sólo había que seguirlo. Con JoseMa, llegarían hasta el mítico Articuno.

-Está bién, podéis venir, sí, pero venga, vayámonos ya o nos verán.

Los tres empezaron a caminar hasta el muelle dejando atrás la oscura calle
del gimnasio. Tenían que apresurarse, en unos minutos Rai y Andrés aparecerían allí mismo.

Cuando llegaron al extremo donde la isla colindaba con el mar, JoseMa se detuvo. Cogió una de las 6 pokéball que llevaba en el cinturón y, al pulsarla, el tamaño de la misma aumentó hasta convertirse aproximadamente en una bola del tamaño de una pelota de tenis. La lanzó, y un resplandor rojo fluorescente tomó la forma de un lapras.

-Vamos – dijo – subid rápido o no llegaremos antes que ellos.
Seguramente irán volando en el Charizard de Andrés. Lo conozco y no querrán perder el tiempo navegando por el agua. ¡Nada rápido, Lapras!, tenemos que llegar a la Isla antes que Rai.

La brisa del mar y el frio de la mañana parecía entrarles por la nariz y llegarle hasta los pulmones al respirar. El olor a agua del mar y a salistre era intenso. El tamaño de Lapras impedía que se mojaran pero había cierto oleaje. No era raro que les salpicara agua aún yendo encima del pokémon. A medida que se alejaban del puerto hacia el mar, multitud de magikarps saltaban alrededor de Lapras como si quisieran acompañar a los niños en tan tempranas horas de la mañana hacía su destino. Un destino del que cada vez se hallaban más cerca.

En pocos minutos, dos enorme cuevas se levantaban ante ellos. Apenas había tierra o arena. Pareciera como si las Isla Espuma, su ansiado destino, sólo fueran esas dos cavidades en la roca. Únicamente existía la arena suficiente para desembarcar. Junto a la entrada había un cartel adherido a la roca que decía: “Islas Espuma, entrada Oeste”. Las cuevas estaban unidas en una sóla pero desde la entrada Oeste no se podía llegar a la otra por mar ni por arena. La única forma de llegar era atravesando una cueva que parecía tan profunda como peligrosa y oscura.

Cuando bajaron del pokémon el Sol ya aparecía por el Este de la Isla. Estaba amaneciendo.

-¡Lapras, vuelve!

El pokémon acuático regresó a su pokéball y los tres niños se apresuraron a
Entrar en la cueva.

-Mirad. – dijo JoseMa – Estas grandes rocas que hay por toda la cueva
nos ayudarán a ocultarnos. Por aquí podremos ir siguiendo, sin que nos vean, a esos dos cuando lleguen. Ya no tardarán.

El silencio reinaba en la húmeda cueva. En los más profundo se podía oír el
extruendo de una enorme cascada. Había agua, no hay duda. A los pocos minutos dos entrenadores también entraron en el mismo lugar. Avanzaban cuidadosamente observándolo todo. JoseMa, Nisad y Kaede los seguián escondidos por las piedras. Poco a poco la luz de la entrada se iba difuminando e iba desapareciendo y ante ellos, se abría una grande e inexplorada gruta con olor a salistre y donde, a medida que se iban adentrando, era más facil oir la cascada que había en el fondo.

Caminaron durante varias horas, parecía como si nunca acabara esa cueva. Anduvieron mucho tiempo observándolo todo, pero ni rastro del pájaro legendario. Al poco tiempo, un río subterráneo se ubicaba ante sus pies.

-Mira Rai. Hemos llegado a los más profundo de estas aburridas cuevas y
ni rastro del pokémon de hielo. Sería mejor que nos fuéramos antes de que se haga más tarde, tengo hambre.

Andrés parecía desilusionado. Había imaginado una aventura fascinante,
inolvidable, peligrosa, … y estaba resultando todo lo contrario.

-Ni hablar, Flareon y yo llegaremos hasta el fondo. Si en verdad aquí no
vive Articuno al menos pasaré un día de aventura con mi pokémon. Flareon ha estado trabajando muy duro y merece un poco de diversión.
-¿Diversión y aventura?. Por favor, Rai. Aquí sólo estamos nosotros.
Apenas han salido pokémon salvajes y los que hemos visto sólo eran absurdos y débiles zubar a quienes tu Flareon se ha cocinado a la brasa. Vayámonos, tengo frío.
-Ni hablar, mira si tienes frio acércate a Flareon. Él genera calor.
Ponte cerca de él.
-No sé como, Flareon de se separa de ti, Rai.

Rai le dedicó una sonrisa a su pokémon. Andrés tenía razón. Flareon no se
separaba nunca de su entrenador. Era su pokémon, es normal. Además, no había ningún pokémon a quien Rai quisiera más que a ese Flareon. No le importaba cuán poderoso era, era su amigo y su pokémon. Era difícil imaginar a Rai sin Flareon al lado. Eran uno.

-Bueno pues acércate a nosotros, estaremos mejor. Ya seguro que queda
poco para llegar. Mira Flareon, parece haber una isla allí en el centro del río.
-¿Reon?
-¡Venga, vamos!. Andrés, saca a tu pokémon de agua. Tenemos que
llegar hasta allí.

Cuando cruzaron el río un gran acantilado se levantaba ante ellos. Parecía
increiba que algo tan grande estuviera dentro de la cueva. No se alcanzaba a ver el techo de la sala. Las olas rompían ruidosamente a los pies del islote.

-Habrá que escalar. ¡Vamos Flareon!, ¡súbete a mis hombros!.

A Andrés no le apetecía mucho la idea de escalar pero sabía que había
llegado al final de la cueva. Si el pokémon legendario no estaba ahí arriba sencillamente no existía. Sería una de las tantas leyendas que se escuchan por Kanto.

