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General => Literatura y Fan Fiction => Mensaje iniciado por: Rowen en 17 de Febrero de 2011, 05:13:21 am

Título: [Fan Fic] La Diosa de la luna (título provisional)
Publicado por: Rowen en 17 de Febrero de 2011, 05:13:21 am
Bueno, este es mi primer post oficial después de mi presentación y es para, valga la redundancia, presentaros mi historia. Antes de nada, me gustaría aclarar unos puntos:

Mi fan fic es de pokémon, pero está visto desde otra perspectiva diferente a la habitual. En el texto trato más a los pokémon como animales, que se comen entre ellos, que son cazados por humanos para poder obtener carne, etc. Sería más una visión Monster Hunter (aquí un gran fan de la saga) en cuanto al comportamiento y ecología. He estado leyendo el fic de Anthony y no es ningún plagio de éste, ya vereis (que por la explicación parece un calco a su intro xD).

En cuanto a la trama, también hay algún cambio. No es la típica historia del entrenador que quiere llegar a ser el mejor. No diré mucho más, prefiero que leais y juzguéis.

La estructura del relato serán capítulos cortos que iré posteando regularmente (cada semana, calculo, lo que me permita la uni (la época de exámenes es muerte y destrucción)).

Este primer capítulo tiene ya unos meses. He repasado un poco el texto, pero si tiene faltas, avisad.

Y creo que ya está, si se me ocurre algo más, editaré. Disfrutad de la lectura ^^

EDIT: Utilizaré los nombres de los personajes en versión Europea y también versión USA, dependiendo cual me guste más.


La Diosa de la Luna
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Era una noche lluviosa al pie del monte Corona. Solo se escuchaba el suave golpear de las gotas de lluvia sobre la vegetación. La mayoría de los Pokémon de esa zona dormían refugiados en sus madrigueras o entre la maleza; los Pokémon pájaro se acurrucaban bajo los árboles más tupidos; algún que otro Pokémon nocturno merodeaba en busca de presas a las que coger desprevenidas. Todo parecía normal en aquel paisaje, como cualquier otra noche lluviosa bañada por la luz de la luna. Pero algo no acababa de ir bien. La hembra de Mightyena, durante la cacería para alimentar a sus crías, se topó con algo realmente extraño. Era un Rattata. Estaba muerto. Para Migthyena no era raro ver un Pokémon muerto: la cadena alimenticia de la naturaleza era así. Cuando Mightyena se acercó a olisquear el cadáver del Rattata para saber si era comestible o no, algo hizo que se le erizase el pelo. Su sexto sentido le decía que definitivamente algo no iba bien. El estado del cadáver de ese Pokémon tenía algo macabro. Sus tripas estaban esparcidas por el suelo. Mightyena nunca había visto nada similar. No parecía una herida propia de algún otro Pokémon. Es más, si realmente hubiese sido uno, se lo hubiese llevado o comido. Parecía que, fuese lo que fuese el monstruo que había hecho eso, hubiese querido matar a aquel Rattata sin un motivo aparente. Los Mightyena son animales fuertes y orgullosos, sin miedo a nada ni nadie, pero en esta ocasión la hembra pudo saber de buen grado que era el miedo. De pronto, algo interrumpió su trance. Sus orejas se movieron casi involuntariamente; oía algo. Sus músculos se tensaron. ¿Quizá era el monstruo que le había hecho aquello al Rattata? Cuando oyó más claramente el sonido, identificó que era. Eran pasos, pasos de personas, humanos. Mightyena decidió irse corriendo ante el panorama: humanos que podrían capturarle y un monstruo suelto... Tenía que volver con sus crías.

