Foros Pokexperto

General => Literatura y Fan Fiction => Mensaje iniciado por: MaestroCebolla en 31 de Diciembre de 2016, 01:05:13 am

Título: [Novela] Duality Paradox (proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 31 de Diciembre de 2016, 01:05:13 am
Título Original: Vínculum et Perditio
Titulo: Duality Paradox.
Trama:
Spoiler: mostrar
Lizzie es una chica de 15 años con un grave problema, no sabe cual de las realidades que ha vivido es la correcta. En una, ella es una jugadora que fue invitada a probar un nuevo dispositivo de Realidad Virtual extremadamente inmersivo, en la otra, vive en un mundo que perfectamente podría ser sacado de un videojuego, pero los recuerdos le dicen otra cosa. ¿En quien y en que debe confiar?

Tema de comentarios aquí. (http://www.pokexperto.net/foros/index.php?topic=69766.msg2754928#msg2754928)

Capítulo 1.

Lo importante es en que ficción crees.
-Orson Scott Card

Toda la multitud pedía la sangre de aquella chica. Solo yo podía darles lo que pedían.

Fue una decisión difícil, realmente. Pero ¿No era la única forma de liberarla de todo lo que estaba a punto de pasar? ¿De enviarla de vuelta a nuestro mundo? En realidad, nadie sabía si morir era una salida, ni siquiera yo estaba segura de ello.

Había sido una pesadilla, una muy real. Maia, mi amiga de toda la vida, había sido condenada a la pena de muerte por ser una protegida, un grave delito contra todo lo bueno. Los protegidos, como se llamaban ellos, eran un grupo de gente capaz de desatar el caos más inmenso jamás visto. Pero hacía siglos que los últimos protegidos habían huido de la civilización hacia los ríos de fuego, aquel juicio no tenía sentido, ni era justo, se veía a kilómetros que la pobre Maia no tenía defensa alguna.

- Ayúdame, Lizzie.

Suplicaba con todas sus fuerzas, o las pocas que le quedaban después de horas de tortura, que no la maten. Como gota que colmó el vaso, era deber de la casa de mi padre encargarse de las ejecuciones públicas, por lo que la tradición dictaba que debía ser yo quien ejecutase a Maia, pues mi padre no estaba en la ciudad... Venía temiendo que ese sueño se hiciese realidad por una buena razón. Decidiese lo que decidiese en ese caso, lo perdería todo.

Tuve, además, otro sueño esa noche, aunque al levantarme ya no lo recordaba tan claramente como el otro.

Pero no era momento de preocuparse de ese tipo de cosas, de lo que podría pasar. Hice el esfuerzo de obligarme a pensar en mi día a día como siempre que tenía aquel sueño. Me puse lo primero que encontré, no es que hubiese mucho de donde escoger, ya que siempre terminaba regalando mi ropa a alguien o arruinándola, por lo que casi siempre tenía unas tres o cuatro prendas de cada tipo.

Escuché, entonces, una voz familiar. Era mi madre, llamándome para desayunar, como todas las mañanas.

- Ven, Lizzie, o Reginald se terminará su desayuno y el tuyo. -

- Y será tu culpa por obligar a un perro a comer como humano. - Le respondí en tono de broma, no se lo tomó bien a pesar de que no tuve intención de ofenderla. -

- Pues ven que vas a perderte algo. - Dijo ella, había algo raro en su tono de voz, así que me apresuré y bajé. Efectivamente, en cuanto vi a aquel hombre lo supe, era mi padre.

- Alexander. - Dijo mi madre con algo de enfado y resentimiento en su voz.

- ¡Rose, Liz! - Tenía una sonrisa en su rostro, pero esta se desdibujó al recibir una patada en las partes nobles. - Supongo que me lo merecía. Sé que no es correcto estar lejos de ustedes tanto tiempo, pero tuve un buen motivo. -

- ¿Mejor motivo que evitar que tu hija deba matar a alguien siendo tan joven? - Dijo mi madre, estaba realmente enfadada.

- No voy a hacerlo, y lo saben. - Interrumpí.

- Lizzie, esta noche vamos a necesitar leña. - Dijo entonces mi padre, cortando la discusión en dos como con un hacha- ¿Podrías ir a traer un poco? No vayas a lo del gordo ese, ve a buscarla al bosque, así nos aseguramos de que no nos vuelve a estafar con esa madera que no se quema. Y para que quede claro, fue el mismo rey quien me encargó irme, nunca tuve intención de hacerlo, pero simplemente no podía negarme.

Mi madre no se tenía intenciones de dar la conversación por terminada, se veía en su mirada, así que decidí ir hacia el bosque como me ordenaron. Simplemente tomé una carretilla y fui hacia el norte, tomando el camino que atravesaba el pueblo, que era el más largo. No tenía intención de volver a mi casa pronto, no con mis padres discutiendo.

Seguí caminando por el pueblo hasta pasar por el gremio de profesores, donde me encontré con Maia. Recordé el sueño que había tenido y por un segundo me asusté, pues en el yo finalmente decidí matarla. ¿Por qué lo había hecho?

- Te ves mal, Liz ¿Ha pasado algo? - Claro que estaba preocupada, a pesar de que había intentado disimular todo el camino, ella me conocía desde hace mucho.

- Nada, mi padre regresó a casa. - Le resumí con la esperanza de que siguiera preguntando.

- Eso es bueno, pero, entonces ¿Por qué estás así? - Dijo. Se veía que sospechaba algo.

- Prefiero no decirlo ahora ¿Quieres acompañarme a buscar leños?

- En realidad vine a matricularme en el gremio de profesores, lo siento, luego te alcanzo si puedo. -

Y así, me volví a quedar sola. Compré unos panes para comer en el día, definitivamente no planeaba volver temprano a casa. Pasaron horas mientras buscaba leños que estuviesen secos, me tomaba la molestia de quemar algunos de esos leños para asegurarme de que la humedad no los hubiese dejado inservibles, luego los apagaba como podía. No llevaba prisa alguna.

En un momento sucedió que me adentré un poco más que de costumbre en el bosque y escuché una voz. Era un hombre pidiendo ayuda, una parte de mi sentía miedo de adentrarse más en el bosque y de las intenciones de aquel hombre, pero finalmente decidí que podía y debía ayudarlo. Retrocedí a una zona del bosque que ya conocía y dejé la carretilla con los leños allí, aunque llevé conmigo un leño grande, que podría servirme para defenderme llegado el caso. Luego fui hacia donde escuché la voz a toda prisa. Aquel hombre seguía pidiendo ayuda, cada vez gritaba más fuerte.

El bosque se hacía cada vez más y más espeso, haciéndome difícil el paso. Veía ardillas y otras criaturas huir de mi mientras agitaba y arrancaba la maleza en un intento por hacerme paso y finalmente lo encontré. Era un hombre escuálido, casi esquelético, vestía una manta negra que le cubría de la cintura a las rodillas. Tenía heridas por todo el cuerpo, desde el cuello hacia abajo, algunas de las cuales estaban aún abiertas. Hice el esfuerzo de imaginarme como podía aquel hombre seguir vivo, no pude, parecía como un esqueleto apenas pudiendo sostenerse.

- Te he estado esperando. - Me dijo, era extraño que dijera eso, muy extraño, y parecía convencido de lo que decía.

- ¿Por qué? - Pregunté con miedo.

- ¿Sabes lo que dicen de este bosque? Es el mejor lugar para encontrar la paz interior. -

- No, no lo sabía. -

- Perdóname, estoy un poco mal. Me equivoqué de bosque. -

- Estás mal, sí, tenemos que llevarte al pueblo. - Dije, recordando que estaba allí porque quería ayudarlo.

- No.- Se negó cuando intenté tomarlo de un brazo.

- Déjame ayudarte. - Le dije, algo enfadada.

- No puedo volver allá, no, pero tu... Cuídalo por mí. -

Murió, habiendo pronunciado esas extrañas palabras. No pude evitar pensar a que se refería, mientras, decidí darle un digno entierro, aunque al final, solo acabé cubriéndolo con una pequeña capa de hojas, y regresé a casa con los leños. Mis padres ya no discutían, es más, no se hablaban en absoluto. Pasaba lo mismo cada vez que mi padre debía irse algunos meses fuera por órdenes del rey o algún otro motivo, yo casi me había resignado, pero aún dolía lo suficiente como para querer evitar verlos mientras discutían.

Aquella noche, tuve un sueño diferente, se sentía incluso más real que el resto de mis sueños. Como si hubiese vivido eso antes, pero, era a su vez, tan extraño. No conocía muchas de las palabras que yo misma pronunciaba y, aun así, las decía tan naturalmente, y los lugares y la gente eran muy diferentes a lo que yo conocía.

...

No podía creerlo, pero ahí estaba, frente a mí se hallaban las oficinas de Greenware S.R.L. el futuro de la industria de los videojuegos. Sería una experiencia única en mi vida. Según me habían contado el ARP (Procesador de Realidades Artificiales) estaría disponible dentro de unos diez años y sería accesible a la clase media alta dentro de otros cincuenta años más, y yo había sido seleccionada para participar en la primera fase de pruebas, junto a otros cientos de jugadores de todo el mundo.

En cuanto entré al edificio sentí el contraste entre el calor pesado e implacable del verano en Silicon Valley y la fresca caricia del aire acondicionado. Pronto teníamos a una típica secretaria rubia guiándonos por una serie de pasillos y soltando un monólogo sobre la compañía como si fuese nuestra guía turística, siendo a veces interrumpida por un par de chicos que al parecer estaban interesados en trabajar allí. Yo prefería analizar lo que veía por mí misma, al fin y al cabo, fue eso lo que me trajo aquí. Mi artículo "Paisajes y Videojuegos" en el periódico escolar. Emar Kephy, el C.E.O. de Greenware en las redes sociales, nos esperaba por fin. Primero dio un breve discurso sobre la industria de los videojuegos y su compromiso con el medio ambiente, aunque se sentía como un discurso preparado, incluso más artificial que el de la secretaria, solo le faltaba sostener un papelito en la mano o mirar directamente a un punto detrás nuestro para delatar que no había tenido tiempo de preparar esa parte del discurso o, quizá, que no era lo que más le importaba. Finalmente llegó a una parte interesante del monólogo, donde hablaba del ARP y, si bien su oratoria no mejoró mucho, si se le veía más interesado.

- El Procesador de Realidades Artificiales es, sin duda, uno de nuestros mejores logros, y no lo digo solamente por orgullo. Este es el futuro de la industria, imagínense pasar sus vacaciones en una aventura épica y única generada solo para ustedes. No es un título como Leech, que genera un mapa aleatorio pero mantiene la misma historia, o Pandracon que genera varias historias únicas en un mundo pre-generado, esos eran meros experimentos, la punta del iceberg.- Cuando dijo esto, me sorprendí mucho, Leech y Pandracon habían revolucionado la industria hacía dos años, eran los dos únicos títulos que Greenware lanzó al mercado y solo con ellos se cubrieron de gloria, y de suficiente dinero para comenzar a desarrollar el ARP, por lo que parecía.- Una vez dentro- Continuó- Probablemente se sientan diferentes, quizá algún mareo, eso es que su cerebro está asimilando el ARP, ya que resulta un tanto invasivo- Uno de mis compañeros  levantó la mano para preguntar.-

- ¿Entonces, es peligroso? -

- Al contrario, el efecto de mareo es mínimo, como cuando te subes a una montaña rusa para niños. Ahora si me permiten comencemos. ¿Primer voluntario? -

Levanté la mano inmediatamente, estaba ansiosa por probarlo. Me llevaron a una sala casi completamente blanca y vacía, salvo por un tubo que tenía una gran puerta abierta y parecía aún más blanco que el resto de la habitación. Me indicaron que me parase en él, luego presionaron unos botones y, sin cerrar la puerta, el tubo se inclinó hacia atrás, hasta quedar completamente horizontal.

- En cuanto inicie la simulación, tus recuerdos serán reemplazados por los de tu personaje hasta que salgas de ella. - Dijo Emar.

- ¿Qué? - Respondí, alarmada, en el mismo momento que la puerta se cerró de repente, golpeándome en la cabeza.
Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 06 de Enero de 2017, 08:24:25 am
Capítulo 2.

Lo esencial es invisible a los ojos.
-Antoine de Saint-Exupéry


Desperté al día siguiente, con un fuerte dolor de cabeza. Era temprano por la mañana, tan temprano que mis padres aún no estaban despiertos, lo cual era muy raro. Quise volver a dormir, pero una extraña sensación me detuvo de intentarlo. Sentía a mis pies algo frío, áspero y húmedo, como escamas de reptil. Alcé la vista y efectivamente, había una criatura pequeña, de intensos colores del matiz del azul, y de aspecto draconiano acurrucada a mis pies. Me asusté tanto ante la visión de aquella criatura que salí de mi cama de un brinco. A lo cual la criatura reaccionó enroscándose de forma tal que ocultaba su cabeza con su cola.

- Lo siento.- Dijo entonces el dragón. Me pareció extraño, ya que los dragones son famosos por su temperamento y poder, que uno de ellos se asuste ante una humana y se disculpe era algo completamente diferente a lo que esperaba. Entonces me pareció escucharlo llorar. Entonces me vino a la mente la escena de ayer, el hombre que enterré me dijo "Cuídalo" pero no me dijo que se supone que debía cuidar. ¿Será este dragón? ¿La última voluntad de aquel hombre era que yo cuidase de el?

- Tranquilo.- Le dije al ver que seguía llorando, aquel pequeño dragón estaba tanto o más asustado que yo, así que decidí calmarlo. Me acerqué y comencé a acariciar su piel como si se tratase de cualquier otro animal.

- Gracias, señorita humana, se sentía tanto frío...- Dijo, y era cierto, los reptiles, como los dragones, son de sangre fría, por lo que necesitan vivir en ambientes cálidos, como los ríos de fuego.

- Llámame Lizzie, por favor.- Entonces, por curiosidad, decidí preguntarle- ¿Por que estás aquí?-

- ¿Por que pregunta eso, señorita Lizzie?- Dijo, como un niño pequeño que preguntaba por que llovía a un adulto de su confianza.

No supe que contestarle, así que me quedé callada unos segundos, pensando en alguna respuesta. Pero finalmente respondió sin que dijera nada.

- Bueno, supongo que no lo sabe, pero lo diré, es la ley de los guardianes. Procedo a recitarla.-

1° El guardián ha de permanecer junto a su protegido en todo momento, salvo por orden o necesidad de este último.
2° El guardián ha de proveer lo que su protegido necesite, dentro de sus posibilidades y avisarle de cualquier peligro.
3° El guardián no ha de poner en peligro a su protegido, salvo que sepa que dicho peligro le evita enfrentar un peligro mayor.
4° Tras la muerte del protegido, este tiene el derecho de asignar un nuevo protegido al guardián, el protegido siempre ha de ser un humano. En este caso el nuevo protegido no puede negarse. En caso de que no haya un heredero, el guardián ha de hallar un humano que lo acepte en un lapso de siete lunas. Un guardián no puede vivir más de siete lunas lejos de su protegido, o sin uno.
5° Un guardián ha de obedecer y mostrar respeto a su protegido.
6° Un guardián no puede causar daño a ningún ser, salvo por orden o necesidad de su protegido.
7° El guardián morirá en caso de desobedecer o incumplir cualquiera de estas leyes.

No lo podía creer, ahora era una protegida, y no podía hacer nada para evitarlo. Hacía mucho tiempo, los protegidos habían sido proscritos por nuestra ley, estaba prohibido serlo, hablar de ello y muchas otras cosas relacionadas, a tal punto que no se sabía exactamente que eran, que hacían, o por qué estaba prohibido serlo. Pero ahora yo lo sabía, poseía conocimiento que se suponía que no debía saber, y podía morir por ello. Entonces reaccioné.

- Solo por ser mi guardián, ya me estás poniendo en peligro por la ley de los humanos.-

- Lo sé, Señorita Lizzie, es por eso que los guardianes tenemos el poder de volvernos invisibles, y de volver inaudibles nuestras conversaciones. De ese modo eliminamos mucho del peligro ¿O acaso dijo eso porque desea usted que me muera?- Tras decir esto, la criatura se puso a llorar de nuevo.

- No, lo siento, no quise...- Pensé mejor las palabras que iba a decir, lo tomé en brazos y le respondí.- Discúlpame.-

Entonces se calmó, y se volvió invisible en el momento que mi madre entraba a mi cuarto para despertarme. Claro que se sorprendió al verme ya levantada y con el pijama aún puesto, tanto que no pudo pronunciar muchas palabras, simplemente dijo, tras una pausa- Buenos días, ya estoy preparando el desayuno.- Y tras darme un beso en la mejilla cerró la puerta. Y pude retomar mi conversación con mi guardián, me di cuenta que no sabía su nombre, así que se lo pregunté, usando un tono alegre.

-¿Y como se llama mi nuevo dragoncito guardián?- Dije sonriendole.

- No tengo un nombre fijo, dejo que cada protegido me ponga un nombre que quiera, por ejemplo mi anterior protegido me puso Gamenor, que en su lengua materna significa pequeño dragón.-

- ¿Y te gustaba? Porque a mi me suena a que te despreciaba por ser pequeño.-

- El Señor Borya era un buen protegido, aunque algo duro, a veces usaba mi nombre de mala manera, pero yo me consolaba con el propio nombre, ya que Nor era el nombre del guardián de los reyes, y Gam significa hijo en el viejo idioma, así que Gamenor suena como Hijo de Nor.-

- Entiendo... ¿Así que los reyes tenían un guardián?- Dije, ya que esa parte de la historia había llamado mi atención.

- Si, el motivo por el que los guardianes y protegidos sean perseguidos por los humanos es un misterio.- Dijo, sin más.

- Bien, lo he decidido, conservarás el nombre que te ha puesto tu amo anterior, es más, como apodo te diré Nor, y tu puedes llamarme Liz si quieres.- Decidí que, si no podía evitar que fuese mi guardián, entonces debería de ser mi amigo también.-

- ¡Bien!- Dijo, saltando de alegría.- Aunque me gustaría aclarar una cosa, no soy precisamente un dragón.-

- Cuéntame más.- Dije.

- El término correcto para mi especie es Guiverno, una rama de la familia de los dragones.- Asentí con la cabeza y el siguió hablando.- La mayor diferencia son nuestras patas delanteras, que cumplen también la función de alas y garras, cuando la mayoría de los dragones tienen alas aparte de las patas, además los guivernos somos mas ágiles en comparación y la mayoría no producimos fuego en nuestro interior, cosa que la mayoría de los dragones comunes si pueden hacer.- Se detuvo, seguramente porque se habrá quedado sin ideas acerca de que decir a continuación. Decidí hacerle una pregunta.

- ¿Y todos los guardianes son Guivernos?-

- No, hay guardianes de todo tipo, dragones comunes, caninos, felinos, te sorprendería la gran variedad de guardianes que hay, pero por lo general, y sobre todo desde la prohibición, no se dejan ver.-

Entonces mi madre volvió a mi cuarto y avisó que ya estaba listo el desayuno, tal como ayer, el ambiente estuvo tan tenso como ayer pero al menos mi padre y mi madre no terminaron peleando como ayer, es más, hasta pude ver un atisbo de alegría en mamá, aunque quizá solo fueron imaginaciones mías.

- Lizzie, si quieres tomarte el día libre, por mi está bien.- Dijo mi padre, fueron las únicas palabras que salieron de la boca de algún ser humano en aquel almuerzo, aunque por alguna razón Gamenor no dejaba de preguntarme cosas, pero preferí ignorarlo. Yo era consciente de que mis padres no podían verlo ni oír lo que nos decíamos, pero prefería actuar natural.
Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 12 de Enero de 2017, 01:18:14 am
Capítulo 3.

Un verdadero amigo es aquel quien se acerca a ti cuando el resto del mundo te abandona.
-Walter Winchell

Tras terminar de almorzar salí de casa, no sin antes ponerme algo mejor que el pijama y despedirme de mis padres. Opté por llevar un vestido de cuerpo completo color gris claro que me había regalado mi abuela, y mi fular favorito, que era de color azul. No era la mejor ropa, pero al menos era algo. Entonces, al salir, pude hablar con Gamenor sin llamar demasiado la atención, era mediodía y el que no estaba almorzando todavía, estaba trabajando. Decidí que iría hacia la casa de Maia.
 
- ¿Sabes? Es la primera vez que estoy rodeado de tantos humanos. - Comentó Gamenor.
 
- ¿Por eso hacías tantas preguntas en el almuerzo? Es comprensible, aunque si mis padres notaban algo raro...-
 
- Pero no lo harían, puedo disimular esas cosas. - Dijo con una confianza en sí mismo que hasta entonces no había visto.
 
- Igual prefiero no cometer ningún descuido, de ser posible. - Dije. Añadí, tras pensar un poco- ¿Y puedes hacer otras cosas? - Realmente sentía curiosidad por ello. No me imaginaba como un ser tan pequeño podría protegerme tan solo volviéndose invisible.
 
- Si, los guardianes desarrollamos algunas habilidades con el tiempo, por ejemplo ¿Recuerdas que te dije que la mayoría de los Guivernos no son capaces de escupir fuego? Bueno, mira esto. - Entonces cerró los ojos y una estela de fuego de un intenso color morado comenzó a rodearlo, dibujando fugaces círculos alrededor de él.
 
- La llamo mi Llama Interior, cuando la creo puedo moverla a placer o ceder su control a mi protegido, además quema más rápido que el fuego común. -
 
- ¿Entonces por qué no salvaste a tu anterior protegido quemando las lianas que lo ataban? -
 
- Porque no puede hacer daño a nada que esté vivo. -
 
- Pues vaya habilidad más...- Me callé antes de decir algo que pudiese herir a Gamenor pero ya era tarde. -Lo siento, Nor, no quise decir eso. - El pareció comprender que no había sido mi intención herir sus sentimientos y quiso continuar la conversación, pero en ese momento llegamos a la casa de Maia. Era una casa bastante apartada del pueblo, como la mía. De dos pisos de alto y construida en piedra, aunque con detalles en madera oscura que le daban un toque único y algo misterioso. Golpeé la puerta y, tras unos instantes, Maia la abrió, llevaba una túnica de color verde hoja y se la veía alegre. Estaba claro, entonces, que había sido aceptada en el gremio de profesores como aprendiz.
 
- Oh, Liz ¡Hola! - Pude notar que estaba algo apresurada o quizá nerviosa por la forma en que me saludó.
 
- Buenos días, veo que te aceptaron en el gremio. -
 
- Si, es increíble, lo único malo es esta ropa y que no encuentro el dichoso... ah, aquí está. - Dijo mientras levantaba un libro enorme, grueso como media cabeza. Tan solo el tamaño de aquel libro imponía respeto, pero su apariencia no se quedaba atrás, el brillante color azul oscuro delataba que había sido redactado por un Maestro Ilustre, una de las mayores autoridades del Gremio de Maestros. Incluso yo, que por mi linaje y por ser mujer no podía ir a la escuela, sabía de aquello. Mi padre me enseñó a leer en secreto cuando yo era niña. El caso de Maia era diferente, su padre era bastante influyente en el gremio, así que, aunque normalmente no aceptaban chicas, seguramente fue el quien logró que hicieran una excepción con Maia.
 
- Aquí esta, este es el primer volumen del Compendio de los Maestros. - Dijo mientras lo levantaba con ambos brazos. Ese libro se veía pesado, pero a Maia eso parecía no importarle en lo absoluto. - Todos los que consiguen unirse al gremio reciben una copia, y tiene todo tipo de información de lo más interesante, ayer estuve leyendo acerca de la fundación del Gremio y sus reglas ¿Sabías que la túnica verde es un símbolo de la esperanza que se deposita en los nuevos estudiantes? - Me dijo con gran ilusión.
 
- No, no lo sabía, es un dato bastante curioso. - También me parecía un dato inútil, pero eso no iba a decirlo, menos después del descuido que tuve con Gamenor. - ¿Quieres que te acompañe hasta el Gremio? - Me ofrecí.
 
- En realidad, hoy el Gremio abre más tarde de lo habitual, al mediodía, así que, si quieres esperar y quedarte a almorzar en casa... - Ofreció ella.
 
- ¿No debes pedirle permiso a tu padre? - Dije. -
 
- Cierto. - Dijo ella, que inmediatamente dejó el libro sobre la enorme mesa que decoraba el centro de la habitación. No había tenido tiempo de ver el desorden que había en la sala, seguramente debido a que Maia había estado buscando aquel libro. Normalmente era una sala de estar con dos estantes llenos de libros, adornos, juegos de mesa y un par de costureros. Un cuadro de la familia de Maia en la pared, y una enorme mesa de Caoba redonda, rodeada de media docena de sillas. Pero ahora era un desastre con todas las de la ley.
 
- Lizzie, un gusto verte. - Dijo el Profesor Thomas mientras bajaba del segundo piso. El padre de Maia era un hombre bastante bajo para su edad, de forma que a penas era mas alto que su hija por unos pocos centímetros, llevaba el pelo negro un poco largo, hasta detrás de las orejas, cubierto con un sombrero de paja, aunque no me explico el motivo de dicho sombrero .Además vestía una túnica parecida a la de Maia, pero de color blanco con patrones de rombos dorados en todo el tejido. Legalmente no se me estaba permitido dirigirme a el salvo por su título, por lo que ya me había acostumbrado a llamarlo Profesor Thomas incluso cuando estaba de visita en su casa.

- Si quieren subir al cuarto, yo en un rato ordeno esto y las llamo para que me ayuden a preparar el almuerzo. ¿De acuerdo? - Era un hombre admirable, sin duda, pero si tenía algún defecto que yo conociera, ese era la cocina. Antes de que la madre de Maia desapareciera sin dejar rastro, hacía más de dos años, el Profesor nunca había necesitado pisar una cocina en su vida. Supongo que eso fue lo que propició su falta de talento en ese ámbito, al punto de depender de su hija para servirse una comida decente. Fue entonces cuando, según me contó la propia Maia, el notó su talento para la enseñanza.

Subimos por las escaleras y pasamos por un pasillo casi vacío, salvo por las puertas a las diferentes habitaciones del segundo piso, y un florero que asumí que era nuevo pues no lo había visto en mi anterior visita, con lo que pude identificar como juncos en flor. Finalmente llegamos al cuarto de Maia, que constaba simplemente de una cama a la derecha , a los pies de esta, un viejo baúl, y a la izquierda un escritorio y un estante con un par de docenas de libros.

- Cuéntame ¿Que tal es el gremio? - Dije, con emoción.

- No es tan impresionante como esperaba, si te soy sincera, ¿Recuerdas cuando fuimos a aquel museo? Bueno, menos impresionante que eso. - Dijo con una sonrisa un tanto irónica que no supe interpretar, quizá se estaba riendo de sus propias expectativas o quizá me estaba tomando el pelo, aunque eso último no era frecuente, si que lo había hecho en un par de ocasiones. En cualquier caso decidí seguir la conversación un poco más.

- ¿Y las clases? - Pregunté. -

- Por ahora estamos repasando lo mas básico, no creo que no sepas sumar y restar ¿O si?

No, la verdad es que, no se como, pero conocía operaciones mucho mas complejas que esas. No recordaba haberlas aprendido de mi padre, pero estaban ahí, en mi cabeza. Álgebra, trigonometría, física... En ese momento comencé a sentir una terrible jaqueca comparable a la de esta mañana.

- ¿Estás bien, Liz? - Preguntó Maia preocupada.

- No, no parece estar bien. - Dijo Gamenor, aunque solo yo lo escuché ¿No es cierto? -

- Disculpa ¿Tu eres...? - Preguntó Maia, la verdad, no me gustaba hacia donde iba esto, pero no pude pensar mucho con aquella terrible jaqueca.

- Mi nombre es Gamenor, soy el Guardián de la Señorita Lizzie. Y, tal como pensaba, usted, Señorita Maia, es también una protegida. -

...
Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 20 de Enero de 2017, 11:22:41 pm
Capítulo 4.

La verdad es que todo el mundo te va a herir. La idea es encontrar por los que vale la pena sufrir.
-Bob Marley

Gamenor no quitaba los ojos de Maia, y ella hacía lo mismo con el. Yo estaba, francamente, nerviosa por lo que pudiese llegar a pasar. No solo eso, si Maia realmente era protegida, si de verdad tenía un guardián, entonces los sueños que tuve podrían llegar a ser una realidad. En esa situación tan tensa y con un miedo tan atroz recorriendo mi mente, me quedé sin palabras, absorta, esperando a ver lo que pasaba.

- Supongo que eres el guardián de Liz. -Dijo Maia.

- Me llamo Gamenor, mucho gusto Maia. - Tras decir estas palabras, asintió con la cabeza y sonrió.

- Sabía de ti, Gamenor, me imagino que Liz había venido con intención de contarme esto también. - Dijo friamente.

- Claro, los guardianes pueden percibirse mutuamente, sin embargo existe un código de honor, según el cual no debemos delatarnos, por la seguridad y la de nuestros ... - Gamenor había dicho esto, quizá irritado por la actitud de Maia, yo no entendía bien a que se debía tal brusquedad en su trato.

- Ya lo sé. Pero no fue necesario que mi guardiana te delatase, simplemente me avisó que Lizzie venía y vi su cara de preocupación, cuando le pregunté a que se debía, se negó, por lo que me fue sencillo deducir a que se debía. Y en cuanto lo supe, tu camuflaje ya no sirvió de nada.

- Entiendo ¿Y por que te enfrentas a mi de esa forma, si se puede saber?-

- Oh, por nada en particular, solo quería ver tu reacción. Al verte no creía que estuvieses listo para proteger a Lizzie, pero veo que me equivoqué.

- Hablando de la Señorita Lizzie, se la ve asustada. - Tras decir esto, Gamenor se acercó a mi aun más de lo que ya estaba, yo seguía intentando entender lo que había pasado, por lo que no había pensado en que decir.

- No, estoy bien. - Dije, aunque no era cierto, si bien el ambiente de tensión entre Maia y Gamenor se había disipado casi por completo, yo aún sentía miedo, no por mi, si no por Maia.

- Pues entonces, ya que conozco a tu guardián, sería injusto que no te presente a la mía ¡Vyolette! - Tras llamar a su guardiana, Maia chasqueó los dedos.

Y entonces entró por la ventana un cuervo, pero no era negro, si no de un color morado tan oscuro que rozaba la negrura. Además llevaba una única pluma gris casi blanca en su ala izquierda que resaltaba con el resto de sus plumas oscuras. La mirada de aquella criatura se sentía hipnótica e inspiraba a la vez un gran respeto y una profunda sensación de mal aguero, como queriendo confirmar que mis peores temores para con Maia eran una realidad ineludible y absoluta.

- Buenos días. - Dijo la criatura con una voz tan refinada, elegante y majestuosa que fácilmente podría pertenecer a un miembro de la realeza. - Veo que ya se han realizado las presentaciones de rigor, pero de todas formas, si no es molestia, me gustaría presentarme yo misma. Me llamo Vyolette y soy la guardiana de la señorita Maia. - Concluyó la frase con una especie de reverencia, como invitándonos cortesmente  a continuar la conversación.

- Me llamo Lizzie, y mi guardián es Gamenor, un gusto conocerte, Vyolette. - Dije, reaccionando finalmente ante esa situación. Parecía que las tensiones se habían disipado y, aunque todavía sentía miedo por Maia, me di cuenta de que no ganaba nada quedándome quieta. Además aquel horrible dolor de cabeza parecía disiparse por momentos.

- Así que Gamenor, como el guardián de Borya L´Osuri, el explorador que desapareció hace diez años. ¿Eres tu, o me equivoco? - Dijo con un cierto aire de orgullo la guardiana.

- Claro, me suena haberte conocido ¿No solías ser la guardiana del dueño de esa taberna de mala muerte? Recuerdo que tenía un gusto horrible para los nombres. - Respondió Gamenor con picardía.

- Oh sí, la verdad no me importó su muerte lo más mínimo. Dime chiquillo ¿Has aprendido algo útil o sigues con esa simple llamita que no puede quemar? - Tras decir esto, la corveta sonrió con una picardía digna de la alta sociedad.