Cuando subían, procuraban no mirar hacia abajo. Si caían, el golpe podría ser letal. Escuchaban las olas partir en la base del acantilado cada vez lejos conforme subían. De repente, un ruido les resultó familiar.

-¡¡¡Socorro!!!

Rai miró hacia abajo. JoseMa y Kaede sujetaban a Nisad para evitar su
caída. Venían escalando detrás. El ruido de las olas había impedido que los descubriera antes. El niño había resbalado y ahora luchaba por no caer.

-¡¡¿Pero qué..?!!
-¡No es el momento Rai!, ¡hay que ayudar a Nisad!, ¡Vamos!, ¡ahí va una
cuerda! – dijo Andrés.

Realmente estaba preocupado por su amigo. La cara de desilusión y
aburrimiento que había tenido ahora denotaba valor. Nisad agarró la cuerda. En cuestión de minutos, los 5 niños había llegado arriba. Cuando alzaron la visión, no podían creer lo que veían.



Continuará …
Capítulo 3: Luces de colores

431
Literatura y Fan Fiction / [Fanfic] La leyenda de las 3 esencias.
« en: 21 de Agosto de 2009, 04:02:32 am »
Por Rai_Legendario.

Capítulo 1: La fiesta del Solsticio de Verano

Un sol anaranjado tocaba el mar de Isla Canela, el día tocaba a su fin y con los últimos rayos de sol se estaban encendiendo las farolas y las luces que alumbraban el lugar. Muchos turistas se habían reunido en la isla para la ocasión. No era extraño ver al anochecer niños y abuelos pasear juntos para ver los distintos espectáculos que animaban las noches en la Isla. La plaza que estaba delante del centro pokémon había sido decorada con multitud de luces y globos para dar la bienvenida al solsticio de verano. Todo era fiesta y alegría. En toda la isla se podía oír la música y el ambiente que empezaba con el ocaso. En el centro de la plaza, un gran pájaro de fuego servía de decoración. Entre el escenario y las fachadas de las casas se había provisto globos y luces de muchos colores. La música sonaba y la plaza entera era escenario para los cientos de personas de la isla y turistas que allí se reunían. El centro pokémon estaba abierto pero era tan sofocante el calor de la noche que todos estaban fuera divirtiéndose. Tan sólo la enfermera Joy permanecía dentro por si había cualquier emergencia. Junto con la música y el humo, el buen olor de la comida impregnaba el aire. Había puestos de perritos calientes, hamburguesas, refrescos, golosinas con formas de diversos y raros pokémon, incluso había un puesto donde se vendía galletas lava y otros snack para los pokémon. Todo era diversión y alegría. El verano llegaba y tanto los humanos como los pokémon se divertían para celebrarlo.

En unas calles más al norte, todo era más tranquilo. Pareciera como si nadie más hubiera en la isla, las casi desiertas calles del resto del pueblo estaban en penumbra. El gimnasio pokémon estaba cerrado. Nadie trabajaba esa noche. Todos habían acudido a la fiesta del Verano. Todos, excepto un niño de 12 años.

En la Mansión Pokémon sólo se alcanzaba a oír los lejanos ruidos del festival. Dentro, el niño entrenaba con su pokémon.

        - ¡Muy bien Flareon, ahora, acaba con él!, ¡¡At. Rápido!!
        - ¡Flaar!

Una embestida y el raticate cayó. El niño corrió a por su pokémon.

-   Sí, Flareon, ha sido un buen trabajo. Mañana continuaremos ¿vale?
-   ¡Flareon!

El pequeño pokémon se acorrucó entre los brazos de su entrenador cuando éste lo abrazó. Había terminado otro más de los numerosos días de entrenamiento de Flareon.

-   ¿Te gustaría ir a la feria de la isla, Flareon?
-   ¡Reon! – dijo el pequeño pokémon que no se podía estar quieto por la
emoción. Flareon iría con su entrenador a la feria. Nada hacía más feliz al pokémon de fuego que compartir momentos con su entrenador. No le importaba si para ello tenía que entrenar largas horas. Sólo quería estar con Rai.
-   Pues venga, apresurémoslo, Flareon. JoseMa y Andrés ya deben estar
allí.
-   ¡Fla! – Asíntió el pokémon.

Rai llevaba a Flareon en brazos por las oscuras calles del pueblo sólo
alumbradas por la luz de las farolas. Sin embargo, no les era difícil llegar hasta la plaza del centro pokémon, sólo tenían que ir a donde estaba la música que aún se oía lejana. Cuando pasaron por delante del gimnasio de Blaine Rai se detuvo:
-   Mira Flareon, hace ya semanas que vencimos al Magmar de Blaine.
¿Sabes? A veces pienso que tú y yo podríamos …

No hacía falta que Rai acabara la frase para que su pokémon la entendiera. El sueño de Rai siempre había sido ser lider de un gimnasio pokémon. Un gimnasio como el de Blaine. Se imaginaba con Flareon derrotando a miles de aspirantes. Él y Flareon lo conseguirían, no sabía si antes o después pero sabía que un gran futuro le aguardaba a su pokémon de fuego.

-   Siempre estaremos juntos ¿Verdad Flareon?
-   ¡Flaaaaa! – Dijo alegremente el pequeño pokémon de fuego.

En la plaza, JoseMa se había detenido justo delante del puesto de perritos calientes

-   ¡Qué aroma!, bueno, tenemos que esperar a Félix ¿no?. Yo voy a cenar,
no sé ustedes, pero yo eso de esperar con el estómago vacio…
-   jeje, que razón llevas JoseMa, pídeme a mí otro. Charizard y yo tenemos
hambre – respondió Andrés
-   Aquí tienes, uno para ti y dos para mí.
-   Que ambicioso eres JoseMa, con uno vale tio – agregó Andrés con un
poco de sufrida desesperación
-   Ay que ver que te lo crees todo – respondió JoseMa – Habrá que
comprarle la cena también a Rai ¿no crees? Él y Flareon no tardarán.