“Aquí está” dijo el policía que acompañaba la bella joven. Cuando la chica enfocó con su linterna la escena, quedó impactada. Desde luego, no era algo normal, no había acudido en valde. Pasó el paraguas al policía para que la tapase mientras examinaba más de cerca el cuerpo.
-Mientras un joven entrenador Pokémon pasaba por esta ruta, descubrió el cadáver. Según su declaración, vino corriendo a comisaría a notificárnoslo. Parece un entrenador avanzado; sabía que el estado de este cuerpo no era normal -informó el policía.
-Qué lástima... -se lamentó mientras se agachaba.
La mirada de la joven era triste, melancólica. Cogió dulcemente la pata delantera derecha del Rattata y le acarició con el pulgar. Enfocó a la cara del Pokémon y observó las pupilas dilatadas unos segundos. Tras ello, iluminó el vientre casi partido en dos y las entrañas esparcidas alrededor. El policía no pudo evitar que le entrasen arcadas.
-Ningún ser vivo debería ser ejecutado con esta crueldad -concluyo la joven- Ni siquiera tuvo oportunidad de defenderse; no sacó sus garras y tampoco utilizó sus dientes para atacar -explicó al policía mientras iluminaba las diferentes partes y señalaba- Le asestaron un único corte vertical en el vientre y murió lenta y dolorosamente desangrado.
-¡Por Dios...! ¿Que clase de Pokémon haría algo así?
-Ningún Pokémon, ni salvaje ni entrenado; ni por orden de su dueño; ni por necesidad de hambre extrema haría algo así a otro.
-¿Entonces...? -preguntó el policía confuso.
-Definitivamente, esto es obra de un humano -se levantó. Su expresión parecía inmutable: seria y con mirada triste.
-¿¡Q-Que!? ¿¡Pero que clase de persona haría esto!?
-Un cobarde -los ojos de la chica brillaban de forma especial bajo la luz de la luna- Y voy a encontrarle.
-Es usted una gran investigadora y campeona Pokémon, Cynthia, si alguien puede hacerlo esa es usted.
Cynthia se giró y miró al policía a los ojos, esta vez con mirada ardiente y apretando los puños.
-Pienso encontrar al autor de esto y hacerle pagar por ello, lo juro. Nada ni nadie podrá detenerme.
Los ojos de la chica despedían un brillo, esta vez, de fuego: el fuego de la venganza.
Título: Re:[Fan Fic] La Diosa de la luna (título provisional)
Publicado por: Rowen en 22 de Febrero de 2011, 07:11:26 am
Luna creciente
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Cynthia avanzaba decididamente por los pasillos del cuartel de la policía. “¡Señorita, no puede entrar ahí...!”. Dentro no encontró a nadie. Era una sala de interrogatorio vacía.
-¡Cynthia! -dijo una voz ronca autoritaria.
Cuando se giró, vio a un hombre tosco, de mediana edad, cubierto con una gabardina de cuero marrón, desgastada. Poco a poco fueron acudiendo más policías.
-¡Inspector Handsome! Lo sentimos, entró de repente y...
-¡Calla! -gritó Handsome al policía que intentaba excusarse- Cynthia, ¿que haces aquí? ¿¡Que pretendes con este espectáculo!?
La joven no respondió. Se limitó a mirar fijamente a los ojos de su interlocutor. Para sorpresa de los allí presentes, el inspector pareció entenderla; como si le hubiese mandado un mensaje secreto que sólo el podía entender.
-De acuerdo, tú ganas. Ven a mi despacho y hablaremos tranquilamente. Pero por favor... La próxima vez no montes estos espectáculos. Se supone que eres una civil.
-¡Pero inspector...! -replicó uno de los policias.
-Yo me responsabilizaré de todo, ¿entendido?

