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General => Literatura y Fan Fiction => Mensaje iniciado por: Kredan en 04 de Junio de 2015, 06:27:05 am

Título: Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 04 de Junio de 2015, 06:27:05 am
Voy a estar publicando por aquí mi fic de pokémon, llevo escribiendo desde el 19 de Diciembre del 2014 y sigo en ello, en pos de expandir poco a poco el público al que llega cada X tiempo intento publicar en un nuevo foro! Espero que os guste tiene ya 37 caps! Los primeros son actualmente de dudosa calidad pero después de llegar al cap 50 los modificaré para adaptarlos a la calidad que ha ido ganando el fic! Un saludo enorme :D

Edito: Pido perdón por tener que publicar en tantos posteos seguidos, no podía hacerlo de otra manera! Espero con ansias ver los comentarios de todos para ver si os gusta el fic! La verdad es que ha tenido éxito en los demás foros en los que he publicado! Un saludo enorme :^D


Para los comentarios: http://www.pokexperto.net/foros/index.php?topic=61506.0 (http://www.pokexperto.net/foros/index.php?topic=61506.0)
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 04 de Junio de 2015, 06:28:50 am
Capítulo 1: Vendaval negro
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Puedes recordar el momento más difícil de tu vida? Un día o una noche en el que tomar una decisión se convirtió en prioridad? Puedes recordad la tranquilidad de una noche de verano?

Aquella noche fría de febrero en la que se encontraron, ni el uno, ni el otro, podía imaginar que lo que les pasaría los llevaría tan lejos.

Cerca de las ruinas de una antigua civilización se encontraba Celsius. Era un joven investigador de tan solo 19 años. Sus méritos en términos de investigación acuática le habían logrado un sitio entre los más populares investigadores del momento. Era un chico de constitución fuerte, los días en los laboratorios le habían pasado factura y le habían costado unas gafas y una barriga algo más marcada. Desde joven se rapaba a causa de su prematura calvicie y para ocultar de los rayos del Sol su algo pálida piel llevaba siempre su fiel gorra. Por esas fechas en cambio usaba un gorro de lana negro. El porqué se  encontraba en aquel lugar era más que obvio, investigaba el suceso de la megaevolución que tanto había revolucionado el mundo en estos últimos días. Las ruinas se encontraban en medio de una isla de difícil acceso, a la que él llegó gracias a su más fiel compañero Lapras. Celsius llevaba a su lado desde su más tierna infancia. La hora en la que había llegado allí no le permitía investigar a fondo las ruinas, a pesar de eso decidió dar un paseo por encima con una linterna para hacerse una idea general de lo que iría a investigar a primera hora.
De repente escuchó un fuerte ruido cerca de donde estaba, obviamente no consideró que pudiera ser peligroso y decidió que lo primero debía ser comprobar que pasaba. El terreno lleno de rocas y maleza le impedía un paso ligero pero no se detuvo, en su mente solo podía rezar para que fuera lo que fuera que sucedía no dejara de suceder antes de que el llegara. Para su alivio, tras cruzar algunas ramas y otras malas hierbas encontró sobre una roca la silueta de dos majestuosas alas negras, que hacían perfecto contraste con la hermosa luz blanca de la Luna que brillaba imponente tras la criatura. Celsius no había visto jamás un pokemon con unas alas tan negras y enormes. A su lado se podía apreciar la figura esbelta de un chico. En aquel momento no pudo determinar muy bien el color de su cabello pero la luz de la Luna le permitió ver los reflejos de un color castaño bastante oscuro. Era un chico delgado y alto, de cara alargada y nariz prominente. Sus brazos eran largos y delgados y finalizaban en dos grandes manos de finos dedos. El chico lo miró directamente, Celsius se estremeció, vio en su rostro ira y temor. -Aparta! Gritó el misterioso muchacho, pero Celisus no pudo reaccionar a tiempo. La enorme criatura negra empezó a batir ferozmente sus negras y poderosas alas. La presión del ambiente aumentaba por segundos mientras el viento se arremolinaba alrededor de la zona en la que se encontraban, era sin duda el movimiento vendaval, pero no un vendaval normal y corriente, por alguna razón el viento se iba tornando oscuro, como si si estuviese arrancando el color del cielo. Celsius no podía apenas respirar, mucho menos dar un paso. Su cuerpo había quedado en shock y su mente se nublaba cada vez más y más.

Justo cuando pensaba que no había vuelta atrás, Celsius cerró los ojos y cuando los abrió de nuevo el cielo tenía un hermoso color azul, sintió que acababa de pasar por la peor de sus pesadillas y probablemente no se equivocaba.




Capitulo 2: Feliz cumpleaños
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Tras unos segundos de conmoción tras despertar, Celsius recobró el conocimiento de sí mismo y levantó todo su cuerpo, quedando recostado en sus brazos y mirando de frente a la persona que se encontraba delante suyo. Era muy probablemente el chico que encontró la otra noche, lo que le hizo recordar que los sucesos que parecían casi de película de terror eran si más no reales. El chico parecía distraído preparando lo que debía ser comida, o eso quería Celsius creer. Se quedó un minuto o dos en silencio observando al extraño personaje, que no transmitía para nada la misma sensación que la noche anterior. - De veras es la misma persona? Se preguntaba inocente y inquieto. Se dispuso a hacer un poco de ruido con algunos movimientos de piernas y brazos, lo hacía para forzar a su nuevo anfitrión a girarse sin la necesidad de tener que iniciar una conversación repentina, pues era bastante malo en sus aptitudes sociales, a pesar de que su trabajo le obligaba a mantener diversos contactos casi a diario.
Sorprendido por el sonido el chico se giró.
Veo que has despertado ya, perdona por lo que pasó anoche. Dijo el joven volteando para terminar de preparar su desayuno.
Disculpa, quien eres? Preguntaba Celsius incrédulo en esa situación que era, por lo menos, surrealista.
Oh! Cierto! Culpa mía, mi nombre es Kredan.
Kredan era un chico de 18 años. Su cabello ondulado era lo suficientemente largo como para estar por debajo de sus hombros, de un color castaño algo oscuro, su ya conocida delgada constitución le daba sensación de ser algo más alto de lo que quizás era, a pesar de eso su altura era de aproximadamente un metro ochenta o algo menos. Sus ojos eran de marrones con tonalidades negras, con una forma peculiar que decrecía desde el punto más cercano a su tabique nasal hasta el borde del ojo. Vestía una chaqueta negra con montones de botones y bajo estos una bien ajustada cremallera. Era más o menos lo que Celsius apreció a primera vista. Él también se presentó y una vez hechas las presentaciones se dispuso a investigar lo que había sucedido allí la noche anterior:
Me podrías contar que es lo que pasó anoche, y que se supone que es ese pokemon con el que viajas? Preguntó Celsius, casi como si de una exigencia se tratara.
Claro, como explicártelo, mmmmm... Ese pokemon es Noivern, un pokemon que proviene de la región de Kalos. Y simplemente buscaba un sitio donde pasar la noche, mientras volábamos encontramos este lugar y simplemente paramos.
Eso no explica el porque me atacó tu pokemon...
Intenté advertirte pero no reaccionabas y al final saliste volando por culpa de movimiento Vendaval de mi Noivern, por cierto fue el mismo quien te salvó segundos más tarde...
Ahora todo tiene mucho menos sentido que antes! Porque me iba a atacar y luego a salvarme?!
Relájate! Te atacó porque apareciste de la nada y es un pokemon miedoso!
Aaaaa! Muy bonito, es mi culpa asustar a tu pokemon por aparecer de la nada no?! Yo había llegado antes a esta isla!
Que más da quien llegara primero?! Te quedaste quieto cuando te avisé de lo que venía!

Los dos siguieron discutiendo durante unos cuantos minutos, sin un ganador o un perdedor. Al final decidieron dejar de hablar unos minutos. Kredan siguió con el desayuno y Celsius se levantó para echar un vistazo a los alrededores. Cada uno con su enfado, cada uno con sus razones y motivaciones. Ninguno fue capaz aquel día de percatarse de que lo único que buscaban tanto el uno como el otro lo mismo. Pero no iban a tardar en darse cuenta.
Celsius estaba a punto de descubrir algo que iba a cambiar todo lo que les había sucedido a lo largo de sus vidas...




Capítulo 3: Rocas misteriosas
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Celsius se asomó a un saliente de la isla, quería comprobar las zonas más altas de la isla por su exterior en busca de alguna pista que lo llevara a la posición de lo que podría ser una megapiedra o algo similar. No era la primera isla que inspeccionaba y sabía que en muchas ocasiones la respuesta se encontraba en los acantilados y no en el interior de la isla. Aquella vez acertó de lleno encontrando un pequeño camino en una de las laderas. Volvió donde estaba Kredan, que se encontraba desayunando un bocadillo lleno de condimentos. Celsius intentó pasar por su lado con algo de apuro para evitar una conversa que probablemente les llevaría a discutir. Por desgracia para él su estómago no estaba pensando lo mismo y no pudo evitar en lo más mínimo su rugir.
- Toma asiento y desayuna, he hecho uno para tí también, mencionó Kredan aun con la boca llena.
- Gracias... Respondió Celsius un poco a regañadientes.
Kredan emprendió la iniciativa y inició una conversación, esta vez algo más calmado.
- Llevas algún pokemon contigo? Siempre tengo comida de más para Noivern puedo darles a tus pokemon si no tienes nada.
- Si, viajo con mi Lapras. Pero tranquilo tengo algo de comida que compré antes de venir aquí.
- Entonces le daré de la mía mejor, es casera y si no se la puedo dar de comer a Noivern se acaba poniendo mala y he de tirarla.
- De acuerdo, gracias...
Celsius sacó de su pokeball a Lapras, era un sin duda un pokemon majestuoso y hermoso. Su piel relucía con los rayos del Sol y su caparazón era robusto y fuerte. Kredan quedó sorprendido al ver a tan hermoso pokemon.
- He viajado bastante a lo largo de los 3 años que llevo fuera de casa, pero jamás había visto un lapras tan hermoso.
- Vaya! Gracias, la verdad es que le tengo mucho cariño.
- Y el te lo tiene a ti, sin duda estáis hechos el uno para el otro, la manera en la que te mira demuestra lo unidos que estáis. Se ve a leguas que confiáis el uno en el otro...
Kredan parecía algo triste mientras pronunciaba con una sonrisa sus palabras.
No vas a sacar a Noivern de la pokeball? Preguntó Celsius sin dudar.
- Oh! Noivern no tiene ninguna pokeball, en realidad no lo he capturado nunca.
- Como?! No es tu pokemon entonces?
- Se podría decir que lo he tomado prestado...
- No serás algún tipo de ladrón de pokemon no? Celsius se puso a la defensiva.
- Como voy a ser un ladrón de pokemon? No crees que hubiera robado tus pokeball mientras estabas inconsciente? En fin, que haces en esta isla?
- Bueno, a pesar de lo que pueda parecer, soy investigador pokemon y he venido en busca de algún indicio sobre la megaevolucion. Se supone que en esta isla ha de haber alguna cosa que esté relacionada con ello, pinturas, textos o con suerte una megapiedra o una piedra activadora.
- La megaevolucion! Si es así... Kredan se quedó pensativo durante unos instantes. Me permites ayudar?
- Mmm, supongo que si, no veo inconveniente. Ten en cuenta que tendremos que explorar las ruinas y no llevo demasiado equipo de protección, suelo llevar lo justo para mi.
Tranquilo, me las apañaré.

Y así Kredan se dispuso a ayudar a Celsius en su investigación. Celsius le explicó que había visto lo que podría ser un camino en la ladera del islote. Recogieron un poco lo que tenían repartido por allí y se dispusieron a explorar primero la superficie de la isla para descartar otras entradas posibles. Pasaron por un montón de escombros llenos de vegetación. Iban destapando algunas rocas en busca de alguna pista que los acercara al misterio de la megaevolución. Pero no parecía que nada de lo que allí había fuera de interés. Mientras andaban iban conversando de diferentes cosas, todas banales pues no se conocían de nada, así que no tenían muy claro de lo que podían hablar el uno con el otro. Finalmente se percataron de que algunas de las rocas tenían muescas en forma de relámpago sobre ellas. Les llevó a pensar que quizás encontrarían algo relacionado con pokemon de tipo eléctrico, pero no lo tenían del todo claro.
Después de un par de horas dando vueltas por allí, recogiendo pequeños fragmentos de roca en los que se encontrara la muesca del relámpago y buscando algo que les llevara a entender lo que significaba, decidieron ir al acantilado donde probablemente había un camino que los llevaría a algo más.
El único problema era cómo bajar hasta el acantilado con tan solo un equipo de escalada. Kredan solucionó rapidamente el problema llamando de un silbido a su noivern que parecía estar en algún lugar perdido de la isla. Kredan dio un salto y se colocó sobre el enorme pokemon.
- Sube! Le dijo a Celsius.
- No me fío demasiado, si no te molesta bajaré con mi equipo de escalada.
- Como quieras, es más rápido de esta forma pero entiendo que no te fíes!
Kredan llegó rápidamente al desfiladero pero junto a Noivern investigó hasta donde llegaba para ahorrar molestias. Mientras volvía Celsius usaba su equipo de escalada para bajar hasta el desfiladero.
- Hay una entrada un poco más adelante! Te espero allí, no tardes!

A Celsius no le hacía mucha gracia que Kredan fuera por delante, puesto que era su descubrimiento y quería ser el primero en ver lo que se escondía en aquel misterioso lugar, pero no le quedó otra que tragarse su orgullo y ir por el desfiladero que el mismo había preferido hacía unos minutos atrás. Al poco tiempo ya había llegado a la entrada de la cueva, donde pacientemente lo esperaba Kredan.

Poco a poco se iban acercando a aquello que tanto ansiaban los dos, el misterio de la megaevolución!







Capitulo 4: Desastre en las ruinas
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Una vez allí, los dos chicos se preparaban para enfrentar lo desconocido y encontrar lo que más ansiaban, alguna pista sobre la megaevolución.
Entraron en aquella lúgubre caverna, húmeda y con un fuerte olor a mar, una mezcla incomparable de sal, algas, humedad y algunos excrementos de los que muy probablemente eran sus habitantes. Se mantenían juntos, algo temerosos y a la vez excitados por la idea de encontrar algo increíble, algo que quizás nadie hubiera encontrado jamás. La linterna de alta potencia de Celsius mantenía el camino bien iluminado, el terreno no era demasiado estable, la roca que formaba el suelo era algo resbaladiza a causa de la humedad que caracterizaba el lugar, así pues andaban despacio, con paso firme para evitar problemas.
A pocos metros de donde habían entrado Celsius clavó en una de las paredes una pequeña lámpara de LED para marcar el camino con algo de luz para evitar terminar perdidos. Los dos miraban curiosos todo lo que les rodeaba, encontraron allí viviendo algunos zubats y golbat que parecían dormir probablemente por el momento del día en que se encontraban, Kredan recordó que si en el momento de salir se diera el caso de que estuvieran despiertos la cosa se podría poner problemática. Tras unos treinta minutos de avance sin pausa los chicos entraron a lo que parecía una enorme sala, en ella encontraron un montón de pinturas, todas coincidían en algo, el símbolo de un relámpago. En muchas pinturas se podía apreciar a lo que debían ser personas haciendo su día a día, lo más probable es que allí fuera donde se inscribían mediante dibujos los procesos que se iban sucediendo en la isla. En el centro de la sala, bajo los pies de los chicos se apreciaba un dibujo, pero ninguno de los dos era capaz de ver cual era su significado. Celsius dispuso unas cuantas luces de mayor potencia alrededor de toda la sala para poder trabajar sin necesidad de la linterna.
Cuando Celsius terminaba de iluminar el lugar Kredan se percató de la presencia de algo brillante en el centro de la sala, una especie de bulto en el suelo cubierto de escombros. Se acercó y destapó lo que parecía una hermosa gema de colores arco iris.
- Una megapiedra! Exclamó Celsius, casi enloquecido.
- Esto es una megapiedra? Y de que pokemon se supone que es?
- La verdad es que no tengo la menor de las ideas, pero lo hemos logrado! Es una megapiedra!
- Genial, nos la deberíamos llevar no crees?
- Primero investigaremos si hay alguna forma de extraerla sin dañar la roca del suelo. Añadió Celisus manteniendo un poco de calma, pues parecía que Kredan estaba ansioso por extraer el objeto.

Los dos empezaron a dar vueltas, tocando cada piedra que veían con aspecto extraño, como si estuviesen buscando una palanca o una trampilla. Se pasaron aproximadamente dos horas y media acariciando las frías y húmedas rocas sin obtener resultado alguno. En un momento de despiste, Kredan aprovechó y tomó a hurtadillas el pequeño pico que Celsius guardaba en su mochila, la cual llevaba rato tirada en medio de la sala. Rápidamente y sin previo aviso se dispuso a golpear el suelo alrededor de la piedra. Al oír el ruido Celsius grito: Detente! Pero Kredan no iba a parar, parecía haberse aburrido de esperar y tomó las cosas por su cuenta. Un gran estruendo llenó la sala en un momento. Parecía que el suelo iba a abrirse a sus pies. Y con el sonido de lo que pareciera la tormenta más fuerte del mundo, el suelo se abrió a sus pies.
El momento fue de lo más confuso, los dos intentaron salvar sus vidas como fuera, las rocas caían bajo sus pies y terminaron un piso más abajo de donde se encontraban. Con tremendo accidente los dos podrían haber muerto.
Pero por suerte ninguno de los dos recibió más que unas cuantas heridas, parecía que la suerte estaba a su favor, a pesar de que ninguno de los dos pensó lo mismo.






Capitulo 5: Binks
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Aún con la conciencia algo nublada los dos se dieron cuenta de que su situación era probablemente de lo peor. Se encontraban atrapados en lo que parecía una pequeña cúpula donde solo cabían sentados o de rodillas, su movilidad era ínfima y respirar era cada vez más agobiante para los dos. Kredan tenia problemas para respirar y parecía excesivamente nervioso y Celsius no podía parar de pensar en la megapiedra que probablemente se había roto y en el mural que nunca iban a ver.

-  Eres idiota?! Empezó a gritar Celsius, que ya no podía aguantar más todo aquello.

Kredan no parecía dispuesto a responder, parecía más preocupado por respirar, y poco a poco iba hiperventilando. Al verlo en aquel estado Celsius cedió su enfado << ya le diré algo cuando podamos salir de aquí>> Celsius sospechaba que se encontraba ante algún tipo de claustrofobia.

- No tengo claro si puedo contar con tu ayuda, pero hay que salir de aquí, no nos podemos quedar demasiado tiempo en este estado.

De repente Kredan quedó anonadado, mirando fijamente tras Celsius, lo que le hizo pensar que tendría algo detrás.. De repente se desplazó donde el estaba y le pidió que apartara. Por alguna razón parecía que se le habían quitado todos los males. Cuando se dio cuenta de lo que miraba también quedó sorprendido. Entre las rocas había unas cuantas gemas preciosas y Kredan se dispuso a sacarlas a la fuerza.

- Detente! Es que pretendes matarnos?! Podrían caer las rocas de encima y aplastarnos en un instante!
- Calla! Se lo que estoy haciendo! Observa!

Y Kredan con todas sus fuerzas estiró de la roca engemada y de ella extrajo un pequeño ser, el problema es que las rocas que tenían encima iban a ceder y probablemente los iban a aplastar.
Kredan tocó lo que probablemente era la cabeza del pequeño y mirándolo fijamente gritó:

- Carbink! Poder pasado!

El suceso no duró más de un segundo, todo sucedió tan rápido que Celsius no pudo apreciar tan siquiera la mitad de la información.
El pequeño Carbink alejó las rocas que les venían encima usando su movimiento poder pasado y despejó lo que probablemente iba a ser el final de los chicos.

- Estas loco o que te pasa a ti por la cabeza! Celsius se encontraba en un estado de nervios y conmoción que no le permitían apreciar que su vida había sido salvada.
- Tranquilo! Provengo de la región de Kalos, allí las cuevas están repletas de Carbink y los he visto mover rocas usando poder pasado otras veces.
- Que hubieras hecho si no sabía usar el movimiento?! O si no te hubiese hecho caso?!
- Tenía que jugar mis cartas, era eso o seguir encerrado allí sin hacer nada, tengo claustrofobia y la opción más clara era apostarlo todo a este pequeñín.

Celsius aún siguió un buen rato dando gritos quejándose de lo poco que les había faltado para morir. Mientras Kredan se acercó al pequeño pokemon rocoso, se agachó y lo miró a los ojos.

- Quieres ser mi amigo? Preguntó con una mirada fija y llena de determinación.

El pequeño carbink parecía agradecido por ser salvado de esas rocas, desconociendo que había sido Kredan quien había provocado el derrumbamiento de la sala. Y como si se tratase de una conversación normal entre dos personas, Kredan y Carbink acordaron ser grandes amigos.

- A partir de ahora te llamaré Binks! Espero que nos convirtamos en grandes amigos. Kredan lanzó una de sus Lujo Balls y tras los tres tradicionales parpadeos rojos el pokemon quedó capturado.

Celsius hacía rato que observaba a Kredan y Binks, esperó a que terminaran sus asuntos y después se dispuso a hablar con el culpable de tamaño desastre.
- Que planeas hacer ahora? Has derrumbado toda la sala y hemos perdido la megapiedra!
- Tranquilo. Kredan sacó a Binks de su pokeball.
- Que pretendes hacer con tu nuevo pokemon? Celsius estaba enfadado y no veía más allá de su enfado.
- En Kalos es normal que habiten carbinks en las cuevas, pero lo más impresionante es que a pesar de su naturaleza tímida suelen verse de un lado para el otro recogiendo gemas y cristales preciosos, muchas tiendas de joyería obtienen su material de esta forma.
- Quieres decir que son buenos encontrando piedras preciosas?
- Eso es! Ellos mismos son piedras preciosas, supongo que les es fácil por que al final están compuestos de los mismo!
- Increíble! Celsius estaba retomando sus esperanzas.

Kredan le pidió amablemente a Binks que les echara un cable para encontrar la megapiedra, que en caso de seguir entera probablemente estaría por aquella sala. Celsius se percató que no se encontraban a mucha distancia de la sala de arriba porque aun era apreciable la luz que el mismo había colocado arriba. Se dispuso a distribuir un par de luces alrededor para dejar de gastar la luz de la linterna que tan útil les había sido hasta el momento. Por suerte sus cosas estaban cerca de donde habían caído ellos y aún le quedaban unas pocas luces en buen estado, otras por desgracia habían quedado destrozadas por culpa de la caída.
Después de un rato Binks parecía reaccionar ante un montón de escombros que él mismo levanto bajo la orden de Poder pasado que Kredan le daba en ese instante. Efectivamente allí la tenían! Era la magnífica y hermosa megapiedra!
Ahora ya tenían la megapiedra y un nuevo amigo Binks! Solo les faltaba encontrar la forma de salir de allí...









Capitulo 6: Retorno
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- Menos mal que la hemos encontrado! Muchas gracias Binks!
- Y a mi no me das las gracias? Si no fuera por mi nuevo amigo no lo hubiéramos logrado jamás!
- Si no fuera por ti no hubiéramos caído una planta abajo y no hubiéramos estado al borde de la muerte!

Como ya era casi costumbre los chicos discutían sobre su propia realidad, mientras el pequeño Binks se disponía ha hacer una escalera a base de rocas amontonadas para poder salir de allí lo antes posible. Para cuando se dieron cuenta el montículo ya estaba preparado y Binks esperaba a los dos en lo alto. Se apresuraron en salir y recogieron por encima todo aquello que estaba aún a su alcance. Por desgracia algunas luces de Celsius quedaron en las paredes más lejanas. Kredan devolvió a Binks a su pokeball mientras le agradecía el duro trabajo.
De vuelta el camino estaba marcado gracias a Celsius y no les suponía un problema ir hacía atrás. A medida que retrocedían Celsius iba recuperando sus increíblemente útiles luces. Mientras volvían empezaron a escuchar un fuerte rumor que empezó a preocupar a Kredan;
- Son los Golbats que antes dormían... Kredan miró la hora y hizo una muesca que mostraba con claridad su sorpresa.
- Que pasa?
- Bueno dentro de la cueva es complicado saber el tiempo que ha pasado, pero me imaginaba que aún no había oscurecido, y es así no es de noche, no comprendo que puede haber despertado a los golbats...
- Creo que es obvio...

El estruendo que había provocado la caída del piso había ocasionado un repentino despertar de los pokemon que vivían en la cueva y estaban furiosos. No dormir les había provocado un tremendo enfado que no parecía que fuera a detenerse con facilidad.
Kredan quedó pensativo unos instantes, Celsius lo miraba y pensaba lo mucho que había tenido que pasar para obtener la megapiedra, se arrepentía de dejar que Kredan lo acompañara. Al poco tiempo Kredan le explicó a Celsius lo siguiente que iban a hacer, Celsius quedó sorprendido con lo que le propuso y aceptó con la afirmación más determinada de su vida.
La zona en la que los golbats y zubats revoloteaban furiosos era extensa y algo más amplia que los pasillos más profundos lo que permitía que más de ellos vivieran juntos. Los chicos se acercaron rápidamente al lugar, sus pasos eran rápidos y poco seguros, pues el suelo por el que corrían era muy inestable. Llegaron al lugar en el que los pokemon se encontraban y al llegar los dos empezaron a gritar como si su vida dependiera de ello, los dos quietos cogían aire hasta llenar sus pulmones y lo soltaban gritando como desesperados. Gran parte del grupo de pokemon se dispersaron confusos, pero quedaron cinco golbats que no parecían tener problemas con el ruido. Rápidamente Celsius sacó a su Lapras de la pokeball y Kredan hizo lo mismo con Binks. Estaban listos para una batalla en la que el más mínimo error los llevaría a un problema mayor. Ninguno de los pokemon podía usar movimientos que pusiera en peligro la cueva que ya había mostrado signos de inestabilidad momentos atrás. Por un momento el tiempo parecía estar parado, los dos chicos convertidos en fieros entrenadores, miraban la bandada de golbats con determinación y preocupación, en pocos segundos miles de pensamientos cruzaban sus cabezas. Que movimiento elegir, como moverse, dar el primer paso o esperar para un contraataque, en un instante los dos tuvieron que tomar una decisión definitiva que los llevara a una victoria total.
Los pokemon salvajes fueron los primeros en atacar, y coordinados como si de un equipo de élite se tratara, se lanzaron a cazar al Lapras de Celsius. Éste le ordenó a Lapras que lanzara su Rayo hielo, que tras concentrarse unos instantes en la boca del pokemon salió disparado donde se encontraban los golbats. El ataque falló y impactó de lleno en el tejado dejando estalactitas de hielo por todo el lugar. Kredan le pidió a Binks que levantara un Reflejo para evitar el daño físico que los Golbats iban a infligir a Lapras, por suerte el resultado fue el esperado y no sufrió apenas un par de heridas. Acto seguido Kredan gritó:
- Binks poder pasado!
El pokemon se disponía a lanzar esta vez un poder pasado basado en una esfera de energía que emanaba de su cuerpo. La esfera se precipitó hacía los pokemon que acababan de ser rechazados por el Reflejo y dos de ellos terminaron fuera de combate. Los tres que quedaban parecían agazaparse al ver que sus compañeros habían sido derrotados. En ese instante los entrenadores retiraron a sus pokemon devolviendolos a sus respectivas pokeballs. Celsius sacó de su bolsillo unas pocas bayas aranja que llevaba para dar de comer a Lapras en caso de emergencia y se las ofreció a los pokemon. Los golbats que quedaban en pie no terminaban de fiarse de Celsius así que éste le dió bayas a los dos pokemon que habían recibido el ataque de Binks. Comieron sus bayas y al ver ese acto los demás golbats se acercaron para tomar unas pocas también. El grupo que lideraba el ataque se retiró con la tripa llena y calmó al resto de pokemon del lugar.

Después de tanta conmoción los chicos lograron salir de la cueva, allí los esperaba Noivern que los recogió y los subió hasta la superficie de la isla. Al fin habían logrado sus propósitos, tenían la megapiedra y habían logrado salir con vida de la cueva. Celsius no hizo ascos a la idea de montar en Noivern, los nervios por todo lo que habían enfrentado lo tenían lo suficientemente ocupado como para pensar en sus desconfianzas.

Una vez fuera montaron una pequeña tienda que Celsius llevaba, la que tenía Kredan era bastante más pequeña, era una versión super encogida de tienda individual que cabía en uno de los bolsillos de su chaqueta. Encendieron un pequeño fuego y con las últimas luces del atardecer contemplaron juntos el hermoso brillo de la megapiedra.
- Tu estrategia me ha sorprendido! Exclamaba Celsius en el momento en el que pudo relajarse del todo.
- Oh! No es para tanto, conozco bien la naturaleza de los Zubats y Golbats.
- Es increíble que funcionara, pero por alguna razón tenía esperanzas en el plan.
- Jaja. Era de esperar que la gran mayoría de los pokemon se volverían locos con el ruído que hacíamos, tienen un oído muy sensible. Los más resistentes suelen ser los que lideran las bandadas, normalmente son de tres a cinco.
- Ya pero tenía entendido que esos pokemon eran más violentos, no esperaba tanta cortesía por su parte.
- A pesar de su aspecto los Golbats son pokemon muy cariñosos y asentados, no se enfrentarían nunca a un peligro que consideren que pueda perjudicar al grupo, bueno no normalmente...
- Ya entiendo, de veras me sorprendió ver como comían bayas tan contentos, les hemos podido mostrar que no queremos hacerles daño, de una forma un poco inverosímil...

Los dos hablaron de la anécdota durante un buen rato. Para cuando se dieron cuenta el cielo volvía a estar lleno de estrellas.

- Oye, registra mi número de móvil. Así pase lo que pase podremos estar en contacto. Kredan sacaba de otro de sus bolsillos un pequeño dispositivo móvil de color blanco y negro.
- Claro! Celsius sacaba del suyo un enorme dispositivo que se podía llamar móvil solo si lo llevaba el en su mochila.
- Celsius, no se si es importunar, pero no crees que te falta experiencia en batallas?
- Bueno, soy un investigador, dedico mi vida a obtener datos sobre los misterios del mundo, no tengo demasiado tiempo para estar combatiendo.
- A pesar de eso he de admitir que Lapras es un pokemon muy poderoso, su rayo hielo ha hecho que me estremezca, me ha dejado congelado, jaja. Kredan parecía disfrutar de sus propios chistes.
- He de admitir que me ha hecho gracia, no se si por los nervios que he pasado o que. Quitado de eso mi Lapras suele enfrentar a los pokemon que me molestan cuando estoy investigando, ya sea mientras nos desplazamos por mar o en algunas zonas donde puedo tenerlo fuera de su pokeball.
- No crees que le deberías dar un poco más de apoyo?
- Ya te he dicho que lo mío es investigar.
<<Supongo que esta bien...>> Kredan no tenía muy claro si era algo bueno o malo, a pesar de eso no le dio más importancia de la que podría tener.

Los chicos pasaron un rato charlando de unas cosas y otras hasta que Celsius vencido por el agotamiento empezó a quedarse dormido sentado. Kredan lo despertó y le propuso ir a la tienda a dormir. El día siguiente iba a ser un día importante. Era el día que cada uno saldría de esa isla hacía un rumbo que alguno no creía que podría tener.






Capitulo 7: Mares revueltos
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Ya era de día, Celsius se despertó temprano y dio un último paseo por la isla, buscaba alguna pista extra, algún indicio que le indicara que clase de megapiedra poseía. Kredan se despertó un par de horas más tardes. Los dos se saludaron, era la primera vez que Celsius observaba a un Kredan adormilado e inocente. Kredan se dispuso a preparar algo para desayunar, recogió unas pocas bayas de un lado y de otro y con algunos ingredientes que guardaba en alguno de sus bolsillos preparó un maravilloso manjar. Los dos siguieron hablando sobre todo lo que les ocurrió el día anterior, los peligros, los errores y los aciertos. Celsius no pudo evitar preguntar el porqué del interés del chico por la megaevlución. Era obvio que él se guiaba por el camino de el descubrimiento y la investigación, pero cuales eran las motivaciones de Kredan?
Kredan no prestó demasiada atención a la pregunta y tras titubear un poco respondió: Para volverme más fuerte, supongo... 
Era obvio que sus palabras no carecían de verdad pero también era fácil saber que no era todo. Celsius no tenía demasiado claro que pensar sobre ello. Le daba algo de miedo que era lo que aquel extraño personaje buscaba en un poder como el de la megaevolución, pero por otro lado le creaba una inmensa curiosidad.
Tras terminar de desayunar los chicos empezaron a empaquetar todo aquello que habían sacado. Kredan llevaba una pequeña mochila donde guardaba todo tipo de útiles domésticos que podían ser reducidos al tamaño de una pelota de tenis. Por otro lado Celsius llevaba todo tipo de equipo de exploración y las cuatro cosas que necesitaba para subsistir junto a Lapras unos pocos días. No parecía planear los viajes con muchos días de margen, lo que podría deberse a que confiaba en sus dotes de investigación tanto como para creer que nunca iba a necesitar estar demasiados días en un mismo lugar. <<Debe ser realmente un genio>> Pensaba Kredan viendo tan poco equipaje, y no dudó en preguntar:
- Debes de ser un genio, llevas el equipaje justo para el tiempo que has pasado aquí.
- Un genio? Llevo pocas cosas porque no planeo estar tanto tiempo en ningún lado, odio estar fuera de casa, así que prefiero ir yendo y viniendo de mi casa a donde sea.
-De verdad?! Nunca te han mandado muy lejos de aquí supongo...
- Realmente no... Hoenn es una región marítima optima para el tipo de investigación que llevo a cabo.
- Ya veo...
- Tu provienes de Kalos, cierto?
- Si! Vengo de un pequeño pueblo en las montañas, se llama pueblo Pincelada, no aparece en los mapas...
Los dos divagaron un buen rato sobre sus hogares. Cada uno hablaba de todo lo bueno que tenía el lugar del que venían. De repente Celsius paró en seco la conversación, que era ya prácticamente una competición, y dijo:
- Va siendo hora de partir, si quiero llegar a alguna ciudad con Lapras antes de que anochezca tengo que salir ahora mismo de la isla.
- Entiendo, yo también planeaba salir ya de aquí, no tenía pensado tan siquiera pasar tanto tiempo...
- Dime, por curiosidad que vas a hacer ahora? Volverás a tu pueblo? O quizás eres un entrenador que busca ganar medallas para entrar en la liga pokemon?
- No tengo nada en mente, ando buscando algunas cosas, tenía un plan en mente en el momento en que hablamos por primera vez sobre la megaevolución...
- Que plan? Celsius temía lo que podría venir justo en ese momento.
- Me gustaría seguir en mi labor de ayudarte a descubrir el poder de la piedra que hemos encontrado! Kredan parecía nervioso y algo ansioso en el momento en que pronunciaba las palabras.
Celsius quedó pensativo durante unos pocos instantes.
- De acuerdo! Pero nada de picar el suelo de ningún lugar a partir de ahora! Vendrás conmigo a mi casa.
- Muchísimas gracias! Te prometo que seré de ayuda a partir de ahora.
Kredan y Celsius se dieron la mano. Terminaron de recoger todo aquello que quedaba tirado por el lugar. Tras terminar los dos se embarcaron en un viaje de vuelta hacía el hogar de Celsius. Donde les esperaban cada vez más y más preguntas. Y algunos encuentros realmente oportunos...









Capitulo 8: Trayectoria y corrientes
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El océano se encontraba en calma, el viento era tranquilo, los dos jóvenes emprendieron el viaje de vuelta a casa de Celsius en Pueblo Oromar. Los chicos habían intercambiado sus números de pokenav. Un útil aparato que les permitía comunicarse como si de un teléfono se tratara pero con una función de vídeo bien integrada. Además de eso les permitía compartir información de forma escrita, archivos, fotografías y mucho más. Así pues se habían lanzado a la mar con la intención de volver al hogar de Celsius. Mientras éste navegaba a lomos de su estimado Lapras, Kredan surcaba los cielos junto al fiel Noivern que siempre lo seguía.

- Porque no subes un rato al caparazón de lapras?!
- Tranquilo noivern me puede transportar durante mucho tiempo!
- Sube! Yo acabé subiendo a noivern! Además le debo un descanso como pago, ven aquí y deja que vuele libre!
- De acuerdo!

Noivern se acercó a Lapras y de un salto Kredan montó sobre el gran caparazón del pokemon.

- Guau! Navegar de esta forma es increíble! Sentir el mar tan cerca mientras navegas proporciona una sensación de inseguridad que es muy emocionante!
- No has de sentir inseguridad! En el mar mi Lapras es sin duda el mejor!

Los chicos hablaron un buen rato del tema sobre el pokemon, que gracias a su capacidad para entender el lenguaje humano, cada vez estaba más y más contento.
Todo estaba en calma, cuando de repente Lapras y Noivern se pusieron nerviosos. El mar se volvió feroz, un enorme oleaje alborotaba la paz del agua y empezaron los problemas. Lapras no podía nadar con tranquilidad, cada vez le costaba más y más avanzar en la dirección correcta, así que los chicos decidieron subir a lomos de Noivern para continuar. Kredan empezó a mostrar una terrible expresión en su rostro, era como si temiera lo peor.

- Tenemos que salir de aquí rápido!  Le gritó Celsius al ver que un gran cúmulo de nubes empezaba a formarse en la zona en la que se encontraban.
- No! Vamos a encontrar el problema! Vamos a solucionar esto!
- Estas loco?! De verdad crees que puedes solucionar el clima?! Celsius estaba enloqueciendo, poco a poco iba pensando lo mala idea que había sido confiar en Kredan,
- Confía en mi! Hay que hacer algo! Mira los pokemon del mar! Crees que esperaban esto?! No es algo natural!  Kredan se había vuelto loco del todo, su expresión de furia no mostraba un atisbo de misericordia. Parecía realmente enfadado por algo.

Celsius bajo su mirada siguiendo el dedo de Kredan que señalaba directamente el mar justo debajo suyo. Para su sorpresa, los pokemons marinos que se supone actúan dependiendo de las corrientes oceánicas y los cambios en el clima se encontraban ahora arrastrados por fuertes remolinos. Pokemon como Gyarados empezaban a actuar de forma violenta, lanzando poderosos ataques a cualquier cosa que se les acercaba. Parecía que Kredan estaba en lo correcto, algo había provocado ese tremendo cambió en las mareas.

- Ok, lo entiendo, pero sigo sin tener claro que podemos hacer nosotros...

Kredan se tumbó sobre Noivern y cerró los ojos. De la nada, como si estuvieran hablando Noivern empezó a moverse rápido hacía una dirección concreta. Kredan hizo un gesto con la mano indicando a Celsius que pegara su cuerpo justo como él. El pokemon entendió que todos estaban preparados y aceleró a su máxima velocidad. El viento era apenas respirable a esa velocidad, las gotas de agua que empezaban a caer se clavaban en la piel de los tres y sólo Noivern era capaz de mantener sus ojos abiertos. En tan solo unos instantes se encontraban sobrevolando un enorme remolino, ninguno de ellos era capaz de creer en el tamaño de aquel fenómeno.

- Que esta sucediendo?! Como puede existir algo así?!
- No es algo, se trata de algún pokemon!  Kredan gritó sin girar hacía atrás su cabeza, su mirada atemorizada no se podía apartar de esa gigantesca masa acuática en movimiento.
- Un pokemon?! Que clase de pokemon...   Antes de terminar la frase la expresión de Celsius cambió por completo.
- No puede ser, Kyogre?!  Celsius gritó y instantes después se quedó sin aliento.

El remolino empezó a tornarse en una enorme cúpula de agua, era como si alguna criatura fuera a salir de allí, parecía que iba a romper el mar, como si de un huevo se tratara. El mar se rompió desde el punto más alto de esa enorme columna de agua, y tras de sí dejaba la silueta del poderoso Kyogre, uno de los pokemon legendarios nombrados en las historias más antiguas de la región de Hoenn. Para su sorpresa el pokemon no iba solo, junto a él había un pokemon que Celsius había estudiado, pues se relacionaba con muchas leyendas que proceden de los océanos, era el poderoso Lugia. Los dos colosos emergieron del interior del océano con una fuerza y una violencia pocas veces contempladas por el ser humano.

- Que hace Lugia en Hoenn?! Celsius no podía creer lo que estaba contemplando.
- Lugia? No es ese un pokemon legendario de Johto?! Lo más importante, porque se están enfrentando?!

Kredan quedó perplejo unos segundos, miraba fijamente la escena, parecía estremecido, emocionado incluso. A pesar de todo el rostro de Lugia era sin duda aterrador, el pokemon se mostraba violento, ninguno de los dos era capaz de entender que hacía un pokemon legendario de Johto peleando con un pokemon legendario de la región de Hoenn, no podía ser una lucha territorial, pues el terreno de estos pokemon se supone que esta definido de forma regional, pero se desconocen los detalles a causa de su rareza.
Kredan empezó a temblar: 

- Mira encima de Lugia!

Celsius agudizó su mirada al máximo, pues le costaba ver con las gafas llenas de agua de lluvia.

- No puede ser!

A lomos de la legendaria ave marina había lo que los dos consideraron que era un niño...




Capitulo 9: Criaturas increíbles
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A lomos de aquel titan alado se encontraba lo que aparentemente era un niño, ninguno de los dos era capaz de creer del todo que sucedía, se preguntaban mentalmente si no estaban equivocados, pero era sin duda un niño. Kredan le dio a Noivern la orden de dirigirse al centro de la batalla, pero parecía que su naturaleza se lo impedía. Noivern era capaz de entender lo lejos que estaba de poder entrar en semejante batalla y salir ileso, sabía perfectamente cual era el riesgo. Celsius quedó en shock y no se dio cuenta de la orden, si lo hubiese hecho probablemente se hubiese opuesto rotundamente. Kredan insistió de nuevo, a pesar de sus esfuerzos parecía que Noivern no iba a mover un solo músculo. El rostro de Kredan se volvió casi inexpresivo, a pesar de que los músculos de su cara parecían relajados su mirada era penetrante y amenazadora, miró directamente a Noivern y este tomó una decisión. Noivern voló con toda la velocidad que sus alas le permitían en medio de semejante tormenta, en apenas un segundo se encontraban frente a las dos increíbles criaturas.

- Tu! Se puede saber que intentas hacerle a Kyogre!   Kredan parecía tremendamente enfadado, y gritó mientras miraba directamente al pequeño que montaba a lomos de Lugia.

- Se puede saber quien crees que eres?! Aparta! Estoy capturando un pokemon!  El niño de apenas 12 años habló con un tono de lo más obstinado.

- Solo estás provocando una catástrofe! Aparta de aquí! Este pokemon es vital en el ecosistema de Hoenn!

- De veras crees que puedes enfrentarme?!

El niño ordenó a Lugia que lanzara un poderoso aerochorro. Noivern evitó el ataque volando a máxima velocidad en una dirección aleatoria.
<Maldita sea! Es demasiado para nosotros!> Kredan entendía perfectamente que enfrentar a un pokemon legendario no iba a ser una posibilidad.
Celsius reaccionó tras el impacto del aerochorro sobre el pobre Kyogre que no pudo ver venir el ataque debido a que Noivern se encontraba delante. El pokemon sufrió graves daños y enfureció, desencadenando en el uso de un salpicar de una escala increíble.
Noivern era incapaz de esquivar toda aquella masa de agua que caía desde todos lados. Sucedió lo inevitable y varios impactos terminaron tumbando al pokemon. Los chicos se precipitaban inevitablemente hacia el océano, donde les esperaba con certeza una horrible muerte.
Por alguna razón Kyogre reaccionó a la caída de Noivern y colocó una de sus aletas en el lugar al que iban a caer, la colocó bajo el agua para que esta amortiguara el golpe.
Kredan y Celsius apenas se podían sostener en pie, Kredan parecía haber tragado mucha agua y Celsius trataba de ayudarle a que la escupiera. Los chicos se encontraban sobre la aleta de un enorme pokemon legendario, frente a un niño capaz de controlar a un Lugia a su antojo.

- Que se supone que hemos de hacer ahora genio?!  Celsius que ya había vuelto en sí se quejaba, el miedo le impedía pensar con claridad.

- No lo se! Maldita sea!  Kredan golpeaba, arrodillado, la aleta de Kyogre. No podía evitar que las lagrimas cayeran sin parar, lagrimas que se mezclaban con la lluvia.

Kyogre se mantenía alerta, observaba al pequeño niño, que parecía enloquecido y furioso porque se habían entrometido en sus planes. Celsius cogió aire y lo expulsó. En esa pequeña fracción de tiempo su mente se aclaró por completo. Sacó de su pokeball a Lapras, que a duras penas podía navegar en esas aguas tan turbulentas.

- Kredan! Reacciona, hay que huir de aquí! Estamos en medio del océano! No hay nada que podamos hacer!

- Claro que hay algo...  Kredan susurraba mientras giraba su cabeza hacía el desgastado Noivern.

- En que estás pensando! Vamos! Kyogre intenta dejarnos un hueco para escapar!

Kredan subió a lomos de Noivern sin articular una sola palabra, se agarró con fuerza a él y los dos salieron volando en dirección a Lugia.

- Te lo preguntaré de otra manera! A que grupo perteneces!

- Grupo?! No pertenezco a ningún grupo! Deja las tonterías para otro momento! No ves que intento hacer la captura del día?  El chico parecía estar vacilando a Kredan, era como si se riera de el.

- Aaaaaah! Noivern, usa Vendaval!

Noivern empezó a batir sus alas, con todas las fuerzas que le quedaban. Celsius quedó perplejo al observar de lejos el vendaval que anteriormente lo había dejado sin consciencia. Aquella vez le pareció que el vendaval de Noivern se tornaba oscuro como la noche en la que se conocieron y lo que veían sus ojos en aquel instante no era diferente. El viento que arrastraban las alas de Noivern se volvía oscuro, negro como el azabache. Lugia no tuvo tiempo de reaccionar al ataque de Noivern y lo recibió por completo.

- No me puedes engañar! Dime a que grupo perteneces!   Kredan había enloquecido de una forma aterradora.

El viento que Noivern movía ejercía una presión desmesurada sobre Lugia y el muchacho. Éste decidió saltar del pokemon y cayó justo encima de Kyogre. El niño quedó inmóvil ante los amarillos ojos de la criatura. A pesar de eso no parecía estar para nada asustado, tenía una enorme sonrisa en su rostro.



Capitulo 10: Finales inesperados

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Celsius, ya montado en Lapras observaba la escena un poco de lejos. Se apreciaba un Lugia que había recibido serios daños por el misterioso vendaval de Noivern. A Kredan que miraba abatido hacia abajo, la lluvia había mojado su cabello y había quedado gacho. Su mirada indicaba lo peor, lo que todos ya sabían que podría pasar. Y un Kyogre, que por increíble que pareciese, parecía brutalmente intimidado por la mirada y sonrisa de aquel pequeño niño, que voluntariamente había saltado a su cabeza. Ese instante, en el que nada parecía moverse tan solo duró unos segundos, pero tanto Kredan como Celsius lo percibieron como una eternidad. Sintieron que había tiempo suficiente para reflexionar lo mal que habían tomado las decisiones en aquel lugar.
El niño parecía a cada segundo más y más feliz. Y como si se tratara de un monstruo subyugó al legendario pokémon con tan solo unas palabras. Miró fijamente a Kyogre y tan solo articuló un par de palabras:

- Eres mio!  Tras pronunciarlas su mirada ansiosa penetró profundamente la mirada del pokémon y su sonrisa se volvió más y más abierta.

Como si de su señor se tratara, Kyogre agachó la mirada. Todos allí entendieron lo que significaba. Celsius estaba horrorizado, no podía dejar de pensar en las consecuencias de haber intentado detener lo inevitable. Kredan se mantenía en el aire, junto a Noivern, que estaba exhausto tras usar tanta fuerza en su anterior golpe. Mientras Kredan solamente estaba allí, mirando con ojos vacíos como aquel pequeño niño capturaba con las manos desnudas a un pokémon legendario.
El pequeño parecía loco de alegría y se montó sobre su nuevo "compañero". Sus carcajadas eran como puñales para Kredan, que había intentado con todas sus fuerzas detener la cacería.

- Oye tu! El que esta loco!   El chico parecía dirigir sus gritos a Kredan.

Kredan bajó con Noivern hasta donde estaba, parecía listo para aceptar su final. Al llegar a donde estaba el chiquillo dio un salto y subió a lomos del pokémon legendario. Noivern se quedó a su lado, fiero y preparado, a pesar de su lastimosa condición. Kredan acarició su cara, le hizo una especie de señal con la cabeza, para que se alejara del lugar. A pesar de eso el pokémon siguió a su lado. Celsius no podía creer todo aquello, en tan solo unos días había cumplido una de las metas más importantes de su carrera, encontrar y recuperar con éxito una megapiedra. Y de paso conocer de primera mano el poder de dos pokémon legendarios, entre ellos el poderoso pokémon acuático que regía las aguas de su tierra.
El niño se acercó a Kredan con aires de superioridad, probablemente se sentía muy superior a cualquier persona normal, pues poca gente podría dominar una proeza como la que él acababa de lograr. Kredan lo miraba furioso y a la vez frustrado.

- Que haces! Vamos ven conmigo!   Celsius decidió dar el paso, no quería que sucediera nada espantoso, aunque a esas alturas ya era un deseo imposible.

- Dime, que se supone que es un "grupo" de esos de los que tanto hablas?   El niño parecía curioso, en sus palabras se denotaba inocencia e incredulidad.

- Un grupo de los que hablo, son gente que se agrupa por un fin común, no es obvio?  Kredan parecía luchar por la superioridad y utilizaba un tono de lo más irónico en sus palabras.

- Ya, que sepas que yo siempre voy solo a todos lados, lo único que me interesa es obtener a todos los pokémon legendarios que me gusten!

- Y para que quiere un niño como tu el poder de un pokémon legendario?   Kredan rebajó el nivel de conversa, parecía estar metido en sus propios pensamientos de nuevo.

- Para que? Mejor pregunta porque! Porque son los pokémon más poderosos de todo el mundo! Por eso los quiero!

Kredan iba a abalanzarse hacia el niño, cuando Lugia apareció justo delante, moviendo una gran masa de aire.

- No me mientas! No puede ser así! No con tu poder!     Kredan estaba furioso, pero no le quedaban fuerzas para mantenerse en pie.

- Jajaja. No te logro entender! Así que adiós!    El niño sonrió y Lugia parecía preparado para lanzar de nuevo su potente aerochorro. Antes de que sucediera Kyogre movió su enorme cuerpo resbalando así Kredan hacia una de sus aletas. El golpe sumado a su cansancio lo dejaron inconsciente. A pesar de lo mal que todo se veía Noivern pudo agarrar a tiempo su cuerpo y lo colocó a duras penas sobre Lapras. Tras aquello, Celsius se dio cuenta de lo que debía hacer, agarró con fuerza a Kredan y le pidió a Lapras que nadara lo mejor que supiese.
Para su sorpresa, a sus espaldas se había formado una gran ola de agua y Lapras con todas sus fuerzas trató de cabalgarla sin ser tumbado. En pocos instantes salieron de donde se encontraban.

Kredan despertó, asustado. Temblaba a causa del frío, Celsius lo acompañaba sentado en el gran caparazón de Lapras. Celsius lo miró de reojo, sabía que no era momento de decir nada. Las cosas se sobrentendían. A pesar de que estaban bastante lejos de aquel lugar, la lluvia seguía cayendo. Celsius articuló algunas palabras:

- Me pregunto cuanto le habrá costado la traición a Kyogre...          El joven investigador parecía decaído y abatido, sentía que debería haber actuado de otra forma, sentía que en aquel momento, él podría haber hecho mucho más.

La lluvia azotó duramente sus rostros, que se llenaban de tristeza, desgarrados y llenos de lágrimas. Fue probablemente la lluvia más dolorosa que sintieron en toda su vida. Era la lluvia que marcaba en sus cuerpos la crueldad de la derrota.





Capitulo 11: Vidas cruzadas

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Tras un largo viaje, prácticamente en silencio, los chicos llegaron a pueblo Oromar, el hogar de Celsius. Hacía horas que había anochecido, las flotantes plataformas que conformaban el pueblo eran apenas visibles. Por suerte Celsius conocía al dedillo cada tablón de madera de aquel pequeño pueblo. Los chicos bajaron de Lapras, despacio y sin hacer apenas ruido, Celsius agarró la mano de Kredan para guiar el primer paso al tablón, después sacó de la mochila su potente linterna. Noivern paró justo en una de las plataformas más grandes, se lo veía increíblemente herido y agotado, había llegado volando por su cuenta hasta allí tras la violenta batalla que habían vivido horas atrás. El pokémon terminó desmayado, parecía que había excedido con creces su fortaleza real, así pues entre los dos chicos lo cargaron, medio arrastrando hasta el centro pokémon, que quedaba a apenas unos pasos de donde habían bajado. La enfermera Joy de pueblo Oromar salió a ayudar a los chicos en cuanto los vio entrar por la puerta.

- Que le ha pasado?!
- Nos hemos topado con... bueno hemos tenido problemas en medio del mar y ha resultado muy herido, a pesar de eso ha volado durante horas hasta aquí...      Celsius intentaba inventar una excusa, lo más sincera posible pero que pareciera creíble. El arrepentimiento por no haber actuado le rompía el corazón por dentro.

Kredan quedó sin habla. No parecía capaz de articular ninguna palabra. Parecía que había perdido el alma.

- Porque no lo llevabais en su pokeball?!  La enfermera cada vez parecía más y más preocupada, mientras hablaba llevaba al magullado pokémon ha una zona de recuperación.
- No es nuestro pokémon, simplemente nos acompaña...     Celsius seguía intentando que las cosas no sonaran muy crueles.
- Esperad aquí, volveré en un momento y me lo contáis todo.

Los chicos se sentaron en uno de los bancos del centro, ninguno de los dos hablaba. La situación parecía empeorar cada vez más y más para los dos. Celsius intentó iniciar una conversación:

- Kredan... No había nada que pudiéramos hacer, hemos de aceptar que era imposible...
- Imposible...      Kredan murmuraba, con la cabeza apoyada en uno de los cristales del centro pokémon.

Tras aquello los dos quedaron en silencio, dentro de aquel edificio. El lugar era iluminado y cálido. La calefacción estaba encendida pues en esas épocas el frío azotaba hasta las zonas más sureñas de la región. Era un lugar amplio, lleno de decoraciones rosas por todos lados. Había unos cuantos sofás de varias plazas, otros estaban preparados para comer con una pequeña mesa en la que hasta cuatro personas podrían comer con tranquilidad. Aquella noche parecía especialmente tranquila, no había ni un sólo entrenador a parte de ellos, que con el poco ruido que hacían prácticamente era como si no estuviesen.
A los treinta minutos la enfermera salió de una de las puertas que llevaba a los pasillos del centro pokémon. Llevaba la clásica indumentaria que todas las enfermeras de la región llevaban. Un atuendo blanco y rosado, una zapatos rosas y una diadema con una cruz roja bordada en un fondo blanco. Llevaba con ella un maletín, y se acercó primero a Kredan. Sacó del maletín unas cuantas gasas, algunas vendas y unos pequeños botes de lo que probablemente era algún tipo de medicamento. Kredan permanecía apático, la enfermera lo miraba, giró su cabeza hacía Celsius:

- Perdona por lo de antes Celsius, dime que es lo que realmente ha pasado...
- Tranquila entiendo la situación, nunca te he visto fallar en tu trabajo, esta no iba a ser una excepción, agradezco de corazón la preocupación... pero veras...

Celsius contó la verdadera historia de lo sucedido a la enfermera, sabía que le creería puesto que ella sabía que el era investigador y no iba a dudar de su palabra. Celsius la conocía desde que era pequeño, ella era tan solo unos cuantos años mayor que él y en su infancia habían pasado bastante tiempo jugando juntos en el mar.

- Lo que me cuentas me sorprende demasiado, se que te culparás por lo pasado, pero ninguno de los dos ha de sentir ninguna lástima, a fin de cuentas es normal que algunos entrenadores vayan a por pokémon legendarios. Lo extraño es que fuera un niño tan pequeño y que Kyogre le tuviera miedo... El otro punto es, porque no capturó tu amigo a Noivern para traerlo consigo en una pokeball.     Con la última frase, la enfermera parecía algo enfadada.

Celsius y la enfermera miraron a Kredan de reojo, sin dejar de hablar. Pero no parecía que fuera a reaccionar. Insistieron un poco más en el tema para que se diera por eludido, pero Celsius se dio cuenta de que no estaba consciente.

- Rápido, hay que tratar sus heridas!       La enfermera preparó allí mismo una camilla con algunos utensilios para hacer lo mejor posible, a fin de cuentas era experta en pokémon, pero no en humanos.

Celsius, a pesar de no tener apenas la menor idea de medicina, le echó una mano a la enfermera. Parecía que las cosas no iban a dejar de empeorar, así que decidió dar lo mejor de si mismo de la forma en la que pudiera. Les esperaba una noche muy larga.

Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 04 de Junio de 2015, 06:31:04 am
Capitulo 12: Un día más

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La noche fuera del centro pokémon era tranquila, el oleaje movía de un lado a otro las tablas de madera del pueblo, el aire, algo más embravecido soplaba entre las maderas de los pequeños edificios y el cielo parcialmente nublado se mantenía sin ninguna perturbación.
En cambio, dentro del centro la enfermera y Celsius transportaban a Kredan en una camilla, por los pasillos del centro. Había algunos pokémon descansando en las habitaciones, algunos de ellos salían a ver lo que sucedía. Metieron a Kredan en una de las habitaciones y quitaron la parte superior de su ropa. Trataron con bastante cuidado su chaqueta llena de botones y bolsillos y tras esta su jersey y camiseta, el primero blanco, el segundo negro. Celsius estaba algo preocupado.

- Tranquilo, no es tan grave como parecía.    La enfermera tranquilizaba a Celsius mientras trataba algunas heridas superficiales.

Celsius se quedó más tranquilo. Le echaba un cable en todo aquello que podía, llevar algunos materiales, aplicar algunas pomadas y líquidos. Al poco tiempo terminaron de tratar las heridas.

- Porque se ha quedado inconsciente? No parece que se haya hecho tanto daño.   Celsius aun estaba algo intranquilo.
- Mira, parece que su cuerpo es bastante débil. Su musculatura no parece muy desarrollada, diría que padece algún problema respiratorio además de su condición física, probablemente el agotamiento lo haya dejado en su límite. Añade también el shock que le ha podido producir la situación que habéis vivido hoy. Es más de lo que podía gestionar.

Celsius lo observó un buen rato, se percató de algunas cicatrices en el cuerpo de Kredan. No eran muy grandes, pero muy similares en ambos lados de su cuerpo. <Por un momento me he llegado a preocupar>, Celsius acudió a la enfermera para que le ayudara a curar sus propias heridas. Aquella noche apenas pudo conciliar el sueño, así que decidió leer un rato algunos de los libros que había en el centro pokémon,

A la mañana siguiente empezó a llegar gente, muchas personas solo iban de paso, venían a recuperar a sus pokémon antes de continuar su viaje por las rutas marítimas del lugar. Celsius leía un periódico que los Pelipper habían traído desde las grandes ciudades. Celsius se preguntaba como estaría Kredan, así que fue a la habitación a ver que tal estaba. Para su sorpresa el chico no estaba allí. La intuición le llevó a buscar la sala donde Noivern se recuperaba. Preguntó a la enfermera y ella le indicó la habitación. Como su intuición le había dictado, allí se encontraba Kredan. Sentado en un taburete, con la cabeza apoyada sobre el pelaje de Noivern. Los dos dormían, acariciados por los rayos de sol que entraban por la ventana de la habitación.
Celsius los despertó. Kredan miró alrededor, con los ojos entreabiertos y preguntó donde estaban.

- Es el centro pokémon, ayer terminaste como paciente, por eso no llevas ropa en la parte de arriba.
- Vaya! Tiene sentido... Donde está mi ropa? Es vergonzoso ir por un centro pokémon sin vestir sabes?
- Ahora iré a por ella, agradece a la enfermera por la ayuda, iremos a mi casa ahora.

Kredan se vistió y los dos se dirigieron hacía el hogar de Celsius. Al salir del centro pokémon Kredan quedó boquiabierto. Pueblo Oromar era un hermoso pueblo flotante en medio del océano. No estaba acostumbrado a un ambiente como aquel. Las casas flotaban en el agua, estaban hechas de madera, una madera oscura, sus tejados eran pajizos. El sol se reflejaba en el agua y esta emitía miles de destellos que cegaban a Kredan, que hacía apenas media hora que se había despertado. La gente paseaba por las tablas, los lugareños hablaban unos con otros en las plataformas donde se situaban las casas y otros edificios. Había unos cuantos entrenadores peleando en el agua, también gente que nadaba de un lado para el otro. La gente era feliz, no parecía importarles el frío que hacía a esas alturas del año.

- Vaya jamás había estado en un lugar como este.    Kredan no podía dejar de mirar de un lado para el otro.
- Vamos a mi casa, he de comentarle a la familia que te quedaras unos días por aquí.

Los chicos tuvieron que andar unos cinco minutos. Mientras caminaban Celsius saludó a unos cuantos vecinos. Todos le preguntaban como le iban las investigaciones. Parecía que no había nadie que no supiera de él.
Llegaron a casa de Celsius, su familia se encontraba dentro. Estaban su padre, su madre y la que probablemente era su hermana. Celsius les presentó a Kredan a todo el mundo. Él vergonzoso se presentó. En ese momento fue cuando Celsius descubrió a que se dedicaba Kredan. Al presentarse el muchacho reveló su labor, era lo que se conocía como pokémon somelier o conocedor pokémon. Se dedicaba a comprobar la compatibilidad entre pokémon y entrenador. Celsius quedó soprendido, después recordó el momento en que le enseñó por primera vez a Lapras. Aquella vez Kredan puso mucho énfasis en el lazo que había entre Lapras y él. La chica que estaba allí resultó ser la prima de Celsius, no su hermana. Se llamaba Celine, parecía algo tímida, a pesar de que Celsius la empujaba a hablar más. Los padres de Celsius eran nativos de pueblo Oromar, su padre, calvo como el hijo, era de complexión robusta, era algo más bajo que Celsius. Se dedicaba al mantenimiento de las casa de por allí. Su madre, la mujer de la cual Celsius había heredado la cara, era también algo más baja que su hijo, con una complexión muy similar a la del padre. Celine estaba en pueblo Oromar desde hacía muchos años, Kredan prefirió no preguntar el porqué, se sentía algo incómodo, puesto parecía que le daba vergüenza hablar con la gente.
La familia de Celsius estuvo de acuerdo con la estancia temporal de Kredan, le prepararon una cama en el suelo de la habitación de Celsius. Al entrar Kredan quedó sorprendido con la cantidad de aparatos electrónicos que Celsius poseía, daba un contraste inmenso con la decoración del lugar. Tenía un par de ordenadores de alta gama. Algunas pantallas enormes en las paredes, un escritorio, una silla de buena calidad y su cama.

- Tendrás que dormir en el suelo con la cama de invitados... Espero que no te moleste...      Celsius abría un pequeño compartimento bajo su cama, de donde salió una cama del mismo tamaño que la suya.

- No claro que no! Me sabe mal tanta molestia...       Kredan estaba bastante cortado.

- Bueno he de ponerme con lo mio, he de hacer un informe sobre la salida de investigación, sobre la piedra y todo eso... Puedes estar por aquí si no tocas nada... También he de hacer algunas llamadas.

- Tranquilo, no volveré a meter la pata... Iré al centro pokémon a ver a Noivern durante un rato, volveré a la hora de la comida. Por cierto cuando es?

Tras hablar un rato sobre las costumbres del hogar, Kredan salió de casa y se dirigió hacia el centro pokémon. Celsius se quedó en su habitación trabajando. Poco a poco las cosas se iban normalizando.


Capitulo 13: Tendencia

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Celsius estaba concentrado, escribiendo los informes que llevaría en persona a su jefe. Estaba tan absorto en el trabajo que no se dio cuenta de que habían pasado horas desde que había empezado. < Debería ir a comer> Su estómago rugía con fuerza y sabía que el hambre le podría resultar una molestia a la hora de trabajar. Salió de su habitación, se dirigió a la cocina y se sirvió un buen plato de comida. Parecía que todos en la casa ya habían comido, así que se sentó solo en la mesa.
Cuando ya había tomado algo más de la mitad de su plato, Kredan entró por la puerta.

- Siento la tardanza! Me he entretenido en el centro pokémon!

- Buenas... Ve a la cocina y sírvete tu mismo... Celsius no pudo evitar hablar con la boca llena.

- Vaya! Comes solo? No me habías dicho que todos comían a las dos del mediodía?

- Si. Pero ya son las dos y media. Así que todos han acabado de comer y están haciendo otras cosas.

Kredan se sintió algo extraño. Él acostumbraba a comer con su familia cuando vivía en su casa, así que no podía entender como no habían esperado a Celsius o porque no lo habían avisado para comer.

- Siempre comes solo? Kredan se sentaba frente a Celsius, ya con un buen plato de comida.

- Normalmente si, no acostumbramos a comer juntos.

- Ya veo...

Celsius terminó su plato y por respeto se quedó esperando a Kredan. Este le preguntó como le iba el trabajo, Celsius le respondió que aún le quedaba mucho por hacer, así que probablemente tardaría en tener todo listo. Mientras hablaban Kredan recordó algo importante:

- No voy a pasar la noche aquí!

- Como?! Y donde piensas quedarte?

- En el centro pokémon. No quiero ser una molestia en tu casa, además me gusta ganarme mi propio pan, no me gusta abusar de la buena fe de las personas. Voy a estar trabajando allí, ayudando en lo que pueda y haciendo las comidas y cenas. La enfermera Joy me lo ha propuesto hoy.

- Bueno como tu veas, para nosotros no es ninguna molestia, pero entiendo tu punto.

Celsius se levantó de la mesa y se fue a su habitación para seguir trabajando. Kredan terminó lo que le quedaba en el plato, limpió lo que había ensuciado y fue a la habitación también. Recogió sus pertenencias en silencio, para evitar molestar a Celsius y se fue directo al centro pokémon.

Las semanas pasaron rápidamente, ya llevaban allí tres de ellas. Kredan disfrutaba viendo a los entrenadores junto a sus pokémon jugar, entrenar y trabajar por pueblo Oromar. El centro pokémon le había permitido ejercer como conocedor pokémon, pudiendo ganar así algunos ingresos para el futuro. Mientras tanto Celsius pasaba los días encerrado en su habitación, redactando, estudiando y repasando un montón de datos. Noivern ya se había recuperado y volaba libre por el pueblo, algunas veces jugaba con los niños del lugar, y con los no tan niños que se sorprendían al ver a un pokémon tan atípico en la región.
Kredan empezaba a preocuparse por algunas cosas y parecía que le urgía seguir con la megaevolución, preguntaba a los entrenadores que se veían más experimentados para saber si algunos poseían el poder de la megaevolución, pero el resultado siempre fue negativo. También pasaba por casa de Celsius de vez en cuando, le preguntaba siempre cuanto le faltaba para terminar de investigar, pero nunca daba una respuesta. El Lunes de la cuarta semana volvió a pasar por su casa. Aquel día la única que estaba en casa era Celine, la prima de Celsius.
Celine era una chica de dieciséis años, Celsius lo había comentado, era bajita, su cara era redondeada, su cuerpo en general era pequeñito y delgado, no debía llegar a medir un metro sesenta. Su cabello era castaño, llevaba el flequillo cortado en perfecta rectitud a la altura de sus cejas. Sus ojos eran de un color verdoso y marrón.
Kredan la saludó alegremente pero recibió a cambio un saludo muy seco. < Debe ser que me odia> Pensaba Kredan.

- Dime Celine, sabes si tu primo ha terminado de trabajar?

- No. Su respuesta fue increíblemente directa y seca.

- Ya veo, normalmente tarda tanto tiempo en hacer los informes?

- Normalmente tarda tres días.

- Tres días?! Pero si llevamos tres semanas aquí! Kredan no podía creer lo que oía.

Kredan agradeció la información a Celine y se fue directo a la habitación de Celsius. Al entrar vio que estaba pálido y desgastado, el agotamiento le salía por los poros. Su ya pálida piel se había quedado blanca, en contra parte tenía unas enormes ojeras que mostraban claramente la falta de descanso que llevaba encima.

- Se puede saber que has estado haciendo?! Kredan entró preocupado.

- Mi trabajo, me he pasado estos días pensando en miles de cosas, pero ya está. Celsius sonrió a pesar de la mala cara que tenía.

- Ya esta?! Kredan se sorprendió, parecía que le hubiesen dado la mejor noticia de su vida.

- Si, solo me queda entregar los documentos en persona a mi jefe. Tenemos que ir hasta el laboratorio de investigación situado en ciudad Malvalona.

Kredan asintió, después de aquello le pidió a Celsius que se quedara descansando. éste aceptó la oferta y se puso a dormir, aunque eran tan solo las once de la mañana.

Kredan salió fuera, dispuesto a volver al centro pokémon para seguir ayudando, cuando de repente vio a Celine, observando como Noivern jugaba con la gente del pueblo. Kredan se acercó:

- Quieres jugar con él?

Celine no respondió nada, se quedó callada un rato.

- Puedes jugar con él cuanto quieras, aprovecha ahora, dentro de poco nos iremos y no se si podremos vernos de nuevo.

- No volveréis pronto? Celsius no suele tardar nunca en volver...

- Tienes razón, pero no tengo claro si yo volveré con él... Kredan parecía algo deprimido.

Tras esa frase los dos se quedaron callados sin decir nada. La situación se había puesto algo tensa.

- Sabes que! Toma el numero de mi pokenav! Si algún día quieres montar en Noivern y estoy cerca podría pasar para que tengas la oportunidad!

- Vale... Este es mi numero... La muchacha seguía sin mostrar el más mínimo interés por llevar una buena relación con Kredan.

Una vez intercambiaron números Kredan siguió su camino hacia el centro pokémon. Allí se encontró con la enfermera Joy. Kredan le comentó que pronto se iba a ir, Joy no se lo tomó muy a buenas, pues su ayuda en el centro había sido de mucha utilidad y sus sesiones con entrenadores para analizar las compatibilidades con los entrenadores se habían vuelto muy famosas.
La noche cayó y decidió salir a ver a Noivern antes de ir a dormir. Junto a él estaba Celine, que parecía haber esperado a que todo el mundo se fuera para pasar un rato con él. Kredan no quiso interrumpir y simplemente se sentó, apoyando su espalda contra el centro pokémon, y vio como la muchacha acariciaba al pokémon bajo la luz de la Luna, que se reflejaba en océano justo detrás de ellos.

A la mañana siguiente Celsius parecía estar recuperado casi al cien por cien. Fue a ver a Kredan al centro pokémon, estaba teniendo una sesión de compatibilidad. Celsius se quedó a observar como trabajaba. Una vez terminó, se acercó a él y le dijo que en un día se marcharían. También alagó su forma de trabajar:

- Es increíble todo lo que puedes saber sobre un entrenador y su pokémon con tan solo saber cuatro cosas que te cuenta él mismo! Celsius estaba bastante sorprendido.

- Jaja. No es para tanto. Es bastante fácil viendo como se comportan los unos con los otros.

- Vaya, debes de tener el rango A de conocedor por lo menos!

- La verdad es que, no tengo ese rango...

- No me digas que... rango S?!

- No... sólo soy rango C. No tuve tiempo a hacer más. Para ganar mejores títulos has de presentarte a los exámenes de la academia.

- Que!?

Celsius estaba sorprendido, pues un conocedor de rango C y B solo puede hacer de ayudante, no tienen permitido poner en práctica el oficio sin alguien de rango superior para evitar problemas. Por eso mismo le preguntó como es que estaba ejerciendo de conocedor sin el debido título. Kredan le mostró su identificación como conocedor pokémon, en ella se podía ver marcada una casilla en la que se especificaba que tenia un permiso especial para ejercer sin necesidad de mayor rango. Tras aquello, el día pasó rápidamente y pronto llegó la noche antes de la salida.

Aquella noche marcó el final de muchas cosas, y el inicio de muchas otras...




Capitulo 14: Despedida

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La noche era muy calmada, el viento susurraba pasando a través de las rocas y de las casas. Kredan y Celsius estaban fuera del centro pokémon. Habían tomado unas sillas de casa de Celsius y las habían colocado allí para observar el océano mientras conversaban. Kredan le explicaba las cosas que solía hacer cuando daba sus consultas. Celsius tan sólo lo escuchaba. A pesar de la calma hacía bastante frío, los chicos iban abrigados hasta arriba.

- Pues eso es lo que suelo analizar cuando hago test de compatibilidad...

- Vaya es genial. Ver los lazos de la gente y sus pokémon...

- Mañana vamos a ir a ciudad Malva... que?

- Malvalona!     Es la quinta vez que te lo digo... No será que eres malo recordando nombres?    Celsius parecía divertirse bromeando sobre Kredan.

- No! Es solo que por alguna razón no se me queda ese nombre!      Kredan parecía molestarse con facilidad, avivando aún más las risas de Celsius.

- Estas listo para el viaje de mañana? Volveremos a navegar sobre Lapras, o a volar sobre Noivern como tu veas.

- No se si estoy listo la verdad... Siento que las cosas han empezado a moverse desde que te conocí...

Los chicos mantuvieron un largo silencio. Kredan se apoyó en el respaldo de la silla, miró al cielo, cerró los ojos y respiró profundamente. Celsius siguió mirando los reflejos de las luces de pueblo Oromar en medio del océano. Ninguno parecía dispuesto a hablar, pero a Celsius le invadía la curiosidad.

- Dime Kredan, porqué el Vendaval de Noivern es negro?

- No lo sé, simplemente es así supongo...          Kredan no dudó en responder, a pesar de eso seguía recostado y con los ojos cerrados.

- Porque no lo has capturado nunca? A pesar de que me dijiste que era prestado, no parece que pertenezca a nadie...

- Prueba a lanzar una pokeball si quieres, no es un pokémon salvaje, pertenece a una persona...      En ese preciso momento Kredan abrió los ojos.

- De quie...

- Hace bastante frío, no crees? Tengo ganas de ir a dormir ya, si no mañana no estaré al cien por cien! Quieres que te ayude con las sillas?

- ... No hace falta tranquilo, las llevo yo, tu entra ya...         Celsius sabía que no debía volver a preguntar nada sobre el tema.

Kredan entró al centro pokémon, dio un último paseo nocturno, se despidió de los pokémon a los que había cuidado durante esos días, y tras pasar un rato con ellos fue a la habitación a dormir.
Celsius por su parte se quedó un rato fuera.

Tras unas cuantas horas el Sol empezó a alzarse en la mañana del que sería el día de partida de Celsius y Kredan. Tras preparar comida para todos en el centro pokémon, Kredan salió con una nueva mochila, no demasiado grande. Era azul y negra, estaba como de costumbre llena de bolsillos, todos contenían un montón de materias primas y herramientas para el viaje. Celsius por su lado recogía algunos documentos que aún no había terminado de ordenar. Puso en un enorme frasco de cristal la megapiedra y la guardó en su mochila. Se despidió de Celine y sus padres y partió. Los dos se encontraron delante del centro pokémon, cruzaron sus miradas y dieron por sentado que todo estaba correctamente.
Celsius sacó a Lapras y montó sobre su caparazón, por otro lado Kredan prefirió montar a lomos de Noivern, del cual todos los pueblerinos se despedían amablemente.

- Veo que has hecho muchos amigos he pequeño!      Kredan parecía orgulloso de Noivern.

Noivern sonrió y lanzó algunos gritos, parecía sentirse algo avergonzado por los halagos. Celine también fue a despedir a Noivern. Parecía que habían hecho buenas migas a escondidas de las demás personas del pueblo. Kredan se despidió de Celine y de los padres de Celsius que también estaban allí. Les agradeció la hospitalidad y el apoyo durante esos días. Todos en pueblo Oromar parecían despedir con alegría a los muchachos, que emprendían un viaje más importante de lo que ellos imaginaban. Celsius hizo un gesto a Kredan indicando que debían partir, este lo siguió sin dudar.

Noivern surcaba glorioso los cielos, sus enormes alas cortaban el viento y su batir los hacían alborotar. Por mar Lapras parecía más entusiasmado que de costumbre y nadaba a toda velocidad, parecía eufórico con el viaje. Los muchachos simplemente pasaban el rato, parecía que había algo de tensión entre ellos tras lo ocurrido la noche anterior. Kredan se abrazó a Noivern, este notó lo que hacía y decidió acelerar al máximo para molestarlo.