Mientras los dos amigos buscaban un lugar donde sentarse tranquilamente y
cenar, la estatua que había en el centro de la plaza captó su atención. Era un gran pájaro pokémon. Seguramente muy poderoso.

-   ¿Qué pokémon será ese JoseMa? – preguntó Andrés observando un
banco que había justo debajo de la estatua – Esta cosa no suele estar aquí, parece que la han puesto por la fiesta. ¿Qué crees que puede …
-   Es un Moltres – se apresuró a decir JoseMa. ¿Acaso no conoces al pájaro
legendario de tipo fuego?
-   Pues …
- Está claro que no – dijo JoseMa – Mira, creo que deberías estudiar un poco más. En Kanto hay tres pájaros legendarios. El pájaro del fuego, el del trueno, y el de …
-   ¡¡¡kaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! – Un pikachu había caído desde el ala de la
estatua justo sobre el perrito caliente de JoseMa cubriéndolo todo de mostaza. No se podría saber quien estaba más amarillo, el pikachu o JoseMa.

Esto era ya demasiado, era soportable que sus amigos no tuvieran nociones
básicas sobre leyendas de pokémon, pero este accidente había colmado su paciencia.

Pikachu salto al suelo, se sacudió la cabeza y corrió hacia los pies de un niño de 5 años.

-   ¡Pero Tyson!, ay que ver como te has puesto. Mira nada más. Te lavé
ayer mismo verás cuando te vea mamá. Te ha dicho mil veces que no me puedes dejar sólo e irte a subirte por todos lados.

JoseMa ya se estaba volviendo de un color más anaranjado. Estaría totalmente
rojo si no fuera por toda las mostaza que tenía en la cara y en la camisa.

-   ¡¡¡Esto es lo que no hay!!! . Pídeme perdón, exijo perdón y otro perrito
caliente totalmente sabroso y delicado.
-   Anda – suspiró el niño – No me digas que has estropeado la cena a
JoseMa.
-   ¿Estropeado la cena?. ¡Mira como me ha puesto tu pikachu! ¡A ver
cuando aprendes que no se pueden tener así a los pokémon. Si no eres capaz de controlarlo tu mismo, lo metes en una pokéball!, que para eso la inventaron – dijo un enfadado JoseMa.
-   Está bien Tyson, será mejor que regreses
-   ¡Pika!
-   No te preocupes JoseMa, ya sabes como es mi pikachu. Ahora mismo te
compro tu cena. Y de paso me compro la mía. Son las diez y media y aún no he cenado.
-   Así me gusta – agregó JoseMa, algo más tranquilizado mientras se
limpiaba la mostaza que le quedaba en la cara.
-   ¡Eh! Ahí viene Rai, trae a Flareon en brazos – dijo Andrés
-   Uf, seguro que se han artado de entrenar. Todos los días lo mismo –
señaló JoseMa
-   Ya sabes como está con ese Flareon, quiere que sea el mejor – respondió
Andrés
-   Hola chicos – Saludó Rai

Nisad regresaba con dos perritos y refrescos, saludó a Rai y Flareon
saltó al suelo corriendo hasta el banco donde estaban Andrés y JoseMa.

-   Hola Rai, ¿Cenamos?. Te hemos comprado la cena y bueno, estábamos
hablando acerca de la leyenda de los pájaros. JoseMa nos estaba hablando acerca del pokémon de la estatua esa de ahí.
-   Perfecto, Flareon y yo estamos hambrientos. Mirad, he comprado comida
pokémon, aquí tenéis.
-   Gracias, Rai. Mira, le decía a Andrés, antes de que cierto pikachu saltara
sobre mi y …

Nisad se sonrojó un poco

-   Bueno venga, cuenta JoseMa – interrumpió el pequeño.
-   Sí cuenta, tengo entendido que hay un pájaro del fuego y otro del rayo,
¿no? – dijo Rai
-   Es verdad, una vez me hablaron de Zapdos, ese es el que me gusta a mi
– dijo Andrés mientras devoraba su cena.
-   Realmente son tres. Moltres, Zapdos y Articuno. Muchos dicen que son
leyenda aunque algunos dicen haberlos visto.
-   ¿Articuno? ¿Un pájaro de agua? Que extraño es eso. Me gustaría verlo
-   No seas ridículo, Rai. Articuno no es un pájaro de agua. Es el ave
legendaria de tipo hielo. Cuentan que vive en unas islas al Este de aquí – agregó JoseMa elevando un poco la voz pues era bastante complicado hablar en medio de aquel jaleo. La fiesta parecía estar animada pero los niños estaban tan absortos en su conversación que parecía como si no formaran parte de todo ese barullo.
-   ¿Al Este?, ¿tan cerca? ¡Vamos a capturarlo! – dijo un impaciente Nisad
-   Tu estás loco ¿no?. Contando con en el hipotético caso de que existiera,
Articuno podría matarnos. Es demasiado poderoso – contestó JoseMa
-   En ese caso, podríamos ir a verlo. Sólo por curiosidad, no aguanto las
ganas de saber si es cierta o no la leyenda ¿No estás deacuerdo. Flareon?
-   ¡Flareon!
-   ¡Buena idea Rai, salgamos mañana mismo a explorar esas islas!
-   Pues yo no voy. Ustedes no sabéis lo que decís. Es sólo una leyenda, y
aunque fuera verdad, yo no estoy preparado para enfrentarme a un pokémon legendario ¿Y si nos ataca? – dijo JoseMa
-   Nah, no nos acercaremos. Además, según tú sólo es una leyenda
¿cierto?. Hágamos un día de excursión. ¿Te apuntas, Rai?
-   ¿Qué opinas Flareon?
-   ¡¡Flarr!!
-   Perfecto, mañana mismo saldremos a esas islas. A las 6 de la mañana es
buena hora. Nos veremos en frente del gimnasio de Blaine.
-   Sí, yo iré – dijo un entusiasmado Nisad.
-   Estáis locos todos, yo ya os digo que no pienso ir, en fin, ya me
contaréis.
-   Sí pero sólo iremos Andrés y yo. Nisad tu sólo tienes 5 años. Podría ser
peligroso – dijo Rai
-   Sí, además, ni tan siquiera eres capaz de manejar a tu pikachu
-   Sí soy capaz, que os creéis. Mañana mismo voy a ir a …
-   A casa es a donde vas a ir tú. Venga que es tarde

