Capítulo 15: Escondites, casas y carreras.
- ¡No! -gritó Growlmon.
Beelzemon apretó el gatillo y la bala salío disparada, cada vez se acercaba más a mí y no podía hacer nada. Me cubrí con los brazos, llegó la bala a estar a poca distancia mia, y cuando menos lo esperaba...
- ¡Al suelo! -gritó Christian.
Me eché al suelo y me quedé pegado a él como un cromo, y Beelzemon no volvió a disparar.
- Beelzemon, quieto. -gritó una voz.
Beelzemon guardó su arma y se quedó cabizbajo.
- Ismael, saca el arma tuya, ¡deprisa! -gritó Miguel.
Desenfundé mi arma y apunté al chico, era el mismo de la última vez, el que no quería revelar su nombre, creo que era amigo del vaquero...
- No dispares. -dijo Beelzemon poniendo su brazo delante mia.
Bajé el arma, y el chico se acercó a todos los nosotros.
- Perdonad lo de la última vez, es una historia muy larga. Luego os la cuento. -explicó el chico muy nervioso.
- Ismael, ¿de qué habla? -preguntó Miguel.
- Te digo lo que el chico, luego te lo cuento. -dije riendo.
- Growlmon debe ser de nuevo Guilmon, ¿no? -me preguntó Growlmon mientras se miraba las manos.
- Sí. -le contesté.
Y así hicieron todos excepto Dorugamon, no podía contener la rabia interior, y se fue a por Beelzemon mientras estaba de espaldas.
- ¡Growlmon, para a Dorugamon! -le dije rápidamente.
Growlmon actuó de manera rápida e inteligente, se echó sobre él.
- Bien, quédate así un buen rato, hasta que Dorugamon vuelva a ser Dorumon. -le dijo Miguel.
Dejamos a nuestros compañeros solos y nos fuimos todos al interior de la casa, ya la había visto antes, ya no me parecía tan impresionante.
- Sentaos. - nos ofreció Christian mientras no daba unos refrescos.
- ¿Qué os contais? -preguntó Lucas muy relajado.
- Bien, nosotros yo estoy aquí por un accidente. -le expliqué cambiando de tono a Christian.- Fue gracias a un empujón.
- Ah, vale... ¿Y vosotros? -preguntó Christian a Tula y a Miguel.
- Lo nuestro no fue un accidente, vamos, Miguel, supongo que a ti no te empujaron. -dijo Tula y nos reímos todos.
- No, lo mio fue por curiosidad, no sabía qué era el brillo, pero ni siquiera sé si ellos saben que estoy aquí. -explicó Miguel mientras señalaba al techo.
- Explícate mejor. -le dije dando un pequeño sorbo del refresco.
- Que no sé si saben que el brillo era esto.
Afirmé con la cabeza dando por hecho que había captado lo que quería decirme. En uno de estos momentos insconscientes en los que miras sin querer a los demás vi a Tula, estaba callada, pero no había tristeza en su mirada, estaba encorbada y con las manos unidas, haciendo como un puño con ellas.
- ¿Te ocurre algo? -le preguntó el chico.
- ¿Tú eres Jesús? -se recompuso Tula de repente.
- Ehm... sí, ¿por? -le preguntó el tal Jesús con una cara de duda enorme.
- Ejem... tuyo es ese Beelzemon, ¿me equivoco? -preguntó Tula con la cabeza bien alta.
- Sí, ¿por qué lo preguntas? -contestó con otra pregunta Jesús.
- ¿Puede volver a ser Impmon? -preguntó Tula de nuevo.
Mmm... Impmon, ¿podría ser el que nos atacó esa vez?
- Sí. -respondió de nuevo.
- Vale, tu Digimon me trajo aquí, por su culpa estoy aquí. -explicó Tula.
No sabía que ese Beelzemon era el Impmon de la lucha que tuvimos, era toda una sorpresa.
- La historia lo explica todo, pero no encuentro el mejor momento para contarla.
- Vale, tranquilo, no pasa nada. -le tranquilizó Tula.
Pasó un largo tiempo sin que nadie dijera nada, solo se escucha los sorbos que hacíamos al beber los refrescos y el ruido al comer los aperitivos.
- ¿No es hora de ver si ya están como siempre nuestros Digimons? -ofrecí ir a verlos.
- Buena idea, vamos. -aceptó Christian.
Subimos el mogollón de escaleras. Abrimos la puerta, inspeccionamos el lugar y nos percatamos de dónde se situaban.