- Sabes que no me molesta en lo absoluto verdad?       Le decía Kredan con los ojos cerrados mientras bostezaba.

Parecía que el dragón se había molestado con el comentario, haciendo parecer que no ERA capaz de molestarlo. Así pues, movido por lo que parecía el pique entre entrenador y pokémon, Noivern se puso a dar vueltas en el aire como un loco.
Kredan se sostuvo con fuerza y gritaba como un loco. Por otro lado Celsius y Lapras parecían ignorar lo que sucedía en el aire, pues un enorme Wailord se había colocado en medio de su camino. Lapras decidió ladear al coloso marino, pero por alguna razón parecía que no les iba a permitir el paso. Allí donde iban Lapras y Celsius iba Wailord.

- Wailord por favor, deja que pasemos! No queremos invadir tu territorio!

Pero Wailord no parecía creer en sus palabras, el pokémon terminó enfureciendo a causa de la insistencia de sus invasores. Se revolvió y inició una batalla. Wailord lanzó un enorme golpe cuerpo sobre Lapras y Celsius. Lapras pudo reaccionar a tiempo y nadó hacia un lado para evitar el ataque. Noivern dejó de jugar al oír semejante estruendo, Kredan se percató del problema, pero estaba demasiado mareado para hacer nada. Celsius sabía que las cosas se estaban poniendo feas, así que decidió pelear junto a Lapras.

- Lapras, Rayo hielo!

El pokémon concentró la esfera de energía en su boca y de ella lanzó un poderoso rayo que impactó directamente sobre Wailord. Pero este apenas se inmutó. Wailord se dispuso a hacer frente a Lapras con un potente Hidrobomba, el pokémon levantó parte de su enorme cuerpo y enfocó su cabeza hacia Lapras. Celsius no sabía como reaccionar ante esa peligrosa situación.

- Lapras, haz algo ahora!

El pokémon esperó a que Wailord lanzara su ataque y lo recibió de frente. El cuerpo de Lapras no fue dañado en lo absoluto, pero Celsius había salido despedido del caparazón y se encontraba volando en el aire del impacto. En ese instante Noivern lo agarró con sus patas y lo sostuvo volando. Lapras aprovechó el momento para utilizar el movimiento Psíquico, con él fue capaz de levantar a Wailord y lo lanzó unos cuantos metros desde su posición. Pero Wailord parecía insistir en proteger su territorio, nadó rápidamente hacia Lapras y se dispuso a ejecutar otro golpe cuerpo. Para ese preciso instante Kredan recuperó el norte y dio la orden de usar Vendaval a Noivern. Este ejecutó el movimiento como de costumbre tumbando al enfurecido pokémon. Wailord quedó boca arriba, su grisácea piel brillaba con los rayos del Sol. Quedó tumbado unos segundos, después giró sobre sí mismo para recomponerse. Noivern dejó a Celsius sobre Lapras. Después se colocaron ante el colosal pokémon, Kredan lo miró, junto a Noivern. Sin necesidad de palabras el pokémon entendió que si quisieran invadir su territorio lo habrían hecho desde el principio. Tras eso Wailord se hundió en el océano dejando tras de sí una estela de agua que expulsó por el orificio de su cabeza.
Los chicos decidieron parar en un pequeño islote que había cerca:

- Estas bien?    Le dijo Kredan a Celsius, preocupado por su salud.

- Supongo que si. En realidad no! No lo ves? Soy un inútil, no se ni como ayudar a Lapras a pelear.    Celsius parecía severamente enfadado.

- Dime Celsius cuando hay que llegar a Malva-loquesea?

- Dios mio, Malvalona... Deberíamos llegar en una semana y media como tarde...

- Hay alguna ciudad cerca de aquí, o un pueblo, como Oromar?

- Si no estamos muy lejos de pueblo Azuliza, allí nos estábamos dirigiendo...

- Lleguemos allí, después hablaremos acerca de tus habilidades como entrenador.   Kredan parecía convencido de lo que decía.


Los muchachos navegaron y surcaron los cielos durante unas pocas horas. Mientras parecían conversar acerca de lo que había sucedido con Wailord.

- Me extraña que un pokémon tan pacífico como Wailord te atacara... Seguro que no le has hecho nada?

- Que le voy a hacer? Crees que me metería en peleas sin más?!

- Tienes razón... Pero parecía estar protegiendo su territorio...

- Tengo una vaga idea de lo que puede pasar... Probablemente el chico se llevó a Kyogre al final... Eso ha debido provocar un desequilibrio enorme en el ecosistema marítimo... Sin un rey claro los pokémon acuáticos empezarán a luchar por obtener territorios...

- Vaya! Encaja a la perfección! Sin duda eres un buen investigador!      Kredan quedó sorprendido por la rápida deducción de Celsius.

Los chicos conversaron sobre el tema un buen rato, hasta que llegaron a su siguiente parada, Pueblo Azuliza. El lugar donde Kredan tenía planeado ayudar a Celsius a conocer mejor a su pokémon.

- Espero que aprendas rápido!

- Aprendo rápido tranquilo, soy un gran investigador lo olvidas?     Celsius rebosaba seguridad en sus palabras. Era obvio que lo que le esperaba era una lección sobre combates pokémon.

Cuando llegaron se dirigieron a un pequeño hostal de playa, el precio no era muy elevado así que cada uno eligió una habitación. Fueron a dejar sus cosas y se prepararon para una sesión de entrenamiento. Pronto conocerían a alguien que se entrometería en su camino...




Capitulo 15: Potencial

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Tras dejar todo en el hostal y llevar consigo un par de cosas los chicos se dirigieron por mar a un pequeño islote que habían visto a unos veinte minutos de pueblo Azuliza. El lugar era bastante amplio, no había demasiada vegetación y el terreno era totalmente plano. Había arena en los alrededores y tierra más firme en el centro, un par de arboles culminaban el lugar. Los dos se posicionaron como normalmente se haría en una batalla oficial, uno frente al otro, se encontraban con la mirada baja. Noivern se posicionó justo detrás de Kredan, en ese instante los chicos levantaron la cabeza y sus miradas se cruzaron.

- Luchemos Celsius! Será uno contra uno!

- Me parece bien!               Celsius parecía emocionado.

Celsius lanzó su pokeball y Lapras apareció en medio del improvisado escenario de combate. Kredan tan solo movió un poco su cabeza y Noivern avanzó a la posición a la que indicó. Los pokémon esperaban ansiosos las ordenes de batalla, ninguno de los dos movía un solo músculo.

- Supongo que recordarás de que tipo es Noivern verdad?

- Si! Es tipo volador y dragón! Lo hemos hablado un par de veces durante los viajes!

- Entonces conoces sus debilidades, no es así?

- Claro es débil ante el hielo de Lapras!

Tras pronunciar el nombre de su pokémon Celsius gritó fuertemente el movimiento Rayo Hielo. Lapras acató la orden y tras concentrar su energía en la boca lanzó un poderoso rayo congelante. Noivern esquivó el ataque con facilidad, empezó a moverse por el cielo a una increíble velocidad. Lapras no podía seguir su movimiento.

- Las debilidades no lo son todo! Ten en cuenta que si mi pokémon no es alcanzado por un ataque no importa si es supereficaz o no.

- Tsk...

Kredan sonrió, y como era costumbre ordenó a Noivern ejecutar su Vendaval. El pokémon empezó a batir con fuerza sus enormes alas y el viento empezó a arremolinarse alrededor de Lapras. El viento se tornaba cada vez más denso y oscuro. Lapras intentó salir del apuro lanzando en ese momento un psíquico sobre sí mismo para no quedar atrapado. Kredan lanzó un grito:

- Noivern detén el ataque!

El pokémon paró completamente el movimiento. El viento alrededor de Lapras desapareció por completo en una pequeña explosión de aire que levantó algo de arena.

- Se puede saber porque paras la batalla?!      Celsius no entendía nada.

- Porque quiero que seas tu quien pelea, no quiero que pelee Lapras.

- Como?! Quieres que me enfrente a Noivern?!

- No hablo de ser tu quien reciba los golpes, me refiero a que seas tu quien mueva los movimientos de tu pokémon. Lapras se ha acostumbrado a pelear por su cuenta y no es capaz de esperar a que tu le saques de las situaciones.

Lapras parecía algo decepcionado, se le veía abatido y arrepentido. El pokémon entendía que su entrenador no era suficiente bueno para ganar las batallas y se había obcecado en hacer las cosas por su cuenta.

- No entiendo que hay de malo que mi pokémon sea auto suficiente...

- No es malo, siempre y cuando sepáis pelear juntos. Habrá situaciones que desde su angulo no tengan solución pero desde el tuyo si las tengan. Tu puedes ver su batalla desde lejos, tu deber es guiar a Lapras hacia donde él no es capaz de ver.

Parecía que Celsius había entendido el problema con facilidad. Se acercó a Lapras, lo abrazó y se disculpó por no implicarse lo suficiente en las batallas.

- Por cierto, que movimientos conoce Lapras a parte de psíquico y rayo hielo?

- Conoce surf y hidrobomba...

- Que te parecería tener otro tipo de movimiento en el equipo?

- Supongo que sería genial!

- Surf y hidrobomba son movimientos de agua los dos, deberíamos enseñarle algo que cubra otros campos o que te sea útil.

Los chicos pensaron un buen rato, pero no se les ocurrió nada en aquel momento. Pasaron un rato pensando mientras mantenían algunas batallas. Lapras poco a poco se iba acostumbrando a seguir más las ordenes de Celsius, y este se acostumbraba a analizar el campo de batalla para guiar a Lapras. Poco a poco la noche iba cayendo y los chicos decidieron volver a pueblo Azuliza.
Al llegar decidieron dejar a sus pokémon en el centro pokémon y fueron a dar una vuelta por las tiendas mientras estos eran curados. Buscaron entre los comercios locales alguna tienda que vendiera MT (Máquina Técnica). Visitaron la mayoría de establecimientos, pero no encontraron nada que les resultara útil. Así que decidieron volver. Tras recoger a sus pokémon los dos fueron al hostal. Cenaron juntos en el restaurante del hostal. El ambiente era muy tropical, la mayoría de la decoración era natural, sillas y mesas hechas de caña, suelo de las piedras pulidas que salían de la cueva Granito, y un montón de flores sacadas de la vegetación que proporcionaba la flora del lugar. Tras cenar cada uno fue a su dormitorio y ninguno de los dos tardó en dormirse profundamente.

A la mañana siguiente los chicos desayunaron y partieron de nuevo al islote para entrenar. Empezaron el día con una batalla de entrenamiento. Esta vez Kredan decidió usar a Binks para el entrenamiento, quería ver como se las apañaba contra un tipo Roca y Hada. La batalla empezó con un ataque directo de Lapras sobre Binks, Celsius ordenó un poderoso hidrobomba. Kredan ordenó a Binks que lo repeliera con un pantalla luz. Una enorme barrera de energía amarilla rodeó a Binks, desviando con ella el movimiento de Lapras. Celsius siguió con psíquico, Binks salió volando por los aires, a pesar de ello Kredan le ordenó usar poder pasado. Una poderosa esfera de energía grisácea se acumuló frente a Binks y salió disparada con potencia hacia Lapras, el cual recibió el ataque de frente sin poder reaccionar.

- Binks es duro de pelar, su poder pasado es un ataque útil y poderoso!     Kredan parecía orgulloso de su pequeño compañero.

- Y que lo digas! Encaja los golpes como si nada y es capaz de contraatacar con un movimiento muy poderoso!

La batalla continuó un rato, los movimientos de los pokémon iban de un lado al otro, como en un partido de tenis. Todo iba genial hasta que de repente un grupo enorme de pokémon acuáticos se abalanzó sobre Lapras y Binks.

- Que está pasando?!    Kredan se sobresaltó.

- Lapras psíquico!         Celsius reaccionó rápidamente para que su compañero se pusiera a salvo.

Lapras lanzó por los aires a todos los pokémon. Había entre ellos unos cuantos tentacool y tentacruel, algunos magikarp y carvanha. Kredan liberó a Binks gracias a Noivern que lo ayudó con su vendaval. Los chicos no entendían que podía estar pasando, pero sabían que aquellos pokémon no los dejarían en paz sin pelear.
La pelea duró aproximadamente una hora. La enorme cantidad de pokémon que aparecían para atacarlos les impidió ser más rápidos peleando. Celsius le pedía a Lapras emplear sobretodo surf y psíquico para enviar lejos a los pokémon y que no dieran más problemas. Mientas Kredan luchaba usando a Noivern y a Binks. Binks se encargaba de repeler a los pokémon con reflejo y pantalla luz y Noivern los mandaba a volar con vendaval. Cuando tuvieron unos segundos de tregua Kredan le pidió a Celsius que guardara a Lapras en su pokeball, él por su lado hizo lo mismo con Binks. Rápidamente se subieron sobre Noivern y volaron a por los alrededores. Los pokémon parecían dirigir su atención sobre los entrenadores que estaban por allí.

- Que esta pasando?! Crees que se podría deber a lo mismo que con Wailord?       Kredan no podía creer lo que sucedía.

- Supongo que ese es el problema! Maldita sea! Hay que advertir a la gente de pueblo Azuliza, desde allí llamaran a alguien para solucionar todo esto!

Así pues los dos volaron rápidamente hacia pueblo Azuliza para advertir a todos lo que sucedía en el océano. Pero cuando llegaron nadie les podía ayudar, más bien era todo lo contrario...




Capítulo 16: Sombras azules

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Cuando los chicos llegaron a pueblo Azuliza lo que encontraron fue desgarrador por lo menos. Los pokémon acuáticos que los habían estado atacando también habían llegado al pueblo y estaban destrozando edificios y atacando a personas. Lo que los chicos vieron aquel día quedo grabado en sus mentes a fuego. La gente corría para salvar sus vidas, los entrenadores que podían hacían frente a algunos pokémon, pero el resultado era obvio, la abrumadora diferencia de arsenal mantenía la balanza a favor de los pokémon salvajes. Noivern bajó rápidamente a los chicos para que pudieran ayudar. Tanto Celsius como Kredan sacaron a sus pokémon y dieron apoyo en las batallas, la gente iba retrocediendo hacia cueva Granito, donde los más veteranos cubrían la retaguardia.
Los ataques de agua cubrían el pueblo, que apenas se reconocía como tal, tenía más el aspecto de un campo de batalla. La enfermera Joy del pueblo ayudaba a la gente que aún no había podido evacuar para que corrieran a resguardarse en la cueva.

- Se puede saber que está pasando?!       Kredan gritaba mientras ayudaba a otras personas a salir de sus casas.

- No lo se! Es demasiado exagerado! Como puede pasar esto solo con la marcha de Kyogre?!          Celsius mantenía su atención sobretodo en la batalla.


Lapras se esforzaba usando constantemente el movimiento Surf, con eso podían mantener a los pokémon más débiles a raya, pero los más poderosos como sharpedo y gyarados pasaban con facilidad a través del ataque. Noivern se encargaba de los más poderosos con su oscuro vendaval. Por otro lado Binks trataba de cubrir a todos los pokémon aliados con Reflejo y Pantalla Luz, pero no podía mantener el poder lo suficiente como para evitar todos los ataques.
Poco a poco los pokémon marinos iban haciendo camino hasta la posición de los chicos, los pokémon de los demás entrenadores estaban ya agotados, pues llevaban horas peleando y a penas se sostenían en pie. La situación poco a poco iba a peor. Kredan les dijo a los demás que le dejarán el resto a Celsius y a él, les pidió que se retiraran y apoyaran a la gente que estaba en la cueva, pues también estaban siendo duramente atacados.

- Estas loco?! No vamos a poder con esto!          Celsius no creía poder soportar mucho más el bombardeo acuático al que eran sometidos.

- Nuestra prioridad es la supervivencia de las personas! No podemos dejar que les pase nada! Estoy seguro que en la entrada de la cueva necesitan ayuda!

- Dios mio! Porque estás tan loco?! No se porque siempre me arrastras a estas situaciones!     Celsius parecía molesto, pero su mirada era totalmente determinada, no parecía que fuera a ceder un milímetro.

Ahora que eran menos los ataques se sucedían de una manera más violenta y feroz, los Sharpedo y Gyarados se abalanzaban juntos hacia Lapras mientras que los Tentacool, Tentacruel y Milotic atacaban sin cesar a distancia a Noivern. A pesar del aumento en la cantidad de ataques que se dirigían a sus pokémon, no sufrieron grandes daños. Todo fue gracias a que Binks solo debía concentrar sus fuerzas en protegerlos a los dos y sus movimientos eran mucho más poderosos. Celsius y Kredan seguían buscando a gente que pudiera estar atrapada en los edificios de por allí. Sus pokémon peleaban con determinación mientras ellos seguían la búsqueda. El cielo estaba lleno de nubes y llovía un montón, además el agua aumentaba por momentos a causa de los movimientos de los pokémon que asediaban el lugar, lo que dificultaba ver y escuchar a las personas que estaban por allí. Por suerte, mientras los muchachos corrían de un lado para el otro, Kredan pudo escuchar la voz de un niño pequeño gritar. El pequeño parecía tener a penas 5 años. Kredan avisó de un grito a Celsius que no estaba muy alejado aun. Corrió para ayudar al niño, llegó en a penas diez segundos a donde se encontraba, pero fue tiempo suficiente para que uno de los ataques alcanzara la caseta donde se encontraban él y su hermana. Mientras Kredan corría en aquella dirección pudo ver con claridad como un grupo de Gyarados entraba al pueblo desde el sur, donde se encontraba el pequeño, agarrando de la mano a su hermanita. Kredan gritó y gritó para que salieran de allí, pero desafortunadamente un hidrobomba derrumbó gran parte del poco tejado que quedaba en la caseta. Para cuando llegó los pequeños habían quedado sepultados por los escombros.
Celsius llegó tan solo dos segundos más tarde, y pudo ver tan solo como los escombros caían sobre los dos chiquillos.

- CORRE! AYÚDAME A SACARLOS DE ALLÍ!       

Kredan entró en pánico, tenía los ojos tan abiertos que casi podían salir de su órbita. Su expresión era terrible. Celsius no dijo absolutamente nada, solo corrió a salvar a los niños. Entre los dos lograron desenterrar a los dos, por suerte la niña pequeña seguía con vida, gracias al último acto de valor de su hermano, que la protegió con su pequeño cuerpo. A pesar del esfuerzo tenía rota una pierna, Celsius la agarró y se la llevó. La niña lloraba, a penas salía voz de su garganta, pero sus lágrimas eran claras a pesar de la fuerte lluvia. Kredan miró al pequeñín durante unos segundos, sus ojos se llenaron de lágrimas y su grito se pudo oír por todo el pueblo, un grito desgarrador que transportaba con él una enorme impotencia.

Por otro lado Lapras, Noivern y Binks a penas podía gestionar la situación, había cada vez más y más pokémon apareciendo de todos los ángulos. Sin la ayuda de sus entrenadores la batalla se les complicaba más y más. De repente Kredan apareció de entre los edificios. Noivern lo miró, cuando lo vio frunció el ceño, parecía saber bien lo que sentía.

- Chicos las cosas se han salido de nuestro control! Tenemos que salir de aquí!

Kredan indicó con la mano a los pokémon que se retiraran, pero se quedó mirando a Noivern. El pokémon entendió a la perfección su cometido. Mientras Binks y Lapras se retiraban lo más rápido que podían Noivern se quedó al lado de Kredan.
La situación no pintaba para nada bien, solo estaba él de pie en una enorme playa, llena de escombros, acompañado de Noivern que se mantenía volando justo a su lado. Frente a ellos un océano que parecía especialmente furioso, un cielo ennegrecido por las nubes de tormenta que azotaba sus rostros con una incesante cortina de lluvia, y un ejército entero de pokémon, algunos enormes, de mirada feroz y dispuestos a hacer cualquier cosa para avanzar. Las cosas parecían no poder ir peor. Fue entonces cuando Kredan gritó:

- Noivern! Pulso Umbrío!

El cuerpo de Noivern se oscureció por completo, parecía un pokémon completamente distinto. Una espesa aura negra lo rodeaba y tras lanzar un poderoso grito la energía se dispersó con fuerza hacía el océano. Era como una enorme muralla negra de energía que avanzaba sin parar llevando por delante a todo el que se cruzaba. Era un poder oscuro que parecía poder hacer frente a cualquier enemigo. Los pokémon que se acercaban incesantes ahora eran repelidos por esa fuerza.
Por desgracia no duraría mucho tiempo...




Capítulo 17: Grandes Expectativas

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El poderoso Pulso Umbrío de Noivern logró mantener a raya a los furiosos pokémon. Parecía que las cosas iban mejor para Kredan, pero los pokémon que se habían podido sumergir bajo el agua evitaron por completo el ataque. Una horda entera de pokémon emergía del fondo oceánico y se abalanzaba sobre Noivern y Kredan. El muchacho intentó correr para evitar el ataque, Noivern utilizaba su velocidad para ir en busca de su compañero, pero la cantidad era abrumadora. Por otro lado Celsius ya había llevado a la pequeña niña con el resto de personas en Cueva Granito, que se defendían a duras penas del constante ataque de pokémon como Gyarados y Milotic, que perseveraban si retroceder un ápice. Celsius corrió para ir en busca de Kredan, de repente encontró a Lapras y Binks que a duras penas podían ir por la arena del lugar. Celsius quedó sorprendido al ver a los dos venir solos. Le dijo a Binks que continuara yendo a donde se encontraban los demás y le pidió a su fiel Lapras que lo acompañara para pedir la retirada de Kredan. <Que se supone que estás pensando, maldita sea>, no pudo evitar pensar en lo peor, no después de ver la muerte de una persona con sus propios ojos.
A medida que se acercaba a la costa los pokémon se iban cruzando en su camino, Celsius prefirió correr, con Lapras en la pokeball, evitó como pudo los conflictos usando como escondites algunos edificios a medio derribar. Poco a poco se acercaba al lugar en el que yacía el cuerpo inmóvil de Kredan. Su cuerpo estaba lleno de magulladuras y mordiscos, también algunos ematomas en brazos y cara.

C - Kredan! Despierta! Dime que estás bien! -     A penas era capaz de distinguir si seguía con vida o no.

El joven abrió uno de sus ojos como pudo y intentó hablar:

K - Ya se ha acabado todo? Están todos bien? Donde está Noivern? -

Celsius lo miró fijamente y le contó la situación:

C - Las cosas no han cambiado, los pokémon han avanzado al interior, pero la gente pelea para evitar que entren a la cueva. A pesar de eso la enfermera Joy parecía estar comunicando el problema a alguien... No se que va a pasar...

K - Porque estas aquí?! -   Kredan se puso en pié como pudo y fue donde Noivern había caído.

El pokémon se encontraba en tan pésimo estado como él. Kredan pidió ayuda a Celsius y entre los dos llevaron a Noivern para ocultarlo, intentando así que no lo atacaran mientras ellos iban a la zona de refugiados. Pero Noivern se levantó, lanzó un grito y se puso a volar a duras penas.

K - Tu también quieres protegerlos no es así?

C - Deberíais esconderos los dos y esperar a que alguien venga a ayudar...

Antes de que pudiera terminar la frase el sonido de una enorme explosión llegaba a sus oídos. El horrible sonido provenía de la cueva donde todos estaban refugiados. Los chicos se apresuraron tanto como pudieron para llegar, pero las cosas iban a peor. La gente salía de la cueva como locos, unos cuantos pokémon habían entrado a la cueva abriendo un enorme agujero en un lateral, lo que provocó una perdida de la estabilidad de las rocas que empezaron a desprenderse. La cueva estaba ahora llena de pokémon violentos y el exterior estaba siendo asediado aún, pero la gente prefería intentar salvar sus vidas corriendo fuera de la cueva.
Cuando llegaron a la cueva la mayoría de personas ya habían salido, y se encontraban huyendo de algunos pokémon, gracias a la ayuda de los entrenadores que estaban allí. El problema principal se había transportado a la cueva, donde algunas personas seguían encerradas, en medio del caos que los pokémon estaban provocando. Los pokémon que habitaban la cueva participaban en las batallas para ayudar a las personas, pero las paredes se iban desmoronando. Kredan y Celsius no dudaron ni un segundo en entrar, Noivern por su lado se quedó fuera apoyando a la gente que intentaba defender a los que huían.
Al entrar Binks se encontraba peleando contra un pequeño Anorith, Kredan le dio apoyo táctico. Celsius había sacado a Lapras de la pokeball y empezó a luchar junto a los habitantes del lugar. La gente trataba de salir con vida de allí, pero por desgracia los gritos de desesperación de las personas que quedaban sepultadas al fondo de la cueva llenaban el lugar. Las cosas iban de mal en peor, no tenían suficiente potencia para luchar contra todos. Tras unos minutos que se hicieron eternos las cosas dentro se iban calmando, cada vez se oía menos gente, lo cual podía no ser bueno.
Las batallas seguían sin cesar, hasta que Celsius le pidió algo a Kredan:

C - Pídele a Binks que use Poder Pasado en las rocas que van cayendo!

K - Estás loco?! Si falla podría sepultar a alguien que aún no haya salido!

C - Tenemos que hacerlo! No podemos permitir que sigan viniendo pokémon desde tanto ángulos!

K - Me niego! Tenemos que salvar a todo el mundo! Hay gente muriendo aquí! Lo entiendes?! -    Kredan parecía tremendamente enfadado.

C - Aaaah! Si tu no lo haces... Lo haremos nosotros!

Celsius parecía decidido, sus palabras hicieron que Kredan pensara que intentaría controlar a Binks, pero se equivocaba.

C - Lapras! Usa Poder Pasado! Ahora!

La mirada de Lapras cambió por completo, de alguna manera el pokémon reaccionó a las palabras de su entrenador. Todo el cuerpo de Lapras empezó a brillar con un tono plateado y las rocas que volaban a su alrededor empezaron a cambiar repentinamente su trayectoria. Los pokémon del lugar se retiraron rápidamente a lo más profundo de la cueva, mientras que los que habían invadido el lugar trataban de escapar por el agujero que ellos mismos habían hecho con anterioridad. La mayoría de ellos quedaron sepultados bajo las rocas que Lapras fue lanzando sobre ellos, impidiendo así que salieran de nuevo al exterior.
Kredan no podía creer lo que había pasado. No entendía como había podido suceder algo así. Se dirigió a Celsius y con las pocas fuerzas que tenía lo golpeó en el brazo.

K - Se puede saber que has hecho?! Que pasa si había gente dentro?! -   El muchacho cayó abatido al suelo.

Celsius no dijo nada. Lo levantó del suelo y los dos salieron de la cueva con el fin de ayudar a la gente del exterior. Las cosas allí aun no se habían solucionado.
A pesar de lo mal que estaban, nadie se rindió en la batalla. Kredan llamó a Noivern, éste voló todo lo rápido que pudo hasta allí.
Los ojos de Kredan lucían apagados, una misteriosa aura lo rodeaba, Celsius se percató. La sensación que le transmitió fue la de una persona incapaz de aceptar lo que sucedía a su alrededor, su rostro era prácticamente inexpresivo.

K - Noivern, Cometa Draco...

Los ojos de Noivern brillaron de un azul eléctrico intenso y una gran cantidad de energía parecía estar concentrándose en su interior. El rostro del pokémon mostraba sin duda el dolor que sentía al intentar ejecutar el movimiento cargando esa cantidad tan exagerada de heridas. Pero Kredan parecía no ver nada de lo que sucedía.
Antes de que Noivern pudiera ejecutar su movimiento un grupo de tres pokémon alados cruzaron a toda velocidad el campo de batalla. Sobre uno de ellos se podía ver la silueta de una persona que daba ordenes a través de un silbato. Eran un Pelipper un Tailow y el que transportaba a la persona, un Skarmory. Los pokémon empezaron a lanzar ráfagas de ataques coordinados, movimientos tales como remolinos, tornados y vendavales. En tan solo unos minutos los pokémon que asediaban el lugar estaban de nuevo en el océano, intentando pelear contra las tres gráciles aves. Noivern no pudo ejecutar el ataque a causa del cambio drástico en el terreno de batalla. Celsius quedó impresionado con la increíble demostración de poder que mostraban los tres pokémon.
Tras unos minutos de constantes ataques por parte de los pokémon voldores, los pokémon marinos terminaron retirandose y desistiendo en el ataque.

La gente se sorprendió gratamente del espectáculo. Por fin, después de horas de miedo y sufrimiento, las cosas se calmaron. Muchas de las personas corrían a sus hogares, ya destruidos en busca de seres queridos que no pudieron salvarse, objetos que no querían perder, etc...

Por otro lado Kredan y Celsius fueron a ver a la enfermera Joy para tratar de ayudar a los más heridos, y para que los trataran a ellos. La persona que iba sobre Skarmory se encontraba con la enfermera. Se trataba de una mujer, tan alta como Kredan. Tenía el cabello castaño y canoso. Su constitución era delgada, y tenía algunas arrugas en la cara. Vestía una larga y gruesa chaqueta de color azul celeste. Llevaba un silbato como collar.
La mujer vio a Celsius acercarse, junto a Kredan que parecía un trapo viejo, al igual que Noivern.

C - Venimos a ayudar en lo que sea posible. -   Celsius se dirigió directamente a la enfermera.

Joy - Primero os daré tratamiento, después si podéis, echareis una mano. -    La enfermera cogió sus útiles de medicina.

La mujer se adelantó y le pidió a la enfermera que le permitiera tratarlos ella misma.

Joy - Gracias Festa, siempre eres de gran ayuda...

F - Para nada! Tan solo me voy a ocupar de ellos porque necesito hablar sobre el incidente, además no parecen tener nada que no pueda curar yo misma.

K - Muchas gracias señora. 

La mujer que se hacía llamar Festa parecía molesta con el tema de ser llamada señora.

F - Señorita para ti jovencito! Mi nombre es Festa y solo tengo 53 años! Espero que aprendas a tratar a una dama antes de quedarte solo para siempre.

C - Muchas gracias por la ayuda señorita. -   Celsius aprovechó el error de su compañero para quedar como un galán.

La mujer les preguntó que había sucedido en aquel lugar, los chicos le explicaron todo lo vivido en las últimas horas, ninguno de los dos parecía orgulloso de lo que había sucedido.

F - Habéis luchado solos en la costa? Que edad tenéis muchachos?

K - 18 años señor... señorita.

C - Pues, 20, soy investigador del laboratorio Malvalona.

F - Vaya! Debes ser un genio o algo así!

Festa habló con ellos sobre lo que había pasado durante un buen rato. Pero ella se daba cuenta de que probablemente se perdía algo de información.

F - Ya que tu me has contado tu oficio, os diré cual fue el mio. Durante una gran parte de mi vida fui ranger pokémon, durante los últimos seis años he sido parte del alto mando. Pero me retiré el año pasado! Así que ahora me dedico a dar algunas clases maestras a rangers novatos y a ir un poco a mi bola.

Los chicos se sorprendieron mucho al descubrir que la mujer que estaba allí delante había formado parte de la élite mundial en combates pokémon de Hoen.

K - Tu no has oído hablar de ella Celsius? Vives aquí desde siempre!

C - La verdad, me avergüenza decirlo, pero no me entero de la mayoría de cosas que pasan, solo de lo relacionado con la ciencia, la historia y la megaevolución...

K - Como?! Madre mía...

Kredan y Celsius parecían dispuestos a confiar algo más en Festa tras oír la clase de persona que era, así que le contaron todo lo sucedido con Kyogre, Lugia y el pequeño que enfrentaron en medio del mar. Celsius añadió su teoría sobre los territorios que se habrían perdido por culpa de la desaparición de Kyogre.
Festa desmintió rápidamente su teoría. Les explicó que tras la marcha de un pokémon legendario tan importante como Kyogre un nuevo pokémon ocupaba en poco tiempo el lugar. De alguna forma otro Kyogre tomaría el lugar en el que se encontraba el anterior. También explicó que en otras épocas, cuando ella se dedicaba al mundo de los rangers de forma más activa ya había enfrentado la falta de un pokémon legendario. Les contó que el caso de Wailord era el típico caso, un caso en el que los pokémon se vuelven algo más territoriales, pero lo que había sucedido allí no era para nada normal. Fue después de esa explicación que Festa les propuso algo:

F - Supongo que, por vuestra forma de actuar querréis ayudar a la gente en una ocasión como esta. Decidme, queréis venir conmigo para volveros más fuertes?

Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 04 de Junio de 2015, 06:33:01 am
Capítulo 18: El camino

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Los chicos quedaron perplejos ante semejante propuesta. Ninguno de los dos articuló una sola palabra, tampoco es que pudieran hacerlo, las heridas que llenaban el cuerpo de Kredan y el agotamiento tanto físico como mental que los aplastaba a ambos no les permitía procesar la información que acababan de recibir.

F - No importa lo que respondáis, por ahora id a descansar. -  Festa estaba terminando de curar las heridas más graves de Kredan.

Un gran grupo de Rangers se aproximaban por la costa. Llevaban grandes barcos en los que transportaban a las personas que habían sido atrapadas en las batallas del mar. Los rangers habían estado salvando a todos aquellos que se encontraban en la ruta marítima por la que pasaban los pokémon enfurecidos y los traían a pueblo Azuliza para que recibieran tratamiento más exhaustivo. Rápidamente montaron algunas tiendas y casetas en las que se pudiera tratar a las personas en un peor estado. Repartieron comida y permitieron a los que estaban peor que fueran a descansar a una de las casetas. Mientras un equipo entero fue a investigar la cueva en busca de supervivientes, otro grupo se encargó de buscar por los ruinosos edificios. Celsius y Kredan habían ido a intentar ayudar con algunas cosas, Celsius terminó ayudando a médicos y auxiliares a tratar las heridas más leves. Mientras Kredan se dirigió a donde estaba el equipo de rescate que se encargaba de las ruinas de la ciudad. Le pidieron que se quedara descansando, pero no accedió de ninguna forma, insistió una y otra vez en ayudar. Kredan sabía bastante bien que era muy improbable que quedara alguien con vida, sabía que la tarea de ese grupo era la de recoger los cuerpos sin vida de las personas que no pudieron escapar a tiempo.
Los miembros del equipo se dispersaron en grupos de dos personas, pero Kredan quedó impar, y a pesar de que le aconsejaron ir con alguien, fue solo. Se dirigió directamente a un lugar en concreto. Algunos pedazos de edificio habían seguido cayendo tras la última vez que habían estado allí, pero él sabía bien donde encontrar el cuerpo del niño al que no pudo salvar. Con las fuerzas que le quedaban levantó algunos escombros que habían caído de nuevo sobre el cuerpo. A medida que levantaba las piedras, sus ojos se iban llenando de lagrimas, su respiración se volvía cada vez más rápida, cerraba con fuerza la boca apretando sus dientes, para evitar romper en un llanto incontrolable. Allí estaba, el cadáver de la persona a la que él había fallado. Por más que lo intentó no pudo evitar llorar desconsoladamente, mientras abrazaba el destrozado cuerpo. Se quedó así durante veinte minutos, cuando una pareja de rangers lo encontraron y lo llevaron. Kredan se negó a solar el cuerpo del niño, lo transportó él mismo con el resto de cuerpos.
Kredan se quedó allí el resto de la tarde, a la que le quedaban tan solo unas horas de Sol, esperó para disculparse ante los padres del muchacho.

Mientras todo aquello sucedía, Celsius daba su apoyo a los agentes de la sanidad. Ayudaba llevando a gente que no podía moverse, haciendo pequeñas curas y transportando material de un lado al otro. Más tarde ayudó a seguir montando algunas casetas portátiles para tener mayor espacio en el que tratar a las personas y en el que poder descansar. La gente que tenía a sus familiares controlados iban a descansar, pero la mayoría de gente daba vueltas por la isla buscando a amigos y familiares.
Un pequeño grupo de rangers le pidió que fuera a ayudar a la gente a encontrar a sus familias, para evitar un poco el caos que provocaban yendo de un lado para el otro. Celsius accedió gustosamente. A la primera persona que encontró dando gritos llamando a alguien la paró, le preguntó como era la persona que buscaba y le ayudó. Las primeras personas tuvieron la suerte de encontrar a Celsius, pues sus seres queridos habían pasado por la zona de rehabilitación y él recordaba su aspecto.
Después una joven de aproximadamente treinta años le pidió ayuda, creía saber donde estaba su marido y le pidió ayuda. Celsius la intentó ayudar.

C - Dime, como era tu marido? Quizás lo haya visto en la zona de rehabilitación.

J (Joven) - La ultima vez que lo vi fue cuando los pokémon entraron de repente en cueva Granito... Todo el mundo empezó a salir corriendo y terminamos separados...

La cara de Celsius cambió por completo. Quedó mudo y totalmente serio. Notó un sudor frío que recorría su espalda y intentó animar a la muchacha.

C - Tranquila, seguro que pudo salir y se encuentra por algún lado.

J - Ojalá... Nos casamos hace a penas media semana, vinimos aquí a celebrar nuestra luna de miel y... -  La pobre no podía hablar, las lágrimas brotaban incontrolables de sus ojos. Sólo podía imaginar lo peor.

Tras visitar todos los rincones de la isla los resultados fueron negativos. Solo les quedaba un lugar posible en el que buscar, cueva Granito. El equipo de rangers que había allí seguía intentando despejar todas las rocas del camino. Un grupo de pokémon formado por Breelom, Machamp, Machoke y Sandslash trabajaban a toda máquina intentando retirar con precaución las rocas. Cuando Celsius llegó allí el trabajo estaba prácticamente acabado, de allí salieron tres personas con vida. Ninguna de ellas era el marido de la chica. Ella había ido corriendo tras unos rangers que transportaban el cuerpo de su marido. Celsius se quedó en la cueva. Le costaba aceptar que había puesto en peligro la vida de aquellas personas, no podía creerlo. No articuló palabra mientras los tres supervivientes explicaban a los rangers el infierno que habían vivido.
En un momento determinado de la conversación uno de ellos dijo lo siguiente: " Un grupo de personas conseguimos librarnos de los pokémon y intentamos salir por la puerta principal donde se supone que la gente estaba peleando para contener a los pokémon, nosotros íbamos más lentos que ellos, porque me tenían que ayudar a caminar a causa de una fractura, fue entonces cuando una enorme cantidad de rocas cayeron sobre nosotros, no sabíamos de donde venían... Los que iban más avanzados terminaron aplastados, pensábamos que era el final..."
El hombre siguió contando lo sucedido, pero para ese momento Celsius ya no era capaz de seguir oyendo la historia. Por ello prefirió salir de allí.

Llegada la noche tanto uno como el otro fueron a una de las casetas a descansar. Se encontraron por el camino y sin decir nada decidieron ir juntos. Kredan había ido a ver a Noivern que llevaba todo el tiempo recibiendo curas de la enfermera Joy, también estaban allí Binks y Lapras. Pensó que Celsius querría saberlo.

K - He ido a ver a nuestros pokémon, están mucho mejor... -  La cara de Kredan era ilegible, su rostro no mostraba ninguna expresión, tan solo se podían apreciar las marcas de sus heridas y las de sus lágrimas.

C - Gracias...

Celsius no sabía como responder, no quería oír nada sobre lo ocurrido en la cueva, no quería aceptar lo que había sucedido, lo que él mismo había provocado. Kredan no parecía dispuesto a seguir hablando. Cuando llegaron a la caseta comieron un bocadillo que les proporcionó el personal y luego fueron directamente a dormir.
A pesar de que los dos pensaban que les sería imposible dormir acabaron dormidos al primero minuto de entrar en la incómoda y rígida cama. En aquellas grandes casetas cabían aproximadamente diez personas durmiendo, y disponían de un pequeño espacio donde repartían comida y agua. La gente entraba y salía con la esperanza de encontrar a sus seres queridos. Mucha gente lloraba, otros se quejaban, unos entraban gritando, pero a pesar de todo eso los cuerpos y mentes de los chicos no sentían nada de lo que sucedía a su alrededor. Simplemente se encontraban descansando, probablemente para dar lo mejor de sí mismos al día siguiente.

La noche pasó con mucho bullicio en toda la isla, poco a poco iban llegando personas de todos lados de la región para ayudar, la noticia del ataque había conmocionado a todos allí. Los demás pueblos y ciudades se mostraron cooperativos para ayudar a que todo volviese a la normalidad en poco tiempo. Cuando Celsius despertó lo primero que hizo fue ir corriendo, con un bocadillo en la mano, a seguir con las tareas de ayuda. Al mediodía las cosas se habían estabilizado. El 90% de los cuerpos habían sido identificados y se llevaban para poder dar un funeral a todos para posteriormente ser incinerados y lanzados al mar. Era la tradición de pueblo Azuliza, allí se decía que para agradecer al mar todo lo que les ha dado se mandaba a la gente que moría para devolver el favor. Para ese momento tanto Celsius como Kredan estaban despiertos, sucedió al atardecer. La gente lloraba mientras uno a uno se acercaban a la orilla del mar para depositar las cenizas de aquellos a quienes querían. Kredan participó en la ceremonia, pues la única familia con vida del pequeño era su hermana menor, que identificó entre los cuerpos a sus padres y a su hermano. La niña era demasiado pequeña para hacerlo y Kredan se ofreció a ser él quien lanzara las cenizas al mar. Aquel día se llenó de lágrimas, como el anterior.

Tras unos pocos días ayudando a la gente del pueblo a reconstruir lo que podían los chicos se dispusieron a responder la pregunta de Festa. Ella estaba ayudando muy activamente a pesar de no ostentar el cargo de ranger en ese momento. Se encontraron en el reformado centro pokémon y se sentaron a hablar un rato. Los chicos no habían hablado a penas nada durante esos días entre ellos, pero su decisión era claramente la misma...



Capítulo 19: El deber.

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Festa les formuló la pregunta nuevamente:

F - Queréis venir conmigo, entrenar y volveros capaces de proteger a la gente? - Una sonrisa algo arrogante, y arrugada, se esbozaba en su rostro.

Los chicos se mantuvieron callados unos instantes, tanto el uno como el otro pensaba lo mismo. Kredan se adelantó:

K - Quiero entrenar contigo... Pero primero quiero ayudar a Celsius con su trabajo, se lo prometí...

C - Estoy con él, primero está mi trabajo como investigador, a pesar de todo lo que ha sucedido en estos días he de cumplir mi deber... A pesar de eso sigo queriendo entrenar contigo!

La mirada determinada de los muchachos sorprendió gratamente a Festa, sonrió calmada y les dijo:

F - No todos los días vais a tener la oportunidad de entrenar con alguien como yo, lo sabéis?

K/C - Lo sabemos!

F - Normalmente no soy así, supongo que los años me están pasando factura, en fin... Cuando terminéis lo que tenéis entre manos llamadme, dependerá de como esté yo ese día el que podáis venir conmigo o no, tenedlo en cuenta.

Kredan no tardó en darle el número de su pokenav y de anotar el de Festa. Los chicos estaban decididos a arriesgar esa oportunidad a cambio de obtener respuestas sobre la megaevolución.
Esa misma noche los chicos iban a acompañar a unos rangers en uno de los barcos que partía hacia Ciudad Petalia. Juntos empaquetaron todo lo que les quedaba y se despidieron de Festa y de las demás personas a las que habían conocido y ayudado. Kredan pasó a despedir a la pequeña Ela, que se encontraba bajo la tutela de la alcaldesa del lugar. Al despedirse de ella no pudo evitar sentir una enorme tristeza, al ver a una niña tan pequeña que lo había perdido todo. Sintió que le había fallado. Celsius prefirió no ver a la chica que encontró muerto a su marido, prefería no enfrentarse de nuevo con sus pecados.
Antes de irse Festa se les acercó, al ver sus caras. Se despidió de ellos, les dio ánimos para su viaje y les dijo algo al oído. Tanto al uno como al otro les dijo lo mismo, aunque ellos no lo sabían.
Una vez en el barco los dos fueron a la cubierta a sentarse en unos pequeños bancos que estaban situados por todo el borde del barco, Noivern volaba al lado del barco y en alguna ocasión se ponía sobre este para descansar.
El mar era muy oscuro, el barco llevaba unos focos auxiliares para la cubierta y navegaba así rápido hacia su destino. El barco serviría para llevar comida y medicamentos donados por grandes empresas y entidades de la caridad que mostraban así su apoyo a pueblo Azuliza. Los muchachos miraban el oscuro horizonte que se mostraba quieto a pesar de la velocidad de la barca. El viento era poco a poco más cálido, se notaba que empezaba una época más primaveral. Al final Kredan no pudo evitar hablar:

K - Celsius, lo siento por lo que pasó en pueblo Azuliza, no debí ponerme de esa forma, probablemente lo que hiciste fue la opción correcta, me cegué en mis miedos y temores y puse en peligro la vida de todos los supervivientes. - Kredan parecía abatido, le costó horrores expresar todo aquello, pero al fin lo pudo hacer.

C - ... No te tienes que disculpar, al final... Últimamente nada sale como debería, se supone que solo soy un investigador... Porque he de tomar este tipo de decisiones? - Celsius se veía terriblemente abatido.

K - Obraste bien... Podría haber muerto mucha gente si no hubieras actuado a tiempo...

C - Murieron personas por culpa de mi actuación! Pensaba que podía controlar la situación con simples cálculos de probabilidad! Pero no es así! El mundo de verdad no funciona solamente así! Por mi culpa personas que intentaban escapar, que confiaban en quien se supone que les protegía, acabaron muertas! - La voz le temblaba, las palabras a penas salían de su boca temblorosas.

K - Yo no... no sabía nada... estaba tan centrado en la muerte de aquel niño... En Ela que se quedó sola y perdida... Si al menos yo hubiera actuado... - Kredan se inundó en sus propios sentimientos de culpabilidad.

Allí bajo las luces artificiales de los focos del barco se encontraban los dos, llorando, culpando su inexperiencia, su falta de poder, la impotencia de saber que no hicieron lo correcto o que no llegaron a hacer nada. Las estrellas a penas brillaban aquel día, bajo aquel cielo nublado y ese oscuro océano, que parecía tranquilo y amenazante. Al rato los dos se quedaron callados, miraban fijamente el horizonte.

C - Que te ha dicho Festa...?

K - Que hice lo correcto... que obré tan bien como supe hacerlo... aunque no fue suficiente...

C - Sabes, a mi me ha dicho lo mismo... y también creo que no fue suficiente...

Los dos se miraron fijamente, sus rostros manchados de las lágrimas que instantes antes no dejaban de brotar, parecían buscar algo en el otro, la seguridad de saber que había alguien a su lado en aquel momento.

C - Consideras que somos amigos...?

K - No deberías preguntarle eso a tus amigos... Confío en ti desde el momento que me metí en aquella cueva...

C - La verdad, es la primera vez que tengo una amistad como la tuya... Nunca he llorado delante de nadie, sinceramente...

K - De verdad?! Que poca confianza... Llorar es de lo más normal del mundo, cuando algo te alegra mucho, cuando algo te pone triste, o cuando alguien se va de tu lado... lo lógico es llorar.

Poco a poco los dos se iban animando. Encontraron apoyo el uno en el otro en una situación en la que ninguno de los dos se podía sostener por si mismos. Kredan alababa a Celsius por su valentía al intentar salvar a todo el mundo, mientras Celsius agradecía que lo intentase detener en aquel momento. La situación para las demás personas era probablemente estúpida, pero a ellos les hacía sentir bien ver lo bueno el uno del otro.
Kredan le preguntó a Celsius el porque y el como habían llegado a pueblo Azuliza sin pasar por Ciudad Portual, ya que en esos últimos días había estado consultando algunos mapas del lugar con su pokenav. Celsius le explicó que necesitaba parar primero en ciudad Petalia, para recoger una máquina que le habían pedido desde el laboratorio. Pero Kredan seguía sin entender como habían acabado allí antes que Portual, así pues Celsius le recordó que pasaron por algunas corrientes marinas que los transportaron a bastante velocidad, la cual Noivern igualó sin mucho esfuerzo.
< Realmente no había prácticamente nadie en aquella ruta marítima > Pensó Kredan. La ruta que utilizaron pasaba rodeando Ciudad Portual, por lo tanto les permitía un canal más rápido para llegar a Azuliza, que queda mucho más cerca de ciudad Petalia.

Los chicos pasaron varias horas hablando, de alguna forma su amistad se volvió mucho más fuerte tras compartir el dolor que sentían. Los dos estaban bastante cansados, pero se mantuvieron despiertos casi hasta la madrugada, el sentimiento que habían ganado los mantuvo despiertos por encima de sus posibilidades.

Al amanecer el barco ya había arribado en un muelle no muy grande al lado de Ciudad Petalia. Los chicos desembarcaron, los dos iban hablando mientras andaban, compartían sus pensamientos de cada cosa que veían, el rostro de algunos rangers que les parecía cómico, la charla de la noche anterior. Absolutamente todo se había convertido en un buen tema para mantener una conversación, se habían dado cuenta por fin de que tenían una gran amistad que vivir.
Al desembarcar encontraron a un montón de gente que llevaba materiales de todos los tipos, comida, medicamentos, material de construcción. El movimiento que había era totalmente excepcional para el lugar en el que se encontraban. Ciudad Petalia estaba a pocos metros de allí y no tardaron en llegar a su destino. Era la primera vez para Kredan allí, así que todo lo que vio le impresionó bastante.
Era por fin el momento de seguir con su tarea principal, seguir su investigación sobre la megaevolución!


Capítulo 20: Lugares

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Ciudad Petalia brillaba bajo la luz del Sol del mediodía, era un lugar bastante grande y lleno de naturaleza. Pokémon y personas paseaban alegres por la ciudad, algunas personas iban a un pequeño puesto solidario que los rangers habían montado para que la gente dejara allí ropa y comida para las personas que vivieron la que ya se conocía como la "catástrofe de pueblo Azuliza". Los edificios no eran demasiado altos, había algunas casas con enormes jardines y patios. Había un gimnasio pokémon, Kredan quedó embobado un rato contemplando la estructura, quizás por la inusual composición de esta. Se trataba de un edificio de madera, con un estilo muy antiguo, casi como si se tratara de un dojo, pero de colosales proporciones, pues era el edificio más grande de la ciudad. Algunos muchachos y jóvenes corrían hacia allí, con enormes ganas de obtener una medalla del líder que los esperaba para ser retado.

C - Es un gimnasio enorme, no crees? Sin duda tiene muchos años, actualmente se utilizan pokémon de tipo lucha aquí, aunque he oído que hace años era un gimnasio de tipo normal, ya sabes para que no diera muchos problemas a los jovenes.

K - Sin duda es un edificio increíble... Por cierto como sabes tanto sobre este gimnasio? No eras un negado de la actualidad por culpa de tu trabajo? - Kredan usaba un tono burlesco.

C - He pasado muchas veces por aquí, al final me he acabado enterando de bastantes cosas de los sitios por los que suelo pasar, también por culpa del trabajo. - Celsius se rió.

Kredan no pudo evitar preguntar que era aquello que iban a buscar a ciudad Petalia. Celsius respondió rápidamente y con mucho interés. Los que iban a buscar era un pequeño chip que un colaborador del laboratorio había estado desarrollando.

K - Y no podría venir alguien a buscar el chip? No se... O ir él mismo...

C - La cosa es que... en el laboratorio todos están siempre hasta arriba de faena, y la persona que nos proporciona el chip es un hombre muy mayor, a penas puede moverse por su casa... Normalmente me hacen venir a mí hasta aquí ya que me puede venir de paso si tomo la ruta que hemos tomado nosotros esta vez...

K - Vaya! Sin duda saben como sacar partido de todos tus movimientos.

Los chicos pasaron por el centro pokémon para que les dieran un ojo a sus pokémon. Noivern bajó expresamente del cielo para el chequeo. La gente de ciudad Petalia se quedaba asombrada al verlo, por eso tras el chequeo Noivern volvió a salir volando para evitar el bullicio. Después de dirigieron a la casa del hombre que les daría el chip.
Al llegar a la casa Kredan se sorprendió, pues esperaba una enorme mansión o algo parecido para una persona capaz de desarrollar chips para un laboratorio. Pero al contrario de lo que imaginaba encontró una pequeña casa, situada en medio de la urbe que además estaba algo maltrecha.
Tocaron al timbre, poco segundos después la voz extremadamente ronca de un hombre los atendió. El hombre les abrió la puerta y entraron. Tras la puerta encontraron una casa, casi vacía pero llena de fotos. El hombre los llamó desde una habitación situada al extremo derecho del lugar. A medida que avanzaban Kredan pudo comprobar el estado del lugar, que daba por lo menos lástima. No había prácticamente nada allí. Un pequeño armario y un sofá en el comedor, el cual atravesaron para llegar a la habitación, y antes de esta un pequeño lavabo, que de bien seguro había tenido una vida mejor en otras épocas. Lo único que abundaban eran las fotos de una pequeña familia de tres. Al llegar a la habitación no pudo creer lo que veía, mientras Celsius entraba directo a donde se encontraba el hombre, él iba despacio observando todo alrededor. Esa habitación difería de todo la casa, era un lugar lleno de aparatos eléctricos, herramientas de todo tipo y maquinaria que a pesar de ser pequeña y compacta por el lugar, se veía compleja y cara. El hombre los recibió encorvado en su silla, con unas enormes gafas de vidrios de botella, en los cuales tenía un pequeño mecanismo para colocar pequeñas lentes de ampliación. En su mesita tenía montones de chips y otros elementos que Kredan desconocía.

C - Este es mi amigo Kredan! Kredan él es el hombre del que te hablaba, se llama Enca.

K - Un placer señor Enca... Soy Kredan.

E - Ya se que eres Kredan! - Gritó con su rasgada voz.

C - Perdona su mal humor... simplemente es así.

E - Yo no tengo mal humor, deja de decir tonterías!

Kredan pensó que lo mejor era no entrometerse más con aquel hombre. Prefirió dejar que Celsius hiciera lo que debiera y simplemente salir de allí cuando terminara.
Celsius mantuvo una conversación algo técnica con Enca, después le enseñó la megapiedra que tanto les había costado obtener. Enca la miró y le pidió... más bien le ordenó que la guardara. Al poco tiempo el hombre le dio una pequeña caja en la que se encontraba el chip que habían venido a buscar. Después simplemente se marcharon sin decir mucho más.

Al salir Kredan sintió la necesidad de preguntar quien era aquel hombre, y porque era como era.

C - Enca era un gran investigador del laboratorio Malvalona hace años, trabajaba allí con su hijo. Era un increíble investigador y un gran ingeniero, era capaz de crear sistemas revolucionarios, ha ayudado a que gran parte de los avances de estos años sean posibles. Incluido la base de lo que está relacionado a la megaevolución. Un día su hijo fue en busca de una megapiedra, pero topó con unos desalmados que no dudaron en asesinarlo para robar la megapiedra que había logrado recuperar. Tras aquello Enca decidió dejar todo lo relacionado con la megaevolución y volvió a ciudad Petalia con su mujer.

K - Pero ahora os está ayudando...

C - Su mujer insistía en que su hijo no sería feliz si supiera que su padre abandonó aquello por lo que había muerto. Así pues con el dinero que aún tenía compró montones de materiales... bueno todo lo que has visto en su habitación... Pocos años después su mujer murió a causa de una enfermedad, solo puedo pensar en que quiso deshacerse de todo lo que tenía para olvidar... a pesar de eso su casa sigue llena de fotos...

Kredan se emocionó con la historia, y decidió dar lo mejor de si mismo para obtener grandes resultados y avances en el misterio de la megaevolución. Los dos hablaron durante el día sobre la megapiedra que tenían entre manos. Se quedaron el resto de día allí en ciudad Petalia. Al día siguiente le pidieron a Noivern que los llevara sobre su lomo hasta Malvalona, que se encontraba bastante cerca desde allí. Mientras volaban y se iban acercando a ciudad Malvalona sus corazones se iban acelerando. Era la primera vez que estarían tan en contacto con el poder de la megaevolución. El viaje fue rápido, no tardaron más de una hora en llegar. Ciudad Malvalona era increíblemente enorme, se extendía por varios kilómetros, y sus edificios se alzaban muchos metros hacia el cielo. Decidieron parar en una de las ocho entradas que había, para evitar entrar de golpe con Noivern y molestar a la gente que se movía ajetreada de un lado para el otro.

La entrada decorada por montones de carteles luminosos, anuncios y pantallas los invitaba a entrar. Kredan le pidió a Noivern que se mantuviera por allí volando y que tratara de no llamar mucho la atención, ya que era un pokémon extremadamente raro en aquella región. A pesar de que no le hacía mucha gracia accedió.

C - Nos queda un buen rato de camino hasta el laboratorio, está justo en el centro.

K - Bueno, cosas peores hemos hecho. - Kredan reía y Celsius lo seguía.

Después de todo lo que había pasado tras obtener la piedra en aquella inhóspita cueva por fin estaban allí, ciudad Malvalona, la ciudad de la tecnología y la evolución. Muchas cosas les esperaban dentro de la metrópoli y pronto iban a descubrirlo.



Capítulo 21: Diferencias.

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Dentro del pequeño túnel que traspasaron para acceder a la ciudad habían montones de carteles electrónicos llenos de todo tipo de anuncios, publicidad de todo tipo, desde productos de cosmética hasta objetos para volver más poderoso a tu pokémon. Kredan estaba anonadado con todo aquel bombardeo masivo de publicidad.

K - En tan poco espacio... No es un poco exagerado todo esto? - Decía mientras no dejaba de mirar todas las luces parpadeantes que mostraban los productos.

C - Bueno, es una ciudad rica, a fin de cuentas esto es lo que más dinero da, la economía de este lugar se mantiene gracias al constante consumo de productos de todo tipo.

K - Vaya, nunca llegué a entrar en ciudad Luminalia cuando viajé por Kalos, pero imagino que es algo similar a esto...

C - De verdad?! Me encantaría poder ir a Luminalia! Muchas de las cosas que se usan aquí provienen de tecnología desarrollada en Luminalia!

Los chicos hablaron del tema mientras seguían adelante. Pocos metros después salieron del pasadizo publicitario al que se llamaba entrada, y llegaron a la ciudad. Malvalona era un lugar altamente concurrido, la gente iba de un lado para el otro, usando lo pokenav constantemente. Había una especie de tubos de cristal en la zona más alta de la ciudad, por donde circulaban las bicis, de forma ordenada pero a toda prisa. Kredan quedó muy sorprendido al ver semejante coordinación en los movimientos de la gente que se paseaba por allí. Celsius iba mirando los escaparates en busca de algún artículo interesante, parecía estar haciendo una ronda de reconocimiento. Los edificios eran tan altos que tapaban la gran parte del cielo y por ello la luz que iluminaba el lugar era prácticamente artificial. Había algunos puntos con un pequeño banco y un poco de césped donde tocaba la luz del Sol, parecían pequeños puntos donde la gente podía ir a recuperar un poco de luz natural.

Los chicos se dirigieron directamente a un enorme edificio, que lucía unas enormes vidrieras que dejaban ver gran parte del interior. Se trataba del Hotel Cristal, un hotel de 5 estrellas.

K - No iremos a alojarnos aquí no? - Kredan parecía preocupado por su presupuesto.

C - Claro! Tengo un permiso del laboratorio, todos los empleados pueden hospedarse aquí de forma gratuita, además pueden llevar hasta dos acompañantes. - Dijo mientras sacaba de su mochila una billetera.

Celsius enseñó en la recepción una tarjeta color blanca que sacó de la billetera. El recepcionista le cedió rápidamente unas llaves que guardaba en un compartimento cerca del mostrador.

C - La mayoría de investigadores viven por aquí, pero algunos como por ejemplo yo no podemos permitirnos tener un apartamento por aquí, así que tenemos esta tarjeta, a pesar de que parezca maravillosa tiene sus limitaciones.

La tarjeta permitía que todos aquellos investigadores que vivieran más lejos de un radio de unos cuantos kilómetros pudieran hospedarse en el hotel durante como máximo tres días cada dos semanas. Por lo tanto tenían que pagar el resto de días si necesitaban más tiempo en el lugar o buscar otro hotel.

C - Yo jamás he excedido el límite de tres días, es más siempre termino viniendo una sola noche! - Celsius parecía orgulloso de no gustarle estar fuera de casa...

K - Sin duda el lugar es genial, por dentro...

A pesar de que el hotel contaba con unas enormes y magníficas vidrieras en prácticamente todo el edificio las vistas eran bastante mediocres. Lo único que se podía ver desde dentro era todo un sin fin de edificios, luces, carteles publicitarios y gente que no miraba tan siquiera lo que tenía delante.
Subieron trece plantas y aún así las vistas eran las mismas. Allí tenían los chicos la habitación, que se trataba de una enorme suite con tres habitaciones, sala de estar y baño, dotado con un enorme jacuzzi y suelo de madera. El lugar era sin duda para gente de alto nivel adquisitivo. Celsius organizó unos cuantos papeles de dentro de su mochila, sacó una carpeta color azul metalizado, movió de un lado para otro los documentos y cerró la carpeta. Cuando terminó le dijo a Kredan que dejara todo lo que estaba haciendo, los dos por fin irían al laboratorio de investigación de ciudad Malvalona.
Los chicos estaban nerviosos, en aquellos papeles estaban los informes de Celsius y como compañero de mochila tenían una megapiedra, que era todo un misterio para ellos. Caminaron veinte minutos aproximadamente por las calles de la ciudad, Kredan no pudo evitar fijar su atención en la gente que se sentaba en las esquinas de algunos comercios y pedían comida y dinero. Sin duda una imagen que impactaría a cualquier ser humano y que por alguna razón no tenía ningún efecto bajo las miradas perdidas de las personas que paseaban por allí.

K - No deberíamos ayudarlos?

C - No prestes atención, hay muchos por toda la ciudad, no puedes salvar a cada persona que lo necesita... Además muchos de ellos piden por pedir seguramente... - Celsius aceleró el paso.

K - Creo que esto no es algo normal... no he estado en ningún lugar donde la gente no tenga dinero ni para vestirse en condiciones... - Parecía aterrado con lo que sus ojos veían.

Tras caminar por buena parte de la ciudad llegaron al imponente laboratorio de ciudad Malvalona. El edificio compuesto de placas metálicas de un color blanco cromado relucía en medio de una zona que parecía exclusivamente pensada para el desarrollo de tecnología y el estudio de esta. El barrio en el que se encontraban estaba lleno de tiendas relacionadas con todo tipo de ámbitos tecnológicos, no había ni un solo bloque de pisos, todo eran pequeñas industrias de desarrollo y otro tipo de lugares entorno a la tecnología. Era un edificio enorme, la zona más elevada del laboratorio parecía sobresalir por encima de los demás edificios. Celsius le comentó a Kredan que una parte de la energía la extraían con paneles solares situados en la zona más alta del laboratorio.

Al entrar la recepción iba a juego con el resto del edificio, todo era blanco y con detalles negros. Era un lugar que rebosaba formalidad. Celsius enseñó su identificador en el mostrador que presidía la sala y se dirigieron juntos a un ascensor situado en el ala izquierda del edificio. Subieron al menos dieciséis plantas, muchos empleados, mujeres y hombres, entraban y salían apresurados del ascensor. Al salir se toparon con un pequeño problema, una de las máquinas que tenían puesta en el pasadizo principal de aquella planta parecía fuera de control. Les pidieron a los chicos que mantuvieran una distancia prudencial pues el problema se encontraba en una sobrecarga del sistema.
Pasaron un rato dentro de una de las habitaciones que había allí, la planta en la que se encontraban estaba llena de maquinaria, muy probablemente para el estudio de la megaevolución y las habitaciones que conformaban el lugar tenían cristales blindados en vez de paredes para poder observar cada movimientos desde cualquier punto de la planta. Los chicos se encontraban en la primera de las habitaciones viendo como algunos técnicos de mantenimiento trataban de reparar el aparato, pero no tenían el equipo necesario para detener las descargas eléctricas que salían de este.
Al poco tiempo dos personas salieron del ascensor, eran dos chicos jóvenes, uno de ellos tenía una larga y lisa melena castaña, y llevaba en su hombro a un pequeño Minun Shiny, el otro vestido con la indumentaria del personal de mantenimiento, a excepción de algunos detalles, era un chico con el cabello corto, de color negro ónice, bastante regordete. Entre los dos rápidamente solucionaron el problema, mientras Minun, al cual llamó por el nombre de Negatium, absorbía los rayos eléctricos, el otro reparaba a toda prisa el fallo. En tan solo tres minutos la máquina operaba de forma normal.
Los dos siguieron adelante hacia lo que parecía la habitación más alejada de la planta. Cuando todo pasó y la situación quedó cien por cien asegurada los chicos pudieron salir y seguir con el trabajo que los traía a aquel lugar. Así pues se dirigieron a la sala más alejada de la planta en la que se encontraban, donde conocerían a aquellos personajes que demostraron su habilidad en tan poco tiempo.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 04 de Junio de 2015, 06:33:45 am
Capítulo 22: Dosis de realismo

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Tras la puerta se encontraba la sala que era probablemente la más importante del lugar. Era una habitación llena de ordenadores, máquinas y todo tipo de aparatos, unos hacían luces, otros emitían extraños sonidos. Los dos chicos que habían visto actuar previamente en el pasillo se encontraban allí, hablaban con un hombre de aproximadamente 40 años. Era un tipo algo robusto, su cara era cuadrada, en conjunto a sus ojos y nariz. Llevaba gafas acorde a la estructura de su cuerpo y llevaba un extravagante peinado que parecía sacado de algún ejército militar. El color de su cabello era por alguna razón verde fluorescente. Kredan no podía dejar de mirar su cabello, Celsius le pegó un pequeño codazo indicando que debía dejar de mirar tan fijamente el deslumbrante corte de pelo que llevaba.

C - Buenas profesor Tir! Traigo lo que me pediste la última vez! Además traigo un extra, una hermosa y reluciente megapiedra!

T - Increíble Celsius! Es magnífico! Al final las sospechas que teníamos eran ciertas! Y veo que has traído a alguien contigo! - Increíblemente el profesor era una persona amable y su expresión sonriente rompía por completo el esquema que su fisionomía indicaba.

K - Hola señor, soy Kredan, ayudé a Celsius a obtener la megapiedra y tenía mucha curiosidad por saber más sobre el tema! Espero no ser una molestia! - Kredan parecía bastante nervioso.

T - Vaya me alegra que haya cada vez más jovencitos interesados en la ciencia! Es un placer conocerte! Y no te preocupes, no vas a molestar, toda ayuda es bienvenida en el laboratorio! - Su cara de felicidad no dejaba de sorprender a Kredan que lo miraba fijamente, con una constante expresión de sorpresa.

Kredan se giró y saludo a los demás, dando a conocer su intención de presentarse. El chico de larga cabellera se situó delante y se presentó mientras ejecutaba el más tradicional apretón de manos formal.

J - Muy buenas, mi nombre es Jamo. Un placer conocerte.

K - El placer es mio...

Celsius miró fijamente al otro muchacho que parecía intentar evitar el contacto visual, y lo acabó llamando:

C - Gerdenor! Haz el favor y saluda al menos! - Lo dijo en un tono algo bromista.

El chico más regordete se acercó y estrechó su mano con Kredan.

G - Soy Gerdenor, un placer.

K - Encantado.

Una vez presentados todos Celsius sacó de su mochila la megapiedra. Los ojos del profesor Tir se abrieron de arriba a abajo, parecían a punto de salir de sus cuadradas órbitas. Pero no era el único, todos allí tenían un increíble brillo en sus ojos, miraban encantados la hermosa piedra.

T - Vaya Celsius! Es sin duda una megapiedra! Hace varios años que no nos llega ninguna piedra en bruto al laboratorio, pero por fin lo hemos logrado! Vamos a dejarla en el escáner de momento.

Tras colocar la piedra en el escáner los cuatro fueron a la cafetería situada en la planta más elevada del laboratorio. Kredan pudo contemplar desde allí toda la ciudad, además comprobó de primera mano que poseían placas solares en el tejado.
Tras llegar y tomar asiento el profesor les preguntó como habían encontrado la piedra en cuestión. Al principio Celsius explicó como llegó a la isla y como conoció a Kredan, a partir de ese momento Kredan tomó las riendas de la historia y eufórico se puso a contar todo lo sucedido en aquella isla. Jamo parecía muy intrigado en la historia de las misteriosas inscripciones de relámpagos que se mostraban en muchas de las piedras de la isla. Por otro lado Gerdenor parecía disfrutar de los momentos de tensión que habían vivido cuando el suelo se desmoronó, o cuando los Golbats los atacaron y  se vieron envueltos en una encarnizada batalla, que a pesar de que no fue tampoco del otro mundo Kredan contó como una batalla heroica. Al contar la historia Kredan se saltó la parte en la que se encontraron con Kyogre, Lugia y el pequeño chico, parecía no estar muy seguro de contar la historia a todo el mundo. El profesor Tir mantuvo una expresión de emoción durante toda la historia.
Después de contar todo lo que habían vivido aquellos días, incluyendo el caos en Azuliza, Jamo decidió presentarse como era debido.

J - La verdad es que no es demasiado, pero yo soy el líder del gimnasio Malvalona, soy entrenador de pokémon eléctricos en general!

Kredan quedó sorprendido. Le preguntó como es que estaba en el laboratorio aquel día si era el líder del gimnasio. Jamo le explicó que era adicto a encontrar el potencial de cada uno de sus pokémon y que iba de vez en cuando al laboratorio a por información, además de echar un cable siempre que tenían problemas con la electricidad.
Kredan preguntó a que se dedicaba entonces Gerdenor. Este le respondió que era el jefe de reparaciones de toda la ciudad.

G - Ciudad Malvalona es la ciudad de la tecnología, el 90% de lo que hay aquí funciona gracias a algún sistema electrónico o mecánico, nunca fui muy bueno creando cosas, pero si arreglando, es por eso que me dedico desde que soy muy joven a arreglar los problemas que hay...

K - Guau! Es increíble! Y puedes reparar cualquier aparato de los que hay aquí?!

G - Ese es mi trabajo! Si no pudiera acabaría en la calle viviendo debajo de un puente, jajaja. - La estridente y contagiosa risa de Gerdenor animó al resto de acompañantes de la mesa.

A pesar del buen ambiente Kredan no pudo evitar pensar en la gente que estaba en la calle, sin comida ni un techo en el que dormir.

K - Jamo! No deberías hacer algo con la gente que no tiene nada para vivir?

J - Yo? Si solo soy el líder del gimnasio!

K - Por eso mismo! Deberías poder hacer algo! Movilizar a la gente, recaudar dinero, hablar con... - Y tan siquiera pudo terminar la frase.

J - Que crees que es un líder de gimnasio muchacho? Solo me encargo de que la gente pelee conmigo y si vencen obtengan una medalla para participar en la liga de esta región. No soy el sheriff de la ciudad...

K - Pero en la mayoría de pueblos por los que he pasado los líderes suelen tener una posición política elevada...

J - No aquí... Esto es ciudad Malvalona, deberías saber lo que es el Global Link no?

K - Es el sistema con el cual nos podemos intercomunicar con el resto de regiones del mundo no?

J - Si, pero solo en su base. El Global Link se inició como un proyecto que permitía una mejor gestión gracias a la comunicación entre regiones, sobretodo entre las grandes potencias de cada una de estas. Pero desde hace muchos años se ha convertido en una herramienta de control de masas. Las grandes fuerzas políticas formadas por gente en el poder y empresas son las que manejan los hilos del Global Link. Ya no es un sistema de comunicación, es un método de control.

K - Pero igualmente no puedes hacer algo por la gente?

G - Deja estar el tema, no conseguirás nada con esto. El mundo esta en las manos de unos cuantos, simplemente vive lo mejor que puedas y aprovecha la "libertad" que tienes. Es lo que todos hacemos...

El profesor Tir vio que las cosas se iban poniendo poco a poco más y más negras. Así pues decidió dar por concluida la reunión en la cafetería y trasladó a todo el grupo de nuevo al laboratorio. Allí les esperaba el resultado del análisis de la megapiedra.
Una enorme maquina que emitía tanto luces como pitidos empezó a imprimir una enorme lista de parámetros. Todo indicaba a un pokémon.

T - Celsius! Es tal como las piedras indicaban, no cabía duda de que iba a ser un pokémon eléctrico!

C - Pero de que pokémon se trata?!

Y gracias al resultado de la máquina los cinco descubrieron que el pokémon al que permitía megaevolucionar era...



Capítulo 23: Preparativos

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Tras obtener los resultados los chicos decidieron volver al hotel, el profesor Tir les pidió tiempo para seguir analizando la composición y otras cosas de la megapiedra. De vuelta Kredan no pudo evitar dar algo de dinero a algunas de las personas que encontró por la calle. Celsius le advirtió que muchas de ellas iban a gastar el dinero que tanto le había costado ganar en comprar todo tipo de cosas muy fuera de lo que necesitaban para vivir en realidad. Al llegar al hotel decidieron ir a la piscina cubierta de la que disponían. Era una piscina en la que podían bañarse los pokémon junto a sus entrenadores. El lugar era amplio y iluminado puesto que se encontraba en una de las plantas más elevadas y tenía grandes vidrieras como el resto del hotel. Al llegar vieron a unas cuantas personas que disfrutaban del lugar con sus pokémon, había Maril y Azuril, Magikarp, Lotad y Ludicolo. El lugar no estaba muy concurrido porque la mayoría de la gente que se hospedaba allí eran altos ejecutivos que terminaban sus trabajos más tirando al anochecer. Celsius sacó a Lapras de su pokeball directamente en la enorme piscina y se metió junto a él. El agua estaba climatizada por lo que era agradable a pesar de que la temperatura aún fuera algo fría en el exterior. Kredan se quedó en la orilla de la piscina junto a Binks, que parecía emocionado con tantos pokémon acuáticos.
El rato pasó y queriendo o sin querer pudieron escuchar algunas de las conversaciones que se daban por el lugar. La gente en general hablaba de trabajo y ganas de relajación. Pero algunas personas tenían conversaciones algo más desagradables. Algunas personas tenían un ego tan elevado que se tomaban el derecho a insultar y a reír a cerca de la gente que se encontraba en la calle. Algunos utilizaban términos como "basura" o "desechos" para referirse a las personas que no tenían dinero para vivir bajo un techo. Kredan se iba calentando poco a poco y empezó a mirar con odio a algunas personas, pero antes de que explotara Celsius se puso a "jugar" con Lapras lanzando Surf de un lado para otro de la piscina. Una de las olas se llevó por sorpresa a las personas que estaban mal hablando, y todos en la piscina se rieron de la situación. Celsius se disculpó rápidamente con una sonrisa en su cara, que lo delataba por completo, pero que no podían contestar.
Al poco rato los dos se fueron para la habitación, se ducharon y bajaron al lujoso restaurante del hotel, que estaba perfectamente situado en una de las plantas más elevadas para que se pudieran contemplar las estrellas.

K - Me sabe mal aprovechar tanto lujo... - Kredan parecía un poco fuera de lugar.

C - Tranquilo, para eso estoy trabajando. - Celsius se reía.

K - Oye, gracias por lo que has hecho en la piscina, pensaba que iba a estallar de un momento a otro!

C - No me digas? Se podía ver desde Kanto tu cara de mal humor! Tranquilo, la mayoría de los que estábamos allí teníamos ganas de que pararan...

K - No puedo entender como la gente puede llegar a ser tan despreciable... Como se pueden reír de las desgracias de los demás?

C - Es la sociedad que se ha ido creando con el tiempo... Mientras unos se han ido volviendo más ricos y han podido vivir mejor otros han ido perdiendo, al final es como en una batalla, alguien ha de perder para que otro gane...

Los chicos se dieron una vuelta por el bufé libre, cogieron aquello que mejor aspecto tenía y volvieron a la mesa. El restaurante era enorme, tenía montones de mesas y hasta un lugar en el los pokémon podían estar comiendo mientras sus entrenadores cenaban tranquilamente. Todo estaba pensado hasta el más mínimo detalle para el disfrute del cliente y sus compañeros.

K - Me alegra ver que hay lugares donde pokémon y entrenadores pueden compartir espacio, pensaba que no sería así después de ver la ciudad...

C - Los únicos perjudicados son las personas que no pueden trabajar, eso les lleva a no tener dinero y terminan en un bucle infinito que les impide volver a recuperarse en la mayor parte de casos... El resto está muy cuidado, si tienes dinero...

K - No entiendo por que Jamo no hace nada al respecto... Se supone que es el líder de... - Celsius le cortó antes de que terminara.

C - No tiene nada que hacer... La situación está fuera de su alcance. Lo conozco, no es una mala persona, le cuesta iniciar proyectos, pero si puede ayudar a alguien lo hará... El problema es que ahora mismo se ha convertido en una imagen política del lugar, es quien pone la mejilla para recibir, mientras los altos ejecutivos del lugar controlan la economía y con ello la sociedad. No les interesa alguien que ponga en riesgo ese equilibrio que han creado...