La madre de Nisad había llegado al centro de la plaza. Nisad, callado, siguió a su madre hasta su casa. Tenía ganas de cumplir los diez años y ser un entrenador libre por fín. Como Rai, Andrés y JoseMa. Mientras se alejaba con sus padres miraba hacia atrás con ganas de ser como sus amigos. Andrés ya tenía 10 años y tanto Rai como JoseMa cumplirían 13 al finalizar el verano. Ellos eran entrenadores y mañana iban en busca de un pokémon legendario.

Cuando llegó a su casa. Nisad imaginaba cuantas cosas maravillosas haría con Tyson si tuviera 10 años. Cuantos lugares explorarían. En su habitación ingeniaba diversas formas de escapar e irse con sus amigos. Cada cual más irreal. Sólo tenía 5 años y su pikachu no estaba entrenado. Pero él tenía conocimientos, pensaba. Yo podría ayudar dándoles información a mis amigos. Seguro que ni saben el nombre de esas islas, pensaba. Nisad se durmió aquella noche, soñando con un futuro aún bastante lejano. Un futuro en el que se iba de aventura en busca del legendario pájaro de hielo con sus amigos.

A las cinco y media de la mañana un mensaje en la PDA despertó a Nisad.

“Hola, Me he enterado de que se van mi hermano con mi primo Andrés de aventura. Yo quiero ir pero no me dejan. Dicen que soy pequeña porque tengo 4 años. Prepárate. Coje tu Pikachu y prepara una mochila. Nos vemos tu y yo detrás del gimnasio de Blaine a las 6. Intenta bajar por la regadera de la ventana. No te retrases. Tenemos que llegar antes que ellos o nos pillarán”
                           
                        Kaede Ariyoshi

                           Continuará …
Capítulo 2: Aventura Glacial

432
Literatura y Fan Fiction / Re: Memorias de Ditto.
« en: 21 de Agosto de 2009, 04:00:26 am »
Capitulo cuatro: Una nueva era

Cuando la batalla ya casi se habia extinguido bajo de los cielos Arceus quien le ordeno a Darkai irse, este se le enfrento y en ese momento ambos volaron y fueron rodeados por un campo de oscuridad creado por darkai, sus miradas estaban fijas en su oponente, pareciera que el que golpera primero ganaria, ambos estaban muy pasivos pero a la vez nerviosos, cuando por fin sus ojos se cruzaron Darkai se lanzo sin vacilar con todas sus fuerzas y cuando creyo que ya tenia dominado a Arceus este lo contrataco de inmediatom entonces la batalla empezo ambos peleaban de una forma tan espectacular e increible, que las peleas de los creadores parecian juegos de ratatas, cada movimiento era planeado y contundente, ninguno de los dos cedia, pensamos que el combato podria ser eterno, pokemons y humanos mirabamos con impotencia a nuestro defensor nosotros temiamos por el destino de Arceus y ellos por el de Darkai, sabiamos que si alguno de los dos caia seria el fin para el bando.

Finalmente se les comenzaban a ver las muestras de cansancio pero como las de los guardianes, no importaban, ellos vivian el momento de la pelea como si supieran que fuera el ultimo y no querian caer sino hasta ver al otro caer primero, era lo mas increible que hubiera visto

Arceus y Darkai se detuvieron y tal como al principio se miraron como si supieran lo que estaba en la mente del otro, entonces Arceus finalmente dijo "Es el momento de tu sentencia" y Darkai riendo desafio a arceus diciendo "Lo que yo te hare sufrir no te lo imaginarias ni en tu peor pesadilla", en ese momento dos poderes chocaron causando un colosal estruendo, pero a la vez el mas hermoso espectaculo que mis ojos hubieran visto

Cuando todo termino vi a darkai huir muy herido, pero todavia con esa mirada fria y perversa y so risa macabra, desvie mi mirada y vi a Arceus firme en el suelo, entonces supe que todo habia terminado, en ese momento me pregunte que sera de nuestra existencia, entonces Arceus dijo: "gyarados tu que fuiste creado con grandes poderes y responsabilidades que despreciaste perderas tus poderes supremos y seras obligado a evolucionar, peronolo haran facilmente por su nuevo cuerpo" y los convirtio en magikarps, luego dijo "milotics, ustedes hermanos de gyarados fueron complices en su pecado y tambien deben ser castigados, aunque nosere tamduro con ustedes" y los convirtio en feebas, y finalmente dijo " humanos ustedes han sido losmas debiles de la creacion, pero a cambioles di sabiduria, que es mejor que el poder, por esto ustedes recibiran el castigo de mi ira, ahora no la sentiran pero ustedes sufriran por sus propios actos, sus propios actos condenaran a su especie al dolor eterno". Asi finalmente partieron los creadores y los guardianes dejandonos a todos aqui sin saber que hacer sin un control

A pesar dde lo que pensamos esta epoca fue bastante tranquila dicen que los guardianes aun vagan por el mundo tratando de ayudar a los que lo necesiten, yo no fui por que yo nunca fui tan duro como ellos, a pesar de que mis poderes llegaban a su nivel, mis hermanos se han olvidado de la historia por culpa de los humanos, pero yo no y eso es lo que realmente agradezco, mas que mi vida eterna y a pesar de que no me fue tambien como a los creadores soy feliz sbiendo que tengo conciencia de mi existencia y del origen del mundo.


