Autor Tema: [Novela] Duality Paradox (proyecto)  (Leído 5219 veces)

0 Usuarios y 1 Visitante están viendo este tema.

MaestroCebolla

  • Ayudante de Profesor
  • ****
  • Mensajes: 1033
  • Karma: +1/-0
  • Subestimame, te reto.
    • Ver Perfil
    • Mis personajes originales

  • Total Badges: 31
    Badges: (View All)
    Nivel 6 Cuarto aniversario Tercer aniversario
Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
« Respuesta #20 en: 05 de Agosto de 2017, 01:40:49 am »

Capítulo 21.

Que tus decisiones reflejen tus esperanzas, no tus temores.
-Nelson Mandela.


A pesar de tener un ala menos y el cuerpo destrozado, Talion imponía respeto. Nos guió tan rápido como le dieron las patas por un par de pasillos hasta que llegamos a la entrada y nos reunimos con nuestros respectivos guardianes. Yo salí algo preocupada por la niebla, pero rápidamente vi que ya se había difuminado.

- ¡Lizzie, me alegro que estés bien! - Exclamó Gamenor al verme, mientras que Shara abrazó a Cedric, casi estrujándolo, sin mediar palabra. También vi como Sylvia se posaba silenciosamente en la cabeza de Minerva, la mariposa casi parecía un broche plateado en su cabello.

- ¡Gamenor, reporte! - Dijo Talion con el aire autoritario de un comandante.

 -  La ciudad está rodeada, no podemos escapar por tierra.

- ¿Y por los ríos de fuego? - Pregunté, justo antes de darme cuenta lo estúpido que sonaba eso.

- No, a no ser que quieras morir. - Dijo Shara. - Es bien sabido que es imposible sobrevivir más de unos segundos cerca de los ríos. - Si, era cierto, los relatos de gente que intentó cruzar el rio y murió en el intento son más que conocidos. Al parecer el solo hecho de estar lo suficientemente cerca es peligroso. Supongo que por eso Ceberina fue construida a unos cuantos metros de la costa, y aún así sus habitantes tienen ese problema con la neblina roja.

Entonces, Talion comenzó a reír, primero fue una risa leve, luego pasó a fuerte, y de ahí, a una risa maniática y demencial. Tras unos incómodos segundos el grifo tosió y volvió en sí.

- Disculpen. -Dijo. - Es que llevo queriendo hacer esto toda mi vida. Verán, si no podemos escapar por tierra, ni por los ríos, entonces ¿Que queda? Déjenme que me responda a mi mismo, lo que queda es escapar por aire.

- Pero los únicos que pueden volar serían Gamenor y Sylvia. - Dijo Minerva.

- ¿Quien dijo que volaríamos? ¡Siganme! - Dijo Talion, justo antes de ponerse en marcha a toda velocidad en dirección al centro de la ciudad. Lo seguimos tan rápido como pudimos, aunque la carrera excedió los límites de algunos y al final acabamos caminando todo lo rápido que pudimos. Cuando llegamos a donde Talion, pudimos entender su plan. Estábamos en lo que parecía ser la plaza central, y dentro de ella había una enorme catapulta.

- ¡Ca-Ta-Pulta! ¡Ca-Ta-Pulta!- Exclamaba Talion, el cual parecía haber pasado de comandante militar a niño jugando en el parque con su juguete favorito en un santiamén. La idea parecía desesperada y absurda, pero era nuestra única opción. Gamenor y Shara no tardaron en unirsele al juego.

Mientras el viejo giraba palancas con sus patas yo miraba cada detalle de aquella plaza, quería recordar ese lugar en específico, pues me parecía algo impresionante, los caminos de roca que contrastaban con en el césped y la tierra, las mesas y bancos del parque que recordaban a los de mi propio pueblo, los árboles, las estatuas en honor a acciones del pasado y los juegos infantiles en honor al futuro, todo cubierto parcialmente de una fina capa de ceniza color ladrillo, dejando entrever en parte sus colores originales.  También vi como el vacío de las calles se deshacía poco a poco con personas y guardianes por igual, y vi cuervos y buitres rondando la plaza, como presintiendo una tragedia ineludible. Y en el marco de esa situación surgieron varias preguntas. ¿Estará bien Maia? ¿Será la catapulta suficiente para rescatarlos a todos? ¿Y cómo se supone que vamos a aterrizar? Esta pregunta era la más urgente, así que decidí decir lo que pensaba al respecto.

- ¡Alto! - Dije a Talion tras pensar en todas estas cosas.

- ¿Que pasa? - Preguntó el viejo grifo algo enfadado.

- ¿No has pensado en el aterrizaje? - Pregunté.

- ¡Pues claro que lo hice! ¿Te crees que soy idiota? ¡Voy a catapultarme primero a mi mismo y problema resuelto! ¡Si! - Dijo con cara de nervios, y me inspiraba cero confianza. Parecía más un loco suicida que alguien que de verdad estuviese pensando.

- ¡Lo tengo! ¡Catapúltame a mi! - Dijo Minerva. - Estoy segura de que Sylvia puede con esto.

Tras decir esto, se adelantó a Talion, que estaba a punto de subirse al artefacto.

- ¡Bah, está bien, haz lo que quieras! - Dijo el grifo, con tono enfadado y, sin pensarlo dos veces, tiró de una de tantas palancas de ese armatoste y mandó a Minerva a volar. Y comenzó a reír para sus adentros, pero se le notaba. Parecía disfrutar de todo eso, y me resultaba algo inquietante. Por un segundo pude escuchar el vertiginoso grito de Minerva, alejándose a velocidades de locura junto a su pequeña guardiana. Pude ver un atisbo de ella alejándose y ascendiendo, para luego caer desde una altura peligrosamente elevada. Y por unos instantes temí por su vida.

- ¡Perfecto!  ¿Quién más quiere un paseo por los aires?  - Dijo Cedric. Entendí que estaba invitando al resto del pueblo a catapultarse. - Ha sido una idea estupenda de parte de Minerva, Sylvia es perfectamente capaz de lograr un escape limpio de situaciones como esta. -Dijo, dirigiéndose a mi.

- Supongo que tuvo bastante entrenamiento. -Dije.

- Pues si, era guardiana de Minerva desde que era pequeña, y antes de eso fue guardiana de su madre. Ambas muy disciplinadas, por cierto. Sylvia puede ser una guardiana muy débil, pero ya alcanzó la cima de su potencial gracias a ellas, y eso es a lo que deberías aspirar tu con Gamenor.

- Lo sé. - Dije -pero no es momento de hablar de eso. ¿Como vamos a hacer para catapultarlos a todos a tiempo?

- No se puede, esta máquina es lenta como ella sola. Yo digo que salvemos a los que nos parezcan más útiles primero. - Dijo Cedric. - Al fin y al cabo la mitad de los habitantes de aquí son prófugos y la otra mitad cómplices de los prófugos, algo podremos sacar que nos sea útil para defendernos de aquí en más.

- Pues yo digo que salvemos a los más indefensos primero, ya lo dijiste, la mitad de los habitantes son prófugos y la otra mitad son cómplices, creo que muchos sabrán como defenderse, hay que catapultar a los que no pueden hacerlo.

Le arranco las alas a tiros a un avispaturbia.

MaestroCebolla

  • Ayudante de Profesor
  • ****
  • Mensajes: 1033
  • Karma: +1/-0
  • Subestimame, te reto.
    • Ver Perfil
    • Mis personajes originales

  • Total Badges: 31
    Badges: (View All)
    Nivel 6 Cuarto aniversario Tercer aniversario
Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
« Respuesta #21 en: 20 de Agosto de 2017, 07:23:29 am »

Capítulo 22.

Alea iacta est.
-Julio César


La tensión podía cortarse con un cuchillo. Yo pensaba que debíamos hacer lo correcto y catapultar fuera de la zona de peligro a la gente más indefensa, pero Cedric insistía en salvar solo a los más fuertes. Tras eso, no nos dirigimos la palabra, tan solo nuestro choque de miradas bastaba para expresar que ninguno cedería. Era una batalla entre dos fuerzas de voluntad que no parecían querer ceder, la mía y la incorrecta.

- No tienes idea de la magnitud de lo que estás pidiendo. -Dijo Elroy, finalmente. - Ninguno de los dos la tiene. Hay que tomar una decisión estratégica, esto no es un paseo en el parque, esta es una guerra, mi guerra. ¡Talion! Catapulta gente a tu criterio mientras pensamos como hacerlo mejor, no estamos para perder tiempo.

- ¿Pero que...? -Dije. Cedric puso cara de atontado, tan confundido como yo. Elroy interrumpió mis palabras.

- Estamos rodeados de un ejército. -Dijo Elroy. - Si salvamos a los más fuertes esto será una masacre en cuanto entren a la ciudad. Si salvamos a los mas débiles la batalla aquí será algo más justa y existe la remota posibilidad de que incluso salvemos la ciudad, pero puede que tengamos que llevar cargas innecesarias en nuestro camino.

- ¿ Y si nos quedamos a defender la ciudad entre todos? - Preguntó Shara.

- No deberíamos hacerlo, ni podemos, sería entregarnos en vano, en nuestro estado actual tienen los medios para someternos fácilmente, en cambio muchos aquí son guerreros experimentados o ex mercenarios retirados. Además, si no lo recuerdan, el vejestorio emplumado acaba de catapultar a su amiga.

- ¡Te escuché, mequetrefe! -Dijo Talion. - ¡Si no me estuviera divirtiendo tanto catapultando gente, te daría tu merecido!

- En fin,  creo que lo mejor será llevarnos lo peor de lo mejor y lo mejor de lo peor.

Tras las palabras de Elroy, Shara levantó la mano con cara de confundida.

- Si no lo entiendes, -dijo el chico- voy a tener que mostrártelo.- Tras esta frase, alzó la voz. El volumen de esta se elevó por sobre la muchedumbre.  - ¡Escuchen, vamos a seleccionar a los que permanezcan aquí para defender la ciudad! -Tras esto, la gran masa de gente, que estaba confundida, pareció calmarse.

- ¡Bien, primero quiero que levanten la mano aquellos que no tengan temor de luchar!

Tras esto, se alzaron bastantes manos.

- ¡Ahora alcen la mano aquellos que tengan parientes enfermos viviendo aquí!

Y otro grupo de manos se alzó.

- ¡Sin miedo, alcen la mano aquellos que hayan herido de muerte a un ser humano, o que hayan experimentado el combate anteriormente!

Un grupo reducido de personas alzó la mano.

  - ¡Ahora levanten la mano aquellos que tengan algún problema de salud grave!

Unas pocas manos se alzaron.

- ¡De los que hayan levantado la mano, bájenla aquellos que tengan veinte años o menos!

Y bastantes manos bajaron.

- ¡Bajen la mano aquellos que tengan algo personal contra el rey, o contra la prohibición!

Unos cuantos bajaron la mano.

- ¡Por último, levanten, sin excepción, la mano, aquellos que no puedan caminar durante mucho tiempo!

Casi nadie levantó la mano esta vez.

- Perfecto ¡Talion, encárgate de catapultar a aquellos que hayan levantado la mano!

- ¡Tu no me das órdenes! ¡Voy a catapultar a los que no hayan levantado la mano!

Tras esto, Elroy pareció reírse por lo bajo. Claro, los que no levantaban la mano eran los que no se supone que se queden en la ciudad, es decir, los voluntarios que debían ser catapultados. Tal parecía que el sabía que el grifo le llevaría la contraria. Ese chico parecía ser una caja de sorpresas en lo que a manipulación se refería, y eso era incómodo.

Tras esto, llegó, abriéndose paso en la muchedumbre, un hombre fornido, de elevada estatura y tan calvo que reflejaba la tenue luz del sol en su cabeza.  Llevaba un chaleco hecho de lo que parecía ser hueso entretejido con cadenas y pantalones de pelo teñidos de rojo. Su mirada era seria e imponía respeto por si sola.

- Jóvenes, agradezco el esfuerzo, pero como alcalde de esta ciudad creo que tengo derecho a...

- Me temo que sus únicas opciones en este momento son muy reducidas, señor Ambrose. -Dijo Elroy, interrumpiendo al hombre. - ¿O así me agradece todo el esfuerzo que invertí en proteger esta ciudad? ¿Osando interrumpir mi campaña?

- No, lo siento, pero no puedo permitir que te lleves a mis hombres así como así.

- Lo siento, viejo amigo, pero esta ciudad está condenada. Y no podemos salvarlos a todos. Si dejamos a algunos buenos guerreros aquí junto a los enfermos, todos ellos morirán como mártires. Y nos llevamos a algunos que podrían sernos de utilidad o que tienen una mejor esperanza de vida, algunos irán para alguna ciudad segura y el resto nos acompañarán a investigar Monte Caldero y Cima Lacrada para ver que sucedió, y ver si podemos rescatar a algunos sobrevivientes, luego iremos a Lago Real . Es eso o que mueran todos.

Tras esto, el fornido señor Ambrose estuvo callado un momento.

- Bien, en ese caso, catapúltame a mi con ustedes.

- ¡Trato!

Las horas pasaron y el asedio continuaba, los soldados que protegían y atacaban la ciudad caían como moscas y la catapulta ya había salvado centenas de vidas. Yo veía todo eso como un error, un gris que tiraba más hacia el negro que al blanco, no estaba para nada de acuerdo con el proceder de Elroy, pero su fuerza de voluntad, su maña, su labia, eran simplemente más fuertes que yo. Estaba aturdida, queriendo con todas mis fuerzas ignorar lo que pasaba a mi alrededor, simplemente no podía tolerar todo aquello. Finalmente llegó mi turno de ser catapultada fuera de la zona de guerra.

Talion tiró de la palanca tras subirme por la fuerza.

La adrenalina corría por mis venas mientras ascendía. El viento me daba de lleno en todo el cuerpo. Giraba mi cabeza y veía el cielo, luego el lejano suelo, y por último, el cielo otra vez. Sentía que podía tocar las nubes, pero luego pensé en el suelo. No sabía cómo aterrizaría. Y si Sylvia se cansó? Y si su poder no es suficiente para detener mi caída? Todo eso comenzó a asustarme conforme dejaba de ascender.

Y en un instante, sentí como perdí el conocimiento.

Le arranco las alas a tiros a un avispaturbia.

MaestroCebolla

  • Ayudante de Profesor
  • ****
  • Mensajes: 1033
  • Karma: +1/-0
  • Subestimame, te reto.
    • Ver Perfil
    • Mis personajes originales

  • Total Badges: 31
    Badges: (View All)
    Nivel 6 Cuarto aniversario Tercer aniversario
Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
« Respuesta #22 en: 31 de Agosto de 2017, 01:12:12 am »

Capítulo 23.

Yo veo la sociedad como una red de narraciones (...)
-Ricardo Piglia


Salía otra vez de aquel cacharro, y de vuelta me dirigía con el resto de jugadores hacia la misma sala de siempre. Ésta vez llegué temprano, sólo había unos cuantos desconocidos.

- Ésto ya se está convirtiendo en rutina- pensé para mis adentros en lo que observaba la habitación.

Ésta vez los asientos y mesas habían sido reemplazados por butacas, y había una pantalla y un proyector al otro lado de la sala, con lo cual no tardé en darme cuenta de qué se suponía que debía hacer, también habían cerrado las ventanas con unas láminas blancas y rígidas y las luces estaban todas encendidas. El señor Emar pasó por la puerta en lo que yo me demoré en elegir un asiento cerca del frente, pero no demasiado. Decidí que la tercera fila sería suficiente. Luego de unos segundos comenzaron a entrar en tropel todos los demás. Rápidamente todo el grupo tomó asiento. Al lado mío se sentaron Luke y Hans. Hacía mucho que no los veía, o al menos así lo sentía yo. Dentro del juego había pasado tanto tiempo y tantas cosas que casi no los recordaba. Iba a preguntarles qué tal les estaba yendo, pero sólo alcancé a saludarlos cuando de repente se apagaron casi todas las luces y comenzó a sonar la voz de Emar por todo el lugar.

- Saludos, chicos y chicas, y gracias por estar aquí con nosotros. Espero que lo estén pasando bien en el juego que les tenemos preparado. Hablando de preparar había preparado un borrador para hablar sobre el progreso y el nuevo paradigma que está surgiendo en el mundo del videojuego. Pero mejor lo dejamos para más adelante. ¿Qué tal les está yendo en el juego? ¿Lo están disfrutando?