La cena siguió acompañada de segundos platos y más charla sobre el tema. Al llegar a los postres el tema cambió.

C - Tengo ganas de saber más sobre la megapiedra! Tu no? - Sus ojos se iluminaron como diamantes.

K - Claro! Quien iba a decir que sería la megapiedra de Manectric! Me sorprendió la verdad! - Sus ojos también brillaban como diamantes.

C - Me pregunto tantas cosas! Eso que hice mis propios análisis iniciales cuando volvimos a mi casa! Tardé montones de semanas en redactar todo y en analizar un poco por encima la piedra! Esta rodeada en misterio sin duda.

K - Cuanto tiempo crees que les tomará? - Parecía impaciente.

C - No tengo la menor idea, pero seguro que se hará eterno! Porque no pasamos mañana a ver a Jamo al gimnasio? Seguro que estará combatiendo.

K - Claro!

Después del postre los chicos decidieron ir a pasear un poco por la ciudad, que a pesar de estar cubierta de un manto nocturno seguía altamente iluminada. Muchas tiendas seguían abiertas y un montón de personas pasaban de un lado a otro, ajetreados como si el día acabara de empezar. Sin duda era algo que Kredan no había experimentado jamás, pero para Celsius era algo bastante normal. Kredan le pidió a Celsius que pasaran por algunas tiendas, este accedió y visitaron algunas, donde miraron productos y compraron todo tipo de artículos. Kredan compró montones de mantas con el dinero que llevaba encima. Al principio Celsius no entendía porque, pero al cruzarse con una persona pidiendo en la calle lo entendió. Kredan regalaba las mantas a la gente que estaba en la calle, sabía que no era mucho, pero al menos les serviría para no pasar frío. Celsius se unió a la causa y compró algunas conservas y algo de comida caliente, los dos repartieron calor a la gente de aquella ciudad cuyo corazón parecía estar congelado desde hacía años. Después volvieron al hotel y descansaron como críos toda la noche.

Por la mañana temprano Kredan fue a las afueras de la ciudad y llamó a Noivern para verlo. El pokémon estaba perfectamente pero Kredan sabía que estaba aburrido, lo podía notar. Así pues se montó a lomos de Noivern y dieron una vuelta por encima de la ciudad haciendo todo tipo de piruetas y acrobacias. Noivern disfrutaba viendo sufrir a Kredan cuando hacía peligrosas maniobras. Más alzada la mañana volvió con Celsius que se encontraba desayunando en el restaurante del hotel. Cuando terminaron de desayunar los dos fueron a ver a Jamo al gimnasio Malvalona. Era un gimnasio de tipo eléctrico y todo estaba ambientado para darlo a entender. El edificio por fuera estaba decorado con todo tipo de generadores de electricidad, dentro de unas enormes cúpulas de cristal que protegían a la gente de la corriente que se generaba dentro. Al entrar el cabello de Kredan se empezó a encrespar, las puntas se le levantaban. Por suerte para Celsius nada sucedía con su reluciente cabeza. Todo el techo del gimnasio tenía tubos de cristal por los que corría la corriente eléctrica. En medio un enorme estadio presidiendo la sala, que en aquellos momentos era un campo de batalla. Jamo se encontraba peleando junto a su Negatium en lo que probablemente era una batalla para obtener la medalla Polaris que Jamo entregaba a los retadores que conseguían derrotarlo. El retador usaba a Blaziken, la batalla era encarnizada. Negatium se movía veloz por el campo de batalla, que se encontraba completamente electrificado, seguramente por el movimiento Campo Eléctrico de alguno de los pokémon de Jamo. Blaziken seguía de cerca a Negatium, lanzando poderosos Puño Fuego y Patadas Ígneas, pero la velocidad de Negatium era algo mayor y le permitía esquivar los golpes al milímetro. El retador dio un cambio a las expectativas de la batalla ordenando un poderoso Terremoto, pero Jamo fue más allá y grito Copión, lo que permitió que Negatium ejecutara el mismo movimiento que el rival. Negatium saltó y dio un potente golpe contra el suelo creando una potente ola de energía que lanzó por los aires al Blaziken rival. La batalla había concluido, Jamo y el retador se dieron la mano, después de eso Jamo habló un rato con él. Kredan se pudo fijar en algo, Jamo gesticulaba exactamente como la persona con la que hablaba, recordó que la sensación que tuvo al hablar con Jamo por primera vez fue la de estar hablando con alguien a quien conocía de siempre. < Supongo que el hecho de imitar algunos gestos y la forma de hablar lo hacen ver más cercano, se adapta sin duda a la persona con la que está! >. Se lo comentó a Celsius mientras esperaban a que terminara de hablar con el retador. Celsius se rió y le dijo que siempre había sido así, que era una persona muy adaptable.

K - Sin duda Copión es un movimiento que le va como anillo al dedo a su pokémon! Son sin duda el uno para el otro!

C - Si lo dice el señor rango C especial de conocedor pokémon debe ser verdad! - Celsius usó un tono burlesco.

Al poco rato el retador decidió irse del gimnasio y Jamo fue a recibir a Celsius y Kredan.

J - Que tal todo chicos? - Se le veía claramente feliz por la victoria.

K - Muy bien! Veníamos a ver que tal te las apañabas! Ha sido un gran combate. - Kredan le dio la mano en señal de camaradería.

C - Como siempre genial! - Celsius hizo igual.

J - No quieres intentarlo una vez más Celsius? - Jamo sonrió.

C - Nah, paso ya sabes que solo tengo a Lapras y sin duda eso te da la ventaja, además no se me da tan bien pelear...

K - Yo no diría lo mismo, considero que puedes dar un buen espectáculo!

C - Quizás en otra ocasión...

J - Prefieres probar tu, Kredan?

K - Claro! Pero vamos a las afueras si no te molesta, no es que no quiera pelear aquí, siento que parezco el personaje de alguna serie de ficción con el pelo así! Pero mi pokémon no puede entrar aquí!

J - Vaya... pues vamos si quieres! - Jamo parecía muy intrigado por ver que clase de pokémon no entraba en su gimnasio.


Al salir Kredan llamó a Noivern, Jamo no podía creer lo que veía, se volvió loco al ver a un pokémon tan raro.

J - Es un Noivern verdad?! Eres de Kalos?! - Parecía saber absolutamente todo sobre el tema.

K - Si! Pero no es mio, por eso no lo puedo meter en una pokeball, no quiero que la gente de la ciudad lo vea, montaría un escándalo seguramente.

J - Claro! No es molestia, vamos a pelear aquí mismo!

Así inició la batalla entre Noivern y Negatium. Los dos eran extremadamente rápidos. Negatium mantenía una constante ráfaga de Rayos, Noivern los esquivaba y lanzaba su oscuro vendaval cada vez que Kredan veía un hueco. Jamo se veía presionado, así que pasó a usar su anterior estrategia, ordenó a Negatium que esquivara todos los movimientos de Noivern, a la espera de un movimientos que le permitiera dar el golpe de gracia usando Copión. Pero para su desgracia Kredan tan solo atacaba con Vendaval y algún Pulso Umbrío. La batalla duró un rato, pero al final el que se alzó con la victoria fueron Kredan y Noivern.

K - Esperabas que usara un movimiento de tipo dragón verdad? - Le decía mientras se daban la mano.

J - Eso es! Me extraña que no usaras movimientos como Cometa Draco o Pulso dragón... pensaba que los acabarías usando por lógica. Me he confiado! Pero no importa! La próxima vez que peleemos voy a usar una estrategia mucho mejor te lo aseguro, además usando solo un pokémon no soy tan bueno, lo mio es batallar de tres en tres! Espero poder demostrarte de lo que soy capaz la próxima! - Jamo parecía motivado a pesar de la derrota.

Los tres comentaron la batalla mientras volvían al gimnasio, ninguno parecía dar importancia a la victoria o la derrota, solo disfrutaban de toda la batalla en sí.
Celsius y Kredan pasaron el día en el gimnasio, viendo como Jamo se enfrentaba a sus retadores.
Al día siguiente el profesor llamó a Celsius y se dirigieron inmediatamente allí. El profesor tenía algo que decirle y pronto iban a descubrir cual sería su próxima meta. 




Capítulo 24: Nuevos horizontes

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La llamada era clara, quería ver a Celsius en el laboratorio, necesitaba dar nuevas ordenes. Los chicos fueron raudos hasta el laboratorio, a pesar de ir caminando redujeron el tiempo a casi la mitad de lo que tardaron en llegar la primera vez. Al llegar el profesor los esperaba en la sala en la que habían estado investigando la megapiedra, los invitó a observar un par de artilugios que tenía sobre la mesa.
En aquella mesa de color blanco completamente liso se encontraban un collar que tenía la megapiedra, perfectamente colocada. Era obvio que lo habían preparado para que un Manectric la pudiera llevar cómodamente. El profesor miró fijamente a Celsius:

T - Que te parece? -  No pudo evitar sonreír al pronunciar las palabras.

C - Es para mi? Si no tengo ningún Manectric, además Jamo sería mucho más apropiado para el trabajo de campo con la megapiedra, el usa pokémon de tipo eléctrico en su gimnasio! - No podía creer lo que le pedían.

T - Es todo tuyo, tu la obtuviste y tu harás el trabajo de campo, además he escuchado por ahí que ahora estás más interesado en las batallas pokémon, no?

C - Si bueno pero...

T - No hay peros que valgan! Es toda tuya! Tu próximo trabajo será obtener un Manectric y estudiar de cerca su megaevolución! - El profesor reía sin parar muy orgulloso.

K - Vaya! Que suerte tienes Celsius! No todo el mundo se puede permitir el lujo de ir por ahí con un megapokémon! - Parecía algo envidioso, pero a la vez emocionado y contento.

El momento de felicidad pronto se acabó y se transformó en algo un poco más serio. Celsius quería hablar con el profesor seriamente sobre su posición en el laboratorio. Así pues le pidió subir a la cafetería para charlar tranquilamente.
Los tres parecían algo tensos, así que no se demoró en empezar el tema:

C - Tir, me gustaría hablar sobre lo que voy a hacer durante una temporada... Ya le explicamos todo lo sucedido en Azuliza la última vez... La cosa es...- Antes de terminar el profesor terminó la frase.

T - Quieres intentar mejorar para no cometer los mismos errores, algo así como limpiar tu historial supongo!

C - Algo así, no quiero decir que no seguiré con la investigación, es más probablemente lo que haga me ayude mucho con el proceso de investigación del fenómeno "mega". Por eso quiero tener carta blanca para ir por mi cuenta al menos durante un tiempo!

T - Sabes que te tengo un cariño especial... Eres un joven prometedor y con un futuro enorme en la empresa... Además me ha costado horrores convencer a los de arriba para que sea una persona con poca carrera la que se encargue de la megapiedra... Pero que demonios! Te tengo mucho aprecio y por eso mismo dejaré que hagas las cosas a tu manera! Solo te pido que vayas contactando conmigo de vez en cuando, me preocupa que te puedas ver involucrado en otro problema como el de Azuliza! Así que mientras me pases la información todo bien! - Sonrió y estrecho con Celsius su enorme mano.

C - Muchas gracias profesor! Le prometo que le mandaré informes cada x tiempo.

T - Primero ves al taller de Gerdenor, le encargué que preparara la piedra activadora! Sin ella no podrás megaevolucionar a ningún pokémon!


Los chicos se dirigieron al taller donde trabajaba habitualmente Gerdenor, el camino no era demasiado largo desde el laboratorio, pero fue suficiente para dar saltos de alegría y hablar extensamente del gran paso que había dado Celsius en su carrera. Los chicos estaban muy emocionados.
El taller se encontraba entre dos grandes tiendas, no destacaba demasiado en tamaño, pero era bastante antiguo en comparación con el resto de edificios y eso lo hacía resaltar bastante. Las paredes llevaban años sin pintar y las puertas eran unas cuantas verjas metálicas que tenían bastante óxido. < No me lo imaginaba así...> Pensó Kredan al ver aquel lugar maltrecho. Su opinión cambió al entrar dentro del edificio, las instalaciones contaban con algunos aparatos anticuados y rudimentarios pero lo que predominaba era la maquinaria de alta gama.
Gerdenor parecía ocupado haciendo algo en un rincón, mientras un montón de hombres fornidos y de aspecto sumamente varonil iban de un lado para el otro con enormes piezas de metal.

K - Yo pensaba que Gerdenor se ocupaba de todas las reparaciones...

C - Bueno de la mayoría de cosas se ocupa él, pero le exigen que priorice en según que cosas, por eso hay todo un equipo de personas que se encargan de lo que el no puede hacer, de verdad creías que él solo iba por toda la ciudad reparando todo? - Celsius se reía.

Gerdenor estaba tan concentrado en lo que tenía en sus manos que no se dio cuenta de la entrada de los dos muchachos. A los pocos minutos levantó la mirada de la mesa, secó el sudor de su frente, retiró las gafas que llevaba puestas y suspiró. Fue en ese momento cuando se dio cuenta de que tenia visita.

G - Vaya! A ti te quería yo ver! Mira lo que tengo para ti! - Levantó de la mesa su obra maestra.

K - Y que se supone que es? Veo la piedra activadora pero es una muñequera?

G - No! Pero si a la vez, me he puesto al día y he recuperado de los trabajos de mi padre este invento. Normalmente se puede ver como una muñequera metálica pero el metal que la compone es fino y flexible, por lo tanto puedes usarla en cualquier lugar, tobillo, cuello, muñeca obviamente o cabeza si quieres! He pensado que a tu lustroso ser le gustaría! - Tras las palabras rompió en carcajadas, que eran inevitablemente contagiosas.

C - Vaya lo puedo colocar incluso por dentro de mi gorro de lana! Es muy útil!

Celsius dejó la fina tira entrelazada con la lana de su gorro, en un lateral ya que de frente a Kredan parecía que no le gustaba.
Gerdenor los invitó a pasear por la ciudad, era su hora del descanso y necesitaba aire puro, aunque no lo fuera realmente. Los tres pasearon un buen rato por las calles de la ciudad, que seguía como siempre abarrotada, Gerdenor iba señalando todo lo que él mismo había reparado una, dos o decenas de veces. Al rato los tuvo que dejar y los dos muchachos decidieron rehacer lo que habían hecho la anterior noche. Repartir algunos víveres y mantas a la gente que lo necesitaba. Kredan se quedó prácticamente sin dinero, Celsius le dijo que no se preocupara, que si no encontraba la forma de ganar dinero en estos días él cubriría los gastos básicos.

La noche pronto se les echó encima y habían olvidado lo más importante de todo, la llamada a Festa. Aún no sabían si estaría dispuesta a entrenarlos después de tantos días, antes de llamar fueron a cenar al hotel. Los dos subieron a la azotea, se sentaron en un pequeño banco y se prepararon para la llamada.

K - Crees que seguirá dispuesta a ayudarnos? Han pasado unos cuantos días...

C - Estoy algo nervioso, pero decidido! Si no nos ayuda ella tendremos que buscarnos la vida, yo he de investigar la megaevolución igualmente!

K - Tienes razón! Hay muchas más formas de hacerlo!

Eso fue lo último que dijeron antes de llamar. Kredan pulsó sobre el nombre de Festa en su pokenav con determinación, y la llamada se inició.
A pesar de que estaban preparados para cualquier respuesta los chicos no pudieron evitar sentir nervios mientras escuchaban uno a uno los tonos de la llamada.
A pesar de que no tardó tan siquiera ocho segundos en responder la espera se hizo eterna, y el sonido de descolgar del teléfono casi les provoca un paro cardíaco a los dos.

K - Festa!? Soy Kredan, el chico que tenía a Noivern en Azuliza, me recuerdas?

F - Claro, llamas por lo de entrenaros para mejorar antes de una nueva situación de riesgo verdad?

K - Exacto! Tanto yo como Celsius hemos decidido... - Pero le contestó antes de que pudiera terminar de introducir su situación.

F - La respuesta ahora mismo es NO.

Celsius no podía escuchar lo que Festa decía, pero la cara de Kredan era más que suficiente para entender lo que le había dicho. Se había quedado pálido y con la mirada derrotada. Todas las facciones de su cara contestaban a Celsius con el mismo "NO" que él había oído por el aparato.

Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 04 de Junio de 2015, 06:34:47 am
Capítulo 25: Trasnochar

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La cara de Kredan era como un libro abierto, pero por desgracia Celsius no quería creer lo que en él podía leer.

K - Bueno Festa nosotros...

Antes de que acabara la frase el aparato empezó a comunicar. La llamada se había terminado, en su mente quedó grabada la sencilla palabra, NO. Tras guardar el pokenav Kredan miró fijamente a Celsius, él le devolvió la mirada.

K - No se que podemos hacer... - Estaba profundamente abatido.

C - La verdad, tenía esperanzas en encontrar una salida en su propuesta... Arriesgamos la oportunidad, pero...

K - Debemos ser consecuentes, nuestra decisión fue la de obtener resultados de la megapiedra! Entonces partamos de eso! Investiguemos por nuestra cuenta el poder de la megapiedra!

C - Claro! - Parecía algo forzado.

Pasaron un rato en la azotea, conversando de como iban a emprender un nuevo viaje juntos, de donde irían, de la captura de Manectric y algunas otras cosas, pero era obvio que estaban algo deprimidos. Al rato decidieron dar un paseo por la ciudad, tomar un café en algún lugar y meditar con tranquilidad lo que iban a hacer. Pasaron por una de las zonas donde habían estado proporcionando ayuda a los más necesitados, pero por alguna razón no había nadie allí. Los chicos simplemente pensaron que lo mas probable era que las personas de allí hubieran cambiado de calle o que estaban resguardados del fresco en algún lugar. Pero quedaba lejos de la realidad. Pronto una de las mujeres a las que habían ayudado apareció un par de calles más adelante.
La habían despojado de lo poco que tenía y se encontraba tirada en el suelo. Los chicos se acercaron rápidamente al ver que su vida podría estar en peligro. Tenía la cara llena de golpes y magulladuras.

K - Que te ha pasado?! - No pudo evitar gritar mientras Celsius la levantaba.

La mujer les explicó que un grupo de jóvenes habían aparecido de la nada y empezaron a robar y golpear a las personas de la calle. Los chicos parecían divertirse maltratando a la gente que no podía permitirse el lujo de tener un techo bajo el cual vivir y se entretenían despojando-los de sus pocos recursos.
En el momento que lo escucharon los rostros de Celsius y Kredan se llenaron de una violenta expresión, no parecían las mismas personas que eran normalmente. Celsius llevó a la mujer a un pequeño centro para gente con problemas económicos, lo subvencionaban algunas compañías, entre ellas de comida, de ropa, etc... Mientras Kredan dio una vuelta rápida por el lugar, después se dirigió a un parque donde se encontraría con Celsius. Por gracia o por desgracia el lugar donde habían quedado era uno de los "patios de juego" donde se reunían algunas personas para abusar de las personas más necesitadas. Los dos estaban decididos a entrar en una trifulca, muy probablemente a favor del mal.
Los chicos se acercaron tranquilamente mientras el grupo de jóvenes se reía de sus "hazañas" nocturnas. Uno de los tipos que allí se encontraba se percató de su presencia. Se giró y les preguntó que querían.

K - Vaya! Queríamos ver que tenéis esta noche chicos! Nos hace mucha ilusión participar en vuestros asuntos! - Sonrió mientras hablaba en un tono casi humorístico y desenfadado.

Inocentemente el joven contestó y alardeó de como habían estado robando mantas y comida a la gente de la calle. Cada una de las frases que decían resonaban con fuerza dentro de las cabezas de Celsius y Kredan.

" Le hemos pegado una paliza! Y aun así nos suplicaba que no le robáramos sus cosas! Afirmaban que era un regalo, jaja. Seguro que lo habían robado! Son insectos, no deberían ni dignarse a hablar con nosotros, no ven que somos distintos? Estamos hechos de otra pasta!"

Kredan silbó, Celsius sacó la pokeball de su mochila.

K - Dime, cual crees que es el límite para que aprendan? Siento que si no me impongo un límite no pararé jamás de golpearlos! - Sus ojos estaban abiertos de par en par, su ceño fruncido y casi parecía que iba a romper a llorar, la rabia que lo invadía no necesitaba descripciones.

C - Si tu lo conoces avísame... Espero que esto termine diferente a lo que pasó en la cueva... aunque no tengo claro si realmente merecen ser perdonados por alguien.

Lapras se encontraba en medio del parque, su rostro aterrador era el de un pokémon más bien salvaje y no el de uno criado. Bajo las luces de la ciudad se movió una enorme sombra, el grupo de jóvenes habían sacado de su pokéball a sus respectivos compañeros. Entre ellos un Banette, Grovyle, Swampert, Dustox, Breloom y Honchkrow. A pesar de ser 6 personas ninguno de los dos retrocedió un paso. Grovyle y Dustox iniciaron el ataque. Mientras uno se acercaba rápidamente con un potente Hoja Aguda en ambos brazos el otro esparcía Polvo Veneno por el campo. Breloom se lanzó por uno de los laterales de Lapras para evitar quedar atrapado en el movimiento de su compañero, mientras Honchkrow iniciaba una trayectoria en parábola para atacar desde arriba.

C - Lapras, Rayo Hielo a Breloom! - Celsius había obtenido todos los datos que necesitaba.

El chico al cual pertenecía Dustox empezó a reír a carcajadas, pensó que su Polvo Veneno y el Hoja Aguda iban a dar en el blanco. Lapras acumuló energía mientras abría su boca y en pocos segundos proyectó un poderoso rayo hielo sobre Breloom que lo recibió de pleno confiando en su estabilidad de tipos. De repente un poderoso viento azotó el frente rival, dispersando así el movimiento de Dustox. Tras el vendaval Noivern bajó al suelo aterrizando sobre Grovyle y llevando en una de sus patas a Honchkrow. Breloom había quedado atrapado en el hielo que Lapras había provocado, que le había dejado inmóvil una de sus piernas.

C - Lapras Rayo Hielo! Esta vez a Dustox! - Su mirada parecía seguir al dedillo cada uno de los movimientos del rival, seguía el ritmo de la batalla como un poderoso comandante.

K - Noivern, Vendaval sobre Breloom.

Lapras ejecutó al segundo el movimiento que impactaba de forma más que precisa sobre Dustox dejando a este fuera de combate de un solo golpe. En esa misma milésima de segundo el oscuro Vendaval de Noivern rodeaba y aprisionaba con fuerza a Breloom, que se vio abrumado por la tremenda presión. Pero se habían olvidado completamente de la presencia de Banette que aparecía furtivamente de la sombra de Lapras preparado para ejecutar un potente Garra Umbría que emanaba una energía llena de violencia. Para su desgracia ellos habían ignorado la presencia de un tercer contendiente. Binks estaba allí y cubrió a Lapras con un inquebrantable Reflejo que paró gran parte del daño. Lapras se giró y tras la orden de su entrenador lanzó un fuerte Poder Pasado, combinado con el de Binks lanzado a la orden de Kredan. Los cuerpos de los dos pokémon brillaron con una luz plateada, Banette estaba demasiado cerca y era imposible escapar del golpe. Pero su entrenador fue más rápido y le ordenó usar Sombra Vil lo que le permitió moverse bajo la sombra de Noivern. Justo cuando iba a golpear al pokémon Lapras cambió la trayectoria de su ataque, lanzando así un concentrado haz de tonos plateados que impactó sobre el enemigo. Binks había detenido su ataque y fue Noivern quien con su Pulso Umbrío finalizó la batalla.

Después de ese combate Kredan y Celisus se dirigieron a los jóvenes, estos parecían querer pelea, era obvio que en cuanto a personas estaban en clara desventaja, pero Noivern y Lapras les ayudaron a darles su merecido. Uno de los chicos estaba escondido con su Swampert tras unos arbustos, llevaba con él todo lo que habían robado aquella noche. Al ver la horrible situación en la que se encontraba, estando sus amigos recibiendo unos cuantos golpes y teniendo sus rivales tres pokémon y él tan solo uno, decidió salir corriendo. Celsius se percató de ello y propuso perseguirlo, pero antes de que pudiera correr más de cuatro metros se topó con Gerdenor.
El robusto muchacho no entendió la situación, estaba dispuesto a dejar pasar al joven a pesar de los gritos que Celsius y Kredan le hacían pidiendo que lo atrapara. Pero el joven decidió encarar a Gerdenor.

" Aparta maldita basura! Eres idiota o que?! " Fueron las desesperadas palabras del joven que intentó huir con su botín y su pokémon.

G - Te crees muy gracioso no? Vienes de un circo o has nacido así?

Gerdenor sacó una pokéball de su chaleco, donde llevaba también algunas de sus herramientas. Inició un combate, que duró un solo golpe.

El Swampert del chaval se puso en guardia y trató de ejecutar el movimiento Cascada, pero el imponente Kangaskhan de Gerdenor lo frenó en seco usando su potentísimo Retribución, que impactó directamente en su cabeza mientras se dirigía a Kangaskhan rodeado de agua, dejandolo tumbado en el suelo, que quedó lleno de grietas.

G - En tu cara payaso! - Dijo Gerdenor con una cara y un tono totalmente burlonas.

Los chicos agradecieron a Gerdenor, el cual se estaba arrepintiendo de lo que había hecho, ya que el suelo lo acabaría arreglando él mismo! Al final los chicos recibieron su "merecido" de la mano de los tres muchachos. Y así la noche terminó, siendo muy probablemente el mal el que había ganado la batalla.

A pesar de que estaba casi amaneciendo los chicos fueron a ver a la gente de la calle para devolver sus pertenencias y despedirse. Después de todo aquello los dos habían decidido partir en busca de nuevos rivales para volverse más fuertes. Sentían que por fin habían hecho algo útil por alguien. Se sintieron algo aliviados.

Fueron a descansar unas pocas horas en el hotel para ir algo más frescos en su primer día. Poco esperaban que pronto iban a cambiar de nuevo su trayectoria...


Capítulo 26: Cacería

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Kredan se despertó, no eran más de las siete de la mañana, parecía tener una llamada, corrió a cogerla y permaneció despierto a partir de ese momento. Celsius por su lado tardó en despertar, el agotamiento le permitió descansar dos horas más que a su amigo. Recogieron todo lo que tenían, bajaron a desayunar y se fueron despidiendo todos los lujos a los que ya se habían acostumbrado. Antes de partir rumbo a ningún lugar decidieron parar a ver al profesor, a Jamo, a Gerdenor y a la gente de la calle. Después fueron a una cafetería, mientras tomaban un café y un zumo, Kredan y Celsius respectivamente, charlaron sobre su próximo destino.

K - Donde se supone que podemos encontrar Manectric salvajes? - Preguntó entre sorbos.

C - Se supone que debemos salir por el este de la ciudad, antes había más vegetación pero ahora no queda mucho, si vamos conseguimos salir de la zona urbana y entrar en las llanuras quizás encontremos algo...

K - En estos días he estado comprobando mapas del lugar, hay que admitir que la expansión de esta ciudad es importante! Me fijé que por el este hay un canal de agua subterráneo!

C - Exacto! Antes era un trozo de río, se dice que el caudal de éste era tan grande que la gente lo cruzaba a nado o sobre sus pokémon! Suena increíble que pueda existir algo así justo bajo nosotros!

K - Sin duda te gusta el agua! También he visto que hay una ciudad sobre las copas de los arboles!

C - Claro, es ciudad Arborada, allí hay un gimnasio pokémon donde llevan años especializados en el tipo Volador!

K - Me encantaría pasar por allí! Podríamos proponer esa meta!

C - Si, eso aumentará sin duda nuestras capacidades, además de que tendremos más posibilidades de ver algún Manectric!


La charla continuó un rato, pero al fin los chicos tenían un lugar al que ir, su meta era obtener a Manectric y llegar a ciudad Arborada. Así pues decidieron emprender el viaje. Caminaron unos cuantos minutos antes de lograr salir de la urbe. Tras cruzar la salida encontraron ante ellos un basto campo, a penas parecía que justo detrás tenían una de las ciudades más avanzadas en el mundo de la tecnología. Kredan llamó a Noivern y desde algún lugar el pokémon descendió para saludarlos. Noivern había estado solo durante unos cuantos días pero no parecía que le molestara en absoluto, lo que sorprendió un poco a Celsius:

C - Es normal que dejes a Noivern a solas?

K - No, porque?

C - No parece que le haya importado estar sólo todos estos días...

K - Eso es porque lo he ido visitando de vez en cuando, además con los oídos que tiene puede saber si me pasa algo o no, supongo que por eso se mantiene calmado.

C - Ya veo, eres increíble Noivern! - Le dijo mientras acariciaba la cabeza del pokémon, el cual parecía feliz.

K - Por cierto me gustaría preguntar algo, es sobre lo que pasó en Azuliza... - Bajó un poco el ritmo de sus pasos.

C - Dime...

K - Como sabias que Lapras sería capaz de lanzar Poder Pasado? Hasta ese momento a penas tenías idea de como pelear bien junto a tu pokémon...

C - Eso! Recuerdas que tardamos un montón en salir de Oromar verdad? No solo tardé mucho en completar el informe, además investigué un poco usando la GL (Global Link) para buscar algo de información sobre Lapras, después de lo que ocurrió en el mar aquella noche me di cuenta de que no había estado a la altura... Descubrí que algunos Lapras nacen con la capacidad de usar Poder Pasado y después de entrenar contigo pensé que podría ser un gran movimiento!

K - Ya, entiendo... Pero solo algunos Lapras?! Entonces simplemente te la jugaste?

C - Eso es! Además no eres el más adecuado para quejarte sobre ese tipo de reacciones impulsivas!

Los chicos terminaron teniendo un pequeño pique entre ellos, que los ayudó a que el camino se les acabara haciendo corto. Para cuando se dieron cuenta habían llegado cerca de un par de casas. Las estructuras de madera, llenas de plantas enredadas por las paredes y llegando hasta los tejados, el aire fresco y el medio en el que se encontraban las hacían de lo más curiosas.

K - Que hermosas! No es raro que haya casas en medio de una ruta por la que la gente puede ir?

C - Claro que no... el problema es que no están en ninguna ruta... y tampoco nosotros...

K - No me digas que nos hemos perdido?! - Parecía algo horrorizado.

C - Que hacemos?

K - Ir a preguntar, digo yo...

Los dos se acercaron a una de las casas, la más grande de las dos. Se disponían a golpear la puerta cuando de repente una joven chica abrió de repente.

? - Hola?

K - Eeeeeeh... Hola, somos viajeros y nos hemos desviado de la ruta podría decirnos como salir de aquí?

? - Claro, esperad!

La chica entró en su casa rápidamente, dejó la puerta totalmente abierta sin ningún cuidado. De la puerta salió una mujer mayor, algo regordeta, su cabello rizado similar a una esponja de ducha de color caoba resaltaba por encima de su cara, que era redonda, algo arrugada pero con una enorme sonrisa pintada en ella. La mujer se presentó como Blin, decía ser la dueña de la casa:

B - Esta es mi nieta Hisa, vivimos con mi hijo, pero ahora mismo no está! Podéis pasar los dos, adelante.

K - No si lo que queríamos era salir de aquí, volver al camino para ir a Ciudad Arborada!

B - Será mejor que entréis, va a empezar a llover y os queda mucho camino por delante.

C - No se si es buena idea, pero bueno... - Le susurró a Kredan.

K - Si algo fuese a pasar Noivern nos ayudaría, se quedará por aquí.

B - Tu pokémon puede ir bajo la cubierta! Si no terminará mojado! - Le dijo a Kredan.

K - Claro! Gracias... - Fue entonces cuando se dio cuenta de algo.


Kredan se percató de algo, él no había comentado nada acerca de la propiedad de Noivern, es más el pokémon era apenas visible desde esa distancia si no se le prestaba atención. Por otro lado no era un pokémon común en aquella región. Muchas cosas parecían ir mal, no podía ser todo simple coincidencia. Así que le comunicó todo al oído de Celsius que ya había puesto un pie dentro de la casa.

Hisa, la nieta, era una joven de aproximadamente 17 años, era tan alta como Celsius, su constitución era bastante similar a la de su abuela pero tenía el cabello liso y negro por completo. Al entrar vieron que la casa era totalmente rural, todo estaba decorado con muebles de madera, tallas, mantas y tapetes hechos a mano de todo tipo de colores.

B - Tenéis algún pokémon más con vosotros no?

K - No! Solo llevo a mi Noivern! - Kredan se sobresaltó y sus sospechas cada vez se hacían peores.

C - Viajamos con un solo pok...

H - No podéis engañarnos. - Hisa lo cortó antes de que pudiera terminar sus mentiras.

C - No entiendo...

H - Podemos ver que lleváis más pokémon. Uno en la chaqueta y otro en uno de los bolsillos de tu mochila.


La situación se puso realmente violenta, los chicos no entendían nada de lo que estaba pasando allí, lo que era claro es que aquellas personas sabían más de ellos de lo que podían imaginar. Y muy pronto sabrían porque...



Capítulo 27: Visión

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K - Como sabéis todo eso?! - Kredan entró en un estado de defensa.

Celsius miró la puerta de salida que se encontraba detrás de Hisa, en su mente planes como "empujar y salir corriendo" iban pasando rápidamente.

B - No os preocupéis, no hay nada de lo que preocuparse... Pero si vamos a ser sinceras al menos pedimos sinceridad, no creéis que es lo justo? - La mujer sonrió.

Los chicos estaban algo alterados, pero tenían la seguridad de que si algo sucediera Noivern podía dar apoyo desde fuera.

K - Muy bien, mi nombre es Kredan, viajo por el mundo para volverme más fuerte, por eso ayudo a Celsius con el misterio de la megaevolución. También tengo, como ya habéis dicho, otro pokémon. Es Binks, mi Carbink.

C - Y yo soy Celsius, soy investigador del laboratorio Malvalona, viajo para obtener información sobre la megaevolución. Llevo siempre conmigo a Lapras, mi más fiel compañero... - Celsius no estaba tan seguro de lo que estaban haciendo, temía lo peor y seguía pensando que la mejor opción sería huir.

Tras las presentaciones Blin invitó a los chicos a que tomaran asiento. Los dos accedieron y se sentaron en el sofá que presidía el salón. Era particularmente llamativo por sus estampados florales de todos los colores, más claros y más oscuros. Una vez sentados, Blin se sentó en una butaca que tenían a un lado del sofá principal. Además de ese también había otro más al otro lado y los tres se encaraban en una pequeña mesita de porcelana decorada con todo tipo de artilugios y figuras de madera que parecían talladas a mano. Celsius no pudo evitar fijar su mirada en ellas, tenían formas parecidas a algunos pokémon, pero eran algo abstractas.
Blin le pidió a Hisa que retirara todo lo que había en la mesa y mientras ella lo hacía empezó a conversar con los muchachos:

B - Como os he dicho nosotras vivimos aquí con mi hijo. Pero hace un mes o así que salió de viaje. Algo perturbó sus pensamientos, nos dejó con un mensaje tal como " Madre, cuida a Hisa hay algo que va mal en la región, he de ir a comprobar que está pasando!" - Hisa reía algo indignada.

K - Vaya... Suena bastante descuidado, no?

B - Tu has dicho que viajas por el mundo verdad... esto... Kredan?

K - Exacto! Viajo para ser más fuerte! Además tengo mucho interés en ver como funciona la megaevolución! - Lo dijo bastante entusiasmado.

B - Y dime, no dejaste atrás a tu familia igual que ha hecho mi hijo?

Kredan no dio ninguna respuesta, parecía que le habían dado donde más le podía doler. Antes de poder responder a nada Hisa intervino:

H - El chico larguirucho! Ven un segundo a echar un cable con la cafetera!

K - Esto... yo? - Aun estaba algo aturdido.

H - Claro! Cuantos chicos ves aquí? Entre los dos eres notablemente más alto... en fin, vienes o vas a dejar a una dama sola ante la adversidad? - Usó un tono más que burlesco, era obvio que trataba de sacarlo de aquella situación, pero no era demasiado simpática.

K - Claro, ahora mismo voy.

Kredan se levantó y fue a la cocina que se encontraba cerca de allí a ayudar a Hisa. Por otro lado Celsius y Blin se habían quedado a solas, la mujer lo miraba fijamente, se veía venir que tenía algo que decir y su nieta le había echado un cable.

B - Seré clara, confías en Kredan? - Su voz no denotó ni una pizca de duda, tenía muy claro lo que iba a decir.

C - Supongo que si, a pesar de ser el motivo de muchos problemas...

B - Entonces no confías en el plenamente? - Sonrió.

C - Si, confío plenamente en él! Es mi amigo, no dudaría ni un momento en ayudarme, me lo ha demostrado bastantes veces en muy poco tiempo, a pesar de ser impulsivo y a veces muy depresivo, estoy seguro de que no me dejaría a la estacada jamás. Y siento que no podría dejarlo a él en la estacada! No es eso simplemente la amistad?! - Celsius parecía algo enervado por las preguntas. Lo había hecho dudar de sí mismo.

B - Entonces que sabes de él? Solo sabes lo que nos acaba de decir verdad?

C - Claro, no necesito saber nada más.

Blin iba a seguir hablando con Celsius pero la cafetera ya hacía ruido y eso le dio la señal de que debía detener la conversación. Pocos minutos después Kredan llegaba con una bandeja llena de pastas y café. Celsius se rehusó a tomar café, pues no le gustaba demasiado, pero los demás tomaron una buena taza.
Tal como había dicho Blin las primeras gotas de lluvia ya se oían golpear impacientes los cristales y el tejado de la casa. Los chicos estaban algo impacientes por saber quienes eran aquellas personas, pues aún no les habían dicho nada.

H - Si no os importa os explicaré yo de forma breve quien somos realmente. Nos llaman la familia de la Visión. Seré muy breve, aviso. Nos llaman así porque a pesar de ser ciegos podemos ver, pero vemos el mundo de una forma muy diferente.

El silencio se hizo por unos segundos, pronto Celsius reaccionó.

C - Que sois ciegas?! Pero si nos podéis ver, si no como...

B - Eres demasiado breve cariño, como quieres que lo entiendan con tan poca información. Perdonadla, yo os lo contaré, pero requiero vuestra atención en un cien por cien, nada de distraer la mente con otras cosas. Lo que os contaré es complicado de entender.

Lo que Blin les explicó fue lo siguiente. Aquello a lo que la gente llamaba Visión era la capacidad de distinguir la energía natural que corre por todos los seres vivos del planeta. Blin les contó primero las bases de lo que era llamado popularmente Energía Infinita:

B - Supongo que habréis escuchado algo sobre la Energía Infinita. Todos los seres vivos del planeta tienen energía, al morir esa energía se disipa y entra en el flujo infinito del planeta, la teoría dice que dicha energía es infinita porque al morir esta vuelve al flujo y termina convertida en algo nuevo. Gracias a ella muchos investigadores y inventores pudieron avanzar milenios en ciencia y tecnología. La gran parte de los objetos que se utilizan hoy en día partían de esa base. El ejemplo más interesante es sin duda el de las pokéball. Una pokéball fuerza a un pokémon a convertir su cuerpo sólido en energía pura para contenerlo dentro de una pequeña esfera de bolsillo. Además al capturar un pokémon la pokéball toma parte de la energía de quien la lanza para mezclar-la con la energía del pokémon. Para que lo entendáis, vuestras pokéballs ponen vuestra firma en la energía de los pokémon que capturáis. Una vez entendido lo que es esa energía lo demás es fácil, nosotras simplemente vemos todo el tiempo esa energía que para el resto de personas es normalmente invisible.

Los dos chicos quedaron anonadados, parecían conocer buena parte de la teoría, sobretodo Celsius, pero no podían creer que de verdad aquellas personas fueran realmente ciegas.

H - Lo que nos diferencia es que vosotros para ver necesitáis que una luz se refleje en aquello que deseáis ver, nosotras lo podemos ver incluso en la oscuridad, aunque lo vemos diferente por lo que sabemos.

C - Por eso las figuras de pokémon que hay talladas son tan extrañas no? - Celsius cayó en la forma abstracta de las tallas de madera rápidamente.

B - Exacto! Ese es nuestro punto de vista, supongo. - Empezó a reír a carcajadas.

<Pero sigo sin entender muchas cosas, si han visto a Noivern deberían saber que no es mi pokémon... como han sabido que si lo era...> Kredan tenía aun muchas dudas sobre las personas que los habían acogido amablemente en sus hogares.

A pesar de no saber muy bien si aquellas personas los iban a ayudar o no, los dos tenían claro que aquello que les habían contado era sin duda difícil de creer, y aún tenían mucho por descubrir sobre aquella Visión y sobre la Energía Infinita... Pero poco a poco lo irían entendiendo...

Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 04 de Junio de 2015, 06:35:17 am
Capítulo 28: Espacio Rural

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Había muchas cosas que ninguno de los dos entendía, pero era claro que no les iban a hacer nada malo, si no probablemente ya lo hubieran hecho y no les habrían contado nada. Celsius aún estaba algo pensativo por el tema de Kredan, aunque sus palabras fueron de confianza su mente no podía evitar plantear que había detrás de Kredan. Aún no sabía porque el vendaval de Noivern era negro, ni de quien era el pokémon antes de que Kredan lo llevara. Por su lado Kredan parecía absorto en el como podía saber que el pokémon lo llevaba él, si no estaba su energía registrada, ya que no lo había capturado él. Hisa se dispuso a llevar la bandeja con los restos de las pastas y el café, pero Blin la detuvo y se levantó para hacerlo ella.

La situación era algo incómoda, los dos chicos no sabían donde mirar o que pensar.

H - Queréis pelear? - Dijo mientras se estiraba hacia atrás en la butaca.

Ninguno de los chicos respondió, no tenían claro tan siquiera que hacían allí, pero por otro lado no tenían nada mejor que hacer.

C - Si quiero pelear... Será uno contra uno si no te importa, solo dispongo de...

H - Lo se, lo se... recuerdas que lo puedo ver? - Se mantenía obstinada.

Kredan decidió no salir en aquel momento. Prefirió ir a ayudar a Blin a lavar las tazas y los platos. Celsius y Hisa salieron, a pesar de que llovía a cantaros.

H - Espero que no te de miedo que llueva un poco...

C - Tranquila, estoy acostumbrado al agua! - Parecía algo más firme gracias a la concentración en la batalla.

Hisa sacó de una superball a su pokémon. Era un Masquerain, bastante grande, alcanzaba prácticamente el metro de altura.

C - Wow! Jamás había visto un Masquerain tan grande! Pero no me pienso achantar! - Dijo mientras lanzaba la pokéball de la cual salía Lapras.

Los pokémon estaban cara a cara. Celsius conocía las debilidades de Masquerain y contaba con movimientos poderosos a su favor. Por otro lado Hisa parecía totalmente tranquila. El combate empezó.

Masquerain inició la batalla con un Danza Aleteo, no recurrió a las ordenes de Hisa, parecía saber lo que tenía que hacer. Por su lado Celsius empezó a dar ordenes desde su posición como un gran estratega de guerra. Lapras lanzó su rayo hielo tratando de golpear en uno de los puntos débiles de su rival, pero Masquerain era demasiado rápido y esquivó fácilmente el rayo. Lapras lanzó uno tras otro el movimiento rayo hielo, pero Masquerain seguía esquivando sin cesar mientras bailaba al son de Danza Aleteo. Celsius recurrió al plan B y ordenó a Lapras que detuviera el ataque. Lapras esperó a que Masquerain hiciera su movimiento para ejecutar después él el suyo. Sin mucha demora Masquerain se encontraba concentrando energía sobre sus dos alas. Se trataba del movimiento Doble Rayo. La esfera de energía se llenaba de tonos turquesa y carmesí que se proyectaron hacia Lapras a una velocidad inesperada. Celsius ordenó un Poder Pasado. Pero era demasiado lento y Lapras terminó encajando el duro golpe. Por suerte su resistencia era mayor de la que esperaba su rival. Lapras siguió con Poder Pasado, pero mientras la energía grisácea se acumulaba en el cuerpo del pokémon, Masquerain ya estaba lanzando otro Doble Rayo que impactó rápido y certero dejando fuera de combate a Lapras.

C - Lapras! - Corrió hacia su pokémon.

H - Vaya, se nota que eres un novato... esperaba bastante más...

C - No me juzgues! Tu ni siquiera has apoyado a tu pokémon. Tan solo te has quedado observando...

H - Te equivocas, no necesito usar palabras para comunicarme con Masquerain.

C - Como?!


Kredan no podía creer lo que oía. Lo que Blin le había dicho tenía más sentido del que podía creer.

K - De verdad podéis comunicaros con vuestros pokémon mediante vuestros lazos?!

B - Eso es, pero solo si los lazos son realmente fuertes.

K - Pero eso es...

B - Imposible? No creo que debas sorprenderte por eso, no haces tu algo similar?

K - Como...

Kredan sabía que no era seguro para él estar allí con Celsius, y debió asegurar sus secretos.

K - Promete que no contarás nada, no quiero que él lo sepa...

B - No sois amigos? Celsius cree ciegamente en ello - Parecía querer alguna cosa.

K - Claro que lo somos, por eso no debe saber nada... A menos sepa, mejor.

B - Tranquilo no diré nada, pero quiero que os quedéis aquí un tiempo, necesitamos una ayuda ahora que mi hijo no está. Podríais ayudarnos con las tareas del hogar durante un par de semanas? No os hará ningún mal. Así consigo que mi nieta consiga ser un poco más social. Como verás le cuesta hablar con desconocidos.

K - Claro, si tan solo es eso...


Celsius y Hisa llegaron de fuera, empapados hasta arriba, Celsius parecía no creer nada de lo que pasaba a su alrededor. Blin les pidió que fueran a bañarse para no coger un resfriado. Hisa se adelantó y fue antes que ellos. Kredan fue a hablar con Celsius.

K - Blin me ha contado algo increíble...

C - Que se pueden comunicar con sus pokémon sin hablar verdad?

K - Exacto... también te lo han dicho? Te ha dicho algo más? - Parecía nervioso.

C - Hay algo más?! No me digas, que más pueden hacer, volar?

K - A no, me refería a que Blin me ha pedido que le echemos un cable con las tareas del hogar unas semanas a cambio de la hospitalidad...

C - No se por donde esta la hospitalidad en la paliza que me acaban de dar pero bueno... Prefiero seguir con lo nuestro... Nos quedamos hoy y mañana seguimos con lo de Manectric... Será lo mejor...

K - No puede ser! No nos vamos a aprovechar de ellas sin ayudarles a cambio! Además... Blin! No viven por aquí algunos Manectric o Electrike?

B - Si claro! Hay unas cuantas manadas por los alrededores!

C - En serio?! Excelente, entonces no veo ningún inconveniente!

K - Menos mal... - Dijo en voz baja.


Después de todo lo que pasó los chicos acabaron accediendo a la petición de Blin para quedarse en su casa durante unas semanas. Celsius estaba entusiasmado porque iba a poder conseguir rápidamente al pokémon que le abriría un gran mundo en el campo de la investigación de la megaevolución. Pero Kredan parecía más bien aliviado. Parecía que se había salvado de algo.



Capítulo 29: Llovizna

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Después de todo el ajetreo y de decidir que se quedarían un tiempo más Kredan salió fuera de la casa.

K - Voy a ver a Noivern! Vuelvo en un segundo! - Dijo tan rápido que apenas dio tiempo de escucharlo antes de que cerrara la puerta.

Celsius se quedó dentro, tenía algo de frío, pero el baño estaba ocupado aún. Aprovechó el momento para indagar un poco en el salón de la casa y en resto de habitaciones. Todo tenía colores tan vivos que era increíble pensar que las personas que vivieran allí fueran incapaces de percibirlos. Caminó lentamente por algunos pasillos y llegó hasta la cocina. Era la primera vez que él entraba puesto que fue Kredan quien fue a ayudar a Hisa y se quedó con Blin. La cocina estaba perfectamente ordenada. Las paredes eran de un color amarillo mazorca que daba gran sensación de vejez en conjunto con la penumbra de la ventana, la lluvia y las gotas que quedaban en el cristal y la luz encendida que era también de un color amarillento. Todo parecía hecho hacía mucho tiempo. Blin estaba allí, removía con un largo cucharón lo que parecía algún tipo de estofado dentro de una enorme olla a la cual parecían quedarle pocos años de vida.

C - Mmmm. Huele fenomenal! - No pudo evitar compartir lo que sus sentidos le susurraban tras oler el vapor de la olla.

B - Que te parece! No te puedo dar la receta! Es un secreto de mi familia! - Dijo sin dejar ni un segundo de remover mientras reía.

Blin le dio una toalla y lo invitó a sentarse en uno de los taburetes de madera y mimbre que se escondían bajo una pequeña mesa de madera que parecía plegable. Celsius accedió, secó un poco su cara y su inexistente melena, después dejó la toalla sobre el taburete para no mojar todo con sus pantalones que aún estaban llenos de agua. El mantel de la mesa era tan colorido como el resto de la decoración del hogar. Celsius no pudo evitar preguntar lo que llevaba rato pensando:

C - No se si te va a molestar o no, pero me gustaría saber algo...

B - Dime hijo, no hay muchas cosas que me molesten después de tanta vida.

C - Si no podéis ver la luz reflejada no podéis ver colores...

B - No es del todo cierto, a lo largo de mi vida he aprendido lo que es el "color" para vosotros, y te aseguro que la energía que nosotros vemos es bastante similar.

C - Vaya, quiere decir que veis los colores de los objetos en la energía?

B - Para nada. Los objetos por sí mismos no tienen energía, por lo tanto no te puedo decir cual es el color que tu ves en ellos.

C - Entonces?

B - Nosotros vemos la energía de las cosas vivas. Es más, el mundo en sí esta lleno de energía. Fluye por todos lados. Hay objetos que ha hecho la gente que tienen parte de su energía. Cuando trabajas en algo y le pones ganas dejas atrás también parte de tu energía, algo así como una firma. De este concepto probablemente nacieron las pokéball.

C - Entonces todo tiene la energía de quien lo hizo?

B - No, solo aquello que se ha hecho con ganas, amor, cuidado, esfuerzo, sacrificio, empeño... Por ejemplo, la piedra activadora que llevas en la cabeza desprende energía de diversos colores, además de eso la cinta en la que esta colocada desprende una energía amarilla de lo más risueña. Seguramente quien la hizo disfrutó al crear ese objeto!

C - Me sigue pareciendo increíble! Como es que nadie sabe que estáis aquí? Quienes sois y vuestras capacidades, estoy seguro de que serían de utilidad para el mundo de la investigación!

El rostro de Blin cambió por completo. Su rostro denotaba tristeza y rencor, no era la primera vez que veía una cara así. Un escalofrío recorrió su cuerpo y su sonrisa desapareció de su rostro. Sabía que había errado, pero no entendía donde ni porque.

H - Nadie sabe que estamos aquí y quien se pierde por aquí nunca se llega a enterar del tema de la Visión. - Dijo Hisa desde el pasillo.

Celsius se levantó, quería ir a hablar con ella.

H - No vengas, aún no me he vestido, solo he venido porque he visto a mi abuela...

Celsius se quedó quieto, se volvió a sentar mientras escuchaba los pasos de Hisa que volvía al baño.

B - Disculpa mi reacción. Es solo que he recordado cosas que no son demasiado agradables.

C - Supongo que he cometido un error. Perdona... De veras no era mi intención.

Kredan escuchó parte de la conversación desde el pasillo, donde se había cruzado a Hisa. Cuando la vio no pudo apartar su mirada de sus ojos. Los ojos de Hisa eran de preocupación, parecía a punto de romper en llanto. A pesar de ir tan solo con una toalla no pudo ver nada más que eso. Después de que Celsius se disculpara entró a la cocina.

K - Necesitas ayuda Blin? - Dijo amablemente.

B - No tranquilo, creo que a Hisa le queda poco para salir, deberíais preparar algo de ropa limpia antes de ir a ducharos.

C - Claro, vamos.

Los dos se fueron. Celsius le contó toda la conversación a Kredan. Parecía que él si entendía el porque de aquel rostro, pero no parecía dispuesto a decirle nada. Celsius decidió analizar con calma que podría ser el motivo de aquella reacción.

Al poco de coger la ropa que se iban a poner para cambiarse Hisa salió del baño.

H - No hagáis manitas ahí dentro pareja... - Parecía atacarlos con sus sarcasmos de nuevo.

K - No tengo intención de hacerlo tranquila!

Celsius seguía pensando en lo suyo. Se acercaba poco a poco a aquello en lo que se había equivocado. Sabía que había algo de malo en su última frase, pero le faltaba alejarse de su perspectiva para entender el problema.



Capítulo 30: La primera noche

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Los chicos se ducharon, el baño era lo suficientemente grande como para caber los dos con tranquilidad y espacio. Por suerte a nadie se le cayó el jabón en ningún momento, tan siquiera hablaron demasiado. Celsius parecía abocado totalmente en lo que había podido decir y Kredan estaba absorto en sus pensamientos. Ninguno de los dos era consciente de la existencia del otro. Después de ducharse salieron y el estofado de bayas de Blin ya estaba puesto en la mesa. Fuera seguía lloviendo, el ruido de las gotas golpeando la madera, el hierro, el cristal, era lo único que se escuchaba. No parecía que nadie tuviera intención de decir nada. Al final Blin decidió romper el hielo:

B - Bueno chicos, como pensáis investigar la megaevolución? Veo que tenéis lo necesario para usarla sobre Manectric.

K - Bueno lo primero supongo que sería capturar uno y probar la megaevolución... A partir de ahí no tengo la menor idea...

C - Usaremos la megaevolución en distintas situaciones. Ajustaré parámetros a raíz de diferentes pruebas. Es todo ensayo - error.

H - La ciencia siempre funciona mejor con los errores no? - De nuevo se mostraba sarcástica.

C - No entiendo que he hecho mal, pero no creo que merezca ser tratado así! - Celsius explotó, no soportaba estar ahí sin más y no entender lo que pasaba.

B - No la culpes. Su abuelo murió por la ciencia...

Celsius se preguntó si lo que pasó era que murió mientras trabajaba en un laboratorio o en una investigación. Hisa lo negó, de malas maneras, no sabía expresarse de otra forma. Blin parecía dispuesta a seguir con lo que intentaba explicar, pero necesitaba relajarse primero. La mujer dejó su cuchara en la mesa, secó sus arrugados y finos labios y tras una buena bocanada de aire empezó la explicación.

B - Os hablaré de mi marido. Mi marido poseía la Visión igual que todos en nuestras familias, es algo que hemos heredado. Antiguamente había más gente que poseía la Visión. La era de la comunicación empezó a entrar en su auge y las cosas cambiaron rápidamente cuando llegamos a ser adultos. Todo iba más deprisa de lo que podíamos entender. Antes la gente como nosotros era bien vista por el resto, no eramos bichos raros ni nada por el estilo, es más se nos consideraba un linaje más puro que el de otras personas. Se nos conocía como los Ojos de Arceus. Anteriormente había más gente que poseía capacidades especiales, hablar con los pokémon, ver la energía, controlar la mente de los pokémon, hay quien dice que la cantidad de habilidades poco típicas de un ser humano eran prácticamente ilimitadas. Pero para nosotros no eran nada especial, nacimos así, tal como ahora nos veis. Por desgracia después de que la tecnología evolucionara de una forma tan extremada la gente como nosotros dejó de ser normal, dejamos de ser seres humanos para convertirnos en "especímenes extraños". Mucha gente venía al lugar donde vivíamos por aquel entonces y nos hacían preguntas, nos pedían muestras de adn y muchas otras barbaridades. Nos llegaron a pedir que nos dedicásemos a criar como conejos para que ellos pudieran hacer experimentos con los embriones y los niños que nacieran. Nosotros siempre nos negamos. Conocíamos a más gente como nosotros, algunos se dejaron llevar por los bienes que prometían y por la "fama", otros decidieron vivir sin decir absolutamente nada sobre su realidad para evitar ser tratados como monstruos de alguna feria.

K - Es horrible...

B - No es todo. Un día un hombre llamado Entir. Era un investigador joven. Vino y se nos presentó como un genio en la investigación de los misterios del mundo. Parecía diferente del resto de personas que nos habían visitado. Cuando hablaba con nosotros no nos trataba como bestias salvajes que no tienen sentimientos, nos trató como seres vivos iguales, con diferentes maneras de ser. El joven era prometedor, habló con nosotros largo y tendido de sus investigaciones, de sus planes y de su vida en general. Nos venía a ver una vez a la semana, si no recuerdo mal venía cada sábado. Llegaba por las mañanas y se iba por la tarde, vivía en ciudad Malvalona, todo esto pasó cuando aún vivíamos en unas casas en medio del camino a Arborada.
Entir era entusiasta y trabajador. Vio a nuestro hijo desde que era un enano y más adelante vimos nosotros al suyo, que nació unos pocos años más tarde. Era un niño precioso, aunque su cabello era bastante raro. - Blin rió un poco, pero después continuó la historia con una expresión cada vez más seria. - Al cabo de los años mi marido accedió a ir con él a su laboratorio, después de tanto tiempo conociendo al muchacho las cosas ya no eran raras en lo absoluto, simplemente le echaba una mano en sus investigaciones. Lo que le pasó a mi marido allí no lo se, lo único que se de aquel lugar es que los experimentos por los que le hicieron pasar fueron tan monstruosos que no salió con vida ni después de la primera hora allí. Eso lo descubrí tiempo después gracias a la mujer de mi hijo, que me ayudó a buscar información. Yo por mi parte noté que mi marido dejo de estar vivo, nuestro vínculo era tan grande que sabíamos cuando las cosas iban bien o mal. Incluso cuando dejó de existir. Pude notar como su vida se desvanecía, era como escuchar en mi oído el débil latir de su corazón que se iba apagando poco a poco hasta desvanecerse. Nunca jamás olvidaré la sensación que dejó aquel momento en mi vida. Jamás...

Celsius y Kredan no pudieron evitar llorar, de tristeza y de rabia. Fue duro ver a aquella buena mujer, con la cara arrugada y los labios apretados fuertemente, llorando desconsolada como si todo aquello lo estuviera viviendo en aquel mismo instante.
Celsius se disculpó. Entendió perfectamente que, a pesar de que sus intenciones no eran las mismas que las de Entir, lo que había dicho hirió los sentimientos de Blin. También se disculpó con Hisa, sabía que no se había comportado de la forma más correcta.

El resto del día pasó sin demasiados altibajos. Lo pasaron observando la lluvia, charlando de unas y otras cosas y cenando tranquilos. La noche llegó a aquel lugar igual que al resto de sitios donde el Sol no alcanzaba. Blin les dejó usar la cama de matrimonio de su hijo para que descansaran. Los dos estaban algo conmocionados y no dudaron en ir a dormir temprano. Al día siguiente planeaban ir a buscar algún Manectric para empezar con el proceso de investigación.

A pesar del cansancio Celsius no era capaz de conciliar el sueño. Así que decidió levantarse y ir un rato fuera ya que había dejado de llover. Se movió cauteloso por los pasillos, Kredan dormía más profundamente que un Snorlax y no parecía que fuera a levantarse, pero no quería molestar a Blin y a Hisa. Al pasar por la habitación de Hisa pudo escuchar unos tremendos ronquidos y no pudo evitar reír un poco, aunque fue una risa silenciosa.

Al abrir la puerta un aire frío congeló los dedos de sus manos y pies que no tenían nada para cubrirlos. Además de su pobre cabeza que quedó totalmente helada. Pero no se dejó atemorizar por el frío y se mantuvo de pie, apoyando su hombro en el marco de la puerta. Inevitablemente se mojó parte del pijama porque la madera aún contenía humedad de la lluvia. Se quedó unos cuantos minutos allí, en silencio, observando la oscuridad casi perpetua, solo perturbada por la luz de la luna que casi era llena y las estrellas. La luz se reflejaba en las pequñas gotas que había sobre arboles y arbustos y que se precipitaban como perlas sobre la hierba.
El hecho de estar en total silencio le permitió seguir escuchando un poco los ronquidos de Hisa, el susurro del viento que atravesaba sin dudar las ramas de los arboles, agitándolos provocando la caída de más gotas, casi como si estuviera jugando con ellos. También oyó la respiración de Noivern, que dormía justo en una de las caras de la casa. Fue un momento casi mágico para Celsius, que había vivido ajetreado muchos días desde la última vez que estuvo en casa. Respiró de aquel aire tan fresco tan profundamente como pudo y llenó sus pulmones de un frescor renovador. Sentía que las cosas iban avanzando, pero tenía algo de miedo, no sabía hacia donde lo acabarían llevando sus pasos. < No puedo parar ahora, he de seguir adelante, sin temor... No se como hacer las cosas de la forma más correcta, pero estoy seguro de que no puedo parar aquí...>. Poco a poco el frío y el sueño se apoderaban de él. Así pues, decidió volver dentro de casa para dormir un rato y no pillar un resfriado.

Antes de poder dar la vuelta una enorme silueta en el cielo danzó a la luz de la luna. No cabía duda, era la silueta de Lugia. Por desgracia, Celsius tuvo tiempo de ver aquella silueta que a pesar de lo hermosa que pudiera parecer, se sentía siniestra, con una presencia que intimidaba. Celsius quedó perplejo al observar aquella sombra aérea. Era como si el destino le desafiara. Decidió no contarle nada a Kredan, no después de como reaccionó aquella vez. En cambio su determinación para seguir investigando la megaevolución se volvió mucho más firme y férrea, casi inquebrantable. 



Capítulo 31: Caminos concretos

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La mañana llegó a aquel rincón del mundo, igual que en cualquier otro sitio. El Sol brillaba con fuerza y despertaba a todos los inquilinos de la casa de madera, excepto a uno que llevaba un rato despierto. Blin estaba en la cocina preparando el desayuno para todos. Celsius se despertó con el primer rayo de Sol que atravesaba la ventana de la habitación y golpeaba directamente su cara. Kredan dormía profundamente, incluso después de levantar del todo la persiana y dejando que la luz llenara por completo la instancia.

C - Siempre igual... ¡Vamos Kredan despierta! - Como siempre le tocaba a él levantar a su compañero.

K - No porfi... Cinco minutillos más... - Remoloneaba tapando su cara con las mantas.

C - ¡Ni cinco ni treinta, levanta tenemos que ir a buscar un Manectric!

Al escuchar la frase Kredan abrió los ojos de par en par, se destapó y se levantó como si de una máquina se tratara. Pocos segundos después se arrepintió de abrir tanto los ojos.
Hisa seguía roncando, cuando los muchachos ya estaban sentados en la mesita de la cocina preparados para desayunar Blin fue en busca de su nieta para intentar despegarla de la cama.
El cabello de Kredan estaba completamente desaliñado, como si de un Tangela se tratara, por otro lado el de Celsius se mantenía en perfecto estado, sin cambios en la zona...
Cuando Hisa llegó a tomar el desayuno los chicos ya habían terminado. Y sin esperar ni un instante Celsius preguntó:

C - ¿Donde podemos encontrar a los Manectric? ¡Tengo ganas de capturar uno ya mismo!

B - Si que tienes prisa, si. Esperad a que Hisa desayune, ella os llevará por el bosque para encontrar al pokémon que buscáis.

H - Pero yo no...

B - Irás! Ayuda a estos muchachos, además aprovechad el camino y recoged algunas bayas y madera. No hace falta que traigáis muchísimo de nada, pero al menos que no sea productivo solo para vosotros! - Se reía.

H - Vaaaaaleeeee... - No parecía entusiasmada con la idea.

Kredan y Celsius salieron fuera para esperar a Hisa, se aburrían estando dentro tanto tiempo, tenían ganas de acción. Kredan fue a ver a Noivern, el pokémon revoloteaba feliz por los alrededores. Parecía gustarle el lugar en el que estaban. Y la verdad es que a todos se sentían igual, era un lugar hermoso, lleno de vegetación, aire fresco... No tenía nada que envidiar a una gran ciudad, allí tenían todo lo que uno pueda necesitar. < Pero no es el momento> Pensaron Celsius y Kredan, aun sin saberlo pensaron lo mismo en el mismo momento.
Hisa salió, llevaba un par de enormes mochilas, se las dio a los chicos, las iban a necesitar para cargar la materia prima.

H - Llevo algo de comida, seguramente no volvamos hasta el anochecer o por ahí. - Hablaba con desprecio, se veía a leguas que no era una de sus tareas favoritas.

K - ¡De acuerdo! ¡Vamos!

C - ¡Eso es!

Hisa sacó de la pokeball a Masquerain, Kredan quedó sorprendido por el tamaño del pokémon.

K - ¡Es enorme! ¿Como puede ser tan grande?

H - Es así, ya sabes, los mejores suelen imponer más que los débiles no? - Su pokémon y ella se reían.

K - Sin duda estáis muy unidos, parecéis hermanos.

H - Por cierto, tu no eres de Kalos? Como sabes el tamaño medio de un Masquerain? - Dijo tan aguda como de costumbre.

K - Soy un conocedor pokémon, he estudiado bastante, no se muchísimo de nada, pero conozco bastante en términos generales.

C - ¡Además es muy bueno, tiene un permiso especial y todo!

Los chicos debatieron durante un rato el oficio de Kredan y siguieron caminando. El bosque cada vez se volvía más espeso y difícil de atravesar. Al poco tiempo llegaron a lo que parecía la entrada a las entrañas del bosque. La madre naturaleza había diseñado con esmero aquel lugar, parecía gritar a todo aquel que se le acercaba que aquello era la entrada a un lugar distinto. Dos grandes arboles situados uno en paralelo del otro presidian la entrada. Un montón de enredaderas los escalaban y se unían formando un precioso arco natural decorado con cientos de flores de colores lilas y azules, de distintas formas y tamaños. El camino más adelante se volvía oscuro pero algo iluminado, por unas luces azules que se movían de forma misteriosa.
Los chicos contemplaron el lugar durante unos instantes, parecía la puerta a un mundo distinto al que estaban pisando. Pero Hisa iba por faena y se adentraba sin pensar. Ellos la siguieron sin dudar.
La humedad y la vegetación que era cada vez más y más cerrada ahogaban a Kredan, que parecía cada vez más nervioso, como si lo sometieran a constante estrés.

C - Oye, estás bien?

K - No te acuerdas verdad? Tengo claustrofobia... - Cada vez respiraba con más dificultad.

H - Madre mía... La gente en general es tan endeble como vosotros dos o sois un caso excepcional?

K - No estoy de humor para escuchar tus estupideces... camina un poco más rápido, o es que no puedes? - Su temperamento poco a poco se volvía inestable.

C - Vamos chicos, parad ya con la tontería.

H - Si tan bueno te crees porque no nos guías tu? - No tenía intención de detener la disputa.

K - Seguro que lo haría mejor que tu...

H - ¡Repite eso y os dejo aquí tirados!

Por suerte no tardaron en salir fuera, Kredan decidió disculparse por su actitud, pero Hisa siguió en sus trece.

K - En fin, donde estamos? - Empezó a recuperar el aliento.

H - Avancemos un poco más y lo veréis.

Apartaron del camino unos cuantos matorrales y maleza, caminaron un poco más y encontraron una espléndida explanada que parecía no tener un final. El lugar era hermoso, tenía unos cuantos arboles, algunos enormes, otros que parecían simples retoños. Un montón de pokémon corrían de un lado para otro. No solo Manectric y Electrike, también Beautifly, Dustox, Wurple, Silcoon y Cascoon. En un pequeño lago se encontraban Lotad, Lombre y Ludicolo, Feebas y Milotic, que iban desde el lago y subían por una cascada hasta la parte superior de una pequeña meseta. No solo esos, también Taillow, Swellow. Maril, Azuril y muchos más. Eran una enorme variedad.

K - ¿Donde estamos? Mi pokenav no detecta ninguna señal desde aquí. Y por más que miro el mapa no soy capaz de situar este lugar...

H - Os lo contaría pero no puedo.

C - ¿No puedes? Si hasta nos habéis contado lo de la Visión...

H - Esto es diferente. No os lo puedo contar de ninguna forma.

Los chicos la miraron a la cara, parecía muy seria en lo que decía. No era una expresión satírica como las que siempre tenía o enfadada. Era el rostro de alguien que defendía unos valores que no debían ser quebrados. Los dos lo entendieron y no hicieron más preguntas.
Kredan sacó a Binks de su pokeball y Celsius hizo lo mismo con Lapras. Los pokémon estaban fascinados con el lugar. Los dos se pusieron a ir de un lado para otro jugando con los demás pokémon.

H - Iré a buscar la madera con Masquerain, También iré a por bayas, las traeremos aquí poco a poco y las iréis cargando. No hagáis nada raro.

C - Yo intentaré capturar un Manectric.

H - Espero que lo consigas... - Después de decir eso se fue.

K - Bueno, veamos como lo hacemos para que captures a un Manectric, no será fácil si vienen en hordas, así que tenemos que pensar en algo!


Por fin los chicos habían encontrado al tan ansiado pokémon que los acercaría un paso más en sus investigaciones. Pero el problema era como capturarlo. Así empezaron un plan para capturar al pokémon, en aquel hermoso páramo que no aparecía en los mapas...

Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 04 de Junio de 2015, 06:36:23 am
Capítulo 32: División y Captura

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Los muchachos hablaron sobre lo que podían hacer para separar a un solo pokémon del resto para iniciar el plan de captura. Por otro lado Lapras era el único pokémon de Celsius y Kredan se negaba a participar en la batalla, decía que cuando uno está dispuesto a formar un lazo con un pokémon ha de hacerlo por su propia mano.

K - Por ahora observemos sus movimientos, deben seguir algún patrón o rutina.

C - No estoy muy seguro... Además es el primer pokémon que capturaré por mi cuenta...

Los chicos se sentaron al lado de un árbol cuyo tronco oscuro les permitía apoyar sus espaldas. Pensaron que lo mejor sería actuar lo más natural posible.

K - No atrapaste a Lapras? - Dijo retomando el apunte de su compañero.

C - Bueno, si lo capturé yo, pero fue diferente. - Miró a Lapras que seguía jugando con Binks y los pokémon del lago.

K - Cuéntame, lo mejor es que no les prestemos especial atención a los Manectric, si nos ven muy pendientes acabarán notando nuestras intenciones y huirán. - Apoyó su cabeza, mirando la copa del árbol y cerrando los ojos.

C - Bueno verás, yo nací en Pueblo Oromar, el océano es todo lo que conocía cuando era pequeño. Como sabrás está situado cerca de montones de corrientes y torbellinos, lo curioso es que el pueblo nunca ha sufrido fuertes mareas ni nada parecido justo gracias a ello. Las corrientes que se supone que se formaron hace miles de años y que permanecen hoy iguales permiten que una pequeña parcela del océano se quede constantemente en calma. A los 11 años empecé a bucear con equipo especializado, me lo compró mi padre el día de mi cumpleaños. Estaba muy contento y decidí lanzarme de cabeza al agua después de tomar un buen pedazo de la tarta de cumpleaños que mi madre había preparado. El problema residía en que mi cumpleaños cae en épocas frías. - Celsius se quedó unos segundos pensativo.

K - ¿Ocurre algo?

C - Estaba pensando que, la mañana en la que me desperté después del ataque repentino de tu Noivern y justo el día en que encontramos la megapiedra en aquella cueva era el día de mi cumpleaños! - Parecía sorprendido.

K - En serio?! Vaya pues, feliz cumpleaños! Aunque con un poco de retraso. - Los dos rieron.

C - Gracias! Bueno lo que te decía. Cuando me lancé al agua no conté que podría estar tan fría. Por suerte me mantuve algo consciente y pude moverme un poco, pero el bajón de temperatura me dejó en shock, notaba como el agua me llevaba poco a poco hacia lo más profundo de su ser, era como ser tragado por un enorme pokémon. Tenía miedo y intentaba volver a la superficie pero no lo conseguía. El equipo que llevaba me daba el oxígeno para seguir respirando, pero si bajaba más y más al final temía ser aplastado por la presión del agua. Terminé inconsciente... El como acabé en una pequeña isla no lo sabré jamás, pero allí estaba. Por alguna razón terminé en un islote perdido, es típico en esa ruta marina que haya accesos imposibles por mar pero que se puedan encontrar buceando. La cosa es que con 11 años recién cumplidos me encontraba solo en la orilla de una isla diminuta, con tan solo una caverna. Tenía miedo, estaba sólo y me moría de frío, a penas sentía las extremidades. Lo único que se me pasó por la cabeza en aquel momento fue entrar a investigar aquella extraña caverna. <Que habrá dentro?!> Pensé.

K - Claro! Lo más lógico! - Se rió un buen rato.

C - Y me lo dices tu que te lanzas de cabeza a por... Bueno como sea. Entré en aquella cueva. Tuve la suerte de no haber soltado en ningún momento la linterna para submarinismo de mi equipo y pude iluminar el camino dentro de la cueva. Era una cueva increíblemente profunda, no podía entender como aquel islote mal puesto en el océano podía ir tan adentro en la tierra. Superaba de lejos mis expectativas. Y no dudé en seguir adelante. Al avanzar un muy buen trozo terminé en lo que parecía un manantial subterráneo, el agua estaba llena de luces, se trataba de Chinchou y Lanturn, eran pokémon acuáticos pero no eran de esta región y eso me fascinó! Así que me tiré de cabeza para tocarlos. Por desgracia no se lo tomaron bien y me atacaron, por suerte con movimientos de tipo agua. Terminé en la otra punta del manantial chocando con una roca llena de salientes que me dejo casi noqueado. Para mi sorpresa esa roca no era más que el caparazón del que hoy es mi Lapras. Allí estaba, era joven, a penas era más grande que yo y parecía triste y abandonado. Me sentí muy identificado con él por alguna razón. Hay tantas cosas que no se porque las hacía en aquel entonces, supongo que era joven. Al ver los tristes ojos de Lapras que derramaban lágrimas sin parar no pude evitar ir hacia él y darle un abrazo. No pareció molestarle en absoluto.

K - Vaya! Es una historia preciosa. Supongo que justo después le pediste que te sacara de allí no?

C - Te equivocas! Me subí a su caparazón y me quedé abrazado. Llevaba todo el equipo puesto y era aparatoso, pero no me importaba, sentía que eramos amigos, como si de mi propia familia se tratara. Al poco rato me quedé dormido y cuando desperté Lapras me había llevado hasta casa. No se muy bien como lo hizo pero desperté con los gritos de mi familia que pensaba que me había sucedido lo peor. Lo demás fue bastante natural, simplemente lanzar una pokéball y convertirse en mi pokémon. Desde aquel día mi pasión por las ruinas antiguas perdidas en medio del océano aumentó y me fui adaptando a las tendencias de investigación de las épocas. Por eso llevo un par de años investigando sobre la megaevolución!

K - Al final hasta me has contado como empezaste a investigar! - Se levantó poco a poco.

C - Lo uno va de la mano con lo otro. - Llamó a Lapras para que se le acercara.

Por fin los chicos habían entendido los patrones de movimiento de los Manectric y Electrike. Al principio se movían todos juntos pero poco a poco unos iban a un lado y otros a otro. Era como si tuvieran que patrullar en conjunto algunas zonas y otras en pequeños grupos. En uno de los grupos tan solo habían un Manectric y un Electrike. Los dos se acercaron poco a poco, dejando Kredan a Celsius el puesto más avanzado.

Celsius encaró a los pokémon. Miró directamente a los ojos de Manectric. El pokémon sabía bien lo que quería. Y antes de que la batalla empezara el pokémon corrió dejando atrás al joven Electrike.

K - Inténtalo con Electrike!


Celsius ordenó usar Rayo Hielo a Lapras, este sabía bien lo que su entrenador quería por sus gestos y el tono de voz que empleó. Lapras creó un pequeño ring de batalla con la escarcha que dejaba el Rayo Hielo. Electrike a pesar de ser joven parecía preparado para la batalla. Pero la experiencia en batallas reales de Lapras fue abrumadora dejando el combate zanjado en tan solo un Rayo Hielo más. Celsius no estaba seguro de si quería capturar a un Electrike, a él le interesaba más obtener directamente a Manectric. Se dio la vuelta y le pidió a Lapras que derribara el muro de hielo con Poder Pasado. Tras el agujero se encontraba Kredan que miraba fijamente a Electrike. Su mirada seria y profunda incitaron a Celsius a dar la vuelta.
Lo que vio fue a un Electrike que peleaba por mantenerse en pie de nuevo.

K - No quiere que te lleves a ninguno de sus amigos...

C - No ves que te han abandonado? No te molestes por ellos...

Pero Electrike lanzó un potente Rayo en señal de desafío. Celsius no pudo evitar sentir como el pokémon le gritaba. Era como si le pidiera que terminara sus asuntos allí con él, que se apartara del resto.

C - Eres muy joven, no lo entiendes...

