Mira que sois pesados ¬¬ Hasta el lunes o el martes no volváis a poneros cansinos por un capi xD
~Capítulo 11~Yuri se lanzó al sofá en media sala común
-¡Daloz, aparta! –Dijo en pleno vuelo.
Todos los miembros de la sala común vieron como Yuri se estrellaba encima de Daloz. Algunas risas resonaron al fondo, mientras otros miraban expectantes. Raruto entre ellos, reía a carcajadas.
-Anda, quita… -Murmuraba Daloz mientras intentaba levantarse, con Yuri encima.
Nos acomodamos en el sofá con un Raruto acoplado incluido. La sala estaba abarrotada como pasaba algunos días, y costaba un tanto respirar en aquel ambiente, pero no había muchos sitios para sentarse y no hacer nada en la PxP, ninguno mejor que una de las varias salas comunes distribuidas por el edificio. La sala del ala sur era la preferida de Yuri, a pesar de que todas fuesen iguales.
-Tengo entendido que una muchacha danesa se ha incorporado en la PxP, ¿no? –Preguntó Yuri.
-Eso parece. Se hace llamar Yanira, y te aseguro que está buenísima. –Comentó Raruto.
-¿Danesa? Qué curioso… ¿Tan buena está? -Habló Daloz.
La incorporación de nuevos miembros en la PxP a veces era usual y otras no, pero no todos eran de España, sino que la Unión acogía a gente de todos los países que fueron contraídos por el virus. Yuri lo sabía muy en el fondo, él mismo había vivido en Alemania bastante tiempo, y se había familiarizado con ella.
-Que sí, que sí… -Hablaba Raruto entre risas- Cuando la veáis ya veréis como sabéis de quien os hablo. Es una tía con el pelo negro y largo, con los ojos marrones.
Seguimos hablando unos minutos más de otros temas más clásicos, los típicos temas que incluyes cuando no hay ninguna novedad: El que si la nunca parará la lluvia, donde Daloz propuso poner a Raruto a bailar la danza de la lluvia a ver si se iba, o el que si qué tal el entrenamiento, o si el Guilmon de Isma era realmente un Digimon.
-…Yo te digo que es un dragón de comodo de Austra…-La voz de Yuri se interrumpió por el sonido del altavoz. La voz de Maestro Arena retumbó en la sala común.
-Atención, todos los miembros del grupo Fallen Leaves, que vengan a mi despacho. Se reclama su presencia a todos, o al menos a la mayoría. –El altavoz se apagó.
-Ha dicho a la mayoría, por lo que yo me quedo aquí. –Mencionó Raruto en el sofá.
-Ahí te quedas pues…
Yuri y Daloz se levantaron a la vez, dejando a Raruto en la sala común. Subieron las escaleras y cruzaron pasillos, todos iguales con las mismas paredes negras y rojizas.
-Oye… -preguntó Yuri- … ¿Cómo se va al despacho de Arena?
-¿Y a mí que me preguntas? –Daloz parecía sorprendido- Yo te estaba siguiendo a ti.
-Bueno, creo que era torciendo a la izquierda y luego dos veces a la derecha por el pasillo… -Yuri estaba confuso.
Al fin, llegamos a unas puertas blancas ribeteadas de rojo.
“Despacho de Raistlin”
-Em… -Murmuró Daloz. -¿Qué coño hacemos en el despacho de éste?
-Ya, ya, media vuelta…
Les costó una hora y media hora llegar al despacho de Arena. Búsquedas infructuosas les llevaron a los despachos de M Dragon y de Javi, recorriendo de un lado a otro la PxP. Al fin, encontraron la escalera que llevaba al despacho.
-¡Esperadme, cabrones! –Se escuchó la voz de Tobi al fondo. No era el único que llegaba tarde.
-¡Es Tobi! ¡Corre, Daloz!
Subieron las escaleras de dos en dos con velocidad y abrieron la puerta del despacho sin más. Yuri se apoyó en la puerta y la cerró mientras daba un suspiro de alivio. Ahí se encontraban Arena y todos los Fallen Leaves, excepto Tobi, quien aporreaba la puerta con locura.
-Llegáis tarde… -Anunció Arena sentado en su sillón.