- ¡Si! - dijo la mayoría de las voces. Aunque otras tantas no estaban de acuerdo.

- Veo que muchos realmente se están divirtiendo con la historia que nuestro juego preparó para ustedes. Y creo saber por qué. ¿Cuál es el secreto? ¿Dónde está la magia? ¿En las mecánicas? ¿En el realismo? ¿O quizás en la historia?- mientras decía todo esto, lentamente para enfatizar ésta parte del discurso, de fondo se veían proyecciones del juego. En una de ellas alcancé a ver el momento en que Norgud combatió con Elroy. En otra vi algo que me impactó y me preocupó al mismo tiempo, fue el mismo Norgud, rodeado por las tropas del rey y cubriendo con sus alas a un grupo de gente, entre los cuales había también guardianes.

Yo estaba alterada, pero no podía regresar ahora, así que tuve que prestar atención al resto del discurso.

- No, no está en ninguna de esas cosas. Está en la integración de todas ellas, la suma de las partes en una armoniosa sinergia. El mundo, sus personajes y sus historias te hablan de las mecánicas, que a su vez te hablan de la historia del mundo. Ésto genera constantemente nuevas capas de profundidad, a nivel de juego y también de historia, tal como en la vida misma, y aquí es donde entra el realismo, más allá incluso de los gráficos. Podríamos haber hecho un juego más caricaturesco o completamente absurdo y aún así seguiría siendo creíble.

Y aquí es donde radica la diferencia entre éste y el resto de los juegos que pululan por el mercado. La integración narrativa. Si, hay algún que otro precursor en este campo, pero nunca se ha logrado llevar esta integración narrativa a la par con un proyecto tan ambicioso, mucho menos con la generación procedural.
Hablando de generación procedural, voy a aclarar el término rápidamente para aquellos que no lo conozcan. Se trata de la generación azarosa de contenidos a través de algoritmos predefinidos en vez de manualmente. Como desarrollamos la generación procedural de historias y mundos concisos es un secreto que nos guardamos bajo llave. Al menos hasta que saquemos el sistema al mercado y lo hackeen para hacer ingeniería inversa- dijo con una risa irónica- en fin, ahora les voy a dar un par de consejos para que puedan aprovechar la narrativa y la integren a su experiencia de juego. El primero es observar y analizar los pequeños detalles. Por ejemplo, en algunos lugares que no diré, por no spoilear de más, hay grabados como éste que cuentan una historia.- El proyector muestra los grabados del templo de Ilat, ésta vez me decido a darme algo de tiempo para verlos en detalle. En uno de ellos, Ilat parece inclinarse hacia una persona, pero no se alcanzan a ver los detalles de la persona en el grabado, está muy destruido, sólo se ven los pies y una mano. Es lo único en todos los grabados que está destruido, casi parece a propósito, de hecho lo más probable es que así sea. Otro grabado al lado de este muestra a Ilat estrechando patas con un dragón. Las orejas de este recuerdan un poco a las de Gamenor. Probablemente se trate de Nor, el legendario dragón del que oí hablar en un par de ocasiones. Estaría sellando alguna especie de trato con él. Pensar que por las prisas me perdí de ésos pequeños detalles. De hecho, parece que el señor Emar nos está dando información a propósito, pero ¿Por qué?

Ésa pregunta vuela por mi cabeza mientras el discurso continúa.

- Lo siguiente sería hacerse preguntas en base a esos detalles. ¿Por qué existen éstos murales? ¿Qué es lo que significan? Son solo algunos ejemplos. - Creo que ésto ya lo hice.

Y por último pero no menos importante, hacer preguntas a los demás, ya sea a jugadores o no. Da Vinci decía que para entender las cosas, hay que verlas desde todas las perspectivas posibles. Así tenemos una narrativa que fomenta la interacción con otros y con el entorno. Y en ésta pluralidad de puntos de vista radica la clave para hallar el objetivo final de la historia del juego. ¿Alguna pregunta? -concluyó.

Varios levantaron la mano.

- Qué no tenga que ver con el objetivo final del juego ni su historia.

Y así como subieron, la gran mayoría bajó. Emar señaló a una mano detrás mía. No pude reconocer la voz, pero era un chico.

- Usted dijo que las mecánicas del juego hablaban de la historia. Y yo me pregunto ¿Hasta qué punto están hechas de antemano las mismas? ¿Hay algo de ellas que se genere proceduralmente? ¿Están completamente fijas? ¿O más bien se trata de un punto medio?

- Buena pregunta - Respondió un joven adulto que estaba cerca. Emar cedió la palabra con gusto. - Me llamo Philippe Kuhn, y fuí parte proyecto de generación procedural mejorada. Es un gusto para mí responder a esto. Verán, la narrativa procedural parte trabajando alrededor de las mecánicas fijas, cosas como los poderes y habilidades, y su funcionamiento, lo primero que hace el motor con ésta base es generar una historia alrededor, luego continúa con la generación de ciudades y terrenos salvajes, los alimentos, los NPC... Y por último se encarga de justificar cada detalle, de forma que la historia se fusione con la jugabilidad y no al revés. Por ejemplo, si se hubiese generado un mundo donde todos son superhéroes la historia lo justificaría, no habría ningún "porque sí" en la superficie de la historia. El motor de generación está hecho para que pueda explicar todo suceso y la existencia de todo ser vivo desde la actualidad hasta un tiempo pasado lo suficientemente remoto para que resulte creíble.
Le arranco las alas a tiros a un avispaturbia.

MaestroCebolla

  • Ayudante de Profesor
  • ****
  • Mensajes: 1033
  • Karma: +1/-0
  • Subestimame, te reto.
    • Ver Perfil
    • Mis personajes originales

  • Total Badges: 31
    Badges: (View All)
    Nivel 6 Cuarto aniversario Tercer aniversario
Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
« Respuesta #23 en: 01 de Septiembre de 2017, 12:42:47 am »
Capítulo 24.

¡Sólo las máquinas, a partir de ahora serán inevitables!
- Isaac Asimov


Cuando el discurso terminó, nos comenzamos a ir hacia nuestros terminales, a pesar de que había pasado muy poco tiempo. Un altavoz dijo que en las correspondientes habitaciones habría un pequeño buffet para que comamos lo que nos apetezca. Así que volvimos a nuestros respectivos lugares en fila. Como yo estaba muy delante, ahora estaba alejada de la puerta. No habría ningún inconveniente si Norgud no estuviese en problemas, pero lo estaba. Las ansias me carcomían por dentro y sentía que la fila no avanzaba lo suficientemente rápido.

Cuando por fin llegué. En el cuarto había una mesa puesta con un plato, cubiertos, un vaso, y un buffet compuesto de un pequeño refrigerador, y una segunda mesa con platillos cubiertos de nylon. Elegí lo primero que encontré, sandwiches de pollo y muzzarella. Comí a las apuradas, pero algo inesperado me retuvo más de la cuenta. Una mujer con una bata de laboratorio y el chico que había respondido antes aquella pregunta. La mujer era la misma que había visto antes, cuando salí de éste lugar junto a Emar.

- Supongo que eres - la mujer revisa muy rápidamente una lista, tras interrumpir mi apresurada comida-Elisabeth Joy Rivers ¿No es cierto?.

- Sí, y yo supongo que fingió mirar la lista, fué demasiado rápido como para encontrar y leer mi nombre completo ¿Estoy en lo cierto? - Digo con un aire desafiante. La mujer asiente con la cabeza, parece que va a demorarme bastante, así que voy a ver qué puedo deducir de ella. Lo primero, me mintió muy descaradamente. Lleva el pelo teñido y bastante maquillaje. Raíces morenas bajo un cabello rojizo suelto y largo hasta el cuello, labios pintados de un rojo bastante común y pestañas postizas. La bata de laboratorio desentona un poco debido a la formalidad por sobre el tono más seductor del resto de su apariencia. Por debajo lleva unos tacones, algo disimulados, y pantalones de jean, algo ajustados. El chico parecía muy joven para su cargo, de unos dieciocho años, tan sólo tres más que yo. Sus rasgos distintivos serían unos frenillos, una gorra de la compañía y una chaqueta con lo que parecía ser su nickname escrito, Lödscrin. No la llevaba antes, así que se la puso de camino hacia aquí.

- ¿Tienen que decirme algo, verdad?

- Necesitamos que nos acompañe.

- Bueno, supongo que no tengo opción. Puedo terminar este sandwich en el camino a donde me quieran llevar. - no tenía sentido no hacer caso, a pesar de la prisa que llevaba. Si ellos necesitaban que hiciera algo podrían impedirme entrar en el juego.

- Síguenos. - Me dijo el chico. Me paré y seguí a ésos dos con dudas en la cabeza, curiosidad por todas partes, y más prisa que nunca. Sin olvidar el sandwich. En un punto del pasillo de betatesters había un ascensor al que sólo se podía acceder mediante una tarjeta. Llamamos y subimos un piso. Mientras avanzaba por ése pasillo, tan nuevo y a la vez tan igual al que ya conocía, veía las puertas de los pasillos intentando anticipar hacia dónde me dirigía. Software experimental, atención al cliente, control de calidad, martketing digital, eran algunas salas del dichoso pasillo por el que me llevaban. Una de ellas llamó mi atención por sobre las demás, ya que no tenía un nombre, si no un código, 191M.

Con la incógnita de qué podría haber en ésa sala, seguí y acabé frente a la puerta de la sala que decía "C.E.O. Kieffer Marcus" Reconocí al instante que se trataba del mismísimo Emar Kephy, sólo que no usaba su nick. Supongo que debe ser por un motivo legal.

Dentro de la oficina el ambiente daba un marcado contraste con el ambiente sobrio y pulcro de fuera. Las paredes estaban pintadas de diferentes tonos de azul en patrones distintos entre una pared y otra. El escritorio era de madera color rojo oscuro con bordes metálicos, un ordenador ultramoderno y un marco de fotografía que miraba hacia su lado del escritorio. Además había varias arcades en la sala.

Frente al escritorio, del lado de la puerta, había dos sillas. Una de ellas ya estaba ocupada cuando llegué. El chico y la mujer que me habían traído hasta aquí salieron por la puerta. Ahora estaba sóla con Emar y alguien más. Alguien cuya voz me era conocida, y también había visto la parte de atrás de su cabeza antes.

- Cedric  ¿Qué haces aquí? - Pregunté completamente anonadada. Definitivamente no me esperaba verlo aquí. Además eso significaba que nosotros seguimos inactivos en el juego, con lo cual somos dos menos ayudando a rescatar a Norgud, de hecho, no creo que sepan siquiera que está en peligro.

- Pues, siendo sincero, no lo sé. Estuve hablando un poco con Emar pero no me dijo por qué me llamó. -Dijo Cedric en respuesta a mi pregunta.

- Insistí en no decir nada hasta que llegaras, toma asiento. -Dijo Emar, probablemente para apresurar las cosas.

Tomo asiento sin decir palabra.

- Tengo especial interés en el desenlace de la historia que están siguiendo. Puedo ver los finales a los que lleva cada decisión posible, y me temo que hay poco márgen de error.

- ¿Qué quiere decir?- Preguntó Cedric.

- Para haber sido de los pocos que estuvieron testeando la pre-alpha sabes bastante menos de lo que necesitas, chico, así que pretendo darte algunas herramientas.

- ¿Y ella por qué?

- Porque salvo que alguno de los dos haga alguna estupidez, lo más probable es que no se separen demasiado.

Escucho atentamente pero no alcanzo a entender mucho. Salvo que Cedric estuvo en la pre-alpha, lo cual tiene sentido. Ahora sé por qué sabe todo lo que sabe. Pero al parecer le falta información que va a necesitar.

- Bueno, en este momento se les abren dos opciones. O seguir la campaña de Elroy o separarse de él. Lo más lógico sería que vayan a Monte Caldero a rescatar a sus amigos. Pero voy a pedirles que al menos uno de ustedes dos vaya hacia Cima Lacrada lo antes posible. Luego necesito que se reúnan en Ceberina. Por último me gustaría que siguieran la campaña de Elroy hasta el final. De ser preciso, les daré más instrucciones llegado el momento.

- ¿Y por qué deberíamos seguir sus instrucciones? Al fin y al cabo se supone que es un juego de interpretación libre. - Respondí.

- Mis motivos son un poco complejos. Aunque, si quieren puedo prometerles alguna recompensa ¿Qué tal un pastel de chocolate? - Dijo el C.E.O.

- Ése truco ya me lo sé. - Dije.

- ¿Qué tal un par de becas en la Green Academy y unos Co-mas personales? - Dijo él. Escuché hablar de los Co-mas antes. Se supone que es tecnología para la siguiente generación. El concepto es simple, fascinante y aterrador. Aunque he visto de mas cerca cosas del estilo. Se trata de entidades digitales conscientes. Conscious Machines.

« Última modificación: 02 de Septiembre de 2017, 01:42:20 am por MaestroCebolla »
Le arranco las alas a tiros a un avispaturbia.

MaestroCebolla

  • Ayudante de Profesor
  • ****
  • Mensajes: 1033
  • Karma: +1/-0
  • Subestimame, te reto.
    • Ver Perfil
    • Mis personajes originales

  • Total Badges: 31
    Badges: (View All)
    Nivel 6 Cuarto aniversario Tercer aniversario
Re:[Novela] Duality Paradox
« Respuesta #24 en: 02 de Septiembre de 2017, 01:48:40 am »
Capítulo 25
El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar.
-Sun Tzu

Aún no podía creer la oferta, pero aún así, no había vacilado en aceptarla. Salí de la oficina del C.E.O. y me dirigí a mi cuarto, con Cedric siguiendome, un tanto disgustado. Al parecer no le agradó del todo la oferta, cómo a mi, pero en ésa situación la elección era obvia desde mi punto de vista. Entre confiar en un chico que me mintió desde que lo conocí hasta ahora, y un poderoso benefactor, la segunda opción era mucho mejor por dónde la miraba. Nos dieron las Co-mas y un pase de elevador, sólo de descenso. Bajamos y nos dirigimos a nuestras correspondientes salas.

- Hay que salvar Monte Caldero, y a Norgud. - Dije.

- Concuerdo, ahora mismo Norgud es nuestra prioridad. Será mejor que regresemos cuanto antes.

Entonces Cedric entró a su sala y yo comencé a ir hacia la mía. En el camino encendí mi Co-Ma pero al parecer no funcionaba, la pantalla mostraba una pequeña interfaz pero no se podía interactuar con ella de ninguna manera.

Entré a la habitación y ví sobre la mesa del almuerzo una llave con una nota. "Es peligroso que vayas sola". Decía. La llave tenía además una etiqueta con un código que reconocí al instante. 191M.

Bien, estoy apresurada así que entro rápido a la máquina, luego veré qué hago con el Co-Ma y la llave. También debería averiguar quién la puso ahí.

Despejo todas esas tareas de mi mente y entro...

Estoy en lo que parece ser una tienda de campaña, de color blanco. Cubierta de sábanas blancas, y aún conservo puesta la ropa con la que salí de mi casa. Siento ése frescor de haber dormido más de la cuenta y salgo con prisa. Hay varias tiendas como la mía alrededor. Parece que las cubrieron de arena por fuera como camuflaje. No alcanzo a ver a nadie en frente mío.

- ¡Bu!

El grito me llegó por la espalda y me asustó, aunque no se notó mucho. Habían sido Elroy y Gamenor, los cuales se estaban riendo. Yo también me reí un poco.

- Bueno, hay que seguir. - Dijo Elroy. - Vamos a rescatar a los prisioneros de Monte Caldero.

- ¿Qué hay de Cima Lacrada? - pregunté. Por un momento no podía creer lo fácil que estaba siendo.

- Necesitamos todas nuestras fuerzas si queremos atravesar el perímetro de vigilancia del monte. Tienen un alcance de visión enorme desde la cima de la montaña. Además es un objetivo de mayor prioridad y más cercano. - Explicó el joven líder, tras lo cual se apresuró a levantar las manos y chasquear los dedos, inmediatamente después una araña enorme llegó desde detrás mío, o sea que los demás también debían estar más o menos donde la araña estaba. Miro detrás de la carpa y, efectivamente, de hecho era lógico, si no estaban enfrente, tenían que estar detrás, tan solo no me había fijado. Eran bastantes, contando humanos y protegidos, no me habría dado tiempo a contarlos, así que dirigí mi atención a la araña. Ésta se estaba comiendo las tiendas de campaña y las sábanas, con arena y todo.