- Y tu sigues teniendo la misma actitud generosa y amable que cuando la conocí. - Sonrió Gamenor con sarcasmo. Entonces, cuando Vyolette estaba a punto de responder, tanto Maia como yo pensamos lo mismo.

- ¡Ya, paren los dos! - Lo dijimos casi al mismo tiempo y con el mismo tono. Dicen que cuando llevas una amistad por mucho tiempo, tus pensamientos y los de tu amigo pueden llegar a coordinarse en algunas ocasiones, eso a veces pasaba con Maia y conmigo, aunque no era muy frecuente. Normalmente nos reíamos juntas al mismo tiempo cuando eso pasaba, pero esta vez la cosa parecía seria.

- Oh, lo siento si di una mala impresión. - Se disculpó Vyolette. - Verán, Gamenor y yo nos conocemos desde hace mucho y siempre ha habido tensión entre nosotros. Pero no nos odiamos, como podría parecer. -

- En realidad, podria decirse que nos llevamos tan mal, que nos llevamos bien. - Dijo Gamenor a esto. - Sé que Vyolette disfruta con estas discusiones, y a mi no me importa así que le sigo la corriente. - En ese preciso instante, sonó la campana de la cocina, lo que significaba que el Profesor Thomas estaba llamándonos para preparar el almuerzo. Cuando esta sonó, Vyolette salió por la ventana, yo miré a Gamenor , este se subió a mi hombro y bajamos hasta la cocina.

- Pues... según el calendario hoy toca preparar Fideos con Ensalada Azure. - Dijo el Profesor Thomas. Había preparado un calendario mensual que indicaba que comer cada día del mes, hasta ese punto había organizado su vida y, por extensión, las de su difunta esposa y su hija. Aunque, a pesar de ser estricto y organizado, también resultaba amable y generoso. El platillo de hoy, como todos los que podías probar en su casa, era elaborado y delicioso. La parte más sencilla eran los fideos, la ensalada Azure era otro cantar. Por lo que sabía, una ensalada Azure debía estar bien preparada para tener un buen sabor, y para que esté bien preparada debían cuidarse las proporciones precisas de diferentes frutas y verduras, y estas debían estar frescas. Sobra decir que el Profesor conocía la receta de memoria, sin embargo, no poseía mucho talento en la cocina, así que solo ayudó con los fideos, además, no se me permitió intervenir mucho en la preparación de la ensalada, por lo que Maia terminó haciendo casi todo el trabajo.

Durante el almuerzo no era habitual hablar mucho, al menos no en aquella casa. El silencio solo fue interrumpido un par de veces, una, para que tanto el Profesor como yo elogiásemos el gran trabajo que hizo Maia en la cocina, y la otra, para que el Profesor Thomas me preguntara acerca del regreso de mi padre. Era una situación incómoda, por lo que no me sentí libre de responder con honestidad. Claro que ambos notaron eso, así que los dos terminaron disculpándose por haberme hecho sentir incómoda, aunque Maia no tenía nada de culpa.

Tras superar aquel momento incómodo, Maia y yo nos dirigimos hacia el Gremio de Profesores.
Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 26 de Enero de 2017, 11:33:42 pm
Capítulo 5

Cada nuevo amigo es un pedazo reconquistado de nosotros mismos
-Friedrich Hebbel

Supongo que mi vida tiende a ponerse de cabeza cuando menos me lo espero. De hecho creo que es algo normal en la vida, pero en mi caso, es bastante frecuente. Mi padre era verdugo, entonces, cuando no había nadie en la cárcel, se le exigía que saliese de campaña hacia los ríos de fuego y, cuando regresaba, mi vida se ponía patas arriba. Ahora que había comenzado a aceptar eso como si fuese lo normal, de repente y sin poder hacer nada para evitarlo, conozco a Gamenor y, de vuelta, mi vida se pone de cabeza. Y como no, al aceptarlo no solo como mi guardián, si no como mi amigo, algo más tenía que pasar para que todo se volviese raro una vez mas.



- ¿Y como está Reginald? - Preguntó Maia mientras caminábamos hacia el Gremio. Seguramente, el hecho de que preguntara por nuestro perro era un intento de hablar de mi familia sin tocar asuntos sensibles. Reginald era un perro grande y gordo, con una mata de pelo tan blanca y tan gruesa que si no lo conocías bien podías confundirlo con una oveja.



- Bien, aunque últimamente anda comiendo demasiado. - Respondí.



- Los perros no saben cuando dejar de comer. - Me dijo Maia, yo ya lo sabía, pero de todos modos asentí contenta, como si fuese un gran descubrimiento. Entonces sucedió que empecé a escuchar un sonido, como el de un caballo trotando a todo lo que da, lo ignoré por unos segundos, hasta que doblé por una esquina de la ciudad y me di de bruces contra "algo" o "alguien" que me derribó, haciéndome caer de espaldas, fue todo tan rápido que no alcancé a ver nada.


- Lo siento. - Dijo una voz femenina que parecía alejarse a toda velocidad, parecía que iba dirigida hacia mi. Hice un esfuerzo por incorporarme, aunque la espalda me dolía. Maia me extendió una mano y me ayudó a ponerme de pie nuevamente. Entonces desvió su mirada hacia donde, supuse, había de encontrarse la chica que me derribó. Supuse que era una jinete mensajera llevando algún mensaje urgente, por eso cuando la vi, me sorprendí.


Era una chica con cuerpo de caballo desde la cintura para abajo, llevaba el cabello negro y largo hasta la cintura, y una especie de blusa hecha de hojas. Sobre su lomo iba un chico que a penas podía sostenerse, solo llevaba unos pantalones de tela algo desgastados. Maia me miró como preguntándome, sin decir una sola palabra, si estábamos pensando lo mismo.


- ¿Guardiana? - Pregunté por lo bajo, para que solo ella pudiera entenderme. Luego asintió con la cabeza.


- Ve para el gremio, yo la sigo. - Dije.


- Ni loca, vamos juntas, quiero saber que está pasando, además voy adelantada en las clases, por que falte una vez no pasa nada. - Sentenció Maia, aunque yo tenía un mal presentimiento de aquello, no pude negarme. Maia era muy persusasiva cuando se lo proponía. Era raro que ella fuese adelantada a su curso cuando a penas si había empezado, aunque si estudiaba con su padre en casa podía ser posible.


- Es una centaura, definitivamente. - Sentenció Maia, e inmediatamente después comencé a sentir el mismo dolor que antes, cuando ella y yo hablamos de matemáticas. Ese dolor que me dejó casi como si estuviese paralizada durante unos instantes. Esta vez me recuperé más rápido. Era algo volviendo a mi cabeza, o quizá entrando por la fuerza en ella, algo que, supuse, debía saber de antes pero había olvidado. Por un instante me visualicé a mi misma en un Museo que no existía, pero yo recordaba haberlo visitado, con gente que conocía, pero que había olvidado.


- Así que una centaura. - Reaccioné tras unos segundos. - Tengo una idea, Nor ¿Podrías seguirla mientras nosotras vamos al gremio? Te esperaré aquí mismo en cuanto vuelva.


- Será un placer, señorita Liz. - Tras decir esto, comenzó a tomar vuelo y rápidamente lo perdí de vista.


- ¿Por que hiciste eso? - Preguntó entonces Maia.


- No soportaría verte llegar tarde a clase, y algo me dice que esa centaura es guardiana de aquel chico, si no tenemos cuidado podrían descubrirnos. - Dije. Entonces ella se quedó pensando unos segundos, que se hicieron algo largos.


- Vyolette, cuida de Gamenor hasta que regrese con Liz ¿Quieres? - Pronunció estas palabras de forma tajante.


- ¿Que, tengo cara de niñera? - Respondió la corveta con cierta indignación hacia la tarea que debía cumplir. En ese momento recibió una fría mirada de parte de Maia. Se ve que entendió el mensaje porque inmediatamente después de eso levantó vuelo y, rápidamente, al igual que Gamenor, la perdí de vista.


- Detesto tener que hacer eso, pero Vyolette a veces es un poco difícil. - Dijo Maia.


- ¿No se supone que los guardianes deben de respetar a sus protegidos? - Respondí.


- Seguro que me respeta, pero muy en el fondo. También depende mucho de como definas el respeto, por ejemplo, aunque es de lengua suelta, jamás me ha ofendido y si bien a veces se resiste a obedecerme, finalmente acaba haciéndolo. - Dijo mientras reanudábamos la marcha hacia el Gremio de Profesores. - ¿Sabes? Cuando lo piensas el estado de los guardianes es lamentable. - Era cierto, yo también había tenido ocasión de pensarlo. Los guardianes estaban obligados a comportarse como esclavos de los mismos humanos que, en muchos casos, los querían ver muertos. ¿Por que pasaba esto?


Entre más lo pensaba, peor me sentía por Nor, Vyolette, y aquella centaura cuyo nombre aún conocía. Realmente esperaba que pudiésemos hacer algo para evitar que la matasen. Pero Maia no podía faltar al Gremio o se vería raro, así que realmente ella tenía las manos atadas. Yo debía encargarme de eso sola, bueno, no tan sola, tenía a Gamenor conmigo.

Con la decisión tomada y el dolor por fin yéndose, en cuanto dejé a Maia en el gremio, regresé hasta donde habíamos dejado a nuestros guardianes. Tras esto pude ser testigo de una escena impactante. A tan solo unos cuantos metros la gente se había amontonado alrededor de esa centaura y esta estaba echada en el suelo, llorando con el chico en frene suyo. No estaba muerto, pero se lo veía muy débil. Dos personas atravesaron la multitud casi al mismo tiempo, una de ellas fui yo. No podía creer quien era la otra persona.

- ¡Liz! - Me dijo

- ¿¡P-padre!? - Reaccioné ante lo que estaba pasando, era, sin lugar a dudas, una ejecución pública.
Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 01 de Febrero de 2017, 11:25:37 pm
Capítulo 6.

Un padre vale por cien maestros.
-George Herbert

Ver a mi padre con ropa de trabajo era algo que siempre me daba escalofríos. Pensar que aquella túnica de tela negra desgastada había visto morir a tantas personas es horripilante en más de un sentido. Su mirada estaba clavada en mi, aguda, preocupada y sombría.

- ¡Ayúdelo, por favor! ¡Se está muriendo de hambre! -Dijo la centaura mientras mi padre y yo intercambiábamos esas miradas llenas de tensión, el ambiente era tan denso que podías cortarlo con un cuchillo. Su mano en el hacha cambiaba de posición, se aflojaba para luego volver a ponerse tensa, una y otra vez. Noté que estaba a punto de articular unas palabras, pero finalmente hizo silencio. Solo había una palabra para lo que ambos sentíamos. Miedo.

Entonces, algo alejados de la multitud, pude ver a Vyolette y Gamenor acercándose a mi por detrás de mi padre, volando. Entonces sucedió algo que me dejó estupefacta por un momento. La multitud ya no se movía, y mi padre tampoco, no había sonidos mas allá de mis propios pensamientos.

- Tú no eres como los demás. - Me dijo aquella criatura. Mirándome fijamente y moviéndose con libertad, como si no estuviese a punto de morir, se comportaba calmada y tranquila, incluso diría amigable. - ¿Sabes? podría aprovechar este momento para quitarle el hacha a ese hombre y usarla para desollar a toda la población de esta condenada ciudad. Pero no es a lo que vine. - Me dijo en un tono que hacía parecer que aquellas rudas palabras eran las más inocentes del mundo.

- ¿A que viniste, entonces? - Pregunté. Había algo que resultaba realmente extraño en todo aquello. Que el mundo realmente no se estuviese moviendo, que ella esté aquí, con ese chico que a penas podía levantarse, así que quería averiguar que estaba pasando. Necesitaba saber si en realidad quería y debía ayudarlos.

- Antes permíteme presentarme. Me llamo Shara, y soy guardiana, él es mi señor, Cedric. - Dijo con orgullo. - Vivimos fuera de los límites de la ciudad, en una pequeña aldea donde los humanos y centauros conviven, sin embargo, como sabrás, los centauros tenemos prohibida la entrada a las grandes ciudades. No pude evitar notar que tu también tienes un guardián. - Dijo con una sonrisa.

- No, no sabía que los centauros tuviesen prohibida la entrada, ni siquiera sabía que eran los centauros hasta que te conocí. - Admití. Ella sonrió, aunque había algo en esa sonrisa que me parecía extraño.

- Perfecto. - Dijo Shara, riendo entre dientes.

- Sigue con el plan. - Dijo por lo bajo Cedric, aunque parecía que no tenía intención de que lo escuchara, si que lo hice. Definitivamente era una orden dirigida a Shara por ser su guardiana. En ese momento todo volvió a moverse. Gamenor se acercó a mi, invisible, mientras Vyolette nos rodeaba cual buitre en el aire. La tensión volvió a respirarse, aunque yo había desviado la vista de mi padre sin darme cuenta. Pero solo duró unos segundos.

Fue una escena increíble, en un parpadeo, Shara le arrebató el hacha a mi padre y lo tumbó al suelo de una coz sin darle tiempo a reaccionar. - Lo siento. - Se disculpó de la misma forma que cuando se tropezó conmigo.

- Deben de estar muy desesperados para entrar a la ciudad a plena luz del día en su condición. - Dijo entonces una voz que no era la de mi padre. Era el Profesor Thomas. - Herir gravemente a un verdugo y quitarle su arma... Espléndido, aunque fútil. He de decir que son pocos los guardianes capaces de sorprenderme, así que... - Tras decir esto comenzó a aplaudir lentamente y con fuerza, la muchedumbre que nos rodeaba quedó completamente anonadada. - ¿Saben que? Pidan lo que hayan venido a buscar, en nombre del gremio de profesores de la ciudad les doy mi palabra de que, en la medida de lo razonable, lo tendrán y prometo, además, que se les permitirá irse en paz, con la condición de que no vuelvan. - La gente comenzó a murmurar, no entendían lo que estaba pasando y, francamente, yo tampoco.

Cedric esbozó una sonrisa de oreja a oreja al oír esas palabras, como si hubiese esperado la respuesta. Tras esto Shara lo miró, como preguntándole que debía hacer y, tras intercambiar algunos gestos, sin sonido alguno, comenzó a relatar su historia.

- Mi señor, está muy débil, hace días que no es capaz de comer ni ponerse de pie. Es por eso que decidimos arriesgarnos a pedir una cura a su condición, y por ello entramos a la ciudad. - Dijo sin inmutarse la guardiana. El Profesor Thomas se quedó pensativo un largo rato y finalmente hizo un gesto de que lo siguieran. También me miró a mi y repitió el mismo gesto, la muchedumbre se abrió a nuestro paso y al cabo de un rato la actividad de la ciudad volvió a ser normal y nosotros estábamos en la casa de Maia de nuevo.

Ahora estábamos en el mismo salón donde esta mañana Maia había hecho un desorden buscando ese libro enorme, esperando que el profesor terminase de examinar a Cedric, primero lo vio, simplemente con los ojos, conservando la distancia. Luego levantó sus pestañas y comenzó a mirar sus pupilas, también examinó su lengua y su cabello con detenimiento.

- Si, creo que ya sé lo que te pasa, es un caso típico de envenenamiento por bayas silvestres en mal estado. Tienes suerte, chico, un par de días más en este estado y seguro no lo cuentas, déjame prepararte un brebaje que seguramente te aliviará. - Dijo. Unos minutos después ya tenía listo un espeso jugo de color verde menta, que le sirvió con cuidado. - Tardarás algunas horas en curarte, recomiendo que no te muevas mucho mientras tanto. - Dijo finalmente. Luego de esto pasaron varias horas de silencio hasta que Maia regresó.

- Bien, ahora que están todos creo que puedo decirles por qué quise que estuvieran aquí. - Dijo de una forma seria el Profesor, era como si se hubiese preparado toda su vida específicamente para decir esas palabras sin emoción alguna. Luego de eso buscó una caja. - El contenido de esta caja es el fruto del trabajo de dos buenos amigos míos, el Profesor Azariah y el señor Walden. Ellos murieron por un motivo. El gremio le había asignado a Azariah la tarea de investigar a los guardianes ¿Que eran exactamente? ¿Que podían hacer? ¿Por que hacían lo que hacían a pesar de todos los esfuerzos que habíamos tomado en su contra? Eran preguntas que se nos había encargado responder a todos nosotros, pero era arriesgado, ya que las respuestas solo podían darlas los propios guardianes. Walden inventó algunos dispositivos específicamente para ayudar a Azariah con su investigación. Así que no tiene sentido fingir que no sé su secreto.- Dijo esto último fríamente y luego hizo una pausa.
Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 14 de Febrero de 2017, 11:37:56 pm
Capítulo 7.

El valor de una comunidad representa su trabajo en equipo.
-Albert Einstein

Así que el profesor Thomas lo sabía. ¿Pero como? No debía perder detalle si quería saber que estaba pasando allí. Por lo que parecía, dentro de aquella caja se hallaba el dispositivo que nos había delatado. El aparato era un cubo de metal, de un color bronce oxidado, con algunas tuercas de plata. En la parte superior tenía cristales de distintos colores, algunos de ellos estaban brillando, y en los costados de aquella máquina se podían ver una especie de ruedas dentadas que se movían a intervalos erráticos.



- Esto es lo que Walden llamaba el Tracán. Azariah y el descubrieron que existe un vínculo invisible entre el guardián y el protegido, entre otras cosas dicho vínculo permite al guardián volver a encontrar a su protegido no importa cuanto se hubiesen movido ambos, ceder el control de algunas habilidades y facilitar la comunicación inaudible. El Tracán reacciona a la cercanía de protegidos y guardianes basándose en ese mismo vínculo, claro que sería difícil si detectara toda una línea, ya que, por ejemplo, un guardián a veinte kilómetros justo al norte de aquí y un protegido veinte kilómetros justo al sur podrían activarlo, así que hubo que calibrarlo varias veces para que solo detecte la cercanía del principio y el fin del vínculo, el punto a y el punto b. Ahora ¿Ven esas seis luces encendidas en los cristales? Son ustedes y sus guardianes.



Al parecer ya no podríamos ocultarlo más. Maia y yo estábamos completamente aterradas, en cambio Shara y Cedric estaban serenos, sobre todo el chico. Gamenor y Vyolette estaban viendo todo desde detrás de la ventana, pero parecían preocupados, quizá por nuestra expresión de miedo y el hecho de que había un extraño aparato en la mesa.



- ¿Que esta pasando, Señorita Lizzie? - Preguntó Gamenor asustado, haciendo que su voz traspasase la ventana y llegase a mi, a lo que un par de cristales reaccionaron aumentando su brillo. El profesor Thomas sonrió y lanzó una pequeña risa por lo bajo.



- No se preocupen, no tengo intención de revelar esto a nadie, de hecho necesito de su ayuda. - Dijo entonces el profesor, sin cambiar su expresión ni un milímetro. Estaba bastante claro que decía la verdad, pero había algo en su expresión que no me terminaba de inquietar. - Bien, esto es lo que haremos, diré que estuve haciendo algunas pruebas a la centaura y concluí que no era una guardiana, luego de eso ustedes dos -Dijo señalando a Shara y Cedric con la mirada- me pidieron ayuda para regresar a su hogar, a lo cual me negué, pero mi hija y su mejor amiga se ofrecieron voluntariamente y de buena gana, a lo cual no pude decir que no. Tras esto nadie volverá a saber de ustedes, salvo yo. - Sentenció el hombre. Entonces Cedric aplaudió sarcásticamente y habló.



- Bien, profesor, está claro que usted desea proteger a estas chicas más que nada, aún asumiendo el riesgo de alejarse de ellas, incluso aunque una de ellas es su propia hija. Pero dígame una cosa ¿Que pasaría si me niego? Digo, está claro que usted desea mantener el contacto con su hija y, de paso, reanudar esa odiosa investigación suya. ¿O me equivoco? - Hizo una breve pausa, solo la suficiente para que el profesor intentase responder, entonces lo interrumpió y reanudó su discurso. -Claro que no me equivoco, bien, estas son mis condiciones, acepto llevar a estas chicas conmigo para protegerlas, pero en caso de que usted meta sus narices en los asuntos de los guardianes otra vez, me encargaré de devolverlas aquí y que todo el mundo sepa lo que son. Ah, y una cosa más, el Tracán, lo quiero, junto con todos los archivos concernientes a la investigación de guardianes y protegidos, a cambio le garantizo que haré todo lo que esté en mi mano para mantenerlas a salvo.



El profesor Thomas puso cara pensativa, pero solo le duró un instante hasta que Maia reaccionó. - Espera, padre, ¿Por que estás siquiera pensando en esto? ¿Y si quiero quedarme aquí contigo? - Dijo ella, entre enfadada y entristecida por la actitud de su padre hacia ella. La verdad es que eso era algo más que ella y yo teníamos en común, aunque desde un punto de vista objetivo no podía culpar al profesor, pero que estuviese negociando el futuro de su hija, aunque fuese por la propia seguridad de ella, me parece horrible.



- Si te quedas aquí, tarde o temprano te atraparán, créeme, si deseo enviarte es por tu bien. - Tras estas palabras del profesor Thomas, Cedric sonrió con un toque de malicia y dijo - Profesor, no se si se ha dado cuenta pero acaba de delatarse, y yo le estoy ofreciendo lo mejor para su hija a cambio de los archivos, bien podría hacerlo olvidar sus conocimientos acerca de los guardianes, pero no lo haré, es más, es libre de retomar sus investigaciones, y hasta lo ayudaremos. Solo queremos acceder a lo que usted ya sabe a cambio. - Tras esto, el chico hizo una pequeña seña con una mano y todo en aquel lugar se volvió lento, tan lento como si el tiempo no avanzara, y eso aplicaba a todos, salvo Maia, Shara, Cedric y yo.



- ¿Estás segura de querer quedarte aquí?- Preguntó la centaura con algo de decepción. Maia no respondió. - Mira, de donde vengo somos docenas de guardianes y protegidos, y nos cuidamos las espaldas. Cedric y yo nos dedicamos a buscar a gente como ustedes, protegidos que, de no estar cerca de otros como ellos, podrían llegar a morir fácilmente... Y lo cierto es que sus guardianes, sin ofender, están bastante verdes. - Shara dijo esto con una seguridad y una fuerza que me hacían querer confiar en ella, pero el comportamiento de Cedric no dejaba de molestarme, cada vez se ponía más arrogante mientras el profesor Thomas cedía terreno, como si disfrutase humillándolo.



- ¿Y para que quieren los archivos? - Pregunté, Maia me dirigió la mirada, era su cara de "yo iba a decir eso".


- Sencillo. -Dijo Cedric, algo más relajado que recién, cuando estaba hablando con el profesor. - Estamos interesados en saber todo lo posible sobre nuestra condición y la de nuestros amigos, los guardianes. Hay ciertas cosas que nos intrigan ¿Como funciona la ley de los guardianes? ¿Quien la aplica? ¿Por que existe? ¿Hay alguna forma de burlarla o romperla? Por eso no podía permitir que el profesor se quedase con toda la información, si se nos adelanta y nuestros enemigos se hacen con el control de ella... Sería el fin de todo por lo que hemos luchado.


- ¿Quienes son esos enemigos? - Preguntó Maia, esta vez, yo fui la que usó la cara de "yo iba a decir eso".


- No lo sabemos, pero estamos seguros de que existen, si no ¿Como explicas la proscripción? Además hay cada vez más desapariciones de guardianes y protegidos en los centros urbanos de todo el mundo, y esto lo sabemos gracias a uno de nuestros guardianes más experimentados. - Mi curiosidad aumentaba de forma exponencial, aunque mi miedo también lo hacía. A Maia, por otro lado, no se la veía tan segura.
Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 17 de Febrero de 2017, 01:16:43 am
Capítulo 8.

La comunidad que no tiene pobreza o riqueza es la que tiene los principios mas nobles.
-Platón

Me puse a analizar mi situación de forma calmada, primero, tenía dos opciones, ir con Shara y Cedric a donde dicen que hay mas protegidos y guardianes, o quedarme en casa. Decidiese lo que decidiese estaba claro que eso mismo facilitaría la decisión de Maia hacia un lado u otro, seguramente estaba confundida y sin saber que hacer. Si nos íbamos no sabíamos si Cedric decía la verdad o no, por lo que podría pasar cualquier cosa. Por otro lado, era mas probable que esa horrible pesadilla recurrente en la que yo debía ejecutar a Maia se hiciese realidad si nos quedábamos en casa. Además, no parecía que Cedric estuviese mintiendo, y Shara se veía bastante agradable.

- Creo que tomé una decisión. - Dije por fin. Todos los allí reunidos me miraron fijamente, sin excepción. Incluso Vyolette y Gamenor parecieron clavar su mirada en mi a través de la ventana. ¿Acaso podrán escuchar lo que digo a través de la ventana? Puede ser. - No voy a quedarme. - Tras decir esto clavé mi mirada en Maia.

- Pues en ese caso, creo que voy a acompañarte. - Dijo ella con un aire de inseguridad en sus palabras.

- Pues ya escuchó, profesor. Si quieren venir conmigo, y usted dice que es lo mejor para ellas. ¿Que excusa tiene ahora para no darme lo que le pido? Incluso le he prometido mi colaboración con usted y su investigación. - Dijo con una sonrisa que me puso completamente incómoda. Realmente parecía disfrutar eso.

Finalmente, decidimos que iríamos a donde Cedric. Para el final del día estábamos subidas en una vieja carreta mercante que Cedric había dejado a las afueras de la ciudad. Estaba algo polvorienta, con la madera desgastada y la tela había sido parchada varias veces, al punto que no parecía que quedase mucho de la original. Para colmo de males, Shara tiraba de esta a toda velocidad, con lo que parecía que fuese a romperse en cualquier momento. Como eran ligeros de peso, Vyolette y Gamenor iban a lomos de Shara, mientras que Cedric, Maia y yo estábamos incómodos encima de la carreta. Bueno, a Cedric no se lo veía precisamente incómodo.

En un momento, para tratar de amenizar el viaje, o quizá para permitirnos dormir, pues ya estaba entrando la noche, Shara bajó la velocidad al mínimo.

- A este ritmo, para mañana en la mañana llegaremos a Monte Caldero, su nuevo hogar. - Dijo Cedric, esta vez con una sonrisa bastante más afable que aquella que mostró cuando estuvimos en casa de Maia. Aún así, no dejaba de darme algo de miedo su actitud.

- Interesante, Monte Caldero ¿Eso queda cerca de los ríos de fuego, cierto? - Preguntó Maia, seguramente lo hizo tan solo por hacer algo de conversación, pues era obvio que ya sabía la respuesta.

- Si, así es. - Contestó Shara desde fuera, era sorprendente que pudiese oír algo de nuestra conversación, aunque tampoco es que estuviésemos hablando bajo. - Bueno, Cedric, será mejor que vengas conmigo, no creo que esas chicas estén cómodas durmiendo contigo cerca. - Concluyó la centaura. El chico rió un poco por lo bajo y saltó de la carreta cayendo sobre el lomo de esta, no sin antes hacer un saludo con la mano.

...

- ¿Está bien?

Preguntó una voz, yo no veía mucho, de hecho, estaba casi completamente oscuro. No, no era eso, tenía una máscara pesada cubriéndome la cara completamente. Mi cuerpo se movía más lento de lo habitual y, por si fuera poco, sentía una sensación como de escalofríos en la cabeza, sumada a una terrible jaqueca. Pero podía oír lo que pasaba a mi alrededor.

- Se ve que el error fue bastante peor de lo que creímos, pero salvo por eso, se encuentra perfectamente.

- Sea más específica, doctora.

- No ha sufrido ningún tipo de daño físico o mental, pero la simulación en su caso es defectuosa. Es probable que se deba a ese golpe que se dio en la cabeza antes de entrar. Mi hipótesis es que gracias a eso hay actividad en el cerebro que el sistema no esperaba, señor, creo que debería avisarle.

- ¿No hay forma de solucionar el error sin que se entere?

- El avatar acaba de desconectarse, o sea que es probable que ya se haya enterado, será mejor si me permite hablar con ella.

- No lo permitiré

- ¿Por que?

- Lo haré yo mismo, desconéctela.

¿Que era lo que esa gente estaba diciendo? No lo comprendí del todo hasta que quitaron esa pesada máscara de mis ojos y me vi en aquella sala, completamente blanca, con Emar Kephy sosteniendo una pequeña computadora con una mano mientras con la otra tecleaba a velocidades de vértigo.
Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 25 de Febrero de 2017, 07:57:26 am
Capítulo 9.

Nada es bueno o malo, si no que el pensamiento es el que hace que las cosas sean buenas o malas.
-William Shakespeare

Mi cabeza estaba llena de dudas, realmente estaba confundida. ¿Todo eso había sido un juego? Pero se sentía tan real. Incluso recuerdo mi vida allí de forma tan nítida como mi vida aquí. Emar comenzó a hablar, yo me incorpore pero al hacerlo comencé a sentir que mi cabeza dolía de nuevo, tanto que no pude entender. La luz de la habitación era muy fuerte y me había dado de lleno en los ojos. Pasaron un par de minutos hasta que al fin, me estabilice y pude entender lo que me estaba diciendo Emar.

-... Entonces, ya pasada la instalación del implante en el cerebro, se genera la simulación teniendo en cuenta los gustos de todos los implicados en el juego, en caso de un conflicto el sistema inicia una votación automática que... - Yo había hecho un gesto con la mano para pedirle que se detenga, tardó en reaccionar pero por fortuna no fue mucho.

- Que está pasando aquí? - Le pregunté, dando a mi voz toda la fuerza que pude. Que no fue mucha porque estaba asustada y el miedo hacía que se me atorasen las palabras.

- Al parecer hubo un error cuando te instalamos el implante onírico. Tu cerebro reaccionó de una forma ligeramente distinta que el implante no supo como resolver. Como resultado del error tu personaje desbloqueó algunos recuerdos del mundo real, algo que bajo circunstancias normales es imposible, como que todos los guardias del mundo te cuenten la misma historia acerca de como fueron aventureros hasta que les dispararon una flecha en la rodilla. - Dijo y se rió un poco para si mismo, el CEO se veía más desenfadado que como lo pintaban los medios. Me reí del chiste yo también, aunque mi risa casi ni se escuchó.

- Bueno, creo que lo entiendo pero, si me permite, tengo algunas dudas. - le dije.

- Adelante. - Me respondió e hizo un ademán.

- ¿Si el juego está en mi cerebro, por qué usar esta enorme máquina? - Le dije.

- Creo que ya lo dije antes, pero bueno, si me pides que lo repita, esta máquina monitorea tus funciones vitales durante el juego, además de asegurar que la instalación sea correcta. - Dijo.

Sigo algo aturdida, pero voy mejorando. Si todo esto es cierto, creo que puedo entenderlo. Recuerdo bien todo lo que sucedió antes de esto, como fuí seleccionada por mi artículo del periódico escolar, a mi madre felicitándome y saludandome mientras me subía al avión que me llevaría hasta allí, e incluso mi conversación con esa chica en el autobús. ¿Como dijo que se llamaba? ¿Gwendolyn? Si, era algo de ese estilo.

- En que estás pensando? - Me preguntó el CEO, creo que estuve bastante tiempo en silencio.

- Nada, sólo estaba recordando todo esto. - Dije, señalando a ninguna parte en particular.

- Y haces bien, según nuestra mayor experta ése es el mejor modo de recuperarte. Ahora dime ¿Como estuvieron las primeras dos horas y media? - Me dijo con una expresión pícara, como si esperase justo la reacción que tuve a eso, pues puse una cara de sorpresa que, conociéndome, resulta graciosa para la mayoría de personas.

- Sí, es sorprendente como vuela el tiempo cuando sueñas. - Comentó. - Nosotros tan sólo aprovechamos ese efecto para no romper la ilusión. -Dijo con una sonrisa, que parecía de orgullo. Sí, definitivamente se trataba de orgullo, como si hubiese reinventado y mejorado la rueda.

- Ahora, acompáñame, tendrás un descanso de media hora junto a los demás jugadores. Luego podrás seguir. - Dijo acercándose a la puerta, que se abrió sóla cuando estuvo lo suficientemente cerca. Yo no logré salir de aquel aparato, así que el regresó, se disculpó y me ayudó a salir con sus brazos.