- Devimon, ¿estás ya mejor? -le preguntó Jesús a Beelzemon mientras le miraba.
Asintió con la cabeza, parecía un poco deprimido. Ese Digimon tenía una cara muy morbosa, daba repelús mirarlo, pero la verdad es que yo soy un poco miedoso...
- Yo voy a por Guilmon. -les expliqué mientras me ponía a buscarlo.
A lo mejor se había alejado un poco, era recomendable buscarlo un poco más a fuera.
- Estoy aquí. -me dijo Guilmon.
Le hice un gesto con la mano para que se acercara a mí, y vino. Caminé hasta donde nos debíamos quedar, el sitio donde está la casa. No me había fijado en que había varias casas, solo íbamos a una.
- ¿Y las demás casas, no vive nadie? -pregunté.
- No, es por si acaso se rompe ésta, o pasa algo grave. -respondió Lucas.
- Qué de seguridad... -bufó Miguel.
No le respondí, pero yo pensé lo mismo, ni que fuera una base secreta.
- Bien, pasad. -nos ofreció Terriermon.
Al entrar me percaté de la presencia de Calumon en el interior, estaba jugando con un cojín.
- Ven aquí. -exclamó Tula para que se pusiera entre sus brazos.
Nos sentamos todos, bebimos lo que nos faltaba y comimos hasta rebentar.
- Bien, ya que nos conocemos mejor, hablare de lo sucedido, la historia que tanto he quedado suspendida en el aire. -explicó pausadamente Jesús mientras se colocaba en el sofá más cómodamente.
- Bien, traed palomitas, hay que celebrarlo. -dijo Miguel.
Vi claramente que Tula le dio un codazo en las costillas para que se callara, y lo consiguió.
- Mi Digimon evolucionó 3 veces a Beelzemon debido a un extraño símbolo que aparecía en mi Dipower. Vosotros lo habeis visto dos veces a Beelzemon, pero ha estado en esa digievolución tres veces. La primera arrasó todo, no había quien lo puediera parar, la segunda era complicado manejarlo, y la tercera, la que habeis visto hace poco, por lo que veo ya se ha calmado. En el principio era una furia, daba miedo mirar la destrucción que causaba a su paso. -explicó Jesús.
- Ya entiendo. Ismael, a ti no te lo llegué a contar, escucha. -se preparaba Tula también.- Impmon seguro que me estaría siguiendo hasta casa, me llevó a un sitio, lo más seguro es que fuera de donde has venido tú. Ya aquí quería que quería digievolucionar para ser más fuerte, pero no podía negarme, podría hasta matarme si le decía que no. Llegué a ayudarle un poco, y al final se convirtió en Devimon.
- ¿Y qué hacía tu Digimon con ella y no contigo? -le pregunté asqueado a Jesús.
- Tuvimos una pequeña bronca, y se fue. Pero hace poco le encontré, poco antes de que el chico que crees que es vaquero te atacase.
- Entiendo... ¿y quién es ese chico que aspiraba a vaquero? -pregunté.
- Bien, a eso iba. Existe una organización que se dedica a apoderarse de los Digimon, pero los utilizan para sus caprichos, o para simple destrucción, esas cosas... Él está allí, pero no sé qué cargo lleva, me refiero a jefe, un simple soldado... a eso me refiero.
- Estaba yo poco informado sobre todo... -dije asombrado y boquiabierto.
- Bien, ya os habeis conocido mejor, ¿quereis algo más, refrescos o patatas fritas? -dijo Terriermon.
- Yo no. Además, ¿no son datos entonces? -pregunté muy curiosamente.
- Sí, tú eres también datos ahora. -me respondió Lucas.
Inspeccioné mi cuerpo para ver si faltaba algo, pero no, estaba todo donde debía estar.
- ¿Me puedo unir a vosotros? -preguntó Jesús entusiasmado.
- Claro. ¿Y vosotros? -les ofrecí también a Lucas y a Christian.
- Vale, cuantos más mejor. -respondió Lucas por los dos.
Dicho esto, nos dispusimos a prepararnos. Y debía pensar en cómo llamar a los demás, en Fernando, Antonio y en Paco, ¿dónde se habían metido?
- Tula, ¿qué crees que están haciendo Paco, Antonio y Fernando? -pregunté dudoso.
- No sé, pero no creo que nos dejen por aquí, creo que tienen la suficiente cabeza como para pensar que podríamos estar en peligro. -dijo Tula.
Tenía razón, no podía decir nada más.