- Tiendas de telaraña, bastante prácticas, aunque un poco asquerosas. - Aclaró Shara, sorprendiendome por la espalda por tercera vez ése día, en ése momento pensé que era un alivio que se tratase de amigos, de otro modo podrían apuñalarme por la espalda.

- ¡Shara! ¡Buenos días! - Ahora que la veo, recuerdo que necesito hablar con Cedric, así que pregunto por él. - ¿Y Cedric?

- No lo sé- Dijo la guardiana. -Tal vez siga durmiendo como un tronco.

- Ahora mismo, Hassuna se está comiendo la tienda donde estaba durmiendo. - Apuntó Elroy.

- Así que la araña se llama Hassuna -Dije.

- Sí, ella es una de mis tres guardianes. - Dijo Elroy, mientras iniciaba una cuenta regresiva con los dedos de una mano.

- ¿No son robados, o sí? - Pregunté. Quedaban dos dedos levantados en su mano. Esperó a bajarlos. Cuando lo hizo, Cedric cayó dónde estábamos nosotros.

- No, no lo son, los tengo medidos al milímetro, pues los conozco desde muy chico. - Dijo.

- Comprendo ¿Y qué puede hacer ésta araña? - Pregunté. Ignorando a Cedric completamente, el chico estaba haciendo esfuerzos para levantarse. Shara le tendió una mano y lo ayudó. Luego lo abofeteó.

- Por dormir hasta tan tarde cuando hay cosas urgentes que hacer. -Dijo la guardiana.

Luego de eso, no podía perder esta oportunidad, y lo golpeé en el brazo con todas mis fuerzas. - ¡Au! ¿Y eso por qué?- Preguntó.

- Por ocultarme cosas importantes - le respondí.

- No era necesario que te lo dijera - afirmó él.

- Si, lo era. Si tienes algo que ocultar es que no confías en la gente. Y si no confías en la gente ¿Cómo esperas que trabajemos en equipo? Es más... - En este momento, Elroy me interrumpe.

- Arreglarán ésto cuando hayamos liberado a los prisioneros de Monte Caldero- dijo con autoridad. Luego hubo unos segundos de quietud, aunque un poco tensos debido al choque entre Cedric y yo. Me dió tiempo para pensar en algo que necesitaba.

- No es necesario que ataquemos de frente Monte Caldero - dije. Con liberar a los prisioneros podría ser suficiente.

- ¿Estás proponiendo una especie de infiltración? ¿Y con qué vamos a camuflarnos? ¿Con cajas de provisiones? - Dijo Cedric, algo sarcástico, pero al menos parecía entender por dónde iba.

- No, con telarañas y arena. - Dije.

- Se notaría a la legua si vamos todos así. - Dijo Cedric.

- Entonces debemos llevar menos gente- propuso Elroy. - El resto podrían ir a Cima Lacrada, y con las fuerzas conjuntas de ambas ciudades podríamos recuperar Ceberina.

- Me parece bien. - contesté, mirando a Cedric a los ojos, estaba dudando. Tal parece que no quiere que vayamos a Ceberina.

- Cedric, tú creciste en Monte Caldero, lo conoces mejor que nadie, incluso mejor que yo. Será mejor que te encargues de ello tú. Yo iré a Cima Lacrada. - dijo Elroy.

- Voy contigo. - le dije rápidamente. - Cedric, cuida de Maia y de Gwendolyn hasta que nos encontremos de vuelta, quieres? - Dije.

- ¿Y por qué deberías acompañarme? - Señaló Elroy.

- Porque estabas por hacer algo estúpido y gracias a mí se te ocurrió una mejor estrategia, y porque con ése poder raro que tienes podrías ayudarme a entrenar a Gamenor en el camino. - le respondí.

- No necesito usar el vínculo para eso - dijo. - Pero está bien, puedes venir.
Le arranco las alas a tiros a un avispaturbia.

MaestroCebolla

  • Ayudante de Profesor
  • ****
  • Mensajes: 1033
  • Karma: +1/-0
  • Subestimame, te reto.
    • Ver Perfil
    • Mis personajes originales

  • Total Badges: 31
    Badges: (View All)
    Nivel 6 Cuarto aniversario Tercer aniversario
Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
« Respuesta #25 en: 20 de Septiembre de 2017, 12:32:24 am »

Capítulo 26.

El progreso y el desarrollo son imposibles si uno sigue haciendo las cosas tal como siempre las ha hecho.
-Wayne W. Dwyer


Decidimos que nos separaríamos en dos grupos. El menor, de unas treinta personas, contando guardianes, protegidos y gente común, intentaría infiltrarse en Monte Caldero para rescatar a los prisioneros e intentar retomar la ciudad. En ese grupo estarían Cedric, Shara, Talion, Minerva y Sylvia. Yo iría en el segundo grupo, más numeroso, hacia Cima Lacrada, junto a Gamenor, Elroy, sus guardianes y unos cien individuos más. Luego nuestra prioridad sería recuperar Ceberina.

Elroy y yo caminábamos delante del grupo, y mientras avanzábamos a paso de hombre por el vasto desierto, decidimos que lo mejor sería ayudar a Gamenor a entrenar un poco.

- Antes de empezar, déjame presentarte a alguien. -dijo Elroy, luego chasqueo los dedos dos veces.

En un instante, apareció frente a mí lo que parecía ser una chica de pelo azul corto, usaba una cazadora de piloto y gafas estilo aviador, con un pantalón un poco ajustado que le llegaba por debajo de las rodillas. Lo primero que hice fue preguntarme cómo era posible que tal ropa existiera, pero inmediatamente fue reemplazado por algo más interesante.

- Samarra, puedes mostrarte completa si quieres. -Dijo Elroy. Entonces, debajo de sus brazos comenzaron a verse unas plumas de un azul similar al de su cabello, pero iridiscente. Las puntas de las plumas eran de un naranja brillante.

- Es una Valquiria -dijo Elroy luego de eso.

- ¡A su servicio! - dijo Samarra, haciendo una especie de saludo militar. Estuvo parada firme durante unos segundos, con la punta del pulgar y la del índice juntas en ambas manos mientras mantenía la derecha cerca de la frente. Parecía una variante del saludo militar de toda la vida, pero la forma que tomaban sus manos recordaba a un poco a un ala desplegada.

Su postura demostraba disciplina y su voz denotaba entusiasmo. Además parecía bastante joven, como de mi edad. Con ésos datos puedo hacerme una idea de la relación que llevan éstos dos, pero de todas formas me gustaría preguntarles.

- Supongo que quieres saber más sobre Sam - dijo Elroy - pero ahora me gustaría que nos concentremos en el motivo por el que la llamé.

- No te hagas el mago, sólo era invisible, todos los guardianes pueden hacer eso. - Dije riéndome.

- Señorita Elisabeth, le pido que por favor no se burle de mi señor. - Dijo la valquiria con un enfado evidente, aunque algo reprimido. Era raro, ya que casi nadie me llamaba Elisabeth. Sin embargo decidí ignorar ésa cuestión de momento.

- ¿Qué les parece si comenzamos el entrenamiento? - Preguntó Elroy.

- Me parece bien - dije. Gamenor asintió con emoción.

- Bien, lo mejor que puedo hacer es prestarte algo del poder de Sam, luego, conforme vayas aprendiendo, vas a tener que depender del tuyo propio. -Dijo Elroy.

- ¿No se suponía que no ibas a usar tu control del vínculo? - Pregunté con un deje de sarcasmo. Samarra se veía algo malhumorada por eso.

- Puede ser, -dijo el chico- pero lo cierto es que vamos a necesitar resultados urgente. Gamenor, presta mucha atención, te voy a enseñar algo que me gusta llamar "doble". Samarra, demuestralo.

Tras recibir la orden, ante mis ojos pareció formarse una segunda Samarra, exactamente igual a la original.

- Lo que me gusta del doble es que puede enseñarse gradualmente, además puedo partir de algo que Gamenor ya sabe- dijo - ahora mira.

Pues si, decidí callarme y prestar atención. No creí que hubiera nada en lo que pudiese intervenir, así que decidí ser una mera observadora.

- Empieza con tu llama interior. -Elroy lo dijo y Gamenor obedeció. Mostró su llama interior en frente de todos.

- Bien, intenta hacer que cambie de color - dijo ahora el chico.

- Eso es sencillo. - Dijo Gamenor. Luego la llama comenzó a cambiar de color, pasando por casi todo el arcoiris, desde verdes y azules, rojos y rosas, un amarillo casi dorado y otros muchos colores.

- ¿Ahora, qué te parece si intentas que cambie de forma? - Preguntó Elroy.

- Lo haré. - Respondió con determinación el pequeño guiverno. Y su llama interior pasó a verse más bien como un cubo brillante suspendido en el aire.

- Bien, ahora sí que voy a prestarte algo del poder de Samarra, por ahora, todo eso lo hiciste sólo ¿Sorprendido?

- La verdad es que sí. -Respondió el guiverno, algo apenado.

- Bien, quiero que tu llama interior pase a mostrar tu forma. ¿Crees que puedas lograrlo?

- Hmm, no lo sé, pero voy a intentarlo -dijo.

Entonces, comenzó, al principio la llama parecía tomar forma, aunque no alcanzaba a definirse. Comenzó a alargarse y se vió la forma ondulada de la cola de Gamenor, seguida por su torso y patas, pero cuando se empezó a formar la cabeza, repentinamente, se deshizo por completo, y Gamenor cayó exhausto.

- ¿¡Pero qué...!? - dije.

- Ha sobrepasado su límite, por mucho, además. -dijo Elroy.

- ¡Explícame qué acaba de pasar en éste instante! -Reaccione, enfadada. No podía creer que le haya pasado eso. Mi pequeño Gamenor, cayendo al suelo como una piedra. Lo levanté y comencé a cargarlo en mi hombro. Realmente me dolía verlo así.

- Necesita comida y agua, de forma inmediata. Sam, encárgate. -dijo el chico, con prisa.

- ¡Enseguida! - Respondió la valquiria.

- Ésto no debía pasar, lo siento Lizzie. -Dijo Elroy, mientras yo me contuve de decirle todo lo que tenía atorado en la garganta, y simplemente asentí con la cabeza. No quería empeorar las cosas.

- Sólo para que lo sepas, no le dí nada de poder. Él lo hizo por sí sólo. Creo que podría haberlo completado de haber comido mejor antes. Simplemente quedó exhausto, es todo.

- Sí, tienes razón, hace bastante que no comemos bien.

- Bueno, eso es algo que no deberían hacer. Deja que me encargue, dentro de unos minutos habrá comida para todos.

- O sea que uno de tus guardianes se encargará por ti. - dije, estaba algo desanimada, pero no por eso dejaría de fastidiarlo.

- Bueno, sí, es cierto. Ahora lo mejor que puedes hacer es justamente lo que estás haciendo, cuidar de él. - Dijo intentando desviar el tema.

Pasaron varios minutos y sólo habíamos avanzado unos cuantos metros. Ni Samarra aparecía ni Gamenor despertaba. Elroy parecía algo apenado.

- Creo que tiene miedo. -Dijo Elroy de manera espontánea.

- ¿Gamenor? - Pregunté.

- Sí. Tiene miedo, estoy casi seguro de que eso fue lo que sentí en él cuando lo... Ejem... Tomé prestado.

- Entre comillas. -Mencione.

- Bueno, no hay por qué vivir en el pasado. Estamos en el mismo equipo, al fin y al cabo.

- Supongo ¿Y a qué crees que le tenga miedo? -Señale.

- No lo sé con exactitud. Ése tipo de cosas escapan a lo que puedo hacer. Una cosa es controlar el vínculo y otra muy diferente es tenerlo y comprenderlo. No puedo convertir a nadie en mi guardian oficialmente, sólo puedo generar un vínculo temporal, y se necesita tiempo para llegar a comprender, pues cada vínculo es único. Hasta ahora no he sido capaz de llegar al corazón de ninguna criatura, salvo mis propios guardianes. Aún así puedo escuchar algunos ecos de las emociones más intensas de los guardianes. Ése miedo era algo similar al que sentí cuando ví a Samarra por primera vez... - Un silencio incomodo, como si quisiera ocultar algo, o quizás pensativo, tal vez las dos cosas. - Puede ser-dijo- que tenga que ver con su padre.

- ¿El padre de Gamenor? - pregunté.

- Según los sacerdotes del santuario de Ilat, Gamenor es hijo de Nor. Claro está que eso es imposible, aunque, usando el lenguaje de ellos, la palabra hijo puede referirse a un ser emparentado de alguna forma, pero menor en edad y poder, con el asi llamado padre. -No quise interrumpir sus pensamientos en voz alta.

- ¿Será que tiene miedo al poder de Nor? - Pregunté.

- La pregunta correcta sería si tiene miedo de su propio poder. -Respondio él, en el momento que Samarra llegó volando con una cubeta de agua y una llena de frutas.

Le arranco las alas a tiros a un avispaturbia.

MaestroCebolla

  • Ayudante de Profesor
  • ****
  • Mensajes: 1033
  • Karma: +1/-0
  • Subestimame, te reto.
    • Ver Perfil
    • Mis personajes originales

  • Total Badges: 31
    Badges: (View All)
    Nivel 6 Cuarto aniversario Tercer aniversario
Re:[Novela] Duality Paradox (proyecto)
« Respuesta #26 en: 30 de Septiembre de 2017, 12:41:12 am »

Capítulo 27.

Un vaso medio vacío es también uno medio lleno, pero una mentira a medias de ningún modo es una media verdad.
-Jean Cocteau.


Gamenor despertó más o menos al mismo tiempo que Samarra llegó con la comida que trajo para él. Pero a pesar de ello, estaba agotado. Hassuna traía alimentos para todos mientras tanto, y la gente ya estaba instalando las tiendas de campaña hechas de telaraña. Mientras tanto, el sol del desierto se ponía, y Elroy insistía en mantener oculto a su tercer guardián.

Gamenor a penas tenía fuerzas para comer, así que no le dije nada, no le pregunté nada. Quería que estuviese tranquilo y se lo hice saber sin mediar palabra, acariciándole y vigilando que comiese bien. El azul de su piel estaba más claro desde que se desmayó, y eso me preocupaba, pero poco a poco iba mejorando. Cuando por fin pudo pronunciar palabra, ya había anochecido. Estábamos los dos dentro de una de las tiendas.

- Gracias, señorita Lizzie. - Dijo, y luego cayó profundamente dormido a mi lado. Luego yo también decidí irme a dormir.

Y desperté en el mismo instante, de vuelta en aquella sala blanca, dentro de aquella máquina, con el mini buffet, la mesa de comedor, la silla y la Co-Ma en la misma posición que cuando entré. Mis tareas en ése momento eran sencillas, reunirme con Cedric y los demás para ver qué tal estaban las cosas en Monte Caldero, reclamar por el error del Co-Ma, comer, y tratar de averiguar algo sobre la habitación 191M, no necesariamente en ése órden de prioridad.

Lo primero que pude tachar de mi lista de quehaceres fue lo del Co-Ma. Fue algo sorprendente, de repente, veía a Gamenor en la pantalla y podía acceder a la interfaz.

- Lizzie ¿Qué es esto? ¿Es aquel mundo del que hablabas? ¿Dónde los guardianes no existen? ¿Y por qué me siento como si estuviera atrapado? - Preguntó Gamenor, confundido y asustado.

- Sí, éste es el mundo del que te hablé antes de que fuéramos hacia Ceberina. Siendo sincera, se me hace raro verte aquí. Y al parecer, estás limitado al espacio del Co-Ma.

- ¿Y por qué estoy en esta cosa? - Preguntó.

- Bueno, es difícil de explicar. El mundo en el que naciste y este son, digamos, incompatibles. En este mundo, eres un personaje ficticio. Aunque supongo que para ti lo ficticio será todo esto que está sucediendo. Me pregunto si será posible que algún guardián haga esto.

- Debería ser increíblemente poderoso, tal vez podría tratarse de un miembro del sumo protectorado, aunque no estoy seguro de con qué motivo lo haría.

- Entonces es una posibilidad que este mundo sea tan solo una ilusión de alto nivel. La verdad es que toda esta situación resulta algo paradójica.