Al atravesar la puerta, una mujer con una bata de laboratorio le dirigió una mirada enfadada al señor Emar. Tras esto, atravesamos un pasillo bastante largo, con el suelo completamente blanco y las paredes de cristal transparente que dejaban ver un pequeño jardín junto con el estacionamiento de la empresa.

Llegamos después de unos metros a lo que vendría siendo un salón comedor. Estaba bastante vacío, de los cien jugadores que fueron invitados, sólo había cinco contándome, aunque había, a simple vista, suficientes asientos para todos los invitados y más.

Ví a mi alrededor y noté que el señor Emar ya no me acompañaba, así que me acerqué al grupo de jugadores que estaban ya allí antes de que llegara. Se habían reunido en una mesa cerca del  ventanal y de la puerta del baño, aunque lo suficientemente lejos de esta última, supongo que era una buena elección.

En cuanto estuve cerca del grupo, noté como me hacían gestos para que me acercara, incluso pude reconocer a dos de ellos. Eran Gwendolyn, Cedric y dos chicos más. Me costó bastante reconocerlos, a Gwendolyn porque solo la había visto por una media hora y a Cedric porque estaba bastante cambiado, pero en cuanto los reconocí, me sentí algo aliviada. No soy muy buena para las presentaciones así que me pueden ayudar con eso.

- Vaya que es una agradable coincidencia. - Dijo Cedric cuando me senté. - Estábamos hablando de ti.
Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 02 de Marzo de 2017, 11:21:54 pm
Capítulo 10.

¿Quien soy? Estoy tratando de averiguarlo.
-Jorge Luis Borges.


Como no conocía a dos de los cuatro jugadores que estaban conmigo, decidí que sería mejor preguntar sus nombres antes que nada. Pero no conté con que Cedric fuese a presentarme.

- Justo estábamos hablando de ti, permíteme que te presente, ella es Gwendolyn, y los otros dos papanatas son Luke y Hans, chicos, saluden a Lizzie. - yo y Gwendolyn ya nos conocíamos, de hecho ahora caigo en la cuenta de que lleva un mechón de pelo morado en el flequillo, claro, como su pelo es muy negro y el tinte que usa es bastante oscuro no se nota tanto la diferencia.

- Oye, creo que te conozco de algo. - Me dijo ella.

- Sí, nos vimos en el autobús de camino aquí. - Le dije.

- Sí, y antes de eso en el avión, tú te sentabas un par de filas por delante mío. - Dijo.

- Tienes buena memoria para los rostros si puedes recordar algo así. - Le dije.

- Sí, y estoy muy orgullosa de eso. - Me dijo.

- Bueno, entonces supongo que si nos vemos dentro del juego me reconocerás ¿Cierto Gwen? -le pregunté.

- No me llames Gwen, y sí, te reconoceré, estoy segura. -Me respondió tajante.

- ¿Y por qué no puedo llamarte Gwen, es que no te agrado?

- Mi nombre completo es genial y original, además es el nombre de un personaje que me encanta, por eso no me gusta que me den apodos, no te lo tomes a mal. -Dijo ella.

- Supongo que lo entiendo, aunque no lo comparto. Si quieres puedes decirme Lizzie o Liz. - Dice.

- Bien, confirmamos que nadie cambia de apariencia o nombre dentro del juego? - Dijo Luke. El chico era un poco granoso y llevaba una gorra de béisbol completamente blanca.

- Al menos, nadie que yo conozca. - apuntó Cedric.

Entonces me vino a la cabeza un pensamiento. No sé nada de Maia aquí. Es más, no me suena haberla visto. Y ahora que hay más gente entrando tampoco la veo.

- Hablando de gente que conoces. No veo a Maia por ningún lado. -comenté.

Luke y el otro chico, Hans, se miraron entre sí con algo de complicidad. Entonces el segundo hizo varios gestos rápidos con las manos. Supuse que se trataba de lengua de señas por como movía las manos. Una de dos, o Hans era mudo o algo así, o prefería no hablar porque estaba diciendo algo muy malo. Lo que sí me quedo claro fue que esos dos chicos se conocen de mucho antes de venir aquí.

- Bueno, te tengo malas noticias, es posible que esa tal Maia sea un NPC. -dijo Luke tras concluir con su particular conversación.

- ¿Un NPC? - Pregunté, con algo de confusión y también de sorpresa ante tales palabras.

- Ya dijimos antes de que tu llegaras que en el mundo del juego es común que los protegidos sean jóvenes, pero también vimos a niños y adultos. -añadió Luke tras esto.

- ¿Como que vieron protegidos niños y adultos? -pregunté.

- Bueno, tuvimos la suerte de iniciar en una comunidad no muy lejos de los ríos de fuego, donde es común ver protegidos en busca de alejarse de las autoridades. La gente común sabe que se trata de protegidos y los ayuda, pues todos por allí desprecian el sistema. -dijo el.

- Curioso, hasta ahora conozco más lugares a favor de los protegidos que en su contra. -dije.

- Bueno, tuviste o muy buena o muy mala suerte, por lo que parece. La mayoría de los jugadores no suele iniciar en una ciudad como la tuya. He de admitir que al principio pensé que eras un NPC. -dijo Cedric.

- Bueno, eso y que, al parecer, tu guardián es bastante débil, por lo que comentó Cedric. -dijo Gwendolyn.

- No fue eso lo que dije en realidad. De hecho, Liz, Gamenor tiene bastante potencial sin explotar, incluso puede llegar a superar a guardianes que hoy son bastante más fuertes que el. -aclaró Cedric.

- Bueno, eso si lo entiendo. Es algo así como el típico personaje que tiene un comienzo más flojo que el resto, pero en cuanto llega a un nivel determinado, se vuelve mucho más fuerte de golpe. ¿Verdad? -pregunté.

- Si, algo así. - Dijo Luke. Quien luego de eso se paró.

- ¿A donde vas? - Le preguntó Gwendolyn.

- A buscar algo de comer para todos, dentro de un rato se acaba nuestro descanso y no quiero volver a esa cosa con el estómago vacío. -respondió.

- Apoyo la moción. - Respondió Gwendolyn, que se dirigió hacia el buffet que había en el otro extremo de la habitación, y nosotros los seguimos. Como ya todos se habían servido eramos los últimos técnicamente, pero no tuvimos que hacer fila. Algo me dice que Luke ya había planeado eso de antes.

- Bien, entonces tenemos un mes para encontrarnos, averiguar cual es la meta del juego y cumplirla ¿Cierto?. - Preguntó Cedric mientras comíamos unos sandwiches.

- ¿Como que un mes? ¿No se supone que estaremos aquí una semana? -pregunté algo confundida.

- No, quise decir un mes in-game. Por lo que me dijo el tipo que me acompañó en la instalación, se supone que haremos cuatro sesiones diarias durante toda la semana, eso suma veintiocho días dentro del juego. A dos horas y media de juego y media hora de descanso suman doce horas diarias, quedarían otras doce que se dividen en charlas varias acerca del juego y su funcionalidad, desayuno, almuerzo, cena y tours. Como dormimos durante el juego las horas de sueño se reemplazan con actividades varias. Por último, el último día nos desinstalarán y nos darán, según el técnico, una especie de píldora especial para recalibrar el sueño normal. -aclaró el chico. Entonces sonó una alarma, era la voz de la guía rubia que nos recibió en la entrada ese mismo día. Se sentía como si no la hubiese oído desde hace una eternidad a pesar de que la escuché hace poco más de tres horas.

- Atención jugadores, por favor regresen a sus respectivas cámaras, el juego se reanudará dentro de tres minutos, muchas gracias. -dijo. Entonces nos saludamos y nos dirigimos hacia nuestros lugares. Cada puerta estaba ahora marcada con el nombre, apellido y, en algunos casos, el "Nickname" de su correspondiente jugador, así que encontrar la mía no fue difícil. Me pregunto si podré encontrar a Maia de esta forma. No me importa lo que digan, yo no creo que realmente sea un NPC, pero por ahora no voy a decirlo frente a ellos. Esta vez no había nadie en el cuarto que me ayudase a entrar en ese armatoste pero había una pequeña escalerilla con la que pude entrar sin problemas. En cuanto me acosté y me puse esa pesada máscara encima, la máquina se cerró y comencé a sentir un aire frío rodeándome...

Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 11 de Marzo de 2017, 12:21:57 am
Capítulo 11.

La ciudad es como una casa grande
-Rafael Alberti


Desperté aún en la carreta, la cual se agitaba un poco, así que seguramente seguíamos en camino, la luz del sol se metía por los incontables agujeros sin parchar de la tela que se suponía que debía cubrirnos y no hacía ni la mitad de eso. El aire se sentía distinto, más caliente y ligero, me era difícil respirar, de hecho estaba gastando mucha fuerza en eso, y se notaba. También Maia tenía problemas para respirar, aunque no se le notaban tanto como a mi.

De repente, sentí un cambio repentino en la dirección de la carreta, antes estaba subiendo por una cuesta pequeña, ahora era una bajada algo brusca, como la de una montaña rusa pero un poco más lenta. Estuvimos así, bajando por unos diez minutos hasta que finalmente nos detuvimos. Luego Cedric entró a la carreta y nos saludó.

- Buenos días y bienvenidas a Monte Caldero. -Dijo.

- Hola. -Dijo Maia, no se la veía muy contenta. Vyolette se le acercó al notar esto y eso la animó un poco.

- Bien, supongo que tengo que presentarlas a la familia, pero antes tienen que conocer al jefazo. -Dijo Cedric con esa sonrisa pícara que me hacía saltar las alarmas. Tras esto le guiñó un ojo a Shara y esta volvió a tirar de la carreta, esta vez a paso lento.

- ¿Hay algo que tengas que decir acerca de este lugar? - Pregunté.

- Bueno, puedo contarles la historia completa mientras llegamos a donde debemos ir, parece que no, pero este lugar es bastante grande. Al principio el Monte Caldero era un volcán activo, fue llamado El Caldero por su forma achatada y redonda, y porque hacía erupción cada diez años exactamente, haciendo que toda la zona de alrededor fuese inhabitable.

- O sea que estamos en medio de un volcán, que conveniente para sobrevivir.- Comentó Maia con algo de sarcasmo. Se me hizo raro que hablase así, quizá se deba a su mal humor, o a pasar mucho tiempo con Vyolette, o tal vez un poco de ambas.

- Pues estás equivocada,-dijo Cedric- si repasas ese enorme libro que trajiste podrás ver algo de información sobre Monte Caldero y su historia más reciente, hace unos cien años que no hace erupción, de hecho, como ven, ya ni siquiera contiene lava en su interior, aprovechando esto una comunidad de mineros aprovechó para instalarse dentro del propio volcán y explotar lo que pudiesen hallar dentro. Ahora, intenten adivinar el giro de la trama.

- Supongo que todos esos mineros eran protegidos. -Dije. Mientras tanto, pude notar que la iluminación se atenuaba de a poco, como no estaba viendo fuera de la carreta no entendía por qué.

- ¡Bingo! En realidad, muchos de los mineros ni siquiera trabajaban de eso antes de venir aquí, todos eran protegidos que vivían marginados, escondiéndose, formando comunidades nómadas de forma clandestina para sobrevivir. Eran gente proscrita, fuera de la ley.

- ¿Y tu naciste aquí? - Pregunté.

- No, a mi me encontraron, como yo las encontré a ustedes. De hecho, llegaron justo a tiempo para salvarme de morir, desde entonces, siempre quise ser buscador, que es como llamamos aquí a... pues eso, a los que nos dedicamos a buscar a otros protegidos, de hecho, acabo de completar mi primera búsqueda con éxito. -Dijo esto último con orgullo.

Luego hubo un pequeño silencio, entonces me di cuenta de algo.

- Oye, Cedric, mencionaste el libro de Maia recién ¿Cómo sabes que contiene? -Pregunté.

- Sencillo, se nota a la legua que es un Compendio del gremio de profesores. Además se trata de un tomo escrito especialmente para el primer año. Supuse que era un regalo de su padre por su despedida o algo así.- dijo.

- Supones mal, este libro era mío desde antes de conocerlos. -Dijo Maia.

- Doy fé de eso, ví ése libro en tus manos cuando me choque con Lizzie. - Dijo Shara sin apartar la vista del camino. - Por cierto, ya casi llegamos, y ¿Por qué tuve que traer la carreta hasta aquí?

- Para mantenerte en forma, porque si crees que no sé que William te regaló una meldía estás equivocado.

- ¿Aquí tienen meldías? - Preguntó Gamenor sonriendo. Y con razón, las meldías son unas frutas muy dulce, muy nutritivo y bastante difícil de conseguir. El gran problema con dichas frutas es que comer una meldía entera uno sólo es una proeza reservada a los estómagos más fuertes, ya que es muy grande y pesada.

- Pues sí, tenemos un cultivo bastante grande de meldías, de hecho tenemos una regla, sólo comemos platos con meldía una vez cada cinco días. Y es divertido porque rima. -dijo Shara.

Las meldías son como grandes sandías de color amarillo y anaranjado, tienen una cáscara gruesa que cubre pulpa, la cual posee un dulce sabor similar a la miel, yo sólo comí meldía en un par de ocasiones cuando era más pequeña. De tan solo recordar aquel delicioso sabor me da un apetito exagerado.

Mis pensamientos sobre meldías fueron interrumpidos por un gran grito similar al de un ave, pero mucho más fuerte. Tras esto, Cedric se bajó por fin de la carreta y nos indicó que hiciéramos lo mismo con un gesto. Tras hacer eso, por fin pude ver el lugar completamente. Se veía como un túnel de una cueva, de hecho, eso era, salvo por la puerta de madera que tenía justo en frente y las lámparas de aceite colgando de las paredes que eran la única forma de iluminación que podía distinguir. Al parecer mis ojos se habían acostumbrado a la falta de luz mientras estaba en la carreta.

Pude sentir una fuerte corriente de aire golpeando agresivamente por todo el lugar.

- ¿¡Por que tiene que hacer esto cada vez que alguien viene!? - Preguntó Shara a Cedric.

- !No sé, tal vez le gusta impresionar... O presumir!

Respondió, haciendo fuerza con la voz para que se escuche a pesar del viento que se hacía más fuerte conforme pasaban los segundos. Aquel vendaval comenzó a levantar polvo haciendo que tengamos que taparnos la cara con los brazos. Finalmente, tras unos segundos, cesó y pudimos ver el origen de todo eso.

Eran un señor mayor, de unos setenta años, pero fornido aún así, y una criatura de tres metros, era como una pantera, pero con dos enormes alas negras y unas orejas puntiagudas. El hombre, que estaba montado encima de la cabeza de aquel ser, llevaba la barba hasta el cuello y una camisa a rayas semi abierta que dejaba ver un triángulo de pelo tupido en el pecho, unos pantalones harapientos y nada de calzado.

El viejo era, seguramente, el protegido de aquella bestia, y el jefe de este lugar. Este nos saludó con una sonrisa.

- ¿Que tal? Bienvenidas a Monte Caldero! Espero que este chico haya sido gentil con ustedes. -dijo el hombre con una mirada pícara.

- El es William, es el líder de aquí. Bueno, en realidad las decisiones importantes las tomamos entre todos. -dijo Shara.

- Pero de la gestión y organización me encargo yo solito, y ha sido así desde hace más de cincuenta años, entendido?

- Además es super humilde. -dijo Cedric con un deje de sarcasmo que se notaba a kilómetros.

- ¿Y como se llama su guardián, señor William? -pregunté.

- Oh, cierto ¿Escuchaste? La señorita quiere que te presentes. Sé cortés y preséntate. - A esto, la criatura asintió y se presentó. A mi me pareció algo severa la forma en que William trató a su guardián en ése momento, pero no dije nada.

- Mi nombre es Norgud, buenos días. -dijo sin muchas ganas.

- Ahora está de mal humor, pero créanme, ya se le pasará. -dijo William.

- Sí, es normal que Norgud se comporte así cuando está mal por algo. -Dijo Shara.

- Oh, casi se me pasa, toca hacer un tour por el pueblo antes de mostrarles su nuevo hogar, vivirán con mi sobrina y otra chica en el pabellón Jota.

- Ugh, ya las envidio. -dijo Shara. Yo no le dí tanta importancia, había algo que me preocupaba más y eso era Norgud, no me gustaba esa sensación de tener una pantera de tres metros malhumorada cerca.

Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 17 de Marzo de 2017, 12:34:15 am
Capítulo 12.

Gracias a la memoria se da en los hombres lo que se llama experiencia
-Aristóteles



Mientras caminamos por los largos pasillos de Monte Caldero se me va haciendo cada vez más y más difícil respirar debido al agotamiento, pero finalmente llegamos a nuestro siguiente destino de ese día. El Parque, que consiste en una gran sala con un enorme árbol en el centro, alrededor del cual hay una plataforma y un podio tallados en piedra. Todos estuvimos bastante callados durante el trayecto, salvo William, que nos explicó que iba a darnos un discurso de bienvenida.

Mientras llegábamos pudimos ver como se iban acercando poco a poco el resto de los protegidos con sus guardianes, había niños, jóvenes, adultos y ancianos, además de guardianes de todo tipo, y casi todos estos eran muy diferentes entre sí. Podía ver sonrisas en los rostros de muchos de ellos. Según explicó William, la llegada de nuevos vecinos a Monte Caldero era una ocasión muy alegre que todos celebraban a su manera.

Tomo asiento en la primera fila, junto a Cedric y Maia. Shara espera cerca nuestro con Gamenor y Vyolette encima. El murmullo de la multitud se vuelve cada vez menos ruidoso mientras William se sube al podio, además no veo a Norgud por ningún lado, lo cual me resulta extraño teniendo en cuenta su enorme tamaño y el hecho de que hasta hacía unos momentos nos estaba acompañando. Quizá estaba usando algún tipo de invisibilidad para no incomodar a todos los presentes o algo así. Cuando volteé para hablar un poco con Maia, William carraspeó y luego comenzó su discurso.

-Estamos aquí reunidos para unir en santo matrimonio al joven Cedric Lahire y su guardiana... Es broma, es broma -Dijo con cierta picardía. Todos comenzaron a reír -En realidad todos sabemos por qué estamos aquí reunidos, celebramos un nuevo éxito de nuestros estimados buscadores, y su más reciente adición, el ya mencionado Cedric Lahire, que junto a su guardiana Shara han logrado superar con éxito un osado rescate. Seré honesto, chico, no te tenía ni una pizca de fe, pero lo lograste. Te has ganado mi respeto y creo que también el de todos los presentes ¡Felicidades! Ahora, pasando a asuntos más importantes, denle todos una cálida bienvenida a Lizzie, Maia, Vyolette y Gamenor. -Todos aplaudieron al unísono.

La fiesta que siguió a ese breve discurso duró dos horas que se me hicieron bastante largas, no por tratarse de una fiesta incómoda ni nada, sólo que yo necesitaba un descanso urgente por el tema de la respiración, aunque de a poco me estaba acostumbrando. Así que decidí quedarme sentada en mi silla a esperar que el festejo terminase, solo comí unas galletas que me trajeron unos niños. No quise ser aguafiestas así que las acepté con mucho gusto, más allá de eso, estaba tan agotada que preferí esperar que todo pase, Maia al menos podía caminar entre la gente y comer algo, pero tampoco hizo mucho más que eso.

Finalmente la fiesta acabó, y Shara nos guió hacia el pabellón Jota, donde se supone que nos estaban esperando nuestras nuevas compañeras. El aire en aquel lugar se sentía ligeramente más fresco y estaba cerca de la plaza así que no demoramos mucho, lo único malo que tenía era que había que bajar un pequeño tramo por una ligera pendiente. En ese momento pude ver a un par de chicas paradas en frente de una de las puertas que había en aquel lugar, estaban como a la mitad del pasillo, ni muy al fondo ni muy cerca.

Pude reconocer inmediatamente a una de las dos chicas, era Gwendolyn, vestía bastante diferente, un vestido largo hasta la parte superior de los talones, de tela, color verde hoja, un poco ajustado a la altura del estómago. Lo único que no había cambiado era su rostro, y su mechón de pelo morado en el flequillo, mas allá de eso estaba completamente cambiada. La otra chica vestía una armadura metálica que la cubría completamente, salvo por la cabeza, pues llevaba el yelmo en una mano. Además llevaba enfundada una espada.

- Un poco más y me hacen llegar tarde a mi clase. -Dijo la chica de la armadura.

-  Por favor, Minerva ¿Podrías no hacer sentir incómodas a nuestras nuevas compañeras en su primer día? -Dijo Gwendolyn.

- Solo estaba bromeando, Gwen. -Respondió.

- Bueno, supongo que ya no hay mucha necesidad de presentaciones. -Dijo Maia.

- Yo diría que nos presentemos de todos modos. Me llamo Elisabeth, pero todos me dicen Lizzie. -Dije entonces, luego Maia sonrió un poco.

- Gwendolyn, mucho gusto, ah, y les ruego, y esto también va para ti, Minerva, nunca jamás de los jamases me llamen Gwen.

Si, definitivamente se trata de la misma chica que conocí en la cafetería de Greenware. ¿Pero como puedo estar tan segura de que eso pasó? Se suponía que Gwendolyn habría de reconocerme en cuanto me viese. ¿Lo hizo? No puedo saberlo. ¡Un momento! ¿No se suponía que nuestros recuerdos de fuera del juego no existían aquí? Eso podría explicar por qué Gwendolyn no me recuerda.

Tras un momento, Minerva reaccionó. - Creo que debo ir a mi clase, nos vemos. -Dijo, y cuando dio un par de pasos fue interrumpida.

- ¡Espera! -Dijo Gwendolyn. Minerva se quedó quieta unos instantes. -Maia parece estar interesada en tus clases de esgrima. ¿Te parece si te acompaña? - Tras esto miré las caras de ambas, Maia y Gwendolyn, la primera parecía algo confundida, pero emocionada ante la propuesta, la segunda simplemente sonrió y me guiñó el ojo.

- Bueno, está bien.- Dijo Minerva.

- ¡Gracias! - Dijeron a la vez Maia y Gwendolyn.

Entré al cuarto, el cual era bastante más luminoso que en el pasillo de fuera, las paredes eran bastante más planas y estaban pintadas de blanco, con lo cual se podía ver un poco mejor. La sala central estaba adornada con un par de estantes para armaduras y una mesa con un florero. También había varias puertas. Además había una luz flotando en el centro.

- ¡Alix, Saluda a nuestra nueva compañera!

Entonces aquella luz comenzó a moverse de un lado a otro y finalmente se quedó al lado mío durante un rato.

- Buenos días. -Dijo una voz procedente de la luz, sonaba como un eco agudo, suave y apagado, pero melodioso.

- Alix es lo que llamamos un Pip, un ser sin forma, - Comenzó a contarme Gwendolyn -  por lo que sabemos está hecho de luz y sonido. Aquí en Monte Caldero tenemos varios Pips, muchos de ellos sirven como mensajeros ya que pueden moverse a una velocidad cercana a la de la luz. Algunos iluminan las grutas más profundas o ayudan a los excavadores que son los encargados de ampliar la ciudad. ¿Sabes que es curioso de todo eso? Muy pocos Pips son guardianes, hay quienes creen que simplemente les gusta ayudar a la gente, si me preguntas creo que no es cierto. Como mi guardián, Alix me ayuda con algunas tareas y, cuando lo hace, brilla un poco más que de costumbre, por eso creo que la gratitud de los humanos les sirve de alimento, aunque cuando le pregunto si es cierto, el me pide disculpas, al parecer no puede responder a eso.

- ¿Y todo esto por qué me lo cuentas? -Le pregunté.

- No lo sé, recuerdo tu rostro y creo que puedo confiar en ti. -Me dijo ella

- ¿O sea que si recuerdas todo? -Pregunté, algo intrigada

- No, solo recuerdo haberte conocido, no recuerdo exactamente cuando o como, pero algo me dice que puedo confiar en ti. - Respondió, entonces me di cuenta, en Greenware, Gwendolyn me dijo que jamás olvidaría una cara, por eso estaba tan confiada de reconocerme a pesar del cambio en la memoria. Y fue por eso que me reconoció a pesar de que se supone que nunca nos conocimos.

Entonces, pensando de vuelta en los Pips, me di cuenta de algo. -¿Donde está Gamenor?- Pregunté.
Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 23 de Marzo de 2017, 11:20:27 pm
Capítulo 13.

Es un error esencial considerar la violencia como una fuerza.
-Thomas Carlyle



Anochecía en Monte Caldero, aunque prácticamente no podía distinguirse la noche del día, salvo por el hecho de que todos comenzaban a sentir sueño, y porque los pips se atenuaban un poco. Según me contó Gwendolyn, hacían eso a propósito para hacernos saber que afuera el sol ya se había puesto. Y Gamenor todavía no aparecía. Estábamos las cuatro, Minerva, Maia, Gwendolyn, y yo, caminando de noche por pasillos cerrados, buscándolo. Vyolette había vuelto con Maia durante la clase de Minerva y nos contó que por un momento no supo dónde se encontraba, por lo que nos preocupamos de que a Gamenor le hubiese pasado algo parecido y, tras una larga conversación decidimos ir las cuatro juntas.

- ¿Dónde se habrá metido? -Pregunté tras un buen rato de caminar en silencio.

- No lo sé, pasa de vez en cuando que los guardianes desaparezcan el día de la fiesta de bienvenida, es algo que nos preocupa, pero no sabemos nada al respecto. -Dijo Minerva.

- De hecho hay varias teorías absurdas, la mas creíble es que Norgud los hace desaparecer por accidente. -Dijo Gwendolyn.

- ¿Exactamente que puede hacer Norgud? -Pregunté.

- Asustar a los niños con su presencia, comerse la mitad de las raciones del pueblo de una sentada e insultar a otros guardianes cuando está de mal humor. -Respondió Gwendolyn con cierto sarcasmo.

- Pues si me lo preguntan a mí es tan solo un gatito gruñón. -Dijo Vyolette.

- Un enorme gatito gruñón con alas. -Respondí, haciendo especial énfasis en la palabra enorme, entonces volví al tema. -¿Y no tiene ninguna habilidad?

- Nadie lo sabe. -Respondió Cedric llegando por detrás nuestro. -Yo no creo que un guardián tan fuerte físicamente tenga demasiado potencial en cuanto a habilidades, poder hacer desaparecer a otro guardián durante varias horas es una habilidad difícil de utilizar. Pero con Shara aprendí a esperar cualquier cosa de los guardianes.

- Debería aprender a no asustar así a la gente, señor Cedric. -Dijo Vyolette.

- Y también debería aprender a cuidarse de su propia sombra. -Dijo alguien que no pude ver, la voz no me resultaba conocida ni parecía delatar ningún género, pero a mi me daba la impresión de que podía tratarse de un chico. Entonces, dos grandes serpientes negras con brillantes ojos de color esmeralda aparecieron rodeándonos. Al ver esto, Maia se echó al suelo debido al pánico.

- Una menos, quedan cuatro. -Dijo el extraño, mostrándose. Llevaba una túnica de lana marrón con capucha y se cubría la cara completa con una máscara totalmente blanca.

- ¿Cómo te atreves a... Espera, ahora recuerdo lo que sucedió. -Dijo Vyolette.

- ¿Lorito quiere galleta? -Preguntó una de las serpientes en tono burlesco.

- Es gracioso, porque es la primera vez que me descubren, y también es la primera vez que puedo hacer esto. -Tras eso desenfundó dos pistolas y comenzó a dispararnos con gran velocidad. Varios disparos salieron volando en dirección a mi, y a todos los demás. ¿Cómo nos salvamos de eso? En cuanto dejó de disparar, Minerva sonrió y desenvainó su espada.

- Las armas de fuego son para cobardes sin honor, ahora recibirás tu justo castigo. -Dijo la chica de brillante armadura.

- Como quieras. -Respondió el, y mostró una espada negra, algo más grande que la de su oponente. Tras esto, se lanzó a la carga y minerva respondió del mismo modo, las serpientes se movieron rodeando al extraño y su oponente, en cambio apareció un guiverno del color del trueno para cortarnos el paso si intentábamos escapar. Era bastante mas grande que Gamenor, era casi tan alto como yo, y se veía feroz.

El combate entre Minerva y aquel extraño sujeto era brutal, él no dejaba de atacar con gran velocidad y fuerza, pero ella no descuidaba su defensa. Ambos se movían con una peligrosa armonía, como si se tratase de un vals o un tango. Cada tanto, el extraño perdía el equilibrio durante un breve instante, que Minerva aprovechaba para contraatacar, pero el velozmente se recuperaba y usaba el propio contraataque de ella a su favor. Mientras tanto las serpientes los rodeaban, pero no buscando encerrarlos, si no que ellos marcaban el centro y las serpientes mantenían siempre la misma distancia, independientemente de a donde se moviesen ellos.

Si podía notar una gran diferencia entre el estilo de uno y la otra era que el extraño usaba todo su cuerpo en el combate, mientras que Minerva concentraba sus movimientos en la espada.

En un momento, el combate se decidió. Minerva había bloqueado un ataque por debajo de la cintura y estaba agachada, lo cual el extraño quiso aprovechar para darle una patada en la cara y así derribarla, pero ella se anticipó y tomó el pie con su mano libre. Rápidamente lo hizo girar y se incorporó. El extraño ahora estaba en una posición incómoda y completamente indefenso, mirando de cara al suelo y parado sobre un pie.

- Un movimiento sin honor, rastrero, aunque bastante efectivo si hubiese atinado, pero me resultó muy predecible. -Dijo Minerva.

- Esto no se ha acabado. -Dijo aquel extraño. Tras eso una de las serpientes rodeó a Minerva por completo, impidiéndole moverse. Tras esto ella se vió obligada a soltar el pie de aquel sujeto - ¿Alguien más quiere ser un héroe?

- Tu fuiste el que secuestró a Gamenor ¿Verdad? -Pregunté.

- ¿Gamenor? Ese nombre me suena, no me digas, creo que sé quien es... "El pequeño guiverno que podía". Sí, no te preocupes, está completamente sano y salvo, lo devolveré mañana a primera hora. En realidad, no quiero nada de ustedes, pero... -En ése momento, se sintió un fuerte viento en todo el lugar.

- Justo a tiempo. -Dijo él. -Les recomiendo que se retiren si no quieren salir heridos.

El viento se volvía más y más intenso a medida que pasaban los segundos. Era la clara señal de que Norgud se acercaba por el oscuro pasillo a toda velocidad.

Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 31 de Marzo de 2017, 01:15:09 am
Capítulo 14.

A quien nos justifica nuestra desconfianza llamamos enemigo, ladrón de una esperanza.
-Antonio Machado


La noche avanzaba, ya sentía sueño, pero no podía permitirme dormir en una situación como esa, Norgud y aquel sujeto que nos había atacado ahora se estaban viendo cara a cara.  Ambos se veían dispuestos a atacar, pero ninguno movía un músculo. Finalmente, el gran felino alado habló sin disimular su furia.

- Déjalos ir. - Ordenó.

El extraño rió sarcásticamente para luego decir -Oblígame.

Entonces Norgud lanzó un fuerte rugido que hizo que todos nos cubriésemos los oídos. Tras el rugido, aprovechó que el extraño estaba aturdido para golpearlo con su zarpa, sin sacar las garras, y lo envió contra una pared. Cuando el extraño se recuperó de aquel ataque, sonrió.

- Buen truco, pero no te servirá dos veces. ¡Cartrion!

Tras el llamado, apareció una gran criatura. Primero vimos sus pinzas apareciendo por debajo de la tierra, sujetando las patas delanteras de Norgud, tras esto, salió el resto de el. Era un enorme cangrejo, su piel parecía hecha de tierra.

- ¿Crees que esto puede detenerme? -Dijo el gran guardián. Tras esto, hizo batir sus alas y lanzó una fuerte ráfaga de aire de su boca, lo cual hizo que el enorme cangrejo saliese volando en dirección a nosotros, sin embargo fue detenido justo en frente de nosotros por una especie de pared de luz morada.

- Cartrion, viejo amigo ¿que es lo que te ha hecho este hombre? -Tras decir estas palabras, Norgud rugió de nuevo, esta vez fue mucho más agudo, y tan atronador que resonó por todo Monte Caldero, llamando rápidamente la atención de los vecinos.