K - Como conocedor pokémon te diré algo. Si quieres un verdadero compañero de viaje deja de pensar en atajos, CAPTURA a ese pokémon.

Las palabras de Kredan atravesaron el pecho de Celsius llegando directas a Electrike. Sabía que entrenar a un pokémon hasta su evolución requería mucho esfuerzo y batallas, pero parecía que el universo entero le pidiera que fuera aquel pokémon.
Celsius se giró, cogió una Ultraball de su mochila y la lanzó. A pesar de que en principio no iba a capturar a Electrike no pudo evitar sentir nervios con los movimientos de la pokéball antes de asegurarse que el pokémon estaba dentro definitivamente.

Y a pesar de que se le volvieron eternos los tres segundos, lo consiguió! Había atrapado a un joven e inexperto Electrike que aspiraba a volver la clave para avanzar en la investigación de la megaevolución!




Capítulo 33: Acogida

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Celsius lo había logrado, a pesar de no estar seguro de si las cosas iban a ir como planeaba, puesto que había capturado a un pokémon inexperto. Pero no podía evitar sentir alegría y felicidad.

K - Excelente! Lo has logrado! Estamos un paso más cerca de nuestras metas! - Se veía exaltado.

C - Si! Va a costar más de lo que pensaba, pero estoy contento de tener un nuevo amigo. - Sacó a Electrike de su pokeball.

El pokémon no parecía estar en contra, se le veía más feliz de lo que Celsius se imaginaba. Los dos se miraron fijamente. El lugar aún lleno de escarcha emanaba un vapor cristalino que adornaba el escenario. Kredan observó desde la distancia el momento. < Es magnífico > Pensó.

C - Estamos juntos en esto pequeño! Será la primera vez pero me arriesgaré a darte un nombre.

Celsius se quedó pensativo, de vez en cuando su rostro esbozaba una sonrisa, como si se le ocurriera algún nombre gracioso o algo similar. Después de meditar un rato llegó a una respuesta.

C - Te llamarás Raida! Que te parece?

Raida parecía entusiasmado con su nuevo nombre. Tanto que se lanzó a los brazos de su nuevo entrenador, de la persona con la que iba a pasar un largo tiempo y que le iba a mostrar cosas que jamás hubiera imaginado.

Kredan felicitó a Celsius, después le dijo que iría a dar un paseo por el lugar. Celsius en cambio se acercó junto a Raida a la manada de Manectric. Los pokémon al ver como se acercaba junto a su antiguo compañero se acercaron curiosos. Raida corrió hacia ellos, parecía querer despedirse de ellos antes de partir.

Por otro lado Kredan estaba dando un paseo por el claro, se acercó al lago, luego se movió de un lado para otro, con un caminar tranquilo y despreocupado, observando con detalle cada zona de aquel lugar. Jugó con algunos pokémon que andaban por allí y que se le acercaban. Había todo tipo de especies.
Al poco rato encontró a Hisa, se aproximaba con Masquerain, los dos transportaban algunos sacos, llenos de bayas y algo de madera. Kredan corrió a ayudar, aunque no podía levantar demasiado peso con su fuerza. Hisa no dudó en volver a hacer burla sobre ello, como lo había hecho con todo. Kredan no dijo nada, simplemente la ayudó.

H - Como os ha ido el tema de Manectric?

K - Bien, aunque distinto a lo que pensábamos...

H - Ha sucedido algo raro?! Sois idiotas verdad?!

K - Tranquila, no ha sucedido nada raro, solo hemos capturado a un Electrike! Como puedes ser tan maleducada?!

H - Eso crees?! - Soltó lo que llevaba encima, parecía dispuesta a enfrentarse a Kredan.

K - Puede que tengas mucha Visión pero te faltan dos dedos de frente! No tienes ni idea de como tratar a la gente, y aun así crees que eres superior al resto!

H - Oh! Ya veo! No se tratar a la gente no?! Te refieres a engañar a la persona con la que viajas?!

Unos segundos después Celsius aparecía por un lado. Venía contento junto a Raida, parecía que los dos hacían buenas migas. En aquel momento no oyó nada, pero vio que los dos volvían a discutir unos con otros. Celsius no soportaba ver como la gente discutía y los paró.

C - Ya estáis discutiendo de nuevo? Que pesados sois por dios! Anda darme bolsas y volvamos a la casa!

Los tres decidieron volver. Ninguno de ellos habló en el camino de vuelta. Las cosas se habían salido de control entre ellos. A pesar del hermoso camino que tuvieron que recorrer de vuelta ninguno de ellos pudo disfrutar. Todo se había vuelto un caos y el ambiente que había era tenebroso.
Al llegar a la casa de Blin los tres dejaron las cosas, Kredan entró directamente a la casa. Mientras tanto Celsius y Hisa colocaban las cosas ordenadamente en su lugar.

C - Porque discutís tanto? Deberíais calmaros un poco... - Dijo intentando mejorar la situación.

H - La culpa no es mía, si es un idiota incapaz de aceptar la verdad no puedo hacer nada.

C - Es verdad que a veces es un poco raro. Pero tu tampoco eres la persona más normal del mundo. Ni la más simpática seamos sinceros!

H - Tu también con eso?! Odio que la gente juzgue lo que no sabe! Además tu que vas a saber sobre tu amigo!

C - A que te refieres?

Antes de poder seguir la conversación Kredan salió de la casa, Blin estaba con él.

K - Nos vamos.

C - Como?! No nos quedábamos para ayudarlas?

K - Ya no necesitan ayuda! - Parecía alterado.

H - Huyes como un cobarde no es así?! - Intentó provocarlo.

K - Puedes decir lo que quieras. No me importa. - La mirada de Kredan era terrorífica. Estaba realmente enfadado.

H - Si no tienes miedo demuéstralo! - Al decirlo Masquerain se colocó delante de Hisa, dispuesto a entablar una batalla.

K - Nos vamos he dicho.

C - Me niego.

K - Como?! No hay nada más que hacer, lo he hablado con Blin, ya tenemos lo que buscábamos! No hay nada más que hacer aquí si no nos lo piden.

C - Te pido que te quedes aquí conmigo. - Lo miró desafiante.

Kredan parecía confuso, sus planes parecían ir en su contra. Empezó a sudar y su mirada empezó a denotar duda. Caminó de un lado para otro.

K - Pelearé contra Hisa. Si gana ella me quedaré, si gano yo...

C - Si ganas pelearás contra mi.

K - Como quieras. Si gano dejarás que haga lo que quiera.

Las cosas iban cada vez peor. El ambiente se iba tornando cada vez más hostil. Los tres chicos tenían convicciones diferentes y estaban a punto de chocar. Cada uno creía firmemente en una cosa y no parecía que quisieran ceder ni un milímetro a la opinión del resto. Blin observaba desde la entrada de su hogar la situación, entendía perfectamente que las cosas iban a empeorar por segundos, pero sabía que era algo que debía suceder. Vio claramente que lo que estaba por suceder les iba a dar algunas respuestas a los tres.


Capítulo 34: Choque

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El cielo volvía a tornarse oscuro. Al final apenas habían tardado en volver y no les había dado tiempo de comer. Blin decidió hacer pasar a todos dentro para que comieran. Kredan decidió quedarse fuera junto a Noivern, comió solo. Celsius y Hisa entraron, uno parecía decaído, la otra rebosaba ira por todos los lados.
Los dos comieron, sentados junto a Blin, cabizbajos y en silencio. Celsius no podía parar de pensar en que iba a hacer para vencer la batalla. Hisa parecía pensar solo en dar una lección a Kredan.

Al rato una fuerte cortina de agua azotó la zona en la que se encontraban. La lluvia volvía a presenciar una terrible batalla, esta vez entre amigos. A pesar de la gran cantidad de agua que caía no se apreciaba a penas el movimiento del viento. El agua caía sin cesar sobre Kredan y Noivern que parecían mantener una conversación bajo la lluvia. Al cabo de treinta minutos Celsius y Hisa se asomaron por la puerta.

C - Deberíamos esperar a que amaine! - Dijo gritando sin sacar demasiado su lustrosa cabeza.

K - Os da miedo mojaros? No tengo tiempo para estar aquí sin hacer nada. Si no peleamos ahora lo tomaré como si hubierais abandonado la batalla...

H - Más quisieras tu! - Salió enfadada y quedando totalmente mojada en segundos.

Los dos salieron. El cabello de Kredan estaba completamente pegado a su cabeza. Toda su ropa estaba igual y a pesar de que creyera lo contrario Celsius se dio cuenta de algo más que no estaba bien en él.

C - Hemos estado hablando. Queremos pelear los dos contra ti!

K - Como queráis... No es ninguna molestia ganar junto a Noivern.

H - No te crezcas tanto! Vamos a patear tu trasero! - Sacó a Masquerain de la pokeball.

Celsius decidió sacar de la pokeball a Raida. El pokémon parecía aun algo desorientado y algo molesto con la lluvia. Pero se adaptó fácilmente y se mostró determinado y listo para la pelea.

K - Se puede saber que haces?! Usa a Lapras! No me sentiré...

C - Esta es mi decisión! - Miró con firmeza a su amigo.

Blin se encontraba tras el marco de la puerta, no se podía permitir salir con aquella lluvia pero tampoco quería perderse aquella batalla. Pudo presenciar de primera mano lo que sucedió aquella tarde lluviosa, en aquella tormenta de sentimientos y sueños que chocaban unos con otros.
Kredan usó a Noivern, el pokémon se alzó por encima de su entrenador, el batir de sus alas apartaba con violencia los gotas de lluvia que se encontraban a su alrededor. Y una vez dispuestos empezaron la batalla.

La estrategia de Kredan fue obvia desde el primer segundo. Se podía ver tan solo escuchando la primera frase que sus labios pronunciaron:

K - Noivern, destruye todo a tu paso con Vendaval, arrasa su voluntad, ACABA CON ELLOS, NO PERMITAS QUE NADA NI NADIE SE OPONGA!

Celsius quedó completamente sorprendido al ver aquella reacción, no esperaba en lo absoluto una orden como esa viniendo de su amigo, pero no podía negar lo que acababa de oír. El pokémon empezó a batir con fuerza sus enormes alas y una tormenta de oscuridad se abalanzó sobre Masquerain y Raida.

C - Corre! Corre todo lo que puedas! - Fue lo único que se le ocurrió, pues entendía a la perfección lo que iba a pasar.

Por otro lado Masquerain y Hisa quedaron completamente atónitos. Hisa parecía asustada y su compañero parecía compartir el sentimiento. Por desgracia no pudo evitar el golpe y salió volando por lo aires.

H - Masquerain! Levanta! Tenemos que pelear! - Dijo tras reaccionar.

Raida pudo evitar el ataque a duras penas. El pokémon seguía decidido a pelear, a pesar de lo que acababa de presenciar, demostró una gran valentía y perseverancia.

C - Raida, lanza Rayo mientras recorres el campo de visión de Noivern.

K - Noivern, Pulso Umbrío! - No dejaba ni un solo segundo de descanso.

Raida se movió rápido por el campo mientras ejecutaba el movimiento Rayo una y otra vez. Blin que observaba desde lejos entendió lo que Celsius quería, además se sorprendió al ver a Raida esquivar con tanta agilidad el Pulso Umbrío de Noivern que parecía tener la intención de arrastrar a lo más profundo de las tinieblas a aquel que alcanzara.
Ningún ataque logró conectar durante un buen rato. Hasta que:

K - Vendaval directo a Raida!

C - Ahora! Corre debajo de Noivern y lanza Rayo!

Noivern ejecutó de nuevo su monstruoso Vendaval, pero Celsius sabía que lo haría y preparó a Raida para reaccionar a un segundo ataque. El pokémon corrió tanto como pudo y se posicionó justo debajo de Noivern donde el viento oscuro no lo tocaba, después ejecutó su mejor Rayo, que a duras penas tuvo efecto sobre Noivern.

C - Bien hecho!

K - No ves que no conseguirás nada?! Noivern usa...

Antes de dar la orden Kredan se fijó en el hermoso baile que Masquerain estaba ejecutando, se trataba de Danza Aleteo. El pokémon había aprovechado la distracción de Kredan para aumentar considerablemente su poder. El cuerpo de Masquerain brillaba intensamente, desprendía pequeños destellos multicolor.

K - Noivern! Usa Vendaval sobre Masquerain! Rápido! - Estaba completamente desesperado.

H - Ahora! Rayo Hielo!

Vendaval de Noivern impactó primero, pero Masquerain soportó el golpe y contraatacó con un Rayo Hielo de un tamaño sobresaliente. El ataque acertó de lleno en Noivern y este quedó incapacitado.

K - No! Maldita sea! Noivern! - Corrió hacia él.

Parte del cuerpo de Noivern estaba congelada. Blin salió enseguida y le dio una baya Perasi solucionando rápidamente el problema del pokémon.

B - Kredan, deberías entrar... - Le dijo mientras tanto ella como Hisa y Celsius se dirigían al interior de la casa.

Kredan entró, muy a pesar de lo que a él le gustaría. Antes de eso dejaron a Noivern en la caseta que quedaba justo delante de la casa. Era un antiguo establo donde anteriormente vivían algunos pokémon. Blin dejó un buen surtido de bayas y le aplicó una Hiperpoción a Noivern antes de ir a la casa.
La situación seguía bastante tensa. Pero ninguno podía quedarse en aquel estado. Así pues Blin los hizo ir a tomar una ducha como anteriormente, esta vez entraron de uno en uno. Después de ducharse se sentaron en la mesa del comedor.

K - Adelante, regodearos... tenéis derecho...

H - No hay nada como ganarle a alguien como tu! Tienes toda la razón!

B - Deja de ser tan hipócrita cariño. Es el momento de que habléis sobre las cosas con detenimiento.

H - Pero yo... De acuerdo... - Rectificó al observar a su abuela.

C - Si estás mal porque no me lo cuentas?

K - No estoy mal, solo quiero irme de aquí, me siento ofendido y...

H - Di la verdad al menos!

K - Como que la verdad! Ahhhhh! Ya basta no quiero hablar nada!

C - Allí fuera estabas llorando... Lo se...

K - Pero si... En fin, si y que? Eso no cambia que quiera irme de aquí!

H - Pero no...

La conversación no parecía avanzar. Al final Blin tuvo que intervenir para que se organizaran.

B - Primero, Kredan se sincero con tu amigo, es lo mínimo que le debes.

K - En fin, en algún momento tenía que pasar... La verdad es que no viajo para saber más sobre la megaevolución... Busco a alguien, busco al dueño de Noivern...

C - Como?! Al dueño de Noivern? Eso es todo?

K - No... Pero primero quiero saber algo, porque has usado a Raida en la batalla? Lapras sabe usar Rayo Hielo y junto a Masquerain podríais ganar con mayor facilidad.

C - Yo sigo trabajando en mis metas... Necesito que Raida sea fuerte para emplear la megaevolución sobre él y poder estudiarla, con eso quiero decir, para nada te subestimo, solo quería seguir avanzando! Eres tu quien nos ha subestimado! Además, como te puedes poner así? Normalmente eres una persona tranquila y incluso haces broma, pero a veces te comportas como un... lunático...

H - Yo... Quiero decir la mía también! No quiero que os vayáis!

El silencio se hizo a penas unas milésimas de segundo, pero se sintieron de una forma muy profunda.

K/C - Que!?

H - Me molesta que os vayáis, las cosas por aquí son más entretenidas con vosotros... No es que me caigáis bien, pero al menos tenéis más o menos mi edad y eso ayuda bastante...

K - Vaya... Gracias?

H - Porque lo preguntas?!

C - Sinceramente me esperaba cualquier cosa menos eso! Me has dejado loco...

H - Por eso no le digo las cosas a nadie! Luego se ponen idiotas!

K - Eso si suena más a algo que dirías tu... - No pudo evitar reír. Y junto a él Celsius y Blin. Incluso Hisa al poco rato.

C - Entonces dime, porque no podía saber tus verdaderas motivaciones? No me molesta que no te interese tanto la megaevolución, cada uno tiene sus intereses.

K - Ese no es el problema. El problema es que es probablemente peligroso...

C - Que pasa el dueño de Noivern es un mafioso?

K - No... El dueño de Noivern es mi hermana...

Al principio Celsius no entendió que clase de problemas podía traer aquello, nada había cambiado en la manera en la que veía a Kredan, pero pronto lo iba a hacer. Hisa y Blin sabían más o menos por donde irían las cosas, pero también escapaban de su imaginación.



Capítulo 35: Kiria

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Todos quedaron en silencio unos pocos segundos, Kredan miraba el techo, sus ojos parecían buscar la fuerza para hablar sobre lo que tenía que decir. Respiró profundamente y empezó a contar aquello que todos querían oír:

K - Como os decía Noivern y yo buscamos a mi hermana... Pero se supone que está muerta... - Parecía contener las lágrimas.

H - Si está muerta porque la buscas? Murió lejos y buscas su cuerpo, no lo entiendo...

K - Se supone que murió... Pero Noivern no cree en ello, además su energía sigue con la de Noivern, eso lo puedes ver, estoy seguro.

B - Claro, su energía es similar a la tuya y sigue registrada en la de Noivern... Pero es bastante más fuerte de lo que debería ser el registro de una pokéball...

C - No entiendo, que quieres decir con más fuerte?

H - Yo te lo explicaré fácil para que puedas entenderlo, digamos que los pokémon son vasos de agua, cuando capturas a un pokémon en ese vaso se añade un poco de tu energía que se podría tratar como aceite que queda por encima. Una vez el entrenador muere su energía desaparece y ese "aceite" desaparece. En el caso de Noivern la energía de su dueña es mucho más grande de lo normal, ocupa un mayor espacio e incluso se mezcla con la del pokémon.

C - Es bastante complejo... Pero lo entiendo. La cuestión es, porque pasa eso? Lo sabes Kredan?

Kredan quedó en silencio de nuevo, respiró, en su rostro se podía adivinar con facilidad que hablar sobre todo aquello no es lo que más ilusión le hiciera.

K - Si, lo se. Es por como era... bueno, por como es mi hermana...

B - Supongo que tiene alguna clase de capacidad similar a la nuestra no es así?

K - Bueno... quizás sea parecido, pero discrepa bastante de lo que hacéis vosotras...

Todos contemplaban al muchacho que tragó saliva antes de continuar. Aquello que dijo seguidamente dejó incrédulos hasta a Blin y Hisa que poseían la Visión.

K - Mi hermana, se llama Kiria y es lo que la gente llamaba una "Simbionte".

C - Simbionte, de simbiosis? Si no nos lo explicas mejor no... - Kredan lo interrumpió rápidamente.

K - Se podía unir a sus pokémon, fusionarse si lo quieres llamar de otra forma. Su cuerpo y su energía se unían con la de Noivern...

La incredulidad duró unos instantes, lo único que se escuchaba era el murmuro del aire y el caer de la lluvia en el exterior. Pocos segundos después Hisa lanzó su primera duda:

H - QUEEEEEEEEEEEE?! Eso es imposible! - Dijo levantándose de la silla y golpeando con fuerza la mesa.

C - Que lo digas tu es bastante sorprendente, pero realmente no puedo creer lo que dices. Es decir tu hermana se "fusionaba" con Noivern? No es todo demasiado surrealista? Lo de la Visión ya me había sorprendido con creces, pero esto se lleva el premio gordo... No se...

B - A pesar de que estoy sorprendida y no me lo esperaba para nada, puedo entender tu situación ahora.

K - A que te refieres? - Dijo extrañado.

B - Si tu hermana es una Simbionte tu también debes serlo. Por eso no querías que Celsius fuera consciente de ello. - Blin se acercó a Kredan.

C - De verdad?! - Cada vez entendía menos las cosas.

K - Bueno, no es del todo así. Mi madre era una Simbionte pura, pero mi padre es solo una persona normal. La genética le dio a mi hermana una capacidad similar a la de mi madre para hacer la simbiosis, pero a su lado lo que yo puedo llegar a hacer si me esfuerzo no se acerca ni a aberración. No tengo la misma capacidad que ellas, por culpa de mi padre...

B - Entonces, porque querías ocultarlo?

K - Mi hermana Kiria era una entrenadora que se esforzaba en todo aquello que hacía. La gente de mi pueblo conocían el secreto de nuestra familia y nunca dijeron nada... Pero a mi familia la habían perseguido diferentes científicos y cazatesoros como si fueran bestias... Justo como pasó con vuestra familia. Mi padre vivía en Pueblo Pinzelada desde pequeño y cuando se casó con mi madre fueron a vivir allí, donde estarían seguros. Mi madre murió cuando yo tenía seis años y mi padre dejó nuestra casa para implicarse cada día más en su trabajo. Así que mi hermana que era seis años mayor que yo se encargó de cuidarme como una madre. A los dieciséis años salí de viaje con mis pokémon después de obtener el titulo de conocedor pokémon. Al cumplir los diecinueve volví a mi casa, se suponía que mi hermana tenía que estar allí, pero había desaparecido.

H - Entonces como te enteraste de su supuesta muerte?

K - La gente del pueblo me indicaron donde había ido. Se dirigió a lo más profundo de un bosque, en busca de un pokémon en concreto, su manera de ver el mundo era algo extraña. Decía que con su poder haría mejor el mundo en el que vivimos, incluso me obligó a intentar aprender a hacer la simbiosis, por eso tengo el cuerpo lleno de heridas...

C - Las que vi cuando te llevé al centro pokémon! Las cicatrices que tienes en ambos lados del cuerpo de forma simétrica no? - Dijo recordando lo sucedido.

K - Exacto! Nunca fui capaz de hacer lo mismo que ella. Pero ese no es el caso. La cosa es que iba en busca de un pokémon legendario de la región de Kalos, se llama Xerneas y las leyendas dicen que es capaz de dar vida. Supongo que lo buscaba para cumplir sus metas. Pero al ir allí todo lo que encontré fue devastación... En aquella devastación estaba Noivern, el pokémon de Kiria, corrí para darle ayuda, no pude encontrar su pokéball pero tenía objetos de curación y logré reavivarlo. Rápidamente salí de allí con él como pude, lo llevé a un centro pokémon que había a unas cuantas horas.

C - Pero donde estaba tu hermana?

K - Se supone que estaba allí. En las noticias de aquella misma tarde mostraron imágenes de lo sucedido en aquel lugar. Un pokémon al que se conoce como Yveltal había despertado, es un pokémon que prolonga su vida despojando de ella a otros seres vivos. En las imágenes se apreciaba a aquel pokémon luchando contra el Noivern de mi hermana... ella estaba allí y se apreciaba un grupo de gente, vestían de color blanco y negro, eran un grupo grande y parecían estar detrás del despertar de Yveltal...

B - Lo que quieres decir es que probablemente sabían que tu hermana estaría allí y fueron a por ella verdad? - Dijo muy sabia.

K - Exacto! Lo sabían seguro! Y estoy seguro de que no murió en aquella batalla! Estoy seguro de que se la llevaron a algún lugar... Probablemente para hacer experimentos con ella! - Kredan lloraba desconsolado mientras pronunciaba a duras penas esas últimas palabras.

B - Tranquilo pequeño... No te preocupes, estoy seguro de que está bien, quizás pudo huir y ahora se mantiene oculta... - Abrazó la cabeza de Kredan que no podía dejar de llorar.

Hisa y Celsius se levantaron y lo abrazaron. Él lloraba cada vez más, hiperventilando y con la nariz toda llena de mocos. Por primera vez contaba a alguien más lo que tenía preso su corazón. Kredan, que parecía a primera vista frío y que podía llegar a ser una persona animada e incluso dar miedo al enloquecer de ira, se encontraba frágil como un recién nacido, daba la sensación de que toda la tensión que llevaba encima se iba con sus lágrimas.

Cuando pudo hablar siguió, dando lo mejor de sí mismo:

K - Después de aquello, decidí dejar todos mis pokémon en un pequeño laboratorio de mi pueblo e ir con Noivern en busca de mi hermana. Es cierto que la megaevolución me interesa, estoy seguro de que la necesitaré si quiero salvar a mi hermana.

C - Y como es que estás en Hoenn ahora? No deberías buscar primero en Kalos?

K - Estuve buscando información, leí a cerca de algunas organizaciones criminales y busqué noticias sobre ellas, por Hoenn se han visto unas cuantas organizaciones de ese tipo y por eso quería empezar la búsqueda por aquí, pensé que el golpe en Kalos era demasiado obvio... No se si hice bien, pero gracias a aquella decisión te conocí a ti a todas las personas que he ido viendo hasta ahora... Y estoy más cerca de la megaevolución contigo que yendo solo por mi cuenta!

B - Y no le contaste nada a Celsius por miedo a que te delatara?

K - En lo absoluto, confío en él, el problema es que ahora que lo sabe no lo puedo dejar sólo sin pensar que pueden usar su conocimiento para hacerme chantaje... Pienso que saber todo esto lo pone en peligro...

C - La verdad es que todo suena siniestro... Y que no me hace nada de gracia... Pero prefiero saberlo y poder dar mi hombro para que te apoyes en mí! - Dijo mientras apoyaba su mano en el hombro de su amigo.

K - Gracias!

Después de toda aquella historia la hora de cenar había llegado. Los cuatro cenaron y se fueron a dormir pronto. Los muchachos querían seguir dando lo mejor para obtener la megaevolución. Pronto las cosas se iban a poner en movimiento.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 04 de Junio de 2015, 06:37:00 am
Capítulo 36: Vuelo
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Aún era de noche cuando Celsius despertó. El sonido de la lluvia seguía perpetuo, cayendo sin cesar, castigando el tejado y las ventanas de la casa. Para su sorpresa Kredan no se encontraba dormido en su cama, tampoco se escuchaban los ronquidos de Hisa a lo lejos en el pasillo. Inconscientemente entendió que lo más probable es que los dos estuvieran en algún lugar juntos. Se incorporó y se sentó en el borde del colchón, se colocó sus gafas y se acercó a la ventana. No se veía nada en absoluto, tan solo oscuridad.
A Celsius aún le costaba creer el noventa por ciento de las cosas que le habían contado en aquellos días. Todo era tan extraño, la ciencia tenía los medios para explicar cada uno de aquellos fenómenos y era probablemente lo que más perturbaba su mente. Al fin y al cabo el sistema que tenían aquellas pokeball que llevaba en el bolsillo se basaba en lo mismo que las extrañas capacidades de las personas que ahora le rodeaban.
< Me pregunto si de verdad Kredan puede hacer la "Simbiosis" de la que habló... y si puede... no podrá hacer otras cosas como hacen Hisa y Blin? Tengo que centrarme en lo que importa...> Celsius no podía dejar de dar vueltas al asunto, a fin de cuentas no todos los días pasan cosas así...

Kredan se encontraba en el pequeño establo, junto a Noivern, que descansaba plácidamente ya recuperado. El muchacho acariciaba su larga melena blanca, al pokémon parecía gustarle. Hisa apareció en el establo, al principio solo observó como Kredan acicalaba a Noivern, pero después se acercó para hablar con él:

H - Que haces despierto a estas horas?

K - No podía dormir, entre unas cosas y otras la cabeza no deja de darme vueltas a todo, así que he preferido venir a estar con mi compañero...

Hisa se sentó en un pequeño taburete de madera, al que le dio un par de golpes para quitar parte del polvo que se había acumulado.

H - Que se siente al unirse a un pokémon? - No dudó en preguntar.

K - La verdad... No se como ha de ser cuando se hace de la manera que toca, pero mi hermana siempre decía que era increíble, como si tu cuerpo y tu alma se llenaran de energía, de calor, de un montón de sensaciones que te hacían sentir como una persona nueva... En mi caso en cambio, dolor es lo único que sentía. Además se me nublaba la mente, no podía pensar con claridad... Era horrible... No quiero volver a intentar unirme a ningún pokémon... - Su cara mostraba cuan horrible fueron sus experiencias.

H - Vaya... Porque insistió tanto tu hermana?

K - Supongo que confiaba en mi... pero siempre he sido una decepción, para ella y para mi padre...

H - Por no poder usar la "Simbiosis"? - No parecía tener miedo de seguir con la conversación.

K - Para mi hermana ese era el caso, para mi padre era distinto... Pero dejemos de hablar de eso si no te importa, es bastante molesto... - Detuvo la conversa con una mirada fría, que Hisa no vio tal cual, pero si notó.

H - Os iréis pronto verdad? - Dijo.

Kredan se giró para responder, no esperó en lo absoluto encontrar a aquella chica, directa y cínica como ella sola, con la cara llena de lágrimas que resbalaban sin cesar por sus mejillas.

K - No lo se... supongo que no tardaremos demasiado en irnos, hemos de seguir nuestro camino...

H - Pero de verdad no quiero que os vayáis... De verdad... - No dejaba de llorar.

K - Cuando encuentre a mi hermana quizás... - No pudo terminar la frase.

H - Y si os pasa algo?! No ves que hay gente que está loca por el mundo?!

K - Pero también esta lleno de buenas personas que se ayudan unos a otros, lo entenderás si sales de tu caparazón... - No pudo evitar pensar en si era digno de pronunciar una frase como esa.

Hisa se levantó y se dispuso a ir a la casa, Kredan la paró.

K - Mi madre siempre decía una cosa, que mi hermana me decía a mi cuando yo lloraba, que era muy a menudo... - Kredan abrazó a Hisa.

Durante al menos cinco segundos se mantuvo abrazando a Hisa. Ella no sabía muy bien que hacer, era la primera vez que alguien a parte de su padre o su abuela la abrazaba. Después de abrazarla continuó hablando:

K - Si un corazón triste quieres curar, tu alma le debes mostrar, no hay nada mejor que abrazar! - Dijo enérgico.

Igualmente Hisa se fue del establo, corriendo... Kredan quedó algo decepcionado y avergonzado. < Quizás he quedado como un niño pequeño...> Pensó él.

Por la mañana todos a excepción de Blin tenían unas ojeras enormes. Se encontraron a la hora de desayunar en la mesa del comedor. Hisa parecía evitar a Kredan, Celsius parecía mirar a Kredan fijamente y Kredan parecía no enterarse de nada en absoluto, a los tres se les caían los párpados.

B - Que os ha pasado esta noche chicos? Un Gengar os ha provocado pesadillas? - Dijo mientras reía.

Mientras tomaban un café y un zumo, con algunas tostadas Celsius hizo un inciso:

C - Kredan... Nos vamos hoy.

K/H - Como?! - Dijeron los dos sorprendidos.

H - Pero si le tuvimos que dar una paliza para que se quedara aquí!

K - Se te ha ido la cabeza o que?

C - Anoche estuve pensando en lo que me dijiste, entiendo tus motivaciones y se que no podemos estar quietos. El tema de tu hermana es serio, deberíamos avanzar, quizás no tengamos la fuerza para enfrentar a una organización que probablemente dispone de un pokémon como Yveltal... Pero si nos estancamos ahora luego nos costará el doble descubrir quien ha podido llevarse a tu hermana o lo que sea que le ha sucedido... El tiempo no corre a nuestro favor... - Su expresión seria y decidida quedaba algo mermada por las enormes ojeras que le llegaban hasta la barbilla.

K - Vaya... No me voy a oponer. Quiero encontrar a mi hermana, sea como sea... Si no te molesta partiremos hoy mismo, después de desayunar. - Dijo serio también con unas ojeras que le llegaban a la altura de los hombros.

B - Me alegra que vuestra relación haya mejorado tanto y que vuestras metas se lleven bien las unas con las otras.

Tras desayunar los chicos recogieron todo lo que tenían por la casa. Hisa había salido de casa y Blin los ayudaba a empaquetar las cosas.

B - Pronto será verano chicos, en breves las temperaturas subirán bastante y tendréis que llevar ropa adecuada, deberíais ir al centro comercial de Ciudad Calagua!

K - Nadie lo diría con estas lluvias tan horribles...

C - Probablemente sean por culpa de... - Se detuvo.

K - Lo entiendo, es muy probable. Aunque no sabemos si sigue por aquí.

C - Sigue por aquí... Hace unas noches lo vi a Lugia volando por aquí, se dirigía al nordeste... Puede que a Calagua o a Algaria... Quien sabe...

K - Espero encontrarlo. Aun no he tenido la oportunidad de hablar con él en serio. - Estaba extrañamente calmado.

Los tres salieron de la casa. Celsius propuso ir volando directamente desde allí hacia Calagua usando a Noivern, pero Kredan se negó y le pidió ir a ciudad Arborada. Celsius aceptó.
Los dos se dieron cuenta de que tenían la oportunidad de salir de allí volando, lo que los llevó a preguntarse porque no lo hicieron cuando se vieron perdidos.

K - No crees que lo podríamos haber hecho el día que nos perdimos...?

C - ...Puede... - Los dos se miraron y no pudieron evitar reír.

Hisa apareció de la nada.

H - No os vayáis!

K - Nada nos va a impedir salir de aquí.

C - El mundo está fuera de aquí Hisa... Si queremos avanzar tenemos que seguir adelante. No podemos dejar de luchar por lo que queremos.

H - Pero...

K - No hay pero... La verdad es que ir a lugares nuevos da miedo al principio... Pero es increíble una vez sales y descubres lo increíble que puede ser el mundo. Las personas que puedes llegar a conocer si sales de aquí no tienen comparación con lo que este lugar te pueda ofrecer ahora mismo.

C - Está en tu mano el mover ficha o el quedarte siempre quieta esperando a que alguien llegue hasta aquí...

Nadie dijo nada más sobre ello. Hisa se metió en casa y Blin se quedó para despedir a Kredan y Celsius.

B - Muchas gracias por enseñarle tanto a mi nieta! Parece que ha cambiado bastante gracias a vosotros dos! Estoy segura de que algún día haréis algo grande chicos! Seguid adelante y no os detengáis por nada en el mundo. Gracias por ayudar a esta vieja a recordar a la gente que he amado y por darme fuerzas para que mi nieta siga adelante. Mucha suerte en el camino por el que habéis decidido andar!

K - Gracias a ti por ayudarme a abrir un poco más mi corazón a mis amigos! Y no hace falta que agradezcas nada de lo que hemos hecho, lo amigos se ayudan sin necesidad de agradecimientos! Aunque yo acabo de agradecer hace un momento! Jaja. - Kredan reía pero a la vez algunas lágrimas salían de sus ojos.

C - Ahora no se si dar las gracias o no! Por tu culpa! En fin. Muchas gracias por ayudarnos a avanzar en la investigación. Quiero disculparme de nuevo por lo que hice la otra vez... Prometo que nadie sabrá nada sobre vuestra "Visión". El secreto morirá con nosotros. Espero poder venir de nuevo y probar tus deliciosos platos! Cuando vuelva te enseñaré mi megaevolución! Es una promesa! - Celsius ya lloraba antes de empezar a hablar.

Los chicos subieron a lomos de Noivern y partieron directos a su próximo destino, ciudad Arborada!



Capítulo 37: Vientos de cambio

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Noivern se movía rápido, con cuidado de no molestar a Celsius aun cuando quería molestar a Kredan como de costumbre. Los chicos no podían hablar montados sobre el lomo del pokémon, la presión del aire se volvía algo molesta. Celsius que no estaba tan acostumbrado se mantenía algo tenso. Kredan lo notaba, de alguna manera lo sentía, muy probablemente porque Celsius estaba detrás y lo agarraba con tanta fuerza que sus costillas parecían a punto de partirse en mil pedazos.
Ciudad Arborada no quedaba tan lejos, a los veinte minutos se podía ver a lo lejos enormes arboles y alrededor un montón de pokémon voladores.
Noivern bajó el ritmo, los chicos algo más aliviados pudieron hablar:

K - Vaya! Fíjate en todos esos pokémon voladores! No es increíble? - Dijo girando la cabeza para ver a su buen amigo.

C - Yo solo quiero llegar, luego miro lo que tu quieras!  - Gritó Celsius aun con los ojos cerrados.

Noivern se acercó al lugar. Ciudad Arborada era una ciudad construida sobre la copa de los arboles, un lugar maravilloso lleno de naturaleza y pokémon conviviendo con los seres humanos que la habitaban. Antes de poder contemplar más de cerca el lugar un Skarmory se colocó frente a ellos, los chicos reconocían al pokémon, bueno, Kredan lo reconocía.

K - Celsius! Mira!

Celsius abrió los ojos, al ver al pokémon supo que alguien los esperaba allí. El pokémon les mostró el camino. Los dirigió a un gran edificio montado en la copa del árbol con el aspecto más robusto. El edificio mostraba con claridad su función. Su enorme estructura de madera, algo ennegrecida y mohosa coronada por un enorme cartel escrito con "Sede Ranger de Hoenn" mostraba con claridad y orgullo el porque de aquel lugar. A un lado otro árbol no tan grande albergaba una basta cantidad de pokémon y rangers que salían y venían de un lado para otro. Noivern se acercó al árbol más pequeño, donde Skarmory los esperaba junto a su entrenadora.

C - Esa es...! - Se sorprendió a pesar de saber a quien iban a encontrar.

F - Vaya chicos! Si que habéis tardado! - Dijo impetuosa.

Allí estaba, la grandiosa Festa, una vez alto mando de Hoenn y ranger de élite, y que a pesar de estar recientemente retirada de servicio seguía en activo por su cuenta, incluso enseñando a otros entrenadores. Los chicos bajaron de Noivern, Festa les dijo que lo dejaran campar por allí, que nadie iba a decir nada por verlo. Con la cantidad de rangers que viajaban de un lado para otro no era raro encontrar gente con pokémon originarios de otras regiones. Festa hizo pasar a Kredan y Celsius a una sala del edificio principal.

El edificio por dentro era increíble, a pesar de tener toda una estructura de madera combinaba partes metálicas y tecnología punta. Un montón de pantallas mostraban mapas y estadísticas de todo tipo como temperaturas, presión, viento, humedad, etc... Celsius no daba crédito de lo que estaba sucediendo, últimamente no dejaba de sorprenderse, a pesar de eso siguió a Festa en silencio. Tras caminar un rato llegaron a un enorme salón, allí les esperaba una persona aún más inesperada para todos, Celine (Cln).

Cln - Bienvenidos... - Dijo mirando para otro lado.

C - QUEEEEEEEEEE?! - Su mandíbula casi queda desencajada.

K - Buenas! - Dijo quedando totalmente quieto.

Celine se lanzó a sus brazos y le dio un abrazo de los que tan solo se ven en las películas. Festa y Celsius quedaron totalmente parados, no sabían que hacer o decir.

C - Se puede saber que está pasando?! No entiendo nada!!!

F - Primero vamos a sentarnos... si no os importa chicos...

Cln - Claro, perdone...

K - Si, perdón...

F - Primero, Kredan deberías contarle a Celsius lo que ha pasado aquí, no pienso hacer tu trabajo.

C - Tu sabes lo que esta pasando? Bueno, es de imaginar después de la escena...

K - Si verás... Recuerdas lo que sucedió cuando llamé a Festa verdad? Colgó el teléfono sin más, pensamos que todo había acabado para nosotros y decidimos que iríamos en busca de la megaevolución! La verdad es que a la mañana siguiente Festa me llamó. Al final no me había colgado, su pokenav se quedó sin batería y la llamada se finalizó directamente. Cuando se despertó me llamó rápidamente y me contó que estaba dispuesta a ayudarnos. Pero la verdad es que no quería decirte nada para poder seguir con la búsqueda de Manectric... Pensé que le darías más importancia al entrenamiento que a la meta de tu investigación, y como ya sabes estoy muy interesado en la megaevolución...

F - Por cierto, veo que tienes una piedra activadora no? - Dijo curiosa.

C - Si! Y te presento a Raida! - Saco al pokémon de su pokeball.

Cln - Es precioso! Donde lo has conseguido? Como ha sido? Se porta bien? - Celine no paraba de hacer preguntas.

C - Nunca te había visto hablar tanto! Pues lo obtuvimos en... un bosque de camino a ciudad Arborada, Kredan me pidió que viniera por esta ruta aunque no sabía porque y resultó haber grupos de Manectric y todo eso... - Se notaba que ocultaba algo, pero nadie preguntó.

F - Ya veo, se ve increíble! Es joven, pero sus ojos muestran determinación, además parece un pokémon bastante fiel!

K - Verdad! Fui yo quien le dijo que lo atrapara, se veía muy dispuesto a defender a sus compañeros cuando otros huyeron. Es sin duda un pokémon increíble!

C - Si, esta muy bien y no me molesta que diéramos tanta vuelta... pero que hay entre tu y Celine? - Miró fijamente a Kredan.

K - La verdad... es que... como lo dirías tu Celine?

Cln - Pueeeeeees, no se, como lo dirías tu?

K - Supongo que... somos novios! Si, así es! - Dijo decidido. Celine afirmó con la cabeza que se había tornado color rojo.

F - Hay que ver con estos jóvenes, no levantan ni medio palmo del suelo y ya hablan de amor...

K - Lo cierto es que durante estos días he ido llamando a Celine, al principio ella me llamó a mi, me dijo que se había equivocado y a penas me hablaba, la verdad hasta pensé que me odiaba. - Rió.

Cln - A medida que pasó el tiempo terminó entendiendo que lo que me pasaba es que me daba vergüenza hablar con el... - Dijo ruborizada.

K - Y poco a poco fuimos hablando, y me fui dando cuenta de que estaba enamorado de ella, y no me daba cuenta de que era igual por su parte! - Se sonrojó.

Cln - Se podría decir que hoy ha sido cuando hemos declarado que somos pareja como tal! - Se reía.

Festa y Celsius no podían creer aquel ambiente.

C - Pero eso no explica porque está Celine aquí... Y vestida de ranger! - Se acababa de dar cuenta.

F - Yo te lo explico, uno de los días que Kredan contactó conmigo me pidió que ayudara a una persona, se trataba de Celine, que llevaba tiempo queriendo ser Ranger Pokémon! Me hizo ir a buscarla, después de hacer un examen ingresó a la academia y ahora está bajo mi tutela.

Cln - Los titos saben como te va, pero igualmente deberías llamarlos, no dejan de ser tus padres y ni siquiera les has dicho que te iban a ir de viaje hasta vete tu a saber cuando! - Dijo en tono algo enfadado.

C - Oh Dios! Muy bien, me parece perfecto! - Dijo irónico.

K - Vamos no te enfades, además me alegro de que no te dieras cuenta de nada, siempre que salía a algún lado sin ti aprovechaba para llamar a Celine. - Kredan no podía evitar reír mientras le daba golpecitos en el hombro a su amigo.

F - Después de este inciso para que todos estemos al tanto de la situación os pongo manos a la obra. Sentaos! - El tono de Festa había cambiado, parecía que se había encendido su modo trabajo.

C - Lo que más deseamos ahora mismo es poder entrenar! Volvernos más fuertes para poder sobrellevar las situaciones que se nos vengan encima! No sabemos cuando puede pasar algo como lo que pasó en Azuliza, así que queremos estar preparados! - Dijo serio.

F - Y eso está genial, pero entrenaréis mientras me ayudáis. Una de mis alumnas ha reportado comportamientos similares a los de la última vez y a pesar de no ser en gran escala necesita ayuda para investigar.

C - Vayamos a ayudar!

F - El problema reside en la zona en la que se encuentra. No es la región de Hoenn, se trata de una zona en la región de Teselia.

K - Teselia! Eso no queda un poco lejos? Incluso si vamos volando con Noivern...

F - Olvídate de volar con Noivern, tardarías mucho y el pokémon acabaría agotado, a cambio iréis en un barco un tanto especial.

C - Iremos? No vienes con nosotros?

F - No, esta vez no. Nos encontraremos allí, yo iré volando con Celine. Si quiere ser una ranger de provecho algún día tendrá que aprender a volar con alguno de los pokémon del centro, además por el camino iremos parando en diversas zonas donde la pondré a prueba. - Miró a Celine.

Cln - Claro, haré lo que haga falta! - Le recorrió un sudor frío pero se mantuvo firme.

F - Nosotras saldremos mañana, vosotros tenéis que ir a ciudad Calagua dentro de dos días. No me falléis! - Tras esas palabras se levantó y dejó a los tres chicos a solas.

Las cosas habían tomado un rumbo inesperado pero ninguno de ellos pensaba en abandonar. Estaban dispuestos a cualquier cosa con tal de alcanzar sus metas. Por suerte tenían lo que quedaba de día por delante para hablar un poco sobre el tema.



Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 12 de Junio de 2015, 05:34:49 am
Capítulo 38: Acercamiento

Spoiler: mostrar

Después de todo el ajetreo Celsius, Celine y Kredan pudieron relajarse, aunque solo iba a ser por unas pocas horas. Celine les enseñó las instalaciones a los chicos. El edificio constaba de diversas plantas, se dividían dependiendo de la utilidad de cada una. Por un lado la planta baja estaba totalmente diseñada para que los Rangers entraran y salieran, recibieran la información lo más clara posible y pudieran compartirla. Estos factores se daban también en las demás plantas, pero en menor medida, pues las otras se basaban mucho más en el tratado de pokémon heridos, en la investigación de sucesos, la planificación e incluso dormitorios, comedor, duchas, etc...
Celine los llevó al salón principal, llevaban allí varias horas dando vueltas y se les había hecho la hora de comer. En aquel enorme salón un montón de rangers de todo tipo iban de un lado para otro, por alguna razón era como si no hubiera tranquilidad en ningún rincón del edificio.

K - No te pones nerviosa comiendo aquí? - Dijo mientras llenaba su bandeja con todo tipo de alimentos.

Cln - La verdad es que si... No se parece en nada a pueblo Oromar, pero todos aquí quieren un montón a los pokémon, y eso me hace estar tranquila!

C - Vaya, desconocía esa faceta de ti... - Dijo mientras se daba cuenta de lo poco que conocía a su propia prima.

Los tres se sentaron en una mesa enorme, compartieron la hora de la comida junto a aproximadamente treinta personas, a pesar de que solo cabían diez a la vez. Celsius se sentía algo fuera de lugar, desconocía muchas cosas de Celine que Kredan parecía conocer a la perfección.

C - Como puedes saber tanto de ella en tan poco tiempo... - Dijo suspirando.

K - Bueno, porque he hablado mucho con ella estos días. En Malvalona pude hablar bastante, no se, supongo...

Cln - Como te decía Kredan! Tras las pruebas de Ranger me dieron este uniforme y una licencia! No es tan genial como la tuya, pero iré mejorando y obtendré una licencia mucho más increíble!

El día siguió adelante, poco a poco el sol iba cayendo en el horizonte, marcando así el final de aquel hermoso encuentro. Al bajar a visitar todo el pueblo Celsius decidió quedarse en la sede, investigando, dando vueltas, para dejar solos a su amigo y a su prima. Kredan le agradeció con un guiño y una sonrisa, Celine estaba demasiado concentrada en Kredan...

Durante ese rato decidió conversar con Festa, así que fue a la recepción de la sede para que le informaran de donde podría estar. El amable recepcionista le indicó que Festa se encontraba en el árbol exterior junto a los pokémon con los que los rangers salían de misión. Se dirigió allí, había algunas cosas que recorrían su cabeza y tenía ganas de aclarar sus ideas.
Al salir encontró a Festa acariciando a Noivern, que parecía disfrutar de la compañía que esta le daba. Se acercó a ella y le dijo:

C - Festa! Podemos hablar? - No parecía muy seguro de si mismo.

F - Claro! Que puedo hacer por ti?

C - Porque no podemos ir con vosotras volando junto a Noivern? Yo también quiero entrenar, quiero mejorar para evitar fallar...

F - El viaje que os he preparado a vosotros es igual o peor que el que haremos nosotras, espero que puedas aprender muchas cosas, sobretodo espero que completes el trayecto. - Sonrió.

C - Parece que seas Kredan con sus mensajes al aire, no podéis ser claros? Que os cuesta? - Estaba algo agotado.

F - Si te desvelo lo que llegará, no lo disfrutaras de la misma forma que si te lo encuentras de repente! En la vida los problemas no va a avisar, eso es algo que deberías saber ya, si sucede algo debes poder reaccionar sin previo aviso, es una de las normas de los rangers, pero es algo que nos sirve para la vida en general. Tenlo en cuenta. - Festa dejó a Noivern y entró al edificio.

Cuando ya había llegado la noche Kredan y Celine volvieron, habían paseado por toda la zona, incluso se habían comprado algunos regalos! Celine le regaló a Kredan un colgante con medio corazón donde había grabado el nombre de Celine, ella llevaba el otro trozo con el nombre de Kredan. Por su parte él le había comprado una hermosa pulsera de plata con una insignia, donde ponía el nombre de Celine y por la parte trasera la fecha en la que se conocieron. Intentaron vivir al máximo aquel pequeño rato que habían obtenido, pues sabían que no volverían a tenerlo hasta dentro de algún tiempo.
Celine fue a su dormitorio, se despidió de los chicos, ella se iba temprano, ellos no tenían esa necesidad, iban a ir a Calagua a lomos de Noivern, la ciudad quedaba bastante cerca.

Los chicos pudieron quedarse en el recinto de los rangers, aprovecharon un dormitorio libre, pero antes de ir a la cama salieron un rato con los pokémon, Kredan quería ver a Noivern antes de ir a dormir. A pesar de ser plena noche los rangers seguían de un lado para otro, el ritmo era menor, pero igualmente salían y llegaban bastantes personas. La luna brillaba hermosa aquella noche, aunque solo fuera una pequeña porción.
Celsius no pudo evitar preguntar:

C - Como os ha ido?

K - Genial! Muchas gracias por el rato, espero que no te hayas aburrido demasiado!

C - No tranquilo, he hablado con Festa, dice que montarnos sorpresas nos mantendrá preparados para cualquier cosa... - Dijo irónicamente.

K - Tiene razón... Sabes, los problemas aparecen sin más, estar preparado... - Celsius lo cortó.

C - Ya, ya. Se lo que vas a decir, es lo mismo que Festa... Oye, no se porque Celine no tiene relación conmigo... Soy su primo al fin y al cabo no? Llevarnos bien no es lo normal?

K - Has tratado de preguntarle alguna vez como está? Que hace, que le gusta, etc?

C - Claro, pero normalmente no me cuenta nada...

K - Y tu le cuentas cosas sobre ti? Quizás sea así porque no puede darte algo que tu no le das... Si no es reciproco no es una relación... Supongo...

Celsius se detuvo a pensar. Realmente hacía años Celine le preguntaba acerca de su trabajo, de lo que hacía y dejaba de hacer. De donde iba, para que iba... A veces por unas cosas o por otras no le contaba lo que hacía, el cansancio del trabajo, la comodidad de vivir a su aire sin ser molestado y sin molestar a nadie, ni en su casa, ni en ningún lugar. A fin de cuentas Celine dejó de preguntar y el dejó de explicarle lo que hacía, sus pasiones, sus gustos, su vida... Quizás aquello fue lo que hizo que Celine dejara de querer contarle lo que ella hacía, lo que le gustaba, lo que la movía. En aquel momento se dio cuenta de que se había pasado la vida escuchando sin decir nada, y que aquello era la causa de que sintiera que su propia prima no confiara en él.

C - Gracias... - Susurró.

K - No hay de que, los amigos están para apoyarse unos a otros. Además nadie es perfecto! Bastante haces investigando! - Dijo sonriente.

C - Has cambiado bastante no crees? - Miró a su amigo.

K - Y tu que?

Los dos se dieron cuenta de que lo que habían hecho hasta el momento realmente había servido de algo. Cada uno de ellos pensó en quien era en el momento en que se conocieron y en quien se habían convertido.

K - Aaaah! Me pregunto en que clase de personas nos convertiremos con el tiempo! - Dijo acariciando con fuerza a Noivern, dejando su pelaje alborotado.

C - Jaja. Quien sabe! Supongo que es otra de esas sorpresas.

Los dos entraron dentro del recinto y se fueron a la cama. Les esperaban muchas cosas a partir de ahora. Aquella noche los tres pudieron descansar como nunca lo habían hecho y repusieron fuerzas para lo que se les iba a echar encima.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 03 de Julio de 2015, 06:28:06 am
Capítulo 39: Concursantes

Spoiler: mostrar

El sol salía después de aquella noche oscura pero tranquila. Celsius se despertó levantando consigo a su compañero Kredan. Los dos estaban bastante animados, no sabían muy bien lo que les esperaba en Calagua, pero tenían muchas ganas de descubrirlo. Kredan miró la hora esperando encontrar en el reloj la esperanza de volver a ver a Celine, pero era bastante más tarde de lo esperado. No obstante al llegar a la cafetería una de las cocineras le dio una nota de parte de Celine. Decidió no leerla justo en ese momento, prefirió pedir primero el desayuno y ir a tomar asiento.

Kredan tomaba como de costumbre un café con leche y Celsius un rico zumo de bayas, los dos acompañando con un buen bocadillo. Se sentían hambrientos y con la necesidad de reponer un montón de energía.

C - Vas a leerla ya? - Preguntó con la boca algo llena de bocata.

K - Claro! En un segundo. - Dijo mientras hábilmente tomaba un sorbo de su café mientras sacaba con la otra mano el trozo de papel de su bolsillo izquierdo.

Kredan leyó la nota. Estaba escrita con una letra fina y hermosa, parecía cuidar hasta el más pequeño punto en las is. Lo escrito era sencillo, lo único que había allí era la nota que le dejaría una chica joven a su novio debajo del pupitre de la escuela. Tan solo decía: " Te quiero mucho. Espero que el viaje os vaya bien. Ten mucho cuidado. Te quiero. "
La cara del muchacho se enrojeció y no pudo evitar soltar algunas lágrimas de felicidad. Celsius lo observó callado, sabía que no debía decir nada en aquel momento. Los dos estaban felices por todo lo que estaba sucediendo.

Después del desayuno se pasaron por recepción, avisaron de su salida y de que saldrían a lomos de Noivern. Celine les explicó que debían hacerlo así, que era necesario notificar las salidas y las entradas para que se llevara un registro de todo. Al llegar a la recepción la chica que los atendió les entregó unos paquetes. El envoltorio era algo descuidado, pero parecía algo importante. Dentro de aquellos paquetes habían ropajes, todos de manga corta, una mochila para Celsius, nuevo equipo de exploración, repartido entre los dos y algunas pokéball de diferentes tipos. También había cascos, una caja de medicamentos y algunas provisiones básicas. Incluso una caña de pescar y unos pequeños picos de buena calidad.
Festa se lo había dejado todo. Dentro de la mochila había un pequeño estuche metálico, dentro se encontraban los billetes del barco que los chicos iban a tomar. Celsius los sacó para leer la hora y el lugar donde debían ir. El billete era para un crucero de alta calidad, conocido como el Crucero Batalla. Los chicos se miraron, y supusieron que sería un crucero con batallas, solo eso.
A pesar del renombre de aquel crucero ninguno de los dos era consciente de lo que era realmente, Celsius no tenía demasiado interés en las batallas hasta hacía unos días y Kredan no llevaba demasiado tiempo en Hoenn.

Los chicos montaron sobre Noivern y partieron a ciudad Calagua. No había demasiado espacio entre Arborada y Calagua así que llegaron antes de la hora de comer. Una vez allí decidieron dar un paseo.
Calagua a pesar de ser una de las grandes ciudades de Hoenn, y de tener grandes atracciones turísticas, no era excesivamente concurrida. Los edificios no asfixiaban el paisaje como sucedía en Malvalona. Con un solo vistazo los chicos pudieron contemplar el famoso centro comercial, el puerto, el gran salón de concursos, el museo y las casas y pisos de los residentes. Incluso algún pequeño hostal, donde ya planearon hospedarse.

Las calles estaban algo abarrotadas y todo el mundo se dirigía al salón de concursos, curiosos y periodistas parecían enloquecidos por algo en concreto. Celsius y Kredan decidieron ignorar el tema hasta tener claro como se iban a organizar. Lo primero que hicieron fue ir al hostal para tener una habitación donde descansar aquella noche. Era un edificio no demasiado grande, totalmente blanco y decorado con algunas líneas azules, se llamaba "El nido de Wingull". Entraron y un señor mayor, totalmente calvo los atendió. Tenía unas enormes cejas que salían de los lados de su cara. Y una peca enorme en el lateral derecho de la cabeza. Aquella peca podía hipnotizar hasta al más respetuoso de los conocedores. O eso le dijo Kredan a Celsius al salir de allí, intentando redimir su comportamiento.

K - En serio era hipnótica! - Dijo intentando expiar sus pecados.

C - Da igual... Lo importante ahora es que esta noche llegará nuestro crucero a puerto, mañana al atardecer estará listo y será el momento de partir, así pues tenemos un día entero para explorar el lugar. - Dijo observando un mapa de la zona que habían obtenido en el hostal.

K - No en todos lados siguen dando estos panfletos! La tecnología los ha erradicado! En fin, que quieres hacer? - Añadía mientras se apoyaba en el hombro de su amigo para curiosear el panfleto.

C - Podríamos ir a ver el salón de concursos, la gente iba para allí como loca. Quizás hay un evento importante?

K - Por mi genial! Este tipo de concurso está de moda en todos lados del mundo, pero sin duda Hoenn es la sede central de los concursos, no podemos desaprovechar!

C - No sabía que estuvieras tan al tanto! Te gustan los concursos?

K - No soy un fanático, pero admiro a la gente que participa en ellos, muestran una increíble unión con sus pokémon! - Dijo sacando su lado más profesional.

Al llegar los chicos se quedaron parados, frente a ellos un enorme pokémon volador se paraba junto a su entrenador.

- Mirad! Es él! - Gritaba la multitud.

Sobre un imponente Salamence se alzaba la figura de un hombre. Vestía una camiseta amarilla, una capa roja y unos pantalones morados. La constitución era similar a la de Celsius y su cabello era muy corto, casi rapado. El hombre bajó de Salamence y ondeando su capa con un gesto violento gritó:

S - Aquí estoy! Soy Sandey! El bravo domador de dragones!

La gente empezó a gritar alocada. Los chicos no sabían muy bien donde ponerse, los empujones de la gente, los gritos y todo lo demás los estaba agobiando. Celsius propuso salir de allí cuanto antes, pero Kredan estaba atrapado entre la multitud y poco a poco se acercaba a la primera línea de fuego.

S - Vamos Yabu, muestra tu gallardía a nuestros fans! - Dijo dando otro grito.

El pokémon salió volando, lanzando un Llamarada en medio del cielo formando una hermosa figura ígnea. Después el pokémon gritó y lanzó un Pulso Dragón que atravesaba el fuego rompiendo la forma y estallando en un montón de pequeñas brasas que se mezclaban con la azulada energía del ataque que lo había dividido, formando así una hermosa cortina donde el pokémon se colocó. La hermosa figura de Yabu, en medio de aquel crepitar turquesa llameante dejó boquiabiertos a los espectadores. Pero hubo alguien que no parecía de acuerdo con lo que pasó. Se trataba del Noivern de Kredan, que a pesar de tener la orden de volar alejado para que no lo vieran se había presentado allí, al oír aquel estrepitoso ruido, pensando que la vida de los chicos podía estar en peligro.
La gente estaba conmocionada, por un lado el dragón rojo y azul que se alzaba entre los brillos de su propio espectáculo, y por otro el oscuro dragón llegado de Kalos que proyectaba la enorme sombra de sus alas sobre los espectadores.
Los chicos se temieron lo peor, pero para su sorpresa la gente de los alrededores empezaron a gritar, animaban a los pokémon y pensaban que todo formaba parte de un espectáculo.

K - Noivern! Estamos aquí! - Dijo, tratando de evitar que su compañero cometiera algún error.

S - Un momento muchacho! Es ese tu pokémon! - Dijo heroico.

K - Si señor, lo siento mucho, es algo miedoso y se altera con facilidad...

S - Tranquilo! La verdad es que me encantan los pokémon del tipo dragón, te gustaría participar en el concurso de esta tarde junto a tu Noivern? Yabu y yo estaríamos encantados de derrotaros en una batalla justa! - Su tono cambió, al principio a uno más coloquial terminando en un tono desafiante.

K - Yo...

C - Participaremos!

S - Quien eres tu? También tienes dragones?

C - No, pero tengo ganas de probar cosas! Soy Celsius, investigador y desde no hace demasiado entrenador pokémon! - Celsius parecía emocionado con la idea.

K - Pero si yo no he dicho nada!

C - Igualmente participarás, no será divertido si no tengo la oportunidad de pelear contigo! - Ardía en ganas de batallar.

Así pues los dos chicos se apuntaron al concurso que se celebraba al atardecer, a pesar de no saber demasiado lo que debían hacer. Para Celsius era la oportunidad perfecta de aprovechar el tiempo en ciudad Calagua.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 19 de Agosto de 2015, 09:17:58 pm
Capítulo 40: Día de Compras
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Ciudad Calagua se empezaba a llenar de gente, muchos iban y venían al centro comercial y a los hoteles de los alrededores. Celsius y Kredan tan solo tenían una tarde para practicar antes del concurso. Antes de empezar a entrenar los chicos decidieron pasar por el centro comercial en busca de algo de ropa un poco más fresca para los tiempos que iban a empezar a llegar, querían cosas más adecuadas a su estilo que las que les había dado Festa.

El centro comercial estaba situado en lo alto de una pequeña colina, junto a un enorme museo y algunos edificios, entre ellos un hotel. El edificio era enorme, visto de cerca impactaba todavía más, pues era increíblemente alto. Tenía alrededor de veinte pisos cada uno repleto de un montón de productos y servicios de diferentes tipos.

Los muchachos entraron como pudieron entre todo el bullicio que se había ido formando a lo largo de la mañana, muy probablemente a causa del concurso.

K – Fíjate! Este lugar esta lleno de gente! - dijo impresionado.

C – Y que lo digas, no me llama mucho, así que mejor vayamos a lo que tenemos que ir...

Recorrieron la recepción, una instancia llena de aparatos eléctricos que mostraban diferentes anuncios y indicaban los productos de cada zona y las ofertas del día. Pronto descubrieron un cartel electrónico donde podían consultar personalmente aquello que buscaban. Celsius escribió “ Ropa de hombre”, y en aquella pantalla salió reflejado el número catorce.

C – Vamos en ascensor... si es que podemos... - Parecía un poco agobiado con tanta gente.

K – Intenta colarte como puedas! - Dijo entrando rápidamente al ascensor que estaba a punto de cerrar sus puertas.

Kredan pudo subir a uno de los ascensores mientras que a Celsius le tocó esperar otra tanda más. Poco después tubo la oportunidad de subir.
Al llegar a la planta catorce no vio por ningún lado a Kredan. < Ya lo he vuelto a perder de vista...> Pensó al ver que no encontraba a su amigo por ningún lado. Aún así se dispuso a buscar algo de ropa más adecuada.
Después de pasear un buen rato por el centro comercial decidió ir a pagar, se había comprado una camiseta de mangas cortas de color blanco, un tejano que le llegaba algo por debajo de la rodilla, unas bambas blancas y una gorra azul marino, con una rejilla en la parte trasera para que el aire pasara a través y así refrescar su cabeza.
Después de eso decidió ir a la zona de entrenadores situada en la planta ocho para ver si podía comprar algunos productos para sus pokémon.
Una vez allí compró algunos medicamentos, cuerda y unas cuantas ultraball. Al pagar no pudo evitar ver que había una zona donde se hacían test de compatibilidad entre pokémon y entrenador. Se acercó para recibir asesoramiento con Raida y para ver si le decían como podían compenetrarse mejor en el concurso, ya que iba a usarlo para seguir con su entrenamiento. Al entrar encontró a un montón de entrenadores con sus pokémon, un hombre vestido con una chaqueta de cuero y su Skitty le provocó algo de gracia.
En diez minutos llegó su turno, el lugar estaba dividido en cinco salas donde había distintos conocedores pokémon, Celsius entró en la quinta.

K – Muy buenas! Dígame en que puedo ayudarlo?

C – Verá la cosa es que... Un momento! Que haces TU aquí!?

K – Vaya! Hola Celsius, estoy ganando algo de dinero, voy un poco corto y he pensado que lo mejor era hacer algo para poder comprar las cosas que necesite, la ropa y tal...

C – Y como es que no me lo has comentado?

K – Verás cuando iba en el ascensor un grupo de chicas se ha parado en la planta ocho y para salir he tenido que salir yo primero, al querer entrar el ascensor se ha cerrado y he decidido echar un ojo a esta planta. He visto este sitio y no he podido evitar ir a ver como eran los conocedores de por aquí, ya que no es tan normal ver conocedores en Hoenn.

C – Eso no explica que haces trabajando...

K – Les faltaba personal y me he propuesto como candidato. Tranquilo tan solo trabajaré hasta la noche, el problema es que no podré participar en el concurso, pero tu puedes igualmente!

C – De verdad que no te entiendo a veces... En fin ya he pagado por esto así que dime como puedo mejorar mi trabajo en equipo con Raida. - Celsius sacó al pokémon de su pokeball.

La cara de Kredan cambió por completo y se quedó observando a ambos, entrenador y pokémon durante unos instantes.

K – Raida y tu tenéis unos lazos muy fuertes, nadie diría que hace tan poco que lo atrapaste, sin duda su potencial es su velocidad, y su ataque especial, no obstante su defensa y su resistencia no son precisamente lo mejor del mundo. Has de tener eso en cuenta cuando pelees contra otros pokémon, y me refiero en un uno contra uno, en nuestra pelea estuviste muy bien, aprovechaste bien todo lo que sabías de mi para ser un gran apoyo para Hisa. Pero en un combate directo tu pokémon tiene las de perder si lo alcanza un ataque físico... Raida recibe y ejecuta las ordenes de una forma sublime, por lo tanto depende de ti y de tu capacidad de batalla que tu pokémon saque su máximo potencial.

Celsius quedó pensativo unos instantes, nunca había visto a Kredan hablar tan seriamente sobre como era la relación de un pokémon con su entrenador, lo más que le había dicho era que veía claramente que sus pokémon y el estaban hechos los unos para los otros.

C – Vaya... No me imaginaba que me darías datos tan exhaustivos... Sinceramente me has dejado parado...

K – Recuerda que tengo un permiso especial! No lo conseguiría si fuera un conocedor de rango C corriente y moliente! - Dijo riendo, orgulloso de sus conocimientos.

C – Acabas de perder de repente el aura de madurez que te rodeaba hace un segundo... en fin... - Parecía decepcionado, pero luego rió.

K – No te entiendo...

C – Da igual! He visto algunas cosas que te podrían gustar en la tienda de ropa, iré a comprarlas para ti, así no te tienes que preocupar y puedes trabajar tranquilo! Nos vemos en el concurso, pasa a verme ganar si puedes!

Celsius se fue a comprar un par de prendas para su compañero mientras que este se quedó trabajando en la planta ocho. Aunque para Kredan había sido un día normal Celsius sentía que conocía un poco mejor a su amigo, y eso le alegraba.
Después de comprar Celsius se dirigió a la playa para entrenar junto a Raida, teniendo en mente los consejos de su amigo.
Le quedaban pocas horas antes de empezar a concursar.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 20 de Agosto de 2015, 03:48:45 am
Capítulo 41: El gran concurso


Spoiler: mostrar

El Sol del atardecer bañaba con sus rayos toda la ciudad. Cada vez más y más personas se habían congregado. Lo que normalmente era una ciudad tranquila se veía envuelta en un gran bullicio, gente que se dirigía al edificio del gran concurso y a los pequeños stands que se habían montado en el camino que allí dirigía. A la venta habían miles de productos con todo tipo de estampas. Muchos de los productos llevaban la cara de Sandey y su Salamence Yabu. Pero no sólo las había de esas, había de una chica que parecía una idol, y un tipo con aspecto siniestro al lado de un Glalie.

Celsius y Raida estaban listos para ir al concurso, habían practicado en la playa durante las pocas horas que les quedaron libres y estaban dispuestos a darlo todo en el escenario.
A pesar de estar bastante desconectado del resto de actividades que no fueran de índole científica, Celsius sabía como funcionaban los concursos, había presenciado alguno en la televisión mientras comía solitario en el salón de su hogar en Oromar.

El joven se adentró en el edificio principal, y anunció en la recepción que su compañero Kredan no iba a asistir al evento. Después le hicieron pasar a la sala de espera, junto al resto de los participantes. En total eran nueve, por culpa de Kredan que había ocupado una plaza y no se había presentado.
Sandey no pudo evitar ir a hablar con Celsius al ver que no iba acompañado de Kredan.

S – Buenas joven! Eras Celsius, cierto?

C – Exacto! Aquí estoy para participar en el concurso!

S – Ya, bueno... Y tu amigo el que tenía un Noivern? - Dijo yendo directamente a los temas que le interesaban.

C – Veras... - Celsius le contó lo sucedido.

S – Que decepción! Ahora no podré enfrentarme a su increíble dragón! Hubiera sido un espectáculo maravilloso! Y sin duda una experiencia fantástica. No obstante me alegro de que tu cumplieras tu palabra! Espero poder enfrentarme a ti!

C – Claro! Seguro que pelearemos en la final!

S – Espero que sepas lo que dices, las personas que hay por aquí no son novatos en su mayoría!

C – Aunque sea un novato me las he arreglado en situaciones bastante peculiares, seguro que daré la talla, tranquilo.

¿? - No estés tan seguro enclenque! - Dijo la voz de un hombre desde la espalda de Ceslius.

S – Que mal educado Jenvi, no se como puedes insultar a la gente sin tan siquiera conocerle.

J – Eso es porque no hace falta nada más que una mirada para entender que es un novato sin futuro.

Celsius reconoció al tipo que tenía delante, se trataba de uno de los coordinadores que tenían su propia línea de productos. Su aspecto siniestro le iba como anillo al dedo con su personalidad. Vestía unos ropajes negros con algunas líneas blancas que le iban desde los hombros hasta los tobillos. Su cabello en punta como las orejas de Glalie y su mirada muerta pero amenazante lo hacían peculiar a la vez que intimidante.

C – Porque no lo juzgas cuando hayamos concursado? - Dijo realzando su personalidad.

J – No hay necesidad, no pasarás la primera ronda.

C – Ya lo veremos...

El ambiente se mantuvo tenso durante un buen rato, pero pronto se acabó, dando inicio la primera ronda del concurso, donde entrenadores y pokémon tenían que presentarse ante el público. Celsius sabía lo que quería mostrarles al público y había ensayado con esmero la primera fase del concurso, dando por hecho que la segunda ronda donde se empiezan las batallas iba a ser más sencilla de llevar.
La gente salía en orden, Celsius era el último y estaba bastante nervioso, Raida lo acompañaba ya a su lado, lo observaba minuciosamente, como si supiera perfectamente lo que le pasaba a su dueño.

El concursante número nueve, preparado para salir en cinco minutos por favor.  Sonó en megafonía en aquella sala en la que solo se encontraba él y su pokémon.

Celsius salió junto a Raida, el escenario era enorme, tenían un espacio increíble, por un momento a Celsius se le cortó la respiración. La gente esperaba expectante a que iniciara el espectáculo. Y así lo hizo. Celsius respiró profundamente y se arrodillo apoyando tan solo una de sus rodillas. Raida se acercó a él, y recibió una orden al oído.
El pokémon dio un tremendo salto hacía atrás sin pensarlo dos veces y se llenó de energía eléctrica. Celsius se levantó y Raida lanzó su potente Rayo sobre él. El público se estremeció. De repente el relámpago se curvó y topó contra el suelo. Raida siguió lanzando Rayos uno detrás de otro y por alguna razón estos se desviaban para un lado y para el otro. Celsius había instalado en el suelo dos pequeños para rayos que se levantaban ligeramente de forma intermitente para captar los rayos uno detrás de otro en diferentes direcciones. La gente aplaudió, después Celsius corrió y colocó un circulo de para rayos por todo el escenario. Raida saltó sobre Celsius que se había colocado en el centro de todos y se puso sobre su cabeza, dio un salto y lanzo una descarga continua que se dividió en montones de rayos alrededor de Celsius, creando una pequeña jaula de relámpagos amarillos.

C – Ahora, Carga! - Gritó repentinamente el chico.

Y elevado en el aire Raida dejó de emitir relámpagos y los empezó a concentrar en su cuerpo, creando un efecto visual maravilloso que hacía parecer que el pokémon retiraba aquella jaula. Celsius corrió fuera del circulo y gritó de nuevo, justo cuando Raida daba una pisada en el suelo del escenario.

C – Chispazo!

Así el pokémon descargó en distintas direcciones el poder que había concentrado llegando a hacer añicos los pequeños para rayos que estallaban en pequeños pedazos, dejando a Raida en medio de una cortina de humo. Al desaparecer el humo Celsius se encontraba en medio arrodillado como al inicio y con Raida sobre su rodilla.

La gente aplaudió eufórica por tan sorprendente show de mano de un novato en los concursos pokémon.

Después de aquello se eliminó tan solo a un concursante, para que quedaran los ocho reglamentarios de la segunda ronda. Por suerte para él, Celsius no fue el concursante eliminado.

La segunda ronda empezó con una batalla encarnizada. Jenvi se enfrentó a una chica que usaba un Blaziken, y a pesar de lo que pudiera parecer el vencedor fue Jenvi con su Glalie, que para desgracia de su rival conocía el movimiento Terratemblor, con el que decidió el combate, de una forma artística y escalofriante.

En la segunda batalla Sandey se enfrentaba a un señor que utilizaba un Gardevoir, pero poco duró contra los movimientos físicos del Yabu de Sandey.

La tercera batalla se dio entre una chica muy joven llamada Ertia y su Scolipede y una mujer que usaba un Wailmer. El Scolipede de Ertia cada vez era más y más rápido, además usaba Danza Espada para volverse más poderoso y con tan sólo un Megacuerno dio por sentenciada la pelea.

Por último empezaba la batalla de Celsius y la idol a la que había visto también por las tiendas del lugar. A simple vista era simplemente una chica de unos diecisiete años, bastante delgada y de una altura de un metro sesenta y cinco aproximadamente, vestía con un top y una falda muy coloridos que dejaban poco a la imaginación. Su nombre era Gix, y todo el público enloqueció cuando salió al escenario, Celsius recibió el apoyo de algunos espectadores, pero se vieron abrumados por los seguidores de Gix que los abucheaban al ver que no apoyaban a la joven estrella. Excepto uno, se trataba de Kredan que estaba en medio del público gritando como loco, tan siquiera parecía el mismo, pero allí estaba.
< La verdad es que es bastante vergonzoso todo esto... Mejor para por favor...> Pensó Celsius en sus adentros, sin éxito, pues su fiel amigo no dejaba de gritar desesperado.

El juez dio por iniciada la batalla, Celsius sacó a Raida de su pokéball y el pokémon salió listo para la acción, en posición de batalla. Por su lado Gix sacó a su pokémon, se trataba de Shedinja.

Todo el mundo estaba eufórico por la batalla, y Celsius estaba preparado para darlo todo en aquel combate, aunque sería mucho más duro de lo que parecía.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 21 de Agosto de 2015, 08:21:39 pm
Capítulo 42: La debilidad

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La batalla dio comienzo sin un segundo de respiro, Celsius ya había ordenado a Raida hacer el primer movimiento.

C – Carga! - Dijo sin dudar.

Gix por su cuenta tampoco perdió el tiempo, envió a su Shedinja a ejecutar el movimiento Danza espada. Celsius sabía lo peligroso que podía ser un golpe directo sobre su pokémon, lo tenía muy presente gracias a los consejos de Kredan unas horas antes en el centro comercial.

C – Raida, muevete en zigzag hacia Shedinja mientras usas Carga.

El pokémon siguió la orden y se movió a toda velocidad de cabeza al peligro. Celsius sabía que debía presionar si no quería terminar siendo pasto de un golpe directo, y para ello iba a emplear otro de los puntos fuertes de Raida, su velocidad.

G – Shedinja, Doble equipo y sigue con Danza Espada! - Gritó eufórica animando al público alzando el brazo derecho con el puño cerrado.

Raida no sabía hacia donde ir, Celsius por suerte sabía como salir de esa situación y dio su siguiente  orden.

C – Chispazo!

Raida emitió relámpagos en todas las direcciones sin dejar un solo clon sin cubrir, pero a pesar de eso uno de los clones se mantuvo sin recibir daño.

C – Como?! No entiendo que sucede.

G – Me lo imaginaba, eres un novato en todos los aspectos pequeñín! - Dijo lanzando un beso al público.

“ Pequeñín! Pequeñín! Pequeñín!” Gritaba el público siguiendo las burlas de Gix hacia Celsius.

C – No lo entiendo, maldita sea... Raida usa Rayo en el único que queda!

Raida concentró su energía y proyecto un poderoso y veloz rayo que atravesó sin lugar a dudas el cuerpo de aquel Shedinja.

G – De verdad es una tontería que estés aquí pequeñín! No vas a llegar a ningún lado.

C – Ataque Rápido Raida! Golpea lo más fuerte que puedas! - Dijo convencido de que funcionaría.

El pokémon se precipitó directo hacía su rival.
< Ha perdido > Pensó Kredan al ver el cuarto movimiento de Raida. Y es que Kredan sabía perfectamente igual que el público el porqué los ataques de Raida no impactaban en Shedinja.

