Por supuesto que ambas cosas son señal de falta de luces y educación, lo de los negros además de xenofobia es racismo. La cuestión es que muchas veces alguien dice un chiste de negros sin ser necesariamente alguien racista de la misma manera que alguien dice un chiste de catalanes sin ser catalonófobo, o alguien dice un chiste de gays sin ser homófobo, y no vamos a ir persiguiendo a tales por las redes sociales como respectivamente racistas, xenófobos y homófobos. Aun así, esto no quita que haya bastante gente por la zona castellana que se mofe de los catalanes de una forma un poco estúpida. Lo que significa algo más serio como una discriminación real es distinto porque ya no hablamos de un chiste o una broma pesada sino de un problema, plataformas que en su ideología le quitarían derechos a los negros o pondrían leyes homófobas, eso sí que es un problema para hacérnoslo mirar.
Hombre, obviamente cuando hablamos de jocosidad no malintencionada (¿Qué es un negro leproso en un árbol?) es absurdo hablar de multas y castigos, y de hecho soy el primer tío que le encanta el humor negro, pero es obvio que me voy a reír también del humor negro respecto a mí, y respecto a otros sin, por ello, vejarlos.
Yo hablo de, cuando existe de fondo un resquemor, o quizás no tan de fondo, y una incitación al odio. Esos twits está claro que no tienen sarcasmo (Al menos, leyéndolos en frío, que oye, al final solo pueden ser una broma de mal gusto o algo que se les puede haber ido de las manos, que creo que todos hemos visto Resacón en las Vegas xD) al ser escritos.
Moralmente, y judicialmente, esto que han hecho en esos twits, es incorrecto ya que incitan al odio (repito, desde mi punto de vista), pero todo es demasiado relativo como para poder emitir un juicio claro de sopetón y sin estudiar el tema de fondo. Por otra parte, Frantasy, estás reduciéndolo todo a algo demasiado simplista, como ya te han dicho por ahí arriba.
Las multas están bien para dar un toque de atención (exceso de velocidad, desorden público...), pero en este santo país se abusa
mucho de ellas. ¿Tiro una colilla? Bien, multa. ¿Amenazo de muerte a un tío? Multa. ¿Homicidio imprudente? Lo más probable es que me caiga un multazo y retirada de carnet, pero nada de cárcel (suena inverosímil, pero es muy triste cuando conocéis el mundillo...) y eso está mal. Hay muchas formas de combatir delitos, pero cuando todo se reduce a multas y prohibiciones, la cosa no funciona, y ya mejor no me pongo a ahondar en cuestiones de demandas civiles, agresiones, asesinatos o defensa propia porque me enciendo y no paro del cabreo que me entra.
En todo caso, respecto ya, a lo que hablamos en lo respectivo a la Libertad de Expresión, hay dos formas de socavar eficientemente el problema. Uno ya se ha apreciado aquí, y es educar a los que abusan de dicha educación (que desgraciadamente hay demasiado duro de mollera), que en la teoría funciona muy bien y es muy bonito (pero, aunque se me acuse de populista, citaré a Homer Simpson: "En teoría funciona hasta el comunismo" [no os echéis encima mía, lo del comunismo solo es una sátira jocosa]) pero luego en la práctica tenemos demasiados elementos externos que "corrompen" esa enseñanza. Yo mismo soy un intento de educación respecto a la libertad de expresión, y a veces me enveneno tanto con mi propia bilis que en fin, no lo parece. Los factores externos son un problema importante al respecto, porque todo lo enseñado en dos meses se puede deshacer en menos de una hora.
La segunda forma, es soliviantando la libertad de expresión de tal manera que existan los límites. Me explico. No mediante leyes, ni castigos, por esa misma tesitura existen las dictaduras y ahí no existe la Libertad de expresión, pero aunque suene surrealista, el sistema griego antiguo es la mejor solución, aunque a día de hoy con las ciudades y la sociedad masiva que existe sea algo cercano a lo imposible:
El ostracismo, o completo, total y absoluto olvido dentro del mundillo, es el peor castigo que se le puede hacer a una persona socialmente hablando, y los humanos somos animales sociales. Aíslale, no mediante una prisión ni barrotes, multas o trabajos forzados, sino mediante el desprecio (inexistencia) de sus iguales, y rectificará con rapidez, a menos que estemos hablando de un antisocial (que no asocial, no confundamos términos). Yo soy más partidario de ésta, a decir verdad.
En cualquier caso, no existe una solución definitiva y absolutamente eficaz, pero hay muchos métodos. El problema está cuando los listillos de turno se suben a la parra y abusan de una libertad que no es libertad, es libertinaje e invasión de la libertad de otro.