- Es el rugido de alarma. -Dijo Gwendolyn, tras recuperarse del aturdimiento. -Norgud lo usa para alertar al pueblo en caso de algún peligro. Aunque he de decir que nunca antes lo escuché tan de cerca.

Mientras tanto, el extraño esquivaba los constantes ataques del gruardián como si nada, aunque parecía agotado. Norgud intentaba alejarlo de nosotros, pero con cada esquive el se acercaba más. En cierto punto, el extraño terminó a nuestro lado, y, obviamente, aprovechó para amenazar a Norgud con herirnos usando su espada. Minerva seguía sin poderse mover por aquella serpiente, así que no teníamos ningún arma con que defendernos.

- ¿Y bien, Norgud, te rindes? ¿O voy a tener que matar a estas personas? -Dijo el sujeto.

Entonces sonó detrás nuestro un disparo y se escuchó el sonido de un quejido que venía del guiverno que nos bloqueaba el paso. Sonó otra vez un disparo y esta vez el guiverno cayó al suelo, revelando que el que le había disparado era nada más y nada menos que William, quien tenía una escopeta en mano.

- Si te atreves a tocar aunque sea un solo pelo de mi guardián, te voy a dejar con más agujeros que una esponja. -Amenazó William.

- Retiro lo que dije sobre las armas de fuego. -Dijo Minerva, quien tras esto fue estrujada por la gran serpiente que la tenía inmóvil. Al ver esto, el líder se acercó hacia la criatura y le pegó en la nuca con la culata del arma, dejándola inconsciente, con lo cual el agarre se aflojó y Minerva pudo liberarse.

Mientras tanto, el extraño comenzó a reír como un demente.

- ¿De verdad creen que pueden detenerme con eso? Una espada, una escopeta, y unos cuantos guardianes, ¡que gracioso! ¿Acaso saben quien soy? Claro que si, al menos usted, vejestorio, debería reconocerme. -Dijo el extraño.

- Sí, si, eres el imbécil que hizo que destruyeran el tratado de los ríos. Luego de eso fuiste quemando docenas de aldeas y lograste que el parlamento culpase de eso al protectorado. Básicamente... eres el tipo que vengo queriendo matar a base de escopetazos desde que tengo veinte años.

- ¿Tengo? -Dijo el extraño en tono burlesco- Creo que debería tomar clases de gramática, se dice tenía, en tiempo pasado.

- ¡Cierra el pico, mequetrefe, tengo veinte años y los he tenido por décadas, ¿me oyes?! - Dijo William con un enfado más que evidente. Tras esto comenzó a disparar hacia aquel extraño, pero tal como sucedió cuando el nos disparó a nosotros, las balas rebotaban al acercarse. El extraño bostezó, burlandose de los inútiles intentos de William de hacerle daño con su arma.

- Bien, parece que no voy a poder tomar este excelente ejemplar de guardián para mi colección. En fin, me despido. -Luego de esto, chasqueó los dedos, la serpiente que aún estaba consciente hizo brillar sus escamas con un destello verde y acto seguido él y todos los guardianes que lo acompañaban desaparecieron en un parpadeo.

Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 08 de Abril de 2017, 01:58:15 am
Capítulo 15.

En vano se echa la red ante los ojos de los que tienen alas.
-Gabriela Mistral


La agitación de aquel combate había cesado y por fin estábamos tranquilos. Aunque Gamenor aún no aparecía, todos decidimos que lo mejor sería guardar fuerzas para buscarlo mañana, por lo que había llegado la hora de dormir. O, lo que es lo mismo, la hora de despertarse en otro lugar.

Esta vez la desconexión se produjo sin inconvenientes, no hubo mareos ni cosas raras. Cuando me levanté y volví a salir al pasillo, encontré a Gwendolyn y Cedric esperándome en la puerta del comedor.

- Hans y Luke ya están dentro,-dijo Cedric al verme llegar- tardamos bastante más en desconectarnos de lo normal así que el lugar está lleno. Va a ser casi imposible sentarnos con ellos.

- Bueno, gracias por esperarme de todos modos.-Dije, luego pregunté- ¿Que se supone que hacemos ahora? digo, almorzamos hace tres horas y media, y faltan otras cuatro para la cena, y aún así nos estamos reuniendo en el comedor.

- No tengo la menor idea- respondió Gwendolyn- Tendríamos que entrar y averiguarlo.

Lo que vimos al entrar fue tan solo un montón de gente, parecía la misma de antes, muchos estaban sentados en los mismos lugares que la ultima vez, solo algunos habían cambiado de lugar. Sin embargo, nos fue imposible encontrar a Hans y Luke. Sobre todo porque muchos estaban distraídos conversando y había juegos de mesa en todas partes y pues, admito que nos ganó la tentación de abandonar temprano la búsqueda. Nos sentamos en los primeros asientos vacíos que encontramos, solo había una persona más en la mesa. Un chico pelirrojo que usaba lentes oscuros. Llevaba una chaqueta de cuero con varios parches, y una camiseta con varios personajes de videojuegos estampados. No parecía hablar mucho, de hecho ni siquiera se presentó.

Comenzamos jugando una partida del juego de la Oca, elegimos algo sencillo para poder concentrarnos en nuestra conversación.

- Realmente espero que ese sujeto te regrese a Gamenor tal como dijo. -Comentó Gwendolyn.

- Si es quien creo que es, no creo que esté interesado en hacer daño a Gamenor. -Dijo Cedric.

- ¿Quien crees que es? ¿Y por que dices eso? -Preguntó Gwendolyn, sacándome las palabras de la boca.

- Me será mas fácil explicarlo in-game.-Dijo Cedric- Ahora ¿Alguna tiene una idea de como fue que las balas se volvieron locas durante la batalla?

- La guardiana de Minerva, Sylvia, es una mariposa de plata, estuvieron practicando la desviación hace poco. Es posible que ese sujeto también tenga un guardián que haga lo mismo. - Dijo Gwendolyn, inmediatamente entendí de qué estaba hablando.

- Pero el guardián de ese sujeto desvió  todos los perdigones de una escopeta, imagino que eso debe ser bastante más difícil que una sola cada vez. - Dije.

- Si, bastante más. - Dijo Cedric, tras eso, rió ligeramente para sus adentros y volvió a usar esa sonrisa que me causaba una mala sensación de el cuando nos conocimos. Al parecer, estaba ocultando algo. Pero ¿Que? Tengo que averiguarlo, pero no sé por donde empezar, a ver ¿Que se de el fuera del juego? No se me ocurre nada, pues toca forzar un poco la lógica, veamos, si oculta algo, es que sabe algo... Claro, el tiene bastante conocimiento sobre los guardianes y el juego en sí como para ser la primera vez que lo juega, además solo llevamos dos días en el juego y a penas unas hora aquí como para tener tanta experiencia, podría ser que haya jugado antes o algo así ¿Pero no se supone que se genera una historia y un mundo aleatorio cada vez? Es raro, tengo que preguntarle como es que sabe todo esto, pero ahora no me parece que sea el momento, no con ese chico escuchando.

Mientras pensaba en todo eso, ya avanzaron varios turnos y al parecer la conversación siguió sin mi, Gwendolyn y Cedric estuvieron contando anécdotas de cuando eran pequeños y el otro chico simplemente escuchaba y asentía.

El descanso pasó sin pena ni gloria, y regresé con prisa a la máquina para así despertar temprano en el juego. Realmente no tenía nada que hacer, pero si tenía una oportunidad de verme con el extraño mientras este devolvía a Gamenor podría averiguar algo. O al menos, parecía una buena idea en mi cabeza.

Desperté en mi cuarto y me vestí, era bastante temprano o al menos, seguía sintiendo algo de sueño. Salí al comedor y allí estaban, el extraño sujeto que nos atacó anoche, y Gamenor, que nada más verme dio un brinco de alegría. Pero no hizo mucho más ¿Será que no pudo hacerlo?

Me mira a los ojos y se quita la capucha. Era un chico, llevaba pintura blanca en la cara, o tal vez era muy pálido, no podría distinguir la diferencia.

- Ya entiendo por que no dejas ver esa cara. -Dije.

- Muy graciosa. ¿Quieres que te lo devuelva o no?. -Dijo él.

- Claro que si ¿Que quieres tu?. -Respondí

- Que no te metas en mis asuntos. - Respondió el.

- Puedes ser más específico. -Le dije.

- De hecho es tan simple que hasta una simple campesina lo entendería, primero me ves llegar, luego te vas para otro lado. -Dijo con tono de burla.

- ¿Puedo preguntarte algo?- Le pregunté, sin ocultar mi enfado.

- Puedes, no te garantizo que vaya a responderte, de todos modos.

- ¿Por qué atacaste a Norgud anoche? - Decidí que sería la mejor pregunta en base a lo que había dicho en aquella ocasión, de que no estaba interesado en nosotros.

- No tenía intención de matarlo, si es lo que te preguntas. Con gusto te contaré la historia de mi gente. Antes de que se fundara el Sumo Protectorado, solo había un gran reino. Era el reino del gran señor Luxnigra, el primero. Tras una terrible sequía, el reino de Luxnigra fue debilitado por invasores y finalmente disuelto, de ese reino salieron los cuatro que hoy existen en el mundo. El poder de Luxnigra estaba basado en su perfecto control del Vínculo, algo que como protegida, seguro conocerás. Yo soy uno de los herederos de la rama principal, descendiente directo de Luxnigra el primero, aunque aún no desarrollo el poder al mismo nivel de mi antepasado, de lo contrario podría haber dominado a Norgud con solo verlo a los ojos. Estuve tomando prestados algunos guardianes para practicar, pero no les hice daño.

- ¿Y Gamenor? ¿Que hiciste con el? -Pregunté

- De hecho, creo que te hice un favor, lo liberé. Ahora puede elegir su propio camino.- Mirándolo a el dijo. -Ya puedes elegir, pero recuerda que no te daré otra oportunidad.

- Señorita Lizzie... -Dijo Gamenor.

- ¿Si? - Pregunté.

- Si me voy ¿Como estaría usted? -Me preguntó el en cambio

- Estaría feliz de que seas libre y puedas volar, sin temer a los humanos, pero te extrañaría mucho.

- Y si me quedo con usted ¿Cómo se sentiría? - Me pregunté.

- Me dolería que perdieses tu libertad por mi, pero estaría feliz, porque volveríamos a estar juntos. - Entendí que estaba tratando de decidir que hacer, así que decidí ser lo más honesta posible. Finalmente, el se acercó a mi.

- Pues, tengo la libertad de elegir, y elijo estar con usted hasta el final. Como usé mi libertad para elegir ser su guardián, perderé mi libertad, pero porque yo lo decidí. -Dijo Gamenor, y se posó en mi hombro.

- Bien -Dijo el chico- ya está decidido, no puedo hacer nada. Bueno, es mi señal para irme, la próxima vez no seré tan bueno con ustedes.

Tras esto, chasqueó los dedos, las dos serpientes negras de la otra vez aparecieron a sus pies, lo rodearon, y desaparecieron junto con el.

Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 25 de Abril de 2017, 12:35:39 am
Capítulo 16.

Todos los secretos están guardados en un mismo cajón, el cajón de los secretos, y si develas uno, corres el riesgo de que pase lo mismo con los demás.
-Laura Restrepo


Cedric era intrigante, sabía cosas que no se supone que debía saber. Así que ahora que Gamenor por fin había vuelto conmigo, mi siguiente objetivo era él. Resultaba completamente extraño que supiera todo eso, así que debía ser más astuta que el, preparar un plan de acción en mi cabeza para tomarlo por sorpresa, obvio que esto implicaba no decirle nada a nadie, ni siquiera a Gamenor. La idea era sencilla, primero le preguntaría que sabe sobre el sujeto que nos atacó el otro día. Si las historias coinciden completamente, significa que Cedric sabe bastantes cosas y que no está inventando nada, y que el sujeto no me mintió. Si no coinciden en nada, uno de los dos miente. Si coinciden en una parte, solo esa parte se confirmaría y lo demás ya tendré que conjugarlo yo. Luego de eso, dependiendo de lo que me diga, podría preguntarle que más sabe y cómo lo sabe, ya sea en público o no, o podría simplemente darle una bofetada por mentiroso y dejarlo pasar. Pensándolo bien, quizá no se merezca una bofetada, si no diez o veinte, pero eso lo resolveré cuando llegue el momento.

Tomo el desayuno en casa, Maia se ve más alegre de lo habitual, y algo más conversadora. Hablamos sobre las clases de esgrima de Minerva y de por qué las toma. Resulta que es algo así como una especie de policía o algo así. Más bien se encarga de cuidar a la gente del pueblo, de repeler a algunos invasores, saqueadores, y demás. Luego surge la duda, Cedric se encarga de rescatar a protegidos y guardianes en situaciones difíciles, Minerva defiende el pueblo, entonces ¿Qué hace Gwendolyn? ¿Y por que a Maia y a mi aún no nos dieron algún trabajo? Tal vez me estoy adelantando a las cosas y nos den uno a nosotras pronto, pero ¿Y Gwendolyn? Le pregunté de que trabajaba, pero no quiso responder. Minerva respondió en su lugar, dijo que se trataba de un trabajo difícil de explicar a los nuevos. ¿Que querrá decir con eso? En fin, otro misterio más en mi lista de pendientes, me siento como un imán de preguntas sin respuesta, o como una típica detective de novela de misterio, de esas que sin querer se ven metidas en medio de cada asunto y que tienen que encargarse de desenvolver todo, libro tras libro.

Luego de terminar el desayuno, salgo a caminar, Gamenor guarda silencio un buen rato. Al parecer, el nota que estoy pensando en algo muy importante. Tras un tiempo buscando a Cedric, él dice -Parece que el señor Cedric no está aquí, será mejor buscarlo en la plaza central.

- ¿Como supiste que estoy buscando a Cedric? -Le pregunté.

- No lo sé realmente, simplemente sentí que lo estabas buscando. ¿Será que nuestro vínculo se está fortaleciendo, Señorita Lizzie? -Respondió.

- Puede ser. Anoche te estuve buscando, y estaba muy preocupada por ti.

- Yo temía no volverla a ver.

- ¿Que pasó? - Le pregunté, el guiverno, con cara de confundido, intentó dar su mejor respuesta, o al menos, así me pareció.

- Realmente no recuerdo mucho, todo se veía oscuro. Solo sentía algunas voces y la cercanía de otros guardianes, muchos de ellos. Me gustaría saber exactamente que fue lo que pasó, pero no puedo recordarlo.

- Bueno, no te preocupes, tal vez pronto recuerdes algo. En fin, necesito buscar a Cedric y también me gustaría averiguar donde trabaja Gwendolyn. Es curioso que justo ellos me guarden secretos. - Dije.

- ¿Por qué es curioso? - Preguntó Gamenor. Realmente no sé si decirle la verdad o no, tal vez eso pueda herir sus sentimientos, o quizá es que tengo miedo de que suene absurdo. Pero ahora mismo necesito toda la ayuda posible, y sé que puedo confiar en el, así que se lo voy a decir.

- Bueno, es difícil de explicar, y puede parecer muy absurdo, así que antes de nada me gustaría que me prometas que no se lo dirás a nadie sin mi permiso.

- Prometido. - Respondió el guiverno con una sonrisa.

- Bueno, te lo contaré, pero me gustaría encontrar un lugar privado.

Entonces sucedió algo que no me esperaba. Shara apareció por detrás mio y dijo - Pues ya lo tienes. - Y, efectivamente, teníamos un lugar privado, pues la gente alrededor nuestro ya no se movía, pero hay un problema, Shara es la guardiana de Cedric, y realmente no confío en el en este momento. Sin embargo, el ya debería saber lo que le pienso contar a Gamenor. Creo que lo mejor será contarlo y punto, si por eso me surge algún problema, ya lo resolveré cuando sea el momento.

- Bien, Shara, te lo contaré, pero más vale que no te rías ni te ofendas por lo que voy a contarte. - la guardiana asintió.

- Cuando sueño, siento que en realidad estoy en otro mundo, que se siente tan real como este.En ese mundo no hay guardianes, pero conozco a Cedric y Gwendolyn, y ellos saben de este mundo, porque allá, nosotros estamos usando máquinas que generan sueños que compartimos, como en un juego, y estamos soñando con este mundo. -Dije, intentando simplificarlo lo más posible para que pudieran entenderlo.

- Pues eso era lo último que quería escuchar.

- ¿Por qué? -Pregunto.

- Porque Cedric me contó algo parecido anoche, antes de irse.

- ¿Qué? ¿Se fué? - Pregunto, me doy cuenta tarde que Shara está demasiado herida emocionalmente como para responder. Se aleja tan lento que no se escuchan sus pezuñas tocando el suelo.
Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 27 de Mayo de 2017, 12:24:53 am

Capítulo 17.

La capacidad y la habilidad auténticas no las estropea ni siquiera el amor por el dinero y la fama..
-Orhan Pamuk


Shara estaba bastante seria en comparación a cuando la conocí. Decidió llevarme a donde había ido Cedric de mala gana, Minerva nos acompañaba y dejábamos a Maia y Gwendolyn atrás, esperando que no les pase nada en nuestra ausencia. Ni siquiera les habíamos avisado, pero según Shara debíamos partir rápido. En el camino, nos dijo que nuestro destino sería una ciudad llamada Ceberina, ubicada cerca de los ríos de fuego.

Sobre los ríos de fuego poco sabía yo, salvo lo normal, cuatro corrientes que rodean el continente desde hace siglos, todas llenas de lo que se llama fuego líquido, el cual quema todo lo que esté a su alcance. Los esfuerzos por controlar el fuego líquido en general suelen acabar con gente muerta, aún así, hay docenas de ciudades ubicadas cerca de las orillas de los ríos. Por lo general, dichas ciudades están fuera de la ley, por lo que son grandes nidos de pandilleros, traficantes y, como no, protegidos. Si Cedric está ahora mismo en camino a Ceberina, debe ser por algún rescate, al menos es el motivo que se me ocurre.

El camino a Ceberina es bastante corto, pues es la ciudad más cercana a Monte Caldero, en total son unas siete horas a pie, por lo que Cedric ya casi debería estar llegando, si salió temprano.

En el camino, noto un poco de peso sobre mi hombro. No era Gamenor, pues él estaba sobrevolando para vigilar desde arriba que no se acerque ningún peligro. Miré hacia mi hombro y había una mariposa. Se sentía algo pesada para su tamaño.

- Parece que a Sylvia le agradas.-
Dijo Minerva.

- Cierto, Gwendolyn me comentó que tu guardiana era una mariposa de plata. - Respondí.

- Sí, lo es.

- Y también es la que nos salvó de ése sujeto.

- Precisamente. Y justamente por eso es que decidí practicar el desvío con ella. ¿Tu que habilidad has practicado ​con Gamenor?

- La verdad es que ninguna. - Respondí.

- Pues deberías.

- Bueno, no se cómo.

- Ahí yo puedo ayudarte. - Respondió Minerva. - Shara es un buen ejemplo, ya que tiene varios tipos de habilidades. Posee esa habilidad que da la ilusión de que el tiempo se detiene... ¿Cómo se llamaba?

- La verdad es que no decidimos como llamarla. - Dijo Shara.

- Bueno, no importa. Otra habilidad que usa mucho es el martillo de luz... con esto ya tengo lo que necesito para explicarte lo básico, que es identificar que habilidades podría aprender tu guardián con más rapidez, en este caso, Shara puede aprender más fácil habilidades similares a las que ya conoce, que otras diferentes. Lo mismo pasaría con Gamenor.

- Entonces hay algo que no entiendo. -Dijo Gamenor. - Porque mi anterior protegido pasó años intentando enseñarme a lanzar fuego, y yo ya hago algo similar...



- A ver, déjame verlo. - Respondió Minerva.

Entonces el pequeño guiverno mostró su llama interior, la cual movía alrededor suyo con velocidad.

- Pues tengo una idea de cual podría ser el problema. Puede ser que esa no sea una habilidad de fuego como tal, si no que tenga un componente más ilusorio, como Shara.

- No le veo sentido, digo, esta habilidad puede quemar cosas. - Digo- Siempre y cuando no estén vivas.

- Bueno, ten en cuenta que algunas habilidades ilusorias tienen un componente tangible, por ejemplo, el martillo de luz es casi totalmente ilusorio, pero el impacto se produce con la parte tangible. Podría pasar algo similar con el fuego de Gamenor. El hecho de que esté condicionada a si están vivas o no también puede significar que no se trata de fuego de verdad.

- Interesante. - Dije- Bueno, parece que casi estamos llegando.

- Aún tenemos tiempo de comenzar con las clases. -Dijo Shara. - ¿Crees que podamos enseñar a Gamenor la ilusión de parar el tiempo?

- Es un poco complicado. -Dijo Minerva- Tu misma dijiste que tardaste meses en lograrlo.

- Si, pero ten en cuenta que lo aprendí sola y sin ayuda, por ese entonces ni siquiera tenía un protegido como tal, y con un maestro es todo mas fácil. - Respondió la guardiana.

- Bien, tenemos algo más de dos horas y media antes de llegar a Ceberina, podemos enseñarle lo básico en el camino.

Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 13 de Julio de 2017, 03:45:19 am
Capitulo 18
-La práctica hace al maestro
Anónimo.

Ordené a Gamenor que bajase para recibir la lección, Shara nos miró, a el y a mi, luego miró el camino, y de vuelta a nosotros.

- Bien... es hora de empezar. Va a ser difícil que lo logren a la primera, y mucho menos caminando, Lizzie, será mejor que te lleve sobre mi lomo.

- Comprendo. -Tras decir esto me subí, de forma un poco torpe.

- Ahora, necesito que ambos cierren los ojos. - Dijo Shara. Lo hice así, y Gamenor también, casi al mismo tiempo.

- Gamenor, recuerda algo de tu pasado, el recuerdo mas vivo que tengas.

Se hizo un silencio, que se alargó por algunos segundos.

- Listo. -Dijo el guardián.

- Bien, ahora intenta recordar otros momentos, algo que te de nostalgia, y otro momento que te de esperanza. Lizzie, si ves algo de lo que Gamenor recuerda, significa que está funcionando- Se hizo un slencio, que fue interrumpido tras unos segundos- El vínculo funciona con emociones, la nostalgia y la esperanza estan vinculadas con el pasado y el futuro, respectivamente, evocarlas a la vez es lo que permite la ilusión de detener el tiempo. En el momento que Lizzie pueda ver los recuerdos de Gamenor, el vinculo será lo suficientemente fuerte para utilizar esta ilusión y probablemente pueda aprender algunas habilidades más.

En ese momento, mientras mantenía los ojos cerrados, pude ver algo borroso, por una fracción de un segundo, pero no supe que era.

- Creo que vi algo, pero...

- ¿Duró poco? - Minerva me interrumpió.

- Exactamente.

- No te preocupes, de hecho es fantástico, los primeros intentos suelen fallar, tal vez tu vínculo con Gamenor esté más fuerte de lo que parece. Ahora, será mejor que lo dejemos por ahora, no sea cosa de que por andar practicando nos tomen por sorpresa unos bandidos o algo así. -Dijo Minerva.

- ¿Hablas en serio? Este camino está muy tranquilo. - Dijo Shara.

- Mejor prevenir que curar, además, te recuerdo que Ceberina no es precisamente un pastel de crema rosado relleno de cosas bonitas. - Sentenció Minerva.

Finalmente llegamos a la ciudad, el calor de los rios de fuego era abrumador.

Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 15 de Julio de 2017, 12:31:05 am
Capitulo 19
-La ira es un veneno que uno toma esperando dañar al otro
William Shakespeare.

Ceberina parecía una ciudad tranquila. El olor que desprendían los ríos de fuego era abrumador, sin embargo el aire era respirable. Era sorprendente, sin embargo, lo rápido que nos adecuábamos a la temperatura del sitio. Ahora había que ubicar a Cedric.

Era cerca del mediodía, por lo que era de suponer que pronto la gente saldría de trabajar y el bullicio comenzaría. Sin embargo parecía más cómo si, realmente, no hubiera un alma en aquel sitio. El silencio era absoluto, como de un pueblo fantasma. También entre nosotros se podía notar la tensión, aunque no habíamos discutido sobre nada. Parecía más bien como si el propio ambiente de la ciudad nos pusiera de mal humor.

- ¿Qué está pasando? Dije, y mi voz sonó enfadada a pesar de que pretendí decirlo calmadamente.

- Qué pregunta más estúpida.
Dijo Shara.

- ¿Entonces sabes la respuesta?
Le respondí.

- No, sólo dije que era una pregunta estúpida.

Me respondió de nuevo, buscando pelea. Era una batalla verbal sin motivo alguno, así que decidí ignorarla, pero eso sólo la hizo enfadar más. Se contuvo durante un rato, pero tras este me dio un puñetazo en la nariz. O al menos lo intentó, pues Sylvia se había puesto en medio del camino de su puño a mi cara.

- Jejeje, clásica pelea de neblina roja.

Dijo alguien que no veíamos. La voz era masculina, algo ronca y envejecida, pero no demasiado. Miramos en dirección a donde provino aquella voz. Quién había dicho éso era un Grifo, tan alto como una puerta, se veían heridas cicatrizadas por todo su lomo, y el resto del cuerpo no estaba mucho mejor. Llevaba un parche en el ojo izquierdo, le faltaba un ala y tenía la cola cortada a la mitad, y sus plumas estaban algo decoloradas.

- Ustedes no son de por aquí ¿Cierto?

Preguntó el grifo. Que luego, interrumpiendo a Minerva, se respondió a sí mismo.

- No, claro que no son de por aquí. Si lo fueran, se habrían quedado en sus casas hasta que pase la niebla. En fin, creo que puedo ayudarlas, pero me estarán debiendo un favor.

- No necesitamos tu ayuda. - Dijo Shara apretando un puño a un costado de su cuerpo.

- Bueno, quédense aquí fuera, respirando este aire viciado y tóxico, mientras pelean entre ustedes. Si no mueren a manos de sus amigos, el veneno terminará quemando sus entrañas. -Tras decir esto, el grifo soltó una risotada corta e irónica que concluyó de forma brusca con una tos, la cual sonó seca y áspera. Cuando se le pasó, continuó. - ¿Saben? Los lugareños tenemos la costumbre de echar a los cadáveres de los forasteros que son víctimas de la niebla roja al río, usando una catapulta. Está algo empolvada porque hace años que no hay una niebla tan intensa como esta, y últimamente recibimos a muy pocos visitantes. Sólo vi esa catapulta en acción una vez, y me muero de ganas de verla de nuevo. -Otra vez, otra risa irónica interrumpida por una tos seca.

Me consumía la ira, pero en el fondo sabía que no era mi ira, aún así, no podía dejar de responder ante dicha emoción. Era una ira embriagadora, que hacía callar todos mis pensamientos. Podía ver a ese grifo riéndose de mi situación, y entendía lo que decía, pero era incapaz de responder sin agredirle. Pensaba en calmarme, pero no lo lograba. También pensaba en Shara y Minerva, que también estaban en este estado, intentando contener su furia. ¿Por qué el grifo no?

- ¡Yo lo sé!

Era la voz de Gamenor, cruzando mi mente como una flecha, por un segundo sentí que volvía a ser yo.

- Esta niebla roja solo afecta a los humanos, y como Shara es en parte humana, pues supongo que también le afectará por eso. En cambio, a Sylvia, al señor grifo y a mi, no nos afecta en lo absoluto.

Éso tenía sentido. Y otra vez, la voz de Gamenor me calmó por un breve instante.

- ¡Cierra la boca, reptil inútil! - Dije, o, mejor dicho, la niebla me hizo decirlo. Yo tenía intención de darle las gracias, pero fue inútil, la ira cambió mis palabras. Lo peor, lo que había dicho era una órden, y Gamenor debía obedecerla. Ahora ya no oiría su voz, que era lo único que parecía estabilizarme. Ya sólo me quedaba ceder del todo ante esta aberrante y venenosa ira. Intenté golpear a Shara y Minerva, pero Sylvia me detenía a cada intento, aumentando mi frustración y, consecuentemente, mi ira. Ya no era la ira de la niebla, era mía, la había aceptado y esta había respondido a dicha aceptación. Finalmente, tras docenas de intentos frustrados, conseguí golpear a Shara en el estómago, con lo cual ella me devolvió una coz que me dejó inconsciente.

Pude sentir que regresaba al otro mundo, aún exaltada y sudando. Una cadena de palabras sin sentido apareció en frente mía, pero fue reemplazada rápidamente por una única palabra...

Reconectando...

Y pude sentir que volvía en mi, estaba en una camilla, atada de manos. Seguía tan agitada como antes, pero ya no podía agredir a nadie más. Tenía la boca tapada, la sala estaba completamente a oscuras, y sentía frío por todas partes. Luego de unos instantes pude escuchar la voz de Gamenor como un eco, pero no podía verlo.

- Lizzie ¡Estás bien!

Intenté gritarle que se alejara, pero tenía la boca tapada. Mi corazón se alegró, tanto por escucharlo a el como por no poder hablarle, pues si lo hacía seguramente lo lastimaría o le ordenaría que no intentase justamente lo que estaba haciendo.

- Cuando estabas respirando la niebla, pude notar que mi voz te calmaba. Shara y Minerva ya están bien, pero ellas no cedieron a la ira de la misma forma que tu. Talion, el grifo, dijo que debía hablar a tu corazón para calmarte, y es lo que estoy haciendo ahora. Me provoca jaqueca y es agotador, y tampoco sé si está funcionando, pero si es la única forma de salvarte, lo haré. Para que funcione, no debo hacer silencio ni un momento, hasta que estés completamente calmada y limpia. ¿Sabes? Cuando me dijiste inútil, me dolió mucho, pero supongo que es cierto. Mis anteriores protegidos se quejaban de tener un guardián tan débil como yo. Algunos me decían que no hable y que me comporte como un guiverno común, y simplemente me trataban como una mascota para pasar inadvertidos. Otros simplemente se iban a vivir aventuras cada vez más y más arriesgadas hasta que llegaba un momento en el que no podía salvarlos, buscando la muerte. Incluso algunos se entregaron a los verdugos e inquisidores, o a los en cuanto supieron que eran protegidos de un guardián tan débil. Vyolette siempre decía que era irónico que ella fuese la corveta cuando era yo quien traía el mal agüero. -Llegados a este punto, yo ya me sentía más estable, pero no me atrevía a intentar interrumpir a Gamenor de ninguna forma, pues me estaba abriendo su corazón. - De hecho, eres la primera protegida que siento que realmente confía en mi, por eso te aprecio tanto. Pero, a veces, siento que te mereces algo mucho mejor que yo. Mírame, no pude protegerte ni siquiera de un montón de humo ¿Cómo se supone que voy a poder serte útil?  -Cuando terminó de decir esto, dejé caer una lágrima, y entonces se hizo el silencio. Se encendieron las luces de la sala, que revelaron lo que parecía ser un santuario dedicado a la protección de los guardianes. Había oído hablar de ellos, eran grandes salones monolíticos, ubicados bajo tierra, con bajorrelieves que tenían formas de uno de los primeros grandes guardianes, conocidos como El Sumo Protectorado. Este santuario tenía bajorrelieves de Ilat, el gran grifo, guardián de los vientos y del segundo reino. La leyenda de Ilat era una muy conocida entre mi pueblo.

Mientras estaba absorta en los bajorrelieves, cuatro personas me desataron. Eran Minerva, Cedric, y un hombre y una mujer, vestidos con túnicas grises y collares con docenas de enormes plumas en ellos. Procedieron a hablar tras liberarme.

- Los corazones que ceden tan rápido a la ira son los más débiles. -Dijo el hombre.

- La debilidad del corazón, cuando es subsanada, es fortaleza del guardián. -Dijo la mujer.

- Has sido probada más allá de los límites de este mundo, y te has alzado victoriosa. Ve en paz, Protegida del hijo de Nor. - Concluyeron los dos.

Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 26 de Julio de 2017, 02:48:18 am

Capitulo 20
-Muchas veces las leyes son como las telarañas: los insectos pequeños quedan prendidos en ellas; los grandes la rompen.
Anacarsis.