G – Garra umbría! - dijo dando un salto.

Raida se precipitó sobre el cuerpo de Shedinja y lo atravesó, momento en el cual el pokémon había preparado su movimiento final, las dos pinzas de Shedinja emanaban un aura oscura, en forma de una terrible cuchilla que golpeó duramente a Raida dejando al pokémon fuera de combate en tan solo un golpe, que lo hizo impactar contra el suelo y prácticamente rebotar.

Raida estaba fuera de combate, ya nada se podía hacer. Gix posó victoriosa, le dijo algunas palabras a Celsius, pero el no la escuchaba. No entendía que había hecho mal y su cabeza no dejaba de dar vueltas a cual era el problema.

Celsius se retiró metiendo dentro de su pokéball a Raida. Pasó por la sala de espera y se fue a la sala de recepción, allí estaba Kredan esperando.

K – Gran combate amigo! - Dijo levantando su mano para chocar.

C – Gran combate? No he sido capaz de entender porque no golpeaba a ese pokémon... es un pokémon bicho, proviene de Nincada no es así?

K – Verás se trata de un pokémon tipo Bicho y Fantasma...

C – De acuerdo, eso explica porque el Ataque Rápido no ha funcionado, pero porqué Rayo y Chispazo no le han hecho nada?

K – Se trata de su habilidad, Superguardia. Shedinja solo aguanta un golpe, es decir, si eres capaz de golpearlo has vencido, pero su habilidad le permite protegerse de cualquier movimiento que no sea supereficaz.

C – Tan solo eso? Oh dios que tontería. No podía vencer desde el primer segundo! - Celsius rió.

K – Estás bien? - Preguntó preocupado.

C – Claro! Pensaba que no estaba siendo capaz de sacar el potencial de Raida a relucir, pero se trataba de la habilidad del rival, simplemente no podía ganar!

K – Es por eso mismo que deberías intentar que Raida aprenda movimientos de otros tipos que no sean el Eléctrico, puesto que contra rivales que lo resistan como por ejemplo el tipo Tierra. Y Ataque Rápido expone a Raida a ser atacado directamente, no necesitas algo como eso, no exprime su Ataque Especial, si no su Ataque Físico y no es nada del otro mundo...

C – Kredan...

K – Lo siento, me he pasado, entiendo que has perdido esta batalla y esto es lo que menos te apetece oír...

C – Gracias! Me encanta que me digas como crees que puedo mejorar! Creo que cada vez me gusta más todo esto de entrenar pokémon! - Estaba realmente emocionado.

K – Vaya... Pensaba que te ibas a desmoronar por haber perdido. Me alegra ver que quieres seguir mejorando! Espero poder ayudar a que te vuelvas mejor entrenador!

< Lo vamos a necesitar, estoy seguro > Pensó Kredan algo cabizbajo.

Los chicos entraron de nuevo a la sala donde las batallas se seguían sucediendo. La primera batalla de la tercera ronda había terminado, el resultado fue impactante para el público y para los chicos. La batalla se había hecho entre Gix  y Ertia, pero la vencedora había sido la joven novata junto a su Scolipede. La gente estaba furiosa, todos pensaron que había hecho trampas y la abucheaban, pero la chica simplemente volvió a la sala de espera para el momento de la final. Gix intentaba calmar a sus fans sin demasiado éxito, hasta que le pidieron que dejara el escenario libre para la batalla entre Sandey y Jenvi.

Sandey se presentó ante todos como el gran domador de dragones que era y Jenvi simplemente entró en el escenario con su aire siniestro, ambas cosas volvieron locos a los espectadores, pues era como ver a un héroe y a un villano a punto de tener la encarnizada batalla final, digan de un relato de cuento de hadas.

Sandey sacó a Yabu de su pokéball, por su parte Jenvi sacó a Glalie. Los pokémon se miraron desafiantes, era obvio que no era su primer encuentro y seguro que tampoco el último. Su poderío se notaba a leguas, los más expertos del público notaron que sin duda eran pokémon muy capaces y de muy alto nivel.

La batalla dio comienzo, Glalie lanzó un Rayo Hielo a Yabu, que lo esquivaba perfectamente gracias a las ordenes de Sandey, en un instante el pokémon se situó sobre Glalie y lanzó su poderoso Llamarada, Glalie por su parte usó protección para evitar ser golpeado por el movimiento. Yabu voló veloz por el escenario mientras lanzaba ráfagas de Llamarada, Glalie las esquivaba y contraatacaba con Rayo Hielo o se protegía con Protección. Fue entonces cuando Sandey cambió sus movimientos, Yabu lanzó Llamarada, Glalie se disponía a protegerse del ataque y fue en ese momento cuando Sandey ordenó a Yabu usar Pulso Dragón. El movimiento se dirigió rápido hacia Glalie, atravesando de forma magnífica el Llamarada y haciendo contacto con su rival.
Por fin había dado el primer golpe. Pero Glalie lanzó Canto Helado, de su boca un montó de esquirlas heladas salieron disparadas a gran velocidad sobre Yabu que no pudo reaccionar a tiempo y sufrió un golpe de mayor envergadura.

S – Nada mal! Siempre atacas a traición, está claro que el papel de villano te va como anillo al dedo!

J – Me dan igual los papeles, solo quiero patear tu trasero y el de tu dragoncito. Un par de esos y tu Yabu esta fuera! - Dijo amenazante

El público estaba encantado con el espectáculo que les brindaban los dos coordinadores.

Sandey hizo que Yabu se concentrara en evitar el Canto Helado y tuvo que cambiar de nuevo el ritmo de ataque, sabía que solo podía ser golpeado por Rayo Hielo y Canto Helado, ya que Terratemblor no iba a afectar a Yabu. Así pues forzó a Glalie a que lanzara de nuevo el Canto Helado. Lo presionó lanzando Llamarada y Pulso Dragón uno tras otro pero Jenvi sabía por donde iban los tiros y decidió cambiar su propio patrón de ataque, dando una orden a Glalie, le pidió que lanzara tan solo Rayo Hielo siempre que tuviera ocasión. Glalie empezó a esquivar y proteger mientras lanzaba Rayo Hielo. Cuando vio el momento oportuno lanzó Canto Helado y fue en ese momento cuando Sandey movió su pieza:

S – Yabu recibe el ataque y usa Roca Afilada!

Yabu fue golpeado por el Canto Helado y segundos después lanzó su movimiento Roca Afilada, haciendo aparecer a su alrededor una gran cantidad de pequeñas rocas puntiagudas que se abalanzaron sobre Glalie de forma precipitada. Pero Glalie lanzó de nuevo Canto Helado, Sandey estaba seguro que el choque de fuerzas lo ganaría Yabu pues su movimiento era mucho más poderoso, pero el Canto Helado iba dirigido al techo donde se habían formado enormes bloques de hielo. El movimiento Canto Helado era más rápido que Roca Afilada y impactó sobre el hielo que se rompió y cayó delante de Glalie a modo de protección parcial para el ataque de Yabu. El pokémon de Sandey estaba expuesto y Glalie lanzó de nuevo Canto Helado, que impactó sobre el dragón dejándolo fuera de combate.

El público se estremeció, todos gritaban de la emoción que les había hecho sentir aquella cruenta batalla entre, lo que en el show parecía, el bien y el mal.
Kredan y Celisus quedaron perplejos, pues no estaban acostumbrados a tan alto nivel de batalla. No entendían aún el porque pero sabían que les faltaba mucho para lograr ser tan buenos entrenadores como ellos.

K – Están a otro nivel. - Su rostro mostraba su emoción.

C – Y que lo digas, siento que me queda muchísimo por pelear a su nivel... Pero no siento que sea imposible.

K – Eso es! Me pregunto quien ganará la batalla final... He de decir que ganar a un Shedinja requiere siempre un solo golpe, pero darle el golpe no es tan sencillo, contaba con Doble Equipo como mínimo para defenderse de sus rivales...

C – Pronto lo descubriremos, van a dejar treinta minutos para que los concursantes puedan curar a sus pokémon, vayamos a por algo de comer, me estoy muriendo de hambre!

Los chicos salieron del salón principal y se dirigieron a uno de los puestos más cercanos para comprar alguna cosa para comer, ya había caído la noche y las cosas se ponían cada vez más interesantes. Pronto iban a presenciar una final de concurso que seguro les iba a marcar.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 27 de Agosto de 2015, 12:31:11 am
Capítulo 43: Sospechas

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K – Ahhhhh... Siguen faltando veinte minutos... - Dijo Kredan, estirando brazos y piernas con una hamburguesa sobre sus piernas.

C – Vamos no te entretengas, come rápido y entremos a coger sitio. - Dijo mientras daba un bocado a su hamburguesa, bastante más grande que la de Kredan.

Los chicos habían salido a comer algo y habían decidido sentarse en uno de los bancos que quedaban justo detrás del edificio principal, para evitar el bullicio. La noche ya había caído y probablemente no cenarían nada más después de aquel tentempié.

K – Al menos aquí está todo tranquilo. No nos podemos quejar.

Celsius no respondió pues tenía la boca llena, pero gesticuló incitando a su amigo a que dejara de hablar y comiera. Parecía impaciente por ver la última batalla. Por otro lado Kredan pensó que Ertia podría perder fácilmente contra Jenvi, dadas las circunstancias... Pero Celsius tenía una prisa increíble.
Cuando se disponían ha entrar al edificio de concursos una persona salió por la puerta trasera y corrió entre los arboles. Los chicos curiosos decidieron investigar, desde lejos sin interferir demasiado. Kredan aún estaba terminando su hamburguesa y trataba de masticar haciendo el mínimo de ruido posible.
En medio de los arboles, sumidos en la oscuridad que la noche les propiciaba se encontraba la silueta de una joven chica y de un hombre que llevaba una capucha. Celsius se dio cuenta rápidamente de que la chica era sin duda Ertia, vestía su blusa de mangas hasta los codos de color verde con el chaleco de lana negro, pantalones hasta la rodilla negros y bambas verdes con detalles negros, llevaba una coleta dejando el flequillo y el color de su cabello era castaño. Celsius se había fijado perfectamente en cada uno de los detalles de cada concursante, aunque ya era una costumbre propia de él. La persona con la que parecía hablar era tan alta como Kredan, su cara no se distinguía por culpa de la capucha de su sudadera blanca, a pesar de eso pudieron observar que llevaba unos pantalones anchos de color negro o de un azul muy oscuro y llevaba botas de montaña también de color oscuro. Era todo lo que podían ver desde la lejanía y con tan poca luz.

C – Será mejor que nos vayamos... se está haciendo tarde. - Dijo dando un paso atrás.

K – Opino igual, deberíamos irnos tranquilamente, con suerte llegaremos cinco minutos antes de que empiece el show.

Ambos se fueron como si nada pasara hacia el salón principal para evitar levantar sospechas. Una vez allí esperaron a que empezara el espectáculo.

K – Me pregunto que es lo que hacía allí Ertia...

C – Ni idea, pero no huele nada bien... Además es una novata como yo y a logrado llegar a la final con suma tranquilidad...

K – Bueno hay gente que nace con algunos talentos no crees? - Dijo malicioso.

C – Ya claro, ahora es que no tengo talento no? Igualmente, me perturba lo que pueda suceder ahora... Aunque quizás nos estamos emocionando de más...

K – Ni idea, pero no pienso dejar que nadie haga nada raro, lo tengo claro, si puedo descubrir algo a cerca de alguna organización antes de irme de Hoenn estaré más que contento...

Los chicos dejaron de hablar cuando las luces se apagaron de repente. Ambos se quedaron a la espera de que sucediera algo peligroso. Pero se trataba del inicio del show, un foco se encendió en uno de los lados del escenario presentando a Jenvi y su Glalie, como de costumbre el público lo aclamó. Por el lado contrario se encendió un foco que enfocaba a Ertia, la novata que había desbancado a la popular Gix en aquella competición, el público la abucheó aunque a ella no pareció importarle nada. Sus ojos verdes miraban penetrantes al Glalie de Jenvi, parecía que en cualquier momento fuera a suceder alguna cosa.
El juez dio por iniciado el combate, Scolipede inició usando Danza Espada y Glalie lanzando Rayo Hielo, el gélido movimiento estaba a punto de impactar sobre el pokémon de Ertia pero esta dio una orden en el último segundo.

E – Salta.

Scolipede usó su cola para golpear el suelo y impulsarse hacia arriba. Segundos después se puso a dar vueltas sobre sí mismo, enroscando su cuerpo, momento en el cual Ertia le ordenó usar Cola Veneno. El pokémon se precipitó sobre Glalie girando y con las púas de su cola encendidas de un color violeta muy intenso.

J – Protección!

Glalie levantó a su alrededor una infranqueable barrera con la que detuvo por completo el movimiento de Scolipede. Pero no dejaban un segundo de descanso, al repeler el golpe Scolipede volvía a ejecutar su Danza Espada, Glalie aprovechó para lanzar Canto Helado dando de lleno sobre su rival. Pero Scolipede no retrocedía ni un solo paso, se movía cada vez más y más rápido, Ertia se adaptaba a la perfección a la subida de velocidad de su pokémon y le daba ordenes cada vez más seguidas y más precisas. Scolipede presionaba usando Cola Veneno, hasta conseguir un golpe limpio que hizo bastante daño a Glalie.

Los espectadores gritaban, animaban a Glalie, por su lado Kredan estaba algo mosqueado y Celsius se dio cuenta.

C – Que sucede? - Dijo sin dejar de observar la batalla.

K – No lo se seguro, pero a mi me ha parecido un golpe crítico, la potencia de ese Cola Veneno no tiene nada que envidiar a movimientos supereficaces... A pesar de eso es como si Glalie ahora fuera distinto a la anterior batalla...

C – Puede que haya evolucionado su forma de pelear en la batalla contra Sandey, no?

K – No hablo de que sea mejor o peor, digo que parece diferente, su forma de atacar no es la misma y ni mucho menos la de recibir los golpes...

Mientras los chicos hablaban los pokémon seguían batallando, Scolipede había recibido de lleno otro Canto Helado pero se disponía a un contraataque de nuevo con Cola Veneno, el golpe fue certero, pero esta vez Glalie no parecía demasiado afectado. Jenvi ordenó Rayo Hielo aprovechando la distancia a la que Scolipede se encontraba, pero Ertia ya le había ordenado retirarse.

E – De nuevo! Danza Espada! - Esta vez parecía algo alterada, a diferencia del resto de batallas donde se había mostrado impasible con todo lo que sucedía.
Scolipede ejecutó Danza Espada pero Jenvi había predecido el movimiento y dio la orden de Terratemblor. Glalie se lanzó contra el escenario creando unas ondas expansivas que golpearon a Scolipede, bajando también su velocidad de reacción. A pesar de eso seguía siendo más rápido que Glalie y Ertia lo sabía muy bien, así pues le ordenó abalanzarse sobre Glalie y rodearlo, Jenvi ordenó Protección pero era demasiado tarde, ya estaba dentro de su rango y cuando levantó la barrera Scolipede ya estaba dentro.

E – Golpea con Cola Veneno sin parar! - Su voz sonaba furiosa, no parecía la misma persona.

La cola de Scolipede se iluminó de nuevo, esta vez con más fuerza aún y empezó a golpear sin parar a Glalie, Jenvi reaccionó, Glalie lanzó Terratemblor y hizo retroceder a Scolipede, pero era demasiado tarde para él, Glalie se había envenenado y cada vez estaba más débil.
Jenvi no sabía que hacer, no parecía tan decidido como cuando peleó contra Sandey, algo le había sucedido.


K – Esto es demasiado raro... No me gusta nada de nada Ertia...

< A pesar de eso me recuerda mucho a él...> No pudo evitar pensar Celsius.

C – Que sucede con Jenvi? El combate de antes ha sido mil veces mejor que lo que está sucediendo ahora...

Para cuando terminaron las palabras de Celsius Scolipede ya había dado el golpe de gracia con Cola Veneno, dejando fuera de combate a Glalie.

El combate se había acabado, nadie parecía satisfecho con el resultado, a pesar de eso aplaudieron la victoria de Ertia, la novata que se llevó una Cinta del Gran Concurso y un paquete de bayas para sus pokémon. A pesar del honor con el que se la premiaba Ertia parecía de nuevo impasible, recogió sus premios y salió del salón.

K – Voy a seguirla! - le dijo a su buen amigo, sin opción de que se opusiera.

C – No hagas locuras! Recuerda que no nos podemos permitir quedarnos aquí!

¿? - No os lo podéis permitir? Por qué razón? - La voz de un desconocido inmiscuía por la espalda de Celsius.

Kredan salió corriendo tras la chica, que se intentaba ir por la puerta trasera del edificio igual que la anterior vez. Abrió la puerta y antes de que se cerrara Kredan salía de ella también.

K – Espera! - Gritó.

E – Quien eres? No pienso firmarte un autógrafo ni me pienso sacar fotos contigo, lo siento mucho...

K – Me preocupa más que le habéis hecho a Jenvi tu amigo y tu! No ha peleado como antes y su pokémon tan siquiera parecía el mismo! - Estaba preparado para lo peor.

E – Te has dado cuenta?! - Su rostro se llenó de alegría y corrió hacia el chico.

K – Que?! Un momento que pasa aquí? - Kredan no entendía porque se veía tan feliz.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 30 de Agosto de 2015, 01:50:17 am
Capítulo 44: Vidas paralelas

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El mismo día en que sucedía el concurso de ciudad Calagua un chico de 18 años llegaba a ciudad Malvalona con una hamburguesa doble de queso en la mano y un saco lleno de ambiciones en la otra. Su altura era similar a la de Celsius, aproximadamente un metro setenta y cinco, tenia el pelo enmarañado, dejando una forma consistente pero esponjosa, de color rojo. Llevaba gafas, y tenía los ojos azules, su cara era redonda y lucía su sonrisa con una dentadura perfecta. Era de constitución robusta, su caja torácica era parte de su orgullo y la vestía con ropas informales, una camiseta ancha de manga corta gris y unos pantalones tejanos que le llegaban por debajo de las rodillas. Siempre llevaba un par de bambas blancas.
El joven miraba de un lado para el otro en todo el alboroto de la ciudad, tenía un destino fijo, una meta y la buscaba impaciente. Su mirada se detuvo al ver el cartel que tanto esperaba encontrar.

“ Gimnasio Malvalona”

Terminó la hamburguesa y lanzó la servilleta con la que la transportaba después de limpiar los restos de su espesa, pero no menos importante, barba.

Llegó rápidamente al electrizante edificio, estaba emocionado y no lo pensó dos veces antes de entrar. Allí encontró un enorme campo, rodeado por enormes tubos de cristal por donde la electricidad pasaba sin que nada le importara. El joven estaba impresionado con el lugar, estaba sin duda justo donde quería estar. De repente una voz sonó por los aparatos de megafonía, se trataba del líder del gimnasio, Jamo:

J – Holaaaaa, no se si me oyes, pero si me oyes espera unos minutos en uno de los bancos que hay por el exterior del estadio.

El joven hizo caso omiso de lo que había escuchado, entendiendo que el líder no podía atender su visita en aquel preciso instante.

A los veinte minutos Jamo, con su larga cabellera, aparecía por una de las puertas laterales del gimnasio.
El joven se levantó y lo saludo con un apretón de manos:

J – Bienvenido! Soy Jamo el líder de gimnasio de ciudad Malvalona!

A – Mi nombre es Ataloc! Vengo a desafiar al líder a una batalla!

J – Totalmente de acuerdo! Acompáñame al ring.

Ambos fueron al estadio de batalla, Jamo se dispuso a presentar su gimnasio:

J – Este es un gimnasio de tipo eléctrico! Más vale que te andes con cuidado, si no saldrás mal parado! Hay algún estilo de pelea que te guste más?

A – Ninguno en concreto, me gustaría pelear bajo las reglas “Reales”.

Jamo entendió perfectamente lo que Ataloc le quería decir, no entendía porque alguien como él lo sabía pero se mantuvo al margen y procedió con lo que debía.

J – Entonces será 3 contra 3, no tienes problema verdad?

A – En absoluto. - Ataloc dejó a un lado su bolsa y sacó de ella tres pokéball.

Jamó fue el primero en sacar a sus pokémon, eran Negatium, Ampharos y Plusle.

J – Tan solo usaré tres pokémon, como sabes tu puedes usar los 6.

A – Adelante! - Gritó sacando de sus pokéball a sus compañeros de batalla.

El equipo de Ataloc se componía de Tyranitar, Skarmory y Steelix.

J – Veo que vienes preparado. - La expresión de Jamo era casi burlesca.

A – Vengo a ganar la batalla, no pensarías que vendría a ciegas no?

La expresión de ambos cambió por completo, la concentración que denotaban sus miradas era impresionante. Ninguno de ellos era capaz de oír la voz de su rival, tan solo podían ver el campo de batalla.

Ampharos inició la batalla, usó Aura Magnética, era la primera vez que Ataloc veía ese movimiento y no entendió bien cual era su función. Así pues se lanzó a atacar. Steelix y Tyranitar lanzaron Terremoto, la distancia entre ambos era tanta que las ondas sísmicas no les llegaban entre sí y Skarmory volaba por el campo sin verse afectado por los movimientos de sus compañeros, creando así un combo ofensivo sin aperturas. Negatium, Plusle y Ampharos estaban rodeados de una energía eléctrica de un brillo tenue, Negatium lanzó Rayo sobre Skarmory y Plusle Hierba Lazo sobre Tyranitar. Skarmory esquivó con dificultad el movimiento y Tyranitar que acababa de lanzar Terremoto fue atrapado por las plantas que habían brotado del escenario y que lo lanzaban contra el suelo, infligiendo bastante daño sobre el pokémon. Pero las ondas sísmicas de ambos Terremotos impactaron de lleno sobre Ampharos y golpearon tambien a Negatium y Plusle.

A – Si! Un golpe superefectivo! - Dijo, aun concentrado en la batalla.

Pero para su sorpresa los pokémon de Jamo habían recibido menos daño del que él esperaba. La situación se volvía en su contra, y el dudar le permitió a Jamo un golpe limpio, pues había aprovechando esos segundos de duda para lanzar de nuevo Aura Magnética con Ampharos y Rayo con Negatium, que está vez acertaba de lleno en Skarmory. Steelix seguía sin recibir daño y Ataloc tuvo que aprovechar su posición para que lanzara otro Terremoto. Pero el daño era cada vez menos.
Jamo empezó a dominar la batalla, hasta el punto en que ordenó a Negatium ocupar el lugar central de la batalla, y esperar a que el rival lanzara de nuevo Terremoto. Tyranitar fue quien dio el paso y fue entonces cuando Negatium usó su movimiento favorito, Copión. Negatium saltó y con su pequeño puño golpeó el suelo, las ondas sísmicas se cruzaron, pero Steelix y Tyranitar recibieron más daño que el equipo de Jamo, por otro lado Ampharos seguía usando Aura Magnética y Plusle fue quien lanzó Rayo para golpear a Skarmory.
En una sola jugada los tres pokémon de Ataloc habían sido derrotados. Pero el cambio de pokémon le dio la oportunidad de echar un vistazo al campo sin tanta tensión. Se fijó en que el aura eléctrica que rodeaba a los pokémon de Jamo era cada vez más y más intensa. Fue en ese momento cuando entendió cual era la función de aquel movimiento. Aumentaba sin duda las resistencias de los pokémon de Jamo. Al menos la física.

Ataloc sacó de su bolsa tres pokéballs más. Las lanzó a la vez y aparecieron ante él sus otros tres compañeros.
Se trataban de Ferrothorn, Blaziken y Feraligator.

J – Muy valiente por tu parte traer contigo un pokémon de tipo agua a un gimnasio de tipo eléctrico!

Ataloc no dijo nada, volvió a concentrar toda su atención en la batalla, cada uno de sus músculos se encontraba en tensión y estaba preparado para vencer.

Blaziken se lanzó usando Patada Ígnea, golpeando certero a Ampharos, pero Negatium y Plusle aprovecharon la ocasión para lanzar Rayo a la vez sobre Feraligator. Pero el pokémon acuático levantaba Protección evitando así el daño al completo. Ferrothorn lanzó Drenadoras sobre Ampharos que no pudo esquivar el movimiento pues aún no se había recuperado del golpe que Blaziken le había propiciado. Por otro lado Blaziken se movía cada vez más y más rápido y en un momento se había acercado a Negatium, el pokémon lanzó Puño Incremento y mandó a volar a Negatium, a pesar de eso el daño no fue tan grande. Plusle usó Maquinación, emanando un aura oscura que se mezclaba con el aura eléctrica que Ampharos les había proporcionado. Pero Blaziken no dejaba respiro alguno y se había abalanzado de nuevo contra Ampharos que trataba de mantenerse en pie para lanzar un movimiento, pero fue derribado con violencia por un Patada Ígnea de Blaziken que lo golpeó en el estómago lanzando a Ampharos por los aires y golpeando una pared.
El combate era ahora dos contra tres, a pesar de eso Jamo no se había rendido, Plusle usó Refuerzo sobre Negatium y este Copión para copiar el movimiento de Blaziken. Negatium saltó en dirección a Ferrothorn con su pequeña pata rodeada en llamas, Feraligator usó Puño Hielo, cerró su brutal garra y un aura blanca y fría como el invierno la rodeó, con ello golpeó a Plusle que acabó fuera de combate. Negatium golpeó a Ferrothorn, pero no fue suficiente para derrotarlo, además se hizo daño con las púas de acero de su cuerpo. Ferrothorn lanzó Latigazo y golpeó con sus brazos a Negatium hasta dejarlo fuera de combate.

La batalla había finalizado. Jamo había perdido y Ataloc se había alzado con la victoria. El joven retiró a sus pokémon y se acercó al líder del gimnasio.

J – Toma, esta es la medalla Polaris “Real”, a diferencia de una medalla normal tiene una corona en la parte de atrás grabada, no creo que sea la primera que ves.

A – Muchas gracias! Así es, tu medalla es la numero dieciséis!

J – Ya tienes dieciséis medallas “Reales”?! No me extraña que te hayas adaptado tan rápido a la situación... En fin, por protocolo no preguntaré nada sobre como has descubierto el tema...

A – Como quieras, no tengo problema. Me lo dijo el padre de un amigo. Por cierto, ahora que te he contado mi secreto, me gustaría saber algo que quizás tu puedas responder.

J – No creo que sea demasiado justo, pero adelante, si puedo, te echaré una mano.

A – Sabes de alguien que me pueda conseguir una mega piedra o algo parecido?

Jamo pensó un rato sobre el tema, no tenía claro que hacer, pero igualmente decidió mandar al joven a hablar con Tir en el laboratorio, quizás le podría proporcionar la información que buscaba.
Ataloc se marchó rápido hacia el laboratorio y Jamos se quedó en su gimnasio.

El abatido líder volvió a su habitación, en uno de los lados del gimnasio, se sentó en su vieja butaca con un refresco en la mano, se estiró para atrás y volvió de nuevo a los asuntos que había dejado a medias en su ordenador justo antes de que le vinieran a retar.
En la pantalla se podía ver un mensaje de una persona interesada en la investigación del potencial de los pokémon.

J – Mmm. Quizás yo también deba dejar la rutina y emprender algo nuevo...
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 01 de Septiembre de 2015, 04:23:53 am
Capítulo 45: Moviendo pieza

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Ataloc se dirigió hacia el laboratorio tal como Jamo le había aconsejado.
< Me pregunto si me podrán ayudar...> Pensó el chico mientras paseaba contento por las calles de Malvalona, observando el va y ven de la gente, hasta llegar a su destino.


Entró y preguntó en recepción por el profesor Tir, les dijo que  iba de parte de Jamo y rápidamente se pusieron en contacto con el profesor para que lo fuera a ver.

T – Muy buenas joven! Soy el profesor Tir! Como te llamas?

A – Mi nombre es Ataloc, llevo tiempo viajando recolectando medallas de gimnasio, “Reales”.

T – Vaya... Hacía años que no escuchaba de alguien que hiciera algo como tu... Pero dime que te trae al laboratorio?

A – Verá profesor, le pregunté a Jamo, el líder de la ciudad, si conocía a alguien que me pudiese ayudar a encontrar la forma de hacer megaevolucionar a mis pokémon.

T – Vaya! Si que eres ambicioso! La verdad es que tenemos muchas personas en busca de megapiedras y de piedras activadoras... Hace relativamente poco uno de mis investigadores más jóvenes logró obtener una megapiedra, su nombre es Celsius, no lo olvides porque probablemente será uno de los mejores investigadores de tu generación chico!

A – Ya bueno... Y no sabe usted donde podría encontrar una... O una piedra activadora...

T – La verdad es que las piedras activadoras son más comunes puesto que de un ejemplar madre extraemos potencialmente entre 2-3 piedras que hacen la función de activadoras. Pero como entenderás no voy a darte ninguna de las que tenemos por aquí...

A – Claro, lo entiendo... Pero donde podría encontrar una de esas piedras. - Ataloc se mantenía insistente.

T – Espera un segundo, preguntaré si pueden llevarte con alguien que tenga el tema más por la mano. - Se dirigió a los recepcionistas y les pidió que llamaran a alguien que pudiera ayudar a Ataloc.

Al final Ataloc tuvo que esperar sentado en uno de los asientos de la recepción hasta que la figura de un hombre bien grande irrumpía en las puertas del lugar.
El chico que entraba lleno de grasa y suciedad era ni más ni menos que Gerdenor. Se acercó a la recepción y preguntó:

G – Para que me necesitáis? - Su cara de malas pulgas daba a entender que no estaba de humor para dejar aquello que estaba haciendo.

Le han llamado para que hable con el chico que está allí sentado. - Dijo uno de los recepcionistas.

A – Hola! Me llamo Ataloc!

G – Yo Gerdenor, que hay? - Saludó mientras ponía su mano dando a entender que quería un apretón.

A – Ehhh, un placer... - Apretó a regañadientes la mano de Gerdenor llena de suciedad.

G – Vamos a sentarnos fuera, hablemos de lo que necesites.

A – Verás querría encontrar una piedra activadora, ya sea una preparada para el uso o una para pulir...

G – Ya veo, sabes donde obtener una? O como pulir una piedra madre? Quien te la puede pulir?

A – No... por eso venía a preguntar...

G – Exacto! Eso mismo, si no lo sabes no lo consigues, así de sencillo. Por suerte yo se pulir piedras, pero necesito que me traigas una piedra madre.

< No entiendo a este tipo... > Ataloc no sabía muy bien como hablar con Gerdenor.

A – Entonces donde encuentro una? - Dijo preguntando lo que era obvio.

G – Pues, justo debajo nuestro! En lo que una vez fue ciudad Malvalona.

A – Como? Hay una ciudad bajo esta?

G – Eso es, Malvalona a crecido muy deprisa y muchas de las obras tan siquiera se han hecho demoliendo el terreno, simplemente se han construido plataformas unas sobre otras, debajo de esta ciudad quedan las ruinas de lo que un día fue Malvalona.

A – Ok. Como accedo a esa ciudad subterranea.

G – Ven conmigo, te lo contaré en mi taller.

Ambos se dirigieron al taller de Gerdenor, una vez allí el jefe de reparaciones de Malvalona empezó a explicar como iban a proceder.

G – La verdad es que es un engorro de los gordos, y no me apetece nada de nada ir contigo, pero últimamente siento que he de hacer más... no se porque... El caso es que iré contigo para que no te suceda nada raro y tu vendrás conmigo porque eres el que quiere la piedra activadora. La cuestión es la siguiente, deja que te explique sobre este plano - Gerdenor sacó un enorme plano de la ciudad, parecía cortada por la mitad y se podían ver las profundidades de esta. Ataloc estaba muy sorprendido.

A – Es cierto, hay toda una ciudad justo debajo!

G – Si bueno, el problema reside en llegar a la ciudad, las construcciones han ido subiendo como puedes ver, por lo tanto, ves todo esta línea de aquí? - Señaló una franja del mapa.

A – Si, que es?

G – Las cloacas... Para llegar a lo que antes era la ciudad hay que pasar por ahí, y te aseguro que el hedor no es agradable... Pero! - Se detuvo girando sobre sí mismo y agarrando unas mascarillas. - Con esto puesto no debería ser un problema. No hay mucho trayecto en las cloacas, después allí tendremos que tener cuidado porque los cimientos no son muy fiables, podría caer algún trozo de escombro y aplastarnos! - Y tan contagioso como siempre lanzó una carcajada.

A – Bueno... Si no hay otra salida... En fin vamos a ello!

G – Mejor vayamos mañana al amanecer, podríamos tardar todo el día y prefiero dejar los cabos atados antes de partir. Mañana a las seis de la mañana estaré esperando en la zona oeste, frente al cartel luminoso de dos metros de altura. No tardes!


Ataloc abandonó el taller y fue en busca de un lugar donde dormir. A la mañana siguiente esperó a Gerdenor donde habían quedado, pero hasta las seis y media no llegó... Ataloc tenía serias dudas sobre la seguridad que podía tener al lado de Gerdenor...
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 02 de Septiembre de 2015, 01:58:50 am
Capítulo 46: Regeneración

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Ataloc esperó hasta las seis y media, hora a la que Gerdenor llegaba:

A – Me dices que no tarde y llegas tarde...

G – Ya bueno veras... Tenía que limpiar unas cosas y yo...

A – Da igual, vamos a ello.

Gerdenor se río mientras caminaba en dirección a una pequeña trampilla en el suelo justo detrás del cartel. Se agachó dejando a la vista la hucha del jefe de reparaciones de la ciudad y la entrada a las cloacas.

G – Cierra la trampilla al entrar, toma esta luz, colócala en tu pecho. - Le dio una pequeña luz de LED con una pequeña pinza, el la llevaba colocada en uno de los lados de su chaleco.

Ataloc se colocó la luz en el cuello de su camiseta y ambos descendieron por las escaleras metálicas, que estaban sucias y oxidadas. El tramo de bajada era estrecho y oscuro, Gerdenor le pidió a Ataloc que no usara la luz hasta llegar abajo, para ahorrar energía. Ataloc hizo caso, a pesar de que sabía que aquellas luces gastaban muy poca energía.

Al bajar ambos encendieron las luces, el agua turbia llevaba consigo todo tipo de desechos, Gerdenor sacó las mascarillas y ambos se las colocaron.

A – Este sitio es sin duda horrible... - Lo poco que pudo oler había sido suficiente para provocar algunas arcadas.

G – He estado en sitios peores! JAJAJA! - No dejaba de reír en ninguna situación.

Gerdenor sabía por donde debían ir, allí había además de un montón de suciedad algunos Swalots, engullian los restos de comida y nadaban libremente por el lugar. Gerdenor hizo una señal a Ataloc, le advirtió que Swalot, a pesar de su carismático aspecto podía resultar un verdadero problema, puesto que podían llegar a engullir de un bocado cosas de hasta tres metros de altura, y ninguno de ellos media tanto con seguridad.
El camino que tomaron era tranquilo, tenebroso, sucio, maloliente, decrépito, pero tranquilo. Los pokémon iban de un lado al otro, unos comían y otros dormían, habían algunas familias y hasta los había que jugaban. Era tierno y repugnante a la vez. Los pasillos de las cloacas eran bastante anchos, las aguas fecales pasaban por el medio, algunos Zubats merodeaban la zona, los ladrillos estaban llenos de moho y suciedad y las diferentes tuberías pasaban sobre las cabezas de los chicos.

A – Dime, que edad tienes? - Dijo intentando romper el ambiente.

G – Yo? Diecinueve! Aunque en unos cuantos meses cumpliré los veinte.

A – Vaya! Solo eres un año mayor que yo! - Se sorprendió, probablemente por la diferencia en sus tamaños y por el trabajo que Gerdenor ejercía.

G – Vaya, pues si que eres espabilado! A tu edad y ya quieres megapiedras y cosas así... la juventud de hoy en día...

A – Tu formas parte de ella...

G – Pues eso.

A – No te entiendo...

G – Tranquilo, no tiene sentido. Soy así. JAJAJA. - Gerdenor era capaz de reír a partir de cualquier conversación.

Al poco tiempo andando llegaron a una pequeña entrada, estaba en tan malas condiciones como el resto de las cloacas, pero sin duda era diferente. Al lado de la puerta había un pequeño mecanismo donde se podía introducir algún tipo de llave. Gerdenor sacó de uno de los bolsillos de su chaleco un pequeño alambre, lo introdujo y lo hizo girar, primero a la derecha y después dos veces a la izquierda.

“ Clink” Crack crack CRAK!

Extraños sonidos salieron de la máquina y de repente la puerta se empezó a abrir. Se abría lentamente y casi no se movía, hasta quedar atascada.

G – Hace demasiado que nadie pasa por aquí... Tendremos que usar la fuerza bruta.

Ataloc creyó entender lo que quería decir y se dispuso a sacar uno de sus pokémon, pero lo que Gerdenor quería decir y lo que Ataloc entendió eran dos cosas muy distintas. El gran muchacho dejó su pequeña mochila en manos de Ataloc junto con su chaleco y agarró con fuerza ambas puertas. Con sus potentes brazos abrió a base de fuerza bruta un buen trecho para poder pasar.
Ataloc no podía creer lo que veía, pero le alegraba ir con alguien como el a su lado por primera vez.

G – Vamos, ten cuidado, a partir de aquí se va a poner más oscuro y peligroso. Tenemos que bajar unas cuantas escaleras, no des pasos en falso. - Mientras, se colocaba de nuevo sus cosas.

A – No sabía que estabas tan fuerte!

G – JAJAJA. Que dices?! Si estoy gordo, no fuerte! JAJAJA. Ya me gustaría a mi, ser un tipo atractivo y fornido de esos de la tele!

Ataloc se rió junto a Gerdenor. No tardó en darse cuenta de lo poco que aquel tipo tan grande se infravaloraba.


Las escaleras por las que bajaban eran metálicas y parecían de lo más estables, por suerte tenían una barandilla a la que agarrarse y a pesar de la suciedad que había les permitía algo más de seguridad.
Gerdenor advirtió que no debía quitarse la mascarilla por nada en el mundo, pues las instalaciones ya no tenían sistema de ventilación y a pesar de todo el espacio que había estaba lleno de sustancias flotando en el aire, y era mejor asegurar que no entraban dentro del cuerpo de nadie.

De repente las escaleras terminaron, allí se encontraban, bajo ciudad Malvalona, en lo que un día fue la ciudad, subyugada a causa de los avances tecnológicos que en ella misma se habían desarrollado. Con las luces que llevaban a penas podían ver algo, pero Ataloc fue rápido y se anticipó a la situación.

G – Vaya problema, moverse por aquí es una pesadez...

A – Deja que le brinde un poco de luz al asunto! - Metió la mano en su saco y de ella sacó una Ultraball, la lanzó y de ella apareció uno más de los compañeros de Ataloc.

G – Wow! Que es ese pokémon su cuerpo es como plasma!

A – Es mi buen amigo Rotom! Adelante, Destello!

El pokémon rió y se movió rápido de un lado para otro, su cuerpo cada vez emitía más y más luz, hasta desprender una luz suficiente como para no necesitar las linternas.

G – Woah! Sin duda es muy útil, esto va a hacer el trabajo tres veces más sencillo. Es un pokémon genial, de donde lo has sacado?

A – Digamos que tuvimos un encontronazo en una mansión de Sinnoh... fue una de las capturas más problemáticas que he tenido que hacer... Pero ahora es uno de mis pokémon más queridos!

Rotom seguía riendo a pesar de que su cuerpo era imposible de ver con la luz que desprendía.

Ahora si que veían lo que tenían delante, era nada más y nada menos que una ciudad en ruinas, con enormes edificios, plazas llenas de polvo y escombros, y incluso algunos pokémon rondando por el lugar, pero eran imposibles de identificar a la distancia a la que se encontraban.
Los dos chicos caminaron directos al centro de aquella ciudad donde se suponía que debían encontrar una piedra activadora sin pulir...
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 04 de Septiembre de 2015, 03:49:23 am
Capítulo 47:  Ojos negros

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Ataloc y Gerdenor avanzaban por las ruinas de lo que fue ciudad Malvalona unos cuantos años atrás. El lugar ruinoso y cargado de suciedad en el aire infundía algo de miedo y respeto en los corazones de aquellos que se estaban adentrando en él. Poco a poco Ataloc se venía más abajo, y se sintió en la necesidad de hablar con Gerdenor.

A – Oye, no da esto un poco de miedo? - La voz le temblaba un poco.

G – Que dices! Esto tiene que estar cargado de fantasmas o algo por el estilo, ya verás que divertido! JAJA – Parecía estar en su salsa.

A – Bueno parece que no es la primera vez que vienes aquí... así que supongo que tu te las apañarás bien no? - Se mantenía cerca de Gerdenor.

G – Bueno, hace unos años ayudaba a mi padre ha sacar de aquí algunos escombros, por eso mismo se lo de la piedra activadora! Pero hace bastante que no bajo por aquí, quien sabe que cosas han cambiado...

Ataloc no se sentía muy seguro en aquel lúgubre lugar, parecía que le afectaban con facilidad las historias de terror.

Al entrar a la plaza central los chicos observaron que había movimientos en algunos de los edificios, Rotom se reía constantemente, se sentía como en casa, pero a Ataloc cada vez le hacía menos gracia el lugar.
La plaza central tenía una gran fuente, completamente destrozada, con la estatua de quien probablemente fue el gobernador de Malvalona en su momento o algo similar. Habían algunas plantas, crecían sobre la superficie de las paredes y del suelo. Algunos Golbat y Zubat volaban por las inmediaciones.

G – Allí en frente debería estar el laboratorio de hace veinte años... Si nadie ha entrado en este tiempo deberíamos encontrar algunas muestras útiles... pero a saber...

A – Oh dios, vamos rápido por favor. - El temor se sentía en su forma de hablar.

Algunos Shuppet y Banette volaban de un lado para otro, pero no le dieron importancia. Los chicos avanzaron por las tortuosas calles hasta llegar al laboratorio. Gerdenor advirtió la necesidad de separarse dentro del laboratorio para inspeccionar con mayor velocidad y poder salir rápido del edificio, pues al llevar tanto tiempo en ruinas no era buena idea quedarse dentro mucho tiempo. Ataloc no estaba muy convencido de separarse pero al menos iba junto a Rotom. Así pues entraron por la puerta que estaba medio abierta y Gerdenor se quedó en la planta baja mientras que Ataloc subió al primer piso, habían quedado en el segundo para inspeccionar juntos, ya que solo habían tres plantas.

Ataloc subió las escaleras con cuidado, el lugar estaba en unas condiciones horribles, parecía que prácticamente lo habían saqueado. Al llegar a la segunda planta encontró diversas habitaciones, andó inspeccionando cada una de las salas, removió escombros y antiguos documentos sin mucho resultado.
Al avanzar un poco vio una puerta con una pequeña placa, el desgaste la había deteriorado hasta el punto de no dejar a la vista lo que ponía, tan solo se apreciaban unas pocas letras.

“S..l...  ….. ...x.....r........e...t..s”   

<Que es este lugar?> Pensó Ataloc bastante curioso, aun cuando el miedo de su cuerpo no desaparecía. Igualmente sabía que debía encontrar la piedra activadora, así pues entró en la habitación.
Al abrir la puerta lo que allí encontró superaba sin dudas sus expectativas. Era una habitación no más grande que las demás a las que había entrado, pero los objetos que decoraban el lugar eran algo más bizarros. Una camilla metálica presidía el lugar, un montón de utensilios estaban tirados por todos lados de la sala, herramientas que sin duda servían para abrir e inspeccionar la carne de alguien. Ataloc supo que debían ser para “alguien” porque en un lado de la sala, tirado en el suelo yacía el esqueleto de un ser humano.

<Que diablos es este sitio?! No es esto un laboratorio de investigación pokémon? Que son todas estas herramientas?!> Ataloc no era capaz de asimilar lo que estaba viendo. Rotom había dejado de reír y su expresión mostraba horror. A pesar de todo decidió inspeccionar la sala, fue una situación dura para él, ver aquel cadáver allí, aquella sala llena de atroces máquinas... Echó un vistazo, pero no había rastro de nada, no había tan siquiera documentos, era como si se hubieran dedicado al cien por cien para no dejar nada dentro de aquel lugar.
Después de salir de allí las cosas parecían aún peores. Ataloc decidió ir más rápido en la inspección de las salas que le quedaban para esperar a Gerdenor en las escaleras de subida.
Allí se quedó un buen rato, en unos cuantos minutos el crujir de las escaleras le hizo entender que pronto vería a Gerdenor. Pero al verlo subir algo había diferente en él, su mirada no era la misma, tan siquiera parecía que viera lo que tenía en frente. Sus movimientos parecían estar controlados por otra persona. Rotom también se dio cuenta y se colocó ante su entrenador.

A – Rotom! - Dijo levantándose del escalón en el que se encontraba.

Gerdenor seguía subiendo, lento pero constante. De repente se paró en seco.

A – Gerdenor?! Estás bien? No estarás tratando de darme un susto no? Porque ya lo has conseguido.

Con un violento movimiento levantó la cabeza y se quedó mirando fijamente a Ataloc, tenía el iris completamente negro, era como si tan solo tuviese pupila. Fue en ese instante cuando Ataloc se dio cuenta de que tan siquiera llevaba la linterna encendida.

G – C...Corr...ee... - Su voz sonaba rota.

<Maldita sea! Que le pasa?!> Ataloc salió corriendo. De repente Gerdenor lo perseguía a una velocidad que era increíble para el cuerpo que el muchacho gastaba.

A – Como puede correr tanto!!! - Sentía el miedo en su espalda, Rotom lo cubría para evitar cualquier cosa.

Ambos corrieron, hasta quedar tan solo la opción de subir las escaleras para llegar al tercer piso. Ataloc no lo pensó dos veces y subió, lo hizo como alma que lleva el diablo.
Al llegar a la tercera planta siguió corriendo, más y más, hasta quedar acorralado en un callejón sin salida. Ataloc se giró, ante él se acercaba Gerdenor que parecía poseído corriendo a una velocidad poco creíble y a su espalda una puerta blindada.

A – No queda otra. Rotom! Onda trueno! - Las antenas de Rotom se llenaron de energía eléctrica y atacando por encima de Gerdenor lo dejó completamente paralizado. El cuerpo de Gerdenor cayó, saliendo de este algunos rayos que lo inmovilizaban.
Después de eso Ataloc decidió dar la vuelta para ver lo que tenía a sus espaldas. Allí había una enorme puerta blindada. El material del que estaba hecho no se parecía en nada a lo que Ataloc hubiera visto con anterioridad. Era una especie de metal completamente negro, pero era un negro que ni siquiera dejaba reflejar la luz. Para entender bien la composición de la puerta Ataloc tuvo que inspeccionarla con sus propias manos. Tocó cada rincón de aquella puerta, hasta descubrir un pequeño sistema con botones, supuso que era algún tipo de panel donde se debía poner una contraseña. Obviamente no era posible que la supiera.
Cuando menos lo esperaba Gerdenor se levantó, Ataloc se giró y adoptó una posición de batalla junto a Rotom.

G – Ataloc! Que haces aquí?

A – No recuerdas nada?

G – Que si recuer... Oh si! Tenemos que ir con cuidado, hay un... - Antes de poder terminar la frase una enorme sombra salía del suelo amenazadora.

A – Pero que?!

Se trataba de Dusknoir, el pokémon de tipo Fantasma. Ataloc se dispuso a pelear y Gerdenor se echó un paso atrás.
Rotom lanzó Bola Sombra, acumulando una oscura energía frente a él, que contrastaba con la luz de su Destello que aún perduraba. El proyectil fue lanzado y Dusknoir no lo intentó esquivar, todo lo contrario, el pokémon se giró con miedo poniendo sus brazos sobre si mismo para protegerse.

A – Rotom detente! - Se dio cuenta al instante.

Dusknoir agradeció el alto al fuego, el pokémon no parecía querer empezar una pelea. Todo lo contrario, daba la sensación de que buscaba ayuda.

A – Que pasa con este pokémon... - De repente se dio cuenta de que se había dado la vuelta y con sus manos hipnotizó a Gerdenor.

De nuevo el muchacho quedó en un estado de shock, sus ojos se tornaron negros y se movía involuntariamente.

G – Necesi...to, ab...ri..r..

Ataloc estaba cada vez más sorprendido, entre el miedo y lo extraño de la situación ya no sabía que pensar. Entendía lo que aquel pokémon quería, pero él no tenía idea de que debía hacer. Como iba a abrir Ataloc una puerta con contraseña sin tener la menor idea de cual podía ser. A pesar de eso, la imagen de aquel Dusknoir, triste y temeroso, que usaba el cuerpo de Gerdenor para pedirle aquello, no se veía capaz de ignorar aquella petición.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 02 de Diciembre de 2015, 08:57:43 pm
Capítulo 48: El salón oscuro

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Ataloc no tenía la más remota idea de como abrir aquella enorme puerta negra, no sabía cual podía ser la contraseña, no veía la puerta en sí. La presencia de Gerdenor con los ojos negros y de Dusknoir hacían aún más perturbador el momento. Si se movía de un lado a otro Gerdenor lo seguía con la mirada vacía.

A – Claro! Rotom, entra en el sistema!

El cuerpo compuesto de plasma de Rotom le permitía entrar en aparatos electrónicos, si Rotom entraba en aquel panel podría descubrir fácilmente como abrir e incluso abrir el mecanismo desde dentro.
Rotom se abalanzó sobre el panel, pero su cuerpo fue repelido, cayendo al suelo.

A – Como? No entiendo que ha sucedido...

Ataloc se quedó pensando durante un rato. Solo veía una salida, y era explorar los alrededores de la segunda planta, entrando a cada una de las habitaciones. Gerdenor y Dusknoir le seguían allí a donde fuera, lo cual mantenía al joven entrenador en una tensión contraproducente. A pesar de eso siguió adelante, Rotom iluminaba las salas con Destello de nuevo y él buscaba entre los escombros. Tenía que andar con cuidado pues la estructura era muy vieja y un paso en falso le podía llegar a costar la vida.

Cuando ya llevaba al menos una hora buscando se topó con un viejo ordenador. Era imposible que estuviera operativo pero sabía que Rotom podría entrar para hacerlo funcionar. Y es que a pesar de la mala fama que el pokémon pudiera tener con los electrodomésticos el compañero de Ataloc se había vuelto muy diestro pasando a través de todo tipo de cableado y aparatos, haciendo de él un útil compañero de viaje.

Rotom se introdujo en el viejo aparato, al entrar el ordenador se encendió, la cara de Rotom se veía en pantalla, como si de un fondo de escritorio se tratara.

A – Rotom, muestra en pantalla todo lo que esté relacionado con salas, contraseñas, códigos, o algo similar.

Rotom rió y se dispuso a ordenar todos los documentos que había dentro del ordenador, con los parámetros que su entrenador le había pedido, en una carpeta. Había más de setenta documentos escritos que coincidían con alguna de las características que buscaba, veinte imágenes y dos programas. Ataloc abrió primero las imágenes con la esperanza de encontrar allí la respuesta, pero ninguna de ellas le esclarecía sus preguntas. Encontró una imagen de personas tapadas con túnicas, encadenados unos con otros, siendo llevados a algún lugar. La imagen era aterradora. Después de comprobar las imágenes decidió empezar a leer los documentos, Rotom los había ordenado por la cantidad de palabras relacionadas con la búsqueda, por lo tanto el primer documento tenía una alta probabilidad de ser lo que buscaban.

Para su desgracia el primero no fue el que dio luz al asunto, pero el documento número cincuenta y ocho le daba a Ataloc las respuestas a sus preguntas. A parte de encontrar la contraseña de la puerta misteriosa encontró el motivo por el que Rotom no pudo entrar. Se trataba de un mecanismo, no usaba para nada la electricidad, por eso mismo el pokémon no había podido entrar. Pero había algo que le perturbaba aún más ahora que se había pasado tres horas leyendo datos sobre aquella habitación. Era el motivo por el cual Dusknoir, siendo un fantasma, al igual que Rotom, no había podido atravesar las paredes de aquel lugar. Por alguna razón el material de aquella puerta era nombrado de forma recurrente como “Negación”. Ataloc no comprendía como algo podía estar construido por un material al que se le nombraba de una forma tan extraña. Pero no era lo más importante. De todas formas ya sabía como entrar en aquel aterrador lugar, Rotom, Dusknoir y el hipnotizado Gerdenor lo siguieron hasta la puerta de nuevo.

Al llegar frente a aquel extraño lugar Ataloc puso su mano sobre la puerta, buscó el panel y calculó cuales debían ser los números que le tocaba a cada botón. Pulsó la combinación de números que más veces aparecía en aquellos documentos y sin error alguno la respuesta fue correcta.

Al introducir el código el sonido de algunos mecanismos alteró el silencio oscuro que llevaba horas persiguiendo al entrenador. De paso Dusknoir dejó de controlar los actos de Gerdenor, el cual se despertó de inmediato, sin mucha idea de lo que sucedía.

G – Oye! Este Dusknoir es el que me ha asaltado en la planta baja! Ten cuidado!

Pero Ataloc no hizo demasiado caso de lo que Gerdenor tenía que decir. La puerta se había abierto por completo, dentro había un montón de aquellas túnicas que había visto en las imágenes del ordenador.

A – Que demonios es todo esto... - No podía creer lo que tenía ante sus ojos.

G – Vaya! Que tenemos aquí, esto debe estar lleno de fiambres...

La habitación emanaba un hedor horrible que ninguno de ellos pudo percibir gracias a las mascarillas que Gerdenor había proporcionado. Bajo las túnicas se podía ver perfectamente un bulto que bien seguro era el cuerpo de las personas que allí fueron llevadas.

A – Que se supone que hacen estas personas aquí Gerdenor? - Preguntó tratando de apartar la mirada de los cuerpos.

G – La verdad es que no tengo ni idea, pero podríamos echar un vistazo. Si no veo mal parece que estamos justo donde mi padre me dijo que no entrara nunca en la vida.

A – Tu padre te habló sobre este lugar?

G – Estamos en la sala al fondo de la segunda planta del laboratorio?

A – Exacto...

G – Pues si, me habló de este lugar. Me dijo que no intentara entrar, también dijo que no sería capaz. Pero mira, se equivocaba!

Dusknoir se había quedado quieto en medio de la sala. Aquel lugar estaba más vacío de lo que podía parecer desde fuera. Tan solo era una habitación vacía, llena de cuerpos, encadenados unos con otros, y los de cada extremo encadenados a la pared. Parecía una guirnalda decorativa pero mucho más bizarra.
Cuando Gerdenor quiso acercarse para tocar uno de los cuerpos Dusknoir lo apartó.

G – Que haces? - Se puso violento.

Dusknoir empezó a abrir la boca de su barriga. La abrió hasta quedar prácticamente partido en dos. Una oscura corriente empezó a succionar hacia dentro de ella. De los cuerpos de aquellas personas salió una pequeña esfera de luz, los colores variaban, alguna era roja, otra amarilla, las había de distintos colores. La luz que desprendían era cálida, era cercana y melancólica. Ataloc y Gerdenor derramaron de sus ojos lágrimas sin motivo alguno al sentir el calor de aquellas luces.

G – Pero que! No estoy llorando eh! - Parecía no querer perder su imagen de tipo duro.

A – Que es todo esto? - Por su lado estaba demasiado embelesado como para prestar atención a su propio cuerpo.

La enorme boca de Dusknoir tragó cada una de las pequeñas esferas y se cerró. El cuerpo de Dusknoir empezó a brillar, a pesar de ser negro su cuerpo emitía algún tipo de luz.
A los pocos minutos el brillo desapareció y el pokémon se dispuso a salir del lugar.

A – Oye! Que ha pasado, porque querías entrar?

Dusknoir miró a Gerdenor, pero lo dejó estar, probablemente no quería hipnotizar de nuevo al muchacho. Entonces decidió salir de allí sin más. Ataloc lo respetó.

G – Bueno, fin del espectáculo. Voy a echar un ojo en los cuerpos.

A – No crees que es una falta de respeto?

G – No creo que se quejen. Aunque sinceramente no me da muy buen rollo...

Gerdenor destapó uno de los cuerpos, el que se situaba más a la derecha, pero bajo la túnica no quedaban más que huesos.

G – Como?! Si hace un momento...

A – Habrá sido por lo de Dusknoir? O simplemente era un efecto visual lo que veíamos antes...

G – Como sea, creo que vas a estar de suerte. - Agarró el cráneo de aquella persona.

Incrustado en aquel cráneo había lo que sin duda era una piedra Activadora. La habían encontrado por fin, pero... Que hacía allí...

Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 02 de Diciembre de 2015, 08:58:30 pm
Capítulo 49: Sin luz

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Aquello era sin duda una piedra activadora, además estaba pulida y lista para el uso. Pero porque una piedra tan rara como aquella estaba dentro de la estructura ósea de la cabeza de una persona, tapada con una túnica y encerrada en una habitación que pocas personas habrían visto.

A – No se que decir al respecto... - No dejaba de pensar que lo que iban a hacer estaba mal.

G – Como ya te he dicho, no creo que echen de menos la piedra si nos la llevamos. - Arrancó el cráneo de la columna y se lo guardó en la pequeña mochila.

A – En fin... donde dices que puede haber más piedras?

G – Miremos los demás cuerpos, quizás tengamos piedras para dar y vender...

A Ataloc no le hacía demasiada gracia la idea, pero por otro lado les solucionaba el problema directamente. Gerdenor destapó los esqueletos, el esqueleto del centro era el de un niño de a penas doce años, y efectivamente todos tenían piedras activadoras incrustadas en su cuerpo, menos uno de ellos, que tenía la piedra tirada debajo.

A – Al menos deja la del niño donde está...

G – Si...

El jefe de reparaciones y el entrenador tenían lo que querían. Al obtenerlo ambos supieron que era hora de salir de allí. Al final habían pasado medio día entre trayecto y búsqueda. Al salir ambos decidieron dejar la puerta abierta por completo, por si necesitaban bajar de nuevo, evitar algunos problemas.

Al salir del laboratorio los dos pensaron en sentar sus cansados cuerpos en la plaza que había más cerca. Las máscaras los incomodaban, lo que habían visto en aquellas ruinas los atormentaba y sus piernas estaban ya agarrotadas. La plaza era el lugar más seguro, pues no tenía tanto riesgo de que cayeran escombros.
Los pokémon fantasma que habían visto la anterior vez seguían merodeando por el lugar, unos pocos Shuppet se les acercaron curiosos, Rotom se puso a jugar con ellos.

A – No sabías nada de lo que había allí dentro? Ni siquiera te suena haber oído algo al respecto?

G – Ya te he dicho que no... Pero mi padre probablemente sepa algo... Se retiró hace un año, dejando el puesto de jefe a mi disposición... Quizás si lo fuera a ver...

A – Donde esta ahora? - Preguntó incorporándose.

G – Vive en ciudad Arrecípolis, pero hace tiempo que no se nada de él. No tiene nada para comunicarse, dice que no le hacen falta tantas chorradas...

A – Por cierto, cuando salgamos de aquí me gustaría darte mi... - Antes de terminar de hablar entró en un profundo sueño.


Ataloc se había quedado dormido, pero él no era consciente de ello. De repente se encontró a si mismo en la que parecía ciudad Malvalona, pero en la que estaba en aquel momento. No entendía nada, él trataba de hablar pero de su boca no salía ningún sonido.
En la ciudad la noche estaba iluminada tan solo por la luz de las farolas que mantenían en orden a la oscuridad. Un hombre, cuyo rostro no podía distinguir, llevaba consigo a un grupo de personas vestidas con capuchas. Eran sin duda las personas que había visto en aquella sala.
Ataloc se acercó y entró en el laboratorio junto a todo aquel desfile de personajes. Cuando entró vio a quien los llevaba golpeándolos con una vara de metal hasta dejarlos tumbados a todos.
Ataloc se enfurecía más y más con aquellas imágenes, pero sabía que por alguna razón debía verlas. Junto a otra persona el hombre arrastró a los “prisioneros” hasta la sala donde habían estado. El hombre cargaba consigo una especie de máquina similar a un arma. Dentro una luz brillaba, y se lo acercaba a los cuerpos de los “prisioneros”.
Ataloc no sabía muy bien que pasaba, pero a pesar de sentirse en un sueño, los gritos agónicos de aquellas personas le desgarraban por dentro. Para mayor desgracia sabía que no podía hacer nada.

Cuando llegó el turno del niño pequeño Ataloc intentó apartar la mirada, pero por un instante pudo ver la cara del chiquillo. Sus ojos estaban llenos de dolor, de ira, de impotencia. Ataloc no pudo evitar mirar a los ojos a aquella niña, cuyos hermosos ojos se llenaban de sentimientos tan horribles que la hacían parecer una bestia salvaje a punto de desbocarse.

Justo en aquel momento el cuerpo de Ataloc fue arrastrado fuera del laboratorio, un Dusclops perdido daba vueltas alrededor del laboratorio. El pokémon denotaba tristeza, parecía ir en busca de alguien. Seguramente lo que buscaba era a su entrenador, por eso Ataloc se le acercó, pero el pokémon no le veía.
De repente los gritos de la pequeña niña que había visto escasos segundos antes llenaban el lugar, Dusclops parecía haber oído el grito y se dirigió dentro del laboratorio. Ataloc no pudo evitar volver de nuevo, a pesar de haber sido arrastrado fuera segundos antes. Al llegar, la puerta de la sala donde se oían los gritos ya estaba cerrada, tan solo se oían los desgarradores gritos de aquella niña y el llanto de su pokémon que no podía entrar a ayudarla.


Después de presenciar aquello Ataloc despertó, seguía sentado en el banco, pero frente a él se encontraba el Dusknoir de hacía rato.


A – Lo entiendo... - Dijo compadeciendo al pokémon.

El pokémon parecía satisfecho, por haber podido contar su historia a alguien, pero a la vez estaba triste. Ataloc se levantó, sacó de su bolsa una OcasoBall y se la mostró a Dusknoir.

A – Entiendo como te sientes... Pero ya no hay nada que puedas hacer... No se que es lo que has hecho antes, pero estoy seguro de que su alma ahora descansa en paz. Estar aquí solo te hará caer en la misma oscuridad una y otra vez. Dime, quieres acompañarme? - Extendió la mano en la que llevaba la Ocasoball.

Dusknoir se giró, miró a su alrededor, miró el laboratorio y volteó de nuevo hacia  Ataloc. El pokémon había decidido algo, quería tener siempre a su dueña en su memoria, pero quería agradecer a la persona que le había ayudado a que el alma de su dueña descansara en paz. Así pues el pokémon extendió su mano y Ataloc la tocó con la Ocasoball.
No hace falta decir que la captura fue un éxito, la pokéball desapareció y se envió directamente al sistema de almacenamiento pues Ataloc ya contaba con seis pokémon en aquel momento.

Por otro lado Gerdenor también se había dormido y fue tarea del joven entrenador el despertarlo. Parecía que él también había tenido un extraño sueño. El caso es que ambos tenían ganas de volver al exterior para disfrutar de la luz del Sol.

El camino de vuelta fue algo más silencioso, ninguno de los dos habló de nada en concreto y pronto llegaron a la salida. Ataloc guardó a Rotom en su pokéball y se dirigió al taller de Gerdenor junto a este. Por mucho que les hubiera gustado no pudieron ver el Sol ni unos minutos, porque cuando lograron salir ya era completamente de noche...   

Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 02 de Diciembre de 2015, 08:59:04 pm
Capítulo 50: Llamada y salto

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Gerdenor sacó de su bolsillo la llave que abría la persiana metálica del taller. Ataloc parecía dispuesto a ayudar a abrir aquella enorme persiana pero Gerdenor lo hizo por sí mismo como si de  levantar papel se tratara.

A – Dios! Haz más ruido y despertemos a toda la ciudad! - Exclamó susurrando.

G – No es que me importe demasiado. Pero hay bastante gente por la calle.

Y es que bien mirado en las calles seguía el movimiento. Mucho menor que por las mañanas, pero la gente seguía yendo y viniendo, de trabajos, de bares, de actividades menos legales. Y para alguien como Ataloc que no estaba acostumbrado a trasnochar era algo extraño. Las noches que él conocía eran en general tranquilas y silenciosas.

Al entrar en el taller dejaron todo lo que habían cogido de aquel lugar. Gerdenor fue a por un tentempié a la sala de comidas del taller, donde normalmente el personal desayunaba y comía, era una habitación bastante pequeña y muy minimalista, con tan solo una mesa, unas pocas sillas, un microondas y una nevera.

Al volver con Ataloc este estaba sujetando la piedra que no estaba dentro del esqueleto de ninguna persona.

G – Prepararé es para que la uses. - Dijo acercándose y ofreciendo unas palomitas saladas.

A – Oh! Si... Gracias...

G – Hay unas cuantas más, te daré otra para que te la lleves, por si a caso pasa cualquier cosa que tengas otra. O si alguna vez pasas hambre la puedes vender! JAJAJA.

Ataloc se rió a pesar de la situación. Tenían sobre la mesa partes de la gente que había sufrido terribles maltratos y que seguro habían sido sometidas a horribles experimentos. No se sentía cómodo sabiendo que se llevaba las piedras que habían servido para aquellas atrocidades.

G – Dime, donde quieres que coloque la piedra?

A – Donde podría ser?

G – Donde quieras, un brazalete, un colgante, unos pendientes, una cinta...

A – La verdad es que me motiva más el tema del brazalete... - Sonaba como un niño que quería lucir como algún tipo de héroe.

G – JAJA. Ok, entendido pues, un brazalete.

Gerdenor le pidió tiempo hasta el mediodía, por lo tanto Ataloc volvió al sitio donde se hospedaba y durmió a pierna suelta hasta más o menos el mediodía.

El taller estaba en pleno bullicio y la gente iba y venía con más frecuencia de lo normal, aunque Ataloc lo ignoraba.
Gerdenor no podía atenderle en aquel momento y le tocó de nuevo esperar sentado sin mucho que hacer. Al cabo de unos pocos minutos el jefe de reparaciones ya estaba a su disposición y traía con él un hermoso y deslumbrante brazal, de color rojo metalizado con algunas líneas que se asemejaban al fuego de un color que degradaba del granate al naranja y al amarillo. En el centro del brazal y rodeada de un encaje dorado con forma de Sol estaba la piedra activadora.

A – Wow! Es una maravilla, sin duda es hermoso.

G – JAJAJA. Ahórrate los halagos, serán dos millones de pokedollares. - Su cara se volvió seria y miraba fijamente a Ataloc.

A – En serio! Oh dios, es demasiado caro...

G – JAJAJAJA. Es broma hombre! Ya te dije que si ibas a por ella te la ganabas! Prueba a ver si es de tu tamaño. - Sus carcajadas llenaban el lugar.

A – Por un momento pensaba que me arruinaba... - Colocó la pulsera en su mano izquierda, supo que iba perfecta tras oír un pequeño chasquido al cerrar ambos lados.

G – Perfecto! Y en esta caja tienes la otra, no la pierdas, o si pero no pierdas la que llevas! JAJA.

A – No creo que llegue a entenderte... Muchas gracias por todo. Me gustaría pagar aunque sea invitando a la comida de hoy, que te parece venir a las dos del mediodía al restaurante que hay cerca del gimnasio? - Se levantó y se preparó para salir.

G – Claro! A las dos estaré allí!


Como era de esperar a las dos Ataloc ya esperaba a que Gerdenor apareciera en el restaurante, pero no lo hizo hasta las dos y media.

G – Hola! Verás es que...

A – Da igual, vamos a entrar. - No le dejó terminar la frase, pues sabía que no había remedio.

El lugar no era especialmente lujoso ni tampoco era un restaurante de mala madre. Se sentaron en una de las mesas individuales que quedaba pegada a una pared. Pidieron las bebidas y más tarde, tras consultar la carta, el menú.

Durante la comida hablaron de distintas cosas. Parecía que Ataloc quería preguntar algunas cosas a Gerdenor.

A – Dime, donde se supone que había más piedras activadoras si no era allí?

G – Verás, mi padre me enseñó que en aquel laboratorio había algunas piedras sin pulir en algún lado, pero no lo recuerdo muy bien... Aunque sin duda lo que encontramos nos ha ahorrado algunos pasos...

A – Ya... Me sigo preguntando que les hicieron a esas personas...

G – Yo también. Y por alguna razón siento que debería saber más sobre ello...

A – A que te refieres?

G – No se, he ido más de una vez a aquel sitio, mi padre ha vivido siempre aquí y yo he nacido en esta ciudad... Me siento engañado...

A – Bueno. Cambiando de tema, sabes donde podría encontrar una megapiedra?

G – Vas al grano eh! JAJA. Me gusta. Pero no, no tengo la menor de las ideas.

A – Ah... Me lo imaginaba... Y no sabes de alguien que nos pueda decir donde?

G – Nos? Bueno como sea, deja que piense... Hombre, hay alguien pero no se si sabrá algo...

A – Quien?

G – Se trata de un amigo que ha conseguido una hace poco. Podría llamarlo y ver que me dice pero no aseguro nada.

A – Por mi perfecto! Por cierto añade mi numero de contacto a tu pokenav.

Gerdenor añadió el numero de Ataloc y viceversa. Ya iban por los postres cuando el grandullón hizo la llamada a su amigo.
El pokenav sonó un par de veces, poco después se detuvo, como si le hubiesen colgado.

G – Quizás no quiere hablar conmigo? - Se preocupó.

Y antes de que alguien pudiera decir algo más el pokenav de Gerdenor sonó.

G – Hombre! Pensaba que me odiabas o algo! JAJA.

C – No tengo mucho tiempo para hablar, si puedes ir rápido mejor. - Al otro lado de la llamada se encontraba Celsius.

G – Que pasa? Bueno da igual, sabes donde podría conseguir una megapiedra?

C – Que?! Para eso me llamas? No se en el mercado negro? En algunas ruinas antiguas, en cuevas inhóspitas, porque me preguntas eso de repente?! - Parecía nervioso y hablaba todo el tiempo en voz baja.

G – Se puede saber donde estas? Parece que estés en un funeral.

C – Será el mio si no cuelgo pronto! Porque no preguntas en el laboratorio, diles que vas de mi parte o algo, si me preguntan les confirmaré! Te dejo! - Colgó rápidamente.


A – Ha habido suerte? - Esperaba que no.

G – Bueno, puedo preguntar en el laboratorio a su nombre, vamos.

Ataloc pagó la cuenta y se marcharon. Se dirigieron directamente al laboratorio, donde hablaron con Tir y le explicaron el caso. Pero tampoco parecía muy dispuesto a soltar información. Lo único que les dijo es que las ruinas distribuidas por el océano de Hoenn solían albergar muchos secretos.

Después de eso se marcharon y fueron al taller de reparaciones. Se sentaron en una pequeña oficina y hablaron sobre el siguiente paso que iban a hacer.

G – Te seré sincero, no tengo ni idea de donde puedes ir.

A – Lo se. Oye, donde queda Arrecípolis? Por mera curiosidad...

G – En el este de Hoenn, esta situado en medio del océano... - Cayó en la cuenta.

A – Quizás podríamos ir a Arrecípolis, tu para preguntar a tu padre sobre lo que vimos y yo puedo buscar por algún lado alguna megapiedra...

G – Quien te ha dicho que me voy a ir de aquí? Soy el jefe de este taller!

A – Pero no te pica la curiosidad, el saber que se oculta tras aquello que ni tu padre te ha dicho?

Gerdenor suspiró, se inclinó en la silla y respiró hondo.

G – La verdad es que desde que vi a Celsius y su amigo tan entusiasmados con lo de la megaevolución me he planteado que hago yo aquí...

A – Todos tenemos que vivir aventuras no crees? - Dijo con un tono interesado.

G – Oye, pues si! Me voy a ir de aquí, soy el jefe y puedo coger vacaciones cuando quiera! JAJAJA. Me tomaré un descanso y me pasaré a ver a la familia.

A – Jaja! Me alegra oírlo, supongo que nuestra meta ahora es ir a Arrecípolis!

Y así, de la forma más extraña y sencilla empezó la aventura conjunta de ambos. Poco se imaginaban lo que les esperaba en el camino, seguramente no lo hubiesen emprendido si lo supieran, pero esa es la magia de la incertidumbre, que mueve los corazones de las personas a arriesgar su comodidad. Y eso se aplicaba también a Celsius, si hubiese sabido a lo que le llevaría aquel concurso probablemente no se hubiera apuntado jamás.
Durante el tiempo en el que Ataloc y Gerdenor habían conseguido la piedra activadora, Celsius y Kredan se habían visto envueltos en una locura aún mayor. En una locura digna de una novela policíaca.

Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 02 de Diciembre de 2015, 08:59:48 pm
Capítulo 51: El lujo sin brillo
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La calmada música clásica sonaba por todo el salón. Kredan, Celsius y Ertia se encontraban sentados en una de las mesas más cercanas al enorme ventanal, que prácticamente presidía aquel espacioso lugar. El joven investigador acababa de volver del baño, su cabeza sudorosa esclarecía sin mucho esfuerzo el miedo que tenía en el cuerpo. A decir verdad el rostro de Kredan no era mucho mejor. A pesar de eso actuaban con normalidad, a pesar de llevar unas indumentarias que no eran en absoluto de su estilo. Ambos vestían formalmente, Celsius con un negro y impoluto esmoquin, una corbata roja con rayas que cruzaban en diagonal de color granate, a conjunto un pantalón negro y unos mocasines del mismo color. Por su lado Kredan llevaba el pelo recogido con una coleta dejando libre el flequillo que se abría por el centro de su frente y enmarcaba su cara por ambos lados. Llevaba una camisa blanca de manga larga, aunque se las había recogido para comer, combinado con un pantalón de color gris oscuro y rematado con un calzado formal de color negro. Ertia lucía un peinado arreglado, llevaba la coleta a un lado de la cabeza adornada por un tocado color blanco con algunas plumas. Llevaba un vestido largo de color azul celeste muy claro y unos zapatos con un pequeño tacón de color blanco, encima de los zapatos llevaba un lazo azul celeste acorde a su vestido.

K - Se puede saber quien era? - Susurró acercándose a su amigo.

C - Gerdenor, se ha puesto a preguntar por megapiedras, no se que le ha dado...

K - Solo falta que aborde el barco y nos llame a gritos... o dios, lo he pasado mal.

E - Se puede saber de que habláis? La comida se va a enfriar... - Los miró punzante.

El lugar era espectacular, se trataba del crucero batalla el cual habían abordado hacía apenas un día. Los chicos se encontraban allí en su viaje hacia Tesselia, pero por alguna razón las cosas habían cambiado de rumbo dentro de su ruta. Y es que ninguno de los dos contaba con empezar una misión de infiltración cuando pensaban en subir a aquel gran barco. Los sucesos que habían sucedido después del Gran Concurso les habían terminado llevando a una situación bastante singular.

E - Mirad, por ahí viene Luso. - Decía girando su cabeza hacia un chico que vestía de forma similar a la de Kredan, pero con el cabello de un color verde radiante.

L - Como lo lleváis chicos? Estáis más tranquilos? - Sonrió mientras se sentaba.

K - Estoy algo mejor, pero dime, como vamos a proceder? - Agachó la cabeza y la acercó al chico.

L - No querrás que me ponga a contarte toda esta historia delante de todo el mundo, no crees que eres muy impaciente? Oh! Habéis probado esto?! Está delicioso!

C - Cierto Kredan, estás muy ansioso, deberías controlarte. - Lo miró con seriedad.

K - Deberías controlar tu los nervios... Sudas como si fueras de cabeza a la muerte...

E - Dicho esto, sigamos como si nada pasara por favor...

La comida continuó sin muchos cambios hasta que llegó la hora de servir los postres. En ese momento un hombre vestido de gala lleno de adornos brillantes de todos los tipos apareció en medio del salón.

- Muy buenos días a todos, señoras y señores! Espero que estén disfrutando del crucero tanto como se merecen! Pero esperen... aún no han probado la especialidad de este barco, no es así?! Correcto, el torneo especial del crucero, solo apto para aquellos que quieran sacar a la luz el potencial de sus pokémon, para aquellos que quieren mostrar sus increíbles habilidades de batalla, solo para los más atrevidos! Pero esto es el crucero batalla! Todos los que aquí se encuentran están dispuestos a pelear y ganar suculentos premios, no es así?!

" La multitud vio su moral aumentada hasta el más allá y gritaron como bestias afirmando dichas aclaraciones "

- El evento principal será esta misma noche, empezaremos a las 20:30 y finalizará cuando todas las batallas hayan concluido! Muchas gracias señoras y señores!

K - Wow, menudo show...

E - Ese es de quien tenemos sospechas...

L - No parece mal tipo, no? - Sonrió.