- ¿Y tú que crees? - Me preguntó. Se veía algo triste, o quizás asustado, o las dos cosas, no lo sabía con certeza.

- La verdad es que no tengo ni la  menor idea de qué pensar. Prefiero obtener algo de información antes, en ambos mundos, tal vez así pueda resolver todo esto. La cuestión es por dónde empiezo. - Dije.

- Creo que tengo una idea. - Dijo Gamenor, mientras, podía notar cómo toda esa maraña de sentimientos negativos que inundaban su cabeza eran reemplazados con unos ojos brillantes que denotaban curiosidad y entusiasmo.

- ¿Y esa cara? -Pregunté.

- La verdad, estaba asustado, me daba miedo la sola idea de no ser real, pero ahora que lo pienso mejor, mi deber es ayudarla en lo que necesite, no importa si soy real o no, serle útil es algo que me hace feliz. Y ahora que también estamos juntos aquí, ya no importa qué es real y qué no. Creo que eso es motivo de sobra para no tener miedo. Ahora ¿Quiere que le cuente mi idea? - Asentí con la cabeza. - ¡Bien! Mi idea es averiguar los motivos por los que existe esta paradoja. Quizás así podamos encontrar la solución.

- Perfecto, tengo una corazonada para dar el primer paso. Había una sala misteriosa cerca de un lugar importante, al que normalmente no puedo acceder. Me gustaría ver si esa sala esconde algo que pueda servir de pista, aunque va a ser un problema entrar.

- Suena interesante. - Cedric interrumpió el ritmo de la conversación y nos miró con detenimiento. Fué una aparición sorpresiva, no hizo el más mínimo ruido, y la puerta no se abrió en ningún momento.

- Con apariciones cómo ésas, casi parece que buscas parecerte a Elroy. - Comenté.

- No me fío de él. Toda esta guerra es su culpa ¿Cómo puedes defender algo así?

- El está de nuestro lado. Busca lo mejor para todos los protegidos. - Respondí, convencida de lo que decía.

- No, busca la mejor forma de arrebatar el trono. Por sus acciones y las de sus antecesores es que los humanos comunes temen a los guardianes. Yo lo sé, porque yo ya jugué ésto antes ¿Lo recuerdas? Lo mejor que puedes hacer es evitar que cumpla con su objetivo. - Dijo él.

- Pero entonces, perdería a... Emar me quitaría a... a...- Tartamudeé, vacilé, aunque el mensaje estaba ahí, esperando a ésa última palabra. Algo en mi cabeza aún no quería aceptar ésa posibilidad, pero mi corazón se aferraba a ella con fuerza. Gamenor no podía ser real, pero tenía que serlo.

Cedric me mostró su Co-Ma. Dentro pude ver a Shara, echada en el piso de espaldas a la pantalla, con la cabeza gacha. Seguramente estaba llorando.

- Ésto, Lizzie, es chantaje emocional del más bajo que he visto, nada más. Nada de esto es real.

No podía pensar, simplemente huí, no quería escucharlo, o terminaría echando a llorar yo también.

Saliendo de la habitación, me dirigí hacia el buffet. A esta altura quedaría poca comida, y no habría nadie o casi nadie en la fila. Caminé rápido, hice fila por menos de un minuto y tomé un sándwich de queso y tomate muy simplón, seco, pero comestible.

Y me senté junto a Gwendolyn. Estaba sola, en una esquina. También tenía un Co-Ma, con su guardián, hago un esfuerzo por recordar su nombre.

- ¡Hola Gwen! ¿Ése es Alix?- Digo, con un tono burlesco, buscando fastidiarla para descargar mi propia frustración. En otras circunstancias evitaría hacer ésto, pero ahora mismo simplemente me sale así.

- Los chicos son unos cretinos. - Dijo con la voz baja y sobrecargada de tristeza, justo lo que no necesitaba. Ni siquiera se molestó por usar el diminutivo de su nombre.

- ¿Qué te pasa? - Pregunté.

- Cedric insiste en oponerse a Elroy y los demás lo siguen. Pero él también me dijo, sin que nadie lo  notara, que la ruta que va a seguir tiene muchas probabilidades de llevar a un final malo. Yo insisto en que lo mejor es asegurar un final bueno, pero parece que no me quieren escuchar.

- Ya, lo entiendo perfectamente. Shara estaba llorando, tuve que salir de mi habitación para ignorarlo.

- El señor Cedric es listo, pero muy estrecho de miras. - Dijo Alix.

- Lo sé, pero ¿Qué pretende lograr? Es cruel causar un final malo adrede. - Respondió Gwendolyn.

- ¿Por qué piensas así? -Pregunté por curiosidad.

- Yo estudio el vínculo, y estoy cada vez más convencida de que todo esto es  una farsa. - Respondió casi sin titubear.

Le arranco las alas a tiros a un avispaturbia.

MaestroCebolla

  • Ayudante de Profesor
  • ****
  • Mensajes: 1033
  • Karma: +1/-0
  • Subestimame, te reto.
    • Ver Perfil
    • Mis personajes originales

  • Total Badges: 31
    Badges: (View All)
    Nivel 6 Cuarto aniversario Tercer aniversario
Re:[Novela] Duality Paradox (proyecto)
« Respuesta #27 en: 05 de Octubre de 2017, 12:25:23 am »
Capítulo 28

Cuando las voces suaves mueren,
Su música vibra aún en la memoria.

-Percy Bysshe Shelly.


Estaba claro que Gwendolyn necesitaba alguien que la apoyase y, aunque no me sentía precisamente bien, le presté mi hombro. Me resultaba increíble cómo se había quebrado, no la conocía desde hace mucho, pero no parecía alguien que llorase de esa manera a menudo. Sea lo que sea que haya dicho Cedric, definitivamente no era lo más amable del universo. Y simplemente nos quedamos sentadas, juntas. Era un alivio poder ayudarla a calmarse, para ella y también para mí. Me ayudó a poner mis pensamientos en claro.

- Desde esta farsa podemos cambiar el destino del mundo. Pero ellos prefieren seguir jugando, porque están ciegos y no ven más allá de la perspectiva que les presenta este mundo. -Dijo una vez que se calmó, en voz baja, como un murmullo.

- Gwen, la verdad es que si lo dices aquí, si que suena como una locura, pero puede que te crea, aunque me gustaría ver qué hay más allá, hay algo en el medio de éstos dos mundos y quiero saber de qué se trata. -Le confieso.

- Bueno, creo que puedo ayudarte. - Me dijo.

- No te preocupes, puedo hacerlo yo sola, no quisiera molestarte. - Dije, y volvimos a estar en silencio un rato.

- Gracias, también quiero pedirte perdón, hice mal en mentirte. - Me dice. ¿Ella me mintió? ¿Cuándo? Estuve a punto de preguntarle pero se me adelantó. - Sí que recuerdo este mundo cuando estamos allá, cuando nos conocimos sólo estaba actuando. También te oculté mi trabajo, porque no me gusta hablar de él frente a Minerva, y a ella tampoco le gusta que lo mencione. ¿Podrías perdonarme?

Si me molestaba con Cedric por mentirme ¿Por qué no molestarme con ella también? Sencillo, además de mentiroso, Cedric es un cretino de primera. Gwendolyn al menos tuvo la decencia de pedir disculpas.

- ¿Está bien si te hago una pregunta? -Dije.

- Ya lo hiciste. -Dijo, mezclando su tono de tristeza con algo de risa.

- Esa no. Dijiste que Cedric iba a forzar un final malo, pero se supone que aceptó seguir las instrucciones de Emar, y no me cabe en la cabeza que ese hombre quiera un final malo. No tiene sentido. ¿Tu sabes algo?

- Cedric está siguendo las instrucciones de Emar, pero está forzando a otros jugadores a tomar malas decisiones. En última instancia, el final depende de las acciones de todos. O sea que si un buen número hace las cosas mal... -Dijo, mirándome como dando a entender algo sin siquiera decirlo.

- Uff, eso suena feo. -Respondí.

- Pues sí. Oye ¿Cómo están las cosas por allá? - Me preguntó ella.

- Pues el viaje a Cima Lacrada se está haciendo muy largo, no sé si Cedric te contó que iba para allá, bueno, la cuestión es que es algo agotador. Gamenor aprendió bastante, pero se desmayó por la falta de comida, aunque ya está mejor. Luego tengo preguntarte por Monte Caldero, ahora me gustaría despertarme temprano, ya sabes.

- Coincido, y no te preocupes, te enviaré a Alix en cuanto pueda, así te puedo dar todas las buenas noticias. - Dijo, con entusiasmo. Alix emitió un sonido largo y agudo, aunque nada irritante, más bien melodioso. Quizás por la alegría de tener un nuevo deber que cumplir.

Volvimos a conectarnos al sistema, faltaban cinco minutos así que será cómo si hubiésemos madrugado. De vuelta en el campamento, Gamenor estaba despierto y con más energía que nunca. El sol a penas se veía en el horizonte y la temperatura era algo más fresca que durante el pleno día. Estaba esperando el mensaje de Gwendolyn mientras daba de comer a Gamenor y conversaba con él.

- ¿Sabes? Elroy piensa que quizás no hayas desarrollado tu poder debido al miedo. - Le dije.

- No tengo miedo a desarrollar mi poder. ¿Por qué piensa eso? - Respondió el sin siquiera pensarlo.

- No lo sé, veamos, puede ser algún tipo de amnesia disociativa. - Respondí yo.

- ¿Y eso qué significa? - Me miró, con ganas de saber más.

- Son palabras que se usan en "el otro mundo" para nombrar un fenómeno relacionado con la memoria. Quizás tu poder, en tu memoria, está vinculado a alguna especie de trauma, y por eso tu mismo te impides progresar, de forma inconsciente -le expliqué. - Cuando Elroy dijo que te prestaría parte del poder de Samarra no tuviste ningún problema, además de la falta de comida. Creo que eso se debe a que no sabías que estabas usando tu propio poder.

Pasó un momento, en el que el guiverno estuvo callado, intentando comprender lo que le había dicho, pensando, o tal vez recordando, o intentando recordar.

- Si le digo la verdad, es sabido que los dragones y, por extensión, los guivernos también, poseen una memoria casi infalible. Pero aún así, tengo una gran laguna en mis recuerdos, mis primeros dos años de vida. Ahora que intento visualizarlos, no puedo. - Me confesó, y luego comenzó a llorar. Yo me agaché para levantarlo y el se recostó sobre mi hombro. Alix había llegado mientras, pero lo ignoré por un largo rato. El pareció comprender, a pesar de que tan solo era una bolita de luz flotante, que estábamos atravesando una situación delicada.

Y mientras tanto yo me preguntaba si era posible que Gamenor no hubiese conocido a sus padres. En cuyo caso, y a pesar de las probabilidades en contra ¿Acaso sería factible que fuese hijo de Nor? ¿Estaban hablando literalmente los sacerdotes de Ilat? Y, si es así ¿Cómo lo sabían? Pero la pregunta más importante de todas era ¿Qué había pasado durante esos años perdidos en la memoria de Gamenor que lo afectaron hasta ese punto? Debía encontrar respuestas a todos esos interrogantes, por él.


« Última modificación: 05 de Octubre de 2017, 12:29:28 am por MaestroCebolla »
Le arranco las alas a tiros a un avispaturbia.

MaestroCebolla

  • Ayudante de Profesor
  • ****
  • Mensajes: 1033
  • Karma: +1/-0
  • Subestimame, te reto.
    • Ver Perfil
    • Mis personajes originales

  • Total Badges: 31
    Badges: (View All)
    Nivel 6 Cuarto aniversario Tercer aniversario
Re:[Novela] Duality Paradox (proyecto)
« Respuesta #28 en: 18 de Octubre de 2017, 12:20:12 am »

Capítulo 29

La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan; si puedes recordarme, siempre estaré contigo.
-Isabel Allende.


Debía escuchar el mensaje de Alix antes de que los demás se despierten, pues no quería que nadie más escuchara, ni siquiera Elroy, sólo Gamenor y yo.

A través del Pip, escuché la voz de Gwendolyn. El mensaje era claro, y su voz estaba calmada. "Todo está bien, no hubo heridos ni muertos. Sin embargo, no hay rastro de Norgud. Todos los prisioneros fueron liberados por la gente de Ceberina, nos habían encerrado en nuestras habitaciones, y ahí es donde están los soldados ahora. No podemos acceder a muchas de nuestras pertenencias, pero al menos estamos a salvo. Un pequeño grupo se dirigirá hacia allá usando un viaje rápido. Yo y Maia vamos con ellos. Por aquí necesitan a Minerva y a Cedric, así que se quedarán en Monte Caldero un poco más."

Bueno, eran buenas noticias. Así que no podía quejarme. Agradecí a Alix y lo envié de vuelta en el mismo momento en que Samarra me sorprendió por la espalda.

- ¡Estoy ansiosa de poder presentarme a tus amigas! - Dijo la valquiria.

- No se supone que espies a la gente de ése modo. - le dije.

- No es algo que me guste, si te soy sincera. Sólo obedezco órdenes.

- ¿Espiandome?

- Tontita, sólo estaba vigilando el lugar. Palabra.

La verdad se me está haciendo un poco pesada, así que lo mejor va a ser que simplemente deje pasar la conversación. - Está bien, sigue con tu trabajo- dije, esperando que se fuera.

- ¿Sabes? Las valquirias son bastante comunes por la zona de Cima Lacrada. Si quieres puedo hablarte un poco del lugar.

- Sí, está bien, cuéntame lo que sepas. - Le respondo. No es que esté muy interesada, pero a lo mejor consigo algo de información útil, y si no, pues al menos haré buenas migas con ella. Pareció llenarse de emoción.

- Bueno, este sitio tiene una gran historia que data de antes de la gran catástrofe. - Y ya empezamos con cosas que no sé, desgraciadamente, lo peor es que está hablando tan continuamente que no puedo interrumpirla para preguntarle qué fue esa gran catástrofe. - Sin embargo lo único que queda de ese tiempo son ruinas de piedra que rodean la base de la Montaña Bianca. Cima Lacrada está, entonces, compuesta por tres partes. La primera son las ruinas de la ciudad vieja, que fueron calcinadas durante la gran catástrofe. La segunda parte es la ciudad nueva, construida alrededor de la vieja por respeto al legado que dejaron sus antiguos habitantes. Y finalmente, en la cima de la Montaña Bianca, la majestuosa Necrópolis  de Cima Lacrada, el lugar donde viven los Celadores y dónde tanto los habitantes de la ciudad cómo los nobles del reino envían a enterrar a sus muertos. A todo el complejo de la ciudad se lo llama vulgarmente Cima Lacrada por su relación con la muerte. Aunque su nombre oficial es Tierra y Cima de la Bianca Esperanza. Un poco ostentoso, en mi opinión. ¿Alguna pregunta? - Concluyó su breve discurso con la respiración agitada debido a lo rápido y poco pausado de su habla.

- Deberías hablar un poco más despacio, o al menos hacer pausas. - Dije. - Pero no nos desviemos del tema, hubo algo que me llamó la atención ¿Qué son los Celadores?

- Son gente que se encarga de vigilar que no se profanen las tumbas, la gente de la ciudad les lleva una porción de sus alimentos todos los meses, aunque es un trabajo desesperado, reservado a quienes ya no tienen forma de sustentarse. Tienen prohibido hablar, y los rumores dicen que quienes se saltan la prohibición pierden la voz por siempre. - Con eso dicho por parte de Samarra, creo que sería el lugar ideal para cierta persona.

- ¿Y hay alguna forma de que pueda llegar a la Necrópolis? - Pregunté, pues me llamaba la atención ese lugar. ¿El rumor de la maldición será cierto o falso? ¿Guardarán los celadores algún secreto que no deban contar, y por eso tendrán prohibido hablar? ¿De qué forma se comunicarán sin usar la voz, en caso de que lo necesiten? Supongo que usarán algún lenguaje de señas o similar. Mientras me hacía todos esos interrogantes, Samarra intentaba pensar.

- Bueno, hace algunos años era frecuente que permitieran visitas, ahora, con la situación que hay, no estoy tan segura. Así que a no ser que tengas un ataúd y un epitafio en condiciones lo veo poco probable. - Me respondió la Valquiria.