Bien, había encontrado a Cedric y éso me alegraba, a pesar de que me había estado ocultando cosas, no sé cómo pero al final siempre terminaba fiándome de él, a pesar de que todas mis neuronas me gritaban a la vez que no se merecía tal confianza. Puede que haya sido por ver a Shara confiar en el. De hecho no creo alegrarme tanto por haberlo encontrado a él, si no por ayudarla a ella. Por otro lado, las palabras de aquellos dos extraños me dejaron algo confusa. ¿Gamenor, El hijo de Nor? Ése es el significado de su nombre, según el, pero nunca me dijo que de verdad lo fuera. Tampoco se mucho sobre los guardianes.

- Ugh, necesito un descanso. -Dije en voz lo suficientemente baja como para darme a mi la impresión de que nadie lo escucharía, pero lo suficientemente alta como para que, en realidad, si se escuche. Entonces aquellos dos extraños salieron de la sala y no tardaron más de unos cuantos segundos en volver con una silla.

- ¿Y Gamenor? - Pregunté tras sentarme en aquella silla que habían traído, estaba algo sucia y se veía vieja, pero todavía servía a su propósito, tal como este lugar, al parecer.

- Estás dentro del santuario de Ilat, el Gran Grifo, no permitimos otros guardianes que no sean grifos. - Contestó el hombre con una voz dura y firme.

- He de decir que tu amigo lamenta mucho no poder haber estado aquí para acompañarte. -Contestó la mujer, calma y compasiva.

- Es un error considerar a los guardianes como amigos, Dana, es cruel llamar amigo a quien solo está contigo por obligación, pues nunca será tu igual. - Le respondió el hombre a la mujer.

- Bartram, recuerda lo que sucedió con... - La mujer, Dana, pareció intentar convencer al hombre de algo. De que su opinión acerca de los guardianes estaba equivocada, seguramente. Pero el hombre la interrumpió con la mirada de una forma que, según pude ver, no agradó mucho a ninguno de los presentes.

- No lo menciones enfrente del chico, Dana, aún está tratando de asimilarlo. -Dijo el hombre, que al parecer se llamaba Bartram.

- Cedric ¿De qué están hablando? - Preguntó Minerva con un tono de preocupación y regaño a la vez.

- Te lo diré cuando lleguemos a casa, te lo prometo.

- Entonces ¡Nos vamos ya! - Esta vez, la chica pasó de preocupada a enfadada. Al parecer tenía una mínima idea de lo que ese secreto podría ser. El gran problema, entonces, es que este secreto parece no agradarle en lo absoluto. Me pregunto que será. También sería una buena idea aprovechar eso para intentar sonsacarle otros secretos que me gustaría saber. Pero antes quisiera saber más sobre los guardianes, en concreto, este tal Ilat el Gran Grifo me intriga por varios motivos. El primero es que no sé nada de él, y el segundo es que vimos un grifo antes. Si hay alguna conexión entre ése grifo cascarrabias y este lugar, quiero saberla.

- Yo voto por quedarme. - Dije. - Hay cosas sobre éste lugar que quiero saber.

- Contestaremos lo que podamos, pero me temo que no podremos alojarte mucho más tiempo. Ruego seas breve, pero pregunta cuánto necesites- Dijo Bartram, y Dana parecía de acuerdo.

- Bien. Primero, qué propósito tiene este lugar.

- Originalmente esta ciudad estaba poblada únicamente por grifos, no había humanos en ella siquiera. -Comenzó a relatar Bartram.- Éste santuario viene de ésa época y por eso conserva sus reglas y su propósito, servir a los grifos. Con el pacto del Sumo Protectorado, los humanos fueron añadidos a dicha protección. Nuestro deber es honrar el propósito de este lugar, y el pacto.

Me temo que entiendo lo que significa, pero no entiendo cómo eso se convirtió en su deber. Sin embargo mi prioridad era otra en ese momento.

- De camino aquí vimos un grifo llamado Talion. ¿Qué saben sobre el? - Pregunté.

- Era el guardián de un buen amigo nuestro y del joven Cedric. Los está esperando a la entrada, cuidando de sus guardianes. - Respondió Dana. - Cuando lo conoces puede parecerte un gruñón, pero la verdad es que es muy noble. Aunque disfraza muy bien su mejor faceta. Es un grifo que ha sufrido mucho.

Justo tras eso, Talion entró tan rápido como pudo, trastabillando y dando tumbos mientras movía torpemente su única ala.

- Se acercan las fuerzas del rey. Vienen desde Monte Caldero y también desde Cima Lacrada. ¡Esto es un desastre!

- ¡Imposible! - Exclamó Cedric. - No hay forma de que conozcan esos lugares.

- Si la hay. -Dijo Minerva. - Debe haber un espía entre nosotros.

- No tiene sentido. -Dije yo entonces. - De ser un espía, debería ser un protegido, es ilógico que coopere con las fuerzas del rey, no con la ley que dice exterminar a los protegidos.

- ¿Quién dijo algo de exterminar? - Interrumpió una voz que conocía bien. Era ese chico. No pude distinguir de donde venía. - El rey y los diferentes gobernantes tienen potestad de interpretar la ley de la forma que les convenga. Con lo cual no hay una condena fija para ser protegido.

- ¡Muéstrate! - Dije con voz agresiva.

- Yo conozco esa voz. Es el ladrón de guardianes. - Dijo Cedric. -

- ¿Yo, un vulgar ladrón? No me hagas reír, soy Elroy de Luxnigra, el séptimo. - Dijo. - Y no pueden descartar la posibilidad de un espía con su limitada comprensión de los asuntos. - Tras esto, finalmente se mostró, esta vez no salió de entre dos serpientes, si no que simplemente apareció. Justo frente a nosotros.

- ¿Estabas siguiéndonos? - Pregunté.

- No, a ustedes no, chicas, de hecho, no contaba con que vinieran. Estaba siguiendo al otro imbécil. - Dijo con un aire de superioridad mirando hacia Cedric. - Tu sabes lo que busco.

- ¡No te permitiré acercarte a ninguno de los dos! - Dijo Cedric ante las palabras de Elroy.

- Pues tu te lo pierdes, y hasta podrías salir beneficiado. Una lástima, teniendo en cuenta que Gamenor ha probado su lealtad mas allá de toda duda, que no quieras darme la oportunidad de liberarlos habla mucho sobre ti. - Respondió con tono burlesco.

- Lizzie ¿De qué está hablando?

- Ah ¡Ya no lo soporto! -Gritó Talion, a pleno pulmón. - Ustedes se vienen conmigo, sin excepción. Y tú, pseudo príncipe de pacotilla, deja de estorbar por un rato, hasta que estemos seguros. - Dijo el grifo con tal autoridad que simplemente no pudimos negarnos, y comenzó a avanzar torpemente hacia la entrada, con nosotros siguiéndolo.

Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 05 de Agosto de 2017, 01:40:49 am

Capítulo 21.

Que tus decisiones reflejen tus esperanzas, no tus temores.
-Nelson Mandela.


A pesar de tener un ala menos y el cuerpo destrozado, Talion imponía respeto. Nos guió tan rápido como le dieron las patas por un par de pasillos hasta que llegamos a la entrada y nos reunimos con nuestros respectivos guardianes. Yo salí algo preocupada por la niebla, pero rápidamente vi que ya se había difuminado.

- ¡Lizzie, me alegro que estés bien! - Exclamó Gamenor al verme, mientras que Shara abrazó a Cedric, casi estrujándolo, sin mediar palabra. También vi como Sylvia se posaba silenciosamente en la cabeza de Minerva, la mariposa casi parecía un broche plateado en su cabello.

- ¡Gamenor, reporte! - Dijo Talion con el aire autoritario de un comandante.

 -  La ciudad está rodeada, no podemos escapar por tierra.

- ¿Y por los ríos de fuego? - Pregunté, justo antes de darme cuenta lo estúpido que sonaba eso.

- No, a no ser que quieras morir. - Dijo Shara. - Es bien sabido que es imposible sobrevivir más de unos segundos cerca de los ríos. - Si, era cierto, los relatos de gente que intentó cruzar el rio y murió en el intento son más que conocidos. Al parecer el solo hecho de estar lo suficientemente cerca es peligroso. Supongo que por eso Ceberina fue construida a unos cuantos metros de la costa, y aún así sus habitantes tienen ese problema con la neblina roja.

Entonces, Talion comenzó a reír, primero fue una risa leve, luego pasó a fuerte, y de ahí, a una risa maniática y demencial. Tras unos incómodos segundos el grifo tosió y volvió en sí.

- Disculpen. -Dijo. - Es que llevo queriendo hacer esto toda mi vida. Verán, si no podemos escapar por tierra, ni por los ríos, entonces ¿Que queda? Déjenme que me responda a mi mismo, lo que queda es escapar por aire.

- Pero los únicos que pueden volar serían Gamenor y Sylvia. - Dijo Minerva.

- ¿Quien dijo que volaríamos? ¡Siganme! - Dijo Talion, justo antes de ponerse en marcha a toda velocidad en dirección al centro de la ciudad. Lo seguimos tan rápido como pudimos, aunque la carrera excedió los límites de algunos y al final acabamos caminando todo lo rápido que pudimos. Cuando llegamos a donde Talion, pudimos entender su plan. Estábamos en lo que parecía ser la plaza central, y dentro de ella había una enorme catapulta.

- ¡Ca-Ta-Pulta! ¡Ca-Ta-Pulta!- Exclamaba Talion, el cual parecía haber pasado de comandante militar a niño jugando en el parque con su juguete favorito en un santiamén. La idea parecía desesperada y absurda, pero era nuestra única opción. Gamenor y Shara no tardaron en unirsele al juego.

Mientras el viejo giraba palancas con sus patas yo miraba cada detalle de aquella plaza, quería recordar ese lugar en específico, pues me parecía algo impresionante, los caminos de roca que contrastaban con en el césped y la tierra, las mesas y bancos del parque que recordaban a los de mi propio pueblo, los árboles, las estatuas en honor a acciones del pasado y los juegos infantiles en honor al futuro, todo cubierto parcialmente de una fina capa de ceniza color ladrillo, dejando entrever en parte sus colores originales.  También vi como el vacío de las calles se deshacía poco a poco con personas y guardianes por igual, y vi cuervos y buitres rondando la plaza, como presintiendo una tragedia ineludible. Y en el marco de esa situación surgieron varias preguntas. ¿Estará bien Maia? ¿Será la catapulta suficiente para rescatarlos a todos? ¿Y cómo se supone que vamos a aterrizar? Esta pregunta era la más urgente, así que decidí decir lo que pensaba al respecto.

- ¡Alto! - Dije a Talion tras pensar en todas estas cosas.

- ¿Que pasa? - Preguntó el viejo grifo algo enfadado.

- ¿No has pensado en el aterrizaje? - Pregunté.

- ¡Pues claro que lo hice! ¿Te crees que soy idiota? ¡Voy a catapultarme primero a mi mismo y problema resuelto! ¡Si! - Dijo con cara de nervios, y me inspiraba cero confianza. Parecía más un loco suicida que alguien que de verdad estuviese pensando.

- ¡Lo tengo! ¡Catapúltame a mi! - Dijo Minerva. - Estoy segura de que Sylvia puede con esto.

Tras decir esto, se adelantó a Talion, que estaba a punto de subirse al artefacto.

- ¡Bah, está bien, haz lo que quieras! - Dijo el grifo, con tono enfadado y, sin pensarlo dos veces, tiró de una de tantas palancas de ese armatoste y mandó a Minerva a volar. Y comenzó a reír para sus adentros, pero se le notaba. Parecía disfrutar de todo eso, y me resultaba algo inquietante. Por un segundo pude escuchar el vertiginoso grito de Minerva, alejándose a velocidades de locura junto a su pequeña guardiana. Pude ver un atisbo de ella alejándose y ascendiendo, para luego caer desde una altura peligrosamente elevada. Y por unos instantes temí por su vida.

- ¡Perfecto!  ¿Quién más quiere un paseo por los aires?  - Dijo Cedric. Entendí que estaba invitando al resto del pueblo a catapultarse. - Ha sido una idea estupenda de parte de Minerva, Sylvia es perfectamente capaz de lograr un escape limpio de situaciones como esta. -Dijo, dirigiéndose a mi.

- Supongo que tuvo bastante entrenamiento. -Dije.

- Pues si, era guardiana de Minerva desde que era pequeña, y antes de eso fue guardiana de su madre. Ambas muy disciplinadas, por cierto. Sylvia puede ser una guardiana muy débil, pero ya alcanzó la cima de su potencial gracias a ellas, y eso es a lo que deberías aspirar tu con Gamenor.

- Lo sé. - Dije -pero no es momento de hablar de eso. ¿Como vamos a hacer para catapultarlos a todos a tiempo?

- No se puede, esta máquina es lenta como ella sola. Yo digo que salvemos a los que nos parezcan más útiles primero. - Dijo Cedric. - Al fin y al cabo la mitad de los habitantes de aquí son prófugos y la otra mitad cómplices de los prófugos, algo podremos sacar que nos sea útil para defendernos de aquí en más.

- Pues yo digo que salvemos a los más indefensos primero, ya lo dijiste, la mitad de los habitantes son prófugos y la otra mitad son cómplices, creo que muchos sabrán como defenderse, hay que catapultar a los que no pueden hacerlo.

Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 20 de Agosto de 2017, 07:23:29 am

Capítulo 22.

Alea iacta est.
-Julio César


La tensión podía cortarse con un cuchillo. Yo pensaba que debíamos hacer lo correcto y catapultar fuera de la zona de peligro a la gente más indefensa, pero Cedric insistía en salvar solo a los más fuertes. Tras eso, no nos dirigimos la palabra, tan solo nuestro choque de miradas bastaba para expresar que ninguno cedería. Era una batalla entre dos fuerzas de voluntad que no parecían querer ceder, la mía y la incorrecta.

- No tienes idea de la magnitud de lo que estás pidiendo. -Dijo Elroy, finalmente. - Ninguno de los dos la tiene. Hay que tomar una decisión estratégica, esto no es un paseo en el parque, esta es una guerra, mi guerra. ¡Talion! Catapulta gente a tu criterio mientras pensamos como hacerlo mejor, no estamos para perder tiempo.

- ¿Pero que...? -Dije. Cedric puso cara de atontado, tan confundido como yo. Elroy interrumpió mis palabras.

- Estamos rodeados de un ejército. -Dijo Elroy. - Si salvamos a los más fuertes esto será una masacre en cuanto entren a la ciudad. Si salvamos a los mas débiles la batalla aquí será algo más justa y existe la remota posibilidad de que incluso salvemos la ciudad, pero puede que tengamos que llevar cargas innecesarias en nuestro camino.

- ¿ Y si nos quedamos a defender la ciudad entre todos? - Preguntó Shara.

- No deberíamos hacerlo, ni podemos, sería entregarnos en vano, en nuestro estado actual tienen los medios para someternos fácilmente, en cambio muchos aquí son guerreros experimentados o ex mercenarios retirados. Además, si no lo recuerdan, el vejestorio emplumado acaba de catapultar a su amiga.

- ¡Te escuché, mequetrefe! -Dijo Talion. - ¡Si no me estuviera divirtiendo tanto catapultando gente, te daría tu merecido!

- En fin,  creo que lo mejor será llevarnos lo peor de lo mejor y lo mejor de lo peor.

Tras las palabras de Elroy, Shara levantó la mano con cara de confundida.

- Si no lo entiendes, -dijo el chico- voy a tener que mostrártelo.- Tras esta frase, alzó la voz. El volumen de esta se elevó por sobre la muchedumbre.  - ¡Escuchen, vamos a seleccionar a los que permanezcan aquí para defender la ciudad! -Tras esto, la gran masa de gente, que estaba confundida, pareció calmarse.

- ¡Bien, primero quiero que levanten la mano aquellos que no tengan temor de luchar!

Tras esto, se alzaron bastantes manos.

- ¡Ahora alcen la mano aquellos que tengan parientes enfermos viviendo aquí!

Y otro grupo de manos se alzó.

- ¡Sin miedo, alcen la mano aquellos que hayan herido de muerte a un ser humano, o que hayan experimentado el combate anteriormente!

Un grupo reducido de personas alzó la mano.

  - ¡Ahora levanten la mano aquellos que tengan algún problema de salud grave!

Unas pocas manos se alzaron.

- ¡De los que hayan levantado la mano, bájenla aquellos que tengan veinte años o menos!

Y bastantes manos bajaron.

- ¡Bajen la mano aquellos que tengan algo personal contra el rey, o contra la prohibición!

Unos cuantos bajaron la mano.

- ¡Por último, levanten, sin excepción, la mano, aquellos que no puedan caminar durante mucho tiempo!

Casi nadie levantó la mano esta vez.

- Perfecto ¡Talion, encárgate de catapultar a aquellos que hayan levantado la mano!

- ¡Tu no me das órdenes! ¡Voy a catapultar a los que no hayan levantado la mano!

Tras esto, Elroy pareció reírse por lo bajo. Claro, los que no levantaban la mano eran los que no se supone que se queden en la ciudad, es decir, los voluntarios que debían ser catapultados. Tal parecía que el sabía que el grifo le llevaría la contraria. Ese chico parecía ser una caja de sorpresas en lo que a manipulación se refería, y eso era incómodo.

Tras esto, llegó, abriéndose paso en la muchedumbre, un hombre fornido, de elevada estatura y tan calvo que reflejaba la tenue luz del sol en su cabeza.  Llevaba un chaleco hecho de lo que parecía ser hueso entretejido con cadenas y pantalones de pelo teñidos de rojo. Su mirada era seria e imponía respeto por si sola.

- Jóvenes, agradezco el esfuerzo, pero como alcalde de esta ciudad creo que tengo derecho a...

- Me temo que sus únicas opciones en este momento son muy reducidas, señor Ambrose. -Dijo Elroy, interrumpiendo al hombre. - ¿O así me agradece todo el esfuerzo que invertí en proteger esta ciudad? ¿Osando interrumpir mi campaña?

- No, lo siento, pero no puedo permitir que te lleves a mis hombres así como así.

- Lo siento, viejo amigo, pero esta ciudad está condenada. Y no podemos salvarlos a todos. Si dejamos a algunos buenos guerreros aquí junto a los enfermos, todos ellos morirán como mártires. Y nos llevamos a algunos que podrían sernos de utilidad o que tienen una mejor esperanza de vida, algunos irán para alguna ciudad segura y el resto nos acompañarán a investigar Monte Caldero y Cima Lacrada para ver que sucedió, y ver si podemos rescatar a algunos sobrevivientes, luego iremos a Lago Real . Es eso o que mueran todos.

Tras esto, el fornido señor Ambrose estuvo callado un momento.

- Bien, en ese caso, catapúltame a mi con ustedes.

- ¡Trato!

Las horas pasaron y el asedio continuaba, los soldados que protegían y atacaban la ciudad caían como moscas y la catapulta ya había salvado centenas de vidas. Yo veía todo eso como un error, un gris que tiraba más hacia el negro que al blanco, no estaba para nada de acuerdo con el proceder de Elroy, pero su fuerza de voluntad, su maña, su labia, eran simplemente más fuertes que yo. Estaba aturdida, queriendo con todas mis fuerzas ignorar lo que pasaba a mi alrededor, simplemente no podía tolerar todo aquello. Finalmente llegó mi turno de ser catapultada fuera de la zona de guerra.

Talion tiró de la palanca tras subirme por la fuerza.

La adrenalina corría por mis venas mientras ascendía. El viento me daba de lleno en todo el cuerpo. Giraba mi cabeza y veía el cielo, luego el lejano suelo, y por último, el cielo otra vez. Sentía que podía tocar las nubes, pero luego pensé en el suelo. No sabía cómo aterrizaría. Y si Sylvia se cansó? Y si su poder no es suficiente para detener mi caída? Todo eso comenzó a asustarme conforme dejaba de ascender.

Y en un instante, sentí como perdí el conocimiento.

Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 31 de Agosto de 2017, 01:12:12 am

Capítulo 23.

Yo veo la sociedad como una red de narraciones (...)
-Ricardo Piglia


Salía otra vez de aquel cacharro, y de vuelta me dirigía con el resto de jugadores hacia la misma sala de siempre. Ésta vez llegué temprano, sólo había unos cuantos desconocidos.

- Ésto ya se está convirtiendo en rutina- pensé para mis adentros en lo que observaba la habitación.

Ésta vez los asientos y mesas habían sido reemplazados por butacas, y había una pantalla y un proyector al otro lado de la sala, con lo cual no tardé en darme cuenta de qué se suponía que debía hacer, también habían cerrado las ventanas con unas láminas blancas y rígidas y las luces estaban todas encendidas. El señor Emar pasó por la puerta en lo que yo me demoré en elegir un asiento cerca del frente, pero no demasiado. Decidí que la tercera fila sería suficiente. Luego de unos segundos comenzaron a entrar en tropel todos los demás. Rápidamente todo el grupo tomó asiento. Al lado mío se sentaron Luke y Hans. Hacía mucho que no los veía, o al menos así lo sentía yo. Dentro del juego había pasado tanto tiempo y tantas cosas que casi no los recordaba. Iba a preguntarles qué tal les estaba yendo, pero sólo alcancé a saludarlos cuando de repente se apagaron casi todas las luces y comenzó a sonar la voz de Emar por todo el lugar.

- Saludos, chicos y chicas, y gracias por estar aquí con nosotros. Espero que lo estén pasando bien en el juego que les tenemos preparado. Hablando de preparar había preparado un borrador para hablar sobre el progreso y el nuevo paradigma que está surgiendo en el mundo del videojuego. Pero mejor lo dejamos para más adelante. ¿Qué tal les está yendo en el juego? ¿Lo están disfrutando?

- ¡Si! - dijo la mayoría de las voces. Aunque otras tantas no estaban de acuerdo.

- Veo que muchos realmente se están divirtiendo con la historia que nuestro juego preparó para ustedes. Y creo saber por qué. ¿Cuál es el secreto? ¿Dónde está la magia? ¿En las mecánicas? ¿En el realismo? ¿O quizás en la historia?- mientras decía todo esto, lentamente para enfatizar ésta parte del discurso, de fondo se veían proyecciones del juego. En una de ellas alcancé a ver el momento en que Norgud combatió con Elroy. En otra vi algo que me impactó y me preocupó al mismo tiempo, fue el mismo Norgud, rodeado por las tropas del rey y cubriendo con sus alas a un grupo de gente, entre los cuales había también guardianes.

Yo estaba alterada, pero no podía regresar ahora, así que tuve que prestar atención al resto del discurso.

- No, no está en ninguna de esas cosas. Está en la integración de todas ellas, la suma de las partes en una armoniosa sinergia. El mundo, sus personajes y sus historias te hablan de las mecánicas, que a su vez te hablan de la historia del mundo. Ésto genera constantemente nuevas capas de profundidad, a nivel de juego y también de historia, tal como en la vida misma, y aquí es donde entra el realismo, más allá incluso de los gráficos. Podríamos haber hecho un juego más caricaturesco o completamente absurdo y aún así seguiría siendo creíble.

Y aquí es donde radica la diferencia entre éste y el resto de los juegos que pululan por el mercado. La integración narrativa. Si, hay algún que otro precursor en este campo, pero nunca se ha logrado llevar esta integración narrativa a la par con un proyecto tan ambicioso, mucho menos con la generación procedural.
Hablando de generación procedural, voy a aclarar el término rápidamente para aquellos que no lo conozcan. Se trata de la generación azarosa de contenidos a través de algoritmos predefinidos en vez de manualmente. Como desarrollamos la generación procedural de historias y mundos concisos es un secreto que nos guardamos bajo llave. Al menos hasta que saquemos el sistema al mercado y lo hackeen para hacer ingeniería inversa- dijo con una risa irónica- en fin, ahora les voy a dar un par de consejos para que puedan aprovechar la narrativa y la integren a su experiencia de juego. El primero es observar y analizar los pequeños detalles. Por ejemplo, en algunos lugares que no diré, por no spoilear de más, hay grabados como éste que cuentan una historia.- El proyector muestra los grabados del templo de Ilat, ésta vez me decido a darme algo de tiempo para verlos en detalle. En uno de ellos, Ilat parece inclinarse hacia una persona, pero no se alcanzan a ver los detalles de la persona en el grabado, está muy destruido, sólo se ven los pies y una mano. Es lo único en todos los grabados que está destruido, casi parece a propósito, de hecho lo más probable es que así sea. Otro grabado al lado de este muestra a Ilat estrechando patas con un dragón. Las orejas de este recuerdan un poco a las de Gamenor. Probablemente se trate de Nor, el legendario dragón del que oí hablar en un par de ocasiones. Estaría sellando alguna especie de trato con él. Pensar que por las prisas me perdí de ésos pequeños detalles. De hecho, parece que el señor Emar nos está dando información a propósito, pero ¿Por qué?

Ésa pregunta vuela por mi cabeza mientras el discurso continúa.

- Lo siguiente sería hacerse preguntas en base a esos detalles. ¿Por qué existen éstos murales? ¿Qué es lo que significan? Son solo algunos ejemplos. - Creo que ésto ya lo hice.

Y por último pero no menos importante, hacer preguntas a los demás, ya sea a jugadores o no. Da Vinci decía que para entender las cosas, hay que verlas desde todas las perspectivas posibles. Así tenemos una narrativa que fomenta la interacción con otros y con el entorno. Y en ésta pluralidad de puntos de vista radica la clave para hallar el objetivo final de la historia del juego. ¿Alguna pregunta? -concluyó.

Varios levantaron la mano.

- Qué no tenga que ver con el objetivo final del juego ni su historia.

Y así como subieron, la gran mayoría bajó. Emar señaló a una mano detrás mía. No pude reconocer la voz, pero era un chico.

- Usted dijo que las mecánicas del juego hablaban de la historia. Y yo me pregunto ¿Hasta qué punto están hechas de antemano las mismas? ¿Hay algo de ellas que se genere proceduralmente? ¿Están completamente fijas? ¿O más bien se trata de un punto medio?

- Buena pregunta - Respondió un joven adulto que estaba cerca. Emar cedió la palabra con gusto. - Me llamo Philippe Kuhn, y fuí parte proyecto de generación procedural mejorada. Es un gusto para mí responder a esto. Verán, la narrativa procedural parte trabajando alrededor de las mecánicas fijas, cosas como los poderes y habilidades, y su funcionamiento, lo primero que hace el motor con ésta base es generar una historia alrededor, luego continúa con la generación de ciudades y terrenos salvajes, los alimentos, los NPC... Y por último se encarga de justificar cada detalle, de forma que la historia se fusione con la jugabilidad y no al revés. Por ejemplo, si se hubiese generado un mundo donde todos son superhéroes la historia lo justificaría, no habría ningún "porque sí" en la superficie de la historia. El motor de generación está hecho para que pueda explicar todo suceso y la existencia de todo ser vivo desde la actualidad hasta un tiempo pasado lo suficientemente remoto para que resulte creíble.
Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 01 de Septiembre de 2017, 12:42:47 am
Capítulo 24.

¡Sólo las máquinas, a partir de ahora serán inevitables!
- Isaac Asimov


Cuando el discurso terminó, nos comenzamos a ir hacia nuestros terminales, a pesar de que había pasado muy poco tiempo. Un altavoz dijo que en las correspondientes habitaciones habría un pequeño buffet para que comamos lo que nos apetezca. Así que volvimos a nuestros respectivos lugares en fila. Como yo estaba muy delante, ahora estaba alejada de la puerta. No habría ningún inconveniente si Norgud no estuviese en problemas, pero lo estaba. Las ansias me carcomían por dentro y sentía que la fila no avanzaba lo suficientemente rápido.

Cuando por fin llegué. En el cuarto había una mesa puesta con un plato, cubiertos, un vaso, y un buffet compuesto de un pequeño refrigerador, y una segunda mesa con platillos cubiertos de nylon. Elegí lo primero que encontré, sandwiches de pollo y muzzarella. Comí a las apuradas, pero algo inesperado me retuvo más de la cuenta. Una mujer con una bata de laboratorio y el chico que había respondido antes aquella pregunta. La mujer era la misma que había visto antes, cuando salí de éste lugar junto a Emar.

- Supongo que eres - la mujer revisa muy rápidamente una lista, tras interrumpir mi apresurada comida-Elisabeth Joy Rivers ¿No es cierto?.

- Sí, y yo supongo que fingió mirar la lista, fué demasiado rápido como para encontrar y leer mi nombre completo ¿Estoy en lo cierto? - Digo con un aire desafiante. La mujer asiente con la cabeza, parece que va a demorarme bastante, así que voy a ver qué puedo deducir de ella. Lo primero, me mintió muy descaradamente. Lleva el pelo teñido y bastante maquillaje. Raíces morenas bajo un cabello rojizo suelto y largo hasta el cuello, labios pintados de un rojo bastante común y pestañas postizas. La bata de laboratorio desentona un poco debido a la formalidad por sobre el tono más seductor del resto de su apariencia. Por debajo lleva unos tacones, algo disimulados, y pantalones de jean, algo ajustados. El chico parecía muy joven para su cargo, de unos dieciocho años, tan sólo tres más que yo. Sus rasgos distintivos serían unos frenillos, una gorra de la compañía y una chaqueta con lo que parecía ser su nickname escrito, Lödscrin. No la llevaba antes, así que se la puso de camino hacia aquí.

- ¿Tienen que decirme algo, verdad?

- Necesitamos que nos acompañe.

- Bueno, supongo que no tengo opción. Puedo terminar este sandwich en el camino a donde me quieran llevar. - no tenía sentido no hacer caso, a pesar de la prisa que llevaba. Si ellos necesitaban que hiciera algo podrían impedirme entrar en el juego.

- Síguenos. - Me dijo el chico. Me paré y seguí a ésos dos con dudas en la cabeza, curiosidad por todas partes, y más prisa que nunca. Sin olvidar el sandwich. En un punto del pasillo de betatesters había un ascensor al que sólo se podía acceder mediante una tarjeta. Llamamos y subimos un piso. Mientras avanzaba por ése pasillo, tan nuevo y a la vez tan igual al que ya conocía, veía las puertas de los pasillos intentando anticipar hacia dónde me dirigía. Software experimental, atención al cliente, control de calidad, martketing digital, eran algunas salas del dichoso pasillo por el que me llevaban. Una de ellas llamó mi atención por sobre las demás, ya que no tenía un nombre, si no un código, 191M.

Con la incógnita de qué podría haber en ésa sala, seguí y acabé frente a la puerta de la sala que decía "C.E.O. Kieffer Marcus" Reconocí al instante que se trataba del mismísimo Emar Kephy, sólo que no usaba su nick. Supongo que debe ser por un motivo legal.

Dentro de la oficina el ambiente daba un marcado contraste con el ambiente sobrio y pulcro de fuera. Las paredes estaban pintadas de diferentes tonos de azul en patrones distintos entre una pared y otra. El escritorio era de madera color rojo oscuro con bordes metálicos, un ordenador ultramoderno y un marco de fotografía que miraba hacia su lado del escritorio. Además había varias arcades en la sala.

Frente al escritorio, del lado de la puerta, había dos sillas. Una de ellas ya estaba ocupada cuando llegué. El chico y la mujer que me habían traído hasta aquí salieron por la puerta. Ahora estaba sóla con Emar y alguien más. Alguien cuya voz me era conocida, y también había visto la parte de atrás de su cabeza antes.

- Cedric  ¿Qué haces aquí? - Pregunté completamente anonadada. Definitivamente no me esperaba verlo aquí. Además eso significaba que nosotros seguimos inactivos en el juego, con lo cual somos dos menos ayudando a rescatar a Norgud, de hecho, no creo que sepan siquiera que está en peligro.

- Pues, siendo sincero, no lo sé. Estuve hablando un poco con Emar pero no me dijo por qué me llamó. -Dijo Cedric en respuesta a mi pregunta.

- Insistí en no decir nada hasta que llegaras, toma asiento. -Dijo Emar, probablemente para apresurar las cosas.

Tomo asiento sin decir palabra.

- Tengo especial interés en el desenlace de la historia que están siguiendo. Puedo ver los finales a los que lleva cada decisión posible, y me temo que hay poco márgen de error.

- ¿Qué quiere decir?- Preguntó Cedric.

- Para haber sido de los pocos que estuvieron testeando la pre-alpha sabes bastante menos de lo que necesitas, chico, así que pretendo darte algunas herramientas.