C - No se como nos hemos metido en todo esto... Aunque de buenas a primeras tendríamos que pelear de todas formas...

L - Como sea, hasta las ocho y media no podremos empezar, yo iré a dar una vuelta por el barco, Ertia acompáñame para que no me vuelva a perder por favor, jiji. - Luso y Ertia se marcharon a inspeccionar el navío.

C - Volvamos a nuestra habitación. Allí podemos hablar con tranquilidad.

K - Lo prefiero.

Kredan y Celsius se dirigieron al camerino de Celsius, ya que quedaba justo al lado del de Kredan. Por el camino pudieron ver a las personas que iban de un lado para otro del barco, todos tenían aspecto de tener prestigio en algún ámbito del mundo. Podían reconocer a algunos espeleólogos, científicos y famosos de todos los tipos. De camino a la segunda planta, donde se encontraban sus aposentos, se cruzaron con Jenvi, él no pareció darse cuenta, parecía absorto en sus pensamientos, los chicos prefirieron pasar desapercibidos.

Al llegar a su destino cerraron con llave la puerta y se sentaron, uno frente al otro, con una pequeña mesa de cristal decorada con algunas flores y bayas. Allí empezaron a hablar sobre lo que hacían en aquel crucero y el porqué habían acabado de aquella forma.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 23 de Diciembre de 2015, 01:03:49 am
Capítulo 52: Motivos.
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Sentados dentro de la habitación Celsius y Kredan repasaban lo que se suponía que debían hacer.

C - Se puede saber como siempre termino metido en este tipo de locuras?! Voy a llorar maldita sea! - Se puso las manos sobre la cabeza.

K - Creo que exageras... - Dijo tocando el hombro de su amigo.

C - Déjame! No se porque termino accediendo a todo lo que a ti se te antoja! Esto es muy serio... Que pasará si nos pillan?!

K - No tiene un porque pasar nada! Ertia y Luso vienen con nosotros, ellos son profesionales.

C - Da igual como me lo pintes, jamás debí aceptar ayudar a ninguna organización rara a descubrir los trapos sucios de una mafia! A nadie en su sano juicio se le ocurriría! - Se levantó de la silla nervioso.

K - Tranquilo, por favor... Si te pones así será peligroso de verdad. - Lo intentaba tranquilizar sin éxito.


A pesar de sus esfuerzos Kredan era incapaz de relajar a Celsius, y era de lo más normal. Dos días antes Kredan confundió a Ertia con una tramposa capaz de hacer cualquier cosa por ganar en el concurso. Pero lo que sucedió fue lo siguiente:
Dos días antes...

E – Te has dado cuenta?! - Su rostro se llenó de alegría y corrió hacia el chico.

K – Que?! Un momento qué pasa aquí?

E - Como que qué pasa aquí? Tu también has visto que el pokémon de Jenvi era distinto, no? - Su sonrisa poco a poco desaparecía.

K - Si, claro... Soy un Conocedor pokémon y a pesar de mi rango he podido ver claramente que el pokémon era distinto.

E - Solo un conocedor? De verdad solo eres eso? - Parecía algo abatida.

K - Que iba a ser si no? Mago? - Kredan se quedó pensativo por un momento.

E - Si no tienes nada más que decir vete, no me interesa la gente ordinaria. - Su mirada fría atravesó al muchacho.

K - Espera... Tu si tienes algo diferente al resto, no es así? Tienes algún tipo de habilidad... Pero cual?

Ertia se asombró, parecía que, a pesar de no poseer ninguna facultad especial, el chico que tenía delante sabía más cosas de lo que una persona ordinaria sabría.

E - Que sabes tu de eso? - Su postura era amenazante.

K - He conocido a más personas que tienen habilidades extraordinarias, incluyendo mi hermana.

E - ... Como puedes decirlo tan tranquilo?

K - No le veo el problema, si tu tienes algún tipo de habilidad quizás no deberías participar en eventos públicos de gran escala...

E - Porqué lo dices?

K - A mi hermana la ha secuestrado algún tipo de organización peligrosa... No se que clase de capacidad puedas tener tu, pero si se vuelve algo fácil de detectar tendrás problemas... - Kredan la miró fijamente.

Justo en aquel momento Ertia agarró de la mano a Kredan y empezó a correr. Kredan la siguió por inercia. Le pregunto varias veces que hacía o donde lo llevaba pero ella no respondió. Al poco rato llegaron a las afueras de ciudad Calagua, donde se encontraba un chico que vestía una sudadera blanca, llevaba la capucha puesta, unos pantalones anchos de color azul marino y unas botas de montaña negras. Cuando se acercaron más Kredan se percató de la presencia de Celsius, que estaba allí junto a aquel chico.

E - Luso! Quien es ese!

L - Vaya! Parece que es el compañero de tu nuevo amigo! Jaja - Se levantó de la piedra en la que estaba sentado.

K - Celsius que haces aquí?

C - Este tipo me ha amenazado, decía que si no le seguía hasta aquí su banda iría a por ti... Pensaba que lo decía en serio, sobretodo cuando me ha amenazado con un cuchillo...

K - Qué?! Se puede saber que está pasando aquí?

E - Te presento a Luso, mi compañero, y bueno Luso, este es Kredan. De camino a aquí me ha dicho su nombre y el de Celsius, aunque a Celsius lo recordaba del concurso.

L - Un placer Kredan! Dime que os trae por aquí, tu amigo no a querido hablar conmigo sobre ello.

K - Busco a la organización que se llevó a mi hermana! Ella tenía una habilidad especial y estoy seguro de que alguien se la llevó por eso!

L - Wow, tu sinceridad da bastante miedo chaval! - Dijo guardando lo que llevaba en la mano.

E - Y le creo, pudo ver que Glalie había sido modificado.

C - Modificado? - Dijo interrumpiendo a Ertia.

E - Exacto... Si os cuento más tendréis que comprometeros a ayudarnos.

K - A que te refieres?

L - Nosotros somos la organización que secuestró a tu hermana!

Kredan giró su cara bruscamente, sus ojos se había abierto completamente y apretaba con fuerza su mandíbula, su fuerte respiración se pudo oír por todo el lugar, estaba dispuesto a hacer alguna locura, pero justo antes:

L - Jajaja! Tu cara da miedo! Como vamos a ser nosotros! Que mal te tomas las bromas! - Se acercó a él.

Kredan se acercó rápidamente y lo agarró por el cuello de la sudadera, lo miró fijamente a los ojos que permanecían burlescos. Los ojos de Kredan eran los de alguien dispuesto a acabar con lo que tenía delante. Pero Celsius lo apartó y lo tranquilizó.

E - Eres idiota, siempre provocando a la gente, no se te puede explicar nada, idiota... - La cara de Ertia era neutra.

C - Relájate Kredan! Te dejas llevar demasiado!

Luso se quitó la capucha dejando ver así su cabello color verde. Era parecido al color de pelo de Tir, pero algo más pálido. Sus ojos, ahora al descubierto, brillaban de color azul celeste.

L - No he mentido, somos una organización, nos llamamos Revolución Negativa, RN para los amigos. Somos un grupo lleno de "raritos" que se dedica a acabar con las injusticias en nuestro mundo!

E - "Raritos" dice... Todos nosotros somos personas con alguna capacidad especial, como podría ser tu hermana o yo.

K - Y que capacidad tenéis?

L - Leer la mente~

C - En serio? - Preguntó incrédulo.

L - Claro, te lo demostraré, estás pensando en adquirir un nuevo peine! Jaja. - Parecía no cansarse de hacer chistes desagradables.

E - Dejadlo... Mi habilidad ha sido nombrada como "Estadística", para resumir mucho tengo la capacidad de ver exactamente los valores de cada pokémon. Como sabréis los profesionales y los científicos de más alto nivel han hablado ya muchas veces de las capacidades máximas de cada pokémon. Pues yo puedo ver cuales son exactamente las capacidades actuales de cada pokémon, incluso puedo saber en lo que nació bueno, puedo detectar que tipo de poder oculto tienen los pokémon y puedo ver cuanto más pueden crecer en cada uno de los ámbitos conocidos.

C - Increíble! Eso no te da una seria ventaja en una batalla?!

E - Obviamente sí, es por eso que... Da igual...

L - La cuestión es que ahora que sabéis todo esto nos tenéis que ayudar! Que bien! - Sonrió malicioso.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 23 de Diciembre de 2015, 09:50:05 pm
Capítulo 53: Propósitos
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Los chicos seguían a las afueras de ciudad Calagua, escuchaban perplejos aquello que les contaban y Celsius temía lo peor.

K – Que se supone que hacéis aquí de todas formas? - Aún estaba algo molesto.

C – Ni lo sueñes! No pienso meterme en esta mierda Kredan! Si crees que me voy a enrolar en una aventura con el primer tipo que se ríe de mi y me amenaza con un arma blanca estás muy equivocado!

K – No te pediría jamás que me acompañaras. - Le miró con tristeza.

L – Quizás tú no, pero yo si te lo pediré. No podemos dejar que vayáis por ahí con tanta información, como entenderás no puedo confiar en que vas a estar callado! - Sonrió.

C – De que coño vas... No tengo razones para ir hablando sobre todas estas locuras con nadie.

L – Ya claro, incluso siendo un investigador no? - Ertia lo miró seria.

C – Como sabes eso? - Su cara de preocupación lo delataba.

L – Es un secreto~. Te lo contaré cuando nos ayudes. De todas formas nosotros también íbamos al crucero batalla.

Kredan no salía de su asombro, como sabía todo eso, quizás a Celsius se le escapó algo cuando lo amenazaron. De todas formas lo que de verdad le importaba era que clase de negocios los había llevado hasta allí.

K – Déjate de estupideces... Cuéntame que es lo que vais a hacer y como podríamos nosotros ayudar.

E – Claro, pero mejor hablemos de esto en otro lugar. Que os parece la posada donde nos hospedamos? - Su rostro seguía inexpresivo.

K – Claro vamos. Celsius... Ven con nosotros...

C – Pero...

K – Por favor... - Parecía preocupado.

L – Eso es! Ven con nosotros Celsius~ - Se colocó la capucha y andó al lado de Ertia.

Pronto los cuatro habían llegado a la posada donde Luso y Ertia se hospedaban, que no era otro que “El nido de Wingull”. Parecía que los dos grupos habían elegido el mismo lugar para pasar la noche.

K – Nos hubiésemos terminado cruzando...

L – Que coincidencia tan agradable no?

C – Seguro...

E – Si no os importa empezaré a explicar el plan. - Hablaba como si Celsius y Kredan ya formaran parte del equipo.


Ertia les explicó que habían llegado a ciudad Calagua persiguiendo el rastro de una sociedad criminal que hacía relativamente poco que existía. Se hacían llamar PowerSavers. Al inicio eran tan solo un equipo de científicos de un renombre considerable. Se dice que las tres personas que lo fundaron eran científicos de las más altas esferas, pero que sus pensamientos y ideas los habían llevado a la locura y habían sido apartados del mundo de la ciencia profesional. El grupo se dedicaba plenamente a investigar las capacidades de los pokémon, y su afán por “crear” la perfección en los pokémon los llevó a iniciar un camino oscuro con la ingeniería genética.

Los chicos estaban estupefactos. Se empezaron a hacer a la idea de lo que les iban a explicar a continuación.

Aquel grupo de científicos fue creciendo poco a poco, hasta que encontraron una forma de financiación que les aportaba ingresos bastante más potentes. La “venta” de sus servicios. Aquellos investigadores empezaron a ofrecer a entrenadores profesionales, a personas que dependían de sus pokémon, sus servicios. Por una gran suma de dinero ellos modificaban genéticamente a sus pokémon. Ahí es donde RN entraba. El grupo de Ertia y Luso fue enviado a Hoenn para investigar a una persona en concreto, un coordinador que había ganado los últimos concursos con el mismo pokémon, superando todo tipo de adversidades de una forma increíble. Se trataba de Jenvi. Él y su Glalie siempre tenían duelos ajustados con Sandey y su salamence Yabu, pero en los últimos concursos Jenvi no dejaba de ganar una y otra vez. Por las características de Jenvi como profesional de los concursos, se le marcó como objeto de investigación.

E – Es por eso que lo seguimos por todo Hoenn, en cada batalla analicé a su Glalie, a pesar de eso los cambios fueron mínimos, así que decidí meterme en el último concurso que tenía en Hoenn para forzarlo a que hiciera lo que ya sabíamos que iba a pasar. - Lo explicaba como si leyera una lista de datos.

K – Pero Jenvi es un gran entrenador. La batalla que tuvo con Sandey fue muy justa y si no fuera por sus rápidos reflejos en la batalla y su estratégia no hubiese podido vencer...

L – Si, sus habilidades son las de un profesional, eso nadie lo va a negar. Pero en el mundo de las competiciones a este nivel se gana y se pierde mucho dinero, fama, reputación... Si tienes el dinero para asegurar una victoria lo pagarás, así es este mundo enfermo. - Parecía distraído.

C – Y ahora queréis tomar el crucero batalla? - Dudó.

E – Así es. Nuestra otra misión era infiltrarnos en el crucero batalla. El timing era perfecto, pues sale justo después de este concurso.

C – A que te refieres con infiltraros?

E – El crucero batalla es un nido de profesionales de los combates pokémon. Las probabilidades de que alguien relacionado con los PowerSavers esté dentro buscando clientes potenciales son prácticamente del cien por cien.

K – Tiene sentido...

L – Y por lo que parece vosotros dos también vais en ese lujoso crucero~! - Se mostró irónico.
C – Fue un regalo de parte de una persona importante. Vamos a Tesselia para entrenar... Por si pasa algo peligroso otra vez...

E – Algo peligroso? Explícate.

K – Seguro que conocéis el incidente de hace poco en Azuliza. Nos vimos envueltos en todo aquello y recayó sobre nosotros demasiada responsabilidad...

L – Cuenta m...

E – Suficiente. Como sea si nos queréis ayudar tenéis que aparentar un poco más de nivel. Mañana por la mañana compraremos ropa adecuada para la infiltración. Al menos vuestros oficios son reales como el mio. - Detuvo a su compañero.

C – A si? A que te dedicas?

E – Soy conocedora. Rango S.

K – Claro! Tienes la misma edad que yo! En mi promoción a parte de nombrarme clase C especial escuché de una chica de Tesselia que obtuvo el rango S con trece años! Eras tu! - Parecía alegrarse.

E – Clase C especial? No había oído nada de ello. Pero bueno, suena importante al menos. Celsius tu eres un investigador, no es así?

C – Exacto, soy uno de los más jóvenes en estudiar la megaevolución. Ahora mismo estoy en ello. - Sacó la cinta donde llevaba la megapiedra, la llevó guardada durante el concurso.

L – Uooooh! Entonces puedes hacer megaevolucionar a uno de tus pokémon?! Muéstramelo! - sus ojos brillaban como si de un niño pequeño se tratara.

C – Por ahora nada. Necesito evolucionar a mi Raida para probar la megaevolución... Por eso lo he estado usando constantemente estos últimos días. Tengo ganas de que evolucione pronto para empezar a estudiar los efectos de la megaevolución. Estoy seguro de que tendré bastante con lo que entretenerme!

E – Excelente. Lleva eso en la muñeca.

C – No voy a ser tu cebo personal... - Vio las intenciones de la chica.

E – Si llevas eso, yo muestro mi licencia y si se creen que Luso es un entrenador de la élite del gobierno las cosas irán sobre ruedas. Tu intenta parecer más importante, con suerte alguien vendrá a por ti... - Miró a Kredan fríamente.

K – Si claro...

Después de explicar todo el plan los chicos fueron a su propia habitación, de camino le dieron las buenas noches al posadero de la enorme peca en la cabeza.

Ambos estaban muy cansados pero tenían muchas preocupaciones. Kredan sentía que con esto se iba a acercar a la verdad sobre las personas que se llevaron a su hermana. Quien sabe si los PowerSavers fueron los que la habían secuestrado, y a saber para que. Por su lado, Celsius, no podía dejar de dar vueltas a si todo aquello estaba bien. Recordar los sucesos en Azuliza lo atormentaban, aquellas personas que murieron por que él tomo aquella decisión. Lo que realmente le daba miedo no era destapar una organización ni nada por el estilo, eso casi ni se lo podía creer, lo que le daba miedo era tener que decidir sobre la vida de alguien una vez más.

A pesar de lo cansados que estaban, los dos tardaron un par de horas en dormir. Y la mañana llegó demasiado pronto para ambos.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 31 de Diciembre de 2015, 06:56:36 pm
Capítulo 54: Actualidad

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El Sol brillaba radiante en el horizonte, dibujando una linea de luz deslumbrante en el basto océano. Celsius y Kredan se prepararon para salir, no hablaron demasiado. Celsius seguía pensando en toda aquella locura, pero por otro lado sabía que para su amigo todo aquello podría llegar a ser tan importante como para él la megaevolución. Por su lado Kredan estaba nervioso, algo emocionado y a la vez preocupado. Hacía ya un tiempo que buscaba a su hermana y este podía ser el primer paso en firme para encontrarla. A pesar de eso entendía lo que le estaba pidiendo a Celsius. La realidad era que Kredan contaba con continuar por su cuenta en el caso de encontrar algo como aquello, pero para su desgracia su amigo había quedado totalmente inmerso en el asunto. Ambos salieron por la puerta, dispuestos a hacer aquello que habían hablado la noche anterior, y lo harían a pesar de todas las dudas que tenían.
Al salir se cruzaron con sus nuevos compañeros de viaje, los cuatro fueron a desayunar a una cafetería cerca de allí. El resto de la mañana lo dedicaron a encontrar ropa adecuada para el nivel social que se llevaba dentro del crucero. Ertia los aconsejó y los acabó vistiendo ella misma.

Entrada la tarde los cuatro embarcaron en el majestuoso Crucero Batalla. A pesar de estar advertidos, Kredan y Celsius no sabían a lo que se enfrentarían allí...


Al día siguiente estuvieron analizando a las personas hasta la hora de la comida. Los comentarios de Ertia llevaron a Celsius al descontrol y aquello era el motivo de la disputa que había en el camerino de los chicos.


K – Como sea! Ahora no hay vuelta atrás! Lo siento por meterte en estas mierdas! - Se volvió a sentar en su silla.

C – No importa... A fin de cuentas somos amigos, no? - Se dio cuenta de que su amigo estaba igual de nervioso que él.


Al anochecer tendría comienzo el torneo que daba nombre a aquel crucero. Los chicos estaban algo nerviosos, sabían que debían dar espectáculo si querían llamar la atención de alguno de los invitados que tuviese relación con los PowerSavers. Así pues decidieron pasar el resto de la tarde comentando lo que iban a hacer. Que pokémon usar, que movimientos realizar. También hablaron sobre contra que tipo de personas tendrían que pelear. Una vez se habían relajado empezaron a preguntarse que clase de premio iban a dar en aquel torneo. Siendo un crucero de lujo para personas que vienen de las altas esferas debía ser algo caro.

Al acercarse la noche se retransmitió un mensaje por la megafonía del barco:

“A todos los pasajeros, si desean participar en el torneo vengan a inscribirse en el salón de actos principal situado en la segunda planta, muchas gracias por su atención, el capitán les desea un feliz viaje y unas felices batallas”.

Los chicos salieron del camerino y se dirigieron al salón de actos. Un montón de gente se encontraba en la misma sala, el lugar era inmenso. El suelo estaba hecho de madera y las decoraciones de todo el lugar tenían un tono dorado y de cristal. Era el lujo en su máxima expresión. Unos cuantos camareros iban de aquí para allá con bandejas llenas de canapés y bebidas. La música clásica seguía acompañando la velada. El ambiente en general no desagradaba a los chicos, siempre y cuando no recordaran por que estaban allí.

K – Es todo bastante pretencioso. Pero he de admitir que el piano y el violín son mis instrumentos favoritos! - Miraba alrededor.

C – Yo la verdad es que he estado en algunos sitios así. Desde que trabajo en el laboratorio algunas veces he participado en cenas de este tipo.


Todo el mundo iba bien vestido en general. Ertia había acertado con los atuendos que les había elegido. Llevaban algunos recambios para pasar todo el viaje.
Ya en la mesa de inscripciones, la joven compañera de viaje que los había metido en todo aquello estaba inscribiéndose. Para ello había una enorme mesa, llena de asientos donde poder sentarse, tomar algún brebaje y hacer la inscripción con tranquilidad.

Al terminar ella la inscripción, fue el turno de Celsius. Kredan lo esperó para ser el siguiente. Ertia se paró a hablar con él.

E – Que tal está Celsius? - Le preguntó acercando su boca al oído de Kredan.

K – Mejor, hemos hablado un rato, está más tranquilo ahora... - Miró el suelo.

E – Sabes que no podemos dejar a nadie fuera de esto ahora.

K – Claro... Igualmente fue el quien aceptó ayudarme hace un tiempo... Supongo que las cosas han sucedido en muy poco tiempo.

E – No os podéis retirar ahora. Solo quiero que lo recordéis. Estoy segura de que después de... Bueno da igual, parece que es tu turno. - Saludó a Celsius.

Kredan se fue a rellenar su inscripción. Al sentarse le hicieron algunas preguntas, tales como su nombre, edad, estatura, peso, profesión, etc...
Mientras tanto Ertia y Celsius hablaban en su espalda algo alejados de la multitud que se empezaba a aglomerar en la mesa.

Las batallas se harán en la cubierta superior, tome este pase para cuando llegue el momento.

K – Gracias. - Agarró la tarjeta y se fue.

Los tres ya reunidos decidieron ir a dar una vuelta por el crucero. Aún no habían visitado gran parte de aquel lugar. Además aún quedaba un rato para que empezaran las peleas.

C – Donde está Luso?

E – Sigue inspeccionando el lugar, siempre le ha gustado hacer de detective...

K – Participará en la batalla?

E – No. Dedicará ese tiempo a investigar a las personas que vean el combate. No se si lo sabéis pero se va a dividir todo en cuatro bloques de dieciséis participantes.

C – No será que tiene miedo a perder contra mi? - Bromeó.

E – La verdad es que nunca le he visto pelear, es más, no se ni siquiera que clase de pokémon lleva.

K – De verdad?! Cuanto tiempo llevas trabajando con él? - Preguntó intrigado.

E – Años? Llevo unos cuantos meses, no hace ni medio año.

C – Wow. Parecía como si llevarais una vida como equipo...

E – Como sea. Será mejor que nos vayamos a la parte de arriba, con lo que hemos andado nos queda un buen trozo de vuelta.


Ya dispuestos a pelear, el grupo tomó el camino al terreno de batalla. Un camino que solo llevaba en una dirección.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 25 de Enero de 2016, 09:08:06 am
Capítulo 55: Alta Mar


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El tiempo había pasado, Ertia, Celsius y Kredan estaban en aquella enorme superficie que ya estaba lista para que las batallas empezaran. A causa de la gran cantidad de personas inscritas el torneo se dividía en cuatro bloques, uno de los bloques tenía que pelear dentro de una sala que normalmente se usaba para bailes y eventos de ese estilo. Celsius y Ertia peleaban al aire libre, Kredan estaba en el que tenía que entrar dentro.

K – Os veo luego. - Dijo yendo en dirección a su campo de batalla.

E – Intenta destacar cuando pelees.

C – Suerte! - Chocó su mano con la de su compañero antes de que partiera. Kredan le devolvió los ánimos con la mirada.


En la pared que quedaba justo detrás de los tres campos de batalla exteriores se abrió un enorme agujero del que aparecía una pantalla completamente plana. En ella el presentador que habían visto al mediodía empezaba el espectáculo.

P – Queridísimo publico, damas y caballeros, gente de todas las regiones, el torneo del crucero batalla va a dar su comienzo! Yo vuestro presentador, llamado El Presentador, os dará el mejor espectáculo, siempre dejando en manos de nuestros participantes el plato principal. Espero que os guste la comida con condimento, porqué la noche de hoy promete combates del más alto nivel!


< Que nombre más idiota > Pensó Ertia, que se preparaba para dar una función llamativa.
Celsius estaba algo nervioso, se encontraba en el mismo bloque que Ertia y sabía de buena mano que no iba a ser fácil vencer.

P – Como sabrán durante la noche de hoy podrán disfrutar de las ocho primeras batallas de cada bloque. La siguiente ronda empezará mañana por la mañana y seguirán hasta la gran final, que culminará con la última noche de este maravilloso viaje!

El presentador del evento siguió hablando, hasta llegar al punto que a todos importaba, los emparejamientos. En la primera ronda Ertia y Celsius no se iban a enfrentar, lo que alentó a Celsius. Por otro lado el rival de Kredan si era alguien a quien conocía.


P – El último combate del bloque D será de Kredan contra Jenvi! Y sin más dilación: QUE EMPIECE EL SHOW!

Celsius se enfrentaba el primero en su bloque. Su rival era un hombre de frondoso bigote, de aspecto refinado. Vestía tan galán como hablaba. Su nombre era Crisol, y su pokémon era nada más y nada menos que un Milotic. Celsius sabía que pokémon iba a elegir, tenía en mente la megaevolución y nada le iba a detener en alcanzar esa meta. Así pues sacó a Raida de su pokéball.

El pequeño y verdoso pokémon estaba listo para la batalla. Celsius sabía que tenía las de ganar, además notaba que desde que estaba con Kredan las batallas se le iban dando cada vez mejor. Sentía que la experiencia en el concurso lo había vuelto un mejor entrenador y confiaba en sus posibilidades más que nunca.

La batalla dio comienzo en cuanto ambos contendientes estaban listos. Las normas eran sencillas, un solo pokémon por persona. La pelea terminaba cuando uno de los dos pokémon no podía más o cuando uno de los entrenadores se rindiera.

La delantera en la batalla la tomó Celsius, su primer movimiento fue rápido y claro, Rayo a toda potencia contra su rival. Milotic no pudo reaccionar a tiempo y recibió el impacto directo, su cuerpo mostraba indicios de que el ataque había sido muy efectivo. Pero su entrenador confiaba en su pokémon, justo después de aquello Milotic usó Recuperación, sanando así sus heridas. Crisol siguió esta vez mandando a su pokémon a atacar, usando Hidrobomba. Celsius tenía en mente las palabras de Kredan, había aprendido lo importante que era para Raida mantenerse fuera del alcance de cualquier ataque, pues un golpe limpio le podría causar grandes daños. Raida reaccionó en milésimas al grito de su entrenador que le pedía que esquivara a la derecha. Celsius había ido más allá y le había mandado de nuevo la orden de Rayo. Milotic lo recibía de nuevo, y se volvía a recuperar.

< No saldré de este bucle, es cuestión de tiempo que uno de sus movimientos alcance a Raida. > Pensó Celsius. Y como un relámpago, la respuesta a aquella batalla aparecía en su mente.

Raida esquivó de nuevo, pero esta vez se acercó veloz hacia el rival, justo después usó Chispazo, golpeando a su rival de nuevo, pero esta vez con menos potencia. Raida retrocedió mientras Milotic usaba recuperación, y antes de que le diera tiempo de lanzar Hidrobomba ya estaba lanzando Rayo. El pokémon de Crisol estaba muy malherido, pero podía seguir recuperando su salud una y otra vez. Pero justo cuando iba a lanzar de nuevo el Recuperación su cuerpo quedó completamente paralizado. Celsius sabía que las probabilidades de que eso pasara iban a ser altas y no dudó en dar el golpe de gracia con Rayo. Ganando así su primera batalla.

P – Señoras y señores tenemos por fin el resultado del combate del bloque A, que ha sido el último en ganar a su oponente! Felicidades Celsius!

C - ¿Como, el último? - Se sorprendió, mientras guardaba a Raida en su pokéball.

E – Vas tarde, el resto de bloques ya han empezado su segunda batalla. Así no vas a conseguir destacar nada... En fin...

C – Entonces, la batalla de Kredan, como ha quedado?!

E – Tan poco confías en tu amigo? Ha sido el primero en vencer, tendría que verlo con los ojos, pero estoy segura de que Jenvi habrá modificado de nuevo a su pokémon y eso lo ha llevado a la derrota.

Kredan que había acabado la batalla salía de la sala donde se encontraba y se iba a ver a su amigo y a su nueva compañera. Encontró rápidamente la cabeza de Celsius y pasaron el resto del evento juntos.

La segunda batalla fue casi tan rápida como la primera y al llegar a la tercera Ertia apalizó a su rival con Scolipede. Tanto Kredan como Ertia estaban en la mira de todo el mundo por el tipo de batalla que habían realizado. No era común ver una forma de pelear tan violenta en gente de esa categoría social.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 29 de Febrero de 2016, 07:47:55 am
Capítulo 56: Elegancia cero

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Tras terminar la primera ronda, Ertia, Kredan y Celsius se pasearon por el lugar. Habían podido ver las batallas del mismo bloque que Celsius y Ertia y en ninguna parecía haber alguien que destacara tanto como para pensar que podía ser de Power Savers.

E – Puede que estemos enfocando la búsqueda mal... No he visto a nadie que sea especialmente espectacular...

K – Si yo quisiera reclutar a profesionales les daría una dosis de poder, para que tengan algo que desear...

C – Ya, quizás están ocultando su verdadero potencial... - Decía sin equivocarse demasiado.


Algo decepcionados, los chicos se separaron de Ertia para ir a su camerino, ella se dirigió al suyo, donde se suponía que le esperaba Luso.
De camino a allí:

C – Oye... ¿No te incomoda ir con este trajecito?

K - ¿Sinceramente? Mucho. Aunque cuando estudié para ser conocedor nos hacían llevar uniformes a todos lo estudiantes. Así que lo puedo soportar. Aunque he de decir que echo de menos llevar mis estupendos bolsillos llenos de cosas.

C – Ya, tu y tus bolsillos.

K – Por suerte la mayoría de objetos que necesito caben por aquí y por allá. - Dijo señalando los bolsillos de su traje.

C – Es increíble que tengas la capacidad de llenar hasta un traje formal... En fin, mañana será otro día, por la mañana tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos. ¿Crees que tenemos posibilidad de ganar el premio gordo?

K – Bueno, por ahora Ertia es la persona que me parece más peligrosa, así que supongo que al menos uno de nosotros lo hará. - Sonrió.

Celsius siguió pensando cuales iban a ser sus estrategias en las próximas batallas, incluso se imaginó su batalla contra Ertia. Poco a poco ganaba confianza en sus dotes, y se sentía más cerca de alcanzar sus metas. Por otro lado Kredan parecía algo distraído.

La mañana llegó y con ello el comienzo de la segunda ronda de batallas.
Los tres campos exteriores estaban bañados por la luz del Sol, que cada vez era más y más cálida, y acariciaba la piel tanto de contendientes como de espectadores. En medio de los tres campos se alzaba un pilar con tres pantallas, en ellas se encontraba el brillante presentador del torneo El Presentador:

P – ¡Hombres y mujeres de todos los lugares, buenos días y grandes batallas vivan hoy! ¡Demos comienzo sin esperar a la segunda ronda de nuestro fabuloso torneo!

E – ¿Como se puede ser tan ruidoso? - Decía con cara de no haber dormido demasiado.

C - ¡La verdad es que yo estoy bastante motivado! Espero con ansia la batalla de hoy.


El primer enfrentamiento del bloque era obviamente el de Celsius, que esta vez se enfrentaba a la hija de la familia Crisol. Su nombre era Solina, un nombre extremadamente trabajado por parte de sus padres. Solina sacó de su pokéball a Cherrim. El pokémon estaba envuelto en un capullo, pero al entrar en contacto con la luz del Sol sus pétalos se abrieron haciendo gala de un hermoso color rosa. Por su lado, Celsius sacó de nuevo a Raida.
< Puedo ganar fácilmente > Pensó, teniendo en mente una nueva estrategia que ideó la noche anterior.


En el momento en que ambos pokémon y entrenadores estuvieron listos, dio comienzo la batalla.

Antes de poder lanzar tan siquiera su primer movimiento Solina ya había puesto en marcha su estrategia. Cherrim lanzó Brillo Mágico, del cuerpo del pokémon emanó una intensa luz blanca que se expandió hasta golpear a Raida, que no tenía lugar donde escapar.

S – Juego con ventaja, chicarrón. - Dijo vacilando al joven investigador.

Celsius tan siquiera escuchó lo que le decía, su mente estaba al cien por cien en la batalla. Esperaba a que Raida recuperara la compostura y el campo de visión. Pero en ese momento Cherrim no estaba en ningún lugar.

C – ¡Arriba! - Gritó, cuando ya era demasiado tarde.

Cherrim lanzó Drenadoras, que impactaron en la parte superior del morro del pokémon, atrapando su morro. Aún así fue capaz de propinar un Chispazo, en varias direcciones que impactó contra el pokémon rival, sin surtir demasiado efecto.

S - ¡Ya he ganado! ¡JAJAJA! - La muchacha, de apenas diez años parecía poseída por el mismísimo Giratina.

Cherrim se iba recuperando del daño que había recibido con la energía que le absorbía a Raida mediante las drenadoras. Aún así, Raida no parecía rendirse. Celsius lo sabía, y esperó por aquello que todo el tiempo había tenido en mente.

Cherrim se había alejado y su entrenadora le ordenó lanzar el más poderoso de sus ataques, Rayo Solar. La esfera de energía se acumuló rápidamente gracias a la intensa luz solar que brillaba aquel día, y el pokémon lanzó rápidamente el potente haz de luz, que era compacto e intenso. Celsius confiaba en su pokémon y en su gran velocidad, y esperó al momento exacto antes del impacto del movimiento del rival para decirle a Raida que esquivara. El rayo logró alcanzar parcialmente a Raida, que había saltado a un lado, se tambaleó y rápidamente se recuperó. Se acercó todo lo que pudo a Cherrim y aprovechó que acababa de lanzar su movimiento para ejecutar un golpe fulminante:

C - ¡Ahora, Lanzallamas! - Gritó, sudando.

La boca de Raida se llenaba de las más calurosas llamas, hasta desbordar, quemando las raíces del Drenadoras, permitiendo que Raida abriera su pequeña boca. De ella salió un torrente de llamas tres veces más grande que su cuerpo, que impactaron de lleno en Cherrim.
< ¡Ya está! > Pensó Celsius. Pero se equivocaba. Cherrim seguía en pie y Raida apenas acababa de lanzar su movimiento.

S - ¡ Maldito desgraciado, Cherrim, MATA A ESE POKÉMON, MÁTALO! - Gritó desesperada.

La cara de Cherrim, normalmente dulce, lucía terrorífica. El pokémon cargó de nuevo Rayo Solar y lo lanzó sin un segundo de respiro.

C - ¡Raida! ¡Vuelve a usar Lanzallamas, no dejes de lanzarlo, por favor! - Gritó desesperado.

Las palabras de su entrenador llegaron a sus oídos, Raida aún sin haber recuperado de todo la compostura, decidió ejecutar de nuevo un Lanzallamas, que chocaba de pleno con el Rayo Solar de Cherrim. Pero a pesar de la ventaja de tipos, el poder de Raida no era suficiente. Su fuego era superado por un Rayo Solar que lo atravesaba sin dificultad alguna.
Raida era un pokémon testarudo, valiente y sobretodo sacrificado, notaba lo importante que era para su entrenador vencer aquel combate, sabía que se había esforzado. Recordó la noche anterior durante la cual Celsius se esforzó horas y horas en enseñarle el movimiento, igual que lo hizo cuando se prepararon para el concurso, con el movimiento Chispazo. Recordó como su entrenador recopilaba información de un lado y de otro a toda velocidad y como se entusiasmaba al mostrarle como debía ejecutar los nuevos movimientos. Recordó su batalla en el lugar donde vivía, el pokémon sintió dentro de su cuerpo toda la energía que su entrenador había puesto en él, su esperanza. Y como siempre había hecho, no se rindió.

Raida siguió aumentando la intensidad de su movimiento, Celsius gritaba casi como si fuera el mismo quien lanzara el movimiento. Parecía que la potencia aumentaba cada vez más y más, poco a poco ofrecía resistencia al movimiento de su rival.

S - ¡VAMOS, ACABA CON ÉL DE UNA VEZ, O ES QUE NO PUEDES NI HACER ESO! - Gritaba como una energúmena.

Pero Raida no se daba por vencido, hasta que igualó la fuerza del movimiento de su rival. Y fue entonces, cuando su cuerpo empezó a brillar. Brilló intensamente, quizás incluso más que la luz del Sol que brindaba calor a todos en el barco aquel día. Su cuerpo creció, hasta volverse azul y amarillo, hasta lograr evolucionar en Manectric.

C – ¿¡Eso es!? - No creía lo que veía.

La potencia del movimiento de Raida se vio bruscamente incrementada, sobrepasando en un momento la de su rival. El Lanzallamas de Raida impactó con más potencia que nunca sobre Cherrim, dejándolo fuera de combate.

Celsius corrió hacia su pokémon y este le saltó directo a los brazos. Estaba algo magullado, pero no dudo en lamer la cara de su entrenador, las caras de ambos estaban llenas de felicidad. A diferencia de la de su rival, que se veía llena de odio.

Después de tanto esfuerzo, Raida por fin logró evolucionar.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 02 de Marzo de 2016, 07:53:34 am
Capítulo 57: Suposiciones

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Celsius celebró la victoria tanto como pudo hasta que lo echaron del campo de batalla para dar paso a la pelea de Ertia.

E – Nada mal, pero compórtate. - Le dijo al pasar por su lado.


A pesar de eso el joven seguía eufórico, por fin había logrado aquello que tanto deseaba, obtener un pokémon capaz de megaevolucionar. Vio sus estudios e investigaciones impulsadas después de tanto tiempo estancadas. Ni siquiera prestó atención a la batalla que tenía delante de sus ojos, aunque se imaginaba el resultado.

¿? - Ha sido una gran batalla, la verdad, pero mi pokémon tenía ventaja sobre el tuyo. - El joven extendió la mano, pero la derrotada Ertia no quiso devolverle la cordialidad.

E – No me vengas con chorradas. Si no logro mis objetivos no es un buen combate. - La chica se fue, dejando a su contrincante con la mano alzada para nadie.


El chico se marchó en dirección contraria a Ertia, pero se cruzó con alguien interesado en sus habilidades. No tardó en mantener una larga conversación, de la cual aún no sabríamos nada.

K – Vaya, vaya, mira quien a sido derrotada. - Se pavoneó de su victoria en su bloque.

E – Callate, señor rango C, no entiendes la situación. - Se fue sin decir más a su habitación.

K – Madre mía, quizás me he pasado... Pero eso es lo de menos. ¿Dónde está el futuro campeón del torneo? - Kredan se giró entusiasmado hacia Celsius y Raida.

Raida se abalanzó sobre Kredan. Parecía saber lo contento que estaba él también con su evolución. Los dos chicos y el pokémon disfrutaron de la mañana yendo de un lado a otro del barco, dando saltos de alegría. Al cabo de unas cuantas horas decidieron ir a comer.

C – Dime, has logrado vencer a tu rival de nuevo? - Dijo mientras devoraba como si no hubiese comido en décadas.

K – Si, no ha sido difícil, de nuevo he tenido ventaja de tipo y mi rival no conocía bien a mi pokémon. Además yo si sabia más o menos por donde iría él. He ganado rápido, pero con la de gente que había he decidido ver tu batalla desde una de las pantallas. Me he emocionado cuando Raida ha evolucionado. - Comía más tranquilo que su amigo.

C – La verdad es que tengo ganas de intentar la megaevolución. ¿Como crees que será?

K – No lo se, pero yo le daría tiempo a Raida para que se acostumbre a sus nuevas capacidades.

C - ¿Tu crees? Confío en su potencial, estoy seguro de que lo hará genial cuando megaevolucione.


Mientras ambos charlaban acerca del siguiente paso que iban a dar, las pantallas que estaban repartidas por todos lados retransmitieron la cara de el brillante presentador de las batallas, El Presentador.

P – Damas y caballeros, profesionales de todas las regiones, nos acercamos cada vez más al auje de nuestro torneo, en las batallas de hoy nuestros participantes han mostrado increíbles movimientos, tácticas capaces de vencer a cualquier rival que se les oponga, incluso hemos visto evolucionar a uno de los pokémon participantes. ¡Pero las batallas se volverán cada vez más intensas! Y eso es lo que todos queremos. A partir de las seis de la tarde empezaremos las batallas de la siguiente ronda, espero desde lo más profundo de mi brillante corazón que disfrutéis los siguientes combates.


Las pantallas se apagaron súbitamente.

K – Hay que ver, que pesado es.

C – Yo he de admitir que me gusta que vayan haciendo este tipo de introducciones. Tengo ganas de seguir batallando. Con la megaevolución tengo una buena oportunidad de vencer.

K – Ahora que lo mencionas, aunque no lo hayas hecho... Ertia ha perdido su batalla, no he visto quien era su rival porque cuando ha acabado tu batalla he ido de cabeza ha verte, pero si le ha derrotado debe ser un entrenador poderoso.

C – Si, recuerdo que su nombre empezaba por L, Lu... algo, no se, creo que ha usado un pokémon de tipo volador. Ertia estaba en desventaja, si no hubiese vencido.

K – No estoy tan seguro...

C – Como sea, después de comer iré a la habitación, necesito reorganizar mis tácticas. Aunque cuando me toque pelear contra aquel tipo no tendré tantos problemas, a fin de cuentas usa un pokémon volador.


K – Yo creo que me iré a dar una vuelta, no tengo mucho que planear. Simplemente hay que luchar y ya. - Se levantó y se marchó.


Aún quedaban dos horas para que la siguiente ronda se sucediera, pero no fueron horas vacías. Pues antes de darse cuenta las cosas se habían salido de control en un pequeño sector del barco.

Ertia se encontraba en su habitación cuando le llegó una notificación, diciendo que podía pasar a recoger a Scolipede en la sala de recuperación. Sin dudar ni un segundo la joven se puso en marcha. Allí, en aquella sala toda ambientada a modo de centro pokémon, se encontraba el personal, entre ellos un par de enfermeras Joy. Ertia se acercó al mostrador, le enseñó el mensaje en su dispositivo móvil y la enfermera le devolvió a su pokémon. Al salir de la sala decidió volver a su habitación. Pero de camino a allí, en medio de un pasillo poco concurrido, encontró de frente a un hombre vestido de negro con gafas de sol, justo detrás otro se había colocado. Ertia imaginaba que las cosas se habían torcido de alguna forma y no dudó en pelear. Sacó a su recién curado Scolipede, mientras que cada uno de los hombres sacaron un Growlithe. Sin previo aviso, los dos pokémon lanzaron su Lanzallamas por el suelo, Ertia se agarró a su Scolipede, este se puso a salvo clavando su ponzoñosa cola en el techo, manteniendo a su entrenadora a salvo.

E – Veo que sois poco habladores. - Ejecutó un movimiento.

La chica, subida sobre su pokémon, empezó la batalla. Para evitar el fuego, Scolipede empezó a rodar en el aire, clavando y soltando su cola del techo, hasta llegar al rival que tenía delante, golpeándolo con su propia fuerza sumada a la fuerza centrífuga que había ganado al desplazarse. Growlithe y su entrenador salieron volando hasta la pared de enfrente. Scolipede que poseía la habilidad Impulso, se hacía cada vez más y más veloz.

E – Vamos a salir de aquí, rápido. Nos reuniremos con Luso en la parte superior. - Dijo mientras llamaba a su compañero.

Mientras huía pensaba como le podrían haber detectado como espía. Y a medida que escapaba notaba como más y más personas iban tras ellas.

< ¡Mierda! No contesta la llamada... ¿Quizás? No, no creo que... > Se iba poniendo cada vez más nerviosa.

Cuando al final logró llegar a la parte superior, se vio envuelta de perseguidores y de personas inocentes. No tenía donde ir, no había esperanza para aquella huida.
Pero de repente, por el lado derecho del barco se escuchaba a montones de personas gritando cosas como “ ¡Atraparlo!” “¡Que no escape!”.


E – ¡Lus...!

Para sorpresa de Ertia, la persona a la que perseguían no era su compañero Luso, si no Kredan, que parecía haber sufrido el mismo destino que ella.
Antes de que se diera cuenta tenía encima a la gente que creía que eran malas personas y a los guardias que probablemente los habían descubierto. Para dar tiempo a Kredan, Scolipede se lanzó a pelear contra sus perseguidores. Se llevó de una sentada a tres o cuatro pokémon, pero pronto lo acribillaron con todo tipo de movimientos.

E - ¡¿ Se puede saber que ha pasado ?! - Gritó mientras metía dentro de la pokéball a su malherido pokémon.

K – No lo se, pero vamos a salir de aquí ahora. - El muchacho silbó.


La sombra de un gran pokémon se proyectó sobre la zona donde se encontraban. Entonces el Noivern de Kredan aterrizó sobre aquel lugar, provocando incluso que el barco se moviera un poco, su presencia intimidó a la gente del barco, que empezó a correr despavorida. El pokémon lanzó un oscuro Vendaval, cuya presión dejó incapacitados a todos los demás pokémon durante unos instantes. Los justos para que Kredan y Ertia se subieran a su lomo y salieran de allí volando.


Mientras tanto, Celsius estaba terminando las preparaciones para su siguiente batalla.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 24 de Marzo de 2016, 10:07:39 am
Capítulo 58: Viejos trucos


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Celsius se había pasado todo el tiempo que le quedaba antes de su batalla en su camerino, preparando su siguiente batalla. Aunque se sentía bastante seguro de sus posibilidades. En la batalla contra Ertia, su siguiente rival había usado un pokémon volador, y esperaba que así fuera en la que tendría contra él.
Lejos de equivocarse preparó y diseñó sus estrategias con Raida, pues era el pokémon con el que enfrentaría a su rival. Y una vez listo y dada la hora, salió de su camerino y se dispuso a ganar la siguiente ronda.

Al llegar, el público ya estaba expectante, le sorprendió no ver a Ertia por allí, aunque pensó que quizás seguía molesta por la derrota. Y en cuanto a Kredan, no tubo tiempo a pensar nada, pues las grandiosas pantallas anunciaron su retirada del torneo. El Presentador simplemente dijo que el muchacho había abandonado la batalla, sin dar demasiados detalles. La gente murmuró y Celsius se acabó enterando de lo sucedido. Pero antes de poder poner el grito en el aire, apareció Luso.

L – Hombre! Mi fiel compañero Celsius! - Le saludo, con una sonrisa de lado a lado.

C – Oye! Que le ha pasado a Kredan y a Ertia, sabes algo? - Sospechaba de él.

L – Que agudo eres... Se nota que eres "el grandioso Celsius, genio entre los genios".

C – Déjate de tonterías, dime que les ha pasado. - Estaba molesto, sabía que se reía de el.

L – Tranquilo hombre! Te lo explicaré con pelos y señales, de todas formas tu batalla tardará aún un poco. - Tras decir eso, El Presentador apareció de nuevo en pantalla.

"Señoras y señores, lamentamos mucho las molestias, pero las batallas que se debían suceder hoy se verán pospuestas a mañana por la tarde."

Se armó un buen revuelo al aplazar el evento principal, pero al poco tiempo la gente ya se había separado y tenía una nueva ocupación. Para algo era un lujoso crucero lleno de entretenimiento para humanos y pokémon.
Luso se llevó a Celsius a su camerino. La maleta de Luso aún estaba intacta, no parecía haber entrado en ningún momento a aquel lugar. Ambos se sentaron alrededor de la pequeña mesita que había en todos los camerinos.

L – He vendido a Ertia y Kredan. - Dijo de forma natural.

C – Que has hecho que?!

L – Los he vendido, he dedicado todo mi tiempo a obtener la información que necesitaba, he encontrado a la persona de Power Savers que hay infiltrada en este crucero.

C – En serio, y quien es?

L – Bueno, digamos que no existe nadie "infiltrado".

C – Entonces?

L – Si el crucero es tuyo, es complicado infiltrarte. El dueño de este barco es parte de Power Savers. Utiliza el crucero para encontrar a personas interesadas en los servicios que su grupo puede proporcionar.

C – Claro, es el lugar perfecto para tener fondos, no vas a poner tan solo a algunas personas que encuentren carnada, te encargarás de ser dueño de un lugar como este lleno de personas potenciales para el negocio. - Concluyó.

L – Ding,Dong! Acertaste. El Presentador, concrétamente, es la persona que lleva todo el negocio durante los viajes. Lo he descubierto esta mañana temprano y he ido a hablar con él directamente. Pero es obvio que no te vas a ganar la confianza de nadie solo delatándolo. Para ganar su confianza le he dicho que tanto tu como yo nos habíamos infiltrado en la policía internacional para conseguir información de su grupo. Después de saber que ellos eran de PS he contactado lo antes posible con ellos y para que me creyeran les he dicho que nuestros compañeros Ertia y Kredan estaban con nosotros para desmantelar su organización. Obviamente han mandado a unas pocas personas a atacarles para ver como reaccionaban y parece que Kredan ha llamado a su Noivern para que los sacara a él y a Ertia del barco volando. Lo que les ha confirmado que realmente se traían algo entre manos.

C – Y porqué no nos has vendido a Kredan y a mi? A fin de cuentas Ertia es tu compañera desde hace más tiempo...

L – Ertia no es científica ni puede usar la megaevolución. Desde mi punto de vista, eres un cliente con mucho más potencial que una conocedora que ya tiene el rango S.

< Lo tiene todo calculado... Si me paro a pensarlo desde ese punto, realmente yo soy alguien que tiene mucho más que ganar que no Ertia... > Pensó Celsius.

L – Veo que lo entiendes, lo siguiente que haremos es demostrar que puedes megaevolucionar a tu pokémon, que por lo que sé ahora ya es un Manectric. Nos viene de perlas. Así que por ahora descansa. Cuando el crucero llegue a Tesselia El Presentador nos llevara ante el dueño del crucero para que nos lleve a uno de los laboratorios de Power Savers. Ten eso presente.

C – Si... No me parece bien que hayas vendido a nuestros amigos, pero no puedo decir que sea un mal plan... Iré a mi camerino si no te importa.

L – Claro! Espero que tengas una buena batalla mañana! - sonrió.

Celsius no podía decir si realmente Luso era alguien en quien confiar o una persona perversa. Pero sin duda hacía su trabajo, y mejor de lo que otros podrían hacerlo.
Pasó lo que le quedaba de día sin mucho que hacer. Simplemente repasó con Raida lo que ya habían planeado y miró su dispositivo móvil varias veces por si Kredan se comunicaba con él. No hizo ninguna llamada por si a caso.
Aunque no tenía nada que hacer tardó muchas horas en dormir. Se quedó dando vueltas en su cama, escuchando al gentío festejar y las olas romper contra el casco del barco.

Cuando despertó ya era la hora de comer. Por suerte las batallas iban a empezar al atardecer y aún tenía tiempo de sobra para despejar su mente. Aunque el cielo auguraba tormentas.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 29 de Marzo de 2016, 07:41:56 am
Capítulo 59: Tormenta y tormento


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El barco había avanzado una gran parte de su trayecto, casi no quedaban días para alcanzar Tesselia, pero había algo que extrañó al capitán y a la tripulación del Crucero Batalla, y era aquella tormenta. No estaba previsto en absoluto que hubiese una tormenta en aquel lugar, pero era obvio que lo que les venía de frente era una tormenta de un calibre importante. El capitán del barco, un hombre con muchos años de experiencia, curtido en miles de viajes gracias a su edad y oficio, sabía que las cosas no iban a ir según lo planeado. Así que decidió dar la orden a su joven oficial para que iniciara los preparativos, no unos regulares, los de máxima prioridad.

La gente del barco generalmente no daba cuentas a lo que el tiempo hiciera o no, la mayoría estaban allí sin tener ni idea del tiempo que iba a hacer al día siguiente, ni de lo que habían cenado la noche anterior, algunos ni siquiera sabían porqué se despertaban con quien se despertaban. Uno de los pasajeros que no echó demasiada importancia a todo aquel asunto de la meteorología fue Celsius, que estaba demasiado concentrado en su siguiente pelea y en todo el asunto de PS. Pero para su pesar no iba a ser un asunto secundario.

A la hora de empezar las batallas la gente salía a los estadios exteriores aunque la lluvia azotara el barco como si lo quisiera hundir contra el océano. El Presentador apareció en las pantallas de todo el crucero y advirtió de lo peligroso que era estar en cubierta, pero animó a todo el mundo a disfrutar del peligro que conllevaba el ver las batallas que seguían.

Celsius ya estaba en la zona de batalla que le tocaba, pero su rival no había llegado. De repente un estruendo enorme sonó no muy lejos de donde estaban. Un rayo enorme golpeó el océano. Una colosal sombra apareció en la zona del impacto. Nadie veía bien lo que estaba pasando, se oían los gritos de varios pokémon. Todo el mundo se puso a contemplar lo que sucedía, nadie parecía asustado, todos tenían curiosidad por saber que clase de criatura se encontraba más adelante.

El grito de aquel coloso volvió a sonar de nuevo, otro Rayo gigante golpeó la zona y tras aquel sonido que hizo vibrar toda la masa acuática, se hizo un silencio estrepitoso. La enorme figura había desaparecido, se veía a lo lejos una sombra algo más pequeña, volando. Tenía una forma serpenteante y se iluminaba en la lejanía rodeado de lo que parecía electricidad.

Durante toda esa estrepitosa batalla, Celsius sintió un horror, uno de aquellos que no necesitas ver, uno de aquellos que el cuerpo te hace recordar. El grito del pokémon más grande, él lo conocía. Sabía bien de que se trataba, ni siquiera se lo pudo plantear, el recuerdo de aquel pokémon había creado una cicatriz en su cerebro que no se iba a ir tan fácilmente.
Temiendo lo peor, el joven quiso advertir a todo el mundo de lo que iba a suceder, de lo que vendría después, pero no podía, era como si se hubiese quedado mudo, como si su cuerpo no le respondiese.

Los pasajeros, sin saber que es lo que había sucedido en el fondo, vitoreaban al pokémon ganador, por pura naturaleza. El fuerte siempre gana, el ganador ha de ser vitoreado, no importa que o quien, solo importa la victoria. Era una premisa metida en la cabeza de la mayoría de los entrenadores que allí se encontraban. Gente de la élite social, personas ricas y entrenadores que buscaban volverse más y más fuertes.

Pero tan solo Celsius y algunas personas más sabían que, en realidad aún no había un ganador. Un rayo de un color blanco tan puro como el de la nieve, emergía desde el agua y impactaba contra la sombra que cada vez se veía con más claridad. El pokémon al que consideraban vencedor fue abatido de un solo golpe. El silencio de la audiencia hizo más fuerte el sonido de aquella tormenta, que golpeaba sin piedad a todos aquellos que bajo ella se encontraban.

Celsius estaba en lo cierto, lo que había a lo lejos, no era otro que el legendario pokémon de Johto, Lugia. Y el que había acabado con el pokémon que se encargó de Lugia muy probablemente era el rey de los mares de Hoenn, Kyogre.

El joven científico respiró todo lo hondo que pudo, intentó mantener su cabeza fría, hoy adornada con su gorro de lana y la piedra activadora que Gerdenor le preparó expresamente. Su corazón latía cada vez más rápido, pero intentaba pensar con claridad en lo que iba a suceder. A pesar de que le doliera admitirlo, no se veía listo en absoluto para enfrentar lo que venía. Pero una idea atravesó su cabeza: < El crucero está lleno de entrenadores de alto nivel >. Su única esperanza eran; la megaevolución de Raida y que el resto de personas a bordo del crucero fuesen lo suficientemente poderosos como para parar a Kyogre.

Antes de darse cuenta, la sombra de aquel pokémon de dimensiones anormales ya estaba frente al barco. Casi como si de un Déjà vu se tratase, Kyogre salió de las profundidades del océano desde el centro de una columna de agua que se rompía por el centro, y se abría como si de una hermosa flor se tratase. Un flor que traía consigo un mal presagio.

El legendario pokémon se quedó observando el crucero desde un lateral, en el que se encontraban todos los entrenadores. Sus ojos amarillos penetraron a todos aquellos que los miraban, y con tan solo aquello, la gran mayoría de personas en el crucero empezó a correr.

EP – Por favor, ir todos a la zona interna del barco, allí estarán seguros. Muchas gracias. - Dijo El Presentador, por las pantallas que aún funcionaban.

El barco se tambaleaba, y por alguna razón algunas personas empezaron a arrastrar a otros dentro del crucero. Seguramente la mayoría debido a que no eran capaces de escapar por su cuenta, a causa del terror.
Y aunque parecía una ironía sacada de un cuento macabro, el único pasajero que se quedó sobre la plataforma fue, nada más y nada menos que Celsius.

¿? - Vaya! Si que da miedo mi pequeño pokémon! Jajaja! - Dijo el entrenador de Kyogre, que no era otro que aquel niño que se habían cruzado Kredan y Celsius al inicio de sus aventuras juntos.

C – Se puede saber que haces aquí?! - Dijo gritando.

¿? - Oh! No eres tu uno de aquellos chicos que no estaban bien de la cabeza? Cuanto tiempo sin verte, no se como te llamas, pero supongo que querrás pelear conmigo... Aunque no fuiste tu quien se enfrentó a mi, quizás tu tienes miedo.

C – Claro que lo tengo! Pero estoy aquí para detenerte. No pienso dejar que hagas daño a la gente de este barco! Esta vez no es como la última. Vamos Raida! - Celsius lanzó la pokéball cerca suyo.

Raida, que era un pokémon lleno de determinación y valentía, se encontró de frente por primera vez con un pokémon de un tamaño tan desproporcionado, cayó bajo el efecto de la mirada de Kyogre, que intimidaría al más fuerte de los pokémon. Celsius sabía que tenía una oportunidad, Raida era tipo eléctrico y era el momento de hacerlo megaevolucionar, había luz en aquel túnel lleno de nubes y lluvia, había una salida.

Por primera vez Celsius tocó la piedra activadora que llevaba a un lado de la cabeza, y gritando tan fuerte como pudo, dijo:

C – Raida, sobrepasa tus límites, enfrenta lo imposible, MEGAEVOLUCIONA! - Y un resplandor emanó del pequeño cristal.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 01 de Abril de 2016, 09:44:25 am
Capítulo 60: Aplastado

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La luz del cristal brillaba junto a la cabeza del joven investigador, que se encontraba ante una situación de máxima responsabilidad, pues se había quedado solo. El collar que Raida llevaba con su megapiedra brilló con intensidad, mucha intensidad. Los haces de luz que surgian de ambos cristales empezó a aproximarse, hasta quedar completamente conectados. En aquel momento la luz se agitó bruscamente y empezó a volverse cada vez más intensa e inestable. El cuerpo de Raida empezó a cambiar, su melena se inclinó hacia atrás y empezó a cubrir todo el cuerpo del pokémon. Tenía la forma de un relámpago, y era un poquito más grande que antes, por su abultada melena. Su cuerpo desprendía pequeñas descargas alrededor.

C – Si! Lo conseguí! - Celebró.

Raida alzó su mirada, sus ojos eran de un color carmesí muy vivo. Miró fijamente los ojos grandes y amarillos de Kyogre, y su expresión cambió por completo, se volvió una expresión feroz y dominante. Kyogre notó el peligro, se sintió intimidado por aquel pokémon que era varias veces más pequeño que él.

¿? - Uoooo! Ha megaevolucionado! Vamos a pelear para ver quien es mej... - No pudo terminar la frase.

C – Raida, Rayo! - Dijo sin tan siquiera escuchar a su rival.

Raida siguió quieto, se mantenía estático allí donde estaba. Su cuerpo relampagueaba y no le quitaba la mirada a su rival. No parecía haber escuchado la orden de su entrenador, a pesar de la corta distancia que les separaba.

C – Raida, Rayo, vamos!

Pero su pokémon seguía sin hacerle caso. Por lo contrario el niño le ordenó a Kyogre que lanzara Hidrobomba, Celsius estaba confuso y no pudo reaccionar a aquella orden. Pero su pokémon si reaccionó, aun sin recibir ninguna orden. Raida se desplazó tan rápido que tan solo se pudo ver su rastro por las descargas eléctricas que iban dejando destellos por el campo. Su velocidad había aumentado dramáticamente. Kyogre volvió a lanzar hidrobomba a la orden de su entrenador, esta vez la mantuvo girando su cabeza en dirección a los destellos. Pero Raida era endemoniadamente rápido, no había forma de que lo golpeara. De repente, el pokémon eléctrico saltó sobre una pared a toda velocidad y descargó sobre Kyogre un Rayo, que dio de lleno al pokémon. El niño que estaba encima se vio afectado por la descarga.

¿? - Oye! Dile a tu pokémon que se relaje! Es que no puedes controlarlo?

C – Primero, eres tu quien está atacando el barco, segundo, no entiendo que le pasa a Raida...

El joven entrenador no era capaz de hacer que siguiera sus ordenes. Por más que gritaba lo que creía que era mejor, Raida no seguía ninguna de sus ordenes. No parecía estar desbocado ni fuera de control, pero sin duda no seguía las ordenes de su entrenador.

El niño se mantuvo en Kyogre, afirmó no tener la intención de recibir ningún ataque más, y sonrió. El siguiente movimiento de su pokémon no fue otro que Surf. Kyogre se metió dentro del agua, junto a su entrenador. Raida los seguía con la vista, Celsius gritó, corrió en dirección a su pokémon. De repente una enorme ola emergió junto con Kyogre. La masa de agua se llevó por delante a ambos. Terminando por suerte en el interior del crucero, se habían colado por una de las ventanas que reventó al impactar el agua sobre ella.
Celsius tardó unos instantes en recuperar la conciencia, cuando lo hizo se encontró a Raida, que había vuelto a su forma normal, tumbado al lado de una de las mesas que habían volcado.

C – Raid... Raida... - Aún tenía algo de agua y le costaba hablar. A pesar de eso se puso en pie y devolvió a su compañero a la pokéball.

¿? - Oeeee! Estás bien? Te veo cansado! - Dijo irónico, aún sobre su pokémon.

Celsius tenía la mente nublada y el cuerpo aguado. No veía como salir de aquella situación, cuanto más lo pensaba más perdido se encontraba. Tenía ganas de llorar, se empezó a arrepentir de todo aquello que había sucedido. Quería que Kredan siguiese ahí con el, no quería seguir con aquellos juegos de espías, ni de asociaciones y organizaciones. Lo único que él quería era investigar tranquilo la megaevolución. Salió de la sala en la que estaba, y se arrodilló. Casi se cayó al hacerlo, no estaba en condiciones de seguir peleando. No le quedaba nada. O eso pensaba.

Celsius notó algo, notó que había algo que aún le faltaba por hacer. Por un momento sintió que su conciencia se desvanecía y cuando la recuperó, tenía en su mano una pokéball.

< Como lo he podido olvidar > Pensó, lanzando su pokéball.

Ante el, bajo aquel manto de agua constante, que no dejaba de caer a plomo sobre su cuerpo en forma de lluvia, apareció su más preciado amigo. Lapras.

El pokémon fijó su mirada un instante sobre el cuerpo arrodillado de su entrenador, que a duras penas podía moverse o respirar. Después miró con dureza a su adversario. Lapras parecía decidido a vencer, no parecía tener miedo de aquel enemigo, a pesar de que ya conocía su poder y anteriormente les había dado la posibilidad de huir.

Celsius se desplazó como pudo a la pared que tenía justo detrás, y con la mano intentó indicar a Lapras aquello que creía conveniente.

Pero el niño no parecía sentir ni un ápice de piedad, por horrible que fuese la situación, lo único que hizo fue sonreír y lanzar un movimiento aún más poderoso.

¿? - Frío Polar ~ .

Kyogre se alzó unos metros con su parte delantera, dejó caer su cuerpo, y de él una gran onda gélida se espació en dirección a Lapras y Celsius. Y a pesar de que Lapras era un gran pokémon, no puedo evitar terminar transformado en una figura de hielo de sí mismo.

Celsius se quedó congelado, no por el movimiento de su rival, si no por ver a Lapras en aquel estado, como si no hubiese vida en su interior. A los pocos segundos pudo entender porque a él no le había afectado el movimiento.

Delante del joven investigador se encontraba un Darmanitan, que desprendía un calor abrasador y había desviado por completo el movimiento.

L – Siento no haber intervenido antes... - Dijo Luso, que se encontraba al lado de aquel pokémon de fuego.

¿? - Tu también estás mal de la cabeza? No me molesta, la verdad es que parecéis bastante fuertes.

L – Cual es tu nombre, pequeño? Me gustaría saberlo antes de hundiros a tu pokémon y a ti. - Luso sonrió.

¿? - Mi madre me dijo que no hablara con desconocidos. - Le devolvió la sonrisa.

L – Entonces no hay nada más que hablar. - La expresión de su cara se volvió completamente diferente a la tan burlesca y característica que normalmente tenía.

Darmanitan dio un salto en dirección al pokémon rival, su puño se llenó de llamas, sin duda se trataba de Puño Fuego. El niño y su pokémon no parecía demasiado asustados por aquel ataque. Pero bastó un solo puñetazo para hundir de vuelta en el océano a Kyogre y a su entrenador. El golpe sonó atronador, como si se hubiese producido una explosión allí mismo. El cuerpo de Kyogre tembló unos segundos antes de hundirse.

L – No creo que vuelvan a la superficie mientras estemos aquí, se lo comunicaré al capitán.

Celsius no daba crédito de lo que acababa de pasar. Su cuerpo no aguantó más y terminó desmayándose.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 06 de Abril de 2016, 08:21:55 am
Capítulo 61: Ensayo

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Las aguas se iban apaciguando poco a poco. Realmente Kyogre no volvió a salir a la superficie, a pesar de que su enemigo era un pokémon de tipo fuego, no se atrevió a seguir peleando.

Habían pasado tres horas desde el ataque de Kyogre al Crucero Batalla. Las personas del barco estaban ya tranquilas, el barco no parecía haber sufrido daños y parecía que el espectáculo iba a seguir. Sin algunos de los participantes, pues la gran mayoría habían sufrido alguna herida, aunque fuera leve, otros habían desaparecido del barco o simplemente no querían salir de sus habitaciones.

Ya había anochecido, Celsius estaba en la enfermería del barco. Un equipo médico de primera lo atendió a él y a su equipo pokémon. Por suerte no tardaron demasiado en tratarlo y el haber tragado tanta agua no iba a ser un gran problema. Por lo demás tenía algunas contusiones, pero ningún hueso roto. Raida estaba también recuperado, pero aún no habían acabado de tratar a Lapras.
El joven investigador se había despertado, a su lado había una chica joven que parecía estar atenta a sus constantes vitales, pero realmente estaba dormida. Celsius se detuvo a observarla un rato, quizás porque era un chica hermosa o porque no le acababa de arrancar el motor del cerebro para seguir haciendo cosas.
Al recordar lo que había pasado puso una de sus manos en su cabeza, le dolía. Sus pertenencias estaban a un lado, su ropa, su piedra activadora, todo. Al volver en sí, recordó lo que había sucedido justo antes de desfallecer, y no pudo evitar preocuparse por Lapras. Así pues decidió vestirse, rezando para que su enfermera no se despertara y le viera en calzoncillos, no al menos despierto, y poder irse a ver a Lapras.

Al salir de la habitación cruzó algunos pasillos, siguiendo los carteles que le llevaban a la zona de tratamiento pokémon. La enfermera Joy del crucero lo vio, cuando entró a la sala donde se encontraban los pokémon.

J – Tu eres? - Preguntó acercándose al chico.

C – Soy Celsius, estaba peleando allí fuera contra Kyogre, mis pokémon...! - No pudo terminar la frase.

J – Si, ya se cuales son, tu Manectric esta bien, ahora traeré su pokeball, pero tendrás que esperar por Lapras.

C – Como?! Porqué?! - Dijo preocupado.

J – Sufre una congelación muy grave... Se pondrá bien, pero el proceso es algo lento...

C – De acuerdo, me sentaré aquí a esperar.

J – Claro, ve a por un café si quieres mientras. - Se marchó por una de las puertas del fondo.

Celsius decidió tomar con algunas monedas un zumo de bayas de la máquina que había cerca de las mesas. Algunos entrenadores estaban allí sentados, charlando sobre lo que había sucedido. Cuando la máquina le dio su zumo, él decidió sentarse solo. Bebió despacio, no tenía demasiada fuerza. Se quedó durante un buen rato, absorto en sus pensamientos, mientras oía como las olas balanceaban el barco. Su mente empezó a llenarse de pensamientos. Todos eran malos. Se sentía abatido, pensaba que todo iba a salir bien esta vez, que la megaevolución iba a ser la luz de la victoria y a pesar de eso fue derrotado. <Todo mi esfuerzo tirado por la borda> Pensó irónico. Raida se había descontrolado, no seguía sus ordenes y no sabía porqué. A pesar de eso le aliviaba saber que, al menos aquella vez, el niño recibió su merecido. Pero no se podía engañar, no estaba satisfecho, lo que esperaba eran resultados, no errores.

J – Aquí está Manectric. - Interrumpía la enfermera los pensamientos del chico.

C – Muchas gracias... Cuando estará bien Lapras?

J – Ven a buscarlo mañana por la mañana, hoy será mejor que tomes un descanso.

C – De acuerdo... Eso es lo que haré.

Celsius decidió seguir los consejos de Joy, subió a su habitación y se metió dentro de su cama, sin pensar nada más.


Por la mañana desayunó y fue a por su pokémon. Luso le esperaba allí, sabía que tenía que cruzarse con él.

L – Buenos días. Has dormido bien? - Sonrió.

C – Claro... Que ha pasado con el torneo? Escuché anoche que no se detuvo...

L – Oh, claro que no. Faltaban tantos contendientes que al final terminaron haciendo dos rondas más y se decidió un campeón. Tranquilo, nos lo cruzaremos en Tesselia, se ha ganado el derecho de ir a las instalaciones de PS.

J – Aquí tienes a tu Lapras. - Extendió su mano con la pokéball donde se encontraba el compañero del chico.

C – Gracias.

L – Esta tarde llegaremos a puerto. Sabes donde vamos?

C – Lo miré antes de subir al crucero... Ahora no lo recuerdo bien.

L – Ciudad Porcelana, la conoces?

C – He oído hablar mucho de esa ciudad. Es una de las más grandes y la que más en su región. A pesar de eso no tiene ningún laboratorio reconocido, pero si grandes zonas culturales y todo eso...

L – No pareces demasiado interesado. Anímate hombre! Eres un tipo de éxito!

C – Ya bueno... Como nos encontraremos con...

L – Ni idea, espero que sean ellos quienes se busquen la vida para echarnos un cable! - Se rió a carcajadas.

Celsius acabó la conversación, decidió ir a la zona donde había peleado contra Kyogre a pasar el resto del trayecto. Aún quedaban muchas horas, pero quería volver allí. Al llegar se encontró con un chico que llevaba una coleta muy larga, tenía el pelo azul. Miraba el firmamento, nostálgico. Celsius intentó evadirlo, pero al situarse delante suyo para contemplar el océano, fue el chico quien se le acercó.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 11 de Abril de 2016, 06:10:49 am
Capítulo 62: Anclado

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Celsius quería pasar a solas el tiempo que le quedaba antes de llegar a Ciudad Porcelana, pero había una persona que no lo iba a dejar.

¿? - Oye, disculpa!

C – Es a mi? - Dijo, a pesar de saber perfectamente que iba por él.

¿? - Si claro! No hay demasiada gente por aquí. - Sonrió.

C – Dime, que necesitas?

S – Si, verás. Mi nombre es Skip. Soy parte de la tripulación de este barco. - Levantó su mano izquierda para saludar.

C – Vaya, un placer. Mi nombre es Celsius. - Tomó la mano y ambos la estrecharon fuertemente.

S – Si, se tu nombre. Te he visto pelear en el torneo, también en este mismo lugar cuando apareció Kyogre.

C – Oh vaya. Que bien... - No tenía claro que decir.

S – La verdad, es que pensaba que prometías bastante, pero me di cuenta cuando peleaste contra Kyogre, que eres el tipo de persona que se tira de cabeza a las cosas sin posibilidad alguna. - Su mirada atravesó la de Celsius.

C – Como dices? Al menos yo estaba aquí fuera peleando, no vi a nadie más por aquí cuando Kyogre empezó a destrozar todo.

S – No veo nada destrozado por aquí... Dudo que sepas nada, pero te lo explicaré, este crucero se llama Crucero Batalla porque los entrenadores vienen a pelear. Todo el barco está construido para recibir impactos de lo más variopintos. Si no hay nada destrozado fue porque el equipo del barco no dejó que pasara nada y por tu amiguito el del pelo verde.

C – Si tienes algún problema conmigo dilo sin rodeos. No tengo tiempo que perder con alguien como tu.

S – Nada en contra, señor. Lo único que quiero es, una pelea.

C – Y si me niego?

S – Haz lo que quieras, a fin de cuentas, ya fuiste un héroe ayer, no? - Sonrió malicioso.

C – Pelearé entonces. No porque me provoques, si no porque quiero borrar de tu cara esa sonrisa estúpida.

S – Bien, será dos contra uno. Tus dos pokémon contra el mio. Que te parece? No es conveniente?

C – No me hace falta...

S – Esas son las condiciones, las tomas o las dejas. - Dijo interrumpiendo.

C – Vamos a ello entonces... Luego no te quejes por estar en desventaja.


Skip se puso en uno de los lados de la zona de combate en la que se encontraban, Celsius ocupó el otro lugar. El joven investigador sentía algo de miedo, por un lado por la confianza que desbordaba su rival, y por otro la desconfianza que llevaba encima durante todo el día.
Celsius sacó a Raida y Lapras a pelear, ambos pokémon se miraron, no giraron su cabeza y se mantuvieron alertas ante el inminente rival. Por su parte Skip sacó su pokémon. Era un Gyarados de un aspecto temible. Su enorme y serpenteante figura imponía respeto a sus enemigos, su mirada era feroz. Y sobretodo, una cosa llamaba la atención. Un collar enorme de metal negro, con una megapiedra en él.

C – No me digas que...!

S – Megaevoluciona!

El cuerpo de Gyarados se volvió compacto y grueso. Su ferocidad y su poder se podían respirar en el ambiente. Una enorme presión pesaba sobre los pokémon de Celsius y sobre él.

S – Que esperas? No piensas megaevolucionar a tu pokémon? - Señaló.

C – No lo necesito! Es un dos contra uno, no tengo problema! - Mintió.

El combate dio comienzo cuando uno de los referí del torneo lo dio por empezado, había llegado corriendo al enterarse de que había entrenadores a punto de combatir. Más gente se había aglomerado alrededor de la zona para ver la batalla. Todos animaban al bando que parecía estar en desventaja.

S – Gyarados, Hidrobomba.

El acuático pokémon lanzó un chorro de agua a toda presión y de un enorme caudal, que impactaba entre ambos pokémon de Celsius. Este ordenó a ambos que lo evitaran, pero los pokémon acataron la orden tarde, Lapras no se movió y Raida recibió el impacto al saltar demasiado tarde. Quedó fuera de combate en un solo golpe.

C – Raida! Vuelve! - Sonaba algo desesperado.

S – Gyarados, Danza dragón! - su pokémon empezó a tambalearse, mientras un aura roja lo rodeaba.

C – Lapras... Rayo Hielo! - El pokémon dudó, después lanzó el ataque.

Pero Gyarados se había desplazado con rapidez a un lado, evitando el movimiento congelante, que dejaba tras de sí un camino de escarcha. Sin cesar, el pokémon megaevolucionado se había colocado cerca de Lapras, en espera de la siguiente orden de su entrenador, que le ordenaba usar Triturar. Su cuerpo imbuido por el poder de su anterior movimiento, con aquella aura rojiza envolviéndole, desató un Triturar devastador sobre una de las patas de Lapras. Acto seguido mantuvo su mandíbula cerrada y lanzó por los aires al pokémon.

C – Lapras!

S – Cola Dragón!

Gyarados esperó a que el cuerpo de Lapras estuviese a punto de caer al suelo para que, con su cola llena de una energía verde intensa, golpearlo contra una de las paredes del barco.

A Celsius no le quedaba nada más. Gyarados recuperó su forma habitual y volvió a su pokéball. Skip se acercó a Celsius que acababa de guardar de nuevo a su pokémon.

S – Eres débil. - Le susurró al oído.

El muchacho no dijo nada en absoluto. Solo podía pensar que realmente aquellas palabras eran la realidad. Una realidad que no dejaba de golpearlo constantemente.

C – Cual es tu cargo aquí? Eres el campeón del torneo, verdad? Es eso no? - Dijo intentando convencerse.

S – Jajaja! Ni lo sueñes, en este torneo no había ni una sola persona que mereciera la pena, no al menos hasta el final. Soy el segundo al mando del barco, por si eso soluciona tu curiosidad. - Después de aquellas palabras, se fue.