- Pues te agradezco la idea. ¿Dónde consigo yo un ataúd? - Luego de que dije esto, me miró con una cara rara, como preguntándome si de verdad pensaba hacer algo tan estúpido. Así que decidí desviar la conversación a otra cosa, olvidando aquello. - Perdón, no sé en qué estaba pensando. ¿Podrías contarme de la gran catástrofe?

- Pues es una vieja leyenda, bastante conocida entre los protegidos, guardianes y seguro que también dentro de ciertos círculos de los humanos, aunque desde hace unos veinte años es ilegal mencionarla. Se dice que hubo un tiempo en que el continente de Inias estaba rodeado por agua y no por fuego, y que dentro del agua había toda clase de vida. Sin embargo hubo quienes despertaron la ira de las aguas, y estas se convirtieron en fuego, dejando poca agua y, por consiguiente, poca vida en el mundo. Luego de eso viene la parte que el rey no quiere que se escuche, a saber, que fue el Sumo Protectorado quien devolvió la estabilidad al mundo.

Le arranco las alas a tiros a un avispaturbia.

MaestroCebolla

  • Ayudante de Profesor
  • ****
  • Mensajes: 1033
  • Karma: +1/-0
  • Subestimame, te reto.
    • Ver Perfil
    • Mis personajes originales

  • Total Badges: 31
    Badges: (View All)
    Nivel 6 Cuarto aniversario Tercer aniversario
Re:[Novela] Duality Paradox (proyecto)
« Respuesta #29 en: 19 de Octubre de 2017, 12:11:03 am »

Capítulo 30

En mi país, primero vas a prisión y luego sos presidente.
-Nelson Mandela.


Por un segundo pude distinguir el crepitar de los cascos de Shara por las inmediaciones del lugar, pero no la ví, simplemente escuché su veloz galope durante unos instantes. Y ahora, frente a mí, estaban Gwendolyn y Maia, en el centro del campamento, rodeadas de gente, acompañadas de media docena de otras personas, sin contar guardianes. Elroy recibió la noticia de boca de uno de los chicos que estaban allí, de que Monte Caldero había sido recuperado y sonrió para sí. Con la gente preparada reanudamos la marcha hacia Cima Lacrada. El camino, como siempre, era extenuante, pero se volvía ameno al compartir y charlar con quién tuviera más a mano. Intenté averiguar algo sobre el Sumo Protectorado o la Gran Catástrofe, pero no escuché nada que no supiera de antes. Al parecer la información que queda acerca de ésos sucesos es escasa incluso entre los Protegidos y Guardianes.

Tras un par de horas de marcha alcanzamos a divisar la ciudad, sin embargo, poco después nos topamos con un obstáculo de considerable tamaño y peligro. Recordando un poco al momento en que conocí a Elroy por primera vez, aparece frente a nosotros, de la nada misma, una colosal serpiente de un color rojo tan oscuro que pareciera negro a simple vista. Semejante bestia podría aplastarnos sin esfuerzo y, de hecho, es lo primero que intenta hacer al vernos. Primero rodea el área en la que estamos con su cuerpo, luego nos mira fijamente, para finalmente acercar su boca abierta hacia nosotros. Yo me cubrí la cara por el miedo, así que no pude ver lo que sucedió a continuación. Sin embargo, unos segundos después de éso, todos estábamos en un lugar completamente diferente. Una prisión, o más bien un calabozo o mazmorra.

Maia y yo estábamos en una celda, oscura y húmeda, que lindaba con la de Gwendolyn hacia la izquierda, Y la de Elroy a la derecha y frente a nuestras celdas había un pasillo ancho con algunas antorchas encendidas. Las celdas estaban comunicadas entre sí por pequeñas ventanas con barrotes.

Maia estaba sentada en el suelo, sosteniendo sus piernas flexionadas con sus brazos y ocultando su cabeza todo lo posible. Parecía asustada y murmuraba. – Estamos muertos, estamos muertos. – Una y otra vez, sin parar. Cuando reaccioné, me acerqué a ella, sentándome a su lado, pensando que debía consolarla, pero en cuanto la toqué, gritó. Gritó tan fuerte como le permitió su voz, durante todo el tiempo que mantuve mi mano sobre ella. Cuando quité la mano dejó de gritar, cuando volví a tocarla, ella gritó de vuelta. No parecía querer calmarse, lo cual era algo muy extraño, sobre todo para ella. Decidí que lo mejor era dejarla tranquila hasta que se calme sola. Y fui a conversar con Gwendolyn.

– ¿Que crees que haya pasado? – Le pregunté.

– Creo que despertamos la ira de Kendra. – Fue lo que me respondió, con cierto aire de desesperanza.

– O sea que esa serpiente era Kendra ¿Y eso que significa? – Pregunté.

– Si, Kendra es esa serpiente, se dice que vaga por el desierto en busca de quienes deseen el mal y los devora. Las leyendas también dicen que solía ser miembro del Sumo Protectorado. – O sea que si logro conversar con ella podría averiguar  más cosas sobre el Sumo Protectorado, y tal vez sobre otros temas de mi interés, como la prohibición, Elroy, o la Gran Catástrofe. Podría ser la fuente de las respuestas que estoy buscando, al menos por este lado.

– Si estas pensando en hablar con Kendra, me temo que será muy difícil que te escuche. – Dijo Elroy desde la otra ventana. – Tiene un temperamento volátil y tendencias extremadamente violentas, además de una fuerza acorde a su tamaño.  Lo desaconsejo totalmente.

– O sea que la conoces. – Le dije sin dudar.

– No – dijo titubeando – bueno, en realidad sí. Uno de mis guardianes es hijo suyo.

– El que me falta por conocer. – Continué yendo un paso por delante, lo cual pareció molestar un poco a Elroy.

– Ya sabes que me gusta guardarme ases en la manga. – Comentó.

– Sí, y lo detesto. – Añadí.

–Bueno, supongo que no tengo otra opción más que presentarlo. Halaf, saluda. – No alcancé a ver al guardián, pues aún seguía del lado de mi celda que lindaba con la de Gwendolyn. Sin embargo, pude distinguir perfectamente su voz, siseante y profunda a la vez.

– Es un honor ser presentado ante ustedes por fin. – Dijo el guardián. – Entiendo que mi madre fue quién nos trajo aquí.

– Así es – dijo Cedric – sin embargo no tengo idea de lo que éso implica, me gustaría saber qué piensas al respecto.

Por lo poco que sé de ella, éso es bueno, significa que no quiere vernos muertos. Sin embargo, está claro que no desea que continuemos la campaña. Es el único motivo por el cual nos encerraría, es una firme defensora del status quo actual. Cómo buena noticia, éso significa que ella está segura de que mi señor es capaz de cambiarlo.

– ¿Por qué ella defendería ésto? – Preguntó Gwendolyn, parecía confundida. – Ella forma parte del Sumo Protectorado, no tiene nada de sentido que defienda un gobierno que oprime a los suyos.

– Madre antaño fue miembro del Sumo Protectorado, es cierto –respondio Halaf – pero decidió alejarse de ellos. Nunca me dijo por qué. Aún así, los guardianes comunes le tienen un gran respeto.

– Ella da miedo, está claro que la respetan por éso. – Interrumpió Samarra.

– Sam, no interrumpas a tu hermano. – Señaló Elroy, quién por su tono de voz parecía reprimir algo de risa.

– En realidad, tiene parte de razón. Gran parte del respeto que sentían los guardianes hacia madre se desvaneció por completo cuando ella reveló haber dejado atrás el Sumo Protectorado. Aún así, muchos la siguen tratando con un temeroso respeto, algo así como las escasas veces que Mi Señor ha visto al rey a la cara. Él sabía que el actual gobernante de este mundo no es digno de su puesto, y aún así, se apegó al protocolo. – Concluyó el guardián.

– Es una gran lección. – Respondió su madre, revelando su presencia frente a los barrotes de nuestras celdas y oscureciendo la ya de por sí escasa luz del ambiente. – Sin embargo no es lo que esperaba de mi hijo.

– ¿De qué esta hablando, señora? Yo no tengo madre. – Respondió Halaf, algo alterado por la intromisión.

– Sabes de sobra lo que pienso de tus acciones, inmundo Luxnigra. – Dijo furiosa la gran serpiente, ignorando completamente a su hijo y dirigiéndose hacia Elroy sin vacilar. – Si el culpable de toda esta guerra eres tu o tus antepasados me es indiferente, los guardianes seguirán sirviendo hasta el fin de los tiempos, independientemente de quién se les oponga, por eso desapruebo que se luche por ellos.  Todo combate es vanidad. – Sentenció la serpiente.

– Yo también odio tener que hacer esto, Kendra, y sin embargo no me ves dando la espalda a los míos, ni a mis responsabilidades. Por eso he sido más un padre para tu hijo de lo que tú serás jamás. – A esto la serpiente siseó de enfado, el tono se había puesto alto y podía ver la expresión de miedo en Gamenor y Vyolette. Yo también estaba aterrada, pero debía mantenerme alerta para lo que sea que sucediese a continuación.

Le arranco las alas a tiros a un avispaturbia.

MaestroCebolla

  • Ayudante de Profesor
  • ****
  • Mensajes: 1033
  • Karma: +1/-0
  • Subestimame, te reto.
    • Ver Perfil
    • Mis personajes originales

  • Total Badges: 31
    Badges: (View All)
    Nivel 6 Cuarto aniversario Tercer aniversario
Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
« Respuesta #30 en: 02 de Noviembre de 2017, 11:50:09 pm »
Capítulo 31

Demasiados, demasiados enigmas pesan sobre el hombre en este mundo.
-Fiodor Dostoievski


Kendra parecía estar conteniendo su rabia hasta su límite. Aún así, su enfado era más que evidente. ¿Cómo se atrevía Elroy a cuestionar a tamaña criatura? Estaba claro que el príncipe demostraba un valor extraordinario, aunque estúpido, dada la situación. No estaba claro si podríamos sobrevivir a la ira de aquella serpiente.

-Mi decisión para con mis hijos te es irrelevante. - Dijo la serpiente. - Permití a Halaf servirte porque ése fue su deseo, no para que hiciera mi voluntad. Yo protegeré el orden establecido, aunque eso signifique que guardianes y protegidos deban sufrir. Detesto verlos así, pero a la vez llegué a comprender que así deben ser las cosas.

- Pues no lo comprendo ¿Por qué han de ser así las cosas? - Dijo Elroy.

- Pobre, inocente criatura, has tenido la respuesta a este enigma todo el tiempo dentro de tu corazón y mente, y a pesar de ello no logras saberla. Orgullo, ése es tu error.

- ¡Exijo que me digas de qué hablas!

- Si la respuesta está en ti, no es necesario que te la diga. Aunque a veces me pregunto ¿Por qué no te destruyo ahora mismo? El pacto ya no me ata, podría quitarte todo con solo desearlo. Más por cómo veo las cosas, al mismo tiempo que eres un peligro puedes también ser útil. El derramamiento de tu sangre me es innecesario.

- ¿Por qué nos has encerrado aquí entonces? - Preguntó Gwendolyn.

- Necesito contenerlos por sólo un poco de tiempo, y también, cuando se vayan, llegarán al lugar que yo les tengo preparado. Allí hallarán la verdad, y luego de que la hallen, les daré libertad de seguir su camino. - Dijo.

- ¿A qué verdad te refieres? - Pregunté.

- Tú, jovencita, eres una criatura de visión perspicaz. Más tu desafortunada mente te impide hacerte las preguntas correctas. Éso es lo que no te ha dejado ver las verdades más profundas hasta ahora, la verdad es la suma de la pregunta correcta y el contexto apropiado.

- Señora Kendra, no lo haga por favor. - Susurró Maia. -Ellos no... -

- ¡Ay criatura! No temas. Todo lo que has visto y que te hace temer no son más que mentiras. Cuando todos conozcan la verdad, entonces podrán elegir sin temor. Más conozco tu sufrimiento, y espero que pronto puedas ser libre de él.

- ¿Está hablando de lo que creo que esta hablando? - Pregunté.

- ¡Ah, no puede ser que no haya entendido nada de lo que están hablando! - Gritó Elroy.

- ¿Qué clase de amigo eres para impedir que oigan la verdad? - Censuró la gran serpiente. Luego continuó - Pues eso depende, por más que pueda entender y ver las cosas con claridad, no puedo entrar en tus pensamientos. Tus preguntas, sin embargo, son ahora mucho mejores, aunque no es el momento de que responda. A mí no me creerías, debes hallar la verdad por tí misma. Ésta verdad que debes hallar es el origen de todo, y también su final. Y vas por el camino correcto.

La serpiente, de dónde yo vengo, es símbolo de la deshonestidad y la mentira. Es extraño que me hable a mí de buscar la verdad. Pero no es lo único extraño. Que Elroy se muestre tan confundido, el miedo que muestra Maia hacia lo que sea que esté sucediendo, éste lugar en sí. Hay muchas cosas de las que quiero hablar.

- Disculpe, pero creo que tengo dudas que usted está en posición de resolver.

- Ahora debo marcharme, jovencita. La tradición demanda que esté presente en cierto sitio dentro de poco. Luego de eso volveré y los liberaré.

- Pero cuando nos liberes surgirá la prisa por irnos, y no podré hablar con usted tampoco.

- Entiende que hay cosas que no puedo decirte, aún así, tu curiosidad y tu valor me resultan admirables. Está bien, te permitiré acompañarme. A ti y unos cuantos guardianes que merezcan el saber. Halaf, Samarra, Hassuna, Gamenor. Ellos deben escuchar lo que diré.

- Gracias, y una cosa, la verdad estoy temiendo por la salud de mi amiga. Me gustaría que Elroy y Gwendolyn pudieran cuidar de ella mientras no esté.

- Lo que tiene tu amiga es un profundo miedo a lo desconocido. Nacido de un gran sufrimiento, ése miedo fue echando raíces cada vez más profundas en su corazón. Me temo que no puedo hacer nada por ella, más de lo que ya estoy haciendo. Pero si su seguridad es importante para ti, lo respeto.

Tras ésas palabras, los dos aparecieron junto a nosotras, en la misma celda, intenté abrazarlos pero justo entonces yo también fuí movida cual peón de ajedrez hacia la cabeza de la serpiente. Me senté en ella, su piel era fría, húmeda y áspera, pero no me sentía para nada incómoda por ello, de hecho era una sensación extraña, pero divertida al mismo tiempo. Tras esto, en un instante que a penas me dio tiempo de amagar un silencioso saludo, perdí de vista todo. Kendra parecía estar reptando, desplazándose por un oscuro túnel a velocidades inimaginables, pero ni ella, ni yo, ni nadie se inmutaba. Quise hablar pero algo me detuvo de hacerlo hasta que finalmente, tras tan solo unos pocos segundos, la luz me dio de lleno en los ojos. Terminamos en un sitio extraño, como el bosque cercano a mi casa, pero con muchos menos árboles, que eran mucho más altos. También había algunos arbustos, y pastos verdes. Veía a Gamenor y los guardianes de Elroy, pero no alcanzaba a ver a Kendra.

Pero si vi a  Halaf, que era igual a Kendra, salvo que mucho más pequeño, como de la altura de un niño de diez años y tan largo que podría llegar a medir más que cualquiera de estos árboles. Le pedí que nos ayudara a buscar a su madre, pero se negó, así que eramos solo Sam, Hassuna y yo. Samarra buscaría por los aires y Hassuna y yo por tierra. Buscamos por varias horas, pero, aunque no la hallamos, sí vimos algo que nos dejó a todos estupefactos. Pues descubrimos que estábamos nada más y nada menos que en la capital, o, más bien, en territorio de la capital. El lugar era tan solo un pequeño islote en un lago de cristalina y fresca agua, y al otro lado se podían ver unas murallas que, por la poca cultura general que tenía, sólo podían pertenecer a la apodada Ciudad de las Cien Fuentes. Seilies.

Le arranco las alas a tiros a un avispaturbia.

MaestroCebolla

  • Ayudante de Profesor
  • ****
  • Mensajes: 1033
  • Karma: +1/-0
  • Subestimame, te reto.
    • Ver Perfil
    • Mis personajes originales

  • Total Badges: 31
    Badges: (View All)
    Nivel 6 Cuarto aniversario Tercer aniversario
Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
« Respuesta #31 en: 13 de Noviembre de 2017, 11:34:38 pm »

Capítulo 32

En mitad del invierno, finalmente encontré que había en mi un verano invencible.
-Albert Camus.