-¡Cabrones! ¡Esperadme y abrid! –Gritaba Mystrace desde fuera.
-¿Le abrimos? –Preguntó Raruto.
-Sí, dejadle pasar si eso… -Dijo Arena sin interés.
Yuri abrió la puerta y dejó pasar a Tobi, con el sudor en el pelo y la piel, quien le recibió con una mirada fría.
Maestro Arena era el jefe de batallas de la PxP, quien se encargaba de la organización de las tropas enviadas a las ciudades, a recoger gente, o ante algunos conflictos mayores de la PxP. Aquel día, llevaba puesta una camisa blanca con corbata y unos vaqueros azules como alguien normal. Tenía el pelo rubio y corto, los ojos, marrones con una mirada serena y a la vez firme. Aquella mirada nos enfocaba a todos en la sala. Arena suspiró.
-Una hora y media esperándoos… No tenéis remedio. Bien, voy a lo siguiente: Han aparecido señales nuevas del virus PxP. Como sabéis, el virus tarda un tiempo indefinido dependiendo del organismo del portador, por lo que la cantidad de portadores es desconocida. Siento haceros trabajar en fin de semana, pero esas son las reglas.
-Así pues, me dispongo a lo siguiente: Kronos y Vicky, os envío a Australia.
-Siempre he querido ver las playas de Australia. –Vicky parecía contenta.
-No, no, os envío a Australia central, a la zona del desierto. Allí, en una pequeña aldea llamada Windersday, un joven de dieciséis años ha sido localizado con el virus.
-Oh… -La sonrisa de Vicky desvaneció.
-Prosigo: Flyne y Mystrace, a vosotros os envío a Moscú, Rusia. Una niña de seis años ha caído inconsciente en plena calle sin motivo alguno, y los médicos no dicen nada. Hemos recibido un informe de que es portadora. –Dijo Arena. Ambos asintieron.- Wolf, Kyoru y Poker, vosotros dos podéis descansar, con estos ya es suficiente. Os llamaré para otra ocasión.
-Finalizo con vosotros: Raruto, Yuri y Dalozfer, vosotros iréis a Londres, a por otra joven. La muchacha tiene once años y se ha descubierto que tiene el virus, además, ya lo ha dado a conocer con algunos signos. Tenemos que analizarla.
Todos asentimos ante Arena.
-Tenéis los aviones y algún refuerzo fuera, en el ala este de la PxP. Cada avión va a vuestro respectivo destino y aterrizará en una base que nos ha proporcionado el gobierno. Suerte.
Todos salimos de la sala y nos dirigimos al ala este de la PxP. Yuri se asomó a la ventana cercana: Seguía lloviendo.
-Bueno, al menos veremos canguros… -Decía Kronos con ironía.
-¿Qué importa el desierto o el polo norte? Aún me acuerdo cuando me enviaron a la selva de Brasil a por un crío, quien murió a los pocos días por el virus. Un viaje en vano, y encima estuve ingresado dos semanas por picadura de arañas, ya podrían haber enviado a otro, que casi arriesgo mi vida… –Flyne estaba aburrido mientras andábamos- Lo que quiero decir es que el desierto australiano no tiene mucho de peligroso, solo que es aburrido de cojones y hace calor. –Contestó.
-Me da igual. Vosotros vais a Londres y a Moscú, allí hay actividad y hace fresquito, nosotros cruzamos medio mundo para pisar un maldito desierto, no es solo calor y aburrimiento. -Replicó Kronos indignado.
Al fin, llegamos al ala este, y a su respectiva parte llena de aviones de combate: Pequeños y negros.
Uno de ellos tenía grabado un uno en blanco, y su piloto les hacía señas a Yuri, a Daloz y a Raruto. Montamos en el avión, que, a pesar del aspecto, sí era lo suficientemente espacioso como para caber hasta cuatro personas entre los asientos y levantarse todos juntos en el mismo avión. Ahí nos esperaba la ropa de batalla: Una camiseta de manga corta y negra, y unos pantalones grises que llegaban hasta las rodillas, con numerosos bolsillos en ellos.
-No sé vosotros, pero Mystrace va a congelarse en Moscú con esta ropa. –Dije a la vez que me ponía la ropa y el avión despegaba de la pista de aterrizaje.