A Celsius no le quedó otra que volver a la zona donde había un centro pokémon, para volver a curar a sus pokémon. Allí pasó el resto del viaje. Sentado en una de las mesas, escuchando como las personas a su alrededor hablaban sobre el incidente de el día anterior, del torneo y de su derrota no hacía mucho.
Aunque no quería darle muchas vueltas, no pudo evitar pensar en lo débil que se sentía, en como no era capaz de hacer nada al final. Todo el entrenamiento que había hecho con Raida se sentía como un esfuerzo inútil. Tan siquiera era capaz de saber si realmente podía controlar a su pokémon cuando megaevolucionaba. Todo ese tiempo invertido en aprender a pelear, todas esas noches preparando estrategias, nada parecía tener valor al lado de lo que luego le sucedía en la vida real. Nada.
Luso apareció al poco rato, le entregó una nota, en ella ponía:

“Alguien se ha llevado las cosas de Ertia y Kredan... No se muy bien como las recuperaremos,
no se si había algo de vital importancia entre sus pertenencias, pero ahora mismo no podemos
levantar sospechas de estar trabajando a su lado. Por cierto, he visto la pelea de hoy... Tendrás
más suerte la próxima vez.”

< Claro... Justo lo que me falla es la suerte.> Pensó, con una cara que no tenía el menor atisbo de felicidad.

C – Cuando mis pokémon estén listos, avísame, por favor, iré justo aquí fuera. - Le dijo a la enfermera.

Celsius se quedó enfrente de la sala, apoyado en una barandilla, mirando el océano. Sus ojos se apagaban poco a poco, sus ganas por seguir adelante con todo aquello se desvanecían.
Y, poco después de recoger a sus pokémon, el barco llegó a puerto.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 26 de Abril de 2016, 07:35:27 am
Capítulo 63: Embarcación


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K – Me alegra llevar de nuevo mi ropa normal. Me sentía vacío sin mis cremalleras y bolsillos!

E – Estás fatal...

K – Agradezco el cumplido. Por cierto tu Magnezone es definitivamente lo mejor!

E – Es un pokémon muy útil. Suelo dejarlo allí donde estén mis cosas. Uso un pequeño transmisor para darle ordenes. Lo mejor es que flota por el aire sin más. No importa si alguna vez ha de traer mis cosas a un volcán, la lava no sería un problema. - Se enorgulleció.

K – Vaya, vaya. Le tienes bastante cariño.

E – Para nada. Es una herramienta que se comporta tal como lo necesito.

K – Puedes decir lo que quieras, pero puedo ver los vínculos que os unen.

E – Entonces si que...!

K – No. La forma en la que hablas sobre tu pokémon, la expresión de tu rostro y tus ojos lo dice todo. No necesito nada más.

¿? - Oye! De que habláis allí abajo! - Gritó una chica de unos treinta.

K – Hablabamos de lo mucho que Ertia quiere a sus pokémon!

E – En absoluto! Detén esto, no es gracioso... No escuches las palabras de un don Nadie como él, Ania.

A – Jajaja! Como sea, porqué no subís a hacerme compañía? Aún nos queda un buen tramo para llegar a Ciudad Porcelana.


Ertia y Kredan subieron a la planta superior de la embarcación. Era un pequeño barco de pesca, algo viejo y con algunas zonas llenas de óxido. Pero su capitana y única tripulante era una mujer de lo más vivaracha. Ania llevaba desde su más tierna infancia navegando a lomos de aquel barco y sabía bien como manejar la situación.
Los dos chicos se habían cruzado en su vida cuando el Noivern de Kredan necesitaba descansar y su barco era el único punto donde aterrizar. A pesar de que Ania lo ignoraba, los dos jóvenes habían escapado del crucero batalla tras una persecución, Noivern los cargó pero llevaba demasiado tiempo volando y llevar a dos personas a la vez suponía un esfuerzo demasiado grande para él.

A – Ahora se os ve mucho más normales! Antes ibais vestidos de señoritos! Jajaja!

K – Si. No olvides nunca tu ropa después de ir a alquilar un traje. Es una gran lección.

E – Oye Ania. Que se supone exactamente que haces con tu barco? Nos dijiste que eras pescadora... Pero no se muy bien que sentido tiene que te pongas a pescar pokémon...

K – No sabes nada del mundo?

E – Contigo no necesito hablar. Gracias. - Kredan se calló, bastante molesto.

A – Madre mía, que fría eres hija del señor! Jajaja! Lo que hago como pescadora es ir a por pokémon acuáticos y los vendo a entrenadores que no pueden permitirse ir a buscarlos en medio del océano. - No apartaba la mirada del horizonte.

E – Entiendo. Podría ver alguno de ellos? Quizás alguno pueda ser de utilidad en el futuro... - Dijo con la mano en la barbilla.

K – Claro, enséñanos alguno!

A – Claro. Parece que desde hace bastante el agua se ha calmado. Me preocupa un poco que pueda pasar lo mismo que el otro día. Que oleajes!


Ania llevó a los chicos al tanque de almacenamiento que se encontraba en la parte posterior del barco. Tenía una zona enorme, con un cristal gigantesco blindado. Dentro había pokémon de todo tipo. Tentacruel, Tentacool, Gyarados, Magikarp, algún Crawdaunt, un Milotic, y un Wailmer.

K – No sería peligroso que Wailmer evolucionara ahora...?

A – Tranquilo, el agua lleva polvo de Piedra Eterna. Ningún pokémon evoluciona dentro del tan   que, sería demasiado peligroso! Lo que ha entrado ha de salir, tal cual. Por cierto Ertia, hay alguno de tu interés?

E – Ninguno. Todos son pokémon mediocres...

<Supongo que tener esos ojos te hace algo más selectivo...> Pensó Kredan, con una leve sonrisa.

K – A mi me encantan los pokémon con pinzas! Como Carwdaunt!

A – Jajaja, no pareces el tipo de persona que usaría pokémon de ese estilo! La verdad es que son pokémon raros de atrapar en el océano, suelen estar más cerca de los ríos. Lo que significa que si han llegado a acomodar su hábitat en el océano son bastante fuertes! Los venderé bien caros! Quieres uno tu?

K – Creo que paso... No tengo demasiado dinero...

A – Bueno, hacer lo que os de la gana. Voy a ir al timón, que dentro de poco estaremos cerca de puerto y tengo que estar más pendiente!

K – Gracias! Ertia porqué no vienes conmigo a ver a Noivern?

E – Claro.

A – No hagáis manitas eh! Si yo no tengo amor, nadie lo tendrá en mi barco! Jaja.

Ertia y Kredan fueron a la parte de atrás del barco, allí estaba Noivern, llevaba unos días descansando y estaba completamente recuperado. El hermano de su dueña lo acarició como solía hacerlo. Pero no había ido hasta allí para que Ertia viera a Noivern. Quería hablar sobre algunas cosas con su compañera.

K – Dime... Que opinas de este pokémon?

E – Es un Noivern muy bien cuidado. Estadísticamente hablando esta muy por encima de uno normal. Roza la perfección de los de su especie. Ya me contaste que es el pokémon de tu hermana, y que la secuestraron... Pero aún no me has contado que clase de “poder” tenía tu hermana.

K – Bueno, es algo extraño, y suena increíble, pero mi hermana se fusionaba con Noivern.

Ertia se quedó muda durante unos instantes. Como si la información hubiese entrado en su cabeza y estuviese dando vueltas para procesar bien lo que había oído.

E – Que se fusiona? A que te refieres? No lo entiendo...

K – Pues bueno. Te lo explicaré con más detalle. La cosa es, que mi hermana tenía la capacidad de extraer de su cuerpo la energía que tenemos dentro, con ella “agarraba” la energía de Noivern, que se volvía un ser completamente incorpóreo, como cuando entra en la pokéball, pero todo más espectacular.

E – Que más?

K – La energía de mi hermana agarraba la de Noivern y la atraía dentro de su cuerpo, que se empezaba a convertir en algo más parecido en un híbrido entre ser humano y pokémon. Sus pies se volvían garras, su piel al completo se ennegrecía, las manos también se volvían más similares a garras. Sobre su nariz estaba la V roja que tiene Noivern, sus orejas se volvían grandes y tenían el dibujo de las de Noivern. Su boca se convertía en las fauces del pokémon y sus ojos se volvían amarillos. Le salía una cola como la de Noivern y de la espalda dos enormes Alas Negras.

E – De verdad?!

K – Oh si! Y su cabello se volvía blanco, como la melena que tiene Noivern aquí. - Señaló acariciando al pokémon, al que parecía encantarle.

E – Es realmente difícil creer todo eso... Pero, si ella podía hacerlo, tu deberías ser capaz de hacer lo mismo...

K – En absoluto.

E – Sois hermanos, debería ser de la misma forma. - Dijo, casi como si ella tuviera la razón.

K – No tenemos la misma capacidad. Te lo puedo asegurar.

E – Tenéis padres diferentes?

K – No. Nuestros padres son los mismos. Es más, ambos nos parecemos bastante y tenemos más similitudes con nuestro padre que con nuestra madre.

E – Pero entonces. Como puede ser. Por lo que dices, ella tenía que activar esa capacidad especial. Quizás simplemente no sabes como hacerlo. Yo por ejemplo al principio no podía controlar lo que veía y lo que no. Ahora tengo absoluto control sobre mi poder. Quizás es eso.

K – Lo dudo.

E – Pero... Tenemos compañeros en nuestro grupo, son hermanos y hermanas. Y tienen los mismos poderes. Exactamente iguales... No puede ser que tu seas una persona normal y corriente.

K – No lo soy. Pero no puedo hacer lo mismo que mi hermana... Mi hermana me intentó enseñar a hacer la “simbiosis” igual que ella la hacía. Pero siempre que lo intentaba, cada vez que intentaba unirme a Noivern, acababa convertido en un despojo de la naturaleza.

E – Eso quiere decir... Tu también tienes la habilidad! Pero no puedes usarla bien por algún motivo...

K – Desde pequeño intenté hacerlo y por culpa de eso mi cuerpo acabó pagando un precio alto. Mis músculos y huesos se deterioraron. Ahora tengo dolores constantes, no muy graves, excepto cuando hago mucho esfuerzo.

E – Pero... No entiendo porqué tu no podrías. Y si lo haces mal, no se.

K – No se porqué insistes tanto. Pero no puedo hacerlo, ni quiero, el dolor es horrible, perder tu cuerpo... volverte un monstruo... No quiero volver a probarlo. Simplemente no puedo y ya está.

E – De acuerdo. - Ertia se marchó, más seria de lo normal.


Las horas pasaron, el cielo se oscurecía y a lo lejos se podía observar ya la artificial luz de Ciudad Porcelana, que se alzaba iluminada aún cuando el cielo se apagaba. Kredan y Ertia no habían vuelto a hablar después de aquello. Ni siquiera cruzaron sus miradas en todo el trayecto, pero Ertia se había quedado observando al chico todo el trayecto. Algo no le terminaba de cuadrar, había algo en todo aquello que no entraba dentro de su cabeza lógica. Ania era la única que hacía que ambos hablaran dentro de la misma conversación.

A – Mirad chicos! Ya estamos llegando. Espero que disfrutéis de la gran ciudad. En cuanto lleguemos nos tendremos que separar. A mi me queda un largo día de trabajo por delante, hasta mañana por la mañana, seguro que encontraréis algún hotel donde hospedaros. Jaja

Y así fue, como casi a la media noche los dos jóvenes llegaron a Ciudad Porcelana. El lugar donde se debían encontrar con sus otros dos compañeros.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 13 de Junio de 2016, 07:36:11 am
Capítulo 64: Nuevas Metas

Spoiler: mostrar

Ciudad Porcelana era el brillo que iluminaba la oscuridad de la noche, una luz que no se apagaba, fuese la hora que fuera. Las calles, como las venas de un ser humano, estaban llenas del flujo constante de personas. El ritmo de vida era incluso más ajetreado que en Malvalona. Si por algo era famosa era por la capacidad de poder vivir la vida las 24 horas del día. En un mundo en que las personas no necesitaran dormir aquella sería la ciudad ideal. Personas, pokémon, coches, nada se detenía allí. Sus muchas galerías de arte permanecían abiertas cada minuto del año, alguna incluso organizaban distintas exposiciones en la mañana y en la noche. Un hilo musical diferente definía cada calle, hilado por distintos artistas, algunos junto a sus pokémon, dando personalidades distintas a calles que se cruzaban entre sí.

Y a pesar de aquel ritmo, de aquella vida, había alguien que parecía estar parado en el tiempo. Se trataba de un joven y derrotado genio de la investigación marítima pokémon, Celsius.
El muchacho andaba al lado de Luso como si de su sombra se tratase. Sus ojos se mantenían agachados, sin luz, llenos de desilusión. Totalmente al contrario de su compañero, que parecía treméndamente excitado por el hecho de haber obtenido información jugosa del grupo al que debía investigar. Luso tenía en mente un lugar concreto al que ir, una exposición donde hablaban de los pokémon de tipo Bicho. Sabía que si esperaba por allí dando una vuelta se acabaría encontrando con la persona que necesitaba.

A las pocas horas, una joven con una coleta y un chico de cabello largo entraron por la puerta. Se trataba nada más y nada menos que de Ertia y Kredan. Luso sabía a la perfección que llegarían a ese edificio. Los cuatro salieron discretamente sin demasiados rodeos. En un pequeño parque por el centro de la ciudad entablaron la conversación que tanto esperaban.


E – Supongo que ha sido cosa tuya, no es así, Luso?

L – Obviamente! Y ha salido redondo. Aunque lo que os he de contar es un tanto rebuscado, así que mejor vayamos a hospedarnos a algún lado.

K – Oye Celsius, estás bien? - Denotó fácilmente que su amigo no estaba muy animado.

C – Claro... - No dijo nada más, simplemente se marcharon todos a un hotel.

Encontraron, un poco apartado del bullicio de la gran ciudad, un buen lugar donde quedarse. Aquella vez pidieron dos habitaciones dobles. Luso y Ertia volverían a ir juntos y Kredan volvería a estar con Celsius.
Los miembros del equipo se reunieron en una de las habitaciones y decidieron charlar sobre lo ocurrido en el Crucero. Luso les explicó a todos que el crucero entero lo organizaba Power Savers, con el fin de encontrar a clientes potenciales. También les explicó que por aquel motivo decidió delatar a Kredan y Ertia, manteniendo a Celsius como investigador a su lado. Aprovechó para explicarles lo sucedido durante el torneo, el enfrentamiento con Kyogre.

K – Eso explica las turbulencias tan graves que vivimos en el barco pesquero...! Ese niño... Hay algo en el que me perturba! - Parecía algo afectado, pero mucho menos que anteriormente.

L – Lo último que hice fue engañar a PS. Les dije que, cuando os encontráramos os mentiríamos, y que os contaríamos que a nosotros también nos estuvieron persiguiendo pero pudimos huír. Les prometí que os metería de lleno en su base para que os capturasen y hicieran con vosotros lo que quisieran.

K – Esta bien, eso nos asegura llegar a su base, que esta...?

L – En Ciudad Caolín.

E – Que extraño, tengo entendido que no queda demasiado que ver en esa ciudad...

L – Lo cierto es que, por alguna razón han conseguido que esa ciudad conocida como la ciudad intemporal, se vuelva un lugar de ocio para los entrenadores... En cualquier caso hemos de verlo con nuestros propios ojos.

K – Entonces, mañana ponemos rumbo a Ciudad Caolín?

L – No tan rápido melenas, no pareces conocer demasiado esta región.

E – Tan ingenuo como de costumbre...

K – Hace apenas unas horas no sabías lo que hacían los pescadores... - Dejó caer.

L – El centro de Tesselia es conocido por una cosa concreta. Se dice que es un “Nexo”.

K – Que se supone que es eso?

E – Un Nexo es un lugar que pertenece a una dimensión diferente, o algo por el estilo. Muchos científicos lo han intentado estudiar, pero lo más que se logró en su época dorada fue extraer de él pokémon que habían soñado algunos niños. He oído que algunos mostraban características especiales como movimientos y habilidades que no deberían conocer esos pokémon. - Se le veía un poco emocionada.

L – El caso... es que no podemos pasar a través de la región, hay que rodear por completo y si te paras a pensar mi excusa no tendría sentido si llegamos al día siguiente a su laboratorio...

K – Es cierto, sería raro...

L – Nos dividiremos de nuevo como hasta ahora. Kredan y Celsius, os iréis juntos, quiero que tardéis por lo menos un par de semanas en llegar. Ertia y yo tardaremos un poco menos, tomando diferentes rutas, como si hubiésemos dedicado medio mes aproximadamente en encontrar su centro de mando.

E – Me parece bien, prefiero tener a alguien como tu a mi lado.

K – Yo sin duda aprecio la compañía de un amigo. No es así Celsius? - Levantó su mano esperando que su fiel compañero la chocara.

C – Yo paso. No pienso ir a ningún lado.

L – Como dices? - Puso su mano en el bolsillo.

C – Que no pienso hacer lo que digas. Estoy harto de esto. Volveré a Hoenn en el próximo barco que vaya, no quiero seguir haciendo el imbécil, poniendo en peligro mi vida. Bastante tengo con mi profesión como para preocuparme de una mafia.

Kredan lo miró fijamente. Miró la cara de su amigo, recordó las palabras sobre aquello que había sucedido en el Crucero. Recordó lo que les sucedió prácticamente al conocerse. Aquella experiencia cuando fueron brutalmente derrotados en medio del océano.

K – Nos vamos. Si queréis algo ya tenéis mi contacto en vuestros dispositivos.

Agarró a Celsius y se marcharon a su habitación.

Al llegar Celsius no dudó en ir a sentarse en su cama. Kredan se sentó a su lado.

K – Celsius... - Puso una mano sobre su hombro.

C – No tengo ganas de seguir, sinceramente. No creo que valga para esto. No se me dan bien los combates. Que voy a hacer en un percal como la base de unos tíos que se dedican a vender pokémon modificados. Deben tener armas, no creo que duden en matar a personas...

K – Ríndete entonces. Aunque lo hagas, yo iré hasta allí. Si personas como esas tienen a mi hermana, por que se yo que motivo, entonces iré. Aunque solo haya un uno por ciento de probabilidades de salir con vida. Jamás le pediría a un amigo que pusiera su vida en juego por algo que deseo yo. Jamás.

C – Lo se... - Iba a seguir hablando pero su amigo le cortó.

K – Pero por favor, no digas que no sirves para nada. Si lo dejas, hazlo porque tienes miedo, porque no quieres arriesgarte. Pero no lo hagas porque crees que no eres capaz de hacer nada.

C – Ya lo has oído no?! No he dejado de perder, Raida ni siquiera me miró a los ojos cuando megaevolucionó! Y Lapras... lo quiero mucho, pero no creo que sirva para pelear...

K – No todo el mundo es capaz de soportar una responsabilidad tan grande como la de aprender de las derrotas. Lo que tienes ante ti ahora mismo, Celsius, es un montón de posibilidades. Tienes un libro entero, lleno hasta reventar de páginas en blanco y las páginas en blanco dan miedo. Dan mucho miedo... Por eso, has de estar preparado para escribir en ellas.

C – Deja las parafernalias. Soy un paquete y no hay nada más.

K – Entonces, consideras que los campeones de liga simplemente capturaron a sus pokémon y se proclamaron campeones sin más, no? Crees que no les derrotaron jamás. Que nunca han probado el sabor de la derrota.

C – No digo eso... Es solo que...

K – Es exactamente lo que pretendes. No hace nada que te has planteado ver este mundo como algo más que ruinas que explorar. Hasta hace poco, tu pokémon Lapras solo era un medio de transporte.

C – Y un amigo!

K – Te has parado a pensar en cuantas veces lo has sacado de la pokéball desde que tienes a Raida?!

Celsius se detuvo por un instante. Rebobinó sus recuerdos y se dio cuenta de que, desde que había capturado a Raida, había dado de lado por completo a Lapras.

K – Dime, confiarías en mi palabra incluso si te encierro en una habitación durante meses sin decirte nada? Además justo después de conocer a alguien nuevo?

Las palabras de Kredan golpeaban no solo los tímpanos de aquel investigador, si no también su cerebro. Quizá incluso iban más allá, pues Celsius sintió como todas aquellas palabras golpeaban su pecho. Resonaban en su alma, en su interior, como si todo ese tiempo hubiese estado ciego, y de repente alguien hubiese encendido una pequeña cerilla.

C – Tienes razón... Lapras... En que momento he dejado de verlo como un amigo? Como he podido dejar de lado a mi mejor amigo... Hemos pasado tanto tiempo juntos, y yo lo he encerrado, sin más, solo porque me había cegado mi investigación.

K – Es normal que a Lapras le costara reaccionar durante una batalla con todo el tiempo que llevaba dentro de su pokéball... El tema de Raida, es probable que recaiga más peso en ti de lo que crees...

C – A que te refieres? - Su voz sonaba calmada y expectante.

K – Pokémon y entrenador, quieras o no, durante un combate tu depositas tu confianza en sus capacidades, y ellos han de hacer lo mismo contigo.

C – Es lógico.

K – Hay una ley no escrita, habla sobre el balance de poder entre pokémon y entrenador. Dice algo así como: “ Un pokémon poderoso creerá más en su juicio que en el de su entrenador”. Mi padre siempre me decía algo parecido. Básicamente, tu pokémon sigue tus ordenes porque cree que eres tan fuerte o más que él.

C – Pero no quiero ser un tirano.

K – No te equivoques, no se trata de imponer tus ideales. Se trata de hacer que tus ideales merezcan tanto la pena como para seguirlos. Entre personas pasa lo mismo, el fuerte tiende a menospreciar la opinión del débil. Pero alguien que inspira confianza suele tener a muchas personas que le siguen sin necesidad de cuestionar su fuerza.

C – Quieres decir que Raida consideró que yo no estaba a la altura de su poder?

K – Exactamente eso. Sabes, mi padre me dijo que hace tiempo los entrenadores les demostraban su poder a sus pokémon obteniendo medallas. Con el tiempo obviamente se demostró lo innecesario que era.

C – Igualmente... - Dudó.

K – Como te he dicho, no necesito que vengas conmigo a ningún lado, simplemente no quiero que menosprecies tu potencial. Estoy seguro de que serías capaz de cosas increíbles si dedicaras más tiempo a entrenar. Obviamente no es tu trabajo. Pero cuando vuelvas a Hoenn no olvides lo que te he dicho.

C – Claro... Supongo que cuando vuelva me dedicaré a perfilar mis habilidades. Así lograré investigar la megaevolución con información más fiel.

K – Me alegra oír eso, ahora descansemos. Mañana nos espera un día duro.

Celsius se quedó perplejo. Otras veces Kredan se había comportado más ansioso con el tema de descubrir quien se llevó a su hermana y apreció su ayuda. Pero parecía diferente. La persona con la que había hablado aquella noche no parecía la misma, y a pesar de llevar pocos días separados daba la sensación de que habían pasado meses desde la última vez que se vieron.

Cuando Kredan se durmió, él decidió salir de la habitación, y subió a la terraza del hotel. Al salir había algunas personas, sobretodo parejas expresando su amor. Pero tuvo la oportunidad de encontrar un pequeño rincón algo más apartado. Se asomó, reposando sus brazos sobre la barandilla de metal, observando la luz que emitía la ciudad. Llevaba horas allí, pero era complicado acostumbrarse a aquel lugar. Era como si la ciudad no pudiese descansar. Por alguna razón, se le metió una idea en la cabeza.

Al cabo de unos cuantos minutos bajó a su habitación, despertó a su amigo y le hizo subir a la terraza.

K – Dios mio, que quieres? Son las 4 de la mañana... - Sus ojos entreabiertos aún no percibían nada extraño.

En unos segundos cayó. La ciudad se había quedado completamente sin luz. La oscuridad inundaba el lugar. Miles de negocios iban a perder dinero, incluso se habían producido algunos incidentes menores en las carreteras. Pero extrañamente el ambiente se sentía mucho mejor que hacía un rato.

K – Que ha pasado? - Aún se quitaba legañas de los ojos.

C – Digamos que alguien ha provocado un cortocircuito...

K – Que has hecho que!

C – Baja la voz desgraciado! Que me decapitarán si me descubren!

K – Se puede saber por que has hecho eso? - Susurró.

C – La verdad, tenía la sensación de que la ciudad necesitaba descansar. Dudo que consigan arreglar el desastre antes del amanecer. Así que digamos que, durante unas horas, la ciudad podrá dormir.

Kredan miró al cielo, la sombra de Noivern se acercaba a través de las estrellas, bajo la única luz de la noche, la de la Luna. Respiró profundamente y sonrió.

K – La verdad es que siento como si ahora pudiese descansar por un largo tiempo. - Suspiró.

C – Verdad?

El silencio se hizo durante unos instantes. Tan solo se oía el aleteo de Noivern que parecía feliz de estar en medio de aquella oscura ciudad, donde no tenía que ocultarse. Celsius miró a Kredan. Se quedó unos segundo observando a la persona que tenía delante. Inevitablemente recordó el día en que se conocieron. La noche era tan negra como aquella y la luna tan brillante. Aunque su primer contacto duró unos segundos, antes de que él cayera inconsciente, fue uno de los momentos más importantes de su vida hasta el momento.

C – Sabes, he estado dando vueltas a lo que me has dicho.

K – Vas a venir conmigo, verdad? - Se giró con una sonrisa.

C – Me preocupa que te pase algo allí, y no soy el tipo de persona que abandonaría a un amigo sabiendo que se va de cabeza al peligro.

K – Lo se. - Volvió a observar al pokémon de su hermana.

C – También creo que puedo llegar a hacer más de lo que he hecho hasta ahora. A pesar de que siento que ya he vivido una situación similar a esta... creo que es algo que ha de suceder.

K – Caer para poder levantarte más fuerte, no?

C – Exacto! Si me he caído cien veces para conseguir algo, solo significa que lo que consiga tendrá un mayor valor. - Levantó su mano.

K – De aquí en adelante las cosas van a ir de mal en peor. Lo sabes, no? Aunque intente no decirlo, necesito tu fuerza. No solo porque estoy seguro de que te volverás un entrenador excelente y que tienes un pokémon que puede megaevolucionar, si no porque eres mi amigo, y tu apoyo es tan importante como tu fuerza en sí misma. - Levantó su mano.

Los dos chocaron sus manos y acto seguido, sin pensar, cerraron sus puños y los chocaron.

La noche siguió durante escasas dos horas y media. A las seis y media el Sol había salido para iluminar la ajetreada vida de todo el mundo. Los chicos fueron al restaurante del hotel para desayunar, allí se cruzaron a Luso y Ertia.

K – Nos vamos. Saldremos hoy en dirección Ciudad Mayólica.

E – Perfecto. Nosotros nos quedaremos por aquí un tiempo más. Tengo interés por algunos museos de los alrededores. Total, sabiendo donde hay que ir no hay problema en disfrutar de unas cortas vacaciones.

L – Exacto. Por lo que veo al final has convencido al joven genio investigador para que siga con esta locura, no es así, Celsius?

C – No soy ningún genio. Soy una persona igual que tu, con mis debilidades y mis fortalezas. Y estás loco si crees que voy a abandonar a mi amigo a su suerte con un enfermo mental como tu.

L – Uuuuuh, eso me ha dolido amigo, aunque tenga el pelo verde tengo sentimientos. - Sonrió.

K – Nos vemos dentro de medio mes en Ciudad Caolín. - Se levantó, junto a su amigo.

E – Oye Kredan... - Dudó.

K – Dime.

E – Nada, déjalo. Intenta parecer importante cuando vayas por ahí.

K – Tu intenta mentir menos. - Se marchó para evitar obtener una regañina.


Celsius y Kredan se dirigían a Ciudad Mayólica. Con esperanzas y una determinación renovada. Los dos jóvenes estaban dispuestos a dar todo lo que tenían para alcanzar sus metas. Aún cuando sus piernas temblaran, ambos se mantendrían firmes.



Mientras tanto, en una pequeña isla, fuera de los mapas del mundo, una chica peleaba por sus sueños, bajo la atenta mirada de su maestra.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 21 de Junio de 2016, 05:51:46 am
Capítulo 65: Mirada


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En medio del océano, prácticamente en ningún lugar, se encontraba una pequeña isla, sin nombre, abandonada a su suerte. A pesar de su trágico destino aquella isla albergaba una gran cantidad de vida. Plantas enormes, palmeras, flores exóticas, frutos que normalmente no se encuentran juntos y sobretodo Pokémon. Y en sobre aquella inhóspita localidad, volando, se encontraba un mujer mayor, de pelo castaño, pero cano. Su metálico pokémon la mantenía sin peligro, surcando los caminos que el viento les daba. Su mirada parecía clavada en un ser que se movía por el suelo. Concretamente en una joven. Aquella chica llevaba allí varios días. Su cuerpo había ganado musculatura, perdido peso y aprendido de aquel entorno. Sus movimientos se asemejaban a los de una bestia, una criatura capaz de asesinar por obtener comida. Sus ropas estaban harapientas, rotas, como trapos sucios.

Ella lo ignoraba, pero aquel día iba a ser el gran día. Estaba a punto de conseguir el objetivo por el cual estaba allí. Y aún sin saberlo, su cuerpo lo podía intuir. Se sentía mucho más energética que otros días, sus sentidos más agudos, se sentía más viva de lo habitual.

Llevaba tanto tiempo allí que ni siquiera podía saber cuanto había pasado desde la última vez que dormió en una cama normal.
Su día a día se basaba tan solo en sobrevivir en aquel entorno, se defendía de las adversidades usando el ingenio, había construido una casa con la ayuda del entorno y tomaba de éste su fruto para alimentarse. Los pokémon que vivían allí eran de lo más variopintos. Algunos agresivos, territoriales, protectores. Otros pacíficos, tranquilos e incluso colaborativos. Entabló amistad con algunos de ellos pero tan solo con el fin de sobrevivir.

Al ir en busca de un bocado para empezar el día con buen pie se cruzó con un pokémon que jamás había visto. Su cuerpo humanoide bañado en colores metalizados de tonos negros, rojos, blancos y negros le dejaron embelesada. Por unos instantes olvidó que estaba perdida en aquel lugar.
Antes de poder actuar el pokémon se desplomó, quedando completamente inconsciente. La jovencita de apenas 16 años corrió, sin pensar, para ayudarlo. Su cuerpo pesaba aproximadamente setenta quilos, anteriormente no hubiese podido moverlo con facilidad, pero después de tanto tiempo allí, pudo arrastrar el cuerpo hasta el lugar donde había montado su base. No era el mejor lugar del mundo, pero se podía descansar sin demasiada dificultad.

A las pocas horas el pokémon recobró el conocimiento. Se sorprendió y dio un salto al ver a aquella chica. Puso uno de sus brazos cubriendo su pecho, sacando una afilada y blanca cuchilla.

Cln – Tranquilízate, no te voy a hacer nada. - Tendió su mano, tenía unas pocas bayas.

El pokémon no se atrevía a acercarse. Cuando pudo darse cuenta vio como todo su brazo izquierdo estaba lleno de algún tipo de hojas. Se puso nervioso y no dudó en cortarlas usando su otro brazo. Pero para su horror la cuchilla de su brazo izquierdo estaba completamente rota. Tan solo quedaba un pequeño fragmento de la base. Al ver la reacción del pokémon la chica decidió acercarse poco a poco.

Cln – ¿Dime, te duele? - Seguía andando poco a poco hacia el.

El pokémon la miró, sus ojos eran tan afilados como la mayoría de su cuerpo. Y al mirar, encontró una bondad que durante toda su vida jamás había imaginado. Aquel ser humano que estaba delante suyo, lleno de heridas, con la ropa destrozada y con aspecto de tener hambre le miraba a él, directamente como nadie nunca le había mirado. Se acercó poco a poco a ella y el miedo iba desapareciendo. El pokémon puso su brazo herido por delante, el otro lo había dejado relajado.
Emitió un gruñido, intentando comunicar su dolor con aquella chica.

Cln – Tranquilo, te volveré a curar. Ya se que te duele, pero pronto estarás mejor, ya verás. - Sonrió.

Los ojos de aquel pokémon se abrieron, observaban como aquella persona, que se veía tan débil, le curaba. Pudo fijarse en el cuerpo de la joven, mostraba cortes, probablemente provocados al transportar su cuerpo lleno de filos. Al terminar las curas el pokémon quiso agradecérselo. De nuevo emitió sus característicos sonidos.

Cln – Jaja. No tienes que darme las gracias. Todos por aquí nos intentamos ayudar. Aunque hay algunos pokémon un tanto gruñones. Aunque sabes... - Se detuvo por un momento.

El pokémon se acercó, le abrazó, intentando no cortar su piel. La chica se abrazó más fuerte, aún cuando su cuerpo iba a resultar herido.

Cln – La verdad es que no se que hago aquí. Quiero ver a Kredan, quiero volver a casa, quiero que todo vuelva a ser normal. - Lloró desconsolada.

Celine se mantenía abrazada al pokémon, con fuerza. Sus lágrimas mojaban el cuerpo metálico de Bisharp. Y sin tan siquiera saberlo, se formó entre ellos un vínculo tan poderoso y resistente como el metal que cubría el cuerpo del pokémon. Un lazo inquebrantable.

Festa descendió del cielo junto a su Skarmory. Llegó rápidamente al lugar donde se encontraba Celine.
Bisharp se puso en guardia, delante de su nueva amiga.

F – Por fin lo has hecho. Me alegra ver que al final has sido capaz de forjar un lazo con uno de los pokémon de esta isla.

Cln - ¿A que te refieres? - Se limpió las lágrimas mientras se colocaba al lado de su pokémon.

F – Este lugar no existe en los mapas. Lo descubrí en mi juventud. Probablemente se trate de un Nexo pokémon, los pokémon que viven aquí nacen como por arte de magia. Pero no le des muchas vueltas a eso.

Cln – ¿Quieres decir que mi prueba era formar un vínculo con uno de los pokémon de aquí?

F – Eso es. Vivir aquí iba a cambiar tu forma de ver el entorno, lo cual es muy importante para cualquier ranger. Además has demostrado conocimientos sobre la naturaleza que te has cruzado. Has sanado heridos y hasta has estrechado vínculos con muchos de los pokémon que hay en la isla. Te he visto conseguir tus metas con la ayuda de algunos pokémon. Te he visto equilibrar el medio en el que vivías. Y por fin has obtenido a un compañero de viaje.

Cln – Yo... Agradezco la experiencia. Aunque siento que hubiese sido mejor si me hubieses dicho cuales eran los objetivos. Ya sabes, dejarte de rodeos...

F – Si te lo hubiese dicho los hubieses cumplido como si de ir a comprar se tratase. La finalidad de todo esto es que aprendas a llegar a objetivos sin que estén marcados. La versatilidad es lo primero cuando enfrentas catástrofes naturales.

Cln – Ya veo... Muchas gracias... Ahora solo nos queda salir de aquí...

F – De eso me encargaré yo. - Usó el silbato que siempre llevaba colgado.

De repente un montón de pokémon voladores salieron de la isla. Festa le entregó una ultraball a Celine para que atrapara a Bisharp, que se dejó capturar fácilmente.
Y montadas sobre Skarmory y Pelipper las dos abandonaron aquel lugar sin nombre. Celine estaba contenta, por poder salir de allí, por tener el reconocimiento de su maestra como Ranger pokémon y por el nuevo amigo que había hecho.


< Me pregunto si de verdad esta es una buena idea... No creo que se haya dado cuenta del todo de en que clase de persona es ahora, pero esto es todo lo que puedo hacer por ella. Ahora queda en sus manos crecer por el camino que desee...> Pensó Festa.

Había sido un gran día para Celine y también lo estaba siendo para Kredan y Celsius, que ya habían partido en dirección Ciudad Mayólica.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 14 de Agosto de 2016, 10:23:34 pm
Capítulo 66: La gran Mayólica

Spoiler: mostrar

Gracias a Noivern el trayecto hasta ciudad Mayólica duró a penas una hora. Y prácticamente al salir de la ciudad volando ya habían visto la grandiosa noria que tenía la ciudad. Eso y una increíble montaña rusa. A pesar de lo divertido que pudiera resultar para mucha gente, ni Celsius ni Kredan tenían la más mínima intención de montar en cualquiera de aquellos artilugios gigantescos.

Ciudad Mayólica era un lugar enorme, lleno de atracciones turísticas. A medida que habían pasado los años la ciudad había tomado un rumbo directo al ocio y el turismo. Miles de personas de todo el mundo pasaban por allí a mediados de verano para disfrutar de sus merecidas vacaciones. Por suerte para los chicos el verano a penas había comenzado y no había ni una diez por ciento de las personas que normalmente habrían.

C – La verdad es que esto se sale bastante de lo que conozco... Y eso que en Malvalona hay bastante gente de fuera.

K – Ciertamente, es un ambiente como de fiesta constante.


Lo primero que hicieron fue encontrar un lugar donde hospedarse. No fue difícil, pues los hoteles tenían muy buenos precios aún. Fueron a ver su habitación y después salieron a dar una vuelta. Tenían que rellenar el tiempo de medio mes hasta llegar al otro extremo de la región. Así pues, y con esa idea en mente Kredan decidió preguntar en algunos locales para trabajar como conocedor pokémon. Quería dedicar al menos tres días a ello. Celsius por su parte pensó en dar una vuelta por la ciudad, investigar un poco sobre los orígenes del lugar y sobre como el tiempo lo había cambiado.

Al final del día Kredan ya había encontrado un lugar donde trabajar unos días para ganar algo de dinero y Celsius había encontrado algunos lugares a los que quería visitar, entre ellos el aclamado gimnasio de ciudad Mayólica. Al día siguiente Kredan fue a trabajar temprano y Celsius se tomó el día con más tranquilidad.

C – Veamos, el gimnasio lleva años en el parque de atracciones... ¿En serio? En fin, no me queda más que pagar la entrada.

Al llegar al parque de atracciones Celsius pudo ver en una gran pancarta los precios de las entradas. La mayoría desorbitadas, con suplementos para mejorar la experiencia y tener prioridades sobre las personas que habían pagado menos. Entre esas ofertas había una en concreto que le resultó útil.


C - “Visita al Gimnasio”, esa es la opción que he de escoger.


Se trataba de una entrada a un precio muy reducido. Al pagar al chico le pusieron un sello en la mano izquierda, la forma y el color eran las que definían el tipo de entrada que había pagado el visitante.

El ambiente era de lo más pintoresco, lleno de gente disfrazada de pokémon, padres e hijos juntos pasando el día, entrenadores y sus pokémon disfrutando de las atracciones, grupos escolares y una constante música más parecida a la de un circo que a la de un parque de atracciones, sonando de fondo. Detrás de la grandiosa noria que se podía ver desde el cielo de casi cualquier punto de la región, se encontraba el pequeño gimnasio.

El edificio desentonaba a pesar de tener semejante armatoste delante. Aunque destacaba concretamente por ser un edificio bastante destartalado. El diseño parecía futurista, pero el óxido lo hacía parecer más bien el almacén del bedel.


C – Que extraño... Quizás la temática de dentro sea como la de una mansión encantada... - Pensó, con algo de miedo, pues no llevaba muy bien ese tipo de cosas.


Sin más preámbulos, Celsius se dirigió al edificio, esquivando las enormes patas de la noria.
Abrió la puerta y no encontró nada que asustara realmente. Tan solo un pasillo con luces de neón, la mayoría apagadas. Todo estaba lleno de polvo, como si no hubiese pasado nadie por allí en años.
Atravesó algunas puertas y llegó al campo de batalla, donde no encontró a nadie.


C - ¿¡Hay alguien aquí!? - Gritó, esperando la respuesta del líder de gimnasio.


Al poco rato una mujer anciana apareció saliendo de una de las puertas laterales del campo. Detrás y llevando la silla de ruedas de la mujer había otra mujer bastante mayor, algo menos que la que iba sentada en la silla.


¿? - ¿ Dime hijo, que quieres? - Dijo la mujer de la silla de ruedas.


C – Mi nombre es Celsius y venía para hablar con el líder de gimnasio en funciones.


¿? - Jojojo... LA líder en funciones. Soy yo misma, me llamo Sanda, la mujer que me lleva de un lado a otro es mi mejor amiga Voria.

V – Encantada jovencito. - Saludó Voria.

S – ¿Y dime, solo vienes a hablar conmigo?

C – Si, bueno... Me gustaría conocer la historia de la ciudad y normalmente los líderes de gimnasio tienen más información que personas de la calle... Además es más accesible que buscar al responsable de la ciudad.

S – Eres bastante acertado. Pero, si lo que quieres es que hablemos... Primero tendrás que pelear contra mi.

C – No se si podría señora Sanda...

S – ¿A caso crees que por ser tan mayor no seré capaz de darle su merecido a un jovencito inexperto como tu?

C – En absoluto, además no soy para nada un novato. De acuerdo, si así consigo la información que quiero vamos a enfrentarnos.

S – ¿Dime, con cuantos pokémon quieres pelear?

C – Solo tengo dos, así que no puedo usar a más.

Celsius se colocó en un lado del campo y Sanda hizo lo mismo pero en el lado opuesto. Voria se colocó en el medio y hizo de referí de la batalla.

V – Ambos contendientes usarán dos pokémon, el ganador será el que tenga pokémon cuando al rival no le quede ninguno, el retador puede cambiar libremente de pokémon siempre que quiera. Entonces... ¡Que empiece el combate!


Celsius sacó a pelear a Lapras, después de lo que habló con Kredan tenía más en mente la importancia de dar una importancia a todos y cada uno de sus pokémon.


C – Compañero... ¡Vamos a ganar! - La mirada de su pokémon se sincronizó con la suya.


S – Adelante Emolga! - El pequeño pokémon voló hacia su entrenadora y la abrazó, ella frotó su mejilla con él y después el pokémon voló de nuevo al campo de batalla.


<Sus vínculos son sin duda fuertes, muy fuertes...> Celsius sabía bien que se enfrentaba a una oponente más fuerte de lo que pudiese parecer a simple vista.

C – ¡Lapras, Rayo Hielo! - No dudó.

El pokémon de Celsius concentro su poder en la boca y lanzó un enorme haz de hielo en dirección a Emolga. Pero su velocidad no entraba en los cálculos de Celsius. El pokémon de Sanda esquivó con total facilidad el rayo que iba dejando un camino de esquilas heladas a su paso. Y sin que su entrenadora dijese nada Emolga se puso a volar alrededor de Lapras y lanzó un potente Rayo, que impactó de lleno en Lapras y le hizo un daño más que considerable.

<Lapras no se puede mover libremente por el suelo... Pero aguanta bien los golpes del rival... Lo tengo>

C – Lapras vuelve a lanzar Rayo Hielo.

Su compañero siguió la orden, vio en la mirada de su entrenador la convicción de obtener la victoria. De nuevo Emolga lo esquivó y repitió el mismo patrón de ataque. Rodeó a Lapras y se dispuso a lanzar Rayo.


C – ¡Ahora Lapras! ¡Lanza Rayo Hielo y dispérsalo mirando hacia arriba!


El hábil Lapras de Celsius miró el techo y lanzó su Rayo Hielo pero lo hizo dispersando el flujo del movimiento en todos los ángulos que le eran posibles. Era como si fuese una fuente blanca que emanaba de su boca ataques congelantes. Emolga pudo lanzar su Rayo pero voló de cabeza a todos los canales del Rayo Hielo que estaban a su alrededor.

Una de sus patas quedó parcialmente congelada y no se podía sostener en el aire, y al caer al suelo Celsius ya había dado voz al siguiente movimiento de su pokémon. Emolga, tumbado en el suelo sin poder moverse, levantó la cabeza y observó a Lapras que brillaba con una intensa luz grisácea, abrió la boca y lanzó el Poder Pasado que le dio la victoria.

C - ¡Eso es Lapras! - No pudo evitar gritar y hacer un gesto con el brazo mientras cerraba el puño con fuerza.

S - ¡Vaya! Sin duda sois grandes amigos. Pero me pregunto, si podrás vencer a mi siguiente pokémon. Ven con todo lo que puedas porque el siguiente si que es un pokémon preparado para la pelea. ¡Adelante Elektross!

Lapras estaba agotado, sus fuerzas se agotaban y aún así parecía feliz, en su rostro se podía ver lo emocionado que estaba por poder luchar de nuevo al lado de su amigo. Y Celsius estaba exactamente igual. Ambos parecía horriblemente agitados por la sensación de luchar al lado del otro.

Pero Elektross estaba a un nivel muy distinto y pronto lo iban a descubrir.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 16 de Agosto de 2016, 12:22:07 am
Capítulo 67: Demasiado grande.

Spoiler: mostrar

El alargado pokémon se erguía sobre la superficie del suelo. La forma de su cara era muy extraña para Celsius, que no había tenido la oportunidad de ver un espécimen de cerca jamás. Y, a pesar de ser la primera vez que lo veía con sus propios ojos, podía decir sin lugar a dudas que era uno de los pokémon más poderosos a los que se había enfrentado. Lapras se sentía de la misma forma, tenía claro que el nivel de su oponente era ridículamente alto, varias decenas de veces más alto que el suyo. Aunque entrenador y pokémon sabían de buena mano que no les esperaba la diosa de la victoria detrás de aquel enfrentamiento, su mirada era la de dos ganadores. Listos para poner en marcha cualquier plan para escalar los muros más altos, para atravesar las tormentas más poderosas.

C – Lapras... Vamos. - Su voz era tranquila.


Sanda no pudo evitar ver en aquellos dos seres ante ella el valor que una vez ella misma había llevado de un lugar a otro del mundo.

<Su aura... es como una semilla llena de energía, lista para crecer en cualquier momento> Pensó para sí misma.

Lapras lanzó Rayo Hielo de nuevo, lo dispersó en varias direcciones. Elektross no se movió ni un pelo evitando así ser golpeado por alguno de los haces. El campo quedó cubierto de esquirlas, que partían el campo en varios segmentos.

Sanda dio la primera orden, fue nada más y nada menos que Puño Trueno. Los robustos brazos de Elektross se rodearon de una enorme carga eléctrica y usando la electricidad estática del suelo flotó a toda velocidad directo al cuerpo de Lapras. El pokémon de agua apenas tuvo tiempo de reaccionar, pero Celsius ya le había dado una orden, usó Hidrobomba en una de las paredes de su lado mientras daba un pequeño salto, saliendo así impulsado y dejando atrás a Elektross. Pero su enemigo era persistente, sus ojos eran los de un cazador que persigue sin cesar a su presa y rápidamente giró para tomar rumbo a Lapras. Celsius de nuevo y a toda prisa dio su orden. Esta vez Lapras lanzó Rayo Hielo, lo concentró tanto como pudo para generar un enorme pilar de hielo frente a su rival. Elektross que iba a toda velocidad no podía evitar el choque, pero usando uno de sus puños demolió la columna. La presencia del pokémon se hacía enorme sobre Lapras que tenía una movilidad mucho más reducida. Y de forma completamente inevitable el Puño Trueno hizo contacto con el cuerpo de Lapras, que salió despedido al otro lado del campo, llevandose algunas esquirlas heladas por el camino.

C - ¡Lapras! - Gritó mientras corría hacia su fiel amigo.

Lapras había quedado fuera de combate, no podía seguir peleando. Aunque había sido derrotado el pokémon parecía feliz, miró a su entrenador y con ese simple gesto le comunicó que la victoria no estaba tan lejos.

C – Voy a ir con todo amigo. No perderemos.


Celsius sacó a pelear a Raida. Los dos se miraron, Raida no podía evitar pensar en lo que les había sucedido últimamente. Celsius por su lado tenía en mente lo importante que era mejorar y decidió tomar las riendas del combate dando todo de sí.

C - ¡Raida! Se que aún no soy lo suficientemente bueno para un pokémon tan poderoso como tu, pero estoy seguro de que si luchamos juntos algún día daré la talla. Es más, necesito dar la talla. Kredan un día necesitará nuestro apoyo a unos niveles que hoy no podemos imaginar. Estoy seguro de eso. Así que luchemos para mejorar, tu y yo.


Raida no había apartado la mirada de su entrenador, no solo hoy, nunca lo había hecho. Era la persona que le había ayudado a evolucionar, incluso había obtenido un poder aún mayor gracias a él. Y en aquel momento, con aquella petición, Raida se dio cuenta de que, por fin, su entrenador había crecido.

Lanzando un fuerte gruñido y centrando su atención en el rival que tenía delante el pokémon se preparaba para la batalla.

S – Tiene una megapiedra... Dime hijo... ¿Puedes hacer que megaevolucione?

C – ¡En absoluto! Si megaevoluciona ahora dejará de hacer caso a mis instrucciones. Pero no temas, daremos lo mejor de nosotros. Si le soy sincero, no quiero perder por nada en el mundo. - Parecía cada vez más emocionado.

S – Jojojo, vamos entonces.


Elektross de nuevo se lanzó usando Puño Trueno, sin tan siquiera esperar la orden de su entrenadora. Y Celsius sabía que así sería, por eso le pidió a Raida que no se moviera. Elektross golpeó tan fuerte como pudo a Raida pero no surtió nada de efecto, más bien lo contrario, Raida parecía haber ganado poder con aquel golpe. Las miradas de ambos pokémon se cruzaron, la de uno era la de un predador fiero y la de otro la de un noble caballero, Raida parecía desafiar a Elektross y éste parecía contento con ello.

C – ¡Raida corre por todo el campo saltando las esquirlas de hielo!

El pokémon saltaba de un lado a otro, su velocidad era varias veces mayor que la de Elektross, que flotaba rápido de un lado a otro intentando hacer contacto con su movimiento Atadura. Raida empezó a castigar a su rival a base de Chispazos a medida que iba apareciendo donde él se encontraba. Pero el movimiento no era muy eficaz y no parecía mermar lo suficiente la resistencia de Elektross.

S – Acabemos ya con esto... Lanzallamas.


Elektross empezó a girar sobre sí mismo lanzando un Lanzallamas digno de cualquier pokémon de tipo Fuego. El hielo que Lapras había dejado en el campo quedo reducido a unos pocos charcos de agua.

S – Atadura.

Raida corrió de nuevo para evitar el ataque, pero el agua que había en el suelo le impedía tener un soporte firme en el que sostenerse y mermó mucho la velocidad a la que cambiaba de dirección. Al final terminó siendo atrapado por su rival.

C - ¡Raida usa Chispazo para liberarte! ¡No dejes de descargar tu poder!

Raida intentó con todas sus fuerzas deshacer el agarre de Elektross, pero justo cuando parecía que el daño acumulado iba a surtir efecto Sanda sentenció la batalla.

S - ¡Ahora, Puño Drenaje!

El brazo de Elektross empezó a brillar de un color naranja muy claro y golpeó al atrapado Raida, drenando así su energía, impidiendo que siguiese oponiendo resistencia y recuperando la que él había perdido.
Raida estaba perdido, nada lo podía salvar de aquella Atadura y si lo intentaba sería neutralizado por el Puño Drenaje. Aún así Celsius no quería rendirse y le pidió a Raida que lanzara Lanzallamas en la cara de su rival. El ataque impactó, provocando quemaduras en Elektross y debilitando la fuerza de su atadura. En ese momento fue cuando Raida pudo saltar rápidamente fuera del cuerpo de su oponente.

S – Veo que tienes más agallas de las que parece a simple vista jovencito...

V – ¡La batalla ha terminado! Raida no puede continuar peleando, Sanda vence.

C - ¿¡Como!? - Dijo perplejo.

Raida a penas se sostenía sobre sus cuatro patas, su conciencia estaba casi apagada, pero parecía querer pelear. Pero Celsius sabía que realmente era el fin. Se acercó a su fiel pokémon, se puso delante y se arrodilló.

C – Bien hecho Raida. Sin duda eres un pokémon fuera de serie. Ahora ven a descansar.

El pokémon se acercó a su entrenador y cayó rendido sobre sus rodillas. Celsius le acarició la cabeza y después lo guardó en su pokéball.

C – Gracias por detener la batalla Voria, podría haber acabado muy malherido si seguía peleando.

V – No me las des, mi trabajo siempre ha sido dar el principio y el final a aquellos entrenadores que vienen a disputar una batalla de gimnasio. Aunque últimamente no he tenido demasiado que hacer.

S – Cierto, hacía meses que nadie venía a retar este gimnasio, jojojo. Me alegra ver que mis habilidades no están tan oxidadas como mi silla de ruedas.

C – No diga eso Sanda. Usted es sin duda una gran combatiente, estoy seguro de que no he podido ver ni un veinte por ciento de lo que usted es capaz.

S – Que cosas tienen los jóvenes... No sigas así que aún me voy a ruborizar, y no tengo el corazón para esas cosas. Jojojo.

C – No la he podido vencer, pero espero con ansias que me permita saber un poco más sobre esta ciudad.

S – Claro. Permite que te invite a tomar algo mañana en mi casa, puedes traer a tu novia o a quien quieras, habrá pastas y zumo de bayas. Voria ahora te marcará la localización, hoy he de seguir en el gimnasio aunque no venga nadie a pelear. Es nuestro trabajo.

V – Permite que lo indique en tu Pokenav. - Dijo extendiendo la mano.

C – Claro, se lo agradezco. - Sacó su dispositivo de uno de los bolsillos de su mochila.

Celsius abandonó el gimnasio, ya había pasado medio día y aún le quedaba toda la tarde por delante para hacer lo que quisiera. Decidió primero ir al pequeño centro pokémon que había dentro del parque. Un tipo de seguridad revisó la marca que tenía en la mano para ver si podía dar uso de la instalación. Obviamente aquellos que iban al gimnasio pokémon tenían acceso a las instalaciones del centro pokémon.

Al entrar vio a unos cuantos entrenadores que hacían una enorme cola para entrar en una de las salas del centro pokémon. Él se dirigió al mostrador para que la enfermera Joy se hiciera cargo de sus amigos.

C – Oiga. ¿A que se debe todo ese ajetreo?

J - ¡Oh, eso! Un nuevo conocedor pokémon ha venido desde lejos y está analizando a pokémon y entrenadores a un muy buen precio.

C – Oh dios... Probablemente me arrepentiré de preguntar esto pero. ¿Se llama Kredan?

J - ¡Vaya! No tenía idea de que fuese tan famoso.


Celsius sentía que ya había vivido algo similar a aquello, en el centro comercial de ciudad Calagua para ser más exactos.
Así pues el joven hizo cola para que analizaran a su equipo. Al entrar se encontró con su amigo Kredan.

K – Buenas tardes... ¿Se puede saber que haces aquí?

C – ¿No te dije que iría a ver el gimnasio pokémon de por aquí?

K – Eh... Puede ser. - Dijo algo despistado.

C – Eres un caso perdido. En fin, he venido para que le eches un vistazo a mis pokémon.

Celsius sacó a Lapras y Raida de sus pokéballs. Ambos pokémon se habían recuperado, el uno miró al otro. Celsius cayó en ese preciso instante en que se habían visto en pocas ocasiones. Al no tener nunca la necesidad de sacar a ambos no le había dado importancia a que tipo de relación podían tener entre ellos. Al poco rato Raida estaba sobre el caparazón de Lapras durmiendo. Kredan por su lado los observaba atento, también a su amigo.

De nuevo, igual que en ciudad Calagua su mirada se volvió completamente distinta.

K – He de admitir que me sorprendes. Después de evolucionar Raida se ha vuelto aún más poderoso, no tengo duda de que cuando megaevolucione y te haga caso será un aliado más que fiable. Aún no se cuanto poder puede ganar un pokémon megaevolucionado, pero de base tienes a un maravilloso Manectric veloz como un relámpago y tan potente como el trueno que le sigue. Por otro lado, a tu Lapras ya le había echado un vistazo, el primer día que nos conocimos, cuando le di la comida que tenía para Noivern. Aún así han pasado muchas cosas desde entonces. Lapras ha crecido fuerte y resistente. Estoy seguro de que aguantaría golpes desfavorables con total tranquilidad. Su piel es fuerte y se mantiene bastante saludable a pesar de no haber estado en el mar durante un largo periodo de tiempo.

C – Como de costumbre me sorprendes. Me alegra saber que mis pokémon están en forma...

K – En cuanto a ti, el lazo que os une ha mejorado notablemente. Estoy seguro de que hace unos cuantos días mi opinión hubiese sido la contraria, pero concretamente ahora os veo más unidos que de costumbre. Estoy seguro de que te has vuelto un mejor entrenador, me sorprende lo rápido que pones en práctica todo lo que te explico siempre. - Acarició a Lapras y a Raida y les dio un dulce a ambos. Los pokémon parecían disfrutar.

C – En fin, veo que contigo uno no tira nunca el dinero. Mañana he quedado con la líder de gimnasio de la ciudad y con su referí.

K – Uuuuuuuuh. Celsius pillín desalmado, no sabía que te iban ese tipo de historias tan extravagantes.

C – Idiota, tienen como setenta años, como quieres que sea una de esas movidas... Ah... Lo dicho, me han dicho que me lleve a quien quiera, pero no se si estarás trabajando...

K – Claro que no, si la líder de gimnasio te puede atender es porque mañana no hay trabajo por aquí. Es temporada baja y el parque tiene un día de descanso. Otro Pidgeot cantaría si estuviésemos en temporada alta, pero aún quedan unos meses para eso.

C – Que bien informado estás. En fin, nos vemos luego en el hotel, buscaré un lugar donde cenar.

K – Nos vemos, no olvides recomendar mis servicios a tus amigos y familiares. - Sonrió y se despidió con la mano.


Mientras tanto, en el gimnasio Mayólica...


S – Me pregunto porque quiere ese chico saber la historia de esta ciudad... Cuando hemos peleado realmente pensaba que era diferente. Y que me pregunte sobre la ciudad me hace pensar que realmente ve las cosas más allá que el resto... Me pregunto si haré lo correcto hija mía, pero no me puedo quedar de brazos cruzados. Si no se la entrego a él, no se si volverá alguien más...

V – No te tortures Sanda, si realmente crees que la merece estará bien, llevas demasiados años obsesionada con esto...

S – Al menos, estoy segura de que si se lo pido irá a buscar aquello por mi... Esta ciudad a la que solo le importa el dinero... Ha crecido tanto y ahora se siente tan vacía...
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 18 de Agosto de 2016, 08:27:50 am
Capítulo 68: En marcha


Spoiler: mostrar

A la mañana siguiente Celsius y Kredan fueron a ver a Sanda a su casa. Vivía cerca de un enorme edificio, del que salía y entraba gente sin parar. Se trataba de la gran estación de metro de ciudad Mayólica. Los metros que pasaban por allí llevaban a algunas de las ciudades de la región, incluyendo ciudad Porcelana donde habían estado no hacía muchos días.

El edificio donde vivía era un poco antiguo, no desentonaba mucho, pero se veía que era de años atrás.

K – En que piso vive? - Preguntó mientras leía una pequeña libreta.

C – Pues en el séptimo. Espero que tenga ascensor...

K – Bueno, no te iría mal el ejercicio. - Rió malicioso.

Los pulsaron para que desde el interfono les pudiesen abrir. Voria fue la que contestó, abriendo la entrada a aquel lugar. Para desgracia de Celsius no había ascensor alguno y les tocó subir las siete plantas a pie.

Llegaron a la puerta de Sanda, ella los esperaba dentro, sentada en un gran sofá de un colo medio amarillo tirando a naranja. La decoración era bastante antigua. Todo estaba lleno de fotos y cuadros, jarrones con flores y sin ellas, figuras de madera de diversos objetos y pokémon.

C – Buenos días señora, le presento a mi compañero de viaje.

K – Soy Kredan, encantado de conocerla.

S – ¿Vaya, eres el chico que está en el centro pokémon, verdad?

K – Eh... Si, estaré unos días trabajando como conocedor pokémon en el centro pokémon, necesito algo de dinero para seguir el viaje.

V – Yo soy Voria, soy la referí del gimnasio Mayólica desde que tenía dieciséis años.

K – Un placer. ¿No empezó muy pronto su trabajo?

V – Disfruto lo que hago, no lo puedo considerar tan siquiera un trabajo.

C – Vaya, la verdad es que ayer me sorprendió cuando paró el combate para que Raida no sufriera más daños.

S – Ella siempre ha sido así. ¿Bueno joven, no querías hacer algunas preguntas? Siéntate.

V – Yo traeré alguna cosa para tomar.

K – Permita que la ayude. - Dejó a Celsius sentándose en el sofá de enfrente de Sanda.

Celsius tenía mucha curiosidad por saber más acerca de como ciudad Mayólica se había convertido en un lugar turístico de referencia mundial. Así que sin muchos rodeos formuló sus preguntas.

S – Verás, cuando yo era joven la ciudad ya tenía varias atracciones que atraían a la gente de todos lados. Un estadio donde pokémon y personas ponían a prueba sus capacidades físicas practicando diversos deportes. Un teatro donde cualquiera podía llevar a su pokémon para hacer espectáculos, incluso alguna vez se llevaron a cabo concursos pokémon de forma eventual. El parque de atracciones, que no era ni una décima parte de lo que hoy es.


C – Era mucho más pequeño? - Preguntó dejando hueco a su amigo, que volvía con algunos zumos y pastas.

S – Exactamente. Por aquel entonces la Noria y el Gimnasio eran las atracciones más populares. Miles de entrenadores llegaban cada año para retar a su líder. Yo admiraba a la líder de gimnasio de aquella época, y mi meta desde niña fue obtener ese puesto. Incluso en mis mejores años, los retadores venían a decenas por semana.

K – Suena increíble. - Se le veía emocionado.

V – Pero un día los combates pokémon dejaron de ser tan populares. Las generaciones entrantes ya no tenían tanto interés por las batallas y la ciudad perdía popularidad y dinero a toneladas.

S – Por eso mismo se decidió ampliar el parque de atracciones y se invirtió en infraestructura para sacar el mayor partido al turismo.

C – Vaya... Me recuerda en parte a ciudad Malvalona. También empezó a crecer mucho a base de negocios y turismo. A mi no me parece mal, mi trabajo depende de esas mejoras en infraestructura.

S – ¿Cual es tu trabajo? - Preguntó tras dar un sorbo a su bebida.

C – Soy investigador pokémon. Antes me dedicaba exclusivamente a investigar ruinas que se encontraran en zonas marítimas, pero desde que obtuve la megapiedra las cosas cambiaron un poco.

S – Perdona si me entrometo. ¿Por un casual ese cambio se debe a Kredan?

K – Pues, se puede decir que algo de culpa tengo.

S – Dime, el empezó a combatir por tu influencia. ¿Me equivoco?

C – Es cierto, fue él quien me incitó a mejorar mis habilidades como entrenador pokémon. - Le dio un pequeño toque en el hombro con el puño.

S – Vaya... Que curioso... Voria empezó su carrera como referí porque yo quería ser la líder del gimnasio.

V – No es algo de lo que me vaya a avergonzar a estas alturas de la vida.

S – Hay un lugar más que dejó de existir cuando la ciudad creció. Es un lugar que tiene una gran importancia, aún hoy.

C – A que se refiere? - Dejó el vaso de zumo ya vacío.

S – El metro. Lo habéis visto verdad. Aquí al lado de mi edificio hay una enorme estación de metro. Pero no es esa la que realmente importa. Hay un túnel en la estación que lleva bastantes años cerrado. Es la línea por la que pasaba el famoso Metro Batalla.

K – ¡Woah! Suena a un buen lugar para mejorar tus habilidades.

V – Y lo era. Pero lo cerraron porque no querían gastar dinero en personal y infraestructura que no tenía utilidad.

C – Entiendo.

S – Necesito que hagas algo por mi ahora Celsius. Tu también Kredan.

K/C - ¡Claro!

S – Aún no os he pedido nada y ya habéis afirmado. Supongo que de verdad no me equivocaba contigo. Necesito que investigues esa línea de metro. Es peligroso porque está en malas condiciones y para entrar tendréis que quebrantar un par de leyes... quizás algunas más. Quiero que vayáis allí y busquéis en el vagón del conductor una gorra.

C – ¿Sólo eso? - Se vino abajo.

S – Simplemente eso. Pero tened mucho cuidado por favor. Hay rumores de que aquel lugar no está tan abandonado como parece.

V – Yo misma prepararé lo que necesitáis para entrar allí sin problema.

K – Si no os importa lo haremos ahora mismo. Mañana he de volver a trabajar y no me quiero perder esto por nada del mundo. - Él seguía completamente motivado.

C – Me parece bien.


En aproximadamente treinta minutos ya estaban listos para salir. Voria pidió a los jóvenes que la ayudaran a bajar a Sanda por las escaleras con la silla de ruedas. Al llevarla pensaron en lo duro que debía ser para ambas tener que vivir en aquel edificio sin ascensor.

Los chicos entraron a la estación, tenían un plan. Ellos iban a prepararse para entrar por la zona antigua en el momento en que Sanda y Voria entraran a la estación, haciendo algún tipo de numerito.
Al poco tiempo la gente de la estación empezó a correr en dirección a la entrada, los chicos aprovecharon la ocasión. Se colaron entre las personas que iban corriendo y entraron sin problema. A partir de ahí parecía un mundo distinto. El polvo flotaba en el aire, denso como la niebla. Ambos llevaban esta vez linternas, las encendieron y se dirigieron al viejo vehículo que se encontraba delante suyo.

La polvorienta máquina parecía descansar en medio de aquel túnel oscuro y silencioso. Los chicos dieron un rodeo para ver si podían entrar directamente al vagón del conductor, donde se encontraba el objeto que buscaban. Para su mala suerte estaba cerrado.

K – Vamos a buscar por aquí alguna forma de entrar. Probemos primero todas las puertas a las malas.

C – Si son la mitad de robustas que la del conductor estamos listos...

Kredan y Celsius se dividieron para encontrar una puerta que hubiese cedido con el tiempo, o que tuviese una ventana rota. Pero no hubo nada de suerte. Después de fracasar empezaron a buscar algún objeto que les pudiese servir para que la puerta se abriera. Dieron vueltas mirando el suelo y la pared pero no encontraban nada. De repente Kredan dio con un objeto que le parecía de lo más extraño. Era una especie de piedra grande, ovalada y parecía brillar con un color dorado donde no tenía tanto polvo.

K – ¿Pero... que es esto...? - Levantó el misterioso objeto con su mano derecha mientras sujetaba la linterna con la izquierda.


Celsius se había adelantado un poco, volvía a estar cerca del vagón del conductor. Y allí vio extrañado la figura de una persona. Al apuntar más directamente con la luz de su linterna pudo comprobar que sus sospechas eran ciertas. Allí delante había una persona, estaba agachada y se ponía en pie de una forma un tanto extraña, como si de un títere se tratase. La persona a la que Celsius apuntaba con su linterna no parecía darse cuenta de su presencia. Se dirigió a uno de los vagones, andando de la misma forma extraña. Al quedarse frente a la puerta levantó su mano y pasó lo que parecía una tarjeta por un lector que había en el lateral derecho de la puerta.
La puerta se abrió. Celsius no podía creer lo que veía, así que corrió en dirección a la puerta.

<He de ir rápidamente antes de que se cierre la puerta, ahora avisaré a Kredan> Pensó mientras corría por aquel tortuoso suelo lleno de piedras.

Al entrar, la persona a la que había visto se dirigía al vagón del conductor. Él se dirigió al mismo tiempo, iba sin prisa, no quería tener un accidente en aquel lugar tan viejo. Pero cuando aquella persona llegó al último vagón la puerta se cerró.

C - ¡Oh no! Me tendría que dar más prisa en estas ocasiones. En fin iré a hablar con esa persona.


Celsius siguió caminando hasta la puerta del último vagón. Golpeó la puerta unas cuantas veces y gritó:

C - ¡Oye, me he quedado atrás! ¡No se si te ha enviado Sanda a ti también, pero si es así solo tienes que...! - Se detuvo en seco.

Celsius estaba apuntando dentro de aquel vagón con su linterna, pero la persona que había entrado se había sentado en el asiento del piloto y estaba poniendo en marcha aquel metro tan anticuado.
Y para su sorpresa el metro empezó a moverse, Celsius corrió para salir por la puerta que se había abierto antes de que cogieran velocidad. Pero para cuando cruzó los tres vagones la puerta ya se había cerrado y el metro estaba en marcha.

Ahora no tenía otra opción que viajar en aquel fantasmal metro que lo llevaba por unas vías abandonadas, conducido por una persona que tan siquiera sabía quien era. Y ni siquiera había avisado a Kredan.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 19 de Agosto de 2016, 09:18:04 pm
Capítulo 69: El Primer Vagón

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Atrapado y solo Celsius empezó a sudar. A pesar de todos los lugares a los que había ido en sus viajes a diferentes ruinas de Hoenn el miedo a lugares como aquel le podía. Desde pequeño era susceptible con las historias de terror de casas abandonadas y demás tópicos del género.
Por otro lado el instinto de investigador que había desarrollado a lo largo de su vida le dotaba de un arma que podía usar en una situación como aquella.

<Lo primero que he de hacer es encontrar el modo de entrar en aquella puerta... Si lo consigo solo he de preocuparme de como parar el tren con los mandos que encuentre...> Pensó mientras apuntaba de un lado a otro su linterna.

De repente un extraño sonido a su espalda lo alteró, un sudor frío recorrió su nuca y llegó hasta el punto más bajo de su espalda. Y es que, por muy profesional que fuera lo único que se le ocurrió en aquel momento fue empezar a andar cada vez más y más rápido hasta el fondo de aquel vehículo ruinoso. Éste se componía por diez vagones, teniendo en cuenta el del conductor. Celsius estaba en el cuarto vagón y terminó en el noveno. Acabó de correr en aquel vagón porque la puerta que llevaba al décimo estaba cerrada.

<Oh dios... como me he podido meter en este follón..> Pensó buscando una forma de abrir la puerta que llevaba al último vagón.

C - ¡Claro! ¡Adelante Raida! - Lanzó su pokeball y el azulado pokémon apareció.

Con Raida a su lado Celsius sentía que las cosas no eran tan tenebrosas, y si había un fantasma, pues lo enfrentaría.

Junto a su pokémon el joven investigador se sentía suficientemente seguro como para empezar a buscar la forma de salir de aquel metro, que sin cesar avanzaba ha algún lugar.
Cuando investigó un poco pudo darse cuenta de un detalle que no había visto antes, la puerta de la que el venía estaba ahora completamente cerrada.

C - ¡¿Cómo?! - Se sorprendió.

De repente un pokémon apareció frente al chico. Se trataba de un Frillish.

Raida se puso en guardia, Celsius se preparó también para la batalla. Y no lo hicieron en vano. Su oponente no dudó en atacar rápidamente con Hidropulso, concentrando una esfera de agua con sus extremidades y lanzándolo contra Raida. Pero el pokémon podía esquivar fácilmente el movimiento. Contraatacó con un Chispazo a la orden de Celsius y dejó fuera de combate a Frillish.
Por alguna razón que aún desconocía la puerta delante suyo se abrió. Celsius no dudó en pasar a través. Por la forma en la que actuó el pokémon y lo sucedido posteriormente no había que ser un genio para entender que las puertas se abrirían peleando contra todo lo que se pusiera por delante.

En el octavo vagón se encontró con otro Frillish, este se diferenciaba por el color de su cuerpo, era sin duda una hembra. Celsius conocía a bastantes pokémon de tipo agua, sus investigaciones estaban tan relacionadas con ellos que alguna vez se pasaba los ratos muertos buscando información sobre todo tipo de especies marinas.
Sabía perfectamente que Raida iba a poder con ellos sin dificultad. Y así fue. Se abrió paso sin problemas hasta el séptimo vagón. Allí un nuevo pokémon lo esperaba.

<Siento que estoy dentro de uno de esos videojuegos donde has de derrotar a todos los enemigos de una mazmorra para enfrentarte al jefe final.> Pensó mientras observaba a su adversario con la linterna de arriba a abajo.

Esta vez el enemigo era un pokémon robusto, redondeado y hecho de piedra. Parecía el guardián de un templo, pero en miniatura. Y aunque Celsius no lo tenía muy visto el pokémon era Golett. Lo primero que intentó fue vencerlo a base de Chispazo como había hecho con los Frillish, pero el pokémon ni se inmutó. Así que su intuición lo guió por el buen camino y cambió de pokémon.

C – Si has aguantado como si nada el Chispazo es que eres tipo tierra por lo menos. - El pokémon hizo un extraño gesto justo antes de ser impactado por el Hidrobomba de Lapras, que llenó el vagón con un centímetro de agua.

El sexto vagón se abrió y Celsius no dudó en entrar. Guardó primero a Lapras y sacó de nuevo a Raida, pues era el único que podía acompañarle dentro del metro.
Y al igual que en los anteriores vagones el investigador disputó una batalla no demasiado complicada y avanzó. Así lo hizo hasta llegar al segundo vagón, justo el que se encontraba antes que el vagón del conductor.

En aquel vagón dos pokémon aparecieron para la batalla. Uno de ellos era una versión evolucionada de Golett, ni más ni menos que un Golurk. El otro era una pequeña piedra de la que salía un siniestro fantasma, un Spiritomb para ser más acertados.

Celsius sabía que esos pokémon eran distintos a los de antes, eran la élite de aquel metro. Así que decidió luchar con ambos pokémon a la vez. Lapras y Raida, luchando juntos mano a mano. Celsius sabía que el movimiento que más usaba con Raida era un problema en una situación como aquella, no podía usar Chispazo si ponía en riesgo a Lapras. Así que su cabeza estaba formulando la estrategia definitiva para vencer. Pero ese tiempo que él empleaba en pensar sus rivales lo empleaban en atacar. Spiritomb usó Viento Aciago, golpeando con una ráfaga de viento oscuro que hizo a Celsius pensar en Noivern. Ambos pokémon recibieron el golpe sin instrucción de su entrenador. El cuerpo de Golurk se volvió completamente negro y se fundió con la oscuridad del entorno. Celsius no sabía que iba a suceder, pero sabía que debía empezar el ataque. Así que dirigió sus ataques a Spiritomb, que parecía dispuesto a llevarse con él a cualquier alma que se le opusiera.

Lapras lanzó Hidrobomba y Raida corrió a un lateral de su rival. Esperó el momento exacto en el que el ataque de agua golpeara a Spiritomb y usó Lanzallamas dejando gravemente malherido al pokémon. Pero no fue suficiente para vencer y el golpe inesperado de Golurk, que aparecía de las sombras imbuido en un aura oscura usando Golpe Fantasma, dejaba fuera de combate a Raida.

C - ¡Raida! - Gritó mientras corría hacia el pokémon que había volado varios metros dentro del vagón.

Lapras parecía enfadado. Celsius se sorprendió por la reacción de su pokémon. Guardó a Raida en su pokéball y le pidió a Lapras que usara Poder Pasado usando los escombros del metro. Lapras brilló con un aura grisácea y movió todos los escombros a su alrededor y los lanzó contra sus enemigos. El cuerpo de Spiritomb brilló de un color morado oscuro muy intenso justo antes de ser debilitado y Golurk aguantó bien el golpe. Pero Celsius no iba a dar tregua y Lapras tampoco. Lanzó de nuevo Poder Pasado, buscaba la mejora de todas sus estadísticas, esta vez le lanzó el haz concentrado que normalmente usaba para atacar. Golurk usó protección creando a su alrededor una cúpula verde que desvió el ataque por completo, impactando así en varios puntos del vagón.
Pero Lapras tuvo suerte y sus estadísticas mejoraron, sus ojos brillaban de color plateado. Celsius lo vio claro, ordenó un Hidrobomba más. Esta vez Golurk no pudo reaccionar a tiempo y el golpe le impactó de lleno, dejándolo fuera de combate.

C - ¡Eso es Lapras! - Gritó sin dejar de iluminar lo que tenía delante.

Pero Lapras parecía tener dificultades para sostenerse. Parecía muy mermado, a pesar de no haber recibido ningún ataque directo. Celsius no daba crédito. Pero ya solo quedaba un desafío más por delante. La puerta de se abrió y de allí salió una chica. Vestía con ropa de color oscuro, la luz de la linterna era insuficiente para ver en detalle lo que llevaba puesto, pero parecía ropa cómoda, como para salir a andar por cualquier lugar sin problemas. Lo sorprendente era que llevara pantalones largos con el calor que empezaba a hacer en aquellos días. Celsius estaba preocupado, la forma de andar y la postura de aquella chica eran extrañas. Su pelo era largo y tapaba su cara. Tenía una constitución normal, no era baja ni alta, medía un poco menos que Celsius. Y cuando levantó la cabeza y el pelo se fue hacia un lado pudo ver su cara. Cualquier persona que la viera podía pensar que era una chica normal, pero sus ojos eran completamente negros. No tenían ningún brillo. Celsius tragó saliva. Su único pokémon era Lapras y parecía cada vez más débil.