La capital, a penas sabía historias de este lugar, y todos ellos, todos los rumores sin excepción, no llegan a ser ni siquiera una sombra de lo imponente de la ciudad. A pesar de que la veo desde lo que parece ser la isla de un lago bastante alejado, Seilies se ve colosal, majestuosa e incomparable. Gobernaba sobre el paisaje con una elegante brutalidad, pues se fundía con las dunas del desierto, pero a la vez se plantaba firme sobre ellas. La estructura de los muros da la apariencia de ser ondulada, y el color de la roca es arenoso, en armonía con su sitio. Más también se imponen en la estructuras unos sobrios matices de verde y azul, colores de vida que se niegan a aceptar la  realidad del desierto árido, como si protestasen. Todo el peso de estos colores parece tocar el paisaje e intentar fundirse en contacto con el suelo, sin lograrlo de forma completa. Desde ésta distancia no se alcanza a vislumbrar la diferencia entre la ciudad y el palacio, y la diferencia entre la ciudad y el ambiente que la rodea es a penas perceptible. Lo que sí se alcanza a ver son grandes extensiones de ríos y campos fusionándose en una armonía algo incompleta con el desierto.

El tiempo parece acelerarse por  momentos, la noche se ciñe sobre nosotros sin darnos tiempo de reaccionar. Es la primera vez en mi vida que  siento un frío tan intenso cómo el de los vientos nocturnos que soplan en este sitio. Sin lugar a dudas, éste era el famoso viento de Seilies del que mi padre solía hablarme cuando volvía de sus viajes. Era como ser acariciada por la nada misma, como el profundo escalofrío de darte cuenta que algo malo va a pasar y no poder hacer nada por impedirlo. Al sentir ésto, los guardianes de Elroy, Gamenor y yo, preparamos una hoguera. No pude evitar notar que Halaf también cooperó, así que aproveché esa oportunidad para intentar romper el hielo.

— Oye, Hal, pensé que no nos ayudarías, pero me gustó mucho verte cooperar. — Comenté cuando por fin teníamos listo el campamento. Era algo básico, una hoguera encendida con el fuego interior de Gamenor, hojas grandes y limpias de los árboles que harían de colchones, traídas por Halaf y Samarra, y las tiendas de telaraña de Hassuna.

— Estaba siendo egoísta, chica. Por si no lo sabías soy de sangre fría, habría muerto con este frío. — Sigue intentando parecer grande y peligroso, algo que para las serpientes es de rutina.

— Vaya, yo creí que eramos amigos. — Le dije.

— Pues estas equivocada, yo solo sirvo a mi amo y es todo. No tengo amigos, ni los necesito.— Con estas palabras, supe que algo no andaba bien.

— Vaya. ¿Por qué piensas que no necesitas amigos? — Pregunté.

— No quiero responder, eso es asunto mio conmigo mismo. No te incumbe.

— ¿Tiene algo que ver con Kendra? — Ésta vez, hizo silencio. Samarra me miró con enfado e hizo un típico gesto de reproche por lo bajo.

No podía evitar sentirme mal, muy mal por Halaf y todo el dolor que guardaba dentro de sí y no quería dejar salir, no tanto por haber herido sus sentimientos, a veces es necesario. No sólo para resolver  mis dudas, si no también para ayudarlo a él. Lo miré a los ojos, y los cerró. Respiró, y suspiró, pero no dijo nada.

— Yo también conozco ése dolor. Es importante ser sincero con uno mismo para sanar y crecer.

— ¿Y si no deseo sanar? ¿Qué harás entonces? ¿Arrancarme mi verdad a la fuerza?

— No, no puedo, y aunque pudiera, respetaría tu derecho de hablar o callar lo que quieras. Aunque no esté de acuerdo, te considero un amigo, así que respetaré que no quieras  decir lo que tienes dentro.

— Elisabeth. — Dijo Hassuna, a éstas alturas pensaba que era muda o que no podía hablar por alguna otra cosa. — La verdad de Halaf necesita ayuda para salir a la luz, su corazón está destrozado. Es cómo si una casa se le hubiera caído encima, no puede salir sola. Pero quizás sea también una verdad demasiado pesada cómo para que la salve una sola persona.

— Tiene razón. — Dijo Samarra. — Halaf se está muriendo por dentro con todo lo que no puede dejar salir acerca de su madre y su pasado. Sin embargo, en ése caso, Lizzie también tiene razón en algo. Halaf, necesitas amistades que te ayuden a superar todo éso, es lo que vengo diciendote desde... — Halaf bufó fuerte, lo cual la hizo callar.

— Exactamente, me estoy muriendo por dentro, y es justamente por eso que no me hacen falta amigos. — Sentenció él.

— Por el poder, ¿Verdad? — Preguntó Gamenor. — El rechazo es un sentimiento intenso, como el odio o el miedo.

— Y a pesar de ser sentimientos de intenso rechazo pueden fortalecer al guardián que se acerque a su protegido a través de ellos. — Dijo un anciano que salió de entre los árboles tomándonos a todos por sorpresa. Su apariencia me sonaba de alguien más, pero no sabía decir quién exactamente.  Estaba cubierto por una manta de pelo de algún animal, y el suyo propio le cubría casi toda la cara a tal punto que no podía distinguir donde terminaba el cabello y empezaba la barba. Así que básicamente lo único que se le veía era pelo, ojos y nariz, todo de color gris muy oscuro. Pero aún así, había algo que me decía que ya conocía a esa persona. No podía saberlo con seguridad, era a penas una sensación vaga de la que no podía fiarme del todo. Pero cuando se presentó, no me cabió duda de que estaba completamente equivocada.

— Mi nombre es Mateo Marsh, pero me gusta que me digan Marsh, desde hace décadas vigilo este bosque día sí y día también. He refugiado a varias docenas de protegidos, y sé... bastantes cosas. Por ley estoy obligado a reportarlos, pero supongo que sería cruel de mi parte no dejarlos refugiarse al menos esta noche.

Después de esas palabras, hubo silencio. Ya nadie tenía fuerzas para hablar, más ni Gamenor, ni Marsh, ni yo pudimos conciliar el sueño.


Le arranco las alas a tiros a un avispaturbia.

MaestroCebolla

  • Ayudante de Profesor
  • ****
  • Mensajes: 1033
  • Karma: +1/-0
  • Subestimame, te reto.
    • Ver Perfil
    • Mis personajes originales

  • Total Badges: 31
    Badges: (View All)
    Nivel 6 Cuarto aniversario Tercer aniversario
Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
« Respuesta #32 en: 24 de Noviembre de 2017, 11:08:58 pm »

Capítulo 33

La honestidad es directamente proporcional al estado de ebriedad.
-Anónimo.


Era algo realmente extraño que no pudiese dormir, yo jamás había tenido un insomnio tan fuerte en mi vida, no era solo que no tuviese sueño, si no que me sentía con más energía que durante el día. No pudiendo pegar ojo, salí a caminar, con Gamenor acompañandome. Marsh también tenía un problema similar, salvo porque el había tomado algún brebaje para dormirse, y tampoco tuvo éxito. Yo simplemente estaba caminando en silencio, mirando el paisaje con admiración, el cielo estrellado, la magnificente ciudad a lo lejos, la agraciada vegetación que me rodeaba y todo lo que mi vista tocaba era simplemente abrumador.  Cuando veía aquel paisaje estrellado, sólo podía pensar que nada de eso podía ser falso. Pero tenía que serlo, era demasiado hermoso para ser real.

— No sé que me alegra más, el alcohol que me dan todos los meses en parte de pago, o el hermoso y solitario paisaje. — Marsh me había tomado por sorpresa, me di vuelta y estaba parado unos metros por detrás mío, parecía estar divagando, hablando solo en voz alta, con un tono melancólico, e hipo, bastante hipo. — Y de vez en cuando vienen estos jóvenes aventureros en busca de nuevas experiencias, rebeldes, audaces, con la vida por delante ¡Hic! Y llenan por un rato ese vacío y se van, siempre se van, nunca me queda nadie. Se fueron mis colegas, se fue Eugenia, mi amor, el cruel... ¡Hic!... Destino me la arrebató muy joven, y finalmente se fue mi hija ¡Tan inocente ella! Cada día soporto aún menos la idea de haberla dejado extender sus alas y volar. ¡Volar! El sueño de humanos... y de valquirias mancas ¡Hic! Valquirias, dicen que los huevos de esas cosas son una exquisitez, yo digo que me parece repugnante comer algo que se parece tanto a una persona. Si vas a comer huevos, los mejores son los de Grifo, saben amargos y algo salados, pero el sabor se pega en el paladar y... ¡Hic!... Se va suavizando con el tiempo, es una experiencia para recordar. Pero a la gente ya no le importan esos huevos, con el carácter de porquería que tienen los grifos, es mas fácil conseguir huevos de valquiria ¡Hic! Se comen fritos, con potatas o bellocas, a veces condimentados, o tal vez con carne ¡Hic! Muchas veces he visto, en la ciudad, esas fábricas que tratan la vida con la frialdad de una máquina, esos capataces que son capaces hasta de destrozar familias para satisfacer sus ansias de poder. Por poder, yo puedo beber agua — Tras ésto, sacó una cantimplora de entre sus matas de pelo, quizás para calmar el hipo— pero no el agua de los ríos sin más, hay que destilarla, está llena de esa porquería que le tiran para que los esclavos que se hacen llamar ciudadanos trabajen sin cuestionar nada. Y aquí estoy yo, con mi destiladora improvisada, mi querida cantimplora , mi ración mensual de comida y alcohol, una cucha de perro que mes a mes se cae a pedazos, y un deber que jamás he tomado en serio... Me importa un pip lo que le pase o deje de pasar a los guardianes, pero si ese tarado del rey se llegase a enterar de que esos fenómenos anduvieron por aquí, matarme... va a ser quizás los más bonito que me haga. ¡Eh, chica! — Dijo mirándome —¿Lo escuchaste todo? No importa, seguro que tarde o temprano lo verás tu misma. La verdad, le debo agradecer a Kendra por tener alguien que escuche mi ... ¿Cómo lo decía ella? ¡Ah sí! Verborrea. Cuando tomo ésto no puedo parar de hablar hasta que me duermo. Pero por alguna razón, no tengo nada de sueño.

— Disculpe. — Dije para interrumpirlo y encaminar un poco su peculiar discurso. — ¿Le puedo preguntar qué sabe de Kendra?

— ¡Claro, sin problema! Es una criatura maravillosa, y una gran amiga. Lástima que esté del lado equivocado, pero admiro su fuerte convicción, sus ideales y sobre todo su forma de ser. Nos conocimos cuando fuí al funeral de mi amada Eugenia en Cima Lacrada. ¡Ése lugar da escalofríos! ¿A quién se le ocurre que pudiera ser sano vivir rodeado de tanta muerte? Claro que por ese entonces yo era joven y prefería no pensar en esas cosas. Ahora que estoy viejo veo las cosas con otro lente, el problema de esto es que jamás me gustó usar lentes, de hecho ni siquiera tengo. ¿Cómo podría tener si a penas me pagan comida y agua?

— Céntrese en Kendra, por favor.

— Cierto... El día que nos conocimos ella se presentó a mí como Mattia, peculiar nombre, por cierto. Si no hubiera sido el funeral de mi esposa, probablemente me hubiese enamorado a primera vista. Se suponía que era una especie de sacerdotisa o algo así.

— O sea que fingía ser una persona. — Apuntalé.

—Exactamente, pero no era una sacerdotisa, sus ropas decían otra cosa. Vestía algo que parecía uno de los vestidos que usarían las novias de la nobleza, amplio, salvo sobre la cintura, de complejos y elegantes bordados, con un velo que le cubría la cabeza y la cara. Pero ése vestido tenía una particularidad, no era blanco, si no negro. Si con ese vestido quería dar algún mensaje o si simplemente le gustaba era algo que desconozco, pero sí que lograba llamar la atención. Y ya saben lo que pasa cuando un oficial superior grita ¡Atención! Todos deben ponerse firmes y prestar atención.

— ¡Señor Marsh! — Ésta vez, Gamenor le llamó la atención para que se concentrase.

— Oh, sí, cuando quise preguntar a los monjes quien era ella, me di cuenta de que no le prestaban la más mínima atención, entonces pensé que se trataba de la misma muerte, que venía a buscarme para que hiciera compañía a mi mujer. En ése momento deseaba que fuera así, pero no, ella venía buscándome a mí, en mi momento de mayor necesidad, para mostrarme todo lo que estaba pasando en secreto. Los secretos oscuros del rey de Seilies. — En ése momento, Marsh cayó profundamente dormido por fin. Pero yo seguía despierta, tomando notas mentales sobre todo lo que sucedía, tratando de procesarlo.

— Pues creo que entiendo varias cosas. Me gustaría compartirlas contigo, Gamenor, dos cabezas piensan mejor que una. ¿Te parece?

— Sabes que te ayudaré cuanto pueda.

— Gracias. Bueno, sé que desde que soy tu protegida no he tenido problemas para dormir hasta ahora. También creo que Kendra y Marsh tienen algo que ver, no es coincidencia que ella nos haya traído hasta aquí, tampoco creo que sea coincidencia que Marsh se durmiese justo ahora.

— Bueno, desde hace rato vengo pensando que quizá la propia Kendra es quien no nos deja dormir. —

— ¿Conoces algún guardián que pueda hacer eso? — Pregunté y empecé a caminar en cualquier dirección, por lo general caminar me ayuda a pensar con más calma.

— No, pero sí conozco guardianes capaces de causar el sueño, Vyolette lo intentó varias veces, incluso. — Respondió Gamenor.

— Entonces, dices que quizás si hay guardianes capaces de poner a la gente a dormir, podría haber quienes impidan el sueño, tiene sentido. O sea, éso significa que Kendra nos trajo con la intención de que conocieramos a Marsh, para que él nos diga lo que acabamos de escuchar.

— Me parece correcto. Pero incluso sin contar sus desvaríos creo que dijo demasiado. — Señaló Gamenor. — Creo que hay información que sobra en todo lo que dijo.

— Quizás lo que le interesaba a Kendra fuese lo último, el cómo se conocieron. Pero ¿Por qué?

— No lo sé. — Yo lo miré y el me miró, ambos con la misma expresión de desconcierto.

— Creo que éste rompecabezas hay que verlo desde otro ángulo. — Dije. — Pero ¿Cual?

Nos quedamos en silencio, pensando mientras nos movíamos sin rumbo por la penumbra. Las estrellas y la luna alumbraban nuestro paso, y por un momento me pareció notar una sombra en el camino, moviéndose junto a nosotros.



Le arranco las alas a tiros a un avispaturbia.

MaestroCebolla

  • Ayudante de Profesor
  • ****
  • Mensajes: 1033
  • Karma: +1/-0
  • Subestimame, te reto.
    • Ver Perfil
    • Mis personajes originales

  • Total Badges: 31
    Badges: (View All)
    Nivel 6 Cuarto aniversario Tercer aniversario
Re:[Novela] Vínculum et Perditio (Título provisional, proyecto)
« Respuesta #33 en: 02 de Diciembre de 2017, 11:05:18 pm »

Capítulo 34

¿Está barriendo la vereda? ¿O su transporte no arranca?.
-Anónimo.


Gamenor y yo estábamos pensando cómo enfocar lo que estábamos descubriendo, más no conseguíamos dar con la respuesta. Pensarlo como parte de la respuesta al enigma de los dos mundos no parecía ser la solución, aunque estaba segura de que sí eran piezas de un rompecabezas más grande. ¿Podría tratarse del dolor de Halaf?

— No sabemos si para ése entonces Kendra y Halaf ya se habían alejado. — Dije empezando a pensar en voz alta. — Pero estoy casi segura de que así es. Primero que nada, porque si no, lo más probable es que Marsh hubiese reconocido a Halaf, que no lo hizo. Y segundo, al revés, Halaf habría reconocido a Marsh.

— ¿Con todo ese pelo? Imposible. — Dijo Gamenor

— Cierto, con tanto pelo se parece más a un perro que a una persona— Dije, y me reí — y dudo que alguien de la nobleza se dejara el pelo así.

— Por curiosidad ¿Por qué supones que es de la nobleza?

— Bueno, recuerdo que me dijeron que los enterramientos en Cima Lacrada estaban reservados a la nobleza. — Respondí.