Fin

433
Literatura y Fan Fiction / Re: Memorias de Ditto.
« en: 21 de Agosto de 2009, 04:00:07 am »
Capitulo tres: EL ataque

Los guardines gobernaban el mundo facilmente, cada uno tenia una especie de guarida, a donde iban a pedirles ayuda los pokemons y humanos que la necesitaran, los guardianes decidieron crear pokemons ultrafuertes para facilitar sus trabajos, fue en esta epoca que existieron los mas poderosos, que fueron tyranitar, salamance, metagross, dragonite y garchomp, estos se demoraban mucho en nacer pero una vez nacian tenian su supervivencia y evolucion asegurada, en el intento ademas fueron creados dos tipos pokemon superpoderosos que no necesitaban evolucionar estos eran gyarados y milotic

Los nuevos ayudantes podian realizar proezas con sus poderes y todo marchaba bien, pero los humanos comenzaron a tener miedo de los poderes de los pokemon, pronto terribles pesadillas invadirian sus sueños gracias a la influencia de darkai

Mientras el miedo de los humanos crecia la codicia de los gyarados tambien lo hacia entonces darkai se encargo de ponerlos en contra de los guardianes asi que lo milotic que eran considerados hermanos de los gyarados les advirtieron que no podian traicionar a los creadores, los gyarados ignorron sus ordenes y les pidieron que guardaran el secreto, los milotics se resignaron a guardar el secreto, con la esperanza de que nadasucediera, pero ellos no se imaginaron que los humanos y los gyarados construirian una alianza

Los humanos y gyarados se dispusieron a tomarse el mundo, cuando los guardianes se dieron cuenta de lo que ocurria ya era demasiado tarde, la destruccion trazada en el camino de los humanos era terrible

Ai juntos se enfrentaron a los guardines y a sus ayudantes acabando totalmente con su mandato, la ira de los guardianes fue tal que un ombate horrible empezo, cuando los humanos se atrevieron destruir la torre de ho oh, este revivio tres espiritus paa acabar con los humanos, batllas se daban en todo el mundo, incluso yo descubri mi verdadero poder gracias a esta batalla, descubri que podia tenr un increible poder al copiarme de los cuerpos de los demas. Pero la batalla definitiva se dio cuando Arceus decendio y se enfrento a darkai


Continuara......

434
Literatura y Fan Fiction / Re: Memorias de Ditto.
« en: 21 de Agosto de 2009, 03:59:54 am »
Capitulo dos: Los nuevos guardianes

Nuestro padre creo a los humanos finalmente, estos eran mas inteligentes que nosotros, pero a su vez mas debiles fisicamente, muchos de los pokemon se fueron a entrenar con ellos por que asi podian mejorar de mejor forma sus habilidades, todo iba bien hasta que los humanos comenzaron a apropiarse del mundo diciendo que el mundo les pertenecia, los mews intentaton detenerlos pero estos capturaban pokemons y los obligaban a luchar con ellos, asi los poderosos guardianes del mundo fueron exterminados por los humanos y muchos de nosotros tambien sufrimos, Arceus enfadado destruyo a todos lo humanos que tuvieran que ver con la muerte de sus hijos, finalmente solo un pequeño grupo de humanos sobrevivio, esto me hizo pensar mucho en si este era el primer mundo, si habria pasado algo parecidp antes un mundo anterior a este pero nunca me atrevi a preguntarle eso a nuestro padre

Arceus para evitar que volviera a ocurrir algo parecido creo a varios guardianes que fueron Lugia, Ho oh, Regigas, Rayquaza, Deoxys, Celebi, Jirachi, Latios y Latias; varios de estoscrearon a su vez guardianes, y aa pesar de todo muchos decian que un Mew habia sobrevivido

Con estos guardianes vigilando el mundo el mundo estaba tranquilo de nuevo pero algo terrible sucederia muy pronto, algo que marcaria totalmente la historia del mundo


Continuara......

435
Literatura y Fan Fiction / [Fanfic] Memorias de Ditto.
« en: 21 de Agosto de 2009, 03:59:43 am »
Por Rikimaru.

Capitulo uno: el inicio

Soy uno de los primeros pokemon que habito la tierra existo desde la creacion, cuando nuestro padre Arceus creo el mundo, recuerdo que simplemente me creo al lado de otros pokemons a los que llamo Mew, Groudon, Kyogre, Palkia y Dialga no se por que pero nos dio vida para que crearamos el mundo a su antojo, tampoco se si el existia desde el inicio solo recuerdo el momento en el que pude ver algo habia salido mal conmigo, el nos creo a Mew y a mi para dar vida a otros pokemons con nuestros poderes, pero algo salio mal conmigo, existi gracias a la compasion que me tuvieron, pero luego yo ayudaria a dar vida al mundo.

Asi fue como Groudon creo la tierra, kyogre creo el mar, Palkia y Dialga crearon la naturaleza y Mew creo a los habitantes del mundo.

yo lme pasaba jugando con todos los pokemon que existian y descubri que podia tomar sus formas de la misma forma en que Mew lo hacia, al ver esto Arceus penso que esta seria la mejor forma de habitar el mundo y creo otros eres como yo a los que llamo Ditto

En esa epoca habia mucho conflicto entre los pokemon, en especial eran graves los de los creadores pues Groudon y kyogre peleaban por mas espacio para la tierra y el mar de igual forma en que Palkia y Dialga peleaban; asi que Mew el pokemon supremo acababa con las peleas debido a su inmenso poder, pero Arceus pronto se empezo a preocupar por el poder que la habia dado a Mew, debido a que este tenia ademas los poderes que serian otorgados a mi y que se volvia cada vez mas fuerte al derrotar a los otros creadores cuando peleaban

El poder de Mew llego a ser casi tan colosal como el del propio Arceus, asi que este por miedo decidio dividir sus poderes y desde entonces el mundo fue vigilado por cincuenta mews

El mundo era muy tranquilo los creadores ya no peleaban, Arceus era de nuevo supremamente superior a los poderes de cualquier otro pokemon y todos eramos felices, pero Arceus deseaba otra criatura con mayor inteligencia que ayudara al mundo y asi fueron creados los humanos


Continuara.......