- ¿Y ella por qué?

- Porque salvo que alguno de los dos haga alguna estupidez, lo más probable es que no se separen demasiado.

Escucho atentamente pero no alcanzo a entender mucho. Salvo que Cedric estuvo en la pre-alpha, lo cual tiene sentido. Ahora sé por qué sabe todo lo que sabe. Pero al parecer le falta información que va a necesitar.

- Bueno, en este momento se les abren dos opciones. O seguir la campaña de Elroy o separarse de él. Lo más lógico sería que vayan a Monte Caldero a rescatar a sus amigos. Pero voy a pedirles que al menos uno de ustedes dos vaya hacia Cima Lacrada lo antes posible. Luego necesito que se reúnan en Ceberina. Por último me gustaría que siguieran la campaña de Elroy hasta el final. De ser preciso, les daré más instrucciones llegado el momento.

- ¿Y por qué deberíamos seguir sus instrucciones? Al fin y al cabo se supone que es un juego de interpretación libre. - Respondí.

- Mis motivos son un poco complejos. Aunque, si quieren puedo prometerles alguna recompensa ¿Qué tal un pastel de chocolate? - Dijo el C.E.O.

- Ése truco ya me lo sé. - Dije.

- ¿Qué tal un par de becas en la Green Academy y unos Co-mas personales? - Dijo él. Escuché hablar de los Co-mas antes. Se supone que es tecnología para la siguiente generación. El concepto es simple, fascinante y aterrador. Aunque he visto de mas cerca cosas del estilo. Se trata de entidades digitales conscientes. Conscious Machines.

Título: Re:[Novela] Duality Paradox
Publicado por: MaestroCebolla en 02 de Septiembre de 2017, 01:48:40 am
Capítulo 25
El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar.
-Sun Tzu

Aún no podía creer la oferta, pero aún así, no había vacilado en aceptarla. Salí de la oficina del C.E.O. y me dirigí a mi cuarto, con Cedric siguiendome, un tanto disgustado. Al parecer no le agradó del todo la oferta, cómo a mi, pero en ésa situación la elección era obvia desde mi punto de vista. Entre confiar en un chico que me mintió desde que lo conocí hasta ahora, y un poderoso benefactor, la segunda opción era mucho mejor por dónde la miraba. Nos dieron las Co-mas y un pase de elevador, sólo de descenso. Bajamos y nos dirigimos a nuestras correspondientes salas.

- Hay que salvar Monte Caldero, y a Norgud. - Dije.

- Concuerdo, ahora mismo Norgud es nuestra prioridad. Será mejor que regresemos cuanto antes.

Entonces Cedric entró a su sala y yo comencé a ir hacia la mía. En el camino encendí mi Co-Ma pero al parecer no funcionaba, la pantalla mostraba una pequeña interfaz pero no se podía interactuar con ella de ninguna manera.

Entré a la habitación y ví sobre la mesa del almuerzo una llave con una nota. "Es peligroso que vayas sola". Decía. La llave tenía además una etiqueta con un código que reconocí al instante. 191M.

Bien, estoy apresurada así que entro rápido a la máquina, luego veré qué hago con el Co-Ma y la llave. También debería averiguar quién la puso ahí.

Despejo todas esas tareas de mi mente y entro...

Estoy en lo que parece ser una tienda de campaña, de color blanco. Cubierta de sábanas blancas, y aún conservo puesta la ropa con la que salí de mi casa. Siento ése frescor de haber dormido más de la cuenta y salgo con prisa. Hay varias tiendas como la mía alrededor. Parece que las cubrieron de arena por fuera como camuflaje. No alcanzo a ver a nadie en frente mío.

- ¡Bu!

El grito me llegó por la espalda y me asustó, aunque no se notó mucho. Habían sido Elroy y Gamenor, los cuales se estaban riendo. Yo también me reí un poco.

- Bueno, hay que seguir. - Dijo Elroy. - Vamos a rescatar a los prisioneros de Monte Caldero.

- ¿Qué hay de Cima Lacrada? - pregunté. Por un momento no podía creer lo fácil que estaba siendo.

- Necesitamos todas nuestras fuerzas si queremos atravesar el perímetro de vigilancia del monte. Tienen un alcance de visión enorme desde la cima de la montaña. Además es un objetivo de mayor prioridad y más cercano. - Explicó el joven líder, tras lo cual se apresuró a levantar las manos y chasquear los dedos, inmediatamente después una araña enorme llegó desde detrás mío, o sea que los demás también debían estar más o menos donde la araña estaba. Miro detrás de la carpa y, efectivamente, de hecho era lógico, si no estaban enfrente, tenían que estar detrás, tan solo no me había fijado. Eran bastantes, contando humanos y protegidos, no me habría dado tiempo a contarlos, así que dirigí mi atención a la araña. Ésta se estaba comiendo las tiendas de campaña y las sábanas, con arena y todo.

- Tiendas de telaraña, bastante prácticas, aunque un poco asquerosas. - Aclaró Shara, sorprendiendome por la espalda por tercera vez ése día, en ése momento pensé que era un alivio que se tratase de amigos, de otro modo podrían apuñalarme por la espalda.

- ¡Shara! ¡Buenos días! - Ahora que la veo, recuerdo que necesito hablar con Cedric, así que pregunto por él. - ¿Y Cedric?

- No lo sé- Dijo la guardiana. -Tal vez siga durmiendo como un tronco.

- Ahora mismo, Hassuna se está comiendo la tienda donde estaba durmiendo. - Apuntó Elroy.

- Así que la araña se llama Hassuna -Dije.

- Sí, ella es una de mis tres guardianes. - Dijo Elroy, mientras iniciaba una cuenta regresiva con los dedos de una mano.

- ¿No son robados, o sí? - Pregunté. Quedaban dos dedos levantados en su mano. Esperó a bajarlos. Cuando lo hizo, Cedric cayó dónde estábamos nosotros.

- No, no lo son, los tengo medidos al milímetro, pues los conozco desde muy chico. - Dijo.

- Comprendo ¿Y qué puede hacer ésta araña? - Pregunté. Ignorando a Cedric completamente, el chico estaba haciendo esfuerzos para levantarse. Shara le tendió una mano y lo ayudó. Luego lo abofeteó.

- Por dormir hasta tan tarde cuando hay cosas urgentes que hacer. -Dijo la guardiana.

Luego de eso, no podía perder esta oportunidad, y lo golpeé en el brazo con todas mis fuerzas. - ¡Au! ¿Y eso por qué?- Preguntó.

- Por ocultarme cosas importantes - le respondí.

- No era necesario que te lo dijera - afirmó él.

- Si, lo era. Si tienes algo que ocultar es que no confías en la gente. Y si no confías en la gente ¿Cómo esperas que trabajemos en equipo? Es más... - En este momento, Elroy me interrumpe.

- Arreglarán ésto cuando hayamos liberado a los prisioneros de Monte Caldero- dijo con autoridad. Luego hubo unos segundos de quietud, aunque un poco tensos debido al choque entre Cedric y yo. Me dió tiempo para pensar en algo que necesitaba.

- No es necesario que ataquemos de frente Monte Caldero - dije. Con liberar a los prisioneros podría ser suficiente.

- ¿Estás proponiendo una especie de infiltración? ¿Y con qué vamos a camuflarnos? ¿Con cajas de provisiones? - Dijo Cedric, algo sarcástico, pero al menos parecía entender por dónde iba.

- No, con telarañas y arena. - Dije.

- Se notaría a la legua si vamos todos así. - Dijo Cedric.

- Entonces debemos llevar menos gente- propuso Elroy. - El resto podrían ir a Cima Lacrada, y con las fuerzas conjuntas de ambas ciudades podríamos recuperar Ceberina.

- Me parece bien. - contesté, mirando a Cedric a los ojos, estaba dudando. Tal parece que no quiere que vayamos a Ceberina.

- Cedric, tú creciste en Monte Caldero, lo conoces mejor que nadie, incluso mejor que yo. Será mejor que te encargues de ello tú. Yo iré a Cima Lacrada. - dijo Elroy.

- Voy contigo. - le dije rápidamente. - Cedric, cuida de Maia y de Gwendolyn hasta que nos encontremos de vuelta, quieres? - Dije.

- ¿Y por qué deberías acompañarme? - Señaló Elroy.

- Porque estabas por hacer algo estúpido y gracias a mí se te ocurrió una mejor estrategia, y porque con ése poder raro que tienes podrías ayudarme a entrenar a Gamenor en el camino. - le respondí.

- No necesito usar el vínculo para eso - dijo. - Pero está bien, puedes venir.
Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 20 de Septiembre de 2017, 12:32:24 am

Capítulo 26.

El progreso y el desarrollo son imposibles si uno sigue haciendo las cosas tal como siempre las ha hecho.
-Wayne W. Dwyer


Decidimos que nos separaríamos en dos grupos. El menor, de unas treinta personas, contando guardianes, protegidos y gente común, intentaría infiltrarse en Monte Caldero para rescatar a los prisioneros e intentar retomar la ciudad. En ese grupo estarían Cedric, Shara, Talion, Minerva y Sylvia. Yo iría en el segundo grupo, más numeroso, hacia Cima Lacrada, junto a Gamenor, Elroy, sus guardianes y unos cien individuos más. Luego nuestra prioridad sería recuperar Ceberina.

Elroy y yo caminábamos delante del grupo, y mientras avanzábamos a paso de hombre por el vasto desierto, decidimos que lo mejor sería ayudar a Gamenor a entrenar un poco.

- Antes de empezar, déjame presentarte a alguien. -dijo Elroy, luego chasqueo los dedos dos veces.

En un instante, apareció frente a mí lo que parecía ser una chica de pelo azul corto, usaba una cazadora de piloto y gafas estilo aviador, con un pantalón un poco ajustado que le llegaba por debajo de las rodillas. Lo primero que hice fue preguntarme cómo era posible que tal ropa existiera, pero inmediatamente fue reemplazado por algo más interesante.

- Samarra, puedes mostrarte completa si quieres. -Dijo Elroy. Entonces, debajo de sus brazos comenzaron a verse unas plumas de un azul similar al de su cabello, pero iridiscente. Las puntas de las plumas eran de un naranja brillante.

- Es una Valquiria -dijo Elroy luego de eso.

- ¡A su servicio! - dijo Samarra, haciendo una especie de saludo militar. Estuvo parada firme durante unos segundos, con la punta del pulgar y la del índice juntas en ambas manos mientras mantenía la derecha cerca de la frente. Parecía una variante del saludo militar de toda la vida, pero la forma que tomaban sus manos recordaba a un poco a un ala desplegada.

Su postura demostraba disciplina y su voz denotaba entusiasmo. Además parecía bastante joven, como de mi edad. Con ésos datos puedo hacerme una idea de la relación que llevan éstos dos, pero de todas formas me gustaría preguntarles.

- Supongo que quieres saber más sobre Sam - dijo Elroy - pero ahora me gustaría que nos concentremos en el motivo por el que la llamé.

- No te hagas el mago, sólo era invisible, todos los guardianes pueden hacer eso. - Dije riéndome.

- Señorita Elisabeth, le pido que por favor no se burle de mi señor. - Dijo la valquiria con un enfado evidente, aunque algo reprimido. Era raro, ya que casi nadie me llamaba Elisabeth. Sin embargo decidí ignorar ésa cuestión de momento.

- ¿Qué les parece si comenzamos el entrenamiento? - Preguntó Elroy.

- Me parece bien - dije. Gamenor asintió con emoción.

- Bien, lo mejor que puedo hacer es prestarte algo del poder de Sam, luego, conforme vayas aprendiendo, vas a tener que depender del tuyo propio. -Dijo Elroy.

- ¿No se suponía que no ibas a usar tu control del vínculo? - Pregunté con un deje de sarcasmo. Samarra se veía algo malhumorada por eso.

- Puede ser, -dijo el chico- pero lo cierto es que vamos a necesitar resultados urgente. Gamenor, presta mucha atención, te voy a enseñar algo que me gusta llamar "doble". Samarra, demuestralo.

Tras recibir la orden, ante mis ojos pareció formarse una segunda Samarra, exactamente igual a la original.

- Lo que me gusta del doble es que puede enseñarse gradualmente, además puedo partir de algo que Gamenor ya sabe- dijo - ahora mira.

Pues si, decidí callarme y prestar atención. No creí que hubiera nada en lo que pudiese intervenir, así que decidí ser una mera observadora.

- Empieza con tu llama interior. -Elroy lo dijo y Gamenor obedeció. Mostró su llama interior en frente de todos.

- Bien, intenta hacer que cambie de color - dijo ahora el chico.

- Eso es sencillo. - Dijo Gamenor. Luego la llama comenzó a cambiar de color, pasando por casi todo el arcoiris, desde verdes y azules, rojos y rosas, un amarillo casi dorado y otros muchos colores.

- ¿Ahora, qué te parece si intentas que cambie de forma? - Preguntó Elroy.

- Lo haré. - Respondió con determinación el pequeño guiverno. Y su llama interior pasó a verse más bien como un cubo brillante suspendido en el aire.

- Bien, ahora sí que voy a prestarte algo del poder de Samarra, por ahora, todo eso lo hiciste sólo ¿Sorprendido?

- La verdad es que sí. -Respondió el guiverno, algo apenado.

- Bien, quiero que tu llama interior pase a mostrar tu forma. ¿Crees que puedas lograrlo?

- Hmm, no lo sé, pero voy a intentarlo -dijo.

Entonces, comenzó, al principio la llama parecía tomar forma, aunque no alcanzaba a definirse. Comenzó a alargarse y se vió la forma ondulada de la cola de Gamenor, seguida por su torso y patas, pero cuando se empezó a formar la cabeza, repentinamente, se deshizo por completo, y Gamenor cayó exhausto.

- ¿¡Pero qué...!? - dije.

- Ha sobrepasado su límite, por mucho, además. -dijo Elroy.

- ¡Explícame qué acaba de pasar en éste instante! -Reaccione, enfadada. No podía creer que le haya pasado eso. Mi pequeño Gamenor, cayendo al suelo como una piedra. Lo levanté y comencé a cargarlo en mi hombro. Realmente me dolía verlo así.

- Necesita comida y agua, de forma inmediata. Sam, encárgate. -dijo el chico, con prisa.

- ¡Enseguida! - Respondió la valquiria.

- Ésto no debía pasar, lo siento Lizzie. -Dijo Elroy, mientras yo me contuve de decirle todo lo que tenía atorado en la garganta, y simplemente asentí con la cabeza. No quería empeorar las cosas.

- Sólo para que lo sepas, no le dí nada de poder. Él lo hizo por sí sólo. Creo que podría haberlo completado de haber comido mejor antes. Simplemente quedó exhausto, es todo.

- Sí, tienes razón, hace bastante que no comemos bien.

- Bueno, eso es algo que no deberían hacer. Deja que me encargue, dentro de unos minutos habrá comida para todos.

- O sea que uno de tus guardianes se encargará por ti. - dije, estaba algo desanimada, pero no por eso dejaría de fastidiarlo.

- Bueno, sí, es cierto. Ahora lo mejor que puedes hacer es justamente lo que estás haciendo, cuidar de él. - Dijo intentando desviar el tema.

Pasaron varios minutos y sólo habíamos avanzado unos cuantos metros. Ni Samarra aparecía ni Gamenor despertaba. Elroy parecía algo apenado.

- Creo que tiene miedo. -Dijo Elroy de manera espontánea.

- ¿Gamenor? - Pregunté.

- Sí. Tiene miedo, estoy casi seguro de que eso fue lo que sentí en él cuando lo... Ejem... Tomé prestado.

- Entre comillas. -Mencione.

- Bueno, no hay por qué vivir en el pasado. Estamos en el mismo equipo, al fin y al cabo.

- Supongo ¿Y a qué crees que le tenga miedo? -Señale.

- No lo sé con exactitud. Ése tipo de cosas escapan a lo que puedo hacer. Una cosa es controlar el vínculo y otra muy diferente es tenerlo y comprenderlo. No puedo convertir a nadie en mi guardian oficialmente, sólo puedo generar un vínculo temporal, y se necesita tiempo para llegar a comprender, pues cada vínculo es único. Hasta ahora no he sido capaz de llegar al corazón de ninguna criatura, salvo mis propios guardianes. Aún así puedo escuchar algunos ecos de las emociones más intensas de los guardianes. Ése miedo era algo similar al que sentí cuando ví a Samarra por primera vez... - Un silencio incomodo, como si quisiera ocultar algo, o quizás pensativo, tal vez las dos cosas. - Puede ser-dijo- que tenga que ver con su padre.

- ¿El padre de Gamenor? - pregunté.

- Según los sacerdotes del santuario de Ilat, Gamenor es hijo de Nor. Claro está que eso es imposible, aunque, usando el lenguaje de ellos, la palabra hijo puede referirse a un ser emparentado de alguna forma, pero menor en edad y poder, con el asi llamado padre. -No quise interrumpir sus pensamientos en voz alta.

- ¿Será que tiene miedo al poder de Nor? - Pregunté.

- La pregunta correcta sería si tiene miedo de su propio poder. -Respondio él, en el momento que Samarra llegó volando con una cubeta de agua y una llena de frutas.

Título: Re:[Novela] Duality Paradox (proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 30 de Septiembre de 2017, 12:41:12 am

Capítulo 27.

Un vaso medio vacío es también uno medio lleno, pero una mentira a medias de ningún modo es una media verdad.
-Jean Cocteau.


Gamenor despertó más o menos al mismo tiempo que Samarra llegó con la comida que trajo para él. Pero a pesar de ello, estaba agotado. Hassuna traía alimentos para todos mientras tanto, y la gente ya estaba instalando las tiendas de campaña hechas de telaraña. Mientras tanto, el sol del desierto se ponía, y Elroy insistía en mantener oculto a su tercer guardián.

Gamenor a penas tenía fuerzas para comer, así que no le dije nada, no le pregunté nada. Quería que estuviese tranquilo y se lo hice saber sin mediar palabra, acariciándole y vigilando que comiese bien. El azul de su piel estaba más claro desde que se desmayó, y eso me preocupaba, pero poco a poco iba mejorando. Cuando por fin pudo pronunciar palabra, ya había anochecido. Estábamos los dos dentro de una de las tiendas.

- Gracias, señorita Lizzie. - Dijo, y luego cayó profundamente dormido a mi lado. Luego yo también decidí irme a dormir.

Y desperté en el mismo instante, de vuelta en aquella sala blanca, dentro de aquella máquina, con el mini buffet, la mesa de comedor, la silla y la Co-Ma en la misma posición que cuando entré. Mis tareas en ése momento eran sencillas, reunirme con Cedric y los demás para ver qué tal estaban las cosas en Monte Caldero, reclamar por el error del Co-Ma, comer, y tratar de averiguar algo sobre la habitación 191M, no necesariamente en ése órden de prioridad.

Lo primero que pude tachar de mi lista de quehaceres fue lo del Co-Ma. Fue algo sorprendente, de repente, veía a Gamenor en la pantalla y podía acceder a la interfaz.

- Lizzie ¿Qué es esto? ¿Es aquel mundo del que hablabas? ¿Dónde los guardianes no existen? ¿Y por qué me siento como si estuviera atrapado? - Preguntó Gamenor, confundido y asustado.

- Sí, éste es el mundo del que te hablé antes de que fuéramos hacia Ceberina. Siendo sincera, se me hace raro verte aquí. Y al parecer, estás limitado al espacio del Co-Ma.

- ¿Y por qué estoy en esta cosa? - Preguntó.

- Bueno, es difícil de explicar. El mundo en el que naciste y este son, digamos, incompatibles. En este mundo, eres un personaje ficticio. Aunque supongo que para ti lo ficticio será todo esto que está sucediendo. Me pregunto si será posible que algún guardián haga esto.

- Debería ser increíblemente poderoso, tal vez podría tratarse de un miembro del sumo protectorado, aunque no estoy seguro de con qué motivo lo haría.

- Entonces es una posibilidad que este mundo sea tan solo una ilusión de alto nivel. La verdad es que toda esta situación resulta algo paradójica.

- ¿Y tú que crees? - Me preguntó. Se veía algo triste, o quizás asustado, o las dos cosas, no lo sabía con certeza.

- La verdad es que no tengo ni la  menor idea de qué pensar. Prefiero obtener algo de información antes, en ambos mundos, tal vez así pueda resolver todo esto. La cuestión es por dónde empiezo. - Dije.

- Creo que tengo una idea. - Dijo Gamenor, mientras, podía notar cómo toda esa maraña de sentimientos negativos que inundaban su cabeza eran reemplazados con unos ojos brillantes que denotaban curiosidad y entusiasmo.

- ¿Y esa cara? -Pregunté.

- La verdad, estaba asustado, me daba miedo la sola idea de no ser real, pero ahora que lo pienso mejor, mi deber es ayudarla en lo que necesite, no importa si soy real o no, serle útil es algo que me hace feliz. Y ahora que también estamos juntos aquí, ya no importa qué es real y qué no. Creo que eso es motivo de sobra para no tener miedo. Ahora ¿Quiere que le cuente mi idea? - Asentí con la cabeza. - ¡Bien! Mi idea es averiguar los motivos por los que existe esta paradoja. Quizás así podamos encontrar la solución.

- Perfecto, tengo una corazonada para dar el primer paso. Había una sala misteriosa cerca de un lugar importante, al que normalmente no puedo acceder. Me gustaría ver si esa sala esconde algo que pueda servir de pista, aunque va a ser un problema entrar.

- Suena interesante. - Cedric interrumpió el ritmo de la conversación y nos miró con detenimiento. Fué una aparición sorpresiva, no hizo el más mínimo ruido, y la puerta no se abrió en ningún momento.

- Con apariciones cómo ésas, casi parece que buscas parecerte a Elroy. - Comenté.

- No me fío de él. Toda esta guerra es su culpa ¿Cómo puedes defender algo así?

- El está de nuestro lado. Busca lo mejor para todos los protegidos. - Respondí, convencida de lo que decía.

- No, busca la mejor forma de arrebatar el trono. Por sus acciones y las de sus antecesores es que los humanos comunes temen a los guardianes. Yo lo sé, porque yo ya jugué ésto antes ¿Lo recuerdas? Lo mejor que puedes hacer es evitar que cumpla con su objetivo. - Dijo él.

- Pero entonces, perdería a... Emar me quitaría a... a...- Tartamudeé, vacilé, aunque el mensaje estaba ahí, esperando a ésa última palabra. Algo en mi cabeza aún no quería aceptar ésa posibilidad, pero mi corazón se aferraba a ella con fuerza. Gamenor no podía ser real, pero tenía que serlo.

Cedric me mostró su Co-Ma. Dentro pude ver a Shara, echada en el piso de espaldas a la pantalla, con la cabeza gacha. Seguramente estaba llorando.

- Ésto, Lizzie, es chantaje emocional del más bajo que he visto, nada más. Nada de esto es real.

No podía pensar, simplemente huí, no quería escucharlo, o terminaría echando a llorar yo también.

Saliendo de la habitación, me dirigí hacia el buffet. A esta altura quedaría poca comida, y no habría nadie o casi nadie en la fila. Caminé rápido, hice fila por menos de un minuto y tomé un sándwich de queso y tomate muy simplón, seco, pero comestible.

Y me senté junto a Gwendolyn. Estaba sola, en una esquina. También tenía un Co-Ma, con su guardián, hago un esfuerzo por recordar su nombre.

- ¡Hola Gwen! ¿Ése es Alix?- Digo, con un tono burlesco, buscando fastidiarla para descargar mi propia frustración. En otras circunstancias evitaría hacer ésto, pero ahora mismo simplemente me sale así.

- Los chicos son unos cretinos. - Dijo con la voz baja y sobrecargada de tristeza, justo lo que no necesitaba. Ni siquiera se molestó por usar el diminutivo de su nombre.

- ¿Qué te pasa? - Pregunté.

- Cedric insiste en oponerse a Elroy y los demás lo siguen. Pero él también me dijo, sin que nadie lo  notara, que la ruta que va a seguir tiene muchas probabilidades de llevar a un final malo. Yo insisto en que lo mejor es asegurar un final bueno, pero parece que no me quieren escuchar.

- Ya, lo entiendo perfectamente. Shara estaba llorando, tuve que salir de mi habitación para ignorarlo.

- El señor Cedric es listo, pero muy estrecho de miras. - Dijo Alix.

- Lo sé, pero ¿Qué pretende lograr? Es cruel causar un final malo adrede. - Respondió Gwendolyn.

- ¿Por qué piensas así? -Pregunté por curiosidad.

- Yo estudio el vínculo, y estoy cada vez más convencida de que todo esto es  una farsa. - Respondió casi sin titubear.

Título: Re:[Novela] Duality Paradox (proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 05 de Octubre de 2017, 12:25:23 am
Capítulo 28

Cuando las voces suaves mueren,
Su música vibra aún en la memoria.

-Percy Bysshe Shelly.


Estaba claro que Gwendolyn necesitaba alguien que la apoyase y, aunque no me sentía precisamente bien, le presté mi hombro. Me resultaba increíble cómo se había quebrado, no la conocía desde hace mucho, pero no parecía alguien que llorase de esa manera a menudo. Sea lo que sea que haya dicho Cedric, definitivamente no era lo más amable del universo. Y simplemente nos quedamos sentadas, juntas. Era un alivio poder ayudarla a calmarse, para ella y también para mí. Me ayudó a poner mis pensamientos en claro.

- Desde esta farsa podemos cambiar el destino del mundo. Pero ellos prefieren seguir jugando, porque están ciegos y no ven más allá de la perspectiva que les presenta este mundo. -Dijo una vez que se calmó, en voz baja, como un murmullo.

- Gwen, la verdad es que si lo dices aquí, si que suena como una locura, pero puede que te crea, aunque me gustaría ver qué hay más allá, hay algo en el medio de éstos dos mundos y quiero saber de qué se trata. -Le confieso.

- Bueno, creo que puedo ayudarte. - Me dijo.

- No te preocupes, puedo hacerlo yo sola, no quisiera molestarte. - Dije, y volvimos a estar en silencio un rato.

- Gracias, también quiero pedirte perdón, hice mal en mentirte. - Me dice. ¿Ella me mintió? ¿Cuándo? Estuve a punto de preguntarle pero se me adelantó. - Sí que recuerdo este mundo cuando estamos allá, cuando nos conocimos sólo estaba actuando. También te oculté mi trabajo, porque no me gusta hablar de él frente a Minerva, y a ella tampoco le gusta que lo mencione. ¿Podrías perdonarme?

Si me molestaba con Cedric por mentirme ¿Por qué no molestarme con ella también? Sencillo, además de mentiroso, Cedric es un cretino de primera. Gwendolyn al menos tuvo la decencia de pedir disculpas.

- ¿Está bien si te hago una pregunta? -Dije.

- Ya lo hiciste. -Dijo, mezclando su tono de tristeza con algo de risa.

- Esa no. Dijiste que Cedric iba a forzar un final malo, pero se supone que aceptó seguir las instrucciones de Emar, y no me cabe en la cabeza que ese hombre quiera un final malo. No tiene sentido. ¿Tu sabes algo?

- Cedric está siguendo las instrucciones de Emar, pero está forzando a otros jugadores a tomar malas decisiones. En última instancia, el final depende de las acciones de todos. O sea que si un buen número hace las cosas mal... -Dijo, mirándome como dando a entender algo sin siquiera decirlo.

- Uff, eso suena feo. -Respondí.

- Pues sí. Oye ¿Cómo están las cosas por allá? - Me preguntó ella.

- Pues el viaje a Cima Lacrada se está haciendo muy largo, no sé si Cedric te contó que iba para allá, bueno, la cuestión es que es algo agotador. Gamenor aprendió bastante, pero se desmayó por la falta de comida, aunque ya está mejor. Luego tengo preguntarte por Monte Caldero, ahora me gustaría despertarme temprano, ya sabes.

- Coincido, y no te preocupes, te enviaré a Alix en cuanto pueda, así te puedo dar todas las buenas noticias. - Dijo, con entusiasmo. Alix emitió un sonido largo y agudo, aunque nada irritante, más bien melodioso. Quizás por la alegría de tener un nuevo deber que cumplir.

Volvimos a conectarnos al sistema, faltaban cinco minutos así que será cómo si hubiésemos madrugado. De vuelta en el campamento, Gamenor estaba despierto y con más energía que nunca. El sol a penas se veía en el horizonte y la temperatura era algo más fresca que durante el pleno día. Estaba esperando el mensaje de Gwendolyn mientras daba de comer a Gamenor y conversaba con él.

- ¿Sabes? Elroy piensa que quizás no hayas desarrollado tu poder debido al miedo. - Le dije.

- No tengo miedo a desarrollar mi poder. ¿Por qué piensa eso? - Respondió el sin siquiera pensarlo.

- No lo sé, veamos, puede ser algún tipo de amnesia disociativa. - Respondí yo.

- ¿Y eso qué significa? - Me miró, con ganas de saber más.

- Son palabras que se usan en "el otro mundo" para nombrar un fenómeno relacionado con la memoria. Quizás tu poder, en tu memoria, está vinculado a alguna especie de trauma, y por eso tu mismo te impides progresar, de forma inconsciente -le expliqué. - Cuando Elroy dijo que te prestaría parte del poder de Samarra no tuviste ningún problema, además de la falta de comida. Creo que eso se debe a que no sabías que estabas usando tu propio poder.

Pasó un momento, en el que el guiverno estuvo callado, intentando comprender lo que le había dicho, pensando, o tal vez recordando, o intentando recordar.

- Si le digo la verdad, es sabido que los dragones y, por extensión, los guivernos también, poseen una memoria casi infalible. Pero aún así, tengo una gran laguna en mis recuerdos, mis primeros dos años de vida. Ahora que intento visualizarlos, no puedo. - Me confesó, y luego comenzó a llorar. Yo me agaché para levantarlo y el se recostó sobre mi hombro. Alix había llegado mientras, pero lo ignoré por un largo rato. El pareció comprender, a pesar de que tan solo era una bolita de luz flotante, que estábamos atravesando una situación delicada.

Y mientras tanto yo me preguntaba si era posible que Gamenor no hubiese conocido a sus padres. En cuyo caso, y a pesar de las probabilidades en contra ¿Acaso sería factible que fuese hijo de Nor? ¿Estaban hablando literalmente los sacerdotes de Ilat? Y, si es así ¿Cómo lo sabían? Pero la pregunta más importante de todas era ¿Qué había pasado durante esos años perdidos en la memoria de Gamenor que lo afectaron hasta ese punto? Debía encontrar respuestas a todos esos interrogantes, por él.


Título: Re:[Novela] Duality Paradox (proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 18 de Octubre de 2017, 12:20:12 am

Capítulo 29

La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo.
-Isabel Allende.


Debía escuchar el mensaje de Alix antes de que los demás se despierten, pues no quería que nadie más escuchara, ni siquiera Elroy, sólo Gamenor y yo.

A través del Pip, escuché la voz de Gwendolyn. El mensaje era claro, y su voz estaba calmada. "Todo está bien, no hubo heridos ni muertos. Sin embargo, no hay rastro de Norgud. Todos los prisioneros fueron liberados por la gente de Ceberina, nos habían encerrado en nuestras habitaciones, y ahí es donde están los soldados ahora. No podemos acceder a muchas de nuestras pertenencias, pero al menos estamos a salvo. Un pequeño grupo se dirigirá hacia allá usando un viaje rápido. Yo y Maia vamos con ellos. Por aquí necesitan a Minerva y a Cedric, así que se quedarán en Monte Caldero un poco más."

Bueno, eran buenas noticias. Así que no podía quejarme. Agradecí a Alix y lo envié de vuelta en el mismo momento en que Samarra me sorprendió por la espalda.

- ¡Estoy ansiosa de poder presentarme a tus amigas! - Dijo la valquiria.

- No se supone que espies a la gente de ése modo. - le dije.

- No es algo que me guste, si te soy sincera. Sólo obedezco órdenes.

- ¿Espiandome?

- Tontita, sólo estaba vigilando el lugar. Palabra.

La verdad se me está haciendo un poco pesada, así que lo mejor va a ser que simplemente deje pasar la conversación. - Está bien, sigue con tu trabajo- dije, esperando que se fuera.