— Sí, visto así tiene sentido, pero ¿Qué hace un noble trabajando en una isla? — Era una buena pregunta.

— Lo habrán despojado de su título, o quizás él mismo renunció. — Dije, algo pensativa. — Puede que no naciera como noble, que hubiese conseguido el puesto al casarse y, al morir Eugenia, hubiese perdido la nobleza. No estoy realmente segura pero son las respuestas con más sentido que se me ocurren.

— Y están todas erradas. — Distiguí la voz de Kendra, pero no la veía por ninguna parte, aunque parecía estar justo detrás de mi. — Te doy una pista, él sigue siendo un noble, siempre lo fue y no hay nada que el rey pueda hacer que lo quite de su estatus. El orden de Seilies es tal que el rey no tiene poder sobre asuntos relacionados con su sociedad, más allá de contar con la jurisdicción de nombrar cargos oficiales.

— Entonces ésto debe ser una especie de cargo oficial. — Kendra asintió a mis palabras.

— Un cargo oficial aislado, alejado de todo aquel en quien Marsh pudiese influir. — Dijo Gamenor.

— ¡Qué pequeño más perspicaz! — Kendra responde con entusiasmo— Entonces ¿Por qué Marsh está aquí y no, por ejemplo, muerto? Digo, si está lejos de la gente por pensar diferente ¿Qué mas da que esté vivo o muerto? Además, el rey seguramente da por hecho que Marsh encubre a los protegidos que casualmente llegan a esta isla, que tampoco son pocos, antes de Marsh pasaban unos seis o siete grupos al año, y, casualmente, todos escapaban antes de que las patrullas pudiesen hacer nada. Entonces ¿Por qué el rey deja a Marsh a cargo?

— ¿Porque no ve necesario el esfuerzo de matarlo y quiere una excusa para no invertir en patrullas? — Dije, algo nerviosa. No estaba segura de lo que decía.

— Estas cerca,   toma algunos datos más — Kendra estaba aumentando el ritmo. — La gente odia a los guardianes, éso deberías saberlo, pero lo que seguramente no sabes es que hace más de quince años que no sucede una ejecución en ningún sitio, salvo por el delito de golpear al rey, que no tiene nada que ver con los guardianes. De hecho, a manos de éste rey y su administración no ha muerto un solo guardián, además, ningún protegido fue ejecutado sólo por serlo.

— ¿Quieres decir que no ha habido ataques en Monte Caldero, ni en Ceberina, ni en Cima Lacrada? — Pregunté. Recordando el hecho de que, en realidad, no fui testigo de ninguno de dichos conflictos.

— Los ataques son un hecho, de éso no hay duda, pero las bajas son casi cero en ambos bandos, si no contamos heridos. — Kendra seguía aportando información. —Es muy difícil, por no decir casi imposible, que un soldado humano pueda atravesar las defensas de los guardianes. Aunque existen trucos para hacerlo. Mientras tanto, los protegidos en general se muestran pacifistas, se niegan a devolver el daño a sus enemigos, aunque hay excepciones. Y, sin embargo, a pesar de que muchos creen que hubo muertos, no fue así. ¿Cómo crees que algo cómo eso pueda llegar a suceder?

— ¿Hay testigos que afirmen haber visto protegidos heridos de muerte? — No podía creer lo que estaba preguntando, si yo misma había visto a mi padre ejecutar a varios de ellos cuando era pequeña. Pero éso sólo podía significar algo, y la respuesta no me gustaba en lo absoluto.

— Sí los hay, y veo en tu rostro que ya sabes lo que eso significa. — Kendra sonreía, o al menos, su voz delataba un tono alegre, no podía vislumbrar su rostro debajo del velo negro que cubría su cara.

— Hacer parecer que alguien ha muerto, impedir que lo maten de verdad, y hacerlo desaparecer... Es algo que sólo pueden hacer los guardianes. Llevar a cabo algo así a nivel mundial es una locura, requeriría de tantos guardianes con ésos mismos trucos que es, simplemente, imposible.

— Si eliminas lo imposible, sólo puede quedar la verdad. — Tras decir estas palabras,  Kendra corrió su velo, y me miró a los ojos. — Mírame ¿Cómo soy?

Kendra era una criatura de tamaño colosal, y un poder abrumador, capaz de desvanecer a un ejército completo en un instante, sin hacerles ningún daño, o incluso de aplastarlo si así lo deseaba. Podía ser tan grande cómo una montaña, o mostrarse como una igual. Ser iracunda cómo un incendio, y aún así mantenerse bajo control cómo el fuego de una lámpara de aceite. Y algo me decía que no había visto ni una fracción de todo lo que podría hacer, al fin y al cabo, ella había pertenecido al grupo conocido como el Sumo Protectorado.

— Sea quien sea que esté creando estas ilusiones, debe de ser un único guardián, uno con un nivel de poder parecido al tuyo.

— Creeme, nada me hubiera gustado más que salvar a toda esa gente, lamentablemente no puedo llegar a tanto, tengo mis límites. Sin embargo, estás cerca de la respuesta.

— Entiendo , era Nor, siempre fue el guardián de los reyes. — Contestó Gamenor.

— Estaba pensando lo mismo. Pero hay algo que no termina de cuadrarme, si el rey es un protegido ¿Por qué hace todo éso?

— No lo tengo claro. — Respondió Kendra. — Nor no me deja avanzar más. Si quiero averiguar qué sucede con el rey, debo preguntarselo en persona, pero Nor jamás me permitiría acercarme a él, y es mucho más fuerte que yo. Éste es mi límite, es todo lo que sé. ¿Quieres saber más? Haz caso a lo que yo te diga, y ambas conseguiremos respuestas. ¿Trato?

— Ya tengo un compromiso parecido. — Dije, pensando en Emar. — Pero voy a dar lo mejor que pueda.

— Me parece raro, pero supongo que será suficiente. — La serpiente parecía estar sospechando algo. — En fin, supongo que hace un rato que deberías haber "despertado" ¿Verdad?

— ¿Lo sabías? — Estaba confundida por su reacción.

— Jovencita, hay muchas cosas que aún no sabes, pero te diré algo, y espero que lo recuerdes muy bien. Conmigo, no hay secreto que esté a salvo.

Tras estas palabras, caí dormida, tal cómo Marsh había hecho momentos antes.


Le arranco las alas a tiros a un avispaturbia.

MaestroCebolla

  • Ayudante de Profesor
  • ****
  • Mensajes: 1033
  • Karma: +1/-0
  • Subestimame, te reto.
    • Ver Perfil
    • Mis personajes originales

  • Total Badges: 31
    Badges: (View All)
    Nivel 6 Cuarto aniversario Tercer aniversario
Re:[Novela] Duality Paradox (proyecto)
« Respuesta #34 en: 04 de Diciembre de 2017, 06:07:48 am »

Capítulo 35

He puesto muchos laberintos y enigmas que mantendrán ocupados durante siglos a los profesores discutiendo sobre lo que yo quería decir.
-James Joyce.


Volvía a aquel sitio una vez más. Ésta vez, supuestamente tendría más tiempo, unas doce horas de descanso del juego. Llegada a este punto, me dí cuenta de lo mucho que había vivido en tan poco tiempo. Tal vez cuatro días, tal vez sólo doce horas, pero todo lo que había pasado era completamente emocionante, a tal punto que estaba agotada. Tomé el co-ma y salí nuevamente al pasillo, cómo había hecho otras veces. Ésta vez era la oportunidad perfecta para intentar averiguar que se ocultaba en la sala 191M. Tenía tiempo de sobra, tenía información, a Gamenor y, al parecer, también un aliado, alguien quese había dignado en darme la llave magnética de la sala. Sólo me faltaba poder acceder al elevador, para ello podría llamar la atención de Emar de alguna manera, pero ¿cómo?

Absorta en mis pensamientos, no ví que se acercaron hacia mí Cedric, Gwendolyn, Luke y Hans.

— Tenemos que hablar. — Dijo el capitán imbécil sorprendiéndome por la espalda. Yo me sobresalté y, cuando me di cuenta que era él, le tiré de la oreja con todas mis fuerzas y mi cara más enfadada.

— ¿De qué tenemos que hablar exactamente? — Le pregunté sin soltarle la oreja.

— ¡Sueltame y te digo! — No le hice caso. Los demás empezaron a reírse de lo ridículo de la situación.

— ¿Eres consciente de que no estás en posición de negociar ahora mismo? Dime lo que me tengas que decir y ya decidiré cuándo soltarte.

El chico parecía rugir por lo molesta que se estaba poniendo ésa situación. —Está bien, tu ganas. Vine a advertirte sobre Kendra. — Dijo. Yo lo miré con curiosidad y aflojé un poco la tensión sin llegar a soltarlo del todo.

— Continúa. — Dije, mientras, noté que Luke y Hans intercambiaban palabras en lengua de señas y se reían cómo hienas de la situación.

— Estoy casi seguro de que ella quiere matar a Nor. — Dijo mientras intentaba mirarme a los ojos.

— ¿Y cómo sé que no estás mintiendo? Ya no confío en tí, así que será mejor que me des un buen motivo. — Le dije, firme.

— En realidad, lo supe por los demás. — Los miré para confirmar si era cierto y asintieron con la cabeza, entonces lo solté.

— Bien, será mejor que me expliquen dos cosas. La primera es cómo lo descubrieron, y la segunda es cómo repercutiría en la historia.

— Calma, calma, ya estamos entre amigos ¿Okey? — Dijo Luke, que seguía riendo por lo bajo.

— Quiero que te disculpes con Shara. — Dije en tono severo a Cedric, antes de darle un bofetón. — Listo, ya estoy calmada. — Relajé mi tono de voz y suspiré.

— Bueno, resulta que Cima Lacrada está en territorio de Kendra, y da la casualidad de que Hans y yo vivimos ahí. — Comenzó a explicar Luke. —Las leyendas de ése lugar hablan de una tal Mattia,  una mujer que vaga por las laderas de la montaña, prometiendo bendiciones a quien conozca su verdad.

— Su verdad es que Mattia es Kendra. ¿Correcto? — Pregunté.

— Sí, supuse que lo sabrías. — Añadió Luke. — Cómo iba diciendo, Kendra otorga ciertos privilegios a quienes la reconocen en su faceta de Mattia, pero es arbitraria y muy astuta, así que va a usar a estas personas para lo que ella quiera. Y, al parecer, lo que quiere es el puesto de Nor.

— ¿Y eso cómo lo sabes? ¿Otra leyenda? — Pregunté.

— Sí, no la recuerdo muy bien, ésta la debería saber Hans mejor que yo. — Luke miró a su compañero con algo de complicidad. Éste sonrió y comenzó a hablar mediante señas, mientras Luke traducía.

Hans comenzó señalando sus labios con sus dedos índice y mayor, juntando sus dedos pulgar e índice y llevándolos a la altura de los ojos, para luego separarlos y volverlos a juntar rápido, y concluyó girando su mano sobre si misma mientras tenía levantado el índice.

— Ella atacó a Nor.

Mostró su puño y lo tapó con su otra mano, luego pasó a frotar ambas manos, para luego separarlas

— El Sumo Protectorado comenzó a pelear entre sí, y luego se separó.

Luego volvió a señalar sus labios, y luego cubrió su oreja con el pulgar. Juntó su pulgar y su índice y se los llevó a la frente en un gesto de saludo militar, igual al que ví hacer a Samarra, para luego elevar su mano hacia arriba, repitió el gesto de girar su mano con el índice levantado y puso su mano a la altura de la mitad de su cara, cómo dividiéndola en dos mitades.

— Kendra no quiso escuchar a nadie, Ilat partió volando, y Nor les mostró a todos su otra cara.

— Perdonen que interrumpa —dije,— pero habiendo visto un poco de su lengua de señas me surge la duda...

— ¿De qué idioma es? — Respondió Luke, adelantándose a mi pregunta. — En realidad tomamos algunos gestos de aquí y allá, pero por lo general se trata de nuestro código propio. Bueno ¿Continuamos? — Asentí con la cabeza, y los demás conmigo.

De nuevo, Hans parte señalando sus labios, por lo que parece, éso significa que está hablando de Kendra. A ésto le sigue una superposición de sus manos en horizontal frente a sí, para  luego dibujar con el dedo un círculo alrededor del sitio donde estaban las manos. Siguió con un giro de su mano sobre sí misma, lo cual parecía ser el gesto que nombraba a Nor, repitió la superposición de las manos, pero ésta vez concluyó juntando tres dedos, el pulgar, el índice y el mayor, y ubicandolos en el centro de su palma.

— Creo que lo entiendo ¿Puedo probar? — Pregunté.

— Adelante. — Luke sonrió.

— Kendra tomó los terrenos costeros, los cercanos a los ríos de fuego, cómo su territorio. Nor hizo lo propio con los terrenos del centro del continente.

— Y al parecer, ninguno de los dos puede entrar al territorio del otro. — Añadió Gwendolyn.

— ¿Es cómo un código de honor? — Pregunté.

— Más bien cómo un trato, sellado de común acuerdo por ambas partes. Pero al parecer Kendra está arrepentida de haberlo sellado.

— Pues a mí me parece muy estúpido, de no haberlo sellado, Nor podría neutralizarla cuando quisiera. — Añadió Cedric. — Con el contrato, Nor no tiene jurisdicción sobre el poder de Kendra y viceversa. — No entendí mucho ésto último.

— Y  siendo Nor el orígen del vínculo... ¡Un momento! — Gwendolyn pareció encontrarse ante un descubrimiento sorprendente. — Si Nor es el orígen, y en cuanto perdió jurisdicción sobre Kendra, ella ya no necesitó vincularse para mantener su poder, entonces, la clave para liberar a los protegidos y guardianes es que Nor pierda la autoridad sobre todos.

— ¿Por eso Kendra podría querer matar a Nor? — Pregunté. Todos me miraron cómo señalando lo obvio que era. — Ugh. Bueno. De vuelta, dos preguntas ¿Por qué me advirtieron sobre Kendra, entonces? Y... No, al final ésa pregunta resume todo muy bien, me deben una pregunta.

Le arranco las alas a tiros a un avispaturbia.

MaestroCebolla

  • Ayudante de Profesor
  • ****
  • Mensajes: 1033
  • Karma: +1/-0
  • Subestimame, te reto.
    • Ver Perfil
    • Mis personajes originales

  • Total Badges: 31
    Badges: (View All)
    Nivel 6 Cuarto aniversario Tercer aniversario
Re:[Novela] Duality Paradox (proyecto)
« Respuesta #35 en: 13 de Diciembre de 2017, 11:30:40 pm »

Capítulo 36.

El pensamiento bien dirigido es una habilidad que se aprende.
-Dan Brown

— Te advertimos sobre Kendra porque no tenemos idea de lo que puede pasar. —Dijo Cedric.— La muerte de Nor es cómo... ¿Conoces el experimento del gato de Schrodinger? — Asentí con la cabeza y siguió hablando. — Bueno, me puse a calcular las variables que conozco y más o menos creo que la muerte de Nor da un 50/50 para un final bueno o malo, pero no llega a un final neutro en ningún caso, es un evento demasiado duro.


— ¿Debo suponer que buscas algún final neutro, entonces? — Pregunté.


— Algo así, la gente está jugando demasiado bien. — Respondió.


— ¿Y por qué te interesa tanto conseguir ese final, si ni siquiera crees que ese mundo pueda ser real? — No estaba conforme con la información que me daba, necesitaba más respuestas.


— Lizzie, no creo que ése sea el punto, —Dijo lentamente. — tampoco creo que puedas entender si te dijera toda la verdad. Pero espero que con ésto te sea suficiente... Hay vidas en juego, aquí mismo.


No pude entender lo que me dijo, tenía que asimilarlo, así que me despedí. Debía centrarme, conseguir mis propias respuestas. Ya habiéndome alejado del grupo, en busca de alguna forma de llegar a la dichosa sala 131M, no pude evitar hacerme una pregunta tan obvia que me sentí estúpida de no haberla hecho en su momento. ¿Cómo habíamos llegado a Seilies si Kendra no tenía poder allí? No pude evitar calmar mis pensamientos escudándome en la idea de que aún hay mucho que no entiendo acerca de los guardianes, era algo vago, pero al menos me daba cierta tranquilidad.