436
Literatura y Fan Fiction / Re: La convención legendaria.
« en: 21 de Agosto de 2009, 03:58:26 am »
CAPÍTULO 2
CUADRILLA

_____8.00 AM_____
Goron despertó, desvelado Se levantó.Iba a desayunar cuando le pareció ver a Arceus.
"No es posible,debe ser que estoy muy dormido(esto me recuerda que hoy es mi primera misión)."
Pero ahí seguía la imagen, que dijo:
"Ya sabes, hijo,ve a la Columna Lanza.Allí verás a tus compañeros."
"Sí, señor"
Goron no sabía si lo había visto de verdad. No le importaba. Goron desayunó y deshizo la tienda.
Luego sacó a Deoxys.Estaba en forma ataque.
"Veo que me has sacado_dijo este(por telepatía)_ , ¿Qué quieres que haga?
"Tenemos que ir a la Columna Lanza,¿se te ocurre cómo?"
"Si quieres ir te llevo:soy tu pokémon.!TELETRANSPORTE¡"
Ya no estaban en donde antes, sino en un templo en ruinas.

____30min. MÁS TARDE____
Ya estaban todos. Eran:
_Space:Era el de el día anterior.Tenía un Feraligator, un Dragonite y a Palkia.
_Shadow: Ya entrado en edad, tenía pelo negro y ojos negros como pozos.Su equipo constaba de Gengar, Garchomp y Giratina.
_Tsaia:Una joven de pelo castaño.La acompañaban un Metagross, un Salamence y Dialga.

Así las cosas,Tsaia dijo:
_"Bueno, vamos, ¿no?"
_"Por supuesto_ironizó Shadow_, como somos capaces de respirar en el espacio..."
_"Hijos.."
Era Arceus, que habia llegado.
_"Tendréis que combatir a un Demonio.Los Demonios son Pokémon oscuros con gran mentalidad y fusionados.No será fácil que venzáis, pero se que podéis.Y vosotros sí que podéis respirar en el espacio, lo sé."
_"Pues iremos para allá"-dijo toda la cuadrilla a la vez.

437
Literatura y Fan Fiction / Re: La convención legendaria.
« en: 21 de Agosto de 2009, 03:58:16 am »
CAPITULO 1:CONVENCIÓN

Goron estaba en un amplio salón, como de hotel de lujo.Habia bolas de energía por todas partes.Pero en una especie de escenario habia una imponente estatua.
"¿Qué es la estatua? ¿Dónde estamos?"preguntó Goron a Space.
"La estatua es de Arceus, y esto es la Convención Legendaria.Tómatelo como un banquete."

Desde luego parecía un banquete:había comida a rebosar y +-40 personas comían ya. Goron también se puso a comer y hablar con gente.


___30min. más tarde___
La gente seguía hablando y comiendo, hasta que las bolas brillaron con más intensidad, y la gente dejó de comer y calló.hicieron bien, pues la estatua se volvió en el auténtico Arceus, y habló.
"Bienvenidos a la Convención_dijo Arceus-, voy a explicar porqué estáis aquí.
Os he elegido para batallar contra Darkrai y el mal general.Para ello fortaleceré vuestros 6 pokemon
principales y daré un legendario a cada uno."
"¡Se está quedando con nosotros!"_dijo uno.
"No me quedo con nadie"replicó Arceus.
La ceremonia fue corta.Goron recibió un Deoxys, y Arceus le dijo.
"Tienes que estar mañana en la Columna Lanza, donde esperarás a otros tres para ir a la luna helada de Saturno"
"¡¿Tan lejos?!
"Sí,y te daré más información"
Goron suspiró.Empezaba la aventura.

438
Literatura y Fan Fiction / [Fanfic] La convención legendaria.
« en: 21 de Agosto de 2009, 03:58:08 am »
Por GORONDARKRAI.

LA CONVENCION LEGENDARIA

PARTE   INTRODUCTORIA


Era por el mediodia. Goron llevaba 12 dias de viaje como entrenador .

Goron era un chico de 13 años, alto y delgado ,con vaqueros y camiseta roja.
Su pelo era negro y sus ojos ámbar.Le acompañaba su Solrock y su Lunatone.

Goron estaba tumbado, acababa de comer. Pero vio a alguien. Parecía tener su misma edad y tenía el pelo blanco. Lo llamó.

El desconocido se llamaba Space. Éste le dijo: "Por fin te he encontrado." Goron le preguntó: " ¿Me buscabas?" El desconocido respondió: "Si, desde luego. Ven."

Se abrió una especie de vórtice blanco en el suelo y Space le invitó a saltar. Goron vaciló un poco, pero al fin se decidió a saltar.         

439
Literatura y Fan Fiction / Re: Golden Sun
« en: 21 de Agosto de 2009, 03:56:07 am »
Capitulo 1: Tres años después…

“Bueno, ahora voy a buscar a Garet y después a por Hans.”-Pensó Nadia.

Ya habían pasado tres largos años tras la catástrofe.

Nadia había estado llorando larga y tendidamente distante los dos primeros. Fue acogida por una señora del pueblo, a la que su hija se la había muerto al nacer.