C - ¡Oye! ¿Se puede saber que haces? Este metro lleva tiempo abandonado, si no lo paramos ahora mismo en cualquier momento podríamos matarnos. Deja que lo apague por favor.

¿¿?? - No pasará nada. La vía... esta... libre... - Rió a carcajadas, su boca parecía a punto de romperse.

C – No estás bien de la cabeza... Te haré entrar en razón... - Miró a Lapras.

Celsius ordenó a Lapras que lanzara Hidrobomba, pero el pokémon no podía lanzar el movimiento más veces. A pesar de que normalmente lo había lanzado más veces, ahora mismo no podía. Celsius desconocía le porque. Así que decidió correr de cabeza al vagón del conductor, pero justo cuando se acercó a aquella chica un enorme pokémon que parecía un sarcófago apareció desde dentro. Los ojos rojos e iluminados y la boca llena de dientes del pokémon intimidaron a Celsius. Retrocedió rápidamente y le pidió a Lapras que lanzara Poder Pasado. Pero cuando lo iba a lanzar el pokémon cayó debilitado.

C - ¡Lapras! - Metió al pokémon en su pokéball.

¿¿?? - Parece que no tienes nada más que ofrecer. Es el momento de que ba... - Justo antes de acabar la frase un extraño ruido se oyó al fondo del metro.

Fue el sonido de una enorme explosión. Parecía venir del primer vagón. La chica parecía muy sorprendida, el pokémon de detrás tenía ahora una expresión aún más aterradora.


¿¿?? - Ha salido del primer vagón... ¡Interesante! - Su expresión era como la del pokémon.

Algo se había escapado del primer vagón y Celsius ya no tenía forma de seguir peleando. Pronto se iba a encontrar con algo que superaría con creces las expectativas que tenía de lo que podía ser simplemente coger una gorra en un metro abandonado.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 22 de Agosto de 2016, 07:51:06 am
Capítulo 70: Enmascarado

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Los pasos de aquel ser se hacían cada vez más fuertes. La chica y el pokémon delante de Celsius parecían realmente emocionados por ver lo que estaba al llegar. Él en cambio tenía miedo, la única luz que iluminaba aquel lugar era la de su linterna. La chica se metió dentro del vagón del conductor y accionó una palanca. Algunas luces del metro se encendieron, aunque la mayoría estaban rotas. Al fondo se podía distinguir una figura humana, y algo flotando a su lado. Celsius reaccionó.

C - ¡Kredan! ¿Eres tu? - Dijo aunque no le iba a escuchar.

Y no iba desencaminado, a medida que la figura se acercó su ropa se empezaba a distinguir. Era sin duda su amigo Kredan. A su lado flotaba un pokémon del que había oído hablar bastante pero que nunca había visto. Era un Gastly, con cara de preocupación.
Cuando Kredan estaba cerca las luces empezaron a parpadear más deprisa, y en cuestión de segundos su rostro estaba frente al de Celsius.

C - ¡¿Pero que...?! - Se sorprendió al tener frente a sus ojos una máscara dorada.

Kredan no andaba a voluntad, su rostro estaba tapado completamente por una máscara dorada con una expresión extraña. Su cabello era totalmente negro, de un color siniestro, como los brazos del pokémon que tenía la expresión aterradora.

¿¿?? - Vaya, vaya... El pequeño Yamask ha encontrado a alguien a quien poseer.

K – ¡Co-fa-gri-GUS! - Giró su cara en dirección al pokémon sarcófago, que no era otro que la forma evolucionada de Yamask.

C – ¿Que está pasando aquí? - Retrocedió unos metros.

K – Apar... ta, Celsius... - El cuerpo de Kredan se estremeció.

Kredan adoptó una postura más típica de una bestia. Inclinó su cabeza hacia adelante y los pocos músculos de sus brazos se endurecieron. Adelantó su pierna derecha y se lanzó de cabeza a por Cofagrigus. El pokémon lo recibió con los brazos abiertos y paró el impacto de la cabeza con el cuerpo. No sólo había sido ineficaz si no que usando uno de sus brazos agarró a Kredan y lo lanzó a un lado del vagón. La distancia que recorrió no fue excesiva, pero su cuerpo quedó resentido. A duras penas se levantó. Kredan volvió a la carga, esta vez de los mechones de pelo que caían por sus hombros se levantaron dos brazos oscuros, probablemente los de Yamask. La mirada enmascarada de Kredan apuntó a Cofagrigus y los dos brazos chocaron delante de su cara, al separarlos en medio se empezó a formar una esfera de energía oscura, era Bola Sombra y lo lanzó en dirección a Cofagrigus de nuevo. El pokémon ni se esforzó en repeler el ataque y lo recibió sin problema.

¿¿?? - ¿Dime, eso es todo? - La chica y el pokémon sonrieron.

Kredan se había quedado quieto, parecía que Yamask no tenía nada más que hacer contra su forma evolucionada. Pero un nuevo contendiente se lanzó a la batalla, Gastly. Cerró su boca y se hinchó, después escupió su Bomba Lodo, de aspecto lila y pegajoso, Cofagrigus no tuvo en cuenta su movimiento y de la misma forma que lo había afrontado antes dejó que el movimiento impactara. Desde ese momento unos pequeños puntos morados aparecieron sobre el cuerpo del pokémon. Y eso lo enfadó. Cofagrigus usó sus cuatro brazos para lanzar cuatro Bolas Sombra simultáneamente. Los ataques impactaron sobre Gastly que quedó rápidamente fuera de combate. A pesar de haber dejado inconsciente a su rival Cofagrigus no parecía satisfecho y decidió ir a por Gaslty para seguir atacando. Pero algo perturbó sus intenciones. Kredan empezó a hablar solo.

K – Oye... Deja... de... intentar... ¡Ah...! - Se retorció y se echó las manos a la cara.

Kredan sostuvo con ambas manos la mascara de su cara por un lado y empezó a estirar con fuerza. Parecía que la quería arrancar por las malas, parecía luchar por recuperar su conciencia. Al empezar a extraer la máscara una energía oscura brilló entre la máscara y la cara del chico. A pesar de ser oscura brillaba con mucha intensidad, era como si fuera a engullir la luz que había a su alrededor.

A los pocos segundos Kredan seguía con la máscara puesta, pero la llevaba a un lado de la cara. El blanco de sus ojos era ahora negro y su iris era completamente rojo, de un rojo muy vivo.

K – Oye... Lo que me ha costado. Deja que te ayude por favor. - Dijo mirando hacia atrás.

C – ¿Kredan, eres tu? - Dudó.

K – Si, perdona. Pero Yamask se pegó a mi cara y no me dejaba ni respirar. Ahora todo está bien. Sigo estando poseído por él, pero parece que ahora es distinto. Deja que me acabe esto, se lo debo a Gastly.

C - ¿A Gastly? - Miró al pokémon debilitado. Decidió ir a su lado.

¿¿?? - Parece que eres un tipo extraño. Pero tranquilo, acabaremos esto y os dejaré en vuestra última parada.

Cofagrigus estaba débil por culpa del veneno que el movimiento de Gastly le había provocado. Pero era un pokémon muy capaz. De nuevo lanzó cuatro Bola Sombra desde sus brazos, esta vez su objetivo era Kredan. El chico los esquivó mientras corría hacia adelante. Los brazos de Yamask salieron de los mechones de su pelo y volvieron a ejecutar Bola sombra, pero Cofagrigus no iba a recibir de nuevo un movimiento suyo. Usó protección y repelió con facilidad la ofensiva. Agarró con sus brazos los brazos de Yamask y las piernas de Kredan. El chico sonrió abrió su boca y de ella empezó a acumularse energía oscura. Una pequeña esfera se acabó formando. Cofagrigus se sorprendió y soltó uno de los brazos de Yamask. Kredan cerró la boca y la energía simplemente se desvaneció, mientras el pequeño brazo de Yamask siguió al de Kredan. Ambos se movieron totalmente sincronizados y en el del chico unas llamas moradas y azules se formaron.

¿¿?? - ¿Cómo? - Dijo la chica que era la clara voz del pokémon.

Cofagrigus intentó apartarse pero al soltar las piernas de Kredan éste se lanzó adelante y agitó su brazo horizontalmente lanzando el movimiento Infortunio sobre el pokémon fantasma.
Cofagrigus no pudo aguantar tanto daño y terminó fuera de combate. La chica que estaba poseída por él recupero la conciencia y se desplomó en el suelo. Celsius fue a socorrerla.

C - ¿Oye, estás bien? - La agarró del brazo y la reincorporó.

S – Ahh... Si claro... Perdonad todo lo que ha pasado. El Cofagrigus que me encontré tomó control de mi cuerpo y no pude hacer nada excepto quedarme como espectadora. Por cierto, me llamo Silpe. - Se levantó como pudo.

K – Gastly ya he cumplido. - Levantó al pokémon del suelo.

S - ¡Gastly! Oh dios, pensaba que te habrías quedado allí atrás. - La chica abrazó al pokémon.

C – Así que es tu pokémon. ¿Como lo sabías Kredan? - Miró a su amigo.

K – La verdad es que fue Yamask quien empezó a hablar con él, pero como me usaba para comunicarse simplemente lo intuí por las respuestas que le daba mi cuerpo. No entiendo a los pokémon, pero si que me escuchaba a mi mismo hablar. - Se rió.

S – Oye, como puedes mantenerte así. Es más, has usado movimientos pokémon de tipo fantasma hace un momento...

K – Oh, esto... Si, supongo que la habilidad de mi familia sirve de algo aunque sea poco si el que posee es el pokémon y no yo.

S – No entiendo de lo que hablas...

K – Ya te explicaré más tarde... Quizás...

C – He de admitir que por un momento he sentido miedo, cuando has aparecido con aquella máscara pensaba que estarías en mi contra, y no me quedaban más pokémon para pelear... Dos pokémon no dan para tanto en situaciones de batalla tan largas...

S – Siento cortar el rollo y tal... Pero a lo mejor deberíamos parar el metro...

K – ¡Cierto!

Cuando se dirigieron al vagón del conductor Cofagrigus se levantó, a duras penas. Parecía querer decir algo, pero estaba muy malherido. Celsius no pudo evitar ofrecer un antídoto que guardaba en su mochila. Recordó también que Festa les había metido todo tipo de pociones y demás objetos, pudiendo recuperar a Lapras y Raida para seguir combatiendo. Pero la falta de experiencia seguía siendo su peor enemigo. Así que le proporcionó cura al pokémon que habían vencido. Cofagrigus parecía querer decir algo. Silpe se ofreció para que hablara.

S – Por favor, no paréis el metro aún, dejad que llegue al final. - Después de eso Cofagrigus dejó el cuerpo de Silpe.

K – No lo entiendo muy bien, pero por mi vale... - Seguía unido a Yamask.

C – Realmente a veces me pregunto como acabo metido en este tipo de cosas... En fin, estoy dentro.

S – Yo igual, me encantaría saber que quiere Cofagrigus de este lugar.

K – Por cierto, soy Kredan, mi amigo Celsius ha gritado antes mi nombre y yo el suyo así que bueno, los daba un poco por hechos.

S – Un placer. ¿Decidme, que hacéis aquí?

C - ¡Cierto! Veníamos a buscar la gorra del conductor. - Celsius entró al vagón del conductor para buscar la gorra. Pero no estaba allí dentro.

S – Pues parece que no tendréis suerte. ¿Además, no es un poco rarito colarse aquí para eso?

K – ¿Cual es tu motivo? - Preguntó curioso.

S – Yo he aprovechado que la gente estaba montando una buena para colarme y investigar los misterios del lugar. Se suponía que había fantasmas aquí dentro y soy especialista en ellos. Se podría decir que me dedico a investigarlos. - Sonrió y se rascó una de sus manos nerviosa.

C – ¿Y te dedicas profesionalmente? ¿Es decir, trabajas para algún laboratorio?

S – En absoluto. Lo hago por mi cuenta. Desde pequeña he tenido mucha afinidad con los pokémon del tipo Fantasma. Simplemente me dejé llevar y bueno, voy viajando por ahí, mis padres me pasan algo de dinero de tanto en tanto y me gano el pan en algunos sitios...

Celsius le contó su oficio y de paso el de Kredan, la chica se sorprendió, ella tenía un año más que el investigador y se sintió avergonzada de no tener tanto talento.

C – Creo que lo único que te hace falta es la oportunidad de demostrar lo que vales.

K – Oye... La verdad es que es una situación como muy natural... Pero os habéis planteado que estamos dentro de un tren medio destruido en marcha, vete tu a saber a donde, y charlando como si nada...

S – Tu eres el menos indicado para reprochar algo... - Miró sus ojos.

C – Si... eh... Kredan... ¿Como lo harás para ser normal otra vez?

K - ¡Oh! Cierto, la verdad es que esperaba que pedirle a Yamask que me dejara serviría, pero ni lo he probado. ¿Me dejarás si te lo pido pequeño? - Miró hacia atrás.

El pelo de Kredan era como el cuerpo de Yamask, en color y en textura, justo en su nuca los dos enormes ojos rojos del pokémon subieron y bajaron, parecía afirmar que podía deshacerse de aquella posesión. Kredan entendió de alguna forma la parte que le correspondía y estiró suavemente la mascara del lateral de su cabeza. Una luz blanca resplandeció y el pequeño Yamask se separó de Kredan. La cara del joven volvió a la normalidad.

K – Yamask, se que no querías causar problemas a la estación y querías detener a Cofagrigus, pero estoy seguro de que hay algún motivo por el que quería llevar este cacharro destartalado a donde sea que vamos. ¿No es cierto?

Cofagrigus agachó su cabeza asintiendo. Yamask se acercó a Cofagrigus, le dio algún tipo de regañina y después se dieron la mano. Los pokémon sonrieron y los tres jovenes también. Durante lo que quedaba de trayecto que fueron aproximadamente diez minutos se dedicaron a buscar la gorra del conductor. A pesar de eso no hubo nada de suerte. Pero el metro ya había llegado al lugar que tenía que llegar y se paró a la perfección en la parada. Cofagrigus hizo un gesto y Silpe activó la apertura de las puertas. Los pokémon a los que se había enfrentado Celsius estaban preparados para salir también, todos lo estaban. Cada uno de ellos dio un paso al frente y salieron a aquel lugar al que durante tanto tiempo habían soñado.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 18 de Octubre de 2016, 07:51:42 am
Capítulo 71: Parada única

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Kredan, Celsius, Silpe y todos los pokémon del metro salieron a través de las atrofiadas puertas del metro. Una luz tremenda cegó a los jóvenes, que no pudieron evitar frotar sus ojos, abriendo y cerrando repetidamente éstos para intentar acostumbrar su percepción a aquel ambiente.

Se encontraban en el fondo de una enorme cuenca, el lugar estaba lleno de vegetación, flores e incluso bayas crecían por todos lados. En la parte superior de aquella enorme depresión se podían ver lo que parecían restos de un pueblo.

K – ¿Dónde se supone que hemos acabado? - Preguntó aun frotando su ojo derecho.

C – Ni idea... Pero parece un pueblo dejado de la mano de dios...

S – Sinceramente no esperaba algo así. Esperaba algo más... tétrico... - Parecía un poco decepcionada.

Los pokémon fantasma del metro empezaron a salir uno tras otro sin detenerse ni un momento. Pasaron el pequeño andén que presidía el hueco y se dirigieron a unas escaleras que subían dando una vuelta alrededor del desfiladero. Los chicos se miraron entre ellos, al no tener ni idea de lo que pasaba decidieron seguir a los pokémon, sin decir nada. Aquel lugar tenía un halo de misterio que hacía mágico incluso el subir unas escaleras. El silencio inundaba el lugar, tan solo se podían oir el viento y los pasos de aquellos que tenían que usar el suelo para desplazarse.

En unos pocos minutos habían alcanzado la cima. Allí encontraron todo un pueblo, desolado.

Los pokémon se empezaron a dividir, cada uno se dirigía a una casa, a lo que quedaba de un pequeño parque, a un árbol. Parecía que sabían bien que era aquel lugar. Parecía que aquel lugar alguna vez fue para ellos algo más que una simple parada turística.
Yamask se quedó atrás, observó como todos los pokémon se disgregaban. Kredan no pudo evitar acercase a él. Se quedó a su lado sin decir nada. Silpe, Gastly y Celsius se acercaron a Kredan.

Ninguno de ellos habló durante aquel período de tiempo. Los pokémon parecían tristes, pero a la vez parecían aliviados. De alguna forma, daba la sensación de que volver a aquel lugar era exactamente lo que llevaban años esperando.

Coffagrigus se acercó, levantó una de sus sombrías manos, Silpe se acercó, le miró fijamente y agachó su cabeza. Lo que vio en su mirada le decía más de lo que las palabras hubiesen podido transmitir. El pokémon habló de nuevo usando a la chica como vía de transmisión.

S – Gracias por traernos aquí. Sin un ser humano el metro no hubiese funcionado... Por alguna razón, ese metro es la única forma de llegar hasta aquí, no se puede llegar volando, no se puede llegar andando por el túnel...

C – Probablemente se deba a su cercanía con el centro de la región... - Comentó Celsius recordando lo que Luso les había contado sobre los Nexos.

S – Como sea, sin alguien que nos llevara nunca hubiésemos podido volver con nuestras familias.

K – ¿A que te refieres?

S – A que aquí es donde nosotros pertenecemos. Nuestros entrenadores vivían aquí, somos los pokémon de personas que trabajaban en el metro batalla, normalmente todos dejaban sus pokéballs en el metro, en una taquilla. Muchos de nosotros nos quedamos encerrados allí, sin poder volver al lado de nuestros entrenadores. Porque un día, sin más, el metro dejó de funcionar. Nadie pensó en las personas de este pueblo, incomunicado del resto de ciudades, donde los dispositivos eléctricos no funcionan como deben, cuya única ruta de acceso es aquel metro...

C – Quieres decir que nunca nadie pensó en porqué la gente de este lado no dijo nada sobre volver a la gran ciudad? Nadie?

S – Nadie. Cuanto antes se cerrara el metro mejor. Nadie hizo preguntas, nadie buscó por respuestas. Aunque estoy seguro que mi dueña intentó volver a por nosotros...

K - ¿Tu dueña?

S – La conductora y más poderosa entrenadora del metro batalla. Hija de la líder de gimnasio de Ciudad Mayólica.

C – ¡¿Tu dueña es la hija de Sanda?!

S – Lo era. La gente que vivía aquí, como puedes ver, ya no está...

Coffagrigus dejó a Silpe. Cuando los tres jóvenes se quisieron dar cuenta, los pokémon que estaban allí empezaron a desaparecer. Golett y Golruk se sentaron juntos al lado de un enorme roble. Ambos lo abrazaron y sus cuerpos duros como la roca empezaron a desvanecerse como si fueran arena. Los Frillish bailaban sobre un pequeño estanque, daba la sensación de que bailaban junto a alguien. Sus rostros eran de felicidad aunque llenos de lágrimas justo antes de girar sobre sí mismos y desaparecer, dejando tan solo dos pequeñas ondas sobre el agua.
Spiritomb se había quedado allí en medio sin poder moverse ni un ápice. Sus ojos tristes no dejaban de gotear. Coffagrigus sostuvo su piedra y lo llevó a la puerta de su hogar.
Silpe les abrió, la casa estaba completamente en ruinas, solo quedaban los restos de lo que algún día fue. Coffagrigus lo dejó sobre el escritorio que había en una de las habitaciones, cerca de un pequeño trozo de papel. Pocos instantes después tan solo la roca donde normalmente habitaba quedó, sosteniendo aquella foto de cuando aún podía estar junto a la persona que más quería.

Los chicos se sentían inmensamente apenados. Casi no podían aguantar las ganas de llorar. Pero no querían que aquel momento se perturbara con sus llantos. Los pokémon fueron desapareciendo uno tras otro. Coffagrigus ayudó a aquellos que no podían avanzar por su cuenta. Yamask simplemente se quedó mirando, sin hacer nada.

Cuando tan solo quedaron ellos dos, Coffagrigus los llevó a su casa. Era la que tenía un mejor aspecto, se conservaba un poco mejor que las demás. El pokémon los guió por todo el lugar, al llegar al dormitorio de su entrenadora, se detuvieron. Coffagrigus sabía que el cuerpo de su entrenadora estaría aún allí. Se había dado cuenta de que, probablemente, fue la última en dejar aquel lugar.

Los chicos se detuvieron, y se quedaron mirando la espalda de Coffagrigus, que parecía agitado. El pokémon se giró, miró a todos. Con sus cuatro manos acarició a Silpe, Celsius, Kredan y Yamask. Los cuatro se mantuvieron tan fuertes como pudieron. El pokémon les sonrió, con aquella dentadura afilada y esos enormes ojos rojos, fue una imagen que se grabó a fuego en los recuerdos de todos, las cálidas manos y la tierna sonrisa de Coffagrigus, justo antes de entrar en aquella habitación y desaparecer.

Todos salieron de aquella casa. Lloraron, lo hicieron hasta sentir que no tenían nada más que retener dentro.

Sin decir una sola palabra cada uno de ellos decidió ir a sentarse en algún lugar. Kredan se fue con Yamask.

Cuando ambos estaban ya mejor el joven le preguntó a Yamask:

K – Dime... ¿No querías quedarte solo, verdad? - Dijo agarrando su máscara.

Yamask asintió, aún le quedaban algunas lágrimas. El pokémon parecía arrepentido de tener un deseo tan egoísta, Kredan lo sabía.

K – Yami... - dijo con la mirada perdida en el objeto áureo.

El pokémon se giró, no entendía que quería decir.

K – Perdona... Estaba pensando, Yami es una buena abreviatura para Yamask... Te importa que te llame así a partir de ahora? - Sacó una Ocaso Ball de uno de sus bolsillos.

El pokémon se emocionó. No tenía ninguna duda. Iría a donde fuese con aquella persona. Su entrenador pokémon, su amigo.
Así fue como Yami y Kredan se volvieron amigos.



Las horas se les habían echado encima. El atardecer ya asomaba por aquel lugar. Tenían hambre y Kredan trabajaba al día siguiente. Así que decidieron volver en el metro en el que de alguna forma habían llegado. Entre todos determinaron que se debía hacer para darle la vuelta a aquella enorme máquina oxidada. El viaje de vuelta fue algo más calmado. Kredan les contó a Silpe y a Celsius lo de Yami.

K – Supongo que Yami no estaba en el metro porque fuera el pokémon de un entrenador de por allí. - Dijo mientras el pequeño jugaba con el Gastly de Silpe.

C – Debe de ser eso... Te has parado a pensar en lo horrible que debió ser todo este tiempo allí?

S – Te refieres a en el pueblo o sin poder llegar a él...

K – Ambos suenan terribles... Supongo que la gente del pueblo enfermaba y no tenían los medios para tratar a todo el mundo...

C – Ni a los niños... - De nuevo las emociones salían a flor de piel.

S – Prefiero no pensar en ello demasiado... Sabemos que ahora todos vuelven a estar con aquellos que perdieron hace tanto tiempo... De alguna forma esa idea calma mi corazón...

C – Si, es cierto.

K – Por alguna razón estoy seguro de que la entrenadora de Coffagrigus hizo lo mismo que él ha hecho hoy con sus compañeros pokémon. Seguro que estuvo allí para acompañar a la gente de su pueblo y esperó a quedarse completamente sola para marcharse... Así al menos es como lo siento...


El metro empezó a detenerse al estar cerca de la estación de Mayólica. Al llegar Celsius llamo a Sanda para que les ayudaran a salir de allí sin ser vistos. La líder del gimnasio fue en su busca y consiguieron salir sin demasiados problemas.

Sanda les invitó a cenar a su casa, incluyendo a Silpe, la cual no pudo rechazar la insistente invitación de la líder de gimnasio.
Una vez allí se disponían a hablar de lo sucedido.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 17 de Febrero de 2017, 07:38:28 am
Capítulo 72: Mi pequeño

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Capítulo 72: Mi pequeño


K - ¡Se acabó! Tengo dinero suficiente para pasar una buena temporada.

C - ¿Nos vamos ya? Al final vamos a llegar tarde a la cena… - Celsius se había arreglado un poco para la ocasión.

La noche caía y Kredan por fin había terminado de trabajar. Los chicos habían quedado con Silpe en frente del piso donde vivía Sanda.
Al llegar allí estaba ella, con la misma ropa que el día anterior. Se saludaron y no tardaron en estar sentados en la mesa junto a Sanda y Voria. La líder de gimnasio les había preparado una enorme cantidad de comida. Al menos había comida para doce personas y tan solo eran cinco.

S - Espero que os guste la comida, hemos puesto todo nuestro cariño.

K/S/C - Muchas gracias. - Se pusieron a comer.

Durante la cena los chicos le contaron lo que habían vivido. Kredan les mostró su nuevo compañero, Yami. El pokémon parecía contento de estar allí, se unió a la cena, Raida y Binks lo hicieron también.

S - Entonces no habéis logrado lo que os pedí, no habéis encontrado el gorro del maquinista…

K - Era una mujer la que conducía el tren, y con todo lo que pasó, pensamos que lo más adecuado era que cofagrigus estuviese tranquilo en aquel lugar, no queríamos perturbarlo con nuestra presencia…

C - Perdona por no lograr el objetivo… - Estaban algo tristes.

S - No pasa nada, habéis hecho mucho más de lo que os había pedido. Quería ese gorro porque era el gorro de mi hija. Aquel lugar está demasiado cerca del nexo, incluso se considera parte del nexo. Volar por allí es imposible, las comunicaciones funcionan mal. No hubo forma de saber que sucedía. Cuando nos quisimos dar cuenta ya no tenía la oportunidad de ver a mi hija, solo quería tener un recuerdo.

V - Tienes miles de recuerdos de ella, pero ese gorro es lo que más querías porque sabías que le encantaba su trabajo…

S - Pero ahora que sé que están en paz… ya no me importa… Nadie quiso hacer lo que vosotros habéis hecho hoy, nadie… Por más que lo pidiéramos… Todo fueron excusas, pero vosotros simplemente lo habéis hecho. ¡Sois increibles, y tu tambien muchacha!

Sl - Oh… yo estaba allí porque quería investigar, solo eso… No tiene por qué agradecerme nada…

V - Estamos igualmente agradecidas. - Rieron.

Después de la cena se pasaron un buen rato hablando. La noche se les había echado encima y estaban a punto de despedirse cuando Sanda le preguntó algo a Celsius.

S - ¿Dime Celsius, te gustaría ayudarme una vez más?

C - Claro, sin dudarlo.

S - Sabía que esa sería tu respuesta. Toma, por favor, cuida mucho de ella, se que contigo crecerá fuerte, que descubrirá cosas increíbles. Se llama Servy. - Sanda sacó de una pokeball a un Snivy.

C - ¡Woah! ¿En serio puede venir conmigo? - Se acercó al pequeñín.

S - Claro, disfruta bastante peleando, pero con nosotras no tiene muchas oportunidades, estamos viejas y en mi gimnasio solo se usan pokémon eléctricos.

K - ¡Qué envidia! Tiene pinta de ser un pokémon extraordinario.

Sl - Yo si no son tipo fantasma, siniestro o veneno no suelo capturar nada… - Dijo Silpe mirando con algo de desagrado al pokémon.

S - Servy este será tu nuevo entrenador, es un combatiente genial, tienes ganas de pelear con pokémon de todos lados, ¿verdad?

El pokémon sonrió y dio brincos por toda la sala, parecía que de verdad tenía ganas de fortalecerse. Celsius le alzó la mano, Servy le chocó con la suya. Era un pokémon alegre donde los haya.

Después de aquello se fueron. Celsius y Kredan habían hecho nuevos amigos, tanto pokémon como humanos. Se disponían a ir a dormir al hotel, pero antes de aquello llamaron a Noivern para estar con él un buen rato. Silpe fue con ellos y se sorprendió al ver a aquel dragón.

Sl - Increíble. Su cuerpo negro y lila de verdad hacen que me plantee tener uno igual…

K - Es el pokémon de mi hermana. Pero ahora viene conmigo, porque no dejas que Gastly lo salude.

Silpe sacó a Gastly de la pokeball y al salir quedó perplejo. La majestuosidad de las alas y lo mucho que imponía su mirada lo dejó encantado. Gastly se volvió loco y empezó a dar vueltas a su alrededor. Noivern no sabía bien que hacer, pero terminó volando por el cielo nocturno con su nuevo amigo.

K - Tenía la sensación de que se llevarían bien.

Sl - La verdad es que más de lo que yo esperaba…

C - Por cierto Silpe, me gustaría preguntarte algo. - Dijo sacando su fiel dispositivo. - ¿Te gustaría trabajar en un laboratorio de tu región?

Sl - Claro… Espera… ¿Cómo?

C - He hablado con mi departamento, les he contado que te gusta el trabajo de campo y los pokémon fantasma son de tu interés. Probablemente tengas que viajar mucho, pero seguro que lo pasarás bien. Tendrás que ir a presentarte a Ciudad Engobe. Allí hay una universidad y necesitan gente que haga trabajo de campo.

Sl - ¿De verdad puedo hacerlo? - Sus ojos se volvieron cristalinos.

K - Bueno, en realidad solo te esta dando la oportunidad de que demuestres que puedes hacerlo.

Sl - Claro que lo acepto. Muchas gracias chicos.


Después de eso los tres se fueron. Kredan y Celsius tenían unos minutos de camino hasta el alojamiento.

C - ¿Cúal es nuestro siguiente paso?

K - Supongo que podemos ir a Bosque Blanco, dicen que allí va la gente a pelear y que hay un árbol digno de ver. ¿Que opinas?

C - Me está bien, tengo ganas de entrenar la verdad. - Los dos chocaron la mano y después el puño.

Su siguiente paso estaba decidido, aún les quedaba algo de tiempo hasta tener que llegar a su verdadero objetivo.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 21 de Febrero de 2017, 05:51:29 am
Capítulo 73: Bosque Blanco
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El viaje a Bosque Blanco fue bastante corto, por el camino los chicos habían comentado lo que podrían hacer durante su estancia allí. Kredan quería visitar el Cavernogal Blanco, antiguamente la zona en la que los entrenadores combatían para demostrar quien era el mejor. Se dice que allí iban entrenadores del más alto nivel, incluidos los campeones de la región. Actualmente el área de batalla se había habilitado fuera, porque los continuos combates habían llegado a debilitar la raíz del gran árbol y seguir con tantas batallas al día podría provocar un colapso fatal. Pero ahora se podía pasear por allí, sin armar alboroto para ver cómo era aquella maravilla de la vegetación por dentro.

Por su lado Celsius parecía bastante más empeñado en entrenar duro. Tenía muchas ganas de pelear al lado de su nuevo compañero y muchas más de mejorar con Raida y Lapras. Sentía que estaba cerca de controlar el poder de la megaevolución, que si se esforzaba la podría usar en combates reales. En lo más profundo de su corazón aún sentía miedo por la situación que se le echaba encima de forma inminente. Sabía que dentro de unos cuantos días se encontraría ante una situación que requeriría, no solo la megaevolución, sino que el resto de su equipo mejorara aún más.

Cuando se acercaban a Bosque Blanco podían ver cada vez mejor el enorme árbol que se alzaba cerca de las nubes.

K - ¡Woah! ¡Noivern no te acerques tu solo ahí, espera a que vayamos juntos! - Gritó a su amigo volador.

C - Madre mía, menudo espectáculo, ahora tengo algo más de curiosidad.

K - Es increíble que solo un árbol sea tan grande, ¿no crees? De lejos en el aire parecía una masa de vegetación.

Al llegar al lugar buscaron alojamiento. Noivern parecía tener ganas de volar cerca del árbol, así que mientras Kredan le dio permiso para que fuera a explorar. Después de eso los dos jóvenes fueron a visitar el Cavernogal Blanco. Se adhirieron a un grupo de turistas y un guía muy simpático les explicó todo lo que debían saber.

Las cuevas estaban iluminadas con algún tipo de rocas azules, parecían contener algún tipo de poder eléctrico que las hacía emitir aquel encantador brillo. En aquellas cuevas había algunos pokémon que vivían con tranquilidad. Algunos Roggenrola y Boldore paseaban de un lado a otro, rodando y caminando poco a poco. Pegados a aquellas piedras algunos Ferroseed parecían disfrutar del día. Incluso vieron un Golett, Celsius no tardó en recordar su batalla contra uno en el metro de hacía unos días atrás.

Al llegar al final de la ruta, en la sala más al fondo de todo el Cavernogal se sorteó entre todas las personas que estaban allí una Piedra Trueno. Kredan tuvo la suerte de recibirla, todos allí aplaudieron, él se sintió un poco avergonzado e incrédulo al obtener un premio. No solían tocarle nunca ese tipo de cosas.
Después de todo aquello salieron a la superficie. Los chicos comieron en un restaurante cerca de allí. Después de eso tenían claro donde querían ir.
Kredan llamó a Noivern y fueron a la zona de batalla que había cerca del árbol.

El terreno que se había preparado para las batallas era genial. Estaba rodeado de vegetación, de rocas, de árboles, incluso había un escenario con un pequeño lago. Algunas personas estaban peleando, otros muchos tan solo se sentaban alrededor del lugar, en bancos de madera hechos con troncos partidos en dos.




K - Esto es lo que nos hace falta. - Respiró hondo y acarició la cabeza de Noivern.

C - Parece que hay unas cuantas personas aquí que estarán dispuestas a pelear. - Sacó a Servy de su pokeball.


Unos cuantos curiosos fueron a ver a Noivern, no era un pokémon típico de aquel lugar, como de costumbre llamaba la atención.

K - Tengo ganas de… - Susurró algo que fue imperceptible por Celsius. Pero Noivern se lo quedó mirando.

C - Bueno, vamos a ver si hay alguien que quiera pelear. - Se metió en el campo donde había un lago, estaba solo, aunque no tardó en tener compañía.


Un niño se adelantó a otros contendientes posibles que se habían levantado de sus asientos para pelear. Celsius tenía claro que combatiría junto a Servy tanto como pudiera. Era el pequeño del equipo, tenía que crecer tanto como pudiera en poco tiempo.

Su contrincante usaba a Mienfoo. La batalla dio comienzo con pocas palabra de ambos lados. Servy era rápido, pero Mienfoo le seguía el ritmo con tranquilidad. Mienfoo fue el primero en lanzar un ataque, atacó usando sus palmas, con Destructor para inflingir daño físico a Servy, pero el pokémon lo esquivó, a la orden de su entrenador, ipso facto Celsius le había indicado usar Látigo Cepa, con el fin de golpear a una distancia media a su rival, pero Mienfoo también esquivó el movimiento de Servy.
<Tengo que aumentar la velocidad de alguna forma> Pensó Celsius.
La batalla continuó entre movimientos poco acertados, y algún Malicioso de Servy que reducía la defensa de su sival.
Celsius se centró en que su pokémon esquivara y mermara a su rival poco a poco, pero relamente esperaba la oportunidad de hacer algo más grande. Cuando Mienfoo se lanzó hacia Servy para golpearlo con Doble Bofetón fue cuando Celsius vió el momento de vencer. Servy esquivó el movimiento y justo después:

C - ¡Servy usa tu Látigo Cepa para girar con el árbol y golpea a Mienfoo con el otro látigo!

Servy ató rápidamente uno de sus látigos a un árbol y saltó girando sobre él extendiendo otro de sus látigos. El rango del movimiento y la velocidad aumentaron drásticamente. Mienfoo no pudo esquivar el golpe y fue vencido a causa de la merma que había sufrido a lo largo de la batalla.

C - ¡Excelente Servy, eres el mejor! - Servy chocó uno de sus látigos con la mano de su entrenador. Celsius se arrepintió al sufrir el latigazo. Pero estaba contento.

Por su lado Kredan había podido pelear unas pocas batallas. Había usado a Noivern, Binks y Yami. La batalla de Celsius se había alargado suficiente como para que a él le diera tiempo a hacer tres.

K - Le he estado echando un ojo a tu pelea, ha sido increíble. Servy responde extrañamente bien a tus ordenes, sois muy afines.

C - La verdad es que es genuíno en batalla. - Servy parecía orgulloso de sí mismo.

Mientras hablaban un chico de aspecto rural se acercó. Había estado observando las batallas de Celsius y Kredan desde que empezaron, no les había quitado el ojo de encima.

¿? - Perdón… - Dijo algo cortado.

K - Eh… Dinos. - Lo miró a los ojos.

¿? - ¿Podría pelear con alguno de vosotros? - Dijo sacando de uno de los bolsillos de su peto una pokéball.

C - Claro, si quieres podemos pelear aquí mismo, soy Celsius, el es Kredan. ¿Como te llamas? - Extendió su mano.

T - Me llamo Terad. Vivo aquí y siempre me ha gustado enfrentarme a gente increíble. - Sonrió.

Kredan no dejaba de mirar a sus ojos, cada vez con más interés.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 23 de Febrero de 2017, 12:49:32 am
Capítulo 74: Cazador

Spoiler: mostrar

Esta vez el combate iba a ser tres contra tres, Celsius tenía ganas de poner a prueba a todo su equipo y Terad parecía más que satisfecho de ello.
Lapras fue la primera elección del joven investigador, el pokémon salió de la pokeball directo a la zona acuática del campo. La luz del Sol brillaba sobre la piel de Lapras, que sonriente mostraba una mirada desafiante.
Por su lado Terad sacaba a la batalla a un pequeño Joltik.

T - ¡Vamos Joltik, lanza tu Red Viscosa! - Gritó a pleno pulmón.

El pequeño arácnido empezó a lanzar hilos por todo el campo, Lapras terminó cubierto de algunos de ellos. Pero no le preocupaba. Celsius ya había ordenado usar Poder Pasado, los ojos de su pokémon se tornaron grisáceos y lanzó un enorme cañón de energía del mismo color que impactaba directamente contra su rival dejándolo fuera de combate sin ninguna oportunidad de luchar.

C - Una victoria fácil amigo. - Aplaudía a su compañero.

T - Vamos, sal a por ellos Simipour.

Simipour era un pokémon de aspecto desenfadado, pero distaba mucho de sus capacidades.
Se movía rápidamente por el campo, lanzó casi sin pensarlo Maquinación un par de veces a la vez que esquivaba el Poder Pasado y el Rayo Hielo de Lapras.

< Deberías cambiar de pokémon…> Pensó Kredan que miraba el combate de cerca.

Celsius intentó sellar los movimientos de Simipour creando esquirlas de hielo por todo el campo, una estrategia que había funcionado bien anteriormente. Pero Simipour había ganado mucho ataque especial en poco tiempo y no tenía la necesidad de huir del siguiente movimiento.
Cuando Lapras lanzó Poder Pasado Simipour lo recibió de frente y lanzó a toda prisa Hierba Lazo. Agitó sus manos hacia arriba y después rápidamente hacia el centro y un montón de plantas, con un brillo verde claro intenso, agarraban con fuerza a Lapras. Los tallos llenos de hojas y energía iban mermando a Lapras que gritaba al no poder hacer nada contra semejante despliegue de poder.
El efecto de Hierba Lazo cedió, Simipour se acercó a Lapras sonriente, éste estaba con la cabeza agachada, sin moverse ni un ápice. Pero Celsius sabía que no había perdido, y de nuevo pidió a su fiel compañero que lanzara Rayo Hielo. El pokémon reaccionó y con la mayor de sus determinaciones lanzó el movimiento directo a su contrincante, que no esperaba tener que esquivar ningún ataque. Lo recibió y terminó la batalla con otro Hierba Lazo.

C - Bien luchado viejo amigo. - Devolvió a su derrotado amigo y sacó a su nuevo pokémon.

Servy salió al combate, listo para aceptar cualquier desafío. A pesar de su entusiasmo se enfrentaba a un rival de una envergadura considerable. Siendo un tipo agua había vencido al Lapras de Celsius. El entrenador sabía perfectamente que no había hecho excesiva merma en la resistencia de Simipour, pero esperaba grandes resultados de Servy. Aprovechó la estrategia que había desarrollado un combate atrás y hizo que su pokémon se abalanzara sobre el rival mediante su Látigo Cepa.
Pero olvidaba que Terad le había estado observando. Simipour recibió alto y claro la orden de saltar en cuanto Servy se agarró a un árbol y después de eso le lanzó Rayo Hielo dejándolo fuera de combate.

C - Supongo que era demasiado pronto… - Devolvió al pequeño Servy y sacó a su fiel Raida.

Raida entró en el campo de batalla, apenas hubo tiempo de admirar su relampagueante cuerpo. Simipour lanzó Escaldar, Raida saltó para esquivar, lanzó de forma continua un Rayo que impactó en el pokémon rival. Fue suficiente para dejar fuera de combate a Simipour.

T - ¡Vaya, tu pokémon es realmente fuerte! Además lleva algo interesante en el cuello, espero ver lo que puedes hacer con él. - Lanzó una Ultraball.

Cuando el pokémon salió del contenedor metálico dejó sin aliento a todos los que seguían el combate. Kredan quedó asombrado, era tal como sospechó desde el principio, aquel tipo no era alguien corriente.

El aire alrededor de Virizion se sentía diferente, Raida había tomado una posición completamente defensiva, apretaba fuerte su mandíbula. Celsius sabía cuál era aquel pokémon. Conocía bien qué tipo de rival enfrentaba, pero no era la primera vez que luchaba contra un pokémon legendario.

C - ¡Raida, esquiva todo lo que venga hasta que te avise! - Dijo, esperando una brecha.

T - No vas a usarlo… Es una lástima…

Virizion empezó con su primer golpe, concretamente Espada Santa. Una enorme hoja verde apareció sobre la cabeza del pokémon. En un instante estaba delante de Raida, que se movió un segundo antes de que lanzara el golpe, esquivandolo así. El corte dejó una marca en el terreno, volviéndolo más abrupto. A pesar de eso, Raida seguía concentrado, esperando el momento adecuado para golpear con Lanzallamas. Celsius tenía esperanza en vencer con pocos golpes. Pero Virizion no cedió en la persecución de Raida, que poco a poco se movía más y más despacio.

C - ¡Vamos Raida, has de ser más rápido!

Celsius no se había dado cuenta de que las patas de Raida se estaban llenando de la pegajosa seda que Joltik había dejado en el campo al principio de la batalla. Poco a poco se le hacía más complicado seguir el ritmo del pokémon legendario.

Pero Celsius no lo daba por perdido, así que justo cuando Virizion iba a saltar de nuevo a la posición de Raida le dió la orden. En el preciso instante en que dió el salto para acercarse la boca de Raida se llenó de llamas. El calor de su boca se percibía incluso con ésta cerrada. Al tocar el suelo, Virizion se encontró de cara con el Lanzallamas de Raida.

El pokémon salió muy malherido y brincó de vuelta con su entrenador. Terad se sorprendió, no esperaba que hubiera respuesta por parte de Celsius a cómo se sucedían los eventos. Lo aplaudió, pero no tardó en contestar.

C - ¡Lanzallamas! - Gritó.

T - Pantalla Luz. - Dijo calmado.

Virizion levantó la pantalla luz, que se llevó gran parte del daño del lanzallamas. Justo después siguió con Gigadrenado. Unos tentáculos brillantes que se movían en zigzag persiguieron a Raida hasta que lo atraparon y le absorbieron la energía. El pokémon intentó protegerse con Lanzallamas desesperadamente. Lo logró, cayó al suelo casi derrotado y en cuanto alzó la vista la sombra de Virizion ya se proyectaba sobre él, sus ojos rojos lo miraban fijamente, como si lo juzgara, y lo golpeó una vez más con Espada Santa, dejándolo fuera de combate.

Celsius estaba abatido, fue corriendo a buscar a Raida, el pokémon le lamió la cara. <Lo hemos hecho bien> Pensó, esperando que aquel sentimiento llegara a su pokémon.


K - Celsius, has estado increíble. - Le puso la mano sobre el hombro.

T - ¿Increíble? Tiene un pokémon con mucho potencial y lo desperdicia haciendo el pargueras. No se que entiende la gente de vuestra ciudad por increíble, pero sin duda he acabado muy decepcionado…

K - Porque no lo repites dentro de una semana, ¿eh? - Lo miró amenazante.

T - Uy, te pones chulo conmigo, ni siquiera aguantarías media ronda conmigo y mi pokémon amigo. Puedo pelear aquí y ahora si quieres.

K - No tengo interés en ganar a un equipo de pokémon moribundos.

T - Tengo más que ofrecer, me sobraría con un sólo pokémon para darte tu parte.

K - ¿A si? ¿Tan claro lo tienes? Entonces por qué no...  - Celsius lo interrumpió.

C - Dejalo Kredan, me da igual lo que piense. No tienes que rebajarte a su nivel.

K - Pero merece que le… - De nuevo su amigo no le dejó terminar.

C - Si alguien tiene que darle su merecido ese seré yo. - Dijo con mirada desafiante.

Terad se rió, no tenía interés en vencer a alguien a quien ya había vencido. Pero acabó convencido de pelear contra Celsius en cinco días. Si ganaba Kredan pelearía contra él. Si perdía sería premio suficiente para los chicos.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 15 de Mayo de 2017, 01:16:27 am
Capítulo 75: Vuelve

Spoiler: mostrar

Había pasado un día después de aquella pelea en la zona de batallas de Bosque Blanco. Terad esperaba con ansias la batalla contra Celsius y el joven investigador la esperaba con más ganas aún. Kredan llevó a Celisus de nuevo a la zona de batalla. Era temprano, a penas había gente alrededor, rondaban las ocho de la mañana.

C - Despertarse temprano para entrenar se siente muy de película no crees? - Dijo mientras se preparaba al otro lado del campo.

K - Si bueno, yo antes solía entrenar por las mañanas temprano.

C - ¿Con tu hermana?

K - Con mi hermana, con mi padre, con los amigos de mi pueblo, aunque éramos pocos…

C - Nunca me has contado nada de ti, de cuando eras más pequeño. Yo te conté la historia de Lapras, así que supongo que te toca contarme tu historia, antes de embarcarte en toda esta locura… - Sonrió algo forzado.

K - Te lo contaré si vences a Terad. Si le ganas te contaré como era mi vida antes de los sucesos que me llevaron a viajar a Hoenn.

Celsius había obtenido un mayor aliciente para vencer a su rival, ahora además tenía la motivación de conocer mejor a Kredan, aunque sabía que lo más probable es que se lo fuera a contar de todas formas.

Los chicos hicieron ejercicios con sus respectivos pokémon. Corrieron alrededor del campo de batalla, entrenaron la precisión, los reflejos, la fuerza, la concentración. Todo mediante pequeños ejercicios en los que empleaban los recursos a su alrededor para mejorar.
Una vez terminados los calentamientos técnicos empezaron los combates. Kredan empezó usando a Binks. Celsius sacó a Servy, sabía que era el que necesitaba más entrenamiento.

K - Lo más importante es algo que tu mismo ya sabes, analizar el terreno en el que combates. La última vez usaste muy bien a tu favor el escenario en el que transcurrió la batalla, pero confiaste mucho en las mismas estrategias. Un buen entrenador ha de desarrollar nuevas estrategias en el transcurso de la batalla, y aunque te diga esto, es probablemente tu punto fuerte. Si consigues desarrollar aún más tu potencial en ese aspecto podrás sortear obstáculos de gran envergadura sin mucho problema.

C - ¡Vaya! Gracias. - dijo algo sonrojado.

K - No te confíes solo por eso. Otro punto muy importante es analizar el pokémon del rival. Algunas veces has pecado de no tener demasiada idea de a qué te enfrentas, es lógico que te suceda, pocas personas son capaces de memorizar todos los pokémon que se conocen hasta el día de hoy, sus características más destacables y que tipo de movimientos pueden usar. Pero es importante intentarlo. Ayer cuando enfrentaste a Terad dejaste que Simipour ganara mucho ataque especial y dejaste caer a Lapras en vano. Si hubieses hecho un cambio en ese momento podrías haber acabado con su racha fácilmente.

C - Ya, pero el también pudo cambiar… ¡Claro! Al entrar en la pokeball perdería la subida de poder… Lo entiendo.

K - Dicho esto, empecemos a pelear.

Binks levantó rápidamente Reflejo y Pantalla Luz. El daño que iba a recibir por parte de Servy no sería mucho. Kredan jugó a una batalla de resistencia. Binks mermaba a Servy poco a poco con Poder Pasado y Fuerza Lunar y cuando sus movimientos defensivos dejaban de tener efecto los volvía a usar. Poco a poco Servy se adaptaba a los movimientos de Binks, la batalla duró veinte minutos, Celsius iba cediendo poco a poco al estrés de aquella pelea constante sin apenas resultado. Así pues dejó de lado su estrategia inicial y cambió a Lapras. Kredan no dejó que aprovechara su ventaja de tipos, rápidamente cambió a Yami. Pero Yami se lanzó corriendo a la cabeza de Kredan y empezó a jugar con su pelo.

K - ¡Vamos Yami! Deja eso, luego puedes jugar con mi pelo si quieres, pero ahora vamos a enfocarnos en la batalla. - El pokémon algo deprimido fue al campo de batalla.

Lapras era un pokémon poderoso, lleno de confianza en sus capacidades. Sus ojos siempre eran desafiantes, parecía disfrutar de los retos, había nacido para luchar contra las adversidades.

Yami no esperó a que su rival moviera ficha, se lanzó hacia Lapras, lanzó Fuego Fatuo reaccionando al grito de su entrenador. Lapras no lo pudo esquivar y terminó quemado. No afectaba del todo a Lapras ya que daba uso de su ataque especial para golpear. Sin esperar ni un segundo Celsius ya le había dictado su siguiente movimiento. Lanzó Rayo Hielo directo a Yami, este no pudo esquivarlo. Pero era un pokémon muy osado, resistía cualquier golpe sin apenas tambalearse. Casi sin respirar ya le estaba lanzando Infortunio a Lapras. Su máscara brilló con un intenso color morado, y de sus pequeños brazos llamas del mismo color emergían sin parar. Celsius sabía que no sería bueno recibir aquel ataque, intentó contrarrestarlo con Hidrobomba, pero Yami lanzó su movimiento por ambos flancos, el cuerpo de Lapras ardió en llamas violetas y azules, pero no se había debilitado, seguía en pie. En cambio Yami había recibido de lleno el Hidrobomba de Lapras y había quedado fuera de combate. Kredan lo devolvió a su pokeball.

K - Muy bien. Vamos a ir con todo. - Lanzó un silbido al aire.

Noivern volaba con mucho entusiasmo sobre el campo de batalla, al oír el silbido de su entrenador ejecutó algunas piruetas, elevándose aún más en el cielo y dejándose caer en picado. Justo antes de llegar al suelo abrió sus alas y de un solo golpe frenó levantando una enorme cantidad de viento en todo el campo de batalla.

K - Vamos Noivern, demostremos quienes son los reyes aquí. - Dijo confiado.

C - No te olvides que peleas contra un prodigioso investigador. - Sonrió también con mucha confianza.

Noivern era mucho más rápido que Lapras, en tan sólo unas milésimas de segundo le lanzó Pulso Umbrío a Lapras, que fue incapaz de contrarrestarlo y quedó fuera de combate.

C - Bien hecho. Vamos con el siguiente.

Servy volvió a la batalla, Celsius lo sacó aún cuando sabía que no sería capaz de hacer demasiado. Servy no se había enfrentado a un pokémon tan grande jamás y quedó muy impactado al ver la enorme silueta de Noivern. A pesar de eso no se amedrentó.

K - Noivern vuela alto.

El dragón negro empezó a volar por encima del terreno de batalla. Sin ejecutar ningún movimiento. Celsius sabía que Kredan lo probaba. Y iba a demostrar que podía con el reto.

C - Servy, usa látigo cepa para impulsarte con los árboles.

El pokémon se agarró en los árboles que tenía más cerca, se lanzó de uno a otro y cuando estuvo cerca de Noivern se impulsó verticalmente hacia el cielo. La cola de Servy se iluminó al ir en dirección a Noivern, Kredan se dio cuenta de que era el movimiento Hoja Aguda, Celsius también y le ordenó golpear a Noivern con su nuevo movimiento. Noivern lo esquivó fácilmente. El pequeño Servy empezó a caer desde aquella gran altura, pero no parecía estar en pánico, parecía esperar alguna idea de su entrenador, lo miraba, expectante.

< Que puedo hacer, Malicioso, Hoja Aguda, Látigo Cepa…> Celsius buscaba entre sus posibilidades. Sus ojos se movian rápidos por el campo, buscaba la solución a aquella caída que dañaría gravemente a Servy. Pronto encontró respuesta a sus preguntas.

C - ¡Servy! Espera el último momento y golpea con Látigo Cepa el suelo, impúlsate hacia adelante con ellos.

El pokémon recibió alto y claro el mensaje, del cuello de Servy asomaban los pequeños látigos, esperando el momento exacto para golpear. Y a pocos metros del suelo los alargó y movió su cabeza hacia adelante mientras lanzaba el movimiento hacia el suelo. Golpeó con éxito el suelo y aprovechó la fuerza para girar y amortiguar el impacto.
Kredan no daba crédito, la sincronía entre Celsius y Servy era extraordinária. No podía evitar emocionarse.

K - Noivern, lanza ráfagas de viento, no dejes que suba con tranquilidad la próxima vez.

Noivern empezó a aletear con fuerza en la dirección de Servy, que por su ligereza se veía arrastrado con facilidad por el viento. Pero Celisus no se iba a detener por un poco de viento. Recurrieron a la misma estratégia de antes, y para luchar contra el viento de Noivern añadieron un poco de movimiento. Cuando se había posicionado bajo su rival Servy volvió a lanzarse con sus dos látigos, pero esta vez lo hizo mientras rodaba, usando Hoja aguda en su cola, cortando así el aire y la resistencia que le impedía saltar. Servy logró golpear a Noivern una vez. Después de eso Kredan se puso serio y con Vendaval lo dejó fuera de combate.

C - Muy bien, vamos con Raida.

Raida era el último pokémon de Celsius. Kredan cambió a Noivern por Binks. El pequeño Binks levantó una Pantalla Luz para evitar daños de Raida. El pokémon de Celsius no tenía muchos movimientos con los que vencer a Binks, así que decidió asediarlo con tantos Rayos como fuesen necesarios. De nuevo fue una batalla de resistencia, Binks logró dos o tres golpes certeros sobre Raida, que se movía rápido por el campo de batalla. A pesar de su resisténcia, Binks terminó perdiendo, pero lanzó una última Pantalla Luz para proteger a Noivern.

La batalla final fue entre Noivern y Raida. Ambos pokémon eran veloces, Noivern apenas había recibido daño de Servy y Raida estaba algo malherido por los movimientos de Binks.

C - Este es el tipo de escenario donde quiero estar Kredan. - Dijo gritando.

K - Te veo muy motivado, espero que te mantengas así de firme siempre. - Lo desafió.

Celsius hizo un gesto a Raida, el pokémon lo entendió, Kredan esperaba con ansias lo que iba a llegar.

C - ¡Alcanza la velocidad de la luz, alzate por encima de tus enemigos, ruge con la fuerza de un trueno! ¡Mega Evoluciona! - Una luz blanca salió de la piedra que Celsius llevaba en su gorra y una luz arcoíris salió del collar de Raida. Se mezclaron cambiando la forma de Raida.

Allí estaba, la esperada mega evolución de Raida. Kredan se había emocionado enormemente al verlo. Sentía que por fin iba a poder enfrentarse a un verdadero reto.

C - ¡Raida, usa Rayo! - Gritó rezando para que su compañero le hiciese caso.

El pokémon lo miró fijamente, sonrió y se lanzó sobre Noivern sin pensarlo dos veces, pero esta vez haciendo caso de su entrenador.

K - Veo que por fin os entendéis. Si es así entonces no voy a dejaros respirar ni un poco.

Noivern esquivó con dificultad el movimiento, se posicionó sobre Raida y lanzó Pulso Umbrío. La oscura onda que salió del cuerpo de Noivern impactó sobre Raida. Pero este no se iba a detener. Se siguió moviendo más y más rápido. Celsius tenía claro que su mejor opción era presionar a Noivern desde varios ángulos con Rayo. Raida siguió la orden. Kredan y Noivern eran presionados por segunda vez de mano de aquella pareja entrenador-pokémon. Noivern lanzó Vendaval, aquel vendaval oscuro que arrasaba con todo. Golpeó a Raida pero se impulsó sobre un árbol para acortar distancias con Noivern que fue alcanzado por un Rayo. Su potencia era increíble, pero no iba a ceder. De nuevo lanzó Pulso Umbrío y Raida contraatacó con Rayo de nuevo. Ambos pokémon recibieron el movimiento del rival. Ambos cayeron debilitados.

Raida volvió a su estado normal, a pesar de que había terminado ambos levantaron la mirada, no querían ceder, pero sus entrenadores sabían que ya era suficiente. El resto del día descansaron.

Se pasaron toda la semana entrenando como locos para que Celsius fuese capaz de vencer a Terad.

El día había llegado, hacía calor, los chicos llevaban horas despiertos, habían calentado un poco antes de que llegara su oponente.

Terad llegó al fin. Se demoró un poco, pero no se disculpó por ello, era orgulloso.

C - Quiero pedir algo esta vez. - Dijo sin tan siquiera saludar.

T - Que pasa, no quieres que use a Virizion porque te da miedo perder. ¿Verdad? - Se rió.

C - Lo contrario, quiero un combate uno contra uno y quiero que uses a Virizion.

T - Entonces esta vez supongo que usarás la mega piedra. De acuerdo, vamos a ello sin más precedentes.

Terad se posicionó en uno de los lados del campo. Celsius ya lo esperaba en el otro. Kredan se sentó a mirar cómo transcurría la batalla en uno de los bancos de piedra que rodeaban el lugar. Unos pocos niños y otros entrenadores se acercaron a ver la batalla. La mayoría personas que se habían quedado por allí con tal de ver otra vez a Virizion después de cinco días. Sin duda había generado expectación.

Virizión salió a pelear, por el lado de Celsius Servy era la elección.

T - ¿Intentas reírte de mí? - Gritó indignado.

C - En absoluto, además no deberías tener problemas para enfrentarte a mi recién evolucionado Servine. ¿O es que tienes miedo? - Sonrió.

T - ¿¡ De verdad !? No me tomes el pelo, si no me dura más de un movimiento exijo que uses a tu Manectric.

C - Como quieras, vamos a ir empezando.

Virizion miraba altanero a Servy, pero el pokémon de Celsius no se dejaba intimidar, todo lo contrario, parecía tener muchas ganas de enfrentar a aquel pokémon legendario. Y su entrenador estaba tan excitado como él.

La batalla dio comienzo. Virizion empezó de nuevo con Espada Santa. Servy lanzó uno de sus látigos a uno de los árboles de detrás para poder evitar el golpe, que dejó una marca profunda en el suelo.

C - ¡Servy acércate a él con tu Látigo Cepa y gira!

El pokémon empezó a lanzarse de un lado a otro por el campo Virizion lo seguía con la mirada. No recibía órdenes de su entrenador. Servy se lanzó sin más hacia él y cuando estuvo al lado usó Hoja Aguda. Virizion no sufrió prácticamente daño.

T - ¿Eso es todo lo que tienes? No me hace falta decir nada para que mi pokémon gane esta batalla. - Se sentó en el suelo a ver cómo se desarrollaba el combate.

Virizion se abalanzó sobre Servy usando Hoja Aguda, que aparecía a los lados de su cabeza, como dos grandes cuernos afilados. Al estar tan expuesto después de su ataque no pudo evitar recibirlo. Con un solo golpe y poco eficaz la batalla estaba casi decidida. Servy había quedado contra las cuerdas en un momento. Virizion esperó al siguiente movimiento de su contrincante, lo menospreciaba, se podía ver en su forma de hacer.

C - ¡Vamos con el plan Servy!

El pokémon volvió a usar el entorno a su favor, pero esta vez empezó a elevarse. Virizion simplemente lo seguía con la mirada. Esperaba a tenerlo a tiro de nuevo para acabarlo con su propio ataque. Pero tanto él como su entrenador estaban equivocados si pensaban que seguirían sin hacer cambios. El pequeño pokémon empezó a girar mientras subía cada vez más alto y cuando llegó a estar por encima de la copa de los árboles aumentó su velocidad de giro a la vez que se impulsaba hacia su objetivo, esta vez ejecutando Golpe Aéreo. Las hojas de su cola se alargaron y se volvieron de un color azul celeste muy intenso. Se había vuelto una hoja circular que se abalanzaba a toda velocidad. Virizion se dio cuenta del peligro y su entrenador le dio un grito, pero era demasiado rápido. Cortando ramas a su paso y arremolinando el viento a su alrededor Servy golpeó con fuerza a Virizion que se vio gravemente afectado por el movimiento de aquel pokémon que parecía tan inofensivo.

C - ¡Lo tenemos! ¡No dejes de moverte Servy! - gritó emocionado.

T - Maldito idiota. Virizion Agilidad.

La velocidad de Virizion aumentó drásticamente, seguido de esto el pokémon empezó a arremeter usando Hoja Aguda contra los arboles que quedaban hechos pedazos a su paso. Servy huía tan rápido como era capaz de aquella estrategia desesperada.

C - No podemos parar ahora. Sube alto Servy, ¡Salta al cielo!

El pequeño Servine de Celsius saltó igual que cuando peleó con Noivern, pero esta vez ya estaba girando en el aire.

C - ¡Usa tu cuerpo y tus látigos para aumentar tu velocidad de giro!

Con un látigo por delante y el otro por detrás empezó a aumentar la velocidad de la fuerza centrífuga. Se había convertido en una enorme hélice verde. Virizion aceptó el reto. Terad lo vio y le gritó su siguiente movimiento, Espada Santa. Una hoja enorme apareció en su cabeza, Virizion saltó para acortar la distancia que recorrería Servy y así disminuir el poder de su siguiente movimiento. A pesar de eso sus giros eran cada vez más y más rápidos. Cuando estaba a punto de llegar al punto de impacto retiró ambos látigos y ejecutó de nuevo Golpe Aéreo.

Ambos pokémon salieron despedidos. El resultado estaba por salir a la luz pronto.

Kredan llevaba rato de pie, todo el mundo allí estaba emocionadísimo, unos animaban a Terad otros se decantaron por la valentía de Celsius.
Pero el resultado era claro, Virizion seguía en pie, a pesar de que casi no tenía fuerza para ello y por su lado Servy no podía mover ni un solo músculo.

La gente gritó, hubo aplausos por todos lados, a medida que se había sucedido la pelea se había agrupado aún más gente y todos se habían vuelto locos al ver aquel espectáculo. Un buen grupo de gente empezó a vitorear a ambos entrenadores.

C - Un trato es un trato, si quieres usaré a Raida. Pero creo que no te conviene.

T - Nos sobra energía para vencerte. Adelante, ven con todo lo que tienes. - Se había encendido totalmente.

Celsius no pudo rechazar aquellos sentimientos, además realmente sentía ganas de seguir peleando, tenía ganas de seguir poniendo a prueba su voluntad y la de sus pokémon.

Raida salió al campo de batalla, sus ojos lo decían todo. Virizion estaba muy malherido pero siguió amenazante, incluso sonrió al ver el espíritu de batalla de Raida.

La batalla estaba a punto de empezar, pero alguien decidió detenerla, de la peor forma que se podía.

Un cañón de energía enorme impactó sobre una de las ramas del enorme árbol que daba nombre a aquel pueblo. La rama empezó a caer, algunos entrenadores dieron buen uso de las habilidades de sus pokémon para evitar que la rama cayera en la zona de las casas. Alrededor de treinta pokémon se coordinaron para desplazar aquella enorme rama fuera del área. A pesar de eso se temía por la vida de algunas personas y pokémon.

La gente empezó a preguntar de dónde venía aquel ataque, todos alzaron la mirada al cielo, allí estaba, como una pesadilla que no puedes sacar de tus sueños. Aferrándose a destruir todo lo que había en el camino de Kredan y Celsius. ¡Lugia y su entrenador!

Terad no tenía idea de lo que sucedía pero se había enfadado mucho y Celsius estaba en la misma situación.

¿? - ¡Jajaja! ¡Seguro que así vienes a por mi! - gritó el niño a lo lejos.
Título: Re:Alas Rotas [OriginalFic]
Publicado por: Kredan en 26 de Junio de 2017, 06:23:09 am

Capítulo 76: Grise




Spoiler: mostrar

Todo el mundo allí apuntaba sus miradas sobre el legendario Lugia. Miradas de odio, de rencor, de miedo, de emoción, todas apuntaban a aquel pokémon y al niño que montado en él se reía a carcajadas.



¿? - ¡ Vamos, SALID A JUGAR CONMIGO ! - Gritó incesante.



El niño de repente dejó de reír, se giró bruscamente, de entre todas las miradas de aquel lugar una logró hacer que aquel entrenador sin escrúpulos se girara. Eran los ojos de Kredan, llenos de odio, ardientes y enloquecidos.



K - ¿No tienes suficiente con lo que hiciste en Hoenn? - Gritó



El joven iba montado a lomos de Noivern, cuyos ojos eran tan o más amenazantes que los de su entrenador.



¿? - ¿Tienes que estar siempre en mi camino? ¡Aparta! - Gritó dando a Lugia la señal para lanzar de nuevo su Aerochorro.



Lugia concentró energía mientras inhalaba el aire de su alrededor, de su boca emanaba una luz celeste que poco después era proyectada directamente a Noivern.

Pero era un movimiento predecible, lo evitaron fácilmente, pero de nuevo provocó un fuerte impacto sobre el gran árbol.

El resto de entrenadores que miraban la escena se vieron obligados a combatir la caída de una rama esta vez mayor que la anterior. Por suerte había suficientes pokémon como para destruir y mover la rama evitando el mayor daño posible. A pesar de eso muchos fueron los que salieron heridos de aquel ataque.



K - ¡Noivern, Pulso Umbrío! - El pokémon no dudó, su cuerpo se enegreció y al batir sus alas lanzó una onda oscura directa al cuerpo de Lugia.



Parecía haber surtido efecto, antes de que se dieran cuenta Lugia estaba cayendo, Noivern se lanzó en picado en su busca. A su vez Celsius y Terad se dirigían a la zona de impacto a lomos de Virizion, Raida los seguía corriendo a su lado.



El gran Lugia cayó, la gente de los alrededores se apartó, algunos se mantuvieron a la defensiva con sus pokémon listos para el ataque. Noivern, Raida y Virizion se pusieron frente a Lugia, el pequeño niño bajó a tierra firme.



¿? - Muy bien, si esto es lo que queréis, vamos a empeorar las cosas. ¿Pero antes, como decíais que os llamáis? - Sonrió.



C - No te soporto, la última vez… no, nunca he podido pelear contra ti, pero eso es diferente ahora. He entrenado muy duro para llegar hasta aquí. ¡Mi nombre es Celsius, y yo mismo acabaré con tus estupideces irracionales! - Proclamó.



T - No se quien eres o que cojones haces destruyendo este lugar sagrado, pero te juro que te destrozaré a ti y a tu pokémon. Mi nombre es Terad, cazo a aquellos entrenadores que creo que son poderosos.



K - … Kredan… Dime tu nombre, necesito saberlo antes de romperte los huesos…



G - JAJAJAJAJA Tu eres el que está más chalado. Ahora que no sois solo unos desconocidos os lo diré. Soy Grise y seré el rey de este mundo, soy el elegido de Arceus, pronto tendré poder suficiente como para provocar o detener una guerra a mi antojo. No seáis muy duros conmigo, solo tengo 12 años.





Antes de que nadie pudiese añadir nada Virizion ya se había abalanzado contra Lugia, y Noivern había alzado el vuelo de nuevo, Lugia se defendió de Virizion que ya estaba exhausto, el pobre pokémon duró tan solo un golpe. Por su lado Noivern se disponía a lanzar Vendaval, y Raida empezó a correr alrededor de su enemigo llenando de energía eléctrica su cuerpo.



G - ¡Pulso Dragón! - El movimiento impactó sobre el vendabal de Noivern.



Ese pequeño lapso de tiempo fue suficiente para que Raida propinara un Rayo directo a Lugia. Las heridas pasaban factura al pokémon. A pesar de eso, se lanzó a volar, se acercó a Noivern, este le intentó repeler con Pulso Umbrío que impactó de lleno, haciendo caer de nuevo a Lugia, pero mientras caía lanzó de nuevo Pulso Dragón, esta vez impactando directamente sobre Noivern, que salió despedido contra el gran árbol de la ciudad.



< Vamos, aparece pequeño… > Pensó Grise.



Lugia no podía pelear. Así pues decidió retirarlo. Grise levantó las manos indicando que no quería seguir peleando. Kredan fue directo a él, Celsius lo detuvo, forcejeó un rato, pero no podía salir de los brazos de su amigo, que le impedían cometer una locura de la que se pudiese arrepentir.



K - ¡Dejame ir!



C - ¡Es solo un niño!



Terad se acercó a aquel pequeño loco. Lo agarró del brazo y lo arrastró hasta el centro pokémon. Pero antes de poder llegar a él un gran relámpago cayó sobre el árbol. El destino parecía cebarse con aquel milagro de la naturaleza.

El cielo se empezó a enturbiar, más y más relámpagos caían por todos lados.



G - ¡HA VENIDO A BUSCARME! - Giró la cabeza tanto como pudo, con una enorme sonrisa dibujada en su cara.



T - ¿Qué cojones has hecho? - Dijo mientras veía como parecía que el mundo iba a terminar ahí mismo.



Del cielo una enorme criatura descendía, su piel era de un color tan negro que absorbía la luz a su alrededor. De su cola un brillo azulado iluminaba los alrededores, delante de todas aquellas personas, ante un árbol gigantesco ardiendo en llamas, el omnipotente Zekrom se presentaba para sembrar aún más miedo y caos.



C - ¿Qué se supone que hace Zekrom aquí? - Dijo mientras soltaba a Kredan



K - ¿¡Dime cabronazo, QUE SE SUPONE QUE ESTÁS HACIENDO!? - Agarró de la camiseta a Grise y lo zarandeó.



G - Solo he provocado a Zekrom para que viniese en mi busca.



El dragón ónice se paró en medio de todo aquel revuelo. Los truenos sonaban por todo el lugar. Grise se soltó de Terad y corrió delante de Zekrom.



G - Hola querido Zekrom. Estoy seguro de que pronto seremos buenos amigos.



C - ¡Estas loco! ¡Sal de su lado, te matará!



Kredan sacó a Binks y Yami de sus respectivas pokéballs, le pidió a Binks que protegiese el Centro Pokémon con sus movimientos defensivos, a Yami se lo llevó a encontrarse con Zekrom.



El dragón legendario miró con sus rojos ojos a Grise. Lo observó detenidamente, como si lo estuviese juzgando por sus pecados. El niño por su parte tenía los ojos abiertos como platos, lo desafiaba con la mirada, era como si fuese a devorarlo. Lo miraba como un depredador a su presa. Zekrom se sintió amenazado y lanzó un grito, los relámpagos y los truenos empezaron a estallar de forma recurrente. Nadie osaba entrometerse en aquella locura.



Poco a poco Grise se acercaba a Zekrom, cada vez más y más. Sacó una pokeball normal y corriente de uno de sus bolsillos, la alzó y se dispuso a hacer contacto directo con aquella criatura legendaria.



C - Está loco… está completamente loco…



Por alguna razón Zekrom no se movió ni un poco, su cara había cambiado, parecía sereno, y sin rechistar dejó que aquel pequeño entrenador lo alcanzara. No opuso resistencia, su captura duró tan solo tres segundos.



G - ¡LO TENGO! ¡HE CAPTURADO A ZEKROM! Ya no tengo nada que hacer en este sitio patético…



Grise sacó a Zekrom de su pokéball y se subió a su lomo. Nada de aquella situación parecía tener sentido alguno. El pokémon se dispuso a alzar el vuelo y cuando había despegado unos metros por encima del suelo una Bola Sombra impacto en su izquierda desestabilizando por completo su cuerpo. Kredan se había vuelto a dejar poseer por Yami. El muchacho tenía la máscara puesta y mediante el pelo formado por el cuerpo de Yami lanzó otra Bola Sombra.



G - ¿Qué os pasa, no sabéis cuándo parar o que? Estoy harto de que todo el tiempo me hagáis la vida más dura de lo que ya es… ¿Porque no te quedas en el hospital una temporada, señor amenazas?



El cuerpo de Zekrom se encendió, su cola brillaba con intensidad y una gran cantidad de electricidad empezaba a concentrarse en su cuerpo. Se convirtió en una enorme esfera de luz, los relámpagos que caían aleatoriamente ahora se concentraban sobre su cuerpo.



G - Vamos allá, Rayo Fusión.



C - ¡KREDAN! ¡APARTA DE AHÍ MALDITA SEA!



Kredan no se movía ni un poco, probablemente debido al miedo, aquella esfera gigantesca de luz y relámpagos se disponía a lanzarse sobre él. El suelo alrededor de Zekrom se rompía con facilidad. Pero no se podía mover, no tenía nada que pudiese hacer.



< Mierda piensa algo, piensa, piensa, piensa… ¡PIENSA!> Pensaba Celsius mientras contemplaba con horror la escena.



Pero no había tiempo para pensar. Ante todos aquellos ojos el Rayo Fusión se dirigió directamente a Kredan. En un último acto el joven se arrancó a Yami de la cara y lo lanzó tan lejos como pudo.



El movimiento de Zekrom impactó de lleno, un gran estruendo llenó la ya arruinada ciudad, la gente se tapó los ojos, Celsius cayó sobre sus rodillas, no podía creer que después de tanto le iba a pasar aquello, no podía cerrar los ojos, aun cuando la luz del impacto obligaba a la mayoría de personas a cerrarlos.



Tras unos segundos la polvareda levantada con aquel movimiento se detuvo, Zekrom se encontraba delante del punto donde se encontraba Kredan, agarrando el cuerpo de un pokémon casi tan grande como él. El Mamoswine de Terad había impedido que el joven entrenador fuese asesinado.



G - ¿Cómo es posible…?



T - Aprende pronto la tabla de tipos idiota, desaparece de aquí antes de que te destruya a ti y a tus pokémon. - Su mirada era salvaje.



Grise se fue volando a lomos de Zekrom, algunas personas se quejaron, gritaban que se debía hacer justicia. Pero no era el momento de volverse locos, había un incendio que parar. Pokémon y personas trabajaron para detener cuanto antes el incendio que estaba consumiendo el gran árbol. Por suerte el tamaño y el hecho de que no estuviese seco evitaron una catástrofe mayor. Pero en el cuerpo de aquel anciano nogal se había marcado aquel día, que nunca sería olvidado.



Celsius corrió tanto como le dejaban sus piernas, abrazó a Kredan, lloró, pues de verdad creyó haber perdido a su amigo. Kredan se quedó quieto, sin hacer nada un buen rato, había entrado en shock y no fue hasta que su amigo empezó a llorar que no recobró la conciencia de sí mismo. Movió lentamente sus brazos y abrazó con fuerza y miedo a su amigo. Kredan también empezó a llorar. Terad los acompañó a ambos al centro médico más cercano. Se encargó de que sus pokémon llegaran a salvo al centro pokémon. Mucha gente actuó voluntariamente en los cuidados a los heridos, en la reconstrucción de las estructuras que se habían destruído.

Aquello era muy similar a la vez en que los pokémon atacaron Azuliza, esta vez la destrucción había sido menor, no había muerto nadie, pero el culpable fue una sola persona y no un grupo de pokémon violentos.



Pasaron un par de días antes de que Kredan se recuperara completamente del shock.



Tras aquel incidente a Terad se lo conoció como el salvador de Bosque Blanco. Se alzó un pequeño monumento en su honor, era una losa de piedra donde se talló a Mamoswine y a Virizion. Una placa conmemorativa por salvar la vida de personas y proteger la integridad del lugar. Se hizo mención a todos aquellos entrenadores que participaron, en total más de 53.



Kredan y Celsius se fueron de Bosque Blanco al tercer día después del accidente. Se despidieron de Terad, dejaron en el aire la disputa entre Virizion y Raida. Kredan no mencionó nada sobre pelear contra él. Parecía bastante abatido.



T - Esto… Celsius, voy a ir en busca de Zekrom y Grise, me encargaré de que pague por lo que le ha hecho al gran Nogal, pagará por usar el poder de Zekrom para algo tan terrible.



C - Si lo encuentras y tienes cualquier problema, llamanos, estaremos por aquí una temporada.



K - Te agradezco mucho que salvaras mi vida Terad. No se cuantas veces lo he dicho, pero de veras, gracias por lo que has hecho por mi. Algún día espero poder pagar mi deuda.



T - No hace falta que le des demasiadas vueltas. Tú hubieras obrado igual.



Ambos chicos estrecharon sus manos con Terad. Se iban de allí y dejaban con ellos algo más que a un nuevo amigo. Poco a poco se acercaban a su destino, Ciudad Caolín.