Tomé asiento en el comedor, que ahora estaba lleno de sillones y mesas. Más bien parecía ser una sala multipropósitos, pero yo voy a seguir llamándola comedor. Dejé el Co-Ma en la mesa vacía más cercana que encontré frente a mí, y me dejé caer en el sillón justo detrás de ésta. Reboté un par de veces para probar la comodidad y elasticidad de mi asiento, estaba perfecta. La verdad es que podría pasarme todo el rato en ése sillón, era demasiado cómodo, pero debía centrarme en lo que tenía que hacer. Miré la pantalla del Co-Ma y ví a Gamenor tocando unos bongós. Me resultó divertido, aunque raro, así que decidí preguntarle. — ¿Dónde conseguiste esos bongós? — Me miró, seguía tocando y hablaba al mismo ritmo.


— ¿Así que estos se llaman bongós? Pues mira, los encontré aquí. — Dijo mientras deslizaba una barra lateral con su cola, y seguía tocando. En la barra salían varios instrumentos musicales. — Estuve explorando éste lugar, y varias cosas pude encontrar. — Éso último me hizo reír un poco.


— ¿Ahora rimas? Te sale muy bien. A ver, Nor, muéstrame que más encontraste.—  Le dije.


— En realidad fué la única rima que se me ocurrió. — Me dijo.


— Bueno, voy a ver qué más puede hacer ésta cosa. — Dije, y comencé a deslizar mi dedo por la pantalla táctil, el Co-Ma parecía manejarse cómo la típica tableta, y así fué cómo encontré algunas aplicaciones interesantes. La primera era "Enciclopedia", podría ser interesante que Gamenor leyese mientras me movía con el Co-Ma a un lado, al fin y al cabo, había mostrado bastante curiosidad en su momento. "Skillboard", según el bocadillo de información que tenía a un lado, era una base de datos del juego con habilidades de los guardianes. Y finalmente "Booktracer" era otra base de datos del juego, pero ésta contenía datos importantes de los diferentes tomos del compendio. Puse las tres aplicaciones en acceso directo para que Gamenor no tuviera que buscarlas.


— A ver, Gamenor ¿Qué te parece si tocas el ícono de Skillboard? — Le dije, mientras noté cómo un chico que noconocía de nada se sentaba demasiado cerca mío. Tenía el cabello rojo, bastante intenso pero parecía natural, llevaba lentes, una camiseta con un estampado de la banda "Doppelganger Club", una chaqueta y pantalones de jean, y zapatos rojos marca "Supernova". Decidí ignorarlo y seguir con lo mío.


Al parecer, Skillboard iba desbloqueando datos con la cercanía, y supongo que Booktracer debería tener una mecánica similar. Así que sólo podía acceder a cierta información, antes que nada, de la lista que tenía desbloqueada me gustaría ver la ficha de Gamenor, toqué su retrato, el cual aparecía en la pantalla al lado de su nombre.


— Es increíble cómo cambian las paredes y el suelo tan rápido. — Comentó. Fué algo que me pareció bastante interesante ¿Así que desde su perspectiva está en una especie de caja enorme y lo que se ve en la pantalla equivale a las paredes y el suelo? Curioso cuando menos.


La ficha cargó en tan sólo unos segundos, tenía tres apartados: Datos básicos, historia y habilidades. Entré casi instintivamente en habilidades. La ficha decía lo siguiente:


Guardián; Guiverno.

Proyección básica ("Llama Interior") [Ilusión>Agua>Fuego]

Marca [Ilusión>Fuego] (!)

Renovación [Agua] (!)

Escudo corporal [Ilusión] (!)

Unidad {Don} (!)

En proceso:
Proyección avanzada ("Doble") [Ilusión>Agua>>>Tierra+Viento] 72,3%
Deformación del tiempo [Ilusión G1] 18,7%

Potencial: 70/900.

— ¡Guau! Novecientos es mucho potencial. — Dijo el chico que se sentó a mi lado. — Espero que sepas usarlo bien.

— Disculpa —le respondí — ¿Tú quién eres para mirar mis cosas? ¿Y cómo sabes éso?

— Lo siento —me dijo con la cara algo apenada— ví que tenías un Co-Ma y no pude evitarlo, me dan curiosidad. El señor Emar los está repartiendo de a poco, antes de la última sesión le dió uno a un colega y, bueno, lo estuve husmeando un poco. Yo aún no tengo el mío. Pero el potencial del guardián de mi compañero es de seiscientos setenta y cinco, y es bastante fuerte.

— ¿Qué tal, Gamenor? — Le dije. —Al parecer serás muy fuerte ¿No te alegra?

— Sí, pero me preocupan todas ésas habilidades que tengo y no puedo utilizar. — Me contestó.

— A mí también me llamó la atención éso, y la parte dónde dice "Don" ¿Qué será éso? — Pregunté.

— Todos los guardianes que he visto tienen uno. — Respondió el chico. — Es un talento que no se manifiesta dentro del juego, pero actúa cómo modificador de algunas habilidades, o al menos ésa es mi teoría. Mi guardián es una mantícora, y su don se llama "Aprendiz". Supongo que hace que aprenda nuevas habilidades más rápido.

Si eso era cierto ¿Qué haría "Unidad"? Bueno, era hora de pensar en otras cosas más urgentes, cómo la sala misteriosa. Pero antes, podría solucionar mi duda sobre Kendra, así que me despedí de ése chico. No quería darle una ventaja tan importante. Claro que estaba agradecida, pero no iba a darle información tan importante sin conocerlo mejor.

— Por cierto ¿Cómo te llamas? — Respondí cambiando rápido de tema, aunque me dí cuenta que había estado pensando unos segundos, mirando a la nada.

— Llámame Will. — Me dijo con tono alegre.

— Will, te debo una, en serio, pero — aproveché que estaba diciendo éso para levantarme— debo hacer algo importante ahora. Nos vemos luego.

— Comprendo — Dijo él, y levantó la mano en signo de despedida mientras me alejaba caminando de la mesa.

Volví caminando rápido a mi cuarto, Gamenor ya había abierto la pestaña de Kendra en el Co-Ma. Teníamos bloqueado el acceso a la pestaña de Historia, pero la que me interesaba era la de habilidades.

Suma Protectora; Serpiente Coloso.

Proyección Absoluta [Ilusión G5+Fuego+Tierra+Viento+Agua]

Ira [Fuego G3]

Sangre Fría [Tierra]

Bifidez [Mente]

Somnífero Bilateral [Mente>>>>>Ilusión]

Escudo Ilusión [Mente G10]

Materialización Avanzada [Materia G5]

Espacio Doblado [Tierra+Ilusión G7]

Panóptico [Mente G9]

Pipfolk [Ilusión G5]

Energía Oscura [Fuego G10>Sombra G9]

Subyugar [Mente G10]

Muro Infranqueable  [Tierra]

Impulso [Fuego>Tierra]

Calor Abrasador [Fuego G7]

Personalizado 1 "Llama Oscura" [Fuego G10 + Sombra]

Corazón de Fuego {Don}

En proceso:
Nada

Potencial: 8600/9000.

La nomenclatura parecía básicamente la misma que en la ficha de Gamenor, y aunque no podía saber con seguridad qué era lo que significaba cada cosa, podría hacer una suposición y trabajar desde ahí.

— Bueno, creo que ésto vendría a abrir con algo cómo un rango y luego pasa a indicar la especie. — Dije.

— Así parece. — Respondió Gamenor.

— Luego, al parecer Kendra no nombra sus habilidades.

— Siendo independiente, supongo que no lo necesita.

— Puede ser— Dije. — Y lo que está entre corchetes sería la composición de las habilidades, al parecer.

— Distingo los componentes, Agua, Fuego, pero ¿Qué significarán los símbolos entre medio?

— Es sólo una teoría que se me acaba de ocurrir pero quizás el símbolo de suma y el mayor — Dije haciendo breves pausas para señalar los símbolos con el dedo— indiquen prioridad de uso de los elementos, en una suma podrían aparecer al mismo tiempo, mientras que un símbolo mayor indicaría que el componente de la izquierda aparece antes que el de la derecha, más símbolos acumulados en éste caso indicaráin una prioridad mucho mayor. En cuanto a los símbolos G —De nuevo señalé con el dedo—Podrían indicar la potencia de un componente dado.

— Bueno, cómo guardián, no creo que estés muy lejos de la verdad con esa teoría. —Apuntó Gamenor.

— Entonces veamos qué habilidades pudo usar con nosotros. —Dije. — Supongo que utiliza Proyección Absoluta o quizás Materialización Avanzada para mostrarse cómo Mattia.

— Fijo que usó Somnífero Bilateral para mantenernos despiertos.

— Claro. ¿Y para llevarnos a Seilies? — Pregunté a Gamenor.

— ¿Crees que sea... ésta? — Preguntó señalando a Espacio Doblado.

— O tal vez se trata de Proyección o Materialización. — Comenté.

— No creo, suelen tener un efecto general, los demás también lo habrían visto. Pero no se me ocurre cómo podría conocer nuestros secretos.

— ¿El panóptico, tal vez? — Justo terminé de formular ésta pregunta cuando golpearon la puerta.
Le arranco las alas a tiros a un avispaturbia.

MaestroCebolla

  • Ayudante de Profesor
  • ****
  • Mensajes: 1033
  • Karma: +1/-0
  • Subestimame, te reto.
    • Ver Perfil
    • Mis personajes originales

  • Total Badges: 31
    Badges: (View All)
    Nivel 6 Cuarto aniversario Tercer aniversario
Re:[Novela] Duality Paradox (proyecto)
« Respuesta #36 en: 15 de Diciembre de 2017, 11:31:37 pm »

Capítulo 37.

No quiero vivir en un mundo donde todo lo que digo, todo lo que hago, todo lo que hablo, toda expresión de creatividad o de amor o de amistad queda grabada..
-Edward Snowden

Alguien tocaba mi puerta, a un ritmo apresurado. Pero no iba a abrir sin saber quién era. Estaba por preguntar, cuando escuché la voz de Cedric.
— ¡Lizzie, abre! Tengo que decirte algo.
Si el capitán cretino iba a atravesar mi puerta con mi consentimiento, antes tendría que convencerme. No le dije nada.
— Es sobre la sala secreta.
Me tomé dos segundos para odiarme un poco a mi misma por lo que iba a hacer, y luego, abrí la puerta.
— Puedo ayudarte a entrar, sólo necesito algo a cambio. — Fué lo primero que dijo.

— No te voy a vender mi alma. — Le respondí y se rió un poco.
— ¿Te parezco tan malo cómo para hacer ése chiste? En fin, quédate con tu maldita alma y escúchame. — Dijo, conteniendo la risa. —
Sé lo que hay en ésa sala, y no te va a gustar. Si aún así quieres entrar, no voy a acompañarte, pero necesito que me hagas un favor una vez que estés ahí.
— Todavía quiero entrar, y quiero saber qué está pasando allí. Supongo que tendré que verlo por mí misma. ¿Cual es el favor? — Estaba decidida a resolver ése misterio cueste lo que cueste.
— Si encuentras un puerto USB, conecta ésto. — Me mostró una memoria flash. Extraño favor el que me estaba pidiendo.
— ¿Ésto no es ilegal? — Le pregunté.
— Si sabes lo que hay dentro, sí. Si no, es solo una travesura. — Me respondió. —Además, aún sigues bajo el rango de inimputabilidad, yo ya tengo expediente.
— ¿Te dije alguna vez que me pareces basura?
— ¿Te dije que ésta cosa podría salvar una vida? — Puso su característica sonrisa de lado. Confiaba mucho en si mismo, aunque ése gesto a mi mas bien me inspiraba desconfianza. Pero tenía un punto.
— Veré qué puedo hacer. — No pensaba conectar el dispositivo, salvo que estuviera segura de que no me mentía, de lo contrario, planeaba delatarlo. Tocaba preguntar por lo importante — ¿Y cómo vas a hacerme subir al piso de arriba?
— Con azúcar, flores y muchos colores. — Mi detector de sarcasmo se puso en más de nuevemil.
— En serio. — Le dije.
— Tengo mis trucos. — Respondió.
— Querrás decir hacks.

— Dame dos horas, más o menos, voy a forzar los controles del elevador.
— Y supongo que éso es... — Comencé a acusarlo, pero me interumpió para justificarse.
— ¿Ilegal? Si, pero he hecho cosas peores para llegar aquí.
— ¿Por qué lo haces? — Ya me había picado la curiosidad, nadie hace las cosas porque sí.
— ¿Cuál es la fuerza que mueve el mundo?

— Si no me estás hablando de física, supongo que te refieres al dinero. — Le contesté.
— Fallaste por un kilómetro, ahora, me pondré a trabajar.
Se alejó hacia los sillones, y yo también salí de nuevo. Ya tenía un plan para entrar, podía ponerme a investigar algo más tranquila, por unas dos horas. Fui hasta la zona del ascensor, vi algunos jugadores charlando, Will entre ellos. Entonces Emar salió del elevador con el móvil en la mano. Will estaba cerca, hablando con un grupo, y a mí me picaba la curiosidad de saber qué hablaba el CEO. Lo que iba a hacer era un tanto vergonzoso, pero valía la pena. Me acerqué a su grupo sin dudar.
— ¡Hola! ¿Les molesta si me llevo a su amigo un segundo? — Pregunté con una fingida sonrisa, y lo tomé de la muñeca.
— Claro, no hay problema. — Me respondió uno con ropa gansta y cabello teñido de azul. Comencé a llevar a Will a rastras, manteniéndome unos metros detrás del objetivo.
— ¿Sí sabes que ésto cuenta cómo acoso, verdad? — Susurró Will.

— Ayudame a escuchar a éste tipo y te debo dos favores. — Le dije, mientras escuchaba la conversación de Emar.
— Sí, claro, Koji-San, — Decía— es una lástima que su representante no haya podido venir a la presentación, pero me preguntaría si es posible que aún así nos pueda dar una mano con ésto.
— Soy algo así cómo mi propio guardián, supongo que con éso me debes tres.— Me volvió a susurrar Will.
— Cállate y te debo cuatro, vuelve a abrir la boca y no te debo nada. — Le dije en respuesta. Y comencé a escuchar la charla.
— Mira, hemos sido colegas por casi dos décadas. ¿No podrías echarle una mano a un amigo? — Hizo una pausa de unos segundos. —Está bien, mucho mejor que antes, pero me temo que —Una pausa algo más larga que la anterior.
— Claro, claro. Pero voy a necesitar que un profesional lo autorice. —Una pausa parecida a la primera.— Cálmese, Koji-San. Recuerde por qué le estoy pidiendo ésto, usted es —Parece que ésta vez lo interrumpió su interlocutor.
— No, el sistema del juego está escrito en un lenguaje especial optimizado para el mismo, el circuito está casi totalmente cerrado, con la exepción de los Co-Mas, pero la cantidad de órdenes que pueden emitir es ultra limitada, es imposible que le pase nada. — Buen dato para intercambiar favores con Cedric, quizás sirva para darle na excusa para no usar la memoria flash.— Sé que no es analista de seguridad. — ¿Y entonces por qué le dijo lo del juego?— Casi me olvido ¿Qué tal su familia? — Temas personales, espero que vuelva a lo interesante pronto.— ¿Y qué me cuenta del cachorro que le regalé a sus hijos? —Pausa corta.— Ugh, qué triste. ¿Y el gatito? — Pausa media.— Comprendo ¿Qué tal los peces? —Pausa larga.— ¡Éso debe doler! ¿Me imagino que al menos el canario estará bien? —Un minuto de silencio.— Ya veo. ¿Tiene alguna buena noticia? —Espero que ya no hablen de mascotas presuntamente muertas.— ¿Otro trailer más? ¿Cuántos van ya? —En éste punto, ya pude deducir con quién estaba hablando.— ¿Para Juilo, dijo? Espero que sea mejor que los del anteaño pasado. —Aquí confirmé mis sospechas.— Nada, sólo le digo que se tome su tiempo, en fin, ¿Va a enviar el archivo que le pedí? — Un silencio acompañado de una sonrisa.— Muchas gracias Koji-San. — Se dio vuelta tras colgar el teléfono.— ¿Creen que no noto los pasos cuando me siguen a menos de un metro? — Dijo mirándonos a la cara.



« Última modificación: 15 de Diciembre de 2017, 11:33:30 pm por MaestroCebolla »
Le arranco las alas a tiros a un avispaturbia.