La antigua casa de Nadia estaba atrancada y nadie podía entrar. Esto fue desde el día de la tormenta, por la furia desatada.

Paso tras paso, Nadia se acercó a la casa de Garet. Su abuelo era el Anciano del pueblo, además del Alcalde.

Tenía la casa más grande de la aldea, aunque en composición era como todas las demás, antigua y de paja.

Algunos dicen que cuando el ser humano acampó en puso los cimientos de esas mismas casas, y que el poder mágico del Mt. Alept impide que se derrumben.

Aunque solo son leyendas.

“¡Kiaaa!”-Gritó una voz a lo lejos.

Era Garet. Estaba detrás de la casa.

Nadia se acercó al lugar.

“Garet, ¿aún estás practicando?”

“Debo de hacerlo. Sino nunca seré fuerte. ¡Kiaaa!”

Garet estaba intentando mover una roca de gran tamaño mediante la Psinergía.

Ahora Garet era un chico de 17 años, alto y robusto. Pelirrojo y con unos ojos vivarachos.

Nadia era igual que antes, solo que había perdido la alegría de sus ojos.

“¿Sigues pensando en ellos?”-Preguntó Garet.

“Tenemos que ir a por Hans, no tengo tiempo para tonterías. Hemos de escalar el Mt. Alept.”

“No son tonterías, y lo sabes.”

“¡Vamos! ¡Me voy sino me sigues!”

“Bueno…si tu lo dices…”

Garet y Nadia se encaminaron hacia la casa de Hans.

Al llegar, Hans estaba en el tejado, arreglándolo. Subieron las escaleras.

“Hola señora. Hola Hans.”-Dijo Nadia.

“No me llames señora, Nadia, llámame Dora. Bienvenida.”

“Hola gente.”-Dijo Garet al subir.

“Anda, si Garet también ha venido. Bueno Hans, ¿ha donde pensáis ir hoy?”

“Ha estudiar la alquimia, mamá.”

En eso, Garet se tropezó y casi se cae. Dora fue a ayudarle, pero pareció que se había caido.

“¡Señora!”

“¡Mamá!”

Entonces, subió. Se había agarrado.

“Bueno, por los pelos.”-Dijo- “Ahora dime, Hans, ¿ha donde os dirigís? No puedes engañarme, eres como tu padre.”

“Nos dirigimos a escalar el Mt. Alepth, señora. Kraden nos acompañará. Dice que es importante para nuestra formación.”-Intervino Nadia.

“Bueno Hans, puedes irte con ellos, pero no os metáis en líos. Ya acabaré yo de arreglar esto.”

Los jóvenes se dirigieron hacia la casa de Kraden.

Kraden era un sabio. Estudiaba la alquimia. Hacía pocos años que había llegado al pueblo. Tendría sobre sesenta años. A pesar de la edad, tenía una constitución fuerte, y medía cerca de un metro setenta.

Al acercarse a la casa, se detuvieron. Dos personas muy pálidas y bastante misteriosas les cerraron el camino. Uno tenía el pelo azulado, era alto, y tenía una lujosa capa que ocultaba una armadura. La otra, una mujer, era más baja, de estatura media y delgada, con armadura y capa similares, solo que tenía la capa roja como su pelo.

“¿Vais a algún sitio?”-Dijo la mujer.

“Nos dirigíamos a la casa de Kraden hasta que nos lo habéis impedido, desconocidos.”-Dijo Garet.

“Entonces, Menardi, dejémosles ir. Nuestra cita ya ha termido.”

“Podéis ir, pero rápido. No nos hagáis cambias de opinión.”

Los jóvenes subieron las escaleras que llevaban a la casa de Kraden.

“Parecían ladrones. ¿Habrán hecho algo a Kraden?”-Dijo Hans.

Entonces corrieron para asegurarse.

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Literatura y Fan Fiction / [Fanfic] Golden Sun
« en: 21 de Agosto de 2009, 03:55:54 am »
Por ELANTIGUOGUARDIAN.

Bueno, a pesar de que llevo un libro con 42 pags, voi a comenzar otro. Esto en el word son 7, sin portada actual.
Lo acabo de escribir, fijaros si me gustó el juego, que me acuerdo de todos ciudades, nombres, xD, y si no a mirar guías,xDD.

Empezemos por el prólogo.

Golden Sun.
Libro Primero.

Prólogo.

“¡Hans! ¡Hans! ¡Despierta!”

Una voz gritaba en el umbral. Entonces, un niño se revolvía inquieto en la cama.

“¡Hans! ¡Rápido cariño, despierta!”

Una mujer agitó al niño hasta arrebatarlo de las fauces del sueño. El niño, extrañado, preguntó que sucedía.

“La tormenta. El Mt. Alept está desatando su poder. Rápido. Vamos al centro de la aldea, es el único lugar donde estaremos seguros.”

El niño acompañó a la mujer y salieron de la casa. Era un mediocre construcción de dos pisos, con el techo de paja, y bastantes bibliotecas llenas de libros. Una cocina, y algunos barriles para guardar cosas.

Al salir, un hombre llegaba corriendo hacia ellos.

“¡Dora! ¡Hans! ¡Soy Frank!”

“Cariño, ¿que haces aquí?-Preguntó la mujer.

“No hay tiempo para explicaciones. He de ir y atender a los heridos. Dora, asegúrate de que tu y Hans llegáis sanos y salvos a la plaza. Hans, toma esto, puede ser peligroso.”

El hombre tendió una espada corta al chico. Este la tomó y la desenvainó.

“Frank…iré contigo…Hans ya es mayor y sabe cuidarse el solito. ¿Verdad?

El joven asintió.

“Bueno Dora, no hay tiempo para discutir, sígueme. Hans, has de descender por estas escaleras para llegar a la plaza-dijo Frank señalando las escaleras.”