- ¿Sabes? Las valquirias son bastante comunes por la zona de Cima Lacrada. Si quieres puedo hablarte un poco del lugar.

- Sí, está bien, cuéntame lo que sepas. - Le respondo. No es que esté muy interesada, pero a lo mejor consigo algo de información útil, y si no, pues al menos haré buenas migas con ella. Pareció llenarse de emoción.

- Bueno, este sitio tiene una gran historia que data de antes de la gran catástrofe. - Y ya empezamos con cosas que no sé, desgraciadamente, lo peor es que está hablando tan continuamente que no puedo interrumpirla para preguntarle qué fue esa gran catástrofe. - Sin embargo lo único que queda de ese tiempo son ruinas de piedra que rodean la base de la Montaña Bianca. Cima Lacrada está, entonces, compuesta por tres partes. La primera son las ruinas de la ciudad vieja, que fueron calcinadas durante la gran catástrofe. La segunda parte es la ciudad nueva, construida alrededor de la vieja por respeto al legado que dejaron sus antiguos habitantes. Y finalmente, en la cima de la Montaña Bianca, la majestuosa Necrópolis  de Cima Lacrada, el lugar donde viven los Celadores y dónde tanto los habitantes de la ciudad cómo los nobles del reino envían a enterrar a sus muertos. A todo el complejo de la ciudad se lo llama vulgarmente Cima Lacrada por su relación con la muerte. Aunque su nombre oficial es Tierra y Cima de la Bianca Esperanza. Un poco ostentoso, en mi opinión. ¿Alguna pregunta? - Concluyó su breve discurso con la respiración agitada debido a lo rápido y poco pausado de su habla.

- Deberías hablar un poco más despacio, o al menos hacer pausas. - Dije. - Pero no nos desviemos del tema, hubo algo que me llamó la atención ¿Qué son los Celadores?

- Son gente que se encarga de vigilar que no se profanen las tumbas, la gente de la ciudad les lleva una porción de sus alimentos todos los meses, aunque es un trabajo desesperado, reservado a quienes ya no tienen forma de sustentarse. Tienen prohibido hablar, y los rumores dicen que quienes se saltan la prohibición pierden la voz por siempre. - Con eso dicho por parte de Samarra, creo que sería el lugar ideal para cierta persona.

- ¿Y hay alguna forma de que pueda llegar a la Necrópolis? - Pregunté, pues me llamaba la atención ese lugar. ¿El rumor de la maldición será cierto o falso? ¿Guardarán los celadores algún secreto que no deban contar, y por eso tendrán prohibido hablar? ¿De qué forma se comunicarán sin usar la voz, en caso de que lo necesiten? Supongo que usarán algún lenguaje de señas o similar. Mientras me hacía todos esos interrogantes, Samarra intentaba pensar.

- Bueno, hace algunos años era frecuente que permitieran visitas, ahora, con la situación que hay, no estoy tan segura. Así que a no ser que tengas un ataúd y un epitafio en condiciones lo veo poco probable. - Me respondió la Valquiria.

- Pues te agradezco la idea. ¿Dónde consigo yo un ataúd? - Luego de que dije esto, me miró con una cara rara, como preguntándome si de verdad pensaba hacer algo tan estúpido. Así que decidí desviar la conversación a otra cosa, olvidando aquello. - Perdón, no sé en qué estaba pensando. ¿Podrías contarme de la gran catástrofe?

- Pues es una vieja leyenda, bastante conocida entre los protegidos, guardianes y seguro que también dentro de ciertos círculos de los humanos, aunque desde hace unos veinte años es ilegal mencionarla. Se dice que hubo un tiempo en que el continente de Inias estaba rodeado por agua y no por fuego, y que dentro del agua había toda clase de vida. Sin embargo hubo quienes despertaron la ira de las aguas, y estas se convirtieron en fuego, dejando poca agua y, por consiguiente, poca vida en el mundo. Luego de eso viene la parte que el rey no quiere que se escuche, a saber, que fue el Sumo Protectorado quien devolvió la estabilidad al mundo.

Título: Re:[Novela] Duality Paradox (proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 19 de Octubre de 2017, 12:11:03 am

Capítulo 30

En mi país, primero vas a prisión y luego sos presidente.
-Nelson Mandela.


Por un segundo pude distinguir el crepitar de los cascos de Shara por las inmediaciones del lugar, pero no la ví, simplemente escuché su veloz galope durante unos instantes. Y ahora, frente a mí, estaban Gwendolyn y Maia, en el centro del campamento, rodeadas de gente, acompañadas de media docena de otras personas, sin contar guardianes. Elroy recibió la noticia de boca de uno de los chicos que estaban allí, de que Monte Caldero había sido recuperado y sonrió para sí. Con la gente preparada reanudamos la marcha hacia Cima Lacrada. El camino, como siempre, era extenuante, pero se volvía ameno al compartir y charlar con quién tuviera más a mano. Intenté averiguar algo sobre el Sumo Protectorado o la Gran Catástrofe, pero no escuché nada que no supiera de antes. Al parecer la información que queda acerca de ésos sucesos es escasa incluso entre los Protegidos y Guardianes.

Tras un par de horas de marcha alcanzamos a divisar la ciudad, sin embargo, poco después nos topamos con un obstáculo de considerable tamaño y peligro. Recordando un poco al momento en que conocí a Elroy por primera vez, aparece frente a nosotros, de la nada misma, una colosal serpiente de un color rojo tan oscuro que pareciera negro a simple vista. Semejante bestia podría aplastarnos sin esfuerzo y, de hecho, es lo primero que intenta hacer al vernos. Primero rodea el área en la que estamos con su cuerpo, luego nos mira fijamente, para finalmente acercar su boca abierta hacia nosotros. Yo me cubrí la cara por el miedo, así que no pude ver lo que sucedió a continuación. Sin embargo, unos segundos después de éso, todos estábamos en un lugar completamente diferente. Una prisión, o más bien un calabozo o mazmorra.

Maia y yo estábamos en una celda, oscura y húmeda, que lindaba con la de Gwendolyn hacia la izquierda, Y la de Elroy a la derecha y frente a nuestras celdas había un pasillo ancho con algunas antorchas encendidas. Las celdas estaban comunicadas entre sí por pequeñas ventanas con barrotes.

Maia estaba sentada en el suelo, sosteniendo sus piernas flexionadas con sus brazos y ocultando su cabeza todo lo posible. Parecía asustada y murmuraba. – Estamos muertos, estamos muertos. – Una y otra vez, sin parar. Cuando reaccioné, me acerqué a ella, sentándome a su lado, pensando que debía consolarla, pero en cuanto la toqué, gritó. Gritó tan fuerte como le permitió su voz, durante todo el tiempo que mantuve mi mano sobre ella. Cuando quité la mano dejó de gritar, cuando volví a tocarla, ella gritó de vuelta. No parecía querer calmarse, lo cual era algo muy extraño, sobre todo para ella. Decidí que lo mejor era dejarla tranquila hasta que se calme sola. Y fui a conversar con Gwendolyn.

– ¿Que crees que haya pasado? – Le pregunté.

– Creo que despertamos la ira de Kendra. – Fue lo que me respondió, con cierto aire de desesperanza.

– O sea que esa serpiente era Kendra ¿Y eso que significa? – Pregunté.

– Si, Kendra es esa serpiente, se dice que vaga por el desierto en busca de quienes deseen el mal y los devora. Las leyendas también dicen que solía ser miembro del Sumo Protectorado. – O sea que si logro conversar con ella podría averiguar  más cosas sobre el Sumo Protectorado, y tal vez sobre otros temas de mi interés, como la prohibición, Elroy, o la Gran Catástrofe. Podría ser la fuente de las respuestas que estoy buscando, al menos por este lado.

– Si estas pensando en hablar con Kendra, me temo que será muy difícil que te escuche. – Dijo Elroy desde la otra ventana. – Tiene un temperamento volátil y tendencias extremadamente violentas, además de una fuerza acorde a su tamaño.  Lo desaconsejo totalmente.

– O sea que la conoces. – Le dije sin dudar.

– No – dijo titubeando – bueno, en realidad sí. Uno de mis guardianes es hijo suyo.

– El que me falta por conocer. – Continué yendo un paso por delante, lo cual pareció molestar un poco a Elroy.

– Ya sabes que me gusta guardarme ases en la manga. – Comentó.

– Sí, y lo detesto. – Añadí.

–Bueno, supongo que no tengo otra opción más que presentarlo. Halaf, saluda. – No alcancé a ver al guardián, pues aún seguía del lado de mi celda que lindaba con la de Gwendolyn. Sin embargo, pude distinguir perfectamente su voz, siseante y profunda a la vez.

– Es un honor ser presentado ante ustedes por fin. – Dijo el guardián. – Entiendo que mi madre fue quién nos trajo aquí.

– Así es – dijo Cedric – sin embargo no tengo idea de lo que éso implica, me gustaría saber qué piensas al respecto.

Por lo poco que sé de ella, éso es bueno, significa que no quiere vernos muertos. Sin embargo, está claro que no desea que continuemos la campaña. Es el único motivo por el cual nos encerraría, es una firme defensora del status quo actual. Cómo buena noticia, éso significa que ella está segura de que mi señor es capaz de cambiarlo.

– ¿Por qué ella defendería ésto? – Preguntó Gwendolyn, parecía confundida. – Ella forma parte del Sumo Protectorado, no tiene nada de sentido que defienda un gobierno que oprime a los suyos.

– Madre antaño fue miembro del Sumo Protectorado, es cierto –respondio Halaf – pero decidió alejarse de ellos. Nunca me dijo por qué. Aún así, los guardianes comunes le tienen un gran respeto.

– Ella da miedo, está claro que la respetan por éso. – Interrumpió Samarra.

– Sam, no interrumpas a tu hermano. – Señaló Elroy, quién por su tono de voz parecía reprimir algo de risa.

– En realidad, tiene parte de razón. Gran parte del respeto que sentían los guardianes hacia madre se desvaneció por completo cuando ella reveló haber dejado atrás el Sumo Protectorado. Aún así, muchos la siguen tratando con un temeroso respeto, algo así como las escasas veces que Mi Señor ha visto al rey a la cara. Él sabía que el actual gobernante de este mundo no es digno de su puesto, y aún así, se apegó al protocolo. – Concluyó el guardián.

– Es una gran lección. – Respondió su madre, revelando su presencia frente a los barrotes de nuestras celdas y oscureciendo la ya de por sí escasa luz del ambiente. – Sin embargo no es lo que esperaba de mi hijo.

– ¿De qué esta hablando, señora? Yo no tengo madre. – Respondió Halaf, algo alterado por la intromisión.

– Sabes de sobra lo que pienso de tus acciones, inmundo Luxnigra. – Dijo furiosa la gran serpiente, ignorando completamente a su hijo y dirigiéndose hacia Elroy sin vacilar. – Si el culpable de toda esta guerra eres tu o tus antepasados me es indiferente, los guardianes seguirán sirviendo hasta el fin de los tiempos, independientemente de quién se les oponga, por eso desapruebo que se luche por ellos.  Todo combate es vanidad. – Sentenció la serpiente.

– Yo también odio tener que hacer esto, Kendra, y sin embargo no me ves dando la espalda a los míos, ni a mis responsabilidades. Por eso he sido más un padre para tu hijo de lo que tú serás jamás. – A esto la serpiente siseó de enfado, el tono se había puesto alto y podía ver la expresión de miedo en Gamenor y Vyolette. Yo también estaba aterrada, pero debía mantenerme alerta para lo que sea que sucediese a continuación.

Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 02 de Noviembre de 2017, 11:50:09 pm
Capítulo 31

Demasiados, demasiados enigmas pesan sobre el hombre en este mundo.
-Fiodor Dostoievski


Kendra parecía estar conteniendo su rabia hasta su límite. Aún así, su enfado era más que evidente. ¿Cómo se atrevía Elroy a cuestionar a tamaña criatura? Estaba claro que el príncipe demostraba un valor extraordinario, aunque estúpido, dada la situación. No estaba claro si podríamos sobrevivir a la ira de aquella serpiente.

-Mi decisión para con mis hijos te es irrelevante. - Dijo la serpiente. - Permití a Halaf servirte porque ése fue su deseo, no para que hiciera mi voluntad. Yo protegeré el orden establecido, aunque eso signifique que guardianes y protegidos deban sufrir. Detesto verlos así, pero a la vez llegué a comprender que así deben ser las cosas.

- Pues no lo comprendo ¿Por qué han de ser así las cosas? - Dijo Elroy.

- Pobre, inocente criatura, has tenido la respuesta a este enigma todo el tiempo dentro de tu corazón y mente, y a pesar de ello no logras saberla. Orgullo, ése es tu error.

- ¡Exijo que me digas de qué hablas!

- Si la respuesta está en ti, no es necesario que te la diga. Aunque a veces me pregunto ¿Por qué no te destruyo ahora mismo? El pacto ya no me ata, podría quitarte todo con solo desearlo. Más por cómo veo las cosas, al mismo tiempo que eres un peligro puedes también ser útil. El derramamiento de tu sangre me es innecesario.

- ¿Por qué nos has encerrado aquí entonces? - Preguntó Gwendolyn.

- Necesito contenerlos por sólo un poco de tiempo, y también, cuando se vayan, llegarán al lugar que yo les tengo preparado. Allí hallarán la verdad, y luego de que la hallen, les daré libertad de seguir su camino. - Dijo.

- ¿A qué verdad te refieres? - Pregunté.

- Tú, jovencita, eres una criatura de visión perspicaz. Más tu desafortunada mente te impide hacerte las preguntas correctas. Éso es lo que no te ha dejado ver las verdades más profundas hasta ahora, la verdad es la suma de la pregunta correcta y el contexto apropiado.

- Señora Kendra, no lo haga por favor. - Susurró Maia. -Ellos no... -

- ¡Ay criatura! No temas. Todo lo que has visto y que te hace temer no son más que mentiras. Cuando todos conozcan la verdad, entonces podrán elegir sin temor. Más conozco tu sufrimiento, y espero que pronto puedas ser libre de él.

- ¿Está hablando de lo que creo que esta hablando? - Pregunté.

- ¡Ah, no puede ser que no haya entendido nada de lo que están hablando! - Gritó Elroy.

- ¿Qué clase de amigo eres para impedir que oigan la verdad? - Censuró la gran serpiente. Luego continuó - Pues eso depende, por más que pueda entender y ver las cosas con claridad, no puedo entrar en tus pensamientos. Tus preguntas, sin embargo, son ahora mucho mejores, aunque no es el momento de que responda. A mí no me creerías, debes hallar la verdad por tí misma. Ésta verdad que debes hallar es el origen de todo, y también su final. Y vas por el camino correcto.

La serpiente, de dónde yo vengo, es símbolo de la deshonestidad y la mentira. Es extraño que me hable a mí de buscar la verdad. Pero no es lo único extraño. Que Elroy se muestre tan confundido, el miedo que muestra Maia hacia lo que sea que esté sucediendo, éste lugar en sí. Hay muchas cosas de las que quiero hablar.

- Disculpe, pero creo que tengo dudas que usted está en posición de resolver.

- Ahora debo marcharme, jovencita. La tradición demanda que esté presente en cierto sitio dentro de poco. Luego de eso volveré y los liberaré.

- Pero cuando nos liberes surgirá la prisa por irnos, y no podré hablar con usted tampoco.

- Entiende que hay cosas que no puedo decirte, aún así, tu curiosidad y tu valor me resultan admirables. Está bien, te permitiré acompañarme. A ti y unos cuantos guardianes que merezcan el saber. Halaf, Samarra, Hassuna, Gamenor. Ellos deben escuchar lo que diré.

- Gracias, y una cosa, la verdad estoy temiendo por la salud de mi amiga. Me gustaría que Elroy y Gwendolyn pudieran cuidar de ella mientras no esté.

- Lo que tiene tu amiga es un profundo miedo a lo desconocido. Nacido de un gran sufrimiento, ése miedo fue echando raíces cada vez más profundas en su corazón. Me temo que no puedo hacer nada por ella, más de lo que ya estoy haciendo. Pero si su seguridad es importante para ti, lo respeto.

Tras ésas palabras, los dos aparecieron junto a nosotras, en la misma celda, intenté abrazarlos pero justo entonces yo también fuí movida cual peón de ajedrez hacia la cabeza de la serpiente. Me senté en ella, su piel era fría, húmeda y áspera, pero no me sentía para nada incómoda por ello, de hecho era una sensación extraña, pero divertida al mismo tiempo. Tras esto, en un instante que a penas me dio tiempo de amagar un silencioso saludo, perdí de vista todo. Kendra parecía estar reptando, desplazándose por un oscuro túnel a velocidades inimaginables, pero ni ella, ni yo, ni nadie se inmutaba. Quise hablar pero algo me detuvo de hacerlo hasta que finalmente, tras tan solo unos pocos segundos, la luz me dio de lleno en los ojos. Terminamos en un sitio extraño, como el bosque cercano a mi casa, pero con muchos menos árboles, que eran mucho más altos. También había algunos arbustos, y pastos verdes. Veía a Gamenor y los guardianes de Elroy, pero no alcanzaba a ver a Kendra.

Pero si vi a  Halaf, que era igual a Kendra, salvo que mucho más pequeño, como de la altura de un niño de diez años y tan largo que podría llegar a medir más que cualquiera de estos árboles. Le pedí que nos ayudara a buscar a su madre, pero se negó, así que eramos solo Sam, Hassuna y yo. Samarra buscaría por los aires y Hassuna y yo por tierra. Buscamos por varias horas, pero, aunque no la hallamos, sí vimos algo que nos dejó a todos estupefactos. Pues descubrimos que estábamos nada más y nada menos que en la capital, o, más bien, en territorio de la capital. El lugar era tan solo un pequeño islote en un lago de cristalina y fresca agua, y al otro lado se podían ver unas murallas que, por la poca cultura general que tenía, sólo podían pertenecer a la apodada Ciudad de las Cien Fuentes. Seilies.

Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 13 de Noviembre de 2017, 11:34:38 pm

Capítulo 32

En mitad del invierno, finalmente encontré que había en mi un verano invencible.
-Albert Camus.


La capital, a penas sabía historias de este lugar, y todos ellos, todos los rumores sin excepción, no llegan a ser ni siquiera una sombra de lo imponente de la ciudad. A pesar de que la veo desde lo que parece ser la isla de un lago bastante alejado, Seilies se ve colosal, majestuosa e incomparable. Gobernaba sobre el paisaje con una elegante brutalidad, pues se fundía con las dunas del desierto, pero a la vez se plantaba firme sobre ellas. La estructura de los muros da la apariencia de ser ondulada, y el color de la roca es arenoso, en armonía con su sitio. Más también se imponen en la estructuras unos sobrios matices de verde y azul, colores de vida que se niegan a aceptar la  realidad del desierto árido, como si protestasen. Todo el peso de estos colores parece tocar el paisaje e intentar fundirse en contacto con el suelo, sin lograrlo de forma completa. Desde ésta distancia no se alcanza a vislumbrar la diferencia entre la ciudad y el palacio, y la diferencia entre la ciudad y el ambiente que la rodea es a penas perceptible. Lo que sí se alcanza a ver son grandes extensiones de ríos y campos fusionándose en una armonía algo incompleta con el desierto.

El tiempo parece acelerarse por  momentos, la noche se ciñe sobre nosotros sin darnos tiempo de reaccionar. Es la primera vez en mi vida que  siento un frío tan intenso cómo el de los vientos nocturnos que soplan en este sitio. Sin lugar a dudas, éste era el famoso viento de Seilies del que mi padre solía hablarme cuando volvía de sus viajes. Era como ser acariciada por la nada misma, como el profundo escalofrío de darte cuenta que algo malo va a pasar y no poder hacer nada por impedirlo. Al sentir ésto, los guardianes de Elroy, Gamenor y yo, preparamos una hoguera. No pude evitar notar que Halaf también cooperó, así que aproveché esa oportunidad para intentar romper el hielo.

— Oye, Hal, pensé que no nos ayudarías, pero me gustó mucho verte cooperar. — Comenté cuando por fin teníamos listo el campamento. Era algo básico, una hoguera encendida con el fuego interior de Gamenor, hojas grandes y limpias de los árboles que harían de colchones, traídas por Halaf y Samarra, y las tiendas de telaraña de Hassuna.

— Estaba siendo egoísta, chica. Por si no lo sabías soy de sangre fría, habría muerto con este frío. — Sigue intentando parecer grande y peligroso, algo que para las serpientes es de rutina.

— Vaya, yo creí que eramos amigos. — Le dije.

— Pues estas equivocada, yo solo sirvo a mi amo y es todo. No tengo amigos, ni los necesito.— Con estas palabras, supe que algo no andaba bien.

— Vaya. ¿Por qué piensas que no necesitas amigos? — Pregunté.

— No quiero responder, eso es asunto mio conmigo mismo. No te incumbe.

— ¿Tiene algo que ver con Kendra? — Ésta vez, hizo silencio. Samarra me miró con enfado e hizo un típico gesto de reproche por lo bajo.

No podía evitar sentirme mal, muy mal por Halaf y todo el dolor que guardaba dentro de sí y no quería dejar salir, no tanto por haber herido sus sentimientos, a veces es necesario. No sólo para resolver  mis dudas, si no también para ayudarlo a él. Lo miré a los ojos, y los cerró. Respiró, y suspiró, pero no dijo nada.

— Yo también conozco ése dolor. Es importante ser sincero con uno mismo para sanar y crecer.

— ¿Y si no deseo sanar? ¿Qué harás entonces? ¿Arrancarme mi verdad a la fuerza?

— No, no puedo, y aunque pudiera, respetaría tu derecho de hablar o callar lo que quieras. Aunque no esté de acuerdo, te considero un amigo, así que respetaré que no quieras  decir lo que tienes dentro.

— Elisabeth. — Dijo Hassuna, a éstas alturas pensaba que era muda o que no podía hablar por alguna otra cosa. — La verdad de Halaf necesita ayuda para salir a la luz, su corazón está destrozado. Es cómo si una casa se le hubiera caído encima, no puede salir sola. Pero quizás sea también una verdad demasiado pesada cómo para que la salve una sola persona.

— Tiene razón. — Dijo Samarra. — Halaf se está muriendo por dentro con todo lo que no puede dejar salir acerca de su madre y su pasado. Sin embargo, en ése caso, Lizzie también tiene razón en algo. Halaf, necesitas amistades que te ayuden a superar todo éso, es lo que vengo diciendote desde... — Halaf bufó fuerte, lo cual la hizo callar.

— Exactamente, me estoy muriendo por dentro, y es justamente por eso que no me hacen falta amigos. — Sentenció él.

— Por el poder, ¿Verdad? — Preguntó Gamenor. — El rechazo es un sentimiento intenso, como el odio o el miedo.

— Y a pesar de ser sentimientos de intenso rechazo pueden fortalecer al guardián que se acerque a su protegido a través de ellos. — Dijo un anciano que salió de entre los árboles tomándonos a todos por sorpresa. Su apariencia me sonaba de alguien más, pero no sabía decir quién exactamente.  Estaba cubierto por una manta de pelo de algún animal, y el suyo propio le cubría casi toda la cara a tal punto que no podía distinguir donde terminaba el cabello y empezaba la barba. Así que básicamente lo único que se le veía era pelo, ojos y nariz, todo de color gris muy oscuro. Pero aún así, había algo que me decía que ya conocía a esa persona. No podía saberlo con seguridad, era a penas una sensación vaga de la que no podía fiarme del todo. Pero cuando se presentó, no me cabió duda de que estaba completamente equivocada.

— Mi nombre es Mateo Marsh, pero me gusta que me digan Marsh, desde hace décadas vigilo este bosque día sí y día también. He refugiado a varias docenas de protegidos, y sé... bastantes cosas. Por ley estoy obligado a reportarlos, pero supongo que sería cruel de mi parte no dejarlos refugiarse al menos esta noche.

Después de esas palabras, hubo silencio. Ya nadie tenía fuerzas para hablar, más ni Gamenor, ni Marsh, ni yo pudimos conciliar el sueño.


Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 24 de Noviembre de 2017, 11:08:58 pm

Capítulo 33

La honestidad es directamente proporcional al estado de ebriedad.
-Anónimo.


Era algo realmente extraño que no pudiese dormir, yo jamás había tenido un insomnio tan fuerte en mi vida, no era solo que no tuviese sueño, si no que me sentía con más energía que durante el día. No pudiendo pegar ojo, salí a caminar, con Gamenor acompañandome. Marsh también tenía un problema similar, salvo porque el había tomado algún brebaje para dormirse, y tampoco tuvo éxito. Yo simplemente estaba caminando en silencio, mirando el paisaje con admiración, el cielo estrellado, la magnificente ciudad a lo lejos, la agraciada vegetación que me rodeaba y todo lo que mi vista tocaba era simplemente abrumador.  Cuando veía aquel paisaje estrellado, sólo podía pensar que nada de eso podía ser falso. Pero tenía que serlo, era demasiado hermoso para ser real.

— No sé que me alegra más, el alcohol que me dan todos los meses en parte de pago, o el hermoso y solitario paisaje. — Marsh me había tomado por sorpresa, me di vuelta y estaba parado unos metros por detrás mío, parecía estar divagando, hablando solo en voz alta, con un tono melancólico, e hipo, bastante hipo. — Y de vez en cuando vienen estos jóvenes aventureros en busca de nuevas experiencias, rebeldes, audaces, con la vida por delante ¡Hic! Y llenan por un rato ese vacío y se van, siempre se van, nunca me queda nadie. Se fueron mis colegas, se fue Eugenia, mi amor, el cruel... ¡Hic!... Destino me la arrebató muy joven, y finalmente se fue mi hija ¡Tan inocente ella! Cada día soporto aún menos la idea de haberla dejado extender sus alas y volar. ¡Volar! El sueño de humanos... y de valquirias mancas ¡Hic! Valquirias, dicen que los huevos de esas cosas son una exquisitez, yo digo que me parece repugnante comer algo que se parece tanto a una persona. Si vas a comer huevos, los mejores son los de Grifo, saben amargos y algo salados, pero el sabor se pega en el paladar y... ¡Hic!... Se va suavizando con el tiempo, es una experiencia para recordar. Pero a la gente ya no le importan esos huevos, con el carácter de porquería que tienen los grifos, es mas fácil conseguir huevos de valquiria ¡Hic! Se comen fritos, con potatas o bellocas, a veces condimentados, o tal vez con carne ¡Hic! Muchas veces he visto, en la ciudad, esas fábricas que tratan la vida con la frialdad de una máquina, esos capataces que son capaces hasta de destrozar familias para satisfacer sus ansias de poder. Por poder, yo puedo beber agua — Tras ésto, sacó una cantimplora de entre sus matas de pelo, quizás para calmar el hipo— pero no el agua de los ríos sin más, hay que destilarla, está llena de esa porquería que le tiran para que los esclavos que se hacen llamar ciudadanos trabajen sin cuestionar nada. Y aquí estoy yo, con mi destiladora improvisada, mi querida cantimplora , mi ración mensual de comida y alcohol, una cucha de perro que mes a mes se cae a pedazos, y un deber que jamás he tomado en serio... Me importa un pip lo que le pase o deje de pasar a los guardianes, pero si ese tarado del rey se llegase a enterar de que esos fenómenos anduvieron por aquí, matarme... va a ser quizás los más bonito que me haga. ¡Eh, chica! — Dijo mirándome —¿Lo escuchaste todo? No importa, seguro que tarde o temprano lo verás tu misma. La verdad, le debo agradecer a Kendra por tener alguien que escuche mi ... ¿Cómo lo decía ella? ¡Ah sí! Verborrea. Cuando tomo ésto no puedo parar de hablar hasta que me duermo. Pero por alguna razón, no tengo nada de sueño.

— Disculpe. — Dije para interrumpirlo y encaminar un poco su peculiar discurso. — ¿Le puedo preguntar qué sabe de Kendra?

— ¡Claro, sin problema! Es una criatura maravillosa, y una gran amiga. Lástima que esté del lado equivocado, pero admiro su fuerte convicción, sus ideales y sobre todo su forma de ser. Nos conocimos cuando fuí al funeral de mi amada Eugenia en Cima Lacrada. ¡Ése lugar da escalofríos! ¿A quién se le ocurre que pudiera ser sano vivir rodeado de tanta muerte? Claro que por ese entonces yo era joven y prefería no pensar en esas cosas. Ahora que estoy viejo veo las cosas con otro lente, el problema de esto es que jamás me gustó usar lentes, de hecho ni siquiera tengo. ¿Cómo podría tener si a penas me pagan comida y agua?

— Céntrese en Kendra, por favor.

— Cierto... El día que nos conocimos ella se presentó a mí como Mattia, peculiar nombre, por cierto. Si no hubiera sido el funeral de mi esposa, probablemente me hubiese enamorado a primera vista. Se suponía que era una especie de sacerdotisa o algo así.

— O sea que fingía ser una persona. — Apuntalé.

—Exactamente, pero no era una sacerdotisa, sus ropas decían otra cosa. Vestía algo que parecía uno de los vestidos que usarían las novias de la nobleza, amplio, salvo sobre la cintura, de complejos y elegantes bordados, con un velo que le cubría la cabeza y la cara. Pero ése vestido tenía una particularidad, no era blanco, si no negro. Si con ese vestido quería dar algún mensaje o si simplemente le gustaba era algo que desconozco, pero sí que lograba llamar la atención. Y ya saben lo que pasa cuando un oficial superior grita ¡Atención! Todos deben ponerse firmes y prestar atención.

— ¡Señor Marsh! — Ésta vez, Gamenor le llamó la atención para que se concentrase.

— Oh, sí, cuando quise preguntar a los monjes quien era ella, me di cuenta de que no le prestaban la más mínima atención, entonces pensé que se trataba de la misma muerte, que venía a buscarme para que hiciera compañía a mi mujer. En ése momento deseaba que fuera así, pero no, ella venía buscándome a mí, en mi momento de mayor necesidad, para mostrarme todo lo que estaba pasando en secreto. Los secretos oscuros del rey de Seilies. — En ése momento, Marsh cayó profundamente dormido por fin. Pero yo seguía despierta, tomando notas mentales sobre todo lo que sucedía, tratando de procesarlo.

— Pues creo que entiendo varias cosas. Me gustaría compartirlas contigo, Gamenor, dos cabezas piensan mejor que una. ¿Te parece?

— Sabes que te ayudaré cuanto pueda.

— Gracias. Bueno, sé que desde que soy tu protegida no he tenido problemas para dormir hasta ahora. También creo que Kendra y Marsh tienen algo que ver, no es coincidencia que ella nos haya traído hasta aquí, tampoco creo que sea coincidencia que Marsh se durmiese justo ahora.

— Bueno, desde hace rato vengo pensando que quizá la propia Kendra es quien no nos deja dormir. —

— ¿Conoces algún guardián que pueda hacer eso? — Pregunté y empecé a caminar en cualquier dirección, por lo general caminar me ayuda a pensar con más calma.

— No, pero sí conozco guardianes capaces de causar el sueño, Vyolette lo intentó varias veces, incluso. — Respondió Gamenor.

— Entonces, dices que quizás si hay guardianes capaces de poner a la gente a dormir, podría haber quienes impidan el sueño, tiene sentido. O sea, éso significa que Kendra nos trajo con la intención de que conocieramos a Marsh, para que él nos diga lo que acabamos de escuchar.

— Me parece correcto. Pero incluso sin contar sus desvaríos creo que dijo demasiado. — Señaló Gamenor. — Creo que hay información que sobra en todo lo que dijo.

— Quizás lo que le interesaba a Kendra fuese lo último, el cómo se conocieron. Pero ¿Por qué?

— No lo sé. — Yo lo miré y el me miró, ambos con la misma expresión de desconcierto.

— Creo que éste rompecabezas hay que verlo desde otro ángulo. — Dije. — Pero ¿Cual?

Nos quedamos en silencio, pensando mientras nos movíamos sin rumbo por la penumbra. Las estrellas y la luna alumbraban nuestro paso, y por un momento me pareció notar una sombra en el camino, moviéndose junto a nosotros.



Título: Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 02 de Diciembre de 2017, 11:05:18 pm

Capítulo 34

¿Está barriendo la vereda? ¿O su transporte no arranca?.
-Anónimo.