- Bien, sigamos inspeccionando el lugar. -dijo Miguel.
Todos afirmamos con la cabeza, y eso hicimos. Dejamos la casa antes de irnos como nueva, limpiamos de rincón a rincón la sala que habíamos usado. Una vez ya salimos de la casa fuimos a caminar por la zona, por inspeccionar algo...
- ¿Qué es eso de allí? -comentó Christian entrecerrando los ojos.
Es verdad, había una silueta, ¿de qué sería? No era buena idea ir a ver qué era, pero la curiosidad me estaba matando.
- Vamos. -animé a todos mientras cogía a Guilmon de la mano para que se moviese.
Al acercarme más me di cuenta de que era una silueta exactamente igual que la de Guilmon, ¿había otro Guilmon ahí?
- Mirad, parece otro Guilmon. -dijo Gomamon.
Era la primera vez que le había escuchado hablar, como no hablaba pensé que no sabía o algo así.
- Vamos para allá. -mandó Tula mientras acariciaba a Calumon.
Fuimos acercándonos más y más, y llegamos a estar tan cerca que pudimos ver que no era rojo, ¡era negro!
- ¿¡Eh, negro!? -chillé.
Todos me miraron con caras serias, había hablado muy alto.
- ¿Quién hay ahí? -dijo ese Guilmon.
Casi a la velocidad de la luz saqué el Dipower para ver su nombre, se llamaba BlackGuilmon, era rápido y resistente.
- ¡Nosotros! -exclamó Guilmon.
- ¿¡Tú eres tonto!? -le dije susurrando.
BlackGuilmon se fue a donde nos encontrábamos rápido como la luz, y se quedó mirándome, y se acercó a mí. Tenía una sonrisa de oreja a oreja, y sus pupilas parecían las de un psicópata.
- Das miedo. -dije seriamente.
- Me da igual, tienes un Guilmon muy poderoso, me gustaría quedármelo. -exclamó mientras sonreía mostrando todos los dientes.
- No, no lo tendrás, quédate contigo mismo, tú eres uno. -le dije.
En ese momento BlackGuilmon apretó un botón de un mando que tenía en una de las manos, y empezó a temblar todo el suelo.
- ¡¡¡Ismael, corre!!! -chilló Tula a pleno pulmón mientras corría ella y todos los demás.
Fijé la mirada en el horizonte, y pude divisar una multitud de personas con uniforme que se dirijían hacia nosotros.
- ¡¡¡Guilmon, corre como el viento, te va a coger!!! -le ordené a voces mientras trataba de correr arrastrándole.
Hizo caso, y se puso a correr, pero no era suficiente, nos estaban pillando, cada vez estaban más y más cerca.
- ¡Guilmon, voy a usar una carta de velocidad y debes cogerme para llevarme, debemos escapar, vamos! -le expliqué casi fatigado.
Usé la carta, y Guilmon me cogió como si de una carpeta se tratase, pero íbamos a una velocidad muy buena, ya estábamos igualados, pero seguían viniendo.
- ¡¡¡Ismael, al frente...!!! -chilló Tula, pero lo final no lo entendí.
BlackGuilmon se estaba acercando por el frente, ¡no pintaba bien!
- ¡Guilmon, atácale, rápido, no me falles!
Pude ver que asentía levemente con la cabeza, empezó a preparar el ataque, y finalmente expulsó la bola de fuego hacia BlackGuilmon.
- ¡Bien hecho! -le felicité para animarle.
Llegamos a un punto en el que encontramos todos, y me dijeron con señas que debíamos girar bruscamente para ir a un sitio, y así hice. Giré hacia una esquina que estaba llena de rocas, pero tenían agujeros, por ahí podíamos entrar.
- ¡Deprisa! -ordenó Tula.
Nos fuimos hasta lo más profundo de las rocas, estaba todo tan oscuro que no se veía nada.
- Guardad silencio... -dijo muy bajito Lucas.
Desde donde estábamos podía oirse los pasos de la multitud, y se pararon en seco. Volvieron a oírse al rato después, y eran pasos sigilosos, estaban acercándose a donde estábamos. Tapé la boca de Guilmon por si acaso intentaba hacer algo, como lo hiciera estábamos perdidos.
- Parece que han desaparecido. -dijo un hombre.
Todos respiramos tranquilos, pero para asegurarnos nos quedamos un buen rato en la cueva.
- Bien, creo que podemos salir ya. -susurró Tula.
Salimos, y nos llevamos una sorpresa al salir...
Continuará...