Entonces, Frank y Dora corrieron hasta desaparecer de la vista de Hans.

Hans era chico alto, bueno, de estatura media-alta, de pelo moreno y delgado, con unos ojos marrones muy profundos.

Hans se dirigió hacia el sur en dirección a las escaleras, pero varias rocas taparon el camino.

“Qué voy a hacer ahora…”-Pensó el joven.

Entonces, se dispuso a dirigirse al norte, en dirección al puente, que atravesaba el río que nacía del Mt. Alept, el cuál caía en una grotesca catarata. Al avanzar un poco, escuchó gritos cerca de la casa del alcade.

“¡Aiiii! ¡Como pesa la condenada! ¡Vamos, muévete un poco!”

Hans se acercó cuidadosamente. Pudo observar que era Garet, su amigo de la infancia.

Garet era un chico alto, robusto, pelirrojo, con una mirada ardiente llena de alegría, que tenía catorce años, al igual que Hans.

“¿Se puede saber que sucede, Garet?”-Preguntó Hans-“Rápido, vamos al centro de la aldea.”

“¿Me estás diciendo que deje todos mis tesoros para salvar mi vida?”

Hans asintió.

“Quizás tengas razón. Sí, decidido, vamos a la plaza, esto estará aquí cuando volvamos.”

Los dos jóvenes de dirigieron al centro de la aldea.
Al llegar al puente, pudieron ver como los sabios de la aldea retenían una gran roca proveniente de la montaña.

Poco después, una vez pasado el obstáculo del puente, se encontraron con que la valla que impedía a los monstruos de las cavernas entrar en la cueva estaba rota.

Siguieron avanzando, hasta que dos monstruos azules les cerraron el paso.

“Son bichos”-Dijo Garet desenvainando su espada-“No son muy duros.”

Uno se acercó a Garet, que acabó ensartado por su espada.

El otro golpeó con su tridente a Hans, que consiguió parar la estocada con su espada, para tumbar al ser de una patada y atravesarle el corazón.

Los jóvenes siguieron avanzando. Se toparon con más bichos, murciélagos y otros seres extraños.

Exhaustos, llegaron a la casa de Félix y Nadia.
Nadia era una amiga de la infancia de los jóvenes, y Félix su hermano mayor.

Nadia era pelirroja, de estatura media, con unos ojos rojos vivarachos, y hermosa. Su pelo acababa con una sencilla coleta.

Mientras, Félix era alto, fuerte y tenía el pelo castaño, a la par que sus ojos. Tenía una melena que le caía por los hombros.

Al acercarse, pudieron ver un hombre agarrado a un palo en el río, con los padres de Félix y los de Hans intentado rescatarlo.

Pero no les quedaba Psinergía.

La Psinergía es el poder mágico de todas las cosas. El elemento con el que estaban hechos. La magia elemental.

De repente, la madre de Hans, Dora, se acercó a ellos.

Era bajita, de pelo marrón y los mismos ojos que su hijo. Era bastante delgada.

“¡Hans! ¡Garet! ¡Necesitamos ayuda! ¡No nos queda Psinergía para salvar a Félix! ¡Rápido, ir a buscar a alguien a la plaza y volver!”

Los jóvenes obedecieron sin rechistar, pero entonces apareció Nadia. Tenía los ojos llorosos. Dora la envió junto a Hans y Garet.

Estos se dirigieron al centro de la aldea. Tardaron bastante poco en llegar.

En el centro de la aldea estaban la posada, el mercado, y en centro una extraña piedra rodeada de agua.

Los jóvenes se acercaron y vieron al Sabio del pueblo. Al exponerle su problema, este les envió junto con un hombre que acababa de reponer su psinergía tocando la piedra mágica, la piedra psinérgica.

Al llegar junto a Dora, un estruendo sacudió el cielo. Los sabios no podían mantener la roca y esta se desprendió.

Los presentes se dispusieron a protegerse. Los padres de Nadia y el de Hans no tuvieron tiempo. Todo fue muy rápido.

Momentos después, todo había pasado.

Dora y Nadia estaban llorando. El enviado tenía el pié enfrascado en el lodo del río, y Garet con la mirada perdida.

Hans se dispuso a ir a pedir ayuda.

Entonces, escuchó una conversación.

“No sabíamos que el Mt. Alept iba a desatar tanto poder.”

“Tienes razón, Menardi. Somos los únicos supervivientes de nuestro grupo. Y en esta aldea, Tale, cosas peores seguro que han sucedido. Y no hemos cumplido nuestro objetivo.”

Entonces, un grito rompió el silencio.

“¡Hans! ¡Espera! ¡Yo también voy! ¡En estos momentos los hombres debemos mantenernos unidos!”

Era Garet. Hans le mostró con signos que se callara.

“Pero, ¿por qué, Hans? ¿Qué sucede?”-Contestó Garet.

“Así que teníamos compañía. ¿Estabais escuchando, verdad?”

Una mujer portadora de una guadaña, de tez pálido, y un pelo de color rojo extraño apareció ante ellos Era de estatura media y delgada, con una capa ancha y armadura plateada.

A su lado, se encontraba un hombre pálido con el pelo azulado brillante, alto y fuerte, con capa y espada, portando una armadura de plata.

Ambos estaban rodeados de un aura de misterio.

“¿Quiénes sois? ¿Qué queréis?”-Dijo Garet.

“No nos vengas con esas, mocoso insolente.”-Dijo la mujer.

“Debéis de olvidar, chicos. Y os podemos ayudar.”-Intervino el misterioso hombre.

Repentinamente, el hombre levantó una mano, la cuál tenía una bola de fuego, pronunció unas palabras en bajo y cientos de bolas de fuego de tamaño similar salieron de ella y golpearon a los jóvenes, haciéndolos perder el conocimiento.

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