Gamenor y yo estábamos pensando cómo enfocar lo que estábamos descubriendo, más no conseguíamos dar con la respuesta. Pensarlo como parte de la respuesta al enigma de los dos mundos no parecía ser la solución, aunque estaba segura de que sí eran piezas de un rompecabezas más grande. ¿Podría tratarse del dolor de Halaf?

— No sabemos si para ése entonces Kendra y Halaf ya se habían alejado. — Dije empezando a pensar en voz alta. — Pero estoy casi segura de que así es. Primero que nada, porque si no, lo más probable es que Marsh hubiese reconocido a Halaf, que no lo hizo. Y segundo, al revés, Halaf habría reconocido a Marsh.

— ¿Con todo ese pelo? Imposible. — Dijo Gamenor

— Cierto, con tanto pelo se parece más a un perro que a una persona— Dije, y me reí — y dudo que alguien de la nobleza se dejara el pelo así.

— Por curiosidad ¿Por qué supones que es de la nobleza?

— Bueno, recuerdo que me dijeron que los enterramientos en Cima Lacrada estaban reservados a la nobleza. — Respondí.

— Sí, visto así tiene sentido, pero ¿Qué hace un noble trabajando en una isla? — Era una buena pregunta.

— Lo habrán despojado de su título, o quizás él mismo renunció. — Dije, algo pensativa. — Puede que no naciera como noble, que hubiese conseguido el puesto al casarse y, al morir Eugenia, hubiese perdido la nobleza. No estoy realmente segura pero son las respuestas con más sentido que se me ocurren.

— Y están todas erradas. — Distiguí la voz de Kendra, pero no la veía por ninguna parte, aunque parecía estar justo detrás de mi. — Te doy una pista, él sigue siendo un noble, siempre lo fue y no hay nada que el rey pueda hacer que lo quite de su estatus. El orden de Seilies es tal que el rey no tiene poder sobre asuntos relacionados con su sociedad, más allá de contar con la jurisdicción de nombrar cargos oficiales.

— Entonces ésto debe ser una especie de cargo oficial. — Kendra asintió a mis palabras.

— Un cargo oficial aislado, alejado de todo aquel en quien Marsh pudiese influir. — Dijo Gamenor.

— ¡Qué pequeño más perspicaz! — Kendra responde con entusiasmo— Entonces ¿Por qué Marsh está aquí y no, por ejemplo, muerto? Digo, si está lejos de la gente por pensar diferente ¿Qué mas da que esté vivo o muerto? Además, el rey seguramente da por hecho que Marsh encubre a los protegidos que casualmente llegan a esta isla, que tampoco son pocos, antes de Marsh pasaban unos seis o siete grupos al año, y, casualmente, todos escapaban antes de que las patrullas pudiesen hacer nada. Entonces ¿Por qué el rey deja a Marsh a cargo?

— ¿Porque no ve necesario el esfuerzo de matarlo y quiere una excusa para no invertir en patrullas? — Dije, algo nerviosa. No estaba segura de lo que decía.

— Estas cerca,   toma algunos datos más — Kendra estaba aumentando el ritmo. — La gente odia a los guardianes, éso deberías saberlo, pero lo que seguramente no sabes es que hace más de quince años que no sucede una ejecución en ningún sitio, salvo por el delito de golpear al rey, que no tiene nada que ver con los guardianes. De hecho, a manos de éste rey y su administración no ha muerto un solo guardián, además, ningún protegido fue ejecutado sólo por serlo.

— ¿Quieres decir que no ha habido ataques en Monte Caldero, ni en Ceberina, ni en Cima Lacrada? — Pregunté. Recordando el hecho de que, en realidad, no fui testigo de ninguno de dichos conflictos.

— Los ataques son un hecho, de éso no hay duda, pero las bajas son casi cero en ambos bandos, si no contamos heridos. — Kendra seguía aportando información. —Es muy difícil, por no decir casi imposible, que un soldado humano pueda atravesar las defensas de los guardianes. Aunque existen trucos para hacerlo. Mientras tanto, los protegidos en general se muestran pacifistas, se niegan a devolver el daño a sus enemigos, aunque hay excepciones. Y, sin embargo, a pesar de que muchos creen que hubo muertos, no fue así. ¿Cómo crees que algo cómo eso pueda llegar a suceder?

— ¿Hay testigos que afirmen haber visto protegidos heridos de muerte? — No podía creer lo que estaba preguntando, si yo misma había visto a mi padre ejecutar a varios de ellos cuando era pequeña. Pero éso sólo podía significar algo, y la respuesta no me gustaba en lo absoluto.

— Sí los hay, y veo en tu rostro que ya sabes lo que eso significa. — Kendra sonreía, o al menos, su voz delataba un tono alegre, no podía vislumbrar su rostro debajo del velo negro que cubría su cara.

— Hacer parecer que alguien ha muerto, impedir que lo maten de verdad, y hacerlo desaparecer... Es algo que sólo pueden hacer los guardianes. Llevar a cabo algo así a nivel mundial es una locura, requeriría de tantos guardianes con ésos mismos trucos que es, simplemente, imposible.

— Si eliminas lo imposible, sólo puede quedar la verdad. — Tras decir estas palabras,  Kendra corrió su velo, y me miró a los ojos. — Mírame ¿Cómo soy?

Kendra era una criatura de tamaño colosal, y un poder abrumador, capaz de desvanecer a un ejército completo en un instante, sin hacerles ningún daño, o incluso de aplastarlo si así lo deseaba. Podía ser tan grande cómo una montaña, o mostrarse como una igual. Ser iracunda cómo un incendio, y aún así mantenerse bajo control cómo el fuego de una lámpara de aceite. Y algo me decía que no había visto ni una fracción de todo lo que podría hacer, al fin y al cabo, ella había pertenecido al grupo conocido como el Sumo Protectorado.

— Sea quien sea que esté creando estas ilusiones, debe de ser un único guardián, uno con un nivel de poder parecido al tuyo.

— Creeme, nada me hubiera gustado más que salvar a toda esa gente, lamentablemente no puedo llegar a tanto, tengo mis límites. Sin embargo, estás cerca de la respuesta.

— Entiendo , era Nor, siempre fue el guardián de los reyes. — Contestó Gamenor.

— Estaba pensando lo mismo. Pero hay algo que no termina de cuadrarme, si el rey es un protegido ¿Por qué hace todo éso?

— No lo tengo claro. — Respondió Kendra. — Nor no me deja avanzar más. Si quiero averiguar qué sucede con el rey, debo preguntarselo en persona, pero Nor jamás me permitiría acercarme a él, y es mucho más fuerte que yo. Éste es mi límite, es todo lo que sé. ¿Quieres saber más? Haz caso a lo que yo te diga, y ambas conseguiremos respuestas. ¿Trato?

— Ya tengo un compromiso parecido. — Dije, pensando en Emar. — Pero voy a dar lo mejor que pueda.

— Me parece raro, pero supongo que será suficiente. — La serpiente parecía estar sospechando algo. — En fin, supongo que hace un rato que deberías haber "despertado" ¿Verdad?

— ¿Lo sabías? — Estaba confundida por su reacción.

— Jovencita, hay muchas cosas que aún no sabes, pero te diré algo, y espero que lo recuerdes muy bien. Conmigo, no hay secreto que esté a salvo.

Tras estas palabras, caí dormida, tal cómo Marsh había hecho momentos antes.


Título: Re:[Novela] Duality Paradox (proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 04 de Diciembre de 2017, 06:07:48 am

Capítulo 35

He puesto muchos laberintos y enigmas que mantendrán ocupados durante siglos a los profesores discutiendo sobre lo que yo quería decir.
-James Joyce.


Volvía a aquel sitio una vez más. Ésta vez, supuestamente tendría más tiempo, unas doce horas de descanso del juego. Llegada a este punto, me dí cuenta de lo mucho que había vivido en tan poco tiempo. Tal vez cuatro días, tal vez sólo doce horas, pero todo lo que había pasado era completamente emocionante, a tal punto que estaba agotada. Tomé el co-ma y salí nuevamente al pasillo, cómo había hecho otras veces. Ésta vez era la oportunidad perfecta para intentar averiguar que se ocultaba en la sala 191M. Tenía tiempo de sobra, tenía información, a Gamenor y, al parecer, también un aliado, alguien quese había dignado en darme la llave magnética de la sala. Sólo me faltaba poder acceder al elevador, para ello podría llamar la atención de Emar de alguna manera, pero ¿cómo?

Absorta en mis pensamientos, no ví que se acercaron hacia mí Cedric, Gwendolyn, Luke y Hans.

— Tenemos que hablar. — Dijo el capitán imbécil sorprendiéndome por la espalda. Yo me sobresalté y, cuando me di cuenta que era él, le tiré de la oreja con todas mis fuerzas y mi cara más enfadada.

— ¿De qué tenemos que hablar exactamente? — Le pregunté sin soltarle la oreja.

— ¡Sueltame y te digo! — No le hice caso. Los demás empezaron a reírse de lo ridículo de la situación.

— ¿Eres consciente de que no estás en posición de negociar ahora mismo? Dime lo que me tengas que decir y ya decidiré cuándo soltarte.

El chico parecía rugir por lo molesta que se estaba poniendo ésa situación. —Está bien, tu ganas. Vine a advertirte sobre Kendra. — Dijo. Yo lo miré con curiosidad y aflojé un poco la tensión sin llegar a soltarlo del todo.

— Continúa. — Dije, mientras, noté que Luke y Hans intercambiaban palabras en lengua de señas y se reían cómo hienas de la situación.

— Estoy casi seguro de que ella quiere matar a Nor. — Dijo mientras intentaba mirarme a los ojos.

— ¿Y cómo sé que no estás mintiendo? Ya no confío en tí, así que será mejor que me des un buen motivo. — Le dije, firme.

— En realidad, lo supe por los demás. — Los miré para confirmar si era cierto y asintieron con la cabeza, entonces lo solté.

— Bien, será mejor que me expliquen dos cosas. La primera es cómo lo descubrieron, y la segunda es cómo repercutiría en la historia.

— Calma, calma, ya estamos entre amigos ¿Okey? — Dijo Luke, que seguía riendo por lo bajo.

— Quiero que te disculpes con Shara. — Dije en tono severo a Cedric, antes de darle un bofetón. — Listo, ya estoy calmada. — Relajé mi tono de voz y suspiré.

— Bueno, resulta que Cima Lacrada está en territorio de Kendra, y da la casualidad de que Hans y yo vivimos ahí. — Comenzó a explicar Luke. —Las leyendas de ése lugar hablan de una tal Mattia,  una mujer que vaga por las laderas de la montaña, prometiendo bendiciones a quien conozca su verdad.

— Su verdad es que Mattia es Kendra. ¿Correcto? — Pregunté.

— Sí, supuse que lo sabrías. — Añadió Luke. — Cómo iba diciendo, Kendra otorga ciertos privilegios a quienes la reconocen en su faceta de Mattia, pero es arbitraria y muy astuta, así que va a usar a estas personas para lo que ella quiera. Y, al parecer, lo que quiere es el puesto de Nor.

— ¿Y eso cómo lo sabes? ¿Otra leyenda? — Pregunté.

— Sí, no la recuerdo muy bien, ésta la debería saber Hans mejor que yo. — Luke miró a su compañero con algo de complicidad. Éste sonrió y comenzó a hablar mediante señas, mientras Luke traducía.

Hans comenzó señalando sus labios con sus dedos índice y mayor, juntando sus dedos pulgar e índice y llevándolos a la altura de los ojos, para luego separarlos y volverlos a juntar rápido, y concluyó girando su mano sobre si misma mientras tenía levantado el índice.

— Ella atacó a Nor.

Mostró su puño y lo tapó con su otra mano, luego pasó a frotar ambas manos, para luego separarlas

— El Sumo Protectorado comenzó a pelear entre sí, y luego se separó.

Luego volvió a señalar sus labios, y luego cubrió su oreja con el pulgar. Juntó su pulgar y su índice y se los llevó a la frente en un gesto de saludo militar, igual al que ví hacer a Samarra, para luego elevar su mano hacia arriba, repitió el gesto de girar su mano con el índice levantado y puso su mano a la altura de la mitad de su cara, cómo dividiéndola en dos mitades.

— Kendra no quiso escuchar a nadie, Ilat partió volando, y Nor les mostró a todos su otra cara.

— Perdonen que interrumpa —dije,— pero habiendo visto un poco de su lengua de señas me surge la duda...

— ¿De qué idioma es? — Respondió Luke, adelantándose a mi pregunta. — En realidad tomamos algunos gestos de aquí y allá, pero por lo general se trata de nuestro código propio. Bueno ¿Continuamos? — Asentí con la cabeza, y los demás conmigo.

De nuevo, Hans parte señalando sus labios, por lo que parece, éso significa que está hablando de Kendra. A ésto le sigue una superposición de sus manos en horizontal frente a sí, para  luego dibujar con el dedo un círculo alrededor del sitio donde estaban las manos. Siguió con un giro de su mano sobre sí misma, lo cual parecía ser el gesto que nombraba a Nor, repitió la superposición de las manos, pero ésta vez concluyó juntando tres dedos, el pulgar, el índice y el mayor, y ubicandolos en el centro de su palma.

— Creo que lo entiendo ¿Puedo probar? — Pregunté.

— Adelante. — Luke sonrió.

— Kendra tomó los terrenos costeros, los cercanos a los ríos de fuego, cómo su territorio. Nor hizo lo propio con los terrenos del centro del continente.

— Y al parecer, ninguno de los dos puede entrar al territorio del otro. — Añadió Gwendolyn.

— ¿Es cómo un código de honor? — Pregunté.

— Más bien cómo un trato, sellado de común acuerdo por ambas partes. Pero al parecer Kendra está arrepentida de haberlo sellado.

— Pues a mí me parece muy estúpido, de no haberlo sellado, Nor podría neutralizarla cuando quisiera. — Añadió Cedric. — Con el contrato, Nor no tiene jurisdicción sobre el poder de Kendra y viceversa. — No entendí mucho ésto último.

— Y  siendo Nor el orígen del vínculo... ¡Un momento! — Gwendolyn pareció encontrarse ante un descubrimiento sorprendente. — Si Nor es el orígen, y en cuanto perdió jurisdicción sobre Kendra, ella ya no necesitó vincularse para mantener su poder, entonces, la clave para liberar a los protegidos y guardianes es que Nor pierda la autoridad sobre todos.

— ¿Por eso Kendra podría querer matar a Nor? — Pregunté. Todos me miraron cómo señalando lo obvio que era. — Ugh. Bueno. De vuelta, dos preguntas ¿Por qué me advirtieron sobre Kendra, entonces? Y... No, al final ésa pregunta resume todo muy bien, me deben una pregunta.

Título: Re:[Novela] Duality Paradox (proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 13 de Diciembre de 2017, 11:30:40 pm

Capítulo 36.

El pensamiento bien dirigido es una habilidad que se aprende.
-Dan Brown

— Te advertimos sobre Kendra porque no tenemos idea de lo que puede pasar. —Dijo Cedric.— La muerte de Nor es cómo... ¿Conoces el experimento del gato de Schrodinger? — Asentí con la cabeza y siguió hablando. — Bueno, me puse a calcular las variables que conozco y más o menos creo que la muerte de Nor da un 50/50 para un final bueno o malo, pero no llega a un final neutro en ningún caso, es un evento demasiado duro.


— ¿Debo suponer que buscas algún final neutro, entonces? — Pregunté.


— Algo así, la gente está jugando demasiado bien. — Respondió.


— ¿Y por qué te interesa tanto conseguir ese final, si ni siquiera crees que ese mundo pueda ser real? — No estaba conforme con la información que me daba, necesitaba más respuestas.


— Lizzie, no creo que ése sea el punto, —Dijo lentamente. — tampoco creo que puedas entender si te dijera toda la verdad. Pero espero que con ésto te sea suficiente... Hay vidas en juego, aquí mismo.


No pude entender lo que me dijo, tenía que asimilarlo, así que me despedí. Debía centrarme, conseguir mis propias respuestas. Ya habiéndome alejado del grupo, en busca de alguna forma de llegar a la dichosa sala 131M, no pude evitar hacerme una pregunta tan obvia que me sentí estúpida de no haberla hecho en su momento. ¿Cómo habíamos llegado a Seilies si Kendra no tenía poder allí? No pude evitar calmar mis pensamientos escudándome en la idea de que aún hay mucho que no entiendo acerca de los guardianes, era algo vago, pero al menos me daba cierta tranquilidad.


Tomé asiento en el comedor, que ahora estaba lleno de sillones y mesas. Más bien parecía ser una sala multipropósitos, pero yo voy a seguir llamándola comedor. Dejé el Co-Ma en la mesa vacía más cercana que encontré frente a mí, y me dejé caer en el sillón justo detrás de ésta. Reboté un par de veces para probar la comodidad y elasticidad de mi asiento, estaba perfecta. La verdad es que podría pasarme todo el rato en ése sillón, era demasiado cómodo, pero debía centrarme en lo que tenía que hacer. Miré la pantalla del Co-Ma y ví a Gamenor tocando unos bongós. Me resultó divertido, aunque raro, así que decidí preguntarle. — ¿Dónde conseguiste esos bongós? — Me miró, seguía tocando y hablaba al mismo ritmo.


— ¿Así que estos se llaman bongós? Pues mira, los encontré aquí. — Dijo mientras deslizaba una barra lateral con su cola, y seguía tocando. En la barra salían varios instrumentos musicales. — Estuve explorando éste lugar, y varias cosas pude encontrar. — Éso último me hizo reír un poco.


— ¿Ahora rimas? Te sale muy bien. A ver, Nor, muéstrame que más encontraste.—  Le dije.


— En realidad fué la única rima que se me ocurrió. — Me dijo.


— Bueno, voy a ver qué más puede hacer ésta cosa. — Dije, y comencé a deslizar mi dedo por la pantalla táctil, el Co-Ma parecía manejarse cómo la típica tableta, y así fué cómo encontré algunas aplicaciones interesantes. La primera era "Enciclopedia", podría ser interesante que Gamenor leyese mientras me movía con el Co-Ma a un lado, al fin y al cabo, había mostrado bastante curiosidad en su momento. "Skillboard", según el bocadillo de información que tenía a un lado, era una base de datos del juego con habilidades de los guardianes. Y finalmente "Booktracer" era otra base de datos del juego, pero ésta contenía datos importantes de los diferentes tomos del compendio. Puse las tres aplicaciones en acceso directo para que Gamenor no tuviera que buscarlas.


— A ver, Gamenor ¿Qué te parece si tocas el ícono de Skillboard? — Le dije, mientras noté cómo un chico que noconocía de nada se sentaba demasiado cerca mío. Tenía el cabello rojo, bastante intenso pero parecía natural, llevaba lentes, una camiseta con un estampado de la banda "Doppelganger Club", una chaqueta y pantalones de jean, y zapatos rojos marca "Supernova". Decidí ignorarlo y seguir con lo mío.


Al parecer, Skillboard iba desbloqueando datos con la cercanía, y supongo que Booktracer debería tener una mecánica similar. Así que sólo podía acceder a cierta información, antes que nada, de la lista que tenía desbloqueada me gustaría ver la ficha de Gamenor, toqué su retrato, el cual aparecía en la pantalla al lado de su nombre.


— Es increíble cómo cambian las paredes y el suelo tan rápido. — Comentó. Fué algo que me pareció bastante interesante ¿Así que desde su perspectiva está en una especie de caja enorme y lo que se ve en la pantalla equivale a las paredes y el suelo? Curioso cuando menos.


La ficha cargó en tan sólo unos segundos, tenía tres apartados: Datos básicos, historia y habilidades. Entré casi instintivamente en habilidades. La ficha decía lo siguiente:


Guardián; Guiverno.

Proyección básica ("Llama Interior") [Ilusión>Agua>Fuego]

Marca [Ilusión>Fuego] (!)

Renovación [Agua] (!)

Escudo corporal [Ilusión] (!)

Unidad {Don} (!)

En proceso:
Proyección avanzada ("Doble") [Ilusión>Agua>>>Tierra+Viento] 72,3%
Deformación del tiempo [Ilusión G1] 18,7%

Potencial: 70/900.

— ¡Guau! Novecientos es mucho potencial. — Dijo el chico que se sentó a mi lado. — Espero que sepas usarlo bien.

— Disculpa —le respondí — ¿Tú quién eres para mirar mis cosas? ¿Y cómo sabes éso?

— Lo siento —me dijo con la cara algo apenada— ví que tenías un Co-Ma y no pude evitarlo, me dan curiosidad. El señor Emar los está repartiendo de a poco, antes de la última sesión le dió uno a un colega y, bueno, lo estuve husmeando un poco. Yo aún no tengo el mío. Pero el potencial del guardián de mi compañero es de seiscientos setenta y cinco, y es bastante fuerte.

— ¿Qué tal, Gamenor? — Le dije. —Al parecer serás muy fuerte ¿No te alegra?

— Sí, pero me preocupan todas ésas habilidades que tengo y no puedo utilizar. — Me contestó.

— A mí también me llamó la atención éso, y la parte dónde dice "Don" ¿Qué será éso? — Pregunté.

— Todos los guardianes que he visto tienen uno. — Respondió el chico. — Es un talento que no se manifiesta dentro del juego, pero actúa cómo modificador de algunas habilidades, o al menos ésa es mi teoría. Mi guardián es una mantícora, y su don se llama "Aprendiz". Supongo que hace que aprenda nuevas habilidades más rápido.

Si eso era cierto ¿Qué haría "Unidad"? Bueno, era hora de pensar en otras cosas más urgentes, cómo la sala misteriosa. Pero antes, podría solucionar mi duda sobre Kendra, así que me despedí de ése chico. No quería darle una ventaja tan importante. Claro que estaba agradecida, pero no iba a darle información tan importante sin conocerlo mejor.

— Por cierto ¿Cómo te llamas? — Respondí cambiando rápido de tema, aunque me dí cuenta que había estado pensando unos segundos, mirando a la nada.

— Llámame Will. — Me dijo con tono alegre.

— Will, te debo una, en serio, pero — aproveché que estaba diciendo éso para levantarme— debo hacer algo importante ahora. Nos vemos luego.

— Comprendo — Dijo él, y levantó la mano en signo de despedida mientras me alejaba caminando de la mesa.

Volví caminando rápido a mi cuarto, Gamenor ya había abierto la pestaña de Kendra en el Co-Ma. Teníamos bloqueado el acceso a la pestaña de Historia, pero la que me interesaba era la de habilidades.

Suma Protectora; Serpiente Coloso.

Proyección Absoluta [Ilusión G5+Fuego+Tierra+Viento+Agua]

Ira [Fuego G3]

Sangre Fría [Tierra]

Bifidez [Mente]

Somnífero Bilateral [Mente>>>>>Ilusión]

Escudo Ilusión [Mente G10]

Materialización Avanzada [Materia G5]

Espacio Doblado [Tierra+Ilusión G7]

Panóptico [Mente G9]

Pipfolk [Ilusión G5]

Energía Oscura [Fuego G10>Sombra G9]

Subyugar [Mente G10]

Muro Infranqueable  [Tierra]

Impulso [Fuego>Tierra]

Calor Abrasador [Fuego G7]

Personalizado 1 "Llama Oscura" [Fuego G10 + Sombra]

Corazón de Fuego {Don}

En proceso:
Nada

Potencial: 8600/9000.

La nomenclatura parecía básicamente la misma que en la ficha de Gamenor, y aunque no podía saber con seguridad qué era lo que significaba cada cosa, podría hacer una suposición y trabajar desde ahí.

— Bueno, creo que ésto vendría a abrir con algo cómo un rango y luego pasa a indicar la especie. — Dije.

— Así parece. — Respondió Gamenor.

— Luego, al parecer Kendra no nombra sus habilidades.

— Siendo independiente, supongo que no lo necesita.

— Puede ser— Dije. — Y lo que está entre corchetes sería la composición de las habilidades, al parecer.

— Distingo los componentes, Agua, Fuego, pero ¿Qué significarán los símbolos entre medio?

— Es sólo una teoría que se me acaba de ocurrir pero quizás el símbolo de suma y el mayor — Dije haciendo breves pausas para señalar los símbolos con el dedo— indiquen prioridad de uso de los elementos, en una suma podrían aparecer al mismo tiempo, mientras que un símbolo mayor indicaría que el componente de la izquierda aparece antes que el de la derecha, más símbolos acumulados en éste caso indicaráin una prioridad mucho mayor. En cuanto a los símbolos G —De nuevo señalé con el dedo—Podrían indicar la potencia de un componente dado.

— Bueno, cómo guardián, no creo que estés muy lejos de la verdad con esa teoría. —Apuntó Gamenor.

— Entonces veamos qué habilidades pudo usar con nosotros. —Dije. — Supongo que utiliza Proyección Absoluta o quizás Materialización Avanzada para mostrarse cómo Mattia.

— Fijo que usó Somnífero Bilateral para mantenernos despiertos.

— Claro. ¿Y para llevarnos a Seilies? — Pregunté a Gamenor.

— ¿Crees que sea... ésta? — Preguntó señalando a Espacio Doblado.

— O tal vez se trata de Proyección o Materialización. — Comenté.

— No creo, suelen tener un efecto general, los demás también lo habrían visto. Pero no se me ocurre cómo podría conocer nuestros secretos.

— ¿El panóptico, tal vez? — Justo terminé de formular ésta pregunta cuando golpearon la puerta.
Título: Re:[Novela] Duality Paradox (proyecto)
Publicado por: MaestroCebolla en 15 de Diciembre de 2017, 11:31:37 pm

Capítulo 37.

No quiero vivir en un mundo donde todo lo que digo, todo lo que hago, todo lo que hablo, toda expresión de creatividad o de amor o de amistad queda grabada..
-Edward Snowden

Alguien tocaba mi puerta, a un ritmo apresurado. Pero no iba a abrir sin saber quién era. Estaba por preguntar, cuando escuché la voz de Cedric.
— ¡Lizzie, abre! Tengo que decirte algo.
Si el capitán cretino iba a atravesar mi puerta con mi consentimiento, antes tendría que convencerme. No le dije nada.
— Es sobre la sala secreta.
Me tomé dos segundos para odiarme un poco a mi misma por lo que iba a hacer, y luego, abrí la puerta.
— Puedo ayudarte a entrar, sólo necesito algo a cambio. — Fué lo primero que dijo.

— No te voy a vender mi alma. — Le respondí y se rió un poco.
— ¿Te parezco tan malo cómo para hacer ése chiste? En fin, quédate con tu maldita alma y escúchame. — Dijo, conteniendo la risa. —
Sé lo que hay en ésa sala, y no te va a gustar. Si aún así quieres entrar, no voy a acompañarte, pero necesito que me hagas un favor una vez que estés ahí.
— Todavía quiero entrar, y quiero saber qué está pasando allí. Supongo que tendré que verlo por mí misma. ¿Cual es el favor? — Estaba decidida a resolver ése misterio cueste lo que cueste.
— Si encuentras un puerto USB, conecta ésto. — Me mostró una memoria flash. Extraño favor el que me estaba pidiendo.
— ¿Ésto no es ilegal? — Le pregunté.
— Si sabes lo que hay dentro, sí. Si no, es solo una travesura. — Me respondió. —Además, aún sigues bajo el rango de inimputabilidad, yo ya tengo expediente.
— ¿Te dije alguna vez que me pareces basura?
— ¿Te dije que ésta cosa podría salvar una vida? — Puso su característica sonrisa de lado. Confiaba mucho en si mismo, aunque ése gesto a mi mas bien me inspiraba desconfianza. Pero tenía un punto.
— Veré qué puedo hacer. — No pensaba conectar el dispositivo, salvo que estuviera segura de que no me mentía, de lo contrario, planeaba delatarlo. Tocaba preguntar por lo importante — ¿Y cómo vas a hacerme subir al piso de arriba?
— Con azúcar, flores y muchos colores. — Mi detector de sarcasmo se puso en más de nuevemil.
— En serio. — Le dije.
— Tengo mis trucos. — Respondió.
— Querrás decir hacks.

— Dame dos horas, más o menos, voy a forzar los controles del elevador.
— Y supongo que éso es... — Comencé a acusarlo, pero me interumpió para justificarse.
— ¿Ilegal? Si, pero he hecho cosas peores para llegar aquí.
— ¿Por qué lo haces? — Ya me había picado la curiosidad, nadie hace las cosas porque sí.
— ¿Cuál es la fuerza que mueve el mundo?

— Si no me estás hablando de física, supongo que te refieres al dinero. — Le contesté.
— Fallaste por un kilómetro, ahora, me pondré a trabajar.
Se alejó hacia los sillones, y yo también salí de nuevo. Ya tenía un plan para entrar, podía ponerme a investigar algo más tranquila, por unas dos horas. Fui hasta la zona del ascensor, vi algunos jugadores charlando, Will entre ellos. Entonces Emar salió del elevador con el móvil en la mano. Will estaba cerca, hablando con un grupo, y a mí me picaba la curiosidad de saber qué hablaba el CEO. Lo que iba a hacer era un tanto vergonzoso, pero valía la pena. Me acerqué a su grupo sin dudar.
— ¡Hola! ¿Les molesta si me llevo a su amigo un segundo? — Pregunté con una fingida sonrisa, y lo tomé de la muñeca.
— Claro, no hay problema. — Me respondió uno con ropa gansta y cabello teñido de azul. Comencé a llevar a Will a rastras, manteniéndome unos metros detrás del objetivo.
— ¿Sí sabes que ésto cuenta cómo acoso, verdad? — Susurró Will.

— Ayudame a escuchar a éste tipo y te debo dos favores. — Le dije, mientras escuchaba la conversación de Emar.
— Sí, claro, Koji-San, — Decía— es una lástima que su representante no haya podido venir a la presentación, pero me preguntaría si es posible que aún así nos pueda dar una mano con ésto.
— Soy algo así cómo mi propio guardián, supongo que con éso me debes tres.— Me volvió a susurrar Will.
— Cállate y te debo cuatro, vuelve a abrir la boca y no te debo nada. — Le dije en respuesta. Y comencé a escuchar la charla.
— Mira, hemos sido colegas por casi dos décadas. ¿No podrías echarle una mano a un amigo? — Hizo una pausa de unos segundos. —Está bien, mucho mejor que antes, pero me temo que —Una pausa algo más larga que la anterior.
— Claro, claro. Pero voy a necesitar que un profesional lo autorice. —Una pausa parecida a la primera.— Cálmese, Koji-San. Recuerde por qué le estoy pidiendo ésto, usted es —Parece que ésta vez lo interrumpió su interlocutor.
— No, el sistema del juego está escrito en un lenguaje especial optimizado para el mismo, el circuito está casi totalmente cerrado, con la exepción de los Co-Mas, pero la cantidad de órdenes que pueden emitir es ultra limitada, es imposible que le pase nada. — Buen dato para intercambiar favores con Cedric, quizás sirva para darle na excusa para no usar la memoria flash.— Sé que no es analista de seguridad. — ¿Y entonces por qué le dijo lo del juego?— Casi me olvido ¿Qué tal su familia? — Temas personales, espero que vuelva a lo interesante pronto.— ¿Y qué me cuenta del cachorro que le regalé a sus hijos? —Pausa corta.— Ugh, qué triste. ¿Y el gatito? — Pausa media.— Comprendo ¿Qué tal los peces? —Pausa larga.— ¡Éso debe doler! ¿Me imagino que al menos el canario estará bien? —Un minuto de silencio.— Ya veo. ¿Tiene alguna buena noticia? —Espero que ya no hablen de mascotas presuntamente muertas.— ¿Otro trailer más? ¿Cuántos van ya? —En éste punto, ya pude deducir con quién estaba hablando.— ¿Para Juilo, dijo? Espero que sea mejor que los del anteaño pasado. —Aquí confirmé mis sospechas.— Nada, sólo le digo que se tome su tiempo, en fin, ¿Va a enviar el archivo que le pedí? — Un silencio acompañado de una sonrisa.— Muchas gracias Koji-San. — Se dio vuelta tras colgar el teléfono.— ¿Creen que no noto los pasos cuando me siguen a menos de un metro? — Dijo mirándonos a la cara.