El despacho del inspector era como el de las novelas negras: un denso humo de tabaco en el ambiente, informes esparcidos por doquier, un escritorio con varios teléfonos, ventanas con persianas laminadas... La lluvia aún caía lánguidamente mientras las tinieblas de la noche quedaban asoladas por la preciosa luz de la luna. La chica se acercó a la ventana y apartó las laminas de la persiana con la mano para poder observar el paisaje. Mientras, Handsome aprovechó para sentarse en su oficina y encenderse un cigarrillo.
-Dígame, inspector -dijo la joven esbozando una sonrisa pícara sin dejar de observar el paisaje- ¿Qué hace un miembro de la policía internacional asentado en esta comisaría?
-Tienes suerte de tener los contactos que tienes, Cynthia -dijo tomando una larga calada del cigarro- aún no se como has logrado que uno de mis agentes te llevase a la escena del crimen.
-Está pasando algo, ¿verdad? Algo grande...
-Ya sabes como funciona esto... Es información confidencial... -dijo mientras sonreía. Sabía que tenía la sartén por el mango.
-Sabes que para mi no existen los secretos -miró fijamente los ojos de Handsome. Al policía le resultaba difícil aguantarle la mirada: era como si con esos ojos oscuros como la noche pudiese ver en el interior del alma de las personas. Incluso un tipo como él tuvo que apartar la mirada.
-Está bien. Es evidente que mi estancia aquí no pasa desapercibida. Como habrás comprobado ya, no se trata de una muerte normal. Ese pokémon ha sido asesinado. Asesinado por un humano -tragó humo.
-Sí, resulta evidente una vez visto el cadáver. ¿Que tiene que ver la policía internacional con esto?
-Bueno, ya sabes... La policía internacional defiende los derechos fundamentales de los pokémon y persigue este tipo de crímenes...
-¿Enviando a uno de sus mejores inspectores para investigarlo? Por favor... No nací ayer, inspector. La policía local se podía haber encargado de llevar la investigación. Además, ¿por qué prestar atención a un incidente como este? Podría ser obra de un perturbado.
-Je... Eres brillante, muchacha, podrías ser una buena inspectora.
-¡Deja de jugar ya! -dijo con tono imperativo mientras se acercaba a la mesa.
-No se trata de un caso aislado -dijo con la cabeza gacha, sin dejar de fumar.
-¿¡Que!?
Handsome cogió una carpeta marrón y se la pasó a Cynthia. Cuando la abrió pudo ver fotos de otros pokémon muertos en circunstancias similares, todos con su debido informe adjunto.
-Por Dios... -dijo llevándose una mano a la boca.
-Creemos que puede ser algo serio. ¿Y tú, Cynthia? ¿Como te enteraste de esto? ¿Que te llamó la atención?
-Yo... Tuve un sueño.
-¡Venga ya! ¿Me vas a decir que un sueño te dijo qué pasaba?
-Cree lo que quieras.
Tras unos instantes de silencio, Cynthia adoptó una posición pensativa mordiéndose el pulgar.
-Todos los casos son de aquí, de Sinnoh -añadió el inspector.
La chica permaneció callada. Empezó a deliberar. No era un solo caso aislado, así que el entrenador que encontró el cuerpo queda descartado: si hubiese sido él, la policía lo hubiese investigado en las otras ocasiones...
-Antes de que te vayas, que quede claro: yo no te he dicho nada. Es todo cuanto se.
-Está bien, gracias. Te debo una.
-Sobretodo no interfieras más.
-Nos vemos -levantó la mano derecha como despedida mientras se iba. Evidentemente Handsome sabía que interferiría, sin duda. Este caso la había afectado. Y precisamente era lo que quería, que interviniese.

La noche empezaba a desvanecerse y la lluvia había cesado. Después de abandonar la comisaría, el C gear empezó a sonar. Era uno de sus contactos, Lucian, de la Liga. Cuando respondió, pudo ver la  pálida cara de Lucian en la pequeña pantalla. “Cynthia, ven inmediatamente. Estoy en Puntavera. Ven lo más rápido posible. Tengo algo”. Colgó antes de que pudiese responder. Un escalofrío recorrió la espalda de la campeona. Era algo malo, lo presentía. Como fuese, debía ponerse en marcha urgentemente. Sacó una pokéball del cinturón y la lanzó. Un gran y fuerte Staraptor salió de ella. Seguidamente, lo montó y le dio un toque con la mano en el lomo. El Staraptor gritó y con sus potentes alas alzó el vuelo. Mientras volaba, el sol comenzaba a despuntar en el horizonte. Los tonos rojizos del sol, reflejados en las nubes, eran el presagio de lo que le aguardaba en la eterna ciudad nívea.